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664 Vv VAQUITA MARINA (Pho- coena sinus). Cetáceo odonto- ceto de la familia Phocoenidae. Habita en las zonas costeras en el golfo de California. Marso- pa endémica de México está en peligro de extinción. Se calcula que existen dos centenares de esta especie y que anualmente mueren decenas atrapadas en redes pesqueras. La vaquita ma- rina es una variedad de la mar- sopa, su cuerpo llega a los 150 centímetros y llega a pesar 50 ki- logramos. Sus aletas son propor- cionalmente más grandes que en otras marsopas. No salta como los delfines sino que emerge al- gunos segundos para tomar aire. Suele vivir a pocos kilómetros de la costa. Esta especie habita en el alto golfo de California, uno de los hábitat más diversos en flora y fauna marina, con un alto porcentaje de especies en- démicas. El mayor peligro de mortalidad de la vaquita marina se debe a que queda atrapada en las redes utilizadas por los pes- cadores ribereños. Actualmente se hacen esfuerzos para salvar de la extinción al pequeño ce- táceo mexicano, considerado por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza como una especie críticamen- te amenazada. Desde 1992 las leyes mexicanas prohibieron la pesca de estos mamíferos mari- nos, pero no ha evitado que las redes destinadas a la caza de otras especies pongan en riesgo a este cetáceo. En el sentido de apoyar su supervivencia como especie amenazada se estable- ció en 1997 el Comité Interna- cional para la Recuperación de la Vaquita, aparte de la creación de otras instancias gubernamen- tales para ese efecto. VÁZQUEZ, FRANCIS- CO. Jefe político del Distrito Norte (29 de septiembre de 1913-17 de agosto de 1914). El coronel Vázquez tuvo una corta y accidentada gestión bajo la cobertura del gobierno de Victoriano Huerta. Señala el historiador Marco Antonio Sa- maniego: “(Vázquez) llegó a Baja California como coronel del octavo batallón de infante- ría desde 1911. En poco tiempo siguió los pasos de sus ante- cesores: se enfrentó al ayun- tamiento de Ensenada por el control de los impuestos de las cantinas y los juegos de azar. Vázquez obtuvo los recursos para su administración en con- tra de la voluntad del ayunta- miento, incluso aprovechó la circunstancia para fortalecer su cuenta personal en un banco de San Diego, California. Durante esta gestión hubo intentos por parte de algunos militares de levantarse en armas en su con- tra pero los soldados fueron de- nunciados, por lo que no hubo ASGBC

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VvVAQUITA MARINA (Pho-coena sinus). Cetáceo odonto-ceto de la familia Phocoenidae. Habita en las zonas costeras en el golfo de California. Marso-pa endémica de México está en peligro de extinción. Se calcula que existen dos centenares de esta especie y que anualmente mueren decenas atrapadas en redes pesqueras. La vaquita ma-rina es una variedad de la mar-sopa, su cuerpo llega a los 150 centímetros y llega a pesar 50 ki-logramos. Sus aletas son propor-cionalmente más grandes que en otras marsopas. No salta como los delfines sino que emerge al-gunos segundos para tomar aire. Suele vivir a pocos kilómetros de la costa. Esta especie habita

en el alto golfo de California, uno de los hábitat más diversos en flora y fauna marina, con un alto porcentaje de especies en-démicas. El mayor peligro de mortalidad de la vaquita marina se debe a que queda atrapada en las redes utilizadas por los pes-cadores ribereños. Actualmente se hacen esfuerzos para salvar de la extinción al pequeño ce-táceo mexicano, considerado por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza como una especie críticamen-te amenazada. Desde 1992 las leyes mexicanas prohibieron la pesca de estos mamíferos mari-nos, pero no ha evitado que las redes destinadas a la caza de otras especies pongan en riesgo a este cetáceo. En el sentido de apoyar su supervivencia como especie amenazada se estable-ció en 1997 el Comité Interna-cional para la Recuperación de la Vaquita, aparte de la creación de otras instancias gubernamen-tales para ese efecto.

