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NUEVA BIBLIOTECADE ALEJANDRÍA
1. Vista del planetario, del techoy del conjunto de la Biblioteca.
2. Vista exterior del centrode conferencias y del planetario
3. Hall de la fama Ptolomeo.Entrada de la Biblioteca.
4. Afiche diseñado por laUNESCO para el proyecto.
5. Paneles del techo del centrode conferencias.
6. Monitores de la salade seguridad
de la Biblioteca.
7. Exterior del centrode conferencias.
8. Sala de mapas.
9. Vista nocturna del exteriordel centro de conferencias.
10. Áreas de lectura.
(Fotografías tomadas dewww.bibalex.gov.eg)
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Abre sus puertas
LA NUEVABIBLIOTECA
DE ALEJANDRÍA
El Mediterráneo se sobrecoge al ver reflejada en sus aguas
la nueva y reluciente construcción del proyecto
«Bibliotheca Alexandrina».
Después de 1.600 años de haberla destruido,
la majestuosa cuna del saber antiguo reabre sus puertas
con la convocatoria a todo el saber:
la humanidad se reivindica consigo.
ALEXA ZÁRRATE DÍAZ
MAQUETA del proyecto presentada en Asuán.
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A l norte, el Peloponeso y la Península de
Anatolia. Más abajo y a la derecha, Chipre;
justo enfrente de ella, Creta y, bordeando
estas zonas, el Mediterráneo. Dicen que sus aguas son
azules. Cuentan que los paseantes de la Corniche –anti-
gua zona palaciega de los reyes Ptolomeos– bañan la mi-
rada en sus costas sureñas. El mismo lugar en el que, se
cree, estaba la original Biblioteca de Alejandría. Sin em-
bargo, recientes trabajos arqueológicos sugieren que el
verdadero emplazamiento está a tan sólo 100 metros, es
decir, al este del Delta del río Nilo.
Pero no sólo insinuaciones resultaron de las excava-
ciones… También fragmentos del colosal faro –que as-
cendía hasta los 120 metros–, extraídos del mar por
esforzados submarinistas que acompañan el trabajo del
arqueólogo Jean-Yves Empereur, director del Centro de
Estudios Alejandrinos, ade-
más de los restos del supues-
to palacio de Cleopatra.
Todo es bullicio en la ciu-
dad amada por Cavafis y
Lawrence Durrell, que para
este mes de abril (la fecha to-
davía por definir) está presta
a inaugurar la nueva Bibliote-
ca de Alejandría. Para ello tu-
vieron que transcurrir –desde
la concepción de la idea en
1970, debida al historiador de Alejandría Mustaffá al-
Abbadi, pasando por la ceremonia de postura de la pri-
mera piedra en 1988 por el presidente egipcio Hosni
Mubarak, hasta los impedimentos que obligaron a dejar
las puertas cerradas– cerca de tres décadas, pero en la
historia reciente. Porque durante los últimos 300 años
del primer milenio antes de Cristo, los distintos gobier-
nos que dominaron Egipto construyeron varias veces la
Biblioteca.
Aunque no es el momento de dirimir si fue la guerra
o la intolerancia religiosa o ambas circunstancias las cau-
Reconstruir el daño que la humanidad se hizo a sí mismaha costado cerca de 180 millones de dólares, aunque otras voces hablan
de 230 millones. Sin embargo, el sueño se está cumpliendo.
santes de convertir el saber almacenado en la Biblioteca
como combustible de los baños, sí viene al caso hablar
de cifras. Reconstruir el daño que la humanidad se hizo a
sí misma ha costado cerca de 180 millones de dólares,
aunque otras voces hablan de 230 millones. Sin embar-
go, el sueño se está cumpliendo. Alejandría volverá a ser
el gran ómphalos del saber gracias al concurso del Go-
bierno egipcio, la Organización de las Naciones Unidas
para la Ciencia y la Cultura, UNESCO, más las donaciones
de numerosos países.
