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De alebrijes y jaguares están llenos los lugares
Obra en 1 acto / 4 escenas / actividad final / 3 canciones
Obra original de Don Sabino del Río (2007)
Tiempo 20 a 30 minutos / Cuento de realismo mágico sobre artesanías y productos de
madera y no maderables, cartonería y máscaras. Los temas que toca son: ecosistemas
forestales, conservación de suelos, conservación y protección de la biodiversidad,
silvicultura comunitaria, productos maderables, árbol de madera de copal. Requiere la
participación del público.
En honor a los artesanos zapotecas de Alebrijes de Arrazola, Santa Cruz Xoxocotlán y San Martín Tiljicate. Oaxaca
Personajes:
1. Mateo -‐ Labriego joven, robusto.
2. Chuy -‐ Labriego joven, de aspecto fornido.
3. Jaguar padre/Alebrije 1 -‐ Jaguar con porte militar, de gran voz y presencia
escénica, se requiere cierto nivel de habilidad corporal: acrobacia, danza, entre
otras.
4. Jaguar hijo/Alebrije 2 -‐ Jaguar más joven, de voz chillona, se requiere cierto
nivel de habilidad corporal: acrobacia, danza, entre otras.
5. Anciano -‐ Encorvado y misterioso.
6. Doña Domitila -‐ Señora regañona*
* Se puede omitir en una compañía pequeña y hacer que el Anciano interprete al anciano o anciana para la escena 4
ACTO I
Escena 1 ( Los amigos)
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(Se escuchan ruidos del bosque y de la selva: aves, viento, los diversos cantos de las aves,
el lejano rugir de un jaguar. Se recomienda emplear el sonido de instrumentos
prehispánicos como ocarinas, pitos, ocarinas de agua, conchas, palos de lluvia. La escena
debe durar al menos un minuto, llegar a un clímax muy alto y denotar la diversidad de
especies animales que viven en el monte, tan sólo con las voces de los actores).
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(Aparecen dos campesinos jóvenes, Mateo y Chuy, quienes cargan en sus espaldas hatos
de madera de copal, van vestidos con sencillos trajes de manta y huaraches. Mateo, un
joven labriego algo perezoso y Chuy, mas fortachón y trabajador).
Mateo ⎯ ¡Ay! (tira su bulto de palos y ramas) ¡Ya no puedo más con estos palos!
¡Chuy, yo no sé para qué los cortamos tan verdes, así pesan más! ¿para qué
los estamos cargando Chuy? Ya me tienen el lomo todo fregado, me duele
mucho.
Chuy ⎯ Ah, pareces un escuincle chillón, que ya no rezongues… yo también estoy
cargando el mismo bulto y ni me quejo.
Mateo ⎯ (Sentándose a descansar) Pues sí, pero yo ya me cansé, como si fuera burro
estoy cargando tanto bulto…
Chuy ⎯ Pues sí, como burro… como el burro que tú mismo le vendiste a Don
Ponciano…. ¿y qué sacaste con esa venta? ¿ehh?…nada… todo solito te gastaste
el dinero, ya ves, pues ahora, ¡a sufrir…. por burro…!
Mateo ⎯ Pues ya me cansé, ¡ayúdame tantito!, ¡tú eres más fuerte!
Chuy ⎯ ¡Qué fuerte ni qué nada! ¡Carga ya la madera en tu espalda y no te quejes!
Yo, además de cargarla, tuve que cortarla casi toda, porque tu machete
dizque no tenía filo.
Mateo ⎯ ¡Ni’ cierto!
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Chuy — ¿Ni’ cierto?, “quesque” tu machete no tiene filo, que si andas muy cansado,
que trabajastes toda la semana…
Mateo — ¡Pues así fue, Chuy! ... toda la semana estuve en el monte haciendo zanjas,
¿por qué no me crees?, me tenía sentenciado Doña Domi.
Chuy — ¿Doña Dominga la de los dulces?
Mateo — Ya ve… (dice enojado) no, Doña Domitila, de las señoras que andan allá….
“quesque” arreglando los montes del pueblo donde vive Doña Domitila… ya
vez cómo está de seco por ahí… bueno pues ahí me tienes haciendo muchas
zanjas, muy largas, por todo el cerro, zanjas y zanjas, todas parejitas, para que
no se vaya el agua para abajo cuando llueva, porque está el cerro muy seco….