VÁZQUEZ, FRANCIS-CO. Jefe político del Distrito Norte (29 de septiembre de 1913-17 de agosto de 1914). El coronel Vázquez tuvo una corta y accidentada gestión bajo la cobertura del gobierno de Victoriano Huerta. Señala el historiador Marco Antonio Sa-maniego: “(Vázquez) llegó a Baja California como coronel del octavo batallón de infante-ría desde 1911. En poco tiempo siguió los pasos de sus ante-cesores: se enfrentó al ayun-tamiento de Ensenada por el control de los impuestos de las cantinas y los juegos de azar. Vázquez obtuvo los recursos para su administración en con-tra de la voluntad del ayunta-miento, incluso aprovechó la circunstancia para fortalecer su cuenta personal en un banco de San Diego, California. Durante esta gestión hubo intentos por parte de algunos militares de levantarse en armas en su con-tra pero los soldados fueron de-nunciados, por lo que no hubo

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éxito”. Se le acusó de malver-sación de fondos y huyó hacia Estados Unidos a la caída de Victoriano Huerta.

VEGA, CELSO. Jefe Po-lítico del Distrito Norte (15 de marzo 1903- 22 de agosto 1911). Uno de los gobernantes que tuvieron gran influencia en la vida de la comunidad baja-californiana de principios del siglo xx fue el coronel Celso Vega. Le correspondió gober-nar en los dos primeros lus-tros cuando Ensenada era la capital y único ayuntamiento del entonces Distrito Norte de Baja California, lo que dio a este puerto la categoría de la población más importante de la región. En esta época se publicaban en Ensenada los periódicos El fronterizo, el Pe-riódico oficial y El progresis-ta. Este último destacaba en lo particular por el contenido de

sus notas relacionadas con las diversas actividades sociales de los ensenadenses y de otros lugares del Distrito. Su director fue Carlos R. Ptacnik. La más temprana referencia que se lo-calizó de Celso Vega fue que en 1890 era mayor en la primera Zona Militar al cargo del gene-ral Marcos Carrillo, titular de la referida zona y que el jefe político del Distrito Norte, ge-neral Luis E. Torres deseaba llevarlo consigo para nombrar-lo segundo comandante militar de ese distrito, sin conseguirlo. El coronel de Infantería Celso Vega fue el último jefe político del Distrito Norte de Baja Cali-fornia del periodo porfirista ya que gobernó de 1903 a 1911. Su nombramiento data del 9 de febrero de 1903, firmado por Ramón Corral, secretario de Gobernación a nombre del pre-sidente Porfirio Díaz, pues en ese entonces los jefes políticos eran designados directamente por el presidente de la repú-blica. De igual forma Vega fue nombrado Jefe de Armas, ya que durante ese periodo todos los jefes políticos de la Baja California fueron militares y, por lo tanto, tuvo los dos nom-bramientos a la vez. El coronel Vega vino de Sonora, en donde se desempeñaba como coronel jefe del Estado Mayor de la Primera Zona Militar. Durante su gestión enfrenta la campa-ña magonista, que significó la toma de poblaciones bajacali-fornianas por contingentes de rebeldes, del 29 de enero al

22 de junio de 1911. De Cel-so Vega afirma el historiador Francisco Alberto Núñez Ta-pia: “en los diarios locales se presentó siempre con respeto y gran admiración de la pobla-ción en general la figura del coronel Vega. En algunas notas de la época se le enaltece por tener una conducta intachable, apego a la justicia y al orden y afán de progreso. Algunos ac-tos del coronel Vega en Baja California fueron la reparación de los caminos públicos, parti-cipación en las conmemoracio-nes cívicas y eventos sociales y haber conseguido la exención del servicio militar de los baja-californianos”.

VELÁZQUEZ, VIUDA DE ARELLANO, FELIPA. Dirigente agrarista. Nació en Sinaloa el primero de mayo de 1882. Doña Felipa era de origen campesino. En 1905 se casó con Canuto Arellano Tirado, con quien tuvo ocho hijos. Fun-dó una escuela rural en Bamoa, Sinaloa, y desempeñó el cargo de juez del registro civil “con gran acierto y plena responsa-bilidad”. Además, en 1924, a la muerte de su esposo, emigra hacia el valle de Mexicali con sus hijos, donde se hace cargo del sustento familiar. Un rasgo más de su carácter se hace pre-sente en estos años: su interés por la poesía y el teatro. Doña Felipa escribe poemas que son un antecedente de los himnos feministas que aparecerán cin-cuenta años más tarde. Residía

