YACIMIENTOS SINGENETICOS DE ORO Y PLATA...

Bol. Depto. Geol. UniSon, 2005, Vols . 18 y 19, p. 97 - 116

YACIMIENTOS SINGENETICOS DE ORO Y PLATA EN LAS NAPAS DEL DISTRITO REBEICO – SOYOPA,

SONORA CENTRAL

Ariel Guillermo NAVARRO HERRERA (e-mail : [email protected]) Luigi RADELLI (e-mail : [email protected]) Departamento de Geología, Universidad de Sonora

RESUMEN

Se describen varios cuerpos mineralizados del área Rebeico-Soyopa-San Antonio de La Huerta (Sonora Central) que han sido explotados artesanalmente en el pasado por oro y/o plata. Estos cuerpos están hospedados en las formaciones pelágicas paleozoicas de las Napas Soyopa y San Antonio, emplazadas sobre la Plataforma Paleozoica durante el Triásico Inferior y/o Medio.

La Napa San Antonio contiene una mineralización aurífera (cuerpos mineralizados de La Montaña de Oro y del Gallo de Oro). La Napa Soyopa contiene una mineralización esencialmente argentífera en su parte superior (cuerpos mineralizados de San Cristóbal, Noche Buena, La(s) Prieta(s), La Prietita e Hidalgo) y una mineralización principalmente aurífera en su parte basal (cuerpos mineralizados del Tepehuaje y de Guadalupe).

Se muestra que se trata de cuerpos singenéticos estratiformes, precipitados desde fluidos de origen profundo (residuos magmáticos), y deformados conjuntamente a las formaciones paleozoicas de las napas que los hospedan.

Las correlaciones que se pueden establecer entre los cuerpos auríferos y argentíferos de ambos lados del valle cenozoico de Rebeico-Soyopa sugieren que bajo la superficie las mineralizaciones respectivas podrían extenderse, de SW a NE, por más de 10 km, por lo que podrían ser de interés industrial.

ABSTRACT

Several gold- and/silver-bearing orebodies of the area Rebeico-Soyopa-San Antonio de la Huerta (central Sonora), exploited in the past by independent miners (gambusinos) are described. Such orebodies occur in the pelagic paleozoic formations of the Soyopa and San Antonio Nappes that, during the Early and/or Middle Triassic, were emplaced upon the Paleozoic calcareous Platform of central Sonora.

The San Antonio Nappe contains a gold mineralization (La Montaña de Oro and Gallo de Oro orebodies). The Soyopa Nappe contains a silver mineralization in its upper part (San Cristobal, Noche Buena, La(s) Prieta(s), La Prietita and Hidalgo orebodies) and a gold mineralization in its basal part (Tepehuaje and Guadalupe orebodies). It is shown that they are stratabound, syngenetic deposits precipitated from solutions derived from deep sources (residual magmatic fluids), and deformed together with the paleozoic formations in which they are contained.

A. G. NAVARRO-HERRERA y L. RADELLI 98

Based on lithologic, mineralogical, structural and geochemical grounds a correlation is established between the gold- and silver-mineralizations of either side of the cenozoic valley of Rebeico-Soyopa, which would suggest that, from SW to NE, said mineralization extend themselves for some 10 km, and therefore might be an interesting target for the mining industry.

INTRODUCCION

Las mineralizaciones objeto de este estudio se encuentran en el área de Rebeico-Soyopa-San Antonio de la Huerta, en ambos flancos del Valle del Río Yaqui y del valle cenozoico de Rebeico – Soyopa; y están encajonadas en las rocas

Fig. 1 – Mapa de localización

pelágicas paleozoicas que cubren, tectónica- mente, la Plataforma calcáreo-arenácea de So-

nora Central. Se trata de mineralizaciones explotadas en el pasado por oro y plata, entre las cuales se pueden mencionar las de La Montaña de Oro, Gallo de Oro, San Cristóbal, San Miguel o Mina del Río, Noche Buena, Tepehuaje, La Prieta (vieja), La Prietita, Santo Niño, Hidalgo y Guadalupe. Estas mineraliza-ciones se conocen en realidad solamente gracias a los trabajos mineros (“minas”) reali-zados a partir de sus afloramientos por gambu-sinos y/o pequeños mineros de la región, quienes las explotaron, aunque de manera discontinua, desde el tiempo de la Colonia hasta nuestros días. Como consecuencia, nunca han sido el objeto de un estudio científico sistemático, nunca han sido considerada en su marco geológico (estratigráfico y tectónico-estructural); mucho menos ha sido tomado en cuenta, y menos aun tratado, el problema de su génesis; tampoco ha sido definida su morfología y, por lo tanto, nunca ha sido tomada en cuenta la posibilidad de que dos cuerpos mineralizados puedan corresponder, o hayan correspondido al origen, a una sola mineralización, siendo una la extensión de la otra, dislocada eventualmente por la tectónica. De hecho, los únicos documentos bibliográ-ficos encontrados acerca de ellas fueron (a) una tesis de licenciatura (García-Cortez, 2003) en la cual están citadas, más no discutidas; y (b) un mapa geoquímico de MagmaChem Explo-ration Inc. (King, 1999), en el cual, sin discusión alguna, se indican como depósitos tipo Carlin.


EL MARCO GEOLOGICO- ESTRUCTURAL REGIONAL

Estudios previos (Barrera-M. y Do-mínguez-P, 1987; Soto-C. y Navarro-M., 1987 Radelli et al., 1987; Radelli et al., 1993; Dórame, 2003) pusieron en luz que la estructura de la región se debe al apilamiento de tres grandes napas, la Napa Soyopa, la Napa San Antonio y, al Norte del área aquí considerada, la Napa Chinos. Dichas napas están consti-tuidas por facies marinas de aguas profundas del (¿Cámbrico?) - Ordovícico – Pérmico que en el Triásico Inferior y/o Medio se empla-zaron tectónicamente sobre la Plataforma Paleozoica calcáreo-arenácea (Cámbrico – Pér-mico) de Sonora Central. Durante el Triásico Superior dichas napas y la plataforma sub-yacente fueron afectadas por una distensión en cizalla simple, la cual abrió la cuenca del Grupo Barranca.

