Zizek y El Capitalismo Cultural

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taringa.net http://www.taringa.net/posts/info/9005186/Zizek-y-el-Capitalismo-Cultural.html Zizek y el Capitalismo Cultural Este es el punto en que la izquierda no debe “ceder”: debe preservar las huellas de todos los traumas, sueños y catástrofes históricas que la ideología del “fin de la historia” preferiría olvidar; debe convertirse a sí mismo en un monumento vivo de modo que, mientras esté la izquierda, estos traumas sigan marcados. Esta actitud, lejos de confinar a la izquierda en un enamoramiento nostálgico del pasado es la única posible para tomar distancia sobre el presente, una distancia que nos permita discernir los signos de lo nuevo. Slavoj Zizek ¿ Quién es este Slajov Zizek, se preguntarán la mayoría de los lectores? Slajov Zizek estuvo el mes de enero en Barcelona para darnos una conferencia titulada “Biopolítica: los límites de los derechos humanos“, (en el ciclo Geografías del pensamiento, en Caixafórum). Siempre polémico, en una gran sala repleta, Zizek nos sumergió en un discurso absolutamente desbordante, con una desmesurada cadena de afirmaciones que vertía de manera dispersa, sin argumentar y que dejaron desconcertados a los que no conocían su obra. Pero desde este artículo y al margen del posible desacierto de la conferencia, quisiera invitar a la lectura de uno de los pensadores más interesantes de la actualidad. Zizek es un autor muy poco citado en nuestro país, aunque tiene más de 2000 sitios en Internet y unos diez libros traducidos al castellano (en editoriales tan prestigiosas como Paidós, Siglo XXI o Pre-textos). Los medios de comunicación catalanes (a excepción de La Vanguardia ) ignoran su obra y ni siquiera se hicieron eco de la conferencia. A veces, ya se sabe, hay más margen para conocer ideas radicales de izquierda en los periódicos de derecha que en los del supuesto centroizquierda políticamente correcta, como El País. Pero Zizek no sólo es ignorado por el público ilustrado en general, sino también por la mayoría las instituciones y círculos académicos del país. Un dato de excepción es la citada conferencia en Barcelona (que complementó con otra de temática no política en la Pompeu Fabra). El único precedente, que sepa, es su asistencia el año 1995 a la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo de Valencia, donde presentó una ponencia en el curso “ Feminismo y psicoanálisis”. Zizek es un filósofo esloveno que escribe básicamente en inglés (a veces en francés) y que ha sido traducido al castellano, japonés, coreano, portugués y alemán entre otras lenguas. Su discurso es claramente interdisciplinario pero yo lo definiría como filosófico, sobre todo en el sentido que definió Foucault: alguien capaz de hacer una ontología del presente y cuya obra abre unos horizontes teóricos nuevos para entender lo que somos en la actualidad. Pertenece a lo que podríamos caracterizar como el grupo de pensadores del este que vivió desde dentro la caída del socialismo real y la transición al capitalismo liberal. Su contexto social es especialmente trágico: el desmembramiento de Yugoslavia y las terribles guerras balcánicas que le siguieron. Forma parte de una generación de jóvenes y brillantes intelectuales, marginados por el régimen y que estuvieron muy comprometidos en los movimientos políticos que defendieron la libertad desde una posición de izquierda democrática. Fue uno de los puntales de la revista teórica de la oposición durante la dictadura y en el intenso período de la transición tuvo un papel muy activo, hasta el punto de se presentarse como candidato a la Presidencia de Eslovenia, como representante de una amplia coalición de izquierdas. Zizek nació el 21 de marzo de 1949 en Ljubiana ( entonces Yugoslavia, hoy Eslovenia). Tuvo una formación filosófica brillante y se especializó en idealismo alemán, especialmente en Schelling y Hegel. En los cursos anuales de 1982-3 y 1985-6 viajó como visitante de la Universidad de París VIII y participa en los seminarios de psicoanálisis que imparte Jacques-Alain Miller. Miller es un antiguo discípulo de Althusser y líder maoista del 68 que en los años setenta queda absolutamente fascinado por la obra de Lacan y acaba convirtiéndose en su heredero oficial. A partir de esta experiencia Zizek empieza a trabajar con rigor y entusiasmo los textos de Lacan. Zizek, que ya gozaba de un prestigio en la universidad eslovena, lleva la obra lacaniana a los círculos intelectuales de su país y fundará y presidirá la Sociedad Eslovena de Psicoanálisis Teórico.

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Zizek and so on.

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    Zizek y el Capitalismo Cultural

    Este es el punto en que la izquierda no debe ceder: debe preservar las huellas de todos lostraumas, sueos y catstrofes histricas que la ideologa del fin de la historia preferira olvidar;debe convertirse a s mismo en un monumento vivo de modo que, mientras est la izquierda, estostraumas sigan marcados. Esta actitud, lejos de confinar a la izquierda en un enamoramientonostlgico del pasado es la nica posible para tomar distancia sobre el presente, una distanciaque nos permita discernir los signos de lo nuevo.

