POrlada: Jaime Landi. a r
,
ICONOS
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INDICE
COYUNTURA
Perspectivas delsistema electoralecuatorianoMICHEL ROWLAND
Heteroqeneidcd,legitimkJad eineertidumbreADRIAN BONILLA
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CUlTURA YGlOBAUZACION
De los medios a las 62mecnccones0 loscrecuotos per el sentidoQUINCHE ORTIZ
"Que es 10 que hoee 68ceooercs a nuesncscludades?EDUARDO KINGMAN
DJAlOGOS
eesencs bibliogr6ficas: 124- EI Estodo como soucon- Fr6g il felkldod Un e nsayoscore eocsseoo- los esceceos de Mo rx•Ecuador, sercs porticutcres
REVISTA DEFLACSO· ECUADOR
N' 4. - Diciembre . Marzo, 1998
Los artiewos que se publicallell Ia revista son de e~clU$l\'a
responsabl ldad de sus aUlOres,l'l(I reneiall r'IOO8S<loamente e1
pensamlrmto de ICONOS
DIRECTOR FlACSC-EeUAOOR
ARO. FERNANDO CARRION
EDITOR leONOSFWPl: BUABANO DE LARA
eC-EDlTOR icososSEBASTIAN M ANTILU\ B ACA
eOLABORAOORESENE$TE NUMERO
MlC ~El RAWLA~
A~IAN BoNil LAGERMANlCO SAl.GAOO
JUlIO ECHEVERRIAAlEX P,ENKNAIlURA
A BDON UBIDIAQu'NCHE OIlTll
EDUARDO KI~IAANJAlr.IE lANDIVAIl
SILVIA M EJIACARMEN M ARTINEZANDRES GUERRERO
JAVIER 60Nil LA
rWDU((I~ ' I IA(!>< )· KlI i\1l0 RDI>l~O: lui, Il<-h,.... U
llll'lllSlO\ Flli"'I"~ S,iI,
FLACSO ECUADORDirucion: A• . U lpo."o Pl.••li e y ""<1"0.Te'.;fon"", 232-029232-030 212-031 232-012Fa., S&&·139E_Mail, ,oo,d.2@ lsoy...."
leONOS .geode,e el . UiP""de ILOISy Fund>elOn ESQUEL
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ACTUAUDADGklbalizaclon entecccion enAmerica Latina
GERMANICO SALGADO
POSMODERNIDAD
La 'necresentooncoo 'de la conncoJUUO ECHEVERRIA
EI nebuloso sistemaposrrodemlstcALEX PIENKNAGURA
Mooerrac cc yposmodernidadABDON UBIDIA
18
3244
54
Losclrculos vcrososdelprestdenciclsrnoARTURO VALENZUELA
FRONTERAS
ENSAYO
Ciudadania trcntercetraco y ccmpolsonbinariaANDRESGUERRERO
RESENAS
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112
Nolas de releclura de una invesligacion ontropoloqico I
i,A quien represenlan los dirigentes indigenasque ensamblan un discurso politico sobre "lasnacionalidades" del Ecuador?
Par Andres GuerreroFlACSD-Ecuador (2)
(/)
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Me recorre una curiosa sensation a1reLeer el libro de Carola Lentz (3) ocbcaries luego. (Su investigaci6n? La co
nazca de cerca por las placenteras converseclones que sostuvlmos a med iados de los enosochenta, cuando bajaba a pie de la comuns deShamanga (provincia del Chimborazo). Viajaba a Quito en au tcbus y se acercaba a mi ofic ina en un pequeno centro de investigacicn. Por10 tanto, aquella sensacion de perplej idad queme embargo al reeorrer nuevamente su libroapenas si podia venir de que descubriera, 0 redescubriera, alguna realidad ignorada en el estudio de las andanzas y anoranaas de los cornuneros de Sha manga. alga inedito 0 quizas olvidado.
Sin embargo, es e l c ase . Porzosamcnte
erectuada con pupilas de hoy en dill y, por consiguiente, interpretada desde mi "mundo de lavida" (Habermas)(4) de ahnra, ya modificadopor los " levan tamientos indtgenas nacio nales"(S), la relectura de esa investigaci6n meaporta un conjunto inedito de respuesta a inqu ietudes que me interpelaban desde 1990.Preguntas que se reptantearon vertrcarmenrecuatrc anos Iuego, suscttadas por la segundaacci6n de protesta que ratific6 como algo nomeramente fugaz la presencia de los indfgenasen la pohtica ecuatorianaje)
En verdad, cabe decir que dicho conjunto deinterrogantes condensa en un nucleo dense detemas: (quienes son los manifestantes que paral izaron al pais por dos vecest En ter minusde agentes sociales: (quienes integran la po-
blacien que hoy en dia se au tocalifica de "indlgena" e irrumpe en los caminos, plazas, canesy medics de comunicacicnj i A quien representan los dirigentes indigenas que ensamblan undiscurso politico sobre "las nacionalidades delEcua dor"? , Que imagen ideal (social y steelegica) de sf asum en aquellas mujeres y hombres que, con su presencia masiva en los espacios publicos. ponen en tela de juicio el proceso de construcccn del Estado-nacien, inte rpeIan ta rcrmacton htsronca de la ciudadanfa yexigen modalidades de representacien pclitica?
En otro plano de reflexicn , mas abst racto ytecrico, ese nucleo de problemas tiene que vercon una rede finicidn del sujeto etnico del Estado nacionat; con las condiciones de su surgtmiento y perpetuacirin como actor social. Por10 tanto, se trat a de un problema vinculado aun cambio estructural en la rormacion de dominacion, una modificaciou de 10 que he dennido en ot ros t rabajos como un fen6meno deadministracion de poblaciones por el sistemaciudadano. Un sist ema de gubiernc de sujetosindios que se construye , en esta pa rte de losAndes del Norte, a principios del siglo XIX y,a 10 que parece, se prolongara con cambics irnportantes hasta mas alta de inici os del sigloXXI.
