YO COMPARTO

TÚ COMPARTES

ÉL Y ELLACOMPARTEN

CONCILIANDO GANAMOS:

y buen rollo en casa!

Tiempo Bienestar CariñoSatisfacción Proximidad Compromiso

Autonomía Independencia Conocimientos

AGRADECIMIENTOSDesde la AMPA del CEIP Navas de Tolosa y desde el Consejo Escolar del Centro queremos agradecer a las familias de 5º y 6º del curso escolar 2012/2013 su colaboración en este proyecto, así como al profesorado tutor del 3er Ciclo: D. Salvador Romero Peñas, D. Manuel Fernández Linares, Dª. M Dolores de la Torre Avalos y Dª. Elvira Arias Sánchez, tutores y tutoras de 5ºA, 5ºB, 6ºA y 6ºB respectivamente, que han promovido la participación del alumnado y de las familias y sin cuya colaboración no hubiera sido posible la realización de este trabajo.

CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE

Financia:Colabora:

CEIP Navas de Tolosa

¡y buen rollo en casa!¡y buen rollo en casa!

Edita:

AMPA El Navas

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Sinopsis del estudio sobre conciliación y corresponsabilidad realizado entre las familias del 3er Ciclo de Primaria durante el curso 2012/2013 en el CEIP Navas de Tolosa de Jaén

IntroducciónEsta publicación se enmarca en el proyecto YO COMPARTO, TU COMAPARTES, EL

Y ELLA COMPARTEN, gestionado por la AMPA El Navas y fi nanciado por la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, a través de la línea de Subvenciones a proyectos de coeducación de las Asociaciones de Padres y Madres del alumnado para el fomento de la igualdad entre hombres y mujeres del ejercicio 2013.

Este trabajo forma parte de las medidas para el fomento de la igualdad propuestas por el Consejo Escolar del CEIP Navas de Tolosa de Jaén, a través de la persona designada por el mismo para impulsar la igualdad entre mujeres y hombres entre la comunidad educativa del Centro.

El objetivo era conocer el grado de corresponsabilidad en el hogar, existente en la sociedad, a través de las respuestas dadas por las familias del Centro; para ello se distribuyeron entre el alumnado del 5º y 6º diferentes tipos de cuestionarios para ser cumplimentados (de forma anónima) por la madre o tutora, por el padre o tutor, y otro por el alumno o alumna. En los cuestionarios dirigidos a padres, madres y familia se solicitaba, entre otra serie de cuestiones, que indicaran la frecuencia con la que cada miembro de la pareja realiza las tareas más habituales que se llevan a cabo en la vida diaria, en el ámbito doméstico, necesarias para el bienestar y desarrollo de todos los miembros de la familia, lo que se denomina “cuidados para la vida”, así como algunas otras actividades de ocio y de tiempo libre.

Al alumnado se le preguntaba sobre quién o quienes se responsabilizan en sus casas de las tareas domésticas, qué tareas realizan ellos y ellas, ó quienes creen que deben asumir las responsabilidades domésticas, entre otras cuestiones.

Nos interesaba conocer estos aspectos porque queríamos saber el modelo de familia que los niños y las niñas tienen como referencia y si se continúa o no transmitiendo y perpetuando los roles tradicionales de género para, en su caso, poder diseñar actividades que contribuyan a corregir las desigualdades detectadas.

Los cuestionarios fueron pasados a 79 escolares de entre 10 y 12 años (47 chicas y 32 chicos) así como a sus familias, recibiendo cumplimentados 149 cuestionarios, de los cuales 77 fueron respondidos por mujeres y 72 por hombres.

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Resultados de la información recogidaLa falta de corresponsabilidad en las familias es una desigualdad en sí misma

que, además, genera otro tipo de desigualdades entre mujeres y hombres, afectando de manera negativa a las mujeres al ser ellas, generalmente, quienes dedican un mayor número de horas a las tareas domésticas y de cuidado, lo que difi culta su participación, en igualdad de oportunidades con sus compañeros varones, en otros ámbitos de la vida como en el laboral, en el formativo o en el del ocio y les limita su tiempo propio para el desarrollo de su vida personal.

