UN SOLO MEDIADOR(Estudio sobre 1 Tm 2,5)

OBJECION: «Hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres” (I Tim 2,5), por lo tanto, abraza a Jesucristo, como tu único mediador, tú único salvador y tu único intercesor. ¡Nada de santos y vírgenes!»

CONTEXTO de I Tim 2,5Ciertamente, Cristo es el único mediador, en cuanto que El es el único Salvador; eso lo aclara inmediatamente el versículo 6: que se entregó a sí mismo como rescate por todos. Se está diciendo que Cristo es el mediador porque es el Salvador.1 En esto estamos de acuerdo con nuestros hermanos «esperados»… solamente por Cristo obtenemos la salvación: no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos (Hch 4,12). Pero, aunque Cristo es el único mediador-salvador entre Dios y los hombres, los versículos 1-3 nos dicen: Ante todo recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los constituidos en autoridad… esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador. Así que pedir unos por otros es bueno y agradable a Dios. Tan es así, que en la misma oración modelo, el Padrenuestro, Cristo nos mandó decir siempre «nosotros»: venga a nosotros tu reino, danos nuestro pan, perdónanos, no nos dejes, líbranos. Con eso entendemos que la oración cristiana es básicamente una «oración comunitaria», una oración familiar, ya que cada cristiano es hermano de los demás.  Y en una familia, el padre ve siempre con agrado que los hermanos se ayuden entre sí, porque eso crea y fomenta el amor y la unidad. Ya se ve entonces que: el hecho de que Cristo sea el mediador en cuanto salvador, no excluye que los cristianos seamos mediadores en cuanto a la ayuda y la oración de unos por otros.2

Expliquemos la diferencia y la relación entre la mediación de Cristo y la mediación de los cristianos, a partir de la expresión: Por Cristo, con El y en El.

«POR» CRISTOToda oración tiene tres elementos: 1º. Quien hace la oración; 2º. Cristo, que media entre Dios y los hombres; 3º. Dios, a quien finalmente se dirige la oración. Quien ora por mí, no hace a un lado a Cristo ni lo sustituye, sino que en realidad ORA JUNTO CONMIGO. Tanto el que ora por mí, como yo mismo, esperamos ser escuchados por el Padre Dios, gracias a Cristo. Siempre toda oración es así, aunque no se diga explícitamente «te lo pido Padre por Cristo»; ya que siempre subyace la conciencia y el hecho mismo de que somos aceptados y escuchados por Dios no porque tengamos méritos por ser buenos, o porque seamos bonitos, sino POR Cristo, su Hijo amado en quien el Padre se complace. Por esto, si se fijan, en la oración oficial de la Iglesia, en la oración litúrgica, siempre se 1 Lo mismo dice Heb 9,14-152 En varios textos bíblicos se insinúa o se dice explícitamente la palabra mediador aplicado a otras personas y ángeles: Job 33,23; Gal 3,19; Heb 1,14, etc.

termina diciendo «Por Cristo nuestro Señor» o «Por Jesucristo nuestro Señor». Siempre que se celebran los Sacramentos y, especialmente en la Santa Misa, podemos escuchar muchas veces esa frase. Con ello expresamos, nuestra doctrina de que Cristo es el Mediador entre Dios y los hombres. Con la preposición «por» indicamos su indispensable e insustituible mediación.   Jesús lo dijo: Nadie va al Padre, si no es por mí (Jn 14,6).

«CON» CRISTOHay un puente entre el cielo y la tierra, un Puente, cimentado en la orilla de la divinidad y en la orilla de la humanidad… ese puente es Cristo. Y solamente Cristo puede serlo, ya que sólo El es hombre y Dios, al mismo tiempo. Por ello nadie, nunca jamás, podría suplantarlo, ningún santo, ni la Virgen Santísima, todos absolutamente necesitan usar del Puente para ir a Dios.

Los hermanos «esperados» imaginan que junto con Cristo, tenemos muchos “puentes paralelos”, y señalan a la Virgen y a los Santos del Cielo. ¡No, la Iglesia Católica no es la “Ciudad de los puentes”. Aquí solamente hay uno… ¡Cristo es nuestro Pontífice! La palabra latina «pontifex»  deriva de «pons» (=puente) y de «facio» (=hacer). Cristo hace de puente entre Dios y los hombres.

Todos los santos, los del Cielo y los de la tierra necesitamos ese Puente. Jesús lo dijo: Sin mí nada podéis hacer (Jn 15,5).

