XXXI Convención de U L LA ÉPOCA DEL POLÍTICOS JUDÍOS EN...

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Nº 18 Nueva Época - Diciembre 2005 Editada por: XXXI Convención de A U L A DOSSIER: ALBERT EINSTEIN: EL CENTENARIO DE UN AÑO MÁGICO NEUROTEOLOGÍA: ¿CIENCIA O CIENCIA-FICCIÓN? FILOSOFAR VERSUS OPINAR LOS PARTIDOS POLÍTICOS JUDÍOS EN LA ÉPOCA DEL SEGUNDO TEMPLO (hasta el año 70 d.C.) Creer en Dios después de Auschwitz

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Nº 18 Nueva Época - Diciembre 2005

Editada por:

XXXI Convención de

A • U L • A

DOSSIER:

ALBERT EINSTEIN:EL CENTENARIO DEUN AÑO MÁGICO

NEUROTEOLOGÍA:¿CIENCIA O CIENCIA-FICCIÓN?

FILOSOFAR VERSUSOPINAR

LOS PARTIDOS POLÍTICOS JUDÍOS ENLA ÉPOCA DELSEGUNDO TEMPLO(hasta el año 70 d.C.)

Creer en Dios después de Auschwitz

1Aula 7

Nº 18 Nueva Época-Diciembre 2005

PUBLICACIÓN DE LA ASOCIACIÓN DEESTUDIANTES Y GRADUADOS

UNIVERSITARIOS ADVENTISTAS DE ESPAÑA

Consejo Directivo AEGUAE:Presidencia: Eva Basterra

Vicepresidencia: Joel Moyano, Marta Muñoz Secretaría: Mª Teresa Cuadrat

Tesorería: Ruben AmigóVocalías: Miguel de la Cruz, Francisco Giménez,

José Manuel López, Isaac Llopis

Edita Aula7activaCoordinación gestión: Mercè Gascón

Redacción: Francisco Giménez, Ramon-Carles Gelabert

Equipo: Eva Basterra, Esther Amigó, Albert Prat,Rubén Sánchez

Coordinación: Francisco Giménez Diseño gráfico y maquetación: Esther Amigó

Depósito Legal: B-6934-2004

Apartado de Correos 20.14508080 BarcelonaTel.: 616 754 880

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AULA 7 está abierta a todo tipo de colaboraciones.Los artículos publicados expresan exclusivamente

las opiniones de sus autores.

Sumario

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3 Editorial – AEGUAE5 Albert Einstein: El centenario de un año mágico – Isaac Llopis Fusté11 Neuroteología: ¿Ciencia o ciencia-ficción? – Mercé Gascón Pomar15 Filosofar versus opinar – José Manuel López Yuste18 Premios Arte y Cultura 200419 Reseñas bibliográficas23 Los partidos políticos judíos en la época del Segundo Templo

(hasta el año 70 d.C.) – Ramon-Carles Gelabert i Santané31 Dossier - Creer en Dios después de Auschwitz

33 Para que triunfe el mal... – Francisco Giménez Rubio35 Una aproximación adventista al Holocausto – Francisco Giménez Rubio39 La Iglesia Adventista de Alemania y Austria pide perdón por actividades durante

el nazismo – Mark A. Kellmer/ANN Staff (Adventist News Network)42 Auschwitz en la memoria - Ramon-Carles Gelabert i Santané44 AKDAG – J. Mihran Akdag46 Baviera: un paseo por el núcleo del nazismo – Eva Basterra Alonso48 Me entristece – Rosa Moya Armengau

A • U L • A

RECOMIENDA la recopilación de las diferentes convenciones deAEGUAE. Bájatelas de nuestra web

LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE EN MI VIDA DIARIARoberto Badenas

En diciembre de 1988, con motivo de conmemorar el centenario de laAsamblea de la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día quetuvo lugar en Minneapolis en 1888, AEGUAE resucitó el tema de la justifi-cación por la fe. Las charlas, tratadas por Roberto Badenas, nos sirvieronde estímulo y reflexión para profundizar en el significado de la justifica-ción por la fe en nuestra vida diaria.

LA NO VIOLENCIAGeorges Stéveny

Un nutrido grupo de universitarios adventistas se reunía el mes demarzo de 1976 en San Lorenzo de El Escorial. El tema que les ocu-paba era la no violencia. Para tratar el tema se contaba con uno delos, probablemente, pensadores más lúcidos de la Iglesia Adventista,el pastor Georges Stéveny.De la reflexión acerca de un tema preocupante surgieron una seriede resoluciones y propuestas que impulsaron a muchos jóvenes ad-ventistas hacia un compromiso más pleno con sus ideales: servir asus semejantes, pero sin necesidad de portar armas, signo inequí-voco de violencia.

LA CRUZ FUENTE DE VIDAGeorges Stéveny

En este documen-to, extraído de suscharlas en 1983en Poio, GeorgesStéveny da unavisión muy intere-sante sobre lamuerte de Cristo.

LA FUNCIÓN DE LA LEY EN LATEOLOGÍA DE LA GRACIARoberto Badenas

Roberto Badenas ha sido profesory decano de la Facultad Adventistade Teología en Collonges, Francia.Ha dedicado más de treinta añosde estudio y pasión a los evange-lios de Jesús de Nazaret y a lasepístolas de Pablo de Tarso. Y unode los frutos de su encuentro con dichos personajesha sido su magistral estudio: Christ the End of the Law.Romans 10:4 in Pauline Perspective.

Sobre el tema el autor ha publicado el libro titula-do Mas allá de la ley (Safeliz, 1998), que os invitamosa consultar.

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«El amor de Dios no protege de todosufrimiento, pero protege en todos lossufrimientos.»1

Este año, al conmemorar el 60.º aniversario dela liberación del campo de concentración y ex-terminio de Auschwitz, hemos tenido la oportu-nidad de reencontrarnos con uno de los más ho-rribles episodios de la historia del ser humano:el genocidio nazi. El genocidio más conocido,pero no el único, en el que parte de las motiva-ciones fueron religiosas. AEGUAE no podía de-jar pasar la ocasión para reflexionar sobre ello.

En este número de Aula7 os ofrecemos unarecopilación de interesantísimos libros que pro-fundizan ampliamente en el nazismo y sus con-secuencias, pero añadiremos en este punto al-gunas reflexiones que, como individuos y comomiembros de la sociedad y de una comunidadreligiosa, no podemos olvidar.

El genocidio nazi fue el resultado de un con-junto de elementos y situaciones explotados ymanipulados por Hitler para la consecución desus nefastos delirios de dominación mundial. Deentre todos ellos, hay uno que es casi tan anti-guo y constante como la propia existencia delser humano: el sentimiento de superioridad.Individual o colectivamente, este sentimientosiempre va de la mano de la existencia humanay sus consecuencias son inevitablemente perni-ciosas.

¿Somos una excepción los creyentes, los ad-ventistas? Quizás no ensalcemos la superioridadracial, cultural o económica, pero ¿y la superio-ridad espiritual? ¿Qué consecuencias prácticas,diarias, tienen expresiones como «nosotros so-mos el remanente de Dios», «somos el puebloescogido de Dios», «somos la única iglesia quetiene la verdad»?

La promoción de un sentimiento de superiori-dad religiosa, además de no ser acorde con el

Evangelio, nos aboca a la devaluación de todoprójimo que no viva, piense o crea como noso-tros, los elegidos. Y cuando se alberga la ideade que el diferente es inferior, se ha sembradola semilla que, debidamente manipulada, pue-de desembocar en considerar al diferente comoprescindible. «¿Quién te hace a ti superior?, y,en todo caso, ¿qué tienes que no hayas reci-bido? Y si de hecho lo has recibido, ¿a qué tan-to orgullo, como si nadie te lo hubiera dado?»(1 Corintios 4:7, NBE).

El nazismo se preocupó, también, por alec-cionar a las masas con verdades simples y ab-solutas. Para ello, había que establecer qué co-nocimiento era apropiado para el pueblo ario yqué conocimiento (libros, profesores, escrito-res...) debía ser aniquilado por peligroso, porcorruptor. Había que anular la posibilidad de queel pueblo examinase críticamente la actuacióndel poder y el arma más eficaz para ello es, sinduda, la limitación del conocimiento, del estu-dio, de las inquietudes intelectuales, seguida dela fijación de una serie de conceptos muy ele-mentales y viscerales por medio de la propa-ganda.

La sociedad occidental se fue acostumbran-do a convivir con la propaganda política (si bientras la Segunda Guerra Mundial hubo de ser mu-cho menos evidente). Y cuando el creyente que,de todo lo que lee, hace un análisis cruzado consu experiencia religiosa, medita en los choms-kyanos «conceptos vacíos de contenido», «enlos eslóganes que no significan nada» y que lasdemocracias actuales utilizan para «fabricar con-senso»,2 ese creyente se pregunta: ¿escapanlas iglesias y sus feligreses a estos usos?

En 1977, Hans Küng dedicaba su libro Ser cris-tiano al amplio número de creyentes de todas laiglesias «que no quieren permanecer en una feinfantil, que esperan algo más que un mero re-pertorio de frases bíblicas» (p. 15). Si conocie-

EditorialAEGUAE

1 KÜNG, Hans, Ser cristiano, Madrid; Ediciones Cristiandad, 1977, 3.ª ed., p. 554.2 CHOMSKY, Noam, Cómo nos venden la moto, Barcelona: Icaria-Más Madera, 2001, 13.ª ed., pp. 11-20.

se a los adventistas españoles de 2005, ¿sus-cribiría esta frase o pensaría que hemos su-cumbido ante una religión facilona a base de es-lóganes que, realmente, no significan nada? Sipermitimos que unas cuantas frases hechas sus-tituyan el conocimiento propio, los principios éti-cos y el espíritu crítico de cada individuo, estare-mos contribuyendo a la formación de generacionesenteras de sujetos susceptibles de manipulaciónpor cualquier organización que ostente algún po-der sobre esos individuos.

Por último, no olvidemos que el nazismo seesforzó mucho por conseguir la uniformidad dela especie humana (comenzando por el puebloalemán): uniformidad de pensamiento, cultura,raza, vestimenta, estilo de vida... Nuestra diver-

sidad es un regalo de Dios destinado al enri-quecimiento mutuo, así que desterremos de unavez el miedo y el rechazo a convivir con quienno piensa o vive como cada uno de nosotros en-tiende que es correcto. Profundicemos en nues-tra tolerancia, en el respeto por el prójimo, en lareivindicación de la libertad con que Dios ex-presamente quiso que existiésemos. Recor-demos, en definitiva, la maravillosa sentenciapaulina: «Y ¿a santo de qué mi libertad va a te-ner por juez la conciencia de otro?» (1 Corintios10:29, NBE).

Esforcémonos, pues, para no incurrir nuncaen comportamientos individuales ni colectivosque puedan tener el más mínimo matiz que trai-ga a nuestra memoria el nazismo.

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Introducción

Albert Einstein es, sin du-da, el físico más conoci-do de la historia moder-na. De hecho, podríamosdecir que, lamentable-mente, es de los únicosfísicos que es conocido por la inmensa parte dela población.

Lo que personalmente he encontrado más fas-cinante de Albert Einstein es que en 1905, a los26 años, publicó tres artículos que sentaron lasbases de la relatividad, la mecánica cuántica yla física estadística, que podemos decir que sonlos tres campos más estudiados de la física y,a pesar que a la mayoría de los lectores os pue-den parecer lo mismo, son tres campos bien di-ferentes que han ido evolucionando paralela-mente a lo largo de los últimos años.

Estos artículos fueron enviados a la prestigiosarevista Annalen der Physik y son conocidos ge-neralmente como los artículos del Annus Mirabilis(latín, «año milagroso»), en referencia al increí-ble año que vivió la física.

Es por ello que la Unión Internacional de FísicaPura y Aplicada junto con la UNESCO conmemo-

ran 2005 como el AñoMundial de la Física,1

celebrando el centena-rio de la publicación deestos trabajos.

En este texto voy ahablar sobre qué se es-cribió en estos artícu-

los. Primeramente, en la sección Datos biográ-ficos, voy a introducir brevemente los hechoshistóricos más trascendentales de la vida de AlbertEinstein, ya que a través de su biografía, vere-mos en qué circunstancias estaba envuelto en elmomento de escribir los artículos de 1905.

En las siguientes secciones me centraré enlas tres teorías que Einstein publicó en los ar-tículos de 1905, enfatizando la importancia quehan tenido cada una de ellas en el desarrollo dela ciencia del siglo XX.

Por último, nos centraremos en sus creenciasreligiosas y cómo éstas influyeron en sus teo-rías científicas. Se ha hablado mucho sobre lareligión y Einstein y, aunque sólo mencionarébrevemente los puntos generales, me gustaríaincitar al lector a profundizar más en ello, por-que creo que vale la pena conocer su perspec-tiva de Dios.

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Albert Einstein: El centenario de un año mágicoIsaac Llopis Fusté. Licenciado en Ciencias Físicas

1 Para más información: http://www.fisica2005.org/view/default.asp.

Datos biográficos

Albert Einstein nació en una familia judía el 14 demarzo de 1879 en Bahnhodstrasse (Alemania),pero al cabo de un año se trasladó con su fami-lia a Múnich. Cuando era joven no prometía serel gran científico que finalmente fue, ni muchomenos. De hecho, cuentan que fue tan lento enaprender a hablar que hubo quien creyó que po-día ser retrasado.

El colegio no le motivaba; era excelente enmatemáticas y física pero no se interesaba porlas otras asignaturas. Le iba tan mal en latín ygriego en el instituto que un profesor le acon-sejó dejar de estudiar con estas palabras: «Ustednunca llegará a nada, Einstein»… obviamentese trataba de un profesor con poca pedagogía ysin grandes dotes de futurólogo.

Albert se trasladó con su familia a Italia. Allítuvo la oportunidad de conocer la gran tradicióncultural italiana, admirar las obras de MiguelÁngel y recorrer Italia pensando y estudiando porsu cuenta. Tuvo toda la libertad que quería y go-zó por un tiempo de su vida.

Pero regresó a Múnich y luego se trasladó aZúrich, pues su padre quería que ingresara enla universidad. Sin embargo, no pudo ingresaren ella por no haber completado sus estudiossecundarios, por lo que decidió incorporarse alInstituto Politécnico de Zúrich, donde logró es-tudiar física y matemáticas con H. Weber y H.Minkowski, importantes científicos de la época.

En el año 1900 se casó con una joven mate-mática croata, Mileva Maric.

Al graduarse llegó la hora de buscar trabajo.Al no tener recomendaciones de sus maestros,con los que no había tenido buena relación, nopudo encontrar ningún trabajo permanente y es-tuvo dos años como profesor particular o con tra-bajos esporádicos.

Un amigo del Instituto Politécnico consiguiópara Einstein un puesto como experto técnicode tercera clase en la Oficina de Patentes suizaen Berna. Rápidamente logró dominar las fun-ciones a desempeñar en la oficina de patentes,con el objetivo de tener tiempo libre para dedi-carlo para sus propios estudios sobre temas ta-les como las propiedades físicas de la luz, porejemplo.

Por las noches trabajaba en sus ideas o invi-taba a algunos amigos a su apartamento para ha-blar de física, filosofía y literatura. Incluso empe-zó a publicar los resultados de sus investigacionesen uno de los principales diarios científicos.

En el año 1905, con 26 años, Einstein publicótres trabajos científicos que, como hemos co-

mentado, son la base de la física moderna: lateoría de la relatividad especial, el efecto fotoe-léctrico y el movimiento browniano.

En 1909 fue nombrado profesor del InstitutoPolitécnico de Zúrich. Actividad docente que lue-go desarrolló en Praga y Berlín. Al mismo tiem-po, aprovechando su escaso tiempo libre, tra-bajaba en la búsqueda de una generalización desu teoría de la relatividad.

En 1911, formuló el principio de equivalenciaentre un movimiento acelerado y un campo gra-vitacional.

Separado de su primera mujer, con la cual tu-vo dos hijos varones, contrajo matrimonio consu prima Elsa Einstein en 1915, que también eraseparada y con dos hijas.

Un año después, en 1916, publicó su teoríageneral de la relatividad, el punto culminante desu trayectoria científica. En la relatividad gene-ral se geometriza la gravitación y Einstein pro-porciona las matemáticas que permiten calcularpunto a punto la «geometría» en la vecindad deuna masa. No vamos a entrar en el significadofísico de esta teoría, pero sí diremos que una desus principales consecuencias fue el surgimien-to de la teoría del Big Bang. La relatividad ge-neral proporcionó nuevas preguntas sobre el ori-gen y evolución del Universo; es lo que se conocecomo Cosmología.

Albert Einstein fue galardonado con el premioNobel de Física en el año 1921, pero no por lateoría general de la relatividad sino por sus in-vestigaciones sobre el efecto fotoeléctrico y susgrandes aportaciones en el terreno de la físicateórica.

Durante la Primera Guerra Mundial fue uno delos muchos académicos alemanes que criticó laparticipación de Alemania en la guerra. Luego,su continuado apoyo a los objetivos pacifistasy sionistas lo convirtieron en el blanco de ata-ques por parte de los antisemitas y extremistasde derecha alemanes. Aún sus teorías científi-cas fueron ridiculizadas públicamente, en espe-cial la teoría de la relatividad.

Obligado a exiliarse, vivió en Bélgica, Franciay Reino Unido, para finalmente, en 1933, esta-blecerse en Princeton (Nueva Jersey, EstadosUnidos). En 1940, obtuvo la nacionalidad esta-dounidense y, hasta su muerte, trabajó por inte-grar en una misma teoría las cuatro fuerzas dela naturaleza: gravedad, electromagnetismo, ylas interacciones nucleares fuerte y débil. Nuncalo consiguió y aún nadie lo ha logrado.

En 1939, Einstein colaboró con varios físicosen la redacción de una carta al presidente Fran-klin D. Roosevelt, indicándole la posibilidad de

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fabricar una bomba atómica y que el gobiernoalemán podría estar embarcado en tal proyecto.La carta, que llevaba sólo la firma de Einstein,ayudó a apurar los esfuerzos americanos paraconstruir la bomba, pero Einstein no tuvo parteen el trabajo y desconocía todo sobre él en esemomento.

Falleció en Princeton el 18 de abril de 1955.Como otros genios, como Mozart o Gaudí, de-jó su última y mejor obra (la teoría universal delas fuerzas físicas) a medias.

El movimiento browniano

En 1827, el botánico R. Brown observó en el mi-croscopio cómo un grano de polen, suspendi-do en el agua, se movía sin cesar de forma caó-tica. La causa de este movimiento, llamadoposteriormente «movimiento browniano», se des-conocía ya que en aquella época el concepto deátomo no estaba todavía arraigado y se desco-nocía la estructura interna de la materia.

El movimiento browniano es el movimientocaótico que cualquier partícula de tamaño pe-queño experimenta en un fluido, ya sea un gaso un líquido. Como se puede ver en la figura ad-junta, una partícula se mueve sin destino.

Si observamos la bocanada de humo que lan-za al aire un fumador, podemos ver que estácompuesto de un gran número de pequeñas par-tículas que se están moviendo incesantementeen todas las direcciones. Si un día vamos al ci-ne y observamos en la oscuridad el haz de luzque emite el proyector, nos daremos cuenta deque hay muchas partículas, muy pequeñas, quese están moviendo incesantemente. Veremosque lo hacen en forma zigzagueante y en todas

direcciones, también se mueven hacia arriba apesar de estar expuestas a la gravedad. Estaspartículas tan enigmáticas son sencillamente laspartículas de polvo que hay en el aire que semueven brownianamente.

Antes de que Einstein explicara el movimien-to browniano muchos científicos propusieron di-ferentes teorías que, a diferencia de la de Einstein,eran sólo argumentos cualitativos.

Einstein publicó en 1905 un artículo con suteoría sobre el movimiento browniano, en el quecontrastó la teoría cinética con las leyes de latermodinámica, dando un resultado positivo.

La teoría cinética postula que la materia estácompuesta de pequeñas partículas, lo que aho-ra identificamos como átomos o moléculas, queestán en movimiento constante. Esta teoría pre-tende explicar las leyes observables a nuestrasescalas a partir de las leyes (distintas) que go-biernan las partículas microscópicas (cuyos ta-maños característicos son 10-9 m, es decir0.000000001 metros).

Concretamente, si nos fijamos en el caso delos granos de polen suspendidos en agua,Einstein sugirió que las moléculas del agua te-nían un movimiento desordenado y que, de vezen cuando, unas moléculas golpeaban al gra-no de polen por un lado y lo enviaban hacia unadirección, pero después lo podían enviar haciaotra y así sucesivamente.

Einstein obtuvo una ecuación para represen-tar este movimiento en el cual, entre otras co-sas, figuraba el tamaño de las moléculas delagua. Con esta ecuación obtuvo prediccionescuantitativas que podían compararse con resul-tados experimentales. Por ejemplo, predijo la dis-tancia que debe recorrer una partícula suspen-dida en un fluido.

Viendo que la ecuación propuesta por Einsteindescribía bien el movimiento browniano, se probóla existencia de los átomos y moléculas. Por aquelentonces, la mayoría de científicos no creían en laexistencia real de estas partículas y sólo los con-sideraban ficciones teóricas útiles para compren-der las reacciones químicas. Einstein demostróque no, que estas partículas existen y que el mo-vimiento browniano es una manifestación de ello.

