1. Introducción
Mi deseo al comenzar este libro siempre ha sido honrar la historia de los tres pueblos.
De hecho, muchos autores se refieren a estos indistintamente, en ocasiones difuminando los
datos y, en consecuencia, oscureciendo la memoria y la historia. Sin embargo, desde la
antigüedad hasta la fundación de Montizón y sus aldeas, únicamente la Venta de los Santos
pervive en los documentos escritos. Así pues, en estas páginas, me refiero a Montizón cuando
una información atañe a los tres pueblos. De otra forma, nombro a cada pueblo en particular. Lo
tomamos todo como nuestro; y lo bueno para uno, es bueno para todos. Presumimos de ello, lo
disfrutamos y los que pensábamos que éramos un pueblo sin historia, ahora podemos presumir
de tenerla.
Nuestra identidad tuvo que adaptarse a las épocas. Pertenecimos tanto a la Mancha
como a Andalucía, al Comendador de Chiclana como al Condado de Santisteban. También
formamos parte del Campo de Montiel hasta que Carlos III, con terrenos de Santisteban,
Castellar y Chiclana, fundó la nueva población de Montizón con sus aldeas Venta de los Santos y
Aldeahermosa, en la dehesa llamada barranco ondo.
Lo cierto es que nuestro pueblo tiene una historia de la que nos debemos sentir
orgullosos, y si mi aportación contribuye a que conozcamos mejor ésta, doy por bien empleado
mi tiempo que, por otra parte, se me ha hecho muy corto, a medida que iba descubriendo datos
nuevos que me animaban a seguir rastreando la documentación existente.
Dada la particular orografía del terreno, es lógico postular la existencia de
asentamientos primitivos. Rodeados de montañas no muy elevadas con cuevas para refugio,
suave climatología debido a su encajonamiento entre la Sierra de Alcaraz, la Sierra de Cazorla y
la propia Sierra Morena, suelo rico en nutrientes y fácilmente cultivables, minas para la
extracción de los minerales empleados en la fabricación de armas de guerra y utensilios
domésticos, etc. Así lo atestiguan los vestigios descubiertos en los alrededores de Castellar,
Santiesteban y Aldeaquemada entre otros. La escasa importancia de los restos documentados
podría atribuirse a la transformación que sufrió el terreno en la construcción de casas y
superficies cultivables durante el periodo de la colonización.
Cuando el hombre comienza a organizarse y las guerras entre tribus son frecuentes, este
paso adquiriría una importancia capital desde el punto de vista estratégico por ser el único que
unía las capitales de Oretania Iberica (Linares) y Oretania Germanorum (Granátula de Calatrava).
Este camino alcanza esplendor máximo con la llegada de los cartagineses comandados por
Asdrúbal y más tarde por su hijo Aníbal. Conocido entonces como el Camino de Aníbal, se
acondiciona para el paso de carruajes y maquinaria de guerra. La posterior victoria de los
Ad Duo Solaria
2
romanos en el conflicto bélico propició un mayor acondicionamiento de los caminos,
convirtiéndose en calzadas romanas (algo así como las autopistas de la época). Conocida como
Vía Hercúlea y posteriormente como Vía Augusta, fue la primera calzada que se construyó y la
más importante de la Hispania romana, pues unía Cádiz con la metrópoli del Imperio: Roma. Los
árabes lo conocían como el Camino del Arrecife y en la Edad Media recibió varios nombres:
Camino de las Andalucías a Valencia, Camino Real, Vereda de los Serranos, etc.
Es precisamente en la Venta, posiblemente sobre un antiguo asentamiento, donde se
construye la mansión romana que es el origen de la historia que conocemos, y a la que nos
referiremos más adelante. A modo de esbozo, mencionaré que durante la conquista de Al-
Andalus por los árabes, los datos únicamente referencian la Venta como alquería, volviendo a
resurgir en la Edad Media como único camino que une Castilla con Andalucía transitable en
carro.1 Por aquí pasaron los personajes más importantes de la historia de España: El Cid
Campeador, Isabel la Católica, Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, etc. Sigue siendo la
parada más importante hasta la reconstrucción de Venta Nueva en 1617, donde se encontraba
el cruce de caminos que venía de la Mancha y, aunque sigue existiendo, pasa de ser una parada
obligatoria a sólo una venta más en el camino de Andalucía. Su trascendencia disminuye
progresivamente hasta que pasa a ser aldea dependiente de Montizón bajo el reinado de Carlos
III. Finalmente, tras la apertura del paso de Despeñaperros, nuestros pueblos caen en el olvido.
Tanto es así, que algunos autores que escriben sobre las nuevas poblaciones de Sierra Morena
los ignoran.
Desconocemos la razón de la denominación de nuestros pueblos como Montizón, toda
vez que el castillo (anterior a la fundación del pueblo en 1226) y la dehesa del mismo nombre
(enclavada al norte de nuestros límites provinciales, dentro de los términos de Villamanrique,
Torre de Juan Abad, Castellar de la Mata, el Viso, etc.) siempre pertenecieron al Campo de
Montiel, tal como se aprecia en el Mapa 1.
Fue precisamente el olvido y el abandono el que propició que, en menos de doscientos
años, la mayoría de las tierras entregadas equitativamente a los colonos en la fundación se
convirtieran en latifundios pertenecientes a la antigua nobleza o a la iglesia. En la comarca del
Condado, destacan las más de cuatro mil hectáreas en poder de la Casa Ducal de Santisteban, así
como las más de mil hectáreas de calma, cereal, vid y olivar de la Colegiata de Santiago de
Castellar. Para poder subsistir, los pequeños propietarios se verán obligados a simultanear su
actividad con otras labores paralelas a la agricultura. De este modo, Olavide escribirá:
1 El Puerto del Muradal y el del Rey, los otros dos pasos existentes, sólo eran caminos de herradura.
Francisco Sánchez Jiménez
3
Son los hombres más infelices de Europa. Se ejercitan a ir a trabajar a cortijos y olivares, pero no van sino cuando les llaman los administradores (…) Entonces, aunque casi desnudos y durmiendo siempre en el suelo, viven a lo menos con el pan y el gazpacho que les dan, pero en llegando el tiempo muerto (…) perecen de hambre, no tienen asilo ni esperanza y se ven obligados a mendigar.
2
Mapa 1. Plano de la Dehesa de Montizón (La línea roja corresponde al límite entre nuestro término y el de La Mancha)3.
