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Wílmer Casasola R. De cómo Nicolás Maquiavelo construye un ideal ético Resumen: El artículo busca discutir la existencia de una propuesta ética en Nicolás Maquiavelo. Para tal fin, toma como ejes temá- ticos las nociones de ética clásica, ética realista y bien común. Asimismo, se parte de la noción mimetismo ilustrado para dar cuenta de la idea- lidad de la que parte Maquiavelo a la hora de sentar las bases de su realismo, mismo con el que se pretende justificar las acciones éticas del gobernante dentro del quehacer político. Palabras clave: Ética clásica. Ética rea- lista-realismo ético. Bien común. Moralidad. Realidad. Idealidad. Mimetismo ilustrado. Abstract: The present article aims to dis- cuses the existence of an ethical proposes in Maquiavelli. In order that, the article focuses in the notions of classical and realist ethical, as well as the notions of common wells witli whicñ the ethical actions of governments ir would be justifiable in the context of Maquiavelli 's philosophy Key words: Classical ethics. Realistic ethic. Common wells. Morality. Reality. Ideality. Illus- trate mimicism. Introducción El ideal ético es una hipótesis de perfección moral. Se puede decir que esta es la idea central en el pensamiento de José Ingenieros en relación con el tema de los ideales éticos.' Concretamente, Ingenieros lo formula de la siguiente mane- ra: "Los ideales éticos son hipótesis acerca de posibles perfecciones morales futuras; se forman como todas las hipótesis y como ellas sirven a los hombres que creen en su posible advenimiento." (1919, 134). La ética puede entenderse como un esfuerzo racional por instaurar de alguna forma una nueva moralidad. A ésta conclusión podría llegarse luego de ver a través de la historia el planteamien- to de muchos filósofos. En muchos filósofos y en ciertas épocas las nociones de ética y moral se empleaban indistintamente, con lo que la instau- ración de una moralidad o eticidad vendrían a ser lo mismo. Lo cierto es que el ideal de algunos pensadores moralistas ha sido la instauración de una cierta moralidad, es decir, la instauración de cierta forma de vivir de acuerdo con un conjunto de normas establecidas. Solo que la instauración aquí vendría a ser desde los confines de la razón y no desde la experiencia o devenir histórico. De acuerdo con lo anterior, cabe indagar sobre la nueva moralidad que pretendió instaurar Nicolás Maquiavelo, y en consecuencia, buscar alguna respuesta a la pregunta planteada en el presente artículo: ¿Se puede hablar de un ideal ético en Maquiavelo? De esta preguntan surgen muchas otras, entre ellas: ¿Plantea Maquiavelo concretamente un ideal ético? ¿Tiene sentido hablar de una ética maquiavélica? ¿Es Nicolás Maquiavelo un realista político o un idealista político? Existe todo un marco de interpretación histórica sobre el pensamiento del hombre oscuro de Florencia en relación con el apelativo de realis- ta, a tal punto de considerársele fundador del llamado realismo político. Sugerir lo contrario no deja de ser arriesgado. Sin embargo, Maquia- velo no es tan realista como muchos lo quieren ver, y es precisamente aquí donde descansan sus Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XLIX (126), 25-36, Enero-Abril 2011/ ISSN: 0034-8252

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De cómo Nicolás Maquiavelo construyeun ideal ético

Resumen: El artículo busca discutir laexistencia de una propuesta ética en NicolásMaquiavelo. Para tal fin, toma como ejes temá-ticos las nociones de ética clásica, ética realistay bien común. Asimismo, se parte de la nociónmimetismo ilustrado para dar cuenta de la idea-lidad de la que parte Maquiavelo a la hora desentar las bases de su realismo, mismo con elque se pretende justificar las acciones éticas delgobernante dentro del quehacer político.

Palabras clave: Ética clásica. Ética rea-lista-realismo ético. Bien común. Moralidad.Realidad. Idealidad. Mimetismo ilustrado.

Abstract: The present article aims to dis-cuses the existence of an ethical proposes inMaquiavelli. In order that, the article focusesin the notions of classical and realist ethical, aswell as the notions of common wells witli whicñthe ethical actions of governments ir wouldbe justifiable in the context of Maquiavelli 'sphilosophy

Key words: Classical ethics. Realistic ethic.Common wells. Morality. Reality. Ideality. Illus-trate mimicism.

Introducción

El ideal ético es una hipótesis de perfecciónmoral. Se puede decir que esta es la idea centralen el pensamiento de José Ingenieros en relacióncon el tema de los ideales éticos.' Concretamente,Ingenieros lo formula de la siguiente mane-ra: "Los ideales éticos son hipótesis acerca de

posibles perfecciones morales futuras; se formancomo todas las hipótesis y como ellas sirven a loshombres que creen en su posible advenimiento."(1919, 134).

La ética puede entenderse como un esfuerzoracional por instaurar de alguna forma una nuevamoralidad. A ésta conclusión podría llegarseluego de ver a través de la historia el planteamien-to de muchos filósofos. En muchos filósofos y enciertas épocas las nociones de ética y moral seempleaban indistintamente, con lo que la instau-ración de una moralidad o eticidad vendrían a serlo mismo. Lo cierto es que el ideal de algunospensadores moralistas ha sido la instauración deuna cierta moralidad, es decir, la instauración decierta forma de vivir de acuerdo con un conjuntode normas establecidas. Solo que la instauraciónaquí vendría a ser desde los confines de la razón yno desde la experiencia o devenir histórico.

De acuerdo con lo anterior, cabe indagarsobre la nueva moralidad que pretendió instaurarNicolás Maquiavelo, y en consecuencia, buscaralguna respuesta a la pregunta planteada en elpresente artículo: ¿Se puede hablar de un idealético en Maquiavelo? De esta preguntan surgenmuchas otras, entre ellas: ¿Plantea Maquiaveloconcretamente un ideal ético? ¿Tiene sentidohablar de una ética maquiavélica? ¿Es NicolásMaquiavelo un realista político o un idealistapolítico? Existe todo un marco de interpretaciónhistórica sobre el pensamiento del hombre oscurode Florencia en relación con el apelativo de realis-ta, a tal punto de considerársele fundador delllamado realismo político. Sugerir lo contrariono deja de ser arriesgado. Sin embargo, Maquia-velo no es tan realista como muchos lo quierenver, y es precisamente aquí donde descansan sus

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ideales éticos. Precisamente apelar al concepto deidealista para referirse a su planteamiento teóricobusca problematizar un poco la noción mismade realista que se le ha dado históricamente. SiMaquiavelo tuvo la intención de crear una éticapara el gobernante, su punto de partida es ideal.En sentido estricto, un mimetismo ilustrado.

