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EL MUNDO SECRETO DEL OPUS DEIAutor: Michael Walsh

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INDICE AGRADECIMIENTOS pgina 2 1. EN BUSCA DEL OPUS pgina 3 2. LOS ORGENES DEL OPUS pgina 14 3. LOS AOS DE EXPANSIN pgina 28 4. UN CAMBIO DE ESTATUTO pgina 42 5. LAS CONSTITUCIONES DE 1982 pgina 50 6. EL ESPRITU DEL OPUS pgina 64 7. POLTICA Y NEGOCIOS pgina 79 8. CATOLICISMO SECTARIO pgina 97 9. LA APOTEOSIS DEL FUNDADOR pgina 114 10. LA ESTRUCTURA OCULTA DEL OPUS DEI EN ESPAA, por Santiago Aroca (Addenda a la edicin espaola) pgina 121 11. COMENTARIO DEL AUTOR SOBRE LA BIBLIOGRAFA pgina 128

AGRADECIMIENTOS Conceb este libro en Londres en el otoo de 1983. Su elaboracin ha sido muy larga. La excusa de esta tardanza ma es la necesidad que he tenido de viajar a Amrica Latina antes de poner en marcha el ordenador, y dicho viaje no fue posible hasta finales del verano de 1986. Estoy particularmente agradecido a todos los que me ayudaron en mi camino, especialmente a Dennis Hackett, que me sugiri ideas sobre el billete de avin a Lima, y a todos los que tan generosamente me brindaron su hospitalidad mientras estuve all: a la Congregacin de Santiago Apstol en Per, y en especial a John Devine, que me hosped en su bella parroquia de Huancarama, y que luego se convirti en el superior de la Congregacin en Per; a los Padres colombinos de Chile y a los jesuitas de Colombia. Me gustara expresar mi especial agradecimiento a Peter Hughes, de Lima; a Tim Curtis, S. J., a la sazn en Bogot, y sobre todo a Liam Houlihan, de los Padres del Mill Hill de Santiago, en cuya parroquia de chabolas llegu a tener una pequea nocin de lo que era vivir bajo el brutal rgimen del general Pinochet. El libro no se hubiera escrito nunca sin la especial ayuda de cuatro antiguos miembros del Opus Dei: el padre Vladimir Felzman, el doctor John Roche, Mara del Carmen Tapia y el profesor Raimundo Pniker, con quienes me entrevist en Londres, Oxford, Nueva York y Oxford, por este orden. En Pittsburgh conoc a Susan Rinni, que me aloj en su casa. La seora Rox Fisham y su esposo, Harry, ya muerto, desgraciadamente, tuvieron la amabilidad de permitirme utilizar su maravillosa casa en Fairfeld, Connecticut, como base durante una de mis incursiones por Estados Unidos. Debo un agradecimiento especial a Arthur Jones, del "National Catholic Reporter", en Washington; a Pedro Lamet, de Madrid, no hace mucho en "Vida Nueva", como explico en el libro, y a John Hill, en Sidney, Australia. En Inglaterra hubo muchos que tuvieron la amabilidad de proporcionarme informacin: John Wilkins, de "The Tablet"; Nick Stuart-Jones, de la "Thames Television"; Robert Nowell, de varias publicaciones; Eduardo Crawley, de "Latin American Newsletter"; Clifford Longley, de "The Times", y Peter Hebblethwaite, de quien podra decirse que fue quien lo empez todo, hace casi veinte aos, cuando me pidi que escribiese un artculo. Adems, el libro le debe mucho a la diligencia de Meryl Davies, anteriormente en la "BBC", quien muy amablemente puso en mis manos un material fascinante que no haba podido utilizar en su programa. La seorita Elizabeth Lowe me ayud con informes sobre la Obra. Muchos me ofrecieron informacin cuando supieron la empresa en la que me haba embarcado; algunos se nombran en el texto; otros, como el arzobispo que cito, o la directora de una escuela privada, tienen que permanecer annimos. El Opus Dei parece haber afectado las vidas de un extraordinario nmero de catlicos, para bien o para mal, normalmente para esto ltimo. Estoy agradecido a todos los que me han hablado de sus experiencias y espero que este libro contribuya en buena medida a situar correctamente la historia.

CAPTULO I: EN BUSCA DEL OPUS

Hay slo unos 200 kilmetros desde Cuzco, la segunda ciudad de Per, antigua capital de los incas, a la ciudad de Abancay, pero la carretera era tan mala que mi viaje en un "Toyota" todo terreno me llev no menos de diez horas. Abancay es una ciudad fronteriza, en lo ms recndito de los Andes. Los soldados vigilan las entradas. Sus habitantes prefieren conducir automviles tipo jeep o comprar camionetas, si es que pueden permitirse tener algn vehculo. nicamente un puado de calles estn pavimentadas; la mayor parte son poco ms que senderos de tierra. El edificio que iba buscando estaba justamente al otro lado de estas calles. La pared que lo rodeaba estaba dividida por una imponente entrada. Al otro lado de la pared divis una piscina y elegantes macizos de flores. Manaban dos fuentes; una de ellas caa sobre un estanque con peces de colores. Visit una de las dos capillas que haba en el jardn. Detrs del altar, situado en una trabajada estructura de oro, haba un cuadro de la Sagrada Familia: Mara y Jos enseando a andar al Nio Jess. La pintura era de estilo cuzqueo, derivado del arte que los conquistadores espaoles llevaron a Per en el siglo XVI. El contraste entre el mundo en el que haba penetrado al cruzar el arco de la entrada y el mundo exterior a lo largo del sendero de tierra, difcilmente hubiera podido ser mayor. Esto pareca la hacienda de un rico propietario. De hecho, era el seminario el lugar donde se formaban los aspirantes a sacerdotes. Lo visitaba a sugerencia de Ken Duncan, un consejero para la ayuda y el desarrollo, que haba odo que yo estaba interesado en la organizacin del Opus Dei. Duncan, que no era catlico, haba quedado desconcertado por las actividades del Opus en Per y quera contar sus experiencias a alguien que pudiera llamar la atencin sobre lo que l consideraba un comportamiento inaceptable por parte del clero del Opus. Le haba disgustado en particular un orfanato peruano, al que haba sido invitado. Le sorprendi que fuera tan grande; los indios quechuas, con sus familias numerosas, raramente necesitaban los servicios de un orfanato. An le sorprendi ms cuando descubri que algunos de los nios de la institucin ni siquiera eran hurfanos. Las autoridades eclesisticas le dijeron simplemente que sus padres y madres no haban sido considerados adecuados y les haban quitado a los nios. "Qu sucede cuando stos crecen?", pregunt Duncan, advirtiendo que pocos de los hurfanos tenan ms de cinco o seis aos. "Tenemos amigos en Norteamrica o en Alemania que los recogen", le dijeron. "La gente no paga nada -le dijeron-. Pero entregan un donativo. Aquello tena un gran parecido con la venta de nios." Cuando viaj a Per en busca del Opus, consegu llegar hasta Abancay, a pesar de su aislamiento, y visitar el seminario, cuyo lujo tambin haba encontrado escandaloso Duncan al compararlo con la pobreza de la gente de fuera de sus muros. Este seminario para las dicesis de Cuzco y de Abancay era dirigido por un puado de clrigos espaoles del Opus Dei vestidos con sotanas bien confeccionadas. Era exactamente como Duncan lo haba descrito. Como l, qued sorprendido por el contraste entre la pobreza y la miseria de fuera y la comodidad interior, y por la incongruencia de encontrar una institucin as en un valle de los Andes. Sin duda, sta era una empresa del Opus Dei, pero no pude investigar sus vinculaciones con los hurfanos de Per. Esta organizacin tiene muchos grados de compromiso. No pueden ser consideradas tcnicamente empresas del Opus todas las que cuenten con miembros de la Obra, o que sean dirigidas por sta en cierta medida. El vnculo entre los hurfanos y el Opus quedaba bastante en evidencia por lo que Duncan me haba dicho; sin embargo, no pude comprobarlo personalmente.

Ken Duncan haba trabajado a menudo con organizaciones catlicas. Tena grandes elogios para la mayora de ellas; sin embargo, estaba preocupado por la creciente influencia del Opus en Per. Todava se alarm ms cuando le expliqu la envergadura y la complejidad del Opus en el mundo, al menos tres veces mayor que la Compaa de Jess (los jesuitas), que hasta la fecha ha sido considerada la Orden religiosa ms influyente de la Iglesia catlica. Mi inters por el Opus se despert al principio por una apologa del mismo que apareci a finales de mayo de 1971 en el suplemento en color del "Sunday Times". El peridico, por lo visto, haba publicado un articulo desfavorable sobre la Obra, y sta haba solicitado, y lo haba obtenido, el derecho a rplica. Atrajo mi atencin el artculo de Peter Hebblethwaite, pues era yo por aquel entonces miembro de la Compaa de Jess y director de The Month, una revista jesuita publicada en la residencia que la Compaa tiene en Mayfair, en Londres. Alguna que otra vez escriba para "Hebblethwaite" y l me sugiri que investigase sobre la Obra. Saba poco, en efecto, del Opus Dei antes de comenzar a investigar para mi artculo. Su nombre era poco revelador. Opus Dei, la Obra de Dios, haban sido hasta la fecha dos palabras utilizadas comnmente dentro de la Iglesia catlica para describir las oraciones que los monjes cantan en el coro por la maana y por la noche. Los miembros del Opus llamaban a su institucin "la Obra", lo que sonaba a titulo algo provisional. Se ha sugerido que su fundador, Escriv de Balaguer, pens en un tiempo en llamarla Sociedad de Cooperacin Intelectual, o SOCOIN, aunque nada en concreto sali de esta idea (Guy Herrnet, Los catlicos en la Espaa franquis ta, vol. 1. Madrid, Siglo XXI, 1985, pg. 266. l cita a Daniel Artigues, El Opus Dei en Espaa: su evolucin ideolgica y poltica. Pars, Ruedo Ibrico, 1971, pg. 127.). En sus primeros aos en Espaa, en los aos treinta, parece haber sido poco ms que un grupo de hombres y mujeres catlicos seglares que continuaban en sus trabajos, pero que vivan con frecuencia en pequeas comunidades y estaban unidos por solemnes promesas, si bien no por los votos formales de los miembros de las rdenes religiosas. El vinculo principal de su comunidad cristiana era la forma de gua espiritual proporcionada por su fundador, Jos Mara Escriv. Esta espiritualidad estaba constreida en cpsulas de forma inmejorable en un pequeo libro de 999 mximas llamado "Camino". Todo pareca totalmente inofensivo. Pronto supe, sin embargo, que su pretendido papel poltico en la Espaa de Franco, su reserva, su aparente xito, sus mtodos de actuacin, todo, haba despertado un gran inters y una considerable hostilidad, tanto dentro de la Iglesia catlica como fuera de ella. "The Economist" se refera a ella bastante a menudo en los aos sesenta y setenta, e insista en llamar a sus miembros "opusdestas", como si constituyesen un partido poltico, algo por lo que ellos se sintieron profundamente ofendidos. Incluso "The Times Literary Supplement", una revista seria, raramente dada a polemizar sobre asuntos eclesisticos, inclua un artculo adverso en una de sus pginas centrales en abril de 1971 bajo el ttulo "The Power of the party: Opus Dei in Spain" ("El poder del partido: Opus Dei en Espaa"). Atrajo mi inters, en parte, porque yo era un entusiasta hispanfilo y Espaa era el pas donde haba la mayor concentracin de miembros del Opus y donde mejor era su influencia, y en parte, tambin, porque yo era en aquel entonces jesuita y el Opus era con frecuencia comparado, y se comparaba a s mismo, con la Compaa de Jess. Desde que Ignacio de Loyola fund la Compaa a mediados del siglo XVI, ninguna organizacin religiosa dentro de la Iglesia catlica haba levantado tal controversia, ni haba llegado tan rpidamente (as lo pareca) a tener tanta influencia en la Iglesia y en el Estado. El Opus haba copiado a la Compaa, en aquel momento pareca que a sabiendas, en el trabajo que sta intentaba hacer dentro de la Iglesia, en particular en la educacin de la lite catlica. Esta vez, sin embargo, no era la