    Slavoj Zizek

    Quin es este Slajov Zizek, se preguntarn la mayora de los lectores? Slajov Zizek estuvo el mes de enero enBarcelona para darnos una conferencia titulada Biopoltica: los lmites de los derechos humanos, (en el cicloGeografas del pensamiento, en Caixafrum). Siempre polmico, en una gran sala repleta, Zizek nos sumergi enun discurso absolutamente desbordante, con una desmesurada cadena de afirmaciones que verta de maneradispersa, sin argumentar y que dejaron desconcertados a los que no conocan su obra. Pero desde este artculoy al margen del posible desacierto de la conferencia, quisiera invitar a la lectura de uno de los pensadores msinteresantes de la actualidad.

    Zizek es un autor muy poco citado en nuestro pas, aunque tiene ms de 2000 sitios en Internet y unos diez librostraducidos al castellano (en editoriales tan prestigiosas como Paids, Siglo XXI o Pre-textos). Los medios decomunicacin catalanes (a excepcin de La Vanguardia) ignoran su obra y ni siquiera se hicieron eco de laconferencia. A veces, ya se sabe, hay ms margen para conocer ideas radicales de izquierda en los peridicos dederecha que en los del supuesto centroizquierda polticamente correcta, como El Pas. Pero Zizek no slo esignorado por el pblico ilustrado en general, sino tambin por la mayora las instituciones y crculos acadmicosdel pas. Un dato de excepcin es la citada conferencia en Barcelona (que complement con otra de temtica nopoltica en la Pompeu Fabra). El nico precedente, que sepa, es su asistencia el ao 1995 a la UniversidadInternacional Menndez y Pelayo de Valencia, donde present una ponencia en el curso Feminismo ypsicoanlisis. Zizek es un filsofo esloveno que escribe bsicamente en ingls (a veces en francs) y que ha sido traducido alcastellano, japons, coreano, portugus y alemn entre otras lenguas. Su discurso es claramenteinterdisciplinario pero yo lo definira como filosfico, sobre todo en el sentido que defini Foucault: alguien capazde hacer una ontologa del presente y cuya obra abre unos horizontes tericos nuevos para entender lo quesomos en la actualidad. Pertenece a lo que podramos caracterizar como el grupo de pensadores del este quevivi desde dentro la cada del socialismo real y la transicin al capitalismo liberal. Su contexto social esespecialmente trgico: el desmembramiento de Yugoslavia y las terribles guerras balcnicas que le siguieron.Forma parte de una generacin de jvenes y brillantes intelectuales, marginados por el rgimen y que estuvieronmuy comprometidos en los movimientos polticos que defendieron la libertad desde una posicin de izquierdademocrtica. Fue uno de los puntales de la revista terica de la oposicin durante la dictadura y en el intensoperodo de la transicin tuvo un papel muy activo, hasta el punto de se presentarse como candidato a laPresidencia de Eslovenia, como representante de una amplia coalicin de izquierdas.

    Zizek naci el 21 de marzo de 1949 en Ljubiana ( entonces Yugoslavia, hoy Eslovenia). Tuvo una formacinfilosfica brillante y se especializ en idealismo alemn, especialmente en Schelling y Hegel. En los cursosanuales de 1982-3 y 1985-6 viaj como visitante de la Universidad de Pars VIII y participa en los seminarios depsicoanlisis que imparte Jacques-Alain Miller. Miller es un antiguo discpulo de Althusser y lder maoista del 68que en los aos setenta queda absolutamente fascinado por la obra de Lacan y acaba convirtindose en suheredero oficial. A partir de esta experiencia Zizek empieza a trabajar con rigor y entusiasmo los textos de Lacan.Zizek, que ya gozaba de un prestigio en la universidad eslovena, lleva la obra lacaniana a los crculosintelectuales de su pas y fundar y presidir la Sociedad Eslovena de Psicoanlisis Terico.

  • La actividad investigadora de Zizek se ha orientado tambin hacia la sociologa, tanto en el Instituto de CienciasSociales de Ljubiana como en la Escuela de Investigacin Social de Nueva York. Ha participado en intensosdebates en la Universidad de Essex (Gran Bretaa), dirigido por Ernesto Laclau, un brillante e innovador tericode la nueva izquierda.

    Ha sido visitante, innumerables veces, del Departamento de Literatura Comparada de Minnesotta y otrasuniversidades americanas. Forma parte del Consejo Directivo del Kulturwissenchaflcter Institut dEssen (Alemania).