Tal vez mi perplejidad se afinca en un hecho: cuando la antrop6loga conoclo la comunade Shamanga, ni ella mismo ni nadie podia interrogarse so bre la existencia de indfgenas(hombres y mujeres) que ean no se manifestaban umsona y mesivamente como tales: comouna poblaci6n de nacion alidades indigenes delEcuador.
No cabe la menor duda: un atributo comun atoda investigacion que reune las condicionesacacemtccs de calidad es, precisamente. la deofrecer una espaeto abierto, aunque metodol6gicamente sometido a verificac ien, a Iecturasde reinterpretarien desde va riadas iluminaciones de las ciencias sociales, no tan s610 respecto 11 procesos sociales del pasado sino tambien del presenre.
En efecto, la lectura de ese est udio antropologrco proporciona no solamente una riquezaen cuanto a material factual (etnografico) sinoque, a 10 largo de sus paginas. subyacente 0 talvez impltcito. fluye un analtsts de problemasde fonda que paracojicamen re no fue ron, como la aurora previene en un articulo posterior,et eje vctu ntartc de su atencton ni el centroconsciente de su problematica. Cuando Ilega a
Shamanga, las inquietudes que Ie monvabantenian que ve r con la experieneia de vida delos comuneros al emigrar hacia la Costa; fue elhilo conductor que organize su trabajo de campo y que, post eriormente, encauzo el analisisde la informaci6n recogida.
Aqui, precisamente, me se rvire de aquellatrama de temas presentes en filigrana de papel en el libro de c arota Lentz para reanzaruna reffexion, antes con una mirada de soclologo que desde la vivencia del antrupelogo, sobre el tema de la consntucion de es te nuevoag ente socia l. En concreto, me re fiero a latransicion de los multiples y diferentes gruposindigenes locales del pasadu (para llamarlosde alguna manera), hacia una poblaci6n indtgena de perfil nacional hoy en dia.
Esto implica detenerse en des aspectos: enprimer lugar; en la modificaci6n de las fcrmasde dominac ien de poblaciones dentro del sistema ciudadano y republicano en las ultirnas decadas; y en segundo, en la experiencia de vidaen el borde de la nueva fron lera etnica y laviolencia transformadora Que recorre el anchoy ajeno mundo del mercado y 10 ciudadano. 113
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ENSAYO
de genera: una matriz de clasificaci6n y jerarquizacion social y polltica que instaura la construccion discursiva de la diferencia y funda ladominaci6n en e l orden simb6lico. En pocaspalabras, la frontera etmca serfa una suerte deart ilugio simb6lico de dominaci6n que, en lasr elaciones de poder condtena s, produce y reproduce a la vez al ind io y al btenco-mesuzo.(9)
Por ultimo, preciso que la frontera etmea que aqui me tnteresa pertenece a un orde n simb6lico precise, hist6ricamente construido con la formaci6n del F..stado nacional republicano; deriva, pues. de un proceso pcscolonial.l ODicha rrontera cruza por todos los campo sociales y les otorga una suerte de estrucrura elemental de dominacion etnica., instaura
una dicotomia primaria queorganiza y justifica las posiciones que, en dichos campos, ocupan los habitantesbauuzados de ecuatorianos,can lodas s us demas complejas determinaciones soci ales (economicas, polit ica s, culturalesj. Separa enet imaginan o a los habitanres en dos grandes grupos:los blanco-mestizos ciudadaocs y los otros.ll Es unprinc ipia gene rador de est rateg ias de poder en todoel espacin de ta sociedad na-cional, desde el Estado central (10 publico estatah has
ta la periferia domesnca 00 privado y cot idiano), incluye ndo ambitos intermedios y colindantes. Dicha matr iz bina ria es una rormactonmental y, como tal, posee una his tcria. Se constit uye en los Andes a partir del acto de violencia fundador de la dominaci6n de poblaciones.Luego de la conquista hispanica . los micro juegas cot idianos de puder entre las poblac ionesas! instituidas (en un inicio registradas por laleyes coloniales como castes) crean y recreanen el plexn de la vida social, a escs dos grup usprimarios como clas ificaciones de ident idad.Bajo el s isle ma republica no, hist6r icamenteinscr ita en el sentido practico de los ecuatorianos, dicha matriz binaria se com'ierte en unarealidad simb6lica que enca rna en agentes sociales rederinidos: los ciudadanos y los sujetospar civilizar del Ecuador .