elite por nacimiento, sino que, quiz de acuerdo con el espritu del siglo xx, era seleccionada principalmente por la riqueza conseguida a travs de los negocios. Cuando publiqu mi primer artculo sobre el Opus Dei en "The Month", en agosto de 1971, yo lo titul "Being Fair to Opus Dei" ("Imparcial con el Opus Dei"). Cre que era imparcial porque, en su mayor parte, evitaba lo que sus detractores haban dicho de la Obra y me limitaba a las propias publicaciones del Opus, en particular a la Constitucin de 1950 y a las 999 mximas de Escriv de Balaguer, contenidas en "Camino". El Opus, quiz de modo no sorprendente, no lo consider imparcial. Unos meses despus de aparecer el artculo, concert una entrevista con el portavoz del Opus en Madrid. El encuentro deba tener lugar en el piso particular de unos amigos. El portavoz del Opus lleg despus del almuerzo. No quiso tomar caf. No quiso sentarse. Simplemente me ri por la injusticia que yo haba cometido contra el Opus. Y se march enfurecido. La reaccin en Inglaterra fue bastante ms suave. Varias personas que yo no conoca solicitaron verme. Consegu evitar el encuentro. Ms tarde, un amable anticuario de Norfolk consigui llegar a mi oficina porque era ntimo amigo de un amigo mo. El tambin me rega, pero con ms pena que ira. Me dijo que yo no haba captado en absoluto el espritu del Opus Dei. Yo no me opona a que se me corrigiera en los puntos en que me hubiese equivocado. Mencion un asunto puramente tcnico que no era de gran importancia. Le pregunt si yo haba entendido bien su espiritualidad. Me dijo que no, y le ped algunos ejemplos. Se perdi y sospech que la conversacin no marchaba segn las instrucciones por l recibidas. Intent ayudarle. Le hice observar que yo haba trabajado a partir de documentos y que era consciente de que podan ser falsos; uno slo tena que pensar en un programa de examen que, en abstracto, siempre intimida un poco, pero que luego, a la hora de la verdad, tiene unos lmites ms razonables. Le dije que el programa espiritual del Opus Dei pareca asustar, pero me imaginaba que vivirlo sera bastante ms fcil de lo que pareca en un principio. Estuvo de acuerdo con la analoga, pero cuando le ped que me explicara con ejemplos dnde divergan el programa y la prctica, de nuevo no supo qu contestar. Intent ayudarle a salir de su embarazoso silencio: "Por ejemplo -le dije-, la Constitucin establece que todos deben rociar sus camas con agua bendita antes de acostarse por las noches. Seguro que no lo hacen, verdad?" De nuevo el embarazo. "S, lo hacemos -respondi-. Despus de todo, la castidad es una virtud muy difcil." Ms de una dcada despus, un antiguo miembro de la Obra, el doctor John Roche, del Linacre College de Oxford, me dijo que "Being Fair to Opus Dei" fue lo primero que ley, despus de entrar en el Opus, sin haber pedido previamente permiso. Le habla sorprendido por ser lo ms cercano al espritu del Opus sin ser yo miembro del mismo. A principios de los aos setenta parece que haba muy poco material en ingls sobre la Obra y sus objetivos, de ah que mi artculo llegase a las hemerotecas. Cuando apareca una historia sobre el Opus, me llamaban los peridicos, los productores de Televisin y los reporteros radiofnicos, y as poda estar al tanto de los acontecimientos relativos a la institucin. Cuando aos despus comenc a investigar para este libro, pronto descubr que algunos prestigiosos catlicos consideraban que el Opus Dei era uno de los mayores problemas de la Iglesia catlica en la actualidad. Jos Comblin, un sacerdote belga muy conocido, que ha pasado la mayor parte de su vida activa en Latinoamrica, me escribi desde Brasil para decirme eso exactamente. En los claustros de la capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor, en una hmeda noche de abril de 1986, el telogo suizo Hans Kng habl extensamente conmigo y me dio una retahla de nombres de personas con quienes establecer contacto.

Ms recientemente, un amigo australiano me contaba los extraordinarios sucesos que rodearon la publicacin de dos artculos sobre el Opus en el diario "The Australian". Me explic casos de cdigos de ordenador rotos y que el Opus amenazaba con demandar incluso antes de que los artculos (supuestamente secretos) hubiesen aparecido. Bastante ms lamentable fue que en noviembre de 1987 Pedro Miguel Lamet fuese suspendido de su puesto de director del semanario religioso espaol "Vida Nueva". Bajo la direccin de Pedro, un viejo amigo de mis das de jesuita, este semanario se haba convertido posiblemente en el mejor de su clase en Europa, si no del mundo. Pedro mencionaba tanto la hostilidad a "Vida Nueva" del nuncio en Madrid, como culpaba al antagonismo y al poder del Opus de su destitucin por la empresa propietaria de la publicacin. (Hubo un breve informe del cese en el semanario catlico londinense The Tablet, el 5 de diciembre de 1987, y otro bastante ms completo en la misma publicacin, el 9 de enero de 1988, pg. 41). La suerte de Lamet es indicativa del poder que el Opus ejerce en las ms altas jerarquas eclesisticas. El nmero de obispos pertenecientes al Opus va en aumento, aunque su porcentaje sobre la cifra total, bastantes ms de 2.000 en todo el mundo, sea realmente pequeo. Hay, quiz, menos de una docena. Ms importante es la influencia que tienen en la curia, la administracin del Papa en Roma. Los "vaticanlogos", ese pequeo grupo de periodistas que entienden las complicadas interioridades de la curia, observan con atencin el ascenso y la cada -normalmente el ascenso- de los burcratas eclesisticos que, con sus puntos de vista tradicionalmente conservadores, son favorables al Opus. Ellos advierten tambin la influencia ms directa de la Obra a travs del servicio de sus miembros como consultores de las Congregaciones (portavoz de los consejeros de los rganos administrativos del Vaticano), como el de las Causas de los Santos (estn deseosos de que su fundador sea declarado santo), o la Congregacin Consistorial. El Papa Juan Pablo II parece tambin simpatizar con el Opus, y en 1982 concedi a la Obra un nuevo estatuto legal que la hace nica en la Iglesia y, a todos los efectos prcticos, una entidad autnoma. Cuando les deca a amigos catlicos que estaba ocupado en este estudio, jocosamente me aconsejaban aumentar mi seguro de vida. Pero, bromas aparte, me he quedado asombrado de la extensin y del alcance del Opus. Ms de doce aos despus de que apareciese "Being Fair to Opus Dei", un amigo de Estados Unidos concert para m una entrevista con su to, miembro del Opus. El encuentro pudo tener lugar solamente despus de que el to obtuviese permiso de un tal padre Kennedy, un sacerdote del Opus. "Le conocemos -dicen que dijo Kennedy-, es hostil, pero es mejor que le vea." Despus, en Washington, fui a ver a Russell Shaw, entonces portavoz de la Conferencia Nacional de Obispos Catlicos de Estados Unidos y miembro del Opus. El tambin haba solicitado previamente permiso al padre Kennedy. Cuando por fin le conoc, no pareca que un comportamiento as en hombres maduros le extraase en modo alguno. A m me chocaba bastan te que una organizacin que afirma que slo le incumben las cosas del espritu se inmiscuya en las vidas particulares de sus miembros hasta el punto de tener que pedir permiso antes de yerme. Lo encontr realmente siniestro. Pero todo esto es parte del secreto -el Opus preferira llamarlo discrecin- que rodea a la Obra. Sus miembros no llevan ropa especial ni distintivo alguno. Incluso durante la celebraciones eclesisticas se les ordena no presentarse como grupo. Un miembro admitir pertenecer al Opus, pero no dir quin ms pertenece. Tampoco su nmero debe ser revelado aunque un documento preparado antes del ltimo cambio de estatutos del Opus (1982), confesaba que eran entonces uno 70.000 en todo el mundo, y casi un dos por ciento de ellos son sacerdotes. Se cree que en el Reino Unido hay unos 300 400 miembros, y unos 2.500 en Estados Unidos, en lo que Russel Shaw describe como una "existencia colectiva" en una docena de ciudades (Russell Shaw, "Opus Dei and the American Churcb", The Tablet, 27 de febrero de

1988). No todos son miembros de pleno derecho. Aproximadamente un treinta por ciento est formado por miembros "numerarios", otro veinte por ciento por "oblatos", con obligaciones similares a los numerarios, pero viviendo fuera de las residencias del Opus. La otra mitad, formada por los "supernumerarios", tiene una conexin bastante ms tenue, aunque sigue estando regida por la Constitucin del Opus. La obligacin de secreto se extiende en particular a la Constitucin; en circunstancias normales, ni siquiera los miembros estaban autorizados a verla. Mara del Carmen Tapia, que estuvo durante diez aos encargada de la seccin de mujeres en Venezuela, no dispona ni de un ejemplar (Mara del Carmen Tapia fue una de mis principales informadoras. El material que se cita en este libro ha sido tomado de las cintas de una entrevista de todo un da en el "Barbizon Plaza Hotel de Nueva York, el 23 de agosto de 1984). Cuando en ms de una ocasin necesitaba consultarla, se le dejaba bajo la estricta condicin de que deba devolverla rpidamente. En Washington tuve la oportunidad de preguntar a Russell Shaw si haba visto la Constitucin. Me dijo que no. Le pregunt si tena costumbre de ingresar en organizaciones sin leer antes sus estatutos. Esto no le extra. Ms tarde aadi que le aburre leer tales documentos. La Constitucin, pues, no estaba en el estante de la biblioteca de cada centro del Opus. Ni siquiera era, como lo son, por ejemplo, las constituciones de los jesuitas, tema de estudio para los miembros de la Obra, como podra esperar. Sin embargo, la nueva Constitucin de 1982 estaba disponible para todo obispo diocesano dentro de cuyo territorio funcionase el Opus Dei. Es ms, en algunos lugares al menos, el director local del Opus converta en algo especial la entrega del documento al obispo. Sabiendo esto, pregunt a unos cuantos obispos si estaban dispuestos a dejarme ver el texto. Lo primero que descubr fue que se entregaba la Constitucin al obispo personalmente y slo a l. Los obispos auxiliares que estuvieran encargados de un rea de la dicesis en la que el Opus hubiese establecido centros, tampoco reciban ningn ejemplar. Despus descubr que la Constitucin que tena ms probabilidades de ver haba desaparecido. No es, lo confieso, un libro muy voluminoso. Aunque saba que haba sido publicada en un peridico espaol a mediados de 1986, haba empezado a perder las esperanzas de poner fcilmente las manos sobre un ejemplar, cuando me encontr uno en circunstancias algo misteriosas. Trabajo en una facultad de la Universidad de Londres y una maana, al entrar en mi oficina, encontr en un estante setenta y siete fotocopias correspondientes a doble nmero de pginas originales. No haba ninguna nota ni ningn papel con saludos. De modo que le doy ahora las gracias a mi desconocido benefactor. Despus de estudiar sus dos Constituciones, haba muchas ms cosas que me inquietaban del Opus Dei; sern el tema del resto de este libro. Pero parte de mi propia animadversin hacia el Opus surge quiz de un sentimiento de desengao. Al menos desde finales del siglo ni ha habido siempre una forma de "vida religiosa" en la Iglesia catlica. Es decir, hombres y mujeres que han escogido (por lo general) voluntariamente vivir su vida de una forma que parece tomar el texto del Evangelio bastante ms al pie de la letra de lo que se hace habitualmente. Al principio llevaban vidas solitarias como ermitaos en el desierto. Despus se unieron para formar grupos, o comunidades, bajo la supervisin de un abad o abadesa. Originariamente, tales comunidades habitaban en lugares despoblados y quedaban grupos que siguen hacindolo, pero gradualmente las casas religiosas se trasladaron desde el campo a las ciudades y los monjes se mezclaron hasta cierto punto con los seglares, pero permaneciendo en su mayor parte confinados en un lugar. Luego vinieron los frailes que,

