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AGRADECIMIENTOS
A mis papás, Néstor y Sonia, por su apoyo constante e incondicional en toda mi vida y más aún durante esta última etapa, por el esfuerzo que han realizado a lo largo de mi carrera y por haberme forjado como la persona que soy en la actualidad.
A Ani, por su amor incondicional, por comprenderme y acompañarme en los buenos y malos momentos, por la motivación para seguir adelante y cumplir mis objetivos, y por hacer que mi vida sea cada vez mejor.
A mis hermanos, Diego y Emi, por todos los momentos compartidos y por estar siempre presentes apoyándome.
A mis abuelos, padrinos, tíos y primos, por el cariño, por los consejos y enseñanzas, por estar en los buenos y malos momentos, y por el apoyo recibido a lo largo de mi vida. Quiero agradecer especialmente a mis tíos José Luis y Adriana, y a mi abuela Lita por abrirme las puertas de su casa y dejarme convivir con ellos, haciéndome sentir como en mi casa.
A mi Directora de tesis, Dra. Gabriela Lucero, por brindarme la oportunidad de realizar este trabajo, por su confianza, su dedicación, por los conocimientos compartidos y por guiarme en esta última etapa de la carrera. Por su calidad como persona y por su buena predisposición a pesar de los momentos difíciles que le toco vivir durante el desarrollo de este trabajo.
A mi Co-Director, Dr. Pablo Pizzuolo, por su constante buena predisposición, por sus aportes y enseñanzas valiosas para realizar esta tesina.
A mis amigos, por los buenos momentos compartidos que jamás se olvidan y por estar presente en las situaciones difíciles, por ser los hermanos que uno elige para que lo acompañen en las diferentes etapas de la vida, llenándola de alegría y cariño.
A la familia Gil, por su apoyo, por la confianza y por los momentos compartidos.
A los evaluadores de la tesina, Nuria Riu, Silvina Pérez y María Vanda Hapon, por su tiempo dedicado en la corrección, por sus consejos y por su amabilidad.
A Joana, Vanda, Caro y otras personas de la cátedra de Fitopatología, por su amabilidad y por su buena predisposición y colaboración en el desarrollo de este trabajo y en el manejo de los elementos del laboratorio. A Carina por prestarme los sensores y por enseñarme a utilizarlos.
A todos los profesores de la facultad, por los conocimientos y herramientas que me han brindado a lo largo de la carrera.
Agradezco también al Proyecto de la Secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado de la UNCuyo y al proyecto SaFo del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca por permitir la realización de esta tesis.
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ÍNDICE
RESUMEN ................................................................................................................ 6
INTRODUCCIÓN ...................................................................................................... 7
1. LOS BOSQUES ............................................................................................ 7
1.1 LOS BOSQUES A NIVEL MUNDIAL ......................................................... 7
1.2 LOS BOSQUES EN ARGENTINA ........................................................... 10
2. DECAIMIENTO DE LOS BOSQUES POR ESTRÉS ................................... 15
2.1 PREDISPOSICIÓN ................................................................................. 15
2.2 ESTRÉS Y PREDISPOSICIÓN ............................................................... 16
3. LAS SALICÁCEAS ..................................................................................... 19
3.1 LAS SALICÁCEAS A NIVEL MUNDIAL .................................................. 20
3.2 LAS SALICACEAS EN ARGENTINA ...................................................... 23
3.3 LAS SALICACEAS EN MENDOZA ......................................................... 24
3.3.1 EL ALAMO .......................................................................................... 26
3.3.1.1 PLAGAS Y ENFERMEDADES ...................................................... 30
4. CANCROSIS DEL ÁLAMO ......................................................................... 33
4.1 AGENTE CAUSAL Y DISTRIBUCIÓN .................................................... 33
4.2 TAXONOMÍA Y CARACTERIZACIÓN .................................................... 34
4.3 DAÑOS PROVOCADOS POR Septoria musiva ...................................... 36
4.4 MEDIDAS DE CONTROL ....................................................................... 39
OBJETIVOS ........................................................................................................... 42
MATERIALES Y MÉTODOS ................................................................................... 43
1. UBICACIÓN DEL ESTUDIO ....................................................................... 43
2. OBTENCIÓN DE PLANTAS ....................................................................... 43
3. ORIGEN DEL AISLADO DE Septoria musiva ............................................. 44
3
4. TRATAMIENTO HIDRICO .......................................................................... 44
5. ENSAYO DE SUSCEPTIBILIDAD A LA INVASIÓN DE Septoria musiva EN TALLOS SEGÚN ESTRÉS HÍDRICO ........................................................................... 47
6. MEDICIÓN DEL POTENCIAL HÍDRICO FOLIAR ....................................... 49
7. ENSAYO DE SUSCEPTIBILIDAD A LA INVASIÓN DE Septoria musiva EN HOJAS SEGÚN ESTRÉS HÍDRICO ............................................................................ 52
8. FERTILIZACIÓN ......................................................................................... 54
9. TEMPERATURA Y % DE HUMEDAD RELATIVA ..................................... 54
RESULTADOS ....................................................................................................... 55
1. POTENCIAL AGUA .................................................................................... 55
1.1 Potencial agua al alba ............................................................................. 55
1.2 Potencial agua a la tarde ......................................................................... 56
2. MEDICIÓN DE LA SUSCEPTIBILIDAD A LA INVASIÓN DE Septoria musiva EN TALLOS SEGÚN ESTRÉS HÍDRICO ..................................................................... 57
3 MEDICIÓN DE LA SUSCEPTIBILIDAD A LA INVASIÓN DE Septoria musiva EN HOJASEGÚN ESTRÉS HÍDRICO .......................................................................... 66
DISCUSIÓN ............................................................................................................ 71
CONCLUSIÓN ........................................................................................................ 76
BIBLIOGRAFÍA ....................................................................................................... 79
ANEXOS ................................................................................................................. 86
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INDICE DE TABLAS
Tabla 1: Cantidad de plantas utilizadas por cada clon en los tratamientos realizados en el ensayo……………………………………………………………………………………. 47
Tabla 2: Cantidad de discos de hojas utilizados para cada clon, cada tratamiento hídrico y de inoculación………………………………………………………………………. 53
INDICE DE FIGURAS
Figura 1: Mapa mundial de bosques........................................................................... 8
Figura 2: Clasificación de los bosques del mundo………………………………………. 9
Figura 3: Porcentaje de superficie cubierta por los principales grupos forestales cultivados en Argentina………………………………………………………….. 14
Figura 4: Porcentaje de superficie mundial cubierta por salicáceas en bosques naturales, plantados o en sistemas agroforestales y árboles fuera de los bosques (A). Porcentaje de superficie mundial de bosques plantados de salicáceas según género (B)……………………………………………………. 21
Figura 5: Porcentaje de superficie según los usos de las plantaciones de álamo a nivel mundial……………………………………………………………………… 22
Figura 6: Características botánicas de un álamo representativo, Populus nigra…….. 29
Figura 7: A: Colonia de Septoria musiva con presencia de cirros rosados. B: Esquema de un picnidio de S. musiva con conidios ante una inminente liberación. C: Conidios de S. musiva…………………………………………... 35
Figura 8: Lesiones circulares y blancas producidas por Septoria musiva en hojas jóvenes…………………………………………………………………………….. 37
Figura 9: Lesiones pequeñas, pardas y poligonales producidas por Septoria musiva en hojas adultas………………………………………………………………… 37
Figura 10: Cancro producido por Septoria musiva en tallo joven y adulto de álamo. 38
Figura 11: Esquema representativo de los tratamientos hídricos utilizados en el ensayo.……………………………………………………………………………. 45
Figura 12: Foto representativa de una planta de álamo mientras es pesada en balanza electrónica………………………………………………………………. 46
Figura 13: Medición de la longitud de un cancro utilizando calibre electrónico…….. 48
Figura 14: Medición del potencial agua foliar al alba utilizando Cámara de Scholander..………………………………………………………………………. 51
Figura 15: Imagen representativa de la disposición de los discos de hojas en cajas de Petri…………………………………………………………………………….. 53
5
Figura 16: Potencial agua promedio al alba (Kgf/cm2) en hojas del clon Harvard y Conti-12, para cada combinación de tratamiento hídrico y tratamiento de inoculación (inoculado con Septoria musiva y testigo)……………………… 56
Figura 17: Potencial agua promedio (Kgf/cm2) del clon Harvard y Conti-12, para cada combinación de tratamiento hídrico y tratamiento de inoculación (inoculado con Septoria musiva y testigo) a la tarde……………………….. 57
Figura 18: Longitud promedio de cancro (mm) para tallos del clon Harvard, en cada tratamiento hídrico y de inoculación (inoculado con Septoria musiva y testigo)…..………………………………………………………………………… 58
Figura 19: Fotografías de cancros en tallos del clon Harvard, en los distintos tratamientos….……………………………………………………………………. 59
Figura 20: Porcentaje promedio de cobertura del perímetro del tallo por parte del cancro (%) en tallos del clon Harvard, para cada combinación de tratamiento hídrico y tratamiento de inoculación (inoculado con Septoria musiva y testigo)..……………………………………………………………….. 60
Figura 21: Longitud promedio de cancro (mm) para tallos del clon Conti-12, en cada tratamiento hídrico y de inoculación (inoculado con Septoria musiva y testigo)…………………………………………………………………………….. 61
Figura 22: Fotografías de cancros en tallos del clon Conti-12, en los distintos tratamientos………………………………………………………………………. 62
Figura 23: Porcentaje promedio de tallo rodeado por el cancro (%) para tallos del clon Conti-12, para cada tratamiento hídrico y de inoculación (inoculado con Septoria musiva y testigo) ………………………………………………… 63
Figura 24: Longitud promedio de cancro (mm) en tallos testigos (izquierda) e inoculados (derecha) con Septoria musiva del clon Harvard y Conti-12, en cada tratamiento hídrico…………………………………………………………. 64
Figura 25: Porcentaje promedio de tallo rodeado por el cancro (%) en tallos testigos (izquierda) e inoculados (derecha) con Septoria musiva del clon Harvard y Conti-12, para los diferentes tratamientos hídricos………………...………… 66
Figura 26: Porcentaje promedio de área necrótica (%) en discos de hojas para el clon Harvard, en cada combinación de tratamiento hídrico y de inoculación (inoculado con Septoria musiva y testigo)…………………….. 67
Figura 27: Porcentaje promedio de área necrótica (%) en discos de hojas para el clon Conti-12, en cada tratamiento hídrico y de inoculación (inoculado con Septoria musiva y testigo)……………………………………………………… 68
Figura 28: Fotografías de ensayo de discos de hojas para el clon Conti-12………… 69
Figura 29: Porcentaje promedio de área necrótica (%) en discos de hojas para el clon Harvard y Conti-12, en cada tratamiento hídrico y de inoculación: testigo (gráfico A) e inoculado con Septoria musiva (gráfico B)…………… 70
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RESUMEN
En Mendoza, el cultivo del álamo representa la actividad forestal de mayor importancia dentro de los bosques cultivados bajo riego. La superficie cultivada con estos se estima que alcanza aproximadamente unas 16.000 ha incluyendo las plantaciones en macizo y las plantaciones en línea o cortinas. El microorganismo patógeno Septoria musiva es el agente causal de una de las enfermedades con mayor influencia en la cantidad y calidad de la madera producida por los álamos, el cual se manifiesta produciendo manchas foliares y cancros en troncos y ramas. El sitio y las condiciones meteorológicas adversas, y así como otros agentes de estrés, tales como plagas de insectos, pueden aumentar la incidencia y severidad de la infección por uno o más patógenos. Durante las últimas décadas, los daños causados por estrés hídrico en álamos se están incrementando en varios países, produciendo decaimiento de árboles, ataque de parásitos oportunistas y muerte de plantas. Considerando la importancia del cultivo de álamos en Mendoza y a nivel nacional, sumado al hecho que Septoria musiva es un patógeno endémico en la región provocando grandes pérdidas económicas, el objetivo de este trabajo fue determinar el efecto del estrés hídrico en la colonización de tallos y hojas de clones de Populus spp. inoculados por Septoria musiva. Los clones de álamo Harvard y Conti-12 fueron sometidos a tres niveles de estrés hídrico en invernadero (lámina de reposición del 90, 70, 50 % del agua disponible). Luego la mitad de las plantas de cada clon fueron inoculadas con un aislado de Septoria musiva y la otra mitad fueron utilizadas como testigos. La respuesta al patógeno se midió 95 días después, como longitud promedio de cancro y porcentaje promedio del perímetro del tallo afectado por la lesión. Los valores para estas variables fueron mayores cuando aumento el nivel de estrés hídrico para ambos clones. También se llevó a cabo un ensayo de disco de hojas, utilizando hojas de las plantas sometidas a los diferentes niveles de estrés. Estos fueron colocados en cajas de Petri e inoculados con Septoria musiva y sus respectivos testigos con agua estéril. Los clones mostraron una respuesta diferencial al estrés hídrico. En Harvard el porcentaje promedio de área necrótica en hojas aumentó cuando el agua disponible para la planta fue mayor, en cambio en el Clon Conti-12 sucedió lo contrario. Esta investigación aporta información valiosa para el manejo de la salud de las plantaciones forestales de álamo. La información generada en este trabajo resulta de máxima utilidad para los productores, los cuales deberían tomar los recaudos necesarios en el manejo del agua en las plantaciones de modo de disminuir el efecto del estrés hídrico. Situación ésta que puede provocar aumento de la susceptibilidad a la enfermedad por parte de las plantas. Este conocimiento permitirá a los productores maximizar los beneficios del cultivo y reducir al mínimo el riesgo a cancrosis.
Palabras claves: Populus, cancro, clon, Harvard, Conti-12, susceptibilidad.
7
INTRODUCCIÓN
1. LOS BOSQUES
Los bosques y las actividades forestales han sido fundamentales en el desarrollo de
la civilización moderna, la historia de los seres humanos está fuertemente vinculada a la
utilización de los bosques del planeta y sus múltiples productos (FAO, 2012a). Estos
brindan una amplia y diversa gama de beneficios sociales y económicos que van desde
valores económicos fácilmente cuantificables a servicios y contribuciones a la sociedad
que son menos tangibles. De los bosques se extraen múltiples productos, que
comprenden desde madera para la construcción, leña, hasta alimentos (frutos, setas,
plantas comestibles, caza), forraje y otros productos forestales no maderables (PFNM).
Los productos más importantes cuantitativamente son la madera en rollo para uso
industrial y leña, y entre los productos forestales no maderables se destacan los alimentos
y el forraje (FAO, 2010a). Además de la amplia gama de productos forestales que aportan
los bosques naturales y las plantaciones forestales fundamentales para el bienestar de la
humanidad, las plantas cumplen un rol importante como sustento de la vida en el planeta
a través de sus funciones ecológicas, de regulación del clima y de los recursos hídricos y
sirviendo de hábitat a plantas y animales. También los bosques brindan oportunidades
para la recreación, el bienestar espiritual y otros servicios (Ministerio de Ciencia,
Tecnología e Innovación Productiva, 2013).
1.1 LOS BOSQUES A NIVEL MUNDIAL
La superficie cubierta por bosques en el mundo es de aproximadamente 4000
millones de hectáreas, lo que corresponde al 31 % de la superficie total de la tierra o a un
promedio de 0,6 hectáreas per cápita (FAO, 2011). Dicha área de bosques no se
8
distribuye de manera homogénea en el planeta: Europa (incluyendo a la Federación
Rusa) contiene el 25 % del área total de bosques, seguida por Sudamérica con el 21 % y
Norteamérica y Centroamérica abarcando un 17 % (Figura 1) (FAO, 2010a).
