y porqué los animales no quieren trabajar en el circo ... · Había una vez un payaso llamado...
Transcript of y porqué los animales no quieren trabajar en el circo ... · Había una vez un payaso llamado...
El payaso Spagetti y porqué los animales no quieren trabajar en el circo Elena Andrés
Ilustraciones de Asun Cuestas
PORQUÉ LOS ANIMALES NO QUIEREN TRABAJAR EN EL CIRCO
Un gran respeto por los animales nos ha llevado a escribir este cuento. Cuando a un niño se le pregunta por los artistas de un circo, la mayoría de veces hace referencia a los animales salvajes: leones, serpientes, elefantes... Es en este punto donde nace el mensaje del cuento: enseñar a nuestros pequeños la importancia de que los animales vivan en su medio natural, sin que tengan que participar en espectáculos muy alejados de su realidad.
Cada vez hay más localidades en las que no se aceptan los circos con animales. Sobre este tema podéis consultar la web www.infocircos.org. Por otro lado, el cuento promociona al resto de artistas de circo: magos, trapecistas, payasos… los cuales ofrecen actuaciones mucho más divertidas que las funciones en las que aparecen animales.
Una vez finalizado el cuento aconsejamos hablar con los niños y niñas para que nos expliquen qué sentimientos han experimentado en su interior. Lo podemos hacer formulando preguntas del estilo:
¿Qué le pasa al payaso Spagetti? ¿Por qué los animales están tristes dentro del circo? ¿Dónde deben vivir los animales, cuál es su medio natural?
Otra actividad a proponer es invitar a los niños a dibujar sobre la narración que han escuchado: los animales en libertad, el payaso que hace reír, qué otros artistas del circo conocen, etc.
Este cuento forma parte del ciclo de narraciones “Querer a los animales”, ciclo en el que se tratan temas como: los animales en peligro de extinción, el cuidado de nuestras mascotas y los animales del circo.
Para tener información de las próximas sesiones y para consultas de contratación os podéis dirigir a Elena Andrés, miembro de ANIN (Asociación de Narradores y Narradoras), correo electrónico: [email protected] - teléfono 93 2315383.
Había una vez un payaso llamado Spagetti.
El payaso Spagetti vivía muy feliz en una sel-
va, rodeado de animales y plantas.
S p a g
t t i
e
Su amiga serpiente, pensando que estaba
cansado le dijo, mientras se enrollaba en la rama
de un árbol.
-¡ Ssssssss! Súbete encima de mí y te acu-
naré, en seguida te dormirás y descansarás.
S S s s s
s e r ntes pi e
- Gracias amiga serpiente, pero es que no estoy cansado.
Así es que nuestro amigo, continuó llorando.
b b b
u a a a
Su amigo elefante, pensando que quería
jugar, llenó su trompa de agua y se la tiró a Spa-
getti como si de una ducha se tratara.
e l ef
a n t e
Pero Spagetti continuaba llorando. Su
amigo león, pensando que tenía hambre, le ofre-
ció una manzana.
-Gracias amigo elefante y amigo león pero
no tengo ganas ni de jugar, ni de comer nada.
¿Qué le pasaba al payaso Spagetti?
Nadie lo sabía, así es que todos sus amigos
se pusieron muy serios, decidieron hacer una re-
unión y preguntar a Spagetti que le estaba pa-
sando.
-Amigos míos, lloro porqué siento que un
payaso no puede vivir en la selva...
¡Un payaso debe vivir en el circo!
e ó n
l
¡Claro, era eso! Un payaso no puede vivir
sólo rodeado de plantas y animales. Los paya-
sos también necesitan estar rodeados de tra-
pecios y colores.
Así es que los animales de la selva decidie-
ron que acompañarían a su amigo a buscar un
circo.
Después de mucho andar llegaron a un
pueblo donde había un circo. Spagetti llamó a
la puerta y de allí salió un señor con un enorme
bigote y con cara de pocos amigos.
-¿Quién osa molestar-me?
-Hola! Me llamo Spagetti y estoy bus-
cando un circo en el que pueda vivir.
c ir co
-Muy bien payasito... veo que vienes muy
bien acompañado, tus amigos también me intere-
san. ¡Domador, ven ahora mismo... ya tenemos
animales. ¡¡¡ Ja, ja, ja, corre y enciérralos dentro
de la jaula!!!
Aquella misma tarde el circo estaba lleno
de gente y los amigos del payaso Spagetti ac-
tuaron sin descanso.
Un encantador de serpientes tocaba una
flauta y la pobre serpiente bailaba como podía.
ba i lo te o
Un domador con un temible látigo obligaba
al león a que abriera su boca para poder meter
su cabeza y así montar un gran espectáculo.
l a ti g a zos
Unas bailarinas danzaban en el lomo del pobre elefante, mientras éste debía realizar unas
complicadas acrobacias encima del escenario.
ila ribanas
El espectáculo acabó y los animales volvieron a la jaula cansados y muy agobiados. No les gus-
taba ver a tanta gente y los aplausos les asustaban muchísimo.
j a u al
Spagetti visitó a sus amigos y al verlos tan
deprimidos se entristeció. Los animales no po-
dían vivir en aquel circo tan estresante, su casa
era la selva y debían volver a ella.
Así es que esa misma noche, el payaso li-
beró a los animales y juntos escaparon. Des-
pués de correr un buen rato, se pararon para
pensar qué podían hacer. Si se iban a la selva
Spagetti volvería a estar triste, pero si regresa-
ban al circo los animales vivirían deprimidos y en-
cerrados en una jaula, privados de su libertad.
De repente pasó por allí un chico que mon-
taba en un monociclo.
mo no
ci cl o
El chico del monociclo los encontró muy tristes y les preguntó qué les pasaba. Spagetti le explicó
el dilema que tenían.
-1Estáis de suerte! - dijo el chico riendo. Yo trabajo de acróbata en el “Chúpate los dedos” , un
circo donde no tenemos animales, pues sabemos que los animales deben vivir en su casa, la selva.. En
este circo hay músicos, bailarinas, magos, trapecistas, mimos y muchos payasos. Así es que si quieres ya
te puedes venir con nosotros.
Spagetti aceptó con mucha gratitud. Abrazó a sus amigos, se despidió de ellos y se marchó con
aquel chico tan simpático.
lo s de dos
Chú pa te
Dicen que desde aquel día el payaso Spagetti es muy feliz en el circo “Chúpate los dedos” y
está muy contento al ver como los niños y las niñas se divierten con su espectáculo.n i ñ os
Eso sí, cuando Spagetti tiene vacaciones siempre va a visitar a sus queridos amigos que viven en
la selva: la serpiente, el león y el elefante.
s e l v a