    Un ltimo punto a destacar es que Zizek est presente en todos los debates de actualidad desde Internet. Hayuna serie de pginas web que recogen artculos publicados en sus libros a los que se puede acceder libremente:Dije economa poltica estpido ( publicado en El espinoso sujeto) o Bienvenidos al desierto de lo real ( finalde la conclusin de Quin dijo totalitarismo?). Tambin entrevistas originales sobre temas candentes, como dosentrevistas muy jugosas sobre las consecuencias del 11 de septiembre y la guerra de Irak: La medida delverdadero amor es: Puedes insultar al otro, Estamos en guerra? Tenemos un enemigo? y La Guerra deIrak Donde est el verdadero peligro?; o de reflexiones sobre la cultura virtual como el comentariocinematogrfico (otra de sus especialidades) titulado The Matrix, o las dos caras de la perversin o Lo real delCiberespacio. Evidentemente esta aportacin tiene un carcter radicalmente democrtico, ya que permite unacceso libre a algunos de sus escritos.

    Los publicaciones de Zizek son amplias y variadas. En este momento disponemos de una bibliografa traducida alespaol muy extensa. La razn es el prestigio con que cuenta en estos momentos en la poblacin ilustrada deArgentina y de Mjico. La mayora de sus escritos estn publicados por las editoriales argentinas de Paids y,puntualmente, de Nueva Visin y por la mejicana de Siglo XXI. La nica editorial espaola que se ha arriesgadoes Pre-textos.

    Zizek, siguiendo el modelo lacaniano del nudo borromeo ( que son tres crculos unidos entre s en los que sisueltas uno deshaces los otros dos) nos muestra sus referentes tericos. Uno es Hegel, otro es Lacan y eltercero es la teora marxista de la ideologa . Pero hay uno de los crculos, nos dice, que es el que se correspondea Lacan, que es el que ilumina a los otros dos.

    El Lacan que defiende Zizek no tiene el carcter esotrico ni irracionalista que se le atribuye. Al contrario, es elLacan racionalista, heredero radical de la Ilustracin, que reclama al Freud que nos afirma que la razn, aunquehable en voz baja, es la que tiene la palabra.

    Zizek ha tocado muchos temas y de manera muy innovadora y muy original, desde el cine hasta la realidadvirtual. En este artculo apuntar, a ttulo de introduccin, algunas cuestiones que me parecen interesantes desdelnea de la reflexin poltica. Para los que quieran profundizar en este aspecto pueden seguir un itinerario preciso:El sublime objeto de la ideologa ( 1989); Porque no saben lo que hacen ( 1991); Mirando al sesgo (1991); Lapoltica de la diferencia sexual Ediciones Epistem, S.L., 1996; El acoso de las fantasas (1997); Multiculturalismoo la lgica cultural del capitalismo multinacional (en Estudios culturales) (1997); El espinoso sujeto (1999);Contingencia, hegemona, universalidad ( dilogos con Judith Butler y Ernesto Laclau) ( 2000); Qu es eltotalitarismo? ( 2001); El frgil absoluto ( 2001). Teora de la ideologa a partir de los conceptos de fantasa, sntoma y superyo Una de las preocupacionesde Zizek es elaborar un concepto de ideologa que supere las limitaciones de las formulaciones elaboradas hastael momento. Partiendo de una formacin althusseariana encuentra en la lectura de Hegel y de Lacan unaampliacin de horizontes y una constatacin de las limitaciones de esta perspectiva. Estas consisten bsicamenteen las consecuencias de un planteamiento de Althusser en el que este no se da cuenta que la ciencia, no seescapa del dominio de la ideologa. Para Zizek la ciencia terica de la que habla Althusser ( en la que incluye elmaterialismo histrico y el psicoanlisis) es otra ideologa, un supuesto saber. No existe un Otro simblico conuna consistencia propia, un lugar de la Verdad desde el que discriminar la ciencia de la ficcin ( ideologa). Todosaber es autoreferencial y es supuesto desde s mismo. No se trata de caer en un relativismo, ya que siempreelegimos un saber ( y hay que hacerlo ) pero es una decisin terica sin garantas. Y un campo interesante desdeel que analizar toda ideologa es el de la fantasa. La fantasa, deca Freud, no es un error sino una ilusin. Pero habra que ir ms lejos: tampoco es una ilusin en

  • el sentido convencional del trmino. La fantasa, nos dice Lacan, es una construccin de la realidad desde eldeseo. Es decir, que la fantasa no es una forma de escapar a la realidad, sino, por el contrario, una forma deposibilitarla. Solo podemos acceder a la realidad desde el lenguaje y necesitamos una fantasa desde la queelaborar la ficcin que nos permita simbolizarla. La realidad se sostiene, en algn sentido, desde la fantasa, yaque a partir de esta nos construimos como sujetos.