como los monjes, hacan juntos la oracin y se encontraban para la misa conventual, pero se mezclaban mucho ms libremente gente e iban de un lugar a otro. Despus vinieron los "regulares", como los jesuitas. No oraban juntos ni, por general, oan misa juntos. Y, a diferencia de los monjes, monjas y frailes, no llevaban hbitos especiales ms que el clero. Por lo tanto, se podan mezclar con la gente mucho ms fcilmente. Seguan siendo sacerdotes unidos por los votos de pobreza, castidad y obediencia a su superior, por lo que este sentimiento ms estricto del Evangelio se ha conservas tradicionalmente. El Opus, a primera vista, pareca ser diferente. La vida religiosa, signifique lo que signifique, se ha limitado hasta la fecha a los que estn dispuestos a hacer los votos: gente soltera que opta por el celibato para el resto de su vida. Aunque los aspectos de este concepto, como si dijramos, se hayan ampliado desde pasar la vida como ermitaos en el desierto hasta vivir en casas particulares en la ciudad y unirse estrechamente con la gente corriente, los miembros de tales grupos religiosos estn muy lejos de ser gente corriente. El que el Opus proporcione una forma de vida religiosa en un sentido amplio para una diversidad mucho mayor de personas, tanto casadas como solteras, entend que era la caracterstica especial, o el carisma, del Opus. En otras palabras, lo tom como una extensin natural del desarrollo de la vida religiosa dentro de la Iglesia. Pronto me desilusion. A diferencia de muchas de las grandes rdenes religiosas en la Iglesia catlica, ha sido paulatinamente dominada por los curas, y se ha mostrado estrecha de miras y ultraconservadora. Vladimir Felzmann, un ingls de origen checo, se uni al Opus en 1959 y fue ordenado sacerdote diez aos despus. Dej la Obra a principios de 1982 y ahora est como sacerdote en la dicesis de Westminster, que abarca el Londres al norte del Tmesis. Como mucha gente que deja movimientos religiosos autoritarios, o sectas como la Iglesia de la Unificacin (la secta Moon), el Conocimiento Krishna o la Misin de la Divina Luz (Vase Janet Jacobs, "Deconversion from Religious Moven: An Analysis of Charismatic Bonding and Spiritual Commitment", JournaL for the Scientific Study of Religion, vol. 26, n. 3, 1987, pgs. 294-308.), Felzmann guarda un profundo afecto por el furndador del Opus Dei, Jos Mara Escriv de Balaguer, a quien conoci bien y con quien trabaj en la sede romana del Opus, si bien rechaza la organizacin que fund:

"El fundador tena notables cualidades de liderazgo. Inspiraba. Como todo gran lder, era duro y era blando. Tena una fuerza densa de lo que los psiclogos llamaran lo masculino y lo femeni no, el nimus y el nima. Era maravillosamente humano. Atraa por su fuerza y su sentido de la direccin -su fe- tanto como por su vulnerabilidad y calor. Poda ser duro como el hielo y tierno como cualquier madre. Impetuoso, emocional, apasionado, compensaba estas cualidades natu rales con la fuerza abstracta de los ideales, la disciplina, la fuerza de voluntad, el orden, el dogma y la realizacin. Era lo bastante sabio como para escoger hombres con estas ltimas cualidades para ser sus colaboradores ms cercanos en Roma. Segn envejeca, la influencia de stos creca. Cuando muri, intentaron conservar lo que acababa de dejar de respirar. El "espritu" del fundador se ha fosilizado, se ha enfriado" (Vladimir Felzmann, "Why 1 left Opus Dei", The Tablet, 26 de marzo dc 1983, pg. 288).

Para los miembros del Opus, Escriv era un profeta con una inspiracin divina directa, que continu "hasta su muerte o, como el Opus Dei preferira llamarla, "el trnsito de nuestro padre a los cielos" en 1975... Como es un santo, se les ensea a los miembros, su camino es llano y sus seguidores estn seguros del cielo hasta el punto de que se identifican con l".

La canonizacin es normalmente un proceso largo, al final del cual un hombre o una mujer son oficialmente reconocidos por la Iglesia catlica como santos. Toms Moro, Lord Canciller de Inglaterra, que muri por su fe en el reinado de Enrique VIII, tuvo que esperar cuatro siglos antes de que su santidad fuese formalmente reconocida por la Iglesia. Los que estn promoviendo la "causa" del futuro santo tienen que ser capaces de demostrar que ya se le reza, a l o a ella, que ya es considerado santo, que ya se le pide la curacin de enfermedades o ayuda en las dificultades y que se han producido milagros por la intercesin potencial del santo. Para los que han destacado en la Iglesia por sus enseanzas y escritos, la inspeccin minuciosa llevada a cabo primero nivel local y despus por las autoridades de la Iglesia en Roma (la Congregacin para la Causa de los Santos en el departamento pertinente) es an ms rigurosa. Todos los libros y papeles son inspeccionados y los informes estudiados. Al menor indicio de que su pensamiento no se ajuste totalmente las enseanzas de la Iglesia catlica, el candidato a la canonizacin es excluido. Aunque ha habido casos en los que la santidad de un individuo ha sido tan manifiesta que el sistema ha podido ser abreviado, el proceso es normalmente muy largo. El Opus no tiene la intencin de permitir que esto ocurra con la causa de su fundador, y uno puede comprender su preocupacin. El Opus no es simplemente un cuerpo religioso nuevo, es una nueva forma de institucin dentro de la Iglesia, como demuestra ampliamente la larga bsqueda de un estatuto jurdico apropiado. Para ser reconocido como una institucin legtima, con la total aprobacin de la Santa Sede y de Iglesia en general, no solamente ha necesitado la aprobacin formal de su posicin legal dentro de la Iglesia; tambin requiere el reconocimiento de que el fundador era un santo, nivel de los grandes santos como Francisco, Domingo o Ignacio de Loyola, el fundador de la Compaa de Jess. Todo esto es, sin duda, muy loable, pero surgen complicaciones cuando se intenta presentar un relato honesto de la vida de Escriv. El Opus controla la informacin sobre l. Los libros que autorizan son, naturalmente, hagiogrficos. Los dos ms importantes son el de Salvador Bernal, "Msgr Josemar Escriv de Balaguer, Prof ile of the founder of Opus Dei" (Monseor Jos Maria Escriv de Balaguer. Apuntes sobre la vida del fundador del Opus Dei) publicado en Londres y en Nueva York por Scepter en 1977 (justamente un ao despus de haber aparecido en espaol) y, ms recientemente, una biografa por un espaol, antiguo agregado de Informacin en Londres, Andrs Vzquez de Prada, "El fundador del Opus Dei". sta se public en Madrid por Ediciones Rialp en 1983. La propagan del editor la describe como la "primera biografa extensa que aparece en espaol". Tanto Rialp como Scepter son, por supuesto, editoriales del Opus Dei. Ambos autores son miembros del Opus, aunque en ninguna de las biografas que aparecen en los libros se mencione este pertinente detalle. Aunque existe al menos un pequeo -y satrico- estudio (Luis Carandell, Vida y milagros de Monseor Escrivd de Balaguer, Fundador del Opus Dei, Barcelona: Editorial Laja, 1975), parece no haber obras que intenten una valoracin imparcial de Escriv de Balaguer. No es difcil descubrir por qu. El Opus est decidido, en la medida de lo posible, a presentar cada retrato de su fundador como el candidato perfecto al honor de la santidad oficial. Tiene que ser visto como una persona que fue especialmente escogida por Dios para la suprema misin de fundar el Opus. Debe ser considerado no slo como heroicamente santo, sobresaliente en todas las virtudes, sino tambin como sabio y erudito. Tomemos un ejemplo del libro de Vzquez de Prada: al principio, recuerda una conversacin con Escriv de Balaguer durante una de las visitas de ste a Londres. Vzquez de Prada iba a escribir una biografa del estadista ingls y ahora santo, Toms Moro. Le pidi consejo a

Escriv. "Hay que meterse dentro del personaje", o quiz ms exactamente, aunque en versin algo ms libre, "tendrs que meterte en su piel". Ahora bien, este excelente consejo, difcilmente se puede considerar original. Yo critico, sin embargo, no la banalidad del consejo, sino lo que Vzquez hace con l. Lo convierte en la frase de apertura de su texto a la que considera como si fuera una relacin notable. Vzquez contina despus con su captulo introductorio, del que est claramente orgulloso. Vladimir Felzmann recuerda que se lo ley a un grupo de aspirantes a miembros del Opus en Londres. El captulo es una meditacin sobre el da en el que naci el Opus Dei, el 2 de octubre de 1928, el da, nos revela, en que Ludovico von Pastor, el gran historiador moderno del papado, muri en Pars; el da en que cumpla 81 aos Von Hindenburg, Presidente de Alemania, y el da en que se declar la ley marcial en Albania. Es un poco difcil explicar esta extraordinaria proeza, tanto como Vzquez la ha extendido (incluso ha encontrado lo que se proyectaba en los cines de Madrid), a menos que sea para situar el acontecimiento como si se hubiera producido en algn providencial momento crtico de la Historia del mundo. El Opus comenz en un lugar preciso y en el momento justo. Sucedi de repente, "como semilla divina calda del cielo", dice Vzquez. El fundador afirm despus que fue totalmente cosa de Dios, que l fue nicamente un estorbo. Una seal de su humildad, se apresura a escribir Vzquez. Podra ser eso, pero tambin selecciona a Escriv de Balaguer como vehculo escogido por la divinidad para escogidos propsitos divinos. Incluso la negativa de Escriv a hablar de todo ello, apuntada por Vzquez, les aparta, tanto a l como a la fundacin del Opus Dei, de la vida normal. El contexto en el que sus bigrafos del Opus le presentan no es el de un simple mortal. Bernal ejemplifica por el mismo estilo. Al principio de su libro cuenta la historia de un sacerdote que conoci a Escriv de Balaguer en noviembre de 1972. "Yo estaba haciendo actos de fe, para pensar que me encontraba ante el fundador del Opus Dei", dice que afirm. Bernal pone el nfasis en su normalidad, pero la gracia del relato est en que se "esperaba" que fuera distinto. Se est construyendo la imagen de un hombre que es otro: un santo. se es el trasfondo en el que se espera que los lectores lean su vida. Por eso Vzquez insiste en que su tarea es "descubrir la conexin entre su (el de Escriv) comportamiento pblico y sus actitudes ms profundas". Y sa es justamente la tarea que el enfoque hagiogrfico del fundador hace prcticamente imposible. Sin embargo, por extrao que parezca, el primer problema con el que se enfrenta cualquiera que escriba su vida es decidir el nombre del personaje. Segn la anotacin en el registro parroquial de la iglesia en la que fue bautizado, su apellido se escriba "Escrib", pero ya en su poca escolar, Jos Mara adopt la versin, bastante ms distinguida, de Escriv, escrita con "y" en lugar de con "b", que, en castellano, suena exactamente igual. En junio de 1940, la familia, que entonces se conoca como Escriv y Albs, argumentando que Escriv era un nombre demasiado comn para distinguirle, solicit que en el futuro se les conociera como Escriv de Balaguer y Albs, aunque en los siguientes veintitantos aos el "y Albs" fue en su mayor parte ignorado. Hasta aquel momento, Jos Mara haba sido simplemente Jos Mara. A partir de 1960 comenz a firmar Josemara. Luego, en 1968, solicit y le fue concedido el ttulo de marqus de Peralta. Es un hecho curioso. Sus bigrafos alegan que nicamente aspir al ttulo despus de consultar con cardenales de la curia, el cardenal Dell'Acqua, el vicario papal de Roma e ntimo amigo suyo, y el cardenal espaol Larraona. Tambin se lo dijo a otros dignatarios eclesis-