Durante el Ciclo Oregoniano (“Mesocre-

tácico”) el conjunto (Plataforma, Napas, Triásico Superior discordante) ha sido afectado por grandes cizallas planas. Debido a éstas dicho conjunto cabalgó ampliamente hacia el E o NE. Durante su traslado, la Plataforma Paleozoica (Cám-brico a Pérmico) ha sido en parte amputada de sus términos inferiores. En el Cretácico Superior – Paleoceno se emplazaron las rocas ígneas del Ciclo Laramídico. Sucesivamente, pero antes de la distensión del Cenozoico que abrió valles como el Valle de Rebeico-Soyopa, dos familias de fallas normales afectaron el edificio estructural de la región. Las de la primera familia son fallas Noreste-Suroeste, que afectan el autóctono y las Napas sobreyacentes; las de la segunda

familia son grandes fallas Noroeste-Sureste que interceptan a las primeras. A estas fallas se deben, entre otras estructuras, las pequeñas ventanas en las cuales se puede observar, abajo de la Napa Soyopa, la Plataforma Paleozoica en las áreas de San Cristóbal-Noche Buena, Tepehuaje y Gua-dalupe (Fig. 2). A las fallas de la segunda familia (Noroeste-Sureste), que interceptan las primeras, pertenece un grupo de fallas subverticales y por lo menos una gran falla lístrica, la Falla Noche Buena (Fig. 2). Las fallas subverticales del primer grupo se encuentran en la parte central de nuestra área de estudio. Su resultado principal ha sido el de levantar el basamento antiguo y de deformar las fallas de la primera familia que interceptan. La falla Noroeste-Sureste llamada Falla Noche Buena por correr a lo largo del arroyo del mismo nombre hizo bajar todo el edificio de las Napas Soyopa y San Antonio al nivel del autóctono americano. Su echado es al Suroeste. Todos los pliegues que se han podido observar en la Napa Soyopa arriba de esta falla presentan un plano axial con echado al Noreste. Parece evidente que las Napas no han podido provenir desde el Noreste, puesto que en esa región se encontraba, el autóctono americano (Dórame 2003). La vergencia original de las Napas debía ser, en primera aproximación, hacia el Noreste y entonces no se puede pensar que el echado al Noreste de los planos axiales de los pliegues esté relacionado con el emplazamiento de las mismas. Por lo tanto hay que concluir que su actitud actual se debe a una rotación a lo largo la Falla Noche Buena, que, como consecuencia, debe ser interpretada como una falla lístrica.

Este es el marco geológico-tectónico de las

mineralizaciones tema de este trabajo.


Fig. 2 – Plano geológico-estructural del área Rebeico-Soyopa- San Antonio de la Huerta


LAS MINERALIZACIONES

Las mineralizaciones de que se trata se encuentran en las Napas Soyopa y San Antonio.

Observaciones preliminares sugerían la posibilidad de que la distribución de estas mineralizaciones había obedecido a un control estratigráfico, pero no existía dato alguno sobre sus relaciones geométrico-estructurales reales con las formaciones encajonantes. Puede darse uno de los tres casos siguientes:

(a) mineralizaciones epigenéticas poste-

riores al emplazamiento de las napas (alóctonos) que las contienen;

(b) mineralizaciones epigenéticas pero ante-riores al emplazamiento de las napas (alóctonos) que las contienen;

(c) mineralizaciones singenéticas y entonces, naturalmente, anteriores al emplazamien-to como napas (alóctonos) de las forma-ciones que las contienen.

El poder decidir cual de estos tres casos es el que corresponde a la realidad es el primer paso para la elaboración de un modelo geométrico de las mineralizaciones en cuestión y de las posibles relaciones entre los diferentes cuerpos mineralizados conocidos. Realizar lo anterior ha sido el primer objetivo de la primera parte de una investigación todavía en curso, cuyos resultados aquí se presentan. Estos resultados han sido obtenido gracias al estudio de los cuerpos mineralizados de La Montaña de Oro, Gallo de Oro, San Cristóbal, Noche Buena, Tepehuaje, La Prieta (vieja), La Prietita, Hidalgo y Guadalupe (Fig. 1), que con este fin se escogieron.

Una advertencia es necesaria. Debido a

grandes dificultades de acceso (trabajos derrumbados, inundados etc) no ha sido

posible definir mineralógicamente de manera sistemática los cuerpos mineralizados objeto de este estudio. Se espera que lo serán en una segunda etapa del mismo. En este trabajo, por cuerpo mineralizado se entiende un cuerpo definido por los trabajos mineros efectuados para su explotación en el pasado (próximo o remoto).

MINERALIZACIONES DE LA NAPA SOYOPA

La Napa Soyopa

En el área considerada, esta napa aflora al Norte de Soyopa en las inmediaciones del Cerro Tepehuaje, en la parte Sur del Cerro San Cristóbal; al Este de Rebeico en la parte inferior de los Cerros del Rancho San José el Carrizo y al Norte y Noroeste de San Antonio de la Huerta ( Fig. 2). En su parte inferior, que aflora en el área del Tepehuaje y de Guadalupe, la napa consiste de calizas claras y calizas arenosas; y en su parte superior de una alternancia de calizas grises a negras silíceas, lutitas y cuarcitas, estas últimas más abundantes en el área de San Antonio de la Huerta que en la de Soyopa. Las calizas, muy fracturadas, se encuentran en capas de un espesor que va desde unos centímetros hasta las decenas de centí-metros. Las lutitas son de color negro, presentan a menudo vetillas milimétricas de calcita y también son fracturadas. Las cuarcitas intercaladas con estas facies son de color gris claro a rojizas, de grano fino; ocurren en capas centimétricas y contienen óxidos de fierro. Las cuarcitas terminales se encuentran en cuerpos de hasta 15 m de espesor y constituyen crestas que dibujan pliegues en la parte alta de los cerros. Todas las facies de la Napa Soyopa


están afectadas por una fuerte esquistosidad de flujo. Esta esquistosidad es predominantemente para-lela a la estratificación, de tal manera que a veces es difícil diferenciar la una de la otra. En una fase sucesiva estas estructuras han sido replegadas (esquistosidad plegada) : el resulta-do es una estructura en cartera de huevo. Sin embargo, al nivel de las cuarcitas terminales, debido a su mayor competencia esta esquistosidad se encuentra refractada : se dispo-ne entonces casi verticalmente y se vuelve en realidad una simple esquistosidad de fractura, y no de flujo.

