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ANÁLISIS DE LA ESTABILIDAD TEMPORAL DE LA CLASIFICACIÓN EMPIRICA DEL
COMERCIO INTRAINDUSTRIAL DE ESPAÑA (1980-2004)
Sequeiros Tizón, Julio (Economía Aplicada I, Universidad A Coruña) [email protected]
Fernández Redondo, Marta (Economía Aplicada I, Universidad A Coruña) [email protected]
García-Carro Peña, Beatriz (Economía Aplicada II, Universidad A Coruña) [email protected]
López Martínez, Iván (Economía Aplicada I, Universidad A Coruña) [email protected]
AREA TEMATICA 3: Comercio e Integración
La evidencia empírica muestra un crecimiento en los últimos años del comercio intraindustrial y a esta realidad
no es ajeno el comercio bilateral de nuestro país con el resto de los países de la UE. En este trabajo realizamos
una nueva profundización al análisis del comercio intraindustrial de España, a través de la metodología habitual
(índices de Grubel y Lloyd, Fontagné y Freudenberg y cocientes de los índices de valor unitario en la
importación y la exportación), lo que nos lleva a obtener la clasificación empírica comúnmente utilizada para el
comercio, es decir, interindustrial, intraindustrial con diferenciación vertical e intraindustrial con diferenciación
horizontal.
Partiendo de esta clasificación y utilizando contrastes de aleatoriedad comprobaremos si la aparente estabilidad
temporal de la clasificación del comercio exterior español a nivel agregado se mantiene en el análisis más
detallado producto a producto. La aplicación empírica se concreta en el comercio bilateral de España con sus
principales socios comerciales (Francia, Alemania y Portugal) según la clasificación de productos CUCI Rev 2 a
5 dígitos y el período analizado abarca desde 1980 hasta 2004.
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ANÁLISIS DE LA ESTABILIDAD TEMPORAL DE LA CLASIFICACIÓN
EMPÍRICA DEL COMERCIO INTRAINDUSTRIAL DE ESPAÑA (1980-2004)
Indice: 1. Introducción. 2. El comercio intraindustrial: un breve repaso teórico. 3. Clasificación empírica del comercio exterior. Algunas cuestiones metodológicas. 4. El comercio de España con Francia, Alemania y Portugal: evidencia empírica del comercio intraindustrial. 5. Contrastes de aleatoriedad: metodología y datos. 6. Conclusiones.
1. Introducción.
La evidencia empírica muestra un crecimiento en los últimos años del comercio intraindustrial
y a esta realidad no es ajeno el comercio bilateral de nuestro país con el resto de los países de
la UE. En este trabajo realizamos una nueva profundización al análisis del comercio
intraindustrial de España a través de una metodología habitual utilizada en los estudios de
comercio exterior. Las variables utilizadas permiten obtener la clasificación empírica del
comercio en interindustrial, intraindustrial con diferenciación vertical e intraindustrial con
diferenciación horizontal. Partiendo de ello, llevaremos a cabo un análisis de la estabilidad
temporal de la clasificación empírica del comercio intraindustrial de España.
Nuestro trabajo parte de dos aportaciones básicas. Por un lado, los estudios de Fontagné y
Freudenberg, que dividen el comercio entre países en las tres categorías referidas
anteriormente: comercio interindustrial (CI), comercio intraindustrial diferenciado
horizontalmente (o de gama media, CIIH) y comercio intraindustrial diferenciado
verticalmente (con sus gamas alta y baja, CIIV). En su trabajo para la Comisión Europea
(1997) se concluye que el incremento del comercio intraindustrial (intra-UE-15) para el
período 1980-1994 se explica por un claro aumento del comercio intraindustrial vertical
mientras que el comercio intraindustrial horizontal permanece constante y el comercio
interindustrial se contrae para el período considerado, en términos relativos.
Por otro lado, el trabajo de Nielsen y Lüthje (2002), donde se concluye que esta clasificación
empírica del comercio en tres categorías se manifiesta como inestable a nivel de productos
después de aplicar contrastes de aleatoriedad para el comercio Francia-Alemania de 1961 a
1999. Es decir, según los autores, la metodología de Fontagné y Freudenberg está obviando el
3
hecho de que un alto número de productos cambie de posición (comercio intraindustrial
vertical, comercio intraindustrial horizontal e, incluso, comercio interindustrial) con relativa
frecuencia a lo largo del período considerado, poniendo en cuesto este tipo de clasificación
del comercio.
El objetivo de nuestro estudio es, basándonos en ambos trabajos, utilizar contrastes de
aleatoriedad para comprobar si la aparente estabilidad temporal de la clasificación del
comercio exterior español a nivel agregado se mantiene en el análisis más detallado producto
a producto. La aplicación empírica se concreta en el comercio bilateral de España con tres de
sus principales socios comerciales (Francia, Alemania y Portugal) según la nomenclatura de
productos de la Clasificación Uniforme para el Comercio Internacional (en adelante CUCI) en
su Revisión 2, a 5 dígitos, y el período analizado abarca desde 1980 hasta 2004. Los datos del
comercio proceden originariamente del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales (en
adelante DAIE) de la Agencia Tributaria española1.
En el apartado dos se expondrá brevemente el marco teórico de nuestro trabajo, haciendo
hincapié en las nuevas teorías sobre comercio internacional. En el tercer epígrafe se hará un
repaso de los indicadores tradicionales y de las aportaciones más actuales en la medición del
comercio intraindustrial. En el punto cuatro, se analiza el comercio exterior de España con
Alemania, Francia y Portugal durante el período de estudio propuesto, incidiendo en la
segmentación del mismo en las tres categorías señaladas: comercio interindustrial, CIIH y
CIIV. A partir de los resultados obtenidos, en el quinto apartado se aplicarán contrastes de
aleatoriedad sobre las clasificaciones del comercio, así como a las dos variables implícitas en
esta clasificación (el grado de solapamiento de exportación e importación y la similitud entre
los valores unitarios de exportación e importación) con el objetivo de evaluar si esta
clasificación del comercio en tres categorías es la más adecuada. Por último, se anotan unas
conclusiones.
2. El comercio intraindustrial: un breve repaso teórico.
Desde los clásicos, la teoría económica ha puesto especial atención en las ventajas que
proporciona el comercio como instrumento para la promoción del bienestar. El intercambio 1 Más concretamente, los datos de comercio proceden de la base de datos sobre el comercio exterior español “Gaspar”, elaborada por Julio Sequeiros en función de los datos originales del DAIE.
4
internacional permite que los países se especialicen en aquellas actividades en las que se
muestran comparativamente más capaces y proporciona a las empresas la posibilidad de
disfrutar más plenamente de las economías de escala. En el primer caso se trata de sacar
provecho de la diversidad, rentabilizando las diferencias de gustos, dotación de factores,
recursos naturales o capacidades tecnológicas de los países. En el segundo, se trata de
beneficiarse de las ventajas que se derivan de la concentración de la producción. En ambos
casos, el comercio mejora las posibilidades económicas de la comunidad internacional al
incrementar los niveles de eficiencia de los países implicados y, en consecuencia, permite que
los ciudadanos no sólo disfruten de superiores niveles de bienestar sino también permite el
acceso a una más amplia gama de opciones de consumo.
La teoría neoclásica del comercio internacional explica el comercio entre naciones distintas de
productos diferentes (intercambio de productos manufacturados por materias primas entre
países industriales y países en vías de desarrollo) a través de las ventajas comparativas de
cada país frente a los demás. Dicho de otra forma, el comercio se explica, principalmente, por
las diferencias en la dotación de factores (y en las diferencias de los precios de los factores),
en los distintos grados de tecnología alcanzado o en el capital humano.