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en Estación Sesbania, en lo que después sería el ejido Cuerna-vaca, era entonces una profeso-ra de primaria a quien le habían quitado la plaza de maestra en Mazatlán por organizar gru-pos campesinos radicales. En Mexicali, Felipa era una ano-malía: en un medio dominado por los hombres, incluyendo los partidos de izquierda, era la única mujer que asistía a juntas políticas y se le escuchaba con atención por su amplia expe-riencia agrarista en su natal Si-naloa. En 1929 la crisis bursátil mundial también golpeó a la industria algodonera del valle de Mexicali, dejando a cientos de campesinos mexicanos que le arrendaban tierras a la Colo-rado River Land Company al borde de la quiebra, mientras el precio del algodón caía en picada. Al mismo tiempo, doña Felipa formó una organización campesina, Rojo y Negro, y en mayo de 1930 intentó con su gente tomar las tierras del valle de Mexicali que tenía en usu-fructo la Colorado River Land

Company. Inmediatamente in-tervinieron las autoridades es-tatales y Felipa fue arrestada con sus compañeros campesi-nos y enviada a las islas Ma-rías. En esta prisión estuvieron los líderes de la toma de tierras del valle de Mexicali siete me-ses presos, la mayor parte de los cuales Felipa los pasó en-ferma. Aunque quedó libre a principios de 1931, no se les permitió volver a Baja Califor-nia. Ella permaneció en Maza-tlán hasta que en 1940 regresó al valle de Mexicali, pero su salud, deteriorada por las malas condiciones en que vivió en las Islas Marías, no le permitió tra-bajar mucho tiempo. Primero una hemorragia cerebral y lue-go una neumonía obligaron a sus hijos a llevarla a Mazatlán a que se restableciera, lugar don-de murió el 15 de diciembre de 1949, a la edad de 67 años. Su hija Soledad consiguió que el 27 de enero de 1984, el día que se celebra el Asalto a las tierras como gesta campesina, el en-tonces gobernador del estado de Baja California, Xicotén-catl Leyva Mortera, ordenara a transportar los restos de doña Felipa Velázquez a un monu-mento en su honor, en el ejido Islas Agrarias.

VENADO BURA O VE-NADO DE COLA PRIETA (Odocoileus hemionus). De la familia Cervidae, orden Artio-dactyla. En México existen dos grandes grupos de venados del género Odocoileus (venados de

tamaño mediano); de éstos, el cola blanca (Odocoileus virgi-nianus) tiene presencia en casi todo el país, con excepción de la península de Baja California; el segundo grupo es el venado bura (Odocoileus hemionus), que se encuentra en Baja Ca-lifornia, Sonora, Chihuahua, Coahuila y norte de Durango y Zacatecas. Entre éstos, se pue-de mencionar a Odocoileus h. eremicus, localizado en la ver-tiente este de la sierra de Juárez, el Odocoileus h. peninsulae en la mitad sur de la península de Baja California, y Odocoileus h. cerrosensis que habita en la isla de Cedros y está clasifica-da como una especie endémica, solo localizable en esta isla y amenazada. Esta especie ha lo-grado sobrevivir gracias a sus adaptaciones a las condiciones donde habita y para el escape de los depredadores. Algunas de sus estrategias evolucionaron para sobrevivir en un ambien-te con poca agua. Por ejemplo, en verano tienden a reducir sus actividades durante el día e in-crementarlas durante la noche, las hembras gestantes o que están amamantando a sus crías permanecen más cerca de los sitios con agua, y durante los meses de calor se alimentan de especies de plantas con mayor contenido de agua. Otra forma de adaptación es su capacidad de consumir un alto número de plantas diferentes, ya que con-sume las que están disponibles en las distintas épocas del año, de tal forma que es “ramonea-

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dor” principalmente en la épo-ca seca y consume hierbas más suculentas en la época de lluvia. Muy importante para lograr evadir a sus depredadores ha sido la manera como se ha se-leccionado el desarrollo de al-gunos de sus sentidos, entre los que sobresale el del oído. Los venados pueden mover inde-pendientemente cada oreja, de tal modo que pueden orientar una hacia enfrente y mantener la otra escuchando hacia atrás. Este movimiento independien-te les permite localizar la direc-ción del ruido y, por lo tanto, el de los depredadores. Otro sentido igual de importante es el del olfato, que es más sensi-ble que el del humano y posi-blemente es su mayor defensa, además les permite encontrar agua y alimentos. Al aproxi-marse a sitios de su interés lo hacen con el viento de frente, para olfatear cualquier peligro. En cuanto al sentido de la vis-ta, tienen una buena vista noc-turna y son muy sensibles para