ticos, incluyendo la Secretara de Estado. Algunos miembros creen que el ttulo lo solicit por consideracin a su hermano Santiago. La excusa del propio Escriv, expresada en una carta al consiliario del Opus Dei en Madrid, era que su familia haba sufrido mucho preparndole para su ministerio, y que aquel ttulo era una forma de recompensa. Sea cual fuere la explicacin, solicitar el restablecimiento o la concesin de un ttulo nobiliario parecera impropio de alguien cuya humildad se encuentra entre las virtudes que sus partidarios enumeran mientras sigue su curso la causa de canonizacin. Especialmente a la luz de la mxima 677 de su tratado espiritual Camino: "Honores, distinciones, ttulos..., cosas de aire, hinchazones de soberbia, mentiras, nada." Asimismo resulta algo extrao, a la luz de esa mxima, haber reunido tambin una cantidad de otras condecoraciones espaolas, tales como la Gran Cruz de San Raimundo de Peafort, la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio, la Gran Cruz de Isabel la Catlica, y otras, as como tambin diversas medallas de oro (Para los nombres de otras condecoraciones, ver Vida y Milagros de Monseor Escriv de Balague, fundador del Opus Dei). Sospecho que es un comportamiento sin precedente en ningn otro santo, al menos despus de su conversin. Es un claro motivo de embarazo para sus bigrafos, y quiz lo fuera incluso para s mismo. Como escribi en su carta al consiliario, haba actuado nicamente despus de una cuidadosa reflexin ante Dios y despus de pedir consejo. La peticin del ttulo le era "antiptica", aunque cualquier otro hubiera actuado y la hubiera disfrutado sin escrpulos (Para la carta, ver libro de Lus Carandell y Andrs Vzquez de Prada, El fundador del Opus Dei. Madrid, Ediciones Rialp, 1983, pg. 349). Alegaba que el marquesado de Peralta era suyo por derecho otorgado a su antepasado Toms de Peralta, secretario de Estado, de Guerra y Justicia del reino de Npoles en 1718. Si embargo, ninguno de sus inmediatos predecesores parece que tuviera conocimiento del ttulo e, indudablemente, no hubo reclamacin alguna del mismo. Era una familia muy piados de clase media de Barbastro, en el noroeste de Espaa, no lejos de la frontera con Francia. Su padre era socio de un negocio textil en la ciudad: "Juncosa y Escriv." Estaba casado con Mara de los Dolores Albs y Blanc. Tuvieron seis hijos, la llamada Carmen, Jos Mara, nacido el 9 de enero de 190 tres hijas ms, todas llamadas Mara, y el menor, Santiago. Jos Mara no era un nio fuerte. Cuando tena slo dos aos cay gravemente enfermo. Su vida se dio por perdida. Su madre le llev al pequeo santuario de la Virgen en Torreciudad, un lugar de peregrinaje local que cobijaba una estatua de Mara que databa probablemente del siglo xvi. Sus oraciones fueron odas y Jos Mara mejor. Torreciudad se ha convertido desde entonces en otro monumento al fundador. Aunque el hijo fue as milagrosamente devuelto a la salud desgraciadamente para la familia, las tres Maras murieron en un perodo de slo tres aos, entre 1910 y 1913. Jos Mara pa rece que haba credo que l sera el siguiente. Se apart de la compaa de sus amigos y cay en una enorme depresin, de la que solamente sali, en parte al menos, por la creciente confianza de que Dios le tena bajo su particular cuidado. Fue en es momento cuando su madre le explic la historia de su curacin en Torreciudad. Quiz la enfermedad en la familia iba unida al progresivo declive y ruina del negocio de don Jos en Barbastro. Se atribuy a su natural demasiado confiado, lo que uno podra entender como falta de perspicacia comercial. Fuera cual fuere la razn de la quiebra, la familia se vio obligada a prescindir de los criados, algo inaudito en la clase media espaola, y trasladarse a

otra ciudad. En 1915 se fueron todos a Logroo en la misma zona del Norte de Espaa, pero ms cerca de la lnea costera. All don Jos se asoci a una tienda de ropa pomposamente llamada "La Gran Ciudad de Londres". La familia viva en un pequeo piso y doa Dolores tena que hacer todas las tareas domsticas, una buena prctica, para el papel que iba a desarrollar posteriormente en el Opus. Mientras estaba en Barbastro, Jos Mara fue educado por miembros de una orden religiosa, los escolapios; ms tarde sostendra que el fundador de los escolapios, san Jos de Calasanz, era su pariente lejano. En Logroo, sin embargo, fue a un instituto estatal por las maanas y a un colegio dirigido por laicos, el de San Antonio, por las tardes. Como sus bigrafos del Opus recuerdan con detalle, sus notas eran buenas y su comportamiento irreprochable. Aunque en su momento pareca una sorpresa, visto retrospectivamente, la decisin de estudiar para el sacerdocio parece inevitable. Por tanto, en 1918 comenz sus estudios eclesisticos en el seminario de Logroo. No fue un seminarista completo dentro del cuerpo estudiantil; su salud se consider demasiado delicada para ello. Comenz su carrera como seminarista externo yendo a clases, pero viviendo en casa, en donde tambin reciba clases particulares. Acab el primer ao de Teologa, pero despus se traslad a Zaragoza como estudiante interno en el seminario conciliar. La decisin de ir a Zaragoza no ha sido nunca explicada de manera satisfactoria. Tena all parientes, uno de ellos cannigo de la catedral, pero no parece haber tenido mucho trato con ellos, o, si lo tuvo, muy pronto se apartaron; el cannigo ni siquiera asisti a la primera misa, tradicionalmente una de las mayores celebraciones familiares dentro de la comunidad catlica. Posiblemente fue ms importante para l el que hubiera una Universidad en la ciudad, en la que poda comenzar sus estudios de Derecho junto con los de Teologa. De este modo poda adquirir una experiencia profesional con la que ms tarde, en la vida, pudiera ayudar a su familia, factor que pesara mucho ms despus de que su padre muriese repentinamente el 27 de noviembre de 1924. Se tom esta noticia con una calma sorprendente a pesar de las responsabilidades adicionales que echaba sobre l al ser el nico que ganaba un salario. "Mi padre se arruin -dijo ms tarde-, y cuando nuestro Seor quiso que yo comenzara a trabajar en el Opus Dei, yo no tena ni un recurso, ni un cntimo a mi nombre" (Salvador Bernal- N. de la t.: En la edicin espaola de Rialp, marzo 1980, en pg. 36, dice exactamente: "Mi padre se arruin totalmente, y cuando el Seor quiso que yo comenzara a trabajar en el Opus Dei, yo no tena ni una virtud, ni una peseta."). El principal legado de su padre a su hijo mayor (Santiago slo tena cinco aos entonces) fue una apariencia atractiva y una marcada pulcritud, por no decir elegancia en el vestir, a pesar de sus apuros econmicos. En el seminario de Zaragoza su forma de vestir le distingua. La mayora de los seminaristas, observa Vzquez, eran algo vulgares e incultos. Escriv de Balaguer era la excepcin. Su ropa siempre estaba limpia, sus zapatos siempre brillantes. Aparentemente era motivo de comentario que se lavase de los pies a la cabeza cada da. Meses despus de la muerte de su padre, fue ordenado sacerdote: el 28 de marzo de 1925. Dos das despus fue ni nombrado coadjutor en una parroquia rural. Aunque el nombramiento pudiera considerarse como bastante precipitado, debido a la enfermedad del prroco y por la necesidad de encargarse de los oficios de Semana Santa, que acababa de comenzar. Sin embargo, no estuvo all mucho tiempo. A mediados de mayo estaba de vuelta en Zaragoza. An deba terminar su licenciatura en Derecho.

La termin en 1927. Su licenciatura le fue otorgada marzo de ese ao y pidi permiso al obispo para ir a Madrid a comenzar un doctorado. Se le concedi. En junio de 1923 arzobispo de Zaragoza, el cardenal Soldevila, fue asesina Escriv de Balaguer haba llamado su atencin por el excelente expediente que tena en el seminario, en el que su comportamiento bastante solitario le distingua del resto de estudiantes. Quiz tambin le sorprendi el poema compuesto por Escriv de Balaguer para el director del seminario, titulado "Obedientia tutor". En l alababa la seguridad que proporciona la obediencia a la voluntad del superior. Fuera cual fuese la razn, Soldevila haba escogido al estudiante de Logroo para darle un tratamiento especial. Le confiri personalmente la "tonsura", la ceremonia por la que laico se convierte en clrigo. Despus le encomend encargarse del resto de los estudiantes, para vigilar que cumplieran las normas, una especie de prefecto de disciplina. Si Soldevila hubiera vivido, reflexiona Vzquez de Prada, podra haber sido el protector de Escriv, encontrndole un puesto apropia a su sensibilidad y conocimientos, y que hubiese sido econmicamente gratificador. La familia de Escriv estaba entonces en Zaragoza y dependa de l. Sin Soldevila, Escriv de Balaguer tuvo que encontrar trabajo por s mismo. Incluso antes de licenciarse empez a ensear latn y Derecho cannico en un colegio privado que preparaba a estudiantes para entrar en instituciones de enseanza superior, muy especialmente en la Academia Militar de Zaragoza. Antes de ser ordenados, los seminaristas tienen que demostrar que disponen de medios econmicos. Hubo un tiempo en que uno poda ser ordenado sacerdote "a cargo de su propio peculio"; en otras palabras, poda demostrar que dispona de medios independientes y por lo tanto no era adscrito a un obispo en particular. Pero normalmente los sacerdotes eran, y son, "incardinados" a una dicesis y prometen obediencia al obispo, el cual se responsabiliza de ellos. Tcnicamente, Escriv estaba incardinado en Zaragoza, aunque trabaj muy poco all. Madrid fue la dicesis en la que trabaj la mayor parte del tiempo desde 1927 hasta 1942, aunque no fue incardinado a Madrid hasta 1942, cuando se convirti automticamente en miembro del clero diocesano madrileo, tomando una prebenda. Uno no puede evitar tener la sensacin de que evitaba el compromiso exigido a la mayora de los clrigos. Aunque en Zaragoza sin duda se comprometi en algn trabajo pastoral y era miembro de aquella dicesis, en la prctica l ya se haba separado de la carrera normal de un sacerdote, bien debido a las circunstancias econmicas de su familia, bien debido a sus propias preferencias personales. Fuera el que fuere el entorno de su solicitud para dejar su dicesis y estudiar en Madrid, se le concedi el permiso por dos aos. De hecho, no pudo aprobar en el tiempo prescrito. Su tema de investigacin era la ordenacin al sacerdocio de mestizos y cuarterones en los siglos XVI y xvII. Nunca lleg a terminarla. Cuando finalmente, y con xito, defendi su tesis doctoral, era diciembre de 1939 y trataba de Historia, y ms concretamente, del estatuto legal del monasterio de Las Huelgas. Dada la aparente renuencia de Escriv a vincularse a una dicesis en particular, el tema de su tesis puede ser significativo. Las sucesivas madres abadesas eran figuras poderosas que mandaban sobre su propio territorio y que respondan slo ante el Papa. La demora en sus primeros estudios puede haber sido debida, una vez ms, a su necesidad de ganar dinero para mantener a su familia. Se alojaba en Madrid en una residencia para sacerdotes y de nuevo encontr un puesto para ensear Derecho romano y Derecho cannico en un colegio tutela "Academia Cicundez". A finales de los aos veinte ejerca como capelln de las Damas Apostlicas, que eran las propietarias de la casa en la que se hospedaba. Las Damas Apostlicas del Sagrado Corazn de Jess, que ste era su nombre completo, haban recibido la aprobacin formal del Vaticano a

