Zombi

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Número 11 Septiembre 2015 Literatura

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El arte de embotellar

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Número 11

Septiembre 2015Literatura

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CRÓNICAS SOLFERINAS

RELATOS ASOMBROSOS

EDITORIAL

EL TINTERO

RELATOS ASOMBROSOS

Annie Owens

PERICO COMIX

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CRÓNICAS SOLFERINAS

PUZZLE DE POEMAS

LENGUA DE GATO

RELATOS ASOMBROSOS

EDITORIAL

Moscas y Mosquitos.

Diario de una Ex-zombie, Teatro de la Muerte.

Sucia Pared, Matanza, Zoom VIP, Naturaleza Muerta, Saltar al vacío.

Zombieveg-Zombiend, Zombis de corazón laiente, Viaje a la dimensión zombie.

Orinoco zombi, Día soleado, La combustión.

GLOSARIO 11

[email protected]

Ediciones DuendeverdeIlustración de la portada:Daniel Artiles Rodríguez

Cerebro sin gratinar y Polillas crudas.

Zombie, Zombis Anónimos.

EL TINTERO

RELATOS ASOMBROSOS

Annie Owens

PERICO COMIX

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Larvas, cucarachas, ratas y arañas.

Escorpiones, cuervos y tritones.

Piojos y pulgas. Chinches, babosas,

hormigas rojas y aladas.

El demonio tiene muchas formas,

muchas formas posee el demonio.

Muchos cuerpos poseídos por la

bestia... ¿informe?

Detrás del champú o encima de las

tostadas. Mientras esto escribo

un crack ha sonado detrás mío.

El demonio no cree en la casualidad.

¡Un ejército de zombis!

Aléjate, aléjate.

Corre lo más rápido que puedas.

Y no mires atrás.

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Lady in Black by AlyziaZherno

DeviantArt

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Una exzombi me dijo hace poco: la luz de la mañana miente.Sacó de su bolsa un cuaderno manchado con sangre yarrancando una hoja me susurró al oído "publica su contenidoen Duendeverde". Mi asombro fue mayúsculo, pues ni yo lehabía hablado de Duendeverde ni Duendeverde se da aconocer.

Ágata

Cuando terminé de leer el escrito arrancado del que debía sersu único confidente, la exzombi había desaparecido dejando elpétreo olor a ciudad desolada.

5 Mayo 2007

Interior y exterior. Cadáveres y buitres.

Cuatro palabras me bastan para describir la

ciudad. Cuatro palabras para enunciar la

morada de los zombis. El gris se funde con el

verde. Un despojo comienza a pudrirse.

Acudimos como moscas a la irradiación y al

ruido, mientras, los buitres merodean por las

cornisas de los edificios ennegrecidos por la

radiación. O por los malos pensamientos.

Por la envidia. Los falsos ecos del lenguaje.

Tengo hambre y sed. Mi apetito primitivo

reclama alimentos ya olvidados. Cruzo la

frontera de los brazos vacíos y el precipicio

se ha borrado. Vacío. Una pátina en blanco.

Un blanco y negro que mis ojos, convertidos

en canicas se niegan a ver. No me importa.

Me curaré. Estoy segura de que me curaré.

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Existen muchas formas de transformarseen un zombi. Desde sortilegios como ElGolem o virus como los de La CorporaciónUmbrella, pasando por el contagio u,otras formas, más comunes: el mordiscodirecto, sanguinolento, en Blanco y Negro(B/N). George A. Romero (La noche de losmuertos vivientes (Night of the livingdead, 1968)  puso las bases del género,aunque parece que permanecían ocultasen el inconsciente colectivo. Pero, elveneno puro, ataca a las mentes que,aterradas, cesan de mirarse al espejo,dejan a entrever culebras en los ojos.Ahora bien, nutriéndose a ras de piel,mezclan la infinitud de seresmicroscópicos. Contagiando su mentira ytirándose desde los octavos pisosmaquillados como mimos.

Daniel Artiles Rodríguez

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Entre estas paredes suciasAvanza la cuenta atrás

Acumulando ladridos y orgasmosSábanas de sangre

En una extensa y espuria pausa dramáticaContrayendo los músculos

En silencioMientras los peces nadan en agua limpia

En la sala de espera abandonada

No hay viaje sin retornoPues todo viaje retorna al dolor

Al desgarro del olvido

Entre tumbas de oxígenoLa sombra de un gato callejero

Portando un corazón entre los dientesCarne de mi carne

Que desapareces y aparecesHaciéndome un nudo en la garganta

Para que no devore tu presa

Desde el cielo escriboDerramando semen sobre las calles

Para que tú me oigas1

Para evadir el cáncerQue en tus ojos enfermos

Dictas el pecado del hambre

Y caigo lento, pesadoSin entender la mecánica de mis alas

Que, al mirarlas, se inundan de larvasY son arrastradas por el viento

Hacia un pantano deletéreoDonde me ahogo, me asfixio

Pero no muero, como el moderno Prometeo2

Torturado eternamenteEntre estas paredes sucias

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Y caigo lento, pesadoSin entender la mecánica de mis alas

Que, al mirarlas, se inundan de larvasY son arrastradas por el viento

Hacia un pantano deletéreoDonde me ahogo, me asfixio

Pero no muero, como el moderno Prometeo2

Torturado eternamenteEntre estas paredes sucias

1Veinte poemas de amor y una canción desesperada/Pablo Neruda2Frankenstein, o el moderno Prometeo/Mary Shelley

Daniel Artiles Rodríguez

Annie Owens Terribly Happy

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Los buitres sobrevuelan mi casa.

De cuando en cuando se cansan,

escucho el taconeo de sus pezuñas

sobre el tejado.

Esperan.

Esperan por mi carne muerta.

Los carnívoros ya están de camino,

avisados por el baile de los carroñeros.

Ya llegan.

Ágata

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Mirábamos desde 100 metros cuerpos destrozados

Atrincherados entre los coches en la acera

Había tacones creando pajas en el aire

Hombres o aparecidos de peinados clonados y muertos

El local lleno arreventar de gente

Con gente que esperaba por la asfixia

Había amistades también tan falsas como esta vida

Dónde la copa llena de Magritte se mantiene en la humedad y fría apariencia

C 'est une pipe

Desquebrajada vuestras ropas de putas sin la calidez de Ella

Vuestros bolsos de imitación

Vuestras risas grabadas otras mil veces

Vuestra competición por destacar como los gallos más listos sin cabeza

Y mio en algún instante vuestros bolsos, vuestras risas, vuestra competición

Vuestras miradas de desprecio por encima de mi hombro

Mia mi lástima y de nosotros vuestro desprecio, vuestro no aptos

Fin

para

la

zona

vip

para

deshuesar

de

un

cuadro

Juan González Domínguez

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Mirábamos desde 100 metros cuerpos destrozados