Se abre la sesiónLa “Perla del Mediterráneo” mantiene aún el esplendor
de siglos anteriores, a pesar del desarrollo urbano caótico
de los últimos treinta años. La decisión de volver a cons-
truir la Biblioteca le costó a la ciudad un verdadero desor-
den: muchas calles levantadas, gran parte de los principa-
les edificios cubiertos de andamios, acondicionamiento
de monumentos y numerosas construcciones pseudomo-
dernas en los miradores de la Corniche, pese a su esplén-
dida panorámica sobre el puerto oriental, casi enfrente
del Qait Bey, lugar en el que un día se alzó el legendario
faro. Definitivamente “no es el mejor momento para visi-
tar Alejandría”, aseguró apesadumbrado a una agencia de
noticias uno de sus residentes por aquellos días. Pero si
describir la ciudad durrelliana es hablar de los remolinos
de polvo en las calles y el olor del lago Mareotis, uno
puede decir que está en casa.
Dirigida a recapturar el pasado de gloria de Alejan-
dría, la nueva Biblioteca empezó como un enorme aguje-
ro en el que trabajaron más de mil hombres con cascos
para materializar el proyecto ganador de la firma norue-
ga de arquitectos Snÿhetta. En 1998 el jefe de la cuadrilla
de supervisión de la obra, Yousri El Hakim, hablaba de la
actividad febril que ahí se daba: “Hay 400 hombres de
todas partes del mundo, laborando 24 horas al día, en
dos turnos”.
La ebullición se daba al mismo tiempo en el plano
legal. La política de desarrollo de fondos bibliotecarios,
SALA DE MAPAS
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en colaboración con el programa de las Naciones Unidas
a través de la UNESCO, permitía la construcción de la nue-
va Biblioteca de Alejandría, a la vez que se creaba el Con-
sejo de Investigaciones Científicas Museion, que signifi-
ca “templo de la cuna de las artes y las ciencias”.
Cómo no se va a alterar el pulso al reconocer en la
estructura que se apoderó de la costa sur del Mediterráneo
una afluencia de asociaciones históricas y legendarias. La
nueva Biblioteca Alexandrina tomó cuerpo. Eso sí, luego
de descongestionar el área y derrumbar –según un corres-
ponsal de Reuters en la ciudad– “un viejo y decrépito hos-
pital vecino”. El muro exterior de la Biblioteca está forrado
de placas de granito de Asuán y decorado en bajorrelieve
por las letras de los alfabetos del planeta, representando
todas las civilizaciones o la combinación de la herencia de
la religión con el renacer de la radiación cultural que debe
alcanzar todos los confines del universo.
Cilindro al revésEl edificio principal es un enorme círculo inclinado que
mira hacia el mar, como la parte superior de un cilindro
gigante, torcido y enterrado. Está rodeado por una pisci-
na, con el fin de responder a la idea simbólica del
fecundador sol egipcio surgiendo de las aguas para ilumi-
nar el mundo.
El techo, la superficie del círculo, a manera de catale-
jo, es una malla de lucernarios de aluminio aeronáutico y
cristal. No obstante, la belleza del proyecto arquitectóni-
co queda un poco empañada si se observa el edificio real
en su contexto, “no sólo por la anarquía y fealdad circun-
dantes, sino por la existencia, como parte del mismo pro-
yecto, de un mastodóntico centro de conferencias anexo
de discutible estética”, afirmación de un corresponsal de
una reconocida agencia de noticias. Aunque lo hermoso
a veces nada tiene que ver con la capacidad, este centro
podrá ser ocupado por 3.500 personas.
Ante este dilema estético se sugiere la técnica del es-
toicismo, o una simple sentencia que reza que “la belleza
sólo es maya” (ilusión). El verdadero placer está en la
contemplación. Al lado de la Biblioteca puede verse la
esfera pequeña del planetario, redondo como una pelota,
al que tendrá acceso el público en general.