detectar los movimientos. La sierra de Juárez cuenta con un área natural protegida muy pe-queña (Parque Nacional Cons-titución de 1857 con 5 009 ha) para las necesidades territoria-les de esta especie, por lo que se debe fortalecer el trabajo de las umas con vigilancia. Es im-portante evitar el sobrepastoreo de ganado, ya que esta práctica ocasiona pérdida de cobertura vegetal y erosión y afecta a al-gunas especies de fauna por la pérdida de cobertura y de ali-mento (Fuente: Alberto Tapia Landeros).

VENEGAS, JULIETA. Cantante pop, originaria de Long Beach, California. Resi-dente de Tijuana desde su in-fancia. Estudió música en la Casa de Cultura de Tijuana. Le tocó participar en grupos como Chantaje y Tijuana No al inicio de su carrera. Julieta Venegas es una de las figuras del mo-mento en el género del rock mexicano. Desde los siete años

de edad, estudió canto y música bajo la dirección de la profeso-ra Margarita Estrada. Esta pre-paración, que duró ocho años, fue completada con estudios de violoncello en la Casa de la Cultura de Tijuana, y de voca-lización en el South Western College de San Diego, CA. Su primera incursión en el mundo del rock ocurrió cuando formó parte del grupo Tijuana No. Se trasladó a la ciudad de México para convertirse en una can-tante profesional de rock. En 1995 Julieta formó una banda llamada Lula; posteriormente participó en el grupo La Mila-grosa. Se traslada a Los Ánge-les, firma con BMG y Gustavo Santaolalla le produce el pri-mer disco: Aquí, que se escu-chó en 1998. Bueninvento es el título de su segundo álbum, el año 2000. Posteriormente, en 2003 vendría su tercer disco: Sí, el cual se mantuvo durante mucho tiempo en las listas de

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popularidad. En 2006 continúa su gran éxito con Limón y sal para posteriormente realizar dos álbumes con sus mejores temas Realmente lo mejor y Cosas raras. El año 2008 fue de consolidación con Unplu-gged. Venegas ha sido mere-cedora de diversos premios entre los que destacan el Latin Grammy Awards en 2004, el MTV como la mejor intérprete femenina latina por su canción “Cómo sé”. Asimismo, ganó el Latin Grammy Awards 2007 y MTV Video Music Awards La-tin America.

VENEGAS, MIGUEL. Sa-cerdote jesuita, historiador. Nació en Puebla de los Ánge-les en 1680. Ingresó a la Com-pañía de Jesús en 1700. Tuvo afición por los estudios farma-céuticos sin dejar obra escrita sobre el tema. Escribió obras con temática religiosa, entre éstas, destacan Manual de pá-rrocos. Además, Noticias de la California y de su conquis-ta temporal y espiritual hasta el tiempo presente (Madrid, 1757) y las biografías de los notables jesuitas Juan María de Salvatierra y Juan Bautis-ta Zappa. Fue uno de los his-toriadores pioneros de Baja California, con Noticia de la California, donde incluye un registro etnográfico, la flora, la fauna y las diversas etnias que poblaban la península. Su tra-bajo fue revisado y actualizado por el jesuita Andrés Marcos Burriel. Ofrece una temprana

relación sobre la vida de los in-dígenas de la región: sus ritos, su vestimenta, su cosmogonía, su vínculo con la naturaleza. De la misma manera, ofrece una descripción de la evan-gelización jesuítica, de sus personajes y sus empresas es-pirituales. Murió en la hacien-da de Chicomocelo en 1764.

VIAJEROS Y EXPLO-RADORES. Con la caída de Tenochtitlan, capital y centro religioso del imperio mexica, la gran riqueza hallada en ella trajo como consecuencia que los españoles quisieran encon-trar el sitio de donde procedían tesoros tan abundantes. Por ello, a partir de 1521, Cortés ordenó a sus capitanes nuevas exploraciones que llevaron al descubrimiento de las costas occidentales de México. Con esto se abría la posibilidad de acrecentar el imperio español con la conquista y poblamien-to de “cualesquier isla, tierra y provincias que hay en el mar del sur de la Nueva España”, como la reina Juana le expusie-ra a Cortés, ya entonces capitán general de Nueva España y de la mar del sur, en una capitu-lación mandada en 1529. Pero esto lo recibió Cortés en la pro-pia España, a donde había sido llamado para tratar diversos aspectos de su administración ante el rey.