AI respecto, creo que conviene ret ener lanocion de frontera etnica porque connota Y. a
La frontera etnicaes una suerte de
artilugio simbolicode dominacion, quese reproduce en losespacios publicos
donde transeurre lavida eotidiana
"",~......-...;,:
LA MODIFICACION DE LAFORMACION DE DOMINACION
Cuando C. Lentz sube a la comunidad deShamanga, la formacien de dominaci6n etnicahabfa atravesadc, sobre rode desde la reformaagraria en los anal sesema, por una modificacion sin precedentes a 10 largo de la Sierra. Este cambio, que trastoco ja experiencia de viday el ser-indfgena, se puede enfocar recurriendo a la nocion clastca de fronter a etnica tcmada del trabajo de Frederik Barth. Pero convieDe ubicar la en un tej ido de enlaces ccnceptueles diferente. Para Barth, dicha nociOn derivade las categorlas estrueturales del soci61ogo T.Parsons: el estatus, la adscripciOn y la identidad. En su concepcion, posee ante todo un caracte r estatico; seii.ala unapermanencia . La c reacton0, si se prefiere la invencion, de grupos etmcos esun problema que Barth apenas alude. La Irontera sertaante todo un limite culturalque desJinda una identidadestablecjda: mara una distinci6n de sf mismo, faja ungrupo social que se auro-reconoce y diferencia de losdemas. Vale decir , pe rm iteuna suerte de concienciasoc ial de grupo que se adscribe a sf mismo. (7)
Por mi parte, pienso queconv iene conserv er a ntesque desechar esta nocien sobretcdo por la elicacia de su insinuacien metafdrica: de una division 0 separacien simbdlica, un espacio creado por un deslinde exte m o al grupo social; fijaun mas a lia constitutive; 0 sea, los ot ros seconvierten en el confin de la frontera. Aunqueretengo la nneidn, s in emba rgo la ubico en elcruce de dos contextos conceptuales diferentes y dis tmtns que le otorgan otro significado yposibilidades de unneecion. Por una parte , laasocio a los conceptcs de campo, habitus yest ra le gia s de fuer za de P. Bourdie u (8); porotra parte, siguiendo a J udith Butler en sus es·t udios sahre la domi nacion de genera, vinculola division dual que provoca la exislencia deuna front e ra elnica a una rnat riz b inaria depe rcepcion mental, un pa rteaguas simbOlicopropio a un sistema de dominacion. Es 10 quedicha autora define como un "orden dicotomico compulsivo", la l como rige en las relacione s114
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la vez, recalca ese principio de deslinde binario: aquella esrructura slmbclica tan eficaz,elemental y recondna. La frontera instituye enlas posiciones y las est rategias de fuerza de losagentes soctales, en 10 rea l, los hitcs simb6licos(los marcadores de vatortaacton y de dist tncion) que delimitan el campo de [uego. Invisible pero real, la fronlera esconde la arbitrariedad de su instituci6n imaginaria (el acto fundadar de la dominacien, pe rpetuamente reproducido par la violencia cotidiana) bajo la sombrade un erecto de naturalizacion. "racializa" a loshabitan tes nacionales en termtnos de un su puesto sistema aenencc.nz: En la vida cotidiana. la fronte ra engendra la diferencia como inferiorida d v. por consiguiente. Jegitima la dormnacion de la poblacion indigene por la ciudadana blanco-mestiza.
Uno de los aciertos del t rabajo de cam po dela antropologa que releo reside en la narracionvtvez de la experiencia de vida de los emigrantes en el mgenin San Carlos y en las ciudadesde la Costa en los anos oc henta . AI recor rersus pagmas se advierte que la frontera etnicano qued6 atras en el camino desde las altas comunidades cercanas allago de Colta, hac ia el"ancho y ajeno mundo" de la Costa. Al abandonar el espacio acorralado de dominacion de lahacienda, nucleo radiante de poder (13), inclu yendo en sus dimensiones a las autoridades delultimo escalon de la jerarquia estatal y a los
habitantes blanco-mestizos del pueblo cabecer a parroquial 0 cantonal, oc urre que dichafrontera acompana a los emigrantes, paso traspaso. Reacuva los envites en cada sitio de transite; en los lugares de arribo e instalaci6n reorganiza los juegos de podcr. En sin tesis , en laesfera publica ciudadana, en los ambitos gene ral izados de rrenco social, en las plazas demercado, las calles, comercios, oficinas publica s y en el mercado de trabajo, se restructuranlos campos de ruerza en funcion de la divtsiondual , de la matriz colonial rec6ndita que estructura al sentido practice de los ecuatortanos. (14)
Conviene detenerse en esta division etnicaimaginaria que sigue como su propia sombre alos emigrantes de las comunidades, en el espacio nacional y ciudadano. Destacan tres aristasque son pertinentes: en pr imer lugar , la violencia que genera 1a frontera; e n segun do, laccnstitucion de un nuevo sujeto indigena por lacoercion y la resistencia; y, te rcero, la concomitante e implicita legitimacidn del ciudadanoecuatcriano como elernento de dominaci6n.
DE INDIGENA PARTICULARA EMIGRANTE ANONIMO
En la Republica, entre 1857 y 1964, para fijar a grandes rasgos algunos puntos de reterencia temporales, la administraci6n privada 11 5
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ENSAYO
LA VIOLENCIAOELAIGUALDADCIUDADANA
Shamanga , la st .tuacion se transferrna masiva y radica lmente al ab r ir se elbonzcnte local can laemtaracton hacia laCosta entre 1950 y19l10. La antropclogacensa en Shamangaun 80ck de hombres r50"10 de mujeres emigrantee para 1987, cifras que, ca n variaclones de un luger aotro, refle jaban sinduda una r ealidad
FOIC: Eduar<I<J Oumrana
propios" de un ha cendado, vtncutos secretesamplia men te difundidos en la Sierra, pOI' 10 general r equer fan una previa inclusion en estrategias de reconocimiento, afecto, conflicto 0
reciprocidad. Situacion generac ional y cotidiana que msntuta el significado de ser persona: ala vez de indfgena (18) y de compadre 0 patron.