En 1842 se ponen en venta las tierras asignadas a los colonos (a censo), siendo
compradas por un sólo propietario. En el catastro de 1930, las fincas con más de 250 Ha. ocupan
el 76 % de nuestro término.
En los primeros años del siglo XX se acrecienta el fenómeno de la emigración,
especialmente durante los años 50 y 60, hacia ciudades como Barcelona, Valencia y, en menor
medida, Madrid.
2. Un poco de historia
2.1. Época Ibérica-cartaginesa
El Mapa 2 muestra la distribución de las tribus que poblaban la península ibérica hacia el
año 240 A. C., siendo la íbera (oretanos) y la celta los grupos predominantes en nuestro
territorio. Los oretanos fueron un pueblo que habitaron las tierras que se extienden desde Sierra
Morena hasta la cuenca del Guadiana, lo que corresponde actualmente a las provincias de
Ciudad Real y el noreste de Badajoz, oeste de Albacete y el sur del Saltus Castulonensis (antigua
2 Citado en: Szmolka Clarés, J. 1982. “La época del reformismo”. En: Historia de Jaén. Jaén: Editorial Andalucía. 3 Fuente: página web no oficial de Castellar de Santiago, consultada en:
http://es.geocities.com/castellarysuhistoria/laordendesantiago.htm.
Ad Duo Solaria
4
frontera entre las provincias romanas de Hispania Citerior e Hispania Ulterior), esto es, nuestro
término y el de Villamanrique.
Estas gentes, originarias de Sierra Morena y el borde de la Meseta, ocupaban los
territorios anteriormente descritos y construyeron grandes urbes, algunas con más de diez
hectáreas de extensión como Sisapo (Almadén), Larcurris (Alarcos – Ciudad Real), o el Cerro de
las Cabezas en Valdepeñas. La ciudad principal era Oria, situada probablemente en las
proximidades de Zuqueca, cerca de Granátula de Calatrava. La segunda en importancia era
Cástulo, cerca de la actual Linares, que durante la época romana recibió el nombre de
Castulonenses Caesarii Iuvenalies, como prueba de su lealtad a Julio César. Con posterioridad,
esta ciudad desplazó a Oria en importancia, tanto por su situación geográfica como por su
desarrollo económico y minero.4
Mapa 2. Situación de los pueblos prerromanos de España hacia el año 240 A. C.
A partir de esta situación, se podría decir que existían dos Oretanias: una al sur de Sierra
Morena – de etnia íbera, con capital en Cástulo – y otra al norte, los oretanos germanos (oretani
germani) – de influencia celta. Sierra Morena, más que una frontera, era un accidente geográfico
que unía ambas etnias, gracias a la existencia de numerosos santuarios en sus proximidades. Las
fuentes clásicas ya diferenciaban dos Oretanias: Plinio citaba: Oretani qui et Germani
cognominantur (N.uh. 3,25). Polibio también distinguía entre estas dos Oretanias, haciendo
4 Otra ciudad importante además de las mencionadas fue Mentesa, que se identifica con Villanueva de la Fuente.
Francisco Sánchez Jiménez
5
referencia a unos oretanos ibéricos al sur de Sierra Morena. Ptolomeo también hacía referencia
a ello, hablando de una Oretania Germánica al norte (2,6,58).5
El territorio de la Oretania Germánica sería el comprendido al norte de Sierra Morena,
en las provincias de Ciudad Real, noreste de Badajoz y oeste de Albacete, en cambio la íbera
quedaría al sur de Sierra Morena, en la provincia de Jaén y parte de la de Córdoba. La capital de
los oretanos iberos sería Cástulo (Linares), mientras que la de los oretanos germanos sería
Oretum Germanorum (Granátula de Calatrava), siendo otras ciudades importantes Gemella
Germanorum (Almagro), Miróbriga (Capilla), Lacurris (Alarcos - Ciudad Real), Sisapo (La
Bienvenida), Laminium y Mentesa Oretana (Villanueva de la Fuente), todas ellas
correspondientes a los Oretanos Germanos.
Como personajes destacados entre los oretanos está el ‘reyezuelo’ Orison, que venció al
general cartaginés Amílcar aproximadamente en el año 230 A. C., cuando éste sitiaba la ciudad
de Heliké (posiblemente Elche de la Sierra). Himílce, hija del soberano oretano, se casó con
Aníbal para sellar un pacto entre oretanos y púnicos, en el contexto del Tratado del Ebro.
2.2. Época cartaginense-romana
Procedentes de África y con capital en Cartago (cerca de la actual Túnez), únicamente la
poderosa Roma podía rivalizar con el esplendor cartaginés, basado fundamentalmente en sus
transacciones comerciales más que en sus conquistas militares. Por esta razón, a diferencia de
Roma, no precisaba de grandes contingentes militares más que en los conflictos bélicos, en cuyo
caso contrataba mercenarios con las riquezas generadas por el comercio, la base de su
economía. El afán expansionista de Roma desembocó en el enfrentamiento militar entre ambas
potencias en las llamadas Guerras Púnicas. La segunda de éstas, a la que me refiero en las
páginas siguientes, aconteció en nuestro territorio.
5 La numeración en paréntesis indica las coordenadas geográficas.
Ad Duo Solaria
6
Mapa 3. Ilustración del Imperio Cartaginés (en amarillo) y el Romano (en rojo).
La segunda Guerra Púnica (218 A. C – 201 A. C.) tuvo como hito más destacado el asedio
y posterior conquista de Sagunto por parte de Aníbal. Los historiadores Plinio y Tito Livio sitúan
la contienda en nuestro territorio, donde Publio Escipión vivió sus últimos días.
Mapa 4. Calzadas romanas en la península ibérica.
La hipótesis formulada por algunos investigadores es que el campamento de Magón y
Asdrúbal Giscón se encontraba cerca de un gran bosque, a poca distancia del camino de Aníbal y
Francisco Sánchez Jiménez
7
a cinco jornadas de camino de Cástulo (Linares) o Iliturgi (Andújar)6. Si consideramos aceptable
que un ejército en aquella época podía recorrer 20 kilómetros en una jornada, no es aventurado
afirmar que el campamento cartaginés debió situarse entre el oppidum7 de los Turruñuelos y un
punto en los alrededores de Beas de Segura.