A su regreso a México, ya contentada la corte española y el propio rey, Cortés se de-dicó a la exploración del océa-

no Pacífico. Mandó hacer dos barcos en Acapulco, que enco-mendados a Diego de Hurtado, primo del propio Cortés, zar-paron en mayo de 1532. Del navío de Hurtado nunca más se tuvo noticias y el otro acabó en Jalisco, debido a un motín a bordo, Cortés no se arredó y mandó construir otros dos bar-cos. Como dos siglos después lo describiera Francisco An-tonio de Lorenzana y Buitrón, obispo de México de 1766 a 1772, en su Viage de Hernán Cortés a la Península de Ca-lifornia y noticias de todas las expediciones, que á ella se han hecho hasta el presente año de 1769, Cortés nombró como ca-pitanes: “De el uno a Hernan-do Grijalva, y del otro a Diego Becerra de Mendoza, Pariente de Cortés, y por piloto a Ortún Jiménez. Se hicieron a la vela en 1534, separándose la prime-ra noche, sin volverse jamás a ver: Grijalva, después de haber navegado 300 leguas, halló una Isla desierta, que llamó de Santo Tomé y se creyó estar de la punta de California, y luego se volvió a Nueva España”.

Los navegantes que explo-raron la península durante los siglos xvi y xvii fueron la punta de lanza de la expansión espa-ñola en el océano Pacífico. Su objetivo era, principalmente en las expediciones de Juan Ro-dríguez Cabrillo (1542) y Se-bastián Vizcaíno (1600), tomar conocimiento de las posibles ri-quezas de la costa californiana, sobre todo de los placeres de

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perlas. Además, debían buscar fondeaderos propicios y playas seguras para el establecimiento de futuros puertos; los princi-pales datos científicos que ob-tuvieron abarcaban la dirección de los vientos y las corrientes marinas, así como el resultado de los diferentes sondeos que hicieron cuando les fue preciso sortear escollos o arrecifes.

En los mapas de aquellos tiempos, Baja California apa-recía cada vez con mayores detalles geográficos: los de ba-hías, ensenadas, cabos e islas. Los que antes eran territorios desconocidos se poblaban de números y nombres: latitudes, longitudes y el nombre de un santo o el de una virgen. Don-de antes señalábase como tie-rra ignota, surgieron el Cabo de San Lucas, la punta de San Lázaro o la bahía Magdalena. El conocimiento geográfico iba sustituyendo paulatinamente a la leyenda y esta región se vol-vía menos vaga e imprecisa en la visión de los novohispanos y españoles, que buscaban en es-tas tierras nuevos tesoros para su saqueo o explotación.

Por eso Sebastián Vizcaíno, Nicolás de Cardona o Fran-cisco de Lucenilla, buscaron tanto un paso entre el Golfo de California y el océano Pací-fico, como los sitios más ade-cuados para la explotación de las perlas marinas. Lo primero que descubrieron estos explo-radores fue que el océano Pací-fico no tiene nada de pacífico. Numerosas naves salieron de

Mazatlán o Acapulco rumbo a Baja California y nunca se supo más de ellas. El mar se las tragaba sin revelar el miste-rio de su desaparición. Así, ga-leones, corbetas, veleros, naos, balleneros y barcos de todo ca-lado recibieron sepultura entre las aguas agitadas del Pacífico mexicano.

El tráfico marítimo prime-ro decreció cuando el imperio español entró en franca deca-dencia a partir del siglo xviii. Sumado a las luchas de inde-pendencia y a las posteriores guerras civiles e invasiones militares que nuestro país su-frió de 1810 a 1867, los barcos españoles y mexicanos fueron disminuyendo su presencia en las costas de Baja California. Al mismo tiempo, por los im-perativos de la fiebre de oro que tuvo su boom entre 1849 y 1860, miles de buscadores de rápidas fortunas se embarcaron en cuanta embarcación tuvie-

ron a su alcance para alcanzar la costa dorada de California. Pronto, también, las poblacio-nes costeras de nuestra penínsu-la fueron testigos de naufragios y tragedias que sólo dejaron, como testimonios, cuerpos sin vida en nuestras playas y restos de las naves hundidas. Pero la avidez por localizar vetas de oro a flor de tierra fue un acica-te para venir a Baja California, para explorarla en aras de la ri-queza mineral, del comercio en todas sus formas.

