Wilson Patricia - Al Limite de La Inocencia

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Patricia Wilson. AL LMITE DE LA INOCENCIA, Ttulo original: Burden of Innocence. Coleccin: Jazmn N. 1141-28.2.96. Gnero: Contemporneo Protagonistas: Armand Couvier y Sarah Thorpe Argumento: Cuando Sarah, tratando de complacer a su padre, acept viajar hasta Francia para conocer a Cline Couvier, supo que tendra problemas. Saba que no le resultara sencillo convivir durante un mes con la mujer que haba sido la amante de su difunto padre. Pens que todo le sera ajeno: el pas, el idioma, aquella seora... lo que nunca hubiera imaginado era que todo aquello era un lecho de rosas comparado con los problemas que Armand, el hijo de Cline, le iba a causar...

CAPTULO 1TE ests volviendo imposible! La voz son grave e impaciente y Cline Couvier mir hacia arriba con expresin fingida de dolor. Yo? Imposible? Por qu imposible? Armand Couvier mir a su madre con los ojos entrecerrados. Sabes perfectamente que piensas manipular a esa chica en tu beneficio. No es en mi beneficio, Armand. Quiz s haya pensado en manipularla, pero es con la mejor intencin. Adems, era la ltima voluntad de su padre y no pude negarme. Me parece que casi nunca le negaste nada murmur Armand y Cline sonri, como recordando. Eso es verdad. Dur mucho tiempo... veinte aos para ser exactos. Nos queramos mucho. Pero no tanto como para casaros coment Armand con una mirada escptica. A mi manera de ver, ser la amante de alguien durante tanto tiempo no habla realmente de un verdadero amor. No haba posibilidad de casarse. Los dos ya estbamos casados Cline se puso de pie. Ya es hora de que te vayas dijo con firmeza. No s por que acepto todo esto indic. Para m todo este asunto es indigno. Te vas a entrometer en una vida de la que no sabes nada.

Yo s mucho acerca de su vida. Ella va a necesitar ayuda. Y quin puede drsela si no yo?

-T no la conoces! Grit Armand y se volvi para mirarla de frente. Quiz la chica no estuviera tan dispuesta a venir si supiera exactamente lo astuta que eres y lo que piensas hacer. Ella me prometi que vendra. Se lo jur a su padre y yo la llam por telfono tan pronto como recib la carta de John. l lo dispuso todo antes de morir. Adems, t no sabes lo que pienso hacer, querido Cline le lanz una mirada directa a su hijo. Era una mujer decidida, que no se dejaba intimidar por nada ni por nadie. Por lo general, yo no divulgo lo que pienso, ni tampoco mis asuntos. Asuntos... s. Es obvio que yo nunca supe nada de este asunto que parece haberse prolongado durante casi toda mi vida. No tenas por qu saberlo. En aquel entonces eras un quinceaero, una poca de la vida en la que es muy fcil asustarse y tambin condenar. John y yo fuimos muy discretos. Jams hubo posibilidad alguna de que pudiramos casarnos. Estaba tu padre. Yo jams me habra divorciado de l. Yo me cas para toda la vida. Armand ri con cinismo y se qued mirndola, con las manos en los bolsillos. Celina pareci un poco turbada. Bueno, quiz esa no sea la nica razn. Tambin estabas t. A la larga todo iba a ser para ti y yo no quera que perdieras parte de tu herencia simplemente porque tu padre y yo ya no nos soportbamos mutuamente. S lo que dice la ley, pero tambin conoca a tu padre. Saba cmo funcionaba su mente. Habra hecho que sus abogados encontraran la manera de hacerme dao y lo hubiera hecho a travs de ti. Hubieras perdido algo o te habras encontrado con problemas que no podas resolver. l era un hombre que poda atacar desde la tumba, y planearlo as. No quise arriesgarme. Me parece de mal gusto gru Armand y su mirada adopt aquel aspecto sombro y tormentoso que Cline conoca tan bien. No te parecera de mal gusto si estuvieras en mi lugar indic ella. Ahora apresrate, querido. No queremos que la chica se quede all, temblando de fro, sin saber a dnde ir. Temblara mucho ms si supiera a lo que se va a enfrentar. Que no se te ocurra mezclarme a m en tus planes le advirti Armand. Tengo demasiadas cosas que hacer. Ya lo s. No tengo planes. Se trata slo de apartar un poco a esa chica del hombre con quien est relacionada en Inglaterra. Si la puedo convencer de que se quede aqu por algn tiempo, entonces s que voy a necesitar un plan. Y sin lugar a dudas te voy a buscar para que me ayudes. Y perders el tiempo. Me opongo a todo esto y no me gusta hacer planes acerca de las mujeres murmur Armand y consult el reloj de oro que llevaba en la mueca. La vida es fcil para ti porque la haces correr como un caballo bajo el ltigo. T no necesitas planes. En cuanto a las mujeres, sin lugar a dudas, caen a tus pies y te suplican que las pises. Yo siempre he necesitado hacer planes, pero acabo de decirte que no tengo ninguno ahora. Qu, no te vas a cambiar?

Ya me he cambiado le asegur Armand. Limpio y arreglado. Soy un simple chfer en todo esto. Pens que ibas a ponerte un traje... Pensaste mal. Voy a buscar a esa chica vestido como estoy o no voy. Cline vio la expresin de su hijo y comprendi que no tena sentido discutir. Armand haba tomado una decisin y, cuando lo hacia, era imposible hacerlo cambiar de idea. Muy bien. Supongo que de todas formas llamas la atencin de cualquier mujer, a pesar de lo que lleves puesto. Eres muy guapo, Armand. Siempre me he sentido muy orgullosa de ti. Porque entonces la gente sabe que soy tu hijo? Lo guapo te viene de tu padre, querido le inform ella con voz un tanto spera. Entonces se toc la frente. Pero cualquier astucia que tengas procede de m. Los ojos oscuros de Armand comenzaron a sonrer. Ir, pero no intentes mezclarme en tus planes. Te lo advierto por ltima vez, Cline. Crees que yo sera capaz de hacer eso, Armand? Acaso no llevo a cabo siempre todos mis asuntos en secreto? Armand se dirigi a la puerta y sali desde la ventana. Cline lo contempl mientras suba a su coche. Su hijo era fuerte y bien parecido, con una gracia casi felina en sus movimientos, y no era un hombre con quien se pudiera jugar. Cline sonri. A pesar de las sospechas de Armand, no tena ningn plan. Estaba acostumbrada a pensar las cosas en el momento y aunque haba visto fotos de la hija de John, no tena la menor idea de cmo era. De todas maneras, muy pronto la chica iba a tener mucho ms dinero de lo que era bueno para ella y aquel hombre la tena en sus garras. Si esa haba sido la opinin de John, entonces era verdad. El rostro de Cline adquiri un aspecto de determinacin. John haba querido aquello. Le haba encargado a ella una tarea que iba a llevar a cabo lo mejor que pudiera. Era lo ltimo que poda hacer por l. Esperaba el momento en que Armand llevara a su casa a la hija del hombre al que haba amado durante tantos aos. Armand se alej en el coche por el sinuoso camino y observ el campo que rodeaba el castillo. No era un lugar grandioso, pero s espectacular. Sobre todo en momentos como aquel, cuando nubes negras de tormenta se acumulaban detrs de las torres y el viento sacuda las copas de los rboles cercanos. Aspir el olor de la lluvia y observ con satisfaccin los campos ya arados. Haba mucho mucho por hacer y, como de costumbre, tena muy poco tiempo. Al da siguiente tendra que encargarse de que los hombres trabajaran en las tierras ms cercanas al mar.

Una vez ms Armand frunci el ceo. No saba por qu se estaba mezclando en aquello, pero s saba una cosa: de ahora en adelante tena la intencin de desconectarse. Si la chica hubiera tenido un mnimo de sentido comn, entonces no habra venido. Se pregunt si conocera la relacin que haba tenido su

padre con Cline. Ella se habra llevado la misma sorpresa que l se llev cuando su madre le cont la verdad el da anterior. Armand no senta un disgusto especial por eso. Conoca perfectamente la vida que Cline haba llevado con su padre, pero jams haba imaginado que tambin haba llevado una vida secreta. Si haba que jugar a algo, Cline estaba dispuesta a hacerlo. Y la chica inglesa tambin iba a tener que ser muy inteligente para no dejarse enredar en aquella trampa planeada por su madre. Armand estaba seguro de que ella tena un plan, a pesar de lo que haba dicho. Pero con tal de que l no se viera envuelto en todo aquello, ella poda hacerlo que se le antojara. El castillo no era enorme, pero s lo suficientemente grande como para que pudiera permanecer alejado de ella. No iba a desperdiciar su tiempo con una chica que probablemente sera caprichosa y maleducada. Tena alguna idea del tipo de vida que llevaba la gente muy rica en Inglaterra y John Thorpe haba sido uno de los ms ricos. Estaba seguro de que aquella chica se haba soltado el pelo desde muy joven. Se pregunt si el hombre en cuestin la acompaara. Cline no se iba a poner muy contenta si ella apareca acompaada por el hombre cuya existencia haba provocado todo aquello. Armand mir su reloj una vez ms cuando aceler en la autopista y su coche de color gris plateado avanz rpidamente. Si segua distrayndose con cosas que no le importaban, entonces la chica se iba a quedar esperndolo en Pars. Lo nico que tena que hacer era identificarla y llevarla hasta el castillo. El resto dependa de Cline. Pars estaba cubierto por el mismo cielo amenazador cuando Armand por fin aparc el coche en el aeropuerto. El avin de Londres ya deba de haber llegado y el papeleo deba de estar casi concluido. Armand consider que haba llegado en el momento perfecto. No tena deseos de estar all mucho tiempo, pues haca mucho fro. Entr en el edificio y mir a su alrededor, pensando que le iba a costar trabajo localizar a la chica. Ni siquiera contaba con una fotografa. Lo nico que tena era la descripcin que le hiciera su madre. Era rubia... y lamentablemente el lugar pareca estar lleno de gente rubia, procedente en su mayor parte del avin de Londres. Permaneci inmvil, con las manos en los bolsillos. Tendra que esperar a que el lugar se quedara casi vaco y entonces buscar entre los que quedaran a alguien que esperara ser recogida. Sin lugar a dudas la chica tendra un aire de superioridad. Era inglesa, la hija de un hombre muy rico y seguramente estaba acostumbrada a que la trataran muy bien. Armand pensaba ya que estaba perdiendo el tiempo cuando de pronto descubri a una chica que seguramente era la que buscaba. Era alta, delgada y de cabello rubio. La melena le llegaba hasta ms abajo de los hombros, como una cortina brillante. Llevaba una cinta sobre la frente, que enmarcaba un rostro bastante plido. Pareca un tanto perdida, como si esperara a alguien, por lo que Armand decidi que lo esperaba a l. La observ por un momento. Pareca ms asustada que altanera, un tanto desconcertada, y eso lo sorprendi. Pens que lo ms probable era que aquella chica hubiera viajado por todo el mundo con su padre. Seguramente, un aeropuerto no la impresionaba. Entonces record que su padre haba muerto apenas dos semanas antes. Segn Cline ellos haban estado muy unidos y Armand se pregunt si para ella todo aquello resultara una sorpresa tan grande como para l. Se lo habra contado su padre desde