    Pero todo este proceso es una elaboracin que construimos desde un Otro: el Otro simblico en cuanto que es elCdigo al que nos sometemos cuando nos inscribimos en el Orden del Lenguaje y de la Ley . Pero necesitamosque este Otro simblico sea consistente, que nos de garantas absolutas de su validez . Estas garantas, desde laTradicin y la Autoridad, se viven como dadas, pero desde la reflexin moderna queremos justificarlas. Pero esteOtro, que siempre es como inconsistente, en cuanto se manifiesta tal deja un espacio vaco. La neurosis es, encierta forma, el intento pattico de mantener este Otro, de escapar de este horror vacui, dPero solo cuandoaceptamos este espacio vaco tenemos un lugar para constituirnos como un sujeto que no dependeabsolutamente del Otro.. As podemos independizarnos del Otro relativamente, en la medida en que no nossometemos enteramente a l. En la medida en que reconocemos que este Otro no es el que nos sostiene desdeunos fundamentos absolutos, sino que solo lo hace en cierta manera ( en cuanto que es el Lenguaje, es la Leydesde la que nos humanizamos); en otro sentido lo sostenemos nosotros, en cuanto que vamos construyendouna subjetividad propia desde una distancia de este Otro. Quizs esta podra ser la lectura posible del sapereaude ilustrado, de un pensar por uno mismo que no sea la certeza delirante de que uno puede pensar ysostenerse absolutamente desde s mismo. Tan delirante como considerar que hay un Otro del Otro, en el sentidode un Metalenguaje que justifique este Otro que nos viene dado. El Otro est barrado: la Ley, la Razn est enfalta, no se sostiene, no nos sostiene del todo.

    La fantasa queda siempre como una respuesta a esta falta, a este vaco que se abre delante de nosotros. Peroeste vaco no solo viene dado por la inconsistencia del Otro, sino que tiene un precedente ms radical. EsteOrden simblico (que es el registro del lenguaje y de la Ley) se inscribe en nosotros de tal manera que comoseres hablantes perdemos el mundo natural. del goce inmediato, el mundo animal. Y de esta forma perdemostambin este Otro primordial, real, la Madre, la Naturaleza, a la que estamos ligados por un vnculo primigenio.Pero este objeto ya est perdido para siempre, es la prdida ms esencial de los humanos, que desde que nosregistramos de forma irreversible como seres hablantes sustituimos lo real inmediato por la simbolizacin quepermite sostener la ausencia de este Otro primordial.

    Pero esta operacin de simbolizacin deja un resto, que es lo que Lacan denomina objeto a, que no esrepresentable, que no podemos ni simbolizar ni imaginar. Este objeto a es lo ms propio, el Ello que formulabaFreud, lo que nos singulariza y es la causa de nuestro deseo, que se va desplazando metonmicamente de unobjeto a otro. Esto es lo que Lacan defiende en su tica, en su no ceder al deseo, en su llevar al yo donde est elello ( en contra de lainterpretacin convencional del psicoanlisis ortodoxo de llevar el Ello donde est el Yo). Pero este resto es el que crea angustia por su proximidad a lo Real en el sentido lacaniano. Aqu hay que aclararque Lacan elabora una teora de los tres registros en la que divide lo Imaginario, lo Simblico y lo Real. Demanera muy simplificada diremos que lo Imaginario es lo que podemos imaginar, representar; lo Simblico es loque podemos decir, formular; y lo Real es lo que se resiste, lo imposible de ser representado, de ser formulado.Por lo tanto lo que entendemos por realidad es lo que puede ser simbolizado y representado, y que estara portanto en el plano de lo Imaginario y lo Simblico. Lo Real lacaniano es lo que el Hegel juvenil llamaba La Nochedel Mundo, la locura que surge de la contraccin del puro Yo al separarse del Mundo, la negatividad absoluta quees lo que ms tarde Freud llamara la pulsin de muerte. Es decir, que pasamos de la Naturaleza a la Culturadesde esta locura que traumtica, que es lo que precede necesariamente a nuestra socializacin primaria. que eslo Real.

    El problema no es perder el principio de realidad sino ganarlo saliendo de este pasaje por la locura que surge enel trnsito de la constitucin de nuestra subjetividad. Y en este trnsito en el que constituimos la realidad quedaeste resto del que hablbamos ( el objeto a). Este proceso hay que decirlo, no est vinculado a una determinadasociedad, a una contingencia histrica, ya que tiene un carcter estructural en cuanto que somos seres parlantes.

    Pero este Real es traumtico, es lo traumtico por excelencia y del que no podemos escapar porque esestructural a nuestra condicin humana. Lo que hay de insoportable en nuestro deseo es justamente lo que nos

  • pone en contacto con este resto cuya proximidad a este Real traumtico nos produce angustia. Pero lo mismoque nos angustia, lo que Lacan llama el objeto a, es la causa innombrable del deseo, lo que lo posibilita. Y aquinterviene la fantasa., que cubre el espacio vaco dejado por el objeto natural perdido, como la construccin dela realidad desde esta prdida, desde esta falta dejada por la naturalidad perdida.