La Napa Soyopa descansa directamente

sobre diferentes unidades: areniscas oscuras de grano fino, fracturada pero aparentemente no plegadas que probable-mente pertenecen al Jurásico americano, autóctono (Dórame, 2003); calizas de la Plataforma Paleozoica, que aflora en por lo menos tres ventanas tectónicas; y, en las cercanías de Soyopa, sobre unas cuarcitas muy deformadas atribuidas tentativamente al Paleozoico o Precámbrico americano.

La Napa Soyopa está cortada por intrusiones

de granitoides (e. g.,Cerro La Higuera) y por cuerpos filonianos de rocas ígneas de poca profundidad de tipo andesítico. Las rocas de estos cuerpos no presentan esquistosidad alguna, ni otra deformación penetrativa. Esto indica con toda claridad que se emplazaron posterior-mente a la deformación de la Napa. Buenos ejemplos de esos cuerpos ocurren en la vertiente Oeste del cerro en el cual se encuentra el Rancho San José del Carrizo (Mina Montaña de Oro) y otros han sido reconocidos en el interior de algunos de los trabajos mineros del Tepehuaje.

Las mineralizaciones de la Napa Soyopa

De los cuerpos mineralizados de la Napa Soyopa se consideraron los siguientes : San Cristóbal, Noche Buena y Tepehuaje en el bloque Rebeico-Soyopa al Este del valle cenozoico homónimo; La Prietita y La Prieta, Guadalupe e Hidalgo en el bloque de San Antonio de la Huerta al Suroeste de ese mismo valle.

Estos cuerpos serán descrito más abajo. Sin

embargo, para evitar repeti- ciones, conviene anticipar que en todos estos cuerpos se encuentra abundante calcita, que se presenta en dos diferentes estructuras. Calcita defor-mada ocurre comúnmente en los planos de estrati-ficación/esquistosidad de los cuerpos mineralizado y de sus rocas encajonantes, es decir en estructuras estratiformes concor-dantes. Calcita no deformada ocurre en cambio en masas irregulares, vetas y vetillas que cortan tanto los cuerpos mineralizados como sus rocas encajonantes, Parece posible, y tal vez probable, que el emplazamiento de esta calcita no deformada se deba a la deformación que produjo la esquistosidad.

Tepehuaje

El cuerpo mineralizado del Tepehuaje se ubica a unos 4 km al Noreste de Soyopa en la ribera izquierda del Río Yaqui, a una elevación de 640 m. Ha sido explotado por oro en diferentes épocas, la ultima de ellas práctica-mente en nuestros días, por gambusinos y/o pequeños mineros. Según la tradición oral, el mineral seleccionado y/o pepenado tenía leyes de hasta 100 gr/Ton de oro.

El cuerpo mineralizado se encuentra en la Napa Soyopa, en una secuencia relativamente monótona de calizas, con las cuales es concordante. Las calizas son de color gris


generalmente claro y calizas arenosas en capas de 10 cm de espesor en promedio y ocasionalmente hasta 20 cm. Esta secuencia aparece inmediatamente arriba de la Plataforma calcáreo-arenácea paleozoica, que aflora en las inmediaciones del cuerpo mineralizado mismo.

Las capas que contienen el cuerpo mineralizado están afectadas por pliegues isoclinales con planos axiales de echado al NE y por una esquistosidad.

El echado al NE de los planos axiales se debe a que, después de su emplaza-miento, las rocas de la Napa Soyopa han sido rotadas por fallas lístricas de echado SW. Sucesivamente, en varios puntos fallas de rumbo NE-SW y echado subvertical, a veces espectaculares, han bajado la Napa, incluyendo su mineralización, al nivel de la Plataforma Paleozoica.

La esquistosidad es esencialmente paralela a la estratificación, pero la competencia de las rocas del Tepehuaje permite reconocer bien su plegamiento.

El cuerpo mineralizado incluye masas irregulares de cuarzo lechoso y niveles ferruginosos muy oxidados. Las aguas circulantes mancharon de un color rojizo a ocre el conjunto del cuerpo mineralizado mismo.

El oro está contenido en dichos niveles ferrosos. El análisis de difracción de rayos X (LCGUS) permitió reconocer la presencia de cuarzo, dickita, goetita y hematita.

Morfología y naturaleza de la Mineralización

Se puede estimar el espesor primitivo del

cuerpo mineralizado en unos 2 m. Sin embargo, debido a la esquistosidad, plegamiento y fenómenos asociados (budinaje) el espesor actual varia desde pocos centímetros hasta los 4 metros.

Fig. 3 – Cambio de espesor del cuerpo mineralizado del Tepehuaje.

Los espesores mayores se encuentran en las

charnelas de los pliegues (bolsas de los gambusinos), los menores en los flancos estirados de los pliegues mismos, donde puede llegar a desaparecer. La forma de la minerali-zación ha sido controlada por la deformación que la afectó conjuntamente a sus rocas encajo-nantes.

Fig. 4 – Otro ejemplo de cambio de espesor del cuerpo mineralizado del

Tepehuaje (Dibujo sobre foto)

Tanto al piso como al techo los contactos del cuerpo mineralizado son progresivos, como en el caso de San Cristóbal, y netamente estratigráficos. Eso indica claramente que la génesis de la mineralización está ligada a un cambio en las condiciones de sedimentación,


posible-mente con una fase de inestabilidad de la cuenca. Sea cual fuera el origen de los elementos metálicos, se trata por lo tanto de una mineralización de tipo singenético.

Fig. 5 – Tehuaje : Plegamiento isoclinal de las calizas que hospedan la

mineralización. (Dibujo sobre foto)

Fig. 6 – Tepehuaje. Se observan varias bocaminas a pequeña distancia la una de la otra. En la interpretación que aquí se presenta esta disposición de las obras mineras se debe a quel el cuerpo mineralizado está afectado por un pliegue isoclinal como se indica. (Dibujo sobre foto)

La mineralización desaparece brutal-mente hacia la profundidad. Esto ha sido demostrado por varios tiros y/o “inclines” que bajan desde el nivel inferior de los trabajos

antiguos. Estos trabajos habían sido evidente-mente realizados para seguir o volver a encontrar la mineralización. Pero eso nunca fue logrado: tiros e “inclines” siempre terminaron en rocas estériles. Hay que concluir que la mineralización ha sido truncada por el plano o los planos de cizalla a que se debe el cabal-gamiento de la Napa Soyopa sobre la Plata-forma Paleozoica.