Sin embargo, el comercio mundial se ha alterado notablemente en la segunda mitad del siglo
XX: el comercio ha crecido en volumen, su naturaleza interna se ha modificado, la
importancia y la participación de los distintos países también ha cambiado. Para explicar la
evolución del comercio mundial hay que hacer referencia a la progresiva aparición en el
mercado mundial de los Nuevos Países Industriales (principalmente asiáticos), a una mayor
interconexión y dependencia internacional y la institucionalización de los acuerdos de
liberalización comercial como fenómenos de la globalización económica.
En lo que respecta a la naturaleza del comercio internacional, existe un aspecto de la
globalización que nos parece de una importancia mayor: la crisis del Estado Nación, que se
materializa en los distintos procesos de integración económica o de regionalización de las
economías nacionales, proceso particularmente visible en Europa, donde los principales datos
y las principales variables de la política económica vienen dados exógenamente2. Este tema
pasa a ocupar un lugar central en la Teoría del Comercio Internacional y desde el inicio de las 2 Una visión de conjunto de cómo ha evolucionado la teoría económica del comercio internacional y la teoría de la integración económica en Sequeiros (2000).
5
uniones regionales en la Europa de los años cincuenta (Benelux) se puso en evidencia la
naturaleza interna de los flujos comerciales, exportaciones e importaciones simultáneas de los
mismos productos (Verdoon, 1960; Drèze, 1960; Balassa, 1964; Grubel, 1967).
A partir de los años sesenta, con la consolidación del comercio intraindustrial y los
abundantes resultados empíricos, se plantea una ruptura con la teoría neoclásica en la medida
en que encierra una paradoja: si los países importan lo que no producen o producen en
defecto, y exportan lo que producen en exceso ¿cómo es posible que un país exporte e
importe el mismo tipo de producto? La reacción a estos planteamientos vino de la mano de los
teóricos de la new classical view quienes tratan de compatibilizar una explicación en términos
de ventaja comparativa para el comercio interindustrial con otra explicación distinta para el
tramo de comercio intraindustrial a través de la competencia imperfecta. Así, el comercio
intraindustrial se caracterizaría por ser un tipo de comercio entre países de similar nivel de
desarrollo y con dotaciones factoriales también similares (distancias económicas cortas), y en
mercados en los que predomina la concurrencia imperfecta (oligopolística) y en los cuales el
papel de las economías de escala es básico. Al mismo tiempo, en un marco de este tipo, se
supone la perfecta movilidad de productos y factores a nivel internacional3.
En consecuencia, los efectos económicos del comercio inter e intraindustrial serían muy
diferentes. En el caso del comercio interindustrial, tendríamos una relocalización de los
factores (y recursos) en búsqueda de la mayor eficiencia, saliendo perjudicados aquellos
sectores que se ven más afectados por las importaciones. En el caso del comercio
intraindustrial, esta relocalización sería dentro de las industrias y no entre industrias, con lo
cual los efectos redistributivos serían mucho menores, disolviéndose en un mundo donde las
economías de escala son fundamentales4. El comercio interindustrial sería causa y efecto de la
3 En este punto citamos algunas obras que podemos considerar clásicas y habituales en los estudios sobre comercio intraindustrial: Krugman (1979, 1993); Grubel y Lloyd (1975); Helpman (1981); Helpman & Krugman, (1985, 1992); Greenaway & Milner (1986); Greenaway & Winters (1994); Greenaway (1996). 4 En lo que se refiere a los costes de ajuste del comercio, debemos tener en cuenta que, en aquellos casos en los que predominen los flujos de comercio intraindustrial, un mayor grado de apertura al exterior no implica elevados costes de ajuste puesto que los posibles cambios en la utilización de los factores se producen dentro de cada industria, sin alterar sustancialmente las proporciones factoriales utilizadas, ni la relación capital producto. Circunstancia que no ocurre del mismo modo cuando se trata de incrementos de apertura en un contexto de comercio interindustrial: las proporciones factoriales y la relación capital trabajo y capital producto no tiene que ser la misma entre industrias distintas (Martín y Orts, 1999).
6
división del trabajo clásica y tradicional mientras que el comercio intraindustrial caracterizaría
la división del trabajo actual, por ejemplo, en el interior de la Europa occidental5.
El análisis del comercio intraindustrial es un tema clave en los estudios de comercio exterior.
Algunas investigaciones empíricas recientes exploran la relación que debería existir entre el
nivel alcanzado por el comercio intraindustrial y el nivel de desarrollo económico. También
debemos señalar que existe ya una abundante evidencia empírica que señala que el comercio
intraindustrial crece independientemente del nivel de agregación que se utilice y, lo que viene
a ser lo mismo, el comercio interindustrial se reduce para todos los niveles de agregación.
Como resumen diremos que el comercio intraindustrial es mayoritario en el comercio exterior
de los países desarrollados (sobre el 70 por ciento del total) y se realiza fundamentalmente
entre economías muy similares, esto es, entre economías cuya distancia económica es muy
reducida.
Por otro lado, un país puede importar y exportar productos similares que se distinguen bien
por ser variedades distintas del mismo producto, es decir, comercio intraindustrial
diferenciado horizontalmente; bien por tratarse de calidades distintas de un mismo producto y
por lo tanto con precios muy diferentes o comercio intraindustrial diferenciado verticalmente.
El análisis de la composición interna del comercio intraindustrial y su desglose en gamas de
calidad tiene su origen en los trabajos que se publican en la década de los ochenta
(Greenaway y Milner, 1986; Abd-El-Rahman, 1986)6. Estas aportaciones pioneras han sido
reelaboradas después en el seno del CEPII por Fontagné y Freudenberg (1997) dando lugar a
una metodología que, con ligeras modificaciones, es ya bastante común en los estudios de
comercio exterior7.
5 En este sentido, el comercio intraindustrial en general, y sobre todo, entre los países de la U.E. presenta rasgos que son característicos del comercio interregional: libertad de circulación de factores y productos; rendimientos no necesariamente constantes; economías de escala importantes, e incluso, transfronterizas (evidentes en el caso del comercio intra firma); tasas de cambio cuasi fijas (con flotación intervenida, tipo SME) o fijas (tipo euro); mercados internos de rentas altas, lo que implica una gran segmentación de la demanda en términos de gustos, variedades, calidades, etc. 6 Las aportaciones teóricas del comercio intraindustrial diferenciado verticalmente tiene sus raíces en la obra de Linder (1961) a las que se han incorporado, entre otros: Dixit & Stiglizt (1977); Lancaster (1979); Krugman (1979, 1993); Helpman (1981); Falvey & Kierkowsky (1987). 7 El comercio intraindustrial aparece desglosado solamente en dos segmentos: Two way trade in similar products o comercio intraindustral diferenciado horizontalmente o de gama media, y en Two way trade in vertically diferentiated products o comercio intraindustrial diferenciado verticalmente.
7
Así, el comercio intraindustral diferenciado horizontalmente abarcaría aquellos productos
para los cuales los valores unitarios de exportación e importación (una proxy de precios, y
ésta, una proxy de calidades) son muy semejantes. Si las diferencias son considerables
estamos en presencia de comercio intraindustrial diferenciado verticalmente. Las
investigaciones llevadas a cabo al respecto de la gama de calidades nos indican que el
comercio intraindustrial horizontal (mismo producto, misma variedad) es reducido, siendo
mucho más importante el comercio intraindustrial vertical (del mismo producto pero de
variedades diferentes)8.
3. Clasificación empírica del comercio exterior. Algunas cuestiones metodológicas.
El estudio del comercio intraindustrial, su evolución en el tiempo y su significado económico
chocan, al menos, con dos tipos de problemas. El primero de ellos se refiere al nivel de
agregación más adecuado y el segundo tiene que ver con el marco teórico de este tipo de
flujos dentro de la teoría del comercio internacional. La metodología del CII trata de medir los
solapamientos que puedan existir entre las importaciones y las exportaciones de un sector i a
cualquier nivel de desagregación9. Así, distintos autores han mostrado los flujos recíprocos en
el interior de las industrias (Balassa, Grubel y Lloyd), de las ramas de producción (Lassudrie-
Duchêne et Muchielli) o incluso a nivel de productos (Abd-El-Rahman). Los indicadores
utilizados para medir el CII también son múltiples y variados. Hagamos un breve repaso de la
metodología tradicional del comercio intraindustrial.