tiempo atrs? Eso pareca poco probable. Segn su madre, la chica tena slo veintitrs aos de edad. Tal y como l haba esperado, ella iba muy bien vestida. Llevaba un traje azul oscuro que contrastaba fuertemente con la palidez de su rostro y de su cabello. Tena los ojos almendrados. No poda ver el color, pero estaba seguro de que no eran ojos oscuros, como los suyos. Entonces decidi que lo mejor era acercarse a ella. Armand apret los labios. La chica no era como l se la haba imaginado. Tena una cierta belleza delicada. Algo que no esperaba encontrar en una mujer que estaba relacionada con un hombre de tan mala reputacin. Quiz John Thorpe se haba equivocado o haba sentido celos, ya que aquella era su nica hija. Pero tambin era muy probable que aquella delicada belleza tuviera la mente de una avispa voraz. Era la ltima vez que se iba a dejar involucrar en algo planeado por Cline. Sarah permaneci inmvil observando el mar de rostros que la rodeaba. Esperaba que alguien fuera a buscarla, tal y como se lo haba prometido la mujer. Le resultaba imposible no sentirse nerviosa. Las dos ltimas semanas haban sido devastadoras y la ltima revelacin de su padre la haba dejado insensible por dentro. Pero a pesar del impacto tena que cumplir aquella promesa que le haba hecho a su padre y nadie podra evitarlo. Sin embargo tena que admitir que se senta alarmada, falta de vitalidad y casi enferma por dentro. El ltimo da que haba pasado con su padre la haba dejado desconcertada. Saba que l iba a morir, pero no tena la menor idea de la naturaleza de sus revelaciones. Todava no se lo poda creer por completo. Desde que ella era casi un beb su padre haba llevado una doble vida. Ahora se iba a encontrar con la mujer que haba estado ms cerca de l que nadie, y no tena la menor idea de cmo comportarse en una situacin semejante. Su discusin con Graig tampoco la haba ayudado mucho. Su actitud la haba molestado. Segn l, su padre ya se haba ido y nada podra hacerlo regresar. Craig quera que ella lo olvidara todo e ignorara aquel viaje a Francia, pero Sarah se haba mostrado inflexible. Iba a cumplir su promesa a pesar de las consecuencias. Su padre la haba querido mucho. Si l tambin haba amado aquella mujer, entonces tena una buena razn para pedirle lo que le haba pedido. Pero al mismo tiempo no le gustaba discutir con Craig y saba que ltimamente haba dependido demasiado de l. Craig deseaba que la relacin entre ellos creciera, pero Sarah no. l le agradaba, pero algunas veces su estilo de vida le preocupaba. Adems, faltaba tambin aquella chispa misteriosa. Sarah jams la haba sentido con algn hombre, pero su instinto femenino le deca que deba de estar presente; de otra manera el matrimonio sera algo as como un trato comercial muy complicado. Sarah volvi a la realidad cuando se dio cuenta de que un hombre la observaba con insistencia. Ella apart la mirada, pero casi de inmediato volvi a mirarlo y se estremeci, ya que ese hombre pareca observar con frialdad. Era alto, de aspecto fuerte y seguro de s mismo. Pero no tena aquel aire de superioridad que les sobraba a muchos de los hombres que ella conoca. Su confianza en s mismo era fsica y mental, segura y muy real. Vesta con unos vaqueros, un suter de cuello alto y una chaqueta gris, pero a pesar de su ropa informal daba una imagen muy elegante. Ella estaba acostumbrada a ver hombres elegantes, pero se era alarmantemente diferente. Sarah apart la mirada, pero aun as los ojos oscuros de aquel hombre quedaron fijos en su memoria

como si la hubieran marcado. Se sinti incmoda; no saba por qu la miraba as. Nunca antes la haban mirado con una intensidad tan irritante. Sarah no pudo evitar levantar la vista hacia l una vez ms y de pronto el hombre apret los labios y la mir con los ojos entrecerrados. El corazn se le aceler al mximo cuando vio que se diriga hacia ella. Sera aquel hombre la persona que tena que ir a buscarla? Sarah rez porque no lo fuera, pero sus esperanzas se desvanecieron cuando l se detuvo delante de ella. Mademoiselle Thorpe? S Sarah sinti que le faltaba la respiracin y se puso tensa cuando vio que l se inclinaba para recoger su equipaje. Soy Armand Couvier, mademoiselle. He venido para llevarla al castillo. Armand levant el equipaje con una facilidad que indicaba gran fuerza y Sarah lo sigui hacia la salida con la mente dando vueltas, porque en ese momento la situacin resultaba ms preocupante que sorprendente. Castillo? Nadie le haba hablado de un castillo. En realidad no haba sido mencionado ningn lugar en especial, pero Sarah tena entendido que iba a estar cerca de Pars. Quiz el castillo lo estuviera, pero ahora la chica se senta muy incmoda. Cmo haba podido ser tan tonta para ir hasta all sin exigir una direccin? El nombre era correcto. Madame Couvier haba hablado con ella por telfono, brevemente y slo para saber si estaba dispuesta a cumplir la promesa que le haba hecho a su padre. Cuando ella le contest que s, aquella mujer le explic que su hijo ira a buscarla a Pars. Ahora Sarah se senta como una tonta por haberse puesto tan fcilmente en las manos de aquel hombre inquietante. Armand no dijo nada, pero la vista de su coche le result algo tranquilizadora... por lo menos era real. Sarah senta que se ahogaba en un mundo irreal. Las dos ltimas semanas la haban hecho sentirse as y aquel encuentro no haba mejorado la situacin. Se senta como adormecida por la impresin, incapaz de decidir si aquel hombre estaba a punto de secuestrarla o no. Cuando el equipaje qued bien guardado, el hombre le abri la puerta del coche con un gesto amable pero fro. La mir una vez ms cuando puso el vehculo en marcha. En medio del fragor del trfico, dentro del coche pareca haber una cierta tensin que aument cuando el aeropuerto qued atrs. Despus de recorrer algunos kilmetros result obvio que aquel hombre no pensaba dirigirle la palabra y, en ese momento, Sarah sinti que su miedo se converta en irritacin. Ella no haba deseado aquello. Ella no haba querido conocer a madame Couvier; todo haba sido por cumplir los deseos de su padre. Pero de todas maneras le pareci que tena que romper ese silencio. Iba a encontrarse con una mujer a la que nunca haba visto. Eso iba a resultar incmodo, quiz penoso, y si poda hablar con Armand Couvier de una manera civilizada antes de llegar all, entonces quiz no se sentira tan sola. Sarah se oblig a s misma a hablar. Vamos muy lejos, monsieur? Bastante. Me temo que no vivimos cerca del encanto de Pars.

Armand se qued callado y Sarah intent entablar conversacin una vez ms. Parece que va a haber una tormenta coment y l hizo una exclamacin de irritacin. Este no es el mejor momento para visitar el norte de Francia. Al igual que Inglaterra en esta poca del ao, el tiempo es lluvioso. Conoce usted el norte de Francia, mademoiselle? No Sarah lo mir esperanzada. Quiz l se haba decidido a hablar despus de todo. Slo conozco el sur. Armand hizo una mueca y Sarah se arrepinti de haber hablado. Sin lugar a dudas l pensaba que ella pasaba sus vacaciones en la Riviera, tomando el sol, jugando y desperdiciando el tiempo. Siento mucho que haya tenido que venir a buscarme, monsieur. Por supuesto que usted no tena nada que ver en esto. Lo hago por mi madre. Ella me pidi que fuera a buscarla y yo acept. Se lo agradezco. Pero slo quera decirle que usted no tena ninguna obligacin. Y usted s la tena? Hice una promesa. Una promesa que tengo que cumplir. Una promesa que creo que su madre tambin est cumpliendo. Por qu? Por qu es esa promesa tan importante para usted? le pregunt l con hostilidad. Mi padre me pidi que conociera a su... A su amante termin Armand por ella con frialdad. Eso es lo que ella fue durante muchos, muchos aos. Lo s... mi padre me pidi que viniera aqu y me quedara... un mes. Un mes? Eso llam la atencin de Armand, que lanz una mirada de sorpresa a Sarah. Ella no me dijo eso. Mi madre slo me dice lo que desea que sepa. Hasta ayer yo desconoca esa relacin. No va usted a algn hotel cmodo donde pueda ignorarla, mademoiselle. Mi madre es una mujer muy decidida. Est usted preparada para quedarse durante todo ese tiempo con alguien a quien no conoce? Tengo que hacerlo contest Sarah y el corazn se le encogi todava ms. Voy a cumplir lo prometido aunque me va a resultar muy difcil. En realidad, no me sobra el tiempo. Y qu hace usted con su precioso tiempo, mademoiselle? Tengo un trabajo, monsieur, que he descuidado desde que mi padre cay enfermo Sarah mir hacia adelante y se dio cuenta de que haba empezado a llover. Un trabajo, mademoiselle? Tengo una tienda. Una tienda? pregunt sorprendido. Qu tipo de tienda?

Una tienda de libros. Por el momento es muy pequea, pero quiero ampliarla. Ah, usted desea un negocio grande y prspero. No. Simplemente quiero ofrecer ms libros Sarah se dijo que por alguna razn a Armand le gustaba burlarse de ella y no entenda por qu. Pens que usted tendra algn tipo de profesin despus de haber estudiado en la universidad. Yo no fui a la universidad. No tena deseos de hacerlo. En Inglaterra no es obligatorio estudiar en la universidad. Los que no lo hacen no reciben un castigo. Yo deseaba tener un negocio propio, pasarme la vida entre libros. Eso es lo que hago. Sarah casi pudo sentir la sonrisa que esboz Armand ante su tono, pero no le import. l la haba hecho enfadar y ella no era una debilucha. Si Armand quera respuestas a sus preguntas, iba a tener que or las que ella le quisiera dar. Entonces ha dejado usted cerrado el negocio? No. Una amiga lo atiende. Una compaera de escuela. Tiene los mismos intereses que yo y me siento tranquila de que ella est a cargo de la tienda, aunque ya lleva bastante tiempo Sarah suspir . Cuando mi padre cay enfermo fui en seguida a reunirme con l. En ese momento la lluvia arreci y se resinti de la sensacin de estar encerrada dentro de un coche con un desconocido, un hombre a quien por alguna razn le caa mal, aunque realmente no la conoca. Esperaba no tener que verlo muy a menudo durante el tiempo que pasara en el castillo con su madre. Se senta sola y cansada. Vamos mucho ms al norte? una vez ms Sarah sinti la necesidad de romper el silencio. S, bastante. Mi madre y yo somos campesinos del norte. Sarah decidi permanecer callada a partir de ese momento. Si l no poda comportarse de manera civilizada, tampoco ella tena por qu hacerlo. Apoy la espalda en su asiento, entrelaz las manos en su regazo y decidi no hablar ms.

