ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS
El país de las maravillas es ese delicioso lugar al que nos trasladamos todos
cuando soñamos. Y a ese país encantador se encaminó nuestra buena Alicia
un día de verano, cuando se encontraba leyendo un libro en compañía de su
hermana mayor a la sombra de un frondoso árbol a la orilla de un arroyuelo. De
pronto, vio pasar delante de ella a un conejito blanco que muy malhumorado,
miraba un gran reloj que había sacado del bolsillo de su levita.
Voy a llegar tarde, sé que voy tarde, son ya las cinco y a las cinco y media
tengo que estar, sé que no llego.
Y siguió corriendo refunfuñando para sus adentros; Alicia se quedó
maravillada.
Qué cosa más rara, un conejo que anda por ahí vestido con una levita, mirando
un reloj de bolsillo y diciendo que llega tarde ¿Dónde irá? ¡Ah! Pues yo no me
quedo sin saberlo, voy tras él.
Y sin pensarlo más siguió al conejo blanco que, un poco más lejos, se metió en
un gran agujero que había en el hueco de un árbol.
Se ha escondido en ese árbol, pues yo le sigo no quiero perderme la fiesta a la
que seguro se dirige el conejo.
Dicho y hecho. Alicia se introdujo en el hueco del árbol, pero de pronto notó
que caía en el vacío.
¡Ay, que me caigo! Qué raro, caigo pero despacito, despacito, como si bajara
en un paracaídas.
Efectivamente, Alicia flotaba en su descenso como las hojas cuando en otoño
se desprenden de los árboles lentamente, lentamente. Y así, fue a parar a una
estancia llena de muebles parecida a un comedor de una casa cualquiera.
Esta debe ser la casa del conejito. Al posarse sobre el suelo, vio al conejo
blanco que desaparecía por una puerta chiquitita que había en un rincón de la
habitación.
¡Oh, qué pena, y soy demasiado grande para pasar por esa puerta! Voy a
quedarme sin ver la fiesta.
Antes dijimos que Alicia había caído en el comedor de una casa cualquiera,
pero no debemos olvidar que ahora se hallaba en el País de las Maravillas,
donde todas las cosas son maravillosas, diferentes a la forma en que nosotros
estamos acostumbrados a verlas. Así, las sillas estaban apoyadas en el techo,
colgando cabeza abajo, las macetas eran las flores de las plantas mientras que
las flores, hacían las veces de macetas. Dando vueltas por la habitación, vio un
plato con bizcochos, unos eran de vainilla y otros de chocolate.
Tomó unos cuantos y se los echó al bolsillo. Mordió uno de vainilla y ¡Ah! Me
estoy haciendo tan pequeñita como un conejo, ahora podré el fin ir tras el
conejito blanco y ver qué hay detrás de esa puerta chiquitina.
Así lo hizo y se encontró en un jardín maravilloso, vio infinidad de enanitos y
animalillos; También llamó su atención el ver que los jardineros se entretenían
pintando las flores de muchos colores. A todos, preguntó Alicia por la dirección
que había tomado el conejito, pero nadie supo darle razón.
Pues yo tengo que encontrarle, seguiré por ese caminito de la derecha, yo no
me quedo sin ver la fiesta.
Luego de andar un buen rato, llegó a un claro del bosque, y allí vio una casita
extrañísima, con forma de cafetera. Por una ventana vio al conejito blanco.
Por los pelos de mis bigotes, que llego tarde. ¿Dónde habré puesto mis
guantes? Lo que me faltaba ahora. ¡Eh! ¿Qué haces tú aquí? Anda búscame
mis guantes de ceremonia, Vamos deprisa que llego tarde niña entrometida. No
los encontrarás no ¿Cómo son tus guantes? Si no me dices como son, no los
podré encontrar.
¡Oh, qué niña más inútil! ¿Cómo van a ser? Blancos ¿Cómo quieres que sean
unos guantes de ceremonia?
Alicia entró en la casa a cumplir el encargo del conejito y tuvo la suerte de
encontrarlos enseguida. Aquí están, ¿Son estos? Sí, sí, corre dámelos,
veremos si llego.
El conejillo tomó los guantes, y a la carrera se alejó por un sendero del bosque
como alma que lleva al diablo. Alicia trató de seguirle, pero de pronto se perdió
de vista detrás de un seto.
Espérame, amigo conejo espérame, quiero ir contigo, ya no se le ve
desilusionada, Alicia siguió su camino en pos del conejito malhumorado. Un
poco más allá se encontró a un sombrero de copa que estaba tomando el té
con una liebre saltarina. Le invitaron a compartir su merienda, pero no pudieron
darle indicación alguna que sirviera para conocer la dirección que había
tomado el conejo. De pronto, en el recodo del camino se oyeron los agudos
sones unos clarines.
¿Qué será eso? Voy a ver.... Alicia aligeró el paso y ¡Oh sorpresa! ¿Qué diréis
que vio? Un cortejo de cartas de jugar al póquer armadas con unas lanzas que
desfilaban marcialmente entonando cantos guerreros. Al frente del cortejo y
tocando un clarín muy reluciente, se hallaba el conejo blanco en traje de gala y
con el borlón de su cola desplegado.