El crecimiento demográfico y el incremento en la demanda de alimentos, fibras y
combustibles han generado aumento en la manipulación de la naturaleza, con una de las
modificaciones antropogénicas más generalizada e importante, como es el desmonte de
bosques (FAO, 2012a). Si bien el ritmo de deforestación de los últimos años da señales
de disminución, pasando de 16 millones de hectáreas anuales en la década de los
noventa a aproximadamente 13 millones de hectáreas en la última década, aun así estas
cifras siguen siendo alarmantes. Esta disminución de la deforestación se debe, por una
parte a la caída en la tasa de desmontes propiamente dicha y otra parte a un aumento en
la superficie de bosques por plantación o siembra y/o expansión natural de los ya
existentes (FAO, 2010a).
Figura 1: Mapa mundial de bosques (FAO, 2010a).
9
En el mundo, el área total de bosques se encuentra clasificada en bosques
primarios, bosques naturales y bosques establecidos mediante plantación o siembra. En
el primer grupo se encuentran los bosques constituidos por especies nativas en el que no
hay muestras claramente visibles de actividad humana y cuyos procesos ecológicos no se
ven apreciablemente alterados, abarcando el 36 % de la superficie total de bosques. El
segundo grupo comprende el 57 % de la superficie y son todos aquellos que se regeneran
de manera natural y muestra señales visibles de actividad humana. Y en el último grupo,
con el 7 % de la superficie (264 millones de hectáreas) se incluyen a aquellos bosques
establecidos por plantación o siembra (FAO, 2010a). La clasificación de los bosques del
mundo se puede observar en la figura 2.
Figura 2: Clasificación de los bosques del mundo, según FAO (2010a).
Los cambios producidos en las áreas de bosques a través del tiempo, son un índice
de la demanda de tierras para uso forestal y otros usos. El área de bosque primario ha
descendido en más de 40 millones de hectáreas desde el año 2000. Sin embargo,
algunos países están protegiendo parte de sus bosques naturales frente a cualquier tipo
de intervención. A su vez, el área de bosques plantados está aumentando a razón de
unos 5 millones de hectáreas anuales, principalmente por forestación. Esto posibilita a
10
que en el futuro estos bosques cubran una mayor proporción de la demanda de madera,
aliviando así la presión sobre los bosques primarios y otros bosques regenerados
naturalmente (FAO, 2010a).
Aproximadamente, el 30 % de los bosques (cerca de 1.200 millones de hectáreas)
se destinan a la producción de productos forestales maderables y no maderables como
función primaria. Otras 949 millones de hectáreas (el 24 %) han sido designadas para
usos múltiples, que en la mayoría de los casos incluyen la producción de madera y de
productos forestales no maderables. El área designada en su mayoría para funciones
productivas ha descendido en más de 50 millones de hectáreas desde 1990, porque han
sido designados para otros fines. Dicha reducción en el área de bosque, refleja la
dependencia cada vez mayor de los bosques plantados y naturales para la producción de
madera y un cambio de tendencia en la asignación del destino de la producción para usos
múltiples a medida que aumenta la demanda de otros servicios (FAO, 2010a). Se espera,
pues, que los bosques cultivados contribuyan cada vez más al suministro mundial de
madera, fibra, combustible y productos forestales no maderables (así como a la
protección del suelo, los recursos hídricos y otras funciones), y que este cambio reduzca
la presión actual sobre los bosques naturales. El efecto de esta evolución en los
mercados de madera tendrá que ser considerada por los responsables de las políticas,
por planificadores y por los encargados de la gestión forestal con la ayuda de estudios de
perspectivas que evalúen la futura aportación de los bosques plantados a los servicios
económicos, sociales y ambientales (FAO, 2010a).
1.2 LOS BOSQUES EN ARGENTINA
Argentina cuenta actualmente con aproximadamente 33,2 millones de hectáreas de
bosques nativos y poco más de 1,1 millones de hectáreas de plantaciones forestales,
11
principalmente de especies exóticas de rápido crecimiento (Comisión Nacional del Álamo
Argentina, 2012). A la inversa de lo que sucede con los bosques nativos, en general, la
superficie de bosques plantados se ha incrementado en las últimas décadas (FAO,
2010b).
La cadena forestal-industrial de este país incluye al sector forestal primario nativo y
de plantación (producción de semillas, plantines, implante, servicios forestales,
subproductos); a las actividades industriales que son la madera aserrada, manufacturas,
tableros reconstituidos, chapas, contrachapados, partes y muebles (transformación física
de la madera) y la pasta celulósica, papel y cartón (transformación química de la madera).
En la producción primaria se pueden identificar dos segmentos claramente diferenciados.
Por un lado la cadena que proviene de los bosques nativos y por otro la que provienen de
bosques plantados. En Argentina, la madera proveniente de bosques nativos se orienta
principalmente a la obtención de leña, postes y durmientes (en el caso del quebracho) y
en menor medida, de rollizos destinados a la fabricación de muebles y otras manufacturas
como pisos y tableros (en el caso de la lenga y el algarrobo). Por su parte, los bosques
plantados – principalmente coníferas, eucaliptos y salicáceas – tienen como principal
destino la producción de rollizos y la industria de la madera triturada, fundamentalmente
para la elaboración de pasta de papel-celulosa y tableros (Min. de Cs., Tecnología e
Innovación Productiva, 2013).
Los problemas ocasionados por la deforestación de bosques naturales y la
necesidad de aumentar la producción de madera proveniente de bosques plantados, es
una oportunidad para países como Argentina con ventajas comparativas evidentes.
Dichas ventajas respecto a otros países, se evidencian fundamentalmente en que las
plantaciones forestales presentan altas tasas de crecimiento, similares o mejores a la de
12
países con un fuerte sector forestal, tales como Chile y Nueva Zelanda. Además, la
superficie de tierras forestables de Argentina supera ampliamente a la que cada uno de
esos países tiene forestada hasta el día de hoy. A este hecho se suman los competitivos
costos de forestación, el avance en programas de mejora genética tanto de especies
nativas como de exóticas, todas ellas condiciones diferenciales para convertirse en un
importante país forestal (Min. de Cs., Tecnología e Innovación Productiva, 2013).
En Argentina la política a nivel nacional sobre la gestión de los recursos forestales
depende de dos organismos distintos. Por un lado, los bosques nativos están bajo la
órbita de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, a través de su
Dirección de Bosques; mientras que las plantaciones forestales están bajo la órbita de la
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos a través de la Dirección de
Producción Forestal (FAO, 2010b).
La política forestal actual en la República Argentina se encuentra dirigida al
desarrollo de la actividad forestal atendiendo a problemáticas económicas, sociales y
ambientales. Actualmente, continúa en vigencia el régimen de promoción a la forestación
implementado por la Ley Nacional 25.080 de Inversiones en Bosques Cultivados del año
1998, la cual fue luego prorrogada por 10 años más por la Ley Nº 26.432 en el año 2008.
Estas leyes promueven las inversiones en emprendimientos forestales y foresto-
industriales con beneficios económicos y fiscales. Las ventajas económicas consisten en
apoyo financiero no reintegrable por hectárea forestada, variable según la zona, la
especie y tamaño del emprendimiento para actividades silvícolas como poda, raleo,
manejo del rebrote y enriquecimiento de bosque nativo. Dentro de los beneficios fiscales
se encuentran el de estabilidad fiscal, la devolución anticipada del impuesto al valor
agregado, un régimen especial de amortizaciones para inversiones en bienes de capital,
13
exención de impuestos patrimoniales, exención de impuestos que graven la aprobación
de estatutos, contratos, sus ampliaciones, modificaciones, etc., para la organización del
emprendimiento y el avalúo de reservas. Con esta ley, desde su sanción hasta fin del año
2011, se lograron 301.600 ha de forestación con distintas especies de pinos, eucaliptos,
álamos, sauces y latifoliadas varias (Comisión Nacional del Álamo Argentina, 2012).
Como se mencionó anteriormente, en Argentina existen poco más de 1,1 millones
de hectáreas de plantaciones forestales con especies exóticas de rápido crecimiento
como ser coníferas, eucaliptos y salicáceas. El porcentaje de superficie de bosques
implantados con coníferas es de 54% de la superficie total, con eucaliptos el 32% y con
salicáceas (sauces y álamos) el 9%. El restante 5% está compuesto por una variedad de
especies, principalmente latifoliadas (árboles de hoja ancha, como paraíso, grevillea, etc.)
(Min. de Cs., Tecnología e Innovación Productiva, 2013)(Figura 3). Las coníferas abundan
particularmente en las provincias de Misiones y Corrientes, los eucaliptos se concentran
en las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Corrientes, y las salicáceas en las
provincias de Buenos Aires (Delta), Mendoza y Río Negro. Es decir que en su mayoría las
plantaciones se encuentran concentradas en la Mesopotamia, Provincia de Buenos Aires
y en menor medida en la región de Cuyo. Aunque claramente, la principal región forestal
es la Mesopotamia (Misiones, Corrientes y Entre Ríos), concentrando más del 60% del
total de bosques cultivados (Bercovich, 2000).
Las principales especies de coníferas utilizadas en las forestaciones del país son
fundamentalmente Pinus elliottii y Pinus taeda y en menor medida otras especies como
Araucaria angustifolia, Pinus ponderosa y Pseudotzuga menziesii. En lo que a especies
del genero Eucalyptus se refiere, Eucalyptus grandis y E. saligna son los más plantados;
luego, en menor medida, E. camandulensis, E. tereticornis, E. viminalis y E. globulus. Por
14
último, diferentes clones de Populus deltoides y Populus x canadensis son los cultivares
más representativos entre los álamos plantados; con relación a los sauces se destacan
Salix babilónica var. sacramenta, S. nigra y los híbridos de S. babilonica x S. alba y S.
matsudana x S. alba (Beale & Ortíz, 2013).
Figura 3: Porcentaje de superficie cubierta por los principales grupos forestales cultivados en Argentina, según Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación
Productiva (2013).
El álamo es un forestal muy usado, dado que, representa una especie de rápido
crecimiento, de fácil propagación vegetativa y con la capacidad de adaptarse a una amplia
gama de ambientes. Son fáciles de cultivar y constituyen un componente importante de
los sistemas agroforestales. Por estas ventajas son muy utilizadas ya que permiten cubrir
la demanda de madera permitiendo frenar la devastación a la que son sometidos muchos
de los bosques nativos del mundo. Además suministran una amplia gama de productos
madereros (madera en rollo, postes y estacas, pasta y papel, tableros reconstituidos,
contrachapados, chapas, madera aserrada, jaulas de embalaje, palet y muebles),
productos no madereros (forraje, leña) y servicios (abrigo, sombra y protección de suelo,
agua, cultivos, ganado y viviendas). Asimismo desempeñan un papel importante en la
15
fitorremediación de tierras degradadas (eliminación de metales pesados de suelos
contaminados), la rehabilitación de ecosistemas frágiles (en especial contra la lucha a la
desertificación) y la restauración de paisajes forestales. A menudo se integran con la
agricultura, horticultura, viticultura y apicultura (Ball et al., 2005).
En Mendoza, el cultivo del álamo representa la actividad forestal de mayor
importancia dentro de los bosques cultivados bajo riego de la provincia.
2. DECAIMIENTO DE LOS BOSQUES POR ESTRÉS
Los bosques constituyen comunidades dinámicas y complejas de árboles vivos y
muertos que interactúan entre sí y con una gran variedad de factores ambientales,
humanos y otros como patógenos, parásitos, manteniendo un equilibrio (Manion y
Lachance, 1993). Este equilibrio puede romperse en cualquier etapa de desarrollo de los
bosques, ya sea debido a la acción nociva de alguno de sus componentes vivos (factores
bióticos) o por factores ambientales adversos (factores abióticos). Independientemente del
origen de la perturbación, pueden ocasionar impactos importantes en la salud del bosque,
amenazando su crecimiento, calidad e incluso subsistencia (Gómez et al., 2011).
El decaimiento de los bosques por estrés es un fenómeno complejo, causado por un
conjunto de factores abióticos y bióticos que interactúan entre sí, sucesivamente, en modo
e intensidad diferente. Todo ello causa un deterioro progresivo del estado fisiológico de
las plantas, hasta llevarlas a la muerte (Lucero, 2000).
2.1 PREDISPOSICIÓN
En el contexto de enfermedades de plantas y animales, el término predisposición
hace referencia a la susceptibilidad de un organismo de ser infectado. Muchos
16
organismos son capaces de invadir tejidos, solo después de que éstos ya han sido
alterados o predispuestos de alguna forma. Las interacciones huésped-estrés-
saprófito/patógeno secundario en el decaimiento de los árboles de bosques, proveen
claros ejemplos de predisposición en el sentido fitopatológico del término. Los árboles
estresados, en ausencia de ataque de organismos, generalmente se recuperan una vez
que el estrés disminuye, es decir recuperan su anterior estado de salud y su vigor. Sin
embargo, la etapa más crítica en el desarrollo de las enfermedades que producen el
decaimiento de los árboles es cuando la invasión por parte de organismos secundarios a
los tejidos vitales, compromete la recuperación del individuo (Houston, 1993).
Aunque la capacidad innata de las plantas huéspedes para responder a la presencia
de un patógeno o sus metabolitos está determinada genéticamente, su disposición a la
enfermedad puede ser modificada por factores ambientales, que aumentan o disminuyen
su susceptibilidad (Barnett, 1959; Yarwood & Sylvester, 1959). En general, los factores
ambientales suelen aumentar la susceptibilidad a las enfermedades (Schoeneweiss,
1975).
2.2 ESTRÉS Y PREDISPOSICIÓN
Por estrés, en Fisiología y Patología vegetal, se entiende a cualquier factor de
agresión de origen biótico o abiótico que causa anomalías en el normal funcionamiento
fisiológico de una planta. Pudiendo causar daños reversibles o irreversibles, y en
cualquier caso, limitando la capacidad de crecimiento y desarrollo del individuo. En la
naturaleza, las plantas suelen ser objeto de un gran número de factores de estrés
causado por ataques de patógenos o condiciones anormales de temperatura,
disponibilidad hídrica, composición de la atmósfera o del suelo (respectivamente estrés
biótico, térmico, hídrico, contaminantes fitotóxicos y estrés nutricional) (Lucero, 2000).
17
Cada uno de los principales factores de estrés asociados con el decaimiento de los
árboles altera los tejidos de diferentes maneras. En muchos casos, los cambios
provocados por las situaciones de estrés a nivel bioquímicos o fisiológicos, morfológicos y
de los mecanismos de resistencia, no son conocidos (Houston, 1993).
Las plantas sometidas a distintos tipos de estrés provocan diferentes patrones de
invasión para un mismo patógeno. Esto sugiere que la naturaleza, la oportunidad y la
magnitud de los cambios inducidos por el estrés no sólo determina la forma y el grado en
que se alteran los tejidos, sino también, cuándo se convierten en susceptibles, a qué
organismos y con qué consecuencias (Houston, 1993). Investigaciones han demostrado
que el sitio y las condiciones meteorológicas adversas, así como algunas plagas, pueden
aumentar la incidencia y severidad de la infección por uno o más patógenos (Ostry &
Berguson, 1993).
Durante las últimas décadas, el estrés hídrico es el factor más importante que
provoca decaimiento de árboles, que luego son afectados por parásitos oportunistas que
llevan a muerte las plantas, causando grandes daños en varios países y diferentes
especies forestales (Anselmi et al., 2006). El estrés hídrico se atribuye generalmente a
condiciones de sequía, es decir, a períodos de ausencia de precipitaciones, como para
inducir la escasez de agua y reducir la capacidad de crecimiento de las plantas. Sin
embargo, se produce en todo momento, cuando las pérdidas por transpiración exceden la
absorción reduciendo el contenido de agua en los tejidos, como cuando hay pérdida de
turgencia celular por bajas temperaturas del suelo, excesos de solución salina, etc.
(Kozlowski, 1968).