1. La ética clásica

A la pregunta de si puede haber un idealético en Maquiavelo, la opinión más frecuente esque no se puede hablar de una ética en este pen-sador. De hecho, en lenguaje popular el adjetivomaquiavélico denota a una persona inescrupulosae inmoral, con lo que es frecuente asociar a Nico-lás Maquiavelo con una suerte de inmoralidad.Esta inmoralidad, por cierto, supone la existenciade cierta moralidad de alguna manera legitimadaentre la comunidad humana.

Sin embargo, en Maquiavelo tenemos todauna teoría ética sobre el obrar humano, pero espe-cialmente, sobre el obrar ético de los gobernantes.La calificación de inmoral atribuida a esta éticarealista está sustentada por una tradición éticaque sostiene la integridad del bien. El Bien de estaforma tiene una legitimación ontológica, y desdeesta legitimación es que se juzga lo que es el bieny lo que es el mal. Las éticas filosóficas han bus-cado legitimar de alguna manera la existencia deun bien o un mal entre los seres humanos. Cuan-do se parte de estas éticas filosóficas para juzgartodas las acciones humanas por igual se extrapolalos alcances de la teoría ética al pretender queésta puede aplicarse para todo tiempo, lugar ycircunstancias.

Franzé engloba con el nombre de ética clá-sica 2 toda pretensión de universalidad de estaséticas filosóficas. "Esta posición parte de laexistencia de una única ética, universal, válidapara todas las situaciones de la vida por igual, sindistinción de ámbitos de actividad, en el sentidode que esos ámbitos ponen en juego problemasespecíficos, no presentes o irreductibles a otrasesferas de actividad o situaciones prácticas."(Franzé, 2003, 64). Lo que hace a esta éticano tener asidero en el quehacer político es que

pretende ser aplicada para toda circunstancia.La ética clásica se dirige a la persona singular,a sus acciones particulares. Franzé plantea queesta ética está dirigida al buen obrar individualy confunde entre ser buen individuo y buenciudadano, a tal punto que acaba extendiendo laética individual al campo de la política. Para estaética, el bien es bien en todo momento y lugar,por lo que el mundo es percibido como un ámbitoéticamente racional donde el bien lleva al bien yel mal al mal.

Maquiavelo, de acuerdo con lo anterior, haríaun giro en la concepción ética del mundo y delas acciones humanas. Si, al decir de Franzé, laética clásica es aquella que se caracteriza por suuniversalidad y validez para todas las situacionesde la vida por igual, y Maquiavelo no adhiere aestas concepciones éticas clásicas o filosóficas,cabe indagar cuál sería la propuesta ética delflorentino. Cabe, pues, saber o indagar sobreel giro ético que justificaría racionalmente lasacciones del quehacer político según la visión deeste pensador.

2. La ética realista

En los escritos de Maquiavelo están pre-sentes una concepción ética tanto del ejerciciopolítico como del hombre en general. Específi-camente en El príncipe, nos presenta una éticapara el gobernante. A esta ética para el príncipeo gobernante.' la llamaré realismo ético o éticarealista",

Si existe el imaginario de un realismo políti-co, a ese mismo realismo le corresponde ciertotipo de eticidad, y esta eticidad debe ser nece-sariamente realista. El que la ética sea realistaquiere decir que el gobernante no puede ajustarsea las pretensiones universalistas de cierto tipo demoralidad -ética clásica, al decir de Franzé-,sino a una ética especial, misma que le permitaactuar dentro de los límites de su poder.

Maquiavelo proporciona elementos paraextraer una ética realista, en el sentido que plan-tea las bases de cómo debe actuar un príncipe.Es decir, Maquiavelo separa por un lado la éticadel ejercicio político, la de los gobernantes, y por

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otro, la ética del individuo en general. La lógicadiscursiva que lleva a tomar una decisión éticano es la misma para el gobernante que para elindividuo de la calle. Pero el florentino no seocupa de este último, sino de la lógica del dis-curso ético que debe prevalecer en el príncipeo gobernante, es decir, se ocupa de un realismoético del político. 5

El deber del gobernante es muy diferente aldeber del individuo de la calle. Las decisionesque toma el individuo le afectan a él directa-mente, y sólo a algunos de manera indirecta. Ladecisión ética del sujeto busca su propio bien, ycuando mucho, el bien de un reducido círculo deallegados. El gobernante, por el contrario, debetomar decisiones donde el bien común es lo pri-mordial. La ética realista es prácticamente unaética prima Jacie; no tiene tiempo para modeloséticos históricos, sino el tiempo para actuar deacuerdo con el devenir de los hechos mismos enel entramado social. Las decisiones éticas puedenafectar a muchos, pero no a la totalidad, y enconsecuencia, beneficiará a la mayoría, pero noa cierta minoría. En este sentido, la ética realistatambién está muy emparentada con una ética con-secuencialista o utilitarista.

El tema del bien común es lo que está enmedio de esta dualidad ética. El gobernante debebuscar el bien común, pese a que en la realizaciónde este bien el mal se haga presente como conse-cuencia. Pero como el principio del realismo éticoes el que prevalece, y el criterio que prevalece esel bien de la comunidad, el mal que surge comoconsecuencia queda éticamente justificado.

El calificativo de inmoral que se le atribuyea Maquiavelo es la mala comprensión, porparte de los moralistas clásicos, de lo que rep-resenta legislar para la comunidad. Creer quehay un bien moral que debe ser aplicado en todomomento, que es precisamente el meollo de lamoralidad ortodoxa, es lo que ha dado lugarpara denominar de inmoral la propuesta deMaquiavelo. Quienes aún piensan así no tomanen cuenta el polémico hecho de los relativismosmorales, en los que existe una justificaciónmoral para aquello que a nosotros nos pareceéticamente incorrecto. El punto de vista tradi-cional supone, pues, que hay un bien moral y queeste bien moral es valedero para todos por igual.

