Yo siempre acabo primero pero mal

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YO SIEMPRE ACABO PRIMERO PERO MAL

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YO SIEMPRE ACABO PRIMERO PERO MAL

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1.

Soy un tío serio. Soy un tío serio. Soy un tío normal que se

pasea por el salón de su casa una tarde de sábado. O una

mañana de sábado depende de cuándo te hayas despertado,

porque está nublado y es imposible saber nada por el sol. Por el

sol me descompongo como una liana y soy un tío sentado. Un

tío sentado. Intento inventar pero no salen grandes estructuras,

solo hilos que recorren pasadizos cada vez más estrechos y

oscuros, hasta que al final ves la luz como en algún sueño que

he tenido. Y entras en un mundo que ya estaba ahí, lo

descubres, lo describes y para mí eso es inventar. Imaginaciones

serias. Como que un día iba por la calle y me encontré con

alguien y me tomé un café. Y me gustó porque el bar estaba

calentito y las patatas bravas saladitas como a mi me gustan. Un

café, yo una caña y un cruassant. Y veía a la gente pasar a

través de la ventana pero tú no podías porque estabas frente a

mí de espaldas al cristal. Y tú me preguntabas qué pasa ahí

fuera y yo te lo digo, pasa gente, gente que sale de misa y se va

a tomar un pinchito unas bravas saladitas nada más. Y tú dices y

qué más, y yo te digo que una chica de dieciséis años va a ver a

su abuelita. Y está en la salita comiendo una galleta de

mantequilla y hablando con su abuela, que ve Saber y Ganar, y

mientras la chica piensa en un chico de clase que le gusta, y al

chico le gusta ella pero no se han besado nunca ni se van a

besar porque ellos están con la duda y prefieren quedarse con

la duda y con pensamientos de sala de estar mientras la abuela

ve Saber y Ganar, y el chico se mata a pajas en su habitación

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pensando en ella, en ese día que estaban en clase sentados uno

cerca del otro y ella le roza el codo con la manita y a él se le

pone el pelo de punta y se le levanta. Y tú pensarás que vaya

mierda hacerse una paja pensando en una rozadita con la mano

pero para él es mucho más sexo de lo que te imaginas porque

no se pueden tocar ni se pueden besar. Y por un momento han

roto la barrera, por un momento y nada más y eso es lo que

cuenta. Y la chica piensa que es domingo y que al día siguiente

se sentarán juntos en clase de Ciencias Sociales porque son

pareja. No pareja amorosa sino pareja de trabajo y les han

puesto juntos no por orden de lista sino por un orden extraño

que se le ocurrió al profesor de sociales mientras mordía su

tostada con mermelada de frambuesa y le daba un beso a sus

dos hijitas antes de que se fueran al cole. Se le ocurrió un

extraño orden como de sandwich a pesar de que estuviera

comiendo una tostada con mantequilla y mermelada; el primero

de la lista con el último y así sucesivamente, y resultó que la

chica se apellidaba Abad y el chico Zubizarreta así que se

rozaron el codo y surgió el amor, las chispas o el flechazo o

como quieras llamarlo. Y ahora la chica está solita en casa de su

abuelita y piensa en rozarle alguna parte de el cuerpo a su chico

Zubizarreta mañana en sociales cuando les pongan juntos por

orden de sandwich. Y a él le gustaría un sandwich mano-polla-

mano pero ella no va a llegar tan lejos, se parece a ti, pero casi.

Porque ya en clase le roza el muslo con la mano casi sin querer,

no se apoya, solo roza y el gusano se retuerce en su caverna de

nylon.

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2.

A veces me gusta concentrarme tanto que creo que si alguien

me conociera sabría que me parezco a un zumo concentrado.

Me gustaría ser denso como el concentrado de zumo, que con

un par de gramillos seguro que haces litros y litros. Unos

gramillos tú y yo en mi casa levantamos la cabeza tienes los ojos

rojos quizás porque llevas con las lentillas toda la noche. A mí no

me preocupa y a ti tampoco pero los tienes rojos acuérdate.

Estamos en un tercero y tú levantas la cabeza de la mesita baja

del salón que es de cristal con los rebordes dorados. El cristal

limpio pero está lleno de cosas: papelillos, bolas de papel

arrugadas, un condón usado. Cómo puedes tener un condón

usado en la mesita baja de salón al lado de los libros en latín. Y

tú me dices que esos libros son de decoración que nunca nadie

los ha leído y nunca nadie los va a leer y me miras y me

preguntas y qué más. Y yo te digo lo que sé, que el otro día me

echaron algo en la copa que era rosa y me sentí un poco

mariquita pero a la gente le hacía gracia, debía ser uno de esos

potingues que ahora están de moda para echar en el gin-tonic

pero yo me cago en todo porque en cada bar te lo ponen

diferente. Tú pides un JB-cola y un JB-cola es igual en todos

lados pero a mi en un sitio me echan flor de alhalí, en otro lima

confitada y en otro bolitas de pimienta y ya estoy harto de que

parezca que en mi copa cabe cualquier mierda que tengan

cerca, toma un gusanito una colilla a medio fumar o lo que sea.

Y al quinto ingrediente quitaron la música y yo solo veía una

cortina de pelos de barba con baba de botellín de Mahou, me

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doy la vuelta y alguien pregunta: ¿sabéis lo que es una epifanía?

y el de mi derecha salta ¡una revelación! y yo me descojono un

poco y el tío lo relaciona con que un día creyó que era lunes

pero en realidad era sábado. Ahora que te he puesto en

situación te cuento lo que vi detrás de la barra cuando me di la

vuelta, y era un mesías, personaje místico o algo por el estilo, lo

que pasa es que a escalas locales la divinidad también viene en

pequeñas proporciones y no cabe en un ángel de cabellos de

oro y plumas suaves y blancas. Así que le dan a elegir: tú que

prefieres ángel o divinidad, y el tío responde divinidad claro,

porque es un místico en pequeña escala, y eso es lo que me

encontré, el resultado de una decisión epifánica, y no pude

hacer menos que besar su mano encostrada e irme de allí a

contar la buena nueva. Me habría gustado quedarme un rato

más pero demasiada responsabilidad. No quiero tener que negar

a nadie tres veces.

A ver quien es el tooon jajaja

A ver quien es... jaja

Venga

A ver quien es el toonto que da la palmaada

A ver quien es el toonto que da la palmaada

Que tú que tú

Que yo que yo

Que sí que sí

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Que no que no

A ver quien es el tooonto que da la palmaada

Me teeemo lo peoooor

Por- que- vas- a- ser-tú.

Tururú.

3.

Hola buenos días hacía tiempo que no te veía bien, empecemos.

Estábamos tú y yo sentados en un parque, ¿te acuerdas?, y

entonces te empecé a contar lo de mi encuentro con Lndrl

Mndrl. Recuerdo que íbamos a toda prisa entre calles mojadas

de piedra y oscuras, y llegamos a un sitio muy lujoso creo. Eran

puertas de cristal incrustadas en la piedra que no se de qué

manera podrían abrirse pero el caso es que dentro un vestíbulo

iluminado con muebles caros como de hotel. Y estaba Lndrl

Mndrl, que era mi colega y lo sigue siendo, un amigo y yo. Nos

metimos en el vestíbulo al que se accedía a través de una de

esas puertas que tienen aspas y giran; y Lndrl Mndrl fue el

primero en cruzarla craso error, porque no sabía muy bien cómo

funcionaba y se puso a dar vueltas a toda leche y la puerta

estaba bien engrasada así que podía girar todo cuanto quisiera,

y giraba tan rápido que hasta despedía una suave brisa. Y

cuando terminó de girar allí estaba mi colega Mndrl, larguirucho,

delgado, con un sombrero y traje. Íbamos todos con traje. Yo vi

su rictus, estaba con la sonrisa de loco que se le pone a veces, y

salió por la puerta pero en dirección contraria. Lndrl que

tenemos que ir a la fiesta. Es que Lndrl es escritor, poeta visual

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le gusta llamarse, y teníamos una fiesta muy importante a la que

acudir en el hotel, pero claro, Lndrl salió con tanta vuelta por el

lado que no era y se puso a correr calle abajo. Corrimos detrás

pero no había quién lo pillara así que desapareció de la sociedad

y del mundo y ahora solo le recuerdan en conferencias y

pequeños actos académicos.

En una ocasión yo tenía que dar una conferencia sobre él en la

cocina de una casa de pueblo. Ya he dicho que eran actos

pequeños. Pero no me había preparado nada así que conté la

anécdota que te acabo de contar y recité un poema que tenía

apuntado. Tenía apuntados más datos pero se me borraron así

que recité el poema “agua”:

agua

repartidor de periódicos

estrenas un chándal pero nadie te ve

el repartidor pasa entra y te tira el periódico al felpudo y piensas

esto es España y aquí nadie reparte los periódicos te los lees en

el bar

orinas y metes los pies en las zapatillas de andar por casa y el

retrete está lleno de agua

te enfundas tu smoking y vas a comprar una barra de pan y

unas rosquillas

desayunas la tele encendida mojadas en leche y unas galletas

recién salidas del paquete

necesito nuevas

pastas de dientes que me miren a los ojos y me reordenen un

poco la cabeza

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el calambre

me dio esta mañana en el pie malo el que siempre sueña el que

siempre anda borracho

el que hace pis en los felpudos de las gentes

el que me obliga a poner eses al final de las palabras

como si todo fuera obra de un mono automático

4.