Uno de los primeros autores ocupados en medir el comercio intraindustrial ha sido Verdoorn
(1960), quien analizando el comercio entre Holanda y la UEBL a un nivel de desagregación
de cien sectores distintos detecta que, en sentido contrario a las predicciones neoclásicas, el
comercio crece en el interior de los distintos sectores y no entre sectores diferentes10. Pocos
8 Sobre estudios recientes del CII de distintos países o zonas geográficas ver, entre otros: Greenaway et al. (1994, 1995, 1999); Aturupane et al. (1997); Fontagné et al. (1997, 1998, 2005); Blanes y Martín (2000). 9 Estos solapamientos se consideran comercio intraindustrial. En este sentido, cuando las importaciones de un sector (producto) coinciden con sus exportaciones estaríamos ante un CII máximo y cuando sólo se importa o se exporta estaríamos ante un CII nulo. De forma complementaria, el concepto de especialización sectorial (ventaja comparativa revelada, saldo comercial relativo…) hace referencia a la parte no solapada entre las importaciones y exportaciones de un sector.
10 Veri = i
i
mx
. Cuanto más se acerque la tasa de cobertura a la unidad más intenso será el CII entre exportaciones
e importaciones para un sector i (más semejantes entre sí serán los dos flujos).
8
años más tarde Kojima (1964) relaciona el flujo minoritario con el flujo mayoritario (tomando
el más pequeño de los dos y el más grande respectivamente), de tal modo que así obtiene un
indicador de comercio intraindustrial11.
El indicador de Bela Balassa (1964) de las Ventajas Comparativas Reveladas Absolutas
recoge la enorme variedad de situaciones en las que se puede ubicar un sector dado: desde la
especialización completa (ya sea importadora o exportadora) a los distintos niveles de
solapamiento (comercio intraindustrial)12. Este índice ha sido sometido a múltiples
transformaciones para corregirlo, por ejemplo, de los efectos del saldo comercial. Así se
construye el Indice de Ventaja Comparativa Revelada Relativa (IVCRR) y el Indice de
Ventaja Comparativa Revelada Relativa Ponderada (IVCRRP)13 .
Los límites empíricos en la medición del comercio intraindustrial han intentado corregirse con
diversas propuestas donde la aportación de Grubel y Lloyd (1975) y la variante de Aquino
(1978) supone una reformulación del indicador de Balassa mejorando el problema de la
agregación y transformándolo en una media ponderada14. El indicador de Grubel y Lloyd
11 Koji =
),(),(ii
ii
mxMáxmxMín ·100. Este índice permite ordenar los distintos sectores en función de su volumen de
comercio intraindustrial, clasificación que está comprendida entre cero (todo el comercio es interindustrial) y cien (todo el comercio es intraindustrial).
12 IVCRAi = )()(
ii
ii
mxmx
+−
= 1
1
+
−
i
i
i
i
mxmx
Si el sector i arroja un IVCRA de –1 estaremos ante un sector
únicamente importador y si es +1 la especialización exportadora es total. En el caso de que sea cero, está indicando que existen flujos en los dos sentidos y que estos flujos son de magnitudes iguales, esto es, existe comercio intraindustrial.
13 IVCRRi =
∑ ∑
∑ ∑
= =
= =
+
−−
+−
N
i
N
i
ii
N
i
N
iii
ii
ii
mx
mx
mxmx
1 1
1 1
IVCRRPi =
⎟⎟⎟⎟
⎠
⎞
⎜⎜⎜⎜
⎝
⎛
+
−−
+−
∑ ∑
∑ ∑
= =
= =N
i
N
iii
N
i
N
iii
ii
ii
mx
mx
mxmx
1 1
1 1 ·
⎟⎟⎟⎟
⎠
⎞
⎜⎜⎜⎜
⎝
⎛
+
+
∑ ∑= =
N
i
N
iii
ii
mx
mx
1 1
14 De forma más detallada ver Greenaway & Milner (1986, pp. 67-71).
9
muestra la parte solapada del comercio, para un nivel de agregación dado, en relación al
comercio total15.
La metodología desarrollada por Fontagné y Freudenberg (1997) es una prolongación de los
trabajos iniciados por Abd-El-Rahman (1986) sobre el concepto de comercio cruzado de
productos similares y tiene la ventaja de que trata de conocer cuáles son los flujos que
presentan comercio intraindustrial y cuáles no, al nivel más detallado que permitan las
estadísticas de comercio16. El nivel de solapamiento se sitúa de acuerdo a la condición
siguiente: basta con que la corriente comercial en un sentido signifique el 10 por ciento o más
de la corriente en sentido opuesto para que ese producto i (el flujo en su totalidad) sea
considerado comercio intraindustrial17. Es decir:
FFi = ( )( ) 10,0
;;
≥ii
ii
mxMáxmxMín
Por otra parte, como ya comentamos en el epígrafe anterior, el comercio intraindustrial no es
un bloque homogéneo e indivisible. Una de sus peculiaridades reside en que puede ser un
comercio de productos iguales pero de calidades distintas en menor o mayor grado. El análisis
de este comercio se realiza en función de los índices de valor unitario de las importaciones y
las exportaciones de cada producto (Abd-El-Rahman, 1991). Dado que no se dispone de
estadísticas de precios adecuadas para realizar esta comparación se utilizan los índices de
valor unitario como proxy de los precios medios y, éstos, como proxy de las calidades de las
importaciones y las exportaciones de cada producto, como indicador del grado de similitud.
De esta forma el comercio intraindustrial de cada producto se clasifica como diferenciado
15 GLi= )(
)(ii
iiii
mxmxmx
+
−−+ = 1 -
)( ii
ii
mxmx
+
−=
)();(2
ii
ii
mxmxMín
+ 0 ≤ GLi ≤ +1
16 En primer lugar, frente al enfoque anglosajón de considerar “sectores” (CNAE a 4 dígitos, CUCI a 5 dígitos, etc.) el enfoque CEPII parte de considerar “productos”. Esto es, el análisis se realiza a nivel de siete dígitos NIMEXE u ocho dígitos TARIC (posición arancelaria). Esto significa tener en cuenta algo más de 10.000 productos distintos para cada período en estudio. Para una primera aplicación véase CEPII (1988), Fontagné, Freudenberg y Péridy (1997, 1998) y también Sequeiros (1999). 17 Este criterio mantiene una equivalencia directa con los indicadores más clásicos del comercio internacional. Nos referimos al Indice de Ventajas Comparativas Reveladas Absolutas (IVCRA) y el Indice de Grubell y Lloyd ordinario (GL). Los flujos comerciales que cumplen la condición FFi presentan valores que están comprendidos en los intervalos siguientes: i) en lo que se refiere al Indice de Ventajas Comparativas Reveladas Absolutas, en porcentajes: –81,82 ≤ IVCRAi ≤ +81,82; ii) en lo que se refiere al Indice de Grubel y Lloyd, también en porcentaje: GLi ≤ 18,18 y iii) la tasa de cobertura (también en porcentajes) está comprendida entre 10 y 1000.
10
horizontal o verticalmente, dependiendo del grado de divergencia entre los mismos. Es decir,
se considera que el comercio intraindustrial está diferenciado verticalmente si:
α−≤1Mij
Xij
IVUIVU
ó α+≥1Mij
Xij
IVUIVU
donde IVU Mij y IVU X
ij son los índices de valores unitarios de importación y de exportación de
cada variedad i respecto un país j, respectivamente18, siendo α el valor de dispersión que se
considere. Los valores de α más utilizados son 0,15 y 0,25, es decir, una divergencia entre los
valores unitarios de un 15 por ciento o de un 25 por ciento (Abd-El-Rahman 1991;
Greenaway et al. 1994, 1995, 1999; Fontagné y Freudenberg, 1997, 2005).