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La ética realista del legislador se enfoca en elbien de la comunidad, no en el bien individual.En este sentido, presupuestos como la moralidady religiosidad quedan supeditadas a un actuarobjetivo. Este actuar objetivo no es otra cosa queactuar de acuerdo con una razón de Estado. Enefecto, Maquiavelo "no parte de una moral, filo-sófica o religiosa, para determinar las condicio-nes teóricas del actuar correcto en política, sinoque considera más bien la moral y lo religiosocomo simples elementos del ámbito político."(González, 1982, 116). Es decir, Maquiaveloconsidera este imaginario moral pero enfocala atención de su análisis en el ejercicio de laacción del gobernante, una suerte de filosofía dela acción política.

3. La justificación de los fines

La tensión que se genera entre el bien comúny el bien individual en la obra de Maquiavelo, yen consecuencia, la tensión que surge al tachadode inmoral tiene una solución inmediata desde elmomento en que se comprende la naturaleza entreuna ética realista y una ética filosófica, o bien unamoral universalizable. Esta moral universalizableno es otra cosa más que una moral idealizada, unaidealización que es producto de ciertas tradicio-nes filosóficas. Pero ¿qué hace que las decisionesdentro de la actividad política sean tomadas comoéticamente razonables y no como éticamenteincorrectas? Su finalidad y la comprensión de queno existe una falta de criterio ético en las accio-nes, sino una incomprensión de las circunstanciasde las decisiones. Es decir, la naturaleza ética dela conducta política debe asumir las consecuen-cias de las acciones dirigidas a la sociedad en suconjunto, y no cuestionarse por la legitimaciónontológica de un bien moral misteriosamenteestablecido. Las consecuencias en la integridadmoral individual quedarían justificadas por laintegridad comunal. O como sostiene Franzé, estollevaría a "no absolutizar sino a relativizar losvalores, porque lo bueno no lo es siempre en todotiempo y lugar, sino relativo a las circunstanciasy a las consecuencias que produzca." (2003, 68).

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y si nos avocamos a las circunstancias delquehacer político, tendríamos que tal ejerciciorequiere de una eticidad no tradicional o clásica,sino de una orientación ética que logre diferenciarlos actos morales del individuo común y del políti-co, pues este último debe legislar para una comu-nidad social en su totalidad, y la bondad de losactos morales de acuerdo con una tradición moralclásica no lograría justificar las acciones que enel ejercicio de la acción política debe prevalecer.De ahí que como sostiene González, "La moraltradicional está, adaptada mutatis mutandis, alas necesidades del pueblo. Pero para el príncipedeben regir otros cánones morales, los del mante-nimiento de la sociedad política."(1982, 141).

Maquiavelo hace una escisión entre la éticade los individuos y la ética de los gobernantes.La ética de los individuos podría estar orientadapor ciertos ideales de cualquier tipo, como porejemplo hacer el bien en todo momento, incluso,si la práctica de este bien representara un malpara ellos mismos. Pero la ética de los gobernan-tes no puede estar orientada por unos principiosa priori sobre la bondad de las buenas acciones,es decir, no puede estar orientada por idealesimaginarios. La ética debe ser realista. Esto noquiere decir que Maquiavelo rechaza la ética en laactividad política del gobernante, sino que separalúcidamente entre un ejercicio ético que busca elbien propio, de otro que busca el bien común. Sinembargo, esta ética realista se construye sobre loscimientos de una idealidad, porque toda acciónhumana, por más pragmática que se la quieraver, pasa necesariamente por una reflexión inte-lectiva, y como tal, toda ética realista pasa poruna elaboración teórica, y si se quiere, por unaelaboración ideal de lo que debe ser una acciónhumana. El realismo ético del gobernante, a dife-rencia de las éticas individualistas, busca el bienpara la comunidad, es decir, su felicidad. La éticarealista, que Franzé llama ética política, "exigea los miembros de la comunidad, en tanto indi-viduos y ciudadanos, los sacrificios necesariospara alcanzar la felicidad de la comunidad comoconjunto." (Franzé, 2003, 71).

En cuanto a la famosa expresión el fin justi-fica los medios -que muchos creen que es unaexpresión literal en los escritos del florentino6_, ésta es quizás la expresión que muestra la

separación entre una ética clásica y una ética rea-lista. Una ética realista al servicio de un gober-nador buscaría, en principio, el bien común y noel bien individual. Todos aquellos que quedasenfuera del bien que persigue el príncipe no cons-tituirán una gran fuerza si pretendieran rebelarsecontra el Estado, porque la opinión de la mayoríadesmentiría la falta de compromiso por parte deaquel.

Pues bien, la famosa frase eL fin justificalos medios, si bien es una abstracción que sehace a partir de los últimos cinco capítulos deltratado, puede tener lugar en esta afirmación deMaquiavelo: "Haga pues el príncipe todo lo posi-ble por ganar y conservar el estado, y los mediosserán juzgados honorables y alabados por todos."(2007: XVIII, 97). "Al hacer estas recomenda-ciones -señala Formoso-, Maquiavelo estáreconociendo la autonomía del quehacer político.La política no tiene que fundarse en la moral paraactuar. De su mismo ser ha de extraer las normasque la regulan." (1997, 33). O bien, como señalaFranzé, "el criterio con que Maquiavelo evalúa laética de los actos políticos no es que el fin justi-fica los medios, tal como dice la interpretaciónde Maquiavelo como maquiavélico, sino que losmales menores evitan los males mayores. El malmayor es la destrucción de la comunidad política,y lo es porque con ese acto no sólo cae la comu-nidad en cuanto tal, sino con ella todos y cadauno de los individuos privados, todos sus fines ymetas, todas sus felicidades, todos los proyectosde vida propia que caben en una comunidad polí-tica, porque sólo esta los hace posibles." (2003,72). Es decir, en la medida que el medio garantizaun fin bueno, el medio malo queda justificado porla bondad que persigue el fin para la comunidad.Esto en cuanto si tuviéramos que pensar que lafrase encierra, inexorablemente, la práctica deun mal como medio para alcanzar ciertos fines.Sabine también señala el doble patrón de morali-dad en Maquiavelo. En efecto, para Maquiavelo"es distinta la moral para el gobernante y parael ciudadano privado. Se juzga al primero por eléxito conseguido en el mantenimiento y aumen-to de su poder; al segundo, por el vigor que suconducta da al grupo social. Como el gobernadorestá fuera del grupo o, por lo menos, se encuentraen una situación muy especial con respecto a él,

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está fuera de la moralidad cuyo cumplimientodebe imponerse fuera del grupo." (1968, 256).