Guadalupe El cuerpo mineralizado de Guadalupe se

encuentra a unos 6.5 km al Suroeste de Soyopa, a una elevación de 660m y está hospedado en calizas claras y a veces rosadas. Desafor-tunadamente las antiguas obras mineras están derrumbadas y solo se pudo visitar un “incli-ne”. Según las observaciones efectuadas este cuerpo mineralizado es muy parecido al cuerpo del Tepehuaje. Es concordante con las calizas que lo hospedan y junto con ellas ha sido plegado y afectado por una esquistosidad sub-paralela a la estratificación. Presenta, tanto al piso como al techo, una relación transicional con dichas calizas, siendo su parte central la más rica.

Ha sido explotado en el pasado, y hasta hace unos pocos años (década de los 80’s), por oro y plata.

En los alrededores inmediatos de este

cuerpo mineralizado una ventana tectónica permite ver que el substrato inmediato de la secuencia que lo contiene es la Plataforma Paleozoica. Así, tanto por su analogía con la secuencia del Tepehuaje como por su relación geométrica con la Plataforma Paleozoica hay que atribuir la secuencia que lo contiene a la parte basal de la Napa Soyopa.

San Cristóbal


Este cuerpo mineralizado, encajonado en las calizas de la Napa Soyopa, se encuentra a unos 5 km al Noroeste de Soyopa en la ribera derecha del Río Yaqui. Se hospeda en la parte inferior de la Napa Soyopa, a una elevación de 560 m y a unos 200 m arriba de la Plataforma Paleozoica, que aflora a pequeña distancia en una ventana, y del Río Yaqui. En el pasado ha sido objeto de trabajos mineros por obras de gambusinos que lo explotaban por plata. Actualmente estos trabajos mineros están en gran parte derrumbados e inundados, así que su observación es difícil.

Los trabajos accesibles consisten en unos túneles de entre 30 y 100 m de largo y/o contrapozos verticales o inclinados de hasta 20 m de largo. Ha sido posible levantar los trabajos accesibles de tres niveles, separados uno del otro por unos 15 m. La disposición relativa de estos tres niveles de explotación indica de por sí que el cuerpo mineralizado tiene un rumbo general NW-SE y un echado hacia el NE. Sin embargo en el detalle su rumbo y echado varían en realidad de un punto a otro, al igual que lo hacen las rocas encajonantes. El cuerpo mineralizado tiene un espesor de aproximadamente 3 m.

La mineralización primaria consistió de pirita, calcopirita, galena, tetrahedrita, freiber-gita, posiblemente polibasita (?), siempre acompañada por cuerpos cuarzosos. Los minerales metálicos han sido altamente oxidados por circulación de aguas superficiales; naciendo así hematita, goethita, carbonatos de cobre y tal vez carbonatos de plomo con plata. Esta constitución mineralógica fue corroborada con la análisis de difracción de rayos X, de rocas pertenecientes a cada una de las distintas minas, en el laboratorio de Cristalografía y

Geoquímica del Departa-mento de Geología de la Universidad de Sonora (LCGUS). Esta alteración confiere a la mineralización colores negro-amarillentos, los cuales de hecho permi-ten su reconocimiento.

Según la tradición oral, los gam-businos aprovechaban esencialmente la parte central y más rica del cuerpo mineralizado, de la cual seleccionaban un producto comercial con 6% de Cu, 15 kg de Ag y 2 gr de Au por tonelada.

Morfología de la Mineralización

El límite entre la mineralización y su encajonante no es neto: desde la periferia hacia la parte axial lasF calizas que la contienen se enriquecen progresivamente de minerales metálicos. En otras palabras, la mineralización empieza y termina con una diseminación débil de minerales metálicos en la caliza. Hay que agregar que en los tres metros de espesor del cuerpo mineralizado se intercalan lentes de caliza con más o menos abundante minera-lización metálica. El cuerpo mineralizado es concordante con la estratificación de las calizas.

Al igual que las calizas encajonantes y

junto con éstas el cuerpo mineralizado ha sido afectado por una esquistosidad paralela o subparalela a los planos de estratificación y sucesivamente afectado por un plegamiento. Debido a su diferente competencia, el cuerpo mineralizados se deformó sin embargo de una manera distinta a la de las calizas encajonantes, dando lugar en particular a estructuras de tipo « pinch and swell », y hasta budines (Figs. 7 y 8).


Fig. 7 - Mina San Cristóbal. Nivel intermedio de las obras accesibles. Estructura en « pinch and swell » de una parte cuarzosa del cuerpo mineralizado. (Dibujo sobre foto)

Posterior a su formación, estas estructuras de « pinch and swell » y budines han sido plegadas. Esto se observa particularmente bien en las masas de cuarzo que acompañan la mineralización.

Debido a esta sucesión de hechos estructurales si bien, como se ha dicho, la parte conocida de la mineralización tiene en su conjunto un rumbo NW-SE y un echado al NE, en el detalle presenta cambios sustanciales con respecto a esta actitud pudiendo ponerse sub-horizontal y/o mostrando pequeños pliegues métricos.

Según las observaciones realizadas el cuerpo mineralizado aumenta de espesor en las charnelas de estos pliegues: son las “bolsas” de los gambusinos de la región, “bolsas” que son las partes más ricas del cuerpo mineralizado mismo. En ocasiones los podemos observar en las bocaminas de algunos trabajos, como en el nivel inferior de la Mina San Cristóbal.

Al igual que todos los pliegues que afectan la Napa Soyopa que lo contiene, este cuerpo mineralizado ha sido rotado por efecto de una

Fig. 8 - Mina San Cristóbal. Nivel inferior de las obras accesibles. Estruc-tura del cuerpo mineralizado. Nótese (a) Los budines y (b) el plegamiento que afectó el nivel con los budines. (Dibujo sobre foto)

de las grandes fallas pos-oregonianas NW-SE, la Falla Noche Buena.

