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CAPITULO IV wi LASPYMESARGENTXNASENUNAET4pA LS DETRANSICIUNPRUDUCTIVA Ir YTECNULOCICA m

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CAPITULO IV

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Este trabajo tiene corno prop6sito centml contribuir al análisis de los desafíos ecotimicos y pductivos que enfrentan las pequeñas y medianas empresas industriales argentinas para logmr reinsertarse y posicionarse adecuadamente en el proceso de transformación producti- va e internacionalización que caracterizar5 a la economía argentina en la decada de los aiios noventa.

tis Pymes industriales se expandkron fuertemente tn la estructura productiva desde la mitad del presente siglo, cuando el sector indus- trial nacional creció y se desarrojk en el marco de un esquema de industrializaci6n sustitutiva con alto nivel de protección. La dinámica de esas décadas permitió que un conjunto muy significativo de empre- sas fueran consolidándose en distintas Areas del mercado, tanto desde el punto de vista de la tecnologia de producto como de la organiza- ción empresarial. Hacia fines de los sesenta, las Pymes industriales argentinas habian empezado a mpitalizu muchos tios de aprendizaje técnico y de gestin econ6mica, lo cual permitia a un amplio subcon- junto de firmas desempeñarse con eficiencia relativa en el ámbito lati- noamericano, aunque no alcanzando los niveles de competitividad y desarrollo tecnol6gico de tas Pymes de paises desarrollados. De todas maneras, algunas Pymes argentinas lograron expandirse a mercados internacionales y desafiaron, en muchos caso5 con &xito, a empresas de mayor experiencia y solvencia dcnica y financiera.

La crisis y estancamiento del sector industrial nacional en las déca- das de los años setenta y ochenta afectó en forma considerable este proceso madurativo de las Pymes. En un contexto macroeconknico caracterizado por la incertidumbre, la inestabilidad y la volatilidad, el objetivo empresariaI tisico fue la sobrevivencia, concenttindose en

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afrontar los problemas coyunturales y de corto phzo. E1 proceso de II expansi6n se detuvo, el fitmo de inversión se estancó, importantes tra- yectorias madurativas de empresas y de subsectores manufactureros se a interrumpieron y se implementaron iniciativas y estrategias productivas _ que tuvieron como promito centml disminuir el riesgo y alcanzar una posickn econõmica y financiera menos expuesta a bs turbulencias * macroeconbmicas. m

Dumnte dicho periodo se produjo el cierre de muchas firmas Pymes de vasta trayectoria, aunque tambien se observa el nacimiento m de muchos nuevos emprendimientos. A diferencia de la situación de a las emprem grandes, h mayor rotación de las firmas Pymes se explica porque 10s mercados donde operan son poco concentrados y con * bajas barreras a h entrada de nuevos productores. A pesar de las cam- b bies ocurridos en esa etapa, el papel de las Pymes en la estructura - industrial nacional no se modificd sustancialmente. En realidad, los secto~s industriales de mayor crecimiento en dicho Fríodo se carac- a terizan por ser actividades de prwesos continuos que expandieron la oferta local y las exportaciones de insumos básicos basados en recur- sos naturales perr, que no generaron un tejido de encadenamientos fi basados en empresas medianas y peque-. En ese sentido, la expe- ,~ rkncia argqntína es cle una naturaleza distinta a los casos de reemer- gencia de las Pymes europeas, donde la revaloración estratégica de h estas firmas se gesta en el marco de un proceso de cambio tecnológi- - co, organizativo y de reestnrcturaci6n industrial.

Ia década de ios años noventa abti para las Pymes otra fase en a su desamlh ks transformaciones macroecondmicas que se están m implemenmndo, especialmente el fuerte incremento de la apertura externa, la desregulaci6n de los merrados y el proceso de integración * subregional (Merco&, m&fican radicalmente el contexto económico a don& estas firmas operaban.

Para la:mayoti de estas empresas, los años próximos implicarán * una sustantiva reconveni6n productiva, dado que de b contrario esta- Irllr rán altamente expuestas a ser despkadas del mercado u aupar áreas marginaks o vegetativas. Este proceso de transformación, también, rdlb involucra a las empresas que hasta ahora han sido las más exitosas, a dado que ks modificaciones ofganizativas y productivas que implica 1, operar en mercados más abiertos y la construcción de un mercado ampliado como el Mercosur - ms veces aproximadamente el merca- * do argentino- impactar3 a casi todas las empresas de manera directa II*

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m bs mes argentinas en una etapa de trmsición productiva y tecndbgica

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o indirecta. La internacionalizaci6n de la economía argentina conlleva n, a examinar mucho mQs profundamente el nivel de competitividad de a las empresas y producciones nacionales, a la vez que obligar5 a esta- Iñ blecer nuevas estrategias a nivel de firmas y entes de apoyo (Gmaras

y Gobierno) para fortalecer los factores de ventajas competitivas y tra- ab, tar de comlxznsar las restricciones y limitaciones.

a Este trabajo, que intenta así contribuir con nuevos elementos de análisis e informacibn a una mejor comprensibn de la actual problemá-

m tica de las empresas Pymes argentinas, esti organizado en cinco sec- Iw ciones. Ia primera reseña brevemente cõmo ha sido el proceso de ree-

mergencia de las Pymes en los países desarrollados. En la segunda w sección se realiza una estilización de la evolución reciente de las IA, Pymes en Argentina, y en la tercera * delinean los rasgos básicos que

caracterizan a estas firmas. La acción cuarta analiza específicamente la lb competitividad de estas empresas en el nuevo escenario de apertura a ID partir de la utilización de una xrie de estudios especialmente orienta-

dos hacia dicho tema.1 Finalmente, la dltima secci6n intenta discutir las @ posibilidades futurnas para estas empresas Pymes.

h

b 1. EL CAMBIO TECNOLOGICO Y IA REEMERGENCIA DE LAS PYMES Ilr EN LOS PAISES CAPITALISTAS DESARROLLADOS

h La producci6n masiva de bienes poco diferenciados en largas

series, la creac& de condiciones sociales para su consumo, el aprove- Ib chamiento de las economías internas de escala, la automatización rígi-

m, 1 En el marco del convenio CFI-CEPAL se han desarrollado una serie de q investigaciones que han examinado la problem&ka de las firmas Pymes en

varios sectores de actividad industriai. En dicho programa de trabajo participa- 4 ron tambikn diversos Institutos de Economia de Universidades Nacionales

-Mar del Plata, Rosario, Cbrdoba-, Cimaras empresariales y de Comercio Ir Exterior, Gobiernos locales y provinciales. Los principales documentos están h indicados en la bibliografia como documentos de trabajo del Programa PMDRE.

Este trabajo se ha enriquecido a partir de las distintas discusiones y seminarios h mantenidos en los últimos años. Agradecemos en particular la colaboraci6n y

los comentarios de Virginia Moori-Koenig a versiones preliminares. h

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da de la cadena & pfwhcctin y la existencia de un espacio de acu- Ilb! mulación predominantemente centmdo en el mercado interno nacional -garantiwdo a través del funcionamiento del estado de bienestar-, a fueron algunas de las mtxterístims centkles del modelo de acumula- m ción predominante entre la segunda posguerra y los comienzos de los setenta (Lipietz, 1987). ta asociaci8n positiva entre el tamaño de planta Sn* y la productividad de la mano de obra, en un esquema de uso intensi- rr vo de energía, constituyeron elementos claves que justificaron el pre- dominio de. la firma y el establecimiento fabril “grande” en la organiza- F ci6n de la produccit3n. Ab:

Tanto: la prkti~ productiva como la teoría económica dieron sus- tento al paradigma de establecimientos industriales grandes que apro- rbb vechamn las ventajas de economks de escala y tamaño (Bain, 19%; h Kerr et& 1960; Pmtten, 1977 y Brusco, 1987).2 Mientras por sus capa- cidades de expansión e Innovación tecnológica la empresa grande era el agente ccon6mko predominante en los mercados, las Pymes tenían lb él rol de conservar el equilibrio socioecon6mico como fuentes genera- doras de empleo, no obstante sus reducidos niveles de productividad. m Se consolidaron, asi, dos claras tendencias que se venían manifestando a con anterioridad: i) creciente concentración t&nica y ecorhmica de los mercados y íi) declinactin constante de la participación de las Pymes en la estructura industrial (Shutt y Whittington, 1986). a

Desde fines de los sesenta dos ‘acontecimientos independientes Iñ* comenzaron a poner en tela de juicio la tésis global “fordista”. Por una patie, se produce un cuestionamiento acerca de la conceptualización m tradicional ‘de ias escalas, especialmente por la incidencia del cambio ~ tecno@ico-inform5tico que modifica los gmdos de flexibaidad en la organizacián prc&ctiva. Por otm parte, Ia etapa casi ininterrumpida de fi creckniento económico comienza a detenerse y se inicia un procescl de fi crisis y de reestructuracibn de la economia mundial, derivado del ago- tamiento de los mercados y por el alza del precio dei petroleo, que * debilitó uno de los presupuestos bãsicos del funcionamiento de esas e economías: la ene@ barata. La crisis del modelo de posguerra se

2 Desde una perspectiva tebrica los modelos agregados de crecimiento sostenían (Solow, 1963; Samuelson, 1962) que existía una asociación positiva 8Tr entre eI producto y el capital por hombre ocupado y que la intensidad de capi- tal de una tecnología dada aumentaba a medida que descendía la tasa de bene- * ficio *

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-Bes. Las PYMES argentinas en una etapa de transihh productiva y tecnológica

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manifestó en ta mayor parte de los paises desarrollados a través de la a pérdida de dinamismo de sus economías,3 de h caída de la rentabti- a dad empremrial, de una creciente conflictividad social y puso en evi-

m dencia los límites del mercado interno como espacio privilegiado de acumulación (Bayer, 1988). En padeio, de& nuevos aportes tehicos

a se mostró, asimismo, que no necesariamente existía una asociación positiva entre el producto y el capital por hombre ocupado (Sraffa,

a 19@; Monja, 1972; Harcourt, 1969).

ña Como respuesta a esa situación de crisis econ6mica, las empresas ~ grandes impiementaron, inicialmente, politicas y acciones tendientes a

contrabalancear la caida de la capacidad de acumulación dentro del m paradigma técnico vigente. Estas incluyeron la racionalización del fi empleo, la fmgmentacidn y la relocalización espacial del proceso pro-

ductivo (Massey, 1982), el desarrollo de nuevos mercados y el uso m generalizado de métodos y técnicas que permitieran obtener reduccio- m nes de los costos en los procesos industriales. En muchas áreas manu-

factureras, las nuevas mejoras de productividad estuvieron asociadas a * canibios tecno-organizativos (por ejemplo incremento de la subcontra- dk tación externa) que redujeron la escala de los establecimientos, revir-

tiendo asi la tendencia al gigantismo de los años cincuenta y *senta ab (Iash y Uny, 1987; Piore y Sabel, 1984; Roobeek, 1%7). m Este conjunto de m&ficaciones en la organización de la produc-

w cion reorientaron el papel económico y productivo de las Pymes que, en forma creciente, comenzaron a disponer de un espacio econ6mico

a de articulación productiva, especialmente con las firmas de mayor tamaño, creando asi un entrelazado crecientemente complejo de com-

b plementación y articulacibn de empresas y firmas (Gatto, 195Qa; Gatto, L 1Wb; Gatto y Yoguel, 1989). En casi todos los paises, la participación A de las Pymes en e1 empleo de largo plazo, que habia disminuido

durante los xsenta, comienza a incrementar= en 10s mhenta (Sergen- Ibr

n

Ira 3 Mientras en los Estads Unidos la productividad de la economía creció a una tasa del 2.8% entre 1948 y 1973, en los setenta y ochenta el aumento fue de

Isl sólo el 1% anual. Por otro lado en Alemania Occidental de tasas anuales de la variacibn del 6.6% y 5.2% en los cincuenta y sesenta se pasb a niveles del 3.5%

hasta principios de los 80’s (Freeman et al., 1981). Consider;lndo el conjunto de ar naciones industrializadas el producto real de bienes y sewicios crecib a una tasa

del 5% anual en los sesenta, 3.5% en los setenta y sblo 2.5% en los ochenta.

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II. berger ef al., 19901, rtwirtkndo una ten&nda de dkadas de disminu- ch de su pesó en h estfuctu~ hdwtfial. a

De tOdas maneras, h reemefpncia y la mayor participación de las LII Pymes en las estructuras p&uctivas se produce en el marco de una fkte ktemgerblad de situaciones nachales, que combinan distin- F tos ímddbs de orga~ industrial, diferente escenarios de cam- & bio tecnd6gico en ltxt que camisten formas tetno-organkativas “for- ~ distas” con otras ‘posfordistas” y una multiplicidad de “formas intermedias” ck regu&ci&, compren* entre los modelos extremos a de *mercado” (máxima desintegrxibn vertical) y de “jeráquia” (mtii- 1* ma intemn vertic@ (Aoki, lW)+

ElperMoqueseinicia listo ti la perspectiva de las Pymes m industriAs-- pdda caracterizarse m%s que por oposiciones binarias A. dei tipo fcwdismo-posfor&smo (fiore y Sabel, l*), jerarquía-mercado (Williamson, 1985), maquinofactura-sistemafactura (Hoffman y * Kaplinsky, 1988), pf la cwxiscencia de distintas formas organizativas 1, en una erapa & transición tecno@ica. Sin embargo, el carácter estruc- tural de ciertos aspetos de la crisis sentó las bases para la difusión de m nuevxs fotimas generales de organizach de la producción dentro de b un “parad@na emergente” (Pérez, 1986).

La introducción de la microelectr6nica y su aplicaci6n al proceso n productivo permiten generalizar prcicticas organizativas vigentes con I anterioridad (ie: “jwt in time”, “tata1 cpality control”) y fkxibtizar el paeso de trabajo y la es&a prõduct.&a.~ De esta forma, se posibilita a combinar eficientemente series de prwlucctin de desigual magnitud y m estandarìzsictin y aprovechar economÍas de variedad, fragmentar la

4 La co@tucibn de distintas formas intermedias de insercibn productiva * incluye la formacibn de distritos industriales (Italia, U.K., Estados Unidos,

Japh), la confquracibn de parques tecnohgicos (UAL, Estados Unidos, etc) y/o a la conkxmaci6n de redes de firmas. Estas diversas formas constituyen para las Pymes una posibilidad de compensar las desventajas de escala que tie- nen con las grandes a partir del aprovechamiento de economías externas pro- venientes de hs distintas formas de cooptracibn hteremprcstial implícitas.

5 ta aplkacibn de k inform&ica no necesariamente supone, sin embargo, una modikakibn en las formas en que es llevado adelante cl proceso producti- vo. Así, es pctiectamente viabie tanto la utihcibn de elementos provenientes de las nuevas tecnologías bajo modalidades tipicamente fondistas como formas organizativas posfordistas no hformatizadass.

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a producción y difundir los mecanismos de subcontrataci6n industrial,

*Eando espacios para las Pymes en el marco de una fuerte articula- *cidn con las firmas grandes (Hoffman, 1988 y Yoguel y Kan&, 1W).

Algunos autores (Sabel, 1988) señalan que a diferencia de la mecaniza- W6n rigida predominante en el perbdo anterior, la intr&ucción de la ~croelectrónica al proceso de diseño y de produccih generan un

nuevo tipo de equipamiento flexible que posibilita producir eficiente- -4 mente pequefios lotes de una amplia variedad de bienes, atendiendo a msegmentos crecientemente diferenciados y pequeños de mercado.

Entre otras consecuencias, este conjunto de innovaciones obiiga a ‘fedefinir bs niveles de articukih pr&uctiva interempresarial y modi- dicar el caticter rigido de la división del trabajo entre fiias y entre los opuestos de trabajo en cl interior de las empresas; rompiendo, en los

casos más avanzados, los Emites existentes entre concepcidn y ejecu- mciBn de Ia producción.

m La “enriquecida” participaci6n de las Pymes en et tejido industrial implica, a su vez, la reforma de h visión tradicional de la “firma Pyme

fi independiente”: empresas operando authomamente en mercados mcompetitivos, en los que su funcionamiento, su espacio econ6mico y

el esquema de optimizacidn no dvndía de las decisiones tomadas apor otros agentes econbmicos. Por el contmrio, tanto debido a los ncambim en la organizacih de la pnxhccih (aumento de la pibili-

dad de fragmentar el proceso productivo), como por el carácter volAtil he indeterminado de la demanda, la inserción productiva de las Pymes hsupone la intrcxiucciõn de nuevas modalidades de interacción entre fir-

mas que se materialhn en distintos tipos de redes (Szarka, lss0). Ib En ese nuevo contexto, las tendencias futuras de las firmas Pymes h depende de: i) la forma c6mo influyen en sus decisiones las acciones

de otros agentes econhicos, ii) como aumentan los flujos de informa- ‘ci611 con el medio externo y los htemalizan apropiadamente, iii) e1 h tipo de actividades sobre las que tienden a especializ;irse (ie: conteni- I do de conocimientos) y iv) del grado de vinculaci6n con otras firmas e

instituciones, tanto públicas como privadas. Estos nuevos rquerirnien- b tos de las empresas están en parte wxiados con las nuevas formas I que adopta e1 proceso ptiuctivo y de competencia, que se desplaza

de posiciones impkitas de enfrentamiento via precios a modalidades 5 de cooperación cruzada, complementación tknica concertada, asocia-

h ciones, joint-ventures, etc. (Camagni, 1991).