Esta moralidad de la que tiene que separarsenecesariamente el gobernante es una moralidadinfluenciada por los ideales del cristianismo. Elgobernante, como modelo que se quita el yugode un oscurantismo medieval y da espacio paraun renacimiento de las ideas, debe concentrarseen la realidad de los hechos, buscando la formade hacerse con el poder y abandonando todasuerte de misticismo moralizante. Con esto elflorentino estaría dando otro giro al arte degobernar sin las ataduras de la moral tradicional,es decir, al "separar la política y la moral con-vencional predicada por el cristianismo durantesiglos, Maquiavelo la elevó a una categoría deciencia demostrativa esencialmente apoyada enlos hechos. Y es sobre esos mismos hechos quela política debe demostrar su eficacia y extraersus principios." (Flórez, 2003, 19). Al respectoGeorge Sabine señala que la finalidad de la polí-tica es conservar y aumentar el poder político. Lacrueldad, deslealtad o injusticia son indiferentespara Maquiavelo, de ahí que sus ideas no sontanto inmorales como amorales; Maquiavelo sólose "limita a abstraer la política de toda otra consi-deración y escribe acerca de ella como si fuera unfin en sí," (1968, 255). Y para que la política seaun fin en sí, no puede depender de una tradiciónmoral establecida, sino que necesita inventarse undiscurso que fundamente las acciones que se dandentro del cuerpo político.

Esta fundamentación racional o discursivaes lo que da pie para hablar de un realismo ético.Una ética que se atiene a las circunstancias rea-listas del quehacer político y que busca la formade mantener el bien entre la comunidad, es decir,un realismo ético que busca el bien común.Según Agustín Renaudet, la ciencia de la políticade Maquiavelo se somete a una nueva ética. Setrata de "una ética entusiasta y apasionada.Ética deducida por Maquiavelo del estudio delos antiguos, pero igualmente heredada de lastradiciones comunales. Ética tan desdeñosa porel intelectualismo humano como indiferente porla caridad cristiana; ética esencialmente activa,subordinada a la disciplina de la ley, y que con-sidera como una virtud esencial la energía capazde lanzarse a peligrosas empresas y sacrificarse

por ellas. Su finalidad es servir, defender, con-servar, engrandecer la ciudad por el bien de laciudad. Exige del individuo la renuncia de susintereses, de su voluntad personal; le obliga si espreciso, hasta el crimen." (González, 1982, 119).Así pues, el ideal de esta ética realista es la jus-tificación de una acción política avocada al biende la comunidad donde no medien presupuestosmorales apegados a la tradición.

Conviene ahora tener una aproximación máscercana de las bases ideales de este realismo éticoy político de Maquiavelo, es decir, cuáles son lasbases de su ideal ético.

4. Idealidad de la realidad: el recursomimético.

Nicolás Maquiavelo nace el 3 de mayo de1469. Durante catorce años de su vida se desem-peñaría como secretario de la segunda cancilleríade la república florentina. En un primer momentoencargándose de la correspondencia oficial, dela redacción de las actas de sesiones así como delos tratados internacionales, pero posteriormenteasumiría otras funciones de carácter diplomáti-cas, en las que precisamente se empieza a formarsu pensamiento político.

Maquiavelo es el Frankenstein del renaci-miento: trata de darle vida a un príncipe a partirde retazos fantasmas de personajes que tuvieronsu lugar y contexto en la historia de la humani-dad. Maquiavelo parte de un estudio biográficode ciertas figuras de la historia para construiridealmente la figura de un príncipe real. Entre lasfiguras que pasaron por su laboratorio metafísicodestacan Moisés, Ciro, Rómulo, Teseo y otros nomenos importantes, incluyendo por su puesto aCésar Borgia, de quien se dice fue el arquetiposobre el cual Maquiavelo elaboró El príncipe(Flórez, 2003: 7). De ahí que el florentino nodudará jamás "en alegar el ejemplo de CésarBorgia y de sus acciones." (Maquiavelo: XIII, 75).

El príncipe perspicaz es aquel que logreadoptar las elucubraciones estratégicas que en sumomento hizo que aquellos personajes lograranlas más encomiables de las victorias; o bien,evitar que el príncipe incurra en el error que

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llevó a muchos de esos hombres al fracaso y ala muerte. A este nuevo legislador que construyeidealmente le corresponde, sin embargo, accionesal margen de toda idealidad. Este nuevo legisla-dor ideal debe actuar, en consecuencia, de unaforma realista. Obsérvese este interesante juegognoseológico: a una figura ideal le correspondeuna ética real, en la misma medida que a unasfiguras reales de carne y hueso les correspondeuna ética ideal. ..

Voy a concentrarme en la figura del príncipepara analizar el ideal ético de Maquiavelo, y enespecial, en el recurso mimético. Las accioneso actos morales suponen las acciones humanas,como se suele decir en ética. Es en la figura delpríncipe donde tiene lugar los actos morales, yen consecuencia, para lograr una aproximaciónal ideal ético de Maquiavelo se tiene que tomaren cuenta preferentemente su punto de vistaantropológico.

Es en la literatura el medio por el cualse exponen preferentemente los ideales éticos.Tomando en cuenta este presupuesto voy a desa-rrollar otro punto vinculado con el quehacer lite-rario, a saber, el denominado realismo. Me apoyoen la noción de principio de realidad, acuñadapor el filósofo costarricense Jorge Jiménez ensu tesis doctoral, para sostener por mi parte, queMaquiavelo parte de cierta ideal idad para cons-truir su realismo, relacionado con la construcciónideal del realismo ético, así como con la construc-ción ideal del realismo político.

Jorge Jiménez sostiene que el realismo legi-tima un nuevo posicionamiento de la subjetividaddel escritor que lo conduce a interesarse -entreotras cosas- por eventos de la vida real, dondenarra eventos históricos y conflictos socio-polí-ticos (2003, 203).7 Lo que llama Jorge Jiménezprincipio de realidad apunta a una narrativa queno es solamente ficcionaria -"creación fantásti-ca" - sino que remite al mundo real en cualquierade sus dimensiones. Esta tesis sugiere, en concre-to, que "el realismo se construye imaginariamen-te asumiéndose como un texto que no se agota ensus fronteras, sino que se dirige a la diversidadempírica y fáctica que representa la realidad."(2003, 203).