Por lo tanto, el movimiento caótico del granode polen es debido a las colisiones que experi-menta con las moléculas del fluido. La intensi-dad del movimiento crece a medida que au-mentamos la temperatura del sistema (lasmoléculas de agua se moverán más rápido) odisminuimos el tamaño de la partícula suspen-dida en el fluido (los choques con las moléculasde agua le afectarán más).

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• Trayectoria de una partícula browniana.

La teoría del movimiento browniano permitióa J. B. Perrin, en 1913, calcular el tamaño dela molécula del agua. A partir de ese cálculo sepudo conocer el tamaño de otros átomos. Losátomos fueron reconocidos por la comunidadcientífica como objetos reales, cuya existenciano debía aceptarse sólo por fe.

La teoría de la relatividad especial

Durante más de dos siglos, la mecánica de IsaacNewton explicó completamente la física. Hablarde física era hablar de las 3 famosas leyes deNewton; bueno, para un estudiante de bachille-rato posiblemente también. De hecho, el Universoentero parecía comportarse tal como lo prede-cían las ecuaciones de la física newtoniana.

A principios del siglo XX empezaron a surgirevidencias de que la física newtoniana, así co-mo todos los conceptos relacionados con ella,no describe adecuadamente los fenómenos quesuceden a la escala de los átomos o a veloci-dades comparables a la de la luz.

A finales del siglo XIX surgió una teoría llama-da teoría del éter que postulaba que, al igual quelas olas y el sonido necesitan un medio paratransportarse, la luz también necesitaría un me-dio, llamado «éter».

Todos los experimentos se forzaban para ad-mitir justificación a través de esta teoría. Ningúnfísico dudaba de la existencia del éter, pero na-die tenía la más remota idea de qué clase desustancia podía ser.

Michelson y Morley, mediante experimentosde óptica, quisieron medir la velocidad relativa ala que la Tierra se mueve con respecto al éter.El experimento fue fallido, en vez de mostrar laspropiedades del éter, no se produjo ninguna ve-locidad relativa. Este asombroso resultado nopodía ser explicado por la teoría de las ondas vi-gente en la época. Se intentaron muchas expli-caciones, como que la tierra arrastraba de algu-na forma al propio éter o paranoias parecidas,pero todas ellas resultaron ser incorrectas.

Las investigaciones iniciadas a raíz del ex-perimento llevaron a una teoría alternativa con-sistente, la contracción de Lorentz, que expli-caba el resultado nulo obtenido a través de lasupresión del éter. El desarrollo de esta teoríadesembocó en la relatividad especial deEinstein.

Einstein cambió las leyes de Newton y Galileopor su teoría de la relatividad especial, que de-mostraba que el espacio y el tiempo están muyrelacionados entre ellos. Esta teoría es la com-binación de dos ideas fundamentales:

- Principio de relatividad: las leyes de la físi-ca son idénticas para cualquier sistema in-ercial de referencia; es decir, son las mis-mas para un observador en reposo o queuno que se mueve a velocidad uniforme.

- La velocidad de la luz es la misma para to-dos, no importa dónde estés ni a qué ve-locidad te estés moviendo. El valor de di-cha velocidad es aproximadamente de299.800 km/s ≈ 100 millones de km/h.

Se pueden extraer diversas consecuencias:

- El reposo o el movimiento uniforme de un sis-tema son indetectables desde el propio sis-tema de referencia.

- En todo sistema de referencia en movimien-to el tiempo transcurre más lentamente queen uno en reposo.

- En todo sistema de referencia en movimien-to los cuerpos se contraen en la dirección delmovimiento.

- En todo cuerpo en movimiento la masa au-menta respecto a su masa en reposo.

- No se puede superar la velocidad de la luz.- Probablemente, la ecuación de la física más

conocida a nivel popular es la expresión ma-temática de la equivalencia masa-energía(E = mc2), deducida por Einstein como unaconsecuencia lógica de esta teoría.

Esta teoría revolucionó nuestra concepcióndel espacio y el tiempo. El tiempo hasta enton-ces había sido considerado como una constan-te, como dice la lógica, todo el mundo sentía elpaso del tiempo de igual manera, independien-temente de su lugar y de la velocidad a la quese movía. Ahora el tiempo dependía de cada in-dividuo, lo único que es invariable es la veloci-dad de la luz, es bastante curioso, ¿no?

De este punto de partida surgieron todo tipode consecuencias aparentemente peculiares.Resultó que nada que tuviera masa podía viajarmás ligero que la velocidad de la luz en el vacío.Resultó que con la velocidad, la longitud en ladirección del movimiento disminuía, la masa au-mentaba y el tiempo corría más despacio.

También resultó que la luz no tenía por quéconsiderarse necesariamente como la vibraciónde una sustancia misteriosa llamada éter, la luzpodía viajar atravesando el vacío en forma departículas diferenciadas, similares a los cuantos,que recibieron el nombre de fotones.

A principios del siglo XX, tanto la teoría de larelatividad como la mecánica cuántica parecíandestruir la física de Newton, pero es necesa-

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rio decir que en ningún momento se probó quelo predicho por Newton era falso, simplementees que la física newtoniana es válida sólo paravelocidades pequeñas comparadas con la dela luz y también para tamaños grandes com-parados con el tamaño atómico. Pero casi to-dos los movimientos que experimentamos dia-riamente siguen las leyes de Newton, es porello que es lo primero que se explica en las es-cuelas.

El efecto fotoeléctrico

El efecto fotoeléctrico consiste en la apariciónde una corriente eléctrica en ciertos materialescuando éstos se ven iluminados por ciertos tiposde luz. La electricidad no es más que un flujo deelectrones, es decir, un conjunto de electronesmoviéndose hacia un cierto lugar.

Estos electrones, en condiciones normales,están ligados a un núcleo atómico; para fluir seles debe suministrar una energía suficiente pa-ra escapar de la atracción a la que son someti-dos por parte del núcleo atómico. Darles liber-tad requiere un previo pago energético, es comola energía que se le debe dar a un cohete paraque logre escapar de la atracción terrestre.

En este efecto sucedía como si la radiaciónexpulsase a los electrones de los átomos, loselectrones aprovechaban la energía de la luz pa-ra escapar de la atracción nuclear. Parecía co-mo si luz y materia (electrones) se intercambia-ran energía y esta energía fuera suficiente paraque estos electrones escaparan.

En 1902 se descubrió que la energía de loselectrones emitidos no dependía de la intensi-dad de la luz. Una luz brillante de un tipo deter-minado puede provocar la emisión de un nú-mero mayor de electrones que una luz débil delmismo tipo, pero no de electrones con más ener-gía. Esto confundía a los físicos de la época.

Einstein aplicó al problema la teoría desarro-llada cinco años antes por Max Planck, que pos-tulaba que la energía se emitía en unidades dife-renciadas, a las que llamó cuantos. Es importanteseñalar que si la frecuencia de la luz es más alta2

hay más energía en el cuanto.La teoría del cuanto no resultaba muy con-

vincente en esa época, ya que Planck parecíaestar jugando con los números para que su ecua-ción diera resultado.

Sin embargo, Einstein demostró que se ne-cesitaba un cuanto con una cierta cantidad de

energía para expulsar un electrón de un metaldado. Por lo tanto, la luz con una frecuencia porencima de un valor dado expulsaría electrones,y la luz con una frecuencia por debajo de ese va-lor no lo haría. Una luz muy débil con una fre-cuencia lo bastante alta expulsaría unos pocoselectrones; una luz muy fuerte con una frecuen-cia insuficiente de electrones no expulsaría na-da. Cuanto más alta fuera la frecuencia de la luzy mayor el cuanto, más energía tendrían los elec-trones expulsados (véase la ecuación de Planck:E = hν, donde E es la energía del cuanto, h esla constante de Planck y ν es la energía de di-cho cuanto).

La teoría del cuanto revolucionó todos los as-pectos de la física y de la química. Su acepta-ción marca el límite entre la «física clásica» yla «física moderna». Es el nacimiento de la físi-ca cuántica.

Creencias religiosas

Se ha hablado mucho de las creencias religio-sas de Einstein, incluso como parte esencial pa-ra entender su dilatada carrera científica.

Einstein creía en un «Dios que se revela en laarmonía de todo lo que existe, no en un Dios quese interesa en el destino y las acciones del hom-bre». Deseaba conocer «cómo Dios había crea-do el mundo». Es decir, creía en un Dios crea-dor del Universo, de la Física y de cosas tanmaravillosas como la música y el arte (su es-tancia en Italia fue clave en este sentido).

No creía en un Dios personal, él veía al Eternocomo un ente lejano incapaz de preocuparse porlas cuestiones cotidianas. Aún así, ésta no es ra-zón para considerarlo ateo, como muchos hanhecho.

En algún momento resumió sus creencias re-ligiosas de la manera siguiente: «Mi religión con-siste en una humilde admiración del ilimitado es-píritu superior que se revela en los más pequeñosdetalles que podemos percibir con nuestra frágily débil mente».

En una ocasión, en una reunión se le preguntóa Einstein si creía o no en un Dios, a lo que res-pondió: «Creo en el Dios de Spinoza, que esidéntico al orden matemático del Universo».

Lo que Einstein vio con estupor fue que, en1920, de la idea de la relatividad del espacio ydel tiempo se había concluido, quién sabe porqué misteriosos paralogismos, que no había nin-gún valor absoluto: ¡no existían el bien ni el mal!,

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2 Por ejemplo, la luz azul es de frecuencia más alta que la luz roja.

¡no había nada absoluto! Se había confundidola relatividad del movimiento con el relativismofilosófico y ético, y eso no era lo que Einstein pre-tendía.

Una sentencia común llegó a ser ésta: Einsteinha demostrado que la verdad no existe; el bieny el mal son una invención de mentes engaña-das por la apariencia de los fenómenos.

Einstein, señala Paul Johnson, no era un ju-dío practicante, pero sí un hombre que recono-cía la existencia de un Dios y la existencia denormas absolutas del bien y el mal. Incluso enel ámbito físico le repugnaba el principio de in-determinación de la mecánica cuántica. «Usted—le escribió a Born— cree en un Dios que jue-ga a los dados, y yo creo en la ley y el ordentotales en un mundo que existe objetivamente yque, de un modo absurdamente especulativo,intento aprehender. Yo creo firmemente, pero abri-go la esperanza de que alguien descubrirá un mo-do más realista o más bien una base más con-creta que la que me ha tocado en suerte hallar.»

Por lo tanto, se cometió una atrocidad, atri-buirle a Einstein el negar el absoluto; la existen-cia del bien y el mal como conceptos innega-blemente absolutos era la base de su religión.

Conclusiones

Las tres teorías que hemos mencionado, y queson las componentes del año milagroso, no tie-nen nada que ver entre ellas, son campos dela física distintos, pero todas las teorías fuerongrandes revoluciones científicas e incluso filo-sóficas. Un joven desconocido en la comunidadcientífica generó dudas e impuso conceptos nue-vos a todos los grandes físicos del momento.

He querido explicar brevemente en qué con-sistieron dichas teorías y qué cambios hubo enla física debido a ellas. Posteriormente he in-tentado aclarar el hecho de que Einstein no eraateo, como muchos han querido hacer ver, si-no que más bien dudaba de algunas teorías fí-sicas por sus implicaciones filosóficas que ne-gaban el absoluto, que él atribuía siempre a unreflejo de Dios en el Universo.

Referencias

PAIS, Abraham, El Señor es sutil. La ciencia y lavida de Albert Einstein, Barcelona: Ariel, 1984.

EINSTEIN, Albert, El significado de la relatividad,Madrid: Espasa-Calpe, 2005.

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El término neuroteología es utilizado por prime-ra vez por Aldous Huxley (1894-1963). Pos-teriormente, científicos del área de las cienciasde la salud recuperarán dicha palabra para de-nominar la disciplina que estudia la relación en-tre la biología del cerebro y las experiencias re-ligiosas, es decir, las partes y funciones delcerebro que se activan en el uso de prácticas es-pirituales (meditación, oración, visiones religio-sas, etc.). El tema despierta un profundo interésen el medio científico que se refleja en los 1.200estudios realizados en la última década (90% deellos en Estados Unidos) sobre la relación entrela espiritualidad y la salud.

En la década de 1950 se inician en algunasuniversidades de Estados Unidos y Canadá losprimeros estudios en este campo, en su mayorparte con financiamiento privado. Pero los tra-bajos más divulgados han sido los efectuadospor Eugene G. D’Aquili, psiquiatra y antropólogode la religión, fallecido en 1998; Andrew New-berg,1 neurofisiólogo y especialista en medicinanuclear de la Universidad de Pensilvania (EstadosUnidos), y Michael A. Persinguer, psicólogo yneurofisiólogo de la Universidad Lauretian, enSudbury (Canadá).

Eugene d’Aquili y Andrew Newberg comien-zan su investigación en torno a 1970, preten-diendo demostrar que el cerebro está genéti-camente estructurado de forma que incita a lareligiosidad. Dichos investigadores intentan res-ponder a preguntas como: ¿de dónde procedela necesidad humana de crear mitos?

«Muchos pensadores secularizados creen quela religión es una invención psicológica que na-ce de la necesidad de aliviar los miedos exis-tenciales y encontrar, así, confort en esos ancla-jes en medio de un mundo confuso y peligroso.Newberg y D’Aquili defienden, por su parte, ava-lándose en los datos científicos mencionados,que el impulso religioso arraiga en la biología delcerebro humano. El sentimiento de unidad conel cosmos o de proximidad a Dios no es una me-ra ilusión o un puro fenómeno de psicología sub-jetiva, sino que resulta de una cadena de acon-tecimientos neurológicos que pueden serobservados, grabados y actualmente fotografia-dos. Obviamente, ambos investigadores no di-cen que ven a Dios en las imágenes de sus es-tudios.»2

El grupo de estudio estaba compuesto pormonjes tibetanos y religiosas franciscanas, queaccedieron voluntariamente a efectuar sus prác-ticas habituales de oración y meditación bajo ob-servación neurológica. Para ello fue utilizado unescáner que mide el flujo sanguíneo relaciona-do con la actividad cerebral, denominado SPECT(Tomografía Computerizada por Emisión deFotón Único), y contraste radiactivo, introducidode forma endovenosa en el momento de la prác-tica religiosa. Se obtuvo así un mapa cerebral3

que permitió comprobar un incremento de la ac-tividad en la parte frontal del cerebro y un des-censo en la parte posterior del lóbulo parietal(Área de Asociación de la Orientación).

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Neuroteología: ¿Ciencia o ciencia-ficción?Mercè Gascón. Coordinadora de Aula7activa

1 Los estudios de Eugene G. D’Aquili y Andrew Newberg aparecen principalmente en las obras: The MysticalMind: Probing the Biology of Religious Experience, Augsburg Fortress Publishers, 1999; y Why God won’tgo away: Brain Science and the Biology of Belief, Ballantine, 2002.

2 COSTA BOU, Joan, «Algunas reflexiones sobre la neuroteología», enhttp://www.sedase.net/ArticlesEstudi/sobre_neuroteologia.htm.

3 Localización de las sustancias: unas manchas rojas y amarillas muestran las zonas con alta concentra-ción de radiactividad; otras verdes y azules, las que poseen menos radiación. Las primeras indican aque-lla región del cerebro donde las neuronas trabajan con más intensidad.

Según los investigadores, al no recibir infor-mación sensorial, el Área de Asociación de laOrientación se vuelve incapaz de determinar loslímites del individuo. Y eso sería lo que provocaque el meditador perciba sensaciones relacio-nadas con el «infinito» o de «unidad con elUniverso».

Los estudios neuronales mostraron también unincremento de actividad en el lóbulo frontal iz-quierdo y una reducción del funcionamiento dela región cerebral derecha. Los neurocientíficoshan observado que las personas que empleanmás la zona izquierda tardan menos tiempo eneliminar las emociones negativas. Este desequi-

librio entre los hemisferiosconlleva también una reduc-ción del miedo y la cólera.

¿Se puede afirmar me-diante este estudio que loscircuitos neuronales involu-crados cuando tenemos unaexperiencia religiosa son úni-cos? ¿Qué Dios nos creó conun dispositivo cerebral espe-cífico para que pudiéramosrelacionarnos con Él?

El mismo Newberg en unaentrevista publicada en la re-vista Descubrir4 afirma:

«Hacen falta más estudiospara clarificar estas simili-tudes y diferencias. Lo quesí pensamos es que las es-tructuras que están en la ba-se de estas experiencias sonsimilares a las que usamos

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IMÁGENES CEREBRALES ANTES Y DURANTE LA MEDITACIÓN

Antes de la meditación Después de la meditación

Lóbulos frontales Lóbulos frontales

4 Año 8, n.° 86, Buenos Aires, Argentina, septiembre de 1998.

ÁREAS CEREBRALES INVOLUCRADAS EN EXPERIENCIAS RELIGIOSAS Y ESPIRITUALES

3

Lóbulooccipital

2

1

Vista lateralderecha

1 Incremento de la actividad cerebral en el lóbulofrontal izquierdo.

2 Unidad cósmica: cuando el lóbulo parietal reducesu actividad, la persona se siente una con el Uni-verso.

3 Respuesta a palabras religiosas: en la unión de lostres lóbulos, esta región gobierna la respuesta allenguaje.

4 Respuesta a imágenes sagradas: la parte baja dellóbulo temporal está involucrado en el proceso porel cual las imágenes, como velas y cruces, facilitanla oración y la meditación.

5 Respuesta a emociones religiosas: la parte mediadel lóbulo temporal está vinculado a los aspectosemocionales de la experiencia religiosa.

Cerebelo

Lóbuloparietal

Lóbulofrontal

Lóbulotemporal

4

5

en la vida cotidiana pero son activadas en for-mas diferentes, y esto resulta en experienciasparticularmente profundas.»

Las investigaciones de Newberg y D’Aquili hansido objeto de muchas críticas, ya que otros in-vestigadores afirman que el descubrimiento delcírculo cerebral de la espiritualidad no debe utili-zarse como un argumento a favor de la existen-cia de Dios, si no que la experiencia espiritual oreligiosa del ser humano es sólo un producto másde la actividad cerebral, y que incluso se pue-de llegar a activar ese circuito y crear el senti-miento religioso por medio de la utilización dedrogas alucinógenas, electroestimulación, etc.,o como consecuencia de algunas patologías ce-rebrales (epilepsia, esquizofrenia, etc.).

En esta línea de pensamiento, las investiga-ciones de Persinger pretenden demostrar que esposible provocar experiencias religiosas medianteuna técnica de estimulación magnética transcra-neal, ya que de forma accidental, mientras rea-lizaba un experimento para intentar aumentar lainteligencia creativa sometiendo a diversos indi-viduos a estimulación magnética craneal, los vo-luntarios refirieron haber tenido una experienciamística, notar una presencia invisible y sentirseconectados con todo el mundo.

Para poner a prueba su teoría, Persinger adap-tó un casco de motociclista, al que le incorporótres solenoides (poderosos imanes o bobinasque generan campos electromagnéticos cuan-do conducen electricidad) a la altura de amboslóbulos del cerebro.

Persinger mantiene que es probable que lasexperiencias religiosas puedan ser producidaspor ansiedad, crisis personales, falta de oxígeno,baja glucosa en sangre, simple fatiga..., situa-ciones que desencadenan una pequeña tormentaeléctrica en el lóbulo temporal izquierdo. Cuandola estimulación se produce únicamente en la re-gión izquierda y la derecha no es estimulada, elindividuo percibe la sensación de presencia deDios, alucinaciones visuales, auditivas y táctiles.

Pero debemos considerar que el fin de los ex-perimentos de Persinguer, según sus propias pa-labras, «no es determinar si Dios existe o no»sino hallar aplicaciones terapéuticas a sus des-cubrimientos.

El debate y la discusión continúa, no sólo en-tre investigadores del ámbito de las ciencias dela salud sino entre teólogos, filósofos, etc.; unosafirman que existe «una base neuronal para laexperiencia religiosa», otros lo niegan. Newbergincluso ha desarrollado un modelo que explicaqué sucede en el cerebro cuando perdonas a al-

guien, expresas sentimientos de amor y de gra-titud. Algunos creen que se ha producido una in-vasión de las neurociencias en ámbitos que ocu-paban la filosofía, la teología o la sociología, entreotras, intentando dar respuestas con una orien-tación biologista a preguntas tales como la exis-tencia de Dios, a las que nunca se podrá res-ponder con una «radiografía».

No es sorprendente que la experiencia reli-giosa se refleje en la actividad cerebral. Si todolo que experimentamos pasa por el cerebro, noha de extrañarnos que también halle reflejo laexperiencia religiosa. Lo que los científicos nohan demostrado todavía es si los cambios neu-rológicos que se producen en la vivencia espi-ritual significan que es el cerebro el que está pro-duciendo esas experiencias o si tan sólo estápercibiendo una realidad espiritual; si nuestroscircuitos cerebrales crearon a Dios o si Dios creónuestros circuitos cerebrales, para poder llegara conocerlo y relacionarnos con Él.

Las investigaciones continúan. Las dos ex-puestas en este artículo son sólo un pequeñoejemplo de cómo investigaciones sobre un mis-mo tema pueden llegar a conclusiones contra-puestas. Pero lo importante es que sepamos sercristianos reflexivos y críticos ante los descubri-mientos científicos, «conociéndolo y cuestio-nándolo todo y rescatando lo positivo» como nosaconseja Pablo.