Chuy — ¿Y eso para qué?
Mateo — Pues dice Doña Domitila que para que el suelo esté mejor, “quesque” para
plantar mejor después y luego puedan plantar muchos árboles.
Chuy — Ah… que, Doña Domitila…. bien trabajadora que es esa y todas esas señoras.
Mateo — Y como hace rebuenas “tlayudas”… asiií. con su frijolito, con su lechuguita,
con su tasajo y harta salsa.
Chuy — Tragón…. yo no entiendo porqué estás tan cansado, diablo de Mateo tan
flojo…. si comes todo el día… deberías tener más energía… A ver,
detengámonos un rato aquí bajo este árbol… ¡Ah! ¡qué bien se siente estar a
la sombra de este árbol!, ¡ah qué bien huele! (Chuy agarra unas hojas del
árbol las estruja y huele) ¡mmmhh! ¡huele como a misa los domingos...!
Mateo — Chuy, pero no nos quedemos mucho tiempo por aquí… Me da miedo…
Chuy — Ah… tan grandote…. ¿De qué te da miedo? ¡chillón!
Mateo — Pos ya sabes…. del nahual…. dicen que por aquí anda volando o corriendo
por la maleza, como zopilote en las copas de los árboles altos como éste, o
como búho metido en los agujeros de los árboles secos, o como jaguar que
nos mira detrás de los troncos.
Chuy — Ah, ¿cómo crees todavía esos cuentos que te contaba de niño Doña Domitila?
Mateo — Pos que no son cuentos, Chuy … mucha gente lo ha visto por aquí … dando
miedo y espantando .
Chuy — Ah qué Mateo, tanta tontería me ha dado sed. A ver… ¿dónde está el agua?
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(Chuy busca la jícara donde guardan el agua) ya te la acabaste, diantre de
Mateo…pero si todavía faltan tres horas para el pueblo.
Mateo — Es que tenía mucha sed, ya no me regañes que me da mucho sentimiento…
Podemos tomar la del arroyo que está cerca….
Chuy — ¿Tomar agua del arroyo?, pos sí pero quién sabe… igual está contaminada y
luego me dan retortijones en la panza… no, yo mejor no me arriesgo y me
como unas tunas que traigo en el morral.
Mateo — Nomás no comas tanta tuna de nopal, no sea que luego no puedas ir al baño
y andes con los ojos ¡así de grandes!
Chuy — Ya ves, malora…
(Mateo se burla de Chuy, cuando a lo lejos se oye un fuerte rugido, como el de un jaguar).
Mateo — (sigue) ¡Ay, San Miguel bendito!, ¿oíste, oíste, Chuy ? Ay, nanita, ése es
rugido del gatote….Chuy, sálvame tú que tienes machete….
Chuy — Shhhh …cállate que nos va a oír… cállate Mateo…
(A lo lejos se escucha el rugido claro de un jaguar y el aleteo de aves y sus trinos. Ambos
amigos hacen bocina con sus manos para escuchar mejor).
Mateo — Ándale parece que ese jaguar anda muy cerca.
(Se sigue escuchando muy fuerte el rugido del jaguar mientras los dos amigos hacen
círculos en el escenario llenos de miedo).
Chuy — Ya sé….. vamos a ocultarnos para que no nos vea… ¡pronto!… ¡cúbrete con los
palos, para que nos confunda con un montón de troncos tirados!
Mateo — (Lloriqueando) ¿Y tú, tú qué vas a hacer? ¿No me dejes solo?
Chuy — ¡Yo también, burro, hazte para allá y quédate quieto!
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Escena 2 (Los jaguares)
(Aparecen por el lado izquierdo una pareja de jaguares, padre e hijo, ambos en cuatro
patas, con máscaras, que permiten ver la boca del actor para identificar que son
humanos. Es muy importante que su apariencia no impresione negativamente a los más
pequeños. Se recomienda mucho hacer pruebas antes. Mientras tanto, Mateo y Chuy
siguen ocultos en los hatos de madera. A veces tiemblan de miedo).
Jaguar Padre — Vamos a probar ese rugido querido hijo, fíjate bien, trata de hacerlo
como yo (dando un gran y sonoro rugido) ¡¡¡¡…Grrr…. !!!!
Jaguar Hijo — (Apenas se le escapa un débil simulacro de rugido) …Grr….