Por otro lado, la objetividad que pregona elrealismo no puede en modo alguno suprimir la

subjetividad expositiva del autor, y en consecuen-cia, todo intento por referirse a la realidad obje-tiva "pasará necesariamente por la elaboraciónimaginaria y escritural del autor." (2003, 205).Esto quiere decir que el autor en su proceso deescritura realista reconstruye la realidad percibi-da y la presenta de acuerdo con los intereses quedesea exponer, a tal punto que "el momento sub-jetivo nunca desaparece, a lo sumo se desvaneceenmascarado por el efecto engañoso del fetichis-mo de realidad." (2003, 205). La expresión feti-chismo de realidad apunta, en palabras de JorgeJiménez, a que "no hay aprehensión del mundoreal que no se sintetice en un acto imaginario"(2003, 206). Es decir, que el proceso escritural, laexposición aparentemente objetiva de la realidad,no deja de ser aprehendida en un acto imaginario.Esto \leva al escritor a establecer "una tempora-lidad, aumentando y disminuyendo sus lapsos deacuerdo con su estrategia narrativa; privilegiaciertas secuencias en lugar de otras; destaca loseventos sociales que interesan a su orientaciónideológica y política" (2003, 208).

Una de las características de la estructura dela obra literaria es que introduce un mínimo derealidad estimulando la idealidad, así como unpoco de idealidad estimulando la realidad, lle-vando la fantasía a la cotidianidad de la vida. Esdecir, la literatura revela "lo que hay de real en elideal y lo que hay de ideal en la realidad." (Vela,1973, 38). Esta afirmación de Arqueles Vela nospodría sugerir la necesidad de buscar en el textodel florentino la idealidad que podría surgir desu pretensión realista. La escritura realista delf1orentino vendría a ser un reflejo de sus incli-naciones ideológicas, así como un reflejo de suposición social y los tópicos que pretende exponerde los hechos o acontecimientos de su cultura yde su época.

Maquiavelo busca crear la figura de un prín-cipe ideal a partir de la observación de los acon-tecimientos políticos de su tiempo y del estudiode la historia. Así lo hace ver cuando dirigiendoa Lorenzo de Médicis su tratado, le indica que lomás preciado que él tiene entre sus pertenenciases "el conocimiento de las acciones de los hom-bres ilustres" que ha adquirido "a través de unalarga experiencia de las cosas modernas y unacontinua lectura de las antiguas" (2007, 11).

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DE CÓMO ICOLÁS MAQUIAVELO CONSTRUYE UN IDEAL ÉTICO

Cuando Maquiavelo se entera de que León Xtieneinterés de crear un Estado para sus sobrinosLorenzo y Julián de Médicis en Florencia, inte-rrumpe una serie de actividades epistolares conFrancescoVittori, para entregarse completamen-te a la escritura de la obra que posteriormente sellamaríaEl príncipe, misma que dedica a Loren-zo. La esperanza de Maquiavelo consistía, pri-mordialmente, en recobrar el cargo que le habíandepuestoen la cancillería la familia Médicis 8, Ycomo ideal patriótico, con la intención de que eljovengobernante tomara en cuenta su disertaciónpolítica, en la que exponía una serie de consejosparaque el nuevo príncipe tomara la iniciativa delevantar Italia y darle una nueva dirección. PerolosMédicis no tomaron en cuenta sus opiniones",y lo más que logró Maquiavelo fue un puestocomo historiador oficial. Con fines puramenteindividualistas por un lado -su propia salva-ción-, así como con cierto aire de patriotismo, seinicia la elaboración de un ideal en el pensamien-to de Maquiavelo.

El tema de fondo es el poder, la forma deretenerloy la forma como deben evitarse los erro-res que pueden llevar a su pérdida. Un poder quebusca no sólo la liberación de Italia de fuerzasextranjeras, sino principalmente la consolidaciónde la unidad política. Esta unidad política selograría por medio de una conciencia patriótica,es decir, por medio de una identificación con lascausas políticas y los problemas que aquejan ala noción. Esta es la tarea del patriota. Pero elcumplimiento de este ideal patriótico se veíaimposibilitado debido a la corrupción de las cos-tumbres de la época. Esta sería la tarea del nuevopríncipe, cuya misión consistiría en agrupar lospequeños gobiernos que permitiera la liberaciónnacional,misma que requería de las armas, de ahíque el florentino dedique una parte de su tratadoa aconsejar al nuevo príncipe en el arte de la gue-rra. Pese a este entusiasmo de Maquiavelo comoestratega, "los príncipes italianos del siglo XVestaban muy distantes del ideal de gobernanteque buscaba Maquiavelo. Ninguno de ellos hastaese momento había podido organizar un ejércitopropio... " (Flórez, 2003, 40)

Si habláramos de una moralidad en Maquia-velo, habría que decir que esta consiste en laconsolidación del Estado-nación. El tema de la

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nacionalidad es fundamental para comprender lanoción de ideal ético que manejaba Maquiavelo almomento de escribir su obra. El tema del poder,por tanto, no debe entenderse como una búsque-da irracional, sino como el medio que permitela unidad nacional italiana. El realismo ético enMaquiavelo consistiría en "la impetuosa explora-ción de un ideal que pudiese ser encarnado por unhombre visionario que lograra salvar a Italia delcaos." (Flórez, 2003, 44).

Ahora corresponde ubicar el ideal de prín-cipe que buscaba Maquiavelo. El recurso delflorentino es un simple mimetismo ilustrado.Maquiavelo construye su realismo idealmenteen la medida en que busca extraer de personajeshistóricos las virtudes necesarias para el hombredel presente, es decir, el príncipe. En efecto,Maquiavelo aconseja al príncipe no descuidar lalectura de los grandes personajes de la historiapara que lo orienten en la realidad del presente:"Pero en lo que se refiere al ejercicio de la mente,el príncipe debe leer libros de historia y estudiarlas acciones de los hombres ilustres, viendo cómose han comportado en las guerras y examinandolos motivos de sus victorias y de sus derrotas,para poder evitar éstas e imitar aquéllas, y hacerlo mismo que hicieron en el pasado algunos hom-bres eminentes, que imitaban a los que antes queellos habían sido alabados, procurando seguir decerca sus gestos y acciones ... "(2007: XIV, 81).

