Universidad Galileo
Instituto de Estudios en Seguridad
Catedrático: Lic. Henry Meighan
Autopsia Psicológica
Alumna:
Magister Alicia Ávalos
Carné No.
20062775
Guatemala de la Asunción, octubre 2016.
Introducción
Una de las técnicas más importantes y utilizadas en la comprensión de los
comportamientos criminales es la del peritaje psicológico. En el cual el psicólogo
despliega todos sus conocimientos en el ámbito legal y psicológico. Surge en los
EE.UU. como una necesidad administrativa de definir la etiología médico legal en
los casos de muertes dudosas donde no se contaba con los elementos suficientes
para afirmar si se trataba de un suicidio o un accidente.
La autopsia es un estudio retrospectivo indirecto de la conducta, personalidad y
estado emocional previos al fallecimiento de la persona.
Para este tipo de estudio el perito recurrirá a todas las fuentes de datos
disponibles y accesibles que le permitan reunir toda la información necesaria para
establecer cuál era el comportamiento de la persona previo a su muerte.
El psicólogo forense pedirá al ministerio público se le faciliten los medios para
poder entrevistar a la mayor cantidad posible de personas que tuvieron relación
con el occiso, desde familiares directos e indirectos, profesores, compañeros de
escuela o trabajo, jefes inmediatos y superiores, amigos, parejas sentimentales,
novias, esposa, etcétera. Sobre todo las personas con las que convivió los últimos
días previos al fallecimiento.
Autopsia Psicológica
La autopsia psicológica es un estudio que tiene la finalidad de establecer si la
persona tenía una personalidad de tipo depresiva con pensamientos auto-
agresivos de muerte, y en todo caso, si había tenido pensamientos suicidas, ideas
de muerte, conductas autodestructivas o intentos fallidos de suicidio
La autopsia es un estudio retrospectivo indirecto de la conducta, personalidad y
estado emocional previos al fallecimiento de la persona.
Según Ebert (1991), los principales objetivos de la Autopsia Psicológica se dividen en cuatro:
Primer Objetivo: Determinar la manera de la muerte en casos de equívocos que necesitan ser distinguidos. Las maneras de muerte son: a) natural, b) accidental, c) suicidio y d) homicidio; este tipo de sistema es conocido por la sigla NASH. Generalmente, en algunos casos, la manera de muerte es bastante clara, lo que no ocurre con el modo como sucedieron los hechos.
Segundo Objetivo: Averiguar el momento y el tiempo en el cual se produjo la muerte; para esto, el investigador debe indagar acerca de diferentes situaciones de la vida del occiso y tratar de relacionarlas con el hecho.
Tercer Objetivo: Obtener la información suficiente para evaluar los datos obtenidos de diversos intentos de suicidio, con el fin de prevenir dichos intentos y la letalidad de los mismos.
Cuarto Objetivo: Según el mismo autor, es terapéutico para la familia y los amigos del occiso. La entrevista y la investigación en general son mecanismos terapéuticos para estas
personas, ya que permite comunicar pensamientos y sentimientos sobre la persona fallecida, de igual forma, la percepción que cada uno tiene sobre la muerte de aquella persona cercana, que por lo general es de culpa, dolor, vergüenza, resentimiento, entre otras. De igual manera, la Autopsia Psicológica tiene como función ayudar a esclarecer los casos de muerte dudosa: suicidio, homicidio y accidente, donde ni el médico legista, ni el investigador policial tienen suficientes elementos para decidir.
Young, propone 15 categorías que se deben incluir al llevar a cabo dicha investigación:
1. Identificar la información personal del occiso (nombre, apellidos, edad, sexo, ocupación, religión, estado civil, etc.). 2. Detalles de la muerte. 3. Historia de la familia (hermanos, esposa, enfermedades médicas y tratamientos, intentos de suicidio, etc.). 4. Historia de muertes familiares. 5. Modelos familiares de reacción frente al estrés. 6. Tensiones recientes o problemas del pasado. 7. Historia de alcohol y drogas en la dinámica familiar. 8. Relaciones interpersonales. 9. Fantasías, sueños, presentimientos y pensamientos frente a la muerte, suicidio o accidentes que precedieron la muerte. 10. Cambios en los hábitos, aficiones, alimentación, patrones sexuales y otras rutinas ante de la muerte. 11. Información que relate los planes de vida. 12. Evaluación de intención. 13. Tasa de letalidad 14. Reacción de las personas que recibieron la noticia de la muerte. 15. Comentarios y anotaciones especiales.