Siguiendo la metodología de Fontagné y Freudenberg (1997), donde α toma el valor 0,15 se
establecen a priori tres gamas de calidad y el cálculo se realiza de acuerdo a las expresiones:
Gamas altas: 15,1>MIJ
XIJ IVUIVU
Gamas bajas: 85,0<MIJ
XIJ IVUIVU
Gamas medias: 15,185,0 ≤≤ MIJ
XIJ IVUIVU
Si el índice de valor unitario de las exportaciones de un producto no difiere más allá del 15
por ciento del índice de valor unitario de las importaciones de ese mismo producto, estamos
en presencia de comercio de gama media, esto es, comercio intraindustrial puro o comercio
intraindustrial horizontal: el mismo producto, calidades similares. En los otros casos se trata
de comercio intraindustrial vertical de gama baja o de gama alta.
4. El comercio de España con Francia, Alemania y Portugal: evidencia empírica del
comercio intraindustrial.
En este apartado nos acercaremos al estudio del comercio entre España y tres relevantes
socios comerciales. Previamente, es necesario hacer un par de aclaraciones sobre la base de
datos utilizada.
18 IVU Mij =
ij
ij
pesoMvalorM
IVU Xij =
ij
ij
pesoXvalorX
11
En primer lugar, respecto a la elección de investigar el comercio bilateral español con
Alemania, Francia y Portugal. Uno de los inconvenientes típicos de los estudios empíricos
agregados sobre comercio intraindustrial es el efecto triangularización, que consiste en que al
agregar los flujos comerciales de un país con varios países, se puede estar acumulando varios
flujos de naturaleza interindustrial en el correspondiente comercio bilateral de un determinado
producto, tal que se conviertan en un flujo intraindustrial en el comercio multilateral. Por otra
parte, los países escogidos en nuestro trabajo están entre los principales socios comerciales de
España, de modo que nuestro comercio conjunto con ellos representó, en 2004, el 35% el 41%
de los respectivos flujos importador y exportador españoles. Además, como detallaremos más
adelante, se trata de tres tipologías comerciales con suficientes características diferenciales.
En segundo lugar, veamos unas notas respecto a la clasificación de productos empleada. La
necesidad de construir series homogéneas y con alto nivel de desagregación estadística para
un período largo ha condicionado nuestra elección a favor de la CUCI. Como ya se ha dicho,
Fontagné y Freudenberg insisten en las bondades de su método si se emplea con un gran nivel
de desagregación y, así, en sus estudios emplean la clasificación NIMEXE (hasta 1987) y la
Nomenclatura Combinada (desde 1988). Sin embargo, a pesar de que estas clasificaciones
permiten la obtención de un mayor número de productos (alrededor de 10.000 posiciones
diferentes al nivel de desagregación de 8 dígitos), no resultan homogeneizables más que al
nivel de unos cien sectores, lo que las invalidaba para nuestras pretensiones. Así, en nuestro
trabajo, hemos optado por la CUCI en su Revisión 2 para contar con una serie temporal
homogénea, más larga (25 años en total) y con un nivel de desagregación razonable (alrededor
de 2.500 productos en su máxima desagregación de 5 dígitos), frente a la posibilidad de haber
utilizado la Nomenclatura Combinada reduciendo el ámbito temporal a 17 años (desde 1988
hasta hoy)19.
El comercio exterior mantenido entre España y los tres países de nuestro trabajo ha seguido,
en sus directrices básicas del período analizado, algunas pautas comunes y otras dispares. El
proceso de apertura al exterior e internacionalización de la economía española ha tenido un
exponente claro en el comercio con Alemania, Francia y Portugal. En el gráfico nº 1 se
19 Como ya hemos comentado anteriormente, la CUCI ha sido empleada en numerosas aportaciones empíricas, principalmente por autores anglosajones (Greenaway et al, Grubel y Lloyd, Falvey y Kierkowski, etc.; véase la bibliografía citada de estos autores) y también en el trabajo de Nielsen y Lüthje (2002).
12
representa el grado de apertura de España hacia ellos, calculado como el cociente entre el
comercio de bienes con cada país y el PIB español, a precios corrientes.
Gráfico nº 1. Coeficientes de apertura externa de España (1980-2004).
0,0
2,0
4,0
6,0
8,0
10,0
1980 1985 1990 1995 2000
Alemania Francia Portugal
Fuente: elaboración propia según datos de DAIE y European Commision.
Se puede observar que en los tres casos el grado de apertura crece significativamente. La
adhesión de España a la CEE y el posterior proceso de integración monetaria ha influido
notablemente en el aumento espectacular de nuestros flujos comerciales con estos tres países.
Francia y Alemania, ya desde mediados de los ochenta, se convirtieron en nuestros dos
principales socios comerciales (desplazando a los Estados Unidos). Así, el comercio español
con Francia ha pasado de representar sobre el 10% del total en 1980 a casi el 20% en la
actualidad; con Alemania, estas cifras han pasado del 8% al 14%, aproximadamente. El caso
portugués tiene otras dimensiones. La presencia de este mercado en nuestro comercio exterior
ha cobrado actualmente la relevancia que extrañamente no había tenido durante mucho
tiempo, dada la proximidad geográfica y cultural de ambos países. De este modo, nuestro
comercio con Portugal ha pasado de no alcanzar el 1% del total en 1980 a representar sobre el
6% en la actualidad.
Estamos, por lo tanto, ante tres países que han absorbido una parte cuantiosa del comercio que
España ha realizado en el período analizado, que han ido aumentando su protagonismo en
nuestro comercio y que, en la actualidad y conjuntamente, suponen casi la mitad de los
intercambios de bienes de nuestra economía.
13
Otro aspecto significativo del comercio de España es el grado de cobertura (valor de las
exportaciones sobre el valor de las importaciones, en porcentaje), el cual varía mucho entre
los tres casos que nos ocupan, como se recoge en el gráfico nº 2.
Gráfico nº 2. Tasas de cobertura del comercio español (%).
0
100
200
300
400
1980 1985 1990 1995 2000
Alemania Francia Portugal
Fuente: elaboración propia según datos de DAIE.
El comercio español con Portugal ha mantenido un amplio superávit a lo largo de todo el
período mientras que con Alemania ha sido siempre claramente deficitario. En el caso del
comercio de España con Francia se observan unas tasas de cobertura superiores a 100 hasta
1987 para estabilizarse alrededor del 90% desde entonces hasta hoy.
El estudio del patrón comercial entre España y cada país es relevante en la cuestión anterior.
Para su estudio, hemos procedido, en primer lugar, a identificar los sectores que mayor
relevancia comercial tienen con cada país y, luego, a valorar la posición superavitaria o
deficitaria de éstos. Para ambos propósitos hemos considerado un nivel de desagregación
sectorial de dos dígitos de la CUCI rev.2 (62 subgrupos). La tabla nº 1 aporta información
sobre ambas cuestiones, circunscrita a los subgrupos principales. Así, en el cuadro aparece
aquel subgrupo cuyo comercio (importaciones más exportaciones) con cualquiera de los 3
países representase más del 2% del comercio total entre España y cada país en el trienio 2002-
2004. Este comercio supone, frente a cualquiera de los tres países, un porcentaje muy elevado
del total.