A través de este mimetismo ilustradoMaquiavelo pretende que el nuevo príncipe dirijasus acciones con arreglo a un fin determinado:la adquisición del poder. Maquiavelo, en sentidoestricto, idealiza las acciones de estos personeshistóricos y, en consecuencia, descontextualizalas circunstancias que llevaron a estos hombresa lograr sus victorias y derrotas. El realismo deMaquiavelo se funda en un mimetismo idealiza-do a la vez. Embriagado de un entusiasmo casiirracional, no logra ver que el contexto ital ianodifería de aquellas epopeyas históricas, y quepretender aplicar las grandes acciones de estoshombres al carácter del nuevo gobernante era unideal bastante utópico. Pero la pasión que mueve aMaquiavelo es tal que busca en el recurso mimé-tico la creación de este príncipe audaz. Para unestudioso del pensamiento del florentino comoFederico Chabod, Maquiavelo crea esta figura

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"sin percibir la inanidad de su esfuerzo, y en lafebril excitación de la pasión libre de todo frenose deja ir en la visión creadora, sin medir conexactitud su valor concreto." (1984, 98).

Pero el mimetismo ilustrado del florentino,aparte de ser un medio idealizador del buenejercicio del poder de un príncipe, es también unmétodo de acción. Maquiavelo acumuló una granexperiencia como secretario en la cancillería delgobierno de Florencia. Allí observó detenida-mente las decisiones que tomaban príncipes ydemás gobernantes y esto le permitió "una visiónexcepcional sobre el carácter de los hombres deEstado y los alcances de sus actos políticos."(Flórez, 2003, 9). De hecho, una de estas figurases César Borgia, a quien Maquiavelo admirabapor los métodos poco diplomáticos que utilizabapara ejercer su poder y eliminar de su camino acuantos intervinieran con él. Para Maquiavelo,la crueldad es otro de los tantos medios que elnuevo príncipe debe utilizar. Así se lo hace saberen su adoctrinamiento mimético a Lorenzo deMédicis, al decirIe que "Cesare Borgia tenía famade cruel y, sin embargo, aquella crueldad suyarestableció el orden en la Romaña, la unificó y laredujo a la paz y a la lealtad." (Maquiavelo, 2007:XVII, 89). Estas acciones, alejadas por completode una moralidad estrictamente cristiana, eranlos medios, sin embargo, por los cuales tantolos antiguos príncipes como los nuevos podríanhacerse con el poder de una forma razonable.Según Alfonso Flórez, Maquiavelo infería, apartir de estos actos políticos de César Borgia,"el surgimiento de una nueva ética para gobernar,totalmente apartada de las directrices trazadaspor la Iglesia" (2003, 7).

Maquiavelo tiene muy en cuenta su experien-cia como secretario en la cancillería florentina,lugar que le permitió conocer de cerca la realidadde las acciones políticas para adquirir y conservarel poder. Pero esta experiencia queda como uneco en su cabeza de aquellos tiempos en que sir-vió en la corte de César Borgia. Una vez depuestode su cargo, condenado a prisión y desterradopor parte de los Médicis, y como la adversidadsiempre hace que el ser humano reflexione sobresus errores y fracasos, Maquiavelo se entrega a laescritura de sus convicciones políticas. Pero enla construcción de su realismo político requería,

más allá de su experiencia como funcionario de lacosa pública, de unos cimientos que le permitieranlevantar firmemente sus convicciones realistas, esdecir, de unos cimientos que le permitieran "irdirectamente a la verdadera realidad de la cosa."(Maquiavelo, 2007: XV, 83), y en consecuencia,Maquiavelo hecha mano de la idealidad ... Elideal ético de Maquiavelo es tan realista como lasideas de Platón. Maquiavelo construye su realidada partir de una pura idealidad mimética. Y estaidealidad mimética es lo que lo separa radical-mente de la realidad, condenando a su príncipe almundo de la fantasía y la imaginación. Pero estees el esfuerzo que emprende Maquiavelo, a saber,la creación de un príncipe ideal. Para Chabod,este esfuerzo de Maquiavelo está destinado alfracaso. Es un "esfuerzo desesperado de volver aponer en pie lo que está destinado a derrumbarse;el trágico propósito de construir en el vacío; eldesenfreno del sentimiento que, en último térmi-no, arremete en su conmoción contra el análisisy cobra grandiosidad de admonición religiosa."(1984,98).

Para ir directamente a la verdadera realidadde la cosa, Maquiavelo se apoya en su amplioconocimiento de la historia antigua, tanto la grie-ga como la romana, y esto le facilita la elaboraciónde "su ideal de gobierno" (Flórez, 2003, 67). Deesta manera, Maquiavelo inicia la elaboración desu realismo apoyándose en figuras de la historia,que lo lleva a idealizar sus hazañas tratando desituarlos en la realidad presente de una formadescontextualizada. De esta manera Maquiavelose dirige a la realidad presente buscando dejar enla mente del joven príncipe las enseñanzas de sushéroes epopéyicos. El fetichismo de realidad sehace presente en la expresión ir directamente a laverdadera realidad. Pero en este ir a la verdaderarealidad, la elaboración ideal de las hazañas heroi-cas no desaparece, sino que constituyen el funda-mento por la cual Maquiavelo edifica su realismo.

Maquiavelo requiere dejar impreso en lamente del joven príncipe las razones suficien-tes para actuar, es decir, requiere que el nuevogobernante tenga unos principios para la acción.El realismo ético que pretende construir debeestar fundamentado, no puede ser tan sólo lasopiniones que él tiene de la cosa pública, porqueen el momento que escribe lafortuna no está a su

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favor.Requiere echar mano de personas ilustresquehan ganado un lugar en la historia. Construyeentonces la noción de ideal ético apoyado en esterecursomimetista: "Porque, caminando los hom-bres casi siempre por vías ya holladas por otrosy procediendo en sus acciones por imitación, yaque no se puede seguir en todos los caminos deotros, ni alcanzar la virtud de aquéllos a los queimitas, el hombre prudente debe seguir siemprelos caminos recorridos por los grandes hombrese imitar a aquéllos que han sido extraordinarios,a fin de que, aun sin alcanzar su virtud, al menosnos quede algo de su aroma ... " (Maquiavelo,2007: VI, 33). Este ideal mimético busca hacer delpríncipe el gobernante colmado de una sabiduríabélica, donde las estratagemas de los antiguos,cual fantasmas del presente, logran ilustrar lasaccionesde los gobernantes en la realidad actual.