Atrincherados entre los coches en la acera

Había tacones creando pajas en el aire

Hombres o aparecidos de peinados clonados y muertos

El local lleno arreventar de gente

Con gente que esperaba por la asfixia

Había amistades también tan falsas como esta vida

Dónde la copa llena de Magritte se mantiene en la humedad y fría apariencia

C 'est une pipe

Desquebrajada vuestras ropas de putas sin la calidez de Ella

Vuestros bolsos de imitación

Vuestras risas grabadas otras mil veces

Vuestra competición por destacar como los gallos más listos sin cabeza

Y mio en algún instante vuestros bolsos, vuestras risas, vuestra competición

Vuestras miradas de desprecio por encima de mi hombro

Mia mi lástima y de nosotros vuestro desprecio, vuestro no aptos

Fin

de

un

cuadro

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Mi mente se pudre en una cesta de frutasLa lozanía del rojo, azul, amarillo, verdeHacen brillar el ojo de cristalEl hombre se mueve hacia mí“Mi alma borracha de cerveza es mas triste que todos losárboles de navidad juntos”. Charles Bukowski.Salpica en sus dientes el líquido amnióticoCorrompiendo su tráqueaDespués de columpiarse en su lengua molesta0,3 grados más y explotaríaimperturbable vomita su camisaimperturbable relame su nauseaTodo está limpio, impecableMenos la prosaEmpobrecida por la ausencia de estímulosCaigo en lo negro, profundo negroComo un disco roto retomo la vidaPues, a la luz nacen monstruos sonorosRelamo las sobrasDe mi triste y jubilosa espesuraImplorando un tacón que me piseY pulverice mi alegríaDe no ser nada útilSin concreciónLas sombras lo transfiguran todoDando lugar a otro lugarConfundiendo el espacio con otro espacioNegando cualquier lugar comúnDel fango nace un lagoDe un nido de ratas brotan orquídeasEn mi camino merodean ojos y bocas

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Mi mente se pudre en una cesta de frutasLa lozanía del rojo, azul, amarillo, verdeHacen brillar el ojo de cristalEl hombre se mueve hacia mí“Mi alma borracha de cerveza es mas triste que todos losárboles de navidad juntos”. Charles Bukowski.Salpica en sus dientes el líquido amnióticoCorrompiendo su tráqueaDespués de columpiarse en su lengua molesta0,3 grados más y explotaríaimperturbable vomita su camisaimperturbable relame su nauseaTodo está limpio, impecableMenos la prosaEmpobrecida por la ausencia de estímulosCaigo en lo negro, profundo negroComo un disco roto retomo la vidaPues, a la luz nacen monstruos sonorosRelamo las sobrasDe mi triste y jubilosa espesuraImplorando un tacón que me piseY pulverice mi alegríaDe no ser nada útilSin concreciónLas sombras lo transfiguran todoDando lugar a otro lugarConfundiendo el espacio con otro espacioNegando cualquier lugar comúnDel fango nace un lagoDe un nido de ratas brotan orquídeasEn mi camino merodean ojos y bocas

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Desprendidas de cualquier rostroLos enamorados echan raíces

Buscando un claro de lunaLejos de la luz brota el signo

Y, al poco, son cipreses balanceándose al unísonoEl sol sale por la vagina de una anciana

Ocultándose en el pene deformado de un transexualLos negros tocan la flauta y el clarinete en la gasolinera abandonada

Una joven muy sensual para a respostarLa música no cesa y ella mira los grafittis del auto-lavado

Hace rugir su motor y los negros bailan frenéticamenteEstoy en un club de Jazz o a viajando por el intestino grueso de un

alcohólico?En otro lugar

Botas altasOjos cetrinos

Bolsillos rotosCae una moneda

Al agacharse, exploro mi libertadRetraído, siento

Que es mejor estar allí que en el útero maternoLa calle no le sienta bien a nadie

Además he sido devorado y masticadoMe aferro a la vida como otra de aquellas almorranas que habitan su ano

Porque la vida es sueñoPrefiero morir aplastado que salir de este agujero oscuro

No creo en la redenciónMe sustraigo al vaivén acalorado de quien merodea

En busca de nadaA la caza de un ogro pervertido

A la caza de un sueño insondableAbrazando al cáncer

Cual naturaleza muerta

La muerte del Gallo Claudio y su puta madre.

Serie: Naturaleza podrida.

Fotografía: Yorgenis Ramírez

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Desprendidas de cualquier rostroLos enamorados echan raíces

Buscando un claro de lunaLejos de la luz brota el signo

Y, al poco, son cipreses balanceándose al unísonoEl sol sale por la vagina de una anciana

Ocultándose en el pene deformado de un transexualLos negros tocan la flauta y el clarinete en la gasolinera abandonada

Una joven muy sensual para a respostarLa música no cesa y ella mira los grafittis del auto-lavado

Hace rugir su motor y los negros bailan frenéticamenteEstoy en un club de Jazz o a viajando por el intestino grueso de un

alcohólico?En otro lugar

Botas altasOjos cetrinos

Bolsillos rotosCae una moneda

Al agacharse, exploro mi libertadRetraído, siento

Que es mejor estar allí que en el útero maternoLa calle no le sienta bien a nadie

Además he sido devorado y masticadoMe aferro a la vida como otra de aquellas almorranas que habitan su ano

Porque la vida es sueñoPrefiero morir aplastado que salir de este agujero oscuro

No creo en la redenciónMe sustraigo al vaivén acalorado de quien merodea

En busca de nadaA la caza de un ogro pervertido

A la caza de un sueño insondableAbrazando al cáncer

Cual naturaleza muerta

Daniel Artiles Rodríguez

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Cubren negras las tinieblas mis esbozos,

inundando en fango los ojos

y en pasos viejos de lentas arcas

vienen a comer de mis entrañas

los monstruos...

Vuelve a florecer la flor del loto,

pero en un plano más oscuro

y menos obvio,

lamentable azar de muerte

y de sintaxis,

lamentable la realización de la praxis,

más lejana, y al tiempo

más temprana al consorcio

vaga la luminosidad y el espacio es inhóspito...

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Daniel Artiles Rodríguez

Esta noche salgo a cazar,

y entre los muertos vivientes de esta ciudad

no soy más que otro,

uno que camina en sociedad

otro que se muestra peligroso

y el azar,

ahora es tonto

y vaga a derramar la sangre

con las cuencas vacías de los ojos,

con la lengua fuera

y los dientes

afilados como escorpios,

venenosos como acacias,

las uñas astilladas y largas

la baba cuelga

los codos

parecen espuelas de hierro,

de óxido,

los pies pesados

como el plomo

arrastrando el peso muerto

de la carne en descomposición...

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Y así uno detrás de otro,

así la mayoría,

así todos!

Siguiendo el olor del vicio,

la decadencia del entorno,

ya bien sea con el móvil,

el whatsapp, la tele,

o los toros...

Todos Zombis corruptos

todos deplorables

todos demagogos...

Tú quieres salvarte?

Solo hay un antídoto...

Luis S.I

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A veces se me juntan las palabras

en la punta de la lengua

y nada sale como debe.

