Primer taller de análisis – Semiótica - Grupo 3
La afirmación: ‘’Otro punto o línea de intención, es la de aprender y volver habitual
el pensamiento relacional. Mejor aún, buscar esas relaciones lejanas que hay en
cualquier manifestación de la cultura. Lo relacional tiene que ver con lo analógico:
rasgos comunes que hay entre elementos aparentemente diferentes’’ realizada por
Fernando Vásquez1 se encuentra dentro de una lista que enumera las razones por
las que debería estudiarse semiótica. Promueve o invita el uso habitual o regular
del pensamiento relacional, que no es más que la capacidad de poder realizar
conexiones de sentido entre aspectos o rasgos contenidos en piezas o
expresiones comunes o poco similares. Es por ejemplo, poder encontrar
referencias y analizar las mismas en contenidos o prácticas culturales que a
simple vista no se hacen símiles o tienen poco en común.
Vásquez ahonda más en ello cuando describe el papel que cumple la
Hermenéutica dentro del proceso de análisis semiótico.
1 Vásquez, Fernando. (1988). Sentido y utlidad de estudiar semiótica en ‘’La cultura como texto’’. Universidad Javeriana. Bogotá.
‘’Con la Hermenéutica damos un salto del sistema al discurso, del código al
mensaje, de las referencias internas a las referencias externas, del finito repertorio
a la infinita producción de nuevas combinaciones; con la Hermenéutica pasamos
de lo estático y cerrado a lo dinámico y abierto de los signos’’2
De la mano de la Hermenéutica estamos entonces en condiciones de realizar
análisis profundos, dinámicos y detallados. Vásquez también establece las seis
tareas fundamentales de la Hermenéutica que darán respuesta a varios aspectos
de lo analizado las cuales aplicaré más adelante en la pieza visual que será objeto
de análisis en esta ocasión.
El análisis girará en torno a una fotografía dentro de la edición 64 de la Revista
Soho publicada en 2005. La revista circula desde 1999 y es mensual. Es impresa
a todo color y en papel glossy, se caracteriza por la inclusión de imágenes de
personalidades o modelos desnudas o sugerentes y una cantidad de artículos,
crónicas, reportajes y demás textos de corte periodístico y literario realizados por
autores de Colombia y distintos lugares de Latinoamérica. Daniel Samper Ospina
fue el director de la revista en esa edición (lo fue hasta Abril de 2015) y se
caracteriza por un estilo humorístico cargado de sátiras, sarcasmo y de mofas a
personajes de la vida nacional. Cuesta 12.500 pesos y se distribuye de manera
mensual y es la segunda revista de mayor tiraje en el país. Cuenta con un servicio
de suscripción anual y también se puede adquirir en quioscos, librerías y
supermercados en todo el país.
Por su precio y contenido el lector de Soho no es el ciudadano de a pie que ojea
su portada y ya, la extensión de algunas crónicas y reportajes, así como las
temáticas tratadas dejan concluir que no está destinada a personas que solo
quieran ver las modelos desnudas, pues si bien su portada le da protagonismo a
este aspecto de la revista (los desnudos, que siempre son temáticos y artísticos),
los textos son el núcleo de la misma y es necesario cierto capital cultural para
poder disfrutar del contenido en su totalidad. Definimos entonces lectores con
2 Vásquez, Fernando. (1988). La semiótica: una disciplina para leer los signos de la cultura en la cultura como texto’’. Universidad Javeriana. Bogotá.
cierta capacidad económica y un poder adquisitivo que permita costearse la
suscripción o la revista misma.
La foto hizo parte de una galería llamada ‘’La Pasión de Alejandra’’, haciendo
referencia a la pasión de Cristo pero personificada por la entonces modelo y
presentadora Alejandra Azcárate. Si bien el resto de fotos recrean el viacrucis, la
que nos compete en este caso es la que representa La Última Cena de Leonardo
Da Vinci.