    Y a este resto quedan ligadas las pulsiones, que expresan lo que queda del goce perdido de lo natural en losbordes del cuerpo, en las zonas ergenas. El lenguaje nos ha vaciado de goce y ste solo queda en los bordesdel cuerpo, en las zonas ergenas donde aparece una pulsin sin objeto. Pulsiones que formulamos a travs dela demanda simblica. Pero es una batalla perdida porque la confluencia entre el goce y el significante (la palabrade la peticin) es imposible. Este es el drama humano. Lo que pedimos, lo que formulamos cuando queremosalgo, est condenado al fracaso porque cuando lo tenemos decimos: no, no era esto. Pero esta distancia entre loque queremos y lo que encontramos es lo que mantiene el deseo La ideologa es una fantasa social. Su inconsistencia es la de toda ficcin simblica (y cualquier teora lo es) quesolo puede justificarse desde s misma. No nos da la completud que buscamos para cubrir nuestra faltaestructural. El Otro (la Verdad) desde la cual fundamentarnos, ya lo hemos dicho, no existe. Aqu hay otra falta, lafalta de la ficcin simblica ( ideologa) no completa desde la que pretendamos cubrir la otra falta que surge denuestra prdida del orden natural. En este sentido la diferencia de Althusser entre ciencia e ideologa sera partede su propia fantasa social . La parte manifiesta de la ideologa es siempre una idealizacin. La relacin social yla relacin sexual entendidos como armona, como complemento, son imposibles. Y lo son por estructura, no porhistoria. La idealizacin de la fantasa, sea sexual o social, es para negar esta imposibilidad.

    Este discurso de la ideologa como tal tiene un carcter simblico, ya que nos identificamos con una serie designificantes, es decir de palabras con un significado .. Pero tambin conlleva una serie de identificacionesimaginarias, porque tambin no identificamos con imgenes ( que en algn caso, como las tribus urbanas,pueden estar por encima de las propias identificaciones simblicas). Hay en la identidad ideolgica, por tanto, unconjunto de identificaciones imaginarias y simblicas. Las identificaciones imaginarias tienen que ver con el yoideal, con lo que somos para la mirada del Otro. Es la satisfaccin narcisista que surge de la autoimagen queimita una imagen idealizada, esta la imagen del yo ideal . Cuando el nio se reconoce en el espejo, que lemuestra una unidad imaginaria a su cuerpo real que l vive como, construye esta imagen del yo ideal. Pero estaimagen la proyectamos para el Otro, para el padre o la madre que nos reconocen y nos sostienen con su mirada.Pero la mirada del Otro nos conduce a la pregunta de quienes somos para el Otro, lo cual nos remite a unreferente simblico, que es el Ideal del Yo.

    Lo que hacemos siempre, por tanto, es integrar las identificaciones imaginarias en la identificacin simblica.Esta identificacin simblica es la del significante amo, la del significante que manda. Sin este significante, queacta como el Uno, no podramos unificar a todos los significantes flotantes. Es un significante rgido, necesario,que es el que mantienen nuestra identidad, es decir lo que permanece a pesar del cambio de significantes. Unsignificante es, siguiendo a Lacan, el que representa un sujeto para otros significantes. Qu quiere decir conesto? Quiere decir que el lenguaje simblico sustituye al mundo natural y que una palabra se define siempre porotras, no sale nunca de la trama del propio lenguaje..

    La ideologa nos permite una narracin desde la cual construir la realidad, que no deja de ser una proyeccin enun espacio vaco. La ideologa es lo que sostiene la realidad, ya que sta es su construccin simblica-imaginaria, y nos da una identidad a partir de todo este conjunto de identificaciones. La funcin precisa de laideologa, ya lo dijimos al principio,no es escapar de una realidad insoportable sino construir una realidad(simblica, imaginaria) desde la que escapar de lo Real de nuestro deseo, que siempre es traumtico. Lo Realproduce Horror.

    Zizek entra aqu en polmica con Rorty en su propuesta de una tica de la irona , en la que cada individuo puedeautocrearse. Podemos, plantea Zizek, cambiar hasta cierto punto las identificaciones imaginarias y simblicas,pero ms all est este resto, el ncleo de nuestra fantasa, lo Real que es causa de nuestro deseo. Y estoinsiste, se repite y no puede eliminarse. Es, adems, lo que constituye nuestro ncleo ms ntimo. Por lo tantonuestra vida puede vivirse como un relato ( tambin en la lnea de Paul Ricoeur o Michael Foucault) pero desdeunos lmites muy precisos.

  • La lectura del discurso tiene que ser sintomtica, hay que interpretar lo que hay detrs, que acta en silencio. Elsntoma es una metfora que sustituye al deseo reprimido y como tal produce un goce.

    De que es sntoma una ideologa? De lo reprimido, del ncleo real negado en el discurso. Este ncleo real degoce manifiesta a travs del sntoma social. Es decir, que cuando asumimos una ideologa lo que hacemos esnegar la parte oscura, inaceptable. El sntoma es siempre una manifestacin de una verdad, la verdad del gocereprimido en la ideologa, que la ficcin simblica que se manifiesta en la fantasa. A travs del sntoma este gocese manifiesta, pero sin entenderlo, desde su desconocimiento.