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Rcwmgencia de las @mes en laspzks capirrrlisia desamilados rll

A

Durante Ios ditimos a&s se asiste a un creciente interés por anaLn zaf la dí&mica de las pequeñas y medianas firmas industriales y su ubicacióm en el entramado industriai (Sengenkger et. al., 1990; Roth-m well y Zegveld, 1982; Storey y Johnson, 1987; Storey, 1986 y Yoguel y& Gatto, 3989). Como se apreciad en la discutibn de las experiencias de Jap6n, Akmania, Italia, Reino Unido y Estados Unidos, no existe una” bnica forma & Veemergencia” de Ias Pymes, sino diversas combirwl, ciones, vinculadas tanto con el viejo wdigma fordista como con el creciente predominio de nuevas formas de organización de la produc-fi ción y de gesan, con las estrateg&s de las firmas grandes para des-m centralizar la pr&uccidn, con la creciente segmentacion de los merca- dos y la aparición de nichos, etc. Incluso en la mayoría de los casos no& existen modelos “puros & reemergencia”, sino una combinación de- diversas formas de funcionamiento de las Pymes en la estructura pro- lp

-ductiva . Asi, mientras en Japón predomina la forma de subcontrato con- Ibb\

tmctualizado (Koshko, 1990; Vispo, 1992), en Estados Unidos y el Rei- no Unido, el mayor peso de las Pymes se manifiesta en una fragmenta-

a

ción y de~entraiización de los procesos de pr&ucción (Piore, 1890 y kb Shutt y Whittiílgton, 1984). En Italia se combina una reemergencia R, basada en la descent&ización de la prcxkción con formas organizati- vas ~stayloristas en actividades industriales tradicionales (Becattmi, m 1990). En Alemania predominan Pymes independientes con alta pre- a sencia de artesanos y de diferentes relaciones de subcontrato con gran- des firmas.(Weimer, 1990). En Franciã se difunde una raparicibn bajo m la forma de Pymes asociadas a las grandes companías. Estos distintos m modelos de desarrollo de Pymes se matiestan en una desiguaí impor- tancia cu+titativa y cualitativa de estas fUmas en la estructura indus- m trial de los paises considerados e implican diferentes organizaciones A sociales del mercado (Sengerberger et al., 1990).

En algunos casos las nuevas formas de gestión del proceso pro- fi ductivo (ie: disminución del número de subcontratistas directos, incor- e pración de m&odos ‘Just in time”, mayor independencia de las subsi- diarias, formación de redes, etc.) se enmarcan en una estrategia de m disminuci6n de costos y/o riesgos por parte de las grandes empresas. m En otros casos, predomina una estrategia flexible, en la que se desta- - can las diversas formas de cooperacil6n y compkmentaci6n interem-

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ds py~es argentinas en una etapa de transición productiva y tecnolbgica m

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~resarial para incrementar el grado de coordinación horizontal y verti- cal, la eficiencia y la flexibilidad productiw (Piore, 1-1). En cada una

%e las situaciones, y en las mtiltipptes formas intermedias, el rol y la +serci6n de las Pymes es claramente diferente. Por ejemplo, mientras

en el marco de una estrategia de derivacih de costos, la htroduccibn @de =just in time” Ileva implícito el traslado de los stocks hacia subcon- @aMas y proveedores, en el segundo caro se facilita la flexibilidad del

proceso productivo y se promueven tos flujos de información y la %oordinacibn entre agentes económicos.

m Sobre el fenómeno de h “reemergencia” se han desarrollado dis- tintas explimciones, no uniformes, que consideran aspectos taks como

90s cambios sectoriaL producidos en la demanda, la prevaIencia de &actorw de tipo cíclico, el impacto de la tectiología sobre los tamaños

de planta, la tasa de creación de Pymes que m&s que contrarresta su ‘llasade mortalidad, las ventajas de costos salariales aswiados a la des- wegulación del mercado de trabajo, la mayor flexibilidad productiva de

estas firmas para adaptarse a una demada volátil, etc. Un análisis reali- a

zado par Piore (1%) en Estados Unidos entre mediados de los setenta &y ochenta revela que el 50% del incremento del empleo de Pymes se

debe a un desplazamiento sectorial (efecto estructura) y el resto a cam- h bios intrasectoriales que han favorecido Ia participación de Ias Pymes. bOtros estudios (Sengerberger el. al., 1990) señalan que los cambios en *Ila participación de las Pymes en Ia estructura industrial ajustan con los

ciclos desde los sesenta, asociando el aumento de la participación de hlas Pymes a la presencia de 2naIos tiempos” econ6micos6 Desde esta .perspectiva 10s cambios producidos en el tamaño de la estructura de

negocios puede ser una manifestacibn de h crisis institucional. Sin aembargo, dado que el desvio del empleo hacia establecimientos men- ,res continúa inchso luego de considerar los efectos del ciclo económi-

co, el mayor dinamismo de las Pymes estaria indicando cambios más 5, profundos en la estructura econcknica (Sengerberger, ef al., 1490)#

h Otras interpretaciones explican los cambios en la dinámica del empleo de cada estrato focalizando el arAisis en los fendmenos de

“rotación de firmas (clausum y creación) -ue han sido considerables

6 Cabe señalar que la relativa asociacibn entre malos tiempos e incremento ’ del peso de las Pymes en la estructura industrial también se produjo en la Gran 5 Depresibn tn Alemania, Japbn y Francia.

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en las últimas décadas- y en el c&cter inestable de los puestos crea- dos (Storey y Johnson, 1%7). Por ejemplo, mientras en Gran Bmtaña,” ti3 de los negocias C en los Wmos años fracasan en menos dem 24 meses, en Alemania el 37% de las hsdvencias en 1985 eran en fir-m mas de gmms de cuatro afios. En m cásos, la contribuci6n a ía din& mica del, empleo se debe m&s a h continua creacic5n de empresas que& a los ca+hios en el tamario medio de kx establecimientos sobrevivien-l! tes. Así, considerando los fenómenos de rotach de empresas peque- ñas y que la tasa de variactin del empleo del estrato Pyke es conocí-@ clica, su contribución al aumento del empko es reducida e inestable.

Otros argumenms focalizan su atencM en los cambios tecnoidgi- 1)

cos de equipamiento. Asi, se considera que como consecuencia de lae generakxión del uso de tiquinas herramienta con control numérico& se ha pr@cido, en particular en el sector metalmeckko, una signifi- cativa reducci6n del tamaño de planta óptimo, generando un nuevo- espacio para las Pymes (Acs y Audretsch, 1990). Partiendo de una- tivestigacion sobre 94 actividades metalmecánicas en Estados Unidos, ios autores mus que la partkipaci6n de las Pymes ha tendido am

aumentar en los SectoRs con uso intensivo de máquinas con control p numérico, y ro&s programables y han perdido peso en las actividades en las que las m@uinas transfers, prensas y ensambladoras son decisi-m ms. El eqtdio muestra, a su vez, que las Pymes han aumentado su m participac@ en las a.ctividzuk intensivas en mano de obra cahficada.

Se@~ Acs, las firmas Pymes desafian posiciones competitivas en rlllb los mercados, permitiendo “reestructurar” el tejido industrial a partir & m desviar ~cursos desde los sectores y empresas ti ineficientes a las rna actividades m5s efiiiences. Eí efecto conjunto de la presibn competitiva de las fiw Pyma en los mercados opera evitando las consecuencias m de concentración que resultan de una puja interoligop6lica. Finalmen- F te, otros autores (Rothwell, 1989) consideran que las Pymes cumplen un imprtztnte rol en el proceso de innovxion en las industrias intensi- * as en maflo & obra caMi& y en aquel&, actividades en las que las ti economías: de escala, la imprtancia de R y D y la comercializaci6n de la producción no son significatix3s 6

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m En forma sintética y como marco de referencia para analizar el caso argentino se presentan, en esta sección, los rasgos distintivos y las

acormas predominantes del desarrollo de las Pymes en Japón, Estados punidos, Reino Unido, Italia y Alemania.’

En Iralia, la “reemergencia de las Pymes” obedece tanto al desa- %olto de las relaciones de subcontratación genemdas Pr grandes fir- hm como al crecimiento de áreas especializadas o “distritos industria-

les”. En estos titimos casos, las firmas Pymes han avanzado de su Sstado convencional a una nueva organización productiva asentada en -yores niveles de innovación y de división social del trabajo y, por

tanto, mayor especializacibn productiva en procesos parciales en ‘ramas industriales tradicionales. (Cortellese, 1988; Beca ttini, 1989; hBrusco, 1990; Gatto, 1990; Quintar y Gatto, 1992). Esta fragmentación

y divisibn social del trabajo ha implicado el desarrollo de un tejido ‘articulado y complementario de firmas (Brusco, 1982; Becattini, 1990). I”Además de operar sobre la base de precios competitivos, las ventajas

a comparativas de estas firmas han tendido a desplazarse hacia un pro- ceso continuo de innovación tecnológica, incremento de la flexibili-

hdad de productos y diseños, aumento de prductividad por especiali- IIzación en series coms de producción, mejoras de gestión empresarial,

apoyo en servicios calificados extrafirma, permanente proceso de 4aprendizaje y adaptación técnica y creciente internacionalización” h Gano, 19901.

El supuesto microeconómico que subyace por detrás de ia confor- h mación de distritos industriales es que, a trav&s de distintos mecanis- L mos de cooperación y fragmentaci6n del proceso productivo, el con-

junto de firmas puede compensar las economías de escala de las firmas agrandes y generar economías externa5 que fortalecen sistémicamente 4factores de competitividad individuales de cada empresa. Así, por medio de distintas actividades conjuntas (diseño, compra de materia-

*

L 7 En la mayoría de los países desarrollados las pequeñas y medianas empresas en hciõn del número de ocupados, aunque con distintos limites.

’ Así, en Japõn dan cuenta de1 71.8% del nivel de empieo manufacturero; en Ale- mania explican eI 41% del empleo, en Estados Unidos el 30.3, en Italia el 74%

’ y en Francia alrededor de la mitad.

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rll

les, uso de equipo y de funciones de marketing, propaganda, comercioM exterior, investigacion y desarrollo, etc.) las fkmas pueden obtenel mayor nivel de eficiencia,* a

Por ci contrario, en Esradcrs Uniddî y en Gran &ef&a, el desarroj llo de Pymes se vincula especialmente con la descentralización de la producción por parte de las grandes firmas y la creación de empresa- multiplantas, el desarrollo de funciones de Licencia y franchising y lam desintepci6n vertical de procesos productivos. Esto se manifiesta cla- ramente en Estados Unidos en un aumento de Ia participación deW empleo en las plantas de menos de 200 ocupados (Piore, l!BO).9 En- menor medida, en ambos países existe también un crecimiento de Pymes en pnxkciones de alto contenido cientifico (Ruta 128 Boston,* comedor M4) que son la expresibn de las nuevas pticticas tecno-orga-h nizativas y la posibilidad para las firmas Pyrnes de actuar en sectores muy complejos durante las primeras etapas del ciclo & producto. Tanm to en Estados Unidos como en Gran Bretaña el rol de la política guber-, namental en e1 desarroUo de Pymes innomdoras ha sido muy impor- tante (RothweH y Zegveld, 1981), recibiendo en Estados Unidoe alrededor del 5W% de sus ingresos durante el primer año de vida. #-

En la variaci6n global del empleo es significativa en ambos países la influencia de las plantas pequeñas. En Estados Unidos entre 1969 yn 1976 este tipo de firmas contribuyeron con el 82% de La variación dw puestos de trabajo (Birch 19791, lo cual se debería no ~610 al aumento de tamaño medio de las firmas existentes (Piore, 19%) sino a una ta# de creación de firmas sustancialmente superior a Ia tasa de cierre dw empresas (efecto rotaci6n positivo). Estos datos se vuelven a confirmar en la &cada del ochenta, acentuando la importancia de las firmas de

db*

8 Si bien escapa a b naturaleza de este trabajo, debe señalarse la fuerte heterogeneidad en los llamados “distritos industriales” italianos, combinándose- formas organizativas fordistas con otras tipicamete posfordistas (Quintar y Gat- to, 1$92X a

9 Sin embargo, eI aumento de la participación de las empresas de menos de 100 ocupados en el empleo desde fines de los setenta (del 40 al 46%) es u@ hdicador de que el incremento en el peso de las Pymes no puede ser explica-* do ~610 por las tendencias a la fragmentacibn del proceso productivo de las grandes empresas.. Esto se confirma en Estados Unidos al observar que lase Pymes han tenido un importante rol como generadores de empleo, creando 1.300.000 puestos, mientras las fumas grandes disminuyeron la ocupación en* 100.000 puestos.

16

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ñuas PUMB argentinas en una eapa de transici6n productiva y tecnol@ca 135

Ir,enos de 10 ocupados en la creación neta de puestos (Birch, 1987). %tros estudios (Evans, 1987) confirman, además, que en Estados Uni- &s la tasa de incremento del empleo está inversamente asociada con

el tamafio y la edad de 10s establecimientos. II En Jtapbn (Koshiro, 19#), el desarrollo de las Pymes adquiere la dorma de sukontratistas contracnralizados, que establecen una fuerte

vinculaci6n con las firmas grandes. lo Ias nuevas relaciones que se ges- %an entre Pymes y grandes son de naturaleza distinta a lo que era la wukontratación en el esquema fondista de los sesenta y jerarquizan

aspectos nuevos de las empresas, tales como las exigencias de calidad, a cumplimiento de los plazos de entrega, confiabilidad, rapidez de res- westa a las órdenes de compra, etc. Ias vatajas comparadas de estas

firmas dejan de Sr fundamentahnente los precios y se asientan en el ‘21 ‘po de coordinación que pueden alcanzar en los planos tecnológico y wrductivo con las firmas contratantes.

h “Una relación más cercana con firmas grandes puede generar

dependencia y aun subordinación, pero la dominación no es un pro- klucto inevitable de la relaci6n entre Pymes y grandes firmas” (Koshiro, ,lm). Así, en el caso japones, se manifiesta un esquema de competen- cia y cooperación en el marco de contratos de largo plazo, donde laA

bfirmas subcontratistas que satisfacen tos tests de las grandes pueden Ibesarrollar nexos estables con sus clientes. Se forman cadenas produc- tivas verticalmente integradas de firmas independientes que se knefi-

kan en distinto grado de los mecanismos de cooperación hestablecidos.ll

En el marco de una fuerte heterogeneidad de situaciones que difi- kulta la construcción de una tipología de firmas (Mendius el al., 19871, hen Alemania existe un predomtio de Pymes independientes con una

1 10 Deftniendo como Pymes industriales a las fumas de menos de 300 ocu- pados, en Japbn éstas dan cuenta del 67.5% del empleo manufacturero. Del tota1 de fumas Pymes, las independientes representan un tercio del total, las qarcialmente subcontratistas 11.5 y las denominadas totalmente subcontratistas (aquellas para las que el primer cliente representa más del 80% de las ventas) !dan cuenta del 54% de las firmas.

11 En forma minoritaria, también se observan en Japbn otras formas de ‘desarrollo de Pymes que tienen algunas similitudes con Ias denominadas áreas sistema en la tercera Italia. Se han identificado alrededor de 400 áreas geográfi- cas especializadas (metalmecánica, confecciõn, cerámica, etcétera).

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1% Francisco Gatto - Gabriel Yoguel a

a

alta partkipaci6n de firmas artesanales (Weimer, 1990). Una diferencia c de este t@ de ernp~sas respecto a las desarrolladas en otros países es que como resul&o de no haber tenido a lo largo de su bstoria una fl regulación salarial especial, h partkipacion de la mano de obra califi-n cada es muy elevada y aumenta a medida que disminuye el tamano de la firma *eimer, 1990). Dado que las diferencias sáiariales entre tama-fl ños de fhas no son significativas con rehción a la experiencia del, resto de los CaSOS, 12 las Pymes tuvieron que desarrollar ventajas com- petitivas no b&&s en diferenciales salariales. 4b

Fxistkn, sin embargo, otras formas bajo Las que se manifiesta el, aumento de la participación de las Pymes en la estructura productiva: i) un nuevo: tipo de vinculaci6n con las gran& piantas (subcontrato con- * tractuatido, subcontrato de innovacibn,, etc), ii) creacibn de nuevas a firmas taruto en sectores tradicionales como en hightech. Una diferencia importante del caso alemán en relacibn con ia situactin dc Estados Uni-- dos y Gran Bretaña es la escasa importancia que ha tenido et prweso m de ffagmentw%n del prcxeso productivo y descentralización de firmas.