El déficit hídrico en las plantas conduce a la inhibición del crecimiento y de la
fotosíntesis (Salisbury & Ross, 2000), por disminución del crecimiento celular y por ende,
18
multiplicación celular; reducción en la síntesis de proteínas y sustancias constitutivas de
las paredes celulares; aumento del nivel de ácido abscísico (ABA) y disminución de
citocininas. La inhibición de la fotosíntesis se produce por cierre estomático, disminución
de la asimilación de CO2 y la actividad de los cloroplastos; acumulación de solutos, prolina
y azúcares; disminución de la respiración y transpiración; aceleración de la senescencia
de la hoja y aumento prematuro de la edad de la planta (Kozlowski, 1979; Salisbury &
Ross, 2000; Taiz & Zeiger, 2006).
Las plantas presentan diversos mecanismos de resistencia a la sequía, los cuales
pueden agruparse en tres categorías:
(1) Escape: este mecanismo incluye a aquellas plantas que ajustan su ciclo
vital fuera de los períodos de déficit hídrico (plantas anuales) (Taiz &
Zeiger, 2006)
(2) Evitación: la planta responde a la sequía reduciendo el impacto del factor
de estrés para evitar o postergar la deshidratación, aumentando la
capacidad de absorción de agua gracias al incremento de la superficie
radicular.
(3) Tolerancia: es la capacidad de resistir de forma reversible la
deshidratación de los tejidos, tolerando el ambiente adverso (Salisbury &
Ross, 2000).
Mendoza se caracteriza por poseer un clima árido-semiárido donde el principal
factor limitante de la productividad es el agua, esto determina que tanto cultivos agrícolas
como forestales son cultivados en un ambiente con un marcado déficit hídrico la mayor
parte del año, implicando así la necesidad de implementar sistemas de riego.
19
3. LAS SALICÁCEAS
Las Salicáceas poseen numerosas especies con una gran capacidad de adaptación
a distintas condiciones ecológicas, determinando una amplia distribución en lo que a
hábitat se refiere (FAO, 1980). Son nativas del hemisferio Norte, desde el círculo polar
ártico hasta el paralelo 30°, solo pocas especies se encuentran en el hemisferio sur.
Dentro de esta familia, los géneros más importantes, desde el punto de vista forestal son
Populus y Salix, álamos y sauces, respectivamente. El género Populus está presente en
forma esporádica en todos los bosques de la región templada del hemisferio Norte, en
algunas zonas puede formar pequeños bosquetes o macizos. El género Salix, tiene una
distribución natural más amplia, y se encuentra presentes también en el hemisferio sur,
sobre todo a lo largo de ríos y torrentes (Dickmann & Kuzovkina, 2008). Las Salicáceas se
encuentran clasificadas taxonómicamente dentro del Reino: Vegetal, División:
Espermatófita, Clase: Dicotiledóneas, Sub-Clase: Arquiclamídeas, Orden: Salicales y
Grupo: Amentiflora (García, 2002).
Las especies de dicha familia presentan dos características muy marcadas: la
avidez por la luz y sus altos requerimientos de agua. Esto las ha convertido en pioneras
en la colonización de las riberas fluviales, de los espacios generados por aluviones o
crecidas y en los lechos de torrentes. Sitios donde normalmente son incapaces de
arraigarse y prosperar otras especies forestales (Amico, 2002).
Los sauces y álamos son especies diclino dioicas, es decir presentan flores
unisexuales en plantas distintas (masculinas y femeninas). En general sus hojas son
alternas y caducas. Sus flores son desnudas o casi desnudas, agrupadas en racimos. Los
frutos están formados por cápsulas dehiscentes, encerrando numerosas semillas
20
provistas de una cubierta algodonosa que les permite volar y diseminarse a largas
distancias (Amico, 2002).
3.1 LAS SALICÁCEAS A NIVEL MUNDIAL
Según la Comisión Internacional del Álamo, la superficie total de álamos y sauces
(Salicáceas) para el año 2012 fue de aproximadamente 95 millones de hectáreas
(94.987.686 ha). Este valor relevó un incremento de la superficie, dado que para el año
2004 la superficie era de 76,6 millones de hectáreas y en el 2008 era de 79.100.000 ha
(FAO, 2012b). Es decir, la superficie con Salicáceas aumentó en poco más de 15 millones
de hectáreas, el 20%, en cuatro años entre el 2008 y 2012. En relación a esta cifra, los
bosques nativos parecen haber aumentado en un 15 %, los bosques cultivados en un 70
% y la agrosilvicultura en un 30 %. Este aumento podría deberse a un aumento real de la
superficie o al efecto de que varios países mejoraron sus relevamientos de superficies
(Kollert & Borodowski, 2014).
La gran mayoría de la superficie mundial de Salicáceas - 82,5 millones de ha
(86,8%)- está compuesta por álamos y sauces nativos, de los cuales, los álamos nativos
abarcan 75,6 millones de ha, mientras que los sauces nativos cubren 6,8 millones de ha y
otras 46.319 hectáreas representan formaciones de álamos y sauces indígenas
mezclados (Figura 4, A). Los álamos y sauces plantados cubren un total de poco más 9,2
millones de ha, de las cuales más de 8,6 millones de ha (93,78%) son álamos y 572.282
ha sauces. Las plantaciones mixtas de álamos y sauces cubren 1.818 ha (Figura 4, B). En
lo que respecta al empleo de álamos en los sistemas agroforestales o como árboles fuera
de los bosques, la superficie cubierta es de 3,2 millones de hectáreas, para sauces en la
misma categoría mencionada, se reportaron 37.324 ha y para la combinación de ambas
especies 225.053 ha (FAO, 2012b).
21
Figura 4: Porcentaje de superficie mundial cubierta por salicáceas en bosques naturales, plantados o en sistemas agroforestales y árboles fuera de los bosques (A). Porcentaje de superficie mundial de bosques plantados de salicáceas según
género (B), según FAO (2012b).
El 96 % de la superficie total de álamos naturales, informados por la Comisión
Internacional del Álamo, se presentan en Canadá, la Federación Rusa y los Estados
Unidos. La superficie total de álamo plantada, reportada en el año 2012, como se
mencionó anteriormente es de 8,6 millones de hectáreas de las cuales, 5,9 millones de
hectáreas (68%) fue plantada principalmente para la producción de madera (madera en
rollo industrial, leña, biomasa) y 2 millones de hectáreas (23%) para la protección del
medio ambiente. El saldo de 0,7 millones de hectáreas restantes no puede ser asignado a
ninguna función en particular (Figura 5). La República Popular de China posee el 87,5 %
de los recursos de álamos plantados del mundo (7.570.000 ha). El área cubierta por
sauces es sustancialmente menor, el 92% de ésta es de bosques naturales (6,8 millones
de ha) y el 8% restante (0,6 millones de ha) es de bosques plantados (FAO, 2012b).
También China es el país que posee la mayor superficie de plantaciones de sauces con
un total de 437.600 ha, seguido por Argentina (56.400 ha) (Kollert & Borodowski, 2014).
22
Figura 5: Porcentaje de superficie según los usos de las plantaciones de álamo a nivel mundial, según Kollert & Borodowski (2014).
Los álamos y sauces suministran una amplia gama de productos (madereros y no
madereros) y de servicios (sociales y ambientales) que impactan en los sistemas de vida,
de desarrollo y en la utilización sostenible de tierras por parte de las poblaciones (FAO,
2008). Proporcionan materia prima para su transformación industrial (celulosa, papel,
productos de madera, madera contrachapada, chapas y otros tableros, madera aserrada,
cajas de embalaje, pallets, muebles y cada vez más de la bioenergía) y valiosos
productos no madereros (como forraje para el ganado, extractos medicinales, productos
alimenticios) (FAO, 2012b). Sin embargo, los álamos y sauces son cada vez más
valorados por la provisión de servicios sociales y ambientales, como refugio, sombra,
protección del suelo, agua, cultivos, producción pecuaria y viviendas. Además, son
utilizados cada vez con mayor frecuencia en la fitorrecuperación de sitios gravemente
degradados, en la rehabilitación de ecosistemas frágiles, en la lucha contra la
desertificación y en la restauración de paisajes forestales (a menudo integrados con la
agricultura, horticultura, viticultura y apicultura). Como especies de crecimiento rápido,
estos árboles absorben el carbono y como pozos de carbono pueden ser eficaces en la
adaptación y en la mitigación de los efectos del cambio climático. Los álamos y sauces se
23
han convertido en un recurso importantísimo, que produce empleo, contribuye al
desarrollo socioeconómico y a la creación de medios de vida sostenibles en muchas
partes del mundo, especialmente en las áreas rurales (FAO, 2008).
Si bien hemos mencionado la gran variedad de usos que se da al producto de las
Salicáceas, la madera (madera en rollo industrial, leña, biomasa) sigue siendo el objetivo
principal, con 23 millones de ha reportadas a nivel mundial. De esta superficie, 18,9
millones de ha se destinan a la producción de madera en rollo industria y 4,1 millones de
ha para leña y biomasa (FAO, 2012b).
3.2 LAS SALICACEAS EN ARGENTINA
La República Argentina no tiene importantes masas boscosas naturales con
Salicáceas. La única Salicácea nativa es el sauce llamado criollo (S. humboldtiana). El
mismo crece en forma aislada en bordes de ríos y arroyos y escasamente se utiliza con
fines madereros (Comisión Nacional del Álamo Argentina, 2012).
La superficie de bosques en el país con especies de álamos y sauces es de 117.400
ha, correspondiendo 61.000 a álamos y 56.400 a sauces, según la FAO (2012b). Como se
mencionó anteriormente, las Salicáceas, representan en Argentina el tercer cultivo forestal
en importancia después de pinos y eucaliptus (Monteoliva & Senisterra, 2008).
Las áreas que presentan plantaciones de álamos, desde el punto de vista ecológico,
pueden dividirse en tres: el Delta de los Ríos Paraná y Uruguay, la llanura bonaerense y
los oasis bajo riego de las zonas áridas. Cada una de estas zonas presenta
características diferentes que condicionan marcadamente los ciclos de producción
(turnos), las técnicas de plantación, cosecha y traslado. El área de los oasis bajo riego de
las zonas áridas incluye Mendoza y el Alto Valle del Río Negro (Neuquén y Río Negro).
24
Allí los álamos son cultivados en un ambiente con marcado déficit hídrico y suelo de
textura arenosa, condiciones que hacen necesaria la provisión de agua en forma de
riegos conducidos por sistemas de canalización (Comisión Nacional del Álamo s/f).
El uso de la madera en Argentina además de su transformación a diferentes
productos forestales, es utilizada para otros fines tales como: la producción de bioenergía;
el mejoramiento del paisaje; como cortinas rompevientos para cultivos hortícolas,
frutícolas y pastizales; protección de costas por el gran desarrollo radicular que presentan;
lucha contra desertificación; control de la erosión eólica a partir de su disposición como
cortinas cortavientos; cortinas forestales que rodean basureros a cielo abierto y parques
industriales en combinación con otras especies perennes. Además de ser usados para la
fitorrecuperación de suelos y aguas contaminadas provenientes de efluentes domiciliarios
(Comisión Nacional del Álamo Argentina, 2012).
El álamo cultivado mayormente en Argentina y en la gran mayoría de las
plantaciones a nivel mundial es el Populus nigra L., el Populus deltoides Marsh. y sus
híbridos (P. nigra x P. deltoides= Populus x canadensis y P. deltoides x P. deltoides= P.
deltoides) (Borodowski, 2006).
3.3 LAS SALICACEAS EN MENDOZA
En Mendoza, el cultivo de salicáceas es casi exclusivamente de álamos, siendo ésta
la especie que representa la actividad forestal de mayor importancia dentro de los
bosques cultivados bajo riego de la provincia. La superficie cultivada se estima que
alcanza aproximadamente unas 16.000 ha incluyendo las plantaciones en macizo y las
plantaciones en línea o cortinas (Calderón et al., 2005; Bustamante & Pérez, 2008). De
esta extensión el 20 % son macizos y el resto cortinas rompevientos que protegen los
25
cultivos, generando un ingreso adicional para el productor por la venta de la madera. El
objetivo principal del cultivo es la producción de madera para su uso industrial como
aserrado o triturado (Lucero et al., 2014a). Pero también el cultivo de esta especie se
realiza con fines ambientales para tratamiento y reutilización de aguas residuales,
fitorremediación, retención de carbono, estabilización de riberas y dunas, ornamental,
forrajería y para usos energéticos (producción de energía a partir de la biomasa vegetal
(Bustamante & Pérez, 2008).
Mendoza al igual que el Alto Valle de Río Negro, constituyen importantes centros
agrícolas y agroindustriales donde se localizan grandes superficies de cultivos de frutales
y hortalizas, como también las plantas empacadoras de frutas de mayor volumen del país
que abastecen al mercado nacional como internacional. Esta estructura productiva ha
desarrollado una actividad forestoindustrial que atiende la demanda de cajonería y
materiales de empaque (Comisión Nacional del Álamo Argentina s/f).
La producción de madera en Mendoza es de aproximadamente 200.000 m3 por año,
de la cual se destina el 50 % a la producción de madera aserrada, debobinada y cajonería
y el otro 50 % a la producción de tableros aglomerados. Esporádicamente se registra un
10 % de la producción destinado a pasta, que es consumida en Bs.As. La industria del
aserrío emplea madera de calidad y el destino principal es construcción, postes, vigas
laminadas, mueblería, y en menor escala fabricación de tablillas para lápices. La madera
debobinada es usada para contrachapados, embalajes livianos, fósforos, palitos para
helados. Y la madera triturada para tableros aglomerados, OSB (tableros de virutas
orientadas), pasta para papel; viruta de madera (Comisión Nacional del Álamo Argentina
s/f; Calderón, 2006).
26
Para especies del género Populus en la provincia, se estima un incremento medio
anual de la producción de 20 m3. ha-1, con turnos de corta entre 10 y 16 años. Los clones
más utilizados en las plantaciones comerciales son: clones Populus x canadensis ‘Conti-
12’ y ‘Guardi’; clones deltoides como ‘Catfish 2’ y ’Catfish 5’, ‘Harvard’ y ‘Alton’. En
cortinas forestales además de los clones citados se suelen utilizar: P. nigra ‘Italica’ y
‘Chile’; Populus x canadensis ‘Veronese’ y P. simonii en menor escala (Calderón, 2006). A
pesar de ello, debido a la sensibilidad a diversas enfermedades el clon “Guardi” y P.
simonii han sido desplazados por nuevas especies (Lucero, com. Pers).
Anualmente se obtienen cientos de nuevos híbridos de álamos, sin embargo en
zonas bajo riego como en nuestra provincia, el número de clones en cultivo a nivel
comercial es aún muy reducido (Bustamante & Pérez, 2008).
3.3.1 EL ALAMO
El género Populus, en comparación con el género Salix, posee relativamente pocas
especies, de las cuales pueden ser agrupadas, de acuerdo a criterios morfológicos y
ecológicos en categorías conocidas como Secciones: Turanga, Leucoides, Aigeiros,
Tacamahaca, Populus y Abaso. Las principales especies dentro de cada una de las
secciones son (García, 2002):
- Sección Turanga: P. euphratica (lugar de origen Norte y Centro de África hasta el
Centro de Asia) y P. illicifolia (única especie nativa presente en el Hemisferio Sur,
cerca del Ecuador en el Este de África).
- Sección Leucoides: P. lasiocarpa (China).
27
- Sección Aigeiros: es la más importante desde el punto de vista de la populicultura
argentina, ya que contiene a las especies más cultivadas en el país P. deltoides y
P. nigra y sus híbridos. P. deltoides está presente en el Este de Estados Unidos y
Canadá. P. nigra posee como área de dispersión natural prácticamente toda
Eurasia siendo, probablemente junto a Populus trichocarpa, los álamos más
cultivados a nivel mundial.
- Sección Tacamahaca: Viven en latitudes elevadas. Tres especies son nativas de
Norteamérica (P. balsamifera, P. trichocarpa y P. angustifolia) y las nueve
restantes se distribuyen naturalmente por Asia (por ejemplo P. maximowiczii).