A su vez, para los ciudadanos del pueblo, losindfgenas que se acercaban a sus propiedadeso comercios, ventan de tala cual hacienda acomunidad, per tenecian a grupos domesticosidentificados 0 identincables : eran "personasconocidas", asf fueran tan 0010 amigos, parientes, clientes 0 "recomendados" de un ccmpadre. Estas relaciones adoptaban una dime nsion temporal de larga duracion: cubrian la estabilidad de areas generacionales.(I9)
Al decir esto 10 que des eo recalcar es queesre tipo de ror macton de dominacion delegadahacia los confines de 10 publico, excluye la re olaci6n social impersonal, evira los vmcutos noparticular izados y cesconoce (en pr incipio) elt rato an6n imo de la ciudadania, ta l cual se daen el espacio urbano 0 el mercado de trabajonacionales.(20) P OI' otra parte, esa personalizecion tenia un efectc sobre la violencia de lafrontera emtce: eufemizaba (en el sentido deBourdieu) los enfrentamientos puesto que per
milia barrocas estrategias de amornguacion y restsrencia.(21 )
de poblaciones en el sistema ciudadano puedeser pensada como una suerte de variante mstorica de 10 que Bourdie u analiza como una dominaci6n simbclica. (I S)
Por administracion pr ivada me refiero a unacto de delegaci6n de atribuciones polfticas, afin de cuentas de soberania. El Estado republicano erectua ese acto de t ransferenc ia a mediados del siglu XIX con la supresi6n del tr ibuto de indios.(l6J Por omisien, cast sin instrumentes legales ni discusiones politicas, (baju elsil encio autojueti ffcado que impone la 16gicade la igualdad universal oiudadana), se otorgaa una periferia de poderes (haciendas, iglesia,unidades domesucas ciudadanas, redes declientela, instituciones locales de gobierno), lagestion (demografica, economica, espacial ysimbclica) de la s poblaciones que antes eranidentificadas y numeradas en los padrones ycensos republicanos bajo el rubro de "indios",Las poblaciones indfgenas devienen re s privade, una preocupacidn micro pclftica de un hetercaeoec conglome rado no estatal: de las formaciones perlfericas de poderes en los confines de 10 pliblico.(17)
Ahara bien, dichas formaciones const riiienel espacio de las estrategtas de dominacion yresistencta a ambitos locales, -a las redes yjuegos de poder en un canton y sus parroquiapa r a situarlasde a lg una manera en el territo rio naciona l.Enma rcan lasrelaciones entreciudadanos e indtgenas dentrode una etiquetar ituali zada desubordmacicn yen a li a nza s der e c i p r o c ida ddesigual analogas a las del parentesco: la deIeg acion hacia10 p rivado Implica una personalizacion de ladominac i6n .Asi , pe r ejem plo, el compe drazac can ranocien de "h iji ·tcs'' a [a condicton de "indios116
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ENSAYO
En arnbitosciudadanos, la
trontera etnica seerige en una suerte
de enervaduraprimaria de poder -
bastante extendida en ctrasregiones de la Sierra.(22) Alescaper del ambito local,los comuneros acceden a unsistema de poder de distinte naturaleza . Se insertanen 1.'1 mercado la boral y 1.'1espacio publico ciudadano:acceden a juegos de fuerzaque no requieren una persenaliaacicn ni tampoco unapart icularizacion de losagentes socia les. Las rela-ciones que se entablan pcseen un caracte raleatoric, pueden ser cast an6nimas y no extgen ninguna conlinuidad generacional .
Sin embargo, sabemos que en estos camposciudadanos 18 froote ra etmca se erige en unasuerte de ene rvadura primaria de poder. Enerecto. a l convivir con los emigrantes queacompafia en su via je a la Costa, C. Lenz ex perimenta Y. 1uego, descr ibe la violencia que suofren los comunerc s convernoos en indios genertcos: la b rutalidad que debe n e nfrentarcuando cortan cane en el ingemo San Car los 0
se convrer te n en vendedores que deambula npor las calles de tas ciudades de Milagro, Naranjit o 0 Machala.
En el roce publico los ciudadanos sobre-imprunen en los comuneros la imagen del indioincivilizado (23) pa ra, de esta manera. colocarlos de l ctro lado de la frontera emica. Arman gambnos de diferenciaci6n y dominaci6nque son est ra tegias cotidianas y generalizadasde desvalorizaci6n del ctro. urdida s y ungidaspor un senlido practice que trabaja sin cese m
perd6n . Asumen Ia formaconcrete de chistes, burlasy ofen sas simb61icas que encualquier momento puedende sbocarse e n a gresionesttstcas. Apuntan a su manera de vestir, la gestualidad,la forma de pensar, la rnanera de ha blar espa jiol y,desde luel o, al idioma propia e inhibido: el quichua.Sin mas. ser ciudadano delse nudc pra ctico (e l dntco
agente legitimo de la historia ol icial de la neci6D). se r blanco-mestizo, rinde una renta dilerencial simb6lica : simplemente no se es indio.
En el conf licto estructurado y estrucrurantede poder en torno a la const ituciOn del ciudadano-frater y pater- (24), es decir de la masculinidad mterpares. sea cual Iuere el campo $0
cial y el mteres (materia l 0 simb6lico) que este en fuego. los indigenas son vistos como nodel todo vtrnes: va le decir no hombres, nomasculinos igua les . A fi n de cuentas. en elcampo ciudadano a pa recen desprovist os delsignificante simb61ico del poder : son seres nocalicos. (2S) Para competir en la esfera ciudedana en condicione s de menor desve ntaja y,edemas, amortiguar de alguna manera la viclencia ubicua que gene ra la frontera, t ienenque imponerse una t ransmutacien y renegeciar su nocion de mascuhnidad; nenen que incorporar y representar una nueva imagen de simasculina. Abandonan sus hab itos: los vestidosy las costumbres; finalmeme, restructu ran sushabitus: cambian las formas mentales de pe r- 117
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ENSAYO
cepcicn y las disposiciones de comportamiento. Intentan "costentzarse" 0 "urbanizarse'';adoptan una estrategia mimetica con el enterno ciudadano vir i! (blanco-mestizo) imperanteen el espacio publico nacional.