Hola, soy el hermano de Lndrl, Luis Mndrl, y el otro día iba yo

por la Gran Vía tan tranquilo dando un paseo como si fuera un

día normal. ¿Y por qué no era normal? Yo no he dicho que no

fuera normal. Iba yo por la calle de paseo mirando los árboles y

hacía sol, los coches el autobús, y me encuentro a mi hermano

Lndrl, me le encuentro haciendo fotos a las papeleras, a las

piedras, a la gente, a los bancos y cosas así. Y le digo ¿qué tal

Mndrl? y me dice que muy bien, que lleva toda la tarde haciendo

unas fotos cojonudas que le van a pagar un pastón por ellas y

que enseguida en cuanto oscurezca se va a una tienda y que se

las saquen por la impresora digital. Dice: yo levo el pen ellos me

lo enchufan y así de fácil. Todavía tengo que decidir el tamaño

pero bueno. Y le pido que me las enseñe y me dice mira. Y miro

la pantalla de la cámara y solo veo fotos en negro, todas fotos

negras una tras otra habría miles. Y me dice que no lo entiende

que no sabe qué ha podido pasar y yo le digo que tenía el

protector del objetivo sin quitar y él dice: ¡ah!, vale.

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5.

Un día estaba por ahí con Lndrl dando una vuelta y me dice: ¿te

acuerdas del otro día que estábamos sentados en el parque y te

contaba aquella historia? Y yo: perfectamente. Y él: pues me

hace gracia que te acuerdes porque estaba un poco asustado. Y

yo: ¿Asustado por qué? Y él: Es que hay un baúl en mi cuarto

que lleva ahí mucho tiempo y no me atrevo a abrirlo, y cuando

estábamos en el parque relacioné en seguida la historia aquella

con el baúl que nunca voy a abrir. Y yo: ¿y por qué no quieres

abrirlo y acabar con el misterio de una vez? Y él: Porque

entonces me tendría que comprar otro baúl llenarlo de cosas y

candarlo, y esperar un tiempo hasta que me olvidara de por qué

dejé ese baúl ahí.

Y yo: Tienes razón.

Fue entonces cuando vimos a dos chicas pasar delante nuestro

paseando a sus niños y las miramos, nos miramos y nos

abrazamos los cuatro detrás de un árbol. Luego Lndrl paró a un

tipo que llevaba un carrito de helados y me hizo sentir el frío en

los dientes porque dice que es una sensación frontera entre

placer y dolor. Yo no sentía nada porque debo tener los dientes

más duros o yo qué sé y me compró unos catorce helados para

que notara el frío en paralelo. Me los mantenía ahí sujetos en la

boca, yo con los labios morados y un charco de varios colores a

mis pies. Rojo. amarillo, blanco, negro. Fresa, plátano, nata,

cocacola. Las chicas se acabaron aburriendo y se fueron con

sus niños y nosotros nos tuvimos que ir corriendo porque

resultó que ninguno tenía dinero para pagar los 14 helados que

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acabaron haciendo un charco precioso en el parque. Hay que

reconocer que el charco era bonito, así que me sentí un poco

orgulloso cuando volví a casa después de aquella tarde.

6.

Y ahora sí: te agarro de las solapas y te siento en una mesa de

madera enfrente mío. Tú dices que no es cómoda y yo ya sé que

no es cómoda, estamos en la cocina de tu casa que es bastante

amplia y nos separa una mesa de madera, nosotros en nuestras

sillas de madera pelando patatas y charlando. Y te digo: Ahora

sí. Y tú te vas a levantar a poner el fuego pero te agarro de las

solapas y te siento, me siento al lado tuyo y te digo: ¿Te

acuerdas de la historia del parque? Y tú: Perfectamente. Y yo:

Pues el otro día iba paseando con Lndrl y el tío va y se agarra

las solapas del abrigo y se enfunda dentro hasta que no se le ve

la cabeza y yo le digo: ¿Por qué haces eso? Y él: Es que verás, el

otro día iba paseando por ahí y me quedé mirando a una señora

que iba con su niño en el cochecito a comprar el pan, y la señora

le compró una pastita al niño y yo me quedé mirando porque me

pareció una santa, que casi se me caen los lagrimones, y ahora

no puedo ni mirar a las señoras con niño porque me abruman. Y

yo: Vale. Y después de un rato le digo: ¿Oye y tú cuándo vas a

empezar a hacer algo? Y él: ¿Algo de qué? Y yo: Hombre me

dijiste que eras un poeta visual y no se qué. Y él: Eso lo dije para

engañar un poco a la gente y que señores con traje me invitaran

a pastitas y otros dulces, porque yo no tengo padre y me

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gustaría tenerlo y que un día yendo a comprar el pan algún

señor mayor me regalara alguna cosita sin que yo tuviera que

pedirle nunca nada. Y yo: ¿Y conseguiste engañar a alguien? Y

él: Bueno en una ocasión casi pero eso ya lo sabes tú, que había

una puerta giratoria y salí despedido por el lado que no era

como una bala, BUM. En otra ocasión me invitaron a una copa

de vino, la bebí no me gustó y volví a escupir en la copa. Y me

puse a toser con tal mala suerte que aún quedaba liquido en mi

boca, así que salpiqué a todos como un aspersor, y al ver el

desastre dije que no me gustaba el vino. El señor se enfadó

porque dijo que había abierto la botella especialmente para la

ocasión, que era muy buena y no se qué. Así que terminaron

echándome. Me cogieron de las solapas del abrigo y para fuera.

Yo les expliqué que a mi la verdad no me gusta el vino, yo soy de

sabores más bien planos: un puré, mortadela, un poco de

foagras y cosas así. Aunque de vez en cuando un dulcito nunca

viene mal.

Y yo: ¿Y ahora qué te propones hacer para encontrar un señor

que te dé un dulcito?

Y él: Pues he pensado aprender a jugar al ajedrez, porque hay

un club por aquí cerca donde se reúnen los ancianos y se echan

unas partidas que no veas, pero me he puesto a estudiar y me

parece un juego muy difícil así que lo he dejado.

Y yo: ¿Y por qué no te haces barrendero o profesor o algo por

el estilo?

Y él: Todo eso está muy bien pero necesito tiempo para pensarlo

un poco. También quiero seguir con las fotos.

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Y yo: ¿Con el protector del objetivo puesto?

Y él: Claro, ¿por qué no?

7.

No te vayas a poner el fuego porque te cojo de las solapas y te

siento otra vez, que para hacer la tortilla todavía nos queda

tiempo hasta la hora de cenar. Tú dices que sabe mejor fría que

mejor vamos friendo y yo digo que vale pero me vas a tener que

aguantar el sermón, yo pegado a tu oreja. Y es que el otro día

un chico nos dijo que estaba haciendo una gran obra, una obra

que tenía incluso raíces en su propia familia así que todos

pusimos el oído, y él dijo que iba a ser algo inconcebible que

abarcaba todas las artes y que el mensaje era muy claro: el

saber disfrutar de esas pequeñas cosas que no parecen tan

importantes en el día a día pero que en verdad hay que saber

acariciar y atesorar y destacar como si nos fuera la vida en ello.

Y uno dijo: eso es de parvulario. Y empezó a contar historias de

calaveras y fantasmas elegantes. Yo me reí un poco pero muy

por lo bajinis y me fui a casa con la mosca detrás de la oreja

porque a mi las cosas del arte fastuoso, los fuegos fatuos me

deprimen un poco. Pero un día casi me da una paliza un señor

de sesenta años por decir esto en voz alta así que me tuve que

callar, porque me pareció grotesco que luego con las mismas se

fuera a besar a su nietecito. La verdad es que ahora lo pienso y

no me debería haber importado esa relación abuelo-nieto y

quizás me debería haber partido la cara con ese señor, no lo sé.

Todo contra ese arte fastuoso que le da por hacer a algunos,

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que se adulan y se relamen por cada poesía que les sale entre

las seis y las siete, esa que tiene rimas como agua con vacua y

señor con gigantón, bastón y mormón. Y me da un poco la risa

qué se le va a hacer, porque a veces intentas escribir para

justificarte y es contraproducente, como darse puñetazos en la

barriga. Mejor escribir para atiborrar oídos que siempre andan

vacíos o medio llenos, de esos que nunca se sacian por más

chismorreo que le eches de ese tostadito a la brasa con una

pizca de orégano y sal.

8.

Escucha: el otro día iba corriendo con mi amigo Lndrl, porque a

los dos nos gusta correr por la noche y correr con alguien

aunque solo sea para hablar un rato. Esta vez no dijimos nada,

cruzamos dos puentes cada uno a lo nuestro y cuando

estábamos apunto de llegar a casa, camino oscuro iluminado por

farolas naranjas, en el cielo la luz mágica azul oscuro que

aparece entre el atardecer y la noche cerrada, y la luna

sonriente, con un bulto enorme y oscuro a cuestas, cuando

estábamos a punto de llegar a casa me quité el casco de la oreja

izquierda y le pregunté: ¿por qué crees que mis pasos se

adaptan tan bien a la música de Chet Faker? Y además no a

cualquier canción, en particular I’m into you se adapta a la perfección, las demás también, pero esa la que más, ¿por qué

crees que puede ser? Y él dice: ¿Quieres decir que el ritmo de

tus pasos se adapta a la canción? Y yo: Sí, verás, la cosa es que

mis cascos son muy sensibles y cada paso que doy se nota,

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entonces claro, cuando la música va desacompasada con mis

pasos oigo dos ritmos que no casan y no me gusta. Me pasa con

música de esta grandiosa que antes escuchaba mucho, post-

rock tipo Explosions in the Sky y cosas así. No sé por qué me ha

dejado de gustar ese tipo de música pero ese es otro tema. Y él:

Bueno entonces lo que tienes que hacer es dejar de preguntarte

cosas que no tienen mucho sentido y ponerte siempre Chet

Faker cuando salgas a correr, y cuando lleves una temporada y

quieras correr más rápido, entonces prueba otra cosa. También

puedes comprarte uno de esos platos en los que puedes

controlar la velocidad de cada disco, medir con el disco de Chet

Faker cuál es tu frecuencia de tu paso, 720 ppm por ejemplo, y

adaptar todos los discos a esa frecuencia. Por cierto, ¿te

apetece subir a esa torre? Y yo: Buf, me encantaría, siempre lo

he pensado, pero está muy empinada y hay vallas y muchas

zarzas en la subida. Y él: No te preocupes, sube. Y yo: ¿Seguro?