Jaguar Padre — ¿Qué es esa burla de rugido?... ¡no tiene la dignidad ni la fuerza del
rugido de un fiero jaguar! ¡¡¡hijo mío...… vamos, practica!!!
Jaguar Hijo — Es que tengo hambre.
Jaguar Padre — Ah… entonces debes rugir más fuerte
(Improvisar: el padre insiste que el hijo aprenda a rugir como se espera de un jaguar
joven. El hijo sigue probando hasta que logra un gran rugido fuera de escena).
Jaguar Padre — ¡Eso fue un gran rugido, hijo mío!
Jaguar hijo — …Fueron mis tripas... (dice tímidamente)… es que tengo hambre.
Jaguar Padre — ¡Ah, qué glotón eres hijo mío!… en mis tiempos mi padre me llevaba
por la sierra y los montes y pasábamos días enteros sin comer.
Jaguar Hijo — Por eso se murió el abuelo… de hambre.
Jaguar Padre — No sea igualado (regaña sin pegar al hijo) chamaco majadero.
Canta:
Nosotros somos los jaguares
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Somos muy grandes anima—ales
Somos los reyes de estas selvas
Nos ocultamos entre las hieeeer—bas
No le tememos nunca a naaaaa-da
Ni a los osos ni a las ranas
Somos jaguares muy grandotes
Somos jaguares muy guapotes
(Mientras el padre canta, el hijo busca qué comer… un ratón o conejillo pasa por escena
—títere jalado por cuerda— y el pequeño jaguar lo asecha, juega con él y luego se lo
lleva a la boca).
Jaguar Padre — Pero ¿qué haces? ¿Cómo te atreves a comer esa porquería...? ¡Un hijo
mío, descendiente de los grandes reyes Jaguares de Monte Albán y Mitla! ¡Rey
de las tierras sagradas, Señor de la tierra Zapoteca…! ¿qué haces…?
Jaguar Hijo — (asombrado) Comer un conejo (o ratón) …es que tengo hambre.
Jaguar Padre — Nada de eso, un hijo mío de la honrada estirpe negra y amarilla no
puede comer semejante basura.
Jaguar Hijo — Pero es un bocadillo…. Tengo hambre.
Jaguar Padre — Yo te enseñaré a cazar… muy sabrosos filetes, jugosos muslos… mmh,
después de haber probado esa deliciosa carne jamás volverás a desear la
carne de conejo (ratón).
Jaguar Hijo — ¿Y si empiezo con algo chiquito…? Además, no sé dónde empezar a
cazar… dónde encontrar un filete qué mordisquear.
Jaguar Padre — ¡Espera! …huelo algo… algo distinto… olor de carne fresca…
(Chuy y Mateo tiemblan detrás de los hatos de madera).
Jaguar Hijo — Pues yo creo que huele a carne rancia… ¡y a mugre!
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(Mateo y Chuy tiemblan y hacen sonidos de pájaros para distraerlos).
Jaguar Padre — ¿Aves? (olfatea) ¡Ese olor no es de aves…!
(Mateo tiembla tanto que los palos se caen y quedan él y Chuy frente a los jaguares,
todos gritan, los felinos se repliegan en posición de ataque y rugen, afilándose las
garras, acechando a sus presas. Se sugiere un juego en que mientras continúa la
conversación de Chuy y Mateo, puedan moverse por el espacio huyendo de los jaguares).
Mateo — Aaay, ánimas benditas del caliente purgatorio, ya nos cayó el chahuixtle * ,
¡Chuuy, nos van a comer estos jaguares!
Chuy — Ay, nanita, creo que esta vez tienes razón, amigo Mateo… aay, nanita… por tu
culpa ya nos olieron… y como tú estás más gordo, seguramente contigo van a
hacer chicharrón…
Mateo — Sí y luego nada más se van a limpiar los dientes contigo porque pareces un
palillo (los jaguares rugen y los acechan) ¡¡¡AAAY!!!
Chuy — Ay, amigo, tú fuiste mi único amigo en esta vida, te voy a extrañar mucho.
Mateo — Ay, yo también te voy a extrañar, y ahora que ya nos van a comer, quiero
decirte… la verdad…
Chuy — ¿Qué Mateo? ¡apúrate!
Mateo — ¡Ay, que yo me bebí toda el agua y me comí la comida…!