Los resultados que se han obtenido de los cuestionarios pasados a casi ochenta familias del Centro no nos desvelan nada nuevo, más bien nos sirven para constatar, con datos, que se continúa haciendo un reparto desigual de las responsabilidades domésticas y que la asunción de dichas responsabilidades está muy condicionada por el género. Es decir, los hombres continúan ocupándose de aquellas tareas asociadas a lo masculino como pueden ser las relacionadas con el automóvil (lavado y conducción del mismo), así como de los pequeños arreglos de desperfectos que se puedan producir en el hogar, mientras que las tareas tradicionalmente asignadas a las mujeres, continúan siendo asumidas por ellas (lavar y tender la ropa, planchar, cocinar…); sí es cierto que se está empezando a ver una mayor implicación de los hombres en algunas tareas como “lavar los platos” y “cocinar” pero, a pesar de ello, siguen siendo las mujeres las responsables principales de dichas tareas en la mayoría de las familias encuestadas.

En lo que respecta al cuidado directo de los hijos e hijas, los datos demuestran que las madres se ocupan en mayor medida de su atención y cuidado (arreglarles, llevarles al colegio, informarse sobre su marcha en la escuela, ayudarles con los deberes) y aunque los padres se van implicando cada vez más en ello, no lo hacen en el mismo grado que las madres.

En relación al ocio, entre las familias encuestadas, los hombres y las mujeres suelen salir, por ejemplo, de bares con la misma frecuencia. Sin embargo, los padres tienen más tiempo para leer el periódico, para realizar algún deporte y para asistir a actividades deportivas.

También es signifi cativo el hecho de que los hombres, todavía hoy, continúan haciendo un mayor uso del automóvil que las mujeres. Este factor, además de ser producto de los roles tradicionales de género, lleva consigo otra serie de desigualdades que serían objeto de otro estudio.

Todos estos datos nos corroboran que en el ámbito doméstico, igual que en otros ámbitos o esferas de la vida, no se ha llegado aún a la igualdad real y efectiva, ya que ponen de manifi esto la segregación de actividades en relación al género y la falta

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de corresponsabilidad real en el hogar que, tal y como se ha comprobado, no tiene que ver con la situación laboral de los miembros de la pareja, es decir, se dan casos en los que estando el padre en situación de desempleo y la madre empleada es ella la responsable principal de las tareas domésticas y de cuidado, lo mismo ocurre en muchos casos en los que ambos miembros de la pareja tienen empleo fuera de casa.

Estos modos de vida, además de los perjuicios que causan a las mujeres por lo que supone de carga de trabajo y doble jornada, tienen otra consecuencia en la educación y socialización de los hijos y de las hijas que es la transmisión y perpetuación de los roles tradicionales de género. Los niños y las niñas están aprendiendo que hay tareas que deben ser realizadas por las mujeres y tareas que deben ser realizadas por los hombres. Los niños están aprendiendo que ellos tienen que ser cuidados, mientras que las niñas están aprendiendo que ellas deben ser cuidadoras de la familia. Todo ello lo transmitimos a través de nuestros actos y actitudes, tanto por acción en unos casos, como por omisión en otros.

Los niños y las niñas que han respondido a estos cuestionario perciben a sus familias como uno de los ámbitos más importantes de sus vidas y les confi eren, como es lógico, una importancia crucial, por eso es tan importante para ellos y ellas lo que la familia les transmite.

Estas son algunas de las defi niciones que nos dan de “familia”:

Las personas que vi por primera vez, las que me acogieron y

me acogen con amor, son las que me enseñaron todo.

Un conjunto de personas que se quieren, se respetan y se ayudan.

Las personas que viven conmigo y me quieren

Son personas con las que compartes cosas, secretos y quieres mucho.

Es un grupo de personas que comparten su día a día, que se quieren mucho y viven

en una misma casa.