14
Tabla nº 1. Comercio de España con Portugal, Francia y Alemania. X+M, % medio
2002-04 Saldo comercial
relativo 2004 CUCI Rev. 2 (subgrupos) P F A P F A
03 Pescado, crustáceos, moluscos y preparados 3,2 1,1 0,2 0,44 -0,11 0,28 05 Legumbres y frutas 2,1 4,5 6,6 0,60 0,65 0,89 51 Productos químicos orgánicos 1,2 1,5 2,1 -0,14 -0,54 -0,47 54 Productos medicinales y farmacéutico 0,7 2,2 3,5 -0,14 -0,54 -0,47 58 Resinas, celulosas y éteres 3,7 2,1 2,9 0,13 -0,08 -0,45 62 Manufacturas de caucho, n.c.o.p. 1,4 1,5 2,1 0,58 0,04 0,00 64 Papel, cartón y artículos de pasta de papel 4,3 2,3 1,3 0,33 -0,11 -0,63 65 Hilados, tejidos y productos conexos 3,3 1,6 1,7 0,21 0,08 -0,12 66 Manufac. de minerales no metálicos, n.c.o.p. 3,6 2,0 1,4 0,17 0,41 0,06 67 Hierro y acero 5,2 3,4 2,9 0,16 -0,19 -0,20 69 Manufacturas de metales, n.c.o.p. 3,4 2,5 3,1 0,31 0,15 -0,24 71 Maquinaria y equipo generadores de fuerza 0,4 3,2 2,8 0,63 0,09 -0,48 72 Maquinarias especiales 1,1 1,1 2,3 0,59 -0,43 -0,88 74 Maquinaria y equipo industrial en general 3,4 3,3 4,6 0,39 -0,17 -0,48 75 Máquinas de oficina 2,8 0,8 1,4 0,66 -0,64 -0,79 76 Aparatos de telecomunicaciones y sonido 1,9 1,7 2,9 0,55 -0,09 -0,70 77 Maquinaria, aparatos eléctricos, n.c.o.p. 4,4 4,1 6,6 0,49 -0,10 -0,19 78 Vehículos de carretera 11,6 33,8 29,1 0,36 -0,04 -0,36 79 Otro equipo de transporte 0,5 2,2 1,2 0,32 -0,38 0,41 82 Muebles y sus partes 2,0 1,3 0,7 0,13 0,12 -0,55 84 Prendas y accesorios de vestir 7,4 1,6 0,7 0,04 0,08 0,11 87 Instrumentos de precisión , n.c.o.p. 0,6 0,7 2,0 0,65 -0,33 -0,53 89 Artículos manufacturados diversos, n.c.o.p. 4,0 3,0 2,5 0,58 0,10 -0,54 TOTAL 72,2 81,5 84,5
Nota: un mayor detalle sobre la CUCI puede verse en www.unstats.un.org P = Portugal; F = Francia; A = Alemania. Fuente: elaboración propia según datos de DAIE.
De la observación de estos datos podemos extraer ciertas similitudes y diferencias del
comercio español con los tres países. En cuanto a los parecidos, los vehículos de carretera son
el subgrupo que más importancia tiene en cualquier caso, aunque su protagonismo es
considerablemente menor en el caso portugués. La siderurgia, las manufacturas metálicas y no
metálicas y algunos productos químicos representan comercios de semejantes cuantías
relativas frente a los tres espacios.
A partir de aquí, podemos establecer ciertas diferencias entre los tres comercios. Con Portugal
aparecen como representativos los comercios de ciertos sectores que no lo son tanto con los
otros dos países: la confección y el textil (sobre todo), el pescado, la industria papelera, la
maquinaria de oficina y los muebles. Al contrario, tiene mucha más importancia nuestro
comercio con Francia y con Alemania tanto de frutas y legumbres como de diversos tipos de
maquinaria pesada y equipo industrial; incluso, en la industria farmacéutica y en las industrias
15
de aparatos de precisión, de sonido y de comunicaciones el papel del mercado alemán es más
acentuado.
En líneas generales, nuestro comercio con Francia y con Alemania está más concentrado que
con Portugal. Así, el comercio español con Francia y con Alemania de maquinaria y de
material de transporte ha supuesto la mitad del total en los últimos tres años frente a sólo el
26% del comercio que han realizado España y Portugal. En este último caso, hay que subrayar
otros flujos que han cobrado un protagonismo elevado, como ya hemos apuntado
anteriormente.
Respecto a las últimas columnas de la tabla nº 1, donde se muestran los saldos comerciales
relativos, debemos comentar lo siguiente. Lógicamente, las diferentes situaciones de superavit
(con Portugal) o déficit (con Francia y Alemania) del comercio bilateral español que hemos
presentado con anterioridad condicionan el análisis sectorial al nivel de subgrupos. En
general, podemos decir que en el comercio de España con Portugal casi todos los sectores
importantes arrojan un saldo positivo y elevado para nuestra economía. Frente a Alemania, el
resultado es prácticamente el contrario, ya que gran parte de estos sectores muestran un saldo
negativo para España. Por último, nuestro comercio frente a Francia es un caso intermedio
entre los dos anteriores; no obstante, es necesario resaltar que en el comercio entre España y
Francia, los sectores superavitarios para España son principalmente agrarios o
correspondientes a industrias tradicionales (con escasa dotación tecnológica y baja demanda
en el comercio mundial) y los sectores deficitarios suelen coincidir con industrias
manufactureras de tipo intermedio o avanzado (con media o alta dotación tecnológica e
intermedia o alta demanda en el comercio mundial, respectivamente).
Los escasos sectores superavitarios de nuestra economía frente a Alemania tienen la misma
característica que acabamos de comentar para los superavitarios del caso francés. Estos
hechos confirman la jerarquía comercial de la economía española en el comercio internacional
y, más concretamente, en el de la UE: una especialización en sectores tradicionales frente a
economías más desarrolladas (como la francesa o la alemana), pero que trata de abrir nuevos
horizontes a sectores más avanzados frentes a economías menos desarrolladas (como la
portuguesa).
16
Resumiendo lo visto anteriormente, podemos decir que la integración de España en la UE ha
supuesto un enorme desarrollo del comercio con los tres países de nuestro estudio. Asimismo,
este comercio ha mantenido unas tasas de cobertura muy favorables para la economía
española frente a Portugal, generalmente bastante deficitarias frente a Francia y muy
deficitarias frente a Alemania. Por otra parte, el análisis desagregado de los flujos comerciales
ha puesto de manifiesto que la economía española está más especializada en productos
agrarios e industrias manufactureras tradicionales, especialización más notoria en los
comercios bilaterales con Francia y Alemania que con el caso portugués. En síntesis, el
comercio español con Portugal muestra características específicas notables y el comercio
español con Francia y Alemania muestra mayores similitudes.
Teniendo en cuenta estas consideraciones, a continuación se lleva a cabo una descomposición
del comercio bilateral de España con los tres países en sus segmentos interindustrial e
intraindustrial y, dentro de éste, en sus gamas horizontal y vertical, según los criterios
explicados en el epígrafe anterior20.
Como ya habíamos comentado, para aplicar esta metodología al comercio y período temporal
estudiados hemos considerado la desagregación estadística que corresponde a los artículos de
la CUCI revisión 2 (esto es, cinco dígitos). El gráfico nº 3 muestra los resultados y posibilita
la comparación con el comercio de España frente a la UE-15, calculado con datos y
procedimientos homogéneos.
Estos gráficos ponen de manifiesto el intenso desarrollo del comercio intraindustrial entre
España y cualquiera de los otros espacios en el período estudiado. Del comercio mantenido
por la economía española a principios de los ochenta, los productos que se exportaban e
importaban simultáneamente representaban alrededor del 50% del valor total del comercio en
los casos francés y alemán, y un escasísimo 10% en el comercio con Portugal. Sin embargo,
el comercio intraindustrial ha crecido vertiginosamente hasta representar no menos del 75%
de los intercambios de bienes entre España y cualquiera de los tres países en la actualidad.
20 Debemos hacer notar que, a pesar de lo explicado anteriormente y dado el objetivo de nuestro trabajo, no
consideraremos la diferenciación entre las dos gamas (alta y baja) de comercio intraindustrial vertical.