Chuy — ¡Todo está perdonado, Mateo, todo está perdonado!
Mateo — ¡Ay….! Y que mi machete sí tenía filo, pero me dio mucha flojera cortar las
ramas.
Chuy — Diantre de flojo que eres Mateo
Mateo — ¡Ay! ¡y que si me gusta mucho tu novia!
Chuy — ¿Mi novia la Adela?
Mateo — Si… ¡Ay pero nada más tantito!
(los jaguares les lanzan un zarpazo que ellos pueden esquivar)
Mateo y Chuy — (Gritan juntos) ¡Aaayyy! ¡Auxilio!, ¡que alguien nos salve de estos
malvados jaguares…! (Tratan de huir pero los jaguares los persiguen hasta
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cercarlos en un rincón. Espalda contra espalda, Mateo y Chuy dan círculos
defendiéndose de los jaguares que los acechan con sus garras).
Mateo — ¡No nos coman señores jaguares, que sabemos muy mal!
Chuy — ¡Sobre todo yo, que nada más como tortillas con chile!
Mateo — ¡Y yo estoy haciendo la dieta de la luna!.. solo bebo agua de las 10 a la una.
Jaguar Hijo — ¿Papá…éstos son humanos?, ¿puedo comerme uno?, ¿tendrán buen
sabor?
Jaguar Padre — Mmmm … no sé, hijo, parecen muy grasosos…. No quiero que se me
suba el colesterol. Estos humanos últimamente sólo comen comida chatarra
como papitas saladas y refrescos con gas, ya no comen nada de verdura….
Saben muy mal…
Jaguar Hijo — Pero, por lo menos, están más grandes que el ratón o el conejo…
Jaguar Papá — En eso tienes razón… mejor no nos los comemos, nomás los
mordisqueamos…
Mateo — ¡Ay, que nos van a mordisquear! Chuy … ¡Ay, que me mordisquea el Jaguar,
Chuy!, ¡Ay! ¡Ay!
(Los jaguares atrapan a Mateo por una pierna o un brazo, Chuy lo jala para salvarlo,
aún no lo muerden, lo olfatean, lo saborean. En eso, aparece en escena el Anciano).
Escena 3 ( El Nahual)
(Aparece un anciano en la escena cargando un incensario lleno de copal que perfuma y
llena la escena de humo).
Anciano — ¿Pero qué pasa aquí?, ¿qué es lo que está pasando en este momento?
¿Porqué tanto grito y sombrerazo?
Mateo — ¡Ay, ahora me va a comer un viejito!
Chuy — ¡Cuidado Tata, cuidado, que son jaguares y lo van a atacar!
Anciano — Pero qué tonterías están diciendo, par de muchachos tontos, a ver, ¿qué
es esto que pasa…? (Dirigiéndose a los jaguares) A ver tú, Miztontli, ven para
acá…. Ya estate sosiego Ocelotl …pero cómo eres de travieso muchacho, igual
que tu padre cuando era más joven.
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(Encorvado llama a los jaguares que lo reconocen y avanzan hacia él, jugueteando y
retorciéndose como un par de gatitos a sus pies, buscando sus caricias, incluso
ronronean).
Mateo — ¿Pero Usted los conoce, Tata?
Anciano — ¡Pues claro que los conozco! Son buenos amigos míos, ¿qué?, ¿estaban
jugando con ustedes?, ¡jajaja! (ríe, enseñando sus dientes rotos)
Éste de aquí es el más joven, Miztontli, mi pequeño gatito, y aquél es su padre
Ocelotl, ya algo viejo como yo.
Chuy — Pues nos han dado un gran susto.
Anciano — ¡Ah!, porque así son estos animales… ¡jijijiji!
Mateo — Pero si no llega usted sí nos comen, ya estaban abriendo el hocicote para
comerse mi huarache con mi pie adentro ….. ¡estos jaguares son muy malos!
Anciano — ¡Ay, muchacho…! cómo se ve que eres de cabeza dura…. Más malos somos
los hombres que les estamos quitando a los animales sus selvas y sus montes,
los ríos, donde vivían felices y libres, no sólo los jaguares sino también los
pájaros, las culebras, los árboles.
Mateo — Ay, no lo diga así, que ya me siento muy mal (se pone a llorar).