Al hacerlo, ent ran en un proceso de uniformtaacron bajo impronta nacional que alisa laespecificidad cultural local, tal como las reproduda la ad mmist racton prlvada en e1 pasado,en el mundo compartimentadc de la haciendapueblo.
Sin embargo, parad6jicamente, no dejan deser Indfgenas, perc ya no 10 son como 10 fueronsus abuelos 0 sus padres.Con los camhios, los "indios" de los poderes localescompartimentados tiendena fundirse en una poblacion mas unitaria. Devienen una suerte de comunidad capaz de imaginarse asf misma en tanto que conjunto social, par encima desus diversidades . Se convier te en un grupo socialvinculado por lazes stmbolieos e hisror lcos compartidos y reinventados en r ttu ales poHticos como los levanta mientos; por parttcipar en una e xperiencia devida y sociabitidad de emigrantee en las redes socrates que surgen en lasciudades. Por consiguienre, hay dos procesosque gestan un grupo social nuevo: par una parte , la segregacion. la ubieaci6n del otrc lade dela Ironrera en un mas aHa politico indefinido(no ciudadano), y la violencia que asumen lasrelaciones "interetnicas''; por otra parte, la resistencia a la suuacion de dominacion y exploradon a nivel nacional.
UNA CIUDADANIA PDSCDLDNIAL
Sin embargo, leOmo explicarse que los emigrantes de Shamanga connneen siendo indfgenas cuando, precisamente, se constata un proceso de t ransmutaci6n de tipo nacional? A miparecer conviene det enerse una vez mas en untenomeno que revels la investigaci6n que releo: la violencia inducida par la frontera en loscampos de poder cotidianos, que son los lugares de signfftcacicn de la desigualdad ciudadana y donde se maroa la exclusion.
Haber dejado de se r indigenas de la admi-
nistracion pr ivada, conseguir escapar al cercode la dominacion local y adentrarse en los vastos circuitos del mercado y el andnimo espaciopublico ciudadano, no conduce sin mas a una liberaci6n. Como ya se menclono, Ia fronte ra et nica no se desvanece: el muro de la exclusionse vuelve a erigir donde llega el e migrante delas comunidades. Para comprender este renemeno hay que destacar que la ciudadama, noobstante el discurso juridico y estatalista quedomina su concepcion e impone una pretensionde universalidad, e s una construccion y, parconsiguiente, posee tambien una historia. Des
de los inic ios de la Republica (26), la forma ciudadana es una de las piedrasangulares de la construecion del ed ifi cio politicorep resentattvo. (27) Nome refiero aqu i tan solo alcuerpo jur idico del Estado nacien, sino a la 16gicade la practica ciudadanaen la fla mante Rep ublica.Mientra s en la s le yes sepr e tende un a nive laci6njuridica de la s pob lacicnes, sabre todo luego de18S7 cuando se deroga ele statuto de mdfgena cont r ibu yent e (la traduccionrepublicana del tributario
colonial), en cambio en la vida cotidiana se reproduce la jerarquia etnica de origen colonial.(28) Resalta el hiato ent re la 16gica de igualdaddel Estado repres entative de los ciudadanos yla logtca de ta practica del gru po dominante: laestruct ura colonial de su mundo de \3 vida ysus est rat egtas de oomtnacion. Respecto a lapoblacion indigena (y negra) la igualdad ciudadana no a flo ra en la imaginaci6n co lectivablanco-mest iza como un heche consuetudinario. Los indfgenas son percibidos bajo la categorfa de incivil iza dos, a nimalizados, ap enashumanos. (29) Es as i que et trato publico entreiguales ciudadanos despliega una paradoja:frenre a los indfgenas se convierte en un privllegio colonial en las cattes, los mercados y los!ugares de trabajo . Fuera de! ambito de la propiedad privada ciudadana y la intimidad de 10domestlco. la igualdad se la reserva a los clastCicadas de blanco-mestizos. a quienes se ubicaen un mas eca de la frontera etnica, con todaslas obvias distinciones de c1ase.
La ciudadania en el Ecuador se const ruye a10 larRo del siglo XIX como un campo de do-
minacien donde se juega la exclusion de poblaciones. Aprovecho un ejemplo ctastco queofre ce una alegorl a a la vezsimbolica y concreta del espacio ciudadano nacional: el parque principal de la Villa de Otavalo. Por definicion es un espacio publico y un centro de poderdesde el siglo XVI; lugar de encuentros, paseo y sociabilidadcotidiana. Sin embargo, comoen t iempo de la colonia, bajo 1aRepublica persist i6 en su calidad de stno tacitamente prohibido para los indigenas. Todavlaslgue rresca en la memoria dealgunos otavalenos que haeeunas dos 0 Ires decades las infracciones recibian el casti gopublico de "quitar una pre nda"(un sombrero por 10 general) yla imposicien de un rescate humillante que redibujaba la frontera como prohibici6n y lugarde viclencia. La persona, senelada en su condici6n de inferioridad, debia barrer la plaza: seIe recordaba la distincion entrequienes tienen derecho y quienes no. Con plena igualdad deatribuciones, el escarmiento no10 ejecutaba ninguna au torldaddel Estado ni tampoco un fu ncionario de la municipa lidad,estaba a cargo de un crevetencanommo: una persona masculina blanco-mestiza que , te st igode la transgresi6n, cumplfa undeber ciudadanc. Simplementeobedecia a un sentido practicecclonialmente estr ucturado: elejercicio de un poder y la imposicien del actohumillante re-creaban, en una compulsion binar ia, a la vez al ciudadano blanco-mes tizo y alindfgena. (30)
He analizado en otro trabajo que el intentodesde el Estado de igualacien ciudadana (conla impcsicion de una contribuci6n general) enlos albores de la Republica, desembccc en 1843en una rebeli6n de la poblacien criolla serrana. De 'rulcan a Riobamba, man ifesto vrctentamente su rechezo, de pueblo en pueblo y en lascapitales de provincia e xcepto Quito. Paraquienes se consideraban "blancos'' en aquella
ENSAYO
epoca, significaba la perdida de su privilegiocolonial y una integracion nacional hacia abajoen la jerarqufa social. Los ciudadanos sintieronel remer de verse impelidos por el Estado enuna derive que les arrimaba al estatuto lgual itario de tribu taries, 0 sea, de indios. (31) A flnes del siglo XIX, la Revoluctcn Libera l notransfor me la est ruct uractcn colonial casi decasta inscrita en la ciudadania, sino que inscribie en la Const it uci6n de la Republica laimagen del indio en termincs de poblaci6n quelos poderes publtcos debian proteger y civihzar. (32) Lo que, simultaneamente, se desdob16en una oficializaci6n y ratificacidn de un ideal 11 9
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ENSAYO
ciudadano cent rado en el modelo blanco-mesu1:0 masculine Y. por con siguiente, consolid6 1aexclusion de l indio.