Un grupo de personas que se aceptan y se quieren entre sí tal y como son, una

familia no tiene porqué ser de sangre.

Personas que cuando las necesitas están ahí, cuando estás triste también están

ahí y son las personas que más te quieren

Son las personas que me dan protección, cariño, educación.

Son las personas con quien convivo.

Mi punto de apoyo y a los que más quiero.

Es cierto, que a la hora de transmitir valores entran en juego otros agentes, no sólo la familia y la escuela, también y con mucho poder, los medios de comunicación,

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pero porque la escuela y la familia son agentes importantes en la socialización de los niños y de las niñas, deben tomar, debemos tomar, partido en este tema y actuar de forma comprometida a través de una educación libre de prejuicios sexistas, aplicando modelos no encasillados, desarrollando en chicas y chicos sus capacidades en tanto seres distintos en su individualidad, sin expectativas predefi nidas por el sexo al que pertenezcan (qué se espera de cada cual según su sexo, qué se le exige, qué se le propone, qué cualidades ha de poseer, etc…), de tal manera que se contrarresten todos los mensajes que lanza la sociedad que, generalmente, tienden a perpetuar la brecha de las desigualdades de género.

Además, es necesario que tanto desde la escuela, como desde la familia (porque la labor debe ser coordinada y conjunta), se pongan en valor las tareas domésticas o tareas denominadas “cuidados para la vida”; dichas tareas nunca han gozado de reconocimiento social, a pesar de que son imprescindibles para la calidad de vida de todos los miembros de la familia así como para favorecer su desarrollo profesional, personal y afectivo. No se valora de igual modo el trabajo de cuidado y educación de hijos e hijas que el trabajo de pintor, albañil o arquitecto, por ejemplo. Esa puesta en valor favorecería la implicación de los chicos, procurándoles, además, una mayor autonomía personal, un mayor desarrollo de los afectos y una menor confl ictividad en las parejas.

Expectativas de madres y padresUn dato positivo es que en las respuestas que dan padres y madres sobre las

expectativas que ponen en sus hijos e hijas en relación al área de formación a elegir o al sector laboral en el que les gustaría que se desarrollaran profesionalmente, no se aprecian, salvo en algunos casos, diferencias signifi cativas según se trate de niño o de niña, pero debemos preguntarnos: ¿procuramos con nuestras actitudes, con nuestros comentarios, con el uso que hacemos del lenguaje, etc. que dicha elección se produzca dentro de un clima libre de estereotipos?

Percepción del alumnadoLa percepción que tiene el alumnado sobre el reparto de tareas en casa, podría

parecer que contradice las respuestas que dan padres y madres en los cuestionarios a “las familias” sobre su grado de implicación en las mismas. La mayoría de las niñas y niños, cuando se les pregunta que quién o quiénes se ocupan de las tareas domésticas responden que “todos”, pero “todos” no signifi ca “en el mismo grado” o “en la misma medida”. Al comparar esta respuesta con la frecuencia en la realización de las tareas

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que dicen tener madres y padres, nos damos cuenta de que es necesario concienciar a niños y niñas de lo que signifi ca la corresponsabilidad real y efectiva en el hogar.

También es muy signifi cativo el hecho de que no ha habido ninguna respuesta que señale “al padre” como al único responsable de las tareas domésticas, mientras que un 21,3% de las chicas y un 18,8% de los chicos, sí señalan a “la madre” como única responsable de dichas tareas.

En relación a la colaboración de chicas y chicos en las tareas domésticas, por lo general, tanto unos como otras hacen tareas como: poner y quitar la mesa, hacer la cama y recoger su cuarto, pero hay un porcentaje importante de chicas que, además, hace otras tareas que no realizan ellos como ayudar a tender la ropa, a limpiar los baños, a limpiar el polvo, cuidar de sus hermanas o hermanos pequeños, etc.. y es que aún se exigen diferentes comportamientos según al sexo al que se pertenezca, comportamientos asociados a los roles tradicionales de género.