Y él: Sí, en serio, sube.

Y me subí a su chepa, empezó a trotar y nos encaramamos en la

torre. Era de ladrillo amarillento, semi-cuadrada, como si

hubieran extruído un dibujo de una torre de iglesia. Las vistas no

eran geniales pero estar allí, en ese sitio prohibido, me produjo

un cosquilleo en el abdomen.

9. ¿?

Mira: Estábamos Lndrl y yo entrando en la biblioteca cuando veo

que se sube de inmediato las solapas del abrigo para ocultar su

rostro y empieza a mirar a todos lados con nerviosismo, como

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asustado. Y le digo: Lndrl, ¿qué te pasa? Y él: Esto es territorio

hostil, vamos, coge lo que puedas y salgamos pitando de aquí. A

mi me parece que exagera porque una biblioteca me parece el

lugar menos peligroso de todos los que hay en esta ciudad, y le

digo: Tío, ¿estás loco? Pero si aquí no va a pasarte nada. Y él: Ah

¿no? Pues mira. Y me señala con su dedo tembloroso una turba

que se está formando entre la sección de novela negra e

histórica. Empiezan a cantar a coro pero bajito y poco a poco

van subiendo la voz. Todos se agachan con los puños delante y

dan un pasos al ritmo de la música, acercándose a nosotros y

formando un estruendo cada vez más audible. También reparten

panfletillos donde se puede leer la letra de la canción:

Tómese A Un Gilipuertas Engreído,

Cuyas PLUMAS, Deben Ser Arrancadas,

Previamente Al Despiece A Cuchilladas,

Para Poder Hacer Un Buen COCIDO...

Por Lo Que De Ese POLLO He LEÍDO,

Es Un "NARCISO" Dado A "EM-PANERADAS",

Y SE Atreve A Soltar Necias CAGADAS,

POr Ser De Más Lectores CONOCIDO...

Mi REceta Es "MARIMETÓN COCIDO

En Caldo De POETICAS ARCADAS".

Que Del PANERO, Quien Lo Haya LEÍDO,

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Sólo LOCURAS Vé, Enmariposadas...

Que Si Eso Es POESÍA ¡VÁ SERVIDO!

¿Quién Le Manda ATACAR CASAS HONRADAS?

Que Yo Prefiero La COCINA CASERA

Y EL "VERSO CON AMOR", Que CREA Esta COCINERA...

¡LOS "MARISABIDILLOS" SOBRAN ¡FUERA!

Y Mensaje A Tu GARZA Dejo Escrito.

Si Se Trata De VUELOS, Mira A ORIENTE,

Y Espera Ver Un Águila RIENTE,

Con Que Mi Verso Alegre Le Transmito...

Escucha Su Aleteo Y Alto Grito,

Que Anuncia Mi Llegada, A La Durmiente,

Que Reina En El PAIS Donde Se Siente,

Todo Cuanto Es HERMOSO Y Necesito.

Despeja Pues Nostalgias Y Temores,

Que El Cantor Que Con Versos Te Orna,

Te TRae, También Su Satírica Sorna,

Para Que RÍAS Y "GUISES" Contenta...

Que Sólo "LA VERSADA" Sale A Cuenta,

Si Se Funden "INGREDIENTES INTERIORES"...

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Y A Quien Intente Hacerte La Puñeta,

Viniendo Aquí A Montar Su "Zapateta",

Respóndele Con Una Gran RECETA.

(Y Si No, Deja, Que Estocada Le META).

Y Al CRITIQUILLO,

DE "ESTILO PANERILLO"

La PATADA Y...

¡AL FUEGO! ¡AL FUEGO! ¡AL FUEGO!

Yo le pregunto: ¿Qué pasa? Y como todavía queda tiempo para

que la turba atraviese el vestíbulo y se acerque a nosotros, que

estamos ahí clavados como estacas, me lo cuenta: Verás, es que

una vez dije en voz alta que la poesía de una señora me

deprimía un poco. Siempre digo estas cosas en voz baja pero no

se qué me pasó esa vez, no lo pude evitar y lo solté. Y debe ser

que la guardia real de esta señora se enfadó mucho, porque les

gusta mucho lo que escribe y se acarician y se besan todo el día,

ya sabes. Y eso es como una mafia, y uno de ellos me empezó a

amenazar y que si la próxima vez que me vea y que si estoy

muerto y demás, pero tío es que es abuelo, y va con su nietecito

y le da dos besos y yo así no puedo pegarle. Y yo le digo: Me

parece un acto poético de lo más visual que has hecho nunca,

piénsalo, esto podrías venderlo, sacarías millones, venga hazlo,

aquí, ahora, delante de todos. Y él: ¿en serio?. Y yo: Claro. Y él:

Tienes razón, vamos. Y entonces veo que Lndrl desenrosca el

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abrigo y se acerca al centro del vestíbulo, justo en frente de la

sección de préstamo. La bibliotecaria sentada en su mesa tiene

los ojos como platos. Y entonces de entre la turba de biblioteca

que ya va con su baile por la sección de comics se adelanta un

señor mayor, coge a su nieto que estaba leyendo Garfield

tranquilamente sentado en su mesa, lo levanta, le da un buen

beso en el moflete, lo suelta, le revuelve un poco el pelo y le

indica que vaya a la mesa a seguir leyendo. Se encamina hacia el

vestíbulo. Lndrl se recoge las mangas de la camisa hasta los

codos y se pone en posición de boxeador. Mira hacia atrás y me

dice: Esta va a ser una pelea de puñetazos. Y el abuelo se acerca

cantando la canción:

Tómese A Un Gilipuertas Engreído,

Cuyas PLUMAS, Deben Ser Arrancadas,

Previamente Al Despiece A Cuchilladas,

Para Poder Hacer Un Buen COCIDO...

Y el abuelo empieza a coger velocidad y a mi amigo Lndrl no le

da tiempo a prepararse, así que el abuelo desenfunda su florete

y le asesta una estocada a mi amigo en lo alto de la sien derecha

dejando en la sala un ruido sin eco. Lndrl se desorienta, da dos

vueltas sobre si mismo, se apoya un poco en el mostrador de

préstamo, coge aliento y esquiva por los pelos una patada que

iba directa al estómago. Lndrl se gira y me dice: Esto es un

juego sucio, sin reglas ni miramientos. Hay que aprovechar la

ocasión para hacer el máximo daño posible. Lndrl para la patada

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con las manos y le agarra el pie al abuelo, haciéndole perder el

equilibrio. Con un gesto de altruismo y magnanimidad, mi amigo

le suelta el pie para que el abuelo no corra peligro de romperse

la cadera. Mi amigo no podría pegar a un hombre tumbado e

indefenso. Pero sí a un hombre que le acaba de pegar un

lustroso puñetazo en la sien, así que Lndrl saca los puños y le

aplica dos estocadas perfectas, casi de anuncio, limpias y de

movimiento grácil, una en el pecho y otra en la cara, izquierda-

derecha. Y el abuelo se recoloca y viene a por más, y Lndrl me

dice: vámonos que esto parece una pelea a muerte y yo no

quiero cargar con un abuelo muerto en mi conciencia. Así que

nos vamos de allí y la turba nos abuchea y nos tira libros

delgaditos, de los que a ellos no les gustan, de la sección de

novedades. Conseguimos dar con un par de Alpha Decays y un

Páginas de Espuma. Los recogemos rápidamente y nos vamos a

tomar un café donde siempre, donde ponen unas bravas al

punto de sal que te mueres.

10.

Ya en el café nos calmamos un poco. Leemos las contraportadas

de los libros que recogimos del suelo, y como ninguna nos gusta

dejamos los libros en la mesa de al lado para que alguien que

pase por allí pueda echarles un vistazo. Nos ponemos a charlar

un rato, que ya nos empezamos a aburrir:

¿Cómo vas?

Bien, bien, Lndrl.

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Oye nunca te he contado de dónde vengo, ¿te gustaría venir a

mi ciudad?

Claro, dónde queda.

Pues mira no queda muy lejos de aquí, si cogemos un avión no

tardaremos mucho.

Venga, vamos.

Vale, voy a llamar antes a una amiga para que se vaya

preparando y nos haga una visita guiada. Lo malo es que es una

ciudad un poco conflictiva, ¿sabes? Está en medio de un paraje

hostil pero está perfectamente vallada para que no pase nada

raro. Tiene un toque post-apocalíptico que te va a gustar.

Bueno, ya te digo que a mí últimamente todo lo que lleva la

etiqueta post me está dejando de gustar. Antes me encantaba

pero ahora lo veo todo como muy grandilocuente y me parece

que lo post no lleva a ningún sitio.

Bueno, no te preocupes, te llevaré allí con cariño. Además esto

es diferente. No tienes por qué imaginarte una de esas ciudades

que aparecen en las pelis de zombies. Quizás al decir post-

apocalíptico me he expresado mal. Es una ciudad que parece

estar en las últimas. Una ciudad que se puede disgregar de un

momento a otro, y en eso reside su encanto. Una ciudad-límite.

Por ahí me empiezas a convencer un poco. Qué, ¿vamos

tirando?

Vale, voy a pagar. Espera, no tengo dinero.

Bueno, pues nos vamos. Si no se puede, no se puede.

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Más que una ciudad límite, una ciudad-frontera. Estamos en

medio de una plaza cubierta de arenilla, rodeada por edificios.

Llegamos en helicóptero porque la ciudad no tenía puertas, la

rodeaba una triple valla acorazada. El viento y el polvo que

levantó el helicóptero al despegar no parecía importarles a los

habitantes de la ciudad. Y allí, en medio de la plaza nos

encontramos con la amiga de Lndrl, Svsxs, que nos recibe con

una sonrisa enorme. Tiene una boca enorme. También lleva

gorro y unas gafas. Nos abraza a los dos a la vez y en el abrazo

me palpa la nalga derecha. En un principio pienso que su mano

ha caído allí por puro azar, pero cuando empieza a palpar con

fuerza, estrujándome la nalga con todos sus dedos, pienso que

las razones podían ser dos:

1. En esta ciudad son muy promiscuos.

2. Es el saludo típico y ahora mismo la nalga izquierda de Lndrl

también disfruta de un masaje entre sus dedos, por lo que

quizás, si solo hubiera estado yo, mi culo estaría a cubierto por

dos manos femeninas.