Para realizar un procedimiento más elaborado y completo, es importante que el investigador visite y estudie el lugar donde se encontró el cuerpo, ya que esto le puede permitir obtener más pistas que ayuden a avanzar en el proceso. El psicólogo como investigador tiene la posibilidad de diseñar un perfil de la escena del crimen, además de hacer un bosquejo de la personalidad del sujeto que habitaba en el lugar, a partir de detalles tales como: los objetos hallados, la disposición de los muebles, etc.
Jack Annon (1995) propone otro de los modelos para llevar a cabo un proceso de Autopsia Psicológica, en el cual se plantean como pasos a seguir los siguientes:
Examen cuidadoso de la escena donde sucedieron los hechos, examen de fotos y grabaciones en video de la escena.
Estudio de los documentos disponibles, concernientes a la situación donde sucedieron los hechos, en el cual se incluye el reporte policial, declaración de testigos, reporte de la autopsia médica y de toxicología. Documentos que informen sobre la vida de la víctima antes de la muerte, como notas del colegio, notas de visitas previas al médico, notas sobre la salud mental, información laboral, etc. Entrevista con personas relevantes como testigos de la escena de los hechos, miembros de la familia, amigos, compañeros de trabajo, etc.
La Autopsia Psicológica es una técnica difícil con la cual cuentan sólo algunos
países desarrollados; en dicha técnica el estudio de las muertes equívocas exige
un alto nivel científico, por tal motivo, tenerlas a nuestra disposición posibilita un
avance importante en el aumento de la calidad científico-técnica y la
profesionalidad de la investigación criminal. (García, 1993).
Uno de los países de habla hispana con mayor trayectoria en el tema de Autopsia
Psicológica es Cuba. A partir de múltiples revisiones de los modelos, escalas,
guías y formularios encontrados en la literatura especializada han creado su
propio modelo al cual inicialmente denominaron MAP (Modelo de Autopsia
Psicológica); a medida que incorporaron otros ítems durante la validación, de
dicho modelo, en víctimas de suicidio, homicidio y accidente, lo han perfeccionado
hasta llegar al que actualmente utilizan, el MAPI (Modelo de Autopsia Psicológica
Integrado).
No obstante, la vida psíquica del ser humano deja huella de una u otra forma: en
documentos, obras de arte, espacios habitados a lo largo de su existencia, en la
forma como se relacionaban con las otras personas, etc.
La entrevista a personas que conocieron de cerca al occiso, preferiblemente
familiares, amigos, vecinos, compañeros de estudio, trabajo o religión, relaciones
de parejas formales u ocasionales. Es importante aclarar que la selección de las
fuentes de información debe excluir a presuntos sospechosos de estar
involucrados en la muerte de la víctima, pues obviamente el riesgo de sesgo es
muy elevado.
Suicidio y de autopsias psicológicas
Clínico: características de los suicidas
Estadístico: tendencias espacio – temporales
Epidemiológico: Identificar factores de riesgo
En la Autopsia Psicológica, se hace necesario revisar el posible vínculo entre el
probable victimario y la supuesta víctima, pues de ello depende el lograr un
eficiente y adecuado diagnóstico del hecho que se investiga, así como del perfil
que se logra obtener de la persona fallecida.
Para comprender a la víctima:
¿Por qué quería morir?
¿Quién quería hacerle daño?
¿Cómo murió?
¿Qué estilo de vida la mató?
Factores de riesgo para el suicidio
Menores de 25 y mayores de 65
Sin relación de pareja
Sin vínculo laboral
Hombres Aislamiento
Uso de tóxicos
25% intento pre-suicida
Aviso presuicida
Principales motivaciones para el suicidio
Deseo de escapar del dolor físico o mental.
Fantasía de vivir en la eternidad con el ser amado.
Enojo, rabia, venganza.
Vergüenza o expiación de la culpa
Deseo de ser rescatado
Deseo de hacer una declaración o comunicación importante.
