ARTICULO
Presentación de un caso
Lactante de doce meses, femenina, procedente del área rural que es traída al servicio de
urgencia por el médico de familia, pues la niña ingirió una batería de prótesis auditiva,
llevándosela inmediatamente a la boca y tragándosela. El examen físico fue completamente
normal. El padre trajo un plegable del fabricante de la prótesis que señala entre otras cosas
lo siguiente:
“Las pilas y los audífonos pueden ser peligrosos si se ingieren o si se utilizan de forma
incorrecta. Pueden resultar muy perjudiciales, causar pérdidas auditiva permanente o incluso
ser mortales”
Se realizó radiografía de abdomen simple, observándose la pila en la proyección del
estómago. Por primera vez acudía al servicio una paciente con estas características, por lo
que se procedió a consultar
al Departamento Nacional de Toxicología. Tampoco tenían registrado algún hecho similar por
lo que aconsejaron seguir las instrucciones del fabricante y tratar de extraerla, además se
consultó con los especialistas de ORL y todos recomendaron su extracción lo más pronto
posible. En nuestra institución no se dispone de instrumentos de endoscopia de vías
digestivas superiores (gastroduodenoscopio). Se sugirió entonces hacer laparotomía,
apertura del tubo digestivo y extracción del cuerpo extraño. El padre no accedió a la
intervención hasta 8 horas después, en ese momento se repitió radiografía de abdomen
simple y la batería se observa en la proyección del intestino grueso. Se decidió no intervenir
quirúrgicamente, mantener en observación y continuar con manitol para estimular los
movimientos peristálticos y contribuir a su eliminación en el más breve tiempo posible. La
niña expulsó la batería antes de las 24 horas de haberla ingerido. Al encontrarse
asintomática y con examen físico negativo se decidió su egreso y el seguimiento por el
médico de la familia y por consulta externa.
Al día siguiente se presentó el caso en la lista de cirugía pediátrica: cirped-
[email protected] recibiéndose opiniones muy interesantes
Comentarios
Revisión de la literatura y consideraciones recibidas por el correo electrónico.
Mc Dermott3 en Edimburgo, Escocia, señala que la ingestión de baterías de discos por
lactantes y niños pequeños es un problema que se incrementa diariamente. Cuando
permanecen en el estómago pueden corroer y dañar la mucosa y producir envenenamiento.
Informa en su trabajo de 37 niños que tragaron 46 discos de batería en tres años. En
Chile4 se señalan alrededor de 100 casos anuales con 25% de incremento cada año. Litovitz y
colaboradores en Washington6 publican 2382 casos en 7 años, 2320 tipo botón y 62
cilíndricas; 44,6% procedía de audífonos.
Las consecuencias que pueden traer el manejo inapropiado de un paciente que ha ingerido
un cuerpo extraño ha sido descritas.1
Obstrucción de la vía digestiva dificultando la deglución e impidiendo la expulsión
de secreciones con el consiguiente riesgo de aspiración, compresión de la tráquea
por los objetos ubicados en el esófago.
Daño mecánico de la mucosa con riesgo posterior de estenosis, perforación
fistulización e infección.
Daño químico como consecuencia de la extravasación de los componentes de una
batería.
Quemadura eléctrica secundaria a la descarga de una batería.
Toxicidad de acuerdo con la composición del objeto ingerido.
El doctor Enrique Quiroga del hospital Juan Canalejo en la Coruña, España7 en su mensaje
electrónico al Dr. Jorge David8 señaló que las pilas llamadas de disco por su forma están
hechas con electrolito alcalino que ampara una tela generalmente NaOH o KOH y está
insertada entre un ánodo y un cátodo, el volumen y la composición de las mismas varían y
pueden contener cantidades diferentes de óxido de mercurio, óxido de zinc, óxido de cadmio
o hidróxido de litio. Si la pila se rompe por cualquier causa y se produce un escape de
electrolito puede provocar necrosis por licuación tisular, por otro lado en caso de impactación
la corriente continua de bajo voltaje entre los electrodos puede producir quemadura eléctrica
en la zona. Por regla general la ingestión de una pila de estas características no producirá
ningún tipo de lesión y será eliminada sin incidencias en un plazo que oscila entre 14 horas y
7 días; sin embargo, están descritos casos mortales y la morbilidad es relativamente
importante por lo tanto es aconsejable la evaluación precoz. Covarrubias y
colaboradores4 señalan que el contacto de batería con la mucosa digestiva rara vez produce
intoxicación por metales o necesidad de cirugía pero pueden producirse complicaciones
serias como perforación, fístulas, estenosis e incluso la muerte; recomienda la intervención
quirúrgica cuando la pila se encuentra inmóvil por 5 días después de atravesar el píloro.
Los doctores Manuel Ruiz Huerta9 de Guadalajara, México, Claudio Puente10 de Santiago de
Cuba, Rafael Trinchet11 de Holguín expresan que la quemadura cáustica que se produce en el
esófago suele asociarse a perforación
En el Royal Hospital for Sick Children Edimburgo, Escocia3 utilizan un dispositivo de magneto
adaptado a una sonda orogástrica con fluoroscopia que ha sido con éxito en 32 niños sin
anestesia general. Peralta G y colaboradores publican el caso de una niña de 11 meses de
edad que ingirió una batería de un reloj de pulsera sin que lo advirtieran los padres
permaneciendo en el esófago por mas de 30 horas antes de ser extraída produciéndose una
fístula traqueosofágica con graves complicaciones pulmonares que causaron la muerte de la
niña y expresa que las pilas de botón constituyen un nuevo tipo de cuerpo extraño propio de
esta época que presenta un potencial de morbilidad severa y mortalidad. La ingestión de
estos adminículos constituyen una emergencia por el riesgo de perforación que implica,
sugiere un esquema de tratamiento en estos niños que incluye la extracción endoscópica de
las vías aéreas y el tratamiento apropiado y oportuno de las complicaciones particularmente
de las perforaciones y las fístulas que eventualmente puedan ocurrir.
COMENTARIO
Este es un caso de la gravedad de las lesiones que puede producir el KOH dado que se puede presentar en baterías tan simples como las de un audífono, por suerte el paciente lactante expulso el objeto sin producir una toxicidad, ya que de no ser este el caso pudo ocasionarle una quemadura a nivel del esófago.
WEBGRAFIA
http://www.multimedgrm.sld.cu/articulos/2003/v7-2/3.html
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