Las entrañas de la nueva Alexandrina muestran a
Calímaco. No al catalogador y editor de las obras de la
literatura griega, que junto a hombres como Demetrio
Falero, Aulo Gelio o Amiano Marcelo, entre otros, ejer-
cieron una profunda y permanente influencia, no sólo
por la forma de los libros, sino por la transmisión de
textos en todas las fases de la historia de la literatura; se
trata de Calímaco, un enorme vestíbulo organizado en
grandes terrazas. Algunas de ellas contienen libros de ac-
ceso limitado que, a consideración de muchos, se con-
vierte en un nuevo estándar para el planteamiento de las
librerías. El pasillo es similar a las tradicionales bibliote-
cas de siglos anteriores, con un original espacio para la
lectura. Altas columnas con referencias a los capiteles
papiriformes convierten el centro en un moderno Karnak
al servicio de la inteligencia.
Aunque el concepto del diseño de la nueva Biblioteca
es un simple círculo inclinado hacia el mar, parcialmente
sumergido en una pileta de agua, los techos inclinados
permiten la luz indirecta durante el día y una clara vista
al mar. Es tanta la notoriedad que ha recibido el proyecto
desde su diseño inicial, en 1989, que continúa siendo un
fuerte símbolo de la preocupación internacional por la
cultura. Claro que existen regímenes a los que el interés
se les desmorona en pedazos como si se tratara de escul-
turas preislámicas. ¿Oídos sordos o repletos de cerumen?
Innovaciones alejandrinasLa nueva versión de la Biblioteca gozará de audiotecas,
salas de exhibición de piezas de música antigua, mapoteca
y áreas exclusivas para exposiciones temporales de libros
y grabados, fotografías y pinturas, así como otras dedica-
das a producciones artísticas como la lectura de poesía,
literatura y conferencias de ciencia e historia, entre otras,
porque “todas las actividades académicas y culturales se-
rán estimuladas por la Biblioteca”, aseguró a Reuters el
MAQUETA DEL PROYECTOpresentada en Asuán.
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La nueva Biblioteca empezó como un enorme agujero en el que trabajaron másde mil hombres con cascos para materializar el proyecto ganadorde la firma noruega de
arquitectos Snÿhetta. La cifra incluye 400 hombres de todas partes del mundo.
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gerente del llamado proyecto Biblioteca Alexandrina,
Moshen Zahran.
Dentro de las innovaciones que tendrá la Biblioteca
de Alejandría se hallan el Museo de Caligrafía y el Museo
de la Ciencia. El primero se dedicará a la evolución de la
escritura, y el segundo concibe más su diseño dentro del
propósito de acercar a todo tipo de personas al conoci-
miento a través de la diversión, más que la exhibición de
objetos de investigación, pues se tendrá la posibilidad de
realizar experimentos de propia mano.
Así mismo, el Laboratorio de Conservación y Restau-
ración, ya construido, será expandido a dos más: el de
microfilmado y el digital, con el fin de salvar los manuscri-
tos raros y conservar la memoria de la Biblioteca. Italia ha
sido uno de los países que más ha invertido en este punto.
Como si fuera poco, para las personas con discapa-
cidad visual existe la Biblioteca Electrónica, un proyecto
avaluado en 20 millones de dólares –la mitad de los fon-
dos han sido otorgados ya por la UNESCO–. Su funciona-
miento será totalmente automatizado, como el resto de
la nueva Biblioteca Alexandrina. Los catálogos serán acce-
sibles en pantalla, pues cada departamento tendrá una
base de datos para cada una de sus áreas.
Imaginar la base de información que tendrá la nueva
Biblioteca permite hacer cálculos. Si tiene seis departa-
mentos —Libros y Periódicos; Colecciones Especiales; Ser-
vicios de la Biblioteca; Actividades Culturales; Servicios
de Apoyo Operativo y, por último, el de Servicios Técni-
cos—, es un enorme material; y si se suman cada una de
las áreas y subtemas, el resultado no puede ser menos
que magnífico.
Volúmenes arribaLa nueva Biblioteca tendrá una tecnología moderna en el
ámbito de las comunicaciones e intercambio de informa-
ción. Será el núcleo de enlace entre el Norte, el Sur, el Este
y el Oeste, así como también se constituirá en un eje im-
portante en la red de las telecomunicaciones que incluye a
FASE FINALde la
construcciónde la Nueva
Biblioteca deAlejandría.