Además no he mencionado que yo tengo novia, así que prefiero

escoger la opción dos por pura relajación de conciencia. Lndrl

me dice: Te dejo con Svsxs, estás en buenas manos. Y se

esfuma entre los edificios que rodean la plaza.

Vamos a empezar la visita en un lugar muy importante, un lugar

casi sagrado para nosotros. Está al norte de esta plaza. Verás,

en esta zona sopla un viento tan fuerte que arrastra la arena a

tal velocidad que te hace llagas en la piel. Si te quedas

demasiado tiempo expuesto a una ventisca puede que no

Page 24: Yo siempre acabo primero pero mal

llegues a contarlo, da igual la ropa que lleves, siempre se cuela

alguna esquirla que rueda y hiende tu carne. Por este motivo

esta zona estaba despoblada, hasta que llegaron los fundadores.

Eran un grupo de exploradores que llevaban un avión a prueba

de ventiscas, sin embargo los motores no estaban bien

protegidos y acabaron por taponarse, así que tuvieron que

hacer un aterrizaje forzoso justo aquí.

Me señala una barra de metal que sale del suelo y que termina

en una especie de morro de avión azul de plástico, como si fuera

una señal de tráfico.

Enviaron multitud de señales de rescate y subsistieron unos días

con las provisiones que tenía el avión. Cuando el equipo de

rescate llegó les pasó lo mismo, los motores fallaron, se llenaron

de polvo y tuvieron que aterrizar en el mismo sitio. Así que no

les quedó otra que esperar al siguiente avión de rescate, que

también se estropeó. Al final decidieron desistir y formar aquí un

pequeño núcleo urbano. Trajeron a sus familias, víveres y

material de construcción. Prácticamente toda esta parte está

hecha con los restos de los aviones y avionetas que fueron

llegando. Y mira, ¿ves esos edificios de ahí? Pues suelen ir los

adolescentes, se separan en grupos de chicas y chicos y hablan

entre ellos del amor. Para que veas que aquí tenemos las

mismas costumbres que en otros lugares. Somos muy normales.

Veo un par de edificios a medio construir, les falta toda la

fachada así que se ven las habitaciones oscuras, con paredes de

hormigón sucio y telarañas. Nos acercamos al edificio. Hay un

grupito de tres chicas jóvenes en el piso de arriba, riéndose y

Page 25: Yo siempre acabo primero pero mal

señalando a unos chicos de la planta baja que se ajustan los

pantalones y de vez en cuando enseñan la minga.

Sigue la visita:

¿Te apetece comer algo?

Dice Svsx mientras gira sobre sus talones con las manos

metidas en los bolsillos de atrás del vaquero. Me fijo que tiene

unos labios asombrosamente apetecibles, dos gusanitos

carnosos sin arrugas ni picos. Me refiero a esos dos picos que

tenemos todos en el labio de arriba justo debajo de la nariz,

pues ella no los tiene, son dos labios lisos, con una pequita a la

derecha de la nariz.

Vale.

Sígueme. La comida es mejor comprarla en los pequeños

establecimientos que rodean la plaza. También la puedes

comprar a pie de calle pero normalmente te suelen timar si no

conoces el precio de lo que estás comprando. No me

malinterpretes, los de las tiendas también lo harían, pero se les

obliga poner un precio fijo por cada producto que venden.

Tienes que tener cuidado con los vendedores ambulantes.

En ese momento algo me toca por detrás. Es una vieja que

sostiene una funda de guitarra abierta repleta de latas y algún

bocadillo envuelto en papel Albal. Yo sigo el consejo de mi

compañera y no le hago ni caso, aunque no me habría

importado comprarle una de las latas de mahou que tiene entre

hielos en la parte estrecha de la funda, donde debiera estar el

mástil de una hipotética fender strato.

Me apetece tomarme una cerveza la verdad.

Page 26: Yo siempre acabo primero pero mal

Ah pues en las tiendas de comida no suelen vender alcohol.

He visto que esa señora tenía...

Sí es que la gente que vende en la calle puede vender de todo.

Nadie les puede decir nada porque en cuando tienen problemas

cogen su alijo y se largan.

Se largan... ¿a donde? No me parece que esta ciudad sea tan

grande como para poder escapar fácil.

No te creas, los edificios tienen muchos entresijos.

Nos metemos en un pasaje entre edificios. Al parecer las calles

de esta ciudad están constituidas por pasajes en su mayoría.

El único espacio abierto de la ciudad es la plaza porque cuando

se levanta el viento es muy incómodo salir al exterior. A ver si

me entiendes, las vallas de la ciudad cortan el viento bastante

pero aún así es molesto. Así que por eso todas las calles son

pasajes entre edificios. A mi me gusta, hace de la calle un lugar

más íntimo, la gente se siente como en casa, los portales de los

edificios no son privados sino que todo el mundo puede

aprovecharlos... Luego cada uno tiene su casa y su puerta

cerrada, eso está claro. Pero una vez que sales de casa todo es

de todos.

Paseamos por los pasajes, oscuros en general, que de vez en

cuando confluyen en una placita cerrada, con tragaluz en el

techo que ilumina un banco circular con alguna planta en el

medio. Plantas verdes, arbustos sin muchas flores de hojas

grandes y gruesas, como de aloe-vera. Svsx va por delante y a

veces se da la vuelta, sonriente, extendiendo su brazo hacia mí

para indicarme que la siga. Con esos gestos que repite más de

Page 27: Yo siempre acabo primero pero mal

la cuenta a veces me roza el paquete, que cada vez está más a

su disposición. Los dos nos quedamos tranquilos con la excusa

de que está oscuro y alguien tiene que guiar mis pasos de

novato entre pasajes.

Se para delante de una puerta de cristal y me mira como

diciendo, pasa. Yo abro la puerta corredera y ella posa la mano

sobre mi hombro mientras entro, repasándome toda la espalda a

medida que avanzo. Mi sangre ha dicho adiós, ha hecho las

maletas y ha decidido refugiarse en un lugar más cálido y

confortable, cerca del trópico, en el ecuador de mi cuerpo. Que

te vaya bien en las bahamas, he acertado a decir. No se si me

habrá oído.

Hay velitas, lámparas araña y muebles de madera. Todo el bar

está rodeado de estantes curvos de madera oscura, que

sostienen multitud de botellas que parecen caras. El estilo lujoso

del bar contrasta con los parroquianos, hay dos:

Uno es el camarero, pelo largo rizado y lacio, medio calvo, que

se apoya en el tirador mientras habla con el otro; un señor

delgado, menudo, calvo con gafas, muy pequeño, con camisa de

cuadros y vaqueros, que se sienta en un taburete cerca de la

barra y el tirador. Las piernas no le llegan al suelo y las apoya en

el taburete. El de la barra me mira raro.

Me mira raro. Una cerveza por favor. Deja caer el chorro en el

vaso de pinta y me la da. Yo pregunto que cuánto, los dos me

miran raro; y Svsx me dice que aquí no se cobra nada, que esto

es un club social. Yo me pregunto por qué alguien querría

trabajar gratis pero en ese momento Svsx me empieza a estrujar

Page 28: Yo siempre acabo primero pero mal

el paquete y claro, mente en blanco, sangre abajo, adiós adiós.

Me mira, me sonríe, me lo estruja bien, nadie nos mira. De

repente, ve algo detrás de mí, saluda a alguien y me dice: vuelvo

en seguida.

Yo me quedo a medias, me bebo media pinta y echo otro vistazo

rápido al local. En una de las mesitas bajas al fondo hay un tipo

que no había visto, rubio y bien vestido. Me hace un gesto con la

mano y me acerco, aunque lo que menos me apetece es hablar

con él, yo lo que quiero es que vuelva Svsx con su batería de

jueguecitos.

Me siento en frente del tipo rubio, y me dice:

Mira, sé que esto es duro, pero es que me he estado tirando a tu

novia durante seis meses. Sé que es mejor que te enteres

cuanto antes. Hemos estado quedando cada dos findes más o

menos. No sé como no te has dado cuenta antes, por tu cara

seguro que te acabas de enterar. Nos conocimos un veinte de

Marzo y desde entonces quedamos todos los veintes de cada

mes. Pensé que esto te mosquearía, a ella siempre se lo decía,

que eso te iba a mosquear, pero ya veo que no. Que no te ha

resultado para nada raro. Bueno, ella está aquí, pero no creo que

quieras verla ¿verdad? Lo mejor será que nos vayamos. Olvídate

de ella ¿vale?

Pinchacitos en el abdomen y un escalofrío que reparte la

energía negativa generada en mis huevos por todo el cuerpo,

para equilibrar. Veo cómo el rubio se marcha por la puerta

trasera del bar. Me acerco a la ventana y veo como el rubio

agarra de la mano a una mujer con vestido blanco, que podría

Page 29: Yo siempre acabo primero pero mal

ser mi novia, o quizás no, porque hay tanto polvo en el cristal

que prácticamente lo único que distingo de ella es el vestido. Se

van de la mano. Es la primera vez que la veo vestida de blanco, y

le sienta muy bien.

11.

¿Qué tal ayer?

Muy bien, fue todo muy bien, aunque casi no pude ver a Lndrl.

Pero te lo pasaste bien ¿no?

Uy sí, de miedo. Volvería.

Bueno pero esta ciudad no está tan mal.

No, no. A mi me gusta.