¿Quién o quiénes se ocupan de las tareas domésticas?

TodosMi Madre y mi

Padre Mi Madre Mi Padre YoOtras

personas

CHICAS 63,8 14,9 21,3 - 8,5 4,3

CHICOS 59,4 25,0 18,8 - 6,3 3,1

Casi la totalidad del alumnado es consciente de que todos los miembros de la familia deben ocuparse de las tareas domésticas, pero claro, no basta con ocuparse “algunas veces”, sino que es necesario que aprendan que la corresponsabilidad es

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hacerse responsable de las tareas que, de una manera justa y equitativa se negocien en la familia para ser realizadas por cada uno de los miembros, según su edad y su estado físico.

¿Quién crees que debe realizar las tareas domésticas?

TodosMi Madre y mi

Padre Mi Madre Mi Padre YoOtras per-

sonas

CHICAS 93,8 6,3 - - -

CHICOS 95,7 4,3 - - -

A la pregunta ¿Crees que debería cambiar algo en tu casa en relación con el reparto de las tareas domésticas?

La mayoría de chicas y chicos han respondido “No” porque “todo funciona bien así”.

Sin embargo existe un 48,9% de las chicas y un 37,5% de los chicos que opina que “Sí” y las razones más generalizadas que aducen por orden de número de veces enunciadas son:

No es justo que mi madre se ocupe de todo (respuesta dada por niños y niñas)

Porque mi hermano nunca hace nada y yo lo tengo que hacer todo

(respuesta dada por niñas).

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A modo de ref lexiónPara deconstruir el modelo se requiere actuar desde los agentes de socialización

que lo generan y entre ellos, es esencial y determinante la escuela y la familia. Si los valores que tradicionalmente se han considerado femeninos y se han potenciado en la educación de las mujeres, se extienden a todo el alumnado – valores como el cuidado, la empatía, la ternura, la cooperación-, estaremos contribuyendo a hacer una sociedad más igualitaria y con una mejor calidad de vida para todas las personas. Los modelos rígidos para mujeres y hombres que la cultura nos ha dejado de herencia, no permiten el desarrollo de una sociedad mejor, en la que la igualdad entre las personas de distinto sexo – y entre aquellas que no cumplen con el modelo asignado-, sea un hecho.

A veces pensamos que la escuela está exenta de las desigualdades que se producen fuera, y tal vez sea verdad que es uno de los espacios más igualitarios porque la educación es universal, porque conviven niñas y niños en el aula, porque hay una normativa que obliga a desarrollar una escuela coeducativa, etc… pero eso no es sufi ciente. La escuela no es una burbuja aislada de la sociedad de la que forma parte y, si no se interviene, se reproducen los mismos esquemas que existen en los demás ámbitos, por eso, es en la escuela donde no se deben reforzar los estereotipos que la sociedad ha asignado a mujeres y a hombres sino desmontarlos.

Aunque la “igualdad” es un concepto bien aceptado por todas las persona, sin embargo nos cuesta llevarlo a la práctica y también en las familias, incluso en aquellas que podemos considerar “más igualitarias”, se siguen transmitiendo roles y estereotipos tradicionales, muchas veces de manera inconsciente, porque nadie

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hemos sido bien educados ni educadas en igualdad. Lo transmitimos a través del lenguaje, de comentarios, de actitudes, de exigencias diferentes para unos y para otras…

No obstante, es necesario reconocer los importantes avances que en España se han producido en las últimas tres décadas en el ámbito de la igualdad, pero ello no es óbice para continuar trabajando con el objetivo de que niños y niñas, mujeres y hombres hagan un uso equitativo de los tiempos y de los espacios, de tal manera que todas las personas, independientemente al sexo al que pertenezcan, tengan las mismas oportunidades para desarrollar su vida familiar, personal y profesional sin tener que renunciar a ninguna de estas facetas.

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AnexoEn este anexo podemos ver de forma más gráfi ca las diferencias en el uso del

tiempo y del espacio entre mujeres y hombres, es decir, la falta de corresponsabilidad.