su modo de vida en fecha muy reciente, pero ya haban desarrollado una serie de diversas obras de caridad entre los pobres, y especialmente entre los enfermos pobres de Madrid. Cuidaban a los enfermos en sus propias casas y les suministraban alimentos, medicinas y ayuda espiritual. All fue donde entr Escriv de Balaguer. Atenda a enfermos, llevndoles los sacramentos y ayudndoles a resolver problemas personales. El trabajo le llev desde el centro de la capital espaola hasta los que eran entonces sus barrios ms perifricos. Los domingos deca misa en la iglesia anexa a la residencia central del Instituto religioso. Su trabajo con las Damas Apostlicas dur hasta julio de 1931. Fue durante este tiempo cuando tom la decisin de fundar el Opus Dei. A partir de esa fecha su propia vida se entrelaza totalmente con la organizacin que cre. *********

CAPITULO II. LOS ORGENES DEL OPUS

Una de las cosas ms extraas del Opus Dei es su falta de historia. Ha funcionado durante sesenta aos y uno esperara que algn miembro en alguna parte del mundo hubiese escrito un relato de su desarrollo, de cmo creci y se extendi, de quin ingres, dnde y cundo, de cules fueron los problemas y cmo se solventaron, de qu tensiones existan y cmo fueron resueltas, de cmo llegaron a emprenderse las distintas obras apostlicas y cmo se decidi su poltica, etc. El lugar apropiado para dicho tratamiento hubiera sido el volumen publicado en 1982 (Rodrguez, Pedro et al. (eds.). Mons. Josemara Escriv de Balaguer y el Opus Dei en el 50 Aniversario de su Fundacin, Pamplona, Ediciones Universidad de Navarra, 1982. La segunda edicin de 1985 es la que aqu se utiliza.) por la Universidad de Navarra para conmemorar, algo tardamente, el cincuenta aniversario del Opus Dei, fundado en 1928. En l hay un apartado prometedora-mente titulado "Opus Dei, cincuenta aos de existencia", pero consiste solamente en dos piezas: un texto indito hasta entonces de Escriv y una entrevista que no aporta informacin -al menos en lo que a la historia de la organizacin se refiere- con el nuevo presidente general de la asociacin, monseor Alvaro del Portillo. No es que algo de su historia no pueda ser desenterrado a partir de las muchas apologas del Opus que sus partidarios han publicado a travs de los aos, pero no se menciona directamente ningn estudio histrico en el ensayo bibliogrfico de Lucas F. Mateo-Seco, escrito para el volumen del aniversario (Lucas F. Mateo-Seco, "Obras de Mons. Escriv de Balaguer y estudios sobre el Opus Dei", en Rodrguez et al. (eds.), pgs. 469-572.). Lo ms extraordinario es la escasez de obras serias sobre cualquier aspecto del Opus, excepto en el de su recientemente adquirido estatuto jurdico como prelatura personal. No obstante, de un acontecimiento en particular no hay escasez de relatos: del da y del modo en que Escriv decidi fundar lo que con el tiempo se convirti en el Opus Dei. Sucedi, dice Vzquez con una hiprbole comprensible en quien es un miembro devoto, "como semilla divina cada del cielo". La idea le vino a Escriv cuando hacia un retiro en una casa a las afueras de Madrid, perteneciente a los padres pales. Escriv estaba rezando y, afirma Bernal, "vio" el Opus Dei. Al mismo tiempo oy sonar las campanas de la cercana iglesia de Nuestra Seora de los ngeles, que celebraba la fiesta patronal; el 2 de octubre es el da en que los catlicos conmemoran la fiesta de los Angeles Custodios. Lo que sucedi realmente, no est del todo claro. Algunos miembros del Opus quieren creer que Escriv de Balaguer tuvo una visin celestial, pero ni l mismo llega a afirmar tanto. De hecho, afirma muy poco. Es bastante evidente que, siendo un joven y ambicioso sacerdote en un pas con demasiados curas a la sazn, buscaba algn papel particular en la vida. Y no hay nada malo en ello. Parece ser, por los diversos relatos de la fundacin, que durante sus meditaciones comenz a vislumbrar cul podra ser su papel. Fue ms tarde, aunque no mucho despus, cuando la primera nocin se hizo ms clara y pudo dar los pasos para ponerlo en marcha. Eso fue todo lo que sucedi. Pero como el Opus tiene la propensin a maximizarlo todo, se puso una placa en la fachada del nuevo campanario de Nuestra Seora de los Angeles, y una de las antiguas campanas se llev a Torreciudad en recuerdo del fundador. La inscripcin latina, toscamente traducida, dice: "Mientras las campanas de la iglesia de Madrid de Nuestra Seora de los Angeles tocaban y alzaban sus voces en oracin a los cielos, el 2 de octubre de 1928, Josemara Escriv de Balaguer recibi en la mente y en el cuerpo las semillas del Opus Dei." El Opus podra haber puesto ms adecuadamente una placa en el edificio en el que el fundador recibi su primera inspiracin, pero ya no est en pie. Qu era exactamente lo que Escriv haba fundado? Apenas hay dudas sobre en qu se ha

"convertido" el Opus Dei. Tiene una estructura legal precisa, objetivos bien definidos y mtodos inequvocos para llevarlos a cabo. Pero sera inusual para el fundador de una organizacin religiosa dentro de la Iglesia catlica prever exactamente y hasta el ltimo detalle lo que quera que llegara a ser. Los franciscanos, por ejemplo, pasaron por muchos traumas durante dcadas, si no durante siglos, de conflictos internos antes de establecer su estructura, y eso solamente a costa de dividir la orden. De modo que es razonable preguntarse si la visin original de Escriv se ha realizado en la forma que ha tomado ahora. No es que el problema sea as de simple. Escriv vio que el Opus Dei se desarrollaba en la forma en que lo haca, y lo alent a continuar en su camino. El momento crucial pudo estar en el incidente que se explica ms adelante (ver pg. 58), cuando volvi de Roma en 1946 con su inocencia o su ingenuidad quebrantada por la forma de actuar de la curia romana. Pudiera ser que su primera idea de lo que deseaba crear fuese algo completamente distinto. Bernal, por ejemplo, describe al Opus Dei como "una 'organizacin desorganizada', plena de responsable espontaneidad". Eso estara muy lejos de la experiencia de algunos miembros recientes. Al morir el fundador, comenta Vladimir Felzmann: "...reglas, normativas y restricciones crecieron. La vida se hizo an ms restrictiva... Para proteger y preservar su espritu -para evitar lo que les sucedi a los franciscanos-, el fundador haba dispuesto una codificacin completa y meticulosa de la obra del Opus Dei y de las vidas de sus miembros. Pero, como nuestro Seor mismo descubri, un espritu encerrado en un cdigo tiende a volverse muerto, esclavizante, farisaico".

Pero la "organizacin desorganizada" de Bernal est cercana a lo que Raimundo Pniker recuerda de los primeros tiempos. Pniker era quizs el ms distinguido telogo acadmico del Opus. Nacido en Barcelona, de padre indio y de madre catalana, era ciudadano britnico y, como tal, fue evacuado de Barcelona por un buque de guerra britnico durante la Guerra Civil espaola (1936-1939). Fue a estudiar a Alema, pero volvi a Barcelona en 1940, donde se uni al pequeo grupo de seguidores de Escriv, que llevaban a cabo actividades en la ciudad. Se orden sacerdote en 1946, uno del segund grupo de miembros del Opus que iban a ser ordenados. Dej el Opus en 1965. Sus recuerdos de los primeros tiempos confirman la descripcin de Bernal. Dice Pniker que cuando lleg al Opus era casi un movimiento "contracultural" (Aunque he hablado con Raimundo Pannikar sobre el Opus en al menos tres ocasiones distintas, la mayor parte de la informacin utilizada en este libro procede de una larga entrevista el 2 de septien bre de 1984, que tuvo lugar entre el aeropuerto de Heathrow y Oxfon y que luego continu hasta bien entrada la tarde en su alojamiento de Oxford.). Gente como l se uni al Opus porque pareca ofrecer un modo de superar la "rutina del catolicismo". Simplemente queran tomarse en serio la religin, seguir el Evangelio en todas las exigencias que impone sobre quien quiere ser discpulo de Cristo. Hay una vieja tradicin asctica en la Iglesia que compara al devoto con la "militia Christi", los soldados de Cristo, y sa fue la expresin que utiliz Pniker para los primeros miembros del Opus. No haba, aparte del mismo Escriv, ms que un grupo de laicos que intentaban poner el Evangelio en accin. No haba una forma de vida especial, ni una huida del mundo. No deba haber nada que les distinguiera excepto, quiz, que, para ayudarse mutuamente, vivan juntos. Aqul, pues, era el ideal que Escriv de Balaguer ofreca a los que se hallaban bajo su ir fluencia.

