Porque la actividad de la danza forja compañeros y
hermanos de toda la vida, por que siendo un mensaje y
una enseñanza para todos, conserva siempre los lazos
amistosos que cada día se aprietan más. Por esto la
danza viene a ser aparte de mensaje científico, un lazo
social de gran trascendencia, por ello la danza debe
revestirse de la mayor pompa y solemnidad, en el lugar
apropiado del templo.
Danzar es comprender y repartir conocimientos,
normas de disciplina de gobiernos y normas de religión.
Así también los conocimientos se conservan intactos y
van pasando de generación en generación, como la
herencia intocable de la tribu, porque la danza hace del
pueblo un solo hombre en ideas y pensamientos, de
acuerdo en todo y responsable en todo.
Por eso los danzantes verdaderos son activos para
enseñar y exponer sus conocimientos, que los danzantes
pasivos seguirán obedientes, aunque solo comprendan
muy poco del mensaje que transmiten los danzantes
verdaderos. La danza es la atracción del misterio, para
los que no comprenden la verdad, además la danza
prepara notablemente para recibir y retener el mensaje
de las ciencias cuando se ha adquirido la disciplina de la
danza aunque se ignora el significado de la propia danza.
Raíz del universo. El hombre
Teocuahuitl. Madero sagrado (la cruz)
Árbol del cual descendemos y somos raíz
Tres de mayo. Es un hecho astronómico, cada uno de
nuestros pasos o marchas proyectan la cruz de las
danzas de conquista.
He aquí nuestras marchas, nuestros cinco pasos,
nuestra cruz, la conformidad llamada de la Gran
Tenochtitlan. Esta cruz símbolo de las leyes cósmicas
representación del “árbol sagrado”, “árbol espiritual”
bajo cuya sombra nos cobijamos o utilizamos
manifiestamente en los estandartes, que son nuestras
guías, nuestras palabras, nuestro árbol, consta de una
pequeña cruz de brazos iguales y de una barra horizontal
que sirve para sostener el paño, el estandarte
propiamente dicho, esta barra y la guía central, forman
otra cruz.
Esta doble cruz nos habla de la eterna ley de la
dualidad, de ese primer principio lo denominamos
nuestro árbol, nuestra sombra, doble cruz bajo la cual
nos cobijamos, normalmente, generalmente es el alférez
como el encargado de cargarla o portarla y precisamente
que esta cruz al traerla tan materialmente representada
por el estandarte indica que el hombre logra su
realización por este medio, por este mecanismo, como
anteriormente se dijo representa a Dios, al cosmos, al
hombre mismo, el cual nace, crece y llega a la cruz, es
decir, a la conciencia.
La existencia de dos templos en la pirámide mayor de
Tenochtitlan, uno dedicado a Huitzilopochtli (el sol)
dador de vida, la energía activa de la vida externa, la
conciencia; es un guerrero representante en la lucha de
la vida externa.
Tlaloc, es el sol dador de la lluvia, la gracia, la energía
pasiva, la vida representa el trabajo del campo de la
siembra, la lucha de la vida interna para vivir la vida,
para conservar la existencia y la trascendencia.
Animas conquistadoras, nuestros ancestros inmediatos
y mediatos por que ellos ya lucharon, ya conquistaron su
lugar, por el trabajo realizado aquí en la tierra y sabemos
existen en algún lugar tal vez como energía vibrante o de
algún modo. (Animas conquistadoras sabe Dios donde
andarán, todos roguemos por ellas en gloria y descanso
estén).
Este documento lo trascribió un compadre del grupo (Alejandro Icaza “el Soya), copia del original redactado en letra manuscrita por el capitán general Andrés Segura Granados.
Andrés Segura Granados
Sagrado madero (Cruz de la Alianza). Chalma
Huey Teocalli (Templo Mayor) de México Tenochtitlan
Tlaloc
Huitzilopochtli
Anita & Alex (Soya)
Estandartes o arbolitos
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