Las cuestiones para la reflexión son innume-rables, pero para concluir este breve artículo seproponen algunas de ellas intentado incitar el in-terés y la profundización en el tema del lector:

– ¿Por qué consideran la experiencia religiosacomo un hecho único? ¿No varía la actividadcerebral según el concepto y relación que ten-gamos con Dios? ¿Por qué se generaliza sisimplemente se ha experimentado con mon-jes budistas y monjas franciscanas? ¿Es lomismo hablar de vivencia religiosa en el bu-dismo, catolicismo, protestantismo, etc.?

– ¿Puede la experiencia religiosa describirsesimplemente en términos biológicos?

– Si una misma experiencia puede interpre-tarse de forma diferente por varias perso-nas, ¿qué valor se le da a la interpretaciónpersonal de la experiencia religiosa en la in-vestigación?

– Si ciertas enfermedades, sustancias aluci-nógenas o alteraciones temporales produ-cen los mismos efectos que la experienciareligiosa, ¿puede llegar a considerarse se-gún estos estudios el sentimiento y expe-riencia religiosa una enfermedad?

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Referencias de interés

ALZOGARAY, Raúl A., «El “costado biológico” de la religión», en suplemento “Futuro” del diarioPágina/12, Buenos Aires, Argentina, 20 de febrero de 2002.

CAROZZI, María Julia, «En busca del módulo de Dios». Entrevista al doctor Andrew Newberg.Revista Descubrir, año 8, n.° 86, Buenos Aires, Argentina, septiembre de 1998.

«Comunión con Dios. ¿Un artefacto del cerebro humano?», en http://berclo.net/pages-div/communion-es.html.

COSTA BOU, Joan, «Algunas reflexiones sobre la neuroteología», enhttp://www.sedase.net/ArticlesEstudi/sobre_neuroteologia.htm.

«La religión y el cerebro. Brain news», artículo publicado en la revista Newsweek, el 14 de mayode 2001. Véase http://www.abielg.com/pnl/nt_01.html.

MARTÍNEZ, E., «Una nueva investigación descubre la base neurológica de la espiritualidad».Tendencias 21, en http://www.tendencias21.net.

«Neuroscience, Religious Experience and the Self», Congreso de Montréal, 2001. Véasehttp://www.srcpcanada.org.

«Neuroteología, neumoteología y rayos gamma», enhttp://www.geocities.com/aulogc/Publicaciones/ultimasnoticias/Neuroteologia_Neumoteologia_y_rayos_gamma.htm.

NEWBERG, ANDREW B., «A Neuropsychological Analysis of Religion: Discovering Why GodWon’t Go Away», ponencia presentada en el Germantown Jewish Centre in Mt. Airy, Filadelfia(Estados Unidos), 10 de febrero de 1998.

PALMER, L. D., «Éste es tu cerebro en oración», enhttp://www.yatraexpedition.org/escritos/cienciayesp.doc.

PERSINGER, Michael, Presentación del «Neuroscience Behavorial Program». Véasehttp://www.laurentian.ca/neurosci.

«¿Qué es neuroteología?», en http://www.geocities.com/eNoticias_EIC/E27.htm.RUBIA, Francisco J., La conexión divina. Barcelona: Crítica/Drakontos, 2003.The Center for Theology and the Natural Sciences, http://www.ctns.org.

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El estilo formal de la cita ini-cial posee diferentes nivelesde lectura, en su apuesta poruna consideración de la filo-sofía como paradójica.

Así, dada la imagen de lafilosofía académica en su acu-ñamiento de historia de la fi-losofía, legada por la tradicióncontinental, o dada la filoso-fía como actividad analítica,ocupada en corregir lengua-jes impropios de suyo, casodel lenguaje científico y de-más, es poco probable pen-sar la propia filosofía desdeotra imagen que no sea la detemplo del saber. Deleuze seaventura a pensar la filosofíaen otra clave. No es la con-templación del ser lo que im-porta, ni la teoría de la triadade universales con sabor a laescolástica del medievo, ni tansiquiera su cara pedagógica contemporánea pa-ra ilustrar debates de carácter ético-políticos enel ágora, llamado televisor. La filosofía no comu-nica sino que permite la creación de encuentrosfísicos a través de un modo de vida particular. Setrata de relaciones, no de comprender conteni-dos transcendentes. Lo interesante es el gra-do de intensidad con el que nos adentramosen el caos para coger una parcela del mismo,y hacerlo respirable, vivible, palpable.

Otro nivel de lectura, el ca-rácter paradójico de la filo-sofía permite volverse contrala representación de sí mis-ma. Incluso se puede pensaren los siguientes términos:con Deleuze se abre la ima-gen de la filosofía como di-ferencia de diferencias. Esdecir, ahora para ser deleu-zianos imitemos sus con-ceptos con profesionalidad,con precisión, con rigurosi-dad. De esta manera, toda-vía falsearíamos por ciertaconciencia escrupulosa pa-ra con el autor, la pretensióndel mismo de ser un explo-rador, no un archivo. Él pre-tende ayudar a abrir pers-pectivas. No se trata de cerrarel movimiento del pensa-miento para hacer pensablelo impensable, de manera

excepcional, y como excepción. No todo libro ca-talogado de filosófico posee ese momento deruptura, de paradoja, de sorpresa ante la estu-pidez, y de alejamiento de considerar la verbo-rrea proposicional como producto destinado alconsumo de masas. El filosofar no tiene quever con el enciclopedismo de la figura del in-telectual, sino con la creación de conceptoscomo fuente de respuesta a los problemasrelevantes del plano de inmanencia.

Filosofar versus opinar

José Manuel López Yuste. Licenciado en Filosofía

«Si la filosofía es paradójica por naturaleza, no es porque toma partido por lasopiniones menos verosímiles ni porque sostiene las opiniones contradictorias, sinoporque utiliza las frases de una lengua estándar para expresar algo que no pertenece alorden de la opinión, ni siquiera de la proposición [...].»El constructivismo descalifica cualquier discusión que retrase las construccionesnecesarias, del mismo modo que denuncia todos los universales, la contemplación, lareflexión, la comunicación en tanto que fuente de los así llamados falsos problemas queemanan de las ilusiones que rodean al plano.» (DELEUZE, Gilles y GUATTARI, Félix: ¿Qué es la filosofía? Barcelona: Anagrama, 1993,pp. 82-83).

• Deleuze y Guattari.

Una tercera posibilidad de leer la cita es la máspegada al texto, a la letra: la literal. La filosofíacrea su propio código cifrado al margen del len-guaje común, y cotidiano del ciudadano de a pie,pero justamente con ese mismo instrumento, consu significante. Es decir, no emplea fórmulas ma-temáticas artificiales pero, sin embargo, se ha-ce necesaria la construcción lingüística para noprivar al pensamiento de sus posibilidades. Condicho constructivismo se recorta un pedazo decaos, propio del plano prefilosófico sumergidoen el mundo del lenguaje estándar. Se trata dela metáfora deleuziana del desierto y los nóma-das. Es consabido el rechazo que el sentido co-mún de cualquier lector no filosófico manifiestaante la jerga filosófica. Hay un mismo significante,lenguaje natural, pero con un peculiar significa-do, semántica filosófica. Así, la filosofía comien-za su actividad creadora al margen del mundode la opinión, y sin ánimo de soportar a la ma-nera de un castigo policial las impertinencias dela lógica purista. Ahora bien, cuando digo literal,debe entenderse en un marco de sentido. Éstees el comentario de un párrafo de Deleuze co-mo excusa para problematizar la necesidad dela filosofía. Estamos mirando la cita desde aquí,desde este juego lingüístico, pero atendiendo asu sentido.

De lo dicho, surge la pregunta por la descali-ficación de la opinión. ¿Qué hay de nocivo enésta?

Un primer análisis nos lleva a recordar quela historia de la filosofía, ya desde el mito de laCaverna en Platón, siempre ha menospreciadoel mundo de lo opinable, sensible, visiblementetenebroso, como poco más o menos una liga-dura de la cual hay que desligarse para comen-zar a filosofar, es decir, a crear conceptos, ca-so del concepto de Idea, como modelo depensamiento para la contemplación de losUniversales, valores absolutos, en base a loscuales la opinión debe corregirse. Vuelta a la rea-lidad un tanto quijotesca en sus pretensiones deverdad.

A diferencia de Platón, Deleuze no pretendeen un momento posterior rescatar y transformarel mundo de la opinión. El personaje conceptualSócrates ha desvelado a la manera del Sanchode Cervantes que hay realidades duras de roer.Más bien, Deleuze propone la huida hacia ade-lante, la fuga del mundo de la opinión como vi-da filosófica. Al igual que Platón, observa la so-ciedad del espectáculo como un impedimentopara pensar, pero no emplea la categoría de iden-tidad sino de diferencia. Además, actualmenteen la sociedad capitalista como plano inmanen-

te, los medios de comunicación saturan toda po-sibilidad de expresión. Hay un control de los cli-chés mentales; hay una relajación de nuestraintensidad afectiva. Nuestra cotidiana expe-riencia está impregnada del todo vale en elmundo de los audiovisuales si se dispara lafranja de audiencias. Todo es moneda de cam-bio. Ante ello quedamos sumidos en el más pro-fundo de los hipnotismos, o en el más caótico delos mundos posibles. Frente a dicho dilema sur-ge la actitud vital de poner a funcionar el pen-samiento para disipar la potencia de la imagen.Se pretende una inmersión en los valores de laluz. En la obra deleuziana hay una cierta ten-dencia a la contraortodoxia, el sentido común sesustituye por tensiones; la conjuración del erroren fascinación por la estupidez; lo claro y distin-to en distinto oscuro, según Foucault. Es más,el pensamiento es gesto, salto, danza, separa-ción extrema, tensa oscuridad. Con ello nacela filosofía del tacto; de la intensidad; de lo de-sigual. Así, dejar de lado el ámbito de lo unifor-mado, de los medios de control, es decir, el ám-bito de la representación, en el que habitamoscon nuestra manera moderna de ser normales.

Cada día hay un abanico de opiniones opues-tas en cualquier programa de televisión y en lasdiferentes cadenas de radio. Muchas preguntasson irrelevantes. No se pretende más que fijarla atención en falsos problemas, o sea de pocamonta, ya que la regla de juego afirma que cual-quier punto de vista, aunque sean contradicto-rios, merece todo el respeto a ser expresado yoído. Con ello hay una clara desvinculación detoda posible acción no controlada. Además, sidesde el mundo de la opinión se extralimitan ensu conducta algunas personas, se pasa al mun-do del derecho y la legalidad. El Estado demo-crático en su función autoritaria dictamina losespacios en los que la opinión no puede entrar.El lenguaje jurídico sobrevuela y limita el mun-do de lo opinable, preservando los intereses delpropio sistema. Debido al desengaño políticoactual, no hay voluntad de utopía sino de viviren los espacios vacíos, en los entre del discur-so, en los lugares donde la estupidez ha deja-do paso al pensamiento fascinador. Ahora haycarencia de grandes finalidades, pero a nadiele importa lo más mínimo, como apuntaba yaNietzsche. Se vive en el mundo de la indiferen-cia posmoderna por exceso de información vi-sual, y por la crisis de la razón ilustrada, heri-da de muerte desde los genocidios que hanasolado Europa en el siglo XX; desde los terro-rismos globalizados de aquí y de allá; desde laineficacia de la ONU. La política no es más que

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un espectáculo sin ideologías, pero con la aten-ción puesta en el control de los mass media. Sehace política desde el poder y para perpetuar-se en el poder. Se ha ensimismado contem-plándose en el mismo lago en el que Narciso seahogó.

Frente a todo ello, Deleuze plantea el que-hacer filosófico como un juego en el que nos sen-timos intensamente vivos, encontrándonos conla tarea de recortar a través de conceptos la cons-trucción de soluciones a los problemas plantea-dos filosóficamente. Éstos no vienen suminis-trados vía opinión, con su carácter ilusorio, sinovía existencialmente filosófica. Tampoco la ló-gica con su ámbito de la proposición puede su-plantar ni confundirse con la filosofía, aunquetenga tales pretensiones, ya que funciona des-vinculando las proposiciones de los elementospsicológicos, sometiéndolas al paradigma cien-tífico de la verificación. Además, dedicarse alanálisis formal de las proposiciones, a la conca-tenación de las mismas, es poco interesante alcompararlo con la posibilidad de alcanzar el pen-samiento una fuerza inmanente creativa. Así, lafilosofía en la creación de sus conceptos semuestra como constructivismo. No es una ac-tividad única, puesto que también el arte y la tec-nociencia participan de dicha fuerza creadora,efectuando una interacción basada en guiños decomplicidad.

Desde aquí la filosofía deleuziana se exploracomo un modo de ponerse en órbita ante lo queemerge, de lo que se está formando como pen-samiento en base al pathos de la exterioridad.El medio productivo para la filosofía es un de-venir otro, comunidad de diferencias, ejem-plificada en la etiqueta «Deleuze-Guattari».Quizás nuestro encuentro con la filosofía sólopueda ocurrir en fuga hacia otro tiempo, haciaotro territorio, no llamado opinión, ni comunica-ción, ni falsos problemas, ni contemplación me-

tafísica, ni nada parecido. Quizás la construc-ción de la filosofía pase necesariamente por amara Dios con todas las posibilidades de nuestropensamiento. Quizás la filosofia sea ese proyectoilimitado de humanizar el caos en el que habita-mos con el prójimo. Quizás la filosofía tenga lamisión crítica que Horkheimer le atribuyó en suCrítica de la razón instrumental:

«Los mártires anónimos de los campos de con-centración son los símbolos de una humanidadque aspira a nacer. Es tarea de la filosofía tra-ducir lo que ellos han hecho a un lenguaje quese escuche, aun cuando sus voces perecede-ras hayan sido acalladas por la tiranía.»

Quizá la fuerza de la filosofía no resida ensu propio razonar sino en vivenciar con-ceptualmente un mañana que recompensela lógica incomprendida del Amor. Quizá de-ba ocuparse en desarrollar la semilla de la es-peranza: el mal, la muerte, será aniquilada, tie-ne fecha de caducidad. Quizá la ética del rostro—como apunta Lévinas— sea lo que debe mo-tivar la acción correcta. El encuentro con el Otroes posible; aunque su cara nos esté velada, nolo está su vida diferente, expresada en el amorincluso a los enemigos, aunque sea desde unacruz en un monte cercano a Jerusalén, haceya dos milenios. Quizás así el caos, la violen-cia, quede lista para sentencia. Quizá la filo-sofía no pase por la muerte de Dios tal y comoapuntó Nietzsche, sino por las antinomias kan-tianas de la razón, ejemplificadas en la resu-rrección de Jesús de Nazaret, como proponeAdorno en Dialéctica negativa. Quizá así el fi-lósofo disfrute al implicar a otros en esta pers-pectiva diferente, y al final le espere la prome-sa de la eudaimonia, la dicha, la felicidad perdiday encontrada de ser Persona de nuevo ante lamirada del Creador.

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Premios Arte y Cultura 2004En la convención anual de AEGUAE de 2004 se otorgaron los siguientes premiosArte y Cultura en las distintas categorías convocadas, todas ellas bajo el lemacomún de «La mano del hombre en la Tierra».

Lema«Pienso, luego... AEGUAE», Sarai De la Fuente i Gelabert.

Cortometraje«HomigaS», Esther Amigó Marset.

FotografíaIsaac Nogueras.

PinturaManuel Soutullo.

Pintura expressBegoña Ramos Jiménez.

Literatura expressNúria Berna Gómez, por elsiguiente poema

Dos sonrisascaminaban juntas,la tuya y la mía.

La calle se llamaba«Siempre Alegría»,

sonaban bandas sonoraspor las esquinas.

Una tormenta estallóde repente,

dos sonrisas buscaron refugioen cabañas frías,

se cerrarony se volvieron vacías.

Dos almas caminaban juntas,la tuya y la mía

pero ahora la penaoscurece mis días.

El humano hambriento escarba.Rodilla hincada, manos de garra,con dientes y uñas volcadoaraña su escaso jirón de tierra,ni siquiera suyo, prestado.

Vanidad le dejó sin nada.Fortuna le dejó por otro.A Verdad ya no la cree.Y de Fe perdió el contacto.

Más posesión no tiene que la que abarcan sus dedos.Sumido en la miseria de su ansiadesespera por cavar y hallar bocado,haciéndose la boca aguasin lograr con qué saciarla.

Así el humano hambriento escarba.¡Y al fin el tacto da tierra mojada!Hunde su mano.Aferra cuanta puede.La extrae repletay…ante su asombro…está teñida de negro espeso,óleo codiciado quizá en otro tiempo,que ahora sólo olerlo le repugnaporque nadie lo refinó en comestible.

Maldición vuelve a perseguirle.Fracaso se empeña en acosarlo.De Ambición se siente traicionado.Y Poder le trata con desprecio.

Sigue el humanohambriento…Escarba.La vida entera le va en ello.¡Y vuelve a encontrar tierra mojada!Hunde su mano.Aferra cuanta puede.La extrae repletay…ante su asombro…está teñida de rojo intenso,color de sangre aún calienteque alguien perdió en vano intentou obligaron a derramar por fuerza.

Angustia, acorralado, lo alcanza.Bondad se perdió en el olvido.A Justicia le impiden acercarse.Y Libertad marchó para siempre.

¿Qué hará el humano hambriento?Escarba.¿Puede esperar ya más nada?Escarba.¡Y descubre excitado una semilla!¡Se considera salvado!La mira.La come.La engulle.Mas…con prisa se atraganta.¡Mastica la tierra con rabia!¡Escupe en su propio agujero!

Agotado,de nuevo,hunde su mano.Cálido,de pronto,algo la aferra,vivo,desde dentro.

Otra mano surgida del suelolo tiene bien agarrado.– ¡Suéltame! ¡Estás clavada y mal herida! – mientras suave lo atrae al interior del

[pozo. – Si me sueltas estás perdido.Sólo volviendo a ser tierrarecuperarás del polvo el destinoque ya se te fue de las manos.

Amor consiguió saciarlo.Futuro olvidó su pasado.La Eternidad le ofreció cobijo.Y Paz, por fin, le dio descanso.

Gacel Sayah (pseudónimo)

Escarba

PREMIOS OTRAS COLABORACIONES

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AL-WINDAMI, ThuraEl diario de Thura. El testi-monio de una joven durantela guerra de IrakBarcelona: Ediciones B, 2004.

El diario real de una joven ira-quí de diecinueve años, tras elestallido de la guerra de Irak porlos Estados Unidos de GeorgeW. Bush. Una crónica de como

el derrocamiento de un dictador no ha llevado lapaz, la democracia y la prosperidad. En definitivade cómo la guerra no trae la paz. Un alegato con-tra la guerra, de cualquier signo.

(Francisco Giménez)

ANÓNIMAUna mujer de BerlínBarcelona: Anagrama, 2005.

La Alemania de los primerosdías de posguerra fue el es-cenario de un drama menosconocido, pero doblementesangrante. La población fe-menina de muchos lugares,en especial del Berlín ocupa-

do por las tropas soviéticas, sufrió acoso, viola-ciones y el doble desprecio de los ocupantes yde los compatriotas alemanes, dispuestos a so-brevivir a toda costa, aún de la violación de suspropias mujeres. Este libro de autora anónima,recoge los recuerdos de esa época, que vie-ron la luz fuera de Alemania antes que dentrodel país, gracias al crítico y periodista Kart W.Marek, a quien la autora entregó su obra. Comoindica la contracubierta del libro: «En este docu-mento único no se ilustra lo singular sino lo queles tocó vivir a millones de mujeres: primero lasupervivencia entre los escombros, sin agua, singas, sin electricidad, acuciadas por el hambre, elmiedo y el asco, y, posteriormente, tras la bata-lla de Berlín, por la venganza de los vencedores.[…] También queda patente su superioridad in-terior, al ser capaz de establecer diferencias in-cluso entre los soldados rusos que violaban y sa-queaban.»

(Francisco Giménez)

BARTH, KarlEsbozo de dogmáticaSantander: Sal Terrae, 2000.

El teólogo Karl Barth es el másimportante de la corriente de-nominada teología dialéctica.Se sitúa en referencia al con-texto filosófico de la Escuela deFrankfurt. Su labor docente fueinterrumpida en la Universidad

de Bonn en 1934, y la retomó en el verano de 1946—acabada la Segunda Guerra Mundial— en la mis-ma universidad.La obra mencionada supone abordar el credo apos-tólico para abrir la esperanza de un nuevo enfoque.Barth destaca la incapacidad, y la limitación huma-na, para comprender a Dios a la manera de la doc-trina católica de raigambre metafísica. Para él losignificativo es la humillación de Dios al hacerse hu-mano en Cristo. Aquí encuentra un ancla en la quesujetarse para reconstruir su fe, impresionada porla tristeza reflejada en la cara de sus alumnos. Estaobra está basada en las clases que impartió en elque él consideró el semestre más hermoso de sucarrera docente. Además es significativa la parado-ja que presenta el título. Dogma es algo no cues-tionado y cerrado. Esbozo es algo que se nos em-pieza a presentar como inacabado, inconcluso. Estonos deja dependientes del conocimiento que hemosde adquirir en base a unos principios de fe. Algunosteólogos han considerado esta obra como la SummaTheologica del siglo que hemos dejado atrás.