Anciano — Bueno, tampoco te pongas así. Mejor aprende que unas tierras se
conservan para proteger a los árboles, plantas y animales que ahí viven y
otras se aprovechan, para obtener todos los productos que los árboles nos
dan. ¡Lo que pasa es que ustedes no ven el mundo ni los montes con los ojos
adecuados!
Chuy — ¿Cómo es eso Tata anciano, cuáles son los ojos adecuados?
Anciano — Ah… pues muy fácil, con los ojos de los Alebrijes.
Chuy y Mateo — ¿Con los ojos de los ale qué…?
Anciano — Con los ojos de los Alebrijes
(Jaguares y Anciano gritan) — Alebrijes, Alebrijes, Alebrijes, Alebrijes.
Anciano — Abre bien los ojos
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Hoy te voy a enseñar
Un mundo de colores
Que no vas a olvidar
Abre muy bien los ojos
Con mirada de alebrije
La verdad descubrirás
Como todo te lo dije
Jaguar Padre — ( en tono más grave)
Abre bien tu mente
Y mira…hacia el monte
Mira la gran belleza
Que da la naturaleza
Jaguar chico — Abre tus ojitos
Mira a tu alrededor
Y te sorprenderas
De la maravilla que entre los árboles hay
Mateo — (A Chuy) Oye tú, pues yo no entiendo nada, ¿qué es una mirada de Alebrije?
Chuy — ¿Y qué es un Alebrije?
Anciano —¿De verdad quieren saberlo..? Pues prepárense, porque ahora… ¡verán
aparecer a los Alebrijes! (Como en un acto de magia, los dos jaguares suman a su
atuendo alas de aves, de mariposas, colas de serpientes o de peces, el mismo anciano
puede transformarse también en un Alebrije… Así bailan la “Danza de los Alebrijes”,
apoyados por una música de ritmo vertiginoso que pueda combinar sonidos naturales o
instrumentos tradicionales, si los actores pueden hacerlo, también desarrollar
acrobacias hasta que, poco a poco, va disminuyendo y se escuchan los diálogos de los
personajes).
Chuy — ¿Pero qué es esto? Son como jaguares con alas, como culebras con pescados.
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Mateo — ¡Ay, nanita! Sí creo que nos hicieron daño las tlayudas de Doña Domitila!
Anciano — Ja , Ja…. Son Alebrijes…guardianes de las selvas y de los bosques como los
nahuales, ¡pero ustedes ya no los ven por que son muy burros!
(Los Alebrijes hablan en “par”, sus voces son “diferentes” de las de los jaguares).
Alebrije 1 — Y mejor nos ocultamos en la fantasía de los niños …
Alebrije 2 — …o en la memoria de los ancianos
Mateo — Ay, nanita… y estos Ulebrijes ¿comen humanos?
Chuy — ¡Alebrijes, zonzo…!
Anciano — No… muchachos, estos Alebrijes comen malos pensamientos, se comen las
pesadillas y los malos sueños … y son ellos quienes les enseñan a cambiar de piel a las
culebras cada año y a las mariposas escoger sus colores de entre las flores y son las
que enseñan las canciones a los pájaros,
{Aprendizaje del agua}
Mateo — ¿Pero cómo puedo ver mejor como los Alebrijes?
Anciano — A ver, muy simple…. Por ejemplo …¿de dónde crees que viene el agua?
Mateo — Ah…muy fácil…. El agua viene…. De la llave
(Alebrijes y Anciano se ríen …. Los Alebrijes les colocan máscaras a Mateo y a Chuy).
Alebrije 1 — No, no… ¿de dónde viene el agua?
Alebrije 2 — … de dónde viene el agua…. ¿alguien sabe?
Anciano — El agua viene de las nubes y la atrapan los árboles….
Mateo— Oh…. ¡Ahora veo con claridad!
Chuy — ¡Yo también, entiendo tantas cosas…! ¡Todos los seres vivos que habitan un
lugar son tan valiosos…!
Mateo— ¡Y necesitamos tanto de los bosques, de las selvas, de los montes…!
Chuy — ¡Sí, porque sostienen la vida!
Mateo— ¡Y de ahí obtenemos todas las cosas que necesitamos para vivir:
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las sillas, las mesas, el papel, los lápices…!
Chuy — ¡las sillas …!
Mateo— ¡las mesas …!
Chuy — ¡el papel!