CAPTULO 2CASI haba oscurecido cuando Armand sali de la autopista. Sarah estaba cansada, tena sed y, para su sorpresa, bastante hambre. Los nervios no la haban dejado comer antes de partir y se haba dicho que comera algo al llegar a Pars. Pero no haba tenido tiempo y ahora senta la necesidad de hacerlo. Esperaba que madame Couvier se mostrara un poco ms educada que su hijo. De repente, Sarah dej de pensar en aquello cuando se dio cuenta de que ahora viajaban por camino entre rboles, y de nuevo sinti miedo. Una vez ms se dio cuenta de que estaba junto a un hombre inmisericorde que, sin ninguna razn, pensaba mal de ella. Por un momento se arrepinti de no haberle pedido a Craig que la acompaara. Claro que l se habra negado. l no quera abandonar Londres y tambin habra sido imperdonable llevarlo a la casa de unos desconocidos. Estaba segura de que aquello hubiera enfurecido a Armand Couvier hasta lmites insospechados. El camino se fue haciendo cada vez ms empinado y ahora estaban en campo abierto. A lo lejos, Sarah pudo distinguir la silueta de un castillo. No era muy grande, como lo que ella haba visto en sus visitas al sur del pas, pero de alguna manera resultaba impresionante, casi intemporal. Cuando se acercaron todava haba suficiente luz para que ella pudiera verlo bien. Era gris y tena ventanas muy altas y torres que terminaban en tejados muy inclinados. Detrs del castillo, los rboles se movan ante la tormenta que se avecinaba. Sarah se estremeci pues comprenda que aquel era el lugar donde haba consentido en quedarse durante un mes. Vio luces en las ventanas, pero eso no le proporcion una sensacin de confianza. Cuando el coche pas entre unas puertas de hierro altas e impresionantes y se acerc a la fachada, Sarah se retorci las manos. Haba llegado y estaba a punto de conocer a la mujer de quien ella nada haba sabido durante toda su vida y con quien su padre haba compartido su amor secreto durante veinte aos. Ya hemos llegado, mademoiselle. Sarah casi salt al escuchar la voz de Armand y vio que el coche se detena ante el castillo. Mir los escalones que llevaban a la puerta principal y de alguna manera pens que no iba a ser bienvenida all. Madame Couvier tambin estara cumpliendo con una obligacin. Al menos ellas tenan eso en comn, pero Sarah no tena nada en comn con el hombre que estaba sentado a su lado. Un mes es mucho tiempo, mademoiselle Thorpe observ Armand con calma. Se va a sentir sola y sospecho que no est acostumbrada a eso. Aqu hay muy poco para entretener a alguien acostumbrado al bullicio de Londres. Espero que comprenda lo que su promesa impetuosa le ha proporcionado. Mi promesa no fue impetuosa Sarah mir directamente a los ojos de Armand y continu hacindolo a pesar de lo que vio en ellos. Para m eso fue una sorpresa y no es algo que haga con gusto. Pero mi padre se estaba muriendo y yo lo quera mucho. l quera esto y yo lo voy a hacer, a pesar de las

consecuencias. Por un momento Armand la observ; despus asinti y mir hacia otra parte. S, probablemente as lo har coment l. Sarah no tena la menor idea de lo que l haba querido decir con eso, pero de seguro era una idea sarcstica que le haba pasado por la cabeza. Pareca como si hasta el ltimo momento l tratara de hacerla cambiar de parecer. Ella apret los labios y se volvi hacia la puerta para bajar. Un momento, mademoiselle. Armand se baj del coche y fue a ayudarla. Sarah sinti algo extrao cuando l la tom del brazo. En seguida se resinti de su contacto, como si su cuerpo reconociera el peligro sin ayuda de su cerebro. Aquello resultaba inquietante, sobre todo conociendo la hostilidad abierta de Armand. Sarah mir hacia el castillo que se ergua sobre ella. Unas nubes negras se amontonaban ahora en el norte y de alguna manera le recordaron a Armand Couvier. Se estremeci y lo mir. Vamos dentro, mademoiselle esa vez la burla estaba mezclada con diversin, como si hubiera adivinado sus pensamientos. A pesar de su aspecto, el castillo es clido y civilizado. Entraremos para que pueda conocer a Cline. Cline? As llama usted a su madre? Mi madre no es muy fantica de las ceremonias, como podr suponer ahora que tiene los datos a su disposicin. Ella fue la amante de su padre durante muchos aos y se siente muy orgullosa de eso. Ver que es una mujer muy... poco comn. Sarah respir profundamente y subi los escalones hacia la enorme puerta principal. Sin lugar a dudas Cline Couvier tena que ser una mujer poco comn si en algo se pareca a su hijo, y era obvio que l tampoco era partidario de las ceremonias. Ni siquiera consideraba necesario hablar y, cuando lo haca, era con un tono de reprimenda o con una tolerancia sarcstica, como si ella fuera una nia desobediente. Haba tratado de asustarla. Pero no lo haba logrado. Sarah ya haba soportado bastantes sorpresas, y la haban dejado tan atolondrada que cualquier otra cosa simplemente le resbalaba. Cline Couvier no era propiamente hermosa, pero sin lugar a dudas era muy atractiva. Su cabello oscuro haba comenzado a encarecer, pero estaba peinado de una manera que le indic a Sarah que aquella era una mujer aficionada a las modas. Llevaba puesto un caftn de color rojo intenso con hilos de oro. Tambin luca muchas joyas y su aspecto era ms el de una parisina que el de una mujer de aquellas regiones. Aquella mujer no era como Sarah se la haba imaginado y por un momento no supo qu era lo que su padre haba visto en ella, pero entonces pens que probablemente en su juventud Cline debi de haber sido una mujer muy atractiva. Sarah no saba si era la mirada de sus ojos o su sonrisa, pero de pronto comenz a relajarse a pesar de la imponente presencia de Armand a su lado. Ya he trado a mademoiselle Thorpe, Cline.

La voz de Armand pareci llegarle a Sarah hasta lo ms profundo, pero en ese momento Cline Couvier se acerc a ella con los brazos abiertos. Sea usted bienvenida aqu, mademoiselle. Exclam la mujer. Espero que no se moleste si le digo que John me hablaba de usted muy a menudo. Sin embargo, es un hecho que las dos estamos atadas por una promesa y espero que se quede con nosotros. Tengo toda la intencin de quedarme, madame respondi Sarah con determinacin. Ahora que ya haba visto a aquella mujer que tanto haba significado para su padre, le pareci que quiz pudiera sobrevivir all, siempre y cuando Armand permaneciera alejado de ella. Saba que su hostilidad no iba a cesar. l la odiaba sin razn. Para su tranquilidad, Armand se dio la vuelta y sali a buscar su equipaje, y Cline le grit que la cena estara lista muy pronto. Entonces, para sorpresa de Sarah, la llev a la cocina. Seguro que est hambrienta y sedienta. Del hambre nos ocuparemos durante la cena, pero antes bebamos algo. He preparado t en su honor, pero no s si lo habr hecho bien, aunque lo preparaba para su padre muchas veces. Sarah se dio cuenta de que Cline se haba mostrado franca y sincera desde el primer momento para ahorrarle momentos embarazosos, y se lo agradeci. Tambin le agradeci que le hubiera preparado un t. Eso era exactamente lo que ella necesitaba en esos momentos. Sin lugar a dudas, Armand la habra dejado morir de sed. Por el momento l no estaba presente, y por ello tambin se senta agradecida. La cocina era enorme, al estilo de una antigua casa de campo. Tena vigas de madera ennegrecida y las paredes eran de piedra. El lugar tena un cierto calor que hizo que Sarah se sintiera a gusto de inmediato. Mientras madame Couvier serva el t, la joven mir a su alrededor y asinti distrada cuando le preguntaron si quera azcar y leche. Aquella habitacin tena el aspecto de servir para ms de una funcin. All haba muchos aparatos elctricos colocados contra las paredes, pero en la chimenea arda un fuego tradicional y acogedor. Frente a ella haba dos sillones de aspecto muy cmodo, por lo que Sarah dedujo que alguien pasaba mucho tiempo en aquella habitacin. Al igual que en el vestbulo, haba varias alfombras sobre el suelo. El centro estaba ocupado por una gran mesa de madera, con sillas a su alrededor. Varias estanteras de libros casi cubran una de las paredes y algunos cuadros daban un toque de color a los muros de piedra. Por todas partes se senta el olor a especias y condimentos, y a Sarah aquello le pareci encantador. Cuando levant la mirada se encontr con que madame Couvier la observaba con curiosidad. Le parece bien el t, mademoiselle? Est perfecto, gracias. Y esta habitacin es perfecta tambin. Es una habitacin muy cmoda, madame. Ah! Eso es porque son mis dominios. Despus de todo, paso gran parte de mi tiempo aqu, as que est a mi gusto. Yo cocino siempre.

Sarah la mir sorprendida. No tiene usted servidumbre, madame? Tan pronto como pronunci aquella palabra dese no haberlo hecho. Afortunadamente Armand no estaba all, pues seguramente habra aprovechado la oportunidad para hacer algn comentario sarcstico. Hay dos mujeres que vienen todos los das. El lugar es demasiado grande respondi madame Couvier, y yo no podra mantenerlo sola. En la finca tambin hay dos cabaas para los hombres que trabajan las tierras. Por el momento tenemos a cinco. Tres son de la aldea y dos viven en las cabaas con sus esposas. stas vienen a limpiar y a ayudarme, pues siempre hay mucho que hacer, pero me siento a gusto. Sarah asinti y prob el t. Haba algo atractivo en Cline Couvier. Era cariosa y la joven sospechaba que tambin era una mujer llena de vida. Estoy segura de que Armand ya le ha llevado las maletas a su habitacin, mademoiselle. Tan pronto como termine el t, quiz desee subir. Voy a servir la cena dentro de una media hora. Eso le dar algo de tiempo para reponerse del viaje. Gracias, madame Sarah dud por un momento, pero despus tom una decisin. Si iba a quedarse all durante un mes, no era posible seguir con tantas formalidades. Eso hara la vida imposible. Sin lugar a dudas Armand iba a seguir llamndola mademoiselle, pero tena la sensacin de que no ocurrira lo mismo con aquella mujer. Por lo menos tena que intentarlo. Me gustara mucho que me llamase Sarah. De inmediato ella vio la alegra que aquello le caus a Cline, ya que la mujer sonri abiertamente. Eso me parece maravilloso, querida respondi Cline, y quiz t puedas llamarme Cline. Hasta Armand me llama as. Lo s. Por el momento... bueno, quiz ms tarde yo pueda... Lo s, lo s. Por el momento prefieres llamarme madame por respeto a mi edad. Oh, madame Yo no quera decir que... Es una broma, Sarah. Llmame Cline cuando sientas que puedes hacerlo. S que por el momento debes de albergar algunas dudas acerca de m, quiz algo de resentimiento. Despus de todo yo conoc a tu padre cuando tu madre todava estaba con l, pero quiero que sepas que de ninguna manera yo provoqu... Yo no tengo ningn resentimiento hacia usted, madame la interrumpi Sarah. Haba tomado otra decisin. No deseaba hablar acerca de su vida, pero haba algunas cosas que s era necesario decir para que las dos pudieran sentirse cmodas. Adems, lo ms probable era que Cline ya lo supiera casi todo . Yo s lo que usted signific para mi padre y quiz usted sepa lo que ocurri con mi madre. Ella nos abandon cuando yo tena diez aos y jams intent verme otra vez. S que usted era la amante de mi padre desde que yo tena tres aos, y durante siete de todos esos aos l estuvo casado... pero cuando ella se fue, en cierta manera eso fue un... alivio. Ver, yo la recuerdo bien. Era fra y nada cariosa.

