Ministerio de Agricultura,Ganadería y PescaPresidencia de la Nación

Gobierno de Entre RíosPRODUCCIÓNSecretaría de

MUNICIPALIDADDE FEDERACIÓN

XXXIII�JORNADAS�FORESTALES�DE�ENTRE�RÍOS

II�JORNADA�INDUSTRIAL�Y�FORESTAL�DE�FEDERACIÓN

Federación,�5�y�6�de�septiembre

2019

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Sumario

PrólogoComisión Organizadora

Construcción con madera: una oportunidad para las economías regionales Lic. Leandro Mora Alfonsín

La construcción con madera en ArgentinaArq. Diego García Pezzano

Manual de Buenas Prácticas para el Manejo Sustentable de Plantaciones Forestales en la provincia de Entre Ríos, con énfasis en la Conservación de la Biodiversidad Dra. Diana Díaz

La dinámica del Carbono en plantaciones de Eucalyptus grandis como indicador de aspectos ambientales de la sustentabilidad Ing. Martín Sandoval Resultados a largo plazo de manejo de suelo, fertilización y control de malezas Dr. Rafael Rubilar Cambio climático y el impacto en sistemas forestales Dr. Alejandro Martínez Meier La Pyme maderera ante la crisis Lic. Leandro Mora Alfonsín

Avances de la construcción en madera en Entre Ríos y nuevas combinaciones con otros materiales con el eje en la sustentabilidadIng. Ciro Mastrandrea y Arq. Evangelina Pulidori

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El sector foresto industrial de la costa del Río Uruguay vuelve a reunirse en un ámbito en el que empresas, asesores técnicos, productores, instituciones públi-

cas y privadas, docentes y estudiantes, tienen la oportu-nidad de nutrirse de conocimientos técnicos, intercambiar experiencias y sobre todas las cosas fortalecer los vínculos sociales. Este año, con espíritu de estrechar las relaciones de todo el sector foresto industrial, la Trigésimo tercera edición de las Jornadas Forestales de Entre Ríos se une a la Segunda Jornada Industrial y Forestal de Federación con la ciudad de Federación como sede del encuentro. El es-fuerzo conjunto de las instituciones organizadoras busca brindar un evento más amplio en cuanto a sus temáticas y alcance territorial, que convoque a todos los actores de la cadena.

Las temáticas escogidas se hallan en línea con el desafío que enfrenta la actividad de cara al futuro en temas que están en la agenda mundial. Argentina se comprometió en 2015 a reducir la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI), compromiso que fue ratificado junto a otros países en la reciente cumbre de Japón. Dicho compromiso consis-te en la reducción del 15 % de sus emisiones de GEI para el 2030. Entre las principales medidas se encuentran la pro-tección y gestión sostenible de los bosques nativos como así también el incremento de las reservas forestales de carbono a través de la implantación de nuevos bosques.

En la plataforma FORESTAR 2030 se plantea como objetivo alcanzar los 2 millones de hectáreas de bosques implanta-dos para 2030, lo que significaría un gran aporte para dar cumplimiento a los compromisos ambientales a los que el país ha suscripto. En ese importante crecimiento que se espera lograr en términos de superficie es necesario ase-gurar criterios de sostenibilidad ambiental, económica y social.

El uso de la madera proveniente de bosques cultivados para la construcción de viviendas es otra de las formas que

contribuye a reducir las emisiones de GEI, dado que la ma-dera es un material renovable, de baja demanda energé-tica para su obtención y puesta en servicio, de excelentes propiedades aislantes lo que reduce el consumo de ener-gía para aclimatación, y constituye además una alternativa para sistemas constructivos capaces de dar rápida solu-ción al déficit de viviendas del país.

La propuesta de temas a abordar en las Jornadas de este año abarca un Seminario sobre Construcción Sustentable "Un Cambio de Cultura en la Construcción de Viviendas" que se desarrolla durante la primera jornada y una segun-da jornada que se inicia con la visita a una planta indus-trial de Federación con certificación FSC, a la que seguirán charlas técnicas sobre Silvicultura de establecimiento de plantaciones, balance de carbono, y desafíos de los siste-mas forestales frente al cambio climático. A esos temas se sumarán otros relacionados a las buenas prácticas foresta-les, la posibilidad de aplicación de energías renovables en industrias forestales, mejoras tecnológicas en aserraderos y perspectivas económicas del sector forestoindustrial.

Con el deseo de un encuentro fructífero, les damos las gracias a todos los asistentes y especialmente a quienes nos brindan su confianza y apoyo para que estas Jornadas puedan seguir realizándose.

Comisión Organizadora

Asociación de Ingenieros Agrónomos del Noreste de Entre Ríos (AIANER), Círculo de Profesionales de la Agronomía de Federación (CIPAF), Industriales Madereros y Forestales de Entre Ríos y Sur de Corrientes (IMFER), Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) EEA Concordia, Muni-cipalidad de Federación, Dirección Nacional de Desarrollo Foresto-industrial (Ministerio de Agricultura , Ganadería y Pesca de la Nación).

PRÓLOGO

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Construcción con madera: una oportunidad para las economías regionales

Leandro Mora Alfonsín (*)

Si bien en el mundo es usual la utilización de made-ra en la construcción no solo de casas, sino para torres de departamentos, edificios públicos u otros

ejemplos como aeropuertos (Barajas en España) o museos (Metz, Francia), en Argentina se ha observado una histó-rica dificultad para la consolidación de este material en la construcción; lo cual implica una subutilización de un recurso renovable en un país con 1,3 millones hectáreas forestadas y una cadena foresto industrial desarrollada a múltiples niveles.