Y la gente se someta rpidamente a ella. En cuanto recibi el mensaje divino, se lanz a buscar gente para su causa. Habl de sus ideas a amigos de sus das de estudiante en Logroo y Zaragoza. Busc apoyo entre los sacerdotes que compartan la casa donde se alojaba en Madrid. Escribi cartas a gente de fuera de la capital de Espaa. Pregunt a sus conocidos y a aquellos para quienes trabajaba como capelln, si conocan candidatos varones adecuados entre los jvenes, y particularmente entre los estudiantes. Le dijo al padre Snchez Ruiz, su director espiritual, que se daba cuenta con creciente claridad de que el Seor "quiere que me esconda y que desaparezca". No sigui el consejo del Seor. Estaba haciendo amistades influyentes tanto entre el clero como entre los seglares, estaba desarrollando el Opus a travs de sus cartas, cultivando la aristocracia y haciendo sus primeros discpulos. Hubo algunos que se unieron a l, pero no se quedaron. Otros, como Isidoro Zorzano Ledesma, que haba estudiado con l en Logroo y a quien se encontr por casualidad en Madrid (ver ms adelante, pg. 42), muri joven. Unos amigos de la Facultad de Medicina de Madrid le presentaron a Juan Jimnez Vargas, estudiante de dicha Facultad. Encontr a otros por medio del confesionario o a travs de las Damas Apostlicas, de quienes era capelln. Se unieron a Escriv en un momento crucial de la Historia de Espaa, tmidamente, en palabras de Pniker, un "movimiento contracultural". Desde 1981, los profesores de las Universidades espaolas podan mantener y ensear doctrinas distintas, e incluso opuestas, a las de la fe catlica (El prrafo que sigue ha sido tomado de mi articulo "Being Fair to Opus Dei", "The Month", agosto de 1971, y se reproduce aqu con permiso del director.). Las consecuencias de esta libertad de expresin se impusieron despacio, pero por los aos veinte muchos catedrticos, incluso aquellos con mayor influencia entre los estudiantes universitarios, propagaban una doctrina que estaba en desacuerdo con la enseanza catlica aceptada. En un pas como Espaa, en el que la relacin entre la Iglesia y el Estado haba sido tan estrecha, y la forma tradicional de vida del pueblo haba estado tan impregnada de catolicismo, esta tendencia en el mundo universitario poda ser considerada como una amenaza no slo a la ortodoxia religiosa, sino tambin a la misma base de la Hispanidad. Adems de ser un sacerdote catlico, Escriv de Balaguer era un patriota. La mxima 525 de Camino comienza as: "Ser 'catlico' es amar a la patria, sin ceder a nadie mejora en ese amor." No era slo la enseanza en las Universidades, y especialmente en la de Madrid, la que se iba secularizando cada vez ms, sino tambin otras instituciones educativas fomentaba esta tendencia. La Institucin Libre de Enseanza fue fundada en 1876 por un hombre que haba dejado la Iglesia porque sta conden el liberalismo en el "Sillabus", un documento en que sta enumeraba las mayores aberraciones -a los ojos del Papa- de los tiempos modernos, publicado por Po IX en 1864. Aunque no era especficamente anticatlica en su objetivo, la Institucin Libre de Enseanza era vista como tal por muchos espaoles. Un sacerdote que escriba en 1906 para la publicacin de la Compaa de Jess ms prestigiosa de la poca, "Razn y Fe", la describa como "el enemigo mortal de la enseanza catlica". No era una organizacin controlada por el Estado pero, no obstante, tuvo un profundo impacto sobre el sistema educativo espaol. Estableci residencias estudiantiles en las Universidades, en la lnea de las Universidades de Oxford y Cambridge, y las plazas en ellas eran muy buscadas. Ms importante, quiz, fue la influencia que ejerci sobre la Junta para la Ampliacin de Estudios e Investigaciones cientficas, fundada en 1907 para establecer institutos de investigacin en toda Espaa, y por medio de esto elevar el nivel general de educacin en todo el pas. La libertad de expresin de que gozaban los profesores y los nuevos institutos favoreci la

expansin del agnosticismo entre los jvenes intelectuales espaoles. Escriv tena buenas razones para ser consciente de los peligros y las posibilidad inherentes a la educacin. "Libros: -escribi en la mxima 339- no los compres sin aconsejarte de personas cristianas, doctas y discretas. Podras comprar una cosa intil o perjudicial. Cuntas veces creen llevar debajo del brazo un libro... y llevan una carga de basura!" La oposicin a la expansin del agnosticismo haba comenzado mucho antes de que Escriv de Balaguer llegase a Madrid. En 1909 un sacerdote jesuita fund la Asociacin Catlica Nacional de Propagandistas, una prolongacin en la vida de los negocios y profesional de las sociedades devotas llamadas congregaciones marianas. Las congregaciones marianas eran, y son todava, aunque en muchos lugares han cambiado de nombre, organizaciones bajo la direccin religiosa de la Compaa de Jess, que combinan una forma modesta de prctica asctica con obras de caridad. Aunque eran tpicas en los colegios de jesuitas, las congregaciones se encontraban tambin en las parroquias dirigidas por ellos, o vinculadas a residencias suyas de otras clases. Podan ser vistas como un intento de adaptar la espiritualidad ignaciana a la forma de vida de los laicos. Bajo la direccin de la Compaa de Jess, el objetivo de la Asociacin Catlica era doble: mejorar las condiciones sociales de los pobres en Espaa, sin trastornar los valores tradicionales, y la forma de vida del pueblo. Era una organizacin elitista, que extraa sus adeptos de entre los hombres de alto nivel social y educativo. Su mtodo, como el movimiento de las clulas comunistas de una generacin posterior, era trabajar en pequeos grupos y hacerlo discretamente en la medida de lo posible. Esta organizacin no poda dejar de ser bien conocida por Escriv. Efectivamente, en 1911, la Asociacin compraba "El Debate", un peridico que iba a convertirse en uno de los ms influyentes del pas. En 1923 "El Debate" salud la llegada al poder del dictador Primo de Rivera con la esperanza de que pudiera ser capaz de sostener el orden social, que se desmoronaba. Seis aos ms tarde apoy al ministro de Educacin de Primo de Rivera, en un intento de dar a dos colegios de direccin privada, uno jesuita y el otro agustino, el derecho a conceder licenciaturas en ciertas facultades. Este intento de interferencia en el monopolio educativo del Estado origin una protesta tan fuerte, que el plan tuvo que ser abandonado (No se reaviv hasta el reconocimiento de la Universidad de Navarra en Pamplona, patrocinada por el Opus Dei. Ver ms adelante, pg. 72). Escriv tuvo que conocer la Asociacin. Despus de la Guerra Civil espaola, trabaj en la Escuela de Periodismo, vinculada a "El Debate", aunque sus clases eran sobre tica y metafsica ms que sobre las tcnicas de la profesin periodstica. Pero no hubiese necesitado ese contacto tan cercarno, ni siquiera el contacto con sus directores espirituales jesuitas, para conocer la obra de la Compaa de Jess en Espana. "La deuda que tiene el Opus Dei con la Compaa de Jess es inmensa -dice Carandell-; tanto, que uno podra decir que, si la Compaa no hubiese existido, el nacimiento del Opus hubiera sido imposible". Que la visin del Opus de Escriv pueda deber algo a alguien, no es un tema del que traten las biografas aprobadas del fundador. El libro de Vzquez, por ejemplo, tiene tres referencias a don Pedro Poveda. La primera menciona simplemente la entrevista de Escriv con don Pedro el 4 de febrero de 1931 -la fecha era, evidentemente, importante como para ser anotada-, con la esperanza de obtener alguna clase de beneficio eclesistico. Escriv rechaz lo que se le ofreca, segn Vzquez, porque no le daba derecho de incardinacinn. "La sorpresa de don Pedro (ante el rechazo de Escriv) fue superlativa", apunta Vzquez. La segunda referencia habla de la amistosa relacin entre los dos hombres. La tercera es simplemente para decir que Poveda muri asesinado en Madrid en julio de 1936, en el estallido de la Guerra Civil.

El segundo pasaje es incomprensible. Los dos hombres se encontraron: Poveda ofreci una promocin que Escriv no acept. Despus, en lo que se refiere a la biografa, los dos hombres se separan. Slo que no evidentemente. En apariencia eran buenos amigos, aunque Vzquez no se extiende en ello y Bernal no lo menciona siquiera. Pudiera ser que Poveda jugase un mayor papel en la vida de Escriv que el que se le atribuye. Era el fundador de una congregacin seglar llamada las Teresianas. Era muy conocida y su estructura es similar a la del Opus. Mientras siga siendo parte de la mitologa del Opus que la idea de su formacin se debe al Todopoderoso, dada directamente a Escriv de Balaguer aquel 2 de octubre de 1928, no hay lugar para sugerencia alguna de que la idea pudiera haber llegado de otra parte, quiz de la Compaa de Jess o de don Pedro Poveda. Haba una serie de instituciones similares al Opus que, aunque no obtuvieron la aprobacin papal antes de la fundacin de Escriv, ciertamente existan antes que sta (Para sta y posteriores referencias, ver Giancarlo Rocca, L'O pus Dei": Apunti e Documenti per una Storia. Roma, Edizioni Paoline, 1985, pgs. 44-45.). Escriv escogi inaugurar su nueva sociedad exactamente cuando termin la Dictadura de Primo de Rivera. El 12 de abril de 1931 hubo elecciones en Espaa. Dos das ms tarde, el rey Alfonso XIII abdic y march al exilio. Y ese mismo da se proclamaba la Repblica. El socialismo agnstico haba triunfado sobre la alianza tradicional de la Corona y la Iglesia. Un mes ms tarde llegaron las primeras quemas de conventos e iglesias. Menos de un ao despus, la Compaa de Jess fue expulsada del pas. Los crucifijos tuvieron que ser retirados de las escuelas y la educacin fue completamente secularizada. El Estado se apropi de las posesiones eclesisticas, se permiti el divorcio, y el Concordato, que regulaba las relaciones entre el Vaticano y el Gobierno espaol, fue revocado. Cuando enseaba en el "Instituto Amado" de Zaragoza, Escriv haba demostrado un especial inters en las relaciones Iglesia-Estado y en los problemas de la propiedad eclesistica. Slo despus de surgir estas disputas entre el Gobierno espaol y la Iglesia comenz el Opus Dei a progresar como movimiento: puede, por tanto, ser visto como una forma de respuesta a la bsica "privatizacin" del catolicismo impuesta por el nuevo rgimen anticlerical. Despus de renunciar a sus deberes con las Damas Apostlicas en 1931, Escriv se qued sin ningn trabajo apostlico fijo, una situacin inusual para un cura joven y sin duda devoto. Sin embargo, dos meses despus de haber renunciado a hacerse cargo de una capilla, se encarg de otra; esta vez en un convento de clausura de monjas agustinas. Santa Isabel era un Patronato Real, aunque parece ser que a Escriv de Balaguer no se le pagaba por su trabajo, al menos al principio. Finalmente fue nombrado rector del Patronato, pero solamente a finales de 1934. Para aquel nuevo cargo tuvo que solicitar permiso de su propio obispo en Zaragoza. Se lo concedi. No se recoge si el obispo se par a preguntarse qu le haba sucedido a la tesis para la que se le haban concedido dos aos de permiso fuera de la dicesis para terminarla. Para entonces su familia, sin duda desesperada de su torno de Madrid, decidi trasladarse a la capital de Espaa. Desde finales de 1932 Escriv de Balaguer vivi con su madre (quien parece que tom an ms inters en encontrar un beneficio adecuado para su hijo que l mismo), su hermano y su nica hermana sobreviviente en un piso en el nmero 4 de Martnez Campos. Un ao ms tarde, con su situacin econmica presumiblemente mejorada, alquil un piso en el 33 de Luchana, que sirviera como lugar de encuentro para el grupo que estaba comenzando a reunir a su alrededor. Una de las primeras formas de la nueva cruzada personal de Escriv fue con miembros del

