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Yolanda Sáenz de TejadaJuan Carlos Cubeiro

El per-versolibro de lascarenciasdel almaCómo detectarlas, afrontarlasy superarlas

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© 2013 Yolanda Sáenz de Tejada y Juan Carlos Cubeiro

© Centro Libros PAPF, S.L.U., 2013

Alienta es un sello editorial de Centro Libros PAPF, S. L. U.

Grupo Planeta

Av. Diagonal, 662-664

08034 Barcelona

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Diseño de cubierta: Yolanda Sáenz de Tejada

Ilustraciones interiores: © Álvaro Reinoso

ISBN: 978-84-15320-94-4

Depósito legal: B. 2315-2013

Primera edición: marzo de 2013

Preimpresión: Victor Igual

Impreso por Egedsa

Impreso en España - Printed in Spain

No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni

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Índice

Introducción 7

1. CULPABILIDADDENOATENDER A LOSTUYOS, o cuando te cautiva la renuncia 13

2. ADICCIÓN AL ESTRÉS, o cuando la tensióntransforma tus cuerdas vocales 25

3. FALTA DE AUTOESTIMA, o cuando la luzse ausenta 37

4. FALTA DE CONFIANZA EN LOS DEMÁS,o cuando el yo nunca es nosotros 49

5. FALTA DE OBJETIVOS, o cuando confundesla cobardía con la improvisación 61

6. PESIMISMO, o cuando el azul nos abandonó 757. MIEDO A LA SOLEDAD, o cuando no te

alcanza la paz 878. VALORES QUE TE ABANDONAN, o cuando

en tu cuerpo dejan de crecer amapolas 999. EL EGO FRITO, o cuando el yo es una torre

de marfil adonde no llegan los susurrosdel mundo 115


EL PER-VERSO LIBRO DE LAS CARENCIAS DEL ALMA

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10. FALTA DE AUTOCONOCIMIENTO, o cuandotu sonrisa te engaña 129

11. INCOHERENCIA EXTREMA, o cuandoel cinismo te devora el corazón y los huesos 141

12. NO DAR LA TALLA, o cuando tu cerebroes un residuo emocional 155


INTRODUCCIÓN


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¿Qué es el alma? Para el diccionario de la Real Academia dela Lengua Española, en su diccionario, el «principio que daforma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e inte-lectual de la vida» y, en algunas culturas y religiones, «lasustancia espiritual e inmortal de los seres humanos». Elalma como principio de vida, como aquello que el hada in-sufla a Pinocho para que deje de ser unmuñeco demadera y,merced al amor de su padre, se convierta en un niño.

¿Dónde se cobija el alma? Eduardo Punset (y nosotros conél) cree que el alma está en el cerebro. Recuerdos, emocionesy experiencias se acumulan en esa «desestructurada y gela-tinosa sustancia» de tan poco peso y tanta potencia, el órga-no más genial jamás creado. Thomas Willis, en el siglo xvii,propuso una nueva concepción de la mente y abrió la eraneurológica, la era del cerebro, la era del talento. Carl Zim-mer, periodista delTheNewYork Times, considera que «nues-tros cerebros están programados para entender las intencio-nes de los otros».

El alma, que existe en los neurotransmisores y en los reco-vecos de nuestro cerebro, pesa veintiún gramos. Es la canti-



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dad que se desvanece cuandomorimos. Veintiún gramos quemantienennuestra consciencia activa. Francis Crick, premioNobel en 1962 junto a JamesWatson por descubrir la estruc-tura helicoidal del ADN, ha dedicadomás demedio siglo a labúsqueda científica del alma. «Tú, tus alegrías, tus tristezas,tus recuerdos y tus ambiciones, tu sentido de la identidad ytu voluntad personal no sois en el fondomás que la conduc-ta de unas células nerviosas y de sus moléculas asociadas.Como habría podido decir la Alicia de Lewis Carroll: no so-mos más que un montón de neuronas.» El secreto, más alláde la información y la conexión, está en la atención. Graciasa Crick, el cerebro ha dejado de ser una caja negra; al morir,la actividad eléctrica y química de nuestro cerebro se detieney nos convertimos enmateria sin chispa.

Como el alma de las personas no es perfecta, aquí te pre-sentamos algunas de sus carencias. A través de pequeñashistorias, de la definición de cada una, de unmétodo prácticopara afrontarlas y de consejos para superar con caricias lascarencias del alma.

Éste es un libro per-verso. En primer lugar, porque se hilva-na mediante versos (los autores creemos firmemente que lapoesíamueve elmundo, y que nos permite un conocimientoy un disfrute que trasciende lo racional, alcanza lo emotivo ypenetra en lo instintivo). Como escribieraMachado y canta-ra Serrat: «Golpe a golpe, verso a verso. Caminante, no haycamino; se hace camino al andar».