En los últimos años, se dieron avances significativos en el campo de la construcción con madera en Argentina. En 2017 se firmó el Acuerdo para la Promoción de la Cons-trucción con Madera entre los Ministerios del Interior y Obras Públicas, Agroindustria y Producción; la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) y sus cámaras asociadas por parte del sector privado; bancos y sindicatos. Este acuerdo estableció metas de producción, financiamiento público en planes federales para el 2018 y armonización de las condiciones de acceso a créditos hipo-tecarios respecto a otros sistemas constructivos. A su vez, quedo conformada la Mesa Sectorial de Construcción con Madera, espacio que reporta a la mesa sectorial de com-petitividad foresto industrial encabezada por Presidencia de la Nación. En este espacio se avanzó en medidas que desburocratizan la construcción con madera en nuestro mercado, entre otras; la determinación de la construcción con entramado de madera como “construcción tradicio-nal” (lo que exime la tramitación del CAT), avances en me-jorar la simetría de información de mercado, incremento

de la formación y capacitación de recursos humanos, la publicación del reglamento técnico de construcción en madera CIRSOC 601.

Estos avances han repercutido en el mercado el cual, si bien se ha visto muy afectado por la crisis cambiaria des-atada en 2018 y que repercute hasta hoy en nuestra eco-nomía, mostró la disposición de las primeras inversiones fuertes en muchos años. En Misiones recientemente se in-auguró la fabrica de viviendas industrializadas más grande el país, con una capacidad instalada de hasta 5000 vivien-das por año y una inversión que ascendió a USD 250 MM.

Es decir, un verdadero puntapié inicial. Ahora bien ¿Cuál es el impacto y la importancia de construir con madera?

El uso de madera en la construcción aporta opciones a desafíos estructurales que tiene Argentina e implica una oportunidad para las economías regionales de nuestro país, fundamentalmente las del NEA y el NOA, histórica-mente rezagadas del circuito productivo nacional.

Argentina enfrenta un déficit habitacional que alcanza al 25% de los hogares (casi 3.500.000). En el NEA, este déficit supera el 50% de los hogares y en el NOA, el 40%. Cons-truir con madera ofrece soluciones habitacionales de cali-dad óptima y certificada, ecológicamente sostenibles, que insumen menores tiempos de construcción (una vivienda se construye en una semana), menor consumo energéti-co y a menores costos que los sistemas de construcción húmeda tradicionales. Mientras la construcción húmeda tradicional promedia un costo USD 900 por m2, la cons-trucción en madera oscila entre USD 600 y USD 700 por

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m2. A su vez, el costo energético de construir en madera alcanza los 750 mj/m3, notoriamente inferior al que insumen otros materiales como Aluminio (1.100.000 mj/m3), Acero (266.000 mj/m3) u hormigón (4800 mj/m3).

Asimismo, el uso de madera en la construcción impacta de lleno en la generación de empleo y valor agregado en economías regionales, propiciando eslabonamientos en toda la cadena de valor. Como caso testigo, según datos de APICOFOM, la cons-trucción de 5000 viviendas de madera en la Provincia de Misiones en los últimos 6 años generó 2.432 puestos de trabajo formales directos. Las posibilidades que se abren para aserraderos de todo el país como proveedores de partes y piezas para la construcción en madera son amplias y de alto impacto regional.

Mayor construcción con madera implica mayor forestación y, a la vez, la utilización de un producto que mitiga la emisión de gases, previniendo el efecto invernadero. Un metro cúbico de madera retiene una tonelada de dióxido de carbono que no se incorpora a la atmósfera.

El trabajo de estos años es solo un puntapié inicial para consolidar la actividad de construcción con madera. A partir de ahora es el momento de las inversiones, capacitaciones, modificaciones sobre códigos de construcción en municipios, fortalecer el trabajo bajo normas y certificaciones y el control del cumplimiento de los términos acordados. Está en manos de los agentes económicos y las autoridades el aprovechamiento de una oportunidad que puede dar impulso al mercado interno, empleo y generación de valor de regiones rezagadas del país.

(*) Director Ejecutivo de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA). Lic. en Economía (UBA). Docente UBA y UCES

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La construcción con madera en la Argentina

Diego García Pezzano

La madera es el material más antiguo que el hombre ha utilizado para la construcción de su hábitat, siendo el único material natural que resiste la flexión.

Posee muchas ventajas ambientales: es un material natu-ral, renovable, reutilizable y reciclable, biodegradable, de bajo gasto energético para su transformación y que duran-te su vida como árbol fija dióxido de carbono (uno de los principales gases de efecto invernadero).

La construcción en madera es considerada, en forma me-tafórica, como un “sumidero de CO2”, a la vez que da co-bijo al hombre de forma duradera, segura y cálida, genera valor agregado y trabajo, colaborando con la mejora de las condiciones socioeconómicas de la cada región.

La construcción con madera posee muchas ventajas: es aplicable en distintas funciones (material polivalente) como cerramientos, cubiertas, carpintería, muros, entre-pisos, etc. Posee gran rapidez de construcción y monta-je, es ligero y resistente, altamente compatible con otros materiales, de buen comportamiento térmico y acústico, elimina puentes térmicos, brinda belleza, calidez y funcio-nalidad.

La Argentina presenta una serie de ventajas para la expan-sión de su frontera forestal.

• La velocidad de crecimiento de las especies que se fores-tan (mayor que en otros países), por caso tanto los pinos, como el “pino taeda”, o el eucalipto grandis (eucalipto ro-sado), se ubican en 30/35 m3 / ha. / año.

• Las características agroecológicas del territorio, que per-miten el desarrollo de una gran variedad de especies.