Las desventajas de las Pymes repecto a las firmas grandes --centra-- das en el ‘acces53 a los recuras humanos y financieros y en las escalas m de compra y producci6k- pudieron en parte ser contrarrestadas, por Ias empresas artesanales en Alemania, a partir del desarrollo ck mecanis- F, mas de cmperxión entre f-s que si bien comenzaron como organi- m zaciones de compra conjunta, evolucionaron hacia formas & cmpera- ción más : avanzadas (entrenamiento y capacitación, investigación y

m

desarrollo, publicidad conjunta, comercial&c&n, etc.). Por último, h 1* tasa de creacibn de puestos está inversamente asociada al tamaño medio lLla de la planta (Fritsch 1%9) y a la edad de las mismas (HulI’s, 1986).

Las c:cssn~ intemacionak rnuestrwa que, en el marco de una etapa fi de-e cambio tecnomganizatiuo, el e-tic> económico de las @mes* in~bztes, autosuficientes y tradicionales se está reduciendo. Por el contra+, las Pymes emergentes, no obstante las distintas formas qw * asumen en caab paísp theta en comh h fuerte zn*nc&ciCm de estas&

l2 Mientras en Alemania el salano promedio de las Pymts equivalía al 90% 8 de ias fumas grandes, en Japbn la proporción era del 77% y en Estadcs Unidos, donde el desarrollo de Pymes está más asociado a la crisis del fordismo que a d la emergencia de las nuevas formas tecn=orgatiativas, el ingreso medio en las firmas Pymes equivalía al 57% de los salarios medios de las grandes, pro- a porción relativamente stiar al caso argentino. m

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%s mes argentinas en una etapa de transición productiva y tecnolbgica 197

b

c

#?zus con otras empn?m y con el stst4mm pductim en gewal. Esto

fnuna@sU en crecientes mdultiudes de urtictduciún, lo cuul tleposi-

@iona a las PJMWS de manwa dirrbtntca y actim ert el tq*ido indtsstnal. &ks aún, en algunos cmx @&a, Ja#n) la competitiuihd global de la ..ndtcstria no puede desvincularse de la perfotwtancs de hs @mes. h En marcado contraste con este panorama internacional, en Argen-

” la ‘reemergencia” & las Pymes en h filtima década se produce

j guiendo el m&lo antiguo y tradicional de gestibn y organizacibn Ibroductiva, aumentando su autocentramiento e incrementindose el ais- @miento de estas firmas respecto al liesta de1 aparato productivo.

;* LA EVOLUCION RECIENTE DE LAS PYMES EN ARGENTINA

b En el marco de un proceso de reestructumcibn económico y pro- dwctivo, que por su extensi6n y profundidad ha afectado al conjunto de sectores de actividad econbmica y empresas del país, el sector %anufacturero argentino ha tenido, desde mediados de 10s setenta, una performance global poco exitosa en términos de crecimiento del

reducto fabril, dinamismo tecnoi6gico y empresarial, generación de 4, estos de trabajo, consoMaci6n de su bao de recursos humanos y impliación de su oferta exportable con bienes más complejos y de mayor valor agregado. En ello han infiuido ios cambios permanentes 4 ,n las condiciones generales de la economía nacional, la persistencia & desequilibrios macr=conómicos que crearon escenarios de corto

lazo muy poco atractivos para favorecer el proceso de inversi6n, las c edificaciones recurrentes de los marcos juridicos y regulatonos como &onsecuencia de una polÍtica sectorial etitica, los cambios en el con- &exto internacional, etc. (Kosacoff y Azpiazu, 1989; Katz y Kosacoff, 1988; Gatto et al., 1988). h Entre las principies transformaciones ocurridas en el sector indus- grial en las últimas dos décadas se destaca un aumento de la heteroge- .leidad intrasectorial, tanto en términos de las actividades manufacture- kas predominantes como entm los agentes econbmicos involucrados. &sí, por ejemplo, mientras crecio la importancia de la producción de ‘commodities” industriales -especialmente insumos difundidos basa-

sdos en recursos naturales-, retrocedieron las actividades más eslab pdas y articuladas intrasectorialmente (ie: complejo metalmecánico). 2or otm parte, durante este perítio se produjo una significativa desa- h

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198 Francisco Gatto - Gabriel YogueM

@ci6n de establecimientos gmndes y mtdiános de vasta trayecto&, el rediqwuionamiento de las plantas de mayor tamaño a través cl@ políticas de racionalización del personal, Ia consolidación de gruw econbbs empresariaíes con expansi6n horizontal y aumentos signi- nativos en la proporción y cuántum de los puestos de trabajo genera” dos por las Pymes en la estructura industriaI. Este incremento de b wupwibn devino, sin embargo, en el marco de procesos de involu- ción prolductiva y tecnol6gica en un ampho segmento de firmas Pym# (Gaita etal., 198& Roitter, 1992). a

Hacia mediados de Ios ochenta, las Pymes industriales, que consti- tuían alrededor de 27.ooO establecimientos, daban cuenta del 40% de!

la ocupación industii (586.100 puestos de trábajo) y generaban alre-

dedor de un cuarto de ia producci6n industriaLl” Como consecuencia& del desigual peso de las Pymes en la ocupaci6n y en la producci6n industrial, la productividad de estas plantas es sustancialmente inferiorn a la que registran los grandes establecimientos industriales.l3

LS actividades que explican el peso de tas Pymes en la industria manufacturera involucran un numero fuertemente heterogéneo de secm toes. En el cuadro 1 w presentan las 30 actividades que dan cuenta de* al menos el 1% del valor de pr&xción de tas firmas pequeñas y medianas. Estas ramas, entre las que destacan confecciones, product- metilicos diversos, productos pkticos, algunas agroindustrias (lácteos,, panadea, vinos, matanza de ganado), calzado, muebles y un variado conjunto de bienes metalmelanicos, generan alrededor del 60% de.*

valor de prducci6n y del empleo de las firmas Fymes. Con la excep- ci6n de ilgunas actividades en las que las Pymes son predominantes (calzado, muebles, aserraderos y carpinteria metika, entre OW), ep el resto de las activiclades las firmas pequeñas y medianas comparte- espacios con las empresas grandes.

1% En Gatto y Yogud (1989) se define a las plantas medianas como a aqw Uos establcentos independientes que hacia mediados de los ochenta factu-- raban hasta 3.5 millones de dblares anuales. A valores de 1993 este límite se ubica en alrededor de 5 millones de dblares anuales. fi

13 Si bien debe considerarse que la participaciãn de las Pymes en el valor de produc&n industrial podrIa estar relativamente subvaluada tanto por le subdeclaki~n del cuántum producido como, en menor medida, por la decla- m racibn de puestos de trabajo, es de destacar que la productividad de este estra- to a mediados de los ochenta era 70% inferior al registrado por las firmas grana des.

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as PYMES argentinas en una etapa de tmnsici6n productiva y tecnolbgica

h

199

Cumfto 1: Prhcipaks ramas en las que se concentra el valor de producción y la ocupacibn en las Pymes

Ramas VBP' vBP2 Ocup? EstaM.4

34202 2.54 40.60 14038 821

38240 2.42 46.93 t3981 617

31120 2.40 21.36

3117f 2.26 44.17

32401 2.21 74.71

31321 2.03 47.25 9933 467

31111 1.96 t0.85 10629 236

32116 1.56 13.13 5611 246

31113 1.50 31.49 7022 320

32133 1.38 42.64

31340 le38 28.13

34120 1.27 39.71

31132 127

36221 124

35590 123

32312 120

38399 1.20

5.56 49.57 29827 1312

5.35 45.98 30767 1640

4.60 5Q.t7 23879 1268

4.02 31.59 22409 918

23452

W61

456

1971

870

1.49 59.86 941

1.46

1.45

42.18

77.14

14376

0740

13934

8712

11310

10038

7209

7201

694

490

259

35.28

ll.54

57.42

23.71

43.33

256

187

314

246

321

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Francisco Gano - Gabriel Yogue

Cumo 1: Principales ramas en las que se concentra c

el valor de produccih y la ocupactin m

Ramas V%P’ VBP * Ocup.3 Estabtk

m

32t14 1.10 13.79 16h

clr

38110 1.04 30.39 325

3a99 1.m 52.78 5803 25f-

36999 1.00 47.51 5531 22-

suwal 30 59.50 350244 1745@

Total lw.w 586086 2729h

PUENTE: Haboraciõn propia en hase a CNE’84, INDEC, 1985. Lla

1 Indica la pmicipaciõn de las Pymes de la rama en el mtor de producci6p total generado por bs Pymes en la industria.

2 Indica la participación de las Pymes cn la rama especifica. m

3 Indica el número de ocupados en establecimientos Pymes de la rama espec’~ íka.

4 Indicó e1 número de establecimientos Pymes de la rama específica. rll,

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h as PIMES argentinas en una etapa de transktin productiva y tecnológica ñ

201

%

Si por el contrario se consideran los mercados en los que las mes son determinantes (35 actividades industriales en las que dan

?uenta de más del 60?! de la producción nacional) quedan identifica- dos segmentos de muy escaso peso en la estructura industrial, de bajo contenido tecnoIó@co y muy sesgados por las especificaciones de la

$emanda lwal (cuadro 2) .14 Este conjunto de actividades da cuenta de @lo el 12% del valor de produccibn y del 17% del empleo genemdo en el estrato. En oposición, en las actividades industriales de procesos

?ntensivos en capital, insumos básicos, rubros con amplios gastos de Irk/D o de marketing y publicidad, y con Unportantes economías mter- as de escala, la presencia de las Pymes es muy reducida.

Debe señalarse, a su vez, que en el marco de una caída significati- ea del empleo de las firmas grandes, las Pymes aumentaron significati- vamente su peso en la estructura ocupacional en los últimos 15 años, ñ pasando de un tercio del empleo en los setenta a generar alrededor

e$el 40% de los puestos de trabajo en tos ochenta, proporción similar a ,la que alcanzan las grandes unidades fabriles.

Sin embargo, este mayor peso de las Pymes en la estructura ocu- ?pcional se explica por razones sectoriales que por una participacion hcreciente de este tipo de firmas en cada uno de los mercados. En efec- to, mientras fa mayor participación en la estructura industrial de Ios

hsectores con fuerte presencia de Pymes explica el 50% del aumento del ,empleo Pyme, los cambios en el peso de las Pymes en cada una de las actividades dan cuenta del 25% del incremento ocupacional y una

ncombinación de ambos efectos justifica el resto (Beccaria y Yoguel, 41988).15 Adicionalmente, dado que el peso del valor de producción de

h 14 Dentro de este subconjunto, las actividades en las que las Pymes dan cuenta de más del 8O?h del valor de produccibn son ias siguientes: elaboracibn

bde yeso, cordelería, preparacibn de fibras textiles vegetales, preparación y teti- do de pieles, fabricacibn de productos de tejeduría, elaboración de otros pro-

h duetos del tabaco, viviendas prefabricadas, construcci6n de material de traes- 5 porte diverso, carteras para mujer, artículos de deporte y atletismo,

impermeables y pilotos, espejos y vitraux, electrotipia, confeccih de artículos h de lona, fabricach de muebles y accesorios metálicos.

l5 El caso argentino se corresponde con lo sucedido en el caso de Estados h Unidos (piore, lW2), donde, a partir de un análisis estructural-diferencial, se “‘muestra que una considerable proporcibn del mayor peso de las Pymes es ’ explicado por cambios sectoriales de la demanda y no por una mayor impor- , tancia de las Pymes en cada una de tas actividades.

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202 Francisco Gatto - Gabriel Yogup

n CUADRO 2: Participación de las ramas Pymes en 1984 en la generación de

puestos de trabajo y valor de producción w

Ramas VEIP’ VBP2 a

Owp? Etiabl. Ab,

33113 0.07 87.35 669

xwo 0.03 87.32 199

32332 0.21 85.00 1820

0.15 84.90 811

32204

36202

0.09

0.08

04.67

03.42

466

304

34203 023 81.65 1618

32123 0.15 81.09 611

38120

33192

33111

32339

32129

32401

33120

0.64

0.13

1.45

0.73

0.54

0.15

0.05

2.21

021

00.54 4163

79.79 1050

77.14

76.38

13934

76.38 2883

76.27 903

74.06

74.71

73.84

434

lM61

2816 123fi

0-W 9894 507

0.06 95.96 472

0.03 95.84 245

0.04 94.13 536

0.37 91.65 1871

0.01 89.64 203

n ll

1011"

rR 44

m

36

23-

Lb 97

366

m 258

75-

a 694

41tm

m 151

*

5

24 a 870

4

(continúa) m

1*

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us WMES argentinas en una etapa de wansicibn productiva y tecnológica Ib

203

a (continuaci6n) CUADRO 2: Participaci6n de las ramas Pymes en 1984

m en la generación de puestos de trabajo y valor de pr&uccih

6 , RN?W VBP’ VBP2 Ocy. Establ.4

de hiito bnst. maquinarin para trabajar

5 los metafes

dóndejoyasyartkuh3oom3xos Imfabricãci6n de bolsear y vakjas IIConfeoción da wfasofk

para vestir. uniformes qFción de aparatos fot@ficos

Fci6n de ohvos y prod. do Mowfa hFahbi6n de medias IL Ehboraci6n de mármol y grantio

Fción de p&, de carpinterfa h metálica

Fción de prui de pulpa, pam 4 ymt6ndi bFahicacióndemuebleo

Fabricacih de bhsuhs y balanzas 4 Fción. de prod. de caucha äversas b Fción artiuios de cemento

y tbroc#ento h Falxicrtcih de ladrillos & máquina

y baldosas !. Ehka& de pastw

alimenticias 58cas s PrepatBc&l de hojas cI63 te , Fci6n de instrumentos da mliska

F&ndetranqwsy b dqx5sitos metálii

Subtdal

31211

38230 39010

32331

32209 0.37 66.35 2621 150

38620 0.13 64.95 798 24

38t91 0.70 u-73 4031 176

32131 0.53 63.30 3037 93

36993 0.20 62.21 1957 126

38134 1.10 61.07 8845

34190 0.63 60.87 2267

3x01 1.49 59.88 14376

2&52 0.08 58.46 479

35690 1,23 57.42 no9

36991

36812

31174

31214

39020

38131

43

0.08 73.40 587 36

0.38 0.05 0.14

70.88

63.a

66.68

2421 105

28

52

0.74

0.52

0.43

0.37

0.02

0.45

17.31

55.93

55.51

55.42

54.41

54.26

5855

, 4637

3102

1722 263

54.23

509

ll0

941

22

314

229

83

114

50

ll

120

127083 Total 100.00 586086 27299

FUENTE: Elaboracibn propia en base a CNE’84,

1 Indica la participacibn de las Pymes de la rama en el valor de produc- cibn total generado por las Pymes en la industria,

2 Indica la participach de las Pymes en la rama espec’fica, 3 Indica el número de ocupados en establecimientos Pymes de la rama

especgica. 4 Indica el ntimero de establecimientos Pymcs de la rama especifica.

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204 Francisco Gatto - Gabriel Yogu?

a

las Pymes Uìdustriales se mantuvo relativamente constante, generands alrededor de un cuarto del vabr de pr&ucción industrial, se produjo una fuerte caida de h productividad del trabajo de este estrato en re18 cibn a los niveles existentes en las gmndes firmas,

Cha de las ramms que aplica lus @rdidas en la pnxíuctim&? media del estrwo P@e es que lus mtiti&es industriaks que amen@ tan el mpko son Mskcamente de mr&tm mgetatitm y están asociado al consumo de bienss no durabks y a ka pcdttccih de &mes interme- dios %re modernos”. La mayoría de estas ramas manufactuwas tienep “producWda&s rehtivas” bajas, que c;ayeron nún más entre las déca- das del setenta y ochenta. En tal sentido, puede considerarse que el crecimiento del peso de las Pymes en la estructura industrial sigue u . rF patrc5n de desenvolvimiento de tip extensivo, marcando a nivel agre+ grado un sesgo mvohWo de importantes implicaciones con vistas aF encarar fos desafíos futuros de ía remtructuraci6n productiva si Ias Pymes pretenden adecuarse a las exigencias de la insercih internacio- nal y participar activamente en los prwesos de integracion subregiona!, en el ámbito del Mercosur.