Pero, además, según la segunda acepción del diccionariode la RAE, perverso es «algo que corrompe las costumbres o el


INTRODUCCIÓN

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orden y estado natural de las cosas». Algo, en cierto modo,revolucionario. ¿Por qué no dejar las cosas como están? ¿Porquéperturbarse yadentrarse en las carencias del alma?Porqueasí la vida se disfrutamás, no cabe duda. Este libro, propio deun tiempo de cambio de ciclo, te ayudará a conocerte mejora ti mismo y a aprovechar tus oportunidades demejora.

Se trata de un proyecto conjunto, por primera vez, entrequien es considerada por muchos la mejor poeta de Españay el mayor experto de nuestro país en talento, liderazgo ycoaching. Sinergias de un tándemque aúna el arte y la ciencia,con la ética como elemento clave: la belleza, la verdad y labondad.

¿Te animas a «acariciar tu alma» y limpiarla de carencias?


CAPÍTULO 2

ADICCIÓN AL ESTRÉS, O CUANDOLA TENSIÓN TRANSFORMA

TUS CUERDAS VOCALES


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–Lo siento, Clara, hoy tampoco puedo ir a comer. Estoy su-peragobiado. No sé qué harían en la oficina sin mí; cada díatengomás trabajo.

–Pues lomismo que hacen ahora –le contesta ella, expri-miendo su tristeza, a ese hombre con el que se casó y al quecasi ni ve. Aunque, pensándolo bien, se dice silenciosa, esmejor así, porque siempre está demal humor y estresado–.Eres tú el que te pones obligaciones a todas horas. Y la ma-yoría de ellas son inútiles, sólo te sirven para rellenar laagenda.

–No tienes ni idea de lo que es esto –contesta él, sintiéndo-se enfadado e incomprendido.

Carlos tiene cuarenta y cinco años y es director adjunto deuna empresa de comercio exterior.

Utiliza siempre trajes oscuros, huele a perfume caro demoda y, efectivamente, no sabe tener ni un minuto libre. Silo encuentra, lo utiliza para empezar algo que no podrá ter-minar, con lo que su estrés aumenta.

Clara agoniza de tristeza, porque a ella le gusta leer y tenertiempo para los niños. Pero Carlos necesita el estímulo cons-



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tante de actividades que lo hagan sentir una persona impor-tante, dentro y fuera de su casa.

–Estoy harta de tu distrés–le acaba de decir ella,hace unminuto,mientras cenabanunamenestra aliñada conmucha ternura.–¿Distrés..? –le ha contestado él riéndose.–Sí, el estrés negativo;el que te limita para avanzar y te paraliza,impidiéndote terminar nada de forma satisfactoria.A tu lado, nunca hay paz,siempre haymovimiento–y, antes de levantarse con lágrimas en los ojos,le dice tan rota que le suenan sus venas–:estoy agotada…

La carenciaEs curioso: la palabra estrés proviene del inglés stress y ésta, asu vez, del latín strictus, «rígido». Lo rígido nos provoca ten-sión nerviosa, nos estresa. Lo fluido nos anima, nos da vida.

El estrés es una respuesta. Es lo que sentimos cuando esta-mos preocupados por algo, molestos, agobiados. Esa agudapreocupación se adentra ennuestro cerebro e influye en todonuestro cuerpo: nos impide dormir, no nos deja comer (o noshace comer demasiado), nos pone especialmente nerviosos.Genera una dañina pérdida de control.

Hay un estrés bueno, una tensión constructiva. Es el lla-


ADICCIÓN AL ESTRÉS

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mado eustrés, que eleva nuestra atención y nuestro rendi-miento. Pasado un límite, lo que sufrimos es el estrés malo,el distrés, un bombardeomental que puede conducirnos a laenfermedad e incluso a la muerte.

El estrés (elmalo) es, por tanto, un desequilibrio, un desfa-se entre las demandas externas y los recursos que tenemoscada uno de nosotros. En una sociedad globalizada y consu-mista, en la que todo va muy deprisa, las exigencias se handisparado, en tanto que el ser humano sigue siendo básica-mente el mismo. El estrés es generado por experiencias (lla-madas «experiencias estresoras») de nuestro entorno, denuestro pensamiento y de nuestro cuerpo.

Como concepto científico, el estrés data de la décadade 1930. Un estudiante de Medicina de la Universidad dePraga, Hans Seyle (hijo de un famoso cirujano, Hugo Seyle),se fijó en que los pacientes, independientemente de cuálfuera su enfermedad, sufrían de carencias comunes: pérdi-da de apetito y de peso, cansancio y astenia. Para referirsea este conjunto de síntomas, acuñó la expresión «síndromede estar enfermo». Para su posdoctorado en la UniversidadMcGill de Montreal (Canadá), Seyle realizó pruebas de ex-tenuación por ejercicio físico con ratones y comprobó unaelevación del nivel de hormonas suprarrenales (adrenalinay otras), atrofia del sistema linfático y úlceras gástricas. Lobautizó como «estrés biológico». En 1935 quedó fijado elconcepto, como la respuesta del cuerpo a condiciones ex-ternas que perturban el equilibrio emocional de una per-sona.