• Las tierras aptas para forestar, que se pueden comprar o alquilar a bajo precio.

• La existencia de oportunidades para exportar productos con algún tipo de procesamiento (papel, muebles, etc.).

Entonces:

¿Porqué los argentinos no utilizamos la madera en la cons-trucción, o por lo menos por qué no la utilizamos en mayor cantidad?

Esto tiene una explicación, a lo mejor un poco más amplia o un poco más general que lo específicamente tecnológico o lo específicamente económico.

Somos un país que ha edificado su hábitat sobre la base del ladrillo y aun más, los arquitectos cuando buscamos soluciones, salvo particulares casos, recurrimos a esa cosa que nos parece tan segura a nosotros mismos, que es di-señar con ladrillo y hormigón, diseñar y pensar en ladrillos y hormigón.”

Podemos decir entonces que es un tema cultural. Y los ma-teriales y su valorización son también una costumbre. Un tema cultural.

Hay un juicio de valor, frente a una pared de ladrillos y frente a una pared de madera, que va más allá de toda racionalidad o conocimiento técnico.

Esto no es solamente un problema de aprender una nueva tecnología de madera.

Conocer las propiedades de la madera y desarrollar herra-mientas para que los profesionales diseñen y construyan con madera con criterios de sustentabilidad ambiental,

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generará un efecto multiplicador en toda la cadena de va-lor de este recurso tan importante para el país, avanzando hacia un desarrollo sustentable desde el punto de vista ecológico, económico y social.

En conclusión, la construcción en madera tiene un gran potencial en la resolución de los problemas del hábitat del hombre, no solo en lo relacionado a la creación de vivien-da sino también en lo concerniente al medio ambiente.Las ventajas del recurso madera en este siglo XXI se potencian por el tema ambiental, donde el término sustentable apa-rece cotidianamente en los medios de difusión masivos. Demanda de energía y consecuencia contaminante de su uso, es el tema del momento.

La construcción con madera tiene la capacidad de dar so-luciones habitacionales, comerciales e institucionales de calidad, confiables, seguras y sustentables generando de esta forma un alto desarrollo en el sector foresto indus-trial.Si realmente queremos, en beneficio del país, aprove-char este recurso natural que es renovable y para los cua-les el país tiene condiciones naturales para transformarse no solamente en un usuario abundante de la madera, sino hasta en exportador de madera, y por lo tanto ayudar a nuestro desarrollo económico integral no debemos olvidar de que tenemos que hacer una transformación de base.

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MANUAL DE BUENAS PRÁCTICAS PARA EL MANEJO SUSTENTABLE DE PLANTACIONES FORESTALES EN LA PROVINCIA DE ENTRE RÍOS, CON ÉNFASIS EN LA CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD

El Manual de Buenas Prácticas para el Manejo Susten-table de Plantaciones Forestales en la provincia de Entre Ríos procura constituirse en una guía para la

toma de decisiones y la gestión de plantaciones comercia-les, acordes a los principios del manejo forestal sostenible y poniendo énfasis en la conservación de la biodiversidad.

Los contenidos del manual están organizados en diez capí-tulos y un anexo. En la Introducción (Capítulo 1), se des-cribe la región y se explican la organización y las pautas aplicadas para la elaboración del manual. En el Capítulo 2, Planificación integral forestal-ambiental, se incluyen los aspectos a considerar para la elaboración de un proyecto forestal, así como en la planificación del predio y de los ro-dales forestales; el capítulo incluye un apartado dedicado a cuestiones económicas y financieras, en el cual se dan pautas para la gestión contable y administrativa del em-prendimiento. El Capítulo 3, Biodiversidad y monitoreo regional, incluye prácticas orientadas a conservar la diver-sidad biológica con una perspectiva de región, teniendo en cuenta los resultados de evaluaciones ambientales estra-tégicas y el ordenamiento territorial para la conservación de los ecosistemas. El capítulo Silvicultura (Capítulo 4) trata sobre la producción forestal, desde el vivero hasta que la forestación está lista para la cosecha final; en él se abordan los aspectos de preparación del suelo, cuidados iniciales y manejo, incluyéndose tanto prácticas orienta-das a la mitigación de potenciales impactos ambientales como también productivas, con el fin de que el uso de los

recursos naturales se realice de forma más eficiente y se traduzca en una mayor cantidad y calidad de productos forestales. El Capítulo 5, Sistemas silvopastoriles y otros

Dra. Diana Díaz

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usos de las forestaciones, introduce al lector a esquemas de manejo y prácticas que combinan la producción forestal con la producción animal, ya sea la ganadería o la apicul-tura. En el Capítulo 6, Cosecha y transporte, se informa al productor forestal sobre las mejores prácticas para esta etapa productiva, de forma que pueda gestionar y contro-lar que las actividades de cosecha y transporte realizadas en su predio por las empresas de servicios se desarrollan correctamente. El Capítulo 7, Protección y seguridad, se encuentra dividido en tres partes: en la primera, se abor-dan las prácticas para el manejo del fuego; en la segunda se describen las principales plagas y enfermedades que afectan a las plantaciones forestales y se dan pautas para su control acordes con el manejo sostenible; finalmente se abordan las cuestiones de salud y seguridad en el traba-jo forestal, con referencia a un amplio marco legal sobre seguridad y salud en las actividades forestales, así como sobre la base de la experiencia de empresas que operan en la región. En el Capitulo 8, Gestión de agroquímicos, com-bustibles, lubricantes y sus residuos, se incluyen prácticas para el manejo seguro y responsable de estos insumos, considerando las operaciones desde su elección, adquisi-ción y transporte hasta la disposición de sus residuos. En el Capítulo 9, Biodiversidad local y monitoreo ambiental, se retoman los aspectos de biodiversidad, con un enfoque en la unidad de manejo forestal, incluyendo prácticas para el relevamiento y monitoreo de la flora y fauna presentes en el predio, así como recomendaciones para el control de la caza ilegal, de especies invasoras y para la restau-ración de ambientes naturales degradados. En el Capítulo 10, Aspectos sociales, marco institucional y responsabili-dad comunitaria, se consideran cuestiones atinentes a la vinculación del propietario o administrador con diferentes actores, ya sean estos los trabajadores y sus gremios, los compradores de madera, los vecinos del predio o las co-munidades locales. En el Anexo, Legislación, se enumeran las normas legales, nacionales y provinciales, consideradas en la redacción del manual.