Ias mayores diferencias de prtictividad en favor de las firma- grandes pueden vincuhrse con que éstas han podido reducir el impac-m to negativo que ha ejercido la inestabilidad macroeconómica sobre la inversi6n reproductiva en m6n de las posiciones de mercado que suea len wupar y de su mayor capacidad para acceder a un “set” de opcio-* nes para financiar su hverskh. l7 Otro factor que explica parcialmente las diferencias de productividad es Ia importancia de la movilidad exis-m tente cn la estructura industrial (entradas y salidas de firmas), en espe-,

l6 Esta situacibn contrasta en parte con la de las empresas grandes en las ill*

que se ha orificado un descenso del tamaño medio y un aumento tanto de Ia- productividgd relativa -medida en términos de valor de producción por perso- na ocupada-, así como del tamaño medio productivo calculado como elm cociente entw el valor de produccibn y el nbmero de plantas. Esto es la expre- sibn de una profunda reestrwturaciõn productiva de las plantas grandes, mer- rra

ced a una fuerte racianaIizaci6n del empleo, que puede considerarse indicativo dll~, de un perB de crecimiento de tipo intensivo en eI uso del factor capital. Estas firmas recurrieron, tambi¿n, a la fragmentaci6n de procesos y la relocalización * territoria1, modelando con ello en forma determinante la estructura industrial emergente (Gatto & al., 1983, Kosacoff y Azpiazu, 1989). dr

*’ Véase Azpiazu, D. (1988). m

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%s FYMES argentinas en una etapa de transictõn productiva y tecnológica

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cial en el estrato de menor tamaño relativo. Las firmas que “entran” -presentan niveles de ptiuctividad inferiores a los que registran las fir- mmas que “salen” del sector industrial, fen6meno que pone en evidencia nel proceso de involución productiva que se ha registrado en el tejido

. industrial del psis (Roitter, 1992). h Las magnitudes y la creciente disparidad entre las productividades 14de las Pymes y las grandes plantas no sólo expresan una situación de

retraso tecnol6gico y de capacidades diferenciales en materia de inver- a si6n, sino que, además, constituyen una muestra palpable de lo lejos h que están estas firmas medianas y pequeñas, como conjunto, de lo que

acontece con las empresas similares de los paises desarrollados.18 r, Debe señalarse, sin embargo, que las Pymes no constituyen un h universo homogéneo. En primer lugar existen fuertes diferencias de

tamaño de planta, involucrando en cada mtor desde firmas medianas Ir hasta otras muy pequeñas. En segundo lugar, y aI margen de los con- 5 dicionantes sectoriales específicos, existen grupos de firmas que han

registrado trayectorias madurativas exitosas (véanse secciones 3 y 4). ’ Estas experiencias, si bien minoritarias, estuvieron vinculadas a aspec- a tos cales como el adecuado vinculo mantenido con las firmas grandes

4 (autopartes específicas, máquinas para alimentos), a la elecci6n de nichos de mercado de altos ingresos, a la introduccion de cambios tec-

a no-organizativos que les permitieron iniciar un proceso incipiente de

! inserción externa, al aprovechamiento de economías de aglomeraci6n en algunas áreas geográficas, etcétera.

L En síntesis, la evolución de las Pymes en los úhimos quince años no parecena seguir los patrones que caracterizaron la reemergencia de

’ las pequeñas y medianas firmas en las estructuras industriales desarro- . Radas. Son muy limitados los casos xctoriales o regionales donde el

avance de estas empresas obedece a esquemas de reestructuración “positivo”; es dec& a procesos de transformación basados en cambios tecnológicos y organizacionales o en una reorientación productiva cimentada en nuevas ventajas competitivas. En el mismo sentido, tam- poco se observa una modificación de las pautas históricas de interrela-

l* En la mayoría de los casos europeos anahados en la primera seccih, los diferenciales de productividad entre firmas son notablemente inferiores a los que se verifican en la Argentina (Sengenbergtr es al., 1930).

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206 Francisco Gano - Gabriel Yogue?

ci6n de firmas, buscando incorporar, a través de “networks” o en ‘arr participación en cadenas productivas lideradas por firmas industriales dinámicas, el aprendizaje tecnol6gico y de comercialización que e,m condición necesaria para ampliar sus posibilidades econ6micas y de- negocios, en particular en el mercado internacional.

El sector de Pymes vivi6, asi, en los últimos quince años un largod”) periodo de crisis, sobreviven& y de respuestas de corto plazo, sin- avanzar hacia un nuevo esquema de articulación productiva, rasgo que diferencia claramente a este estrato de las firmas de mayor tamañe relativo, en las cuales la reestructuracibn estuvo asociada con una bús--. queda de nuevos posicionamientos competitivos y de reorientación de sus actividades industriales principales. m

Las reformas macroecon6mkas ~alizádas a partir de 1991, espe-ti cialmente por los efectos combinados derivados del progmma de esta- biiización: y de apertum económica e integración-al Mercosur, estin”LL influyendo fuertemente en la transformación del sector Pymes ya que- se están alterando sus hist6ricas bases y factores de competitividad. En, este sentido, un nuevo prweso de reestructuraciõn, cuyos resultados son aún muy dikiles de prever, esd en marcha. Las secciones siguien- ~lbi tes tienen como objetivo describir el punto de partida de esta transfor- - maci6n y especular sobre algums posibles consecuencias futuras.

e 3. ALGUNOS RASGOS BASICOS

DE LAS PYMES INDUSTRiALES ARGENTLNAS rlr

a Esta zcciOn tiene como objetivo describir algunas características

estructurales, & orden microeconómico, de ias firmas Pymes argenti- * nas, a fin de poder comparar estas empresas con sus similares de m países industrializados. Para eu se ha utilizado informacibn cualitativa que surge de distintos estudios de casos,19 los que intentaron indagar * especialmente en la urgarúzaciOn y funcionamiento económico y pro- *

*9 Estas investigaciones han tenido como objetivo mejorar el conocimiento a que sobre este tipo de empresa se tiene en Argentina a fin de comprender más adecuadamente sus peculiaridades, demandas y las posibilidades de instrumen- 1Lla. tación de acciones. Entre otros vease: Gatto y YogueI, 1984; Yoguei y Gatto, 1989; Yoguel y Kantis, 1990; Yoguel y Kantis, 1991; Quintar, 1931; Rearte, 1992; dllr Mori-Koenig y Yoguel, 1991; Delgobbo y Kantis, 1991; Gatto, 1992. m

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eas PYMB argentinas en una etapa de transición productiva y tecnolbgica

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107

ductivo de las empresas pequeñas y medianas La fuente de informa- -.+* .-ron básica fue la propia firma Pyme. Si bien los estudios hm sido efecruados hndamentalmente en el sector metalmecánico, es posible

reakar cierta generalizaci6n de las caractetisticas y heterogeneidades lllb

predominantes en las Pymes argentinas.20 m El concepto que primó para el análisis de los rasgos estructurales mde las Pymes fue que este tipo de firmas no debería considerarse como

una versión reducida de una firma de mayor tamaño; sino como un -gente económico con especificidad económica, empresarial, tecnoló- &a y cultural propia; es decir, 16gicas diferenciadas de funcionamien-

to económico-comercial y conducta empresarial. Como señala Storey 91987) “las P ymes no son empresas mas pequeñas, sino empresas &pqueñas con caracteristicas econ6micas propias; . . .objetivos diferen-

ciados de corto y mediano plazo, organizacion buroctitica simple, Betc.. ” Más aún, existe suficiente evidencia cuantitativa y anajltica que hpermite sustentar la idea de que ni siquiera una firma Pyme tiene

h como propósito un horizonte & gran empresa, ni lleva a cabo -por muchas razones- estrategias de expansión prmanente.

h Partir asumiendo que estas firmas tienen un comportamiento

a microecon6mico diferenciado de otros agentes económicos permite examinar de forma menos prejuiciosa sus estrategias de inversibn, sus

a objetivos y capacidad de expansión, sus conductas de financiamiento y endeudamiento, sus ventajas competitivas, sus formas de organización

’ productiva, etc. A su turno, esto repercute en la determinación de L objetivos de pofitica y en la m&IAad de provisión de la acción públi-

L 2. Los trabajos realizados dan cuenta de actividades Pymes que, en tkrmi- nos de los totales nacionales, significan casi el 30% del total de Pymes indus-

L triales del país. La base de datos metalmednica está compuesta por aproxima- damente el 5% (más de 300 unidades productivas) de los establecimientos

’ Pymes de este conjunto de actividades; cerca del 12% de la ocupacibn 115.500 , ocupados) y el 14% del valor de la produccibn. La participación relativa de las

Pymes metalmecánicas es prbxima al 30% del total de Pymes industriales. En b forma complementaria se han visitado alrededor de 150 firmas correspondien-

tes a otros sectores (tejidos de punto, jugos, arroz, aserraderos, conserva de tomate, etc). Las áreas geogrticas en las que se realizaron los estudios son las más importantes del país en el sector metalmecánico (Gran Buenos Aires, Rosa- rio y Cbrdoba) y de sigticativa importancia en los restantes (agroindustrias en las provincias de Entre Ríos y NeuquCn, equipamiento para la industria agroin- dustrial en Mendoza y tejidos de punto en la ciudad de Mar del Plata).

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208 rl

Frawisco Gatto - Gabriel Yoguel ld

ca.21 Como se explicitará en la próxima sección, esta perspectiva se* engloba dentro de una visih sisrémica de competitividad que incluye ademh las articulaciones entre las firmas Pymes y las grandes, Ia? determinaciones macroeconómicas y sectoriales y el rol de las institu-a ciones y del entorno tccno-productivo que rodea a las firmas.

Realizando una estilización a partir de distintcls caSsos estudiados,’ las Pymes argentinas22 pueden ser caracterizadas por los siguientes ele-r mentas: a

1, Las Ppnes son prdominantmente empesas fumiliares. Una alta * proporción de las Pymes son firmas concebidas y administradas por 111* grupos familiares, tanto en cuanto a la propiedad de la empresa como pr el tipo de gestión empresarial. Cerca del 70% de las plantas son de * este tipo de organización, alcanzando a valores próximos al 85% en los m establecimientos pequeños y a cerca del 50% en las empresas media- nas. Debe considerarse que este rasgo es similar a las Pymes de los a países ind~sttializados (por ejemplo Japón, Estados Unidos e Italia). m

Una parte muy considerable de las firmas (45%) aún esta siendo conducida por la generacih “fundadora” y en aproximadamente un * tercio de los casos se verifica una gestiõn empresarial compartida entre a la primera y la segunda generacih de propietarios. El caticter familiar de las empresas repercute en diversos aspectos del funcionamiento m econõmico y productivo de la firma como, pOr ejemplo, en el nivel de a centrahzacián en la toma de decisiones, en la incapacidad de expan- sión en fihales de difícil control personalizado, en el carácter familiar m que asume e1 patrimonio de la firma, en la importancia asignada a la a experiencia personal en temas vinculados con la gestión comercial y prcxluctiva, etcétera. me

Dadas estas característícas, el futuro de las firmas estará muy m

a 21 Una respuesta generalizada de las entrevistas con empresarios es ta esca-

sa repercusibn que fa politica pública orientada para Pymes tuvo sobre la con- ducta de estas firmas, no obstante que existieron diferentes propuestas e inicia- ldl* üvas de accibn. Una hipbtesis plausible es que los canales de “ofertas” no han podido diferenciar acertadamente sus servicios para atender las particularidades m de una firma Pyme y no lograron captar una amplia demanda insatisfecha.

22 Se excluyen de este anAEs las microempresas y establecimientos muy dr pequeños. *

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a US PYMES argentinas en una etapa de transicibn productiva y tecnolbgica

a

209

&hidO por Ia forma como se resuelva la transición generacional. Las evidencias empíricas provenientes de los estudios de caso no muestran

-in embargo una tendencia clara. Si bien existe un grupo de firmas que dgestán resolviendo la transicibn hacia formas de conducción más @ve-

a nes sin producir “traumas” en el funcionamiento de la organización, existen numerosos casos en los que el cambio de conducción no está

-resuelto. Esto constituye un serio problema dado que las conducciones

Ilb de mayor antigüedad, que se han formado durante el período sustituti- VO de importaciones, no necesariamente están eo condiciones de pro-

rducir el cambio en la gestión global de la firma, necesario para enfren-

slr tar el nuevo contexto de aprtura.

m2. Lu map”GZ de las @nes industriales m sm tmtprems rec& Ikga- &das al mercadu, SinofJrmus ctm un cuto desardIo e importande conu

cimtito técnico incorporadd Una proporción muy significativa (casi b&l%) de los establecimientos Qmes tiene una antigüedad m’tima de ñ 20 años; es decir, han sido fundados con anterioridad a 1970. En opo-

sicibn, s610 un 12% de las plantas industriales son establecimientos h creados en los últimos diez/doce aiios. En cierta medida, esta antigüe- .dad promedio de las empresas se condice con los perí&s de mayor

crecimiento industrial argentino y con las etapas que, dadas las carac-

h teristicas sectoriales del desarrollo manufacturero, más incidieron en la h expansión de firmas pequeñas y medianas.

Las empresas “antiguas” (más de 15 años) reportan una historia de

L marchas y contramarchas, es decir una evolución no lineal. Por una L parte, las tmyectorias de estas firmas han sido ei resultado de la necesi-

dad permanente de las empresas de adaptarse a las diferentes coyuntu- ’ ras macroeconómicas y a las distintas situaciones sectoriales, lo cual se

!: refleja en muchos aspectos microeconómicos (por ejemplo equipa- miento sin perfil tecnológico definido, “rníx” amplio de producción

- como estrategia de supervivencia, fuerte orientación inrerna de merca- do, etc.). En muchas firmas es posible observar la interrupción de sen- deros de innovación tecnol6gica y de expansión económica debido a alteraciones exógenas a las firmas (por ejemplo cambio en los sistemas regulatorios de incentivos). En contraposición, las firmas “antiguas” fueron desarrollando un considembte stmk de conocimientos empre- sariales, técnicos e ingenieriies adaptados a las características de una situación macroeconómica incierta, limitados incentivos de innovación y un mercado nacional cerrado y relativamente pequeño.

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21cl Francisco Gatto - Gabriel YoguclL

ti

Las empresas “nuevas” son, por lo general, más pequeñas en* inversión y en ocupach. Estas firmas tienden a ubicarse en niveles de productividad medios bajos, comparables con los últimos estratrosr de cada rama; es decir, que penetraron en los distintos mercados “des- rb de abajo”, donde obviamente la presión competitiva es menor o, por lo menos, es superable a bajos costos. Fs

Ciertamente que existen importantes excepciones a la situación m descripta anteriormente, las que en gran medida parecen asociarse con algunas caíacteristicas sectoriales. Por ejemplo en sectores nuevos (por e ejemplo componentes electrónicos, nuevos equipos científicos) la edad II, media de los establecimientos es baja y no habría tan clara diferencia entre empresas de distinta antigüedad. En otros casos (manufacturas * con alto contenido de dise& y moda) se okrva la pregncia de diná- d micos nuevos establecimientos dinAmicw.a

Las empresas Pymes “nuevas” no son exclusivamente consecuen- e cia de dificultades en el mercado laboral formal, si bien muchas han m sido fund+as por ex trabajadoms. Seguramente, la influencia de la situacich del mercado laboral es mucho mayor en las muy pequeñas firmas y mhwmprendimientos. Tampoco las nuevas empresas pare- clrs cen ser fruto de programas de descentralhaci6n y fragmentacih pro- ductiva de las firmas m5s grandes, como fue h situación en algunos @ casos internacionales. *

En síntesis, las empresas Pymes no constituyen un sector “nuevo”, - ni estin dirigidas por empresarios recién llegados a la actividad. El activo intangible que conforma el acervo de conocimientos instalado * en la5 firmas constituye un punto de parzida clave para examinar sus m posibiiidades reales y estables de inserción externa y competitividad en el ámbito del Mercosur. 6.

3. En las @mes convergen conocimientos formales y uprendizujes adquiridos c1 rrwks ck su ppppiû dinãmicca. la educación formal pro- m medio de los dueños con actividad empresarial ejecutiva directa es m media (secundaria), completa (6@%) o incompleta (20%). Los propíeta- rios ejecutivos con educaciõn terciaria completa se ubican en torno del rk fO%, correspondiendo un peso significativo a profesionales universita- a rios no técnicamente vinculados con las actividades.

23 Un ejemplo en este sentido son los nuevos establecimientos en la pro- fi ducción de tejidos de punto dt lana en Mar de1 Plata (Rearte, 1991). a

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~ãs PYMES argentinas en una etapa de transicibn productiva y tecnológica b

211

h Un aspecto que debe ser destacado se refiere al proceso de apren-

dizaje infonnat empresarial que se realiza en los mismos tsmblecimien- Ros industriales. Cerca del 60% de los dueñ& de firmas Pymes metal- Icmecánicas indica haber tenido experiencia laboral previa a la

constitución de la actual firma en industrias xmejantes y del mismo bramo, mientras que Sb10 el 20% de los empresa- recibid formación fidkcta por ser miembros de la familia de los fundadores. La experien-

cia previa (o aprendizaje acumulado) se manifiesta como un elemento bclave en la formacibn de empresas Pymes de cierta envergadura y esta- hbilidad en el mercado y constituye una primem barrera a superar en el

desarrollo de firmas nuevas. h ta informacion recogida sobre el proceso de aprendizaje interno a rala fAbrica indica que, en gran medida, 6ste se adquiere a través de un

h proceso & “leaming by doing and by using”; es decir, a partir de la resolución de problemas concretos de la labor productiva cotidiana.

b Asimismo, las empresas confirman la hip8tesis de que han resultado muy significativos Ios aportes t&nicos recibidos de las empresas con

’ quienes tienen vinculación ptictiva. h Por lo general, en las firmas Pymes este conocimiento no se

‘almacena” de manera formal, ni es fAcAmente transferible entre los b .

mrembros de la organización; constituyendo, básicamente un conmi- h mitro tdcito, un activo intangible.