Noche Buena

Este cuerpo mineralizado, que en el pasado ha sido explotado por su contenido de plata, se encuentra prácticamente al nivel del Río Yaqui, a unos 8 km al Noroeste del poblado de Soyopa, en la ribera derecha del Río Yaqui, casi en su unión con el arroyo Noche Buena, aunos 1500 metros del cuerpo mineralizado de San Cristóbal (Figs. 1 y 2). Sus rocas encajonantes son las mismas de las de San Cristóbal. El cuerpo mineralizado es concor-dante con las capas encajonantes y tiene un rumbo NE50°SW y un echado SE35º. Entre los dos cuerpos mineralizados de San Cristóbal y Noche Buena ocurren fallas importantes que, de haber existido una continuidad entre ellos, probablemente la hubiesen obliterada.


Fig. 9 – La Prietita. Pliegue fallado en las cuarcitas del techo del cuerpo mine-ralizado. (Dibujo sobre foto)

El cuerpo mineralizado de Noche Buena está completamente oxidado y se presenta prácticamente como una masa de color café oscuro a negro. En el pasado ha sido objeto de trabajos mineros de cierta relevancia : según la tradición oral, las obras mineras se desarrollaban en 7 niveles; pero en la actualidad es accesible solamente un túnel de 20 m, todas las demás obras estando derrumbadas.

Un análisis de difracción de rayos X (LCGUS) permitió reconocer en este cuerpo la presencia de tetrahedrita, freibergita, siderita, goethita, hematita.

La Prietita

Este cuerpo mineralizado, que se encuentra a

unos 5.5 km al Suroeste de Soyopa a una elevación de 350 m, ha sido explotado por plata desde la época colonial. Se reconocen todavía 5 boca-minas en forma de tiros inclinados (“incli-nes”) de 45° al NE. Desafortunadamente, en la actualidad estas obras se encuentran en gran parte inaccesibles, ya sea por derrumbes o por estar inundadas.

El cuerpo mineralizado se caracteriza por una coloración café a negro. Se observa en él

un gran contenido de calcita con impregnaciones de carbonato de cobre y de óxidos de fierro. Este cuerpo se encuentra en la parte superior de la Napa Soyopa, en rocas carbonatadas, que tienen al techo cuarcitas, en capas de entre 3 y 15 cm de espesor y al piso calizas, siendo concordante con ambas estas facies. Su espesor varía entre 1.5 y 2 m. Desaparece paulatinamente tanto hacia arriba en las cuarcitas, como hacia abajo en las calizas. Todas estas rocas y el cuerpo mineralizado que ellas contienen, han sido afectados por un plegamiento isoclinal y por una esquis-tosidad paralela o subparalela a sus planos de estratificación.

El rumbo general de estas rocas es NW -SE con echado al NE. Pero en el detalle su rumbo y echado varía de un punto a otro, esto debido a su plegamiento que los afectó posteriormente a la esquistosidad (esquistosidad plegada).

Al igual que en los casos de San Cristóbal y del Tepehuaje, también en La Prietita el cuerpo mineralizado se engrosa y se vuelve más rico en las charnelas de los pliegues, las “bolsas” de los gambusinos de la región. De ellas, de acuerdo a la tradición oral, se obtenía un producto comercial, probablemente seleccionado, de hasta 13 kg Ag por tonelada. Debido a la falta de acceso, no ha sido posible establecer, hasta el momento, en cual mineral o en cuales mine-rales se encuentra la plata. La Prieta (o Las Prietas)

El cuerpo mineralizado de La(s) Prieta(s)

ocurre a unos 500 m del cuerpo de La Prietita y a unos 5 km al Suroeste de Soyopa, a una elevación de 380 m. Se llega a él por el mismo camino de terracería que lleva a La Prietita.

Según la tradición oral, en el pasado se obtenía de los trabajos en los niveles profundos y actualmente inalcanzables por derrumbes y falta de oxígeno trazados en este cuerpo un


producto comercial (probablemente seleccio-nado) de hasta 20 kg de Ag por tonelada.

Para alcanzar ese nivel llevándole al mismo tiempo aire en los años 1970, unos pequeños mineros trazaron, a unos 500 m del camino de terracería antes menciona-do, un túnel de rumbo SW. Este túnel tiene una longitud total de 170 m, pero a los 160 m se desprende otro túnel de unos 24 m con rumbo NW, al final de los cuales se encontró la mineralización.

Por lo que se pudo observar en dicho túnel, las rocas encajonantes y las caracterís-ticas litológicas y estructurales del cuerpo mineralizado de La(s) Prieta(s) son las mismas que las de La Prietita.

Hidalgo

El cuerpo mineralizado de Hidalgo se

encuentra a unos 600 m del cuerpo de Guadalupe, a una elevación de 560m. Las obras mineras abiertas en él en el pasado están en su mayoría derrumbadas o cerradas por muros de piedra construidos muy cerca de las bocaminas: Solamente son accesibles dos “inclines”, así que es difícil recabar datos sobre la constitución mineralógica del cuerpo mismo.

Por lo observado, se trata de un cuerpo de ±2m de espesor hospedado en calizas grises a negras con nódulos de pedernales y lutitas negras de la parte superior de la Napa Soyopa.

El cuerpo mineralizado es concordante con las calizas que lo hospedan y conjuntamente con ellas ha sido afectado por un plegamiento isoclinal y una esquistosidad y sucesivamente por un segundo plegamiento. Está cortado por numerosas vetillas de cuarzo, que posiblemente se emplazaron durante el según-do plegamiento y como consecuencia de este.

MINERALIZACIONES DE LA NAPA SAN ANTONIO

La Napa San Antonio La Napa San Antonio descansa tectóni-

camente sobre la Napa Soyopa y es la más alta del edificio estructural del área estudiada, aflorando en las partes altas tanto de los relieves de Rebeico-Soyopa como, y sobre todo, de los de San Antonio de la Huerta.

La Napa San Antonio está constituida por una alternancia de cuarcitas, calizas, lutitas, y pedernales en su parte inferior; y por una potente unidad de ortocuarcitas en su parte superior, en capas de espesor variable entre 15 y 20 m.