A la vista del mapa de las calzadas romanas existentes en esta época y la dificultad para
transportar la maquinaria de guerra fuera de ellas, me inclino a pensar que algún escenario de la
Segunda Guerra Púnica entre romanos y cartagineses pudo acontecer entre los términos de la
Venta, Chiclana y Villamanrique. Así, el campamento cartaginés se habría asentado en la zona de
Venta Nueva, cerca del gran bosque que debió existir a la altura del actual embalse del río
Guadalmena. Es precisamente en esta zona donde el río se inclina buscando occidente,
cubriendo el principal camino de entrada a Sierra Morena y el único por el que podría haber
transitado un ejército. Las torres de vigilancia que se han conservado hasta nuestros días – La
Higuera, Puebla del Príncipe, Terrinches, etc. – así lo atestiguan.
Según Bellón et al. (vid. nota 5) el enclave de la batalla donde murió Publio Escipión debe
localizarse en un punto a la entrada del Camino de Aníbal en el valle del Guadalimar, dentro del
triángulo formado por las actuales poblaciones de Castellar, Santiesteban y Chiclana de Segura,
donde existen amplios espacios abiertos tras entrar por Sierra Morena. Por otra parte, la
retirada de parte del ejército vencido, primero hacia Cástulo (Linares) y después hacia Iliturgi
(Andújar), estaría perfectamente justificada en términos topográficos. Así, adquiere pleno
sentido el castigo infligido a estos dos oppida, sobre todo la completa destrucción del segundo,
por Escipión el Africano (206 AC) por haber proporcionado cobijo a los soldados romanos que
huían y haberlos entregado posteriormente a las tropas cartaginesas.
Otros historiadores sitúan el lugar de la batalla en Lapides Atri (Losas Negras), en el
término de Villamanrique. Tito Livio (XXVI: 13)8 refiere esta historia en los siguientes términos:
Había transportado Claudio Nerón desde Puteolos a la España un ejército compuesto de seis mil peones y trescientos caballos, todos escogidos a su satisfacción de entre las dos legiones que había en Capua; y de sus aliados otros tantos peones y ochocientos caballos; y apenas llegó a Tarragona con las naves, sacadas a tierra éstas y las tropas, armó hasta los marinos para aumentar sus fuerzas. Partiendo desde aquí llegó a la orilla del Ebro, donde se reunió con
6 Bellón, Juan P. et al. “Baecula. Arqueología de una batalla”. Centro Andaluz de Arqueología Ibérica. Publicado en http://www.ujaen.es/centros/caai/articBAECUL.html. Universidad de Jaén. 7 Un oppidum (del latín n. oppidum, pl. oppida: lugar elevado, fortificación) es un término genérico que designa un lugar elevado, una colina o meseta, cuyas defensas naturales se han visto reforzadas por la intervención del hombre. Los oppida se establecían, generalmente, para el dominio de tierras aptas para el cultivo o como refugio fortificado que podía tener partes habitables. 8 Citado en Cortés López, M. 1836. Diccionario Geográfico-Histórico de la España Antigua Terraconense,
Bética y Lusitana. Madrid: Imprenta Real.
Ad Duo Solaria
8
el ejército que habían conservado T. Fonteio y L. Martio; y se encaminó a encontrar a los enemigos. Asdrúbal Amílcar tenía su campamento en Peñas Negras, región de los oretanos, entre Iliturgis (Andújar) y Mentesa (Villanueva de la Fuente).Viendo Asdrúbal la superioridad del enemigo y para ganar tiempo, envió un parlamentario, ofreciendo que retiraría de España todas sus fuerzas, si le permitía salir de aquél asedio. Recibió el general romano esta propuesta con gran gozo; y entonces Asdrúbal propuso señalase el día para la conferencia, en que los romanos dictasen el modo y manera con que se habían de entregar los alcázares de las ciudades, y fijase el tiempo en que se habían de sacar las guarniciones, llevándose los cartagineses únicamente lo que era suyo sin dolo ni fraude alguno. Obtenido esto por Asdrúbal, al punto que oscureció dio orden para que primero, todo lo más pesado del ejército y en pequeños grupos se escaparan al amparo de la oscuridad por veredas y vericuetos, así lo hicieron esa noche y las siguientes, hasta que llegado el último día para la entrega, apareció una niebla tan grande que Asdrúbal aprovechó la ocasión ganar tiempo diciendo a los romanos que era día festivo para ellos, accedieron los romanos y Asdrúbal aprovechó la falta de visibilidad para ponerse a salvo. Cuando levantó la niebla, vieron los romanos con estupor como los cartagineses habían desaparecido de su campamento. Al verse burlado Claudio Nerón, este intentó atacar a los cartagineses en campo abierto, pero estos lo evitaron y sólo algunas escaramuzas se trabaron entre la retaguardia cartaginesa y las avanzadas romanas.
Esta estratagema se encuentra entre las más ingeniosas de la historia militar. César la
emplearía años después en la guerra de las Galias.
2.3. Época romana
De los vestigios romanos entre la Venta de San Andrés y Montizón decía el arqueólogo,
historiador, filólogo y epigrafista español D. Fidel Fita Colomé en 19019:
Abundan las antigüedades romanas en torno a la V. De S. Andrés y a lo largo de la vía que cruza la hermosa vega y en parte se confunde con la carretera y en parte con la cañada de los ganados trashumantes, remontando el curso del rio Montizón tributario del Guadalén. Tejas, baldosas y vasijas, piedras con mezcla de cal petrificada que levantan los arados, silos de trigo, albercas desecadas y sepulturas, cimientos de edificios que abrasaron la tea y la pica de los bárbaros; todo hace presentir copiosa mies de inscripciones que avaro nos esconde el suelo.
Con la conquista romana y para descanso de viajeros se construyen las mansio (lat.
mansus < manere), cuya etimología describe un lugar para pasar la noche después de una
jornada de viaje. Parada oficial a lo largo de la calzada romana, las mansio eran sufragadas por el
gobierno central para el uso de oficiales y comerciantes en sus viajes por el Imperio. Con el
tiempo, fueron adaptadas para acomodar a viajeros de toda condición, e incluso al emperador.
Cada una bajo la gerencia y supervisión de un oficial denominado mansionarius, estas mansiones
estaban separadas entre 30 y 50 kilómetros y, para identificarlas, a menudo se pintaban de color
rojo. Junto a las mansio, se encontraban las cauponas o casa de baños, con las mismas funciones
9 Fita Colomé, F. 1901. Apuntes Epigráficos. Boletín de la Real Academia de la Historia 38: pp. 84-99.
Edición digital Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes 2007, Alicante.
Francisco Sánchez Jiménez
9
que las mansio pero frecuentadas normalmente por gentes de escasa reputación. Cada 10 o 15
kilómetros existían otras construcciones de menor tamaño, las mutatio, que únicamente servían
para descanso y cambio de montura.