Para un fácil seguimiento, se mantiene un formato similar en cada capítulo, que incluye: justificación y fundamenta-ción científica y las recomendaciones de manejo o “Bue-nas Prácticas”. Estas han sido clasificadas en tres grados, a

saber: Grado Obligatorio (GO), son las prácticas de aplica-ción obligatoria por encontrarse asociadas a requisitos de cumplimiento regulatorio/legal; Grado de Recomendación (GR), son pautas de cumplimiento voluntario que incluyen medidas de prevención o mitigación de impactos sustenta-das con base científica, teniendo además en consideración la diversidad de escenarios ambientales y económicos, así como la escala de producción; Grado de Sugerencia (GS), son también prácticas voluntarias pero que todavía no tie-nen un consenso generalizado o no están aun respaldadas por los resultados de trabajos científicos o bien pueden requerir actualmente inversiones que implican un mayor esfuerzo por parte del productor.

El manual fue elaborado bajo la iniciativa y con el apoyo fi-nanciero del Proyecto para la Conservación de la Biodiver-sidad en los Paisajes Productivos Forestales, del Ministerio de Agroindustria, y es el resultado del trabajo coordinado de tres instituciones: la Asociación Forestal Argentina, la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Misiones, y la Universidad Maimónides. Los capítu-los han sido redactados por profesionales de organismos públicos, instituciones y empresas privadas especializa-dos en cada materia. Sus contenidos fueron revisados en talleres y en una audiencia pública, de los cuales partici-paron profesionales y productores del sector forestal de Entre Ríos. La versión digital del manual estará disponi-ble en la página web de la Asociación Forestal Argentina: https://www.afoa.org.ar/.

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La dinámica del carbono en plantaciones de Eucalyptus grandis como indicador de aspectos ambientales de la sustentabilidad

Ing. Forestal D. Martín SANDOVAL, Ing. Forestal Juan F. GOYA, Dr. Marcelo F. ARTURI y Dra. Carolina PÉREZ.

La dinámica del carbono (C) en suelos y biomasa aérea y subterránea de los sistemas productivos es un indicador clave de la sustentabilidad ambiental. En ese contexto,

el aporte de las plantaciones forestales como almacenaje de C durante su crecimiento, es reconocido a nivel mundial y conforma un grupo de estrategias para la reducción de la concentración de CO2 atmosférico y, de esta manera, miti-gar los efectos del cambio climático causado directa o indi-rectamente por la actividad humana.

Para la cuenca forestal de Eucalyptus grandis en las terrazas del río Uruguay, la conversión de pastizales a plantaciones es significativa. Esta transformación produce un cambio en la dinámica del C en suelo y biomasa por lo que es necesario comprenderlo y dimensionarlo a diferentes escalas espacia-les y temporales.

A escala regional se utilizaron imágenes satelitales LAND-SAT para cuantificar los cambios de superficie en el periodo 1985-2018. Estas se clasificaron en la plataforma Google Ear-th Engine para identificar pastizales y cultivos, plantaciones de Eucalyptus spp y de Pinus spp, en los departamentos de Paso de los Libres y Monte Caseros en la provincia de Co-rrientes, y Federación, Concordia, Colón y Uruguay en la pro-vincia de Entre Ríos. En el Gráfico 1 se observa los resultados obtenidos. Existe un nivel creciente de superficie plantada pasando de las 50.000 ha a casi 200.000 ha en el periodo de análisis. La dirección de cambio principal es de pastizal a plantación de Eucalyptus spp. con periodos variables de reemplazo, entre los cuales se destaca 2008-2009 y 2012-2013. La superficie cosechada se incrementó en la última dé-cada con un promedio de 7.000 ha/año versus las 2.200 ha/año del periodo 1985-1995. Por otro lado, se visualiza que no hay un reemplazo significativo de superficie de Pinus spp.

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Adicionalmente, con estas imágenes satelitales se obtuvie-ron las edades de las plantaciones para cada año, analizan-do la evolución de cada píxel identificado como plantación entre 1985 y 2018. Por otro lado, a partir de mediciones de parcelas en plantaciones de empresas del CoFRU, se pa-rametrizó un modelo que simula el flujo de carbono total en el suelo y la biomasa aérea y subterránea a lo largo del crecimiento de una plantación de E. grandis, incluyendo

los procesos descomposición de la materia orgánica, creci-miento y productividad.Con estas estimaciones combina-das se obtuvieron valores de C en suelo y biomasa en un periodo de 33 años.

En el Gráfico 2 se muestra el almacenaje de C (valores po-sitivos) producto de plantaciones nuevas y el crecimiento de las existentes, y la pérdida de C (valores negativos) de-rivada, principalmente, de la cosecha.