Existe una fuerte “disarmonía” entre estas dos partes de la Napa misma debido a que las alternancias inferiores están mucho más plegadas que las ortocuarcitas superiores. Es posible que esta “disarmonía” corresponda a un despegue, pero no se puede descartar la posibilidad de que en realidad se trate de dos napas independientes. Este problema no está tratado aquí debido a que no tiene un impacto directo sobre las mineralizaciones, tema de este trabajo.

Las alternancias inferiores de la Napa San Antonio están intensamente plegadas, pero a diferencia de las de la Napa Soyopa no presentan una esquistosidad regionalizada. Esta oposición permite reconocer y trazar el límite entre las dos napas a pesar de su similitud litológica.

Las ortocuarcitas terminales son promi-nentes en la morfología, coronando la mayoría de los cerros. Las lutitas de la parte inferior de la misma Napa son ocasionalmente fosilíferas, conteniendo graptolitos que permiten asignar esta secuencia al Ordovícico.

Hacia el Sur, la Napa San Antonio desa-parece en discordancia abajo del Triásico Supe-rior del Grupo Barranca.

Durante el Evento Laramídico, la Napa San Antonio ha sido cortada por intrusiones de rocas ígneas, como los granitoides del Cerro La


Higuera, a las cuales está asociada la brecha de colapso cuprífera de la Luz del Cobre, proba-blemente parte de un pórfido cuprífero profun-do Clarck et al. (1981). Está afectada además por diques de tipo andesítico y pequeñas masas intrusivas hipabisales. Ninguno de esos cuerpos presenta deformación, por lo cual son clara-mente posteriores al emplazamiento de la Napa San Antonio misma.

Mineralizaciones de la Napa San Antonio

En el presente trabajo de los cuerpos

mineralizados de la Napa San Antonio se consideraron dos: el de La Montaña de Oro en el área de Rebeico y el de El Gallo de Oro en el área de Soyopa.

La Montaña de Oro

El cuerpo mineralizado de la Montaña de

Oro, explotado en el pasado por oro, se encuentra a unos 8 km al Este del poblado de Rebeico, en el Rancho San José El Carrizo. Se trata de un cuerpo apa-rentemente concordante con las capas de las alternancias de cuarcitas, calizas y lutitas que constituyen la parte inferior de la Napa San Antonio.

El cuerpo mineralizado, de aproxima-damente 1 a 2 metros de espesor, es un cuerpo cuarzoso con intercalaciones calcáreas. Tanto el cuerpo mismo como la caliza contienen minerales de fierro, cuyos productos de alte-ración imprimieron al conjunto colores variables entre amarillo, ocre y rojizo. Con la lupa se alcanzan a observar también pequeños restos de pirita y probablemente calcopirita.

La mayoría de los trabajos mineros que permitían el acceso al cuerpo mineralizado están derrumbados, así que su observación directa es limitada y difícil.

Tanto el cuerpo mineralizado como sus rocas encajonantes presentan pliegues de rumbo

NE-SW con planos axiales de echado al NW y una esquistosidad débil a muy débil.

Al piso el conjunto está afectado por una serie de fallas paralelas, ligeramente discor-dantes con la estratificación y debajo de la curva de nivel 1000 a menos de 100 m arriba del plano de cabalgamiento de la Napa San Antonio, no existen indicios de mineralización ni trazas de trabajos mineros. Evidentemente ese plano de cabalgamiento interceptó también la mine-ralización que esta Napa contiene.

Según la tradición oral, el cuerpo presen-taba tenores de oro de más de 100 gr/Ton; pero se trata probablemente de tenores del mineral seleccionado («pepenado »).

En base a un análisis por difracción de rayos X elaborado en la Universidad de Sonora (LCGUS) el cuerpo mineralizado contiene, además de cuarzo, goethita, hematita y esfero-cobaltita.

Gallo de Oro

Este cuerpo mineralizado, que en el pasado

gambusinos de la región explotaron por oro, se encuentra a unos a 6 km al Noroeste, en línea recta, del poblado de Soyopa, en la ribera derecha del Río Yaqui.

El cuerpo mineralizado, esencialmente

estratiforme y con un espesor aproximado de 2 m, se encuentra en la parte inferior de la Napa San Antonio y presenta una actitud entre subvertical y un fuerte echado al NW.

Está constituido por una alternancia de capas de cuarcita y caliza, impregnadas de minerales de fierro, en las cuales se intercalan bandas con sólo remanentes ferrosos. Según información oral, el oro explotado por los gambusinos se encontraba esencialmente en estas bandas ferrosas.

Un rasgo típico de este cuerpo mineralizado está dado por una serie de fallas


con un echado de 40° a 45° al SE, que lo afectan, dislocandolo.

A primera vista esta mineralización puede parecer igual a la de la Montaña de Oro. Sin embargo, entre las dos hay una diferencia importante en el sentido de que en la Montaña de Oro el oro es ligado, mientras que en el Gallo de Oro parece ser libre. Esto está sugerido por el hecho de que en el Gallo de Oro el oro era concentrado (o preconcentrado) con la “maquina de viento mexicana”, mientras que en la Montaña de Oro el oro tenia que ser fundido o cianurado o amalgamado.

DISCUSION Y CONCLUSIONES

Conviene resumir las observaciones ante-

riores. Todos los cuerpos mineralizados exami-

nados se encuentran en las Napas emplazadas, durante el Triásico Inferior, arriba de la Plataforma calcáreo-arenácea Paleozoica de Sonora: la Napa Soyopa, directamente arriba de dicha plataforma; y la Napa San Antonio, sobrepuesta a la Napa Soyopa.

Ambas Napas están constituidas por se-

cuencias Paleozoicas (Cámbrico[?] – Ordoví-cico a Pérmico) de agua profunda, por lo menos en comparación con las de la Plataforma.

Todos los cuerpos mineralizados conside-

rados son concordantes con las formaciones que los contienen y han sido afectados, conjunta-mente con estas últimas, por diferentes deformaciones : un plegamiento isoclinal y una esquistosidad prácticamente paralela a la estratificación, acompañada frecuentemente por fenómenos de boudinaje; un segundo plega-miento (esquistosidad plegada).