Cuando era una nia en muchas ocasiones me habra gustado que me abrazaran, que me quisieran. Pero con mi madre no me atreva y supongo que mi padre no recibi mucho ms amor que yo. Entonces no pensaba en eso. Pensaba slo en mi misma. No, madame, no hay resentimiento. l se mereca la felicidad, y por la manera en que me habl de usted, parece que la consigui. A Cline se le llenaron los ojos de lgrimas y Sarah se alegr de haber hablado. Entonces un ruido la hizo volverse y descubri a Armand en la puerta, mirndola. No saba cunto haba escuchado de aquella conversacin, pero se ruboriz de vergenza. De alguna manera le haba parecido adecuado hablar as con Cline, pero no que Armand la escuchara. No deseaba que l supiera algo acerca de ella. Tena que protegerse. Por un momento la mirada de Armand se encontr con la de ella. Cline enjug las lgrimas, pero no antes de darle una palmadita a Sarah en la mano. Hubo un silencio incmodo y entonces Armand dijo: Si ya ha terminado el t, mademoiselle, entonces la llevar a su habitacin. Quiz desee cambiarse para la cena, aunque nosotros no le damos mucha importancia a ese asunto. Esta noche s, Armand! Cline se haba repuesto y se volvi hacia su hijo. Es la primera noche que Sarah pasa aqu, en esta casa, y ella es una invitada muy bien recibida. Voy a servir la cena en el comedor pequeo. Es clido y alegre. Como quieras, Cline. La sonrisa burlona volvi al rostro de Armand y Sarah se apresur a terminar su t para seguirlo al vestbulo. Dese que no hubiera escuchado nada de lo que ella haba dicho. Quera mantenerse lo ms alejada posible de l. En su opinin, no tena nada que ver en aquel asunto. Armand la condujo a travs del vestbulo y subieron la gran escalera de piedra. Sarah trato de apartar la mirada de la manera poderosa en que l se mova. Cada vez era ms consciente de su estatura y fortaleza; aunque era delgado, pareca capaz de poder levantarla con una sola mano. Sarah trag saliva antes aquellos pensamientos salvajes y, al llegar a la parte alta de la escalera, se tranquiliz al ver que los dos pasillos que se abran frente a ella estaban muy bien iluminados. Era fcil ponerse nerviosa en aquella casa y sobre todo al lado de un hombre tan amenazador como la tormenta que se avecinaba. Su habitacin estaba a mitad del pasillo y cuando Armand abri la puerta, Sarah se qued agradablemente impresionada. Sus maletas ya estaban all y le result tranquilizador ver que tena un lugar a donde retirarse cuando quisiera. La habitacin estaba amueblada con antigedades francesas muy bien cuidadas. Pens que seguramente habra calefaccin central, ya que all dentro se senta un calor muy agradable. Una de las altas ventanas que haba visto a su llegada daba al parque; estaba cubierta con gruesos cortinajes. Una vez ms, Sarah se dio cuenta de que Cline tena muy buen gusto. Ella deseaba que Armand se marchara, pero l entr en la habitacin y abri una puerta. Su bao, mademoiselle.

Aquello fue otra sorpresa. Ella no haba esperado encontrar un bao privado en un lugar semejante. Gracias Sarah esperaba que se marchara de inmediato y comenz a desabrocharse la chaqueta, pero vio que l permaneca all. Cree que estar cmoda aqu? le pregunt Armand. Oh, s, gracias. Estoy segura de que as ser. Parece que tengo todo cuanto necesito. Esperemos que s. Un mes es mucho tiempo si se est a disgusto. Entonces l la recorri con la mirada de arriba a abajo, y los dedos de Sarah interrumpieron su trabajo con los botones. Armand la turbaba como nadie lo haba hecho antes. Sinti deseos de cerrar los ojos y esconderse. Podr encontrar el camino de vuelta al piso de abajo, mademoiselle"? Estoy segura de que s. Sarah habl con seguridad, pero se ruboriz ante su mirada insistente. Quera que se fuera y no comprenda su negativa a hacerlo. No pareca que l deseara hablar con ella, y la manera que tena de mirarla era inquietante. Armand la haca sentirse indefensa en lugar de molesta y no se le ocurra nada que decir. Cuando l se volvi para marcharse, se oy de pronto un gran trueno y Sarah se puso an ms nerviosa. Las tormentas no le gustaban. Mir por la ventana. Armand se detuvo y sigui su mirada. Tiene miedo de las tormentas? le pregunt. No, por supuesto que no. No quera admitir ninguna debilidad, pero su mirada se dirigi hacia la ventana una vez ms, para presenciar un relmpago. Se mordi el labio y Armand se apresur a cerrar las cortinas. Confesar temor a las tormentas no es nada malo. Incluso yo en algunas ocasiones tengo miedo de algunas cosas. A pesar de aquel inesperado acto de bondad, Sarah quera que Armand se marchara y cuando por fin lo hizo, cerr la puerta. l la mir hasta el ltimo momento y Sarah se limit a devolverle la mirada, incapaz de moverse. La expresin de Armand segua siendo tan inexpresiva como cuando fue a buscarla a Pars. Sarah se relaj cuando lo vio salir. Era como sentirse liberada de un rayo invisible. Le resultaba imposible imaginar que pudiera tener miedo de algo. De repente solt una leve exclamacin de irritacin cuando se quit la chaqueta. Estaba dejando que l la preocupara demasiado. En la habitacin haba un enorme armario ropero, y cuando lo abri Sarah se encontr con una gran cantidad de ganchos para la ropa. Aquella noche iba a colgar su ropa y entonces sabra con seguridad que se iba a quedar todo el mes para cumplir la promesa que le haba hecho a su padre. Sera como un paso final. Aquello haba significado mucho para l. Su padre pudo haberse guardado el secreto y no

decirle nada de Cline, pero ahora se alegraba de que lo hubiera hecho. Estar en ese lugar con la mujer a la que l tanto haba amado pareca acercarlos ms. No tard mucho tiempo en arreglarse para la cena porque ya haba decidido lo que se iba a poner. Sac unos pantalones de color verde oscuro y una tnica con un bordado de flores. Aquello era lo suficientemente formal para la ocasin que Cline tena planeada, pero a la vez caliente y cmodo. Cuando se retoc el maquillaje y se cepill el cabello, estaba lista para bajar. Sali al pasillo, se dirigi hacia la escalera y apenas haba comenzado a bajar cuando Armand entr en el vestbulo. l levant la mirada y la vio, y Sarah se sorprendi al ver que l tambin se haba cambiado para la cena. Iba vestido todo de negro, con camisa blanca, sin corbata. Sarah advirti en l una vez ms aquella elegancia innata que le resultaba tan fascinante. Ofreca un aspecto tan negro como la tormenta, y probablemente igual de fiero. Armand la mir con curiosidad y Sarah apart la mirada y baj los escalones con una dignidad un tanto insegura. Pero su dignidad pronto qued a un lado cuando las luces se apagaron y ella qued sumida en una oscuridad total, excepto por los frecuentes relmpagos que iluminaban el vestbulo a travs de las ventanas. Qudese donde est! Aquella orden la dej clavada en el sitio donde estaba. Entre los relmpagos no se poda ver nada. Escuch cmo Armand suba hacia ella y, al siguiente relmpago, vio su rostro muy cerca. Me encargar de que baje sin problemas, mademoiselle asegur Armand tomndola del brazo. La cada sera terrible. Sarah estuvo de acuerdo y, an apoyada en su brazo, avanz en la oscuridad con mucho cuidado buscando con los pies cada escaln. De pronto Armand emiti una exclamacin y Sarah se qued horrorizada al sentirse levantada en sus brazos. Sinti la fuerza que la rodeaba, como si ella no pesara nada. Sinti el contacto de aquellos msculos de acero y no supo qu decir. El calor le inundaba la piel. Armand la sostena con un brazo debajo de sus rodillas y el otro detrs de la espalda. Est usted completamente a salvo le asegur Armand. Si hubiramos seguido a su paso no habramos llegado al vestbulo hasta maana. Aquello fue suficiente para hacerla callar. Tena demasiados problemas por el momento como para discutir. Pero con el siguiente relmpago el miedo regreso y Sarah se aferr a Armand, sin importarle lo que pudiera pensar. El era fuerte, sus brazos eran duros como acero y, por el momento, el lugar ms seguro para ella era all donde estaba. Qu tormenta se atrevera con Armand Couvier? La seguridad se presenta en los lugares ms inesperados, mademoiselle coment y Sarah casi pudo sentir el sarcasmo de su sonrisa. Cuando llegaron al vestbulo Armand la dej en el suelo, pero la mantuvo sujeta del brazo. Sarah se tranquiliz al ver aparecer a Cline llevando una vela. Qu sucede, Armand? Por qu no ha funcionado el generador de emergencia?

No tengo la menor idea. Si te encargas de mademoiselle Thorpe, ir a ver lo que ocurre. Oh, ahora no, Armand exclam Cline, Despus. La cena est lista y estoy a punto de servirla. Comeremos a la luz de las velas y podrs revisar el generador ms tarde mir a Sarah. Es emocionante, verdad? No creo que a mademoiselle Thorpe le parezca tan emocionante como a ti coment Armand. Ella tiene miedo de las tormentas y el fallo del generador la ha hecho dudar de su seguridad en el castillo solt el brazo de Sarah y la energa dej de pasar de sus dedos a la piel de la joven. Nuestra invitada inglesa est nerviosa, Cline. Tendremos que cuidarla mucho. No te preocupes por la tormenta, querida dijo Cline. Vienen y van. Seguro que vosotros tambin tenis tormentas en Inglaterra. Oh, s. Y tampoco me gustan all. Esta es una tormenta francesa, mademoiselle la interrumpi Armand, por lo que es mucho ms aterradora. Somos una raza terrible. Entonces le indic que deban pasar a cenar y Sarah apart la mirada de aquellos ojos que ahora brillaban de manera diferente a la luz de las velas. l saba que ella tena miedo, pero no saba nada acerca de su otro penoso problema. Pens que seguramente se debera al cansancio o a la impresin. No tena otra cosa a qu culpar.

CAPTULO 3SI esperaba una velada incmoda se equivoc, ya que Cline habl durante todo el tiempo con mucha animacin. El tema de la conversacin fueron los libros, cuando Armand coment que Sarah tena una librera en Londres. Tu padre nunca me lo dijo coment Cline con una expresin de sorpresa. Me pregunto por qu. Estaba muy orgulloso de ti, Sarah. Creo que tambin debi de sentirse orgulloso de que t misma te ganaras la vida. Hasta ahora he invertido ms de lo que he ganado confes Sarah. Me cost mucho montar la tienda. Est bien localizada, as que el alquiler es alto. Y muchos de los libros son caros, pero me estoy creando una clientela y no me quejo. Cline mantuvo el tema durante un buen rato, por lo que Sarah comenzaba a relajarse hasta que Armand le pregunt: Y a qu se dedica usted en su tiempo libre, mademoiselle? De inmediato la joven se dio cuenta de que algo andaba mal, aunque no saba lo que era cuando vio la mirada de irritacin que Cline le lanz a su hijo. En Londres hay muchos teatros. Tambin nado y juego al tenis si hace buen tiempo y, evidentemente, tengo mis amistades. Adems, estaba mi padre coment con voz apagada. En ese momento Cline intervino: Tenais una relacin muy estrecha, verdad? Sarah asinti con gusto. Pero no sigui en ese tema porque se senta algo insegura y haba perdido todo inters por conversar. Las cosas haban sucedido demasiado rpido, cosas que la haban arrastrado. Todava no haba tenido tiempo para llorar y su actuacin final haba sido discutir con Craig, que pareca ser la nica persona de confianza que le quedaba en el mundo. La muerte de su padre haba dejado un gran vaco en su vida. Cierto que ella tena muchos amigos, pero ninguno era ntimo. Ahora Craig era el ms cercano, pero aun as Sarah se senta incmoda en su ambiente. Ella no poda adoptarse a su estilo de vida, los locales nocturnos que posea y que frecuentaba, los negocios que haca constantemente con personas que la inquietaban. Craig esperaba que ella hiciera un esfuerzo, pero aunque lo intentaba, a menudo no le era posible. Aquello creaba fricciones y fue lo que disgust a Craig cuando ella sali para Francia. Cline se volvi hacia Armand y comenz a hablar con l acerca de las tierras. Todava hablaban en ingls, pero el tema giraba alrededor de las fincas, los campos, los hombres y los animales, los planes de Armand para el da siguiente y los efectos de aquella tormenta. Sarah se sinti agradecida y contenta de poder cenar en silencio. Ms tarde ella se ofreci a ayudar a fregar los platos, pero Cline se qued casi pasmada. Aunque el castillo es antiguo, querida, tenemos un lavaplatos que se encargar de estos... si tenemos electricidad.