Un embrujo se apodera del paisaje

y el mundo se da la vuelta,

una ortiga se nos cambia por los ojos

y al respirar cada mirada pica,

dormir requiere de una bruja,

tengo hambre de cerebros y

al gritar, un deja vú

sube el volumen;

es imposible concentrarse en la canción

pero ésta avanza como el suelo hacia la frente

y a lo lejos, tras kilómetros y meses,

unas flores nos recuerdan que ha muerto la belleza

pero a veces se levanta de la tumba poseída como

un zombi que anda buscando su pasado

bajo el cráneo de la masa

sin esperar recuperarlo.

Sergio Escribano

Poema Recuperado XXX

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Hasta que el disparo de un crío le revienta la cabeza

hasta que se apaga la pantalla,

las paredes tiemblan, la luna crece,

el mundo sigue,

aunque nadia haya en la tierra.

Sergio Escribano

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Una nueva civilización de zombiescomenzó a invadir un pueblo oscurodel antiguo mundo. Se dice que eranradicalmente distintos, no transmitíansu condición a través de una mordida,si no por sólo unos segundos de miradafija. La causa de esto era por que susorganismos eran intolerantes a lacarne, sólo consumían vegetales. Elprincipal problema de estos radicabaen su falta de cordura, por lo cualasaltaban las casas en busca devegetales frescos para poder vivir. Losvecinos de este sector estaban muyasustados ya que la mirada de ellospodía contagiarlos. Se caracterizabanpor tener unos ojos intensos ytenebrosos, de fondo verde, y unapupila de color rojo que parecían tenerluz propia. Fue ahí donde conocimos lahistoria de Estela, una zombie normalque conoció a Demian, un Zombieveg.Fue un amor apasionado y al mismotiempo contenido, ambos controlandosus instintos para poder dar riendasuelta a la pasión que los envolvía.Demian no la mordía y Estela no lomiraba fijamente a los ojos por mas dedos segundos.

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Jota Loris

Luego del primer tiempo juntos,debían tomar una decisión por quesus vidas eran muy incompatibles.Entonces tenían que decidir, peroalgo se les adelantó. Estela quedóembarazada. Este suponía ser unextraño ser al que ambos temíanprofundamente desde los inicios de suvida.La leyenda dice que la uniónentre estas especies esta prohibida,cosas terribles pasarían. En esemomento la población completa dezombies estaba conmocionada con lanoticia, todos temían lo que podíaocurrir. Gracias a que Estela nuncadesistió de su embarazo, se pudodescubrir algo jamás pensado eincreíble. Y es que con este niño llególa cura a toda condición Zombie, yaque nació totalmente normal y lospadres se convirtieron en seresmortales inmediatamente luego delacontecimiento. Ante esto el mundoentero que revolucionó. Estela yDamian pudieron vivir su amor hastasus últimos días de Zombies. Y desdeese entonces se comenzó a colonizarel mundo de sólo humanos y loszombies lentamente se extinguieron.

Texto e ilustración

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Suena el despertador y me arrastro fuera de la camadespués de unas horas de un descanso que distamucho de ser reparador.Tomo café, combustible para mis agotados músculos,mientras veo las noticias. Una ducha para liberar elrigor del cuerpo abotargado y me visto sin casimirarme al espejo. La cuchilla de afeitar queda sintocar sobre el lavabo. No pasará nada por negrear undía más, después de todo ¿quien me va a mirar alrostro?

Las calles están inusualmente vacías hoy y mepregunto si es algún puente del que no me heenterado. Consulto el reloj confirmando que enrealidad he salido un poco antes de lo acostumbrado,de todas formas el autobús llega tarde así que no ganonada.

En la oficina intercambiamos los gruñidos habitualesy comenzamos la jornada. Hay que solucionar todo loque salió mal el día anterior y preparar los envíos parael día de mañana. No es apasionante, pero me permiteganarme la vida.

Miro hacia la mesa de Gemma. Está colocando unafoto en la que sale con su nueva pareja y pienso enaquella tarde que le confesé lo que sentía por ella haráya medio año. Las cosas no volvieron a ser iguales yperdí a la única persona con la que me gustaba hablarde allí.

Pasan lentas las horas y nos vamos turnando para ir acomer. Salgo a la calle pero el cielo está nublado y elsol llega cansado a mi pálida piel.

Sandwich y ensalada donde siempre, pido sin casihablar con el personal y me siento en un rincón paraperder el tiempo leyendo un poco. No es un gran libro,pero me mantiene levemente entretenido.

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Hago el propósito de traer mañana una libreta y unbolígrafo para intentar recuperar mi sueño de escribiruna novela. Llevo casi un año haciéndome esepropósito a la hora de comer y nunca lo cumplo.Supongo que tengo miedo de fracasar, o de intentarlosiquiera. No me gusta ser así, pero no tengo fuerzaspara tratar de cambiar.

Después vuelta al trabajo con la misma rutina y nopuedo reprimir un largo suspiro al traspasar el umbralde la oficina.El jefe ha anunciado que saldrá tarde hoy, así que nostoca calentar la silla hasta que se marche.Las horas siguen pasando lentas mientrasredondeamos un trabajo que ya está completo y quemañana tendremos que arreglar por los errores que seproduzcan en la noche.

Cuando salimos es tarde y llueve. Algunos, Gemmaincluída, van a tomar algo para cerrar la jornada perorenunció a la invitación y voy hacia casa. Cada vezestoy más cansado, y cada vez me apetece menos lacompañía de los demás.

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Caliento la cena congelada yni siquiera sigo leyendo, puesel libro solo me sirve paracuando quiero refugiarme delas miradas ajenas.

Conecto la tele y viajo entrelos canales hasta queencuentro una película que meinteresa levemente. La ví en elcine hace años, cuando teníauna vida que valía la pena y nola parodia gris en la que mearrastro ahora, cuando vivíacon Martha y todo iba a irbien.Miro la película mientras mimente divaga en recuerdospasados. No es demasiadobuena pero me parecióentretenida cuando era másjoven, una epidemia diezma ala humanidad convirtiéndo asus víctimas en cadáveresambulantes hambrientos de

carne humana y pronto la estupidez de los hombres causa quela situación empeore y los muertos no tarden en superar a losvivos. Fiel a la tradición de las películas de Romero no se diceen ningún momento la palabra zombi, y recuerdo que mientrasveíamos la película se lo comenté a Martha y ella me llamócariñosamente friki con una de esas sonrisas que me hacíansaltarme un latido.

Herido por el reminiscencia dejo de pensar mientras losminutos transcurren y los supervivientes van siendo devoradosuno a uno.El típico final agridulce del género transcurre en la pantalla ydecido que es hora de ir a la cama.

Miguel Ángel Facé Allué

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En Relatos Asomboros

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Ojos mentirosos. Nadie te ve como te

veo Nadie te observa ni contempla

como mi enfermo amor Te miro y al ver

la imagen distorsionado puedo

percibir un aroma el aroma de ti y de

tu cuello El mismo que apretaba

mientras entraba en tus pensamiento

abstractos Miro una realidad hermosa

Giro la mirada y ya es otra cosa Eres

y no eres lo que me gusta Eres lo que

me atrapa y al mismo tiempo me engaña

Como algo tan hermoso puede ser tan

engañoso Muerete y acaba conmigo:

Erick Ruiz. Vive y déjame vivir en

una realidad inexistente

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Laura no soportaba ver números. Números que le llamaban la

atención. Cada vez que veía las películas su reproductor se

detenía en aquellos números: 14:14, 21:12, ya no era casualidad.