«EN» CRISTOHay una palabra que parece insignificante en el Nuevo Testamento, la palabra “en” (έν).  Y esa palabrita en griego es el adverbio “dentro; en él, en ello (sitio, persona, etc)”.3 ¿Se tratará de una palabra de relleno, flotante y sin sentido? De ninguna manera.  El mismo san Pablo repite muchas veces la frase «en Cristo».  La palabra “en” en conjunción con la palabra “Cristo”, está hablando precisamente de la participación en Cristo que tenemos los cristianos al estar unidos a El. Cuando nos bautizamos fuimos injertados a Cristo (Rom 6,5); también formamos parte de un Cuerpo cuya cabeza es Cristo (Col 1,18); siendo la Iglesia «la esposa de Cristo», nos hacemos una sola cosa con El (Ef 5,23); somos los sarmientos unidos a la Vid (Jn 15,5). Todos esos textos nos hablan de que «participamos» de lo que es Cristo. Con este concepto de la «participación», muchos textos “conflictivos” dejan de serlo. Veamos un ejemplo: La Biblia enseña que Cristo es el único “fundamento” y nadie puede poner otro (I Cor 3, 11), pero también enseña que los apóstoles son “fundamento” (Ef 2,20). En ambos pasajes se utiliza la misma palabra griega “themélion”, y también en ambas citas se refiere al fundamento de los cristianos. ¿Contradicción bíblica? No. Cristo es el «único fundamento», pero los Apóstoles también son fundamento; no fundamentos “paralelos” o independientes, sino “en Jesús”. Cristo es el único fundamento y los apóstoles «participan» con El y en El de ese oficio de ser «fundamento». También la Biblia dice que Jesús es el único maestro (Mt 23,8; Jn13,13), el único pastor (Jn 10,16), el único Obispo (1 Pe

3 PABON J. M., Diccionario manual griego-español, Vox, Barcelona 198917, 201.

2,25), el único Juez (Mt 25, 32ss), pero también dice que otros lo son: Ef 4,11 (pastores y maestros); Filp 1,1 (obispos); Lc 22,30 (jueces).

Lo mismo con lo de “un solo mediador”. Cristo es el único mediador, pero por participación «en» Cristo, todos los cristianos, es decir todos los santos podemos ser mediadores.

Y no podemos sino admirar la sabiduría del Espíritu Santo que ha inspirado la Biblia, ya que el mismo texto de 1 Tm 2,5 que pareciera a simple vista negar cualquier otra mediación fuera de Cristo, en realidad ADMITE otros mediadores. Examinemos más a detalle el texto.

EL TEXTO de 1 Tm 2,5

“Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres…”(εἷς γὰρ Θεός, εἷς καὶ μεσίτης Θεοῦ καὶ ἀνθρώπων)

En primer lugar, hagamos una pequeña aclaración. La traducción en español más generalizada de I Tm 2,5 puede causar, a primera vista, una impresión equivocada, ya que dice “un solo mediador”, lo cual subraya la mediación única de Cristo, y parece que excluye cualquier otra mediación. Pero la palabra «solo» es una palabra que agregan los traductores para darle sentido a la frase. De hecho, en inglés es usual que se traduzca como «there is one» (=hay un), y no «there is only one» (=hay un solo).4 La traducción crítica de la Biblia Cantera-Iglesias pone la palabra solo entre corchetes, indicando que es una adición del traductor:

Independientemente de la razón que tenga el traductor para agregarla, este hecho le resta fuerza a la frase y, con ello, al argumento principal de los hermanos separados para rechazar la intercesión de los santos.

Segundo. En este versículo observamos una cosa muy importante: si San Pablo hubiera querido indicar una unidad absoluta (es decir, “un mediador sin posibilidad de la existencia de otros mediadores) hubiera utilizado la palabra griega μόνος (“monos”=uno), la cual indica “unidad absoluta”. Eso puede verse en textos como: “Si tu hermano pecare contra ti, ve y repréndelo estando tú y él solo” ―“monos”― (Mt. 18, 15); también Mc 6,47: El se hallaba solo en tierra.

4 Son muy pocas las versiones que ponen «there is only one». Algunas ponen «only» entre corchetes, y lo más común es que simplemente digan «one mediator».