A escala regional el balance es positivo en toda la cuenca: hay cerca de 35% más de stock de C que hace 33 años, pasando de aproximadamente 3 millones de toneladas a 4 millones netas, considerando los aportes por plantación y las pérdidas por cosecha. Durante 1996-1999, se obser-van los valores más bajos en todo el periodo de análisis, asociados a una baja tasa de plantación en los periodos anteriores y similares niveles de cosecha. Luego de esa meseta, el stock de C en toda la cuenca ha sido creciente, esta tendencia es producto de niveles de cosecha similares al período anterior y el aporte de la biomasa de las clases de edad superiores.

A la dinámica natural de los sistemas forestales de ganan-cia de C por acumulación de biomasa y pérdidas por co-secha observada a nivel regional, no podemos soslayar la importancia que tienen las características de los suelos en donde se instalan las plantaciones, lo cual implica incorpo-rar un mayor nivel de detalle. Por ejemplo, a escala pre-dial se observa diferente respuesta según el tipo de suelo: el contenido de materia orgánica, y por consecuencia de carbono, es menor en suelos arenosos que en aquellos de texturas más finas. Para analizar este aspecto, medimos a campo el contenido de C total en los primeros 30cm de suelo de pastizales y plantaciones con diferentes edades, número de rotaciones y regímenes silvícolas: plantación, replantación y rebrote. Estos datos se pueden ver en el Gráfico 3.

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En primer lugar, se distingue para los pastizales (barras amarillas) una amplia variabilidad en el C en el suelo y un mayor contenido de C en los suelos más finos que en los arenosos (>75%). En cuanto al efecto del cambio de uso de pastizales a plantaciones, se observa que luego de la conversión a plantación (barras verdes) hay un descenso significativo de los niveles de C en suelos con menor por-centaje de arena e intermedios. Sin embargo, en los suelos más arenosos (>75%), se observa una recuperación luego de la plantación.

Los cambios del contenido de C en el suelo dependen del método de establecimiento de la plantación. Si el rodal es replantado (barras celestes) en las sucesivas rotaciones la disminución se mantiene. Sin embargo, en los rodales donde se manejan los rebrotes (barras rojas), existe un mayor stock promedio de C en suelos arenosos (>75%), incluso luego de 5 rotaciones.

Esto sugiere que el proceso de preparación del terreno y manejo de los residuos de cosecha podrían ser una causa cierta de la falta de acumulación de estos a lo largo de las rotaciones, por lo tanto, la aplicación de técnicas adecua-das que minimicen el impacto de estas prácticas puede contribuir a mejorar este indicador.

La cuantificación y el análisis de los flujos de carbono en el suelo y la biomasa a escala regional y predial de las plan-taciones forestales, permite dimensionar la contribución de estos sistemas productivos al ciclo global del carbono, ensayar escenarios futuros con diferentes patrones climá-ticos y comparar diferentes estrategias de usos de la tierra en un marco de sustentabilidad en sentido amplio.

(1) Docente-investigador de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales. Laboratorio de Investigación de Sistemas Ecológicos

y Ambientales (LISEA). Universidad Nacional de La Plata. Correo electrónico: msandoval@agro.unlp.edu.ar

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Resultados a largo plazo de Manejo de Suelo, Fertilización y Control de Malezas

Rafael Rubilar*, Lee Allen, Thomas Fox, Tim Albaugh, Rachel Cook, OtavioCampoe, Dave Carter, Raúl Pezzutti y Silvana Caldato.

Estudios de largo plazo que combinan la preparación

de suelo, control de malezas y fertilización han de-

mostrado ganancias en el volumen final del turno

de bosques plantados solamente cuando las variables

limitantes específicas del sitio son adecuadamente com-

prendidas y resueltas por medio de tratamientos silvícolas

operacionales efectivos que permiten liberar restricciones

factibles de manipular. La magnitud de respuestas y ga-

nancias del productor forestal a los tratamientos silvícolas

típicos que son aplicados al establecimiento pueden ser de

tipo Transitorias, definidas como respuestas tipo C, que

implican que aunque grandes diferencias de crecimiento

pueden ser observadas en un inicio, estas pueden perder-

se al final del turno o rotación de la plantación. Ejemplos

de este tipo de respuestas pueden ser observados frente a

tratamientos de control de malezas en sitios de alta fertili-

dad y donde la vegetación competidora no compite o no

alcanza a competir por luz en etapas tempranas o tardías

de una plantación. También este tipo de respuesta puede

ser observada para preparaciones de suelo que no ayudan

realmente a liberar condiciones críticas de suelos resis-

tentes. Las respuestas tipo C pueden ser económicamen-

te viables si es que estas permiten adelantar la cosecha o

reducir el turno de la plantación. Otra magnitud y tipo de

respuesta corresponde a respuestas de tipo Sostenidas en

el tiempo hasta la edad de rotación conocidas como res-

puestas tipo B. Las respuestas tipo B se explican cuando un

tratamiento al suelo, a la reducción de malezas o fertiliza-

ción permite mejorar parcial o totalmente una limitación

del sitio que mejora su fertilidad natural (agua o nutrien-

tes). Ejemplos de este tipo de respuesta pueden ser ob-

servadas para preparaciones de suelo que efectivamente

presentan limitantes para el crecimiento de raíces en pro-

fundidad y así aumentan el volumen radicular, o también

cuando se aplica una fertilización de un elemento como

fósforo donde usualmente no se evidencian deficiencias nutricionales, pero existe escasez del mismo. Del mismo modo, la ganancia mas atractiva para el productor forestal

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son las respuestas Crecientes o tipo A, que implican res-puestas sostenidas anuales hasta el fin del turno y por ello de gran valor económico. Estas respuestas tipo A pueden ser observadas para tratamientos que liberan grandes li-mitaciones, como tratamientos de drenaje o preparación de suelo que permiten oxigenar suelos anegados, o tam-bién pueden ser observadas en tratamientos de control de

malezas de vegetación de pastos altos, arbustos o árboles de grandes dimensiones que compiten por luz en etapas críticas de desarrollo de la plantación. Respuestas tipo A son observadas para fertilización al establecimiento cuan-do el nutriente representa una deficiencia severa y ejem-plos típicos corresponden a fertilización con fósforo o boro en etapas tempranas para sitios de muy baja fertilidad.