Los tres estaban tomando caf cuando volvi la luz y Cline observ la expresin de gratitud que apareci en el rostro de Sarah. Como vers, todo vuelve a la normalidad coment. Pero las cosas tambin se comportan de manera misteriosa murmur Armand mientras se levantaba de la mesa. Voy a revisar el generador de emergencia. No quiero que mademoiselle Thorpe se despierte por la noche y se encuentre en medio de la oscuridad total. Armand sali de la habitacin y, de inmediato, Sarah se tranquiliz. Fue entonces cuando se dio cuenta del estado de tensin en el que haba estado durante todo ese tiempo simplemente porque haban estado sentados ante la misma mesa. Dese que Armand estuviera muy ocupado durante su estancia all, o de otra manera ella iba a tener los nervios destrozados muy pronto. Sarah sigui a Cline a la cocina llevando consigo su taza de caf y observ cmo la otra mujer se encargaba de los platos. Ya te acostumbrars a Armand coment Cline con calma. No es tan fiero como aparenta. Supongo que est muy ocupado, por lo que casi no lo voy a ver. La respuesta de Cline la sorprendi. Armand slo estar aqu otras dos semanas. Se marcha? Oh, Armand no vive aqu. Esta es mi casa; jams perteneci a los Couvier. Me la leg mi padre. Claro que algn da ser de Armand, pero por ahora es ma. El vive en Pars. De vez en cuando durante cada ao viene a administrar el lugar y se asegura de que todo est como es debido. Ya lleva aqu una semana y quiz se quede otras dos, aunque quiz sea menos. Despus regresar a Pars. l... l trabaja en Pars, madame? Por supuesto, Sarah. No te lo dijo l? Cline pareci molesta, pero despus se encogi de hombros. Esperaba que lo hubiera hecho. Pero cuando a Armand le parece que no es necesario decir algo entonces no lo hace. Ser mejor que te lo diga l mismo. Mi marido le dej a Armand un gran negocio que administrar. La fortuna de los Couvier comenz con fbricas de papel. Ellos fabricaban papeles muy caros, es ms, todava lo hacen, pero eso fue hace un par de generaciones se interrumpi y continu: Ahora las cosas han mejorado. Mi marido y su padre fueron negociantes muy astutos, al igual que lo es Armand. Ahora hay intereses comerciales por toda Francia y en algunos pases de Europa. Se puede decir que Armand est sentado a la cabecera de un imperio comercial. Eso ocupa todo su tiempo y es slo por su amor a la tierra por lo que vuelve aqu. De m ha heredado su fuerza y el amor por el paisaje, y s que cuando algo me pase, jams se desprender del castillo. La inteligencia para los negocios le viene de su padre Cline ri y conect el lavaplatos. Y ahora, querida, pareces muy cansada. Te llevar a tu cuarto por si acaso las luces se vuelven a apagar, aunque lo dudo. Armand est revisando el generador y seguramente ste no le va a fallar. Sarah se alegr de poder retirarse antes de que Armand regresara. Cline le haba confirmado su sospecha de que l tena un carcter muy complejo. Tambin se alegr de que regresara a Pars. Eso le

dara la oportunidad de pasar all el mes prometido sin complicaciones, pues saba que muchas podran presentarse si un hombre como Armand Couvier estaba presente. Para su sorpresa, Sarah durmi bien. La habitacin estaba tibia, la cama era cmoda y la tormenta por fin termin. Se atrevi a abrir las cortinas y contempl una luna llena. Le haba prometido a Craig que le llamara para decirle que haba llegado bien, pero con todo lo ocurrido se le olvid. Adems, todava le dolan las ltimas palabras que haba tenido con l y por el momento no deseaba ms problemas. Le pareca extrao que la hostilidad y la presin de Armand no la hubieran dejado todava ms tensa. Era cierto que l la inquietaba, pero estaba tan fuera de su comprensin que eso tambin tena su encanto. Se durmi pensando en su rostro sombro y en sus ojos oscuros e intensos. Era muy parecido a aquella tierra, parte del ambiente del lugar, y le resultaba difcil imaginrselo viviendo en Pars como dirigente de un gran negocio. Sarah sospechaba que le gustaba el poder y que la paciencia no era una de sus virtudes. Trabajar para l deba de ser como una pesadilla. A la maana siguiente, Sarah se despert y vio que la luz del sol entraba en la habitacin; se sorprendi al descubrir que se haba dejado abiertas las cortinas durante toda la noche. La cama estaba tibia y cmoda y no senta deseos de levantarse, pero saba que tena que hacer un esfuerzo. Escuch voces en el exterior, por lo que se levant y se dirigi hacia la ventana. Afuera vio un Land Rover aparcado junto al coche de Armand. La maana pareca repleta de luz. Todo pareca fresco y brillante y la amenaza de la noche anterior haba desaparecido por completo. Mir a lo lejos y la torre de una iglesia le indic que haba una aldea a no mucha distancia. Se alegr de ello; en cuanto pudiera ira a la aldea para echar un vistazo. Las tiendas de los pueblos franceses la fascinaban. En ese momento, Armand se dirigi hacia el Land Rover. Iba acompaado por dos hombres y todos hablaban de manera muy animada. Sarah sinti cmo sus ojos se dirigan automticamente hacia l. A pesar de todo, le pareca fascinante. Armand era mucho ms alto que los otros hombres y emanaba la misma fuerza que ella haba percibido la noche anterior. Al verlo desde la ventana, Sarah sinti una sensacin de atraccin casi culpable. Aquel hombre posea un magnetismo que pareca aumentar cada vez que lo vea. Despus de unos momentos los hombres asintieron y se alejaron en direcciones opuestas, y Armand abri la puerta del Land Rover. En ese momento, l mir hacia arriba y Sarah vio cmo una sonrisa apareca en sus labios, suavizando su expresin. Entonces ella se dio cuenta de que l poda verla con claridad. Estaba all parada y vestida slo con su camisn de encaje. De inmediato se apart de la ventana y se sinti ms tranquila cuando escuch el sonido de Land Rover que se alejaba. Aquel no haba sido un buen comienzo para la maana. Pareca como si cada vez que vea a Armand las cosas no saliera bien. Qu estara pensando l ahora? Sarah dese que l no regresara para la comida, aunque estaba casi segura de que s lo hara. Sarah baj hasta la bien iluminada cocina para desayunar con Cline y all le presentaron a las dos

mujeres que acudan a limpiar las habitaciones. Una de ellas se march de inmediato para comenzar su trabajo, pero la otra, llamada Mathilde, se qued all recogiendo la cocina y conversando con Cline. Despus del desayuno, Sarah se fue a su habitacin para guardar su ropa en el armario. Eso le llev algn tiempo y despus se dirigi a la ventana para contemplar el parque que rodeaba al castillo. Se sinti tranquila al no ver seal alguna de Armand. Su mente vol a la aldea y se pregunt si Cline tendra un coche que ella pudiera utilizar para poder ir hasta all. O quiz podra ir con ella? Esa sera una buena manera de conocerla. Cuando iba a salir de la habitacin, Mathilde llam a la puerta y entr. Durante un rato Sarah estuvo hablando con ella en su francs un tanto deficiente, pero se qued sorprendida cuando la mujer le habl ms tarde en ingls. La mujer era bien parecida y de complexin fuerte. Cuando Sarah baj a la cocina a buscar a Cline le cont aquel intercambio de idiomas, lo cual a ella le pareci divertido. Ella te est demostrando su aprobacin le asegur a Sarah. Mathilde piensa que eres la mujer ms hermosa que jams ha visto... tan rubia, tan delgada... con ojos como los de un venado joven. Y en cuanto a su complexin es porque viene de buena madera. As somos por aqu, Sarah. Para todos Armand es un parisino, pero l ha sacado su increble fuerza fsica de esta tierra y de mi gente. Sarah poda creerlo, pero no deseaba que le recordaran a Armand. Al verlo desde la ventana ya haba visto ms de l de lo que deseaba ver. Y l tambin haba visto demasiado de ella. De inmediato lo sac de su mente, donde pareca permanecer demasiado tiempo. Sarah no saba realmente qu deba hacer. No sientas que tienes que estar junto a m durante todo el tiempo, querida le coment Cline. Vas a estar aqu un mes y nos conoceremos poco a poco y con cuidado. S? Mientras tanto, si hay algo que desees hacer, por m est bien. Por qu no te pones tu abrigo y sales a ver los alrededores del castillo? Hace fro pero no creo que llueva. Eso me gustara mucho exclam Sarah con entusiasmo. Cline le coment que hacia la parte trasera haba un jardn donde se encontraba la mayora de los edificios de la finca. Una mirada al cielo azul decidi a Sarah a salir a explorar, por lo que subi a su habitacin a buscar algo que ponerse. Ya llevaba puesto unos pantalones de pana gruesos y un suter azul oscuro, y sac una chaqueta del armario. Sarah decidi seguir el consejo de Cline y se dirigi hacia el jardn. Era enorme y estaba empedrado y rodeado de edificios por todas partes. Sarah se alarm al ver el Land Rover que Armand haba utilizado esa maana. Esper verlo de inmediato y casi sali corriendo, pero no se oa nada y entonces record que mientras desayunaba haba odo el sonido de algunos vehculos y despus un tractor. Decidi que seguramente Armand habra regresado para dejar el Land Rover y sacar el tractor. Aquello la tranquiliz y comenz a explorar. Desde la parte de atrs, el castillo todava pareca ms alto. Seguramente tendra muchas ms habitaciones que ella no haba visto y a las que se acceda por escaleras interiores. Camin hacia atrs

para observar las ventanas ms pequeas de la parte ms alta. Pens que en otros tiempos seguramente estaran all las habitaciones de la servidumbre, pero no pudo imaginarse a Mathilde alojada all arriba. Con su imaginacin Sarah comenz a poblar al castillo con damas que llegaban en carruajes tirados por caballos y se dirigi hacia los edificios. Se alegr mucho al ver que uno de ellos albergaba dos caballos en sus establos. Pas unos minutos acaricindolos y se sinti feliz al comprobar que una cierta paz comenzaba a envolverla, una sensacin que jams haba esperado encontrar all. Era aquello lo que su padre deseaba? Saba l que aquel lugar iba a ayudarla a recuperarse de la prdida sufrida? Su padre siempre le haba dado tanto amor que Sarah era sincera cuando le dijo a Cline que no le guardaba ningn resentimiento. El amor era una emocin que creca cuando se comparta y tena la sensacin de que Cline estara de acuerdo con ella. En sus ojos poda leerse la comprensin. Eran unos ojos muy diferentes a los de Armand. Sarah no poda imaginar que l pudiera necesitar amor. Acababa de entrar en el edificio ms grande, que era una especie de granero, cuando oy un sonido encima de ella. Aquello la alarm. Levant la vista y vio all a Armand, que la observaba. Casi sali corriendo porque el corazn comenz a latirle acelerado, pero no le qued ms remedio que quedarse, ya que saba que si escapaba iba a quedar como una idiota. Haba una serie de escalones que conducan hasta lo que pareca un pajar. Armand tena un rastrillo en la mano y pareca todava ms alto por la altura del edificio. Bonjour, mademoiselle. Armand tena una expresin de burla en su rostro y Sarah sospech que estaba recordando el momento en que la haba visto esa misma maana. Sinti que el rostro le arda. Bonjour, monsieur. l alz las cejas sorprendido ante aquella respuesta segura. Habla usted francs, mademoiselle? O es slo una amable repeticin de mi saludo? S hablo francs, pero muy poco le confes Sarah de inmediato en su idioma. Lo entiendo muy bien, pero me da miedo hablarlo. Miedo? Armand dej caer el rastrillo y baj los escalones. Quiere decir que le da vergenza. Me pongo nerviosa seal ella y demostr eso mismo con sus gestos. Vera, s lo que quiero decir, pero cuando tengo que hacerlo me entra pnico. Me temo que es usted muy propensa a los nervios, mademoiselle. Anoche la tormenta y ahora el idioma. Tambin creo que estaba muy nerviosa cuando la recog en Pars. Usted no me ayud a tranquilizarme, monsieur. Usted saba que yo estaba nerviosa y provoc que lo estuviera ms. De verdad? Tiene que perdonarme. Tengo muy mal genio y no deseaba ir a Pars. Estoy all demasiado tiempo como para tener que ir cuando no lo deseo. Estaba muy ocupado y como ste era un asunto exclusivamente de mi madre y de usted, me sent un tanto molesto por tener que hacer de