- Sección Populus: subdividida a su vez en dos subgrupos, los álamos temblones
(Subsección Trepidae: P. tremula y P. tremuloides) y los blancos o plateados
(Subsección Albidae: P. alba ).
- Sección Abaso: P. mexicana (Costa Este y Oeste de México).
Las plantas del género Populus son deciduas o semiperennes, siendo
probablemente los árboles de clima templado que crecen más rápido. Esta característica
le da el atributo de ser especie pionera. Las hojas preformadas difieren, a menudo
considerablemente de las neoformadas (heterofilia) en forma, textura y lobulado, siendo
las primeras de gran importancia taxonómica y tienden a diferenciarse marcadamente
entre las secciones (García, 2002).
Como se dijo anteriormente los álamos son una especie diclina dioica (con pies y
flores de sexos separados) que, en su mayoría florecen antes de la foliación en
primavera, a partir de yemas especializadas que contienen las inflorescencias
preformadas. Las características de flores e inflorescencias son de importancia relevante
en la definición de las secciones. Las hojas son simples, alternas, pecioladas con el
28
pecíolo aplanado transversalmente, estipuladas y con pelos glandulosos en los bordes, y
a menudo con glándulas en la unión de la lámina y siendo el pecíolo de gran valor
taxonómico. La forma es básicamente oval a triangular con lóbulos de distinta profundidad
y nerviación palmatopinada. El fruto es una cápsula unilocular que se abre en dos o más
valvas. Las semillas son no durmientes y de escasas reservas, por lo que si fracasan en
germinar perecen en pocos días; las mismas son numerosas, muy pequeñas, y están
rodeadas de largos pelos algodonosos en el momento de la dehiscencia. Los álamos son
una especie de longevidad corta (menor a 100 años) y necesitan la luz para su
crecimiento (heliófila). Esta última característica les permite llegar a tener una altura, con
crecimiento libre, de más de 30 metros (García, 2002). Las características botánicas del
género Populus se observan en la figura 6.
Los álamos poseen la capacidad de reproducirse tanto por semilla como en forma
vegetativa. Dentro de esta última se destaca la multiplicación por estacas, raíces
gemíferas, injertos, e incluso in vitro por cultivo de células en laboratorio. Este tipo de
reproducción tiene la característica de que las plantas obtenidas son exactamente iguales,
en lo que a su genética se refiere, entre sí y con la planta de la que proceden. Esto
permite, a partir de un individuo con características y rendimientos destacados, obtener un
número infinito de árboles con las mismas características genéticas (FAO, 1980).
29
Figura 6: Características botánicas de un álamo representativo, Populus nigra. 1. Brote vegetativo, mostrando hojas rómbicas preformadas y hojas deltoides.
neoformadas. 2. Brote vegetativo con yema terminal verdadera y amento masculino en antesis. 3. Flores masculinas y anteras. 4. Brote vegetativo con yema terminal
verdadera y amento femenino en antesis. 5. Flor femenina. 6. Cápsula bivalva madura, a la derecha cápsula dehiscente mostrando las semillas algodonosas. 7.
Semilla. Imagen extraída de Dickmann y Kuzovkina (2008).
La madera de las distintas especies del género Populus posee características
mecánicas y químicas que la hacen apropiada para distintos usos. Se caracteriza por ser
una madera blanca, liviana, fácil de trabajar, por carecer de olor y por tomar bien las
tinturas. Es una de las maderas más aptas al claveteado y al grampado. Es apta para
diversos usos, entre ellos carpintería, construcción de muebles, cajonería, embalajes,
lápices, pasta para papel, paneles aglomerados, maderas terciadas, placas y en la
industria del fósforo. La madera de álamo tiene un valor superior a la de sauce debido a
su mayor aptitud industrial, tanto para aserrío como para debobinado.
30
Los álamos son utilizados en asociación con pasturas o cultivos agrícolas, los
macizos pueden ser aprovechados para el silvopastoreo, o para implantar un cultivo
agrícola durante los primeros años. Por otro lado, son especies utilizadas en parques,
jardines, espacios verdes y ambientes rurales no solo como protectores sino también
como ornamentales debido a su rapidez de crecimiento y facilidad de multiplicación
(Amico, 2002).
3.3.1.1 PLAGAS Y ENFERMEDADES
Los bosques de todo el mundo se encuentran sujetos a varias alteraciones que
están fuertemente influenciadas por el clima, afectando la composición, estructura y
funciones de los mismos (Dale et al., 2001). Estas alteraciones pueden ser de tipo
abiótico o biótico y dentro de este último, las plagas y enfermedades son las más
importantes.
Los agentes bióticos patógenos de árboles, tanto nativos como introducidos,
representan una de las mayores amenazas para los bosques, dañando casi 35 millones
de hectáreas al año, principalmente en zonas templadas y boreales. No obstante los
insectos y las enfermedades son componentes convencionales de los bosques,
cumpliendo importantes funciones, los brotes esporádicos pueden tener efectos adversos
en el crecimiento y supervivencia de las plantas. Como también pueden afectar
rendimiento y calidad de los productos forestales maderables y no maderables, el hábitat
de la fauna, como el valor recreativo, escénico y cultural de los bosques. El análisis de
riesgos, la previsión de epidemias futuras, el diseño y aplicación de estrategias de
protección efectivas en relación con los costos, dependen de la disponibilidad de datos
exhaustivos a diversos niveles. El desarrollo de medidas fitosanitarias para minimizar el
31
movimiento transfronterizo de plagas y enfermedades, se debe basar en el conocimiento
de la distribución geográfica y la biología de los patógenos (FAO, 2010a).
Los cultivos forestales se caracterizan por ser plantaciones monoclonales
coetáneas, las cuales por lo general son más susceptibles a diversas plagas y
enfermedades debido a que todas las plantas del cultivo se encuentran en la misma fase
de desarrollo, al mismo tiempo y además, son todas genéticamente sensibles (Anselmi et
al., 2006).
El cultivo intensivo de unos pocos clones de álamos, en vastas áreas en las cuales
además se aplican técnicas culturales que permiten lograr turnos cortos y constantes de
producción, generan cultivos altamente especializados y ecológicamente inestables. Estas
características inevitablemente favorecen la aparición de algunas patologías, muchas
veces graves, que pueden provocar pérdidas económicas y productivas importantes
(Lucero, 2011).
En consonancia con la tendencia general en la patología de las plantas, la mayoría
de los parásitos capaces de atacar al género Populus son hongos (Cellerino, 1999). Si
bien, de las aproximadamente 100.000 especies de hongos conocidas, la mayoría son
saprófitas y viven sobre la materia orgánica muerta descomponiéndolas, más de 8.000
producen enfermedades en las plantas. Alrededor de unas 50 especies de hongos son
causantes de enfermedades en el hombre y casi el mismo número ocasiona
enfermedades en los animales, de éstos la mayoría provocan patologías a nivel superficial
en piel o apéndices (Agrios, 2011).
Los hongos son pequeños organismos, generalmente microscópicos, eucarióticos,
carecen de clorofila. Sus paredes celulares están conformadas mayoritariamente por
quitina, celulosa o ambos componentes. La mayoría tienen un cuerpo vegetativo similar al
32
de las plantas que consta de filamentos microscópicos continuos más o menos alargados
y ramificados con paredes celulares definidas. Al soma o cuerpo del hongo se lo
denomina micelio y a las bifurcaciones individuales o filamentos del micelio se les
denomina hifas. Los hongos se reproducen principalmente por esporas. Las esporas son
estructuras reproductoras, especializadas para la propagación/diseminación del hongo,
que pueden ser unicelulares o pluricelulares. Estas estructuras pueden formarse
asexualmente mediante la producción, por el micelio del hongo, de células individuales
especializadas –las esporas- sin cariogamia ni meiosis; o pueden originarse como
resultado de un proceso sexual (Agrios, 2011).
Las plagas y enfermedades que afectan a plantaciones de álamos y han causado
daños económicos severos en algunos países, son la roya producida por diversas
especies de Melampsora, cancrosis (Septoria musiva), tizón de hoja (Marssonina
brunnea), y el barrenador del álamo y el sauce (Cryptorhynchus lapathi). Se ha informado,
a nivel mundial, que ha habido un aumento notable en el riesgo de ataque de plagas,
debido a que ha aumentado el uso de álamos híbridos monoclonales. Además, durante el
período 2008-2012, las condiciones climáticas extremas han sido de gran influencia en la
situación fitosanitaria de las plantaciones de álamos y sauces. Las principales áreas de
plantación de álamos en muchos países fueron objeto de alto estrés hídrico a través de
una alternancia de las frecuentes inundaciones y períodos de sequía pronunciadas que
resultaron en altas tasas de mortalidad, principalmente en las plantaciones jóvenes
(Kollert & Borodowski, 2014).
33
4. CANCROSIS DEL ÁLAMO
4.1 AGENTE CAUSAL Y DISTRIBUCIÓN
Como se mencionó anteriormente, una de las enfermedades con mayor influencia
sobre la cantidad y calidad de la madera de las especies del género Populus, es la
cancrosis del álamo. Esta enfermedad es producida por el hongo Deuteromycete Septoria
musiva Peck. La fase sexual de este microorganismo Mycosphaerella populorum G.E.
Thompson, sólo ha sido citada en Valle inferior del Río Negro. Sin embargo su fase
asexual ha sido hallada en todas las zonas productoras de Populus de Argentina (Lucero,
2011).
En Argentina, los daños mayores son ocasionados en Mendoza donde es una
enfermedad endémica que produce pérdidas económicas considerables en la madera.
Este patógeno afecta al álamo ocasionando desde defoliación precoz hasta la producción
de cancros en ramas, tallos y tronco. Estos últimos, dificultan el agostamiento de la
madera y disminuye la calidad de la misma, siendo no apta para la industria del
debobinado o aserrado (Lucero et al., 2014a). Estos graves inconvenientes motivan la
continua búsqueda de nuevos clones con buena productividad y sobre todo con una
elevada resistencia a la enfermedad (Lucero et al., 2011).
Septoria musiva es un patógeno que no solo se encuentra distribuido en las
regiones productoras de álamos de Argentina, sino que además está presente en América
del Norte de oeste a este y tan al norte como Alaska aunque es particularmente común en
el este y centro de Estados Unidos y Canadá, y rara vez ha sido citado en Asia (Cimolai,
2011). También la presencia de dicho microorganismo ha sido citada en Brasil (Figueredo
do Santos et al., 2010) y este año 2015 en Chile (Secretaría de Agricultura y Ganadería,
Gobierno de Chile, 2015). Por su parte, en Europa todavía no está presente, por lo que se
34
han promulgado medidas de cuarentena muy estrictas para evitar su introducción
(Cellerino, 1999).
4.2 TAXONOMÍA Y CARACTERIZACIÓN
Taxonómicamente Septoria musiva se encuentra clasificada de la siguiente manera
(Agrios, 2011): Reino Fungi (Mycetae); División Eumycotina; Subdivisión
Deuteromycotina; Clase Coelomycetes; Orden Shaeropsidales; Familia Spaeropsidaceae;
Género Septoria.
En la subdivisión Deuteromycotina se agrupan todos aquellos hongos de micelio
tabicado que carecen o que no se les ha encontrado su reproducción sexual y en caso de
presentarse ésta es casual o esporádica. Por esa razón se los llama también Hongos
Imperfectos. La reproducción y diseminación de estos hongos es llevada a cabo
solamente por conidios (esporas de origen asexual). En el caso de hongos
Deuteromycetes a los que se les descubre la reproducción sexual, se los reclasifica en la
División de hongos que corresponde. La mayoría de los hongos Deuteromycetes a los
cuales se les ha descubierto su reproducción sexual, perfecta o teleomórfica han sido
reclasificados en la subdivisión Ascomicotinas y solo unas pocas en las Basidiomicotinas
(Pizzuolo, s/f).
Dentro del género Septoria se incluyen más de 1.000 especies de patógenos
fúngicos de plantas. Aparte de afectar a especies del género Populus, son reconocidas
por producir manchas foliares en hortalizas, cultivos extensivos y forrajes (Cimolai, 2011).
Las especies del género Septoria producen conidios largos filiformes, incoloros y de
una a varias células dispuestos en cuerpos globosos y negros denominados picnidios.
35
B
A
C
Cuando estos últimos se humedecen, se hinchan y de ellos salen los conidios dispuestos
en largos cordones denominados cirros (Figura 7) (Agrios, 2011).
Figura 7. A: Colonia de Septoria musiva con presencia de cirros rosados. La barra representa 5 mm (Extraída de Pozzo Ardizzi, 2014). B: Esquema de un picnidio de S.
musiva con conidios ante una inminente liberación (Extraída de Thompson, 1941 visto en Pozzo Ardizzi, 2014). C: Conidios de S. musiva (Extraída de Palmer et al.,
1980).
El hongo inverna en las hojas enfermas caídas al suelo y en los cancros producidos
en ramas jóvenes. En primavera las esporas de los cuerpos fructíferos de origen asexual
son liberadas cuando se presentan condiciones de elevada humedad relativa o lluvias. En
aquellos lugares donde se presenta la fase sexual, en primavera también son liberadas
36
las ascosporas en condiciones de elevada humedad. El viento y las salpicaduras de
lluvias son los encargados de diseminar las esporas a hojas y ramas donde inician las
nuevas infecciones (Lucero, 2011).
4.3 DAÑOS PROVOCADOS POR Septoria musiva
S. musiva ataca álamos jóvenes en viveros, montes bajos para la producción de
biomasa, cortinas cortavientos, así como plantaciones intensivas para la producción de
madera (Cellerino, 1999). En las plantas produce defoliación prematura y cancros en
ramas, troncos y guías (Ostry & McNabb, 1985). En cultivares más tolerantes las lesiones
se limitan sólo a las hojas (Senisterra et al., 2012).
En hojas produce manchas que reducen el área fotosintetizante del árbol, causando
defoliación prematura lo que trae aparejado disminución del crecimiento anual (Lucero et
al., 2014b). Los síntomas que se observan en las hojas varían de acuerdo al estado de
desarrollo del órgano (hojas jóvenes o adultas). En hojas jóvenes se producen lesiones
circulares, blancas, de aproximadamente 5 mm, deprimidas y con bordes oscuros; en las
manchas se pueden observar los cuerpos fructíferos oscuros del hongo (picnidios) (Figura
8). En hojas adultas las lesiones son más pequeñas (1 a 2 mm), marrones, poliédricas
que coalescen entre ellas abarcando áreas más grandes (Figura 9) (Cellerino, 1999).
En troncos produce cancros que reducen el crecimiento de la planta, produciendo
pérdida de valor económico de la madera y predisponen al árbol a la colonización de
organismos oportunistas que favorecen la fractura del fuste principal (Lucero, 2011). En la
figura 10, pueden observarse lesiones causadas por Septoria musiva en tallos jóvenes y
adultos. Por otro lado, los cancros en tronco pueden rodear al árbol, predisponiéndolos a
daños por viento, matando la porción de árbol por encima del sitio de infección (Lucero et
37
al., 2014b). Las plantas jóvenes son más propensas de ser infectadas en comparación
con los árboles de mayor edad (Cimolai, 2011).
Figura 8: Lesiones circulares y blancas producidas por Septoria musiva en hojas jóvenes, con detalle de los picnidios en su interior (Extraída de Lucero et al, 2011).
Figura 9: Lesiones pequeñas, pardas y poligonales producidas por Septoria musiva en hojas adultas, con detalle de la presencia de picnidios en su interior (Extraída de
Lucero et al, 2011).
38
Figura 10: Izquierda: Cancro producido por Septoria musiva en tallo joven de álamo (Foto: del autor, 2014). Derecha: Cancro en estado avanzado causado por S. musiva
sobre fuste de álamo (Extraída de Benegas, 2015).
