Aspectos importantes del planteamiento ecológico de la pesquería
Argentina "ASPECTOS IMPORTANTES DEL PLANTEAMIENTO ECOLOGICO DE LA
PESQUERIA
ARGENTINA"
UNIVERSIDAD NACIONAL DEL MAR DEL PLATA
En el mundo de la Ciencia Marina o hay amistad y
da . E l mundo de la Ciencia es tan amplio y el mar tan
ramos todos o nos hundimos todos.
colaboración o no hay na-
inmenso que, o bien col abo -
Dejando aparte fi losofías que valdría la pena profundizar, estoy
aqui fren
t e a Vds. con una misión que, s i he de ser les sinceros, me
produce cierta confu-
sión. Cuando, con motivo de celebrarse el Centenario del Casal de
Cataluña de Buenos Aires, dentro de los actos programados por la
Comisión Catalana del V Cen -
tenario del Descubrimien.:~ de América, se me invitó a tomar parte,
junto con un grupo de científicos catalanes, en el cual están
personas t a n relevantes como el
Dr. Margalef, el Dr. Oró, el Dr. Cardús, e l Dr. Santaló, y u n par
de médicos muy importantes en Barcelona, me consideré enormemente
recompensado. Yo tenia, sin
embargo, una problemática algo d is t in ta de los demás colegas;
al pl antearseme
jsobre qué pensaba hablar? jsobre que pensaba discursear? me
pregunté s i lo más
importante era escoger u n tema que para mi fuese familiar pero que
a Vds. quizá
no les dijera nada, o bien uno u n poco más atrevido en el que no
estuviera fami- liarizado pero que quizá a Vds. les resultara más
interesante.
Ante este interrogante me decidí por la segunda opción, confiando
en que 38 años de investigación de los recursos marinos y además el
haber trabajado du-
rante 18 años de ellos en el continente africano, me darían el
suficiente coraje
y bagaje para enfrentarme con Vds. Entonces d i a la Conferencia
que pronuncié el
lunes pasado en la Aula Magna de la Facultad de Ciencias Exactas y
Naturales en Büenos A i r e s e; ifiü;o de M i a s E t a p a s
Desarróiio de l a pesq"erfaII - hoy.
quiero presentar la segunda con el t i t u l o de "Aspectos
Ecológicos importantes en
la Pesquería Argentina". Yo les ruego de entrada que me perdonen s
i digo alguna
inexactitud. M i conocimiento, lamentablemente, del mar argentino
es fugaz, preca - r io y además, en su parte más importante, yo d i
r ia que es bibliográfico.
Estuve aquí hace 2 años, hice un largo recorrido hasta Puerto
Madryn y mu- cho me hubiese gustado volverlo a repetir . Esta vez
he estado más días pero no ha podido ser. Basándome en la
comparación de una área con otra pretendo, ahora principalmente,
despertar en Vds. c ier tos interrogantes, c ier tas inquietudes.
Co -
mo pun to final de l a disquisición les pasaré una serie de
diapositivas que no
son, evidentemente del Continente Americano, sino del Continente
Africano, pero 6 + r e \ r ñ r b , U v , J 15; c ü e l e ~ cree qüe
' $ 4 ~ . purdec sacar ~ ~ n , ~ ! g ~ i u n e ~ que d g d z , niln
r-2
den serles út i les en su devenir de investigadores.
E n primer lugar quiero definirles lo que yo entiendo por
Pesuqería. Se ha
hecho durante muchos años investigación que se llama Pesquera y sin
embargo en-
tiendo que no lo era. Era importante y era básico que se estudiaran
aspectos t a n
interesantes como pueden ser la Ictiolc~gia, l a Carcinología, en f
in l a sistemáti
ca en general. Era importante que se empezaran a constatar las
relaciones que existían entre tamaños, edades, época de
reproducción, mortal idad, etc. Todo es-
to era importante, pero no era todavía pesquería. Fue importante
que al f inal de
la década de los 40 y principio de los 50, Beverton y Holt
empezaran a plantear- ; e , de ~ ; a f i e ~ a qi;é e; 1 - -"- c m
. c n A ; -. rrn rr-hl lr;kn m r i r ~ n 3
I V que ~ U L C U i a cii uiia puuiar. ivi i iiiui ;iiu 2:: I
Z
que se producían cier tas variaciones y en la5 que ya se
vislumbraba que el hombre
actuaba de cier ta manera. Pero d i r ía que esto no era realmente,
todavía pesque-
r ía , y al decir pesquería no me refiero solamente a la acción
pesquera sino a la
ciencia de las Pesquerías. Pesquerías es algo más: es la
interacción entre u n mo - delo de comportamiento ecológico -no
biológico- lo cual quiere decir que compor-
ta la biología, la sistemática, la interacción entre sus diversos
aspectos; por una parte, y u n ser especial, u n depredador
especial que es el hombre, que actúa . . A e ,,.,e ,-.u+; - . . l
-u-.. - . 3 iyu iciiuu uriaa lcyct= pai L iLuia1 r 3 , 1 as leyes
socioeconom;cas qüe ? e ob l igan , l e
estimulan, a actuar sobre el recurso. Sino fuese así y tal como se
planteó en u n principio, no habría ninguna diferencia, con el
comportamiento de u n stock depre
dado por tiburones, vamos a suponer, siguiendo las leyes de
Volterra, y sin em-
bargo l a realidad no ésta ¿por qué no es esta?. Porque el
depredador natural de1
medio ambiente, del recurso pesquero, actúa impulsado por leyes de
tipo biológi-
co que son parecidas a las que rigen el desarrollo del r.ecurso,
mientras que en
el caso de la pesquería el depredador es u n elemento en principio
ajeno al medio
en e; q"e se el r.ecur5" y e" SeYündO lügar es 2 - - . . ' - - A -
m . - ..-a- 1 - . . - -
I I I I ~ U ~ b d u ú pur- ur iab teyeb q u e ,
aunque luego veremos que en su planteamiento global, el modelo es
muy parecido,
obedecen a otros presupuestos. Son las leyes de la economía y de la
sociología.