Conviene agregar que en el área estudiada no se encontró, ni ha sido citada en la literatura geológica, alguna roca ígnea con la cual poner en relación genética las mineralizaciones objeto del presente estudio. Existen en el área diferentes cuerpos ígneos (por ejemplo: el granitoide del Cerro La Higuera; el cuerpo hipabisal de la Luz del Cobre, y diques de tipo andesítico que se observan al Norte de la Falla Noche Buena y hasta en las obras mineras del Tepehuaje), pero en ningún caso estos cuerpos ígneos presentan las deformaciones de los cuerpos mineralizados y de su encajonante, de las cuales entonces son posteriores.

En ningún caso un cuerpo mineralizado

pasa de una napa a la otra o de una napa a la Plataforma. Todos estos cuerpos están realmen-te limitados por los planos de cizalla que defi-nen y separan las napas y la Plataforma. Esto puede ser observado en el Gallo de Oro y en La Montaña de Oro (límite Napa San Antonio-Napa Soyopa), así como en las obras mineras del Tepehuaje (límite Napa Soyopa-Plata-forma). En el Tepehuaje, en algunos viejos tiros, realizados para seguir un cuerpo mine-ralizado hacia la profundidad, se puede ver que la mineralización desaparece en corresponden-cia de planos de cizalla al acercarse a la Plata-forma.

En varios casos es posible observar que, entre el piso y el techo, la mineralización aumenta progresivamente hasta un máximo en su parte axial para después disminuir también progresivamente.

Todas estas observaciones concurren para

indicar que las mineralizaciones consideradas son mineralizaciones estratiformes singenéti-cas.

Cuerpos mineralizados de la Napa Soyopa.


Como todas las formaciones de esta Napa, sus cuerpos mineralizados han sido sometidos sucesivamente: a un plega-miento isoclinal y una esquistosidad paralela o sub-paralela a la estratificación y deformaciones asociadas (estructuras pinch and swell, budines); a un segundo plegamiento que deforma la esquis-tosidad y confiere al conjunto una estructura en « cartera de huevos »; a rotaciones relacionadas con fallas normales lístricas.

La morfología de los cuerpos minera-lizados, estratiformes, depende en gran parte de las deformaciones que los afectaron. En parti-cular, los cuerpos mineralizados son estirados y « adelgazados » en los flancos de los pliegues, mientras que se engruesan y enriquecen en sus charnelas (dando lugar a las que los gambusi-nos locales llamaban « bolsas » o « bolsadas » de mineral).

Como se observa particularmente bien en el Gallo de Oro, los cuerpos mineralizados están afectados, además, por fallas subhori-zontales (los desplazamientos del cuerpo mineralizado ocasionados por estas fallas son los que los pequeños mineros locales llamaban “brincos”).

La Napa Soyopa contiene dos niveles

mineralizados distintos :- un nivel principalmente aurífero en su

parte basal, en la cual prevalecen las calizas claras: pertenecen a ese nivel los cuerpos del Tepehuaje y de Guadalupe;

- un nivel principalmente argentífero en su parte superior, constituida esencialmente por calizas oscuras, lutitas y cuarcitas, al cual pertenecen los cuerpos mineralizados de San Cristóbal, Noche Buena, San Miguel (?), La(s) Prieta(s), la Prietita e Hidalgo.

Esto se deduce claramente de la distancia vertical entre estos dos niveles y la Plataforma Paleozoica. Las formaciones calcáreas que contienen los cuerpos mineralizados del Tepehuaje y de Guada-lupe se encuentran a no

más de unos 50 m arriba de la Plataforma Paleozoica sobre la cual descansa la Napa Soyopa, mientras que el encajonante de los cuerpos argentíferos aparece a unos 200m arriba de esa misma Plataforma. Además mientras el nivel superior está directamente en contacto con unas cuarcitas conspicuas, el nivel inferior se encuentra a una distancia vertical de unos 250 m de las mismas.

Cuerpos mineralizados de la Napa San Antonio

La Napa San Antonio contiene solamente

las mineralizaciónes auríferas de los cuerpos de La Montaña de Oro y del Gallo de Oro, que probablemente pertenecen a un mismo nivel.

Discusión y conclusiones

Su significado paleogeográfico queda

todavía por ser precisado, pero está claramente establecido (Radelli et. al., 1987; Radelli et. al., 1993) que el contenido estratigráfico de las Napas Soyopa, San Antonio y Los Chinos corresponde a diferentes partes de una gran cuenca sedimentaria paleozoica.

Algunas de sus facies, y en particular la abundancia de pedernales que caracterizan sobre todo la secuencia de Los Chinos (no discutida aquí) sugieren fuertemente que dicha cuenca tenía influencias oceánicas.

En congruencia con este hecho, con el marco geológico general del área y con las observaciones geométrico-estructurales indica-das arriba, está permitido postular : (a) que los metales de los cuerpos mineralizados estrati-formes y singenéticos considerados fueron aportados por fluídos; (b) que estos fluidos percolaron “per ascensum” a través de fallas del


Fig. 10 – Sección geológica-estructural esquemática entre los cuerpos mineralizados de San Cristóbal y Tepehuaje. Por razones de escala y simplicidad no está representado el segundo plegamiento. Ver figuras 1 y 2 para su localización. Discusión en el texto.

Fig. 11 – Sección geólogico-estructural esquemática entre los cuerpos mineralizados de Guadalupe e Hidalgo. Por razones de escala y simplicidad no está representado el segundo plegamiento. Ver figuras 1 y 2 para su localización.


del zócalo de las cuencas originales donde sedimentó el contenido de las Napas; y (c) que la temperatura elevada de estos fluidos minera-lizantes estaba en relación con un “ascenso” de la astenósfera (Pelissonnier, 1995).

Se puede pensar entonces que el depósito de los metales ha sido controlado, como en todos los casos de este tipo, por el pH del medio y la fugacidad del oxígeno de las soluciones (Anderson, 1975). Por lo menos en los que se encuentran asociados con los carbonatos (cuerpos mineralizados de la Napa Soyopa), el depósito de los elementos metálicos ha sido probablemente relacionado con un aumento del pH de los fluídos al llegar en los niveles carbonatados, en condiciones reductoras (baja fugacidad del oxígeno).