La violencia que soportan los emlgrantes enla Costa (33) y en las ciudades de la Sie rra ,perpetua un analo go patr on de funcionamiento. La Fr onte ra etntca implanta una demarcacion de , por una parte, un pr tvilegjc, un rangociuda dano y, por ot re, 1a exclusion y negaci6n.El artificio simbdl icoimpone a nivel nacional la aspiraci6n de deventr ciudadano: el rechazo de ser indio. (34)En el trato entre blancos e indios se despliega n ubtcuas estrategias de violencia condianas para perpetuarde man era no consciente Ia frontera y suprincipia generador deuna clastrlcacton binar ia . Se rechaza a losrecien lIegados y se tesco loca en un mas aliacons ttturtvc q ue , almarcar una diferenciade desva lorizac i6n,perpetua la ciudadanladent ro de un contextede significados histdricos: de un privilegio dedominaci6n. (35)
La clasincacion delos habita ntes del patsen r an go s etniccs esuna par tida de fu erzaque se juega con el obje t iv o de e stab lecerdist inciones sociales.Se trata de establece ren cada momen to quienes pe r ten ecen a l sector de los Iegi timosmiembros del Estado nacicn y quienes son losexcluidcs del poder masculinc-ciudadanc. (36)La partida se juega en todos los campos sociales: en la producci6n cultural, la economra 0
las relaciones pohticae. Rige en ella la matr izbinar ia de impronta colonial que, ntsto r tcamente , esrrucrura en la Republica la ciudadanla en tanto que un siste ma de habitus del sentido pract ice, un mundo de la vida btstcncamente moldeado por la dominacion de pob laciones. (37)
A fin de cuentas, resulta una paradoja que,
vista globalmente, la violencia ubicua de lafro ntera resulte dotada de una doble IuncionaIidad. En primer lugar, impulsa una esrrateg iacotidiana y dispersa de ccnstruccton del Estado nacional: rati fica el poder delegado a la noblaci6n que se considera como los Iegttimosciuda danos de la histor ia; e n segundo lugar,mueve un t roquel simbelico eficaz que, en elproceso de re sistencia a la dominacion, acuna
al nuevo indfgena, atemigrante que retornaa su comunidad tra nsformado. Le convierteen un nuevo agentesocial, el indigena delas nacionalidades delEcuador que r eclamasu diferencia. (38)
lmpone a los cornuneros emigrantes, como estrateg ia de sobrev tvencia y de r eststencia, el trasvesnmie nto ffs ico, Impulsado par un desec doble y am bivalente . Semaniftesta , en pr imerlu ga r , en un recnazode la imagen de sf como mcivilizado - comoindio-, para Iograr unamimetizac i6n e ll lassombras de l mode!ociudad ano. De estamanera consigue mitigar Ia violen cia ciudada na en los espaciospilbl icos; se evade deuna posicion marcadapor una extre ma desvenraja de rue rzas enel campo srmbouco dela masculinidad.
Sin embargo, se mantiene como indigena; 0
sea, adopta Ia estrategia de consohdar la frante ra en lugar de atravesarla, no solo porque laexclusion 10 rechaza hacia un con fin desvalor izadc de 10 ciudadano, sino porque las condiciones de sobrev ivencia (a fectivas, mate riales yel nortaonte de significado de su vida ) dependen de Ia cohesion de las redes de solidar idadque se tienden entre indige na s emigrantes:una sociahilidad de grupo op rimido, discr iminado y explntado.
En segundo lugar, la estrat egta de mutactcnse expresa en aspiracion de progreso, aven tu-
ra de vida y ascenso social. 1.0 que implica unarelative mdividualizacion que provoca un reochazo del pasado como epcce sombria: de la vida y la cultura de las generaciones anteriores,del yo colectivo indigena pre-modemo; impulsa la busqueda de una nueva imagen de si valorizante en 1a comunidad y la sociedad nacional.
Sin duda, ambas situaciones son e1 terrenofertil donde, hoy en dfa, de 1a uniformizaci6nrelative inducida por la ciudadanfa brota la direrencta: la conciencia de ser una poblaci6necuatoriana que se construye en varias nacionalidades .
Para terminar, quiero cerrar aqui la relectura de una investigacien de antropologta fecun-
NOTAS
1.- ' Posfaoo" en: Carola Lentz: De su tiemt nadia puede dejar. Una comunidad de migrantes ind(genas del Ecuador, ed Abya Yala, Quito 1998.En aleman: Von seiner Heimat kann man nchtlassen. Migration In einer Dorfgemeinde in Ecuador, Campus Verlag, Frankfurt 1988 (pp.315)
2.- Ponencia princlpal ieroa en el let. Congreso Ecuatoria no de Antropolog fa , Quito28/10/1996, PUCE, FLACSO, ABYA YALA.MARKA, ILOIS. AgradezCQ los ccmentanos deFelipe acrterc, Heman Ibarra y Eduardo Kingman.