Laura era muy analítica, investigaba lo que muchos no

hacían. Desde niña tenía un don, escuchar. No eran las típicas

voces humanas. Eran mensajes que llegaban como en sueños.

Hasta tenía la extraña sensación de que salía de su cuerpo.

Cuando vio aquella película de Zombis pensó que era tan

fantástica. Siempre las criticaba porque eran lo mismo. Cuerpos

sin alma, comiendo cerebros. Quizás nunca hubiera imaginado

que estos zombis existieran, pero en otra dimensión. Esto le

sucedió a Laura. Aquel viernes cansada, desesperada de sentirse

sola, algunas cosas se le escapaban de su lógica. Ya no era lógico

sentir cosas extrañas.

Alguien un día, la llamó Maia. Laura ese viernes no salió de

su casa, estaba investigando acerca de tantas culturas, tantas

personas que sabían secretos ancestrales, como la vida después

de la muerte. Hasta que encontró una leyenda que decía “Almas

del Purgatorio.” Sonaba algo extraño para estos tiempos

modernos, el decir que las almas iban a un lugar a limpiarse.

¿Para qué? ¿de qué? A dónde sería el siguiente nivel que

deberían ascender. ¿Y el infierno? ¿Dónde está? ¿Existe lo que

llamamos cielo? ¿O lo que llaman infierno?

Laura creía que ya era tiempo de llamar a todo por su

nombre. Se sentía cansada y muy triste, estaba siendo presa de

tantas energías y ellas las sentía. Una tarde sintió que la

observaban, hasta que sacó su celular y con la cámara de este

apuntó a la esquina de su habitación. Y capturó una imagen.

Laura grito “¡te tengo!". E inmediatamente miró la foto y, para

su sorpresa, había una luz púrpura con un rostro.

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Claramente alguien la había estado observando, alguien de otra

dimensión. Miró el reloj y eran las 23:32. Ya no tenía dudas era

como estar en un espejo. Quizás los números anunciaban eso. Las

puertas de una dimensión paralela se abrieron. Pero después de

esa sorpresa, después de pensar tanto Laura se durmió. Cuando

Laura despertó, descubrió que no estaba en su cama. No era su

casa, o parecía serla.

Miró por la ventana y el cielo estaba gris. Las calles todas

sucias y había vestigios de un incendio. Cenizas por todos lados,

Laura no sabía que había pasado en su ciudad. Es como si fuera

un pueblo fantasma.

Salió a la calle y comenzó a caminar, alguien tenía que quedar en

aquel lugar. Una cruz de cemento inmensa estaba en medio de la

avenida. Estaba toda quemada, alguien hizo fuego a los pies de

aquella cruz. Cuando un chistido la detuvo. Había una chica

escondida, la agarró del brazo y escondió a Laura mientras le

decía: -"No levantes la voz, pueden escucharnos, ellos, los

malditos".

-Laura respondió- ," ¡No veo a nadie!, ¿de quien hablas?”

Fue cuando vieron los encapuchados.

Caminaban arrastrado los pies, su piel era tan oscura como las

cenizas.

-Laura pensó-,"estoy en otra dimensión, ¿cómo hice para llegar

aquí?

-Maia le dijo- ,"Mi nombre es Maia y estoy atrapada aquí”.

Cuando Laura escuchó ese nombre entendió que ella se había

comunicado todo este tiempo con ella.

No pronunció ni media palabra y Maia le tapó la boca.

Ya los malditos zombies estaban cerca.

Si la atrapaban le absorberían toda la energía y nunca más podría

salir de allí. Maia esperó que pasaran - y le habló - “No pienses

que estas a salvo. Aquí nadie es libre, en esta dimensión nada es

lo que parece.

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Ellos, los malditos, ni ellos saben por qué están aquí, alguien se ocupó

de traerlos. En su vida mortal fueron asesinos, violadores, la peor

raza humana. La de los malditos perversos. Cada vez que los números

aparecen como su reflejo entiende que las puertas de la dimensión se

abren. Y vine a terminar con esta infección, esta dimensión no era así.

Éramos una dimensión de luz. Pero no podía dejarlos así. No hay peor

zombi que aquel que no puede morir.

Tú eres yo pero en otra dimensión. Necesitaba de ti porque

juntas tenemos una llave que cierra ese portal”. Laura estaba

deseando que fuera un sueño. No era una típica película, era algo que

existía.

-Maia siguió hablándole,- " Eres una líder, y ellos lo saben, si

despiertas antes de las 3:33 podrás cerrar el portal.

-Laura le dijo- "Ayúdame, no entiendo cómo”.

Maia le pidió que la siguiera, le pidió su mano y juntas uniendo sus

manos unieron su energía. Laura nerviosa respiro hondo y con sus

manos unidas lograron abrir un portal de luz . Cuando Laura sintió

que la jalaron hacia atrás. Eran los zombis malditos, estaban

rodeándolas.

Mientras Maia sólo cerraba los ojos -Y le gritaba a Laura- , "cierra

tus ojos y piensa en cómo te gustaría verlos. Laura pensó en

mariposas, y los zombis adoptaron las formas de mariposas, pero eran

muy feas y lastimaban su cara.

Maia y Laura corrieron y se ocultaron. No pudieron abrir el

portal. Allí estaban atrapados los seres de luz. Maia, sabía que Laura

podría estar siendo absorbida por los oscuros. Sólo tenía que vencer

el miedo. Laura al hacerlo podría controlar sus pensamientos. Podía

transformar lo que quisiera. En un momento Maia desapareció.

Laura quedó sola estaba sintiéndose algo mal. Su corazón latía

muy rápido. No podía controlarlo, sólo pensaba que quería volver a su

dimensión. Fue cuando Laura despertó y volvía a su realidad.

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No había zombis, Maia no estaba, su ciudad era la misma. No sabía

si había sido un sueño. No dejaba de pensar en Maia. Encendió la

computadora y lo Primero que apareció fue un cartel que decía,

"Portal Cautivo". Aún seguía recibiendo señales. Miró la hora y eran

las 7:07.

Y durante el día los Números sólo se repetían.

10:10,12:12,13:13,14:14.

Eso indicaba que Maia estaba conectada con ella. Podía

sentirla. Sólo que se dedicó a buscar información acerca de los

portales. Cómo poder volver y ayudarla. Encontró algo muy

interesante que podría ayudarla muchísimo, sólo que sus ojos se

llenaron de lágrimas.

Creyó que sería la única solución y así poder viajar a la dimisión

zombi. Era de noche y comenzó a ver la hora capicúa.