Es precisamente en esta época donde encontramos el origen de nuestra verdadera
historia documentada, pues la Venta, y más concretamente la Venta derribá dibuja el esquema
de una mansio romana desde la Plaza de la Iglesia (ver figura 1). El terreno que ocupaban las
ruinas de la antigua Venta era de extensión considerable, lo que corrobora su importancia,
suficiente para acoger todas las instalaciones propias de estas construcciones. Se llamó Solaria,
Ad Solaria o Ad Duo Solaria (“entre dos relojes de sol”), y albergaba las siguientes dependencias:
recepción, baños termales, habitaciones, el comedor y la cocina con su horno y su fragua, el
granero y los establos. Fue posiblemente punto de parada obligatoria antes de atravesar la
sierra hasta la próxima parada, que se encontraba en las inmediaciones de la Puebla del
Príncipe, la Mariana de los romanos.
Figura 1. Plano de estructura típica de una mansión romana (Bond 2002, adaptado).
O CAUPONA
Ad Duo Solaria
10
La abundante documentación bibliográfica y cartográfica existente demuestra que la Venta
ocupa un lugar relevante en la historia muchos siglos antes de su fundación en 1767, tras la
ordenación del territorio que llevó a cabo Carlos III.
En 1852 se descubren, en el fondo de las aguas de los Baños de Vicarello (antiguas
termas de Aquae Apollinares), cerca de Roma, cuatro vasos de plata cilíndricos en cuya
superficie exterior está grabado en cuatro columnas el itinerario de Cádiz a Roma con sus
distancias parciales. Fechados en época de Augusto o de Tiberio, los datos históricos apuntan
que un viajero gaditano pudo depositarlos, como ofrenda a Apolo, en las aguas que los han
preservado durante dieciocho siglos. Por su forma, estos vasos podrían ser réplicas a escala de
una columna erigida en Gades para información de viajeros. D. Eduardo Saavedra (1829-1912),
catedrático de la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid y miembro de la Real Academia
de la Historia completó el itinerario con la situación correcta de las localidades y mansiones de la
época.10 Los siguientes documentos ilustran el legado histórico de nuestras tierras:
Figura 2. Vasos Apolinares o de Vicarello.
10
Saavedra Moragas, E. 1879. Descripción de la Vía Romana entre Uxama y Augustobriga. Madrid: Memorias de la Real Academia de la Historia IX.
Francisco Sánchez Jiménez
11
Figura 3. Itinerario Gades-Roma con las distintas estaciones de paso y la distancia entre ellas
(la marca en rojo corresponde a la Venta de los Santos).
Figura 4. Mapa romano de la Vía Augusta con Cástulo (Linares) y Solaria (La Venta)11.
11 Fuente: http://www.terraconensis.com/hispania/viashispania.html.
Ad Duo Solaria
12
Mapa 5. La Vía Augusta sobre el mapa actual desde Montizón hasta la bifurcación del camino de
Terrinches y el Camino Real de Andalucía.
Los aproximadamente tres kilómetros entre Aldeahermosa y Montizón, vía romana y pecuaria,
coinciden con la carretera actual, desviándose un centenar de metros tras Montizón por Cortijo
Tejero y Cortijo El Rayo hasta llegar a Venta de los Santos, a la mansión Ad Duo Solaria. Ambos
caminos vuelven a encontrarse tras dejar la Venta, cruzando la Loma del Charco hasta la Venta
Quemada y Venta Nueva, donde confluían dos caminos: el de Valencia a Andalucía y el que
procedía de Villanueva de los Infantes, Torre de Juan Abad y Villamanrique.
Desde este punto, la vía seguía por los Llanos de la Higuera y Matamulas en el término
de Chiclana, donde vuelve a entrar en Ciudad Real hasta el paso del río Dañador por el Alambre y
vuelve a bifurcarse: a la derecha la vía pecuaria (Vereda de los Serranos) y a la izquierda la vía
romana, que en los mapas del Instituto Geográfico (h. 864 y 839) figura como Camino de
Terrinches y Camino Real de Andalucía.
Francisco Sánchez Jiménez
13
2.4. El saltus castulonensis: la vía romana Cástulo-Saetabis12
La comunicación con la Baja Andalucía no presenta especial dificultad. La ausencia de una
escarpada orografía posibilita la construcción de caminos con relativa facilidad. En cambio, la
apertura hacia las tierras del Mediterráneo estaba cercada por Sierra Morena al norte, las sierras
de Segura y Cazorla al este, y el macizo de Magina y las demás sierras sub-béticas al sur. Todas
ellas condicionaron el trazado de las vías que comunicaban con el Mediterráneo, cuya
construcción tuvo que aprovechar los pasos naturales. Por ejemplo, la parte oriental de Sierra
Morena – de menor altitud y extensión. Partiendo de Cástulo, después de atravesar el río
Guadalén, existe un pasillo geográfico que asciende paulatinamente y sin grandes altibajos por
Arquillos, Navas de San Juan, Santiesteban del Puerto y Montizón, entrando en la provincia de
Ciudad Real hacia Puebla del Príncipe y Villanueva de la Fuente. Por este lugar pasaba la vía
romana que discurría por las provincias de Albacete y Valencia hasta Saetabis (Játiva), donde se
unía al camino mediterráneo de Roma.
Escritores clásicos como Petronio – en el Satiricón – y Polión – en su Epistolario
Cicerioniano – narran acerca de la inseguridad y el bandolerismo imperante en el saltus
castulonensis. En esta situación encarga Roma la organización y seguridad del mismo a Sixto
Mario, con fama de ser el hombre más acaudalado del imperio gracias a sus explotaciones
mineras en Hispania y, por tanto, el más interesado en la seguridad de sus envíos de minerales a
Roma. Sixto Mario reconstruyó las anteriores fortificaciones cartaginesas y añadió nuevas, con
un total de treinta y dos sólo al norte de Sierra Morena, que posteriormente darían origen a
otros tantos pueblos.13
De los restos que han pervivido al paso de los siglos merece destacarse aquí la piedra
epigráfica encontrada en la Venta y un miliario hallado en la Aldea, a los que me referiré a
continuación.
12 Giménez-Cobo, M. 2001. “La Vía Romana Cástulo-Saetabis”. Boletín del Instituto de Estudios Giennenses 139: 101-151. 13
Es por ello que en las Relaciones Topográficas de Montiel se puede leer que en su territorio no existen ventas, pues todos los pueblos se localizan a menos de dos leguas entre sí.