3.-Lentz, carers: De su tierra uno no se puededejar.. ldem.;
4.- Habermas, J .: Pensamiento postmetaflsico,ad. Taurus, Madrid 1990 (pp. 87-89); reorra dete Accl6n Comunicativa I, eo. Taurus. Madrid1987 (pp.l05-110).
5. - Le6n, J .: Et levente mrentc indlgena: decampesinos a cledacaoos oterentes: CEDIME,Quito, 1994 ; autores varios: semc etnlcc en elEcuador- Varias perspectivas; CEDIME, Ouilo1993. Moreno Y., S. y Figueroa. J .: EI levantamiento indlgena del Inti Rayml de 1990, FesoAbya vee, Quilo 1992. (autores varies): Indios.Una reUexi6n sobre et Ievantamletc ind lgena de1990; ILOIS, ABYA YAlA, Quito 1991 (pp, 527).
6.- Guerrero. A.: 'De sujetos-indios a cludadanos-emccs: de la manifestaci6n de 1961 al Ievantam iento ind igefla de 1990", en (autores varios): n emccrece. emicoao y violencia polfticaen los ceeee andinoa, Instiluto de Estudios Peruanas (IEP)- lnstiluto Frances de EstudiOs Andinos (IFEA), Lima, 1993 (pp.83- 103);" Ellevantamiento nacional de 1994: discurso y representacl6n polltlca ' , en: Memoria. n.5 , 1995, Quito(pp.89-123); Idem: Probl~mes d'Amerique Latine,oct-dec. 1995, Paris (pp.51-74).
7.- Barth, F.: Los grupos etnices y sus fronte-
ENSAYO
dan te, tal como la intcte: con preguntas y sinrespuestas.
Los Ievantamientos nacionales han trastocado las relaciones de fuerza pollticas y erntces.Pero , abren estas acciones de masa nuevos hemontes a1 funcionamiento, haste ahora im placable, de una construcci6n h ist6rica de la ciudadan ia como f orma de dominaci6n: de un orden constrictive de clasificaci6n, una Ironteraetnica que genera violencta ubicua en los campos sociales coti dianos?
La etnogenesis del ind igena ecuaronano delas nacionalidades, les un in ten to de desvirtuar esta arquitectura de una ciudadania esencializada poscolon ial y neocolonial?
ras Ontroduccl6n). FeE, Mexico 1976. cc.t e.8.- Bourdieu, P.: te sens pratique, ad. Minuil.
Paris 1980 (chap.3).9.- Butler, J.: Gender Trouble. Feminism and
the Subversion of Identity. Routledge, N.Y. 1990(cap.I).
10.- Una dlscusi6n sabre ta nocl6n de poscolonaraplicado a Ia historia republicana en M. Thurner: 'Historicizing '!he Postcolonial' from Nineteenth-Century Peru"; en: Journa l of HistoricalSociology, vet 9, n.t . march 1996 (pp.1-17) YenPrakash. Gyan: "Subaltern Studies as Postcolonial Criticsim", en: American Historical Review....01.99, n.5, dec. 1994.
11 .- lncluyo en los ' ot-oe", a las mujeres y lapoblaciOn negra.
12.- Recojo fa nocl6n de "racializaci6n" de Todorov, T. (1989): Nous et les autres. La rllflexlonfram;aise sur Ia diversite humaine. Seuil, Paris1989.
13.- eeraore. R.: Tenencia de fa tierra y oasa110110 sccc-ecorcmco del sector agrfcola en elEcuador, OEA-CIDA, Washington 1966.
14.- Por publico c1udadano ent iendo un espaetc que no es oomestcc ni estatal, donee losciudadanos legitimos (del sent ido practice) sefrecuentan entre iguales. Me inspire de los anajsis de J. Hacermes en cuanto a to publico, (Historia y crttca de Ia opini6n publica. ed. GiIi, Barcelona 1994.; cap.!); en cuamc a la nocten deciudadanfa del senlido practico, en las prOPUBStas conceptuales de P. Bourdieu (op.cit.)..
15.- aouroeu. P.: La sene pratique. ed . Minuit,1980, (pp. 209 Y ss.).
16.- "M.l .- coeea abofiClO en fa RepUblica elimpuesto conocido con el nombre de comribucl6n Personal de Indigenas, y los indMduos deasia clase igualados a los demas ecuatorianosen cuanto a los deberes y derechos que la cartafundamental Ies impone y concede." (Ley de 21de Octubre de 1857. enlasis mlo).
17.- Guerrero, A: "De sujetos indios a ciudada-
121C/)
oz:oV-
~z:ov- 122
ENSAYO
nos...• op. cit.e 18.- Sabre Ia condici6n personataada de "indio
proclo", ver mi trabajo La sementca de la dam!recon. (op.cit. pp.1 62·198; sobre 91 oompadrazgo comunal en el Ecuador, entre una amplfsimabibliograffa en varios parses. Montes del Castillo,A. : Simbolismo y Poder. Un estudio amropol6gicoscore compadrazgo y priostrazgo en una comunidad andina; ed . Anthropos, Barcelona 1989(cap.5).
19.- Guerrero. A.: La semanbca de la dominacon. op.ct. cap. Vy VI.
20.- Una descripci6n de ese mundo encapsuledo de la dominecl6n personallzada y pnvaoa.
tt precsamente cuando desaparece a fines de losenos 1960, sa puede encontrar en ellrabajo deH. Burgos: RetaCiones interetl1 icas en RiO/Jamba,lnslit. Indig. lnteramericano, Me~ico 1970 (pp.308Yss.).