clero de Madrid, a los que daba consejo espiritual cada lunes por la noche ensendoles, dice Vzquez, "la 'alteza' de la dignidad sacerdotal, y cmo el honor de un sacerdote es mucho ms delicado que el honor de una mujer". Tambin trabajaba con un grupo de hombres jvenes y de muchachos, que se reunan para merendar y charlar en el piso de su madre. Hablaban mientras doa Dolores, Carmen y, aparentemente con alguna protesta, el hermano de Escriv, Santiago, provean de comida y bebida y servan habitualmente a la reunin. El nmero y la frecuencia de las reuniones aumentaron. Escriv decidi darles un enfoque ms formal. En una habitacin de un reformatorio que le alquilaron unas monjas que cuidaban de los delincuentes, comenz a dar gua espiritual, en primer lugar, a tres estudiantes de Medicina, pero tambin este grupo comenz a ampliarse. Escriv concibi entonces la idea de una academia. Para ella acu la consigna "Dios y Audacia", que a su vez se convirti en "Academia D y A", interpretada como Academia Derecho y Arquitectura. Ocup un local diminuto en la calle Luchana, que pronto result ser demasiado pequeo. Adems, como academia y nada ms, careca de la ayuda de madre y de su hermana. En consecuencia, Escriv persuadi a su madre a que invirtiera la herencia que haba recibid la muerte de un pariente en la compra de una propiedad en Madrid, en la calle Ferraz. Esta era lo suficientemente grande como para formar una residencia y una Academia de Derecho y Arquitectura. Era la primera de las muchas residencias fundadas por Escriv y su organizacin, y estableca un modelo, tanto en cuanto al estilo de alojamiento como a la forma de instruccin religiosa que all se daba. Se levant un oratorio y se puso un refectorio. Habla una sala en la que los residentes podan encontrarse para hablar. Haba, naturalmente, un cuarto de bao. A pesar de la constante limpieza, sus paredes estaban manchadas de sangre, de las flagelaciones que Escriv se infliga. Utilizaba una "disciplina", una especie de azote de nueve ramales al que haba atado trozos de metal y pedazos de cuchillas de afeitar. (No se dice si otros residentes se unan, aunque esta prctica penitencial lleg a ser de uso habitual en el Opus.) La disciplina y la cadena con pas que se ataba al brazo, Escriv de Balaguer las guardaba en la "habitacin del Padre". All, bajo una representacin de la historia evanglica de la pesca milagrosa, se fomentaba la conversacin confidencial y se imparta gula espiritual. Escriv intentaba restablecer en la residencia la intimidad de la vida familiar. l presida como padre. Doa Dolores lleg a ser conocida como la abuela, Carmen como la ta. Otros llegaron de visita y fueron ganados a la vida que encontraron en la "Academia D y A": Alvaro del Portillo, el actual superior o "prelado" del Opus, fue uno de ellos. Fue durante este tiempo cuando Escriv de Balaguer compuso lo que primero llam sus "Consideraciones Espirituales", una coleccin de mximas espirituales que finalmente se convirtieron en "Camino". (Un humorista cataln, a principio de los aos setenta, public "Autopista".) El librito de Escriv es aclamado por sus seguidores como "una obra clsica de literatura espiritual", aunque sta es una descripcin de las ltimas ediciones. Escriv de Balaguer no estaba satisfecho con la primera versin, publicada en Cuenca en 1934. Estando en Burgos en 1939, reuni sus notas para una posterior edicin, que public en septiembre de 1939. El libro, con su nuevo y permanente ttulo, se public en Valencia porque, segn Vzquez, se fue el nico sitio donde pudo encontrar papel. Pero todo esto es adelantarnos un poco. Entre la primera y la segunda edicin de este librito, la vida de Escriv iba a dar un giro completo. En mayo de 1935 Escriv llev a sus residente de la academia DYA" en peregrinacin a un santuario mariano en Avila. Mayo es el mes en el que los catlicos ensalzan especialmente a

Mara y las peregrinaciones a santuarios marianos en mayo han seguido siendo una caracterstica de la vida del Opus, en consciente imitacin, pudiera parecer, del primer viaje de Escriv con sus discpulos a travs del campo castellano. A pesar de las dificultades con las que se enfrentaba la Iglesia en Espaa a principios de los aos treinta, el proyecto de Escriv parece haber sido un gran xito. Debido al nmero creciente de la residencia, la academia tuvo que encontrar otro alojamiento cercano. Se habl de adquirir ms propiedades en Madrid, y dos de los discpulos del padre fueron enviados a Valencia para abrir una residencia en aquella ciudad. Eso era en 1936; la Guerra Civil no destruy enteramente lo que tan laboriosamente haba sido construido, y algunos de los primeros seguidores permanecieron fieles todo el tiempo. A pesar de los problemas que origin la batalla por el alma de Espaa, se abri una casa en Valencia, si bien los planes para una residencia en Pars tuvieron que ser pospuestos. Hasta despus de la guerra no comenz la fase definitiva del desarrollo del Opus. Qu exista hasta aquel momento? Estaba la academia "D y A", aunque como institucin educativa parece haber ido perdiendo el inters de Escriv, y la residencia anexa, a la que dedicaba bastante ms atencin. Haba un grupo de simpatizantes y un grupo bastante ms pequeo que podra haberse denominado "de miembros" si hubiera existido organizacin de alguna clase, pero en aquel momento no lo haba. Haba un nombre, Opus Dei, "la obra de Dios", o ms comnmente, simplemente "la Obra", aunque pudo en principio haber sido pensado como un ttulo adecuado hasta que apareciese algo ms especfico. (Es de notar, sin embargo, que mientras algunas rdenes religiosas, como los Fraile Menores y la Orden de Predicadores, han sido conocidas ms familiarmente por los nombres de sus fundadores, franciscanos y dominicos, respectivamente, no parece haber habido ninguna sugerencia de que los miembros del Opus Dei se llamaran "escrivistas" o "balaguerianos".) Y aunque no tenan ninguna forma especfica de direccin espiritual ms que la que proporcionaba "el Padre", desde 1934 los miembros del Opus tenan a su disposicin los pensamientos de su Padre en sus "Consideraciones Espirituales", publicado ese ao en Cuenca. Y tambin tenan, como se acaba de ver, un modelo de vida basado en el "hogar", el modelo de un hogar familiar, que Escriv haba desarrollado con la ayuda de su madre y de su hermana en la residencia de la calle Ferraz, aunque el papel de su familia ms cercana parece haber sido exagerado en la mitologa del Opus de los primeros aos (Ver el primer captulo de La otra cara del Opus Dei, de Mara Angustias Moreno (Barcelona, editorial Planeta, 1978), para un relato de los primeros aos por un antiguo miembro, en el que afirma que el papel de la familia de Escriv ha sido muy exagerado.). Esta es una de sus caras: la rama masculina del Opus. En 1936 la rama femenina tambin exista. No es sorprendente, dado el temperamento machista de los espaoles, que Escriv comparta, que su inspiracin inicial fuese comenzar una organizacin que ofreciera pupilaje a los hombres jvenes. Fueron los primeros objetivos de su celo y, como veremos, siguieron siendo los objetivos principales para sus discpulos. A pesar de la devota ayuda de su madre y de su hermana, las mujeres al principio no fueron consideradas como candidatas aptas para su nueva organizacin y, de hecho, ni doa Dolores ni la seorita Carmen pertenecieron nunca formalmente a la fundacin de Escriv. Todo cambi, sin embargo, un da de 1930, significativamente el 14 de febrero, la fiesta de san Valentn. Escriv de Balaguer estaba diciendo misa en el oratorio privado de la marquesa de Onteiro, la noble mujer de ochenta aos cuya hija haba fundado las Damas Apostlicas. Despus de la comunin, "Dios le hizo ver" que deba haber una seccin de mujeres en el Opus Dei. Si las mujeres han alcanzado alguna vez el mismo estatus en el Opus que sus oponentes masculino, es muy dudoso, y es una cuestin que ser debatida ms adelante. Pero

dejando aparte a sus parientes femeninos, que le suministraron fondos, muebles y ayuda domstica para la residencia que comenz en Madrid, las mujeres siempre han prestado un servicio leal y resignado. En aquel momento, antes de la Guerra Civil espaola, qu era aquello a lo que estos cuantos hombres y mujeres pertenecan? No haba an estructura legal ni "personalidad jurdica". Hasta donde sabemos, no haba un modo de vida especfico, ni, con toda seguridad, en los primeros tiempos, de mximas espirituales como Camino para guiarles. Era, como se dice a menudo, algo fuera de lo corriente, una organizacin "seglar" distinta de una clerical. La Iglesia catlica distingue entre "laico" o "seglar" y "clerical". Se es una o la otra, y las nicas personas que estn comprendidas en la categora de clrigos son los sacerdotes u hombres que hayan progresado considerablemente en su preparacin para el sacerdocio. La mayora de las personas en rdenes religiosas en el mundo son monjas, mujeres. La mayora de la gente en rdenes religiosas es, por tanto, laica. Incluso muchas rdenes masculinas tienen un gran nmero de laicos entre sus miembros. Pero est perfectamente claro que esos hombres o mujeres que pertenecen a rdenes religiosas no son "laicos" en el sentido legal y tcnico de dicha palabra, porque han abrazado de una u otra forma, los tres votos tradicionales prometiendo con mayor o menor grado de solemnidad, observar pobreza, castidad y obediencia a sus superiores religiosos para el resto de sus vidas. Algunas consecuencias legales, dentro del texto de la ley cannica, provienen del grado de solemnidad con el que se hacen los votos, dependiendo las mayores diferencias de si los votos han sido hechos en pblico o en privado. Los miembros de las rdenes religiosas hacen votos pblicos, o solemnes; los miembros de las congregaciones religiosas no hacen votos solemnes. La distincin es tcnica y en su mayor parte poco significativa. Incluso dentro de la iglesia catlica pocos son conscientes de ello. Sugerir que el Opus Dei se vio incluido en cualquiera de las dos categoras, tanto en la de orden religiosa como en la de congregacin, es pecar gravemente contra su propia imagen. Existe la evidencia, sin embargo, dada por el mismo Opus en el caso de Isidoro Zorzano Ledesma, de que el Opus fue dirigido hacia un estatuto de congregacin (un estatuto bastante menos formal que el de una orden religiosa), al menos desde sus primeros aos. Desde luego, en la mitologa del Opus se quiere que haya algo fuera de lo corriente sobre Zorzano. Haba estudiado con Escriv en Logroo, y luego se traslad a la otra punta del pas para convertirse en ingeniero de ferrocarriles en Mlaga. Sin embargo, l y Escriv se encontraron por casualidad en una calle de Madrid por la que, Vzquez tiene buen cuidado en apuntarlo, Escriv no acostumbraba a pasar. Incluso la fecha de este encuentro ha sido cuidadosamente anotada, por tan trascendental se la tuvo: el 24 de agosto de 1930. Es bastante extrao que Bernal y Vzquez relaten este acontecimiento en palabras muy similares, casi como si hubiese una "tradicin oral" con la que ambos estuviesen en deuda. El de Bernal es un texto bastante anterior, pero crticos textuales tendran pocas dificultades en demostrar que Vzquez no dependa de l. Zorzano era muy intimo de Escriv; eran, por supuesto, coetneos, y estaba muy comprometido en la primera empresa del Opus en Madrid, el establecimiento de la "Academia DYA". Muri en ju]io de 1943, antes de que el Opus fuese formalmente aprobado por la Santa Sede. Durante un tiempo, Zorzano fue activamente promovido como candidato a la canonizacin, aunque su causa ha sido silenciosamente abandonada para preparar el camino para la de Escriv; esto suceda mucho antes de la muerte de Escriv, y presumiblemente a peticin suya. En 1964 una biografa del "Ingeniero de Dios", como se titul otro relato de su vida, fue