Ad Duo Solaria
14
2.4.1. La piedra epigráfica de la Venta
Figura 5. Pedestal encontrado en la Venta
(Boletín de la Real Academia de la Historia, tomo XLII).
El Boletín de la Real Academia de la Historia (tomo XLII) describe el pedestal en los siguientes
términos:
Es de mármol, color rojizo veteado de negro, y sacado de la cantera Ballestera, como los tres
sobredichos de la villa de Alhambra. Está roto por sus lados izquierdo e inferior, siendo sus
mayores dimensiones 37 cm. de ancho por 47 de alto y 25 de grueso. Existía no ha mucho,
empotrado en el frontispicio de la Venta de los Santos, que dio su nombre á la tercera aldea
del antiguo Ayuntamiento de Montizón, elevándose poco más de un metro sobre el nivel del
suelo a mano derecha de la puerta de entrada, y sufriendo más de una vez las pedradas de los
chicuelos. El propietario de la venta, D. Antonio Alfaro, lo donó en 1º de julio de 1901, para su
Francisco Sánchez Jiménez
15
mejor conservación, a D. Perfecto Urra, el cual, pocos días después, me describió el calvario
por el que hubo de pasar tan interesante lápida histórica.
«Ayer 12 de julio fue arrancada de la antigua venta: y está depositada en casa de D. José
Merino, ilustrado párroco de las tres aldeas, hasta que convengamos dónde ha de colocarse.
Cargada en un mulo la traían á esta su casa, cuando antes de tocar en Aldeahermosa, hizo el
alcalde pedáneo que la volvieran á Montizón, fundado en que el pueblo se sublevaba porque
se traían la piedra. Tengo para mí que la sublevación era pretexto, que se habría de pronto
desvanecido con untar la mano del Fulano, en lo que no vino bien mi guarda mayor para no
sentar precedentes. Quedó, pues, la piedra en depósito en casa del párroco, y ni por pienso ha
de volver adonde primitivamente estuvo, porque allí servía para colgar gallos y matarlos á
balazos.» (Hübner, 3237).
Por fin el 21 de agosto de ese año, el pedestal epigráfico quedó instalado en el Museo de
Santiesteban.
Perteneciente a la importante familia romana de los Fabia, la inscripción del pedestal
reza así:
[P(ublio) Li]cinio P(ublii) f(ilio) Gal(eria) Liciniano [p]raefecto [c]ohortis VII [R]haetorum
[e]quitatae in [G]ermania [t]ribuno [milit]um leg(ionis) XXII [primig]eniae pioe [fidelis P]raefecto
A Publio Licinio Liciniano hijo de Publio, de la tribu Galeria, prefecto de la cohorte séptima
ecuestre de los Rhetos en la Germania, tribuno militar de la legión XXII Primigenia pía y fiel,
prefecto de...
La extracción del pedestal de su ubicación original en la Venta, continúa el Boletín, reveló el
estado de conservación de éste, dañado en su espesor y caras laterales. La cara derecha debía
contener una inscripción cuyo neto encuadraba molduras similares a las de la cara frontal,
aunque más sencillas. En esta cara lateral del pedestal de Licinio Liniano debió también marcarse
la fecha de dedicación: posiblemente el 25 de septiembre del año 216.
El 26 de mayo de 1599, el maestro humanista Francisco de Medina (Sevilla, 1544-1615),
secretario de D. Rodrigo de Castro, cardenal arzobispo de Sevilla, se refiere a este monumento
en su diario Jornada del cardenal desde Valencia hasta Sevilla14, en los siguientes términos15:
14 Este viaje se realizó por orden de Felipe III para recibir a la archiduquesa Margarita de Austria, futura reina de España. Los detalles de este diario se conservan en la Real Academia de la Historia. 15 Boletín de Estudios Giennenses, tomo XXXI, pp. 228-229.
Ad Duo Solaria
16
Miércoles, 26, después de oír missa, y de comer, salió de aquí a las diez, antes de medio día, y
fue cinco leguas más adelante á tener la noche en la Venta de los Sanctos. A la puerta de la
Venta está una piedra antigua quebrada. – Jueves, 27 a las siete de la mañana salió de aquí, y
pasó tres leguas á comer en la Venta de S. Andrés.
También lo vio así el historiador Martin Ximena en octubre de 1646 en su viaje de Jaén a Toledo
acompañando al Cardenal Sandoval:
Figura 6. Dibujo de la inscripción realizado por Martin Ximena en 164616.
En el camino de San Esteban del Puerto a la Torre de Juan Abad, está la Venta de los Santos y en
la portada de ella vi un fragmento de buen mármol con esta inscripción de mi buena forma de
letra, y la copié cuando venía desde Jaén a Toledo con el Cardenal Sandoval en el año de 1646
por octubre. Es en término de Chiclana y junto a esta venta están las minas de un pueblo, a los
cuales llaman Villafranca. Está la venta una legua de Chiclana a la parte del Marqués de
(ininteligible) de Figueroa de Baeza.
Arqueólogos, epigrafistas e historiadores han intentado completar la inscripción del
pedestal de la Venta con las inscripciones de similares pedestales y estatuas dedicados al
riquísimo liberto Licinio Secundo en testimonio de gratitud aparecidos en Alhambra, Barcelona,
Vic, San Andrés de Llavaneras y Ciudadela de Menorca. Muestra de este interés es la carta
manuscrita dirigida por D. Perfecto Urra, administrador de la casa Ducal de Medinaceli y
16
Mozas Moreno, Mª de los Santos. 2007. Manuscrito 1180 de la Biblioteca Nacional: Antigüedades de Jaén. Elucidario 4: 49-66.
Francisco Sánchez Jiménez
17
fundador de un museo arqueológico instalado en la sala principal de la casa-palacio en
Santiesteban del Puerto), al miembro de la Real Academia de la Historia D. Fidel Fita Colomé
(1835-1918)17:
Lcdo. D. Fidel Fita.
Madrid.
Santisteban, 29 de enero de 1902.
“Muy Sr. Mío y estimado amigo: conoce Vd. Un pedestal en la Magdalena de Jaén de 1,5 m. De
altura aproximadamente con una inscripción latina en un lado y árabe en otro. Podría sacar un
calco, y tal vez lo haga yo mismo en el próximo mes, si voy, como creo, á Jaén en compañía de mi
primo Sr. Buendía.
Tengo deseos de conocer el juicio de Ud. Sobre la lápida de Venta de los Santos en su relación con
los de Alhambra. Supongo habrá Vd. Informado sobre esto.
