BASÍLICA SANTA MARÍA DEL FIORE CATEDRAL DE FLORENCIA ITALIA
RENACIMIENTO 1418-14136
2012
Buap
BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA
FACULTAD DE ARQUITECTURA
COLEGIO DE ARQUITECTURA
TALLER DE ANALISIS TIPOLÓGICOS
PROFRA. ARQ.PATRICIA GARCÍA CARRILLO
PRESENTA
MARTÍNEZ DÍAZ ANGÉLICA ROCÍO
a Basílica de Santa María del Fiore es la catedral; que significa en italiano duomo, que
proviene del latín Domus que es Dei, es decir, la "Casa de Dios"; de la archidiócesis
católica romana de Florencia, notable por su cúpula. Es una de las obras maestras del
arte gótico y del primer Renacimiento italiano. Símbolo de la riqueza y del poder de la capital
toscana durante los siglos XIII y siglo XIV, la catedral florentina es uno de los edificios más
grandes de la cristiandad. Su nombre; que se traduce como «Santa María de la Flor»; se refiere al
lirio, símbolo de Florencia, o al antiguo nombre del pueblo llamado Fiorenza. Pero, por otra
parte, un documento del siglo XV afirma que la «flor» se refiere a Cristo.
Destaca, de forma singular, la grandiosa cúpula de Brunelleschi, una estructura isostática de 100
metros de altura interior; 114,5 metros de altura exterior; 45,5 metros de diámetro exterior y 41
metros de luz (diámetro interior) con la particularidad de que esta cúpula, en sí misma, anula los
empujes horizontales para no transmitir al tambor que la sustenta prácticamente más cargas que
las verticales correspondientes a su propio peso. A la cúpula hay que añadir el campanario
independiente del Giotto, de 82 m de altura, y el baptisterio de San Juan, construido en Florencia
después de la Basílica de Santa Cruz y Santa María Novella con las famosas puertas de bronce de
Ghiberti. El conjunto, formado por la iglesia, el campanario y el Baptisterio de San Juan, en el
centro de la ciudad, constituye una de las joyas artísticas y arquitectónicas de Florencia.
Empezó a construirse en 1296, con la dirección de Arnolfo di Cambio. Tras su muerte, el potente
gremio del Arte de la Lana, que tenía la responsabilidad de controlar las obras, contrató primero a
Giotto, que se preocupó sobre todo de la torre, y, luego, a Francesco Talenti, que modificó una
parte del proyecto original de Arnolfo di Cambio. En 1380 se terminaron las tres primeras
arcadas y la cubierta de las tres naves.
En el concurso de 1418 para la cúpula de la catedral participó también Ghiberti, pero el ganador
fue Brunelleschi. De esta manera, el 1420 se le confió la finalización de la catedral (iniciada el
1296 por Arnolfo de Cambio; la fachada moderna -de finales del siglo XIX- substituye la que fue
destruida el 1588) mediante la cúpula que estaba como coronación del crucero. La dificultad
inicial radicaba en la magnitud de la cúpula y su empuje colosal, más difícil de contrarrestar que
las de Pisa y Siena.
L
Se trata de una cúpula apuntada y rematada por
una gran linterna, con una estructura realizada
con ladrillos, sobre una base octogonal y
compuesta de dos cascarones paralelos. Tanto
el interior como el exterior son apuntados
siguiendo un arco con un radio de 6/7 del
diámetro del octógono inscrito en su base.
Como la capa interior, al tener un radio menor,
se cierra antes, la anchura de la segunda capa
aumenta con la altura. La diferencia de radios
de curvatura contribuye a que las fuerzas se
distribuyan siguiendo una curva llamada de
pétalo de flor, con un punto de máximo tensión
en el cual colocó un anillo de refuerzo con
vigas de madera. Entre ambas capas se
encuentra la capa de aire con los nervios y anillos que forman la estructura de la cúpula. Esta
capa vacía permite aligerar casi en un tercio el peso total de la cúpula, así como la existencia de
dos galerías que permiten acceder a la linterna. La combinación de las tres capas y la forma
apuntada permite una reducción de peso de casi un 45 % respecto a una cúpula semiesférica.