(José Manuel López)

EHRMAN, Bart D.Jesús, el profeta judío apo-calípticoBarcelona: Paidós, 2001.

Este libro nos adentra en elanálisis crítico del Jesús históri-co, haciendo un recorrido com-parativo tanto por los evange-lios como por fuentes ajenas alos mismos. Destaca el men-

saje prioritario de la venida del reino cargado deradicalismo apocalíptico, concienciando a sus con-temporáneos del juicio venidero, y el estableci-miento de la justicia y la paz, abriendo dicha gra-cia a favor del marginado según el estatus quo

Reseñas bibliográficas

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religioso de la época. Desarrolla a lo largo de lahistoria todos los movimientos que han heredadodicho mensaje, y cuál es el estado actual de lacuestión.

(José Manuel López)

ENZENSBERGER, HansMagnusLa gran migraciónBarcelona: Anagrama, 2002.

Desde un compromiso inteli-gente con los valores humanostrata el gran tema de actualidadde la vieja Europa con un esti-lo ensayístico ameno, enrique-cido por la aportación de datos

históricos, que vienen para ayudar en la compren-sión de esta constante necesidad humana. Elevael ejemplo cotidiano a la categoría de reflexión crea-tiva dilucidando la manipulación peligrosa que sehace desde los grupos de poder del sistema esta-blecido por los países de acogida. Critica el cinis-mo de la publicidad occidental como invitación alparaíso terrenal en los países pobres, y cuánto hayde paradoja esclavista en los países ricos al de-clarar, por imperativo económico, superfluo a cual-quier ser humano.

(José Manuel López)

ETTINGER, ElzbietaHannah Arendt y MartínHeideggerBarcelona: Tusquets, 1996.

La autora es profesora de hu-manidades en el Massachu-setts Institute of Technology,Cambridge (Estados Unidos).Ella ha podido acceder a la co-respondencia privada del filó-

sofo Heidegger, que no será publicada hasta bienentrado el siglo XXI. Este hecho es relevante pues-to que permite aclarar la relación entre Arendt yHeidegger. Ella de origen judío, y él pertenecienteal partido nazi. Ambos distanciados por sus dife-rencias ideológicas, pero fieles en su concepto dela amistad. Cabe apuntar que desde 1924 a 1928fueron amantes. Para Hannah su amor por Martínera la razón de vivir en esa época. Tras un perío-do de dos décadas de separación, acabada laguerra, Hannah vuelve de Estados Unidos aAlemania, provocando todo un fenómeno sociale intelectual por su obra Los orígenes del totali-tarismo. Heidegger, en ese momento histórico

(1950), necesita que ella le ayude a recuperar suprestigio y su reputación. Para dicho fin, necesi-ta el beneplácito de Jaspers, amigo y maestro deambos. Éste pedirá a Arendt que renuncie a suamistad con Martin porque no se ha retractado demanera pública del fascismo. Ella no aceptará di-cha exigencia, y mantendrá hasta el final de su vi-da la amistad con dos gigantes de la filosofía delsiglo XX, que se odiaban y seguro admiraban re-cíprocamente.

(José Manuel López)

FERNÁNDEZ, F. y TURÓN, V.Trastornos de la alimenta-ción: guía básica de trata-miento en anorexia y bulimiaBarcelona: Masson, 2001.

Se recomienda este libro porestar ubicados ante un pro-blema que últimamente afectaal 5% de mujeres de clase me-dia-alta tanto adolescentes co-

mo adultas, según el equipo de Psiquiatría de laUnidad de Trastornos de la Alimentación, CiudadSanitaria y Universitaria de Bellvitge, L’Hospitaletde Llobregat (Barcelona). Pensamos que una in-formación seria y preventiva puede ser útil paraprepararnos ante el reto mediático de obtener unasana autoestima más allá de un bajo peso o unadelgadez «ideal». Es importante detenerse en lasnumerosas tablas aclaratorias a modo de síntesispara captar la dimensión de la problemática.Tristemente, fantasear con un logro imposible lle-va a un deterioro de la mente, volviendo al pen-samiento enfermizo hasta el punto de poder serhospitalizado como en los casos prácticos en losque se basa esta guía.

(José Manuel López)

FEST, JoachimEl hundimientoBarcelona: Galaxia Gutenberg,2005.

Detallado relato de los últimos14 días de vida de Hitler y sugobierno en el búnker de la can-cillería de Berlín. Un relato quemuestra al lector la paranoia deldictador, su distanciamiento de

la realidad que vivía el propio pueblo alemán, el te-mor reverencial de sus más estrechos colaborado-res y el rencor que Hitler sintió hacia los alemanespor la derrota.

21Aula 7

Joachim Fest, historiador alemán, posee un buennúmero de obras publicadas de variados temas yestilos. Destaca, sin duda, la biografía titulada Hitler,publicada en 1973 y que se ha convertido en unbest-seller.

(Eva Basterra)

HABERMAS, JürgenIsrael o Atenas. Ensayos sobre religión, teología y racionalidadMadrid: Trotta, 2001.

Este libro presenta el pensa-miento alemán en el contextodel siglo XX, y cómo contribu-yó la visión crítica judía a loque se ha dado en llamar el

espíritu filosófico alemán. Además explica el apar-theid al que fue sometido el pensamiento ilus-trado judío alemán por los nazis cultos como CarlSchmitt, filósofo del Estado. Para el autor no sepuede entender Occidente sin vincular la culturagrecorromana a la fe revelada al pueblo judío, yal cristianismo como continuador de ambas tra-diciones contrarias. El concepto de religión eneste conjunto de ensayos es complejo y diná-mico por la constante inquietud intelectual de suautor. Habermas piensa que la religión tiene al-go de utopía que contagia los sistemas socialesde un afán crítico de revisión y mejora. Tambiénanaliza cómo en el contexto de la globalizaciónla religión toma partido. Como apunta el editordel libro, Eduardo Mendieta —profesor de Éticay Filosofía en la Universidad de San Francisco,California—, para Habermas la religión y la filo-sofía se necesitan mutuamente, ya que la primeraaporta contenidos a la segunda, y esta última lospuede hacer entendibles actualizándolos, me-diante un lenguaje filosófico adaptándolo a lassociedades democráticas y laicas. Un ejemplo deello es el axioma fundamental de los DerechosHumanos: la dignidad humana.

(José Manuel López)

MARÍAS, JuliánLa perspectiva cristianaMadrid: Alianza Editorial, 1999.

La tesis que defiende este fi-lósofo cristiano es recuperarel sentido fuerte del cristia-nismo como una visión de larealidad auténticamente ori-ginal, aunque se enmarque

dentro de conceptos de pensamiento filosóficohelénicos, y se establezca en una situación his-tórica con visos de universalidad, perseguiday amparada bajo el Imperio Romano. Clarividen-te en su honestidad intelectual al enjuiciar elanálisis del devenir infiel de la iglesia, al supe-ditar el amor al prójimo a otros intereses se-cundarios como la ganancia de poder e in-fluencia desde la coacción y la violencia.

(José Manuel López)

REES, LawrenceAuschwitz. Los nazis y la“solución final”Barcelona: Crítica, 2005.

Esta obra abarca dos grandesáreas de estudio: por un lado,es un completo relato sobrelos hechos que acontecíandiariamente en el campo deAuschwitz. Por otro, nos pre-

senta a miembros supervivientes de las SS queni se arrepienten ni piden perdón por lo que hi-cieron en ese campo de exterminio. Laurence Rees es codirector de documentales his-tóricos de la BBC y autor del afamado documen-tal de mismo título que este libro, estrenado en2005.

(Eva Basterra)

STEINERT, MalisHitler y el universo hitlerianoBarcelona: Vergara, 2004.

Obra absolutamente recomen-dable que indaga en la vida deAdolf Hitler (orígenes, relacio-nes familiares, formación per-sonal y vivencias anteriores ala llegada al poder) así como

en el desarrollo de la política interior y exterior delTercer Reich, la época y la sociedad en que Hitlerdesarrolló su poder.Su autora, Marlis Steinert, es profesora eméritadel Instituto Universitario de Altos Estudios Inter-nacionales de Ginebra y un referente imprescin-dible en los estudios sobre el fascismo y laAlemania nazi.

(Eva Basterra)

22 Aula 7

WEIL, SimonePensamientos desordenadosMadrid: Trotta, 1995.

La escritora parisina nació en1909 en una familia judía. Fueeducada en un ambiente inte-lectual agnóstico y abierto. Sucompromiso con la resistenciafrancesa hizo que se solidari-zada desde Londres con ellos

hasta límites insospechados. Se negaba a comermás que lo que los franceses de la zona ocupadacomían. Murió de tuberculosis en 1943.

Esta obra fue escrita durante los tres años anterio-res a su muerte. Así pues nos presenta las ideas quela orientaban ante dicha situación. Es un reflejo fiela lo que fue su manera de pensar y actuar. Algunostemas tienen que ver con la paciencia y esperanzaen que el mal no tenga tanta presencia; la relacióncon la divinidad en nuestro quehacer cotidiano; lafuerza espiritual que aporta la poesía religiosa; lasdiferentes clases de trabajo que ennoblecen, o alcontrario, deshumanizan al ser humano; su profe-sión de fe en Cristo; la relación entre el amor a Diosy la desdicha; la relación entre Israel y los gentiles.

(José Manuel López)

ORIGINS

Revista editada en inglés originalmente por el Geoscience Research Institute (GRI), consu sede en California. Auténtica referencia para los estudiosos e interesados en elcreacionismo, trata todos los puntos de vista respecto al origen de la Tierra y de la vidaque en ella habita. Próximamente en www.aula7activa.org encontrarás el cuartonúmero.

CONCIENCIA Y LIBERTAD

Revista editada en 9 idiomas por laAsociación Internacional para la Defensade la Libertad Religiosa, con su sede enBerna (Suiza). Se divide en tres partes:

Estudios, Dossier y Documentos, contemas sobre la libertad religiosa que

seguro te gustarán. Paulatinamente iremosañadiendo nuevas revistas con la fecha en

que fueron editadas.

AULA7

Para que el lector de Aula 7 tenga una recopilación de todas las revistas editadashasta hoy, iremos incorporándolas paulatinamente con la fecha en que fueronpublicadas.

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23Aula 7

Introducción

Después de la caída de Jerusalén en el año 70d.C. el judaísmo sobrevivió gracias a los fariseos;fueron sus tradiciones las que estructuraron laley judía hasta nuestros días. Por eso se tien-de a veces a proyectar esta situación al períodoanterior al año 70 d.C. En el Nuevo Testamentolos evangelios corren el peligro de reforzar es-ta tendencia; es verdad que hablan de los sa-duceos, de los herodianos, de los samaritanosy señalan que uno de los discípulos, Simón, te-nia el sobrenombre de zelote, pero los únicosadversarios serios de Jesús, en el plano doctri-nal, siguen siendo los fariseos. Esta simplifica-ción no recoge toda esa ebullición de ideas quediversificaba entonces al judaísmo. Josefo, por suparte, nos habla de tres «sectas», para presen-tarnos de hecho a cuatro: fariseos, saduceos,esenios y zelotes.

De hecho, resulta muy difícil definir a estos gru-pos. En efecto, por una parte el judaísmo se aco-modaba bastante bien a las divergencias más omenos importantes entre sus miembros, con talque mantuvieran unas cuantas verdades esen-ciales y ciertas prácticas. Así, por ejemplo, enJerusalén los discípulos de Jesús parece ser quefueron bien considerados bastante tiempo, co-mo si siguieran formando parte del pueblo judío:conservaban la fe en el Dios único, se apoyabanen las escrituras, seguían rezando en el tem-plo (Hechos 3:1); formaban entonces, dentro deljudaísmo, una especie de nueva tendencia quese designa en cierta ocasión como la secta de

los nazarenos (Hechos 24:5). Por otra parte, ladoctrina de estos grupos nos es poco conocida:la de los fariseos se nos ha transmitido en tex-tos que fueron escritos mucho más tarde; el pen-samiento de los saduceos sólo nos ha llegado através de las críticas de sus adversarios; los mo-vimientos bautistas se desarrollaron entre las ca-pas populares que no suelen dejar literatura; só-lo los esenios, a partir del descubrimiento dealgunos de sus manuscritos a partir de 1947, nosofrecen algunos documentos.

Período histórico de aparición de los partidos políticos judíos

El origen de los fariseos, saduceos, esenios yzelotes se relaciona con la época macabea.

Del 333 al 198 a.C., los judíos están bajo eldominio de los lágidas de Egipto. En el 198 a.C.el monarca seléucida Antíoco III se apodera dePalestina. En este contexto el helenismo penetraen Israel, dividiendo a la sociedad en proheléni-cos y tradicionalistas. El mundo griego se les pre-sentaba a algunos judíos como la posibilidad deabrirse a un mundo nuevo, a una cultura másavanzada, la helénica. Pero el pueblo, temien-do que desapareciese la fe con sus costumbres,se aferró a la tradición y no siguió las nuevas co-rrientes.

El autoritarismo de Antíoco IV Epífanes, quequiso imponer la religión griega, prohibiendo lacircuncisión y las prácticas judías, provocó la su-blevación de Matatías en el año 167 a.C. El año166 a.C., uno de sus hijos, Judas Macabeo, re-

Los partidos políticosjudíos en la época delSegundo Templo (hasta el año 70 d.C.)Ramon-Carles Gelabert i Santané. Redacción Aula7activa

conquistó el templo y lo purificó en el 164 a.C.(fiesta de la dedicación). Pero la guerra continuólargo tiempo en el terreno de las armas y de ladiplomacia.

En el año 152 a.C. el puesto de sumo sacer-dote del templo de Jerusalén llevaba vacantesiete años. Desde la época de David y Salomón,el sumo sacerdote era escogido de la descen-dencia de Sadoc (2 Samuel 8:17; 1 Reyes 2:35).La legitimidad estaba ligada a la pertenencia ala dinastía de Sadoc. Pues bien, en el 175 a.C.el sumo sacerdote Onías III había sido elimina-do por Antíoco IV y había muerto asesinado enel destierro. Su hermano Jasón obtuvo el pues-to mediante una elevada suma de dinero, peropronto fue sustituido por Menelao, un oscuro sa-cerdote; luego fue elegido Alquimo. Cuando mu-rió en el 159, nadie lo sustituyó. Fue entoncescuando Jonatán logró también en el 152 a.C quelo nombrara sumo sacerdote Alejandro Balas, unpretendiente al trono de Antioquia. Jonatán erade clase sacerdotal, pero no descendiente de larama de Sadoc; por eso los apegados a la tra-dición consideraron ilegítimo su sacerdocio. Ellomotivó que algunos judíos piadosos empezarana separarse de los macabeos.

Así pues, las cuatro grandes sectas (fariseos,saduceos, esenios y zelotes) nacieron en mediode estas circunstancias tan turbulentas. Al prin-cipio, todos los judíos piadosos estaban unidosen torno a la familia de los macabeos por un mo-tivo religioso: habían rechazado valientementela apostasía que les quería imponer Antíoco IVy que algunos habían aceptado, abandonandolas costumbres judías y recurriendo incluso ala cirugía para hacer desaparecer la circuncisión,signo de la pertenencia a Israel (1 Macabeos1:13-15). Para los creyentes, ese abandono dela alianza y de su signo visible no podía me-nos de acarrear la maldición de Dios, esto es,toda una escalada de castigos que llevaríanhasta la pérdida de la tierra de Israel, tal comohabían anunciado los profetas y como había de-mostrado ya antes el destierro. Como indica bien2 Macabeos 6:12-17, al enviar el castigo inme-diatamente después de las primeras apostasías,Dios evitó que todo el pueblo apostatase y quefuera profanada la alianza una vez más.

Pero, lo que está claro a nivel de los principiospara quienes, con Matatías, «sienten celo porla ley y quieren mantener la alianza» (1 Macabeos2:27), no resulta tan claro en lo concreto: ¿exigela fidelidad a la ley un inmovilismo absoluto? Y sise admite cierta evolución, ¿hasta dónde se lle-gará? Aquí es donde empiezan a separarse losdiferentes partidos políticos judíos.

Saduceos

Su nombre parece estar relacionado con Sadoc,los saduceos se consideran a sí mismos comolos ostentadores legítimos del sacerdocio legíti-mo en la línea de Ezequiel 40:46. Se les puedeconsiderar como los descendientes del sacer-docio y de la aristocracia de la época macabea,contemporizadores con el helenismo y fieles ala dinastía asmonea. Aparecen como un grupoorganizado bajo Juan Hircano (135-104 a.C.).Intervienen continuamente en la vida política deIsrael, sobre todo por medio del sumo sacerdo-te y del Sanedrín.

En su origen, por tanto, eran los caudillos dela resistencia contra los considerados impíos porel judaísmo tradicional, pero para asegurar la vic-toria de su causa tuvieron que buscar apoyos enel exterior, especialmente entre los romanos, ne-gociando con sus adversarios más directos.Estos contactos los abrieron a la civilización grie-ga que era la de sus amos.

La historia de los asmoneos y del grupo sa-duceo que los sostiene muestra cómo van cre-ciendo cada vez más en el lujo y en las aficioneshelenísticas; esto se ve sobre todo en el comer-cio entre Grecia y Palestina, comercio importanteya que de lo contrario no habría recibido Hirca-no II, como signo de reconocimiento, la coronade oro de Atenas, además de levantar su esta-tua dentro de la ciudad. Tampoco Jonatán dese-chó la corona de oro que le ofreció AlejandroBalas al nombrarle sumo sacerdote (1 Macabeos10:65-20).

En el piano religioso son ellos los que tienenpoder en el templo y por tanto en el culto, y enel Sanedrín hasta el año 76 a.C., fecha de lamuerte de Alejandro Janeo. Al final de su vidacomprendió que era peligroso gobernar apo-yándose en un solo partido y le pidió a Alejandraque dejara sitio al partido de los fariseos. Ale-jandra hizo entrar en el Sanedrín a algunos es-cribas que pronto acapararon todo el poder reli-gioso. Los saduceos verán mermada así sucapacidad de influencia sobre el poder, dado quesu jefe, el sumo sacerdote, depende totalmen-te del poder civil (los asmoneos, luego Herodesy el procurador romano) y por eso no cuentancon simpatías entre el pueblo.

La fe saducea, por lo que sabemos, se expli-ca muy bien en este contexto: están muy ape-gados al Pentateuco, sospechan de los profetasy prescinden de los escritos, considerándolos lacausa de todas las tradiciones nuevas, influidaspor las civilizaciones circundantes y promovidaspor los fariseos. Insisten en mostrar su fidelidad

24 Aula 7

al Dios de los padres y de la alianza, fidelidadque les viene muy bien para justificar su estilode vida. Niegan la resurrección, apoyándose enel concepto tradicional de una retribución inme-diata y material: ellos poseen la riqueza y el po-der, porque Dios les bendice y son ellos los jus-tos.

Flavio Josefo, que se reclama fariseo, dice que«es para ellos una virtud disputar contra los maes-tros de la sabiduría que siguen» (Antigüedades,18, 16): cuanto más concreta y limitada es la ley,mayor es el terreno en donde no se aplica, endonde se goza de plena libertad. Encontramosuna aplicación concreta de este principio en lasreglas de pureza: los saduceos creen que sóloson válidas dentro del recinto del templo. Éstotiene dos consecuencias: se está libre de ellasfuera del servicio del templo y son libres paratratar con los paganos (véase, al contrario, laactitud de los fariseos: Marcos 7:3-4); la pure-za, y por tanto la santidad, está reservada a losque están frecuentemente en el templo, o sea,a los jefes de los sacerdotes; el pueblo no es-tá prácticamente afectado por estas reglas yse le puede pedir toda clase de cosas y de ser-vicios, especialmente prestaciones persona-les.

En el siglo I d.C. los saduceos representan untriste papel: desde Pompeyo, Roma les ha qui-tado el poder político y una parte del poder reli-gioso (el sumo sacerdote ya no es escogido porDios, hereditariamente, sino por el emperador ysu legado); los fariseos les han despojado delo que les quedaba de autoridad; incluso en supropio terreno, en el culto, tienen que seguir laspropuestas de los fariseos debido a la presióndel pueblo.

Sin embargo, orgullosos de su condición denobles, parecen haber llegado hasta el final ensu preocupación por el bien del pueblo tantocomo para su propio provecho. Flavio Josefonos los muestra interviniendo muchas veces enfavor del pueblo ante los procuradores roma-nos o contra éstos ante el emperador. Es ver-dad que tienen conciencia de que su prosperi-dad va ligada a la suerte del pueblo; son losprimeros en querer apagar todo motín popularque pudiera acarrear represalias. Fueron tam-bién los principales responsables de la muer-te de Jesús (cf. Juan 11:49-50). Fue sin em-bargo uno de ellos el que ocasionó la catástrofedel año 70 d.C., al interrumpir en el año 66 d.C.el sacrificio por el emperador. La única razónde ser que les quedaba, el templo, desapare-ció destruido en el año 70 d.C., y con él tam-bién ellos desaparecieron.

Fariseos

Los fariseos (su nombre quiere decir los «sepa-rados», es decir, los santos, la verdadera co-munidad de Israel), no pueden ser contados, so-ciológicamente, entre la clase superior. En sumayoría eran gentes del pueblo sin formaciónde escribas. Pero sus relaciones con los escri-bas eran tan estrechas, que no se les puede se-parar con seguridad de ellos, tanto más cuantoque el ascenso de los escribas marcó su pro-pio ascenso.