1 4. Lus emw medbzas at2qetttimas tiepzm un tamuño de ocupmiún

4 promedio w-cano a 5Oponas estables y una facturacibn anual algo , superior a 1.5 millones de tilares, con niveles máximos que rondan

los 4,5 millones & dblares y mínimos que se ubican en torno de ’ 0,s millones de d6lares .24 La facturación media por persona ocupada ). par año en establecimientos Pymes -a precios de 1990/91- ascen-

dia a aproximadamente 21.000 dólares. Za inversi6n (stock de activos ’ fijos) promedio por ocupado apenas alcanzaba a 2j.000 dólares. En

h ambas variables también se observa una gran dispersibn, que no tilo

L 24 Estas estimaciones se refieren a un promedio de los últimos años. Dadas las variaciones de tipo de cambio real en Argentina, el nivel de facturaci6n en

’ dbiares ha variado constantemente, en 1993 equivale a 2.2 millones de dblares , anuales

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212 Francisco Gatto - Gabriel Yogu@

pone de manifiesto problemas de informaciBn (ie: valuación de 1,” actiw& sino que tambiCn indica una marcada heterogeneidad de firp ms. m

La distibuci6n de los establecimientos por tramos de tamaño ocu- pacional indica que cerca del 30% de las firmas corresponde al esu de edecimientos de 20 a 40 ocupados, un 25% al estrato de 40 a W ocupac& un 15% a menos de 20 ocupados y otrn tanto a las plantas- industriales que se ubican en el tramo de 60 a 100 ocupados. Las plan- tas con tamaños superior a 100 ocupados alcanzan al 12% del con- junto. 1!

La evolución de los niveles de actividad econ6mica de las Pymes en los dltimos años muestra una gmn heterogeneidad entre firmas. ID- resudados de una submuestra de la Base de Datos referido a 200 plan-- tas metalmecMcas del Gran Buenos Mes confirman una fuerte dispa- ridad de, performances en el interior del conjunto de las Pymes. Lae evoluciones contrapuestas no responden a un patrón sectorial claro- (Kantis, Yoguel, lwl), sino que parecerkn ser el resultado de la capa- cidad de respuesta microeconõmica y cle la gestión financiera de la- firmas Pymes ante situaciones de mucha turbulencia macrolec0nómica.m Asi, mientras el 46% de las plantas haI& mejorado su nivel de activi- dad en la d&& de los ochenta, alrededor del 4~% mostraba una t~ã-* yectoria exactamente opuesta. Lìr

De todas maneras, algunas conclusiones prefiminares pueden* extiaerx cuando se analiza la evolucidn pnxluctiva de las empresas: una ascendente trayectoria de las firmas tiene asxiaci6n positiva cansa el incremento de inserción en mercados externos y con la evolución de h producción a pedido, lo que indica que tanto ías empresas con F

competitividad internacional como las firmas subcontratistas habrían- tenido una mejor perforrnance que el resto. m

5. Ias &nes han nq$strudo un baju nid de invmdmes en los últimosa años y mu trq.ectodu tecnológka con mzrim sitwciones de ‘ksup andA

gcr”. I.a mayoría de las firmas Pymes muestra una trayectoria tecnológi- ca estructurada x>bre la base de sucesivas inversiones incrementales,- que se concretan a lo largo de un prolongado período. Es un proceso m semi-continuo de rounds de inversión de bajo peso individual, guiado en muchos casos por razones de “oportunidad favorable” (ie: facilida- *L des para la compra de equipamiento usado devaluado, línea crediticia m especial).

-.

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n Las FYMES argentinas en una etapa de transicib productiva y tecnobgica

*

213

m Respecto de& proceso & inversion, se destaca:

a a. En aproximadamente el 15% de Los establecimientos industriales - Pymes no se registra ninguna inversibn en los últimos seis aiíos. En el

restante 85% de los casos, menos de la mitad de las empresas ha con- * cretado inversiones inferiores a 1OO.ooO dólares en total durante los - últimos cinco años; mientras que el resto ha efectuado inversiones que

superan el 10% del stock de inversiones en activos fijos al inicio del m perido.

b. Si bien el promedio de las firmas indica que la inversibn del último quinquenio es equivalente a menos de 1/6 de ia facturación anual, la medía de la distribución se ubica en torno de I/lQ. Esta dik- rencia se explica porque los establecimientos más grandes -en Factu- racidn- son los que han tenido el. coeficiente de inversión medio más elevado, lo cual ha redundado, entre otros aspectos, en una ampiia- ción de fas brechas de productividad.25 Este débil proceso de acumula- ción, en un periodo de fuerte recstructuraclón del aparato productivo industrial, ha sido uno de los factores explicativos del aumento de las diferencias de productividad entre Pymes y firmas grandes que se comentó en la sección anterior y que contrasta con la experiencia de los países industrializados.

c. Si bien se carece de un patimetro de comparación internacional para evaluar el comportamiento y la magnitud de la inversión de las firmas Pymes, podría asumirse que &sta ha sido muy baja, no obstante que se registren inversiones en la mayoría de las empresas. Existen evidencias parciales que permiten asumir que la antigüedad promedio del equipamiento industriai es superior a los 12 afios, obse&ndose aún el peso de la incorporación de equipos importados durante los años 1979-81 n

25 Las diferencias de intensidad de capital (activos fijos) entre estableci- mientos pueden ser explicadas parcialmente por la rama manufacturera de per- tenencia. Así, por ejemplo, en la actividad metalmecãnka, la inversión media por personal ocupado en la rama 38240 (Bienes de capital) es superior a 35.000 dólares per cápita y duplica a las ramas 383% (Construcción de apara- tos eléctricos), 38110 (fabricación de cuchilieria) y 38191 (fabricación de cla- vos). Las actividades de autopartes (38432) y de fabricación de productos meti- licos (38199) se ubican en torno del promedio de 25.000 dõlares.

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m 214 Francisco Gano - Gabriel Yoguel

a

d. Una parte considerable de la inversi6n que realizan las empren sas Pymes consiste en equipamiento “usado”, de segunda o tercera mano, adquirido a un bajo precio relativo y cuya utilizaci6n parcial” suele incidir ne@vamente en la rentabilidad y pmktividad del equi-e pamiento, Las firmas industriales dedican un esfuerzo ingenieril y financiero ùnportante pwa h adaptacibn, compatibilizaci6n, alistamien-” to y mantenimiento de equipos m6s alB & su vida productiva estima-a da. De todas maneras, se han detectado muchos casos de firmas donde los rendimientos de 10s equipos no alcanzan los valores eståndares411 internacionales para activos comparables, empeorando aún más laa situaciõn,que sz deriva de oprar normalmente por debajo de ta capa- rlr cidad 6ptima .26

e. ias principales razones indicadas por hs firmas para la incorpm mci6n de nuevos equipamientos se refieren -en orden de importan-& cia- a: i) reducción de costos, ii) incremento de productividad, iii) introducción de equipamiento imprescindible para mantenerse en el 1. mercado, iv) mejommiento de calidad, v) incremento de la capacidad m productiva. Resulta muy complejo poder aislar e identificar ex-post los principales efectos globales tkcnico-productivos que generaron las e nuevas inversiones. En muchos casos, la inversion incidid, simultánea- a mente, en varios factores de competitividad de la empresa: baja de tiempos unitarios de producción, reducción de costos por pérdida de * materiales, redwción de fallas, mejoramiento de las escalas producti- LI vas, ampliación de las posibilidades de fabricacibn.

f. A pesar de los condicionantes tecno-productivos que imponen m los mercados wctoriales sobre las empresas, se observa una marcada m heterogeneidad tecnol6gica y de equipamiento intrasector; es decir, a ~ nivel de las empresas, Una de las razones que ayudan a explicar la posibilidad de la sobrevivencia en el largo plazo de fuertes disparida- m des tecnologkas entre firmas que conforman un mismo mercado es ~ que, aI interior de cada rama, existen mercados muy segmentados, de

muy escasa interrelación entre sí, a veces con bajos niveles de compe- a titividad. la segmentac& del mercado obedece a múltiples factores ~ (ie: voMmenes de ordenes de compra), incluyéndose en muchos casos

A

26 Dada Ia retraccibn y estancamiento del sector industrial en los años * ochenta, se ha producido una importante reduccibn de turnos de trabajo. Esta m situacibn incide en el alto peso que tienen en la estructura de costos, los costos fijos. m

:

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-Ias PYMES argentinas en una etapa de uansicibn productiva y tecnológica

a

215

una suerte de segmentación ygeográfica” productor-cliente. Este tipo &de funcionamiento “recortado” de algunos mercados facitita la existen- rbcia -y perdurabilidad en el tiemp de firmas con desiguales niveles -de eficiencia y rentabilidad.

a g. Gran parte de kas inmmionar & ihsfumus Pymes se financiam con m recursospmpim de los dumía y sociw recurriendo, en segundo lugar,

a fuentes & financiamiento formal bancario o a fas facilidades otorga- glh das por los proveedores de bienes de capital y equipos. En compara- * ciún con la oferta de financiamiento de inversiones en otros países,

especialmente desarrollados, es notable, en Argentina, la ausencia de

* instrumentos más específicos (ie: financiamiento para iniciacion de

m negocios, Venture o risk capital”, leasing, sistemas de fondos de

garantías, e tcéte fa) ti

6 h. Iu gestiún emp-emn*a es centralizada, con evidencias de predominiu

b de las babiltiudes “sustenta&s en la fuhkuciún”. La toma de decisio- nes en las empresas Pymes argentinas está centralizada y restringida a

h los dueiios de las empresas. En muy pocos casos, se recurre a& uso de

h servicios de asesoramiento públicos (ie: IM?) o prrvados (por ejemplo camaras o consultores). A diferencia de otros Ambitos geográficos-

h industriales Pymes, donde el entorno institucional de apoyo juega un

19 rol clave, las Pymes -especialmente aquellas del sector metalmecáni- cw tienen una conducta tecnol6gica muy atomizada, debilitándose eI

4 desarrollo de ventajas positivas (economías externas) de eficiencia y 5 productividad que implicarÍan una actividad más concertada y sistémi-

ca. Esta modalidad de gesti6n está en muchos casos explicada por el L. origen familiar de muchas de las empresas.

la gestión fuertemente centralizada aumenta conforme se pasa de ’ plantas medianas a pequeti. Adicionalmente y casi al margen del 1 tamaño de la firma, las habilidades gerenciales se sustentan casi exclu-

sivamente en el “know-how” de fabricación, siendo menos numerosos ios caws en los que éste se combina en forma eficiente con “un ade- cuado espíritu empresatial” que permita rectificar cursos de accion, identificar oportunidades de negocios, etcétera.

i. Las Ppms han tepzdido a ampliar su mix de ppocduccián como res- puestu u la si’tuucih de cbsis de los tUirnos a&s, munteniendo un alto ni& de integraciõn ~icai. Contrariamente a lo que parece observar-

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216 Francbco Gano - Gabriel Yoguel

se en las experiencias de desmallo reciente de Pymes en los pa’ws m industrializados, las empresas Pymes argentinas mantienen abn dos rasgos tipicos de su &bil inserci6n productiva en el tejido industrial * nacional: pr una parte, las Pymes muestran un alto grado de integra- a ción vertical y, por otra parte, no se orientan hacia un mayor nivel de especializaci6n que redunde en mayores niveles de pductividad. rl*

En la’industria argcntina es muy Iimitada la pdctica de la subcon- 4 trataci6n Este hecho afecta á las Pymes desde dos perspectivas: por un Ido, reprcrducen internamente el ‘modelo” de las empresas más gran- a des que tienden a utilizar proveedores subcontmtistas 40 en casos de _ fuertes fluctuaciones de demanda pero no como una modalidad pro- La ductiva estable de divisi6n del trabajo. Ias empresas Pymes tienden a fabricar m&has de Ias partes y piezas que requieren para cada bien fi pducido, lo cual no ti10 plantea un problema de eficiencia-escala ~ 6ptima sino que obliga a mantener un muy diversificado stock de equipamiento. Por otro lado, la falta de un ciãro mercado de subcon- rc* tratación impide que estas empresas tengan una conducta m%s decisiva a en materia de especialización. A pesar de ciertos cambios recientes, la modalidad de subcontrataci6n sigue siendo vista como una modalidad * de atender demandas cuando exceden la capacidad productiva de la m empres, es decir como suhontratación de cápaddad.

Aproximadamente el 50% del total de empresas Pymes no subcon- * trata ninguna parte de la producci8n a terceras empresas. En el extre- fi mo opuesto, algo menos del 5% del cotal de ftimas subcontrata más del 30% de la producción a tercems firmas suhontratistas. Un grupo m importante de empresas (35%) tilo subcontma hasta el 10% de su fac- a turacibn, orientandose la subcontratación hacia procesos que no pue- den realizarse internamente. A

Varias son las razones econ6micas y productivas que explican este a comportamiento & las firmas. Existe suficiente evidencia en el sentido de que en períodos de alta inestabilidad económica el costo de trun- r6 sacción en el sentido de WUamsan (1985)- es elevado y tiende a a crecer dadas fas incertidumbre presentes en el exenario macrwcond- mico, reduciendo las ventajas de dntrabr productivamente hacia terceros. Por otra parte, el tamaño del mercado interno opera como un 1, limite a la divisi6n social del trabajo y a la búsqueda de ventajas de especialización y escala.

En ei marco de esas condiciones, las firmas tendieron a ampliar su a mix productivo como mecanismos de mejorar su posicionamiento en Illr

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“aLas mms argentinas en una etapa de transickh productiva y tecnoibgica

h

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el mercado, reducir riesgos y apuntar a una tasa de ganancia más esta- ’ ble. En el caso de fas Pymes metalmecãnicas del Gran Buenos Aires, Ialrededor del 5096 de las plantas, por ejemplo, tienen actualmente una ,ema de líneas ampliamente diversificadas y en aquellas firmas con

cierta especialización por lííea se observa una importante diferencia- h cih de modelos.

1, Esta estrategia que ha sido eficaz en un mercado semicerrado pue- de constituirse en una característica desfavorable en un esquema abier-

h to (Kantis y Yoguel, 1991). Debe señalarse que las plantas que tienen b una gran amplitud de heas requieren, para operar en mercados abier-

tos y más competitivos, incrementar las tareas asociadas con investiga- h ción y desarrollo, las acciones de marketing y penetmcih de merca- b dos y desarrollar una estructura burocrático-administrativa más

compleja. Ia conducta tendiente a la diversificación productiva de las h firmas resulti ser i ndependiente de la importancia & la producción a h pedido y de¡ peso del trabajo encargado a terceros, es decir de los

mayores o menores encadenamientos de las firmas en el tejido produc- 4 tivo. 4 Esta orientacih del negocio, que casi siempre se asentó m5s en

hs capacidades del conocimiento productivo de los dueños que en ’ sus habilidades empresariales, impactó en los niveles de eficiencia glo- L bal de las firmas, que en la mayor& de los casos pudieron compensar

sus ineficiencias microecon6micas (insuficiente escala, elevados tiem- ’ pos muertos en equipos no utilizados, problemas de calidad) debido a L las circunstancias inestables macmconómicas y financieras prevale-

cientes en la década pasada. Sin embargo, en el escenario futuro más ’ abierto y estable, estas ineficiencias se traducen hpidamente en @di- L da de capacidad competitiva y de mercado,” y plantean un serio desa-

I fío de rediseñar las estrategias productivas sobre un esquema de mayor especiahción

h

27 La mayor apertura del mix de lineas y/o modelos no fue acompahada de 5 un aumento de la capacidad productiva debido a 1a insuficiencia del proceso

de acumulación. Por consiguiente, una proporción significativa de las Pymes se b encuentran produciendo un mayor nómero de bienes cn una escala aún más L reducida y con equipamientos más obsoletos, desactualizados y en parte mal

aprovechados. En el caso de los bienes seriados, que a su vez son transables, I esta situacibn se ha constituido en un factor que afecta significativamente sus

niveles de competitividad en el nuevo escenario de apertura.

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Francisco Gntto - Gabriel Yoguel 1

je La Pymes s9 0nepOtun casi únicamente hacia el mmdo intmo. las - Pymes tienen un clame sesgo de orientación productiva hacia el merca- do interno nacional, Del to#l de empresas metalmecánicas entrevista- m das, sólo el 20% de kas fumas han exportado más del 10% de la pro- a duccibn de los últimos afios. Sin embargo, un número mayor de empew registran experiencias truncas y discontinuas en los mercados m eXklTlOS. m

La crisis del mercado interno empuj6 a un número creciente de Pymes a efectuar ‘exportaciones contmcíckas”, pro sin realizar cam- F

bios tecno+rgankativos en el interior & la planta. Esto se ha visto m &lejado en exportaciones ~spotidicas que representan, para casi tres de cada cuatro w del Gran Buenos Aires, menos del 5% de la factu- * nación anual (Kantis y Yoguel, 1991). En el resto de las mmas Pymes fi (confecciones, muebles) Ias exporwíones son mWmas y tilo en el - rubro calzado se observa una presencia mayor de Pymes exportadoras.

Ias empresas medianas con m%s de 20 años en el mercado tienen a una mayor insercion en me-dos externos en comparaci6n con otras ~ empresas Pymes, ya que representan el &J% del grupo exportador. El mayor número de operaciones de comercio exterior de las firmas * Pymes, aunque por montos en general pequeños, se destinan a Uru- ~ guay y Chile. En tercer lupr, aunque con montos por operaci6n signi- ficativamente superiores, se ubican las exportaciones dirigidas a Brasil. lli Algunas empresas del rubro de autopartes (especiahnente de Rafaela, rr Santa Fe) es& regularmente exportando a Estados Unidos. Prktica- mente no existen casos continuos de empresas que exporten a Europa 16 (España 0 Ital’ ) ia y se registran negocios puntuales con países árabes y rl* SudSfrica.