Indicadores de probable conducta suicida
Pérdida o aumento significativo de apetito y de peso.
Cambio en los hábitos de sueño, sueño excesivo o incapacidad para dormir.
Agitación conductual o un retardo en el movimiento.
Pérdida de interés o placer en las actividades usuales
Pérdida de energía o fatiga.
Habilidad disminuida para pensar o concentrarse.
Sentimientos de inutilidad o de culpa excesiva
Aislamiento de familia y amigos.
Cambios drásticos de humor
Cambio súbito en la conducta
Hablar sobre el suicidio.
Regalar posesiones o hacer un testamento.
Obsesión con la muerte, música o poesía triste. Los temas de muerte en cartas o
trabajo de arte.
Planeación para cometer suicidio y acceso a medios letales.
Conclusiones
La Autopsia Psicológica es una técnica de la Psicología Criminalística, que permite
la exploración retrospectiva e indirecta de la personalidad de la vida de una
persona ya fallecida, se trata de hacer una evaluación después de la muerte, de
cómo era la víctima en vida, su comportamiento y estado mental, tras una
reconstrucción social, psicológica y biológica post-mortem. Esta técnica está
basada en los métodos de investigación psicológica y criminalística ya que por un
lado, usa las entrevistas de la psicología clínica y social y por otro la técnica de
investigación de escena de los hechos, de forma abierta, es decir a partir del
cadáver en el lugar de la escena de los hechos, usada en Criminalística.
Para la investigación de la autopsia psicológica se debería seguir los siguientes
pasos: Realizar entrevistas libres, dirigidas y focalizadas con los familiares más
directos, para posteriormente usar el método de investigar en círculos cada vez
más alejados de la víctima. Para finalmente presentar los resultados
probabilísticas, en la forma gráfica del método de la estrella de cuatro puntas.
Grafica que incluye: el estado depresivo, la estructura de personalidad o fuerza del
yo, apoyo familiar y social y el nivel de letalidad.
La conclusión del estudio de autopsia psicológica debe ser expresada en términos
de probabilidades. Este procedimiento no puede determinar con exactitud si la
muerte fue suicidio, homicidio, o accidente. El método es parte del rompecabezas
de la investigación y tiene utilidad sólo como un elemento más en el contexto de la
misma.
Bibliografía Annon, J. (1995). The Psycological Autposy. American Journal of Forensic Psychology, 13, 39-48. Acevedo, Nuñez, l. y Pinzón, C. (1999). Propuesta para el Dictamen Forense en Casos de Muertes Dudosa Utilizando el procedimiento Denominado Autopsia Psicológica. Tesis de grado profesional no publicada, Pontificia universidad Javeriana, Santafé de Bogotá. Beskow, J. Runeson, B. Y Asgard, U. (1991). Ethical Aspects of Psychological Autopsy. Acta Psychiatrica Scandinavica 84. Pág. 482-487. Código Penal (1980/2000). Santafé de Bogotá: Unión Ltda. CONFERENCIA LA AUTOPSIA PSICOLÓGICA: ESPECTRO DE APLICACIÓN. (2000: La Habana). Memorias del Contenido Esencial Mínimo del Curso Precongreso. Dávila, A. Y Rodríguez, C. (1995). Evaluación Psicológica Forense. Madrid: Pirámide. Ebert, B. (1991). Guide to Conducting a Psichological Autopsy. En K. Anchor. The Handbook of Medical Psychoterapy. 249-256. García, T. (1993). La Autopsia Psicológica como Método de Estudio del Suicida. Trabajo presentado en el Congreso Internacional de Ciencias Forenses. La Habana. García, T. (1999). La Autopsia Psicológica como Método de Estudio de Muertes Violentas. Instructivo para La Autopsia Psicológica (Utilizando el MAPI). La Habana. Selkin, J. (1994, enero). Psychological Autopsy: Scientific Psychohistory or Clinical Intuition. American Psychologist, 49 (2): 74-76. Shneidman, E. S. (1994b). The Psychological Autopsy. American Psychologist, 49 74-76. Young, T. (1992). Procedures and Problems in Conducting a Psychological Autopsy. International Journal Offender Therapy and Comparative Criminology 36, 43-52.
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