Los fariseos entran concretamente en la his-toria bajo Alejandro Janeo (103-76 a.C.); se atre-ven a oponerse a aquel rey-sumo sacerdote queles reprochaba su influencia sobre el pueblo; asícomenzó una guerra civil de seis años en la quemiles de judíos fueron crucificados por su propiorey. Pero los fariseos salieron victoriosos y lo-graron un grado elevado de influencia bajo el rei-nado de Alejandra.

Pero sus orígenes deben buscarse aún máslejos; se les relaciona con el grupo de los hassi-dim y con el sacerdote Esdras. Los hassidim, losjudíos piadosos, que, durante la restauración na-cional llevada a cabo por Esdras, creían queno bastaba con reconstruir el templo, las mura-llas y la ciudad de Jerusalén, sino que había queconstruir además una vida espiritual basada enel estudio de la ley para conocer la voluntad deDios y en la oración.

Con el estallido de la crisis macabea los has-sidim adoptaron diferentes posturas; al principiose pusieron al lado de Matatías, pero ya en tiem-pos de Judas Macabeo algunos dejaron el mo-vimiento, pues a sus ojos la lucha de Judas te-nía un carácter más político que religioso.

Durante la crisis macabea se dibujan enton-ces las diferencias entre las tres grandes co-rrientes judías. Los saduceos siguen una acti-vidad política de compromiso con el vencedor,para recuperar todo cuanto puedan; los zelotesrechazan todo compromiso y luchan activamen-te por expulsar al ocupante; los fariseos, cer-canos ideológicamente a estos últimos, rehúsanel compromiso político activo y creen que el pue-blo y el país alcanzarán su salvación con su pie-dad y el estudio de la ley. Así, por ejemplo, acep-tan al sumo sacerdote Alquimo, a pesar de suformación helenista, porque con él pueden rea-nudarse los sacrificios rituales en el templo y deesta forma se honra de nuevo a Dios.

Esta actitud de respeto ante el sumo sacerdo-te, sea el que sea, ligada a una desconfianza fren-te al poder político, continuará siendo caracte-rística de los fariseos. Cuando llegó Pompeyo a

25Aula 7

Oriente y le pidieron el 63 a.C. que arbitrase en-tre Hircano II y Aristóbulo II, el pueblo «pidió queno le dieran un rey, pues su tradición era obede-cer a los sacerdotes del Dios a quien honraban;que esos hombres (Hircano y Aristóbulo), des-cendientes de los sacerdotes, habían querido in-ducir al pueblo a cambiar de gobierno para re-ducirlo a la esclavitud» (Antigüedades judías, 14,4). Esta delegación del pueblo era de hecho la delos fariseos. Más tarde, Herodes el Grande noconsiguió que le prestasen juramento de alianza.

Los fariseos, hombres piadosos, conocían bienla ley, se esforzaban ante todo en vivirla ellosmismos y consideraban como obligación el en-señarla, tal como lo hacían sobre todo en la si-nagoga.

Su recelo del poder y su preocupación por laeducación de las masas les dieron a los fariseosuna influencia enorme entre el pueblo, hasta elpunto de que los dirigentes judíos tenían que se-guir siempre sus consejos; el sumo sacerdotetenía que someterse a su decisión, incluso en unacto tan estrictamente religioso como el acce-so al Santo de los Santos el día del Kippur.Herodes el Grande parece ser que tuvo más con-sideración con ellos que con los saduceos: cuan-do subió al trono, liquidó a muchos de sus ad-versarios, pero se contentó con imponer unamulta a los fariseos que le negaban el juramen-to. En el siglo I de nuestra era, si los procura-dores romanos parecen ser más bien prosadu-ceos, los fariseos encuentran apoyo en los reyesAgripa I y II. Dada su influencia en el Sanedrín,fueron verdaderamente los defensores del pue-blo y se presentan como el primer partido tantopolítico como religioso.

Salidos del pueblo, los fariseos quieren estarseparados de él (ese es realmente el sentido desu nombre); les parece demasiado ignorante dela ley y sobre todo impuro, ya que no respeta su-ficientemente las leyes de santidad, expresiónmisma de la voluntad de Dios. De esta ley deMoisés sólo una parte se puso por escrito; el res-to fue transmitido oralmente por Moisés a los pro-fetas y luego a los sabios o escribas (rabinos)gracias a una enseñanza esotérica que, en el si-glo I, se fue haciendo cada vez más importante.Esta ley oral tiene tanto o más valor que la es-crita. Y en la medida en que se respeta a estaley, oral y escrita, se adquieren los méritos ne-cesarios para la salvación y para la venida delMesías que establecerá finalmente el reino deDios, echando al mismo tiempo a los romanos ya todos los demás ocupantes.

El fariseísmo era el único movimiento sufi-cientemente religioso para resistir a la catás-

trofe del año 70; en Yamnia, en la costa delMediterráneo, será él el que haga renacer el ju-daísmo.

Siete clases de fariseos

Cuatro textos del Talmud nos ofrecen algunaslistas de los diferentes tipos de fariseos:

- Los «anchos de espalda»: escriben sus ac-ciones sobre la espalda para que los hom-bres les respeten.

- Los «rezagados»: con el pretexto de un pre-cepto urgente que cumplir retrasan pagar alos obreros.

- Los «calculadores»: se dicen que, como tie-nen ya muchos méritos acumulados, puedenpermitirse el lujo de cometer alguna falta.

- Los «ahorradores»: se preguntan qué pue-den hacer para aumentar sus méritos.

- Los «escrupulosos»: se preguntan por lospecados ocultos cometidos para compen-sarlos con alguna buena acción.

- Los «fariseos del temor», que actúan comoJob.

- Los «fariseos del amor», que actúan comoAbrahán; son los auténticos.

Zelotes

Sólo después de la insurrección judía del año 66d.C., llama Josefo «zelotes» a los que antes ha-bía llamado «bandidos». Reconoce sin embargoque existían ya como secta. (a la que no nombra)o grupo organizado desde el año 6 d.C., cuandoJudas el Galileo lanzó un movimiento revolucio-nario contra el censo organizado por Quirinio delos bienes de los judíos, con fines fiscales.

Pero de hecho, como tendencia, este movi-miento extremista hunde sus raíces en la histo-ria antigua del pueblo. Su nombre «zelote» pro-cede de una palabra griega que significa sentirse«celoso de». Ya en la época del Éxodo, se noshabla del sacerdote Finés celoso de Dios(Números 25:6-13); este movimiento se desarrollóen la época macabea y a partir de entonces to-dos los textos nos describen a unos zelotes delmismo tipo: rigorista violentos que, como Finés,Elías, Jehú y Matatías, ejecutan sin piedad a quie-nes consideran infieles a la ley de Moisés. Paralos zelotes de la guerra judía, el enemigo no sonya los judíos apóstatas, sino los romanos y suscolaboradores. Asistimos sin duda a un cambioprovocado por una nueva situación.

Tanto en el plano de las acciones concretascomo en el de las motivaciones más hondas, se

26 Aula 7

trata del mismo movimiento a través de estos si-glos: fanáticos por la santidad del templo y el res-peto a la ley, seguros de que Dios está con ellos;en efecto, el Señor ha dado una tierra a Israel,pero en cambio no tolera en esa tierra santa nin-guna falta, ninguna transgresión, ni por parte delos judíos ni por parte de los infieles.

Los judíos pueden faltar a su fidelidad religio-sa; en ese caso, los zelotes intervienen, con labendición de los sacerdotes, para un linchamientoinmediato (podría ser un ejemplo de ello la muer-te de Esteban: Hechos 6:12ss). También puedenfaltar a su fidelidad política, buscando pactos conel ocupante, los romanos, en vez de fiarse sólode Dios. También entonces reaccionan los zelo-tes.

Los no judíos, sobre todo los ocupantes, tie-nen que ser eliminados, en especial si se mues-tran agresivos (con el censo) o si se burlan delas instituciones religiosas; un acto desvergon-zado de un soldado romano y la destrucción porel fuego de un rollo de la ley por culpa de otroprovocaron, por los años 50 d.C., varios motinesque desembocaron en guerra abierta. La últi-ma provocación fue el saqueo del templo por elprocurador Floro.

De esta forma, mientras que los saduceos ysus amigos asmoneos traicionaban la causa re-ligiosa de los macabeos aliándose con los peo-res enemigos de su fe, los zelotes eran los cam-peones de la ortodoxia y del integrismo. Eraimposible el consenso entre las dos tendenciasy sus divergencias se muestran tanto en el pla-no geográfico como en el social: los zelotes tie-nen su origen en Galilea, donde pueden fácil-mente buscar refugio en cuevas y escondrijos,y suelen ser muy pobres. Los saduceos mandanen Judea y sobre todo en Jerusalén, y son gen-te bien acomodada.

Religiosamente, los zelotes tienen una con-fianza absoluta en Dios y en las instituciones: eltemplo y la ley. Están convencidos de que consus acciones de «limpieza de los impíos», apre-suran la llegada de su reino, de su mesías; Dioses el único señor, pero él no actúa solo y tienenecesidad de los hombres; cuanto más celo-sos sean de él, incluso en el plano político y enel temporal, tanto mejor.

Esenios

Su conocimiento se debe en gran parte al des-cubrimiento de los manuscritos del mar Muertoa partir de 1947. Pero antes de que conociéra-mos su biblioteca, los conocían ya Josefo, Filónde Alejandría y Plinio el Viejo.

Su historia y sobre todo su origen no están to-talmente aclarados. Parece ser que durante lacrisis macabea algunos descendientes de la fa-milia de Sadoc se refugiaron en el desierto. El nú-cleo probablemente más importante se instaló enQumrán, donde se reunieron laicos y sacerdotessadoquitas, lo que explicaría su organización,muy jerarquizada, que sitúa a los sacerdotes enun lugar insustituible en todos los grados.

No se han esclarecido tampoco algunos pun-tos importantes de su vida; durante mucho tiem-po se creyó que no se casaban, pero se ha en-contrado allí un tratado sobre el matrimonio y sehan excavado tumbas de mujeres y niños.Existen dudas sobre si todos vivían en Qumrán,o en otras comunidades cerradas, o en un régi-men «abierto».

Lo cierto es que eran más escrupulosos to-davía que los fariseos en su apego a las reglasde pureza y absolutamente tradicionales en va-rios puntos: rechazaban el calendario seléuciday seguían el antiguo (esto explica que no cele-braran la pascua en la misma fecha que el ju-daísmo oficial). La práctica de abluciones de pu-rificación eran muy presentes entre los esenios,y sobre todo renunciaron a la liturgia del templode Jerusalén, demasiado manchado a sus ojosdesde que se cambió el calendario y los sumossacerdotes dejaron de ser sadoquitas. Preferíansustituir los holocaustos por la santidad de su vi-da, aguardando a que Dios restableciera el cul-to y el templo en su pureza original.

Se consideraban como el ejército sagrado deDios, que había de combatir en la tierra y aniquilara todos los impíos en el momento en que Éstediera la señal; en aquel momento, los ángeles delcielo combatirán también contra los demonios enun combate escatológico que asegurará la vic-toria final de Dios, la destrucción de todos los im-píos y el triunfo de los santos. Quieren estar siem-pre ritualmente dispuestos para esta guerra santa,pero a diferencia de los zelotes no quieren com-prometerse mientras Dios no dé la señal.

Los esenios son, como indican Josefo y Plinio,un grupo muy cerrado, pero que atrae a judíosque quieren entregarse por completo a Dios. Sedesconoce el impacto político sobre la sociedadjudía del siglo I d.C., pero parece que tomaronpartido por los zelotes en la guerra contra Romaen los años 66-70 d.C., conflicto a raíz del cuallos esenios desaparecieron como grupo.

Herodianos

Los cristianos en sus evangelios no hablan delos esenios, pero sí citan a veces a los herodia-

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nos (Marcos 3, 6). Es cierto que Herodes elGrande, luego Antipas en Galilea y los dos Agripano pudieron reinar sin tener un grupo de parti-darios. Probablemente los judíos más cercanosy comprometidos a favor de la Roma domina-dora de su tierra.

Bautistas

Se conocen sobre todo dos grupos bautistas: elque se agrupa en torno a Juan denominado elBautista y que duró bastante tiempo (Hechos18:25; 19:1-5), con el que polemizan los cris-tianos; y el grupo que nació en torno a Jesús,que había sido bautizado a su vez (Juan 3:22;4:1-2). Este último grupo quedará evidentemen-te transfigurado por completo por la persona deJesús. Al lado de estos dos grupos organizados,probablemente se debieron multiplicar entre elpueblo las prácticas bautistas.

Estos movimientos se caracterizaban tambiénpor la repulsa del templo.

Samaritanos

Aunque no pertenecen propiamente hablando aljudaísmo ni constituyen una secta judía, los sa-maritanos tienen que ser considerados como unacomunidad característica del ambiente palesti-no de aquella época.

Se les podría caracterizar a la vez por su pro-ximidad y su oposición al judaísmo. Los samari-tanos sólo reconocen como texto sagrado elPentateuco; siguen sus prescripciones con todorigor en lo que atañe, por ejemplo, a la circun-cisión, al sábado y a las fiestas. Su liturgia y suliteratura religiosa celebran al Dios único, a suprofeta Moisés, la liberación de Egipto y la re-velación del Sinaí. Pero, por otra parte, se ma-nifiesta una divergencia fundamental con los ju-díos en el hecho de que rechazan los demáslibros de la Biblia judía y sobre todo en su ne-gativa a reconocer a Jerusalén y su templo co-mo centro religioso.

Los samaritanos establecen un centro religio-so propio en el monte Garizín en la ciudad deSiquén. En la cumbre de esta montaña es don-de celebran las grandes fiestas, especialmentela pascua según el ritual de Éxodo 12.

Hay también un mesianismo entre los sama-ritanos, que esperan al Taheb, el que ha de ve-nir. No se trata de un descendiente de David, co-mo el mesías judío, sino de una especie denuevo Moisés, el profeta de Deuteronomio 18:15.

Después de la caída del reino del Norte y dela toma de Samaria el 721 a.C., los asirios de-

portaron a una parte de los habitantes y esta-blecieron en aquellas tierras colonos mesopotá-micos. A estos, junto con los que habían queda-do en Israel, se les atribuye la creación de unculto sincretista. Aunque la tradición samaritanasitúa la ruptura todavía antes, cuando Siquén fueabandonada por Silo. También cabe pensar quelos samaritanos nacen como grupo religioso con-frontado a los judíos que retornan del exilio ba-bilónico, en la época de Zorobabel y de Nehe-mías, o en el momento de la conquista deAlejandro; fue entonces, según el historiador ju-dío Flavio Josefo, cuando los samaritanos cons-truyeron un templo en el monte Garizín.

Las relaciones solían ser bastante tensas en-tre Jerusalén y Samaria.

Los samaritanos se reclamaban los herede-ros de las tribus del norte que permanecieron fie-les a la fe de Moisés.

Escribas

Al lado de la antigua clase superior constituidapor una parte del estamento sacerdotal y los te-rratenientes enriquecidos se había formado, du-rante los últimos siglos antes de nuestra Era, unanueva clase superior: la de los escribas.

Hasta el 70 d.C. podemos constatar la exis-tencia en Jerusalén de un gran número de sa-cerdotes provistos de formación de escribas, le-vitas, miembros de las familias patricias, loscuales elaboraron la tradición saducea, fariseosy también comerciantes y artesanos.

El único factor del poder de los escribas es-triba sólo en el saber. Quien deseaba ser ad-mitido en la corporación de los escribas porla ordenación debía recorrer un regular ciclode estudios de varios años. El joven israelitaque deseaba consagrar su vida a la erudita ac-tividad de escriba comenzaba el ciclo de su for-mación como alumno (talmud). La enseñanzacomenzaba en los años jóvenes. Eso es lo quenos cuenta Flavio Josefo, aunque desmesura-damente afirma en su propio elogio en laAutobiografía que, desde la edad de los ca-torce años, dominaba plenamente la exégesisde la Ley.

El alumno estaba en relación personal con sumaestro y escuchaba su enseñanza. Cuando ha-bía llegado a dominar toda la materia tradicionaly el método de la halaká, hasta el punto de es-tar capacitado para tomar decisiones persona-les en las cuestiones de legislación religiosa yde derecho penal, era «doctor no ordenado» (tal-mud hakam). Pero sólo cuando había alcanza-do la edad canónica para la ordenación, fijada

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en cuarenta años según una noticia postannaí-tica, podía ser recibido, por la ordenación (se-mikah), en la corporación de escribas comomiembro de pleno derecho, como «doctor orde-nado» (hakam). A partir de entonces estaba au-torizado a zanjar por sí mismo las cuestiones delegislación religiosa y ritual, a ser juez en los pro-cesos criminales y a tomar decisiones en losciviles, bien como miembro de una corte de jus-ticia, bien individualmente.

Sólo los doctores ordenados creaban y trans-mitían la tradición derivada de la Torá, la cual,según la doctrina farisea aceptada por la gene-ralidad del pueblo, se encontraba en pie de igual-dad con la propia Torá, incluso por encima deella. Sus decisiones tenían el poder de «atar»y «desatar» (cf. Mateo 16:19; 18:18) para siem-pre a los judíos del mundo entero. A quien habíaestudiado, a quien había hecho los estudios aca-démicos, se les abrían, por consiguiente, encuanto poseedor de ese saber y de ese poderomnímodo, los puestos claves del derecho, dela administración y de la enseñanza. Hicieron,por tanto, aparición las «profesiones académi-cas»; las ejercían los escribas junto con su en-señanza y su profesión civil.

Fuera de los sacerdotes jefes y de los miem-bros de las familias patricias, sólo los escribaspudieron entrar en la asamblea suprema, el

Sanedrín; el partido fariseo del Sanedrín esta-ba compuesto íntegramente por escribas. ElSanedrín no era sólo una asamblea gubernati-va; era en primer término una corte de justicia.Ahora bien, el conocimiento de la exégesis dela Escritura era decisivo en las sentencias ju-diciales.

Cuando una comunidad tenía que elegir en-tre un laico o un escriba para un puesto de an-ciano, de jefe de la sinagoga o de juez hay quesuponer que generalmente prefería a un escri-ba. Lo cual significa que un gran número de pues-tos importantes, ocupados antes por sacerdoteso laicos de elevado rango, habían pasado to-talmente o en su mayor parte, en el siglo I d.C.,a manos de los escribas.

Referencias bibliográfícas

SAULNIER, Ch. y ROLLAND, B., «Palestina entiempos de Jesús», Estella: Verbo Divino,Cuadernos Bíblicos 27, 1982, pp. 49-55.

JEREMIAS, Joachim, Jerusalén en tiempos deJesús, Madrid: Cristiandad, 1980, 2.ª ed., pp.239-281.

SCHÜRER, Emil, Historia del pueblo judío entiempos de Jesús. Tomo 2: Instituciones polí-ticas y religiosas, Madrid: Cristiandad, 1985,pp. 497-525 y 715-779.

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LOS JÓVENES Y ELEVANGELIO: ENTRECATEDRALES YFAST FOOD

La lectura de este libro,que recoge las ponen-cias del I Coloquio de laFacultad Adventista deTeología de Collonges-sous-Salève, nos puedeaclarar los motivos quellevan a los jóvenes aalejarse de las iglesias.

¿PROSELITISMO OMISIÓN?

Una pregunta que nodeja indiferente a nin-gún cristiano. Cuandola evangelización afirmael respeto por el próji-mo. Algunas formas decompartir la propia feson aceptables, mien-tras que otras no.

EL ENIGMA DELSUFRIMIENTOGeorges Stéveny

El sufrimiento es uno delos temas que más pre-guntas provoca en cre-yentes y no creyentes, yal tiempo una de las ba-ses que muchos utilizanpara cuestionar el ver-dadero amor de Dios.Con este libro, GeorgesStéveny (recientementefallecido) despeja mu-chas de esas dudas ymuestra realmente elverdadero carácter deDios.

LA EUTANASIA ADEBATE. Reflexionesdesde una perspectivacristianaJosep Antoni Alvarez

Con motivo de la invitaciónde AEGUAE para partici-par en el último congresocon el tema de la eutana-sia, Josep A. Alvarez harecopilado sus reflexionessobre este tema tan inte-resante y de ellas ha sa-lido este libro.

LACUNZA, unHeraldo de laSegunda Venida deCristoDr. Alfredo FélixVaucher

Encomiable obra de in-vestigación en Américay Europa, sobre la viday la obra del jesuitaManuel de Lacunza yDíaz.

DE LA ANTROPOLOGÍAA LA CRISTOLOGÍA

Este libro es un homenaje aJean Zurcher, en el que seincluye su biografía. El res-to de artículos están com-puestos por cuestiones de-batidas por el cristianismodesde hace dos mil años: lanaturaleza del hombre, sucuerpo y su mente; la mis-teriosa persona de Dios y laidentidad compleja de Jesús.

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DOSSIER CREER EN DIOS

DESPUÉS DE AUSCHWITZ

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Sesenta años después del conocimiento popu-lar del Holocausto (que no por parte de los po-líticos de la mayoría de países democráticos dela época), cabe preguntarse si su descubrimientosirvió para algo, si aportó algo positivo a las con-ciencias para evitar su repetición.

A pesar de su carácter de acontecimiento «úni-co», la capacidad del ser humano para el mal noha disminuido un ápice.