20:02,21:12,23:32. Sabía que su alma tenía libre albedrío. Sólo

pensó en Maia y se durmió, sólo tenía en la cabeza volver a aquel

lugar. Cuando despertó estaba otra vez en aquel lugar oscuro. Esta

vez podría ayudar a Maia. Laura buscó por todos lados. Los zombis

estaban esperándola. Tenían a Maia. Laura vió a Maia toda

lastimada, estaba siendo absorbida por los zombis. -Maia gritaba-

,"¡Concéntrate, y libérame!" Laura comenzó a pensar en Maia como

un ángel de la muerte y Maia se convirtió en un ángel alado con una

tremenda espada de fuego. Atacó a los Zombis y los convirtió en

cenizas.

Laura estaba fascinada. La llave la tuvo todo el tiempo, la

llave era vencer el miedo. -Maia se acercó y le dijo a Laura-

,"conviérteme de nuevo”. Entonces Laura pensó en Maia, cómo la

había conocido. Y Maia volvió a ser la misma. Unieron sus manos y

abrieron el portal de los seres de luz. Una enorme energía podía

sentirse. Pero Maia empujó a Laura dentro de aquel portal. -Y le

decía-,"Lo siento Laura pero tu dimensión es mía". Aquella

dimensión ZOMBI fue creada por Maia. Ella era el alma maldita.

Una Zombi que sólo quería la energía de los seres de luz.

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Maia viajo a la dimensión de Laura y entró en su cuerpo.

Cuando ocupó el cuerpo de Laura estaba tieso. No tenía vida.

Laura antes de viajar encontró una información sobre el peligro

de entrar en otras dimensiones. Más si se trataba de almas

malditas. Entonces Laura antes de viajar tomó un veneno. Así

nadie volvería con ella de aquella dimensión. Y nadie podría

infectar su mundo. Aquella alma maldita encontró la oscuridad.

Maia término en el mismísimo infierno. Nunca más volvería a

sentir. Quedó atrapada en el cuerpo sin vida de Laura.

Cuando veas la hora asegúrate que no sea la hora capicúa. Y

mantente despierto, puede ser la hora que se abren los

portales.

Pudiera ser la dimensión ZOMBI.

Adriana Escalante

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Título originalRedneckZombiesAño1987Duración90 min.PaísEstados UnidosDirectorPericles LewnesGuiónFester Smellman(Historia: Zoofeet,P. Floyd Piranha)MúsicaAdrian BondFotografíaKen DavisRepartoSteve Sooy,Anthony M. Carr,Keith Johnson,Ken Davis, StanMorrow, BrentThurston-Rogers,Lisa M. DeHaven,Tyron TaylorProductoraFull MoonPictures / TransWorldEntertainment(TWE)GéneroComedia. Terror -Zombis. Gore.Serie B

Zombis Paletos

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Película de finales de los 80 que, a partir, de un guión

detestable, narra el fortuito accidente que sufren los paletos de

un pueblo al destilar un bidón radiactivo y venderlo entre los

habitantes como una bebida alcohólica casera. Sin venir a

cuento, unos excursionistas deciden acampar cerca del lugar.

Los Zombies paletos ya tienen el cebo y los espectadores un

subproducto de Troma que añade el entorno de pueblo

profundo de EEUU al universo Zombie. Si te gusta la caspa,

aquí encontrarás tanta que no te la podrás quitar ni con el

mejor champú H.S.

Daniel Artiles Rodríguez

Al otro lado del Cine

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DiabolusLas mil caras del diablo a lo largo de la historia.(fragmento)

"Diversos testimonios dan cuenta de zombis quehan vivido diez o más años después de haberabandonado la tumba. Casi siempre, para trabajaren una plantanción de caña de azúcar de Haití,cuyo propietario suele ser practicante de vudú o almenos contar con un buen bokó entre suscolaboradores.Los zombis no suelen hablar con nadie ni darse a

entender por escrito, realizan movimientos ygestos como de autómatas, trabajan gratis -de ahísu interés económico-, comen poco y sin sal."

Verano muerto

(Los bichos)

Un millón de esqueletos, caminan en silencio,bajo el cielo plateado. Un millón de esqueletosmaquillados como putas, en el verano muerto.

Los bichos/ Color Hits/ 1989.

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Parálisis permanente (Autosuficiencia).Extracto.Y me baño en agua fría sin parary me corto con cuchillas de afeitar,y me corto con cuchillas de afeitar.Me tumbo en el suelo de mi habitacióny veo mi cuerpo en descomposicióny veo mi cuerpo en descomposición.

Grabaciones completas 1981-1983.

Verano muerto

(Los bichos)

Un millón de esqueletos, caminan en silencio,bajo el cielo plateado. Un millón de esqueletosmaquillados como putas, en el verano muerto.

Los bichos/ Color Hits/ 1989.

Sólo los cadáveres pueden resucitar.Para los vivos es más difícil.

Stanislaw Jerzy LecPensamientos despeinados.

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Cerebro sin gratinar.Advertencia: si usted no

es un zombi, no lea esto.

Te diriges a cualquier

supermercado que conserve

electricidad y a un ser humano

vivo. Devoras su cuerpo con

lentitud, de los pies hasta el

cuello. Habiendo degollado al

individuo unas horas antes, lo

empaquetas como un producto

de consumo cárnico apto para

el consumo.

Servir gentilmente en un plato

es de extrema calidad

protocolaria.

Ingredientes:

Un cerebro humano, (si no

se tiene, arrancarle los sesos

a otro Zombi).

Receta de Fritz

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Ingredientes:

Polillas

Polillas crudasAdvertencia: si usted no

es un zombi, no lea esto.

Farolas, velas, flexos... cualquier

foco de luz en mitad de la

noche es un punto de reunión

de diversas clases de polilla.

Mi favorita es La Esfinge del

Roble. Caza unas cuantas y

mételas en un tarro de cristal,

sécalas al Sol del dia siguiente,

mientras la sociedad abusa de

ti y, por la noche, regocíjate

masticando alas crujientes.Receta de Ágata

NaturFoto

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Es el año 2016 y el Ébola ha mutadonuevamente, resistiendo cualquier vacunacreada para erradicarlo. El Ébola se haconvertido en el “EBOV HK-6”, un virus quese propaga más rápido que la Gripe Española,impidiéndole a los infectados escapar con lamuerte, muerte que era el único recurso delibrarse de tan devastadora enfermedad.

Como todos los países, Venezuela nopudo evitar que aquella terrible enfermedadtraspasase sus fronteras, llegando hasta lasciudades detrás del río Orinoco. Pero labatalla aún no está perdida, porque un grupode supervivientes de primer orden, seresisten a extinguirse. Entre ellos están JoséMüler, joven deportista experto en esgrima yla Primer Teniente Camejo María; miembrode las Fuerzas Especiales de Ejercito(Caribes). Que junto a otras personas usan“los antiguos túneles” de la enigmáticaCiudad Bolívar como refugio ante un grupode innumerables EXHUMANOS (Zombis).

