Zafiro Relato de ciencia ficción

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  • 8/14/2019 Zafiro Relato de ciencia ficcin

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    Un relato de ciencia-ficcin: "Zafiro"

    Zafiro

    @universalex

    1Dick fue el primero en entrar. Cuando lo hicieron los hermanos Etrurian, Chris y Ellis, la puerta

    se cerr con el chasquido propio de un acceso restringido. Alrededor de la mesa hexagonal, losMaestreslos contemplaban con mirada absorta. ElZafirose encendi con un brillo leve, mate,

    que acarici los rostros de los presentes era una bola de luz que brotaba del centro de la mesa

    con una textura de lquido viscoso. Se deca que el Zafiro discerna entre la realidad real y la

    ficcin. Que daba cuerpo a la imaginacin.

    El que pareca el Principal se puso en pie y les pidi que tomaran asiento en unos sillones

    tapizados en cuero, simples, de otro tiempo. Despus, se ajust el transcodificador y rog a

    sus acompaantes que hicieran lo mismo. La voz son a abejas, a monedas cayendo en

    cascada, a agua, a comunicacin radiofnica y a cristal pulido y cada uno, por alejado que

    estuviera su lugar de nacimiento, entendi aquellas palabras dichas en iridim, la Primera

    Lengua, la legendaria lengua de los ngeles de los cuentos infantiles y nanas. Eso comentaroncon rpidos movimientos oculares los Etrurian, despreciadores del cdigo verbal.

    - Sean bienvenidos, huspedes, comenz el Principal. Sintanse libres de renacer mucha

    veces en esta nave.

    Lo tres invitados sonrieron. En LinkCoast, su territorio de frontera, las frmulas de cortesa en

    iridim parecan deliciosas, ingenuas: autnticas. Como enseaba el profesor LowCost, cada

    lengua es pincel, modelo, retrato y lienzo de lo real. Reprimieron el impulso de distraerse y

    prestaron creciente atencin al Principal.

    - Los hemos hecho venir porque nuestros exploradores (se destac la palabra

    Jukburim,exploradores) no han regresado. Se ha perdido el tercer comando a Dante. Este

    planeta se resiste a ser explorado, en verdad.- Cuntos exploradores han desaparecido?

    - Nueve por crculo. Ochenta y uno. Tres equipos.

    La Eternidad no les sienta bien. Se vuelven confiados y sobreestiman su capacidad de

    combate. Eso lo explica todo. Siempre les ocurre lo mismo. Tpico de los rakim, comunic Dick

    a los Etrurian en rawel, su registro coloquial ocular. Como percatndose de estas palabras, el

    Principal despleg una esfera de luz cenicienta en su mano derecha y les mostr los intentos

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    angustiados de sus exploradores por escapar. Slo imgenes dibujadas en la luz como

    manchas de aceite o de tinta, rostros, miradas, manos implorantes.

    - Ustedes tienen que traerlos de regreso. No aguantarn los crculos de Dante. Nadie puede ser

    almacenado de ese modo. Es un tormento espantoso.

    El silencio subsiguiente se despleg como una vela romana y dur tres hora o ms. Era sabido

    que la lenguairidimno permitan grandes transacciones de datos de manera continuada, por loque se impona kiltim, reposo y reflexin. Los Etrurian durmieron.

    2Yo, no.

    Me dieron mis padres el nombre de Dick Burton Jorec, nac en LinkCoast, una especie de

    Purgatorio lleno de chatarra, y desde muy joven eran evidentes mis virtuosas dotes de rastreo y

    reconstruccin deescenasy desapariciones. Con ellas me he ganado muy bien la vida y estoy

    dispuesto a volver a hacerlo ahora.Dante es un planeta con forma de disco, debido a los mltiples campos gravitatorios de que

    dispone. Cada disco acta como los antiguos discos compactos que adornan los santuarios de

    mi mundo: almacena informacin, incluso la propia vida, que tambin lo es. Todo lo que aterriza

    en su superficie es grabado en alguno de sus miles de surcos y reproducido como un eco

    lejano de lo que fue. Dante es lo que llamamos un planeta-dispositivo. Nadie se arriesgara a

    tomar tierra y mucho menos un inmortal si no fuera por un buen motivo.

    3Los Maestres despertaron y dispusieron la salida para el amanecer del da siguiente. La nave

    despeg con un leve zumbido y aterriz sin contratiempos unos pocos minutos despus. Los

    tres rastreadores pisaron su conocida superficie blanda y desplegaron su instrumental de

    anlisis, sin resultado positivo. Tras docesheksde bsqueda, principiando la noche, regresaron

    a la nave con forma cbica y tomaron descanso. No haba ni rastro. Era imposible, pero los

    resultados no dejaban lugar a dudas: nadie haba aterrizado antes que ellos. Nunca. Qu haba

    pasado, entonces? Kubrick, el androide de a bordo, sugiri: Estnaqu. Lo pronunci con su

    voz desprovista de emociones. Pero insisti: Estn aqu. Esta vez, el adverbio tom fuerza.

    Por eso, Ellis se decidi a preguntar: Aqu? Te solicito que definas la marca aqu. S

    preciso. El androide consult sus bases semnticas y repuso, igualmente calmado: Ennosotros. En nuestros cdigos. En nuestra misma informacin.

    Esta vez fue su gemelo quien requiri una informacin ampliada y precisa. Kubrick expuso: No

    se trata de un planeta-dispositivo, seores. No almacena. No.

    Difunde.

    Graba.

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    Extiende.

    Con-vierte.

    Hace letras.

    Es un planeta grabador.

    Nosotros mismos estamos siendo grabados.

    Ahora.

    En un blog.