Da Vinci realizó su obra entre 1495 y 1497 a pedido de su patrón basándose en el
pasaje de la biblia que relata cómo Jesús anuncia a sus 12 discípulos que sería
traicionado por uno de ellos. Desde ese acontecimiento bíblico la iglesia católica
ha constituido uno de sus más importantes ceremonias como lo es la eucaristía,
dentro de la cual la comunión también hace referencia a la llamada última cena.
No por nada la pintura tiene un valor religioso considerable y pese a que hay
multiples versiones de otros artistas sobre ese mismo pasaje, la de Da Vinci
permanece como la más conocida y es considerada como una de las obras
artísticas más famosas e importantes de la historia de la humanidad.
En contraparte, la foto de Soho fue tomada por Mauricio Vélez, fotógrafo
reconocido por trabajar con un gran número de revistas, marcas y campañas.
Estudió fotografía en Milán y su trabajo se caracteriza mayormente por el trabajo
de moda que realiza y por otro lado tocar temas religiosos, eróticos, y tabú en
general. No es de extrañarse entonces que Vélez estuviera involucrado en la
producción de una fotografía del corte de la de Soho.
Se desató una polémica porque aunque Colombia se declare como un país laico
desde su constitución política, la intervención del clero en decisiones y coyunturas
de importancia nacional siempre ha existido. Así mismo, la presencia de personas
con posturas de extrema derecha conservadora en cargos públicos ha
evidenciado cómo muchas veces se anteponen creencias y dogmas personales
sobre lo demás. Y no es gratuito que lo anterior pase, pues Colombia es uno de
los países que más católicos tiene en todo el mundo, tan solo en 2010 se
registraron poco más de 38 millones de fieles3. Es por ello que realizar una foto
con un desnudo imitando uno de los personajes más representativos de la fe
católica, y cristiana en general, en un país como el nuestro, no solo es algo que
seguramente levantará polémica si no que es de esperar que se intente ocultarlo o
se ataque a los responsables.
Con la foto de Soho sucedió lo esperado, Alejandro Ordóñez, -hoy Procurador
General de la Nación, en ese entonces magistrado- en compañía de otras
personas que ocupaban cargos políticos, iniciaron acciones en contra de la
revista, su director y Alejandra Azcárate. Se les acusaba de injuria y calumnia, y
haber ofendido la fe de los creyentes. La respuesta de Soho fue escudarse bajo la
libertad de expresión, argumentando que la revista es un producto enfocado a un
determinado público y además la fotografía en particular era una pieza de trabajo
artístico y estético, por lo que la supuesta ofensa no iba al lugar. Después de ires y
venires en juzgados se concluyó que la revista estaba en facultades de publicar
este tipo de piezas, evitando así que se sentara un precedente claramente
preocupante en caso de haber sido censurada.
Este choque de ideologías logró evidenciar más el chocante ambiente nacional
entre facciones recalcitrantes y propuestas que transgreden y polemizan. Ser
portada en esa edición de Soho le sirvió a Alejandra Azcárate para dejar de ser
3 http://www.semana.com/mundo/articulo/colombia-sexto-pais-mas-catolicos/333397-3
una simple presentadora e impulsar su carrera como comediante y, para mal o
para bien, ser un referente de la irreverencia y la confrontación en el ámbito del
entretenimiento nacional. El otro personaje que estuvo en el foco de la
controversia por aquel entonces, Daniel Samper, escribe una columna para
Semana (misma casa editorial que Soho) y es uno de los columnistas más leídos
en el país; logrando separarse un poco de la sombra de su padre, Daniel Samper
Pizano, afamado y respetado periodista colombiano.
Pasando a la foto misma, si analizamos el formato podemos decir que la fotografía
sigue siendo uno de los medios más efectivos y usados para construir y transmitir
mensajes de sentido. El impacto sensorial que tiene sobre las personas es
indiscutible y su uso viene en aumento cada vez más, podemos ver muestras de
esto en publicaciones en las que empiezan a prevalecer las imágenes sobre los
textos.