taxista. Le pido disculpas si la asust. Sarah lo mir por un momento y de inmediato apart la vista de nuevo. Voy... voy a dejar que siga usted trabajando, monsieur logr decir Sarah con bastante seguridad . S lo ocupado que est. Su madre me lo ha dicho. Ah! Cline se lo ha estado explicando todo. Deb suponerlo. Me sorprendi que usted tuviera pensado marcharse tan pronto explic Sarah y se pregunt si Armand discutira con su madre a menudo. Llmame Armand sugiri l. Quiz con un poco de prctica lleguemos a comportarnos de manera casi civilizada el uno con el otro. Sarah dud de sus palabras y una vez ms lo vio sonrer. Entonces se alegr al ver que Armand se diriga hacia la puerta. Lo sigui de inmediato y l la mir cuando ella se apresur a salir a la luz del sol. Otra vez sufre un ataque de nervios? Tambin le tiene miedo a la penumbra, mademoiselle? Disgustada, Sarah apret los labios. l le haba pedido que lo llamara Armand, pero era obvio que no poda hacerlo ya que continuaba llamndola mademoiselle. Era demasiado astuto. No tengo miedo, monsieur. Su madre me sugiri que recorriera el castillo. Ese granero era uno de los lugares que quera ver y ya lo he hecho. Entonces vea todo lo dems sugiri Armand levantando una ceja con escepticismo pero le aseguro, mademoiselle, que no hay nada espectacular ni impresionante en ninguno de los edificios. Va usted a regresar a los campos? pregunt Sarah y l la mir. Desea deshacerse de m? S, ya me voy; no tema. Qu va a hacer usted con su tiempo mientras est aqu? Pronto se aburrir de los edificios de la finca. Voy a conocer a su madre tal y como deseaba mi padre. Pasear cuando haga buen tiempo y tambin pretendo ir a la aldea que se ve desde mi ventana. Ah, s! La ventana de su habitacin... Por un momento los ojos de Armand se fijaron en los de ella y Sarah sinti que le suba la temperatura. Haba cometido una tontera al decir aquello y l se haba aprovechado de inmediato. Tena que tener mucho cuidado con lo que deca. Armand se dirigi hacia el Land Rover y Sarah lo sigui sin saber por qu. Entonces se detuvo cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo. l subi y la mir cuando la puerta estaba todava abierta. Cuando desee ir a la aldea yo la llevar le ofreci Armand. No quiero que se sienta sola aqu. Pronto va a echar de menos la vida de Londres y entonces huir y se olvidar de su promesa. No me olvidar de mi promesa, monsieur! exclam Sarah y apret los puos, irritada. Llmame Armand le sugiri una vez ms. Hasta luego, Sarah.

CAPTULO 4SARAH sinti que la llenaba una energa que todava el da anterior haba supuesto que jams iba a recuperar. Como todava era temprano, se puso su chaqueta y le dijo a Cline que iba a pasear. Se guard su cartera en un bolsillo y decidi que una caminata le sentara bien. Haba visto un sendero que atravesaba el campo y comprendi que si lo segua no tendra que bajar por el camino largo y sinuoso. Eso le ahorrara mucho tiempo y se puso en marcha de muy buen humor. El sol la alegr. Le encantaba caminar. Saba que no sera muy agradable que se encontrara con Armand despus de que l se hubiera ofrecido a llevarla a la aldea, pero tendra que arriesgarse. A mitad de la avenida subi por una escala para saltar el muro y atraves el campo en direccin hacia la aldea. El viento soplaba con fuerza y Sarah pens que habra sido bueno usar una gorra. Afuera hacia mucho ms fro de lo que ella haba imaginado. Pero nada iba a hacerla regresar, as que se subi el cuello y sigui adelante, pensando en la aldea y en las tiendas interesantes que iba a encontrar all. Cuando lleg al final del campo, Sarah vio que all no haba ninguna puerta, as que tuvo que saltar la cerca para salir al camino. Aquello no era fcil y estaba en lo ms alto cuando apareci el Land Rover y se detuvo. Armand se baj y la mir sorprendido. Se escapa tan pronto? pregunt l. En lo alto de la cerca Sarah se sinti un tanto ridcula y culpable por su salida a escondidas, dado que l se haba ofrecido para llevarla, pero permaneci donde estaba. He salido a pasear coment con calma. Se sent en lo alto de la cerca y sonri. Pens que quiz pudiera llegar hasta la aldea. No le pareci bien mi oferta de acompaarla? Eso me desilusiona. Sin embargo la aldea est mucho ms lejos de lo que parece. Si hubiera llegado hasta all me temo que no habra podido regresar antes de que oscureciera. Qu habra hecho entonces, sobre todo si hubiera vuelto la tormenta? No hay seales de tormenta respondi Sarah, disgustada. Habr visto que nos encontramos bastante cerca del mar y usted sabe que las tormentas se forman muy rpido, sobre todo en esta poca del ao. Adems, piense cmo reaccionaran sus nervios si tuviera que regresar caminando al castillo en la oscuridad. Aquello preocup a Sarah y comprendi que tendra que renunciar a sus planes y regresar, vencida. Armand se ech a rer y rode el vehculo para acercarse a ella. Parece usted una nia rebelde a quien acabaran de regaar por su mal comportamiento dijo l y camin hacia la cerca. Y yo me siento como un villano. Debe de tener muchas ganas de ir a la aldea. Muy bien, la llevar. Armand extendi los brazos y, antes de que Sarah pudiera darse cuenta, la tom por la cintura y la dej sobre el suelo. Venga! exclam al ver que ella permaneca inmvil. La llevar a la aldea.

Pero usted no tiene tiempo! Sarah se senta culpable y adems deseaba ir sola y no con aquel hombre, al que deseaba evitar por muchas razones. Por usted encontrar el tiempo. Cline la aprecia mucho. Despus de todo, usted es la hija de John Thorpe. No crea que puede avergonzarme con frases como esa exclam Sarah, disgustada mientras lo miraba con expresin sombra. Lo que le dije a su madre iba en serio. Ella le proporcion felicidad a mi padre y ese es el mejor regalo que se le puede hacer a alguien. Yo estoy de acuerdo con la relacin que mantuvieran, a pesar de lo que usted pueda pensar al respecto. Cree usted que yo no la apruebo? Armand se encontraba de espaldas al viento, protegindola a ella con su cuerpo, y Sarah se sinti muy pequea a su lado. Pude escuchar parte de lo que le dijo a Cline continu l. Recuerda usted a su madre? Yo tambin recuerdo bien a mi padre. Pienso que Cline debi dejarlo para vivir abiertamente con su amante. As hubieran pasado ms tiempo juntos y no tendra usted que venir aqu para conocerla de esta manera. Debieron casarse sin importar las consecuencias. Primero su padre estaba vivo explic Sarah y apart la mirada. Despus... despus pienso que estaban cmodos tal como estaban. Cmodos? Quiz. Pero me resulta difcil creerlo. No dudo que ellos se amaban, pero yo jams me conformara con vivir como ellos lo hicieron. Amar a una mujer y no desear abrazarla por las noches, todas las noches, est ms all de mi comprensin. La gente es diferente coment Sarah, y es mejor que sea as. No resultara divertido si todos fueran iguales. Detecto una mente inglesa mojigata. Cosa que me parece rara dadas las circunstancias. Qu circunstancias? pregunt Sarah dispuesta a pelear para no dejar que su mente vagara por caminos peligrosos. El hecho de que usted apruebe su relacin. Cmo puede estar de acuerdo con que su padre tuviera una amante durante veinte aos y despus hablar de esa manera, como si le pareciera algo incomprensible? Si ellos hubieran seguido sus deseos y vivido juntos, usted y yo seramos grandes amigos ahora. Puede imaginarse eso? Tengo una imaginacin muy limitada minti Sarah y Armand sonri. Entonces, por qu le tiene miedo a las tormentas, a los edificios oscuros y a m? Por puro sentido comn. Y... y adems, yo no le tengo miedo a usted. Armand le lanz una mirada irnica, la tom del brazo y la llev hacia el Land Rover sin preguntarle si deseaba ir o no. Yo no pensaba detenerme a conversar con usted seal Armand un tanto impaciente cuando se subi junto a ella y puso en marcha el motor. Veo que me va a hacer desperdiciar una buena parte de

mi tiempo si no tengo cuidado. Yo no le he pedido que me lleve a ninguna parte! Djame bajar y seguir andando! Claro que no. Tendra que venir a buscarla ms tarde, cuando la sorprendiera la noche en el camino de regreso. Me resulta ms fcil hacer de chfer. As sabr exactamente dnde est sin tener que buscar debajo de cada rbol para encontrarla. Cuando llegaron, se sinti contenta al ver que la aldea era exactamente como ella se la haba imaginado. Dese verlo todo y encontrar las tiendas con una expresin de satisfaccin que atrajo la atencin de Armand. Su expresin es exactamente la de una mujer que acabara de percibir la cercana de los comercios coment l. Tomaremos caf. Usted tiene fro. Me calentar de inmediato le asegur Sarah, deseosa de ponerse en marcha y dejarlo atrs. Se calentar antes si toma un caf caliente. Si pesca un resfriado, Cline buscar a alguien a quien culpar. Y sospecho que ese ser yo. Y no crea tampoco que la voy a dejar alejarse de mi vista. No pienso pasar toda la tarde buscndola. Cmo podra perderme en un lugar tan pequeo? pregunt Sarah y l la mir con curiosidad. Cmo? Estoy seguro de que usted encontrara la manera. No soy estpida! seal Sarah con expresin furiosa, pero l la tom del brazo y la condujo a un caf cercano. De verdad? Me sorprende. Sarah decidi que l tena la capacidad de irritarla, aun cuando se encontrara como ahora en un lugar encantador y oliendo el aroma de un buen caf francs. Todos los presentes recibieron a Armand con alegra y Sarah suspir resignada. Pareca que su expedicin a las tiendas tendra que esperar, a menos que corriera hacia la puerta y escapara. Mir con ganas hacia el exterior, pero Armand la tom del brazo y la condujo a un asiento. Luego la mir y sonri. No tendra mucho sentido salir corriendo hacia las tiendas le asegur l. Hoy es el da que cierran por la tarde. Es lo que en Inglaterra llaman cierre de medio da. Usted...! Usted lo saba y as y todo me arrastr hasta aqu! Yo no la arrastr. Usted vino por s misma. Cmo iba a dejarla sobre la cerca? Usted necesitaba ayuda y yo le debo eso a mi madre. Si la veo en peligro intentar salvarla. No le parece? Podra haberme contado lo de las tiendas y permitido regresar al castillo. Adems, pens que usted estaba demasiado ocupado. Necesitaba divertirme un poco. Sus extraas costumbres comienzan a resultarme muy divertidas. Mis costumbres no son extraas y yo no soy divertida! gru Sarah. Por supuesto que s lo es. No comenz usted mi da divirtindome de manera muy... ligera?