Desde el punto de vista mecánico y dinámico las tres capas actúan como una sola.
La cúpula pesa entre 25.000 y 27.000 toneladas, un 10,5 %
del cual es el peso de la linterna. Se trata de la mayor
estructura de ladrillo del mundo, construida con ladrillos
romanos, de muy buena calidad, y fabricados bajo la estricta
supervisión de Brunelleschi. Todos tienen un grosor de 5,1
cm y un largo entre 15,2 y 30 cm. Se utilizó la piedra en la
base de las capas interna y externa. Estos anillos de piedra
deberían haber alcanzado una altura equivalente a la tercera
parte de la altura total de la cúpula; pero Brunelleschi, una
vez conseguido el control absoluto de la obra, paralizó las
hiladas de piedra cuando todavía no habían alcanzado la
mitad de la altura prevista. Los modillones que sobresalen
servían para apoyar los andamios durante la construcción.
La cúpula está formada por 24 nervios de ladrillos dispuestos en forma de espina de pez. Los
ocho que recorren los vértices de la cúpula, son los nervios principales, ya que recogen el peso de
la estructura. Dos nervios más por cara ayudan a repartir el peso de la cúpula. Este total de 24
nervios parten de un anillo de piedra y ladrillo en la base de la cúpula, el cual recoge sus
esfuerzos y los transmite al tambor. Paralelamente al anillo de la base, hay once anillos formados
por arcos de ladrillo entre nervio y nervio, que distribuyen las fuerzas tangenciales de manera
uniforme y transmiten el peso de las estructuras a los nervios. Los ocho nervios de piedra y
mármol que se ven en el exterior son decorativos y no cumplen ninguna función estructural, ya
que los nervios que aguantan la cúpula no se ven ni desde fuera de la catedral ni desde dentro.
Sirven para definir los ocho triángulos que forman la cúpula y le confieren, rompiendo la
indefinición de una cúpula monocroma, un volumen y consistencia que, de otra manera, hubieran
quedado difuminados.
La base exterior de la cúpula tendría
que estar rodeada por una galería de
la que sólo se construyó en una de
las ocho caras. La linterna, con sus
16 metros de altura y un peso
aproximado del 10% de total de la
cúpula, es una pieza clave en el
conjunto arquitectónico. Hasta aquel
momento las linternas eran pequeñas
o inexistentes. Está inspirada en los
templos circulares de la Roma
Imperial y abierta a los vientos. Está
diseñada como el remate
indispensable a una cúpula apuntada
y es una especie de punto de fuga de
la perspectiva de la catedral.
La cúpula se levanta sobre un cimborrio octogonal y subdivide su peso, para dar menos empuje,
con una cúpula interior más baja y una cúpula externa que, peraltándose en arco apuntado, sirve
de contrafuerte a la cúpula interior. Además, unió las dos cúpulas mediante costillas en los
ángulos y circundó la cúpula interior con grandes anillos de vigas de madera unidas entre sí con
barras de hierro: esta combinación constituye la verdadera invención de Brunelleschi. La idea de
las dos cúpulas permite, por otra parte, dejar un espacio libre entre ambas, con lo que se resuelve
asimismo el problema de la accesibilidad a la parte alta de la construcción y al trasdós de la
cúpula interior. Introdujo también el sistema de construirla sin cimbras: la cúpula no se podía
levantar con los medios técnicos disponibles. Evidentemente, cuando en el Trecento se construyó
el tambor había en Florencia carpinteros capaces de armar cimbras de este tamaño; pero
finalizado el tiempo de las grandes construcciones y con la tendencia al refinamiento decorativo,
se había perdido el oficio para realizar trabajos de esta envergadura. Brunelleschi hubiese podido
intentar recuperar la técnica olvidada, pero optó por inventar una nueva técnica, pero no para
construir cimbras sino para autosostener la cúpula durante su construcción: la cúpula se iba
cerrando a medida que iba subiendo.