Claro que te gusta, además también pasan cosas extrañas. Yo a

veces me cruzo con una pareja de jóvenes, de unos catorce o

quince años, una chica y un chico. No sé si son hermanos, novios

o simplemente amigos. La chica siempre va con un vestido

negro y anda inclinada hacia su compañero, y él va con un polo

de colores a rayas, gafitas y pelo corto bien peinado. El típico

pringao de instituto vamos. Pues siempre que me los cruzo les

pillo hablando de la ciudad en un tono que no es propio de su

edad. El otro día escuché:

Me gusta el ritmo de calle de la ciudad, es mejor que en

Barcelona.

¿Tú crees? Pues para mi la suavidad aparente que generan los

pasos de ritmo tranquilo se ve interrumpida por los motores

zumbones de los coches. En Barcelona los coches tienen una

Page 30: Yo siempre acabo primero pero mal

cadencia más constante, de tal forma que parecen olas

rompiendo en la playa.

Entiendo pero yo me refiero más al plano psíquico. Aquí la gente

se te queda mirando. El otro día salí despeinado de casa y me

hicieron sentir un poco mal. Pero yo voy a seguir con lo mío.

Sí. Hay otros que miran hacia arriba y es que piensan en

lenguaje científico. A mi me gusta pasearme entre la facultad de

matemáticas y la de físicas, que están una en frente de la otra.

Se puede intuir perfectamente quién sale de qué facultad solo

con fijarse en cómo miran. Los de físicas miran fijamente las

cosas, los matemáticos miran cualquier cosa sin mirarla, siempre

con un hilo de pensamiento abstracto en la cabeza. Aunque les

gritaras su nombre al oído no te escucharían y seguirían

dándole vueltas a entes con nombres muy sugerentes. El otro

día me colé en un seminario y hablaban de haces, esquemas y

variedades Calabi-Yau. Cuando llegué a casa tuve que mirar

estos nombres en internet y me sorprendió saber que las Calabi-

Yau son un tipo de variedad K3, que hereda su nombre de los

tres matemáticos que la descubrieron, cuyos nombres

empezaban todos por K, y de K2, una montaña en Cachemira,

donde hacen la lana. ¿Te acuerdas de que en Escocia vendían

mucho este tipo de lana?

Claro, todavía tengo unos calcetines en casa.

Ya te dije que eran demasiado largos como para ponérselos un

día de diario.

Me los puse cuando me disfracé de escocés.

Pero nunca más.

Page 31: Yo siempre acabo primero pero mal

Nunca más.

Y siguieron su camino, la chica inclinada hacia el chico, con su

vestido negro que le cubría desde el cuello hasta los tobillos, las

manos hacia atrás con movimiento pendular. El chico era más

alto pero se notaba que la admiraba de una manera extraña. Los

ojos de la chica eran muy pequeños y tenía unas cejas pobladas

y un poco feas. Lo dicho, no sé si serían hermanos,

hermanastros, amigos, o algo más.

12.

Mira, yo te quería decir una cosa. ¿Qué? Pues que el otro día

estaba pensando en la barrera entre lo que podemos concebir y

lo que realmente sentimos y me imaginé un muro blanco y muy

alto, tan alto que no podías ver el final del muro, y me acojoné

un poco.

Bueno mira, yo en ese sentido he tenido experiencias parecidas.

Por ejemplo: el otro día estaba con unos amigos de parranda y

me encontré una bolsa con unos cuantos cientos de euros, en

plan unos cuantos, unos tres mil, imagínate. Entonces nos

planteamos escapar de la ciudad con los miles de euros para

vivir la gran aventura de nuestra vida pero lo que pasó es que un

gran guardia civil, de los que guarda el orden civil de la gente,

nos paró y le preocupó que un grupo de jóvenes anduviera con

tanto dinero por el centro de Madrid, pero en el fondo nos dejó

pasar, nos cogimos de la mano, nos cogimos el primer cercanías

que llegaba a Talavera -lo más lejos posible, vaya- y en ese

Page 32: Yo siempre acabo primero pero mal

pueblo nos quedamos. ¿Qué pasa? pues que compramos el

mejor jamón serrano que puedes encontrar en los alrededores,

un buen lomo ibérico y un poco de chorizo, y nos hicimos un

fuerte en una casa abandonada. Ahora solo necesitamos

comprar un poco de madera de encina para prender la leña -por

favor, una ayudita, por favor- y ya está montada, con el calorcito

y todo, y claro, esas buenas costillas ya tu sabes. En fin, ¿qué

más quieres? Nada ¿qué más quieres? Nada...

Mira tío. ¿Tú sabes lo que significa un internado de muros

altísimos y anchísimos de los que sabes que nunca, NUNCA, vas

a poder escapar? Yo creo que no pero tú sabes que yo sí sé

entonces me dejas hablar porque no te queda otra. Mira, te

estoy hablando de un muro que no puedes escalar, de un muro

que nunca podrás meterte en la sesera porque es algo que se

convierte en tu cárcel tu presidio, algo que nunca nunca nunca

puedes llegar a escalar, una altura que miras desde abajo, unos

ladrillos que trascienden el rojo. Intenta. Intenta escalar ladrillos

con cemento descolorido a ver que pasa. La mano del caído. La

mano del castizo arrodillado que nunca sabes, nunca piensas

que te pueda sostener, pero te sostiene, él solo, el castizo

arrodillado te mantiene y al mismo tiempo te da la tollina para

que sepas que este no es tu sitio, esta no es la forma y estas no

son las maneras. Mira solo te digo que dejes ya lo que estás

haciendo porque estás haciendo el ridículo, estás haciendo el

ridículo y eso pasó de moda hace ya tiempo, estás haciendo el

ridículo y esto no sé cuando puede parar, cuenco puede parar,

como el altillo de las maravillas y ya no las mil y una noches sino

Page 33: Yo siempre acabo primero pero mal

un puto sobrao que te recuerda, que juega con luces de navidad

en tu subconsciente familiar, que roza sensaciones como

queriendo para llegar a lo más hondo de tu armario hecho de

pegatinas y abrigos viejos. Polvo y polillas y unas cuantas arañas

que te recuerdan porque sí, a esa escalera sin pasamanos que

subimos juntos sin soporte claro, intentando que nadie se caiga

pero como somos familia qué más da, si se cae alguien y se

parte las cervicales y yo no puedo escribir, y se parte las

cervicales y yo no puedo escribir más allá, y se parte las

cervicales y qué más da porque es familia y se ha caído por

nuestra culpa, que se joda y reflexione no?, porque eso es lo que

le ha tocado vivir y tú, desde luego tú no tienes nada que ver en

toda esta parafernalia del poder, el porque-sí, el paratexto y la

reflexión familiar caduca. Déjalo como está y déjanos a nosotros

que nosotros sabemos lo que nos hacemos, en serio, déjanos a

nosotros y mientras tanto tú entretente, entretente no he visto

palabra más bonita entretente en calzoncillos cometiendo faltas

de ortografía sin parar entretente, y saca de los bolsillos una

barra de pan que logre alimentar el hambre que es muy poca

como un dado que se juega un mafioso de Cambridge. Uno de

esos dados que tú nunca apostarías pero yo apostaría porque-

sí, porque mi raza me lo permite, porque no solo es que me lo

permita, sino que yo no necesito preguntar a mi señora, o a mi

señor,: oiga, ¿usted me lo permite? porque el igual es igual que

el menos y es igual que el mas, y la pasta de dientes primero y

tu prima me gusta para follar y nada más, y hasta luego buenas

noches nos damos un beso sin querer y casi sin poder articular

Page 34: Yo siempre acabo primero pero mal

palabra balbuceo un buenas noches sin querer y te doy un beso

en la mejilla buenas noches a acostarse toca acostarse por favor

y me pica la ceja derecha y me rasco mientras te doy las buenas

noches sin querer buenas noches se acabó.

13.

Hola, soy Luis Mndrl y voy a decir unas palabras en

conmemoración a mi hermano. Espero que esta charla anime a

mi respetado público, porque en los días que no sale el Sol uno

no puede salir a pasear sin más y necesita un poco de alegría,

así que empecemos:

Lndrl es un muchachito callado, quieto, sencillo, que va por la

calle sin trastabillear demasiado. De andar pausado, recto,

mirada al frente y a veces a ninguna parte. Unas veces mira

casas, otras ventanas. Otras mira la cómoda detrás de la

ventana, y otras mira el interior de los cajones en busca de

alguna agenda o motivo que le haga pensar en algún amor

ajeno. La mayoría de las veces solo encuentra ropa interior pero

esto no le desanima, porque el misterio se encuentra en todas

partes. A Lndrl no le gustan los animales. Y diría más: Lo que

menos le gusta a Lndrl son los animales. Me encuentro un día

con él por la calle:

¿Qué tal, hermano?

Bien, aquí ando, pinchando todos los globos que encuentro.

¿Y los que están deshinchados?

Con esos me estoy haciendo un collar multicolor, ¿te gusta?

Sí, mucho. ¿Qué quiere decir?

Page 35: Yo siempre acabo primero pero mal

Pues verás, recordando el período de búsqueda ascética en el

que me encontraba cuando era preadolescente, decidí dar una

vuelta en moto por el cementerio de Montjuic. Si no lo conoces

imagínate otro cementerio, cualquiera, da lo mismo. De todas

formas seguro que te haces una idea, porque creo que

enterraron a la abuela o el abuelo en uno parecido, pues ese. Iba

yo en moto rampeando, haciendo piruetas y derrapes entre las

tumbas cuando un ciprés muy alto y muy viejo me dio el alto.

¿Y ya está? ¿Qué tiene que ver eso con los globos?

Pues verás. Me dio el alto el trino de una lechuza, y al ir

pinchando globos por ahí busco esa sensación que tuve

entonces, que fue algo así como un calambrazo por todo mi

cuerpo, músculo, venas, hasta que en mi cerebro se produjo

como una orgía trastocada a media noche. Estoy enganchado a

esa sensación, pura catarsis. Entonces voy en bici por la ciudad,

cambio ciudad por cementerio, y hago chillar a los niños que me

parecen tan feos que me recuerdan a las lechuzas. El pinchazo

es opcional, es para que berreen más.