17
Gráfico nº 3. Distribución (%) del comercio exterior de España con Francia, Alemania, Portugal y la UE-15, 1980-2004 Francia Alemania
Portugal UE-15
0
20
40
60
80
100
1980 1985 1990 1995 2000
C Inter CIIH CIIV
0
20
40
60
80
100
1980 1985 1990 1995 2000
C Inter CIIH CIIV
0
20
40
60
80
100
1980 1985 1990 1995 2000
C Inter CIIH CIIV
0
20
40
60
80
100
1980 1985 1990 1995 2000
C Inter CIIH CIIV
Fuente: elaboración propia a partir de DAIE.
18
Lógicamente, el avance del comercio intraindustrial ha supuesto que los intercambios de
carácter interindustrial hayan cedido gran parte de su protagonismo. Estas dinámicas se
reiteran en el caso del comercio de España frente a la UE-15, aunque las magnitudes no son
perfectamente comparables debido a que incluyen el efecto triangularización. Los
comportamientos anteriores nos conducen a pensar que la intensificación de las relaciones
comerciales de España con estos países en las últimas décadas, en el marco del proceso de
integración europea, se ha basado, principalmente, en el incremento de intercambios de
naturaleza intraindustrial; tal situación no representa un fenómeno aislado sino que es
característica en el comercio exterior español de las últimas décadas21.
Respecto a la descomposición del comercio intraindustrial en sus segmentos horizontal y
vertical los resultados responden a los patrones típicos de este tipo de análisis empíricos. En
efecto, se constata que el valor del comercio horizontal ha sido más reducido que el de
comercio vertical en cualquiera de los comercios analizados, siendo el comercio bilateral con
Alemania el que muestra una diferencia más intensa. Por lo tanto, en el intercambio de bienes
similares que realiza España con estos países, es frecuente que existan diferencias de calidad
entre la corriente exportadora e importadora, esto es, predomina la diferenciación vertical de
producto.
En el gráfico nº 3 se observa como, para cualquiera de los países analizados, la senda
temporal que sigue cada una de las tres categorías en las que hemos clasificado el comercio es
bastante estable, entendiendo por estabilidad una trayectoria poco sinuosa o errática. Sin
embargo, tras esta aparente estabilidad temporal del CI, CIIH y CIIV no sabemos si también
existe estabilidad a nivel desagregado, es decir, para cada uno de los productos
comercializados con Alemania, Francia y Portugal. Al respecto, consideramos que un
producto es estable si no se producen demasiados cambios en su clasificación a lo largo del
periodo temporal estudiado. Por el contrario, si un producto varía su clasificación con
demasiada frecuencia, entonces, lo definimos como un producto inestable.
Una vez realizadas las clasificaciones empíricas debemos plantearnos dos cuestiones: en
primer lugar, si la secuencia temporal de las clasificaciones para cada uno de los productos
comercializado según la metodología desarrollada por Fontagné y Freudenberg es “estable” o
21 Véase, por ejemplo, Díaz Mora (2002).
19
“inestable”; y, en segundo lugar, si las variables que se utilizan para clasificar el comercio en
tres categorías (CI, CIIH y CIIV) –esto es, el grado de solapamiento entre el valor de las
exportaciones y las importaciones (FFi) y la similitud de los valores unitarios de exportación y
de importación (CIVUi, cocientes de los índices de valor unitarios)– producto a producto se
mantienen invariables a lo largo del tiempo. En el siguiente epígrafe daremos respuesta a
estas cuestiones.
5. Contrastes de aleatoriedad: metodología y datos.
Para obtener el gráfico nº 3 el número de clasificaciones empíricas (CI, CIIH y CIIV)
realizadas cada año no es el mismo, pues como es lógico, el número de productos
comercializados con Alemania, Francia y Portugal varían año a año. En la tabla nº 2
presentamos para los tres países el año donde hemos clasificado el número máximo y el
número mínimo de productos para los cuales existe comercio.
Tabla nº 2. Número máximo y mínimo de productos exportados y/o importados.
Máximo Mínimo País Año Nº de productos Año Nº de productos
Alemania 1987 1729 1989 1570 Francia 1987 1741 2002 1579 Portugal 1998 1578 1983 1135
Fuente: elaboración propia según datos de DAIE; CUCI Rev. 2, a 5 dígitos, 1980-2004.
Los 1729 productos comerciados entre España y Alemania en el año 1987 son productos
potencialmente analizables, sin embargo, muchos de estos productos no tienen flujo comercial
en alguno de los años comprendidos entre 1980 y 2004. Lo mismo ocurre para los 1741
productos potenciales del comercio entre España y Francia, así como para los 1578 productos
potenciales en el comercio entre España y Portugal.
Si en nuestro estudio tuviéramos en cuenta solamente los productos para los que existe
comercio en todos y cada uno de los 25 años considerados se reduciría considerablemente el
número de productos, es decir, analizaríamos un porcentaje muy bajo de los productos
potenciales. Por otro lado, en el estudio de la estabilidad temporal nos centramos en la
clasificación de un año respecto al anterior, por ello, se requiere tener una serie sin
interrupciones lo más larga posible.
20
En la disyuntiva entre tener para cada producto una larga secuencia sin interrupciones y
analizar el mayor número de productos optamos por seleccionar aquellos productos que
cumplan las siguientes condiciones: tener al menos 20 observaciones y, de ellas, al menos 18
obtenidas sin interrupciones. El total de productos que cumple estos criterios se muestra en la
última columna de la tabla nº 3. Los productos seleccionados por cumplir ambas condiciones
son representativos del total de comercio con cada país puesto que suponen un 97,4% 97,5%
y 91,7% del comercio total medio entre 1980 y 2004 con Alemania, Francia y Portugal
respectivamente.
Tabla nº 3. Número de productos del comercio exterior de España que cumplen las condiciones exigidas para aplicar un contraste de aleatoriedad.
País Productos con al menos 20 observaciones
Productos con al menos 18 observaciones seguidas
Productos con las dos condiciones
Alemania 1453 1380 1372 Francia 1492 1422 1410 Portugal 1240 1182 1135 Fuente: elaboración propia según datos de DAIE; CUCI Rev. 2, a 5 dígitos, 1980-2004.
Una vez fijados los productos que vamos a analizar y obtenidas sus correspondientes
clasificaciones empíricas, hemos procedido de la siguiente manera. En primer lugar,
comprobamos si las clasificaciones empíricas de cada producto varían aleatoriamente a lo
largo del tiempo, para lo que aplicamos el test de rachas sobre la secuencia temporal de estas
clasificaciones; si se confirma esta aleatoriedad, el producto se denomina inestable.
Posteriormente, comprobamos si la aleatoriedad de las clasificaciones está provocada por la
aleatoriedad en los FFi y/o en los CIVUi; para esta comprobación realizamos un test de
autocorrelación a estas dos variables.
5.1. Test de rachas.
El test de rachas se utiliza para evaluar si una determinada secuencia de observaciones
(dicotómicas) es aleatoria. Dicho de otra forma, estudia si las observaciones de una muestra
han sido obtenidas, unas con respecto a otras, de manera aleatoria o independiente.
El concepto de racha hace referencia a una secuencia de observaciones del mismo tipo y este
test permite determinar si el número de rachas observado es lo suficientemente grande o lo
suficientemente pequeño como para poder rechazar la hipótesis de independencia o
21
aleatoriedad entre las observaciones. Para obtener el número de rachas que se producen es
necesario que las observaciones estén clasificadas en dos grupos exhaustivos y mutuamente
excluyentes. Una vez clasificadas las n observaciones en dos grupos de tamaños n1 y n2, el
contraste se basa en el número total de rachas observadas en la muestra, R, que constituye una
medida de lo aleatoriamente que están repartidos los posibles valores a lo largo de la muestra
observada.
El estadístico R asintóticamente sigue una distribución normal22, por tanto, si el estadístico
tipificado es mayor o menor que un valor crítico, obtenido para un nivel de significación
concreto, entonces podemos determinar si existen o pocas o demasiadas rachas, lo que nos
puede llevar a rechazar la hipótesis de aleatoriedad.