No tena que decir ms. Sarah saba a qu se refera y se ruboriz al recordar la manera en que se coloc junto a la ventana para verlo a l. No saba qu decir. Se limit a mirar su caf, deseando que el suelo se abriera a sus pies y se la tragara. Lo siento coment Armand despus de un momento. Esas cosas no la divierten, verdad? Cline sospecha que soy un bruto. Probablemente tiene razn. Por un momento me olvid de que es usted inglesa, y muy joven. Sarah se sorprendi ante aquella disculpa. Tengo veintitrs aos logr decir. Eso no es ser tan joven. Y yo tengo treinta y cuatro. Lo suficiente como para saber que no debo bromear de esa manera. Est bien... No me importa. S le importa indic l. En el futuro tendremos ms cuidado. Usted tendr cuidado le corrigi Sarah y l sonri. No es lo que he dicho? Sarah sacudi la cabeza desesperada cuando se dio cuenta de que l segua burlndose de ella. De todas formas se haba disculpado con ella, aunque eso la haba hecho sentirse un poco tonta, algo infantil. A pesar de su vergenza, pronto Sarah comenz a relajarse y a disfrutar del alegre ambiente del caf. Muchos de ellos fueron a hablar con Armand, pero ella no los entendi. l no se preocup de presentarla hasta que un hombre mayor entr. Era alto y bien vestido, y su rostro se ilumin cuando lo vio. Armand! No es comn encontrarte aqu a estas horas del da... El hombre se acerc a ellas y Armand le sonri. He trado a mademoiselle Thorpe a tomar un caf respondi l en ingls. Ella est pasando unos das con mi madre. Es... una amiga de Inglaterra. Me alegro mucho de conocerla, mademoiselle dijo el hombre. Soy Eric De Brise, el mdico del pueblo. Supongo que no va a quedarse aqu mucho tiempo. No. Dispona de algo de tiempo para atender a mademoiselle Thorpe, pero cuando terminemos nuestro caf debemos regresar. Todava tengo cosas que hacer. Violette vuelve a casa dijo de pronto Eric De Brise mirando a Armand. Lo s. Me telefone la semana pasada. Deb suponer que yo iba a ser el ltimo en enterarme respondi De Brise. Seis meses. Realmente es mucho tiempo.

S, mucho tiempo estuvo de acuerdo Armand y Eric De Brise se ech a rer. Por supuesto! Observ y contempl con curiosidad la expresin impasible de Armand. Un largo y fro invierno entonces se volvi hacia Sarah. Violette es mi hija, mademoiselle. Ella trabaja en publicidad y durante los seis ltimos meses ha estado trabajando en Italia. Afortunadamente para todos va a volver. Por lo general trabaja en Pars y sospecho que eso es porque Armand est all. Sarah trat de sonrer de manera adecuada. En realidad no saba qu decir y Armand se senta muy molesto de que estuvieran hablando acerca de sus asuntos personales delante de ella. Por supuesto que no era extrao que l estuviera relacionado con una mujer. De regreso al castillo, Armand permaneci callado. Cuando suban por el camino de entrada, Sarah rompi el silencio. Gracias por llevarme dijo intentando adoptar un tono alegre. Realmente ha sido amable de su parte, aun cuando no haya podido ver las tiendas. Yo no soy amable. De seguro ya se ha dado cuenta de eso. La he rescatado de una situacin difcil al igual que la recog en el aeropuerto. Mi madre le dir que la amabilidad y yo no nos llevamos bien. Lo creo! respondi Sarah, herida por aquella respuesta cortante. Sin embargo, como eso no es asunto mo, puedo darme el gusto de ignorarlo. As que usted contraataca cuando la atacan, mademoiselle. Comenzaba a pensar que era usted una de esas delicadas flores inglesas sin nada de sustancia. La rosa inglesa tiene espinas muy agudas, monsieur exclam Sarah, irritada. Pens que ya lo sabra. Estoy aprendiendo. Armand la dej frente a los escalones de entrada antes de seguir hacia el patio trasero y Sarah ni siquiera la mir. Deliberadamente se neg a darle las gracias y se alegr de entrar en el calor de la cocina. Por lo menos Cline sonrea de manera normal.

Has venido con Armand! Exclam Cline. Te encontr durante tu paseo? l me llev a la aldea a tomar un caf. Result muy interesante. Yo esperaba poder visitar las tiendas, pero estaban cerradas. Ah, s. Cierran hoy por la tarde, pero es el nico da adems del domingo. Yo tengo que ir pronto. Si quieres, puedes acompaarme. Eso ser maravilloso Sarah se alegr de saber que podra salir con Cline. No deseaba volver a encontrarse en una situacin incmoda con Armand y quera conocer ms a su madre. Te ha gustado nuestro pequeo caf? le pregunt Cline mientras preparaba el t. S. He conocido al doctor De Brise le dijo a Cline esperando obtener ms informacin.

Supongo que l te habr hablado con orgullo de Violette. l dijo que ella regresaba de Italia. Lo supona. l se siente muy orgulloso de eso tambin. Violette y Armand se conocen desde que eran nios. Es ms o menos de su edad y muy parecida a l. Es fuerte, aunque a veces a m me parece demasiado posesiva. Desde que era una nia siempre fue as, pero supongo que alguien con una naturaleza delicada se vera apabullada por la personalidad de Armand. l mismo a veces resulta intimidante. No te parece? Algunas veces estuvo de acuerdo Sarah. En realidad no saba qu decir. Estaba molesta consigo misma. En realidad no tena por que estar disgustada con alguien que era amiga de Armand desde mucho tiempo atrs. La vida de Armand Couvier no era asunto suyo. Record que todava no haba telefoneado a Craig y pens que ese era un buen momento para hacerlo. Aquello podra alegrarla. Madame, sera posible que hiciera una llamada a Inglaterra? pregunt. Promet hacerlo pero se me olvid con la emocin del viaje. Por supuesto que puedes llamar contest Cline. Hazlo ahora. Pero tendrs que utilizar este telfono. El otro est en la habitacin de Armand, por si lo llaman de su oficina. Utiliza ste, querida. Te dejo sola. Tengo cosas que hacer. Cline se alej y de pronto Sarah se sinti culpable. Cline, no era mi intencin echarla de su cocina! balbuce Sarah y Cline levant las manos. Acabas de llamarme Cline y eso es bueno. Haz tu llamada. No hay prisa. Ella sali y Sarah se dio cuenta de lo mucho que aquello significaba para Cline. No haba sido por un capricho que su padre haba concertado aquel encuentro. Seguramente haba sido una manera de asegurarse de que Cline sintiera que todava tena algn contacto con l. Quiz haba supuesto que ejercera el mismo efecto en su hija. Pens que la ida era extraa y a veces confusa. Por lo menos deba tratar de arreglar sus propios asuntos y lo mejor que poda hacer era llamar a Craig para hacer las paces con l. Sarah marc el nmero de su apartamento y l respondi casi de inmediato. Sarah, amor mo! Crea que ya no ibas a llamar nunca. Me preguntaba qu te haba pasado. Bueno, este lugar est mucho ms lejos de Pars de lo que imaginaba. Est en el norte y entre unas cosas y otras no tuve tiempo de llamarte estuvo a punto de decirle que se haba olvidado, pero no lo hizo. Eso hubiera hecho enfadar a Craig. Y cundo vas a regresar a casa? Espero que ya hayas sentado la cabeza. Me quedar todo el mes tal y como se lo promet a mi padre respondi Sarah y continu antes de que l pudiera decir algo: Sabes? Estoy alojada en un castillo. No me interesa saber nada acerca de castillos. Ya los he visto. Mira, Sarah, si analizas todo esto

por un momento, te dars cuenta de que es una tontera. Has dejado tu librera en manos de otra persona y no es lo mismo que cuando ests t. Seguro que las cosas no van a ir bien... Adems, ya es hora de que te ocupes de los asuntos de tu padre. Oh, Craig! Los abogados lo harn. Yo no quiero mezclarme en eso. Ya ests mezclada y no tienes manera de eludirlo. Supongo que todo te lo ha dejado a ti... No me interesa saberlo respondi Sarah. El solo hecho de pensar en ello me pone enferma. Entonces yo tendr que ocuparme de todo en tu lugar. Quin ms podra hacerlo si yo no lo hago? Sarah percibi que estaban a punto de discutir una vez ms. Aquello era lo mismo que Craig ya le haba dicho antes. Ella saba muy bien lo que deca el testamento de su padre. Recibira en principio una buena cantidad de dinero as como la casa en la cual siempre haba vivido. El resto le sera entregado cuando cumpliera treinta aos o cuando se casara, si eso suceda antes. Aquello le record lo que Armand le haba dicho acerca de casarse sin importar las consecuencias y se inclin a pensar como l. Sigues ah? le pregunt Craig. Sarah se dio cuenta de que una vez ms se haba perdido en sus pensamientos. Estaba pensando en su padre y en Cline y experiment aquella sensacin de pnico que la asaltaba cada vez que Craig trataba de presionarla con el matrimonio. S, aqu estoy respondi Sarah de inmediato pero no puedo hablar durante mucho tiempo. No me gusta utilizar el telfono de otras personas. Si viven en un castillo entonces lo pueden pagar. Cmo es esa mujer, la... novia de tu padre? Es muy agradable y muy amable. Sarah se irrit por el tono que utiliz Craig al referirse a Cline y en ese momento dese no haberle contado nada antes de ir all. Pens que entre Cline y su padre haba existido mucho amor. Ahora lo saba. Estaba mal denigrar el amor de esa manera, pero ahora empezaba a darse cuenta de que Craig denigraba muchas cosas. Mira, vamos a aclarar las cosas dijo l con firmeza. Tengo que ir al club dentro de unos minutos. Esta noche tengo invitados especiales. Entonces, ser mejor que no te entretenga coment Sarah. T tienes prisa y a m me da vergenza utilizar el telfono. Tratar de llamarte otra vez. Oh, no! la voz de Craig se torn dura de pronto. O regresas a casa o ir a buscarte. De qu ests hablando? No puedes venir a buscarme! No pienso irme! exclam Sarah, furiosa. Saba que l nunca haba estado de acuerdo, pero jams haba adoptado esa actitud antes. Ahora se daba cuenta de lo dbil y vulnerable que la haba dejado la muerte de su padre. Si no vienes, ir a por ti. Quiero estar seguro de que ests bien. Sarah saba que aquello no era verdad. l quera forzarla a regresar y si lo haca entonces la presin

iba a ser mayor. Otra vez Craig insistira en el matrimonio. Un matrimonio que ella no deseaba. Sarah no comprenda cmo haba llegado a aquella situacin, en la cual l pensaba que tena derechos sobre ella. No voy a volver, Craig afirm ella y en ese momento comprendi que aquel viaje a Francia haba sido una jugada muy inteligente. Eso le haba dado tiempo para reflexionar y ver las cosas con ms claridad. Sus anteriores dudas ahora ya en algo concreto. Entonces estar all pasado maana. La seguridad de la voz de Craig asust a Sarah y se imagin lo que sucedera si l se presentaba en el castillo. Seguro que habra problemas. No puedes venir aqu! Te... te ver en alguna parte Sarah estaba aterrada de que pudiera llegar hasta all. Est bien respondi Craig con tono satisfecho. Te ver en Pars pasado maana. En ese lugar donde solas alojarte con tu padre. Sarah lo record con claridad. Era un pequeo hotel que su padre sola frecuentar y que era tan cmodo y agradable que ella misma lo haba utilizado en varias ocasiones. Claro que ella siempre haba viajado a Pars acompaada de su padre, y ahora le pareci que aquello era una crueldad por parte de Craig. O quiz fuera porque l haba pensado que podran perderse si escogan otro lugar. Siempre conceda a los dems el beneficio de la duda. Conozco el hotel. Cmo podra olvidarlo? Entonces te ver all pasado maana a la hora de la comida. Est bien respondi Sarah, preocupada. Pero promteme que no hars nada ms. Promteme que no vendrs aqu. No puedo permitir que ests sola, verdad? replic Craig y colg el telfono. A pesar de sus palabras, en su tono de voz haba algo amenazador y, por un momento, Sarah se qued mirando el telfono con expresin preocupada. Cmo se haba metido en una situacin en la que alguien poda darle rdenes? Cmo se haba involucrado en el mundo de Craig? Entonces sinti un gran alivio al darse cuenta de que l no saba dnde estaba ella. Jams se lo haba dicho con precisin. Tendra que ir a encontrarse con l y entonces le dira que en el futuro no estaba dispuesta a permitir que l le dictara rdenes. Se daba cuenta de que en realidad no deseaba verlo otra vez, pero saba que Craig reaccionara de manera furiosa ante eso. Tendra que decrselo con cuidado y volver a su vida anterior. Sarah levant el rostro con una expresin de preocupacin y se qued sorprendida al ver a Armand de pie junto a la puerta, observndola. Por la expresin de su rostro comprendi que haba escuchado por lo menos parte de la conversacin. Sin lugar a dudas haba escuchado el final, cuando ella le haba suplicado a Craig que no fuera all. Sarah no comprenda por qu eso lo haba disgustado tanto, pero el caso era que Armand estaba furioso. l la mir por un momento y despus se dio la vuelta y se alej. Sarah trat de recordar todo lo que haba dicho durante los ltimos segundos de su conversacin con Craig. No poda recordar sus propias palabras con exactitud. Entonces se encogi de hombros de la misma manera en que lo haca Armand. Qu importaba eso? Muy pronto l regresara a Pars y ya no lo volvera a ver. Seguramente ella se

marchara antes de que l regresara al castillo. No tena por qu preocuparse por lo que pensara Armand. Su mayor problema era llegar a Pars dentro de dos das.