Septoria penetra por discontinuidades en el tegumento como cicatrices foliares,
lenticelas o heridas presentes en tronco o ramas, o también puede penetrar a través de
los pecíolos de las hojas afectando de esta forma a los tejidos corticales. Las áreas
infectadas son visibles debido a su color marrón y su superficie hundida en comparación
con la corteza sana circundante, suelen agrietarse como resultado de la deshidratación,
mientras que se sobreelevan los bordes formando el cancro como respuesta del huésped
intentando impedir que la infección se extienda. Si esta reacción falla para prevenir la
colonización, las partes de la planta por encima sucumben; incluso si tiene éxito, los
grandes cancros creados son fuentes de nuevos inóculos y, a menudo son invadidos por
parásitos oportunistas, además de caracterizarse por ser sitios de pobre resistencia
39
mecánica de la madera pudiendo llevar a la muerte a los ejemplares enfermos (Cellerino,
1999).
La presencia de cancros produce la desvalorización de la madera como materia
prima para la industria del aserrado y la obtención de fibras. Las pérdidas en la calidad y
en el rendimiento del producto forestal se dan en particular cuando estas lesiones se
hallan en las guías que es, con el tiempo, la parte aprovechable de cada individuo
(Senisterra et al., 2012). Además hay pérdidas de biomasa, habiéndose registrado
pérdidas de hasta 63% en clones altamente susceptibles (Krupinsky, 1989).
La difusión y severidad del problema se agrava principalmente por la presencia de la
enfermedad en plantas provenientes de viveros. Si bien muchas veces se utilizan clones
poco susceptibles a la misma, la alta presión de inóculo del patógeno convierten a éstos
en susceptibles. Estas plantas afectadas, entregadas al productor llevan lesiones basales
o en el fuste principal que se desarrollan luego en el lugar de plantación (Lucero, 2011).
4.4 MEDIDAS DE CONTROL
El control químico y cultural de la cancrosis es difícil y sólo parcialmente efectivo.
Los distintos clones de Populus difieren en su susceptibilidad. Algunos clones son tan
susceptibles que no pueden cultivarse en ciertos lugares (Ostry et al., 1988).
En plantaciones de álamos para producción de madera, las medidas de control
contra los patógenos están dirigidas no solamente para asegurar la cantidad de
producción de madera, sino también -y especialmente- para asegurar el estándar de
calidad demandado por la industria. La tendencia en las medidas de control está
particularmente dirigida hacia la búsqueda de resistencia, y a la realización de prácticas
agronómicas racionales (Anselmi et al., 2006).
40
En los programas de mejoramiento genético del álamo, uno de los principales
aspectos que se tienen en cuenta es el alto rendimiento (Riemenschneider et al, 2001).
Sin embargo, si en los esquemas de selección, las estrategias de mejoramiento se
centran exclusivamente en el crecimiento por sí solo y se le resta importancia a la
mortalidad (Chambers & Borralho, 1997), la capacidad de enraizamiento (Zalensny et al.,
2003), y la susceptibilidad a plagas y enfermedades (Robinson & Raffa, 1998; Netzer et
al., 2002), se corre el riesgo de pérdida de resistencia o tolerancia a plagas y
enfermedades (Loehle & Namkoong, 1987; Ostry & Berguson, 1993). Esta situación,
generaría serios inconvenientes en un sistema agroforestal caracterizado por un
monocultivo intensivo, creando un ambiente propicio para el desarrollo de graves epifitías
(Nowak & Berisford, 2000; Coyle et al., 2006) que devastarían parcial o totalmente los
cultivos.
La aplicación de medidas preventivas, como la adquisición de plantas sanas y el uso
de clones resistentes para cada sitio determinado y la desinfección de las herramientas
utilizadas para las labores culturales son fundamentales en el control de la cancrosis. A su
vez, los viveros deberían ubicarse en áreas libres de la enfermedad y utilizar para la
extracción de estacas plantas madres libres de la enfermedad (Lucero, 2011).
Lo mencionado anteriormente determina la necesidad de conducir investigaciones
que generen conocimientos sobre los niveles de adaptación del material en uso, de
aquellos posibles de introducir, como así también sobre la información necesaria para la
creación de clones para nuevas áreas de cultivo. Estas investigaciones deben atender,
entre otros, los daños provocados por las enfermedades, las cuales, en cultivos
monoclonales como los del álamo, presentan una situación propicia para que se
desarrollen epidemias, causando impactos altamente negativos en la producción. Estos
41
efectos no deseados, pueden ser atenuados o evitados, según la eficacia de las medidas
de prevención que se adopten (Senisterra et al., 2012).
La información de las investigaciones sobre el rendimiento y resistencia a las
enfermedades de los clones de álamo, ayudarán a los productores a decidir qué clones
plantar a fin de maximizar el rendimiento de biomasa, y al mismo tiempo reducir al mínimo
el riesgo a las enfermedades (Ostry y Berguson, 1993).
42
OBJETIVOS
Considerando que el cultivo de álamos representa la principal actividad forestal de
bosques implantados en la provincia de Mendoza y es uno de los de mayor importancia a
nivel nacional, sumado al hecho que Septoria musiva es un patógeno endémico en la
región y que provoca grandes pérdidas económicas es que se ha dispuesto estudiar este
pato-sistema. Además, siendo una provincia en la cual para poder cultivar algo es
necesario hacer aportes de agua en forma constante, se ha considerado de gran
relevancia generar investigaciones que proporcionen información acerca de si el estrés
hídrico aumenta la susceptibilidad al ataque de Septoria musiva, aumentando la
colonización e infección del microorganismo. Esta información sería útil a los productores
de modo de maximizar los beneficios del cultivo y reducir al mínimo el riesgo a
enfermedades.
Objetivo General
- Determinar el efecto del estrés hídrico en la colonización de tallos y hojas de
clones de Populus spp. inoculados por Septoria musiva.
Objetivos Específicos
- Determinar la respuesta de tallos de dos clones de álamos a las inoculaciones con
Septoria musiva sometidos a diferentes niveles de estrés hídrico.
- Determinar la respuesta de hojas de dos clones de álamos a las inoculaciones de
S. musiva sometidos a diferentes niveles de estrés hídrico.
- Determinar si el estrés hídrico es un factor a tener en cuenta en las futuras
plantaciones, a fin de disminuir daños por “cancrosis del álamo”.
43
MATERIALES Y MÉTODOS
A fin de investigar si el estrés hídrico predispone/favorece la colonización de
Septoria musiva en los tejidos de álamos, se dispuso un ensayo con plantas de álamo en
macetas. Las mismas fueron sometidas a tres niveles de estrés. Luego de un mes de ser
sometidas las plantas a los diferentes tratamientos hídricos, fueron inoculadas con
Septoria musiva. Los clones utilizados fueron 'Harvard' (Populus deltoides) y 'Conti-12'
(Populus x canadensis), clones muy utilizados en nuestra región.
1. UBICACIÓN DEL ESTUDIO
El presente trabajo se llevó a cabo en el Invernadero de la Facultad de Ciencias
Agrarias- UNCuyo perteneciente a la Cátedra de Fitopatología, Mendoza, Argentina.
2. OBTENCIÓN DE PLANTAS
Las plantas de álamo fueron obtenidas a partir de estacas extraídas de una
colección de plantas madres de los clones 'Harvard' y 'Conti-12' pertenecientes a la
cátedra de Dasonomía de la Facultad de Ciencias Agrarias-UNCuyo. Dichas estacas
fueron extraídas durante el receso vegetativo y colocadas en atados identificados, en un
pozo de estratificación, para ser conservadas hasta el momento de su plantación. Todas
poseían el mismo tamaño, 30 cm de longitud y entre 1-2,5 cm de diámetro.
Previo a su plantación, las mismas se colocaron en agua corriente con el fin de
rehidratar el material y eliminar inhibidores. Luego las estacas fueron colocadas
individualmente en macetas plásticas de dos litros de capacidad, con un sustrato de tierra
preparada (mezcla de tierra, turba y orujo agotado).
44
El número de estacas empleadas por clon fue 48, dichas estacas fueron
enumeradas en sus respectivas macetas para facilitar su posterior identificación. Por
último, éstas fueron colocadas en invernadero con luz ambiente y en mesadas diferentes
de acuerdo al clon al que pertenecían.
3. ORIGEN DEL AISLADO DE Septoria musiva
El aislado utilizado en los bioensayos se obtuvo de hojas de álamo afectadas con el
microorganismo, recolectadas de una plantación de Cápiz, Tunuyán, Mendoza siguiendo
la metodología empleada por Ostry et al. (1988). Trozos de hojas, que incluían la lesión,
de aproximadamente 5 mm2 fueron esterilizados superficialmente con hipoclorito de sodio
y posteriormente sembrados en medio de Agar Papa Glucosado (APG). Una vez
obtenidas las colonias, para inducir su esporulación, los cultivos se transfirieron a un
medio de Agar V-8 a 30ºC. De estas colonias, posteriormente fue obtenida una
suspensión de conidios, por raspado de cirros producidos por los picnidios. Luego la
concentración fue ajustada a 1x 106 conidios x ml-1 mediante diluciones, utilizando un
hematocitómetro.
4. TRATAMIENTO HIDRICO
El ensayo comenzó con un riego inicial de cada una de las macetas, las cuales
fueron saturadas con agua. Luego de veinticuatro horas, se realizó el pesaje de cada una
de estas plantas, a fin de obtener el peso de maceta y planta en capacidad de campo.
Luego las mismas se pesaron sucesivamente día tras día, hasta que éstas tuvieron peso
constante, el cual se puede considerar próximo al peso de la maceta en punto de
marchitez, dado que la planta no estaría transpirando porque no está tomando agua de la
45
maceta. Para los fines prácticos de este trabajo este peso va a ser considerado como
punto de marchitez.
La diferencia entre el peso en capacidad de campo y punto de marchitez permitió
determinar el agua disponible para cada una de las plantas.
Posteriormente se seleccionaron tres regímenes diferentes de riego para poder
crear diferencias en el estado hídrico del huésped. Las plantas de cada clon fueron
clasificadas en 3 grupos, de acuerdo a los siguientes regímenes de riego: 90, 70 y 50 %
del agua disponible. Esto permitió calcular el peso que debería poseer la maceta para
contener el estado hídrico requerido (Peso teórico) a partir de la suma al peso de la
maceta en punto de marchitez más el 90, 70, 50 % del agua disponible de cada maceta
según el tratamiento asignado (Figura 11).
Figura 11. Esquema representativo de los tratamientos hídricos utilizados en el ensayo.
Las plantas fueron regadas tres veces a la semana a lo largo de todo el ensayo, con
el volumen de agua requerido, a fin de mantener la lámina de reposición hídrica (LR) del
tratamiento hídrico asignado. Esta LR fue calculada para cada maceta realizando la
diferencia entre el peso teórico que la maceta debía tener de acuerdo a los cálculos
46
mencionados en el párrafo anterior y el peso que poseía ese día en particular (peso real).
Este procedimiento está basado en la metodología empleada por Welcker et al. (2007),
quienes atribuyen las diferencias de peso de las macetas a los cambios en el contenido
de agua del suelo. Luego, aprovechando la propiedad de la densidad del agua 1 g/ml, el
resultado calculado de diferencia de pesos que estaba en gramos se pasó a mililitros de
agua a incorporar como riego. El agua fue incorporada con la ayuda de una probeta
graduada.
Lámina de Reposición (ml) = (Peso Teórico (g) – Peso Real (g))* 1 g/ml
A lo largo de todo el ensayo, el peso de las plantas en maceta fue realizado con una
balanza marca Ohaus Navigator XL (Figura 12).
Figura 12: Foto representativa de una planta de álamo mientras es pesada en balanza electrónica (Foto del autor).
Durante el primer mes, las plantas fueron regadas para generar los niveles de estrés
requeridos previos a la inoculación. Luego la mitad de las plantas de cada tratamiento
hídrico y de cada clon, fueron inoculadas con el aislado de Septoria musiva (Tabla 1).
47
Tabla 1: Cantidad de plantas utilizadas por cada clon en los tratamientos realizados en el ensayo.
TRATAMIENTOS CLON
HÍDRICO % de AD*
C/ Septoria musiva
CONTI-12 HARVARD
90 Inoculado 8 8
70 Inoculado 8 8
50 Inoculado 8 8
90 Testigo 8 8
70 Testigo 8 8
50 Testigo 8 8
Total de plantas utilizadas por clon 48 48
*AD: agua disponible.
5. ENSAYO DE SUSCEPTIBILIDAD A LA INVASIÓN DE Septoria musiva
EN TALLOS SEGÚN ESTRÉS HÍDRICO
A los treinta días en que las plantas fueron sometidas al tratamiento hídrico, se
realizó la inoculación con el aislado de Septoria musiva, siguiendo la metodología
empleada por Maxwell et al. (1997). La misma consistió en remover la primera y segunda
hoja totalmente expandida con bisturí en la zona de inserción del pecíolo en el tallo. En la
cicatriz fresca de corte fue depositado 10 µl de una suspensión de 1x106 conidios x ml-1
de Septoria musiva mediante micropipeta. Luego la herida fue cubierta con un algodón
humedecido con agua estéril y envuelta con parafilm para mantener la humedad
necesaria para que se produzca la infección. En los tratamientos testigos también fueron
removidas la primera y segunda hoja expandida y en la cicatriz fue colocado 10 µl de
agua estéril y protegido de igual modo que las anteriores. El algodón y el parafilm de las
heridas, fue retirado luego de siete días de la inoculación.
48
La respuesta a la infección de tallos de los álamos se evaluó 95 días después de la
inoculación de los mismos, durante todo ese período las plantas fueron regadas con el
tratamiento hídrico correspondiente, como fue explicado anteriormente. Cumplido este
tiempo se realizó la medición de longitud de la lesión desarrollada con calibre y se estimó
visualmente el porcentaje del perímetro del tallo afectado por la lesión. Para poder
realizar estas mediciones se retiró la corteza del tallo en la zona circundante a la lesión a
fin de observar la decoloración de la madera asociada a la afección por Septoria musiva,
ver figura 13.
Los datos de longitud y de porcentaje del perímetro de tallo afectado por la lesión
obtenidos fueron analizados estadísticamente por separado con el programa InfoStat. Los
mismos fueron sometidos a un análisis de la varianza y las medias fueron separadas
mediante test de LSD Fisher para α ≤ 0,05.
Figura 13: Medición de la longitud de un cancro utilizando calibre electrónico (Foto del autor).
49
6. MEDICIÓN DEL POTENCIAL HÍDRICO FOLIAR
El estado hídrico de la planta es el resultado del balance entre la absorción radical
del agua por las plantas y la pérdida por transpiración. El modo más simple de medirlo es
expresarlo en términos de contenido de humedad, ya sea tanto como porcentaje del peso
fresco o del peso seco. Pero, esta medida crea inconvenientes a la hora de interpretar el
dato, debido a que un valor particular de contenido hídrico asume un significado fisiológico
diferente de especie a especie, como así también para una misma especie en localidades
diferentes y en periodos diferentes del ciclo vegetativo. Por esto la medida del potencial
hídrico de la planta es la propiedad más significativa que puede medirse en el sistema
suelo-agua-planta, resultando la misma de máxima utilidad, ya que respecto a otras
medidas del estado hídrico, se puede relacionar directamente y comparar con el potencial
agua del terreno, de la solución o de la atmósfera. El potencial hídrico de la planta es una
medida de tipo indirecta que utiliza principios de termodinámica, y es la medida del
trabajo necesario para llevar el agua en condiciones isotérmicas, del estado en que se
encuentra a uno de referencia, que por convención se asume como aquel del agua pura a
presión de una atmósfera (Lucero, 2000).
Si bien es válido utilizar unidades de energía cuando se habla de potencial hídrico,
actualmente la mayoría de los fisiólogos vegetales y edafólogos definen al potencial
hídrico como: el potencial químico del agua en un sistema o parte de un sistema,
expresado en unidades de presión, comparado con el potencial químico (también en
unidades de presión) del agua pura a la presión atmosférica a la misma temperatura y
altura, con el potencial químico del agua de referencia fijado a cero (Salisbury & Ross,
2000).