Zas empresas Pymes orientan una pnrte signficativa de su prmluc- * ción a atender demandas de su zona de influencia regional o iocal, m siendo relativamente generalizado el hecho de que sus principales clientes se ubiquen en su propia Area de localización. Esta situación es fi particularmente evidente en los casos de las Pymes proveedoras de un a cuasi-servicio industrial (por ejemplo tratamiento t&mico, lavado de prendas de lana, pequeñas fundiciones, etc.) que operan como sub- m contmtistas 0 proveedores. m

k. LWo el tipo akpr&4cros, pnxesos 0 bienes que fabrican ius empw d

sus, la ezapi¿a de las Qwnes mde su p?&ucci&?a u otras fhnas, no * ingrewndo directamente al mercado final consumidor. En el caso br

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mLas PYMES argentinas en una etapa de traMckSn productiva y tecnolbgica 219

extremo de la industria metalmec&ka, cerca del 50% de las Pymes @vende m5s ti1 7M de su producción a otras empresas y el 20% utiliza acanales de distribucih ajenos a la firma para colocar- m5s del 70% de

sus ventas. r)l Aunque la cartera de “clientes” de la mayoría de las Pymes, que bno opem directamente en el mercado, es reducida, tilo un porcentaje

limitado de las empresas tiene un solo cliente que represente mAs del N 5U?h de sus ventas. Para más de la mitad de las empresas su principal aa cliente representa menos del 10% de su facturaci6n anual.28

h 1. La mayorfa de las @nes carece de estratqgias empresariales a media- + nopkrzo. El grado de elabomción de la estrategia empresarial adquiere

b una importancia determinante en el nuevo escenario que se abre con el proceso de apertura e integracih (Mercosur). Sin embargo, un

b número muy importante de Pymes tienen una escasa comprensión de Im este fenómeno; ejemplo de elI0 es que casi el 60% de las firmas entre-

vistadas en ei Gran Rosario carecen de una estrategia explicita. La h situ&n es levemente mejor en el Gran Buenos Aires, donde cerca de h un tercio de las firmas no posee una estrategia o la centra en la sobre-

vivencia en el mercado interno. Dadas las características de inestabik h dad de la situación macroeconómica y ti alto nivel histirico de protec- h ción, las Pymes ~610 desarrollaron -y concibieron como útile-

estrategias de corto plazo de tipo reactivo. h A su vez, únicamente un reducido grupo de empresas considera a posible incrementar su cooperación interempresarial, aunque para ello

requiere reakar previamente cambios tecno-organizativos y de gestión ’ para tener Wto en su inserción externa y/o en la defensa de su psi- h ción en el mercado interno (Moori-Koenig y Yoguel, 191).

Como resulta normaimente cuando se intenta caracterizar con tra- sl zas gruesos 9 un conjunto muy heterogeneo de agentes econ6micos, h algunos segmentos de firmas especialmente las Pymes más gran-

ñ 2* En las ramas con predominio de relaciones intrasector se observan rela-

’ ciones empresa-principal cliente de mayor peso -en el 15% de los casos de h autopartistas el principal cliente representa m5s del 70% de sus venta. Por el

contrario, las actividades especializadas en bienes finales muestran un grado h muy bajo de “cautividad”, ya que sblo el 10% de las firmas dice tener un cliente

con peso individual próximo al 50% de su facturación. li

4

a

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220 Francisco Gauo - Gabrlel Yoguel L

des- caen fuera de algunos de los atributos globales sehalados. Si bien bs rasgos descriptos han ido conform5ndose a lo largo de 10s d 13Itimos cuarenta afios, la incidenciã de los quince anos finales de desa- a rroUo industrial parecería ser decisiva en el sentido de profundizar rlll algunos aspectos que restsingen la capacidad competitiva de las firmas en el lar@ plazo. EI estancamientu de ~IZJ sectores industtiales con m mayor ehca&namiento en Pymes impidi6 a la mayoría de estas fl empresas expandir SUS Lapacidad~ thxicas y de gesti&, dificultando aún rnb su proceso de hternacionahaciõn e insercih externa. 1

4. FACTORES DE COMPETITMDAD DE LAS PYMES ARGENTINAS29 I

m

El estudio de la competitividad de tas Pymes industriales en h Argentina en el nuwo escenario definido por la apertura de la econ* ~ mía y el @ceso de integrach subregional requiere de un enfoque que integre en el anAlisis, además de los aspectos microeconómicos y a sectoriales, los ambios producidos en los escenarios internacional y nacional. Las transformaciones que de ellos se derivan cuestionan m

varios aspectos del funcionamiento de Ias Pymes en las últimas déca- a das (Roitter, 1932; Roitter y Yoguel, 1942) y colocan, en un primer pia- no del debe económico, la discusi6n sobre la necesidad de encatir

~

un proceso de reestructurach y reconversión industrial. la fragmenta- 6 ctin de lõs procesos pruductivos, los cambios tecnokjgicos y la ade- ~, cuacib de ‘%s e-h óptimas de produccibn, Ia segmentación de los mercados y la volatilidad de la demanda, rasgos básicos emergente5 a de1 nuevo wenario, aumentaron el riesgo de las empresas que operan corno aentes independientes con elevada integración vertical a nivel

m

internacional (Sabel, 1988; Sengehergef et al,, 1990). *

En esta nueva situacibn, los enfoques tradicionales de competen- a cia centrados exclusivamente en la confrontación de precios relativos puntuales están siendo relegados a un segundo plano (Alavi 1990; *

29 Esta seccibn se basa fundamentahncntc en los estudios e investigaciones realizados en el del Programa CFJ-CEPAL-PRIDRE en 10s trabajos del Programa * cEPAL-Fymes y Moori-Kocnig y Yoguel, 1992. *

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4 As WMB argentinas en una etapa de transkci6n productiva y tecnol6gica 221

t hudnovsky y Porta, 1991)9 H concepto de competitividad “micro” de la firma requiere ser abordado desde una perspectiva dinAmica, que

qcluyz~ la considerac& de muy diverws factores; algunos que inciden r[r forma directa (ie : tecnología utilizada, eficiencia en la .organización titraplanta) y otros que forjan la competitividad de manera más indi-

%a (ie: infraestructura disponible, política comercial ptiblica, calidad del mercado laboral). Desde esta bptica, se pretende integrtar en e! analisis aspectos tan diversos como: i) ias prkticas organizativas y de

TestisO de hs firmas, ii) el sistema de Aaciones en el que están inmer- m, iii) las condiciones de funcionamiento del sector en el que operan

d iv) el contexto macroecon6mico y regulatono de las actividades.

i

En años recientes, diversos trabajos (Moori-Koenig y Yoguel, 1991 Kantis y Wgobbo, 1991) comenzaron a abordar el estudio del posi-

cionamiento competitivo de las firmas Pymes desde esta perspectiva de knáhsis, tratando & detectar los diversos factores que condicionan la dapacidad competitiva de Ia empresa en el mediano plazo. Utilizando como variables centrales, i) la modalidad de gestión empresarial, ii) la

‘Yactibiiidad de producir bienes que en el mercado externo no se elabo- +-en en series larp, iii) el acceso a Ia informaci6n de mercados exter- nos, iv) el grado de elaboración de estrategias competitivas, v) el

Qntomo y ei marco institucionai en el que Ias firmas se localimn y vi) rla ba* tecnoldgica y el proceso de inversi6n, las firmas fueron clasifi- cadas en distintos grupos de posicionamiento competitivo (Moori-Koe-

‘nig y Yoguel, lB1). L Las que pertenecen a los grupos de mejor posicionamiento, que se caracterizaron Pr una gestibn descentmlizada y adecuada para proce-

h

1 30 Si bien los precios contindan jugando un rol central en la competitividad de las fmas, comienzan a intervenir elementos no vinculados directamente a los costos de produccih que son difícik de cuanticar y que explican en par- te las diferencias de precios entre fimas. Entre ellos destacan los servicios pre y posventa, la adaptacibn r5pida de la oferta a la demanda, la rapidez en la captacibn y decodifkacibn de los flujos de informacibn y el aprovechamiento de las economías externas a la firma derivadas del entorno en el que se inserta.

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222 Francisco Gano - Gabriel Yogu8

a sar e1 conjunto de la informaci6n disponible, desarrollan estrategias orientadas d mercado elberno y/o dMmicas hacia el mercado internfl poseen. una bax tecndgka relativamente importante y producen biem nes con esas-as posibilidades de ser elaborados en series largas a nivel

dm internacional. Por e1 contMo, en los m de peor posicionamientc competitivo prevalecen firmas con wra estructura gehzncial fuertemen* te centr+lizada, con escasa o nula información sobre competidores potenciales y merados externos, con estrategias débilmente estructu- mdas -Inexistentes o de carkter vegetativo-, con bajos m,,-efes W inversión y con un mix de producci6n susceptible de ser elaborado en- series kww a nivel internacional y por tanto sujeto a *graves proble- mas de exab”, agravados por la inexistencia de factores de compensa-6 ci6n pclr parte de las frenas, b

las diferentes po&ionamieWos competitivos reflejan la importan- cia de las diversas ‘historias productivas” de las firmas, que son ebdlc resulrãdo de Ias distintas acciones estratégicas desarroU.adas en el pasa-- do. Estas .accWnes han permitido a algunas empresas superar en parxe Ias restricciones a su desarroUo derivadas del. marco sectorial y de las- turbuteiicias macroecon6micas. Las firmas que se encuentran en mejo-- res condiciones para enfrentar el nuevo escenario son aquellas que tie- nen %kiUias prrxluctivas” car3ctMzadas por una aflticipack5n *activaVSbc a los camljios producidos en el context0 sectorial y macroeconómico,~ a diferencia de otras que mostraron comportamientos de tipo “iner- cid”. Desde esta perspectiva, es posible encontrar diversas elecciones m

estratégicas, que si bien están condicionati por las tendencias secta-g riaIes y macroecon&nicas, dependen de aspecbs en&genos vincula- dos al manejo gerenciaI y a la capacidad pára utilizar sus recursos @

internos, equipamiento, capacidad ingenieril y know-how.31 6

31 Estos estudios se enmarcan en la tradicibn de Ias investigaciones que ti

consideran que el proceso de innovacib es endbgeno a las firmas (Nelson y a Wmter, 1982; Nelson, 1991). Las diferencias entre fumas son explicadas a partir de acciones pasadas (estrategias) encaradas por éstas que les permiten distintos II*

grados de libertad de 1~ determinaciorxzs macrocconbmkas y sectoriales. ksí, para ser exitosas cn un mundo en el cual es central el proceso de innovacibn, bp las firmas deben tener umi estrategia coheente que les permita decidir que 6; senderos escager y necesitan una estructura (en cl sentido de organizaciõn, gobierno y toma de decisiones) que apoye y guíe la construcci6n de las capa& m dades centrales mxcsarias para llevar a cabo la estrategia (Nelson, 19913.

Inb

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Ir, ,as PYMB argentinas en una etapa de transicih productiva y tecnológica 223

6 En relación al impacto de la apertura econ6mica y al proceso de

‘Integracibn Mercosur, las firmas fueron incluidas en dos grupos: i) Wquellas que se “autoevaluaron afectadas” y ii) las que por distintas razones no prciben estar amenazadas ante el nuevo contexto. A su

sl! qez, las restricciones que manifestaron enfrentar las firmas afectadas se

Wistinguen entre aquellas vinculadas con las condiciones macroecon&

lrll ‘cas, sectoriales y de funcionamiento de mercados externos (restric-

ciones exógenas) y las relacionadas con aspectos que son específicos We la firma (restticciones endógenas). Por último, en el caso de las fir- aMas que manifestaron no estar amenazadas por el actual contexto se distinguieron los factores que basan sus ventajas, considerando como

%ndógenos aquellos que se sustentan en la eficiencia micro y la ges- ,ti6n global de la firma y ex6genos a los detivados del tipo de producto elaborado que les otorga cierta protección “natural” de la competencia

sxterna. A continuacidn se presentan las principales conclusiones de hlos estudios mencionados 32

%, El proceso de aptura y de integracih sthzgional impuctar:d nqga- r,ttvamente sobre un grupo numeraso de fimtas @nes, Si bien este efec- to general abarca al conjunto de actividades manufacture=, se han

‘detectado importantes diferencias mtoriales. Un mayor impacto relati- bvo es esperable en las firmas que producen bienes manufactureros sus-

4 ceptibles de ser elaborados en series largas a nivel internacional o caracterizados por procesos productivos poco comp+ tecnológica-

rmente, con fuerte incidencia del costo lakm1. Una menor incidencia

L parece& tener la apertum e integracibn al Mercosur en las firmas que eiaboran bienes intensivos en mano de obra caiificada y que no se

rknefician de economías internas de escala (Mmri-Koenig y Yoguel,

h 1991). Los resultados de las investigaciones citadas xñalan que dos de cada tres Pymes metalmecánicas enfrentar&n distinto ti* de amenazas

L y/o restricciones para continuar su sendero de inserción externo inicia- , do en los ochenta (Moori-Koenig y Yoguel, 1992b), proporción que varia significativamente a nivel sectorial, siendo menor la incidencia en

I

32 Estos estudios trabajaron con airededor de 100 firmas Pyme metalmed- nicas, que formaban parte de una Base de Datas dt 300 cmprtsas construida a partir de distintos rekvamientos sectk-iales y regionales hados a cabo en el marco del Programa FRIDRE, CH-CEPAL.

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224 Francisco Gano - Gabriel Yogu-

las ramas de bienes de capital por sus caracter&ticas de producciór, espxífica. (bntis et al., 1993).33 m

e b. El tamaño mkaivo de IU planca y el coeficiente de inuwsiún de h tUnos añas no jxamwn ser a@ctas ddshs en el grao de %zft-xt~ cih” d~~hs@~~~jknte a la aperhrrct. Los resultados que surgen * las investigaciones citadas indican que la distribución de las firmas afectadas por tamafio es relativamente semejante a los pescas de ca&* “estrato” ,en el total de la muestra. Sm embargo, a nivel sectorial, eh tamaño & las firmas que enfrentan restricciones comienza a tener más rekancia, en particular en los sectores de producci0n de implementoL P

agrkolas y autopartes, donde una considerable proporción de las fir-n mas “pequedas e intermedias” están afectadas. Una hipótesis que @ría expkar que entre las firmas afectadas no haya un predominio relativo e algGn tamaño es que los tamanos de planta de las firma- (de pequeñas a medianas) distan significativamente, en casi todas las,* ramas, de los tamaiios óptimos existentes a nivel internacional.

El coeficiente de inversión, estimado como el cociente entre e’ cuántum invertido eklos últimos cinco años y la facturación del tiltimollc año, tampwo constituye un elemento diferencial que permita distin- guir a las knas afectadas de las que no lo están. Mientras la mitad de las firmas que realWron inversiones importantes enfrentan restriccio-m nes y/o ame-, las proporciones de afectados y no afectados que en los úkimos ahos registran un coeficiente de inversión muy reducido- (infetior al 20% de la facturación) son similares. Debe aclararse, sin,, embargo, que no existen evidencias que permitan afirmar que el nivel absoluto diel stock de capital no guarda relación con el godo de afee-m tación frente a Ia apertura y el proceso de integración subregional. fi

c. La amcia de asociacidn entre pmxsa~ recimtes de invemih y” nimi & afectación de h fimtas. @nes revela, en unu p97mwu i?zs&n-h ciu, que, en el marco de muy estasas inversiones productivas, éstas

m

33 La proporción de afectados va aumentando al pasar de bienes de capital a autopartes e impkmentos agrícolas, donde akededor del 70% de las firmas se m encuentran e;n esa situacih. Sin embargo, mientras los productores de autopar- ~ tes est&n ya +tualrnente afectados Il992), las firmas que elaboran implementos agrícolas y bienes de capital visualizan que esta& más afectadas en los próxi- d mos meses 0 afios.

*Ib

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sa Las mEs argentinas en una ecapa de transiciãn producWa y tecnolbgica 22s

b &LWiemn @iadasjWf- que no contemplaban las camcmu

h &l mm3 escmario (apertura e Megracibn), 0 que si k, tomaban en fi considemcidn no lograron abn cristakwse en mejoras en los niveles b de eficiencia y competitividad de las emprem. Sin embargo, ha sido

posible verificar algunas diferencias sectoriales de comportamiento, hque indicarían la insuficiencia del merc& como coordinador excíusi-

am, VO de los procesos de inversión en situaciones de alta turbulencia macroecon6mica e inciertos escenarios futuros3 &te fen6meno se

ã hace mk3 evidente en los mercados m& atomizados, en los que la pre-

h Encia de uno 0 varios coordinadores es mucho menos frecuente que en los mercados concentrados. A modo de ejemplo, las firmas de

rS implementos agrkolas y de bienes de capital, mercados más atomiza- à dos, que enfrentan restricciones y amenazas en el proceso de apertura

e integración registran en promedio coeficientes de inversion significa- h tivamente supriores al de ias firmas no afectadas; lo cual pareceti en Ilhr principio contradictorio. S610 en el segmento de autopartes, donde la

presencia de coordinadores en el mercado es m5s evidente, las firmas Ilr Pymes afectadas registran coeficientes de inversibn inferiores a1 de las ano afectada0 Estos resultados guardan r4ación con la naturaleza de

las restriciones y/o amenazas que las firmas enfrentan, con el tipo de h pr&ucto que elabran y con las condiciones de funcionamiento & los h mercados en los que operan.

h d. Las mrricciones y/o atrtmazus que mfmntan hsfirmus afect~as apr el ntmo acenario son de distinta mttiad, migen y entmpduru.