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No quería escribir los acontecimientos que se están dandoactualmente en el mundo, durante este año, el 2016, porqueconservo firmemente la esperanza que la raza humana no seextinga por completo, porque dentro de mí existe un poderosoanhelo, de que estas palabras, plasmadas en papel y tinta, lleguena otra generación, una generación que brotará tierna y pura, asícomo brota el pasto al caer la lluvia, luego de haber sido arrasadopor las llamas. Así que espero que cada letra, cada palabra, quedeinmortalizada, como un testimonio de lo que vivió un humilde hijode Venezuela, un hijo de Ciudad Bolívar, un hijo de la Humanidad.Me encantaría decir, que esto que voy a escribir no es cierto, quees una historia de ficción; pero no… no lo es…Desearía que estofuese un mal sueño, una pesadilla más y poder despertar; peroesa… lamentablemente, no es mi realidad.

Si ustedes me pudiesen ver en este momento, solo veríana un hombre llorando, enjugando sus lágrimas para que no mojarel papel de la libreta donde está escribiendo. Verían a un hombrede veinticinco años sollozando como un niño de seis. Es que no hasido nada fácil, ver a tus amigos convertirse en “esas vainas”, en“esos monstruos” que ni se cómo catalogar, ni sé qué carajo son,pareciese que el Infierno se ha abierto de par en par, dejandoescapar a los demonios para apoderarse de los hijos de Dios. Nohay duda que mis amigos no son esas vainas en las que se hantransformado, perdieron toda su humanidad; incluso, no existeningún salvaje animal que se compare con esos engendros.Pareciesen tener un hambre insaciable.Pero estos engendros no son los peores, hay también un segundogrupo, aunque muy reducido, que los superan en monstruosidad,rapidez, fuerza e inteligencia. A ese grupo yo les llamo “LasBestias” Después buscaré el momento para hablarle de ellos y delprimer grupo también, de cómo se comportan y cómo atacan acualquier cosa que tenga vida.

Mi nombre es José Müller, en estos momentos estoyescondido con mi padre “Lorenzo Müller” en un sótano amplio,con algunas entradas a túneles, que comunican a otros lugares dela zona donde me encuentro, esta zona es el Casco Histórico

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de Ciudad Bolívar. Dicho Casco tiene 251 años de antigüedad, fuefundado cuando Venezuela era una Colonia de España. Este lugarha sido el epicentro de muchos hechos importantes a lo largo dela historia, mayormente marcados por guerras. Desde aquí ElLibertador dio inicio a “La Gran Colombia” y pronunció su másimportante discurso de toda su gloriosa y agitada vida, “ElDiscurso de Angostura”.Gracias a tanta historia y a tantas guerras que vivió esta ciudad,su Casco Histórico posee “kilómetros de túneles”, que fueronconstruidos por los españoles durante la colonia y ampliados enla época independentista. Afortunadamente para mi padre y paramí, los Bolivarenses contemporáneos nunca supieron de laexistencia de esos pasadizos subterráneos. Aunque siempre sehabló de unos supuestos túneles; pero estos fueron mitificados,convertidos en cuentos y leyendas, por tal razón nunca sepreocuparon en comprobar su existencia, excepto algunoshombres como mi abuelo “Ralf Müller”, quién fue un “desertornazi” durante la invasión de las tropas Alemanas sobre el pueblode Polonia.

Mi abuelo por pura supervivencia se alistó en el ejércitodel Tercer Reich, pero con la intención premeditada de desertaren el momento más oportuno. Cuando los Nazis invaden aPolonia, mi abuelo Ralf apenas pudo escapar de ellos,internándose a través de los bosques, hacia el suroccidente dePolonia, cerca de una Ciudad llamada Katowice que está próximaa la República Checa o Checoslovaquia para la época.

[ Deseo escribir todos estos hechos de manera libre en cuanto atodo lo que concierne a la gramática española, usando el tiempopasado y el tiempo presente en mi narrativa, dejándome guiarpor todo lo que he vivido, y que sea mi alma quien suelte laspalabras y no una retórica vacía. Porque ya de nada sirveimpresionar a los académicos, quizás ellos sean “esas cosas” oesas vainas carentes de humanidad. Solo deseo, que esto quedecomo una documentación de lo que pasó, y que lleve toda lacarga de múltiples emociones que he vivido, para que ustedes(generación del futuro) puedan entender lo que vivimos estaapocalipsis. ]

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Estaba marchito como la flor que nace alrededorde un hueso. Nadaba en un sueño, ahogado en lapiscina, como el personaje principal de SunsetBoulevard. Y narraba la historia de cómo acabé allí,flotando, con balas mortales sobre mi pecho,corazón y costado. Pero, yo no había formado partede ese asesinato. Eso creía.

No quiero que pienses que era un hermanogemelo: no, no, no; era yo muerto. “Era yo muerto”,le repito a la emisora holográfica que encontré entrelas dunas y el abismo. Tan sólo, un entretenimiento.Mi cabeza rebotaba contra escalerilla de la piscina.Con casi apenas fuerzas salí del agua y me palpé elcráneo porque el cerebro estaba al descubierto e ibaa caerse. Agarré una toalla y me estampé contra unapared; con una sombrilla plegable que así con laotra mano. Escuché las sirenas de la policía. Prontollegarían y me matarían. Adentrándome en aquellacasa de lujo, a trompicones, me escondí en el sótanoque tenía una vidriera y un horno caliente, por silas cosas iban mal. Entonces, me percaté de unaspiernas con zapatos de tacón que descansaban bajomantas y un montón de herramientas. A través de lavidriera, sujetándome el cerebro observé, como lamuchedumbre formaba milicias contra los no-muertos. Desempaqueté a la mujer, temblando ysupurando pus. Quise caerme de espaldas, puestoque recordaba vagamente haberle causado lamuerte, pero opté por arrancarle la pistola de sumano muerta. Me la comí lentamente. Luego,apagué el hornillo sin dejar de mirar afuera.

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Comenzó a helar, comencé a roer los huesosy tendones. Las milicias se fueron y yo teníahambre de muerte y miedo. Cavé honda unafosa en la sala de estar, detrás de labiblioteca secreta. Estaba muy débil y, alcerrase la puerta ficticia, me dejé llevar porla hibernación con el estómago vacío. Encuestión de segundos, congelado, meditaba.Anduve en mi mente, pero no recordé nada.Huelga decir, que odiaba la eternidad,odiaba no dormir. Mi mente siempre activaprorrumpía en mi contra y el hielo seresquebrajaba durante mi ascetismoemergente debido al microchip destellante.Alguien había estado jugando violentamenteconmigo, al igual que yo con la mujer delhorno.

Laboratorios Stark, pude leer. Fue un trasiegoenorme sacarme aquel objeto, hundiéndome,con mi peso muerto, en la piscina encubierta,para cubrirla de luz intensa y calor como elque destruyó a los dinosaurios. Fui y soypasto del fuego de aquella casa tenebrosa.Intenté, vanamente, ser un no-muertopensante. Parecía que ese rol no me estabaasignado, de ninguna manera. Así que ardo yhago arder este señuelo, para que teacerques a mí, quién demonios seas.Desfallece a mordidas, sé un monstruo igualque yo, quema esta carta y recuerda mi voz:“No estoy muerto”.