En 1 Tm 2,5 no se usa el término monos sino «εἷς» que indica «unidad colectiva», es decir: uno, pero que incluye a otros.5 Y este significado de «εἷς» como unidad colectiva, lo podemos ver en Mt 19,6: Ya no son dos sino una sola carne; en I Jn 5,8 generalmente traducido como «los tres están de acuerdo», pero que leído literalmente dice “los tres en lo uno son” (οί τρεις είς τό έν είσιν); también en Gal 3,28: ustedes son uno en Cristo Jesús (ύμειϛ εἷς έστε έν Χριστώ Ιησού).

En estas dos últimas citas, curiosamente, aparecen juntas las palabras εἷς (=uno) y έν (=en) lo cual abona claramente al concepto bíblico de la «participación» en Cristo. El cristiano está injertado a Cristo por el bautismo, está unido a Cristo como la rama a la vid y como el cuerpo a su cabeza. Por ello, aunque Cristo es el Mediador (con mayúscula), también los cristianos somos mediadores porque unidos a Cristo oramos por nuestros hermanos y, porque unidos a Cristo, ofrecemos nuestra vida en sacrificio a Dios, tal como nos recomienda san Pablo: Los exhorto, pues hermanos… a que se ofrezcan a ustedes mismos como un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios (Rom 12,1). Más claro todavía lo dice en Col 1,24: Ahora me alegro de los padecimientos que soporto por ustedes, y completo en mi cuerpo lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su cuerpo, que es la Iglesia.

También los santos del Cielo están unidos a Cristo, y son mediadores porque ruegan por nosotros y presentan a Dios nuestras oraciones:6

Los cuatro Vivientes y los veinticuatro Ancianos se postraron delante del Cordero. Tenía cada uno una cítara y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos (Ap 5,8).

Onías que había sido sumo sacerdote… preocupado desde su niñez por la práctica de la virtud, suplicaba con las manos

tendidas por toda la comunidad de los judíos… Onías había dicho: «Este es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho

por su pueblo y por la ciudad santa, Jeremías, el profeta de Dios (2 Mac 15,12-14).

En una ocasión estaban unos enterrando a un hombre y, al avistar la banda (de moabitas), lo arrojaron en la tumba de

5 Quizás alguien podría preguntar: Si «eis» no indica unidad absoluta, ¿por qué al principio de este versículo el apóstol utiliza la palabra “eis” para referirse a Dios, si Dios es solamente uno? Efectivamente Dios es solamente “uno”, pero acordémonos que en Dios hay tres personas realmente distintas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Esa es la razón por la que San Pablo utilizó “eis” y no “monos”. La palabra “monos” refiriéndose al Ser Supremo solamente se utiliza cuando se quiere enfatizar el atributo divino de la unicidad de Dios como en Jn 5, 44; Rom 16, 27; I Tim 1, 17. En cambio cuando no es el caso enfatizar la unicidad de Dios, se utiliza la palabra “eis” que denota “unidad colectiva”. 6 A veces se objeta que los muertos están dormidos. Respuesta: para Dios todos están vivos (Lc 20,38); cuando la Biblia dice que los muertos duermen se refiere a su cuerpo, no a su alma que sigue viva, recordemos la Transfiguración donde aparecen Moisés y Elías conversando con Jesús, (Lc 9,30-31). En algunos textos veterotestamentarios se dice que el alma muere y que los muertos no saben nada ni alaban a Dios, pero esos son textos antiguos que expresan una etapa anterior, cuando todavía Dios no había revelado con claridad lo que sucede después de la muerte, la revelación sobre el mas allá alcanzó su plenitud hasta el Nuevo Testamento.

Eliseo y huyeron. El hombre entró en contacto con los huesos de Eliseo, cobró vida y se puso en pie (2 Re 13,21).

En Jer 15,1 se habla de los grandes intercesores Moisés y Samuel; en Eclo 48,13-14 se recuerda que Eliseo siguió haciendo milagros después de muerto. Y no solo pueden interceder los santos cristianos y los santos del Antiguo Testamento, sino también los Angeles: Job 33,23-24: Mas si tiene un Angel de su parte, un Mediador entre mil, que recuerde al hombre su deber, que se apiade de él diciendo: «Líbrale de bajar a la fosa, que he encontrado rescate por él». También Tob 12,12; Zac 1,12; Ap 8,3-4.

EN RESUMEN: Cristo es el Mediador-salvador, y los santos (vivos y difuntos) también son mediadores en el sentido de que son intercesores y cooperadores (1 Cor 3,9) en la obra salvífica de Dios. La mediación de los santos supone la mediación de Jesucristo, en ella se funda y de ella recibe toda su fuerza.