Ir Así, pueden distinguirse firmas afectadas por factores exógenos a ellas,

h 3 La situacibn de alta inestabilidad económica argentina hacia fmes de los

r años ochenta implicaba que los mercados sbio reflejasen -en el mejor de los casos- scñales para la asignacibn de recursos de corto plazo.

h 35 Cabe destacar que ios resultados del sector autopartista, bbicamtnte influidos por el segmento que dirige su oferta hacia las terminaies, pueden

L atar revelando una mayor coordinaci6n y armonizacibn de polÍticas de inver- sión corno consecuencia de la mayor ckptndtti que han tenido las Fmas

’ proveedoras de partes y piezas respecto a las terminales. Por el contrario, en el hsegmento que dirige su oferta hacia eI mercado de reposicibn predominan, en

general, procesos dt involucibn tecnokgica. Debe señalarse también que el h sector automotriz registra mayores y mis antiguas interrclaciones argentino-bra-

14 silefias, a la vez que siempre dispuso de esquemas regubtorios particulares.

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226 Francisco Gatto - Gabriel Yoguel 1

m

otras en las qwe son determinantes los problemas derivados de su fun- rlll cionamiento y gestión y otros casos en los que ambos tipos de restric- ciones son s@nificativos. Is

En &cledor del 4U% & las firmas entrevistadas, las principales m restricciones consisten en desventajas ex6genas derivadas de proble- mas de ftinciamiento -dcceso y coH+, insuficientes márgenes para d 0~ en m-dos externo5 debido al valor del tipo de cambio real o d por diferenciales de costo5 motiwdos por asimetias en los precios de los insun~os y servicios. Otros factores exógenos que inciden desventa- F josamente son la fuerte presión competitiva en mercados Fqueños y m marginales motivada por la recesi6n internacional, las insuficiencias de tamaño y escalas. m

Entre las fiias afectadas por razones ex6genas predominan, tanto m a nivel giobal como sectorial, aquella5 firmas que han reatizado esíúer- ~0s sostenidos de inversión y de inserci6n externa. Esto significa que

rlb

la eficiencia micro constituye una condición necesria pero no su fi- a tiente para encarar con &xito el nuevo contexto.

Un tercio & la5 finnas consultadas se consideran afectadas por res- m

tricciones especificas a su funcionamiento (razones endógenas). Entre & éstas predominan aspectos vinculados con ias deficiencias en la organi- d zacin de la produccibn, ei nivel relativo de atraso tecnol6gico, el bajo nivel de pdwtividad, el insuficiente tamaño económico, la escasa dis- a ponibilidad de infonnacibn y un estilo de gestibn más centrado en los m aspecto5 de fabriación que en ka visibn global del negocio.3 El resto de

d

36 Entre las rmricciones endógenas que enfrentan las fumas pueden distin- guirse dos grandes grupos. EL primero se refiere a aquellas cuya resolución no Ld* es ~xchsivamente un tema individual de las fumas, sino que requiere de la acci6n coordinada entre agentes. Estas hacen referencia a las necesidades de

n

rcconversibn, de cambios en la gestibn gbbal de1 negocio, de actualizaciónm tecnol6gim, de desarrollo de proveedores, de búsqueda de socios y de acceso a mercados extcmos. El segundo grupo involucra restricciones que están cir-L* cunscriptas a las firmas, tales como la disponibilidad de informacibn, estilo de gestión, mantenimiento y renovación de equipos y capacidad fmanciera. Este- altimo casa también necesita de acciones de coordinación entre agentes pero- de distinta, naturaleza al anterior. Mientra& en e1 primer caso sería necesario considerar ‘a la red de fmnas invohcradas para la resoluci6n conjunta de lasa restricciones y la generacibn de economias externas a las empresas, en el segundo caso h acci6a pfiblica tendrla un caracter mAs directo y orientado a -

solucionar problemas puntuales y específicos. Ilr

Ir

d,‘,,

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mh PYMES argentinas en una etapa de transicíón productiva y tecnolbgica 227

mlas firmas está afectado por una combinación de los factores menciona- ados más arriba (en&genos y exógenos).j’

Debe señalarse por tiltimo que la visión de las firmas respecto al agdo de afectacibn se producen en el tinsito desde un esquema de msustitución de importaciones hacia otro de “reestructuracibn heterog&

nea”. Este nuevo escenario Ueva impkita la emergencia de un nuevo mmodelo de organkacih social de Ia producci6n y de inserci6n exter- lana, que conUeva la aparici6n de nuevos padmetros macro y la valora-

rr ci6n & los factores institucionales y de entorno a la firma como nue- ‘vos aspectos centrales en la construcci6n de ventajas competitivas.

Ib aq. En hsfinnas que se autmvuluamn no afectudus por el proceso de

integración y apercwa con-, también, factws aógenos y mdóge- 1nar para qíí4zw sw wntaja relafitnas, Aproximadamente ei 70% de &s firmas no afectadas sustentan sus ventajas competitivas en factores

endógenos; el resto de los casos está protegido en el mercado interno tindamentalmente por razones ex6genas dado que la5 firmas gozan de hcie’rta “protecci6n natural” (costo de los fletes, volúmenes de órdenes

de compra, segmentación “geográfica” productor-cliente , & tc) . Esta aconstatación revela ciaramente que, par lo menos en ciertos mercados, hno ser una firma afectada no es sin6nimo de ser empiwa competitiva

nacional e internacionalmente. bi El primer tipo de firmas (no afectadas enciógenas) se diferencian & las que gozan de “protecci6n natural”, Pr haber realizado impar-

tantes inversiones y cambios tecno-organizativos orientados en algunos bes a consoiidar su inserción externa. Esto se manifiesta en coefi- gientes de inversión y de exportac& sustancialmente superiores al

’ 3’ A nivel sectorial, mientras la mayor parte de las firmas productoras de &nplementos agrkolas enfrentan restricciones derivadas de su nivel de eficien- cia microtconbmica, el peso de este tipo de factores es mucho m&s reducido

kn autopartes y &pccialmcnte entre los pr&ctores de bienes de capita don- de dan cuenta dc alrededor de la mitad de los casos. La mayor incidencia que

Q¶ uieren las restricciones de naturaleza exdgena en autopartes y bienes de eapita se debe a diferentes razones. Mientras en eI primer caso pesan las deci- siones de las terminales automotricq en cl segundo las razones estan mh aso-

kiadas a la ausencia de canales de hanciamiento para exportar y/o vender en el mercado interno, asimetrías de distinto tipa e insuficientes mãrgenes por cai-

!la del tipo de cambio real.

b

b

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220

L

Francisco Gatto - Gabriel Yoguel L.

Esto de ‘las empresas entrevistadas. Por el contrario, es importante c

señalar que las firmas protegidas por razones ex6genas han tenido un a sendero madurativo caracterizado por una muy reducida inserción externa y un &bil proceso de inversh. Si bien no estarian afectadas

n

en el nuevo contexto, tendrían un sendero de crecimiento vegetativo a vincula& a la estructura y funcionamiento del mercado en el que ~ operan.

f. El @sicionamiento comptith de kzs firmas está condiciomdo por _ las d@mtes ini&atiaspnAutitm tkamíktdaspr Las empresas m ellpasado. Estas acciones han permitido a algunas de ellas levantar o * superar, total o pardlmente, hs restricciones a su desarrofio derivadas a de la crisis macrwcon&ni~ o del modeto de industriakzacih sustituti- M. Al mismo tiempo, la existencia de situaciones heterogéneas refleja *Iìr grados dk libertad en h ekcci6n de senderos de crecimiento por parte a de Ias firrhás que no .se pueden prever fkilmente err ante.

Sin embargo, no existe una asociaci6n directa entre cl posiciona- * miento competitivo de hs fihmas y los niveles relativos de eficiencia ~LI)I “micro”. Ci bien las empresas que then mayores posibilidades de con- tinuar coti un sendero de crecimiento exitoso sõn las que han realiza- n

do los mayores esfuerzos de inversión y cambios tecno-organizativos, m = han detectado situaciones inversas. Uno de los m es el comenta- do en el apartado anterior. Otro tipo de situach es ta que enfrentan m firmas que operan en actividades industriales don& se est5 registrando m una reconversih sectorial, pudiendo ser desplazado o amenazado del mercado debido a cambios en las @cticas organhativas de sus princi- pales ciiemtes.3 a

La exasa awciaci6n existente entre e1 posicionamiento competiti- Ir vo de las firmas y e1 grado de afectaci6a frente al nuevo escenario es una exprestin de que la apertum de la economia y ia constitución del m Mercosur si bien generan condiciones favorabks para promover la efi- I, ciencia y competitividad de las firmas no son .suficientes para su inser- ctin exitom en el mercado ampliado. Un nUmero importante de firmasa

38 Algunas terminales automotrices esth modificando algunas prácticas productivas, desplazando el armado de subconjunto fuera de la planta principal * y operando mis a un estilo sKD. En tstos casos un proveedor independientea puede quedar excluido, independientemente de su nivel competitivo.

1.

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b taS whd~s argentinw en una etapa de rransición productiva y tecnológica 229

pertenecientes a los grupos de mayor posicionamiento competitivo benfrentan restricciones tanto en el mercado interno como en su proce- hso de inserción externa. Por el contrario, algunas firmas de %ajo posi-

cionamiento competitivo” gozan de “cierta prutección oaturaP y no hestán amenazadas por el nuevo escenario. Algunas de estas firmas , podrÍan sobrevivir aun con proMemas de competitividad end6gena.

la apertura de la economía y la constitución del mercado ampha- hdo no garantiza, entonces, que los criterios de eficiencia ?nicro” cen- h trados en la fabricación sean una condición suficiente para posicionar-

se exitosamente en las nuevas condiciones del mercado3 h

hg. En thninos generales, en hs grupar de “‘mejm pwicionamientu com- f;retitiiuo”p~ominanfxmnas “tto ufwta&sM que sustentan sus Yentajas

Iren factores tmd+m yfimas qw mfmtan rzzbcciones abivdas h deI cuudro macwcotlómico y zctorial (restricciones exógenas). En los

grupos de ‘peor posicionamiento competitivo” coexisten firmas afecta- ‘das por problemas de competitividad enddgena con otros no amenaza- hdas que gozan de “cierta protección natural”.

De todas maneras gran parte de las firmas que se consideran no “afectadas por el actual contexto y que sustentan sus ventajas competiti- Ivas en factores de tipo endógeno, tienen limitaciones para profundizar

h su sendero de crecimiento. Entre éstas se destacan el tamaño económi- co tanto de la firma como de la planta, las dificultades para desarrollar

Ir proveedores y avanzar en un sendero de desintegracih vertical, los

a tiempos necesarios pata bgrar acuerdos de complementación produc- tiva y/o comercial con socios extranjeros, etcétera.

h b h. Una de las debilidades detectadus es ka falta de infomtación que

manejan las @mus @zrSa al impacto que sobre las #npreus @ña b

39 A lo largo de los estudios se han distinguido dos situaciones diferentes ade eficiencia micro. Por un lado el de aquellas fmas con relativamente altos

h niveles de productividad en el proceso de producción y con escasa flexibili- dad en la gestión global del negocio para realizar cambios y adaptaciones de

hacuerdo a la evolucibn del cuadro sectorial. Por otro lado, el de aquellas empresas en las que !a “eficiencia micro” abarca ambos aspectos y tienen una

hconcepción más sisttmica y dinámica de la formacibn de ventajas micro, )(pudiendo conciliar en estos casos aspectos exclusivamente productivos con

otros vinculados con la performance general del negocio. h

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230 Francisco Catre - Gabriel Yoguel 4

dedvar &l numo escenutiofuturo. La información disponible en rela- ’ ci6n ai mercado ampliado es en general reducida, lo cual limita la C posibilidad de implementar acciones estratégicas. Al mismo tiempo, las ~ Pymes, debido al tipo de gestión predominante en ellas, tienen dificul- tades de acceso a la misma y por lo tanto no pueden realizar una ade- fl cuada decodificación del nuevo escenario, En este marco, la toma de M decisiones @ría conducir a una duplicaci6n de esfuerzos en la bús- queda de información y en los prwesos de inversión. a

El contexto futuro introduce modificaciones significativas en el H tipo y la magnitud de la inforxnaci6n requerida por las firmas (estrate- gias de los demandantes, cr&erios de especialización pr&uctiva entre 1 plises, ventajas y desventajas competitivas respecto a Brasil y a terce- a ros paks, etc.). El estilo de gestión centrado en la “fabricación”, que no constituía una limitación en la fase & sustitución de importaciones, db

se convierte en el nuevo escenario en una restricción significativa no m Ao para crecer sino para poder tener viabilidad en el mediano plazo. La escasa información sobre escenarios futuros, en el marco de una * gestión de tipo “fabricante”, ha tenido como resultado en algunos m casos la realización de inversiones importantes que pueden implicar, para las firmas amenazadas pOr el nuevo contexto, un proceso de * “devaluación” del capital invertido. -cb

EI conjunto de conclusiones presentadas permite sustentar la hip6- LI* tesis de que en los aiios próximos las Pymes industriales argentinas tmnsitatin, un periodo significativo de transformación a fin de p&er m reposicionarse en el escenario industria1 y comercial futuro. Lás dificul- cm tades que enfrentan actualmente las firmas Pymes son de naturaleza diferente a Ios que fueron sus desafíos en la etapa sustitutiva de impar- * taciones e involucran alcances temporales de distinta magnitud, m muchos de los cuales exceden -pr sus características- el corto pla- zo, período en el cual se implementa la transformación macroeconómi- * ca. Esta situación implicati establecer nuevas modalidades de coordi- rLILs nación entre las esferas macro y sectoriales, a fin de hacer viable la reconversión de las unidades productivas de manera eficiente,4 m

4. Debe señalarse por último que para un ntimero importante de fumas la * apertura no constituye un aspecto exbgeno a ellas sino que reaccionan activa- mente importando bienes finales para aprovechar los canales existentes de m

comercialización y aumentando el contenido de importaciones en la funcibn de m producción.

m

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abs PYMEI argentinas en una etapa de transiciõn productiva y tecnolbgica

a

231

En la próxima sección, a modo de conclusión general, se discuten %lgunos posibles horizonte-s para el desarrollo de Pymes industriales en aArgentina que se sustentan en los elementos avanzados fundamental-

m mente en esta sección y en las dos anteriores.

& J. ESCENARIO FUTURO

Ib En esta sección se realiza una breve estilización sobre los posibles

4 escenarios que podrían tener las Pymes industriales argentinas en las próximas décadas, tomando en cuenta los desafíos que impone el nue-

Wo escenario internacional (sección l), la trayectoria pasada de las fir- &mas a nivel nacionat (secciones 2 y 3) y los estudios de caso sobre la

competitividad de ias Pymes en ef actual proceso de apertura e inte- ñgraci6n subregional (sección 4).

h Las Pymes industriales enfrentan un desafio de reacomodamiento -- en una estructwa industrial abierta e insem en un esquema de inte- hgraci6n subregional. Las nuevas condiciones kes plantean nuevas pro- àbiem&icas que no eran centrales en periodos anteriores y que no se

pueden resolver en forma autónoma e independiente por parte de kada una & las empresas. Entre eilas se destacan los efectos desigua- b,les en los costos de las asimetrías existentes con los precios de los

factores internacionales, la necesidad de encarar a nivel microeconó- ‘mico un fortalecimiento de su competitividad, el replanteo de ta ges- atión productiva de la firma, la necesidad de nuevas demandas de ‘financiamiento, nuevos requerimientos de información de myur com- &plejidad, etc&era. h Ios estudios específicos de competitividad indican que gran parte

de las empresas Pymes, en particular las que producen bienes transa- ‘bies, esth actualmente, o serán afectadas en el futuro por los procesos hsekíados precedentemente. Un grupo minoritario está en condiciones hya sea de supervivencia vegetativa o & aprovechar, a partir de sus condiciones endógenas, Ias nuevas oportunidades que brinda la aper-

@tura de Ia economía y la constitución de un mercado ampliado.

b El escenario futuro de mayor probabilidad es el de una mayor dis- persi6n intrapyme e intra5ectorial que la existente actualmente, con: a)

ala presencia de aIgunas empresas exitosas que se asientan tis en un abuen posicionamiento competitivo que en ventajas competitivas de los SectoRs a que pertenecen, b) h depuración (desaparición o reconver-

5

a

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232 Francisco Gano - GabrieI YoguelCI

a si&) de una franja importante de Pymes productoras de distintos tipos de bienes, c) la entrada de nuevos productores Pymes innovado& que aprovechen el nuevo espacio ampLiado y d) la sobrevivencia dea firmas que conservafin un espacio en mercados vegetativos.

