Pascua 20144º Domingo de Pascua – ciclo A
4º Domingo de Pascua - A
Evangelio: Jn 10, 1-10
Os aseguro que el que no entra por la puerta en el aprisco de las ovejas, sino que salta por otra parte, ése es ladrón y bandido; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas.
…y las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera. … y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz.
Una imagen antigua…
La imagen del buen pastor es una tradición que viene del profetismo y el Antiguo Testamento: un buen pastor es el líder idóneo para el pueblo. Pero en Israel también hubo falsos profetas.
Jesús hace una crítica a los líderes de su pueblo ―fariseos, sacerdotes― que se aprovechan de las gentes sencillas y las oprimen.
La puerta de la libertad
Jesús reúne en sí los rasgos de un buen líder.
En primer lugar, respeta siempre la libertad. No hay en él un afán de poder ni de dominar a las masas.
El buen pastor entra por la puerta, no salta por la ventana como un ladrón. La puerta es la libertad: Jesús entra si se le deja, sin forzar a nadie. La libertad es clave en el apostolado.
Conocen su voz
Las ovejas conocen su voz. Una voz que transmite calidez, cuidado, solicitud. Saben que quiere lo mejor para ellas. Las saca del aprisco para alimentarlas.
Los cristianos sabemos que Jesús llama con suavidad a nuestra puerta para ofrecernos el alimento que ansía nuestro corazón.
Discernir la buena voz
Hay muchas voces ambiguas,
manipuladoras y engañosas.
Prometen falsos cielos, están
cargadas de ambición y orgullo.
El cristiano ha de discernir para
reconocer lo que viene de Dios.
Reconocer la voz del buen
pastor es identificarse con él.
Las llama por su nombre
Para Jesús, tan importante como la libertad es personalizar la relación. El rebaño no es una masa anónima: cada persona tiene su nombre, su historia, su vida. Solo conociéndola a fondo se puede trabar una relación de confianza, de guía, de amor. Llamar a las ovejas por su nombre es conocer en profundidad sus deseos más hondos.
Los buenos pastos
El pastor se sitúa delante para que
las ovejas no se pierdan. No para
mandar y someterlas, sino para
guiarlas y alimentarlas. Solo Cristo
nos puede dar el alimento de
Dios: el pan de la eucaristía.
Jesús es la puerta y el puente
tendido entre Dios y nosotros.
Contemplar un mundo nuevo
El buen pastor nos guía a contemplar la
belleza de otro paisaje: un mundo
transformado por el amor.
En la Iglesia, el bautismo nos abre una
puerta de conversión que conduce al
ágape eucarístico.
Jesús no es solo la puerta, sino el mismo
alimento. El buen pastor acaba siendo el
cordero que da su vida por las ovejas.
Llamados a ser pastores
He venido para que tengáis vida, y
vida en abundancia, dice Jesús.
Vivir en abundancia es vivir
generosamente, entregando amor
a los demás. Todos los cristianos
estaos llamados a ser puertas
para que otros entren en la vida
de la fe y se acerquen a Dios.
Siguiendo los pasos de Jesús…
Siguiendo los pasos de Jesús
Seguir los criterios de Jesús y las
enseñanzas de la Iglesia es no dejarse
contaminar por ideologías ni por
nuestros intereses o vanidad.
Nuestra misión es llevar a la gente a la
Iglesia y a Dios, no a nosotros mismos.
Trabajamos colaborando con el único
pastor, la única causa: Jesús de Nazaret.
El mundo nos espera
Mucha gente nos espera. Ansía dar
sentido a su vida, espera consuelo y
apoyo. Busca a Dios y corre el riesgo
de perderse ante mil puertas
incitantes, llenas de frivolidad,
egoísmo, falsos paraísos.
La única puerta que nos hará felices
es Jesús, que nos lleva al corazón de
Dios.
PASCUA 2014Textos: Joaquín Iglesias Aranda
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