«Después de Auschwitz» —campo de con-centración nazi convertido en símbolo del Holo-causto y de la maldad sistematizada desde elpoder estatal, que en vez de proteger a sus ciu-dadanos les ataca y destruye—, se ha converti-do en una expresión válida para analizar el mun-do después de 1945. Desde un punto de vistapolítico, económico y de derechos humanos, pe-ro también teológico y de valores morales. Ámbi-tos todos ellos a los que se intentará un acerca-miento, en especial a los dos últimos por sudirecta influencia en cómo vemos el mundo des-de nuestra perspectiva cristiana.

La fuerza de la memoria

La fuerza de la memoria reside en persistir, por-que siempre hay revisionistas interesados dela historia, que niegan la veracidad de las atro-cidades que se cometen (y que con su apoyocomparten), aunque sean transmitidas en direc-to por CNN. Para que la historia no se repita.

El romanista alemán de origen judío VictorKlemperer llevó durante toda su vida unos de-tallados diarios. Los correspondientes a 1933-1945 se han publicado recientemente (Quiero dartestimonio hasta el final, Barcelona: GalaxiaGutenberg/Círculo de Lectores, 2003, 2 t.) y enellos es posible apreciar la incredulidad de unainmensa parte de los judíos alemanes —muchosconvertidos al cristianismo y que se considera-ban antes alemanes que judíos—, ante la tra-gedia que se avecinaba, a pesar de los eviden-tes signos antisemitas en Alemania desde antiguo.

A continuación se reseñan algunas citas deldiario de Klemperer, que permaneció en Alema-

nia hasta el final de la guerra junto con su es-posa (no judía), que ponen esto claramente demanifiesto. El mismo Klemperer, un hombre cul-to e inteligente, tardó en darse cuenta de lo querealmente perseguía la represión nazi respectoa los judíos, a pesar de apreciar el peligro querepresentaba Hitler y el nazismo para Alemania.

16 mayo 1936: «La mayor parte del pueblo es-tá contenta, un pequeño grupo acepta a Hitlercomo mal menor, nadie quiere desembarazarserealmente de él […] Y todos tiemblan por su pan,por su vida, todos son horriblemente cobardes.(¿Tengo derecho a reprochárselo? En mi últimoaño de catedrático juré fidelidad a Hitler, me hequedado en el país: no soy mejor que mis seme-jantes de raza aria.)»13 agosto 1936: «Por otra parte: lo que en Ale-mania saben hasta los niños no puede desco-nocerlo del todo el señor Blum. ¿Son en Fran-cia tan idiotas que están esperando a que lospasen a cuchillo? Por otra parte: ¿por qué le hantolerado todo hasta ahora? Francia a Alemania,Inglaterra a Italia. Todo es perfectamente turbioy oscuro. Probablemente nadie, ni siquiera ungobernante, conoce las fuerzas, las inhibiciones,las tendencias que existen en realidad.»24 septiembre 1936: «[...] el NSDAP ha captadomuy bien la opinión pública y que el sueño judíode ser alemanes fue efectivamente un sueño. Paramí, éste es el descubrimiento más amargo.»17 agosto 1937: «Con lo que me he convertidoen apátrida no sólo exteriormente. Y aunque undía hubiese cambio de gobierno: mi sensacióninterior de ser alemán ha desaparecido.»27 octubre 1937: «¡Y yo que hasta 1933 he es-tado convencido de mi germanidad!»10 abril 1938: «Asunto importante para la tiraníade cualquier tipo es la represión del afán de pre-guntar.»9 octubre 1938: «Nadie podrá quitarme mi ger-manidad, pero el nacionalismo y el patriotismohan desaparecido para siempre.»3 diciembre 1938: «[…] no hay otra opción: te-nemos que irnos.»

Para que triunfe el mal...

Francisco Giménez. Licenciado en Geografía e Historia

17 marzo 1940: «Me pregunto a menudo dóndeestá ese antisemitismo salvaje.»28 noviembre 1941: «Si nos quedamos, nues-tras vidas corren peligro, pero no perderemos laoportunidad de llevar después una vida digna deser vivida.»22 diciembre 1941: «[...] sigo creyendo que po-demos y que queremos emigrar.»11 mayo 1942: «Ahora estoy librando el más du-ro combate por mi germanidad. [...] mi bautismono fue comedia.»29 mayo 1942: «[...] simplemente, los otros nopueden ponerse en nuestra situación [...].»11 septiembre 1942: «Inocente no es nadie enAlemania. ¿Por qué se ha tolerado tanto tiempoeste régimen?»19 septiembre 1942: «[...] por tanto, tendrá tiem-po de exterminar por completo a los judíos.»5 mayo 1943: «[...] la sensación de estar muer-to, de la pérdida irrecuperable de vida, siemprepesa sobre mí.»

Una aniquilación única

Lo que convierte en único al Holocausto es el ca-rácter frío y desapasionado con que la maquina-ria nazi planea y realiza la aniquilación del pue-blo judío, en los territorios que domina, inclusocon el empleo de los más avanzados medios téc-nicos, como los ordenadores IBM de la época.

Esta aniquilación se produce de manera gra-dual; reduciendo de forma progresiva los dere-chos que se reconocen a la población judía, co-mo si no formaran parte de la nación alemana.

Poco a poco, se les va relegando de los pues-tos de trabajo de prestigio e influencia, hasta quepasando cada vez por trabajos más denigrantesacaban siendo una mera fuerza de trabajo es-clava, sin libertad para decidir dónde trabajar.Los que terminan en campos de exterminio sonconsiderados aún menos que personas, apro-vechándose de ellos no sólo sus bienes, sino in-cluso sus propios cuerpos: sus dentaduras (sehan detectado lingotes de oro fundidos a partirde prótesis dentarias de oro), su pelo, su piel (pa-ra la confección de lámparas, por ejemplo) o suescasa grasa, para hacer jabón.

En el plano económico, se ven aislados. For-zados a malvender sus negocios y bienes; a nodisponer libremente del dinero depositado en en-tidades bancarias; a ser arruinados si marcha-ban del país (por si los bancos extranjeros, co-mo los suizos, no lo hacían suficientemente bienluego) y aún más si permanecían.

En el plano cultural, se ven arrebatados de to-do libro que no sea judío, de instrumentos mu-

sicales, de radios, de la lectura de la prensa, delacceso a la cultura y a la educación...

Este aniquilamiento cultural se inicia con la de-nigración de los intelectuales judíos y sus ideas(como Einstein y la teoría de la relatividad, porejemplo), para seguir luego con la destrucciónde sus obras (literatura, arte «degenerado», etc.),y con la persecución sistemática de la intelec-tualidad judía. La lista de intelectuales asesina-dos o destruidos mental o moralmente por el na-zismo es impresionante. Sólo lo que recoge elpintor Eduardo Arroyo en su magnífico libro Eltrío calaveras. Goya, Benjamin, Byron (Barcelona:Círculo de Lectores, 2003, en el apartado dedi-cado a Richard Benjamin (pp. 45-112) es espe-luznante. Esta aniquilación física tiene su pun-to culminante en los campos de concentraciónnazis, donde no hay personas, sólo «números».

A ello se suma la aniquilación del propio sen-timiento de formar parte de la nación alemana,de la sensación de ser parte del pueblo alemán:se es un extraño en un país extraño.

La responsabilidad ante el Holocausto

Las iglesias cristianas han tenido mucha culpaen la carga negativa vertida sobre el pueblo ju-dío. Acusado de deicida, la teoría del reempla-zo de Israel por la Iglesia cristiana ha sido unade las causas esgrimidas para la persecuciónsecular de los judíos en el ámbito occidental. Surechazo a Jesús les hace perder su categoría dePueblo de Dios.

¿Quién es culpable de los holocaustos de es-te mundo? Podemos decir que Satanás y que-darnos tan anchos (después de todo estamosen sus dominios), pero es una respuesta muycómoda.

El Holocausto (como todos los holocaustos)fue promovido por seres injustos, que no en-contraron una respuesta ni un freno adecuado asus planes: ni de las propias víctimas, que la ma-yoría de veces no dan crédito a lo que les estápasando; ni de las potencias democráticas (yano digamos de las totalitarias), que priman susintereses políticos y económicos sobre el inte-rés humano, aun sabiendo perfectamente lo queocurre (¿por qué no se bombardearon los cam-pos de concentración o las vías que conducíana ellos?); ni de la población de sus propios paí-ses, que callan ante las injusticias (con lo queotorgan y las bendicen), cuando deberían ser losprimeros en reaccionar, ya que saben aunqueno lo manifiesten.

El alemán Martin Niemöller (1892-1984), pas-tor protestante y activista social, es autor del

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siguiente poema, que ejemplifica la inacción an-te la injusticia y sus consecuencias más inme-diatas, incluso para nosotros mismos, que aca-bamos siendo objeto de la injusticia (tanto físicacomo moral y espiritualmente, como conse-cuencia de nuestra inacción):

Cuando los nazis arrestaron a los comunistas,no dije nada:después de todo, yo no era comunista.Cuando arrestaron a los socialdemócratas,no dije nada:después de todo, yo no era socialdemócrata.Cuando arrestaron a los sindicalistasno protesté:después de todo, yo no era sindicalista.Cuando arrestaron a los judíosno protesté:después de todo, yo no era judío.Cuando me arrestaron a míno había nadie que pudiera protestar.

Como afirmaba el político y escritor británicoEdmund Burke: «Hay un límite en que la toleran-cia deja de ser virtud.»

Es en ese punto en el que nuestra concienciacristiana debe hacernos actuar, no con carác-ter retroactivo para lamentar los errores pasa-dos, sino en el momento para evitarlos con to-das nuestras fuerzas. Incluso con el propiosacrificio: como Sansón, sacrificado en aras deun bien superior; no en vano su «suicidio» espresentado en el Nuevo Testamento (Hebreos11:32-35) como un ejemplo de fe en Dios.

Qué hacer con la memoria del Holocausto

Prácticamente todo el mundo reconoce el valorde la memoria histórica para evitar repetir nues-tros errores. La literatura o el cine se han con-vertido en los dos grandes vehículos actualespara conservar viva la memoria del Holocausto,en las dos grandes armas para combatirlo.

Algunos autores son mucho más radicales yconsideran que habría que arrasar todo recuer-do físico del Holocausto, para que sólo quedaramemoria en la palabra (un vehículo divino porexcelencia). Es el caso del editor Mario Muchnik,que afirma: «Pueblo de la abstracción, pueblode la memoria, los judíos habrían debido —y de-berían hoy— propugnar que un par de robustosbulldozers barrieran ese valle de los caídos suigeneris [Auschwitz] y dejaran el campo libre pa-ra construir casas o granjas o parques. De esemodo, darían a la memoria de la calamidad laforma bíblica indiscutible o indiscutida y le con-

ferirían la única aproximación a la eternidad quele es dada al hombre: la de su palabra escrita.»(Revista de Libros, n.º 101, mayo 2005).

Qué hacer con los holocaustos

El año 2005 coincide también con el recuerdo deotro genocidio, el del pueblo armenio, llevado acabo por las autoridades de la naciente Turquíamoderna y que tuvo su momento álgido en 1915.

Asimismo, en 2005, en medio de las ceremo-nias en recuerdo del Holocausto, algunas insti-tuciones adventistas —como las iglesias alemanay austríaca— han llevado a cabo un reconoci-miento de su parte de responsabilidad en dichogenocidio, por su inacción y subordinación a unpoder estatal injusto. Algo que Jesús nunca hu-biera aceptado, pues si bien dijo: «Dad, pues,a César lo que es de César, y a Dios lo que esde Dios» (Mateo 22:21), también dijo: «De cier-to os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de es-tos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicis-teis» (Mateo 25:40).

Esa es la gran pregunta teológica después deAuschwitz: ¿mantendremos nuestra fe? No yasi hay Dios o si Dios es omnipotente, pues no haactuado para evitar el Holocausto. La preguntaclave es: ¿seguiremos a Jesús hasta las últimasconsecuencias?

¿Mantendremos una fe viva o meramente teó-rica, hablaremos u obligaremos a que hablen laspiedras?

Si no defendemos a los perseguidos injusta-mente, nos convertimos en perseguidores.

Como afirmó también el anteriormente cita-do Edmund Burke:

«Para que triunfe el mal, sólo es necesarioque los buenos no hagan nada.»

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• Rafael Pérezdel Moral,prisionero en elcampo deconcentraciónde Mathausen.Para los nazis:178284.

Entre la literatura publicada en los últimos tiem-pos sobre el Holocausto destaca un título direc-tamente relacionado con el mundo adventista:DOUKHAN, Jacques B. (ed.), Thinking in theShadow of Hell. The Impact of the Holocaust onTheology and Jewish-Christian Relations, BerrienSprings (MI): Andrews University Press, 2002.

Este libro recoge los diferentes trabajos reali-zados en el año 2000 para un simposio de laUniversidad de Andrews, coordinado por el Ins-tituto de Estudios Judeo-Cristianos del SeminarioTeológico Adventista del Séptimo Día y con laparticipación de la Asociación Internacional pa-ra la Libertad Religiosa. Investigadores sobre elHolocausto, líderes religiosos y expertos en li-bertad religiosa analizan un capítulo de la histo-ria de cristianos y judíos que muchos quisieranolvidar, urgiendo a los lectores a no distanciar-se del traumático acontecimiento del Holocausto.Historias perturbadoras, diálogo franco e inves-tigación formal se unen para examinar las di-versas vertientes de este acontecimiento único,como nos muestra su sumario:

Prefacio ¿Por qué meditar sobre el Holocausto?,Jacques B. DoukhanI. Las raíces del Holocausto* Las raíces eclesiásticas del Holocausto: De la tra-dición Adversus Judaeos al Holocausto, John JovanMarkovic* La raíces socioculturales del Holocausto: La secu-larización del antisemitismo cristiano, Margarete MyersFeinsteinII. La Teología después de Auschwitz* Pensamiento religioso judío después de la catás-trofe, Gershon Greenberg* ¿Debemos dejar atrás el pasado? Reflexiones cris-tianas sobre el Holocausto, Marvin R. Wilson* Teología cristiana después de Auschwitz, StephenR. Haynes* Teología adventista después de Auschwitz, JacquesB. Doukhan

III. Ser creyente después de Auschwitz* Ser judío después de Auschwitz, Morley T. Feinstein* Ser cristiano después de Auschwitz, John GrazIV. Relaciones entre judíos y cristianos despuésde Auschwitz* Relaciones entre judíos y cristianos después deAuschwitz, Robert M. Johnston* Sentando las bases de un diálogo entre judíos y cris-tianos, John Graz* El encuentro con el «otro» en el Aqedah: Una re-flexión después del Holocausto sobre el encuentroentre judíos y cristianos, Jacques B. DoukhanLiturgia del HolocaustoApéndice: La Iglesia Adventista del Séptimo Díadurante el Holocausto* Adventistas en la Alemania nazi: Un estudio sobrela reacción de los adventistas del séptimo día frentea un gobierno totalitario, Edward Thomas Decker, Jr. * La pureza de la raza nazi y los adventistas, RolandBlaich* Los adventistas y la persecución de los judíos ba-jo el régimen nazi: Aproximacón a dos fuentes en con-flicto, Daniel Heinz

El editor: Jacques B. Doukhan

Jacques Benyamin Doukhan nació en el senode una familia judía de origen sefardí, se edu-có en Francia, Israel y Estados Unidos. Aceptólos valores y creencias de la Iglesia CristianaAdventista del Séptimo Día sin renunciar a suherencia religiosa y cultural judía. Es profesor deLengua Hebrea, Exégesis y Estudios Judíos, ydirector del Instituto de Estudios Judeo-Cristianosdel Seminario Teológico Adventista del SéptimoDía de la Universidad de Andrews (Michigan,Estados Unidos).

Asimismo es editor de dos de las principalesrevistas dedicadas a fomentar el acercamientoentre judíos y cristianos —Shabbat Shalom yL’Olivier—, además de autor de numerosos li-bros y artículos.

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Una aproximaciónadventista al HolocaustoFrancisco Giménez. Licenciado en Geografía e Historia

Las lecciones del Holocausto

Los cristianos pueden extraer muchas leccionesdel Holocausto, pero la más importante es quela oportunidad actual puede ser la última paraque la Iglesia cristiana se examine a sí misma,examine sus doctrinas y enseñanzas, así co-mo su dirección y ambiciones espirituales. Losprimeros Padres de la Iglesia manifestaron odioy desprecio hacia la Torá, el judaísmo y los ju-díos en general. Las generaciones siguientescultivaron este mismo odio que llegó a plasmar-se en legislaciones antijudías por parte de lasmonarquías europeas. Por fin, la Iglesia llegó areconocer la legitimidad del régimen más mal-vado de la historia: el régimen nazi. La iglesiacomenzó con el ostracismo de los judíos, quesólo era posible evitar optando entre el bautis-mo y la muerte, para acabar afirmando «los ju-díos no pueden vivir».

Durante siglos, el desprecio para los judíos fuetal que era imposible un diálogo entre judíos ycristianos. Hoy, tras el Holocausto, este diálogoestá teniendo lugar, y para que llegue a buenpuerto es necesario que las víctimas del Holo-causto sean rehabilitadas. Los cristianos puedensentirse más aliviados, pero como afirma ShalomBen-Chorin: «No debemos caer en la ilusión deque la calle que conducía al diálogo [completo ysignificativo] ha sido realmente despejada. Sólose han alcanzado puestos avanzados.» Hay to-davía muchos escombros que deben retirarse.

Durante el simposio celebrado en 2000 en laUniversidad de Andrews, el Dr. John Graz, Di-rector de Relaciones Públicas y Libertad Religiosade la Asociación General, hizo las siguientes afir-maciones: «[Auschwitz] debería enseñarnos aser activos en la defensa de los derechos hu-manos. […] Lo que le sucedió al pueblo judío pue-de sucederle a otras minorías. […] Como cristia-nos debiéramos ser muy sensibles al procesoque lleva a un gobierno a discriminar y perseguira una minoría. […] Ser un cristiano después deAuschwitz me ayuda a decir “no más”, no máspersecución política y religiosa, no más discrimi-nación sobre bases sociales, raciales, religiosas.»Por su parte, Jacques B. Doukhan urgió a los edu-cadores a «repensar sus prioridades y darsecuenta de la importancia y relevancia de cursosy seminarios que tengan relación con el tema delHolocausto», e hizo un llamamiento a los teólo-gos adventistas para trascender más allá de lasrespuestas académicas al Holocausto y permi-tir que sus lecciones impacten su teología y pen-samiento religioso (Fuente: Adventist NewsNetwork).

Las relaciones entre judíos y cristianos des-pués de Auschwitz

Este punto es una de las preocupaciones prin-cipales de Jacques B. Doukhan, como se refle-ja en una entrevista que le realizó el Dr. JohnGraz, y que se publicó en la revista MinisterioAdventista (marzo-abril 2000). En ella, apareceel siguiente diálogo:

«John Graz: Yo supongo que cuando un judíoescucha la palabra “Jesús”, no piensa en lapersona de Jesús, sino en lo que los “cristianos”hicieron: masacre de judíos y campos de con-centración. En otras palabras, ¿hay alguna es-peranza de reconciliación después de Auschwitz?Jacques Doukhan: Usted sencillamente ha to-cado la cuerda más sensible. El presidente BillClinton dijo una vez: “Es difícil disociar el men-saje del mensajero”. Debido a la vergonzosa ydolorosa historia que acaba de evocar, el nom-bre de Jesús se ha asociado en la conciencia ju-día con el recuerdo de las masacres, discrimi-naciones y rechazos durante 2.000 años, lasistemática “enseñanza de contención”; todos al-canzaron su clímax en Auschwitz. Muchos cristia-nos todavía no comprenden la naturaleza de esaconexión; y, conscientemente o no, siguen ali-mentando sus mentalidades con el viejo veneno:enseñando y predicando las maldiciones contralos judíos, a quienes acusan del más horrible cri-men de la humanidad, deicidio: matar a Dios.»Mientras tanto, existe la teología de la sustitu-ción, que niega a los judíos y a Israel el derecho,incluso, a ser Israel, pues el verdadero “Israel”es otro pueblo. (Esta teoría ha sido denuncia-da como un “holocausto espiritual”.) Esto, su-mado a toda clase de extrañas ideas que los cris-tianos tienen acerca de los judíos: el mito delcomplot judío, la asociación de los judíos conel engaño y el dinero, etc. Me estoy refiriendoaquí a la antigua bestia llamada “antisemitismo”.»Usted me preguntó si hay esperanza de re-conciliación después de Auschwitz. Mientras loscristianos, sean los que fueren, sin importar lacomunidad a la cual pertenezcan, no compren-dan su responsabilidad en Auschwitz; mientrassigan alimentando el fuego y empujando en lamisma dirección; mientras conserven en su co-razón ideas y sentimientos antisemitas, no hayesperanza de reconciliación. Con Auschwitz, lahistoria judeocristiana llegó al punto muerto: nohay posibilidad de retorno. Después de Ausch-witz, ya no es decente pensar, actuar o sentir, enlas formas que produjeron Auschwitz. Esperaruna reconciliación después de Auschwitz, signi-

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ficaría albergar la esperanza de una “conversión”genuina por parte de los cristianos. Mientras loscristianos no tomen este pecado del antisemi-tismo seriamente; mientras no estén dispuestosa dar un giro de 180 grados, arrepentirse y re-conocer las raíces judías que tienen, no hay es-peranza de ninguna reconciliación, y me refie-ro aquí a la reconciliación cristiana con el Diosde Israel mismo.»La relación entre las dos conexiones es tal, queun teólogo cristiano ha ido tan lejos como paradenunciar el antisemitismo como un pecado con-tra el Espíritu Santo; es decir, un pecado imper-donable. Puede ser que esto suene exageradopara muchos que no han llegado a comprenderla espantosa naturaleza de este pecado y sus im-plicaciones, y eso se debe sencillamente a quese han acostumbrado demasiado a él.»