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Cambio climático y el impacto en sistemas forestales

Alejandro MARTÍNEZ-MEIER

Aunque la actividad forestal con especies implantadas se desarrolla principalmente en suelos con distintos condicionantes a la producción, debido al cambio climáticola predisposición al estrés abiótico se ve aumenta-da aun en zonas que son consideradas como altamente productivas.

En los últimos 70 años, la temperatura en Argentina

aumentó entre 0,5°C y más de 1°C -al norte y sur

de la región Patagónica, respectivamente. Indepen-

dientemente de si existen limitaciones para el crecimiento

desde el punto de vista climático, no existe tipo forestal o

zona climática que no sea vulnerable al proceso de cam-

bio climático; la reducción del crecimiento en plantaciones

forestales puede ser considerada un fracaso económico,

que perjudica a los productores/empresas forestales, y al

Estado Nacional, que desde hace varias décadas subsidia

la actividad.

La temperatura del planeta muestra incrementos sosteni-

dos a nivel medio, pero también una mayor variabilidad en

los eventos climáticos extremos, como sequías u olas de

calor que no pueden considerarse eventos climáticos ais-

lados, sino un componente rápido y direccional de cambio

hacia nuevas condiciones climáticas que afectan la produc-

tividad y sobrevivencia de los bosques, ecosistemas que

tienen la mayor capacidad del planeta de secuestrar carbo-

no, disminuyendo así la concentración en la atmósfera del

principal gas de efecto invernadero, el dióxido de carbono.

La reducción del crecimiento, el decaimiento y la morta-

lidad de árboles han sido bien documentados en varias

regiones del planeta, y se asocian con procesos de estrés

inducidos por elevada temperatura y/o estrés hídrico. Por

otro lado, también se describe el aumento del crecimiento

de bosques naturales, favorecidos por el aumento de la

temperatura y la fertilización del dióxido de carbono, ni-

trógeno y fósforo atmosféricos, estos últimos como pro-

ducto de la contaminación. Estos fenómenos se obser-

van en sitios donde las especies están limitadas por bajas

temperaturas y no hay limitantes hídricas. Sin embargo,

poco se conoce aun cuál puede ser la respuesta de estos

mismos árboles, que crecen “fertilizados”, respecto de su

capacidad de resistir eventos extremos de calor y sequía.

En árboles de ciprés de la cordillera (especie de la Patago-

nia) se observó una disminución en el crecimiento y dife-

rencias entre los árboles vivos y muertos después de la ola

de calor y sequía del año 1998, identificada como la más

intensa de los últimos 70 años. Los árboles vivos pudieron

recuperar el ritmo de crecimiento, formando un anillo con

una densidad de leño temprano más bajo en comparación

con los árboles muertos (Figura 1).

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Figura 1. Las líneas de trazo continuo (eje y) representan el ancho de los anillos de crecimiento (figura de la izquierda) y la densidad del leño temprano (figura de la derecha) de los árboles vivos (verdes) y muertos (rojo) de ciprés de la cordillera en función de los años (eje x). Las barras grises representan el valor absoluto de la probabilidad asociada al test estadístico empleado para establecer diferencias significativas entre grupos de árboles. La línea horizontal negra representa el valor de la probabilidad de 0,05. Esto indica que, cuando la barra gris se encuentra por encima de la línea horizontal, las diferencias para las variables en cuestión son significativas entre gru-pos de árboles. Muestreos realizados en la zona central del área de distribución natural de la especie en el noroeste de la Patagonia.

Si consideramos que la sequía es la causa principal de

pérdida de productividad forestal, se deberían priorizar

entonces estudios de rasgos que permiten a los árboles se-

guir fijando carbono y creciendo en condiciones de déficit

hídrico en el suelo y/o en la atmósfera. Entre los rasgos más

característicos que hacen a la tolerancia al déficit hídrico se

encuentran la resistencia a la cavitación, es decir, a la rup-

tura de la columna de agua dentro del xilema de la planta,

y la disminución de pérdidas de agua en tejidos foliares,

ya sea por un cierre estomático temprano o por un rea-

comodamiento de la superficie transpiratoria, a mediano

plazo. El comportamiento estomático que limita la pérdida

de agua por las hojas en el corto plazo es también el que

mantiene el potencial hídrico mínimo de la planta dentro

de determinado margen de seguridad hidráulica, de mane-

ra de mantener la integridad hidráulica de la planta.

Estudios que realizamos en el género Eucalyptus muestran

tendencias a nivel inter e intraespecífico que aún deben

ser corroboradas respecto de la resistencia a la cavitación.

En este sentido, se ha descripto una gran variación en re-

sistir la cavitación entre especies (E. grandis, la más vul-

nerable, vs. E. globulus, E. viminalis y E. camaldulensis), y

a nivel de leño. La mayor resistencia está asociada a una

mayor capacidad de conducción de agua. A su vez, se en-

contraron diferencias en resistencia a la cavitación entre

clones de E. grandis y entre progenies de E. globulus.