preparada para la Sagrada Congregacin de Ritos de Roma, como entonces se conoca el organismo oficial de la curia papal responsable de la proclamacin de nuevos santos. Esta biografa romana afirma que Zorzano se entreg totalmente al ejercicio de los ideales evanglicos: pobreza, castidad y obediencia. Esos ideales, puestos en forma de votos, son, desde luego, la base vital en una orden o congregacin religiosa. Escriv de Balaguer probablemente no tena en aquel momento ninguna idea clara de qu forma iba a tomar su organizacin. Haba, como se ha visto, una serie de modelos que l conoca, pero parece claro que l asumi que su organizacin se basara en los tres votos tradicionales que, en la forma en que la mayora de gente utiliza el trmino, la hubieran apartado del reino de los institutos "laicos". Cualesquiera que fueran las esperanzas de Escriv para su institucin, apenas haba empezado a consolidar sus primeras empresas cuando la Guerra Civil espaola supuso un alto. Fuera de Madrid slo estaba Valencia, quiz formalmente no era una filial del Opus, sino la residencia de Pedro Casciaro, uno de los primeros seguidores de Escriv y un miembro devoto. Ciertamente Valencia fue la primera ciudad, fuera de Madrid, escogida por Escriv despus de la guerra para establecer una casa para su grupo. Luego vino Valladolid. El 19 de julio de 1936, el cuartel de la Montaa de Madrid fue atacado y tomado por las milicias republicanas. A la maana siguiente Escriv, que haba pasado la noche en una residencia del Opus Dei, tuvo que abandonar su sotana y ponerse un mono de trabajo para volver al piso de su madre, que ya no estaba en Martnez Campos, sino en una calle llamada Rey Francisco. Se escondi all; era peligroso aparecer como clrigo en la Espaa republicana donde, durante el transcurso de la guerra, se ha calculado que ms de cuatro mil sacerdotes pertenecientes a diversas dicesis y aproximadamente dos mil cuatrocientos pertenecientes a rdenes religiosas encontraron la muerte violentamente (Las cifras son dadas por Bernal, pg. 232. (En la edicin espaola, pg. 244.) Ver tambin Frances Lannon, "Privilege, Persecution and Propheey, pgs. 201-202. Las fuerzas de Franco, por su parte, ejecutaron a catorce sacerdotes vascos.). Escriv llevaba en el piso de su madre algo ms de quince das cuando oy el rumor de que el edificio iba a ser registrado. Huy a casa de un amigo. Segn Vzquez, en el mismo momento que bajaba la escalera de servicio, la milicia entraba en el edificio. Disimul la tonsura o coronilla, el circulo afeitado en la parte posterior de la cabeza que se exiga a los sacerdotes y que Escriv llevaba bastante ms grande de lo que era habitual. Para esconder ms su sacerdocio, llevaba un anillo de casado, se cort el cabello y se dej crecer el bigote. Durante el mes de septiembre se aloj en casa de una familia que gozaba de cierto grado de inmunidad porque era argentina. Pas algn tiempo en Madrid yendo de un lado para otro. Le ofrecieron un piso, vaco, ocupado slo por una criada que haban dejado all para cuidarlo. Pregunt su edad: tena veintitrs aos. Declin la oferta. Se refugi en un hospital psiquitrico simulando ser un enfermo mental. Desde marzo hasta agosto de 1937 se aloj sin peligro en la residen del cnsul de Honduras. Con el tiempo se le facilit documentacin que le acreditaba como empleado de la Legacin, para que pudiera moverse ms libremente. Incluso pudo alquilar un piso para el que, arriesgndose a ser arrestado, sali a comprar una estatua de la Virgen Mara. Adquiri una por la que, dice Vzquez, lleg a sentir un gran afecto porque le recordaba a su madre. Pero la situacin en la ciudad no mejoraba y l, como otros sacerdotes, estaba constantemente en peligro de ser arrestado. Decidi dejar a su familia en Madrid. En octubre de 1937 lleg a Valencia. Desde all viaj en un tren nocturno a Barcelona y, despus de un desesperante

retraso, se dirigi en autobs hacia la frontera del Norte. Cuando el autobs no pudo seguir, l y sus compaeros caminaron a pie, escondindose de las patrullas republicanas y de los guardias fronterizos. Una noche acamparon en un bosque llamado Rialp; el nombre fue posteriormente adoptado por una editorial del Opus Dei. Haban salido en autobs el 19 de noviembre. Cuando, de noche, el grupo finalmente alcanz el Principado de Andorra, era el 2 de diciembre. Sus problemas no se haban terminado del todo. Despus de unos cuantos das en Andorra, se dirigi a Francia en camin. Sin embargo, la carretera estaba cortada por las riadas invernales, y los ltimos kilmetros los tuvo que hacer a pie. Fue un viaje duro, incmodo y extremadamente peligroso. Para el remilgado Escriv de Balaguer represent sufrimientos quiz tan agudos como los que poda haber tenido que sufrir como sacerdote escondindose en la Espaa republicana. El viaje ha pasado a formar parte del folklre del Opus Dei. Escriv, por supuesto, haba huido de las milicias socias y comunistas del Gobierno republicano, no de Espaa. Una vez en Francia hizo los preparativos para volver al lado nacionalista. Visit el santuario de la Virgen de Lourdes y luego dirigi a travs de la frontera de Irn y la ciudad de Pamplona, al Cuartel General de Franco en Burgos. En 1939 estaba con la primera columna de tropas franquistas que encontraron en Madrid. Se encontr con que la propiedad que haba comprado para el Opus Dei estaba en ruinas. Aunque, como veremos, algunos de los que haban estado con l antes de la guerra Civil permanecan leales, tuvo que volver a empezar la tarea de construir el Opus. Esta vez el xito fue mayor que entre los aos 1928 y 1936. La rpida expansin del Opus despus de la guerra es fcil de explicar. En Burgos, al comienzo de 1938, haba compartido habitacin en el "Hotel Sabadell" con Pedro Casciaro, Jos Mara Albareda Herrera y Francisco Botella. Est claro que por aquel entonces Escriv de Balaguer haba resuelto que el establecimiento del Opus Dei sera la obra de su vida. Durante su estancia en Burgos visit a obispos dentro de la zona nacional, hablndoles de su organizacin. Se estaba dando a conocer y, algo ms importante, empezaba a ser influyente. Tres cosas fueron significativas en particular: primero, la ideologa del "nacionalcatolicismo"; segundo, las necesidades educativas del nuevo Gobierno, y tercero, la amistad entre el miembro del Opus Jos Mara Albareda Herrera y Jos Ibez Martn, el ministro de Educacin de Franco desde 1939 hasta 1951. Aunque el nacionalcatolicismo se asocia en particular a los aos de la posguerra, tena en su base una larga historia (Para el nacional-catolicismo, ver de Frances Lannon: "Modemn Spain: The Project of a National Catholicism, en Stewart Mews (ed.), "Religion and National identity", Studies in Church History, vol. 18. Publicado por la Ecclesiastical History Society por Brasil Blacwell, Oxford, 1982, pgs. 567-590, y el mismo autor de Privilege, Persecution and Prophecy: The Catholic Church in Spain, 1875-1975, Clarendon Press, 1987, especialmente las pgs. 220-221.). Su doctrina fundamental era la identificacin de ser espaol con ser catlico. El amor al pas deba estar asociado con un rechazo de toda heterodoxia, protestante o juda, liberal o socialista. La fe religiosa y la identidad poltica eran una: formaban un todo, de ah el nombre obvio para esta clase de postura poltico-religiosa, "integrismo" que, por supuesto, no se limitaba a Espaa, y cuyos defensores eran los "integristas". El Papa Po XII envi un telegrama a Franco felicitndole por su victoria "catlica". El nacionalcatolicismo era una doctrina intencionadamente conservadora y muy extendida entre los catlicos espaoles despus de los aos de Gobierno anticatlico. Escriv de Balaguer no fue la excepcin al entusiasmo general por esta ideologa catlica conservadora. Al contrario, est claro en Camino que la abraz sinceramente. La mxima 905

recomienda fervor patritico, y lo compara seguidamente con el fervor por Cristo. En efecto, la introduccin a la primera edicin aparece recomendando el libro como un medio de salvar el alma, no del cristiano piadoso, sino de Espaa: "Si estas mximas cambian tu propia vida, sers un perfecto imitador de Jesucristo, y un caballero sin mancha. Y con Cristos como t, Espaa volver a la antigua grandeza de sus santos, de sus sabios y de sus hroes." El victorioso general Franco haba dirigido su rebelin (l la llamaba "Cruzada", una palabra que Escriv utiliz en Camino contra el Gobierno republicano en un intento de volver a los valores cristianos, supuestamente adoptados por los protagonistas del nacionalcatolicjsmo. Tuvo que reconstruir la cultura tradicional del pueblo a travs de la reforma educativa. Los estudios religiosos se hicieron obligatorios, incluso para todos los estudiantes universitarios. Se hicieron colegios universitarios en los que la estricta disciplina iba a estar bajo el control de miembros de rdenes religiosas. Estableci el consejo Superior de Investigaciones Cientficas (CSIC) para mejorar los niveles de educacin de Espaa, no slo por medio de la provisin de residencias, tesoreras, bolsas de viaje, etc. Esta vez, sin embargo, no se permiti que la promocin de la investigacin cientfica se opusiera al ideal de "Hispanidad". El prembulo al decreto estableciendo el CSIC hablaba de restaurar "la clsica y cristiana unidad de las ciencias, destruida en el siglo xvIII". A cargo de todo el CSIC, otro ministro de Educacin de 1939 a 1951, estaba Jos Ibez Martn. Ibez Martn no era miembro del Opus, pero durante el transcurso de la Guerra Civil haba pasado algn tiempo como refugiado poltico en la Embajada de Chile en Madrid. All conoci a Jos Maria Albareda Herrera. Los dos se hicieron buenos amigos y Albareda, que era miembro del Opus, fue nombrado vicepresidente del CSIC y encargado de coordinar sus actividades. Efectivamente, lo dirigi hasta 1966 y utiliz Instituto de investigacin para promover a miembros del Opus, aunque es cierto que muy capaces. Raimundo Pniker, por ejemplo, se convirti en director de la publicacin ensea del CSIC, "Arbor". La Guerra Civil haba dejado un buen nmero de ctedras vacantes en las Universidades espaolas, que el Gobierno estaba deseoso de cubrir con candidatos ideolgicamente fiables. En Espaa los profesores son elegidos por medio de una especie de examen, llamado oposicin, ante un tribunal formado por varios miembros del personal universitario. Ibez Martn pudo controlar las oposiciones y cerciorarse de que nombraban candidatos cuya lealtad a la Iglesia y al Estado -en la prctica, las dos cosas eran ms o menos sinnimas- estuviese asegurada. No es sorprendente, por lo tanto, que escogiesen a miembros del Opus para las ctedras en nmero creciente. Eran hombres competentes y de confianza, y conocidos como tales por el ministro de Educacin. Hay que subrayar una vez ms que el nivel intelectual que el Opus Dei exige a sus miembros ms comprometidos es muy alto y ya de por s recomendaran candidatos del Opus para dichos puestos. En 1939, sin embargo, la constante infiltracin del Opus Dei en el sistema universitario espaol quedaba en el futuro. Una preocupacin ms inmediata de Escriv, despus de haber conseguido publicar con xito Camino, fue el establecer nuevos centros y reclutar ms miembros. En Madrid, la residencia originaria de la "D y A" en la calle Ferraz haba sido destruida. Encontraron entonces alojamiento en algunos pisos de la calle Jenner, dos en el cuarto piso y uno, para servicios comunes como el comedor, en el segundo. A finales de 1940, Escriv adquiri un pequeo hotel en calle Diego de Len, que, un ao ms tarde, abri como residencia para un