Mateo— ¡las resinas!
Chuy — ¡tantas fibras para hacer sombreros!
Mateo— ¡canastos…!
(El Anciano hace unos pases mágicos con su “incensario de copal”, arroja “polvo de
alebrije” en las cabezas de Mateo y Chuy que poco a poco van quedando dormidos de
espaldas al público… como en un acto de magia, los Alebrijes les retiran las máscaras y
junto con el Anciano, salen de escena).
(Duermen debajo de un árbol. Roncan. Pasa un momento para la siguiente escena)
Escena 4 ( El sueño)
(Entra en escena Doña Domitila, con su ropa tradicional y un “latiguillo”).
Doña Domitila — ¡Con que aquí estaban par de flojos, buenos para nada…! ¡ándenle ya
despiértense par de burros…!
Chuy — ¿Qué pasa?… ¿qué ocurre?
Doña Domitila — Que se durmieron en medio camino y que los estamos buscando, ya
párate Mateo, no seas flojo.
Mateo — (habla dormido) ¡Ay, ya entiendo! ¡ya veo como un alebrije!
Doña Domitila — ¿Qué dice éste?
Chuy — Que ve como Alebrije, Doña Domitila.
Doña Domitila — ¿Y eso qué es…? ¡Han de haber estado bebiendo agua con toloache!
Mateo — (despertando) Ah… ¿dónde están, dónde quedaron?
Chuy — Ya se fueron, Mateo.
Doña Domitila — ¿Quiénes se fueron, de qué me hablan?
Mateo, Chuy — ¡De los Alebrijes!
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Doña Domitila — ¡Ay, hijitos!, de Mateo sí creo que está loco, pero tú Chuy, que eres un
muchacho trabajador y muy serio ¡cómo me dices eso!
Chuy — Es verdad Doña Domitila… nosotros los vimos con estos ojos…. Estaban aquí
volando y nos enseñaron muchas cosas.
Mateo — Como que el agua de las nubes la agarran los árboles para que se queden
bonitas en nuestras lagunas.
Chuy — Como que las hojas verdes de todo el bosque y las selvas nos regalan algo que
no vemos, “invisible”.
Doña Domitila — ¿invisible?, ¿no se ve?
Chuy — En serio… que no se ve… pero que respiramos y es el aire puro.
Mateo — Como que las cosas que usamos vienen también de ahí…
Chuy— En serio Doña Domitila, es que usted no ve con los ojos de los Alebrijes.
Doña Domitila — ¡Diantres de muchachos tan locos, no se qué habrán comido que
puras necedades dicen! A ver, agarren esos palos y vayan derechito
al pueblo a ver si con una friega de pirul se les quita la loquera.
Mateo — ¡Usted no nos cree Doña Domitila!, ¡no estamos locos! (Doña Domitila lo
mira amenazante, Mateo se retrae).
Chuy — ¡ya sé lo que haremos… con estos palos de Copal vamos a hace alebrijes, para
que usted solita vea como son!
Mateo — Porque tienen muchos colores, son como culebras con alas y jaguares con
picos de pollo.
Doña Domitila — ¡Ahora sí que están bien enfermos! Pero bueno, con tal de que hagan
algo útil, pues aunque sea esos alibracos.
Mateo — ¡Alebrijes, ya verá que cuando los hagamos nos va a creer!
Chuy — ¡y va a entender todo lo que nos dijeron!
Doña Domitila — ¡Pues ya veremos! ¡Nada más se aseguran de plantar más árboles de
ese copal, que si no se los van a acabar! ¡Ándenle pues, a trabajar!
(Doña Domitila los arrea con su latiguillo, ellos salen huyendo y esquivándola).
Mateo — (Saliendo de escena) ¡Es usted muy incrédula Doña Domitila!
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Doña Domitila — (Blandiendo el latiguillo) ¡Pues ya verás lo incrédula que soy…!
¡Alebrijes a mí, já! (Aparte al público) Y ustedes, ¿de verdad creen que yo soy
incrédula? ¡Bichobichobicho! (llamando a los jaguares que, desde atrás rugen).
¡Alebrijes a mí...! (Danza final con toda la compañía vestida de alebrijes)
FIN
Al final de la obra pueden entregar las siguientes hojas tipo máscara, para que los más
pequeños las coloreen y tengan una máscara de jaguar o de Alebrije.