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todas las grandes bibliotecas del mundo, con lo cual se
constituye en un puente real entre el presente y el pasado.
En el extremo más alto de ese cilindro invertido de
33 metros de altura que hace las veces de edificio, se en-
cuentran los 13 pisos de la Biblioteca, que albergarán en
el futuro ocho millones de volúmenes en un período de
recolección de 10 a 15 años luego de la inauguración ofi-
cial, estima Richard Holmquist, responsable del Departa-
mento de Proyectos Especiales de la UNESCO. La Bibliote-
ca cuenta actualmente con unos 400 mil libros, es decir,
100 mil menos que su antecesora.
Como la antigua Biblioteca se dio a la tarea de reco-
ger “los escritos de todos los hombres”, la nueva aspira a
esa totalidad, y esa totalidad significa, entre otras cosas,
recopilar 50 mil materiales audiovisuales, clasificados en
DVD, videos, diapositivas, 200 mil discos compactos y cin-
tas; además de un centenar de títulos en CD-ROM y textos
en formatos electrónicos. Así mismo, la Biblioteca guar-
dará en sus 69 mil metros cuadrados, área del espacio
total, 50 mil mapas, 100 mil manuscritos, 10 mil libros
raros y curiosos. Esta labor de dotación tanto para la bi-
blioteca como para la hemeroteca, ha rondado la cifra de
los 20 millones de dólares, algo así como 54 mil quinien-
tos millones de pesos colombianos a la fecha.
Son muchas las donaciones que ha recibido la Biblio-
teca, entre ellas una copia microfilmada de los códices ára-
bes de la Biblioteca de El Escorial y los manuscritos, en CD-
ROM, de la Colección de Árabes y Aljamiados de la Biblio-
teca del Instituto de Filología del CSIC. Se encuentran tam-
bién los manuscritos califales conocidos como Códices de
Tetuán –en microfilmes y CD-ROM – de la Biblioteca de
Córdoba, junto con otro material seleccionado de las edi-
toriales Santillana, Vicent Vives, Espasa-Calpe y SM, gra-
cias al mecenazgo de la Fundación Airtel de España.
Ahora, los volúmenes son obsequiados a la nueva
Biblioteca, pero en la Antigüedad los medios que fueron
utilizados para la adquisición de libros alcanzan la esfera
de lo anecdótico. Alguna de ellas se refiere al momento
en el que los barcos ingresaban al puerto y eran forzados
a entregar cualquier manuscrito que llevasen y a tomar
copias en su lugar. Fue así como la copia oficial de tres
grandes tragedias provenientes de Atenas fue retenida por
el incumplimiento en el depósito de quince talentos que
habían sido prometidos por su devolución. Los tiempos
cambian, dicen.
Antigua y nuevaEl propósito de la comunidad
internacional al reconstruir la
Biblioteca no es más que el de
hacerla universal, pública y mo-
derna, para ser usada como cen-
tro cultural y de investigación
científica y académica. Concep-
to que ratifica Zahran: “Esta bi-
blioteca será como la antigua, pero renovada”.
Los edificios de época colonial que bordean el paseo
de la Corniche deberán afrontar pronto un reto: emular
en belleza la mítica biblioteca ptolemaica. Ya no será ne-
cesario surcar los mares para llegar al templo del conoci-
miento: tan sólo navegar, sí, pero en la Internet. Para ello
está el sitio oficial en la www.unesco.org/webworld/
alexandria_new/ Pero el lugar real está en Alejandría, “la
ciudad de las grandes pasiones y las vidas breves, la capi-
tal del recuerdo”, como diría Justine, la bella personaje
del Cuarteto de Alejandría. Sólo faltaría que se materiali-
zara ella una noche de éstas en el Cecil Hotel.
————————————————————ALEXA ZÁRRATE DÍAZ,
comunicadora social.Dirección Editorial UJTL.
NUEVA BIBLIOTECA DE ALEJANDRÍA.Rampas de acceso a los diferentes niveles.
ELEVADORpara el transporte de libros.
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