La fachada original, diseñada por Arnolfo di Cambio y normalmente atribuida a Giotto, fue, de
hecho, comenzada veinte años después de la muerte de Giotto. Esta primera fachada se debe al
esfuerzo colectivo de varios artistas, entre ellos Andrea Orcagna y Taddeo Gaddi, y fue sólo
completada en su parte baja, después fue abandonada. En 1587-1588 el arquitecto de corte de los
Médici Bernardo Buontalenti, la demolió por orden del Gran Duque Francisco I de Médicis, ya
que parecía no estar de moda en los tiempos del Renacimiento. En 1864 se abrió un concurso
para diseñar una fachada nueva resultando ganador Emilio De Fabris (1808-1883) en 1871. El
trabajo comenzó en 1876 y se terminó en 1887. Esta fachada neogótica en mármoles blancos,
verdes y rosas forma una unidad en armonía con la catedral, el campanario de Giotto y el
baptisterio. La fachada entera está dedicada a la Madre de Cristo.
La construcción de las tres puertas de bronce discurrió desde 1899 hasta 1903. Están adornadas
con escenas de la vida de la Virgen. Los mosaicos de las lunetas que se hallan encima de las
puertas fueron diseñados por Niccoló Barabino. Representan (de izquierda a derecha): Caridad
entre los fundadores de instituciones filantrópicas Florentinas, Cristo en el trono con María y
Juan Bautista; Artesanos florentinos y Mercaderes y humanistas rindiendo homenaje a la Fe. El
frontispicio encima del portal central contiene un medio relieve de Tito Sarrocchi y representa a
María entronizada empuñando un cetro floreado.
Encima de la fachada hay una serie de nichos con los doce Apóstoles y, en el centro, la Virgen
con Niño. Entre el rosetón y el tímpano hay una galería con los bustos de grandes artistas
florentinos.
La catedral está construida
como una basílica, con una
nave y dos pasillos, formando
una cruz romana. La nave y
los pasillos están divididos por
anchos arcos angulares con
columnas compuestas,
dividiendo la nave en cuatro
galerías cuadradas. Sus
dimensiones son enormes: 153
m de largo por 130 m de ancho (de un lado a otro del transepto) y 107 de alto desde la base hasta
la cima de la cúpula. La altura de los arcos en los pasillos es de 23 m.
El gótico interior es sombrío y da una impresión de vaciedad. La relativa desnudez de la iglesia
corresponde a la austeridad de la vida religiosa, tal como la predicaba Girolamo Savonarola.
Muchas de las decoraciones de la iglesia se han perdido con el paso de tiempo o han sido
trasladadas al Museo Ópera del Duomo, como los magníficos púlpitos cantoriales (las galerías
para las corales) de Luca Della Robbia y Donatello. Como la catedral fue construida con fondos
públicos, algunos de los objetos de arte de esta iglesia están dedicados a las personas ilustres y
líderes militares de Florencia.
La catedral ha sufrido laboriosas excavaciones entre 1965 y 1974. Las bóvedas subterráneas eran
usadas para sepultar a los obispos florentinos a través de los siglos. Recientemente la historia
arqueológica de esta enorme área fue reconstruida: Ruinas de casas romanas, un pavimento del
cristianismo temprano, ruinas de la antigua catedral de Santa Reparata y ampliaciones sucesivas
de esa iglesia. Cerca de la entrada abierta al público está la tumba de Brunelleschi como prueba
del gran cariño que le profesaron los florentinos.
BIBLIOGRAFÍA
http://cv.uoc.edu/~04_999_01_u07/percepcions/perc43.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Santa_Mar%C3%ADa_del_Fiore
http://www.florencia.es/arquitectura-y-arte/las-iglesias/il-duomo.htm
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