Ayer recibí carta del Gobernador de Ciudad Real acompañada de otra del Alcalde de Infantes. Si
hemos de creer al Alcalde manchego dentro de 2 ó 3 días tendré los calcos de Infantes.
Suyo siempre afmo. Amigo s.s.
q.e.s.m.
firmado: D. Perfecto Urra.
¿Y la moneda cuadrada árabe?”
17 Carta manuscrita en el Archivo Histórico de la Provincia de Castilla de la Compañía de Jesús.
Ad Duo Solaria
18
2.4.2. El miliario de Aldeahermosa
Para conocer la distancia recorrida y el camino restante a la ciudad de destino, los viajeros se
guiaban por unos hitos de piedra dispuestos a los lados de la vía. En general, cada miliario
llevaba las siguientes indicaciones, en este orden: nombre del emperador que ordenó construir
la vía o encargado de su conservación, el número de años en ejercicio del pretor o cónsul local,
la letra M (milla) o L (lugar) seguida de una cifra que indicaba la distancia, y, en ocasiones,
complementados con la letra P (paso o passus) y una última cifra.
Todas las vías debían estar medidas y marcadas con miliarios, expresando la distancia en
milia passum, equivalente a 1.481 metros (1.000 pasos de 1,48 metros). Del año 32 o 33 de la
era cristiana, el miliario de Aldeahermosa fue encontrado en 1859 por D. Rafael Martínez de
Carnero, maestro de primera enseñanza de Almedina:
Figura 7. Miliario de Aldeahermosa.
TI CAESAR DIVI AVGVSTI F
DIVI NEPOS AVGVSTVS
_PONTIFEX MAXVMus
COS V - IMP VIII - TRIB pot
X X Xiiii. . A C O N .
A continuación reproducimos las cartas manuscritas y la transcripción aproximada de
cada una de ellas que dan fe de las vicisitudes por las que pasó este maestro para que le
reconocieran el derecho a cobrar por el hallazgo un premio establecido por la Real Academia de
la Historia.
Francisco Sánchez Jiménez
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Minuta nº1:
Sr. Don Rafael Martínez de Carnero:
La Real Academia de la Historia ha recibido con mucho aprecio la copia que ha remitido Vd. Con
oficio de 26 de febrero último, de la inscripción que se conserva en una piedra cilíndrica hallada
a los 19 o 39 hectómetros de Aldea Hermosa por la parte de Andalucía, al hacer el estudio del
trayecto romano de Libisosa a Cástulo. Aceptando la Academia con reconocimiento la
inscripción referida, he acordado que al avisar a Vd. El recibo se le den las más expresivas
gracias por su adhesión a los trabajos de este Cuerpo literario y que se diga a Vd. Que si no le
fuera molesto sacar un calco de la inscripción ya citada, lo haga así y lo remita expresando con
puntualidad la distancia y el paraje donde se encuentra la columna para poder pedir que se
provea a su conservación en lugar seguro, escribiendo al efecto, como lo ha acordado la
Academia, al Sr. Gobernador de esa provincia.- De acuerdo de la Academia lo comunico a Vd.
Para su conocimiento y al objeto expresado.
Dios guarde. Madrid 7 de Marzo de 1859.
Minuta nº2:
Sr. D. Enrique de Cisneros, Gobernador de la provincia de Ciudad Real.
La Real Academia de la Historia ha recibido con el mas distinguido aprecio la memoria y planos
del trayecto romano de Libisosa á Cástulo que ha remitido VS. Con comunicaciones del 17 del
corriente, y ha firmado con su autorización, y según el programa de este cuerpo literario D.
Rafael Martínez de Carnero, profesor de 1ª enseñanza de la Villa de Almedina en su provincia.
De acuerdo de la Academia tengo el honor de participarlo a VS. Para su conocimiento, dándole
en nombre del Cuerpo, las más expresivas gracias y rogándole se sirva comunicar las ordenes
convenientes para que se coloque en lugar seguro donde se conserve y pueda ser examinada
por los estudiosos una piedra miliaria hallada por el Sr. Martínez de Carnero a los 19
hectómetros de Aldeahermosa.
Dios guarde. Madrid 28 de marzo de 1859.
(Al mismo)
La Real Academia de la Historia, que está encargada por las leyes de la inspección y
conservación de los monumentos históricos de todo el reino, y tiene anunciados, según ya
consta a VS., varios premios para las personas que den noticias de objetos inéditos de esta clase
y también de los caminos romanos que hubo en España, recibió en tiempo oportuno los dos
planos de la vía romana de Libisosa á Cástulo, firmados con autorización de Vs. Por D. Rafael
Martínez de Carnero, profesor de primera enseñanza de la Villa de Almedina; y acordó que
pasaran con la memoria a ellos adjunta a informe de la Comisión de Antigüedades de este
Cuerpo Literario.
Ad Duo Solaria
20
La Comisión, después de haber examinado con el mayor detenimiento la memoria y planos
referidos, ha manifestado a la Academia que si bien el trabajo del Sr. Martínez de Carnero es
concienzudo y detenido, revelando en su autor el apreciable honor de corresponder a los de la
Academia y un celo por la conservación de nuestros antiguos monumentos enormemente
plausible y digno de recompensas, no reúne todas las condiciones científicas para optar al
premio primero. Pero a juicio de la Comisión, por las circunstancias especiales del caso podría
adjudicársele otro que consistiese en 1400 reales, mitad de la cantidad señalada por
indemnización al primer premio, mención honorífica en las Actas de la Academia y estampación
a (ininteligible) de la misma de los planos, cuando lo juzgue conveniente. Sin embargo para que
todo esto haya lugar, urge que con la brevedad posible el Sr. Martínez de Carnero, en ligeros
apuntes y por los borradores que habrá conservado en su poder rectifique tales planos, de modo
que las distancias de la vía marcadas en la memoria coincidan exactamente con las que se
figuran en los dibujos con arreglo a escala.
Minuta nº3:
(…) Pues en general son mayores, que determinan con mayor precisión las distancias y
posiciones relativas de los puntos de la vía y sus colindantes, especialmente en la parte central
de la segunda hoja hacia Arquillos.