-"..Somos los naipes de la baraja, yo soy el rombo y yo el corazón yo soy el
trébol y yo el as de picas somos guardianes de la ilusión, a nuestra reina
damos escolta, la defendemos con gran fervor, si alguien pretende causarle
daño le propinamos un coscorrón"
-¿Qué haces tú aquí Alicia?
-¡Vaya!, ¿con que por esto era tu prisa? Qué elegante vas conejito.
-Soy el mayordomo mayor de la reina de corazones. Ahora tendrás que jugar
una partida de cartas con ella y si ganas, te mandará cortar la cabeza, pero si
nota que haces trampas para perder, te cortará la cabeza también. ¿Ves ahora
porque no quería que vinieras?
Alicia se echó a temblar y trató de esconderse detrás de una de las cartas, pero
la reina la vio enseguida.
¡Eh, tú, niña, ven aquí! ¿Quién eres tú?
Pues yo majestad yo soy Alicia.
Pues bien Alicia, vamos a jugar una partida de cartas.
Alicia se asustó, sin embargo comenzó la partida tratando por todos los medios
de perder todas las bazas con el fin de no enojar a la reina, pero ésta que era
muy astuta, se diño cuenta enseguida.
¿Qué haces, por qué echas esa carta, es que quieres perder, crees que soy
tonta? Pues no te librarás de mi castigo por haber venido a mi país sin mi
permiso.
Yo majestad la verdad es que ¡Soldados, prendedla!
Alicia se vio perdida, echó a correr perseguida por los soldados. Ya la
alcanzaban, cuando se acordó de los bizcochos de chocolate. Comeré uno a
ver si recupero mi tamaño normal. Alicia tomó un bizcocho y empezó a crecer y
a crecer hasta alcanzar su estatura y entonces pudo escapar, pero no tan
aprisa como para evitar que una flecha lanzada por el cinco de trébol la
alcanzara en la palma de la mano. ¡Ay, mi mano! Entonces despertó, estaba
en el prado reclinada en su hermana, un mosquito la había picado en la palma
de su mano y ésta fue la causa de su despertar, asociando el picotazo con el
dolor de la flecha del cinco de trébol. -¡Oh, pero si todo ha sido un sueño! Qué
cosas se sueñan Alicia se quedó mirando el horizonte recordando su aventura
en el País de las Maravillas, mientras maquinalmente se rascaba la palma de la
mano, donde se le había formado un circulito rojo producido por la picadura del
mosquito.
ANÁLISIS
Alicia en el país de las maravillas es un cuento escrito por Lewis Carroll, donde
se narra la historia de una niña que viaja a través del sueño, en este cuento se
evidencia diferentes símbolos donde ira trabajando la manera de cómo estos
son reflejados en el trascurrir de la niña.
Como primera medida, el primer símbolo que se encuentra es el SUEÑO para
Freud El sueño es, entonces, resultado de una elaboración psíquica, una
formación de compromiso entre lo reprimido que intenta emerger y la censura
que se lo impide. Puesto que Alicia quiere conocer lo que realmente es ella en
sí misma, cosa que no se lo permiten, por eso hace un viaje a su interior, para
poder darse respuesta a la pregunta ¿Quién soy?
Otro símbolo que se evidencia en la historia es el conejo blanco él es la
quimera que Alicia, por ninguna razón lógica, se encuentra persiguiendo, Su
perpetua preocupación sobre el hecho de llegar tarde es su única característica
notable, es decir es el deseo o sueño que Alicia está persiguiendo. En este
personaje se refleja el yo pues. Intenta conciliar las exigencias normativas y
punitivas del Superyó, como asimismo las demandas de la realidad por
satisfacer deseos inconscientes.
El gato de Cheshire tenía la capacidad de aparecer y desaparecer, y le da a
Alicia animo a Alicia cunado esta es condenada a muerte además le hace
reflexionar sobre las cosas que hace y dice, representa los pensamientos
morales y éticos recibidos de la cultura. Pues en este personaje se ve la
capacidad de autoevaluación crítica y reproche.
En esta historia el consciente de Alicia se ve reflejado en el aburrimiento que
presentaba por encontrarse siempre presionada por su hermana y por la clase
social a la que pertenece.
En si toda la historia es el reflejo del poder y del querer conocerse interiormente
cada persona, en este caso el valor que toma Alicia para experimentar nuevos
conocimientos y conductas que no podía hacer en su entorno pues estaba
regida por normas y reglas sociales que le prohibían poder mostrarse a sí
misma.
Cada personaje de esta historia es la muestra de las características internas de
la niña, es el caso de la reina de corazones, quien refleja el malhumor y el
querer tener el mando de las circunstancias y de no ser más presionada,
además de la superioridad de la clase social a la que pertenece, además
manifiesta los conflictos del corazón de Alicia.
Pero a la vez está mostrando la frialdad y el vacío que hay en la clase social de
Alicia.
La literatura infantil desde sus diferentes dimensiones, busca colaborar para
que el niño pueda llenar los vacíos que en sus primeras etapas de vida
quedaron en su consciente, inconsciente y subconsciente, elevando el gran
medida el nivel de imaginación y llenado los espacios de censura de anhelos y
deseos.
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