En relación con todo lo anterior, es opor-tuno considerar el análisis que han realizadoalgunos autores sobre la aparente objetividad deMaquiavelo en cuando al abordaje metódico dela historia.

Según González, el "recurso de Maquiaveloa la historia no consiste simplemente en una bús-queda de lo anecdótico. La historia es utilizadapor Maquiavelo con una intención de desprenderde la vida de los pueblos y sus gobernantes cier-tos principios generales que puedan orientar unaacción política efectiva. Los principios generalessurgen así por un proceso inductivo de la obser-vacióncuidadosa de la vida política." (1982, 114).ParaSabine, sin embargo, el método empleado porMaquiavelo no puede ser calificado de científicoen sentido propio, pese a que se haya apoyado enla experiencia, por la observación de los gober-nantes que había conocido o por el estudio de losejemplos históricos. George Sabine sostiene másbien, que el empirismo de Maquiavelo "era desentidocomún o de astuta previsión práctica y noun empirismo inductivo dominado por el deseode comprobar teorías o principios generales."(1968, 256). Y más enfáticamente aún, Sabineniega la posibilidad de que Maquiavelo siguieraun método histórico. Por el contrario, Maquia-veloutilizaba "la historia lo mismo que utilizabasus propias observaciones para dar ejemplos oapoyaruna conclusión a la que había llegado sinreferencia alguna a la historia. En cierto sentido

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es decididamente ahistórico. Afirmaba explícita-mente que la naturaleza humana es siempre y entodas partes la misma, y por esta razón, tomabaejemplos donde los encontraba. Su método, hastaal punto en que tiene uno, es la observaciónguiada por la astucia y el sentido común." (1968,256). A todo esto cabe agregar otra observación.Según Formoso, "Maquiavelo hace un uso de lahistoria que para nosotros resulta un tanto abusi-vo, cuando utiliza con gran soltura ejemplos dehechos ocurridos lo mismo hace veinte años quehace veinte siglos. Así nos cita a la par a Filipo deMacedonia y a Alejandro VI, para reafirmar unpunto o ilustrar una situación." (1997, 25). Paraestos autores, en Maquiavelo no habría metodi-cidad sino una suerte de genialidad imaginativaque le permite interpretar libremente los hechoshistóricos y acomodados a sus necesidades ideo-lógicas. De ahí que, según Chabod, lo propio deMaquiavelo es ante todo la "«imaginación», esdecir, la intuición, similar a la del gran poeta yel gran artista, a quien el mundo se le presentabajo un solo aspecto, el único que puede reco-nocer [... ]. No es, por tanto, un lógico por sobretodo que parte de unos principios y, por virtudprogresiva de razonamiento, deduzca, rigurosa yconsecuentemente, todo un sistema completo; no,ante todo es un imaginativo, que aferra de pronto,con fulgurante iluminación, su verdad, y que sólodespués se confía al razonamiento para comentaresa misma verdad." (1984, 390)

De acuerdo con la afirmación de estos auto-res, quedaría claro entonces que en Maquiaveloel recurso inductivo es parcial. Esta astucia delflorentino se entiende mejor si tomamos en cuen-ta el mimetismo ilustrado que perseguía. En estesentido, Maquiavelo, pese a la advertencia queél mismo hace de ir a la verdadera realidad dela cosa, no busca hacer ciencia. Su finalidad espráctica: lograr redimirse luego de la ignominiaque sufre al ser depuesto de su cargo, y aprove-chando la ocasión, hacer pública la convicciónde sus ideales políticos. En sentido más preci-so, Maquiavelo parte de un método empírico-deductivo. La parte inductiva está presente en laexperiencia que el florentino ha acumulado a lolargo de varios años, y también, por el estudioque hace de algunas figuras de la historia, dela que trata de extraer una noción generalizada

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de la naturaleza humana. Por otro lado, la partedeductiva la podemos percibir en dos categoríasque Maquiavelo emplea, a saber, la virtud yla fortuna 10. Este es posiblemente el momentodeductivo de Maquiavelo. Estos principios bus-can anclarse en el imaginario de lo que debe serun buen gobernador.

Como señala Formoso, el concepto de virtudes central en el pensamiento político de Maquia-velo, pese a que no hay una definición explícitaen toda la obra. Según este especialista, paraMaquiavelo "virtuoso es el príncipe que muestrauna voluntad eficaz. Dicho en otros términos,virtud es cierta capacidad para la eficacia. Esimponer la voluntad a los demás, salir adelante enlas dificultades, conseguir el éxito en las accionespolíticas." (Formoso, 1997, 27). Este concepto,sin embargo, más allá de estas pretensiones indi-vidualistas, busca también cierta moralidad enel gobernador, pues "no puede llamarse virtudmatar a sus conciudadanos, traicionar a sus ami-gos y no tener palabra, piedad ni religión, puesestos medios pueden hacer adquirir el poder, perono la gloria." (Maquiavelo, 2007: XIII: 49-50).El concepto de fortuna, por su lado, apunta a "loimprevisible, la fuerza del destino o los ocultosdesignios de Dios. Fortuna es el azar, es unafuerza colosal, más poderosa que la de los huma-nos, que nos golpea bien sea para elevarnos hastalas alturas a donde nunca soñamos con llegar, obien para hundirnos en el mayor de los fracasos."(Formoso, 1997: 29). Maquiavelo coincide conla opinión común de que las cosas del mundoestán regidas por la fortuna y por Dios, y que loshombres con su prudencia no pueden modificar-las, por lo que se podría pensar que "no hay queesforzarse mucho, sino dejarse gobernar por lasuerte." Esta es la opinión generalizada, misma ala que Maquiavelo se ha inclinado algunas veces."Sin embargo, para que nuestro libre arbitrio noquede anulado, pienso que puede ser verdad quela fortuna sea el árbitro de la mitad de nuestrasacciones, pero también que nos deja gobernarla otra mitad, más o menos, a nosotros." (2007:XXV, 134). Pero seguidamente Maquiavelo expo-ne lo que es en realidad la fuerza caprichosa de lafortuna, la cual no deja lugar para el libre arbitrio,y nos dice lo siguiente: "Y comparo a la fortuna

con uno de esos ríos torrenciales que, cuando seenfurecen, inundan las llanuras, destrozan árbo-les y edificios, levantan la tierra de un lugar y lallevan a otro: todos huyen ante ellos, todos cedena su ímpetu sin poder oponerles resistencia enparte alguna." (2007: XXV, 134).