En los cuestionarios distribuidos entre las familias, se les preguntó sobre la frecuencia con la que realizaban una selección de 30 actividades de mantenimiento del hogar, de cuidado y atención a las personas y de ocio y estos son algunos de los resultados cuantitativos que se obtuvieron.

¿Con qué frecuencia realiza las siguientes tareas y actividades?

S=Siempre MV= Muchas Veces AV= Algunas VecesCN= Casi Nunca N= Nunca

Trabajos relacionados con el cuidado de la familia y el mantenimiento del hogar

Lavar la ropa

S MV AV CN N

PADRES 5,6 6,9 26,4 15,3 44,4

MADRES 77,9 19,5 2,6 - -

- 10 -

Tender la colada

S MV AV CN N

PADRES 6,9 11,1 45,8 9,7 25,0

MADRES 61,0 32,5 6,5 - -

Planchar

S MV AV CN N

PADRES 5,6 15,3 22,2 5,6 50,0

MADRES 76,6 15,6 6,5 1,3 1,3

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Cocinar

S MV AV CN N

PADRES 8,3 27,8 52,8 8,3 2,8

MADRES 46,8 40,3 9,1 1,3 2,6

Lavar los platos

S MV AV CN N

PADRES 12,5 33,0 17,0 8,0 4,0

MADRES 33,8 32,0 11,0 6,0 2,0

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Limpiar el polvo

S MV AV CN N

PADRES 5,6 18,0 20,0 6,0 25,0

MADRES 61,0 21,0 6,0 2,0 1,0

Hacer la compra

S MV AV CN N

PADRES 22,2 41,7 26,4 5,6 2,8

MADRES 45,5 33,8 19,5 1,3

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Arreglar persianas, enchufes...

S MV AV CN N

PADRES 65,3 18,1 9,7 2,8 2,8

MADRES 9,1 5,2 13,0 27,3 44,2

Lavar el coche S MV AV CN N

PADRES 44,4 27,8 23,6 2,8 -

MADRES 10,4 7,8 36,4 11,7 33,8

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Conducir el coche

S MV AV CN N

PADRES 52,8 30,6 13,9 - 1,4

MADRES 28,6 24,7 23,4 2,6 20,8

Arreglar a los niños y niñas

S MV AV CN N

PADRES 5,6 36,1 26,4 12,5 18,1

MADRES 53,2 26,0 6,5 7,8 6,5

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Llevar a los niños y niñas al colegio S MV AV CN N

PADRES 16,7 18,1 2,8 8,3 15,3

MADRES 37,7 20,8 23,4 5,2 11,7

Informarse en el colegio de la marcha de los hijos e hijas S MV AV CN N

PADRES 20,8 30,6 31,9 6,9 6,0

MADRES 54,5 27,3 14,3 3,9 -

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Ayudar con los deberes a los hijos e hijas S MV AV CN N

PADRES 25,0 26,4 29,2 6,9 11,1

MADRES 46,8 32,5 16,9 - 2,6

Actividades relacionadas con el ocio y tiempo libreLeer el periódico

S MV AV CN N

PADRES 20,8 29,2 22,2 15,3 11,1

MADRES 9,1 13,0 42,9 16,9 16,9

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Practicar deporte S MV AV CN N

PADRES 26,4 25,0 20,8 18,1 8,3

MADRES 13,0 15,6 33,8 28,6 10,4

Salir a los bares

S MV AV CN N

PADRES 2,8 1,4 61,1 25,0 8,3

MADRES 2,6 6,5 53,2 28,6 9,1

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Y para f inalizar, algunos consejos para una Buena Educación en Igualdad:

1. Funcionar en casa respetando tiempos y espacios personales. Esto hace posible disfrutar de bienestar, contrarrestar el cansancio y evitar reproches y frustraciones.