Simplemente sáquenle copias, son en tamaño carta así que sobrará una tira
rectangular por cada máscara, la que puede ser usada para “decorar” la máscara de
Alebrije.
* chahuixtle : es una plaga que ataca el maíz, es muy agresivo, de ahí que cuando te
quieran decir que tienes problemas o te cayeron en algo, o simplemente que la
situación ya se amoló se dice que le cayó el chahuixtle.
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La localidad de Arrazola está situada en el Municipio de Santa Cruz Xoxocotlán (en el
Estado de Oaxaca). Tiene 1 070 habitantes. Arrazola está a 1 620 metros de altitud.
San Martín Tiljicate.
Madera de copal
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El Copal, árbol sagrado Bursera cuneata El árbol de Copal, cuyo nombre científico es Bursera cuneata, se le relaciona con lo sagrado, con lo místico, y representa un vínculo de comunicación con los dioses. Esto se debe a que de esta especie de árbol se extrae la resina de Copal, que fue ampliamente utilizada por los mexicas en la época prehispánica para la realización de ritos, la elaboración de ofrendas y diversos objetos como base para cuchillos y figuras antropomorfas, y como remedio medicinal. Las ofrendas que realizaban los mexicas en honor a sus dioses, estaban compuestas de distintos elementos que contenían esta resina vegetal. Para ello, el copal se quemaba en braseros y sahumadores con lo que se desprendía un humo blanco de aroma característico con lo que se establecía una comunicación con el ámbito divino. Para la elaboración de objetos, la resina era moldeada, y para fines curativos el copal era frotado sobre la piel, ingerido en forma de infusión o se inhalaba el humo, lo que se creía que ayudaba a aliviar enfermedades respiratorias, dolores de cabeza, curaba la estrangulación del útero, así como enfermedades causadas por el frío y fracturas óseas. En la actualidad el copal se usa durante las festividades de los muertos, en los altares y ofrendas. En las zonas rurales indígenas y mestizas, se usa en funerales, en las fiestas patronales y en las ceremonias para pedir lluvia y buenas cosechas. Alebrijes: figuras fantásticas La madera suave del árbol de copal es utilizada por artesanos oaxaqueños desde hace más de 30 años, para tallar extraordinarias criaturas. Estas figuras son elaboradas con una gran dosis de imaginación, a las que se les conoce como “Alebrijes”. La comunidad de San Antonio Arrazola es considerada pionera en la creación de los famosos alebrijes de madera de copal. Los diseños de esta comunidad han inspirado a otros artesanos y en la actualidad los alebrijes se producen en talleres familiares y se venden directamente al público en los pueblos de artesanos, en mercados, tiendas de artesanías en Oaxaca y en otras ciudades. También se exportan a Estados Unidos, Canadá, Francia y España. La creación de estas figuras se realiza en varias etapas. Cuando la madera está verde, los artesanos seleccionan una rama, le quitan la corteza y luego, con un machete, le dan la forma general. Los artesanos disponen de una gran variedad de herramientas: formones, cinceles, machetes y navajas. La técnica y arte se aprende viendo a otros
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talladores, pero la elección de la herramienta depende de la experiencia individual. Algunas figuras contienen partes removibles como orejas, alas y colas elaboradas de otras piezas de madera. Estas piezas se unen a la figura con clavos, pegamento o se encajan en ranuras. Los árboles de copal Los árboles de Bursera crecen en las selvas secas y también en regiones semiáridas de México y otras partes del continente americano. Estas selvas se encuentran principalmente en los estados de la vertiente del océano Pacífico y en la llamada cuenca del río Balsas, que ocupa parte de los estados de Michoacán, Morelos, Guerrero, Puebla y Oaxaca. En el bosque este árbol es conocido por sus hojas, las cuales tienen un olor característico cuando son machacadas. Estas hojas son verdes en la cara superior y de un tono más suave en su cara inferior, en donde los nervios están un poco definidos. El copal es un árbol que puede alcanzar hasta 15 metros de altura y entre 20 y 35 cm de diámetro. Su madera es rojiza y además de los usos ya mencionados, es utilizada para fabricar construcciones rurales y como combustible. De: http://www.mexicoforestal.gob.mx/nuestros_arboles.php?id=52 http://es.wikipedia.org/wiki/Panthera_onca
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