Si no fuese as í no nos explicaríamos porque en ciertas áreas del
mundo extrema-
damente agotadas, donde la pesca da como resultado un rendimiento
mínimo, el pes -.
cador s igue i n s i s t i e n d o una y o t r e vez, i n c l u s i
v e haciendo nuevas invers iones,
cuando e l r e s u l t a d o f i n a l de e s t a acc ión es una
pesca r i d i c u l a desde e l punto de
v i s t a c u a n t i t a t i v o , pero es que a l l a d o de e s
t a pesca r i d í c u l a se encuentra un
rend imiento económico i m p o r t i n t e ; m ien t ras , aunque e
s t e caso es menos c o r r i e n t e ,
e x i s t e n o t r a s áreas d e l p l a n e t a donde e x i s t i
e n d o un recu rso abundante, no hay
práct icamente pesca o s i l a hay es muy reducida, y a sea po r
que e l rend imiento
económico se es t ima ba jo , y a sea p o r que l o s cond ic
ionantes s o c i a l e s hacen d i f í -
c i l l a exp lo tac ión . Por t a n t o e s t a i n t e r a c c i
ó n de l aspecto B i
t o Económico, in tegrados, absolutamente in tegrados, es l o
que
Cienc ia de l a s Pesquerías. Y además pa ra redondear, l e s d i r
é
en un entorno concreto, en un en to rno geomorfo lógico. No es
1
r í a sobre una m p l i a p l a t a f o r m a de fondo suave que
cobre una
o l ó g i c o y d e l aspec - c a r a c t e r í z a a l a
que e s t o se r e a l i z a
o mismo una Pesque-
es t recha p la ta fo rma
de fondo escabroso. Y no es l o mismo no s ó l o p o r és te hecho
s i n o porque e s t o co r~ -
d i c i o n a e l t i p o de pesca, e l t i p o de espec ies y
muchísimas cosas más. El grado
de condic ionamiento es t a l que, en generz l en l o s t i p o s
de cos tas escabrosas son
d i f í c i l e z l a s comunicaciones p o r t i e r r a , es d i f
í c i l l a e x i s t e n c i a de puer tos l o
cua l compl ica l a s i t u a c i ó n . Por t a n t o en e l en
torno geomorfo lógico que engloba
l a s i t u a c i ó n , encontramos un aspecto ecob io lóg i co : e
l r e c u r s o y o t r o aspecto que
es e l socioeconómico, e l depredador; y todo e l l o i n teg rado
c o n s t i t u y e l a s Cien-
c i a s de l a s Pesquerías. En e s t a c i e n c i a que hoy y a
se cons ide ra c i e n c i a como t a l ,
se es tab lecen modelos mucho más evo luc ionados que l o s que
seneraron Beverton y
H o l t . Hoy avanzamos y a en o t r a d i r e c c i ó n : l a i n
t e g r a c i ó n . En e s t e camino nos en-
contr,amos con una necesidad u rgen te y fundamental; cuando se i n
i c i a l a i n v e s t i g a - c i e n de ü ~ a pesqüer5a es : - A
' - - - - - - h l - m - - - - " - -1 Unel;.-. M---¡nfi
I r lU 5 p C I I ~ C I U I C LuIIuLcl e l.lcu i.lai lilu. LO
fundamentat
no es conocer o t r a s face tas ; l o p r imero de todo es conocer
e l Medio Marino.