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Daniel Artiles Rodríguez

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Todavía puedo recordar mi pasado, tenía mujer yperros, una acogedora casa. Trabajaba comoprofesor de química. La química. Salvó y destruyómi vida.

Antes de que mi vida ardiese por esta extrañaenfermedad infecciosa, podía salir a la calle a plenaluz del día, las personas me daban los buenos días ymis alumnos me respetaban. Antes de enfermar yhaber masacrado a mis perros, adoraba pasar lastardes de otoño paseando y jugando con mi familiaen el parque.

Apenas he salido de casa en los últimos meses,buscando sin descanso una cura. Fórmulas,experimentos, antídotos. Cuando algo parecefuncionar se desmorona en el momento inesperado.Repasemos los hechos: un extraño letargo parecehaberme acompañado toda la vida, con diferentesvariaciones a lo largo de las épocas, me impide serel hombre que una vez me creí o imaginé ser.Siempre apartado, tras la barrera infranqueable, mehallo lejos, muy lejos de la que debería ser mimanada. Ante este frío invernal no puedo sinocomportarme como una bestia herida, siemprehuyendo de los depredadores que me quieren darcaza, débil y sin rumbo, maltrecho y cansado,navego a la deriva. Mi única fuente de sustento esencontrar el antídoto que me cure de la fragilidadque me cubre.

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No recuerdo cuándo comenzó este extrañocorportamiento antinatural que vengo arrastrandolos últimos años. Tal vez fruto de las ánsias porescapar de las garras de la cruel naturaleza en laque, como termitas hambrientas de calor hogareño,orbitamos sin denscanso. En un momento de mi vidatodo pareció cobrar sentido, mi mujer me daba uncalor que por entonces no atisbé, y ahora, pétreoante el recuerdo de cómo la destripé para comermesus entrañas, mi único consuelo es subirme a unárbol y soñar. Ansiar con convertirme en rapaznocturna, regurgitar su delicado cuerpo y pedir alUniverso que me perdone. O volver atrás en eltiempo y rogar a las estrellas un destino diferente.

Ahora, me agarro a mi última esperanza, seguirinvestigando a través de manos invisibles, con lailusión de que todo tenga un propósito inteligible.

Ágata

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A un golpe seco de la mano apagó el despertador. Losniños aún dormían, pero era hora de empezar apreparar sus desayunos.

Abre la puerta de la habitación de los niños, dejandoque la luz del pasillo se cuele a hurtadillas en lasparedes azules del cuarto. Carlos está destapado yRoberto, en la cama de al lado, entreabre los ojos.

Vamos, es hora de levantarse. Entre los murmullos, losronroneos y las quejas, ambos hermanos comienzan adesperezarse, sentados en sus camas. Venga, sinollegaremos tarde. Sube a medias la persiana y ojea elcielo. Hoy está despejado y por fin ha dejado de llover.Abre el armario y escoge una muda para cada uno. Y seva a la cocina.

Arranca el mes de septiembre, ya obsoleto, auncolgando en el calendario y mira las citas médicas paraésta semana. La primera de octubre. Después deltintineo del fluorescente de la cocina, prepara dos tazasde desayuno, un bote de cacao y un paquete de galletas.Se sirve un poco de café, frío y del dia anterior, le añadeleche y lo pone a calentar junto a una jarra con lechepara los pequeños, mientras los escucha murmurar,todavía somnolientos. Acuden a la cocina, ataviados conun pijama estampado en superhéroes y unas zapatillasque arrastran hasta la silla. Carlos le dice a Roberto quesi no desayuna mas deprisa volverán a llegar tarde alcolegio. Roberto apura su tazón y se levantaeufóricamente de la silla con unos bigotes de cacao yleche dibujados en la boca. Ella los mira en silencio,mientras revuelve el café y está en otro sitio. Va a sucuarto, se viste con lo primero que encuetra y va enbusca de los niños, que estan poniéndose los calcetinesen medio de una carrera por ver quién es más rápido.

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No es justo. Tú eres más mayor. Tienes que dejarmeganar.

No voy a dejarte ganar solo porque seas más pequeño,porque yo soy mas rápido. ¡Mamá! Roberto no me dejaganarle, dile algo.

Carlos, Roberto: Nada de carreras. Nos vamos.La luz del día la cegó nada más salir del garaje y todos

los padres querían dejar a sus hijos en el colegio a lamisma hora, asi que se sumió en el atasco matutino yrutinario al que la ciudad la tenía acostumbrada.Mientras Carlos jugaba con un coche de carreras verde,Roberto era una especie de Gozilla tratando deimpedirle el paso. Eran tan distintos a pesar de sergemelos.

Gozi

lla1s

ilk&

wool

rug,

Mod

ern

Wea

ve.

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Los dos se despidieron de ella con un beso y seadentraron, cogidos de la mano, en su clase. Y justo enese momento, comienza la carrera contrareloj hacia eltrabajo. Semáforos y rotondas. Stop, ceda. Verde.Claxon. Primera. Segunda. Tercera. Y en diez minutosestá frente a la fábrica, para desempeñar su función enun trabajo que odia. Lo odia. Odia aquella fábrica deconservas. Trabaja en la cadena de destripe y no hay díaque no recuerde cómo vomitaba la primera semana queempezó a trabajar. Le hace falta el trabajo, asi que seadaptó a la sangre del pescado y a aquel olor constante.Las escamas ya formaban parte de su piel.

Las diez de la mañana. Las once. Las doce. El parón delos veinte minutos y la salita. Allí se encuentra conElena. Una amiga de toda la vida y la que llamó para elpuesto vacante en la cadena de destripe. Elena preparacafé para las dos, mientras la salita va llenándose decompañeras.

-¿Y a ti qué te pasa?Niega con la cabeza. Se encoge de hombros. Tiene lavista en otro tiempo y en otro lugar. Está lejos deaquella salita.-A mi no me engañas. ¿Los niños están bien?Asiente con una mueca triste.-¿Vas a contármelo o no?-Un mal día.-¿Por qué?-Volvamos antes de que arranque la cinta.

La una. Las dos. Parón para comer. Elena habla muchoy muy rápido. Es bastante ocurrente y divertida. Haceaños que son amigas. Las tres y media. Las cuatro. Lascinco. Las seis y media. El coche. El atasco. El garaje.Las llaves de casa. La luz del fondo el pasillo encendiday el barullo de los niños jugando con Natalia.

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-Hola. ¿Qué tal se han portado?-Bien. Ya han merendado y hemos ido al parque un rato.-Gracias. Sonrie agradecida. ¿Te llevo a casa?-No, gracias. Vienen a buscarme.