Propone asimismo la Comisión: 1º que registre y describa el Sr. Martínez las ruinas de la
mansión primera, ó sea de Mentesa a 24 millas de Libisosa, cerca de Villanueva de la Fuente, la
de Mariana en la ermita de nuestra Señora de Mairena por bajo de Puebla del Príncipe; las de
Solaria en el Zadorio junto a las Aldeas de Montizón; y las de Morum cerca de Navas de S. Juan y
que al hacer las expresadas rectificaciones, necesarias para la adjudicación del premio especial
indicado, se tome la molestia de sacar para la Academia, y a costa de la misma, un calco de la
inscripción que se halla en la piedra descubierta cerca de Aldeahermosa.
Este molde se obtendrá con cera poniendo ambos sobre la piedra y con objeto de que
aquella no se adhiera demasiado, una ligerísima capa de ceniza muy cernida, soplándola
después suavemente para que no queden en los huecos depósitos de la misma ceniza. Se
aplicará la cera comprimiéndola bien en forma de plancha de un dedo de espesor, que antes
haya sido bien batida y labrada con un rollo de madera sobre una mesa.
Debe advertirse al Sr. Martínez que si al examinar la Academia el último renglón que
ofrecerá aquel molde, descubriese allí, como lo espera, alguna noticia de la clase a que se
refiere el acuerdo de los premios por el mismo Cuerpo ofrecidos adjudicará este premio también
al profesor de que se trata, sin que se tome otro trabajo que el de sacar y remitir el molde.
Aprobado por la Academia en todas sus partes el anterior informe, ha acordado que, a los
efectos en el expresado, se traslade a VS., como tenemos el honor de hacerlo, rogándole al
mismo tiempo en nombre del Cuerpo, que ya poniéndose de acuerdo con el Gobernador de la
provincia de Jaén, a quien se escribe también con esta fecha, o por aquellos medios que dicte a
Francisco Sánchez Jiménez
21
VS. Su reconocido celo, procure que la piedra miliaria que está cerca de Aldeahermosa se
traslade a las casas consistoriales del pueblo más inmediato, donde se conserve en lugar
conveniente junto con un acta del sitio en que ha sido hallada.
Lo que de acuerdo de la Academia, tenemos la honra de participar a VS., para su
reconocimiento.
Dios guarde. Madrid, 22 de abril de 1859.
Minuta nº4:
Habiendo anunciado la Real Academia de la Historia varios premios para las personas que den
noticia de los caminos romanos que hubo en España y de otros objetos inéditos de
antigüedades, el Sr. Gobernador de la provincia de Ciudad Real ha remitido dos planos de la vía
romana de Libisosa á Cástulo tomados con su autorización por D Rafael Martínez de Carnero,
profesor de 1ª enseñanza de la Villa de Almedina.
Al hacer la exploración de dicha vía, se ha descubierto a los 19 hectómetros de Aldeahermosa
por la parte de Andalucía y ya en territorio de esa provincia de Jaén, del que es VS., digno
gobernador, una piedra miliaria que la Academia considera de mucha utilidad para los objetos
de su Instituto, y debe conservarse en lugar seguro. Con este objeto ha acordado dirigirse a VS.,
rogándole, como tengo el honor de hacerlo a nombre del Cuerpo, se sirva comunicar las ordenes
necesarias para que se traslade la citada piedra miliaria con todo cuidado del punto en que está
a las casas consistoriales del pueblo más inmediato, y en ellas se conserve en lugar seguro y
conveniente, junto con un acta del sitio en que ha sido hallada.
Lo que se acuerda. Madrid, 22 de abril de 1859.
Minuta nº5:
Sr. Director de la Academia de la Historia:
En lo del actual dije al Alcalde de Montizón lo que sigue:
Por la Real Academia de la Historia se me participa con fecha 22 de abril último, haberse
descubierto en las inmediaciones de Aldeahermosa una piedra miliaria que considera de mucha
utilidad para los objetos de su instituto y que debe conservarse en lugar seguro. Con este objeto
he acordado dirigirme a Vd. A fin de que bajo su inspección y con todo cuidado sea trasladada la
citada piedra desde el punto en que se halla a las casas capitulares de esa Villa con un acta del
sitio en que ha sido encontrada.
Lo que tengo el honor de poner en conocimiento de VS., contestando a su ya citada
comunicación.
Dios guarde. Jaén 18 de mayo de 1859. José Montemayor, Gobernador de la provincia.
El Gobernador de Jaén con fecha 18 del actual me dice lo siguiente.
Ad Duo Solaria
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La piedra miliaria hallada por D. Rafael Martínez de Carnero en las inmediaciones de
Aldeahermosa, anejo al distrito de Montizón, queda en las casas consistoriales de dicha Villa,
según tiene VS., interesado de este Gobierno de provincia.
Lo que traslado a VS., para su conocimiento.
Dios Guarde, Ciudad Real 18 de junio de 1859. Enrique de Cisneros, Gobernador de la provincia.
Sr. Gobernador de la Provincia de Ciudad Real.
Enterada la Real Academia de la Historia por la comunicación de VS., de 18 del corriente de que
se halla ya colocada en las casas consistoriales De Aldeahermosa la piedra miliaria descubierta
en término de esta Villa por D. Rafael Martínez de Carnero, ha acordado se darán a VS., como
tengo el honor de ejecutarlo, las gracias más expresivas por el celo y eficacia con que,
coadyuvando a los deseos de este Cuerpo Literario, ha contribuido a salvar de la destrucción un
monumento tan apreciable, y también por la autorización que en su día concedió al referido Sr.
Martínez para hacer los estudios del trayecto romano de Libisosa a Cástulo, cuyos trabajos ha
recibido, por medio de VS., y con mucho aprecio esta Academia, considerándolos dignos de la
recompensa, que tiene ya acordado para adjudicársela solemnemente en la primera junta
publica que se celebre.
Lo que se acuerda. V. Madrid 28 de junio de 1859.
Sr. Gobernador de la provincia de Jaén:
Enterada la Real Academia de la Historia por la comunicación de VS., del 15 del
corriente de que se halla ya en las casas consistoriales de Aldeahermosa la piedra miliaria
descubierta en término de esta Villa por D. Rafael Martínez de Carnero, se darán a VS., como
tengo el honor de ejecutarlo, las gracias más expresivas por el celo y eficacia con que
coadyuvando a los deseos de este Cuerpo Literario, ha procurado salvar de la destrucción un
monumento muy apreciable para el estudio de la Geografía antigua.
Dios Guarde. Madrid 20 de junio de 1859.