Cüaiido yo m p e c 6 a e s t ü d i a r j U? e s t o
desgraciadanente hace mücho: año;,
l o s B ió logos puros, l o s P lan tó iogos , l o s Oceanó9rafos,
s e n t i a n c i e r t o desden a l
t r a t a r con l o s que empezábamos a fami 1 i a r i zarnos con l
a d inámica pesquera; nos
consideraban como de segundo n i v e l . En f i n , y o soy un c a
t a l á n muy tozudo y a l o
l a r g o de l o s 38 años nunca cedí a e s t a ten tac ión ; me
mantuve f i r m e en querer i n -
t e g r a r . Hoy ya no se conc ibe n ingún Simposio, n inqún
Coloquio, n ingún Congreso,
donde se expongan l o s r e r u l t a d o s d e l t r a b a j o
sobre una determinada área, en el
que a l l ado de l a Oceanografía, de l a B i o l o g i a ,
Plancton, P r o d u c t i v i d a d Pr imar ia ,
bac tereo iogfa , no haya a l f i n a l de esta cadena l o q u e
es, n i mas n i menos, el Re -
curso, Es to es l a p r imera etapa. La segunda etapa es c a r a c
t e r i z a r l a s pob lac io -
nes, no lo olviden, porque hoy está un poco olvidado y es un papel
trascendente, dentro de la trascendencia humana evidentemente,
estudiar la sistemática y la ta - xonomía. Es importantisimo. En
una primera etapa, a falta de otra información, a
falta de otras disponibilidades, muchas especies que eran formas
distintas, se
trataban, desde el punto de vista pesquero, como unidades de stock
globales. Es-
to no puede ser así; ello pudo ser así en un principio porque había
que empezar
a hacer algo, porque la industria pesquera era apremiante, porque
los gobiernos
y 1 as Administraciones nos aprerni aban, pero hoy 1 as
circunstancias son diferen-
tes; hoy ya contamos con un "background" suficientemente importante
de personas
especialistas en ictiologia, carcinología, de especialistas en
Cefalópodos, e t c ,
que nos muestran el diferente comportamiento de las especies; para
algo arras-
tran una base genética distinta. Hay que separar perfectamente,
caracterizar las
poblaciones y las subpoblaciones y los stocks, para poder llegar a
un estudio ;O+
firme y adecuado de una pesqueria. La tercera parte tiene
relaciÓnxel hecho que
los primeros investigadores de esta materia, en los años 40 y 50,
hicieron una
abstracción de la realidad. Por ejemplo Beverton y Holt que
trabajaron juntos,
como Vds. ya saben, escogieron la Platija del Mar del Norte y la
trataron como
si en el mar no hubiese más que platijas y lo hicieron porque no
disponían de me -
canismos y de instrumental adecuado, para resolver los muchísimos
parámetros que in-eracciman en una comnnidx! ec~!Sgica. Pero h ~ y
crin e! decarrol!~ de los sis - temas de computación, esto ya no es
ningua excusa. Hoy podemos actuar y tener en
cuenta un factor que es muy importante: les he hablado del
ambiente, les he ha-
biado de la caracterización de grupo, pero no podemos olvidar que
los diversos componentes de un ecosistema interaccionan entre sí.
En esta interacción, las ca -
denas tróficas son el elemento de enlace; deben jugar un papel
importante en el desarrollo del modelo que pretendemos plantearnos
para poder 1 levar a cabo al fi - nal un pronóstico de como
funciona la explotación. Y finalmente están los factu-
res p e s q ~ e m s . En e s t o s esquemas t a n rtilizrdns de
rec!~tamientn, crecimientn,
factores positivos equi 1 i brando los factores negativos:
mortalidad natural, mor-
tal idad por pesca, evidentemente la mortalidad por pesca es una
función sencilla
de un parame
la vía de lo
tro que es la pesca. Sin embargo este dato tan fácil de anunciar
re-
1 de medir. Si es difícil medir la mortalidad natural, también es
di -
la mortalidad por pesca. Cierto que el hombre a todo encuentra solu
-- siempre las encuentra por la via de groseras simplificaciones. Y
grosero ha dado lo que veníamos diciendo: esfuerzo de pesca y
unidad
de esfuerzo de pesca. Entonces nos preguntamos: ¿qué es esfuerzo de
pesca? ¿qué
es poder de pesca?. Y en es te instante en el que empezamos a
entrar en esta diná - mica de preguntas, nos encontramos que para
el mismo t ipo de barco, el mismo t r a - bajo, los mismos motores,
l a misma bodega, es posible escoger l a unidad que se
quiera, se encuentran enormes diferencias. Y es tas diferencias
¿qué quieren de-
c i r? . Antes decía que hay mucho nás que todo esto: hay la
pericia del pescador,
hay el factor estimulante de aquella economía que mencionábamos
antes, de l a s i -
tuación social , que obliga al pescador a tener los ojos muy
abiertos. Hay u n mon - t o n de cosas y yo d i r í a que es por
aquí por lo que antiguamente en los modelos
más simples se atendía simplemente al esfuerzo pesquero. Pero l a
economía y l a
sociología entran, se cuelan en el baremos, en el modelo global.