Una primera estilizaci6n de la prexncia de las Pymes en los esce- n

narios futuros, en el marco de una potitica industrial pasiva que asigna 1 la coordinación de las decisiones de los agentes productivos al merca-m do y/o a las relaciones de tipo jerárquico entre firmas, nos permite dis- tinguir entre: d

m

En este grupo, que puede llegar a involucrar un número importan-m te de las Pymes industriales argentinas, se incluye un número hetero-m géneo de caws, predominando los productores de bienes que utilizan escasa proporción de mano de obbra calificada y que están por debajo& de la escala 6ptima mínima en procesos similares a nivel internacional. m Están involucradas tanto firmas productoras de bienes intermedios como finales, predominantemente elahados en series cortas: mientras* algunas firmas cerrarbn, otras reductin su nivel de actividad sustan-* cialmente y/o se txãsladarán hacia otros sectores.

Un número importante de agentes económicos que están actual- m mente “amenazados” (véase sección 4) ante este nuevo encuadre- podrátn llegar a desaparecer por: i) dificultades de “gestión” para encontrar productos sustitutos de 10s que producen actualmente (ame- rñb

nazados por la volatilidad y los cambios en la demanda), que sean via- e bks en el nuevo exenario, ii) un excesivo sobreequipmiento, en el marco de una escasa capacidad utilizada, producido por la diversifica- *

ción del mix de pducción, difícil de revertir en la nueva situación, iii) ti ausencia de equipamiento moderno para poder obtener economías de escala y acercar costos y tiempos de producción internacionales, iv)

e

excesiva integración vertical incompatible con las tendencias a h frag-* mentación & procesos, etc. En este grupo, los agentes económicos - más perjudicados seh los producto~s de bienes que utilizan escasa proporción de mano de obra calificada y est5n por debajo de la escala m óptima mínima en procesos que a nivel internacional tienen importan-- tes economías de escala. En general estos agentes tienen escasas posi-

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m las PYMFS argentinas en una etapa de transicih productiva y tecnológica 233 dà abiIidades de compensar estas asimetrías por ser los más expuestos a

las importaciones. En este grupcl pueden distinguirse dos subppos:

a> productores de bienes seriados que están actualmente por debajo de la escala óptima minima y que elaboran sus bienes en series cortas, para los que b continuack de la producción en el nuevo escenario puede resultar tiviable;

b) productores de bienes que forman parte de “subconjuntos” y en los que su permanencia en el mercado depender5 del grado de “eficiencia” del resto de los bienes que integran el subconjunto y/o de las @ticas comerciales de las firmas que transan el sub- conjunto terminado. En ese Entido, ya existen casos de “agentes económicos eficientes” desde la perspectiva microeconómica, que están quedando desplazados (oferentes pasivos de las terminales automotrices sin autonomia relativa). Este caso involucra .I las Pymes productoras de partes, piezas y Aensambles que son pos- teriormente transformados o que forman parte de otros bienes ela- borados en general por firmas de mayor tamafio. Los casos más afectados dentro de este subgrupo serán aquellos en los que: i) la empresa demandante comenzar5 a importar las partes ya sea apro- vechando las ventajas del Mercosur o del resto del mundo, ii) la empresa demandante puede optar por una estrategia de organiza- ción productiva SKD e importar elementos m5s complejos que incluyen la piea o parte que antes demandaba, iii) se comienza a importar ef bien completo.

Para las empresas Pymes de ambos subgrupos un elemento clave apara su desarrollo futuro consiste en monitorear adecuadamente las estrategias de compra de sus principales demandantes a fin de poder

Ianticipar situaciones conflictivas y poder reorientarse hacia otros mer- , cados.

I ii) hxhcttms de bienes que puedm ikgar a subr&oir e92 forma vegerativa con reducidos nimles de cmn~titivtiad eradógma

Se trata de firmas que sobrevividn en el nuevo escenario pero que tienen niveles de eficiencia “micro” reducida en terminos de equipa-

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234 Prancisco Gatto - Gabriel Yoguel’

*

miento, productividad y control de calidad. Este es e1 caso de numero- sos productores en segmentos de mercado en los que predominan

6

reducidos niveles de “competitividad”, Este es el caso de numerososfl oferentes del mercado de reposicih (automotriz, electrodom&tico,~ proveedores de piezas) que elaboran bienes que ya no se prchcen en el mundo. Eí caso de estas firmas contrasta con el de los productores fi que elabran bienes más complejos peo> que pueden quedar fuerã deln mercado por razunes ajenas a su “competitividad micro” (falta de financiamiento, acuerdos comerciales entre filiales de terminales ubica-” das en Argentina y Brasil, asimetrhs con Brasil, etcétera). 1

4

En egte grupo están incluidos tanto los productores Pymes de bie- nes intensivos en mano de obra calificada donde no es central la esca-

ti

la de produccih, como las Pymes que a partir de una adecuada com-rr binación de bienes esrándar y especiales, diferenciando productos y/o- asociándose con firmas extranjeras logren una fuerte inserción externa en el nuevo contexto y/o un comportamiento dinámico en el mercadon* interno.

En el primer subgrupo podrán sobrevivir las firmas que generen m

mecanismos de compensación a las diferencias de escala segmentando- la demanda a partir de servicios de pre y pos-venta, aprovechando las, diferencias salariales en la mano de obra calificada,41 generando ade- cuadas interfases con los clientes y proveedores, etc. En el segundo- subgrupo se incluyen las firmas que tendrdn una importante inserción~ externa en el nuevo contexto. Se trata de Pymes productoras de bienes

*I*

41 La desregulación del mercado de trabajo puede perjudicar a este tipo de Fymes debido al éxodo dei personal más calificado necesario para sustentar 6r

una estrategia de diferenciación de producto y calidad. En ese sentido, si los- empresarios centran sus estrategias sólo en ventajas de costos que podrían dejar de ser centrales en Ias pr6ximas décadas, podrían abandonar o no iniciar- acciones conducentes hacia la innovacibn, creacibn de nuevos productos y penetraciõn en nuevos mercados, que resuhatin centrales para el mejoramienCJL to de su posicionamienlo competitivo. m

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m las PYMES argentinas en una etapa de trahckh productiva y tecnológica

m 235

e intensivos en mano de obra calificada (ingenieros y técnicos o equiva- lentes) y/o en diseno y moda que preferentemente no elaboran bienes

m seriados y que han tenido un sendero madurativo que les permitió m estar cerca de Ia frontera en tecnologk de producto y de proceso. Este “. tipo de Pymes elaboran bienes en tiempos *de producción cercanos a

a los internacionales. Dado que se trata de bienes transables no seriados a no existen diferencias importantes de escala que deban compensar. En

ese marco su competitividad se centra en la intensidad del uso del fac- a tor relativamente más barato en Argentina: mano de obra calificada. El ã desafío de las Pymes industriales argentinas es la elección de nichos de

mercado que sean intensivos además en otros factores en los que la a Argentina tiene ventajas comparadas tales como los recursos naturales, h la lana, el gas, el cuero y la provisión de servicios conexos y bienes de

h capital al complejo agroalimentario.

Desde una perspectiva dinámica y sistémica de la competitividad h de Ias firmas, la reconversi6n del sistema productivo no debería ser la

sumatoria de acciones aisladas de las firmas sino que requiere también ’ de la acción coordinada entre agentes económicos públicos y privados. h Ia resoluci6n de las restricciones exógenas y endógenas existentes en

IL el actual contexto no son únicas y llevan implkito diferentes oreniza- ciones sociales del mercado, tal como la experiencia internacional lo

h demuestra a partir de los diferentes grados de cooperación empresa- ; rial, del grado de utilizacibn y creación de recursos externós y de la

potenciacibn del entorno y marco próximo a las firmas.*2 b Ia reemergencia de un espacio de “política industrial” con fuerte

especificidad (sectores, tamaõos, requerimientos específicos, etc .>

ba pod’ na contribuir a la transformaci6n de ventajas competitivas de las h firmas en ventajas competitiva5 sectoriales y regionales. h implementa- 4 cion de distintas acciones de politica industrial activa puede traer como

m *2 Algunas áreas industriales argentinas (ie: Córdoba, Mendoza, Rafaela) han desarrollado una serie de mecanismos de apoyo institucional (privados y

’ pOblkos) que facilitan la inserch de las firmas en el exterior. Estos operan L reduciendo los costos de coordinación e información entre agentes, sensibili-

zando a los sectores empresariales sobre la necesidad de explorar nuevos mer- a cados y generando economías externas a las firmas pero internas al área. Ade-

m9s el desarrollo de estos entornos ocupará un lugar central en el nuevo ’ contexto como generador de “compensaciones” ante las desventajas de escala I de las fumas nacionales de menor tamaño localizadas en ellos.

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236 Francisco Gatto - Gabriel Yoguel ’

consecuencia que la acci6n ccordinada dei mercado se complemente con la actividad de promocibn, coordinación y regulación proveniente

d

& las entidades públicas y privadas.~ L Es importante señalar que, independientemente de los escenarios rl

posibles, las firmas se enfrentan hoy ante la vuinerabilidãd de las ven- tajas competitivas adquiridas en el pasado, que eran funcionales a un d moddo de comportamiento del sector industrial que hoy no está L vigente. Las nuevas condiciones de funcionamiento del mercado decer-

mhan que gran parte de las Pymes se encuentren actuahnente ante el fl dilema de prder posiciones en el mercado e incluso Ilegar a desapare- II cer 0 recoflverxir su proceso productivo.

La diferencia sustancial entre ambos escenarios (con política pasi- rl va o poiitica activa) mdica fundamentalmente en la intensidad del fi impacto del prweso de apertura sobre las firmas, en et grado de racic, nalidad en los procesos de inversión y en la asignación de recursos, en rLi

la intensidad de los procesos de devaluación del capital y en el grado m de duplicación de esfuerzos. Debe tenerse presente que las Pymes ~ carecen de la autonomía y participaciõn de mercado que tienen firmas de mayor envergadum. m

Sin embargo, teniendo en cuenta que el ajuste “micro” impkito en los prwesos de reconverstin tiene un tiempo de maduración mucho - más significativo que el ajuste “macro” y que un porcentaje importante clr de firmas parten de un reducido “posicionamiento competitivo”, es * probable que la estructura industrial de las Pymes argentinas resultante de amkxx escenarios no difiera sustanciaImente. En ese sentido, proba- m

43 Es importante señalar que dadas las diferentes restricciones que enfren- tan las firmas, las acciones encaradas para compensar las asimetrías de las fir- dL* mas de cada grupo tienen que tener un alto grado de especificidad. En algunos cI casos se requieren acciones tendientes a solucionar los problemas endógenos de Ias firmas pero que requieren de importantes esfuenos de coordinación 6 entre agentes por las tareas de reconversión involucradas. Para otras firmas se destacan las acciones tendientes a contarrestar los problemas exógenos que no m son fkiles de compensar por involucrar procesos de reconversiõn de comple- m jos productivos que requieren de modificaciones en la regulación sectorial. Un número significativo de las fumas amenazadas en ei nuevo contexto requiere la m instrumentacibn de acciones destinadas a replantear la gestión globaf del nego- cio y el diseño de mecanismos que posibiliten un adecuado acceso a la Mor- m mación.

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aa ks PYMES argentinas en una etapa de transicibn productiva y tecnolbgica 237

w blemente prevalecer3 en el futuro una estructura de tipo dual, con

* fuerte diferenciaci6n entre firmas, un intenso proceso de depuración y la la aparición de nuevas firmas que aprovecha& el mayor tamafio del Ilm mercado en el marco de una mayor heterogeneidad entre los sobrevi-

vientes. A Mientras en el escenario con polÍtica “pasiva” se producirá una R fuerte depuración de firmas e tiuso es probable que desaparezcan

algunas con “eficiencia tiro”, que no han logrado aún consolidar su h posicionamiento competitivo, en el escenario con Upoiítka activa” exis- a tirá una menor probabilidad de que desaparezcan firmas con eficiencia

umkro” y una mayor chance de que una proporción de firmas amena- h &as se puedan reconvertir. Para un grupo mayoritario de firmas el 4 Endero más previsible es la desaparición o el inicio de un proceso de

reconversión productiva que les permita superar el débil posiciona- h miento competitivo actual, tendencia que seti más fuerte cuanto más b tramables sean los bienes pr&~idos.

Estas consideraciones introducen una serie de cuestiones a la agen- Ir da del debate sobre la internacionalización de la industria argentina en h los próximos años y al ro1 de las Pymes en ese proceso. En primer

lugar debe considemr= que dado que Ia velocidad del ajuste ‘macro” h es sustancialmente superior a la del ajuste “micro”, que en relacibn a un h número importante de aspectos nito no ha comenzado, puede llegar a L, existir en un número importante de sectores un problema de “timing”

para poder levantar las restricciones tanto endógenas como ex6genas L emergentes del nuevo escenario. Sin embargo, la conservación del br. qilibrio macro va a requerir, entre otras cosas, et diseno de instru-

mentos explícitos de @íti= ‘horizontal” dirigidos hacia las Pymes para h integradas en la nueva modalidad de internacionalización. Deben desta- L carse en ese sentido las experiencias exitosas de internacionalización

y/o aprendizaje de Pymes innovadoras en el mercado interno que en b forma no generalizada se han desarrollado en ias dos últimas décadas. r, En ese sentido, se pueden mencionar el prweso de aprendizaje de los

subcontratistas de IBM, la exportacibn de plantas liave en mano durante h los setenta, el aprovechamiento de nichos del mercado mundial por I parte de ios productores de bienes de capital para h industria de ali-

mentos y bebidas, las embrionarias experiencias realizadas por el Siste- ’ ma de Innovación Nacional (CONM, UMTK), etcétera.

I En segundo Iuugar se debe& discutir si Ia industria argentina tiene que restringirse en lo fundamental a aprovechar las ventajas naturales

h

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238 Francisco Gano - Gabriel Yoguel A

I

y salariales y/O tender a crear ventajas competitivas en sectores y gru- ~ pos de firmas que ofrezcan factores de competitividad crecientemente complejos, y que faciliten una inserci6n prmanente y jemrquizada en fl ios mercados mundiaks.

En tercer lugar, hasta ahom, la internacionalización de las activida- 6

des industriales esti asentada en plantas grandes poco encadenadas * hacia adelante y hacia atr& y por tanto con escasos impactos directos d

e indkctos sobre el empleo y la producción global. En ese contexto, ‘la creaci6n de un espacio para las Pymes requiere no solamente discu- rdl tir el actual esquema de internacionalizacion sino ademas la necesidad 1 de una profunda reestructuración productiva de las Pymes para poder afrontar este desafío. 1

En cuarto lugar, debe contemplarse que la creación de un nuevo fi espacio para las Pymes en el marco de una mayor complementación productiva con las firmas grandes requiere el inicio de una tendencia a rllr b desverticalizaciljn y a la fragrnentactin de ios procesos de produc- II ción de estas últimas, las que, por el contrario, han tendido en los últi- mos años a aumentar el grado de integrac& vertical intraplanta, cons-

a

tituyendose este hecho en un factor estructural limitante. m En quinto lugar, el nuevo escenario de integración del Cono Sur, ~

el proceso de estabilizacibn macroeconomica de la economía argentina en los últimos meses y el tinsito de un esquema de economía semice- a nada a otro en el que prevalece un proceso de apertura, pueden con- tribuir a disminuir los costos de coordinación entre agentes económi- cos y, por tanto, favorecer los procesos de desintegración vertical y de dl*

complementaci6n productiva tanto a nivel nacional como regional. Sin 1* embargo, los procesos de reestructuracih no son automáticos y, por lo tanto, requieren acciones coordinadas e integrales tanto del sector * privado corno estata1, es decir que se hace necesario, por una parte, a gestar un espacio público (que combine los intereses estatales y priva- dos) y que dé soporte especifico a las firmas para mejorar el flujo de * información y la capacitación que requiere el nuevo marco ampliado a de competencia. Por otra parte, se hace necesario recurrir a enfoques rnh abarcativos de naturaleza sinérgica parn mejorar la competitividad rdr de la industria argentina, en los que se complementen criterios de ~ñ. selectividad en la política industrial con adecuadas medidas de soporte

en el área social y educativa. Finalmente, debería discutirse si son factibles esquemas de interna- r)

cionalizaci6n que permitan combinar crecimiento con mayores niveles

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m Las FTMES argenrinas en una etapa de uansicibn pmductiva y tecnológica 239

m de equidad en el marco de una especialización intraindustrial más m compleja. En este contexto, la equidad no se debería reducir exclusiva-

e mente a un componente salarla1 sino fundamentalmente a los requeri- mientos (cuanti y cualitativos) de empleo directo e indirecto que se

m producen a partir de la inserción externa y al grado de difusión al con- Ilc. junto del entmmado productivo y social de los beneficios de la mayor

competitividad externa de la industria. n

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