En cuanto al contenido de la misma, como ya se ha venido diciendo, es una
representación de la última cena con Alejandra Azcárate como protagonista, la
cual no busca imitar la original, pues esta es una mera excusa para comunicar
algo que iremos develando a medida el análisis avanza. La acompañan
personalidades de la actualidad nacional de ese entonces. Azcárate en el centro
remplazando a Jesús y el resto de los ‘discipulos’ alrededor, una mesa con un
mantel negro que encima tiene panes, manzanas, platos y copas de vino se ubica
frente a las personas. A diferencia de la pintura esta no está ambientada en un
lugar con ventanas y estructura definida, todo lo contrario, es un fondo negro que
no muestra nada excepto una luz roja que se emana desde el centro e ilumina las
personas ubicadas en el centro.
Los apóstoles son, de izquierda a derecha y saltando a Alejandra Azcácarte: El
boxeador Fidel Bassa, Carlos Gaviria, Luis Humberto Gómez Gallo, el cantante
Mauricio Rodríguez, La Chiva Cortés, Paca Zuleta, el empresario Giovanni
Lanzoni, el activista gay Manuel Velandia, el escritor Andrés Hoyos, el publicista
Germán Medina, el político y economista Juan Martín Caicedo, y el exfutbolista
Lucas Jaramillo. Todos están vestidos de túnicas como las de la pintura de Da
Vinci menos Paca Zuleta.
Por ultimo Alejandra Azcárate está desnuda de la cintura para arriba y lleva puesta
una tela blanca amarrada que la cubre de la cintura para abajo. A diferencia de las
otras fotos en las que se representa el viacrucis en esta no tiene heridas
maquilladas ni tampoco corona de rosas, siguiendo lo relatado por la biblia.
Otra diferencia con la pintura original, es el claro cambio de lugar, pues el vacío
negro nos dice muy poco, se podría interpretar la oscuridad o lo oculto como
categorías que se le aplican al color, sin embargo en conjunto con la luz artificial
roja sí podemos hacer una relación entre los dos elementos y afirmar con más
soporte que la intención del fotógrafo puede ser darle un ambiente lujurioso
(asociado al rojo además de pasión, peligro, etc.) y oscuro, valores opuestos a
figuras sagradas como lo es Jesús para los católicos. Cambiar el lugar por ese
ambiente es resignificar totalmente el tono de la escena, pues si bien acentúa en
lo ficcional, ayuda a caracterizar el contexto en el que se está dando esa versión
de la ultima cena.
A simple vista la presencia de personajes como Gaviria, Velandia, y Hoyos podría
dar a entender que la selección de los apóstoles buscaba reunir personajes de
izquierda o que cuestionaban lo establecido (como los tres mencionados antes -
Gaviria opositor de Uribe, Velanda activista gay y Hoyos director de una revista
cultural y literaria), sin embargo la inclusión de otros como Lucas Jaramillo, Fidel
Bassa y Gómez Gallo ponen en duda esto pues los dos primeros son deportistas
sin afiliaciones políticas de alguna clase y el tercero fue miembro del partido
conservador y condenado por parapolítica en años posteriores a la publicación de
la foto. Es entonces cuando podemos afirmar que la selección de los apóstoles no
es un mensaje que toma en postura en sí mismo, sino que es un espejo o sirve
para dar referencia del variopinto nacional. Se quería reflejar las distintas
personalidades de la época en la política, el deporte, la música, los medios, etc. El
mismo Samper Ospina en entrevista con Guillermo Prieto lo confirma así4.
La vestimenta que llevan también es un factor que comunica, pues si bien los
hombres llevan túnicas, Paca Zuleta es la única que lleva su ropa habitual. Esto se
debe a que en la época que se busca representar las mujeres no eran iguales a
los hombres. El pueblo palestino se ha caracterizado por no otorgarle a la mujer
iguales características que a los hombres, no pueden decidir con quién casarse, la
poligamia solo es legal si la conforman un hombre y varias mujeres, el producto
del trabajo de una mujer no le pertenece, y más al caso, las mujeres no tenían
educación, los escribas no tenían discípulas (sic) pues no se consideraba que
fueran capaces de comprender. Ahí cobra sentido la diferencia en el vestido de
Paca Zuleta, es un guiño o referencia a ese aspecto de la sociedad de la época.