Ahora nos exten - deremos fundamentalmente en es ta línea. Aunque
sea biólogo, más que biólogo, na-
tu ra l i s t a de la antigua escuela, e l año pasado me atreví a
organizar en Barcelo-
na u n Congreso de Economía Pesquera. Tuve la suerte de contar con
una compañera
mía y vuestra, Isabel Ber tolot t i , y e l l a posiblemente pueda
explicar mejor que
yo el resultado del mismo. A l l í se planteó un problema básico y
descubrimos u n aspecto importante: que el mismo modelo ecológico
que sirve para explicar e1 com - p o r t a m i e n t o erológicn de
U n s t ~ ~ k , S S ~ F P rara explicar e! cimp~rtamientn ec~nSmi -
co del explotador del stock. Hubo una ponencia que en su
presentación intentó de - mostrar que el modelo biológico servía
para entender el modelo económico. Pero
luego en i a segunda se planteo el problema desde el p u n t o
inverso: como el mode-
lo econóvico se estructura de forma parecida a los modelos
ecológicos a pa r t i r
de los parámetros económicos. tealmente fue muy interesante
constatar como dos
enfoques dis t in tos confluian en e l mismo resultado. Creo que es
u n de ta l le que,
vale la pena que sea cuidadosamente examinado, porque explica hasta
qué punto el
modelo ~ U P !es e s t ~ y vendiend~, de in tograc?Gn Ue amhgs
uspertos, es f ruc t i fe rc
y es e l único que puede dar resultados de cara a l futuro s i l a
Administracih lo
ve claro.
El primer aspecto, el aspecto ambiental, t iene en Argentina una
base impor -
tac te y d i r í a que es ta base importante t iene dos aspectos:
uno es de carácter
geomorfológico, y el otro es de carácter f í s i co . Vds. dirán ¿
Y por que no de ca-
rácter químico? lo van a ver enseguida. El primero se ref iere a la
plataforma con-
t inenta l . La ex i s tewia de una plataforma amplia y suave, que
gana profundidad
con lenti tud, es un factor determinante. Hace ya bastantes años,
en Argentina
precisamente, apareció u n l ibro que en aquella época se hizo
famoso. Se basaba en especulaciones sobre 1 a caracidad de l a
producción del mar. Y daba como re-
su1 tado unos números estratosféricos. Al 1 í el t r i l l ón sa l
í a po r todas partes.
Esto, en aquella época, se podía entender, pero hoy no sería
excusable porque
la producción en c i f ras a l t a s , en enormes cantidades, sólo
se da en cilgunos pun -
tos, no en todos. E n t a l es casos, s i la plitaforma es suave y
amplia, lo cual
no se da en la mayoría de los mares del globo, sino en muy contados
lugarec, hay
una posibilidad básica de encontrar una producción a l t a .
LLegado a es te punto es
necesario comparar l a plataforma argentina con l a relat iva
pequeñez de l a plata -
formn sudafricana, de la que se extraen anualmente enormes
cantidades de pescado.
Ello significa, por tanto, que Argentina dispone de la base
estructural necesa-
r i a , pero no suficiente, para tener una gran pesquería.
Por otra parte es preciso considerar dos partes en la plataforma
argentina:
desde el paralelo 45" Sació e l Norte y del 45" hacia el Sur.
Diversos facto-
res marcan l a diferencía: factores faunísticos, oceanográficos y
estructurales. E ? n r i m n r C s r + n r nr ~ v + r n m = r l - i
m n n + n C=<,nv 3h1 fi
1 1 1 , l l l a u a l l , l l L a v v , i c . E ? s e g u n d ~ fac
ter se refiere al
desplazamiento, de masas de agua: la corriente de Brasil que se dir
ige hacia el
Sur y entra en contacto con la masa de agua de naturaleza d i s t
in ta , menos sa la-
das, y ligeramente más es tá t i cas , que se esparcen influidas en
parte por el ca-
n a l de Maga1 l anes, influidas en parte porque l as corrientes
antárt icas giran&
hacia el Este. El resultado es el choque entre lo que podríamos
llamar la cola
f inal de la Costa Argentina, de l a coi-riente de Brasil y las
aguas f r i a s , menos
saladas, de la plataforma Patagónica. Sin embargo, y aquí es tá l a
cuestión, l a
d i f e r e n c i a e s t á en que mien t ras en l a c o s t a
afrScanci e s t e chuqüe e: bruta l , per-
manente y muy potente, generando una se r ie de afloramientos, y
principalmente
uno, extraordiriariamente fuer te , en las costas Argentinas no se
da es te poten-
c i a l . Como contrapartida exis te la enorme extensión de la
plataforma y un factor
compensa al otro. En lo que atañe a l a f í s i c a oceanográfica
exis te u n amplio cam - po todavía por desarrollar . Se nota en f
a l t a , en 1 a bibliografía l a carencia de
una se r ie de proyectos, de programas sistemáticos de acción
permanente que con-
tribuyan a explicar determinados fenómenos. Geneflalmente estos
estudios se rea l i - . .