50
El transporte del agua en la planta sucede entre puntos con diferente potencial, y se
produce espontáneamente hacia potenciales hídricos menores. Esto se verifica
normalmente en el sistema suelo-planta-atmósfera, donde el agua se mueve del terreno a
la raíz, a la hoja y luego a la atmósfera, encontrando valores de potencial hídrico siempre
más bajos y negativos. Se distingue un potencial hídrico de base y un potencial hídrico
mínimo. El potencial hídrico de base corresponde al estado hídrico de la planta al alba
cuando la planta ha recuperado del suelo el agua perdida por evapotranspiración durante
el día anterior y se trata de un estado de equilibrio con el contenido hídrico del suelo. El
potencial hídrico mínimo corresponde al estado hídrico de la planta en el momento de
máxima transpiración, y se mide al mediodía entre las 12 y 14 horas (Lucero, 2000). En
ese momento, las tasas de transpiración son tan altas que las velocidades de absorción
de agua en raíces y de transporte por el xilema son insuficientes para reponer las
pérdidas de agua de las hojas (Reigosa et al, 2004).
El sistema de medida del potencial hídrico más utilizado en ecofisiología es el de la
bomba de presión o cámara de Scholander. Esta cámara está constituida por un cilindro
metálico sellado, la cual se conecta a una bomba de presión, regulable con un
manorreductor. Se introduce una hoja o un tallo cortado en la cámara, de manera que el
peciolo emerja por un orificio sellado con una goma a presión. Entonces, se aplica presión
sobre la hoja de manera progresiva mediante la bomba hasta que aparezca agua en el
extremo del peciolo cortado. Se interpreta que la presión positiva aplicada a la hoja
compensa la tensión con que el agua estaba retenida en la hoja o tallo, de modo que se
obtiene una estimación del potencial hídrico. Este sistema resulta interesante por ser
relativamente portátil y por permitir hacer medidas en un corto espacio de tiempo
(Reigosa et al., 2004).
51
En este trabajo, el día anterior a efectuar las mediciones finales del ensayo de tallos,
se realizó la medición de potencial agua tanto al alba (entre las 6 y 7 horas de la mañana)
como a la tarde alba (entre las 13 y 14 horas de la tarde), utilizando una cámara de
presión de Scholander (Figura 14). Dicha medición fue realizada con el motivo de
corroborar que las plantas se encontraban sometidas a diferentes niveles de estrés a
través de la presencia de diferentes valores de potencial agua. Se midió el potencial agua
de cuatro hojas al alba y otras cuatro a la tarde seleccionadas al azar para cada uno de
los seis tratamientos por clon y para los dos clones.
Figura 14: Medición del potencial agua foliar al alba utilizando Cámara de Scholander (Foto del autor).
Para el análisis de los datos se utilizó el programa InfoStat. Los mismos fueron
sometidos a análisis de la varianza y las medias comparadas mediante test de LSD Fisher
para α ≤ 0,05.
52
7. ENSAYO DE SUSCEPTIBILIDAD A LA INVASIÓN DE Septoria musiva
EN HOJAS SEGÚN ESTRÉS HÍDRICO
Se realizó un ensayo de inoculación de discos de hojas obtenidas de las plantas
sometidas a estrés del ensayo. La metodología utilizada fue la descripta por Maxwell y
colaboradores (1997). Este ensayo se inició el mismo día en que fueron inoculadas las
plantas, utilizando como material de trabajo las hojas que fueron removidas para crear las
cicatrices frescas. Una vez removida las hojas, éstas fueron colocadas en bolsas
plásticas para conservar la humedad y luego en conservadoras de tergopol. Las bolsas
fueron debidamente identificadas registrando clon y tratamiento hídrico al que
pertenecían. Posteriormente fueron trasladadas al laboratorio.
Una vez en el laboratorio, las hojas fueron lavadas con agua y luego, a partir de las
mismas, con la ayuda de un sacabocados se cortaron discos de limbo de 10 mm de
diámetro (aproximadamente 90 mm2). Estos discos fueron lavados sucesivamente tres
veces con agua estéril a fin de disminuir la carga microbiana de los mismos.
Posteriormente fueron colocados en cajas de Petri con Agar Agua (2%) al cual se le
habían practicado orificios con el mismo sacabocados con que fueron obtenidos los
discos de hojas. Cuatro discos fueron colocados en cada caja de Petri, como pueden
observarse en la figura 15.
Los cuatro discos de hojas por cajas de Petri fueron colocados con la superficie
abaxial hacia arriba, se utilizaron 4 cajas para un mismo clon y tratamiento hídrico (16
discos de hojas), 2 de ellas fueron inoculadas y las otras 2 fueron utilizadas como
testigos. En total se utilizaron 24 cajas (12 por cada clon) (Tabla 2).
53
Figura 15: Imagen representativa de la disposición de los discos de hojas en cajas de Petri (Foto del autor).
Tabla 2: Cantidad de discos de hojas utilizados para cada clon, cada tratamiento hídrico y de inoculación.
TRATAMIENTO CLON
HÍDRICO % AD*
C/ Septoria musiva
CONTI-12 HARVARD
90 Inoculado 8 8
70 Inoculado 8 8
50 Inoculado 8 8
90 Testigo 8 8
70 Testigo 8 8
50 Testigo 8 8
Total discos de hojas por clon 48 48
*AD: Agua disponible.
La inoculación de los discos se realizó colocando sobre cada disco de hoja 0,1 ml
de una suspensión de 106 conidios x ml-1 de Septoria musiva, mientras que, a los
tratamientos testigo se les colocó 0,1 ml de agua estéril. Las cajas de Petri fueron
selladas con parafilm y se incubaron durante 25 días a temperatura de laboratorio (≈ 21 º
54
C). Transcurrido dicho tiempo, se tomaron imágenes digitales de alta resolución de cada
una de las cajas de Petri. A partir de ellas fueron tomadas las medidas de severidad de la
enfermedad causada por Septoria musiva como porcentaje de área necrótica de cada
disco. Para ello, se utilizó el programa Axio Vision Release 4.8.2. Sobre cada imagen se
midió la superficie de cada disco y la superficie necrótica dentro del mismo, la cual se
distinguía por su coloración oscura en comparación con el tejido sano de color verde.
Dichas superficies calculadas permitieron determinar el % de área necrótica para
cada uno de los discos de hojas inoculados y no inoculados.
(Área necrótica del disco N (mm2) /Área total del disco N (mm2)). 100 = % Área
necrótica
N= identifica el disco de hoja.
Los datos de % de área necrótica para los tratamientos y clones utilizados fueron
sometidos a análisis de la varianza y las medias comparadas mediante test de LSD Fisher
para α ≤ 0,05.Para dicho análisis estadístico de los datos se utilizó el programa InfoStat.
8. FERTILIZACIÓN
Durante el transcurso del ensayo, se realizaron dos fertilizaciones de las plantas. A
cada maceta individual se le agregó 50 ml de Solución Nutritiva de Hoaglands.
9. TEMPERATURA Y % DE HUMEDAD RELATIVA
A lo largo de todo el ensayo, se midió la temperatura y la humedad relativa
utilizando un sensor HOBO para proporcionar dichos datos. A partir de este, se obtuvieron
los valores de dichas variables medidas cada dos horas.
55
RESULTADOS
1. POTENCIAL AGUA
1.1 Potencial agua al alba
La figura 16 y el anexo 1 muestran los valores de potencial agua (ψ) en hoja de
cada tratamiento y clon al alba (Kgf/cm2). Como puede observarse los valores de ψ
disminuyen a medida que aumenta el estrés hídrico. Entre los tratamientos se observan
diferencias significativas, los menores valores de ψ (más negativos) los presentan los
tratamientos de 50 % de reposición de lámina de agua y los mayores (menos negativos)
los tratamientos hídricos de 90 %. Esto indica que las plantas que están sometidas a
mayor estrés hídrico no recuperan su ψ, ni siquiera en las horas donde la demanda de
agua es menor.
Del análisis de los datos, se puede determinar que para tratamientos hídricos
similares no existen diferencias significativas entre sí independientemente del clon y del
tratamiento de inoculación. Además, los dos tratamientos de Conti-12 al 50 % no se
diferenciaron de los dos tratamientos de Harvard al 70 % y de Conti-12 no inoculado al 70
%.
56
Figura 16: Potencial agua promedio al alba (Kgf/cm2) en hojas del clon Harvard y Conti-12, para cada combinación de tratamiento hídrico y tratamiento de
inoculación (inoculado con Septoria musiva y testigo). Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
1.2 Potencial agua a la tarde
La figura 17 y el anexo 2, muestran los valores de potencial agua en hoja de cada
tratamiento y clon a la tarde (Kgf/cm2). La primera observación que se puede hacer a
partir de los datos es que existen diferencias significativas de acuerdo al tratamiento
hídrico, al igual que en las mediciones al alba. A medida que aumenta el nivel de estrés
hídrico disminuye el valor de potencial agua. También se puede observar que la diferencia
entre los valores de potencial agua entre los diferentes tratamientos hídrico son mayores
que las diferencias que se presentaron al alba. Por otro lado, se puede ver que dentro de
un mismo nivel hídrico no hay diferencias significativas entre los tratamientos entre clones
y según el tratamiento de inoculación. Esto último indica que el patógeno, por lo menos en
57
el tiempo trabajado y en el ensayo, no afectó la conducción del agua a través de los
haces vasculares. Para los tratamientos hídricos del 90 % los valores estuvieron entre -
6,45 y -6,85 Kgf/cm2, para los de 70 % los valores estuvieron entre -8,93 y -9,15 Kgf/cm2 y
para el 50 % entre -10,45 y -10,95 Kgf/cm2.
Figura 17: Potencial agua promedio (Kgf/cm2) del clon Harvard y Conti-12, para cada combinación de tratamiento hídrico y tratamiento de inoculación
(inoculado con Septoria musiva y testigo) a la tarde. Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
2. MEDICIÓN DE LA SUSCEPTIBILIDAD A LA INVASIÓN DE Septoria
musiva EN TALLOS SEGÚN ESTRÉS HÍDRICO
Para el clon Harvard los valores promedios de longitud de los cancros (mm) en
tallos originados por la inoculación de S. musiva, para cada uno de los tratamientos
asignados a dicho clon, pueden observarse en la figura 18 y la tabla en anexo 3 . Del
análisis de los datos puede observarse que la longitud promedio de los cancros de las
A A A B B B B C C C C A
58
plantas no inoculadas (testigos) no presentan diferencias significativas entre sí,
independientemente del tratamiento hídrico al que fueron expuestas en el experimento.
Sin embargo, dichas valores de longitud de cancro de los testigos difieren
significativamente de los tratamientos en los cuales las plantas fueron inoculadas con
Septoria musiva, los cuales presentan valores superiores con respecto a los testigos,
debido a la acción del patógeno. Por otro lado, la longitud de cancro promedio presentó
diferencias significativas entre todos los tratamientos inoculados, se observa un aumento
en dicho valor a medida que aumenta el nivel de estrés hídrico. Para el tratamiento hídrico
de reposición del 50 % del agua disponible, se observa que los cancros son de mayor
tamaño, presentando un valor promedio de 24,9 mm de largo, seguido por el tratamiento
hídrico de 70 % con 18,61 mm y por último el tratamiento de 90 % con un valor de 11,76
mm. Ver figura 19.
Figura 18: Longitud promedio de cancro (mm) para tallos del clon Harvard, en cada tratamiento hídrico y de inoculación (inoculado con Septoria musiva y testigo).
Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
59
Figura 19: Fotografías de cancros en tallos del clon Harvard, en los distintos tratamientos: testigo (arriba izquierda), tratamiento hídrico con 90% de reposición
de lámina de agua disponible (arriba derecha), con 70% (abajo izquierda) y con 50% (abajo derecha) (Fotos del autor).
Para Harvard se observa que los valores promedios de porcentaje rodeado de los
tallos por los cancros para cada uno de los tratamientos sigue una tendencia semejante a
la longitud del cancro (Figura 20 y anexo 4). En los tratamientos testigos (no inoculados)
no se observan diferencias significativas entre los valores de cobertura,
independientemente del tratamiento hídrico al que fueron sometidos, sí observando
diferencias entre tratamientos inoculados con S. musiva e hídricos, denotando la acción
del hongo. El porcentaje de tallo rodeado aumentó cuando los niveles de estrés eran
mayores, mostrando diferencias significativas entre los tres tratamientos inoculados con
Septoria. Para el tratamiento hídrico de reposición del 50 % del agua disponible se
60
obtuvieron cancros con mayor porcentaje de cobertura del perímetro del tallo, con un valor
promedio de 58 % del tallo rodeado, seguido por el tratamiento de reposición del 70 %
con un 47, 5 % y por último el tratamiento de 90 % con un valor de 34,58 %.
Figura 20: Porcentaje promedio de cobertura del perímetro del tallo por parte del cancro (%) en tallos del clon Harvard, para cada combinación de tratamiento hídrico
y tratamiento de inoculación (inoculado con Septoria musiva y testigo). Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
Para el clon Conti-12 los valores promedios de longitud de cancros en tallos, en
cada tratamiento, se observan en la figura 21 y en la tabla en anexo 5. Al igual que lo
analizado para el clon Harvard, los resultados obtenidos muestran que Conti-12 presenta
el mismo patrón en cuanto a diferencias significativas entre sus tratamientos. Del análisis
de los datos surge que los tratamientos testigos no presentan diferencias significativas
entre sí, indistintamente del tratamiento hídrico al que estuvieron sometidos. Cuando
estos se comparan con los tratamientos inoculados con S. musiva se ven diferencias
significativas, presentando estos últimos mayores longitudes promedio de cancro debido a
61
la presencia del patógeno. En los tratamientos inoculados, mientras mayor es el grado de
estrés hídrico al que fueron sometidas las plantas, mayor es la longitud de cancro, para
una reposición del 50 % del agua disponible se observan los cancros de mayor
envergadura con un valor promedio de 26,16 mm, para el tratamiento de 70 % una
longitud de 20,9 mm y finalmente en el tratamiento de 90 % una longitud de 15,34 mm. En
la figura 22 se observan fotografías de cancros producidos durante el ensayo.
Figura 21: Longitud promedio de cancro (mm) para tallos del clon Conti-12, en cada tratamiento hídrico y de inoculación (inoculado con Septoria musiva y testigo).
Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
62
Figura 22: Fotografías de cancros en tallos del clon Conti-12, en los distintos tratamientos: testigo (arriba izquierda), tratamiento hídrico con 90% de reposición
de lámina de agua disponible (arriba derecha), con 70% (abajo izquierda) y con 50% (abajo derecha).
En el clon Conti-12 con respecto al porcentaje promedio de cobertura del perímetro
del tallo por parte del cancro, se observan resultados similares a los observados en la
longitud de cancro (En la figura 23 y tabla en el anexo 6). Situación similar se presenta en
el clon Harvard. Los tratamientos testigos no presentaron diferencias significativas entre
sí, independientemente del tratamiento hídrico. No obstante, estos últimos presentaron
diferencias significativas respecto a los tratamientos de plantas inoculadas con S. musiva,
que mostraron valores superiores de porcentaje promedio de cobertura del perímetro del
tallo por cancro. Por su parte, el aumento del estrés hídrico, en los tratamientos
63
inoculados, se vio reflejado en mayores porcentajes de tallo rodeado, mostrando
diferencias significativas entre dichos tratamientos. El porcentaje superior de tallo rodeado
fue 58,93 % para el tratamiento hídrico del 50 % de reposición del agua disponible,
seguido por 49,64 % para el tratamiento de 70 % y finalmente, 38,44 % para el de 90 %.