Lo anterior nos lleva a hacer la conexión con el puesto y la manera en que está
representado Jesús en la fotografía. El poner a una mujer en el lugar de Jesús y
por ende en el centro de la mesa es un hecho que transgrede esa posición que le
daban a la mujer de ser inferior, la desnudez no solo ataca las imposiciones
morales antiguas si no que las actuales también. Que una mujer se desnude era
un hecho bastante llamativo hace 10 años, de hecho ser portada de Soho era
inevitablemente una manera de generar atención sobre sí misma. Es por ende
más que una construcción contraventora anacrónica, pues incluso hoy en día las
4 https://www.youtube.com/watch?v=L76lAxnYr6I
diferencias laborales en occidente entre hombre y mujer son marcadas. Y no
busco poner el foco en solo lo laboral, por ejemplo, la iglesia Católica también se
ha caracterizado por darle a la mujer un papel secundario (no existen sacerdotisas
por ejemplo), son solo ejemplos de la cantidad de circunstancias que atraviesan lo
que es ser mujer, y también lo que fue ser mujer.
A diferencia de la pintura de Da Vinci, donde los apóstoles están agrupados en
tríos realizando todo tipo de acciones (sorpresa por lo dicho por Jesús,
discusiones, etc.) en la fotografía de Vélez todos se encuentran contemplando a
Alejandra, la mayoría5 hacen todo tipo de gestos con sus manos, algunos las
posicionan como si estuvieran a punto de tocarle los senos mientras otro
simplemente las ponen en forma de sorpresa o intentan gesticular la acción de
observar. El boxeador Fidel Bassa tiene un puño en su mano derecha como
referencia a su profesión. Medina y Caicedo no están gesticulando con sus manos
y Paca Zuleta tiene su mano derecha en su mejilla como soporte. En conclusión
en su gran mayoría todos están apreciando la desnudez de Alejandra y su lugar
central e importante en la mesa.
El contenido de la mesa también es importante, volviendo a la original el pan y el
vino son pilares de los sacramentos católicos pues son la representación del
cuerpo y la sangre de cristo, respectivamente. En la fotografía el pan y el vino
están presentes pero se les han sumado unas manzanas verdes a lo largo de toda
la mesa. Manzanas que están haciendo referencia al pecado original, representan
desobediencia a Dios y que hayan sido incluidas intencionalmente (pues no
estaban en el original) simplemente reafirma más que se buscaba darle un tinte
pecaminoso, lujurioso e irreverente a la fotografía en general.
Llegando a la protagonista, su desnudez ya ha sido remarcada. Se puede decir
además que la posición de sus manos en forma de ofrenda o petición es
característica de ciertas oraciones que se realizan en entornos católicos (el
padrenuestro, por ejemplo).
5 Mauricio Rodríguez sostiene un objeto con su mano derecho que no logro identificar, sin embargo, y espero no estar hilando delgado, tiene forma de pene y testículos. La textura del objeto y su relación con el músico no me termina de cerrar como para concluir algo al respecto.
A manera de conclusión, es pertinente hablar sobre cómo una lectura a
profundidad de la fotografía puede aportar a un entendimiento más a fondo de los
fenómenos que se generaron alrededor de ella. Tal como Vásquez lo planteaba, la
‘’inserción de los signos en la Comunidad cultural’’ es un fenómeno que requiere
que se vaya más allá de enlistar lo que salta a la vista. En este caso analizado
vimos como una fotografía con una clara intención comunicativa (definida gracias
a la disección de la composición y el análisis de la misma) interactúa con la
sociedad y crea una cantidad de significados que demuestran que la relación de
las personas con el consumo de piezas comunicativas es mediado o condicionado
por una cantidad de aspectos personales, sociales y circunstanciales.
Santiago Cuellar