YouCat Confirmación Tema 4 Jesús, más que un simple hombre

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Jesús, más que sólo un hombre El Hijo encarnado de Dios

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Jesús, más que sólo un hombreEl Hijo encarnado de Dios

Se cuenta que el zar ruso Pedro el Grande (1672-1725), en su

juventud, era una persona sumamente curiosa e inquieta, con un deseo extraordinario de

aprender todo lo posible, para poder desempeñar bien el oficio

de rey, cuando llegase el momento.

!En su tiempo, los holandeses

eran los mejores constructores de barcos. Por eso, se coló con

una identidad falsa en un astillero holandés, y allí

aprendió durante dos años el oficio de carpintero de barco. Cuando llegó al trono, los rusos se convirtieron en constructores de grandes navíos, superando a

Holanda.

Que Dios se haya hecho hombre es una historia mucho más sorprendente que la del zar que jugó a ser carpintero en Holanda durante un par de años.

De hecho, una herejía del siglo I, llamada

docetismo, consideraba que Jesucristo no había

sido verdaderamente hombre, sino sólo

en apariencia. Había asumido un aspecto humano,

como un disfraz de hombre durante su

estancia en la tierra, pero en realidad no se

había encarnado y no había sufrido

en la cruz ni muerto.

Pero en realidad, !! - Dios no nos ha olvidado a nuestra suerte.!! - No ha roto su Alianza de amor con nosotros!! - No nos ha enviado un castigo a pesar de nuestros odios, ! ! !! injusticias, mentiras, codicias y envidias…!

En lugar de esto, Dios… - Ha visto nuestros sufrimientos, nuestras lágrimas, nuestra infelicidad, fruto de nuestro pecado. - Decidió ayudarnos compartiendo en todo nuestra vida, menos el pecado. - Dios ha tomado en Jesús nuestra naturaleza humana. Fue hijo de una joven judía y nació cerca del año 7 a.C. en Belén de Judá.

Dios, ¿un niño?

· Que mama, llora y ensucia los pañales · Que juega y se ríe · Que se hace daño y va llorando en busca de su madre · Que aprende cosas nuevas y crece · Que comparte alegrías y penas con sus amigos · Que experimentaba tentaciones, cansancios, desánimos… Y que a pesar de todo se da cuenta de que está unido de un modo especial con Dios y que no pertenece exclusivamente a este mundo.

El misterio de la identidad de Jesús

Sus discípulos habían encontrado en Jesús un compañero con el que podían reír, llorar, comer, beber, cantar y divertirse… !Pero al mismo tiempo habían visto a Jesús que hacía milagros y resucitaba muertos. Sentían que en sus palabras y gestos había una fuerza sobrehumana. !Después de su ejecución en la cruz, se había certificado su muerte, pero tres días después, un gran número de testigos lo habían visto vivo.

Se produjo una fuerte discusión en la Iglesia, acerca de la identidad real de Jesús. Finalmente, en el concilio de Calcedonia (año 451), se llegó a una fórmula de acuerdo, que seguimos

proclamando en el Credo: “Jesucristo es a la vez verdadero Dios y verdadero hombre”.

No fue tan fácil mantener unidos los dos extremos, la humanidad

y la divinidad. !

En algunos momentos, Jesús parecía un simple hombre, derrotado y humillado, y su

divinidad aparecía totalmente eclipsada: la muerte en cruz, la

traición de Judas, la muerte de su amigo Lázaro, el abandono de los

discípulos, el rechazo de los vecinos de su pueblo… Si era verdaderamente Dios, ¿cómo podía ocultar de ese modo su

poder y gloria?

En otros momentos, resplandecía en Jesús su divinidad: !- La intimidad y cercanía con Dios en la oración. - La autoridad y novedad de sus enseñanzas. - Su misericordia con los pobres, los pecadores, los enfermos. - Su mensaje de salvación y su resurrección.

Los hombres no comprenderían a un Dios que se quedara sentado tranquilamente en su cielo, indiferente a las peripecias y luchas de los

hombres, alejado del mundo y de las personas, feliz en su soledad.

Tampoco nos serviría simplemente un hombre. Podría ser más o menos

simpático, divertido, inteligente, pero en realidad no

lograría salvarnos de las cadenas del pecado y de la

muerte.

Sin embargo, Jesús te dice: “No hay ningún dolor que yo no conozca. Yo experimenté el cansancio, la traición de mis amigos, la angustia de la muerte, la

crítica y la persecución. Estuve donde ningún otro hombre estuvo antes: en el reino de la muerte. Por eso te comprendo, estoy contigo, no estás solo”.