14.

Yo a veces berreo y no sé hacia dónde, como un árbol abierto

por la mitad con todos los intestinos fuera, moluscos

recorriendo las ramas tan puras y tan bellas. La luz, también está

esa luz que no podemos ver directamente. Quién nos dice que

no es un foco, un gran foco de televisión. A mí a veces me arde

la piel con tanta luz, y hay mosquitos, moscas y otros bichos

voladores que se abrasan cuando pasan demasiado cerca.

Page 36: Yo siempre acabo primero pero mal

Demasiado cerca de mí no podrías porque no sé si estoy

enterrado o medio muerto, hay demasiada densidad cuando me

muevo por eso no puedo moverme solo puedo batir, cuando

muevo mis manos como aspas es para batir un batido de

chocolate universal, como cuando bates el colacao, rápido, pero

más denso. ¿Y para qué? Poca cosa.

15.

Hola, ¿si? Hola, ¿alguien me escucha? Sí. Nada, mira, solo quería

contarte que estuve viviendo en una gran montaña de hojas por

un tiempo, de hojas secas, allí dentro, como un gusarajo. Y todo

para qué, pues para que me acabaran picándome las piernas

porque hay miles de microorganismos que esperan la menor

oportunidad para clavarte sus diminutas zarpas en la pantorrilla,

para agarrarse bien y chuparte un poquito de jugo. Yo a veces

me encuentro con gente seca o gente que está llena de jugo

caducado, medio podrido, y se pasean libres de

microorganismos chupópteros. No creas que estar lleno de aire

es lo mejor del mundo tampoco, que si te pinchas puedes

acabar en cualquier parte. Yo un día acabé en un bar de

camellos y cuando abrieron la trastienda logré ver un montón de

placas de hachís apiladas. Me parecieron placas de mierda

condensada y me fui corriendo al baño para vomitar, pero

estaba tan limpio que no pude hacerlo allí así que me fui con

una sensación extraña, de desasosiego para casa. Yo a veces

vivo en un ático con las paredes inclinadas porque hay tejado, a

Page 37: Yo siempre acabo primero pero mal

veces vivo en el montón de hojas resecas, cuando es otoño, no

me acuerdo. O quizás es porque de pequeño me gustaba

rebozarme allí. He decidido que Lndrl sea mi guía y que cuando

tenga 7 años me de la mano y crucemos un charco pisando

fuerte, que para eso están los charcos, y para eso están los

amigos, él me lo ha prometido.

16.

Vamos a ver si me puedo explicar de una vez porque creo que

hasta ahora no me he sabido explicar demasiado bien: Hay un

personaje que deambula por la ciudad donde vivo, y ese es Lndrl

Mndrl. Yo a veces me lo encuentro, a veces hago conferencias

en su honor porque resulta que ha desaparecido y todos creen

que no le van a volver a ver el pelo, y otras veces aparece y hace

fotos, o habla con alguien de algo, o me lleva a su ciudad de

origen, como aquella vez, que fue muy divertido. Fue sólo un fin

de semana, se me hizo un poco corto, pero estuvo bastante

bien. Cuando llegué a casa estuve reflexionando un rato y

comprendí unas cuantas cosas, como por ejemplo: Lndrl es raro,

¿por qué es raro? porque viene de una ciudad rara. La pregunta

que sigue de forma natural es: ¿por qué esa ciudad es tan rara?

Y la respuesta a esta pregunta sólo la he atisbado desde lejos.

No he llegado a atrapar la respuesta, no sé si porque es

demasiado rápida y pequeña, como un muñeco o un insecto, o si

la cosa es que está demasiado lejos y no la alcanzo. Desde luego

está claro que la ciudad está bastante lejos y es difícil de

alcanzar. Creo que cuando fui con Lndrl acabamos allí por un

Page 38: Yo siempre acabo primero pero mal

golpe de suerte y salimos de allí por otro. Una posibilidad entre

cien mil llamo yo a los golpes de suerte, así que veo difícil que

se vuelva a repetir. Por lo tanto los experimentos de campo

están prohibidos. Solo queda elucubrar a partir de las

observaciones anotadas y cuidadosamente descritas, pero no sé

donde he dejado el cuaderno donde anoto todo, así que

supongo que voy a tener que recordar sobre la marcha, veamos:

Había polvo, edificios medio en ruinas y calles prácticamente

inexistentes. Es decir, los habitantes reciben poca luz y quizás

sea eso lo que les trastoque un poco la sesera, pero sin

embargo había un grupito de tres chicas adolescentes que

miraban a tres chicos adolescentes y éstos a su vez se hacían

los gallitos y los machotes. Eso está muy bien y es muy normal.

Hasta ahora la única pega que le pongo a la ciudad es que los

nombres de sus habitantes sean tan difíciles de pronunciar, pero

bueno, supongo que con el tiempo este hecho se irá limando

hasta que sus asperezas desaparezcan, como las astillas de la

madera bien lijada por ejemplo, así que sigamos: no sé cómo se

llamaban esos tres chicos, pero sí me acuerdo de una situación

parecida en un recreo de instituto: una chica llamada Abad y un

chico llamado Zubizarreta cuchichean en un pasillo. Ella le roza el

codo a él. Están en horario de clase pero se demoran un poco

porque tienen algo importante que hacer entre ellos, así que ella

se para en medio del hall vacío y le roza el codo a él. La sangre

de él se reparte entre la cabeza y su entrepierna, padece

sobredosis de glóbulos rojos y no sabe cómo actuar, así que se

Page 39: Yo siempre acabo primero pero mal

da la vuelta y finge que va a hacer un pis. Aquí la chica puede

hacer dos cosas:

1. Se contonea como una paloma ahuecando el ala, lanza un par

de alaridos y le picotea el trasero al chico.

2. El chico se va a hacer pis y las flores que sostenía la chica se

ablandan hasta hacerse líquidas y desaparecer en un charco

en el suelo, que posteriormente se filtrará entre las rendijas del

embaldosado antes de que llegue el chico.

Y a decir verdad me sale otra posibilidad, quizás la más jugosa:

3. El chico se avergüenza un poco, la chica se aparta el pelo y se

acerca, él levanta un poco la cabeza, la chica coge aire y...

succiona. Pero el chico se ha olvidado de coger aire, sin

embargo no puede interrumpir su primer beso con algo tan

banal. En este caso puede ocurrir:

a. Que el chico se ponga de color morado, la chica le salve con

su aliento de chicle de fresa y a partir de entonces el aliento

y los ademanes del chico sean de sabor a fresa. En cuyo

caso la chica le abandonaría por razones obvias.

b. Que el chico interrumpa el beso para coger aire y tenga la

rapidez suficiente para seguir besando a la chica. En caso

contrario la chica se ofendería tanto, y sería tal la vergüenza

del chico, que ambos no se volverían a besar. Y digo más, el

Page 40: Yo siempre acabo primero pero mal

chico no podría besar a ninguna otra chica como castigo

por tamaña indecencia.

17.

También me acuerdo que en la ciudad de Mndrl me contaron lo

de la infidelidad de Alicia. A veces me veo a mí mismo

retrocediendo al pasado y reviviendo el momento en que nos

conocimos, y todos los que compartimos después. La diferencia

es que ya los habría vivido, pero no me importaría volver a

hacerlo. De todas formas la mayor diferencia no es esa, es que

partiría de una relación acabada, cuyo final no es que pudiera

adivinar, sino que sabría a ciencia cierta cómo cuando y dónde

ocurriría. Bueno, dónde no, pero sí cuando: un 20 de Marzo.

Podría prevenirla, podría intentar cambiar, follarla con más

ganas incluso en los momentos en los que a mí no me apetecía

y ella se masturbaba entre las sábanas dejando escapar un

pequeño gemido. A veces tan débil que ni si quiera se oía. A

veces no lo oía porque me quedaba dormido con el traqueteo

del colchón. Golpes rítmicos, sutiles, cadencia olorosa. Digamos

que me dejaba mecer en su cuna, con su propio balanceo y me

sentaba bien. Pero pensándolo mejor, no creo que llegara a

decirle nada, ni creo que cambiara ninguna de las cosas que la

dije, ni sé si quiera si podría llegar a hacerlo aunque me lo

planteara. No. Seguiría adormeciéndome en su cadencia

clitoriana, cálida y pacífica. Seguiría entreoyendo sus gemidos,

que a veces se mimetizaban con mis sueños más fantasiosos.

Page 41: Yo siempre acabo primero pero mal

Seguiría comiéndole la boca como lo hacía antes, con los posos

del café todavía entre las encías, aunque a ella no le gustase. A

veces no me limpiaba a conciencia, otras veces su ímpetu no me

dejaba tiempo para enjuagarme la boca con saliva limpia.

Seguiría cometiendo esos pequeños fallos, que yo llamaría

matices.

Es decir, el cuadro sería el mismo, yo sería el mismo, nada

cambia en el estado fatalista de las cosas cotidianas.

18.

Estábamos tú, yo, y tu amigo en el parque el otro día, ¿te

acuerdas? Y me dijiste: Lndrl, amigo, ¿me prestas tu peluca? Y

yo te dije que no llevo nunca peluca porque todavía no se me ha

caído el pelo. Que la gente sin pelo anda siempre con prisa, y

que es el viento que levantan al andar el que juega con su

cabello antes de ascender y desaparecer definitivamente. Los

pelos se debilitan demasiado y se caen mientras duermen. Luego

el aire asciende pero no desaparece del todo porque la materia

permanece (no me tomes muy en serio). Solo que esas

partículas, que juntas y dispuestas de una forma determinada,

dependiendo de cómo sea la pisada del hombre con prisa, tienen

un carácter juguetón y un poco rabioso, cuando ascienden se

separan y se esfuma esa voluntad de chinchar. Eso sí puede

desaparecer, como las emociones. Esas son unas putas

irritantes que cuando te cansas de ellas persisten y se largan en

Page 42: Yo siempre acabo primero pero mal

cuanto tienes ganas de mimos. Siempre están por ahí, dándome

golpes en la sesera.