La inducción y la deducción están presentescomo recurso metódico en la elaboración delideal ético de Maquiavelo. Pero como señalarontanto Sabine como Formoso, el método del flo-rentino no es del todo riguroso y obedece más auna inteligencia creativa del autor que una meto-dicidad claramente definida. Sin embargo, esevidente, aunque sea de forma asistemática, quesí hay un esfuerzo por presentar un estudio conrigurosidad lógica y argumentativa. En este senti-do, Maquiavelo logra un buen intento de no hacerdel todo una ética puramente especulativa, peropor otro lado, de no hacer una ética puramenteempírica. Es decir, el florentino trata de hacer unaética empleando un método empírico-deductivo.Busca un fundamento en la realidad inmediata -su propia experiencia-, así como un fundamentoen la realidad histórica, y por otro lado, busca unfundamento en la realidad de ciertos principios,como la fortuna y la virtud. Estos últimos vienena ser la constatación de su punto de vista filosófi-co, pues aunque se diga que Maquiavelo disentíade especulaciones filosóficas, las nociones devirtud y fortuna constituyen su cosmovisiónantropológica y, en consecuencia, sus primerosprincipios inalterables que sostienen el esqueletode sus argumentaciones sobre la mejor forma degobernar, pero en especial, sobre la forma comodebe actuar un príncipe.

La ética realista, o bien el realismo ético enMaquiavelo, tiene su fundamento en una serie degeneralizaciones históricas. Estas generalizacio-nes o ejemplificaciones históricas buscan recrearimaginativamente la figura de un príncipe ideal.Maquiavelo recrea una serie de principios para laacción a partir de la imitación de algunas figurasde la historia, pretendiendo que el príncipe realincorpore el modelo ideal que construye imagi-nativa mente. De esta forma es que Maquiaveloconstruye un ideal ético. Y es a partir de estaconstrucción ideal que hoy hablamos de un realis-mo político y de una ética realista del gobernante.

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Notas

l. Esta noción también es empleada por Kant, perono es el punto que él concretamente trata. Sugie-re, sin embargo, que la razón humana contieneno sólo ideas sino ideales los cuales tienen unafuerza práctica ("como principios regulativos")"y sirven de fundamento para la posibilidad dela perfección de ciertas acciones." (1983: 236).En ingenieros, por el contrario, el tema de losideales está enfocado concretamente al estudiode la moral y de la ética, que es la forma como seemplea la noción de ideal en este trabajo.

2. Esta es la ética, según Franzé, elaborada a lo largode distintas etapas de la historia, principalmentepor pensadores como Sócrates, Platón, Aristóte-les, el estoicismo, Cicerón y la tradición judeo-cristiana (cfr., 2003: 63).

3. Emplearé indistintamente príncipe y gobernantepor una razón práctica: el príncipe nos sitúa en laépoca del florentino, así como en su propia obra,y gobernante nos sitúa en nuestro contexto. Lapalabra gobernante es más general que la de prín-cipe, y busco no solamente hacer una arqueologíade los ideales éticos, sino un cuestionamiento delideal ético mismo en el momento que nos tocavivir.

4. Javier Franzé, en su artículo El criterio ético deMaquiavelo, separa dos tipos de ética: la éticaclásica y la ética política, situando al f1orentino enesta última. La expresión ética realista está inspi-rada, precisamente, en la expresión ética políticadel estudio minucioso que hace Franzé sobre elcriterio ético de Maquiavelo.

5. En sentido estricto, Maquiavelo no se ocupa deasuntos éticos. Ocuparse de cuestiones éticas enciertos autores es un esfuerzo por comprenderlas dimensiones del obrar humano, y por otrolado, específicamente en Maquiavelo, es tratarde evidenciar las nociones éticas que manejabael autor al momento de externar sus opinionessobre la mejor forma de gobernar. Valga, en estesentido, la opinión de Jaime González, quiensugiere que en Maquiavelo "Sus análisis son fun-damentalmente políticos, de tal manera que susconsideraciones éticas surgen como elementoscircunstanciales." (1982: 109).

6. Para Formoso, esta expresión -o concepto comolo llama él-, "si bien no aparece escrito textual-mente en la obra de Maquiavelo, refleja correc-tamente lo que el Secretario Florentino piensaacerca de la acción política." (1997, 33).

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7. Esta es, sin más, la actitud literaria de NicolásMaquiavelo, quien se remonta al pasado históri-co-biográfico para ocuparse de una realidad quele envuelve circunstancialmente

8. Si bien es cierto que la finalidad de Maquiaveloera conseguir un cargo público bajo el mando delos Médicis, George Sabine sostiene que "no fueesa la ocasión lo que produjo las opiniones expre-sadas en la obra" (1968: 254), sino más bien, esasideas son tan solo una continuidad de las ideasexpresadas en los Discursos. Sin embargo, estaopinión de Sabine puede ser debatible. Hay quetener presente que entre julio y diciembre de 1513,cuando Maquiavelo se encuentra retirado en supropiedad San Casciamo, no muy lejana de Flo-rencia, por motivos políticos, inicia la escritura deEl príncipe. En esa misma época inicia los Dis-cursos sobre las primeras décadas de Tito Livio.En consecuencia, sí se podría sostener que fuela noticia que el Papa León X anunciara de queconcedería la administración de un nuevo estadoa Lorenzo de Médicis lo que motivó a Maquiaveloa expresar sus opiniones. Si las opiniones sobrela manera de unificar Italia, o más precisamente,las opiniones de cómo consolidar un estado, estoes, la forma como se debe obtener el poder, con-servarlo y defenderlo, estaban en los Discursos,la noticia sólo lo motivó a expresar sus opinionesmaquiavélicamente ...

9. Se cuenta que en el momento mismo en queMaquiavelo le ofrecía El príncipe a Pier [Loren-zo] de Médicis, este recibía como obsequio unapareja de perros de caza, mismo que recibió ama-blemente con el mejor de sus gestos, siendo todolo contrario con el donativo de aquel. (Chabod,184: 99).

10. En su estudio introductorio, Formoso señala tam-bién la necesidad, como un concepto clave en laobra de Maquiavelo.

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