zafi de afiu en año y se ~ á ñ übseryándu l a s variaciones
atendiendo a müestreos en
las cuatro estaciones, e tc . Así a través de cortos períodos se
pueden tener ex- pectativas que pueden multar absolutamente fa lsas
. Sir embargo cuando se extien -
de a l o largo de u n periodo más dilatado, las previsiones pueden
ser mucho más
exactas respecto a las condiciones favorables. El te-cer factor, la
estructura
ya se ha in4icado que es muy favorable a causa de l a gran
amplitud, especialmen -
t e en la zona de las Malvinas. Insistiendo en aspectos
oceanográficos hay que
señalar que las aguas de estas costas en general no se caracterizan
por su a l ta
salinidad, es evidente que las enormes aportaciones del caudal de
los rios ar-
gentinos a través del estuario del Río de La Plata, condicionan en
parte esta
situación, pero además hay u n problema muy interesante y es la
aportación de
agua dulce a través del Estrecho de Magallanes que da lugar a
salinidades del
orden del 32 %, a 34 %, q u ~ se extienden de u n a manera muy
homogénea. Esta enorme
masa que difundiéndose desde el canal de Maga'lanes va, no
diluyéndose, sino en -
riqueciéndose en agua salina, genera una estructura que llega hasta
el paralelo
459s. Estas aguas de alguna manera forman una bolsa que es la que
tropieza con
l a corriente que iiega aei norte y esto sucede, como hemos aicno,
a la altura
del paralelo citado. Esta estrategía engloba el golfo de San Jorge
que por otra
parte presenta u n enorme potencial pesquero de langostinos,
potencial que se in -
crementa cada cierto número de años, pero que cuando se presenta
muestra unos
picos realmente importantes generando unos estímulos económicos
para 1 a pesca de gran importanci a .
Estoy absolutamente seguro que la interacción de las aguas del
norte con
l a s de l a plataforma de las Malvinaz es l a quej de a l p n a
manera, condiciona e s - tos picos de langostinos así como los de
otras especies del mismo género, decá-
podos de aguajpoco profundas que están enormemente condicionadas
por los carac-
teres ambientaies. A t i tu lo de e~empio hay que cl tar una
pesquerra muy importan -
t e , de gran densidad, en el Sur de Estados Unidos y Norte de
Wxico: las fluc-
tuaciones se deben exclusivamente a las variaciones
ambientales.
Por otra parte, al final de la zona en el Cabo de Hornos, en el
estrecho
de Drake, y como se sabe, a lo largo de t o d o el contorno
antártico, existen pro - fui7das y variadas transgresiones que dan
lugar a afloramientos importantes. E l
af l oramiento, el enriquecimiento en esta zona condiciona la
existencia del kri 11
E l realidad en la pesquería situada hacia o! sur, se riqueza se e
~ p l i c a precisa- l' mente por el factor de la presencia de las
aguas de corriente antártíca. Resu-
miendo diríamos que la pesquería argentina está dividida en:
a) Costera y a l d e c i r c o s t e r a me r e f i e r o
fundamentalmente a zonas embolsa-
das y c i t a r i a como ejemplo e l G o l f o de San Jorge.
b ) Plataforma, en donde hay una producc ión p r i m a r i a
bastante buena, r e l a t i - vemente buena y comprendería de
alguna manera toda l a gran p r o v i n c i a de
Buenos A i r e s y t o d a l a ampl ia Plataforma, P la ta forma
Marina, en donde
l a s c a r a c t e r í s t i c a s s e r í a n fundamentalmente
una c i r c u l a c i ó n e x c é n t r i c a
de aguas poco saladas.
c ) Finalmente a l sur de T i e r r a de Fuego 1 as pesquer ias que
d e r i v a n de l a
i n t e r a c c i ó n con l a s aguas propfamente a n t á r t i c a
s .