-No te vayas por las ramas Lndrl.

Dándome golpes en la sesera una y otra vez. PAM PAM PAM

19.

Estaba comiendo con mi amigo Lndrl y le pregunté: ¿sabes?, yo

creo que a veces la gente no me entiende Y él: Pero eso es

normal, alguien religioso te diría que lo que pasa es que tú no

entiendes a la gente, pero yo te digo: ¿Cómo te pueden culpar

de no entender a la gente? La verdad es que cada uno es de su

padre y de su madre y que no tenemos nada que ver los unos

con los otros, y no te pueden hacer cargar con la culpa de no

haber podido, en tu corta existencia, llegar a comprender los

mecanismos de todos esos que te rodearon, y los que están por

rodearte, ¿no es cierto? En fin, claro que la gente no te entiende,

la gente no nos entiende y eso es algo con lo que hay que vivir.

Yo creo que el arte juega precisamente a eso, a hablar con un

lenguaje suprahumano de forma que la gente pueda entenderse

mejor.

...

Es como los dibujos de las revistas de arquitectura, ¿los has

visto?

Sí, parecen científicos pero no lo son.

Exacto. Porque ellos ya no tienen por qué hablar con las trabas

que supone el lenguaje lógico y formal de la ciencia. Ellos ya han

pasado del lenguaje de los ingenieros y hablan de emociones

Page 43: Yo siempre acabo primero pero mal

machacadas con hormigón por las alturas. Porque tampoco me

puedes decir que la arquitectura sea un arte total. Está

manchada de materiales de construcción, no se si me entiendes.

Pero el caso es que ellos ya no hablan de estructuras que se

caen o no se caen dependiendo de las vigas y la resistencia de

materiales. No hay nada absurdo. Solo un trasvase de

emociones, unos niveles por encima del lenguaje con que hablan

los ingenieros.

¿Por encima?, ¿por qué por encima?

Bueno es una forma de hablar, por encima o por debajo, da

igual. La cosa es que no hablan el mismo lenguaje.

Planos metafísicos con contornos bordados de cuero, sucio ya

por miles de manos, cada una aportando su pedacito de mierda.

¿Qué dices?

Nada, solo divago.

Dí vago amigo mío

repasa inocencias de cristal con tus manos enguantadas de

piedras granates

componess como si tuvieras en frente una máquina de churros y

tus manos sólo cortaran churros según salen de la churrera, uno

tras otro

repasas, como decía, cristales pulidos y limpios

con tus manos llenas de mierda

se extiende como carbonilla en pelo graso, amigo mío

post fiebre post atraco

post ventilador

post noche

Page 44: Yo siempre acabo primero pero mal

¿has escuchado alguna vez algo de post-rock?

dime, ¿alguna vez has salido de fiesta y te has puesto un disco

de post-rock?

una noche post-cocaína un disco de post-rock

es la fiesta de ahora.

No disfrutamos de la cocaína y de la noche de fiesta

sino de la resaca y del post

EL POST-TODO

amigo mío.

Con la cocaína amiga mía

A veces me gusta dar forma a un ritmo cortante como los de

jazz pero con mucha menos clase

porque la clase ya aburre

los versos sutiles y elegantes ya aburren

por si alguien no se había enterado, la poesía está en sus

últimos estertores de globito pinchado

ahora se parece más a un condón

cuando antaño era una bola roja que sobrevolaba cielos y más

cielos

cielos de gente y de ciudades

que potito

ahora nada

que penita

NO

Digamos que ahora nos hemos vuelto unos salvajes

pero todavía hay gente que adivina y que le gusta el mundo de

los adivinos y los chamanes

Page 45: Yo siempre acabo primero pero mal

digo chamanes porque no quiero que los confundan con esos

adivinos de pacotilla que salen en la tele y engañan a señoras

viejas:

Dese usted un par de vueltas alrededor de la mesa de la cocina

en el sentido de las agujas del reloj y bébase un vasito de agua,

ya verá cómo se le recolocan los chacras

Y la abuela deja descolgado el teléfono y mientras llega a la

cocina se le va un euro, y mientras recuerda en qué sentido era,

se le va otro euro, y ¿cómo es en el sentido de las agujas del

reloj? veamos son las siete y media y el minutero va... ah vale ya

sé. Otro euro.

Vasito de agua. Otro euro. Ya está señor.

¿Ve cómo se encuentra usted mejor?

Si... Si, la verdad es que parece que me encuentro un poco

mejor.

¿Ve?

A mí dame chamanes encerrados en cuevas jugando con sus

aparatos de alquimia,

¿habéis oído? esa gente para entretenerse se saca su juego de

alquimia

como tú te sacarías la PSP o la Play Station.

Ellos se ponen a adivinar cosas en su tiempo libre, usando

muérdago, colas de gusano y algunas hierbas que cultivan en su

jardín.

En su jardín de atrás no como el tuyo que está muy bonito

recortadito en la parte delantera de la casa de tus padres, y

cuando vienen las visitas te puedes tomar un té con ellos, sí,

Page 46: Yo siempre acabo primero pero mal

invitar a todos a un té bien calentito en invierno o una limonada

en la temporada primavera-verano. Eso te gustaría, ¿verdad? Sí,

claro que sí. Pues los chamanes, fíjate que los chamanes no

tienen Play Station ni jardín frontal. Tienen alquimia y jardín

occipital.

Y fíjate que no sé por qué me atrae más lo segundo, aunque

bien podría decantarme también por lo primero.

Tampoco quiero parecer un mono suelta-sentencias.

20.

Gran bola roja que sobrevuela edificios y demás. No, si la imagen

es bonita, la verdad es que no me lo esperaba después de toda

la mierda que acabas de soltar. Vamos a ver, no me

malinterpretes, solo digo que lo tuyo es como buscar un hilo de

oro entre mierda coagulada. Que no te ofendas, igual a otro le

puede gustar lo que haces, pero a mi no. Sí sé que hay veces

que dentro de todas esa pestilencia a veces hay un resto que no

está mal, que incluso me llevaría a la boca si no estuviera tan

marcado por lo que hay a su alrededor, en fin.

Sí, lo de la gran bola roja me gusta. No es el sol. Es como un

monete pequeño con piloto automático sobrevolando cosas y

anotándolo todo en una pequeña libreta. Eso parece más de

anuncio de compresas y le quita toda la seriedad al asunto la

verdad. Hay que hacer literatura. Literatura de VERDAD. ¿Y

quién se acuerda hoy en día de cómo se hacía eso? A mí la

verdad es que se me ha olvidado y me gusta más divagar, antes

solo, ahora lo hago a veces acompañado.

Page 47: Yo siempre acabo primero pero mal

¿Que cómo es eso? Pues fácil, sueltas el timón por unos

momentos y te pones a charlar con la gente que ves pasar. No

puedes estar así demasiado rato porque puedes acabar

navegando en círculos, pero una charla amena le divierte a

cualquiera.

Me da miedo acabar así un capítulo tan bobo, tan sin sustancia.

Yo creo que por eso recurro a la metaficción.

Un momento. Estoy hablando de la metaficción dentro de la

ficción. Esto requiere una categoría nueva. Seguro que en este

momento un académico encerrado en su cueva con un candil y

pergaminos viejos nota un escalofrío recorriendo su espalda. Es

un nuevo concepto que usted no ha acuñado, no se preocupe

señor, podrá usted tener la primicia. Luego dirigirá usted unas

cuantas tesis de alumnos becados con suerte sobre este tema

tan fructífero.

21.

A veces mi amigo Mndrl me viene a visitar. Viene porque yo se lo

pido que si no no vendría, se quedaría por ahí dando vueltas con

un par de catálogos de la mano, porque le gusta parecer un

vendedor ambulante, dice que le hace sentir bien. Engatusa

abuelillos a las puertas de su cáncer, provocando

conversaciones vacías sin sustancia, como probando que a

veces el mero hecho de darle a la lengua proporciona algún tipo

de anestesia. Más anestesia cuanto menos contenido, le oí decir

una vez por ahí. Y yo me lo creo porque estar en no se sabe

Page 48: Yo siempre acabo primero pero mal

dónde con no se sabe quién para nadie sabe qué embota los

sentidos, sin necesidad si quiera de echarle el chorrito de

ginebra al café con leche. La ventaja es que no te llaman

alcohólico ni borracho, que es peor, pero la sensación de

embotamiento es diferente, eso lo sabe cualquiera que haya

probado de las dos. A mí a veces me gusta más una, otras más

otra, pero la mayor parte de las veces me gusta combinar un

poco todos los mecanismos a la vez por curiosidad. A ver qué

pasa. Así es como se descubren las cosas, creo yo. Hay veces

que darle a la sin hueso no lleva a muchos sitios, pero otras

veces descubres sensaciones que pueden estar rodeadas de un

tedio sinsentido, es un poco diferente. Es como si te hunden en

una cama de toallas mojadas. Imagina estar cayendo

constantemente en un vacío de toallas mojadas raspándote la

cara y la entrepierna. No sería una sensación muy agradable,

¿verdad? Quizás no, pero te diré lo que sí sería, una sensación

sincera como no hay otra, pelillos mojados rozando partes del

cuerpo y nada más. No te metas con el símbolo o el concepto,

no hay disociaciones, solo una voz que habla pero nadie que

escuche, solo una voz que va hablándose a sí misma,

imponiendo nuevos peldaños hacia no se sabe donde, unas

veces arriba y otras abajo, lo importante es avanzar a cada

peldaño, aunque quede feo y huela mal, eso es lo realmente

importante, ir siempre marcha atrás como rellenando huecos

donde antes hubiera historias bonitas como Alicia en el país de

las maravillas o El libro de la selva, ambas clásicos de Disney, el

del ratón hiperactivo y la ratita guarrona, creando generaciones

Page 49: Yo siempre acabo primero pero mal

que no se sabe si van hacia delante o hacia atrás, pero instinto

de movimiento hay, eso siempre. Bueno, solo a veces. Repito:

Cuando ratitas humeantes en colchones casi secos antes

mojados pero ya casi secos te rocen partes que ni si quiera

antes te había rozado nadie jamás, ni tu madre ni tu padre ni tu

tía abuela la que siempre anda cabizbaja hacia los lados como

los cangrejos de playa, no los de río que esos son más listos

porque tienen menos recorrido que hacer y más tiempo para

darle al coco, esa fruta parda que cuesta tanto de abrir pero que

alguien pudo usar a modo de cantimplora, como nuestra amiga

que en vez de botellas de plástico usa cantimplora porque le

gusta reciclar, pero se le encorva la espalda porque pesa mucho

como el puente de Brooklin, se queda como el puente de

Brooklin encorvada y mira siempre a través de su entrepierna

donde no cuelga nada, siempre va despacio siempre va deprisa...

entonces verás lo que vale un peine, de púas movibles que te

arranquen los pelos del cogote, esos que casi se caen, pero no

porque tengan miedo a las alturas. Cuando tengas 29 no

tendrán más remedio que suicidarse. Ahórrales el sufrimiento

por favor.