Se suponen como parte integral de esta

evolución los procesos siguientes:

a) una necesaria fracturación del zócalo, durante las diferentes fases de la apertura de la cuenca;

b) un ascenso astenosférico capaz de proveer los elementos metálicos, la temperatura indispensable para su movilización y su sucesiva hasta las áreas de depósito.

Los tres parámetros fundamentales que

definen un yacimiento - origen, transporte y concentración (trampa) de su contenido metá-lico - pueden ser indicados, en el caso en estudio, como sigue :

Origen: fluídos, conteniendo probablemente los metales en complejos clorurados, derivados de un ascenso astenosférico;

Transporte : percolación per ascensum de los fluidos a través de las fisuras del zócalo, abiertas por la distensión (y ya imposible de observarse debido a que durante su traslado

las napas perdieron toda conexión con su zócalo); Concentración (trampa): estratigráfico-geoquímica, controlada por pH y fO2.

Los resultados obtenidos en un primer estudio geoquímico de los depósitos consi-derados parecen confirmar estas conclusiones.

Se analizaron (ALS Chemex) las Tierras

Raras (T.R.) de los cuerpos mineralizados de Tepehuaje, Guadalupe, San Cristóbal, Hidalgo y Montaña de Oro.

En todos estos casos se obtuvo una « firma » en la cual, con la excepción del Europio que presenta una anomalía positiva, el contenido de las T.R. baja progresivamente de las livianas a las pesadas. Anomalía del Euro-pio a parte, es una « firma » que corresponde a residuos magmáticos líquidos en los que se concentran las T.R. (contrariamente a las soluciones hidrotermales en las que se concen-tran las T.R. pesadas), lo que es coherente con la interpretación indicada.

En este contexto, la anomalía positiva del

Europio puede ser explicada de dos maneras. La primera explicación posible es de ponerla en relación con la destabilización de las plagio-clasas por las soluciones hidrotermales oceá-nicas – pero esta interpretación no tiene en cuenta la « firma » indicada de las T.R.

La segunda interpretación, que tiene en

cuenta la « firma » indicada de las T.R., consiste en poner en relación, y explicar, la anomalía del Eu por un lado con la abundancia de la calcita que se encuentra asociada a los cuerpos mineralizados considerados y, por el otro lado, con la afinidad del Eu con el Ca.


Fig. 12 – Firmas de la Tierras Raras de los cuerpos mineralizados de la Napa Soyo-pa : Tepehuaje (círculos), Guadalupe (rombos), San Cristóbal (cuadros) e Hidalgo (triángulos). Nótese que hay dos « parejas » de firmas : la de los cuerpos aurtíferos del Tepehuaje y de Guadalupe; y la de los cuerpos argentíferos de San Cristóbal e Hidalgo.

Fig. 13 – Firma de las Tierras Raras del cuerpo minerlizado aurífero de La Mon-taña de Oro de la Napa San Antonio. Compárese con la fig. 12 y nótese la similitud y al mismo tiempo la diferencia entre esta firma y la de los cuerpos aurí-feros de la Napa Soyopa (Tepehuaje y Guadalupe).

De ser correcta, esta segunda interpre-tación implicaría un origen profundo de la calcita (que tal vez habría que considerarse como una carbonatita o de todos modos como relacionada a un magma carbonatítico) y de las mineralizaciones.

Las modalidades genéticas generales de los yacimientos singenéticos en contexto sedimen-tario son ya bien conocida y han sido amplia-mente discutida en los casos de los de tipo Mississippi Valley en plataformas calcáreas, de los de tipo Kuperschiefer y Copper Belt de Zambia en secuencias transgresivas (areniscas, lutitas y margas: areniscas y dolomías), en borde de cuencas, y de yacimientos de Uranio en areniscas continentales con buen contenido de materia orgánica (Pelissonnier, 1995 y bibliografia citada).

Aparece ahora que a estos tres tipos hay que agregar el aquí descrito, con una minerali-zación en una cuenca relativamente “profunda”, relacionada con una distensión que pudo haber llegado a crear, no demasiado lejos, condi-ciones “oceánicas”. Es posible que las minera-lizaciones aquí descritas tengan su(s) homó-logo(s) en ciertos depósitos del Yukon (Cana-da) como el de Pb-Zn-Ag de Jason, Macmillan Pass (Gardner and Hutcheon, 1985).

Si las conclusiones expuestas arriba son

correctas, los dos niveles mineralizados de la Napa Soyopa pueden ser considerados bajo una nueva luz.

Por lo menos como hipótesis de trabajo, se puede postular que, eventualmente con inte-rrupciones debidas a la tectónica, la minera-lización del cuerpo Hidalgo (elevación 560m), de echado al NE, se continua al NE con los cuerpos, también con un echado al NE, de La(s) Prieta(s) (elevación 380m) y La Prietita (elevación 350m), a una distancia horizontal de unos 5 km..

También como hipótesis de trabajo, se puede postular que la “pareja” de los cuerpos


mineralizados Tepehuaje (aurífero) y San Cristóbal (argentífero) al NE del valle ceno-zoico de Rebeico–Soyopa puede ser correla-cionada con la “pareja” de los cuerpos Guada-lupe (aurífero) e Hidalgo (argentífero) al SW de ese valle, a unos 10 Km la una de la otra.

Esta correlación, hecha con base en la análoga posición tectóno-estratigráfica y en la análoga composición mineralógica de las dos “parejas”, parece estar confirmada por las fir-mas de las Tierras Raras virtualmente iguales encontradas en los cuerpos mineralizados respectivos (fig. 12 y 13).

De confirmarse esta hipótesis, estas mineralizaciones serían volumétrica y por lo tanto económicamente importantes para la industria mineraria. Este es un hecho que escapó - y seguirá escapando – a los que consideraron y los que siguen considerando estas mineralizaciones como pequeñas vetas epigenéticas.

La hipótesis que aquí se presenta puede ser comprobada o rechazada con un estudio geofísico del área indicada.

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Nota: Este trabajo ha sido presentado oralmente VI Seminario Minero Internacional Sonora 2004, 19 a 23 de Octubre de 2004, Hermosillo, Sonora, México.

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