Evidentemente a cada una de es tas e s t r u c t u r a s cor
responder ía una gran va-
r i e d a d de especies. Pero c l a r o n i tengo tiempo, n i tengo
p o s i b i l i d a d , n i segura-
mente au to r idad para e n t r a r en todas. Dent ro de l a s
especies l i t o r a l e s l e s c i t a -
r é p o r ejemplo e l l a n g o s t i n o ; en l a gran p l a t a f
o r m a s i t u a r í a l a merluza y l a an-
c h o i t a , y en l a zona de l a gran p la ta fo rma su r l o s
gádidos en general y e n t r e
e l l o s "Micromes is t ius a u s t r a l i s " espec ie impor tan
t í s ima . En l a s cos tas m e d i t e r r á -
neas españolas se encuent ra "M ic romes is t i us poutassou" cuyo
comportamiento es
exactamente e l mSsmo. Es ta ?;peci? en l a p l a t a f o r m a u x
i d e n t a l de la; cos tas de
l a s i s l a s b r i t á n i c a s l l e g a a fo rmar masas que e
n t r e 200 y 400 m. de pro fund idad
permi ten capturas de 100 Tm/h con a r t e s de a r r a s t r e . Y
y a hac ia e l su r nos encon -
tramos con l o s no to tén idos q u ~ son un r e c u r s o impor
tan te y, f ina lmente , a l t é r m i - no de e s t a zona en l a
p a r t e a u s t r a l tenemos e l k r i l l y pocos peces.
Los e s p e c i a l i s t a s que t r a t a r o n l o s problemas
de p r o d u c t i v i d a d en e l mar,
señalan un modelo muy s in ip le que en resumen seña la l o s i g u
i e n t e : m i l k i l o s de
p l ancton generados po r a f l o r a m i e n t o , e t c . (como
saben Vds. en cada esca lón de
l a cadena se p i e r d e una c a n t i d a d de energ ía y de
masa) dan l u g a r a 100 Kg. de de-
predador d e l p lancton, copépodos, l a r v a s pequeñas e t c . a
l o s peces p lanc tóc fa -
qüe se aijmei,iai, djreetameijte de fsios ya s G i o les
currespvnde bjomasa
de animales de todo t i p o que comen a és tos , p o r e jemplo l o
s ca rn ívo ros p r i m a r i o s
que p o d r i a n ser de s u p e r f i c i e o de fondo, s ó l o
representan 1 Kg. La r e a l i d a d pa-
rece d i s c r e p a r de e s t e esquema. Para entender a l g o e
s t e s istema se d iseñó hace
unos años un experimento pa ra e v a l u a r l a t r a n . f e r e
n c i a v e r t i c a l ; se e s t u d i ó una
columna i d e a l de a y a desde l a s u p e r f i c i e h a s t a
e l fondo. No par t imos de l a su-
p e r f i c i e r e a l , nos olv idamos d e l f i t o e i n c l u
s i v e d e l zoo y l a i n i c iamos en e l
macrozoo y seguimos t o d a l a columna; se h a c i an pescas,
pescas de plancton, pes-
cas de macroplancton, recogida de bentos, pero siempre - en el
mismo s i t io , afin
de estudiar l a sucesión. Nos dimos cuenta del siguiente fenameno;
durante el día
los eufausiáceos y especialmente las formas juveniles de los peces
pertenecien-
tes al grupo de los mictófidos y similares, etc. realizaban enormes
migraciones
verticales desde 600 y más metros hasta casi la superficie. ¿Que
hacen estos ani -
males? por la noche llegan a la superficie y devoran sólo el
plancton, la prade-
ra, por la parte inferior, se alimentan, crecen y rápidamente al 1
legar el amane -
ter descienden a1 fondo donde son cor~idos, devorados por las
merluzas y otros a-
nimales de fondo, con lo cual resulta que l a cadena ha quedado
acortada. Es en
realidad como si las merluzas se situaran al nivel de sardinas o
anchoítas. Es-
t a n depredando directamente el plancton a través de u n
transmisor bioecológico,
con gran potencial de energía, que son los eufausiáceos y los
pequeños peces lu-
minosos. Este mecanismo es importantísirno por dos motivos:
Primero, porque acelera la transfemia , transfiere biomasa y
energía de
l a superficie al fondo rápidamente.
Segundo, porque tanto los eufausiáceos como
se está estudiando, que forman en los mares una b
que d a lugar a esta transferencia.
Esto genera u n a nueva dinámica y u n a manera
rencia superficie-fondo. Si no fuera así no se ex
los peces luminosos se sabe, y
omasa inmensa, y ésta es la
nueva de entender la transfe-
l icar ía que en una pequeña, re -
1 ativamente pequeña, comparativamente pequeña, p1 ataforma como 1
a de Namibi a,
exista una explotación que llego a 1 millón de Tm. de merluza y que
en este rno-
me::to está en las 600 mil Tm. anuales y que en la misma zona haya
una masa de j u - re1 que como se sabe, en su ciclo biológico u n a
parte de su vida transcurre en e; fún(ju y l a s ü p e r f j c j E
, sumii,jsira del de l 16" de Tm. de Cap-
tura. Ello se explica por este mecanismo enriquecedor y rápido de
la transferen-
ci a.