    La fantasia tiene una parte oscura, espectral, un ncleo pre-lgico, que es el que realmente sostiene el discurso,es decir la ideologa, desde el goce. El goce, siguiendo a Lacan, no es lo mismo que el placer. El goce es un msall del principio del placer y est ligado a la excitacin, a la tensin y al dolor. Tambin Freud nos ense que elsuperyo se alimenta de la pulsin, que es la que est vinculado al goce. Lacan desarrolla a partir de aqu unaextraa formulacin del superyo como algo obsceno. Zizek radicalizar este planteamiento y plantear el superyocomo el reverso obsceno, oscuro y nocturno de la ley: como su sombra, como su reverso. No ser entonces laherencia del Edipo en el sentido que se entiende normalmente, como el Ideal que heredamos del padre. No, es laherencia del Padre perverso, obceno, cuyo imperativo es : goza. Es la transgresin de la Ley que la mantiene ysin la cual esta no tiene un ncleo de goce desde el que mantenerse. El superyo no es la ley moral sino sudefecto. El superyo aparece all donde la ley falla, fracasa. El superyo es un cdigo secreto que complementa laley porque es su transgresin. La expresin ms clara ( y esto lo digo yo pero creo que lo compartira Zizek) serahoy la orga de violencia con la que los soldados y mercenarios americanos castigan a los presos iraqus. Todossaben que es el goce secreto que mantiene la ley de la dominacin. Estos soldados son los mejores y lasautoridades lo saben. Pero la publicidad es la que ha roto el equilibrio y la correccin poltica a la que inclusoBush debe someterse. Lo que Bush no perdona es que no hayan mantenido el secreto.

    La transgresin de la ley, nos plantea Zizek, no va contra la ley sino que la garantiza. Es la violencia que estfuera de la ley pero que representa el trabajo sucio que la mantiene. Su goce es el del sacrificio del deseo y de laculpa que produce. Lo que plantea Zizek es que hay que atravesar la ideologa es atravesar la fantasa (o el fantasma, como tambinle podramos llamar), es decir distanciarse de ella. Es aceptar la imposibilidad de las relaciones sociales sinantagonismos ( como armona). Toda relacin ( social, sexual) es fallida y lo que hay saber como se dan estosantagonismos, que hacemos con ellos o cual es el fallo que estamos dispuestos a sostener.

    2) La Democracia y su resto patolgico: el nacionalismo. Totalitarismo.

    La democracia parte del sujeto cartesiano. El sujeto cartesiano es un sujeto vaco, sin sustancia, abstracto,formal. Zizek se manifiesta como un defensor claro de este sujeto cartesiano. En contra de Heidegger, de losestructuralistas o desconstructivistas, de los holistas defiende que hay que mantener el planteamiento. Pero estesujeto debe entenderse como un sujeto poltico. El sujeto de la democracia es un sujeto sin atributos, ya quecualquier atributo planteara una exclusin.

    La cuestin es que este sujeto, como en toda operacin simblica, deja un resto, un ncleo patolgico, un gocecolectivo. La forma tpica de este resto de la la inscripcin democrtica es lo el nacionalismo. El nacionalismo esel que liga libidinalmente a una comunidad. En el nacionalismo hay un intento de salvaguardar el propio goce,delante de la amenaza del otro. Es en esta defensa frente al elemento perturbador de otra forma de gozar dondeel nacionalismo coge su fuerza. Es el temor a la castracin imaginaria, donde imaginamos que es el otro el quenos robar nuestro goce Y el nacionalismo acaba en racismo cultural porque implica un odio a la diferencia , nosmolesta como el otro regula su goce. Con el nacionalismo damos as consistencia al Otro, al Gran Otro. Pero ms all de las identificacionessimblicas-imaginarias hay la Cosa, lo Real : la encarnacin del goce con la que nos identificamos. Y este gocees tambin dolor, tensin, excitacin, est no solo ms all de la racionalidad sino ms all del principio delplacer.

    La democracia es paradjica, es posible por su imposibilidad, es una ficcin simblica que supone que todossomos sujetos para el otro. En el orden democrtico, ya lo avanzaba Lacan, el lugar del poder es un lugar vaco.Pero su lmite es el goce de sujeto, que coloca al otro en el lugar del objeto. Esta visin del otro como objeto est

  • excluida de la democracia. Existe pero suponemos que no, hacemos como que no. Ya lo deca Pascal : lacostumbre hace que nos creamos lo que, por otra parte, sabemos que es ilusorio. Por otra parte la democraciasupone que hay unas elecciones en las que suspendemos el orden jerrquico, las relaciones de poder. Hacemoscomo si furamos todos iguales pero su resultado depende de un mecanismo cuantitativo de contabilizacin en elque dominan las ancdotas, la publicidad y la manipulacin. Es decir, la irracionalidad, el azar. Pero esta ficcin,como la de los derechos humanos, tiene eficacia simblica, funciona en la medida en que hacemos como quenos la creemos.