Figura 23: Porcentaje promedio del perímetro del tallo rodeado por el cancro (%) para tallos del clon Conti-12, para cada tratamiento hídrico y de inoculación
(inoculado con Septoria musiva y testigo). Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
Comparando los dos clones Harvard y Conti-12, se observa que en los tratamientos
testigos, tanto en la longitud del cancro, como en el porcentaje de cobertura perimetral del
tallo del cancro, no se observaron diferencias significativas. En cambio en las plantas
inoculadas se observan diferencias significativas en el tamaño de los cancros en función
del estrés sufrido por las plantas al sufrir restricción de agua (Figura 24 y anexo 7).
64
Figura 24: Longitud promedio de cancro (mm) en tallos testigos (izquierda) e inoculados con Septoria musiva (derecha) del clon Harvard y Conti-12, en cada
tratamiento hídrico. Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
Cuando se comparan los tratamientos inoculados entre los dos clones, según el
nivel de estrés hídrico se puede ver que para las plantas sometidas a tratamientos
hídricos con 50 y 70 % de reposición de lámina de agua disponible no presentan
diferencias significativas. Si bien entre 50 y 70 % existen diferencias significativas, para un
mismo régimen de riego, no existen diferencias significativas en los valores de longitud
promedio de cancro entre Harvard y Conti-12. Contrariamente, para el tratamiento hídrico
con 90 % de reposición de lámina de agua disponible se observan diferencias
significativas entre los clones, mostrando Conti-12 una mayor susceptibilidad a Septoria
musiva respecto a Harvard cuando el nivel de estrés es bajo. Para Conti-12 se obtuvo un
valor promedio de longitud de cancro de 15,34 mm y para Harvard 11,76 mm para
tratamiento hídrico de 90 %.
65
Por último, para un mismo tratamiento hídrico en aquellas plantas inoculadas con S.
musiva, los valores de longitud promedio de cancros son mayores en Conti-12 que en
Harvard.
En los valores promedios de porcentaje de cobertura perimetral del tallo por parte
del cancro en ambos clones, para cada uno de los tratamientos hídricos se observa que
entre clones en los tratamientos testigos (sin inoculación con S. musiva) no hay
diferencias significativas entre ellos, independientemente del tratamiento hídrico. En los
tratamientos inoculados con Septoria tampoco se observaron diferencias significativas
entre clones para un mismo nivel de estrés hídrico. Si hubo diferencias significativas entre
los tratamientos inoculados con el patógeno y los testigos. Si bien no hubo diferencias
significativas entre clones en los tratamientos hídricos de las plantas inoculadas, sí se
observaron diferencias significativas entre los tratamientos hídricos al que fueron
sometidos. A medida que se disminuye el porcentaje de agua disponible de las plantas,
aumenta el porcentaje de tallo rodeado por el cancro, es decir se puede observar valores
superiores para los tratamientos de 50 %, seguido por 70 % y finalmente el 90 %. Ver
figura 25 y anexo 8.
Finalmente, al igual que lo ocurrido con los valores de longitud de cancro, para un
mismo nivel hídrico los valores de porcentaje cobertura perimetral del tallo rodeado por el
cancro son mayores en el clon Conti-12.
66
Figura 25: Porcentaje promedio del perímetro del tallo rodeado por el cancro (%) en tallos testigos (izquierda) e inoculados con Septoria musiva (derecha) del clon Harvard y Conti-12, para los diferentes tratamientos hídricos. Letras distintas
indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
3 MEDICIÓN DE LA SUSCEPTIBILIDAD A LA INVASIÓN DE Septoria musiva
EN HOJA SEGÚN ESTRÉS HÍDRICO
Para el clon Harvard, los porcentajes promedio de área necrótica en discos de hojas
obtenidos, pueden observarse en la figura 26 y la tabla (en el anexo 9). Del análisis
estadístico de los datos se puede observar que en los tratamientos testigos (no
inoculados con el patógeno) no se observaron diferencias entre sí, independientemente
del tratamiento hídrico. Si se observaron diferencias entre estos y los tratamientos
inoculados con el patógeno. Del análisis de los tratamientos inoculados con S. musiva se
observa que en el tratamiento hídrico de reposición del 50 % de agua disponible presenta
diferencias significativas en relación con los tratamientos de 70 y 90 %, los cuales no
difieren entre sí. A diferencia con lo observado en el ensayo de tallo, la infección de hojas
aumenta cuando el estrés hídrico es menor para este clon, lo que queda demostrado por
un mayor porcentaje de área necrótica. De esta forma, la mayor infección en hoja se
67
observó en el tratamiento de 90 % con un valor promedio de 39, 31 % de área necrótica,
seguido por el de 70 % con un valor de 37,96 %, y finalmente un 24,22 % de área
necrótica para el tratamiento de 50 %.
Figura 26: Porcentaje promedio de área necrótica (%) en discos de hojas para el clon Harvard, en cada combinación de tratamiento hídrico y de inoculación
(inoculado con Septoria musiva y testigo). Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
Para el clon Conti-12, los valores de porcentaje promedio de área necrótica en
discos de hoja, para cada tratamiento, se observan en la tabla en el anexo 10 y en la
siguiente figura 27. Del análisis estadístico de los datos se observa que los testigos no se
diferenciaron significativamente entre sí independientemente del tratamiento hídrico al que
pertenecían; pero sí se diferenciaron de los tratamientos inoculados. En estos últimos, se
observa que en el tratamiento hídrico de reposición del 90 % del agua disponible
presenta diferencias significativas con respecto a los otros dos tratamientos, es decir de
70 y 50 % del agua disponible, no presentando diferencias estadísticamente significativas
68
entre sí estos dos tratamientos. En la figura 28 se observan fotografías del ensayo de
disco de hojas para el clon Conti-12.
Para este clon, Conti-12, el ensayo de hojas siguió el mismo patrón que el ensayo
de tallos, el área necrótica en los discos de hojas fue mayor en los tratamientos con
mayor estrés hídrico. Para el tratamiento de 50 % de reposición se observó un 39,19 %
de área necrótica, para el de 70 % un 32,91 % y para el de 90 % que difiere
significativamente de estos dos últimos un valor de 21,14 % de área necrótica.
Figura 27: Porcentaje promedio de área necrótica (%) en discos de hojas para el clon Conti-12, en cada tratamiento hídrico y de inoculación (inoculado con Septoria
musiva y testigo). Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
69
Figura 28: Fotografías de ensayo de discos de hojas para el clon Conti-12, para el tratamiento hídrico con 90% de reposición de lámina de agua testigo (izquierda) e
inoculado con Septoria musiva (derecha) (Fotos del autor).
Comparando los clones estudiados, en los tratamientos testigos si bien no hay
diferencias dentro de cada clon, entre clones se observan diferencias, el clon Conti-12
presentó menores valores de área necrótica en relación al clon Harvard (Figura 29 y
Anexo 11); solamente el testigo del tratamiento hídrico del 50 % de reposición de agua
disponible del clon Harvard no se diferenció significativamente de los testigos de Conti-
12, pero si se observó diferencias con el tratamiento de reposición del 70 % y 90 %. Cabe
recordar que Harvard 50 % tampoco se diferenció significativamente con estos dos
últimos tratamientos del mismo clon.
Para los tratamientos inoculados con S. musiva, como se dijo anteriormente, siguen
patrones diferentes en cada uno de los clones. En Conti-12 el porcentaje de área
necrótica aumenta con el aumento en el estrés hídrico, lo contrario sucede en Harvard
donde dicho porcentaje disminuye con el aumento del estrés hídrico. A partir de los
resultados se puede señalar que el tratamiento de 90 % de agua disponible de Conti-12
no se diferenció significativamente del tratamiento de 50 % para el clon Harvard. Estos, a
su vez se diferenciaron significativamente de los otros cuatro tratamientos, los cuales no
70
se diferencian entre sí, es decir Conti-12 para los tratamientos hídricos de 70 y 50 % y
Harvard para los tratamientos de 70 y 90 %. Los mayores porcentajes de área necrótica
fueron para el tratamiento de 90 % de Harvard con un valor promedio de porcentaje de
39,31 % de área necrótica, seguido por el tratamiento de 50 % del clon Conti-12 con un
valor de 39,19 %.
Figura 29: Porcentaje promedio de área necrótica (%) en discos de hojas para el clon Harvard y Conti-12, en cada tratamiento hídrico y de inoculación: testigo
(gráfico A) e inoculado con Septoria musiva (gráfico B). Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
Finalmente, se observa una mayor diferencia de porcentaje de área necrótica en
discos de hojas entre los tratamientos inoculados y testigos para un mismo tratamiento
hídrico en el clon Conti-12 que en Harvard.
A B
71
DISCUSIÓN
Si bien la mayoría de los estudios sobre la interacción entre especies de álamo y
Septoria musiva no tienen en cuenta la influencia de los factores ambientales, este trabajo
se enfoca en dicha influencia. Este estudio establece que huéspedes bajo estrés hídrico,
son más susceptibles al desarrollo de cancros por S. musiva en los dos clones de álamo
analizados. A medida que aumenta el nivel de estrés se obtienen cancros de mayor
longitud y de mayor porcentaje de cobertura perimetral del cancro en el tallo.
Aunque este análisis no indica cómo los factores del huésped influyen en los
procesos de penetración y establecimiento, envueltos en la infección a través del tejido, si
reflejan diferencias en la susceptibilidad de los clones y los efectos ambientales.
Nuestros resultados son consistentes con la conclusión general de que los factores
ambientales influyen fuertemente en el desarrollo de cancrosis por hongos patógenos en
plantas leñosas hospedantes (Bagga & Smalley, 1974; Biggs et al, 1983; Manion & Griffin,
1986; Guyon et al, 1996; McIntyre et al, 1996; Maxwell et al, 1997).
En la mayoría de los casos, la escasez de agua provoca un aumento en la gravedad
de la cancrosis. Maxwell y colaboradores (1997) obtuvieron resultados similares a los
reflejados en este trabajo en cuanto al efecto del estrés hídrico y la susceptibilidad a S.
musiva en distintos clones de álamo. En primer lugar, plantas inoculadas estresadas o no,
presentaron cancros más grandes que sus respectivos testigos. Por otro lado, plantas
inoculadas estresadas de ambos clones, presentaron mayor longitud de cancro y
porcentaje de tallo rodeado, que aquellas plantas no estresadas. Diversos autores han
encontrado respuestas similares en trabajos realizados con Populus y otros patógenos en
condiciones de estrés hídrico. Bagga y Smalley, (1974) observaron que Hypoxylon
72
pruinatum produce cancros de mayor longitud en condiciones de baja humedad relativa y
sequía en Populus tremuloides Mich. Ellos analizaron el efecto de un conjunto de
variables ambientales y encontraron que la disponibilidad de agua en el perfil edáfico es el
factor que más influye en la susceptibilidad a dicha enfermedad en álamo, por lo que
concluyeron que cualquier factor que influya en el estrés hídrico del huésped aumenta la
susceptibilidad al patógeno. Igualmente, Bruck y Manion (1980) demostraron que la
incidencia de cancros de H. pruinatum a campo es mayor en sitios con baja disponibilidad
de humedad en Populus tremuloides Mich. Dichos autores, analizaron las propiedades
físicas y químicas del suelo y concluyeron que los parámetros físicos y químicos del suelo
que están relacionados más directamente a la humedad, comprenden un sistema de
variables que están altamente relacionados a la incidencia de cancro de Hypoxylon en
Populus tremuloides Mich.
Guyon y colaboradores (1996) examinaron la incidencia de Cytospora chrysosperma
en Populus tremuloides Michx, luego de exponerlos a estrés por sequía, por inundación y
por defoliación, demostraron que C. chrysosperma produce cancros de mayor tamaño
cuando las plantas son sometidas a condiciones de sequía con bajos potenciales agua,
que sus respectivos testigos. Por el contrario, las plantas sometidas a estrés por
inundación no mostraron diferencias significativas de longitud de cancro con respecto a
los tratamientos testigos. Mientras que, las plantas con mayor porcentaje de defoliación,
presentaron mayores longitudes de cancro con respecto a los testigos. El hecho que dos
tipos de estrés diferentes y en principio no relacionados (sequía y defoliación) mostraron
correlación con el tamaño del cancro sugiere que diferentes tipos de estrés pueden
causar respuestas similares del huésped. El equipo de trabajo de McIntyre (1996),
observaron mayor incidencia y longitud de cancros producidos por Cytospora
73
chrysosperma en Populus tremuloides en plantas estresadas hídricamente, tanto en otoño
como en primavera, que aquellas que poseían mayor disponibilidad de agua.
Es necesario aclarar que existen autores que han obtenido resultados distintos.
Biggs et al (1983), obtuvieron mayor incidencia y tamaño de cancro de Cytospora
chrysosperma en Populus ¨NE-388¨ (P. maximowiczii x P. trichocarpa) asociados a
mayores niveles de humedad de la corteza y potencial agua. Estos autores explican que
esto puede deberse a la influencia de la humedad en la corteza, teniendo un efecto
positivo en el establecimiento inicial del patógeno y no en la colonización posterior. Esta
sutil diferencia podría ser especialmente significativa en situaciones donde interactúan
patógenos débiles y estrés ambiental. Otro caso, es el trabajo realizado por LeBoldus et
al. (2007), en el cual se midió la severidad de la enfermedad causada por S. musiva en
cuatro híbridos de Populus, en diferentes niveles de contenido de agua. Dicho estudio no
reflejó diferencias significativas entre los árboles estresados y no estresados en cuanto a
la severidad de la enfermedad, concluyendo que el genotipo del clon es un determinante
más importante de la severidad de la enfermedad, que la interacción estrés hídrico-
genotipo del clon (en condiciones de invernadero). Estos autores comparan sus
resultados con los obtenidos por Maxwell et al. (1997), considerando que las diferencias
en los resultados entre ambos estudios, pueden deberse a la menor duración de tiempo
que los clones estuvieron sometidos a estrés, el cual fue menor en el ensayo de LeBoldus
et al. (2007), siendo posible que todavía no se manifestaran los efectos del estrés hídrico
en la severidad de la enfermedad (56 días en el ensayo de LeBoldus et al. (2007) y 80
días en el ensayo de Maxwell et al. (1997)).
Nuestros resultados también son consistentes con el trabajo previamente publicado
por Woodbury et al. (1994) que muestran que la exposición crónica al ozono aumentó
74
significativamente la incidencia y la gravedad de cancros causados por S. musiva en
Populus híbrido DN34. Esto sugiere que numerosos agentes ambientales pueden tener
diferentes mecanismos y efectos para inducir la susceptibilidad. Alternativamente,
procesos más generales que están influenciados por un amplio rango de factores pueden
regular la susceptibilidad.
Nuestros resultados difieren substancialmente con lo señalado por diversos autores
que afirman una mayor susceptibilidad a la cancrosis de álamo producida por Septoria
musiva de los clones de Populus x canadensis con respecto a los P. deltoides, con
algunas excepciones dentro de cada grupo (Bakarcic, 1978; Calderón et al, 2004; Cortizo,
2005; Riu et al, 2009; Senisterra et al., 2012). Cabe señalar que en nuestro trabajo el clon
Conti-12 (Populus x canadensis) mostró una longitud promedio de cancro mayor que se
diferenció significativamente del valor presentado para el clon Harvard (P. deltoides) para
el tratamiento hídrico de mayor porcentaje de riego del agua disponible (90 %) entre las
plantas inoculadas. Si bien para los demás tratamientos hídricos entre las plantas
inoculadas no hubo diferencias significativas entre los clones tanto para la longitud
promedio del cancro como para el porcentaje promedio de cobertura perimetral del cancro
en el tallo, como así también para los valores de porcentaje de cobertura perimetral para
el tratamiento hídrico del 90 % del agua disponible, se puede observar valores mayores
para el clon Conti-12 para cada una de estas dos variables en comparación con el clon
Harvard para un mismo tratamiento hídrico. Tal vez, si el ensayo hubiese tenido una
duración mayor, los clones se hubiesen diferenciado significativamente para las variables
mencionadas.