El alto nivel de variabilidad fenotípica y genética dentro

de las especies hace posible la identificación y selección

de genotipos con propiedades hidráulicas deseables, lo

que les permitiría hacer frente a la sequía. Tales genotipos

podrían ser propagados en el marco de los programas de

mejoramiento con el objetivo de validar el conocimien-

to desarrollado durante estos años. Por otro lado, se re-

quieren aun estudios que exploren el efecto del manejo

silvícola sobre la adaptabilidad de los árboles frente a los

distintos fenómenos climáticos. Si bien se reconoce que,

en general, crecer en condiciones de menor competencia

intraespecífica, ayuda en la resistencia y/o resiliencia de

los árboles ante sequías moderadas, existen estudios que

muestran que las altas tasas de crecimiento medio se aso-

cian a una mayor vulnerabilidad frente a sequías extremas.

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La PyME maderera ante la crisisLeandro Mora Alfonsín Director Ejecutivo de FAIMA, Economista UBA. Tw: @lmoraalfonsin

Si bien el presente más inmediato está absorbido por el frente financiero, la cotización del dólar y los síntomas de fragilidad externa que ha presentado

Argentina desde 2018, la economía real es la principal perjudicada de la crisis. La industria manufacturera, que venía de caer 5% en el 2018, se contrajo 9,4% en el primer semestre del año, acumulando 14 meses consecutivos de caída que afectan a todos los sectores. Esta grave situación cobra mayor preponderancia al ponderar la fuerza que el entramado productivo local tiene. La industria es parte de la solución al problema argentino de restricción externa, creación de valor y empleo de calidad; dado que emplea al 22% de la población económicamente activa, paga un 32% más de salarios y es el sector con mayor potencial de innovación y vínculo con los servicios y recursos naturales. Y es por esto que la estrategia económica debe poner por delante una política industrial que dote de herramientas e incentivos a los inversores de la economía real.

En este marco de caída, el bloque de madera y muebles se ha visto particularmente afectado. Tras ce-rrar el 2018 con una caída de 10%; los primeros 6 meses del 2019 cul-minaron con un retroceso del 15,1% en el nivel de producción. El sector, conformado en un 98,7% por Py-MEs, atraviesa un momento críti-co en materia de rentabilidad. A la caída de ventas en el mercado local se suman los aumentos de costos asociados a la corrección cambia-ria y tasas de interés siderales que restringen el crédito de capital de

trabajo. En este sentido, no solo se ha deteriorado lógi-camente la inversión, sino que las presiones financieras han tensado la cadena de pagos en todos los segmentos, lo que en adición al desplome del consumo, redundó en caída del empleo y cierres de empresas que han podido ser relevados en las distintas cámaras de la red FAIMA.

El bloque presenta una dinámica heterogénea hacia aden-tro. Mientras que las principales urgencias se observan en el rubro mueble y en el segmento de aserraderos pe-queños; los grandes jugadores del sector han mitigado el impacto de la crisis en base a las oportunidades de expor-tación abiertas para la actividad primaria y primeros esla-bones de la cadena de valor maderera en base a la depre-ciación del tipo de cambio. En base a este fenómeno, la caída bruta del nivel de producción del segmento madera y productos de madera en el primer semestre del año fue del 4,1%; guarismo que en el agregado no refleja la reali-dad de aserraderos PyMEs

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El rubro más afectado es el mueblero, cuya caída en lo que va del 2019 fue de 20,3%, siendo el peor primer semestre desde la crisis de 2002. El mueble, en cuanto bien de con-sumo, es muy elástico a los cambios en los ingresos reales. Es decir, ante cambios en el ingreso de las familias, las de-cisiones presupuestarias recortan rápidamente decisiones de compra de muebles para poder seguir afrontando la adquisición de bienes y servicios insustituibles (alimentos, tarifas, gastos de vivienda). Por ende, una caída del salario real como la registrada en 2018 (-10 p.p.) y la que se perfila en 2019 afecta directamente las ventas en este sector.

Si bien en el marco de la Mesa Sectorial de Competitivi-dad Foresto-industrial encabezada por el Presidente de la Nación se han conseguido distintas medidas específicas para mitigar la crisis sectorial como el adelantamiento del mínimo no imponible previsto en la reforma tributa-ria para contribuciones patronales, cambios en Ahora 12 para mejorar el posicionamiento del mueble y el volver más accesible el nivel de tasa, cambios en los planes de facilidades de pago AFIP, entre otras; estas medidas micro atienden aspectos que no logran abarcar el deterioro de la macro. En un marco de retracción de toda la economía, con achicamiento del producto, aumento de la desocupación, aumento significativo de la pobreza y desplome del consumo, las medidas micro quedan empañadas. Si la ma-cro no arranca, la micro no se luce. Y esto escapa a los muchos avances sectoriales que puedan hacerse, los cuales pueden descom-primir, más no dar soluciones estructurales al cuadro de crisis.

La industria maderera como oportunidadDentro de la industria manufacturera argentina, la cade-na de valor foresto industrial es un gigante dormido, que pugna por liberar todo su potencial. El aprovechamiento integral de los recursos naturales es un punto fundamen-tal para el desarrollo. En este sentido, la foresto-industria ofrece oportunidades de negocio y de futuro. Con un valor bruto de producción cercano a los USD 10.000 MM, repre-

sentando el 7,4% del valor agregado industrial argentino y empleando de manera formal directa e indirectamente a casi 200.000 puestos de trabajo, el sector maderero es una llave de cohesión productiva de manera federal en las economías regionales históricamente más rezagadas. La utilización de madera para diversos fines mitiga gases de efecto invernadero, al tiempo que la demanda estimula mayor forestación. Argentina cuenta con 1,3 millones de hectáreas forestadas de bosques cultivados, con capacidad de explotación anual de 20 millones de metros cúbicos de madera, de los cuales efectivamente se procesan 13 millo-nes. Eficientizar el aprovechamiento del recurso natural, atraer inversiones y fomentar la legalidad y las buenas prác-ticas ambientales son ejes fundamentales que se discuten entre el sector privado y público en la Mesa Sectorial de Competitividad Forestoindustrial que es encabezada por el Presidente y llevada a adelante por tres ministerios, dos se-cretarías, gobiernos provinciales y todas las instituciones del sector privado representantes del sector.