En la distribución de las especies que tienen interes pesquero se
observa
un curioso fenómeno q u 2 tiene relación con el aumento de
temperatura media de
las aguas a medida que se va ascendiendo hacia el Norte. La mayoria
de las espe-
cies típicas de la plataforma de las Malviras se extienden hacia
aguas norteñas
pero de tal forma que cada vez se encuentran en q u a s más
profundas abandonando
la plataforma para pasar a ocupar el talud continental. Al mismo
tiempo que emi-
gran hacia el norte buscando aguas cada vez más profundas disminuye
su densidad
hasta desaparecer l a mayoría de e l las , antes de superar l a
parte norte de l a pla-
taforma argentina.
La anchoíta se encuentra en l a parte más norteña de l a plataforma
segura-
mente buscando beneficicirse de l a producción resultante de los
aportes del estua
r i o del r í o de La Plata. Seguramente su principal misión es
desde el punto de
vista pesquero la de servi r de alimento a la merluza argentina
Merluccius hubbsi.
Esta especie es la más importante desde el punto de vista pesquero,
se encuentra
desde las costas de Uruguay hasta l a plataforma patagónica, aunque
los núcleos
más densos se hallan frente a Ra wson extendiéndose durante l a
primavera hacia
el norte en Bahía Blanca. Otra zona interesante se encuentra en Mar
de Plata. Du
rante el verano se percibe u n aumento de l a abundancia en
dirección sur en el
Golfo de San Jorge llegando en invierno hasta Cornodoro Rivadavia.
La merluza aus - t r a l - M. polylepis se encuentra en l a
plataforma patagónica entre 4 8 3 y 5545 con
l a mayor densidad en el paralelo 5 2 9 . Esta distribución que
corresponde al in-
vierno es parecida a l a que se observa en verano aunque en es ta
época se percibe
una mayor dispersión de l a especie. Al extenderse hacia el norte
busca aguas pro
gresivamente más profundas. Otra especie importante es l a polaca
Micromesistius
aus t ra l i s que durante el periodo invernal se s i tua
principalmente entre los para - t 1 . . o c c o r ,,.. ..;.,l..-- A
- ,,..,, A,,,:A.A A;,,,,,,, ,,, +,.A, l e .ro-J J2-J Lull Uc
lllCIYul Urf13 UaU U ,pcr LUUa I a p? otoforma
patagónica. En verano su distribución es muy parecida. Al igual que
l a mayoría
de l as otras especies que se encuentran en la plataforma de las
Malvinas cuando
se extienden hacia el norte, lo hacen profundizando en el talud.
Entre las espe-
c ies que presentan u n c i e r t o interés se ci tan l a merluza
de cola Macruronus ma- --- gall ánicus, la merluza negra Di
ssostichüs eleginoides, el baca1 ao austral S a l i -
lota aus t ra l i y el abadejo Genypterus blacodes. Otro grupo de
especies de gran
interés pertenece a la c lase de los cefalópodos decápodos: I l lex
argenticus . .
no desciende de; pa r a l e jo j 2 g S y qlie durar ;¿e e ;
iñVlei~ñú Se c u ñ c e ñ ~ i + a l e jos
de l a costa y en verano en aguas más cercanas y Loligo s p . que
abunda especial-
mente durante los meses invernales. Un grupo de peces propios de
grande: fondos
son los nototénidos de carne muy blanca y apetecible, se encuentran
principalmen -
t e en lar aguas más f r í a s del extremo sur de l a platafsrma
argentina.
Resumiendo habr ía que señalar que l a considerable ampl i tud de l
a p l a t a f o r -
ma pe:+mite e l asentarnier:to de importantes poblaciones de peces
y o t r o s animales
marinos, pero a l ser l a p roduc t i v idad marina no muy elevada,
estas poblaciones
no son capaces de sopor tar exp lo tac i
de renovación no parece muy elevada.
ma patagónica, se t i e n e l a impresión
acumulada durante largos períodos de
l a s condiciones ambientales b i o l ó g i c a
ones muy intensas y duraderas; su capacidad
En rea l i dad y especialmente en l a p l a t a f o r -
de que se es tá explotando una gran biomasa
tiempo. Hará f a l t a un buen conocir i i iento de
S y ecológicas, un pe i f ec to seguimiento de
l a pesquería y un cor rec to c o n t r o l s i se pretende
mantener una co r rec ta exp lo ta -
c i ón de l o s recursos d ispon ib les .