Por otro lado, en el ensayo de hoja realizado, se obtuvieron resultados
contradictorios entre los diferentes clones. Para Harvard se obtuvo mayor porcentaje de
75
área necrótica en disco de hoja en plantas cuando el nivel de humedad era mayor.
Mientras que para Conti-12, cuando el nivel de estrés hídrico fue mayor, se obtuvieron los
mayores porcentajes de área necrótica. En un principio se esperaba que el ensayo de
hoja siguiese el mismo patrón que el ensayo de tallo, es decir, que se presentara mayor
área necrótica en las hojas más estresadas como ocurrió para Conti-12.
Para el ensayo de disco de hojas, no se encontraron trabajos que relacionen los
efectos del estrés hídrico en la interacción de S. musiva y Populus spp., a excepción del
trabajo realizado por Maxwell et al (1997). En dicho estudio, el ensayo de disco de hojas,
mostró algunas diferencias con este trabajo. Si bien la respuesta de los discos de hoja
también fue sensible a condiciones del hospedador, los discos de hojas bien regados
desarrollaron más necrosis que los de los árboles con problemas de agua para ambos
clones, lo cual concuerda con los datos obtenidos en este trabajo para el clon Harvard,
difiriendo así con lo obtenido para Conti-12 que presentó mayor necrosis de hoja en
plantas más estresadas. Al igual que en este trabajo, dichos autores indicaron una
inconsistencia entre los resultados del ensayo de tallo y el de hoja.
76
CONCLUSIÓN
En esta tesina se observó el efecto del estrés hídrico como factor que modifica la
susceptibilidad al hongo patógeno Septoria musiva en tallos y hojas de dos clones
diferentes de álamos, Harvard (Populus deltoides) y Conti-12 (Populus x canadensis).
Aunque esta investigación no indica cómo el estrés hídrico influye en los procesos
de penetración, si reflejan diferencias en la colonización de la infección a través del tejido.
Tanto en el ensayo de tallo como en el de hoja se pudo observar cómo influye el
estrés hídrico en la severidad de la enfermedad. El estrés hídrico causó cancros de
mayor longitud y mayor porcentaje de cobertura perimetral en tallo para ambos clones, a
medida que disminuye la disponibilidad de agua en las plantas.
También se pudo ver el efecto en el crecimiento en longitud del cancro y el
porcentaje de cobertura perimetral en tallo causado por la presencia de Septoria musiva,
dado que para un mismo clon y tratamiento hídrico, las plantas inoculadas con dicho
hongo, en comparación con las no inoculadas, se diferenciaron significativamente para
estas variables, mostrando valores superiores y mostrando una marcada acción del
patógeno.
Cabe resaltar que entre clones no se encontraron diferencias en la infección entre
las plantas inoculadas si se los compara en un mismo nivel de humedad, a excepción del
valor de longitud de cancro para el tratamiento de menor estrés hídrico (90 por ciento)
donde el clon Harvard presento una longitud promedio de cancro menor difiriendo
estadísticamente de Conti-12. Tal vez, si el ensayo hubiese tenido una duración mayor las
77
diferencias en los otros niveles de agua disponible hubiesen resultado estadísticamente
diferentes, por lo que sería aconsejable realizar nuevos estudios como este que comparen
la susceptibilidad entre los dos clones, ya que son muy utilizados por los productores de la
región y dado que muchos investigadores han documentado una mayor susceptibilidad a
la enfermedad en Conti-12. También, sería importante observar que sucede en cuanto a
diferencias significativas entre clones cuando son sometidos a mayores niveles de estrés
que los propuestos en este trabajo.
En cuanto al ensayo de hojas, éste mostró diferencias importantes entre los clones
estudiados. El clon Harvard manifestó una respuesta inversa a lo esperado, a medida
que aumenta la disponibilidad de agua en el suelo, aumenta el área necrótica del limbo
foliar en las hojas inoculadas con Septoria. Mientras que el clon Conti-12, respondió de
igual manera que en los tallos, es decir mayor área necrótica producida por el patógeno
en aquellas hojas con mayor estrés hídrico. Esta situación contradictoria puede deberse a
varios motivos, nosotros hipotetizamos que uno de ellos es que el genotipo del clon es un
determinante importante en la severidad de la infección. Esta situación puede influenciar
en que al haber mayor contenido de humedad en las hojas, no hay cierre estomático,
aberturas necesarias a Septoria para la infección. Influenciando esta situación en mayor
medida la infección del patógeno que la colonización.
La respuesta diversa observada entre los resultados de los ensayos de cancro en
tallo y de área necrótica en disco de hoja, nos puede estar indicando que existen
mecanismos de defensa diferentes, en los distintos órganos de la planta.
Es importante destacar el carácter pionero de nuestro trabajo, dado que a nivel
nacional no se encontraron trabajos que relacionen el efecto del estrés hídrico en el
78
aumento de la susceptibilidad al patógeno. Como así también a nivel mundial donde la
información es escasa.
Teniendo en cuenta que el cultivo de álamos es la principal actividad forestal en la
provincia, sumado al hecho que el patógeno es endémico en la región provocando
grandes pérdidas económicas y a que por las condiciones climáticas de la zona, el agua
es el principal factor limitante de los cultivos, consideramos que nuestro trabajo aporta
información valiosa para el manejo de la salud de las plantaciones forestales de álamo.
La información generada en este trabajo resulta de máxima utilidad para los
productores, los cuales deberían tomar los recaudos necesarios en el manejo del agua en
las plantaciones de modo de disminuir el efecto del estrés hídrico. Situación ésta que
puede provocar aumento de la susceptibilidad a la enfermedad por parte de las plantas.
Este conocimiento permitirá a los productores maximizar los beneficios del cultivo y
reducir al mínimo el riesgo a cancrosis. Esto es primordial, ya que como se mencionó
anteriormente no existen mecanismos de defensa contra la enfermedad en forestales,
salvo la elección de variedades resistentes y el control de las plantas en el vivero,
entonces el manejo del ambiente en el que se encuentra la plantación influye de manera
importante en el efecto del hongo sobre el álamo.
Por todo lo mencionado anteriormente es necesario generar más investigaciones
que proporcionen información acerca de si el estrés hídrico aumenta la susceptibilidad al
ataque de Septoria musiva, aumentando la colonización e infección, como así también
investigaciones que permitan encontrar clones que sean resistentes a la enfermedad y
que además tengan buena adaptación a las condiciones ambientales de la región.
79
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ANEXOS
ANEXO 1: Potencial agua (ψ) promedio al alba (kgf/cm2) en hojas del clon Harvard y
Conti-12, para cada tratamiento hídrico y de inoculación (Inoculado con Septoria musiva y
testigo).
** Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
Clon HoraTratamiento
hídrico
Inoculado (1) o No
Inoculado (0)Media ± Error Stand. **
Harvard Alba 50% Inoculado -2,90 0,19 A
Harvard Alba 50% No inoculado -2,85 0,17 A
Conti 12 Alba 50% Inoculado -2,60 0,22 AB
Conti 12 Alba 50% No inoculado -2,55 0,13 AB
Harvard Alba 70% No inoculado -2,30 0,17 BC
Harvard Alba 70% Inoculado -2,30 0,13 BC
Conti 12 Alba 70% No inoculado -2,15 0,13 BC
Conti 12 Alba 70% Inoculado -2,05 0,10 C
Conti 12 Alba 90% Inoculado -1,58 0,19 D
Harvard Alba 90% No inoculado -1,55 0,15 D
Harvard Alba 90% Inoculado -1,40 0,14 D
Conti 12 Alba 90% No inoculado -1,35 0,15 D
87
ANEXO 2: Potencial agua (ψ) promedio a la tarde (kgf/cm2) en hojas del clon
Harvard y Conti-12, para cada tratamiento hídrico y de inoculación (Inoculado con
Septoria musiva y testigo).
** Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
Clon HoraTratamiento
hídrico
Inoculado (1) o No
Inoculado (0)Media ± Error Stand. **
Conti 12 Tarde 50% No inoculado -10,95 0,15 A
Conti 12 Tarde 50% Inoculado -10,90 0,10 A
Harvard Tarde 50% Inoculado -10,65 0,17 A
Harvard Tarde 50% No inoculado -10,45 0,30 A
Harvard Tarde 70% Inoculado -9,15 0,10 B
Conti 12 Tarde 70% No inoculado -9,05 0,36 B
Conti 12 Tarde 70% Inoculado -8,98 0,23 B
Harvard Tarde 70% No inoculado -8,93 0,18 B
Conti 12 Tarde 90% No inoculado -6,85 0,17 C
Conti 12 Tarde 90% Inoculado -6,80 0,22 C
Harvard Tarde 90% No inoculado -6,50 0,24 C
Harvard Tarde 90% Inoculado -6,45 0,33 C
88
ANEXO 3: Longitud promedio de cancro (mm) en tallos del clon Harvard, sometidos
a diferentes tratamientos hídricos y de inoculación (Inoculado con Septoria musiva y
testigo).
** Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
ANEXO 4: Porcentaje (%) promedio de cobertura del perímetro por parte del cancro
en tallos del clon Harvard, sometidos a diferentes tratamientos hídricos y de inoculación
(Inoculado con Septoria musiva y testigo).
** Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
Clon Tratamiento hídricoInoculado (1) o No
Inoculado (0)Media ± Error Stand. **
Harvard 90% 0 6,56 ± 0,64 A
Harvard 50% 0 7,31 ± 0,32 A
Harvard 70% 0 7,7 ± 0,76 A
Harvard 90% 1 11,76 ± 1,07 B
Harvard 70% 1 18,61 ± 1,77 C
Harvard 50% 1 24,9 ± 1,78 D
Clon Tratamiento hídricoInoculado (1) o No
Inoculado (0)
Media ± Error
Stand. ± Error Stand. **
Harvard 90% 0 20 ± 0,74 A
Harvard 70% 0 23,13 ± 1,01 A
Harvard 50% 0 23,75 ± 1,41 A
Harvard 90% 1 34,58 ± 2,17 B
Harvard 70% 1 47,5 ± 2,79 C
Harvard 50% 1 58 ± 2,00 D
89
ANEXO 5: Longitud promedio de cancro (mm) en tallos del clon Conti-12, sometidos
a diferentes tratamientos hídricos y de inoculación (Inoculado con Septoria musiva y
testigo).
** Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
ANEXO 6: Porcentaje (%) promedio de cobertura del perímetro por parte del cancro
en tallos del clon Conti-12, sometidos a diferentes tratamientos hídricos y de inoculación
(Inoculado con Septoria musiva y testigo).
** Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
Clon Tratamiento hídricoInoculado (1) o No
Inoculado (0)Media ± Error Stand. **
Conti 12 70% 0 5,81 ± 0,40 A
Conti 12 50% 0 6,4 ± 0,66 A
Conti 12 90% 0 7,9 ± 0,83 A
Conti 12 90% 1 15,34 ± 1,37 B
Conti 12 70% 1 20,9 ± 1,49 C
Conti 12 50% 1 26,16 ± 1,29 D
Clon Tratamiento hídricoInoculado (1) o No
Inoculado (0)
Media ± Error
Stand.± Error Stand. **
Conti 12 90% 0 21,88 ± 0,63 A
Conti 12 70% 0 22,81 ± 0,91 A
Conti 12 50% 0 23,13 ± 0,90 A
Conti 12 90% 1 38,44 ± 2,49 B
Conti 12 70% 1 49,64 ± 3,08 C
Conti 12 50% 1 58,93 ± 3,40 D
90
ANEXO 7: Longitud promedio de cancro (mm) en tallos del clon Harvard y Conti-12,
sometidos a diferentes tratamientos hídricos y de inoculación (Inoculado con Septoria
musiva y testigo).
** Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
Clon Tratamiento hídricoInoculado (1) o No
Inoculado (0)Media ± Error Stand. **
Conti 12 70% 0 5,81 ± 0,40 A
Conti 12 50% 0 6,4 ± 0,66 A
Harvard 90% 0 6,56 ± 0,64 A
Harvard 50% 0 7,31 ± 0,32 A
Harvard 70% 0 7,7 ± 0,76 A
Conti 12 90% 0 7,9 ± 0,83 A
Harvard 90% 1 11,76 ± 1,07 B
Conti 12 90% 1 15,34 ± 1,37 C
Harvard 70% 1 18,61 ± 1,77 D
Conti 12 70% 1 20,9 ± 1,49 D
Harvard 50% 1 24,9 ± 1,78 E
Conti 12 50% 1 26,16 ± 1,29 E
91
ANEXO 8: Porcentaje (%) promedio de cobertura del perímetro por parte del cancro
en tallos del clon Harvard y Conti-12, sometidos a diferentes tratamientos hídricos y de
inoculación (Inoculado con Septoria musiva y testigo).
** Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
Clon Tratamiento hídricoInoculado (1) o No
Inoculado (0)
Media ± Error
Stand.± Error Stand. **
Harvard 90% 0 20 ± 0,74 A
Conti 12 90% 0 21,88 ± 0,63 A
Conti 12 70% 0 22,81 ± 0,91 A
Conti 12 50% 0 23,13 ± 0,90 A
Harvard 70% 0 23,13 ± 1,01 A
Harvard 50% 0 23,75 ± 1,41 A
Harvard 90% 1 34,58 ± 2,17 B
Conti 12 90% 1 38,44 ± 2,49 B
Harvard 70% 1 47,5 ± 2,79 C
Conti 12 70% 1 49,64 ± 3,08 C
Harvard 50% 1 58 ± 2,00 D
Conti 12 50% 1 58,93 ± 3,40 D
92
ANEXO 9: Porcentaje promedio de área necrótica (%) en discos de hojas para el
clon Harvard, en cada tratamiento hídricos y de inoculación (Inoculado con Septoria
musiva y testigo).
** Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
ANEXO 10: Porcentaje promedio de área necrótica (%) en discos de hojas para el
clon Conti-12, en cada tratamiento hídricos y de inoculación (Inoculado con Septoria
musiva y testigo).
** Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
Clon Tratamiento hídricoInoculado (1) o No
Inoculado (0)Media ± Error Stand. **
Harvard 50% 0 9,88 ± 1,32 A
Harvard 70% 0 15,3 ± 3,77 A
Harvard 90% 0 15,31 ± 2,65 A
Harvard 50% 1 24,22 ± 1,55 B
Harvard 70% 1 37,96 ± 4,10 C
Harvard 90% 1 39,31 ± 2,81 C
Clon Tratamiento hídricoInoculado (1) o No
Inoculado (0)Media ± Error Stand. **
Conti 12 90% 0 3,62 ± 0,91 A
Conti 12 70% 0 5,08 ± 1,44 A
Conti 12 50% 0 7,16 ± 1,56 A
Conti 12 90% 1 21,14 ± 2,13 B
Conti 12 70% 1 32,91 ± 6,01 C
Conti 12 50% 1 39,19 ± 1,77 C
93
ANEXO 11: Porcentaje promedio de área necrótica (%) en discos de hojas para el
clon Harvard y Conti-12, en cada tratamiento hídricos y de inoculación (Inoculado con
Septoria musiva y testigo).
** Letras distintas indican diferencias significativas para test de LSD Fisher (p ≤ 0,05).
ClonTratamiento
hídrico
Inoculado (1) o No
Inoculado (0)Media ± Error Stand. **
Conti 12 90% 0 3,62 ± 0,91 A
Conti 12 70% 0 5,08 ± 1,44 A
Conti 12 50% 0 7,16 ± 1,56 A
Harvard 50% 0 9,88 ± 1,32 AB
Harvard 70% 0 15,3 ± 3,77 BC
Harvard 90% 0 15,31 ± 2,65 BC
Conti 12 90% 1 21,14 ± 2,13 CD
Harvard 50% 1 24,22 ± 1,55 D
Conti 12 70% 1 32,91 ± 6,01 E
Harvard 70% 1 37,96 ± 4,10 E
Conti 12 50% 1 39,19 ± 1,77 E
Harvard 90% 1 39,31 ± 2,81 E