Concretamente, en este trabajo utilizamos el test de rachas para analizar si la secuencia
temporal de las clasificaciones de un producto es aleatoria. Si es así, decimos que el producto
tiene una clasificación inestable. Por el contrario, si la clasificación de un producto no varía
demasiado, lo que implica largas secuencias de valores contiguos iguales y por tanto pocas
rachas, decimos que el producto tiene una clasificación estable. Esto nos lleva a realizar un
contraste unilateral con un nivel de significación del 5%23.
Sin embargo, no podemos aplicar el test de rachas a la clasificación empírica utilizada en la
literatura habitual que clasifica el comercio de un producto como CI, CIIV o CIIH. Lo
primero que debemos hacer es convertir esta clasificación de tres categorías en otra que sólo
considere dos. Para ello, definimos una nueva variable dicotómica (valor 1 ó 2) de manera
que si hay cambio entre la clasificación de un año y la del año anterior la variable cambia de
valor; mientras que si la clasificación se mantiene la variable también mantiene su valor24. Por
ejemplo, si tenemos un producto con las siguientes clasificaciones CIIH-CIIH-CIIV-CI-CI-
CIIV-CIIH-CI-CI, la nueva variable tomará los valores 1-1-2-1-1-2-1-2-225. Posteriormente,
22 donde )1(
)2(21
2)(
2212121
−
−=
+=
nnnnnnn
yn
nnRE Rσ
23 Si el estadístico tipificado es menor que una valor crítico con un nivel de significación del 5%, rechazamos la hipótesis de aleatoriedad o inestabilidad. 24 El primer valor de esta variable es siempre 1 con el fin de no perder observaciones al aplicar este operador retardo. 25 Así definida la variable no se modifican el número de rachas.
22
aplicamos el test de rachas del programa SPSS a estas nuevas variables para comprobar si sus
secuencias de valores son o no aleatorias26. Los resultados obtenidos se muestran en la tabla
nº 4.
Tabla nº 4. Test de rachas (FFi ≥ 10%; CIVUi ≥ 15%). Productos estables Productos inestables País Nº % Nº %
Alemania 540 39.36 832 60.64 Francia 436 30.92 974 69.08 Portugal 384 33.83 751 66.17
Fuente: elaboración propia según datos de DAIE; CUCI Rev. 2, a 5 dígitos, 1980-2004.
La principal conclusión tras aplicar el test de rachas es que más del 60% de los productos
analizados, productos comerciados entre España y los tres países considerados, muestran una
significativa pauta de inestabilidad temporal, lo que significa que su clasificación varía
aleatoriamente a lo largo del tiempo. Es decir, de cada cien productos sólo algo más de treinta
se mantendrían relativamente estables en la misma clasificación durante los 25 años
analizados, en cualquiera de los tres casos. Esto puede ocasionar dudas sobre la idoneidad de
clasificar el comercio en las tres categorías habitualmente utilizadas en los estudios de
comercio exterior. En tal sentido, podría ser aconsejable repetir este estudio con criterios
alternativos y comprobar que los resultados obtenidos no dependen de los criterios elegidos;
en el análisis del comercio intraindustrial por productos entre Francia y Alemania para 1961-
1999 de Nielsen y Lüthje (2002) se hacen los cálculos con otros valores alternativos: FFi
≥20% y 30%; CIVUi ≥25% y 5%.
Obtenida esta conclusión general, pasamos a analizar si existen diferencias significativas de la
estabilidad o inestabilidad entre los distintos tipos de productos. En la tabla nº 5 se resumen
los resultados por países y en grupos de productos a 1 dígito, CUCI Rev. 2.
El análisis desagregado muestra que no existen diferencias significativas en los porcentajes de
inestabilidad de los distintos grupos: de los 30 casos posibles (10 grupos por 3 países) sólo en
tres ocasiones el porcentaje de productos estables es superior (y escasamente) al de los
inestables, tratándose además de grupos de muy poca relevancia cuantitativa. Además, los
porcentajes de inestabilidad de cada país tienen poca variabilidad, el país con menos
26 La definición de la variable dicotómica es independiente de los resultados pero sí afecta a la definición del valor de corte que en este caso debe ser el 1,5.
23
dispersión es Portugal con una desviación típica de valor 8,41 frente a valores de 12,02 y
12,60 para Alemania y Francia respectivamente, cifras muy reducidas en cualquier caso. Por
lo tanto, la inestabilidad en las categorías del comercio sigue siendo la característica
dominante al nivel de desagregación de 1 dígito de la CUCI.
Tabla nº 5. Distribución de los productos como “estable” o “inestable” según los resultados
del test de rachas. Alemania
Estables Inestables Grupo
Total Nº % Nº % 0 Alimentos y animales vivos 125 56 44,80 69 55,20 1 Bebidas y Tabacos 11 6 54,55 5 45,45 2 Materiales crudos no comestibles (exc. combustibles) 111 44 39,64 67 60,36 3 Combustibles, minerales y productos conexos 17 10 58,82 7 41,18 4 Aceites y grasas de origen animal y vegetal 18 7 38,89 11 61,11 5 Productos químicos y conexos 227 107 47,14 120 52,86 6 Artículos manufacturados, según el material 386 139 36,01 247 63,99 7 Maquinaria y equipo de transporte 284 97 34,15 187 65,85 8 Manufacturas diversas 185 73 39,46 112 60,54 9 Mercancías n.c.o.p. 8 1 12,50 7 87,50 TOTAL 1372 540 39,36 832 60,64
Francia Estables Inestables
Grupo
Total Nº % Nº % 0 Alimentos y animales vivos 148 65 43,92 83 56,08 1 Bebidas y Tabacos 13 5 38,46 8 61,54 2 Materiales crudos no comestibles (exc. combustibles) 126 47 37,30 79 62,70 3 Combustibles, minerales y productos conexos 18 2 11,11 16 88,89 4 Aceites y grasas de origen animal y vegetal 17 8 47,06 9 52,94 5 Productos químicos y conexos 231 74 32,03 157 67,97 6 Artículos manufacturados, según el material 384 121 31,51 263 68,49 7 Maquinaria y equipo de transporte 285 55 19,30 230 80,70 8 Manufacturas diversas 181 55 30,39 126 69,61 9 Mercancías n.c.o.p. 7 4 57,14 3 42,86 TOTAL 1410 436 30,92 974 69,08
Portugal Estables Inestables
Grupo
Total Nº % Nº % 0 Alimentos y animales vivos 99 33 33,33 66 66,67 1 Bebidas y Tabacos 7 1 14,29 6 85,71 2 Materiales crudos no comestibles (exc. combustibles) 80 32 40,00 48 60,00 3 Combustibles, minerales y productos conexos 14 4 28,57 10 71,43 4 Aceites y grasas de origen animal y vegetal 11 2 18,18 9 81,82 5 Productos químicos y conexos 179 72 40,22 107 59,78 6 Artículos manufacturados, según el material 324 107 33,02 217 66,98 7 Maquinaria y equipo de transporte 258 80 31,01 178 68,99 8 Manufacturas diversas 158 51 32,28 107 67,72 9 Mercancías n.c.o.p. 5 2 40,00 3 60,00 TOTAL 1135 384 33,83 751 66,17
Fuente: elaboración propia según datos de DAIE; CUCI Rev. 2, a 1 dígito, 1980-2004.
24
5.2. Test de autocorrelación.
El coeficiente de correlación entre dos variables se define como una medida de la
dependencia lineal entre las mismas. En base a este concepto se pueden definir los
coeficientes de autocorrelación de orden k que indican la correlación entre dos variables
separadas k períodos. Por lo tanto, el coeficiente de autocorrelación de primer orden mide la
correlación entre lo observado en un instante y lo observado un instante antes. Es decir:
21
)())(()1(
∑∑
−
−−= −
xxxxxxr
i
ii
Como alternativa al test de rachas estudiaremos, utilizando contrastes de autocorrelación, si
existe una significativa autocorrelación temporal de primer orden para cada uno de los
productos sobre los que hemos aplicado el test de rachas. Calculamos los coeficientes de
autocorrelación de los valores que definen el grado de solapamiento entre la exportación y la
importación [Min(Xi ; Mi)/ Max(Xi ; Mi)] y también obtenemos dichos coeficientes para los
valores que definen la similitud entre los índices de valor unitarios de la importación y la
exportación (IVUXi/IVUM
i). Conviene recordar que en este contraste no necesitamos clasificar
los productos en tres tipos de comercio, de esta forma, evitamos utilizar límites que pudieran
ser arbitrarios.