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Hay distintos tipos de estrés: agudo, episódico, crónico ycotidiano.

Cómo afrontarlaHans Seyle nos enseñó, hace setenta y cinco años, que elestrés se convierte en peligroso cuando se da alguna de estastres circunstancias adversas: la frecuencia, la prolongaciónen el tiempo o la localización en una parte concreta delcuerpo.

¿Cómo«se ve venir» el estrés? El top ten de los síntomas ennuestro cuerpopodría estar formadopor ansiedad/depresión,dolor de espalda, dolores de cabeza, estreñimiento/diarrea,fatiga, insomnio, respiración entrecortada, tensión en el cue-llo, dolor de estómagoy considerable subida o bajada depeso.El cuerpo nos avisa de lo que está ocurriendo.

La respuesta del ser humano suele ser la errónea: el aisla-miento, cuando lo saludable es expresarse, reconocer las exi-gencias y el desequilibrio, abrirse a los demás, buscar la ayu-da de otros.

Caricias para esta carenciaEl estrés debe resolverse en tres aspectos: organizativo, deequipo y personal.

Muchos entornos laborales mal concebidos provocan es-trés. Las causas suelen ser: a) el mal diseño de los puestos deresponsabilidad; b) la sobrecarga de trabajo –muchas empre-sas, con sus recortes, confunden la eficiencia, es decir, hacerlo que hay que hacer con la menor cantidad de recursos po-



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sible, con la anorexia, cortar por lo sano y llevarse no sólo lagrasa, sino el músculo–; c) un estilo de dirección «de ordenoy mando», nada motivador –la autoridad del jefe es formal,pero no tiene autoridad moral, basada en la credibilidad, elrespeto y la admiración–; d ) la inseguridad del propio traba-jo –con tantos despidos, tanta arbitrariedad y tanto desem-pleo–; e) las condiciones ambientales desagradables; f ) lasrelaciones interpersonales inadecuadas… Un trabajo monó-tono es, por definición, un trabajo estresante. Nuestra reco-mendación es que analices tu entorno organizativo (la cul-tura corporativa de la empresa, el clima laboral, el grado decooperación, hasta qué punto te compensa o no trabajar allí)y luches para mejorarlo con serenidad. Si sientes que no esposible, que se resiste a mejorar, cambia de trabajo. Te va lasalud en ello.

El estrés también puede sobrevenir por una falta de redde apoyo, de un auténtico equipo del que formes parte.Revisa quiénes están en ese equipo (familiares, amigos,compañeros de trabajo), y no dudes en pedirles consejo yapoyo. Somos seres sociales, no llaneros solitarios. Si dia-logamos con los demás, compartimos, mantenemos fecun-das relaciones sociales, nos sentimos mucho mejor comopersonas.

Veamos todo lo que podemos hacer para reducir el estrésdesde el enfoque personal:

• Gestionarmejor la respiración. Es esencial ymuybenefi-cioso.



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• Mejorar nuestra alimentación, conproductosmás sanos,porque el estómago es la cocina del alma.

• Evitar el tabaco, el café, el alcohol y otras drogas.• Hacer ejercicio físico de forma habitual.• Practicar el optimismo inteligente como estilo interpre-tativo de la realidad.

• Aprender a ser asertivos y también a decir no cuandodeba ser así.

• Expresar lo que nos pasa a las personas más cercanas, alas quemás nos quieren.

Banda sonora para este capítulo:«Don’t worry, be happy», de BobbyMcFerrin.Escúchala en:<www.youtube.com/watch?v=d-diB65scQU>



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Susurros de una dulce guerra

Tú no sabías luchar,

tú sólo sabías sacar las armas.

Luchar:rebozar mis costumbresen la miel detu boca(para endulzar lasdudas que te devoran).Invitarte despuésa merendarme.Cambiar mi perfumepor el que ati te enloquece.Luchar porgustarte.

Luchar:ignorar tu voluntadque se niegaa verme yabrazarte porla calle aunquete mueras devergüenza.Estudiar todo lo



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que a tite interesa sindejar de repasarmis sueños.Luchar por mejorar.

Y lucharpara que no te vayas:empezar a cambiaraquello que túcrees que yono soy capazde conseguir.Es decir,eso que,por más que yote explique,tú noves enmis entrañas.Luchar por quedarmesiempredentro de ti.



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