21.- Ver las descripciones que hacen los comuneros de Shamanga a! reseecso.
22.- Korovkin, T.: "Indigenous Peasant Struggles and the Capitalist Modemizafion 01 AgrictJlrureo Chimborazo 1964-1991' ; Latinamerican Perspectives, vol 24, n~, may 1997 (pp.25-49).
23.- Guerrero A.: "Una imagen vennnccua eldecuesc liberal de "la desgraciada raza indige03", a fines del siglo XIX ."; en: Muralorio (ed.]:Imagen e imagineros. Representaciones de losIndigenas Ecuatorianos Siglos XIX y XX; FLACSO-Ecuador, Qu~o (pp.197-252).
24.- Pateman, Carole: "The Fraternal SocialContract", in J. Keane (ed.): Civil Society and theState , london 1988.
25.- EI poseer 0 no el significanle simb6lico 'te10" no deriva de atributos anat6micos: no es unaesencia biot6gica. Es una conseucccn hist6ricaque e otorga santido y depende del contexte social. los indlgenas pueden ser ratcos en un espace mas aHa de 10 cuoaoeoo. en Ie comunidady 10 domesncc patriarcal, entre interpares y respecto a las mujeres indigenas, esposas 0 hijas.
26. - Las "leyes Colombianas" establecen hecia 1827 los pnrneros elementos de la construeci6n jurldica de ta cucacanra (leyes ColombiaMS, 1821-1627, caracas, Imp. de Valentin Espine
27.- Guerra, F. X.: "The Spanish-Ame ricanTradit ion of Representation and ils EuropeanRools", en: Journal of Latinamerican Studies,voL 26, Part 1, feb. 1994, pp.l -34.
28.- Guerrero, A.: "09 Protectores a Tinterillos:la Prtvafizaci6n de la Administraci6n de Poblaciones Indlgenas"; en: H. Bonilla (ed.) : Los PueblosGampesinos de las Americas: etnicidad, cultura ehistoria en el siglo XIX, Univ. de santander, Bu·caramanga, 1996, pp.193-121.
29.- Cevallos, P. F,: "Costumbres" T .IV, en: Resumen de la historia general del EcuadOl desdesu origen hasta 1845; "Geog raffa polftica"; T.XIV;T.VI; 30. edk:i6n, s. p . 1.
:>L30.- Comunicaci6n personal (1986) de un pros
pero comerciente que sufri6 dieho casligo enotavarc hacia los enos 1960-70. Otro eje mploson los intentos de impedir"la toma de la plaza"de Otavato durante las fiestas de San Juan: lairrupcl6n ritua l de las comparsas de las comunidades en el espacio cuceoero. Archivo del Hegistro Civil de Otavalo, Juzgado 1v Municipal alJefe Polifico, 8/611870.
31,- Guerrero, A.: "The Administration 01 Dominated Poputations in a Citizens' System", presentado en el seminario: "The Forging of Nationhoodand the Contest over Citizenship, Ethnieity andHistory" , (Untv. of Rotterdam, SEPHtS), NewOehli, feb. 1996 (en prensa para 1998).
32.- idem .: ' Una imagen ventrOocua' ; op. crt.33. - Hebna que estudiar an la Sierra el fen6
mano, que sin dude as notorio.34.- Aunque COIl cneencras an cuanto a ta for
maei6n his16rica de los procesos de dominaci6n,ta snrmacon as extensible a las mujeras y ta poblaci6n negra.
35. - La noci6n de J . Derrida de un ' au-delaconsnmnr la adopto via la reformulaci6n de J .BuUer en: "Contingent Foundations", en: (autorasvanas): Feminist Contentions, Routledge, N.Y.,1995 (pp. 46 Y$S.) .
36.- Sin ecce. se constata una analogla entrelas formas de la dominaci6n ciudadana sobre lascouecores indigenas y la dominaci6n de genero.
37.- Esta nocl6n de la eiudadania como sentido crecncc 0 estrategia del mundo de la vida,esta emparentada con 10 que algunos autorescennen por ' ciudadanla cumear que : -consistede aquellas prac tces sociales Ie que permilen aun ciudadano adiestrado perttclpar plenamenteen Ia cueura naconar' (pp.159), Turner, B.: "Postmodem culture/Modern Citizens", en Bart vanSteenberg: The Condition of Citizenship, Sage,London 1994.
38.- La tormaccn de la cucecenre universal yhcrncqenea parece exigir, por 10 general, el ejercicio de una violencla. Puede'asumir la forma deuna pedagogia estatal (en Francia, p.ej.) mas 0rnenos coercnva 0 de una represi6n privada (enEcuador), para convertir en cncacenos a las pcblaciones de las periferias oonsideradas no civilizadas, en particular las coloniales y poscolonialas. Ver Gellner, Ernest Nation and NalkXtalism.Cornell Univ. Press., Ithaca , 1983; Weber, Eugen: La fin des terroirs: la modernisation de laFrance rurale 1870-1914 (cap.! Y II); Fayard, Paris, 1983; Elias, N.: EJ prooeso de la civilizaci6n.Investigaciones sociogeneticas y psicogenelicas.FCE, Mexico, 1987 (91-96). Muratorio, B.: "Oialogo de mujeres, mon610go de poder: genero y Ieconstrucci6n del sujeto colonial en la Alta Amazonia", en: Andes, n.6 , 1994 (pp.24S-251). Vertambien: Rival, L.: Hijos del Sol, padres del jaguar. Los Huaorani de ayer y hoy. Abya-Yala ,Quito, 1996 (cap,6 Ypp.311-318).
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