Admitido que l a gran p la ta forma argent ina puede d i v i d i r
s e en t r e s grandes
zonas se observa enseguida que l o s motivos para e l rna~ten
imiento de una c i e r t a
producción son d i fe ren tes . En l a zona s i tuada a l no r t e
de l pa ra l e l o 45% y espe- . . c fa lmrn te en l a zuna cercana
a l a p r o v i n c i a de Büenos A i r e s es sin büba el f a e
-
t o r más importante e l r í o de l a P l a t a con sus cuant iosos
aportes procedentes d e l
i n t e r i o r del cont inente a t ravés de l a importante red f l
u v i a l -Paraguay, ~ a r a n a ,
e t c . que desaguan a t ravés de l r í o de l a P la ta . El enr
iquecimiento debido a l o s
aportes cont inenta les con t r ibuye a l mantenimiento de una
importante masa de an-
c h o í i a que a su vez es uno de l o s p r i n c i p a l e s al
imentos de l a merluza argent ina.
Los estud ios rea l i zados por Ciechowsky, 1968 y 1979 muestran
que l a zona donde
se encuentra l a mayor abundancia de huevos de anchoíta se ext
iende desde Uruguay
hasta e; 45" ua;ores rniximos e=, l as cercanias de Mar de l * l a
t a , en Bahía
Blanca y l igeramente i n f e r i o r e s desde es ta l oca l i dad
hasta e l l í m i t e sur de su
área de d i s t r i buc i ón .
En l a zona correspondiente a l pa ra l e l o 45" es donde,
seguramente por e fec - t o de l choque de l a s aguas de l a c o r
r i e n t e de B r a s i l con l a masa de aguas ep icon - t i n e
n t a l e s extendidas por l a amplia p la ta forma de l a s
Malvinas, se encuentran va - l o r e s más a l t o s de l a p roduc
t i v idad , s i n embargo, como ya se ha ind icado ante-
r iormente no t ienen l a impor tanc ia de o t r a s áreas de a l t
a producción de l globo.
Es presumible que estos choques no sean geográficamente estables
dando l uga r a
pos ib les var iac iones en l a abundancia de c i e r t a s
especies. En estas c i r cuns tan-
c i as oceanográi icas i n i i uyen muy noí abiemente i o s
procesos meiereoiógicos que pueden o r i g i n a r fenómenos de v a
r i a c i ó n puntual muy ráp ida favoreciendo o r e s t r i n -
giendo procesos de af loramiento, especialmente de carac te r l o c
a l ; fenómenos que
en muchos casos se reducen a escasos días de duración. En el
estudio 'South Afri-
can Ocean Colour and Upwelling Experiment', que Shannon realizó
recientemente en
l a península del Cabo (Sudáfrica) pueden verse ejemplos muy
característ icos de lo
que se acaba de indicar. Si el máximo de producción coincide con l
a puesta y eclo -
sión de los huevos de alguna especie cu2as larvas tengan vida
planctónica, e s ta
circunstancia será ocasión muy posiblemente de u n excelente
reclutamiento y por consiguiente de iina se r ie de exceleiites
capturas. Es importante por consiguiente
una perfecta coordinación de todos los aspectos para asegurar el
éxito de l a pro-
ducción pesqr~era, que no depende únicamente de una concreta
explotación.
En 1 a ampl i a pl ataforrna de l as Malvinas la influencia de las
aguas que f lu -
yen procetientes del Estrechf~ de Maga1 1 anes originan una
disminución de 1 a sa l in i - dad que llega a valores de 32 ' 5
%en las cercanías del mencionado Estrecho, aumen - tanao a medida
que se separan de es te punto siguiendo u n rnodeio de difusión
bien
estudiado. La distribución de l as isóbatas es casi concéntrica con
un g rad imte
practicamente homogéneo, encontrándose la isohalina correspondiente
a los 34%' se
encuentra po r fuera, englobando el archipiélago de las Is las
Malvinas y e l Cabo
de Hornos.
Más hacia el sur se entra en contacto con l as aguas de origen
antár t ico que
circulan por la zona del canal de Drake. Es l a zona donde se
encuentran l a s más
altas tasas de hinmasa en forma de k r i l l j eufa~'siácem
alt;im~:~nte ñh~lndantes en t o - do el cinturón antárt ico. En
resumen s i bien las zonas de a l t a productividad no
son muy extensas y como se ha indicado se situan entre los
paralelos 3 7 3 y SO",
ai cnocar ¡as aguas de l a corrfente de Brasil con las
subantarticas especialmen-
t e en el e je de l a s 100 brazas de profundidad, es ta
productividad al disponerse
sobre una amplísima plataforma, ve compensada su relativamente baja
tasa de pro-