Aproximación a Thinking in the Shadow of Hell

El libro comienza con una conmovedora cita delteólogo Irving Greenberg Jewish: «no debería-mos decir ninguna cosa teológicamente […] queno pudiéramos decir en la presencia del millónde niños que murieron».

A continuación se encuentra un interesanteprólogo de Jacques B. Doukhan, como editor dela obra, del que presentamos un breve extractopor su clarificadora aportación al conocimientodel Holocausto:

«¿Por qué debería concernirnos el Holocaustoahora, más de cincuenta años después del acon-tecimiento y en el inicio de un nuevo milenio?[…] ¿Y por qué este Holocausto? ¿Por qué cen-trarse en esta tragedia que afectó principalmen-te a los judíos europeos en la Segunda GuerraMundial? ¿Qué sucede con Hiroshima o el infa-me comercio de esclavos o los otros holocaus-tos: gitanos, armenios, nativos americanos y,más recientemente, somalíes, bosnios y ruan-deses? Mucha gente se siente extrañada y mu-chas veces irritada por este énfasis y desafortu-nadamente lo descartan. Para ellos el Holocaustono forma parte de su propia historia.»Sin embargo, estas cuestiones expresan unaauténtica vergüenza que debería ser asumida,

pues se ignoran tres realidades básicas de esteHolocausto que resumo brevemente a conti-nuación.»1. El carácter de este Holocausto comparadocon otros acontecimientos de la historia pasaday contemporánea es “único”. La irracionalidadque rodeó unas amenazas míticas o imagina-rias, la destrucción sistemática y técnica que seperpetró a sangre fría sin pasión ni cólera, el in-grediente religioso (cristiano), y la magnitud deeste horror son algunos de los principales as-pectos que lo definen “cualitativamente como unacontecimiento único”.»2. La naturaleza paradigmática de este Ho-locausto se usa en la actualidad como un mo-delo clásico de referencia cuando se analizancasos de abusos o aventuras fascistas tanto enEuropa como en cualquier otra parte del mundo.De forma provechosa, la ética humana, los de-rechos civiles, la protección animal y aun lo con-cerniente al entorno ha sido medidos por la va-ra del Holocausto. La historia pasada y lastradiciones religiosas han sido también revisa-das y releídas a la luz del Holocausto.»3. El impacto sin igual de este Holocausto haafectado a la cultura mundial y penetrado en losmás variados dominios: política, historia, litera-tura, filosofía, arte, música, cine y teología.»[…] Así es importante y particularmente relevantepara todos nosotros hoy, judíos y cristianos, eu-ropeos y no europeos, religiosos y seglares, re-cordar y considerar este hecho, no sólo por susimplicaciones éticas con el fin de aprender suslecciones y evitar repetir los mismos errores, sinotambién por respeto a quienes somos: descu-briendo nuestra propia identidad como seres vi-vos después de Auschwitz, y a partir de aquí rea-lizando nuestra misión en el curso de la historia.»

Repensar el Holocausto y sobre todo nuestrapropia actitud ante este hecho, nuestra impasi-bilidad ante hechos similares, constituye la cla-ve para entender el porqué no se debe olvidar,el porqué no se debe ni permanecer indiferen-tes ni olvidar ningún otro holocausto, ningún asal-to a la dignidad humana. Porque Jesucristo nolo haría y, si queremos ser sus seguidores sin-ceros, no podemos más que oponernos de for-ma activa a cualquier tipo de injusticia.

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Al cumplirse el 60.º aniversario de la finalizaciónde la Segunda Guerra Mundial, los líderes ad-ventistas de Alemania y Austria han publicadouna declaración donde afirman que «lamentanprofundamente» cualquier participación de apo-yo a las actividades nazis durante la guerra. Losorganismos eclesiásticos «confiesan honesta-mente» la incapacidad de «seguir a nuestroSeñor» al no proteger a los judíos y a otras mi-norías del genocidio, conocido comúnmente co-mo Holocausto. Millones de personas perecie-ron como consecuencia de las atrocidades de laguerra, entre los que se encontraron más de 6millones de judíos que fueron exterminados porlas persecuciones nazis durante el período queabarcó de 1933 a 1945.

Esta declaración fue publicada inicialmente enel número de mayo de 2005 de AdventEcho, unarevista mensual de la iglesia en idioma alemán,y también aparecerá en otras publicaciones ale-manas, dijo el pastor Günther Machel, presidentede la región eclesiástica adventista de AlemaniaSur y uno de los tres firmantes de la declaración.

Una copia de la declaración fue enviada a YadVashem, la Autoridad de la Memoria de losMártires y Héroes del Holocausto de Israel, aña-dió el Dr. Rolf Pöhler, un ex presidente de la re-gión eclesiástica de Alemania Norte que en laactualidad colabora como asesor teológico de laregión, y que participó en la confección del bo-rrador de la declaración.

«Lamentamos profundamente que el carácterde la dictadura nacionalsocialista no haya sidocaptado a tiempo y con la claridad suficiente, yde que la naturaleza impía de la ideología nazi

no haya sido identificada con claridad», afirmala declaración en su traducción del alemán. Laiglesia también dice lamentar «que en algunasde nuestras publicaciones [...] se hallaron artícu-los donde se glorificaba a Adolf Hitler y se acep-taba la ideología antisemita de una manera quehoy resulta increíble».

Los líderes de la iglesia también expresaronsus disculpas porque «nuestro pueblo llegó aasociarse con el fanatismo racial, destruyendolas vidas y la libertad de 6 millones de judíos yrepresentantes de las minorías de toda Europa»,y de que «muchos adventistas del séptimo díano compartieron las necesidades y el sufrimien-to de sus conciudadanos judíos».

Pero sobre todo, es de lamentar, indicó la de-claración, que hubo congregaciones adventistasde Alemania y Austria que «excluyeron, separa-ron y abandonaron a feligreses [...] de origen ju-dío de manera que fueron enviados a la prisión,al exilio o la muerte».

Bajo diversos decretos raciales, algunas con-gregaciones adventistas expulsaron a miembrosde origen judío. Uno de ellos, Max-Israel Munk,fue enviado por los nazis a dos campos de con-centración. Munk sobrevivió y regresó a la igle-sia después de la guerra, donde dijo que no que-ría actuar en contra de su congregación por lamanera en que había sido tratado, afirma el Dr.Daniel Heinz, archivista de la Universidad Adven-tista de Friendensau y quien estudió las activi-dades adventistas durante el período nacional-socialista.

Junto con el pastor Machel, los otros líderesque firmaron la declaración fueron los pastores

La Iglesia Adventista deAlemania y Austria pide perdónpor actividades durante el nazismoMark A. Kellmer/ANN Staff Fuente: Adventist News Network

Klaus-Jurgen van Treeck, presidente de la re-gión Alemania Norte, y Herbert Brugger, presi-dente de la Iglesia Adventista de Austria. Pöhlery Johannes Hartlapp, historiador de la iglesia deFriedensau, realizaron el borrador en el que sebasó la declaración. Las tres regiones eclesiás-ticas votaron a favor del texto final, dijo Pöhler.

En la declaración, los tres afirman que «la obe-diencia que debemos a las autoridades civilesno debe llevar a renunciar a las convicciones yvalores bíblicos», y afirmaron que si bien Diossólo puede juzgar las acciones de las genera-ciones pasadas, «en nuestros días, sin embar-go, queremos asumir una postura decidida porel derecho y la justicia hacia todos los pueblos».

En una entrevista telefónica, Brugger dijo que«nuestros miembros realmente apreciaron la pu-blicación de este documento».

Los miembros más jóvenes de nuestra igle-sia, indicó, «apreciaron mucho» esta iniciativa.No se ha recibido la reacción de la comunidadjudía de Austria, pero Brugger dijo que en Austriala iglesia adventista no es tan conocida comootros movimientos.

Al preguntársele cómo fue posible que unaiglesia que considera el sábado como una de suscreencias fundamentales pudiera abandonar aotros guardadores del sábado durante la perse-cución, Brugger dijo creer que fueron conside-raciones políticas y no teológicas las que pue-den haber llevado a adoptar esta postura.

Durante la Primera Guerra Mundial, una partede la Iglesia Adventista de Alemania sufrió una di-visión, en oposición al servicio militar. Esto llevó alos nacionalsocialistas a que en 1936 proscribie-ran el así llamado «Movimiento de la Reforma».Brugger dijo que el temor de que los nazis clau-suraran los principales templos adventistas pue-de haber influido en las decisiones de los líderes.

«Creo que durante esa época los líderes dela iglesia temían perder el control de la Iglesiay perder la Iglesia porque las autoridades polí-ticas ya habían [...] confundido nuestra Iglesiacon el Movimiento de la Reforma», explicó. «Creoque nuestros líderes tuvieron temor de perder elreconocimiento oficial de la iglesia, de maneraque acaso no fueron tan fieles a nuestras creen-cias como hubiera sido necesario.»

Y añadió: «Fue más político que teológico, es-toy seguro.»

El principal templo adventista de Alemania fuebrevemente clausurado por los nazis, destacaPöhler. Un rápido cambio al respecto por partedel régimen produjo alivio entre los adventistas,pero también un nivel de cooperación con el go-bierno que se tornó malsano.

«No sólo nos mantuvimos en silencio, sino quetambién publicamos cosas que nunca debería-mos haber publicado. Publicamos ideas antise-mitas que, desde nuestra perspectiva, no eran re-almente necesarias», dijo Pöhler en una entrevistatelefónica. «Fuimos aún más lejos y publicamoscosas que eran realmente antisemitas. [...] Salimosde la senda para mostrar que éramos leales al go-bierno alemán nacionalsocialista.»

«Tuvimos que haber sabido que una declara-ción equivocada, una acción equivocada signifi-caba que una persona podía terminar en un cam-po de concentración», dijo Pöhler al referirse aesa era. «Fue por eso que excluimos y desfra-ternizamos a adventistas judíos: si una iglesialocal no hubiera hecho esto, los nazis hubieranclausurado el templo, llevado a los ancianos aprisión y eso hubiera significado una prohibicióncompleta para la iglesia.»

Si bien algunos adventistas europeos asu-mieron la valerosa decisión de proteger a los ju-díos, otros siguieron con la corriente en parte de-bido a la preocupación por sus familias e iglesias.Era difícil en sí que un individuo ayudara a un ju-dío, explicó Pöhler, pero arriesgar las vidas deuna congregación era aún una carga mayor. Esaprecaución puede verse reflejada inclusive en lanomenclatura utilizada por los adventistas ale-manes, dijo.

«La Escuela Sabática fue llamada “EscuelaBíblica”; no queríamos utilizar el término originalporque significada correr riesgos», dijo Pöhler.«Podían confundirnos con los judíos. Al rehusarllamarla Escuela Sabática, se efectuaba una de-claración; se creaba un espacio entre la iglesiay los judíos.»

El Dr. Daniel Heinz, director de los archivoseclesiásticos de la Universidad Adventista deFriedensau, Alemania, dijo que sus investiga-ciones acerca de los adventistas que ayudarona los judíos durante la guerra lo llevó a descu-brir a los que actuaron de manera diferente.

«Los líderes de la Iglesia adaptaron e inclu-sive tomaron parte de la ideología antisemita delos nazis; en algunos casos, hicieron más que lonecesario para agradar a las autoridades nazis.Esto es algo que realmente nos resulta extraño.»

Al mismo tiempo, dijo, «sé que muchos ad-ventistas de la gente común ayudaron a los ju-díos, pero nunca hablaron al respecto».

En toda Europa se ha documentado feha-cientemente la resistencia a las políticas nazis,así como la respuesta compasiva pero valientede muchos cristianos, entre los que hubo ad-ventistas, con el fin de proteger las vidas de losque sufrieron bajo la persecución nazi. Esto abar-

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ca a Polonia, Hungría, Países Bajos y Dinamarca,entre otros países.

«Hallé algunos relatos sumamente impresio-nantes de adventistas que ayudaron a los judíosdurante el período del Tercer Reich, arriesgan-do sus vidas, y también hallé lo opuesto», dijoHeinz. Entre otras, una familia adventista deLetonia albergó a un judío, lo escondió durantela guerra, y sobrevivió. El refugiado llegó a serun creyente adventista y pastor de la Iglesia lue-go de la finalización de la guerra.

Según el pastor Machel, «sesenta años des-pués de la Segunda Guerra Mundial es muy tar-de, pero vimos que era la última oportunidad deefectuar esta declaración».

Ya se habían producido intentos de efectuartales declaraciones, si bien por lo general es-tos fueron ignorados o anulados por los líderesde la Iglesia que habían vivido durante el na-zismo y que no querían que la Iglesia «juzgara»a sus predecesores. Sin embargo, en 1988, alcumplirse el 50.º aniversario del «Kristallnacht»del 9 de noviembre, o «noche de los cristales ro-tos», en la cual turbas que apoyaban al nazismodestrozaron las vitrinas de mercaderes judíos ysaquearon las sinagogas, la entonces IglesiaAdventista de Alemania Oriental publicó una de-claración en su pequeña revista. En 1989, du-rante las celebraciones de los 100 años de laIglesia Adventista de Hamburgo, el pastor ErwinKilian, presidente de la Iglesia Adventista deAlemania Norte, se refirió al «período oscuro»en su alocución y ofreció sus disculpas. Otra bre-ve declaración fue hecha en 1995, al cumplirseel 50.º aniversario de la finalización de la guerra.

Los jóvenes de la Iglesia han reaccionado po-sitivamente a las expresiones de preocupacióny contrición de la declaración. Dos adventistas deBerlín dijeron que apreciaban el documento.

«El revelar con humildad nuestros pecados yfaltas es lo más importante que quiere Dios que

hagamos», dijo Sara Gehler, de 25 años de edad.«Y aunque ya pasaron 60 años, creo que era ne-cesario que como adventistas asumamos unapostura clara respecto dae la Segunda GuerraMundial.» Y añadió: «Es nuestro deber comocristianos proteger y ayudar a los débiles, inde-fensos y necesitados.»

Julian Müller, de 26 años de edad, añadió:«Creo que es nuestra responsabilidad como Igle-sia confesar nuestros errores y no ocultarlos, es-pecialmente cuando hay vidas humanas de pormedio. [...] Mi esperanza es que no tengan quepasar otros 60 años para que tengamos el valorde pedir perdón por los errores que cometimosdesde entonces.»

El pastor Machel dijo que la respuesta de losmiembros fue también «muy positiva» en la re-gión eclesiástica de Alemania Sur, donde se en-cuentran ciudades tales como Múnich y Nu-remberg, bastiones del nacionalsocialismo.«Algunos estaban esperando una acción tal delos líderes.»

La declaración también fue bien recibida enlos círculos internacionales de la Iglesia. «Durantemucho tiempo estuve esperando un texto co-mo este», dijo el pastor Richard Elofer, presi-dente de la Iglesia Adventista en Israel. «Alaboal Señor porque tocó los corazones de nuestropueblo de Alemania y Austria para que produ-jeran esta declaración.»

El Dr. John Graz, Presidente de RelacionesPúblicas y Libertad Religiosa de la AsociaciónGeneral, añadió: «Para los que creen en el amordivino por cada miembro de la familia humana,en contra de cualquier tipo de discriminación ba-sada en la raza, la religión o el sexo, esta de-claración, escrita por una generación que no tu-vo responsabilidad en el Holocausto y en laguerra, pero que reconoce la responsabilidad desus padres, permanecerá como un hito positi-vo y un gran estímulo.»

• Documento de identidad de Max-IsraelMunk (el Israel fue una imposición de lasautoridades nazis para distinguir a losjudíos que no tenían un nombre «judío»,como lo fue el de Sara para las mujeres).Este adventista judío que fue borrado delos registros eclesiásticos cuando los nazisasí lo ordenaron. Después de sobrevivir ala prisión en dos campos de concentración,Munk regresó a su hogar al finalizar laguerra y solicitó reingresar a la iglesia.[Fotografía: Revista AdventEcho, Alemania]

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El 27 de enero de 1945, 60 años ha, soldadosdel ejército soviético liberan el campo de con-centración de Auschwitz (Polonia), el mundo des-cubre horrorizado lo que significa realmente la«solución final» del Tercer Reich. Los testimo-nios sobrecogedores de supervivientes son tes-tigos de cargo del horror, de la deshumanizaciónperpetrada en pleno siglo XX.

Béla Zslot (1895-1949). Escritor húngaro reclui-do en el gueto de Nagyvárad (Transilvania, poraquel entonces Hungría, actualmente Rumania),en el verano de 1944 logra burlar los trenes condestino a Auschwitz. Un médico, que sí viaja enalguno de los vagones, le inyecta el virus del ti-fus, Béla Zslot cae enfermo y evita el «viaje» dela muerte para «contar algún día algo todo lo quenos ha ocurrido. Quizá pueda publicar algo sobretodo eso». Sus suegros y su hijastra no tuvierontanta suerte, desaparecieron en Auschwitz.

«Todo lo que había definido hasta ahora al hom-bre europeo había desaparecido a nuestro alre-dedor. [...] Seguíamos viviendo, pero estábamosmás muertos que los muertos de otras épocas,pues estos tenían una tumba con una lápida y sunombre escrito en ella. Nosotros ya no tenemosnombre.» (Nueve maletas, Madrid: Taurus, 2004.)

Paul Celan (1920-1970). Poeta. Nace en la ciu-dad de Czernowitz, antigua capital de Bucovina,entre Rumania y Ucrania. Tras un sin fin de ava-tares, retorna a su pueblo natal con sus padres,donde descubre vagones atestados de gente quepartían hacia Auschwitz. Un infierno inimagina-ble. Celan se oculta en una fábrica de cosméti-cos, sus padres no lo consiguen y son extermi-nados en campos de concentración. El poeta esdeportado a un campo de trabajo en Moldavia,pero jamás se perdonó lo ocurrido.

En el poema A un lado de las tumbas, escri-be: «¿Me permites, madre, como ayer, ay, en ca-sa, / la discreta, dolorosa rima alemana?»

En 1948 confiesa a sus parientes en Israel:«Acaso soy uno de los últimos que deben vivirhasta el final el destino de la cultura judía enEuropa. ¿Por qué escribo «deben vivir»? Porqueun poeta no puede dejar de escribir, mucho me-nos si es judío y su idioma de escritura el alemán.»

Celan en 1948 escribe el poema Muerte en fu-ga: «Grita que suene más dulce la muerte / la

muerte es un Maestro Alemán / grita más oscu-ro el tañido de los violines así subiréis como hu-mo en el aire / así tendréis una fosa en las nu-bes no se yace allí estrecho.»

Primo Levi (1919-1987). Nace en Turín (Italia).Durante la Segunda Guerra Mundial se une a lospartigiani, el ejército alemán lo captura y confie-sa ser judío, quiere que los nazis sepan que los«corderos» también luchan.

En el libro Conversaciones con FerdinandoCamon Primo Levi manifiesta: «Cuando estabaen el campo de concentración tenía siempre elmismo sueño: soñaba que regresaba, que vol-vía con mi familia y les contaba, pero no me es-cuchaban. La persona que tengo delante no meescucha, se da media vuelta y se marcha. En elcampo les conté a mis amigos este sueño y mecontestaron: “A nosotros nos pasa lo mismo”.»(Conversaciones con Ferdinando Camon, Madrid:Anaya & Mario Muchnik, 1996.)

En el «camino de regreso» de Auschwitz es-cribe: Si esto es un hombre (1947), La tregua(1963), Los hundidos y los salvados, donde lee-mos:

«Las cenizas humanas provenientes de loscrematorios, toneladas diarias, eran fácilmentereconocibles como tales pues con gran fre-cuencia contenían dientes o vértebras. A pesarde eso, se usaron con distintas finalidades: pa-ra rellenar terrenos palúdicos, como aislante tér-mico en los intersticios de las construcciones demadera, como fertilizante fosfórico; especial-mente se emplearon como arenas para cubrirlos caminos de la aldea de las SS, situada jun-to al campo.» (Los hundidos y los salvados,Barcelona: El Aleph Editores, 2000.)

En 1987 el suicidio es su forma de llegar a laestación termini.

Elie Wiesel (1928), premio Nobel de la Paz (1986).Wiesel contaba apenas quince años cuando fuedeportado a Auschwitz con su familia y otros15.000 judíos de su ciudad natal, Sighet (Transil-vania); por aquel entonces territorio húngaro, hoyforma parte del Estado rumano. En Auschwitz vemorir a su madre y a una de sus hermanas, enBuchenwald es testigo del apaleamiento y muer-te de su propio padre. Liberado por las tropas alia-das cuando cuenta dieciséis años.