    El Totalitarismo es la otra cara de la modernidad. El dirigente totalitario que aparece en el fascismo y en elestalinismo no se corresponde con el Amo, el Seor de las sociedades pre-capitalistas. Este Amo estreconocido por una investidura, es un papel simblico que alguien ha de representar y lo representa en la medidaen que es reconocido como tal. Pero no es el individuo el que es reconocido sino el lugar simblico que ocupa.Pero el dirigente totalitario se presenta como la encarnacin de un pueblo, de una raza, de una clase. Es l,individuo concreto, el que la materializa. El superyo se manifiesta abiertamente con su lado oscuro, sombro,violento. No como en la autoridad simblica de las sociedades tradicionales, en las que el superyo actua en laforma de transgresin que mantiene la ley de forma secreta ( com o en los carnavales). En el totalitarismo es elsuperyo el que se apodera del espacio pblico, mientras que en la sociedad tradicional es el reverso clandestinode la autoridad. El patriarcado de la sociedad tradicional se basa en la autoridad del padre simblico, del Nombre-de-Padre, el Padre de la Ley, un padre muerto. Pero el Lder poltico totalitario (como el de las sectas) es el Padreprimordial, el Padre-del-goce, obsceno y anal, real y vivo.

    Las utopas son universalizaciones que niegan la falta en el Otro. Actan como el fetiche en el perverso, negandola falta. Son una respuesta al insoportable enigma del deseo del Otro. El Otro no tiene deseo porque no tienefalta, porque est completo. La utopa pretende una universalizacin que no deja resto, de la que no hay sntoma.La utopa suea con una comunidad armnica que no puede existir porque, como ya hemos dicho, por estructurala sociedad siempre es fallida. La utopa conlleva siempre la promesa de un hombre nuevo, sin tensiones,superador de conflictos. No hay reconciliacin final, nunca. En contra de la interpretacin convencional, Zizeksostiene que para Hegel la reconciliacin final no es otra que la aceptacin de su imposibilidad. En su anlisis delcapitalismo Zizek parte de Marx pero incorporando la crtica bsica que Lacan le formula: no hay un antagonismosocial bsico que se pueda resolver histricamente.

    El nazismo es un discurso paranoico, centrada en la figura del chivo expiatorio, en la violencia irracionaldesencadenada contra l. Tiene algo de simulacro, de mentira, de espectculo. No como el estalinismo que tienealgo de verdad, la de la Revolucin de Octubre. El estalinismo es, en cambio, un discurso perverso. En sudiscurso habla el Gran Otro de la Historia. Nos convertimos en el objeto de goce de este Gran Otro, en suinstrumento. Hay tambin un retorno de lo reprimido, que es la muerte de la Revolucin de Octubre. Y loreprimido vuelve contra todo el mundo. Aqu no hay chivo expiatorio , todos son culpables y cualquiera puede sereliminado.

    3) Ideologa en el capitalismo global: multiculturalismo y racismo cultural como sus expresionescomplementarias. La destruccin del discurso del Amo. Cinismo y narcisismo como sus consecuencias.

    El capitalismo se presenta como lo universal en cuanto a igualdad de derechos. Marx detecta la fisura delcapitalismo, ya que todo universal tiene una excepcin que la niega. La igualdad formal, la libertad formal queformula el capitalismo es negada por el obrero, ya que su libertad es la que le encadena al capitalista, ya que les simplemente una mercanca. La mercanca es el sntoma del capitalismo, ya que es la consecuencia de lo quereprime. Y lo que reprime es lo que niega la universalidad que proclama, que es la relacin amo/esclavo en laque se funda, que es la del capitalista y el obrero. El capitalismo implica un desequilibrio estructural inherente.Hay una crisis permanente, un cambio estructural en las condiciones de existencia. Se genera un crculo viciosoentre la necesidad y la produccin. Su carcter es excesivo porque su expansin es ilimitada. El discurso delcapitalismo, como ya apuntaba Lacan, no es autoritario sino histrico; es el discurso de la insatisfaccin: contrams producimos para cubrir la falta ms evidente resulta sta.

    El capitalismo sustituye el fetichismo de las personas por el fetichismo de las mercancas. El fetiche es llo queoculta la falta estructural. La falta que se oculta es aquella en torno a la cual se articula la red simblica.