22.

Estamos en una pradera sin nada en qué fijarse y tú me dices

que todo está muy bien y que podemos tomarnos unos martinis

secos a la sombra de una acacia mientras me cuentas tus

peripecias más húmedas y verdes, adjetivos que me explicas que

pueden evocar demasiado al sexo pero también a la naturaleza,

Page 50: Yo siempre acabo primero pero mal

y que quizás por eso siempre dicen que la mujer se parece a la

naturaleza. Yo te digo que no creo que el lenguaje tenga tanta

fuerza y tú asientes, te recolocas las gafas de sol que esta vez

son de montura plateada y redondas, eso sí, el cristal muy

negro, opaco, me cuesta creer que puedas ver algo a través de

esas gafas, de verdad que me cuesta. De hecho yo creo que no

ves absolutamente nada. Te colocas bien las solapas de la

americana y te acomodas en la tumbona. ¿Y si dejamos los

martinis en la mesita auxiliar para que no se calienten mientras

te cuento mi historia? Me dices, y yo veo que tienes tu punto de

razón, pero una vez más pienso que realmente tu historia no me

puede atrapar tanto como tú te crees, como para que me quede

mirándote abobado mientras sujeto el martini, como para no

darme cuenta de echarle un trago ni de que se está calentando

demasiado entre mis dedos, que ejercen la mínima fuerza para

sujetar la copa, al límite, un poco menos y el martini con su copa

de cristal se escarcharía contra el suelo.

¿Sabes por qué creo que no me va a atrapar demasiado tu

historia? Porque nunca me han atrapado realmente tus

historias, solo que las cuentas con tanta gracia y tanta

vehemencia que te tengo que escuchar con los ojos como platos

para no hacer el feo. Y mira que esta impresión que me llevo es

demasiado generalista, porque a veces cuentas unas historias

cojonudas. Pero lo malo es que todas las cuentas con el mismo

puntito vehemente y yo me canso porque no puedo cribar unas

sí y otras no. Yo creo que cuento algunas, las que me gustan, a

riesgo de que si las contara todas quizás me diera cuenta de

Page 51: Yo siempre acabo primero pero mal

que algunas de las que me guardo en la manga son mejores de

las que cuento realmente. Es más, seguramente las que cuento

son las peores historias, por eso, porque siempre avanzo con un

pie en la retaguardia dispuesto a salir pitando de aquí cuando

las cosas se pongan feas, nunca confío al cien por cien y eso es

un oficio delicado y difícil, muy cansado la verdad. También tiene

que ser cansado ir siempre con la verdad por delante, pero por

lo menos no te planteas dudas y reconcomes de cabeza que

muchas, la mayoría de las veces no llegan a nada bueno.

23.

A veces creo que tus historias son demasiado parecidas a las

cosas que te pasan y por eso pierden credibilidad, porque tú me

dices que son pura invención y no es verdad. Y tú no me replicas

nada porque sabes que digo la verdad. Y punto.

24.

Estás hablando a cachos y a veces no se te entiende nada. Me

hablas de pequeños fragmentos de hilo, deshilachado con

bordes quemados y dices que te llenas la cabeza como si fuera

un cenicero lleno de colillas de cigarrillos diferentes: Malboro,

Golden Virginia, Lucky Strike. Esos tres de momento y piensas

que va a haber más, un cacho de patata, una corteza de limón,

un tapón de litrona y yo no te quito la razón.

Al final todo se queda en eso, en la historia que sale de un

cenicero sucio y poco más.

Page 52: Yo siempre acabo primero pero mal

25.

Algo conozco pero no lo suficiente. Sí conozco al peluquero de

la esquina y la fotocopiadora de enfrente que me deja los folios

a muy buen precio, para que pueda escupirlos, arrugarlos y

regodearme en su sustancia chiclosa que a veces me lleva a

otros sitios, por la que viajo sin nada de equipaje, solo un par de

maletas huecas para pasar inadvertido o para que nadie me vea

como paisano, sino como lo que soy, un viajero que parece tener

algo que hacer pero que nunca anda con prisa, la escusa

perfecta para poder preguntarle al tendero de la esquina cómo

se va a la próxima parada, al andén diecinueve pisoteado por

miles de botas con los cordones bien atados, de donde salen

autobuses prácticos y baratos, sin lujo ni confort pero con la

propiedad fundamental, el traslado a nuevos espacios que me

alojen, como este rincón desde el que te hablo, sin nada más

que hacer y poco que añadir, solo un librito de bitácora que te

suelto sin mucha más pretensión que la de rellenar huecos que

otros puedan aprovechar para sentarse de cuclillas, porque la

posición incómoda siempre ayuda, y llenar el buche de piedras,

telarañas, y ese polvo tan opaco que permite dibujar en las

paredes, aunque el rincón sea oscuro y a veces cueste poner la

tilde en esa sílaba que destroza el ritmo que marcan las agujas

del reloj de la estación, los pitidos del autobús marcha atrás que

te hunde en un fieltro donde sabes a ciencia cierta que alguien

antes ha vomitado toda su sabiduría bañada en vodka y curvas

peligrosas tomadas a gran velocidad. Entonces te puedes

plantear si el del vómito eras tú y sabes que tienes bastantes

Page 53: Yo siempre acabo primero pero mal

posibilidades de parecer un astronauta con una medusa en el

casco que no le deja oír, solo palpar viscosidades terrenales

siempre en estado semilíquido, único medio de transporte que

permite traspasar ciertas fronteras, como la que existe más allá

de la ciudad donde vive Lndrl. Lndrl me ha dicho que le

sorprende que viva tan cerca de la frontera y que nunca se haya

atrevido a traspasarla, y yo le digo que ya que estamos aquí, en

este sitio tan pintoresco, en este hueco de ratones y bichos

tranquilos, que por qué no nos cogemos de la mano y

atravesamos la membrana traslúcida juntos, que quizás parezca

difícil, que quizás el oxígeno se nos agote para siempre, pero

hoy hace bueno y nos aburrimos de estar sentados o de pie o

tumbados o fornicando con tramposas que venden música a

buen precio, que por qué no nos deshacemos de los huecos, le

decimos adiós al rincón que tanto espacio nos ha regalado,

donde hemos pasado tan buenos momentos. Sí, ya sé que te da

pena, amigo Lndrl, pero siento tus dedos en mi palma

acariciando pequeñas porciones de tela fina y el calor, el

contacto, la pequeña presión funciona como elemento que

provoca la catálisis y sin más preámbulos ni palabras ya estamos

dando el paso hacia esa tierra desconocida, la que no sale en los

libros de historia que nos pintarrajeábamos mutuamente de

pequeños porque no teníamos otra cosa que hacer, cuando

éramos todavía pequeños cubos de sal en el armario de un piso

realquilado, cuando ellos nos veían todos los días pero no tenían

nunca el valor de tirarnos al cubo de la basura, ¿te acuerdas?, la

Page 54: Yo siempre acabo primero pero mal

tierra que no nos prometieron, pero que estamos seguros de

que existe.

Peleaste hasta desaparecer:

Hipnotizados viajábamos por el líquido menstrual de un ave sin

tinta ni artefactos místicos.

No hay vergüenza, sí soledad. A veces crees que no creas, y es

verdad. Solo meces palabras en tu boca. Ahora que nos hemos

fundido por fin en uno sólo podemos cantar y recitar

cabalgando en pájaros de distintas clases. Pájaros medio

humanos que también somos nosotros. Dos partículas sin

energía de ningún tipo, sólo el mínimo esfuerzo entre las correas

del líquido que nos rodea, siempre amable, tranquilizador. No es

líquido, es un estado de cambio que no puede salir volando ni

estancarse en cristalizaciones. En el plástico de un bolso de una

puta que se pasea por el Rabal, en el párpado de un hombre que

escribe en el frío y el viento de una cabaña de los pirineos, un

poco más arriba. En el estado semi-sucio de una baldosa del

barrio de Salamanca, pisando sin pisar, elevándonos sin llegar

alto, dejando que los significados resbalen como un cerdo

Page 55: Yo siempre acabo primero pero mal

engrasado en las fiestas de mi pueblo (todavía quedan mozos

que se empeñan en la tarea imposible, y puede que nunca deje

de haberlos). En el conjunto imagen de una relación binaria, tú y

yo, un solo conjunto que se proyecta por igual en un entramado

de ficciones que nunca llegarán a ser escritas, pero que por eso

mismo tienen más carácter de ficción. La ficción pura es la

sustancia que buscamos. La intuimos, pero no nos atrevemos a

describírtela, por no desnaturalizar estados próximos a la

catástrofe.