FAIMA, que representa a través de sus 28 cámaras en todo el país a la forestoindustria (excluyendo a la producción de celulosa y papel), en su plan estratégico, señala que hay tres actividades que tienen futuro dentro de la cadena de valor: la construcción con madera, la generación de ener-gía en base a subproductos y descartes de madera y el de-sarrollo de intangibles en la industria del mueble.

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En un país con un déficit habitacional en torno a los 3,5 millones dehogares, la construcción con madera (en seco) ofrece soluciones rápidas, de calidad y de menor costo (hasta USD 300 por m2) y consumo energético que otras alternativas de construcción húmeda. Además, tiene un alto impacto en las economías regionales; en el caso de la provincia de Misiones, entre 2009 y 2016 la construcción de 5000 viviendas de madera implicó 2432 empleos regis-trados. Por otro lado, el aprovechamiento de los subpro-ductos y descartes que para muchos aserraderos hoy son residuos pero pueden ser un bien comercializable colabo-ra fuertemente en el cambio de matriz energética, limpia y eficiente, que Argentina busca. Por último, concentrar esfuerzos en desarrollar intangibles en el eslabón mueble-ro, focalizados en el diseño, e-commerce y servicios pos-tventas es fundamental para ganar competitividad en el margen en un mercado mundial dominado por China, que concentra el 40% de la producción mundial y el 38% de las exportaciones de muebles.

Sin embargo, estos ejes de mediano y largo plazo, hoy chocan con una coyuntura desfavorable, donde el sector enfrenta una fuerte crisis de rentabilidad. Sin rentabilidad no hay inversión. Y sin inversión es difícil conquistar estos objetivos de largo plazo.

El desafío no es solo superar esta crisis cambiaria y de de-terioro de la macroeconomía; es importante que en para-lelo se muestre de forma contundente una estrategia de política industrial de mediano y largo plazo que se corra del día a día y que brinde a los sectores industriales un marco menos propenso a los efectos de ciclo; incorporan-do aspectos fiscales y energéticos, de administración de comercio y de estímulos a la inversión real. La conducción económica del gobierno que continúe en el período 2019-2023 debe tener puesta la mirada en un modelo estratégi-co de desarrollo en el cual es imposible obviar el potencial y el aporte del entramado industrial y de sectores con fu-turo y potencial como la cadena forestoindustrial.

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Avances de la construcción en madera en Entre Ríos y nuevas combinaciones con otros materiales con el eje en la sustentabilidad

Ing.Ciro Mastrandrea y Arq. Evangelina Pulidori

Son alentadores los avances que ha tenido la provin-

cia de Entre Rios con respecto a la construcción en

madera en los últimos años, como así las posibles

combinaciones de la madera con otros materiales no tra-

dicionales, poniendo énfasis en la reducción del consumo

de energía y la reducción de la emisión de los gases de

efecto invernadero que en conjunto aportarán a la sus-

tentabilidad ambiental de los proyectos. A pesar de que

la madera es ampliamente utilizada como material estruc-

tural en el mundo y principalmente en Estados unidos y

Canadá, donde el 90 % de las viviendas son construidas en

este material, en Argentina su utilización aun es incipien-

te. Desde hace varios años el Centro de Desarrollo Foresto

Industrial (CeDeFI) junto a otras instituciones viene traba-

jando principalmente en la difusión de la madera como

material estructural y en la capacitación en la construcción

en madera con el sistema de entramado ligero. A partir del

año 2007 con la construcción de la vivienda canadiense

de 2 pisos en la Estación Experimental del INTA Concordia,

una sucesión de hechos de relevancia nacional y provin-

cial se han concretado, para dar impulso a la construcción

en madera. Así se puede mencionar la sanción de la Ley

Provincial 10279 “Programa provincial de uso de la made-

ra en todas las construcciones del estado”, la aprobación

a nivel nacional del CIRSOC 601 “Reglamento de cálculo

para estructuras de madera“ a fines del 2016 y la Resolu-

ción 3-E/2018 en enero de 2018, que reconoce al Sistema

de Construcción de Entramado de Madera como “tradi-

cional”, con importantes implicancias en el desarrollo de

proyectos de construcción con madera, dado que exime

a los proyectos asociados a este sistema constructivo de

la presentación de Certificado de Aptitud Técnica (CAT),

equiparando a las estructuras de madera con las de hor-

migón, hierro o mampostería. Entre Ríos en este periodo

ha avanzado con la ejecución de obras públicas y privadas

y el desarrollo de algunas PyMEs. Por otra parte, la ma-

dera es un material de gran versatilidad y flexibilidad que

ha provisto al hombre desde su aparición en la tierra de

alimentos, medicinas, protección, combustible e innume-

rables herramientas y productos para su vida diaria. Estas

propiedades le permiten a la madera poder combinarse

con otros materiales de bajo impacto ambiental o ecológi-

co, reciclados, reciclables o extraíbles mediante procesos

sencillos y de bajo costo como, por ejemplo, materiales de

origen vegetal y biocompatibles.

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