Auschwitz en la memoriaRamon-Carles Gelabert i Santané. Redacción Aula7activa

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En 1958 publica su primer libro, La noche: «Notenía nombre, esperanza ni futuro, y sólo se [le]conocía por [su] número, A70713. […] Nunca ol-vidaré esta noche, la primera noche en el cam-po, que hizo de mi vida una larga/noche cerra-da con siete llaves. / Nunca olvidaré este humo./ Nunca olvidaré las caritas de los niños cuyoscuerpecillos vi transformados en torbellinos/dehumo bajo un cielo mudo. / Nunca olvidaré es-tas llamas que consumieron para siempre mi fe./ Nunca olvidaré este silencio nocturno que meha arrancado para toda la eternidad el / deseode vivir. / Nunca olvidaré estos instantes queasesinaron a mi Dios y a mi alma, y los sueñosque/tomaron el aspecto de un desierto. / Nuncaolvidaré esto, aunque estuviera condenado a vi-vir tanto tiempo como Dios mismo. / Nunca.» (Lanoche, Barcelona: El Aleph Editores, 2002.)

Imre Kertész (1929), premio Nobel de Literatura(2002). A los 14 años de edad, año 1944, es de-portado a Auschwitz, de paso a su destino: Bu-chenwald, donde es liberado en 1945. «Cuandopienso en una nueva novela –afirma– siemprepienso en Auschwitz.»

En Kaddish por el hijo no nacido (1990) escri-be: «No hay manera de curarse de Auschwitz,nadie se recupera de la enfermedad que esAuschwitz.»

En el discurso de recepción del Nobel mani-fiesta: «Con horror, diez años después de ha-ber sido liberado del campo me di cuenta de que

todo lo que me quedaba de aquella experienciaeran algunas impresiones, unas cuantas anéc-dotas. […] ¿Para qué nos sirve aún la literatura?Me parece claro que una línea imposible de tras-pasar me separaba de la literatura y los idea-les, del espíritu asociado al concepto de literatu-ra. El nombre de esta línea de demarcación esAuschwitz. […] Cuando escribimos sobre Ausch-witz, debemos saber que, en un cierto sentido,Auschwitz suspendió la literatura. [...] Despuésde Auschwitz estamos más solos.»

Victor Frankl (1905-1997). Psiquiatra y super-viviente de Auschwitz, afirma que «el padeci-miento de una vida sin propósito» es la enfer-medad de nuestra época y que el hombrenecesita encontrar significado a su propia vidapara ser dueño de su destino. «[Gracias aAuschwitz] hemos llegado a saber lo que real-mente es el hombre. Tanto ha inventado las cá-maras de gas como ha entrado en ellas con lacabeza erguida y el padrenuestro o el ShemaIsrael en sus labios». (El hombre en busca delsentido, Barcelona: Paidós, 1999.)

Sesenta años nos separan de Auschwitz, sinembargo Zslot, Celan, Levi, Wiesel, Kertész,Frankl y tantos otros, que se nos antojan comofantasmas anónimos, nos gritan en palabras deEli Wiesel: «Los que estuvimos allá, nunca va-mos a poder salir; los que no estuvieron, nuncavan a poder entrar...»

Ellos son la memoria que nos impide olvidar.

Notas y referenciasEste artículo ha tomado textos de: AZANCOT, N. y LÓPEZ-VEGA, M. «Escribir después de Auschwitz». El

Cultural: http://www.elcultural.es/HTML/20050127/Letras/LETRAS11220.asp.

Más información en:• Museo y Memorial de Auschwitz-Birkenau: http://www.auschwitz-

muzeum.oswiecim.pl/html/eng/start/index.php.• Anna Heilman: http://www.annaheilman.net/index.html.

Anna Heilman es la última sobreviviente del complot para destruir el crematorio IV de Auschwitz-Birkenau.• The Nazi’s Testimony: http://www.guardian.co.uk/secondworldwar/story/0,14058,1386675,00.html, The

Guardian (Londres, 10 de enero de 2005).• Wikipedia, artículos:

- http://es.wikipedia.org/wiki/Auschwitz.- http://es.wikipedia.org/wiki/Campo_de_concentraci%C3%B3n_de_Auschwitz.

• The Vidal Sassoon International Center for the Study of Antisemitism: http://sicsa.huji.ac.il.• The Holocaust Martyrs’ and Heroes’ Remembrance Authority: http://names.yadvashem.org.• The Central Database of Shoah Victims’ Names:

http://names.yadvashem.org/wps/portal/IY_HON_Entrance.• The New Museum. http://www1.yadvashem.org/new_museum/overview.html.• Yad Vashem Magazine:

http://www1.yadvashem.org/about_yad/magazine/magazine_new/mag_36/home_magazine_36.html.• Enciclopedia del Holocausto: http://www.ushmm.org/wlc/sp.

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AKDAG…, éste es mi apellido, el que ha mar-cado mi vida y, quizás, haya condicionado mi for-ma de ser; el que me robó el pasado, pero al mis-mo tiempo me ha dado la vida. Una dualidad quesin duda alguna me ha marcado…

Mi padre es armenio nacido en Estambul. Losarmenios son un pueblo prácticamente desco-nocido, de ahí que a mi padre le llamen «el tur-co» y a mí también. No obstante, mi padre siem-pre dice que el hijo de un armenio es armenio.

Yo nací en España, en Huelva, igual que mimadre, pero los primeros cuatro años de mi vi-da los pasé en Alemania, y luego me trasladé aCataluña hasta el día de hoy. Nunca me he sen-tido identificado con ninguno de estos lugares,culturas o banderas. Siempre me he manteni-do al margen de los típicos y harto conocidos co-mentarios nacionalistas, xenófobos o racistas:«me siento catalán», «yo soy español», «los ma-rroquíes son diferentes», «este barrio está llenode sudacas», por poner algunos ejemplos.

Por otra parte, siempre he creído que todo serhumano tiene y siente miedo a no ser nada, y esprecisamente el miedo el que nos lleva a unir-nos a algo, a un grupo, a una organización o aun país. Creamos una bandera y bajo ella ya nosomos un ser individual y vulnerable, sino quenos sentimos algo más grande, más poderoso,respetado y reconocido por los que son comoyo. Pero ahí es cuando surge el problema: si soypaquistaní, tengo enemigos hindúes; si soy co-munista, no soy aceptado por la derecha; si soychechenio, odio a los rusos. De esta forma na-ce la semilla del odio, la intolerancia y su mássalvaje expresión, el GENOCIDIO.

A mí lo único que me interesa es ser y sentir-me una persona, un ser humano, nada más.Estoy convencido de que nuestro mundo seráun mundo mejor, cuando las personas sean y sesientan sólo eso, personas.

Pero hay algo que me inquieta desde el pa-sado, algo que no me deja seguir siendo quiensoy… Un día leí que todos los apellidos arme-nios terminan en –yan. Le pregunté a mi padrepor qué nuestro apellido es Akdag, de origen tur-co, si somos armenios, y me contó la historia denuestro apellido.

Lamentablemente hasta hace unos años nocomprendí cuál era su importancia. Gracias a la

globalización e Internet, empecé a leer e infor-marme. Averigüé hechos que los libros de co-legio no recogen, hechos que la mayoría de lagente desconoce, porque el tiempo los ha idoenterrando poco a poco hasta casi extinguirlos…

El genocidio armenio

Tras la decadencia del Imperio Otomano y la pér-dida de poder, aparece el Partido de los JóvenesTurcos, cuyo objetivo radica fundamentalmen-te en acabar con el país heterogéneo con el quese encuentran y crear un estado nuevo, homo-géneo, una nación poseedora de un mismo gé-nero o de iguales caracteres. Para conseguir di-cho objetivo, el pueblo armenio representa ungran obstáculo…

A partir de ese momento, los jóvenes turcosdeciden eliminar la cuestión armenia con un plande exterminio perfectamente trazado.

El 24 de abril de 1915, detienen y asesinana 650 armenios, entre ellos intelectuales, políti-cos, poetas, clérigos, etc. Con este ello preten-den decapitar el progreso intelectual, profesio-nal y artístico del pueblo armenio, y sobre todoimpedir que se organicen y defiendan.

Más tarde, con la excusa de la Gran Guerra,envían a hombres armenios de entre 15 y 45años a la guerra, sin munición ni armas. Sim-plemente son utilizados como mano de obra pa-ra cavar trincheras, que luego se convertirán ensus propias tumbas.

El siguiente paso consiste en la deportaciónde la población civil en todas y cada una de laslocalidades armenias. Se forman las denomina-das y bien organizadas «caravanas de la muer-te». Aquellos que viven en los pueblos del nortese dirigen hacia el mar Negro para morir aho-gados; los que habitan en el centro de Anatoliacaminan en dirección al desierto para ser arro-jados a los pozos que allí había. Las largas mar-chas se acompañan de violaciones, torturas yrobo de las pocas pertenencias que cargan a susespaldas.

En un solo año, el fatídico 1915, los JóvenesTurcos consiguen privar y arrebatar a los arme-nios una herencia que se remonta a tres mil añosatrás; consiguen profanar sus iglesias, quemary destruir sus bibliotecas; consiguen ver redu-

AKDAGJ. Mihran Akdag

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cidas a escombros sus localidades y aldeas; con-siguen aniquilar una antigua civilización en estaregión.

Aproximadamente 1.500.000 armenios sonasesinados y a los supervivientes se les obligaal exilio. De los 2.100.000 armenios que existenen Turquía en el año 1912, pasan a 77.435 en1927 y en la actualidad no llegan a 50.000.

No sólo los turcos intervienen directamente eneste holocausto. La Alemania de aquella épocaes la mejor aliada y cómplice de Turquía, ya quecomparte el mismo objetivo genocida de crearuna raza aria pura. Pocos años después lo lle-varía a cabo. Por otro lado, los turcos se sirvende los kurdos, quienes a cambio de aceptar de-terminadas promesas, participan activamente enlas sangrientas matanzas, las mismas que añosmás tarde sufrirían también como pueblo.

Y lo más grave es que también intervienen eneste exterminio los gobiernos de otros muchospaíses, que estaban debidamente informadosde lo que estaba sucediendo y no hicieron nadapor evitarlo, o dejar que por lo menos saliera ala luz. Si se hubiera actuado a nivel internacio-nal quizá los nazis no hubieran cometido tam-poco el genocidio judío.

En una reunión, Adolf Hitler utilizó como ar-gumento para convencer a los generales de susplanes genocidas: «¿Quién recuerda hoy la ma-tanza de los armenios?»

* * *AKDAG es el nombre de una montaña. Cercade ella, convivían pacíficamente turcos y arme-nios hasta que llegó el odio…

Ante aquella barbarie, el alcalde de un pue-blecito de origen turco decidió arriesgar su viday salvar a un niño armenio, mi abuelo. Le pusopor apellido AKDAG para que no fuera identifi-cado y asesinado por las tropas turcas. De la his-toria de mi abuela, lo único que se recuerda es

que fue rescatada cuando era niña de una mon-taña de cuerpos sin vida, donde sólo se movíanlas ratas. Aquellos roedores marcaron su ros-tro para siempre. A mi abuela nunca se le olvi-daría lo que el hombre es capaz de hacer.

Todo esto me conmueve en lo más profundode mi alma y si quiero ser sincero he de reco-nocer que crece en mí la tentación de caer enel nacionalismo, en identificarme como armenio,en recuperar la memoria de un pueblo para queaquella atrocidad no caiga en el olvido. No pue-do permitir que el genocidio se complete. No quie-ro creer que se puede «exterminar». No puedopermitir que un pueblo muera para siempre.

Olvidar lo que ocurrió es perder una gran lec-ción para los tiempos venideros. Pero el geno-cidio armenio, como otros, encierra un mensa-je mucho más profundo que no me pertenece amí pronunciarlo ni a cualquier armenio, sino a to-da la Humanidad.

Víctimas y verdugos se mezclan bajo la mis-ma bandera, en un mismo país. Dentro del mo-vimiento nazi, hubo hombres que arriesgaron suvida para salvar a judíos; naciones, que hoyabanderan la libertad de los pueblos, cometenlas peores atrocidades, matando a miles de per-sonas inocentes; gobiernos, como el israelí porsus intereses militares con Turquía, todavía nohan reconocido el genocidio armenio; inclusola misma Turquía de hoy en día oculta y niegasistemáticamente el GENOCIDIO que cometió, yexige además su reconocimiento y entrada enEuropa.

Quizás algún día nos desmarquemos de losnacionalismos, de las ideologías de aquellos go-biernos obtusos que sólo piensan en sus propiosintereses, sin intentar comprender que el ser hu-mano está por encima de todo, sea de la na-cionalidad, raza o condición que sea. En defini-tiva, que el hombre merece ser respetado sóloy únicamente por ser un ser humano.

• En lasfotografiasde época,dos aspectosdel genocidioarmenio. Abajo a laderecha vistapanorámicade monteAkdag

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Baviera fue el gran feudo del nazismo, baldóndel que difícilmente podrá deshacerse. PeroBaviera es mucho más y, sin duda, un lugar quemerece la pena conocerse, tanto por su historiacomo por ser un placer para los sentidos.

Siendo el mayor de los estados alemanes, tie-ne el mérito de que todo su territorio es una jo-ya paisajística, cultural y arquitectónica. Es unatierra de la que se sienten muy orgullosos susnativos (y no es para menos, la verdad), senti-miento del que es sencillo percatarse: los tram-pantojos (pinturas en las fachadas) de las casasnos muestran escenas costumbristas y religio-sas; especialmente en los pueblos y entre la gen-te mayor, todavía hoy se ven hombres y muje-res vestidos a diario con el que aquí conocemoscomo típico traje tirolés; siguen fieles a su gas-tronomía (nada que ver con la profusión deMcDonald’s de Francia); el tarado de Ludwig IIaún es un personaje idolatrado; más que comoalemanes se definen como bávaros y, aunquepasen décadas, los cambios no se hacen evi-dentes para el viajero. Visité Baviera por prime-ra vez en el año 1987 e hice el mismo viaje en2004; excepto por los vehículos, apenas percibícambios, algo que para quienes vivimos en es-ta España entregada al hormigón y las excava-doras resulta sorprendente.

Sociedad eminentemente católica y derechis-ta (fue el único estado alemán que no ratificó laConstitución alemana de 1949 y todas las elec-ciones posteriores a la SGM las ha ganado elmismo partido de derechas, el CSU), habría de-primido a Lutero si éste echase un vistazo hoyal interior de las iglesias bávaras: las protestan-tes apenas si son frecuentadas por personasbastante mayores y las católicas rebosan de ni-ños, jóvenes y adultos (y Ratzinger todavía noera Papa). Sólo habría encontrado consuelo enque unas y otras siguen teniendo unos órga-nos magníficos y organizando estupendos con-ciertos semanales, por pequeña que sea la lo-calidad o la iglesia. Es ciertamente envidiable la

cantidad de actos culturales que un turista en-cuentra en esas ciudades, incluso en las de unospocos miles habitantes.

La parte amable de Baviera se completa consus paisajes alpinos de una belleza apabullantey con su variopinta arquitectura. Son imprescin-dibles pueblos medievales como Rothemburg obder Tauber y Dinkelsbühl: con murallas transita-bles, torreones y casas entramadas. Incluso sepuede hacer la ronda nocturna con el sereno que,ataviado a la antigua usanza, acude de taber-na en taberna avisando que es la hora de cerrary volver a casa, al tiempo que cuenta la histo-ria del pueblo de Dinkelsbühl.

Entre los pueblos medievales y la anodina ar-quitectura moderna, el viajero puede visitar lospreciosos castillos de Ludwig II. De los tres queedificó sólo consiguió terminar uno (el más pe-queño, el Königsschloss de Linderhof, en el queconstruyó una cueva artificial con estanque yestalactitas, con la única finalidad de que Wagnerrepresentase allí su Tannhäuser; el composi-tor no visitó el lugar ni una sola vez), dejó enproyecto muchos otros y así consiguió dilapidarno sólo la fortuna de su familia sino, en buenaparte, la del estado bávaro. Entre sus últimasvoluntades dejó órdenes para que, a su muer-te, todos sus castillos fuesen destruidos, puesconsideraba que eran obras sublimes que el vul-go no debía ver, porque ello equivaldría a unaprofanación. Su modelo indiscutible de hombrede Estado era el absolutista Luis XIV (a él de-dicó dos de sus castillos, llenándolos de soles)y, con todo, sigue siendo uno de los personajesmás queridos entre los bávaros. Incomprensible.

¿Y qué vestigios del nazismo encuentra el via-jero? Sinceramente, pocos. El nazismo se cuidóde construir campos de concentración en su be-lla y amada Baviera, tan sólo Dachau (que fueel primero de todos y modelo para los siguien-tes, inaugurado en marzo de 1933 –Hitler habíallegado al poder dos meses antes–) y Flossen-bürg. La mayoría de pabellones de Dachau (in-

Baviera: Un paseo por el núcleo del nazismoEva Basterra Alonso. Presidenta de AEGUAE

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mediaciones de Múnich) fue destruida, pero aúnpueden visitarse algunos edificios originales, sien-do especialmente sobrecogedores los dos le-vantados para los hornos crematorios, uno deellos con una cámara de gas que nunca fue uti-lizada. El pabellón que albergó las cocinas, la-vandería, baños y almacén acoge una exposi-ción permanente sobre el campo de Dachau ylos horrores nazis.

¿Quién no recuerda las imágenes de Hitler enuna terraza, con unas vistas impresionantes delos Alpes, junto a Eva Braun, sus oficiales o superra pastor alemán? Ese refugio de montañaque Martin Bormann mandó construir en Ober-salzberg (Berchtesgaden), como regalo paraHitler en su 50.º cumpleaños, a una altitud de1.834 m, permanece intacto y puede ser visita-do por cualquiera que así lo desee. Hoy la fa-mosa terraza es una cafetería (¡!), lo mismo queel gran salón interior. 3.000 trabajadores lo cons-truyeron en 13 meses, junto con el túnel de ac-ceso a la cúpula de entrada al ascensor reves-tido en latón (aún se conserva el original), queasciende 124 m por dentro de la montaña, has-ta llegar al refugio. El resto de estancias hitle-rianas de la localidad fue totalmente destruidopor los bombardeos del ejército británico.

Y, por último, Nuremberg (Nürnberg). De estabonita ciudad de historia milenaria, reconstruidacon las ruinas que quedaron tras los bombar-deos aliados (fue la segunda ciudad alemanamás destruida, tras Dresde), quedan en la me-moria las imágenes más hitlerianas. Desde 1927

fue la ciudad nazi por excelencia (acogía las reu-niones anuales del partido nazi); en 1933 Hitlerla declaró Ciudad de los Congresos Partidariosdel Reich, lo que suponía que cada año se reu-niesen unos 500.000 nacionalsocialistas, la ma-yoría uniformados, que copaban todas sus ca-lles y, para acoger mejor a esta muchedumbre ysus desfiles, mandó construir un enorme com-plejo conocido como Campo Zeppelin que, aun-que sólo se ejecutó en su fase inicial, todavíasubsiste y hoy está dedicado a la promoción delos Derechos Humanos.

Estar en el coliseo y la gran avenida dondeHitler lanzaba sus discursos llenos de odio y sim-plismo y presidía los desfiles del ejército y las ju-ventudes hitlerianas, es una experiencia rara quete hace consciente de la megalomanía de Hitler.Ver al mismo tiempo fotos de la época y a unomismo en esos lugares, te sume en un estadoque es una mezcla de silencio, tristeza, perple-jidad y total incomprensión.

Viajar es un placer y una gran herramientaeducativa. Conoced Baviera, pero no sólo la par-te bonita o romántica; id también a la más triste.Y si alguna vez tenéis la posibilidad, visitad Aus-chwitz y Birkenau (junto a Cracovia, Polonia).Ninguna lectura ni documental os transmitirá lasemociones y reflexiones que vuestra presenciafísica en esos museos del horror os proporcio-nará. Ni queriendo podría olvidar el escalofrío to-tal que sentí cuando toqué la chaqueta de rayasde un preso judío en Auschwitz. Triste, pero ne-cesario.

• A la izquierda, castillo deNeuschwanstein (Füssen) construido porLudwig II.

• Arriba Coliseo construido por Hitler enNuremberg.

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Sigo sin comprender por qué se continúa exter-minando a pueblos, por qué continuamos matandoy asesinando a otros seres humanos hoy, en elpresente, en mi tiempo. Me entristece profunda-mente que no exista una organización mundialcuyo ejército de banderas blancas apague cual-quier intento de discriminación, guerra o extermi-nio. Me entristece que no se viva con y para lapaz, con y para el respeto. Me entristece que semaltrate y discrimine al vecino porque habla unalengua distinta, porque viste unas ropas distintas,porque come unos alimentos distintos o porquevenera a un dios distinto; y más aún me entriste-

ce que se mate al vecino por tener simplementeun color de piel distinto y tal vez unos ojos y dien-tes distintos. Me entristece que hoy, en el presente,en mi tiempo, el ser humano continúe siendo lamás sanguinaria y cruel de las bestias. Una bes-tia que abre fuego y decapita sin tregua a otroigual, a otro hermano, a otro ser que respira y sien-te igual que yo. Sólo me formulo una pregunta,porque la historia y los testimonios de otros tiem-pos no han sido suficientes para recapacitar y rec-tificar, para humanizarnos, para ser de una vezy para siempre SERES HUMANOS: ¿hasta cuándodejaremos de ser la peor de las bestias?

Me entristeceRosa Moya Armengau. Licenciada en Filología Española

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