Una serie temporal con autocorrelación serial positiva indica cambios poco importantes en los
valores a analizar, lo que se asocia como estabilidad (es lo que en el test de rachas definíamos
como pocas rachas). Por el contrario, la inestabilidad de un producto se asocia con
correlaciones seriales no significativamente positivas. De esta forma estamos definiendo un
contraste unilateral con un nivel de significación del 5%, al igual que en el test de rachas.
Como sabemos el coeficiente de autocorrelación muestral, bajo la hipótesis de independencia,
sigue asintóticamente una distribución normal27, por tanto, si este estadístico es mayor que un
determinado valor crítico, obtenido para un nivel de significación concreto, entonces no
podemos aceptar la hipótesis de inestabilidad y definimos el producto como estable.
27 ⎟
⎠⎞
⎜⎝⎛→
nNkr 1,0)(
25
En la tabla nº 6 figuran los resultados de aplicar el test de autocorrelación a las dos variables
(FFi y CIVUi) para todos los productos a los que les hemos aplicado el test de rachas.
Tabla nº 6. Test de autocorrelación: % de productos en cada caso. FFi CIVUi
Estable Inestable Estable InestableAlemania 60,45 39,55 35,01 64,99 Francia 64,68 35,32 41,84 58,18 Portugal 53,53 46,47 37,42 62,58
Fuente: elaboración propia según datos de DAIE; CUCI Rev. 2, 1980-2004.
El porcentaje tan elevado de inestabilidad temporal en la clasificación de los tres tipos de
comercio no se manifiesta cuando analizamos los FFi mientras que por el contrario esta alta
inestabilidad sí se refleja en los CIVUi. Si profundizamos más en la interpretación de los
resultados podemos observar que la mayor inestabilidad se localiza en la década de los
noventa. En este sentido, situaciones como la de las tormentas monetarias de 1992-93 habrán
tenido gran influencia en los precios (y, por tanto, en los valores) del comercio exterior
español, y podrían justificar el cambio o la inestabilidad que reflejan gran número de
productos en la clasificación de CIIH a CIIV y viceversa, a través de intercambio de las
gamas de calidad altas, medias y bajas.
Después de comprobar la estabilidad de los valores de los FFi vamos a estudiar si este
resultado se mantiene aplicando el test de rachas a esta variable. Para ello construimos una
variable dicotómica en función de si este grado de solapamiento es mayor o menor que 0.10,
es decir, en función de si la clasificación del comercio es interindustrial o intraindustrial. En
la tabla nº 7 se muestran los resultados.
Tabla nº 7. Test de rachas aplicado a la clasificación del comercio en dos categorías (FFi ≥ 0,10; FFi < 0,10): % de productos en cada caso.
FFi Estable Inestable Alemania 60,13 39,87 Francia 62,55 37,45 Portugal 54,27 45,73
Fuente: elaboración propia según datos de DAIE; CUCI Rev. 2, 1980-2004.
Según lo anterior, la clasificación del comercio en dos categorías (interindustrial o
intraindustrial) es bastante estable a lo largo del tiempo. Por lo tanto, la inestabilidad en la
clasificación del comercio a nivel de productos manifestada en las tablas nº 4 y nº 5 se
26
justificaría por el comportamiento del comercio intraindustrial, donde se estaría dando el caso
de un número elevado de productos que cambian de clasificación CIIH – CIIV y viceversa
con relativa frecuencia a lo largo del período de tiempo considerado.
6. Conclusiones.
En este trabajo se da un paso más en el análisis del comercio exterior de España, en concreto
el comercio bilateral con Francia, Alemania y Portugal, a través de una metodología habitual
utilizada en este tipo de estudios. Las variables utilizadas permiten descomponer el comercio
en tres categorías, es decir, comercio interindustrial, comercio intraindustrial con
diferenciación horizontal y comercio intraindustrial con diferenciación vertical. A partir de
esta clasificación, se ha llevado a cabo un análisis de la estabilidad temporal a nivel de
productos de la clasificación empírica del comercio de España con los tres países citados para
el período 1980-2004 aplicando contrastes de aleatoriedad.
El interés por determinar la estabilidad o inestabilidad temporal a nivel de productos del
comercio exterior en estas tres categorías se justifica partiendo de la idea de que el número de
productos intercambiados entre países con grandes diferencias en su dotación factorial
(diferentes niveles de desarrollo económico) presentan una estabilidad mayor a lo largo del
tiempo. Es decir, el comercio interindustrial es más importante que el intraindustrial y los
cocientes de los índices de valor unitario de exportación y de importación muestran valores
por encima o por debajo del umbral predeterminado. Ahora bien, ¿esta estabilidad se
mantendrá en una clasificación empírica separando el comercio intraindustrial según una
diferenciación horizontal y vertical?
Tomando los datos de comercio exterior de España con Francia, Alemania y Portugal durante
un período de 25 años hemos aplicado un test de rachas para analizar si la secuencia temporal
de las clasificaciones de un producto es aleatoria. La principal conclusión es que la mayoría
de los productos analizados muestra una significativa pauta de inestabilidad en su
clasificación temporal, lo que significa que, dependiendo del país al que hagamos referencia,
entre el 60 y el 70 por ciento de los productos cambian de clasificación (CI, CIIH, CIIV) de
forma aleatoria durante el período de estudio.
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Como alternativa al test de rachas se ha aplicado un contraste de autocorrelación a las dos
variables utilizadas en nuestro estudio: los valores que indican el grado de solapamiento en
los flujos de exportación y de importación [FFi = Min(Xi; Mi)/Máx(Xi;Mi)] y los valores que
definen la similitud entre los índices de valor unitario de la importación y la exportación
(CIVUi = IVU Xi / IVU M
i ). Como resultado destacable se observa que el porcentaje tal elevado
de inestabilidad temporal en la clasificación de los tres tipos de comercio no se manifiesta
cuando analizamos los FFi, mientras que esta alta inestabilidad sí se refleja en los CIVUi, es
decir, cuando se introducen los índices de valor unitario como proxy de las calidades.
En resumen, según los resultados, la clasificación del comercio bilateral de España con
Alemania, Francia y Portugal en dos categorías (interindustrial o intraindustrial) se manifiesta
como bastante estable a lo largo del tiempo. Sin embargo, si la segmentación se establece con
tres categorías (CI, CIIH y CIIV) la inestabilidad en la clasificación del comercio a nivel de
productos se justificaría en el comportamiento del comercio intraindustrial, donde se estaría
dando el caso de un número elevado de productos que cambian de clasificación (de CIIH a
CIIV y viceversa) con relativa frecuencia a lo largo de los 25 años analizados.
Por tanto, podemos establecer un problema común en los métodos usados por Fontagné y
Freudenberg (1997) y Greenaway et al. (1994, 1995, 1999) a la hora de clasificar el comercio
a nivel de productos en intraindustrial diferenciado horizontalmente e intraindustrial
diferenciado verticalmente. La razón estaría en utilizar un indicador de calidades (gamas) a
través de una aproximación a los precios medios de exportación y de importación. Además,
también se podría cuestionar si un 10 por ciento de umbral (condición utilizada en FFi) para
cuantificar el comercio intraindustrial se queda pequeño y habría que establecer otro criterio.
En este sentido, entendemos que habría que seguir profundizando en posteriores estudios para
encontrar métodos alternativos para segmentar empíricamente el comercio exterior.
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