Natalia trabaja de canguro de los niños desde hace dosaños. Cuando sale de la universidad los recoge en elcolegio y los lleva a casa. La comida queda lista de lanoche anterior asi que al llegar a casa, tan solo ha decalentar la comida y sentarse a comer. Se despide deNatalia hasta el día siguiente. Haba con los gemelossobre su jornada escolar, revisa sus tareas para casa ylos obliga a leer un poco antes de bañarlos, darles lacena y mandarlos a la cama. Los arropa y los besa en lafrente. Va a la cocina y apaga el guiso que estácocinando para el día siguiente. Prepara un café yrecorre el pasillo, taza en mano, hacia el comedor. Se vereflejada en el espejo del pasillo. Está pálida y delgada.La larga y oscura melena, está recogida en ese moñoque ahora llama su atención. La ropa le queda grande ylos huesos del cuello se notan más de lo habitual. Haperdido peso. Se ve ridícula y ojerosa. Sigue. Se sientaen el sillón que está junto al ventanal. Revuelve sinansia. Sin ganas. Los pequeños ya se han dormido.Enfrente, junto al televisor, está la interminable lista deDVD's, de cuando le gustaba ver películas. Se levanta yrepasa los títulos con el dedo índice. Se para en una cajablanca y enciende todo. Mete el disco y lo pone afuncionar. Se sienta y espera. Deja de estar en dondeestá. Respira y cierra los ojos. Le tiemblan las manos yen su pecho se ha anclado la angustia y la agonía, quehacía tiempo que venía avisando. Abre los ojos. Laslágrimas lo nublan todo. Se deja llevar por los sonidos,las voces. Una y otra vez. Una y otra vez. Ni recuerda nile importa las veces que lo ha visto.

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"Mira. ¡Mira que guapa está!¡Ay! Ya verás cuando vea a Andrés.Pues no lo ha hecho esperar mucho.El vestido, el vestido. Psssst. Que lo estás manchando.Está guapísima.La marcha nupcial de Mendelssohn."

Apaga el televisor. No necesita excusas para llorar.Tiene motivos. Y derecho también tiene. Se preguntapor qué y entre sollozos silenciosos, para no despertar alos niños, lo llama. Lo implora. Golpea el cojín conrabia. Sus manos huesudas deshacen mechones de sumoño dejándolos sueltos. Llora otra vez. Otra vez comocasi todas las noches del mes.

Alguien la mira desde la puerta. Tarda en percatarse.Descalzo y en pijama, Roberto la observa desde lapuerta.

Mami... Ella abre los brazos y el niño acude aacurrucarse con ella en el sofá No estés triste, sino eltambien va a ponerse triste. Asintió. Aquellas palabraseran las mismas que ella usaba para consolar a losgemelos y aquello fué una estocada inesperada que ladestrozó aún más. Sacudió las lágrimas y abrazandomuy fuerte al niño lo cogió en brazos y lo devolvió a sucama.

Apuró su taza, prendió la luz de su mesa de noche y sesentó al borde de la cama. Mira el teléfono. Quierellamar a Elena. Se habla y se reprocha, se anima y secontradice.

"¿Y que le digo? ¿Que la llamo para no sentirme sola?Que no lo he podido superar. Eso es. Voy a ir con elmismo rollo de siempre porque no soy capaz de pasarpágina y entonces me dirá que es eso, que eso es todolo que me ha estado pasando estos días y que por esoestaba así. ¿Éstos dias? ... ojalá. Ojalá fuesen sólo éstosúltimos días y no los últimos seis años. Seis putos años.Mejor ni llamarla. ¿Para qué? ¿Que va a entender ella?.

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Hola Elena, soy yo, tu amiga de toda la vida y te llamoporque desde que mi marido se murió en mis brazos en elmedio y medio del piso, no consigo ser feliz y no echarlode menos cada jodido día de mi vida"

Llora. Llora y se tapa la cara con la almohada para que elniño no vuelva. Llora y grita. Muerde la almohada y lefalta el aire. Coge el teléfono. La llama. Un tono. Dos.Tres. Pasea por la habitación, teléfono en mano. Sedesespera.

Se tumba en la cama, intenta calmarse y respira. Inspira.Expira. Inspira. Expira. Lo recuerda todo como si fueseayer. Todavía puede oler el pollo en el horno y escucharlas patatas chisporrotear en la freidora. Entró en casa y labuscó, como todos los días. Ella estaba preparando lacena con la radio encendida. Un beso. Un abrazo.

-Mmm... qué bien huele.-Te he echado de menos. ¿Cómo te ha ido?-Bien.-¿Si? Te veo un poco pálido.-Estoy cansado, no he dormido muy bien.-Pues acuéstate si quieres. Termino ésto y voy contigo.-Vale

Él se quita la camisa. Ella apaga el horno y busca unplato para echar las patatas. Un golpe seco y grueso. Lollama y espera respuesta. Lo vuelve a llamar. Nada. Vuelvea llamarlo con un nudo en la garganta. Sale de la cocina yve sus pies inmóviles en el pasillo. Lo llama. El corazón leda un vuelco. El estómago se le encoge. La voz se lequiebra. Lo llama. Le da una torta. Dos. Le sacude la cara.Mira si respira. Sí. Va a la cocina. Marca el numero de laambulancia. Le tiemblan las manos. Responde a todo,mientras lo mira. Deja caer el teléfono tras el "están decamino" de rigor. Y lo abraza y le sujeta la cabeza. Y lehabla. Tiene miedo. Lo llama otra vez. Ya no respira. Supecho ya no se mueve. Lo vuelve a llamar.

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Pone la cabeza en su pecho. Silencio. Nada. El silenciomás doloroso del mundo. Intenta reanimarlo como se veen el cine pero no sabe. La incertidumbre le debora lopoco que le ha dejado el miedo. Llora. Se desespera. Estáasustada. Mucho.

Ya no recuerda nada más que flashes. Lagunas,imágenes y mucho vacío. Vacío, oscuridad y soledad.Soledad durante y después.

Suena el teléfono y la arranca del pasado. Es Elena, estádevolviendo la llamada. Mira fijamente el móvil y losilencia. Y sosteniéndolo en la mano, ve la marca queasoma, en una muñeca bajo el reloj y en la otra bajo unapulsera. Lo recuerda. Recuerda cuando despertó en elhospital y vió que aquella pesadilla todavía se alargaríamás. Cuando el Dr. Rivera le dijo que lo que había hecho,no podría volverlo a hacer si esperaba tener a losgemelos. Ni siquiera lo sabía. No sabía que estabaembarazada. Y ellos se aferraron a la vida y ella, los dejóaferrarse. De eso se trataba al fin y al cabo, de que cadauno se aferre a lo que ame. Y a ella, esos pequeños eracuánto le quedaba del hombre al que amó.

Vuelve a sonar el teléfono. Tecla verde.

-Hola.-¿Estás bien? No escuché el telefono.-Si. Estoy bien.-Sara, ¿Necesitas que vaya?-Si. Necesito hablar... de lo mismo de siempre. Necesitodesahogarme, Elena.-Lo sabía. Sabía que no estabas bien. Ultimamente andascomo un zombi. Estás pálida y además te estas quedandoen los huesos. No se por qué esperas a llegar al límitepara llamarme. No quiero que hagas otra tontería. Paratonterías estoy yo, que hoy he vuelto a hacer el ridículo,cuando fuí al supermercado, porque...(...)

Sara pestañea. Inspira. Sonrie. Arensha

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ÁgataArensha

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