  • El fetichismo de las personas consiste en dar un valor libidinal a un objeto que no lo tiene, en que cada personase identifica con lo que representa. Es el que se establece en el Discurso del Amo, que es el que establece ladialctica del amo y el esclavo. El fetiche de la tica pre-capitalista es el Amo, el Maestro, que intenta siempreponer un lmite al exceso. El tardocapitalismo, siguiendo la lgica implacable del capitalismo acaba destruyendotodos los vnculos, como ya apunt Marx. En los aos 60 la izquierda supuestamente radical seguidora deWilheim Reich planteaba que el fundamento del capitalismo era la estructura jerrquica y autoritaria quetransmita la familia patriarcal. El tiempo ha desmentido completamente esta hiptesis. El capitalismo destruyetambin la familia, destruye al Otro, destruye el Ideal. No necesita prohibiciones, las sustituye por reglas. Zizeksigue a Lacan cuando ste deca: si Dios no existe nada est permitido. Se acaban las prohibiciones desde unOtro que les da un fundamento moral. Ahora, cada vez ms, se van multiplicando las reglas, las normas, queprecisamente no tienen lmite pero no hay un Lugar Simblico desde las que justificarlas. Lo nico que sustentalas reglas es el nuevo mandato del superyo: Disfruta!

    El capitalismo reprime las relaciones de amo y esclavo pero estas reaparecen como sntoma. El fetichismo de lamercanca es el discurso de la histeria, es el del exceso en el que no hay lmite. La produccin de mercancasproduce una demanda permanente, en la que el deseo se confunde con una demanda que nunca satisface.Contra ms producimos para cubrir la falta con ms crudeza se manifiesta. Contra ms consumimos mspedimos y ms insatisfechos estamos. El deseo se vive desde una posicin de insatisfaccin. Pero el productode este proceso es un narcisismo patolgico que cada vez ms se defiende del Otro intruso, del acoso de lasmercancas y de un otro , de un semejante, con el que no puede enfrentarnos. El otro ocupa siempre el lugar deeste Otro intruso que siempre es una amenaza, con el que hay que salvaguardar las distancias delante de esteotro que usurpa el espacio de mi identidad: fumando, riendose, mirndome...). Pero precisamente lo que nosoportamos del otro es que sea sujeto de deseo. Es contra el deseo como tal, como elemento peerturbador, elque no soportamos. Aparece entonces una especie de tica de la vctima, en la que todos somos vctimas delacoso del otro ( sexual, laboral, poltico...). Ms all de la autoridad simblica se abre una especie de mundopost-edpico que conduce a refugiarse en un universo virtual. El fascismo y el populismo no son ms que fantasas autoritarias que nos muestran la ilusin imposible demantener el Discurso del Amo en el tardocapitalismo. Intentan restablecer la fantasa de la comunidad y del ordenpero no hay comunidad ni orden posible. El capitalismo tardo evita las identificaciones excesivas, pero entoncesestas aparecen como sntoma ( fanatismo). Pero su cinismo deja intacta la fantasa paranoica, que se manifiestaen forma de sntoma. El universalismo del capital se complementa con el fundamentalismo irracional. Se legitimala sagregacin en nombre del multiculturalismo.

    El universalismo capirtalista tuvo su mejor representante en la Tercera Va. En esta lnea Zizek critica la falsaconsistencia de este universalismo en nombre del cual Rawls plantea su teoria de la justicia o Rorty sus reglasformales para salvaguardar el espacio privado de la autocreacin individual. No hay individuos racionales queactuan en funcin de sus intereses racionales como base del contrato social. Porque es racional el que reconoceel papel estructurante del deseo y de la fantasa y no, los que como Rawls, lo niegan y consideran posible uncontrato social sobre la base de los intereses racionales de los individuos. Estos individuos racionales, nomediados ni por el deseo ni por la fantasia, no existen.

    Tampoco pueden existir estas reglas formales que se convierten en ley universal ( Rorty). Todas las reglas,cualquier ley, est impregnada de goce, que es el alimento del superyo. El deber es una obcenidad, no hay leyuniversal que no sea patolgica. Tampoco es posible hablar de reglas formales para salvaguardar lo privado yaque estas reglas estn impregnadas de goce.

    Pero desde el 11 de septiembre todo ha cambiado. Esta ilusin de la post-ideologa cnica del neoliberalismo hadejado paso a su sntoma, que es la ideologa religiosa de la Bush y su crculo, en la que se arrogan ser losrepresentantes de Dios en la Tierra y es en su Nombre que defienden la Libertad. Pero no es el imperialismo deEstados Unidos lo que hay que criticar, el problema no es que sean los policas de la sociedad global en elmundo. El problema es que detrs de su accin de polica global hay una defensa de una poltica puramentelocal: estamos asistiendo a una revolucin silenciosa, que est ocurriendo a partir del 11 de septiembre, en la queEstados Unidos a pasador de ser el Defensor del Occidente Libre frente al Peligro Comunista a una posicinabsolutamente ofensiva, que podramos llamar irnicamente de Revolucin conservadora permanente ( y cuyospaladines son algunos ex -troskystas del crculo ideolgico de Bush.

  • Hay en estos apuntes, como ya he sealado, muchos aspectos a discutir y a desarrollar. Pero lo que no lenegaremos a Zizek es que aporta un nuevo punto de vista sobre el que discutir y por tanto avanzar.

    FUENTE

    link: http://www.youtube.com/watch?v=YdezVlHLWHE

    Zizek y el Capitalismo Cultural