2. Mostrar claramente que la economía familiar depende tanto de los trabajos pagados como de los no pagados y no calcular costes de guardería o de crianza sólo con el sueldo de la madre, sino con el conjunto de los ingresos de la pareja, (cuántas veces hemos oído decir a las madres: “la guardería me cuesta casi lo que yo gano, para eso no trabajo”, o a los padres: “lo que gana mi mujer se va en la guardería”).

3. Tener en cuenta que las madres no son las únicas responsables de la crianza, el cuidado y la educación. Los padres tienen las mismas responsabilidades y obligaciones.

4. Dar la oportunidad siempre a las niñas y a los niños de pensarse en cualquier función, actividad y espacio que puedan imaginar. Corregir toda expresión que hable de “cosas de chicas “ o “cosas de chicos”, venga de quien venga.

5. Tanto el padre como la madre deben realizar tareas de limpieza del hogar, las diarias y las especiales. Los padres deben esmerarse para no estar pidiendo siempre instrucciones y con ello seguir responsabilizando a “la jefa”. Evitar expresiones como “ayudo a mi mujer”, no se trata de “ayudar” sino de ser corresponsable. Si alguna persona externa hace los trabajos de limpieza, tanto él como ella deben darle instrucciones y responsabilizarse.

6. Enseñar a hijos e hijas que no hay nadie al servicio de nadie y que todo cuesta hacerlo, que hay que practicar la reciprocidad en los cuidados a las personas y empezar a realizar ciertas tareas cuando sea necesario, siempre teniendo en cuenta la edad de los hijos e hijas (cuidar a su padre enfermo o a su hermana menor, etc.).

7. Enseñar a niños y niñas desde muy pequeños a vestirse y desvestirse de manera autónoma y a llevar la ropa sucia al lugar destinado para ello.

8. Hacer que niñas y niños recojan todas las cosas que ponen por en medio.

9. Cuando la edad de los hijos e hijas lo permita, establecer turnos como responsables de quitar la mesa y recoger la cocina después de comer y de cenar.

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10. Hacer partícipes a niñas y niños sobre la forma de organizar su habitación, dónde guardar cada cosa, dónde está más bonito, dónde es más cómodo para usarlo o encontrarlo, etc…

11. Dar la oportunidad a niñas y a niños de jugar con juguetes que tradicionalmente se han considerado de chicas y/o de chicos y no recriminar al niño que juegue con muñecas o cocinitas o a la niña que juegue con coches o balones.

12. Cuando se trata de elegir juguetes “sexistas” para niños y niñas, no nos vale la simpleza de decir es que les gusta. Casi siempre nos gusta “lo que se supone que nos debe gustar”. En otros tiempos eran los mensajes familiares y lo que se esperaba de nosotros y de nosotras los que nos inducían a elegir determinados juegos y juguetes. Ahora, los mensajes mediáticos y publicitarios son el espacio donde se sitúan los gustos de unas y de otros.

13. No permitir que nadie a nuestro lado haga comentarios sexistas sobre una situación de actitud colaborativa del padre o de los hijos varones en las tareas domésticas. Hacer crítica de estos comentarios.

Del libro La Igualdad también se aprende.

Cuestión de Coeducación (Narcea ediciones)

de Elena Simón, escritora y analista de género.

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Este informe es fruto del trabajo realizado desde el Consejo Escolar del CEIP Navas de

Tolosa de Jaén, impulsado por la persona designada en dicho Consejo para promover medidas para el fomento de la igualdad entre mujeres y hombres.

La Asociación de Madres y Padres del CEIP Navas de Tolosa, consciente de la importancia que la sensibilización representa en el proceso para la consecución de la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, ha querido hacer público este informe a través del proyecto YO COMPARTO, TU COMPARTES, EL Y ELLA

COMPARTEN, fi nanciado por la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de la Junta de Andalucía.

La falta de corresponsabilidad es un problema que se manifi esta de forma generalizada en toda la sociedad y se ha naturalizado entre la población de tal manera que resulta invisible en muchas ocasiones. Es objetivo de este documento, hacerla visible y favorecer la refl exión entre la comunidad educativa de nuestro colegio.

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CEIP Navas de Tolosa

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