Minuta nº6:
(…) Aspirando al primer premio que en la junta de abril del año próximo señaló la Real
Academia de la Historia al autor del mejor trabajo de cualquiera de los caminos romanos que
hubo en el espacio que media entre las orillas del Tajo y las costas de Cádiz hacia Valencia, solo
se ha presentado D. Rafael Martínez de Carnero, profesor de 1ª enseñanza de la Villa de
Almedina provincia de Ciudad Real sin profundos conocimientos en las ciencias exactas, falto de
noticias de nuestras antigüedades, y estimulado únicamente por el noble deseo de honra y
siguiendo paso a paso las huellas del...
Francisco Sánchez Jiménez
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Figura 8. Manuscrito del plano de D. Rafael Martínez de Carnero
Con la transformación del antiguo edificio que ocupaba el Ayuntamiento de Montizón
en Casa Cuartel de la Guardia Civil en 1888, no hay constancia documental sobre la nueva
ubicación del miliario. Así lo relata Fidel Fita en el Boletín de la Real Academia de la Historia:
Refirieron á Hübner que este miliario se encontró hacia el año 1859 cerca de Aldeahermosa, al
pie del cerro de Cabeza chica, paraje del Portichuelo. Para bien precisar el sitio del hallazgo y las
vicisitudes por las que ha pasado tan interesante monumento, el Sr. Urra ha tomado informes
del respetable anciano D. Florentino Román, que reside en Montizón y fue su alcalde desde el
año 1859 al de 1863; el cual dio parte del descubrimiento al gobernador de la provincia, y éste á
nuestra Academia, que estimó debía trasladarse el miliario á la casa de Ayuntamiento de
Montizón, donde permaneció hasta 1888. El mismo Sr. Román, no obstante su avanzada edad,
ha ido en persona á puntualizar el sitio del hallazgo, y lo ha marcado el Sr. Urra con un majano
ó montón de piedras, previo el asentimiento del dueño de la finca, D. Joaquín López Villena. Las
ordenadas de este sitio en el mapa topográfico, núm. 886, del Instituto geográfico, son:
longitud, 0° 32' 50"; latitud, 38° 18' 30". Ocupa la margen izquierda del río Montizón, á seis
pasos de la vía romana, que se dirige á Aldeahermosa desde la Venta de San Andrés, y allí
mismo está la bifurcación de esta vía y la cañada real que baja de Cabeza chica, o del otro lado
del río, vadeándolo por el cortijo de las Veguillas para entroncar con la vía junto á la casa de
Monsalve, á la que ha dado su nombre el arroyo, que también se llama Zaurdón. Suprimido el
ayuntamiento ó alcaldía de Montizón en el modo referido, pasaron sus actas y papeles al de
Castellar, y desapareció el miliario, que había estado en el patio de la casa municipal. Esta, poco
después, se transformó en cuartel de la Guardia civil. Hasta el año presente se ha creído, ó por
Ad Duo Solaria
24
lo menos corría la voz de que la piedra redonda escrita, como la llamaban los vecinos, había
sido empleada como material para labrar la nueva rampa que se agregó á uno de los corrales
del edificio.
A este propósito el Sr. Urra me escribió: «Previo el permiso correspondiente, la rampa se ha
deshecho y rehecho por mi cuenta; pero el éxito no ha coronado mis esperanzas. Se ha
preguntado á unos y á otros, y nadie da razón de tan hermoso é interesante monumento. No
tengo, sin embargo, por inútil mi frustrada pesquisa. El ilustrado interés que ha tomado para
secundarla todo el vecindario de Aldeahermosa avivará su celo patriótico, y no será difícil que
tarde ó temprano sepamos en definitiva á qué atenernos. También ha sido negativo el resultado
de las averiguaciones que han hecho, á mi petición, el señor alcalde y el secretario del
Ayuntamiento de Castellar. Extraño podrá parecer que en su archivo municipal nada se
encuentre, según me dicen, relativo al asunto; y es de temer que la documentación, por no ser
de interés material, se haya desechado como inútil, ó destinado á envolver especie . De todas
maneras, si algo se descubre, avisaré.»
2.5. Época árabe
Además del legendario Tariq, nuestras tierras estuvieron habitadas por unos rebeldes aliados de
Omar B Hafsum, que se oponía al emirato de Abd Allāh (abuelo de Abd al-Rahman III). Estos
rebeldes fueron los Banū Hābil, representados, principalmente, por Mundhir Ibn Hurayz y sus
tres hermanos: Hābil, ‘Amir y ‘Umar, quienes controlaron vastas áreas al noreste de Jaén, junto
con diversas fortalezas como Marghītah (Margarita) y Shant Ishtīban (Santiesteban del Puerto).
Dado que Tariq no era de raza camita (como los bereberes) ni semita (como los árabes),
sino de raza indoeuropea, algunos historiadores han apuntado que tal vez fuese persa (una de
las tribus arias que hacia 1500 A.C. ocuparon la llanura iraní) o incluso pudo ser eslavo-bizantino
o, más improbablemente, un visigodo renegado. Los árabes, en el siglo VII, invadieron Persia y
asediaron al Imperio bizantino. Sabido es que Tariq fue esclavo de los árabes, por lo que cabe
pensar que si era mazdeísta o cristiano pudo abandonar su condición de esclavo abrazando la
religión mahometana.
Siempre se ha considerado que Musa, del que Tariq era lugarteniente, proyectó la
invasión de España en connivencia con el conde visigodo de Ceuta don Julián. Sin embargo, el
verdadero cerebro y artífice de la invasión fue Tariq, quien comandando a sus tropas bereberes
derrotó a los visigodos en el año 711. Al año siguiente de ser derrotado el rey visigodo don
Rodrigo en la batalla de Guadalete, Tariq tomó Toledo, en busca quizás del tesoro de los
visigodos españoles, del que Tariq pudo haber oído a través de los rescoldos de las viejas
tradiciones de su estirpe. De ser así, no sólo se entendería su carácter indómito y arrojado, sino
también su afán saqueador. Además, con la invasión y destrucción del antiguo reino visigodo de
Francisco Sánchez Jiménez
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Hispania por él propiciada, se consumaba la venganza contra los enemigos de su bárbaro linaje.
Cabe por ello pensar que la Mesa de Salomón, si realmente fue encontrada por Tariq, no fuera
llevada a Damasco (la auténtica cuando menos), sino desmontada y malvendida o, más
probablemente, escondida para siempre en alguna de las cuevas de aquel monte cuyo antiguo
nombre (Tarac), a decir de Miguel de Portilla quizá «se renovó por el Capitán Tariq, y después
adquirió el de Zulema».
Mapa 6. Expansión árabe entre 901-912. Constitución del Reino de Jaén.
2.6. Edad Media