CAPTULO 5 ARMAND permaneci silencioso durante la cena y volvi a ser el hombre que Sarah conoci el primer da. La conversacin resultaba difcil pero afortunadamente Cline estaba de muy buen humor, todava contenta de que Sarah le hubiera llamado por su nombre. Como no le quedaba otro remedio, Sarah mencion su viaje a Pars. Pasado maana tengo que ir a Pars coment sin atreverse a mirar a Armand. Hay algn lugar cerca donde pueda tomar un tren? Pars! Querida, si acabas de venir de all! exclam Cline, pero Sarah tuvo que continuar una vez que ya haba comenzado. Lo s, pero slo voy a estar all un rato. Hay alguien a quien debo ver. Por supuesto Cline extendi una mano y acarici con ternura la de Sarah. No te preocupes. Es fcil llegar a Pars. No es ese da cuando t tienes que ir tambin, Armand? S respondi Armand a secas. Yo la llevar, mademoiselle. No tiene por qu hacerlo dijo Sarah de inmediato y l la mir con los ojos entrecerrados. Y cmo ira usted all si yo no la llevo?le pregunt. Cmo regresar si yo no la traigo de vuelta al castillo? Realmente no tienes por qu mostrarte tan enfadado por esto, Armand. Despus de todo Sarah ocupar muy poco espacio en el coche indic Cline y Armand la mir. Parezco enfadado? Pues no lo estoy, Cline. Me encantar llevarla a Pars, mademoiselle. Le lanz una mirada que pareca indicar todo lo contrario, pero a Sarah no le quedaba otra alternativa. Tena que ir para aplacar a Craig y hacerle entender que ella iba a hacer lo que se le antojara y que nada la iba a hacer regresar a Inglaterra. Permanecera all durante un mes a pesar de lo que l dijera. Aquella noche Sarah se fue a la cama bastante apesadumbrada y durante un buen rato no pudo dormir, pues una y otra vez analizaba en su mente la situacin en la que se encontraba, preguntndose cmo se haba vuelto tan sumisa. Al da siguiente, la maana estaba fresca y radiante y Sarah se levant muy temprano, lo que sorprendi a Cline. Despus del desayuno a Cline la llamaron por telfono, por lo que la joven sali al vestbulo para dejarla sola y le pareci or le sonido de los cascos de un caballo. Al abrir la puerta principal vio a Armand montado en uno de los caballos que ella haba visto en las caballerizas. Pasaba frente al castillo en direccin al parque y Sarah se qued mirndolo. Buenos das dijo la chica de manera tentativa esperando ser ignorada.

Buenos das, mademoiselle. Se ha levantado temprano hoy. Me... me pareci or un caballo y vine a ver. Monta usted? S. En casa siempre tuvimos caballos. Venga a montar conmigo. Vaya a cambiarse de ropa. No quiero molestar respondi Sarah. No quera comenzar otra discusin con Armand y estaba segura de que si pasaba algn tiempo con l, seguramente sera eso lo que sucedera. No me va a molestar. Ms bien me har un favor. Como usted sabe hay dos caballos. Yo slo puedo montar uno a la vez y tiempo es algo que no tengo. Pngase algo adecuado y mientras tanto yo ensillar el otro caballo. Sarah no pudo evitar una expresin de gozo. Casi no poda creer en su buena suerte. Despus de la noche anterior haba pensado que Armand no volvera a dirigirle la palabra jams. Sarah corri a su habitacin, sac unos pantalones vaqueros y se puso tambin un suter grueso y una chaqueta. Cuando bajaba por la escalera Cline sali al vestbulo para decirle que haba terminado de hablar por telfono. No tenas por qu salir de la cocina le asegur ella. Me alegro de haberlo hecho exclam Sarah, sonriente. Armand me ha invitado a montar uno de sus caballos. Sabes montar? Cline pareci preocupada y Sarah se ech a rer. He montado toda mi vida. Es ms, quiz lo haga mejor que Armand. Cline le pidi que tuviera cuidado una vez ms. Aquello le proporcion a la chica una sensacin muy agradable; jams haba tenido una madre que se preocupara por ella. Sarah sali sonriendo por la puerta principal y vio que Armand ya tena listo el otro caballo. No esperaba verlo tan pronto, por lo que se sorprendi. No -se iba dejar intimidar; aquello haba sido idea de l. Armand le haba preguntado si le gustara montar; incluso, casi le haba ordenado que lo hiciera. Sarah no perdi su sonrisa. Sonre usted observ Armand cuando se acerc y la mir. Le gusta mucho montar? S, pero no es eso por lo que sonro. Su madre se ha mostrado preocupada por m. Y eso le parece divertido? En absoluto. No estoy acostumbrada a que una mujer se preocupe por m. Me parece maravilloso! Sarah mont con facilidad, sin esperar a que l la ayudara, y, de inmediato, dirigi su montura hacia el parque y se sinti satisfecha consigo misma. Haba encontrado la manera de tratar con Armand. Iba a impresionarlo con su propia confianza en s misma.

Vamos a los campos o al parque? pregunt Sarah. Al parque, a menos que tenga usted otros planes. Puede dar instrucciones si as lo desea. Yo obedecer le asegur Sarah. Estoy segura de que si hago algo mal usted me lo indicar. Esta maana no estoy seguro de atreverme. Parece usted decidida a conquistar el mundo. Vamos a ver si podemos sacarle un poco de energa tanto a los caballos como a usted. Salieron al camino y de pronto Armand se dirigi hacia los rboles, pero Sarah se mantuvo a su lado. La joven pens que era muy probable que ella montara tambin como l. Armand se iba a ver igualado o quiz incluso superado. Si l pensaba que ella era demasiado joven, iba a demostrarle que la juventud no tena nada que ver con la habilidad. Armand pareca contento mientras guiaba su montura lentamente, bajo los rboles, pero Sarah estaba impaciente. All no haba grandes extensiones donde los caballos pudieran correr y ella senta la necesidad de hacerlo para aclarar toda la confusin que haba en su cerebro. Su caballo se mostraba inquieto, esperando poder correr, y ella se senta igual. Cuando llegaron al extremo del parque Sarah vio unos campos muy extensos, cubiertos con la hierba de la primavera; en seguida mir a Armand, casi dispuesta a galopar sin su permiso. l la observaba con inters. Esto es lo que estaba esperando, no es as? La he sentido muy inquieta a m lado; tanto como el caballo que monta. Pues bien, mademoiselle, es su turno. Sarah no necesit or ms. Sali al galope con alegra. Como siempre que montaba, se olvid de todas sus preocupaciones. El viento le azotaba el rostro, su melena flotaba detrs de ella y el golpete de los cascos fue como msica para sus odos cuando se inclin sobre el cuello del animal. Recorrieron un buen tramo de campo abierto y Sarah busc algn obstculo que pudiera saltar. No tard en encontrar uno. Su caballo salt la cerca limpiamente. Sarah lo dej seguir corriendo y despus se volvi sonriendo, con una sensacin de triunfo. No esperaba que Armand se negara a saltar y efectivamente no lo hizo, pero para su desilusin no la sigui. Segua al otro lado de la cerca inspeccionando otra que pareca rota. Aquello result frustrante para la joven. Cuando Armand se volvi, Sarah se dirigi hacia l y despus fren su montura para dejar que los dos animales caminaran juntos. En su rostro haba una expresin de triunfo. Cmo saba usted que no haba una zanja al otro lado de la cerca, mademoiselle?le pregunt Armand sin siquiera mirarla. Porque antes mir! Tengo demasiada experiencia como para saltar una cerca e ir a caer despus en un agujero. Armand sonri. Me pregunto si las valkirias tendrn el cabello oscuro o rubio como el suyo. Jams haba pensado en eso hasta ahora.

Probablemente son rubias respondi Sarah. Pero son mujeres muy peligrosas a las que no se debe subestimar. De pronto, Armand se ech a rer. Est sugiriendo que yo la he subestimado? En el futuro recordar que es usted una mujer amenazadora con la habilidad de galopar a gran velocidad. Sarah percibi la burla en su voz, pero se senta satisfecha. Lo haba impresionado, aunque dudaba haber dejado alguna huella en el orgullo de Armand. Montaron durante otra hora y entonces Armand coment que no poda perder ms tiempo. Aunque se sinti desilusionada, Sarah tuvo que admitir que haba pasado una maana maravillosa. Ya en los establos desensill el caballo ella misma y lo cepill tan hbilmente como Armand. Por qu tiene caballos si le resulta problemtico poder ejercitarlos? pregunt Sarah cuando termin. Al igual que ustedes, nosotros siempre hemos tenido caballos. No es fcil decidir deshacerse de ellos. Adems, Violette monta conmigo de pronto l se mostr inquieto. Usted me sorprende. Por qu? Sarah levant la mirada y vio que l la miraba intensamente. Su manera de montar y tratar a los caballos. El hecho de que haya fundado un negocio propio cuando su padre era tan rico. Incluso su decisin absurda de llegar a la aldea caminando no encaja con... Oh! Usted pens que yo era una mujer intil, acostumbrada a tomar el sol en las playas. Intil? Repiti Armand. S, es verdad que me la imagin tumbada en la playa. Sin embargo, no dir que pens que era intil. Incluso en la playa hubiera servido de algo, aunque slo fuera para brindarle a alguien el placer extico de admirarla. Sarah lo mir confundida y despus volvi la vista hacia otro lado. No esperaba aquello de Armand y no saba cmo comportarse. Termin lo que estaba haciendo en silencio y despus se dio la vuelta sin darse cuenta de que Armand todava estaba detrs de ella. Choc contra l y dej escapar una leve exclamacin de sorpresa cuando sinti que la tomaba por los hombros para sujetarla. Cuando lo mir a los ojos vio all una expresin que la hubiera mantenido inmvil de todas maneras. Por un momento los dos permanecieron absortos el uno en el otro y los largos dedos de Armand le apretaron los hombros mientras que la miraba directamente a los ojos. Sarah comenz a sentir pnico y Armand entrecerr los ojos. Una vez ms tiene miedo de la poca luz y de m? pregunt con calma y de inmediato ella sacudi la cabeza. Me... me ha sorprendido, eso es todo. P