De todas maneras, el mar funcionó hasta el siglo xx como una vía de transporte y comunicación mejor que la vía terrestre, que inaugurara Mel-chor Díaz al llegar a Baja Cali-fornia por tierra, desde Sonora, en 1540. Pasarían muchos años para que otros lo intentaran, como el sacerdote jesuita Eu-sebio Kino lo hizo a finales del siglo xvii y principios del siglo xviii. El desierto (incluyendo

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sus indios belicosos) al norte de Sonora fue siempre un obs-táculo y lo mismo pasó con el desierto central de la península de Baja California. Por eso los jesuitas sólo fundaron misio-nes en la parte norte (nuestro actual estado 29) a mediados del siglo xviii y pocos fueron los que se aventuraron a cruzar por tierra los más de mil kiló-metros de su extensión. Excep-ciones las hay, como el viaje por tierra del franciscano Juní-pero Serra en la segunda mitad del siglo xviii. Pero el gran ex-plorador de nuestros desiertos es el capitán Juan Bautista de Anza, que llevó a cabo viajes entre Sonora y la Alta Califor-nia, pasando por nuestra enti-dad entre 1774 y 1776.

Pronto, para el siglo xix nuevas clases de viajeros lle-gan a Baja California: los gambusinos, los científicos naturalistas, los agrimensores, los ingenieros. Recuérdese que el descubrimiento de América y su secuela de rápidas explo-raciones y conquistas por las coronas españolas y portugue-sa, tuvo amplias repercusiones en la vida intelectual europea: ya no era posible considerar al mundo con las ideas y visio-nes medievales. Era necesario que los sabios replantearan sus conocimientos en relación con los aspectos físicos, biológi-cos y geográficos del mismo. Inundados de nuevas plantas, de animales hasta entonces desconocidos, de islas y ma-res y continentes nunca antes

mencionados por sus maestros griegos y latinos, los cientí-ficos europeos tuvieron que considerar la multitud de cues-tionamientos e interrogantes que cada nuevo hallazgo les proporcionaba.

Las indias nuevas, su sola aparición, eran un ensancha-miento de las fronteras del pensamiento europeo. Pero estas noticias también crearon un deseo de rapiña, un anhelo por explotar estas riquezas na-turales en beneficio de países y empresas privadas. Españo-les, ingleses, franceses y rusos, unos antes que otros, pero to-dos comenzaron a comerciar con las riquezas de Baja Cali-fornia a partir del siglo xvi. Ya fuera la extracción de perlas y corales, la obtención de pie-les de animales (especialmen-te osos y castores), de aceites de animales marinos y de ya-cimientos minerales, la meta

final de estas empresas era la ganancia pura, el enriqueci-miento voraz.

Sólo con la llegada de la in-dustrialización y la sociedad de consumo masivo en el siglo xix, esta explotación pasó a otro nivel. Su heraldo en la pe-nínsula de Baja California fue un marinero estadunidense que acabó dando nombre, al me-nos en los mapas americanos, a una parte de Baja California: Charles M. Scammon. Y es que la cacería de ballenas que dio comienzo en 1835 tuvo su apogeo desde 1845 hasta me-diados de los años sesenta de ese siglo.

El siglo xix vio a una Baja California abandonada por los sucesivos gobiernos mexica-nos. Las tierras fronterizas de-bían cuidarse solas mientras federalistas y centralistas, libe-rales y conservadores, republi-canos y monárquicos peleaban

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por el poder en el centro del país. Cada vez que los baja-californianos pedían apoyo a la capital, la respuesta llegaba con años de atraso y eso si lle-gaba. Había, pues, que rascarse con las propias uñas y afrontar sin más recursos que los pro-pios las dificultades de vivir tan cerca de Estados Unidos y tan lejos del interés de los gobier-nos mexicanos en turno. Estas condiciones adversas hicieron de nuestra entidad una especie de viejo oeste a la mexicana, es decir, una tierra sin más ley que la del más fuerte, un te-rritorio de rancheros armados hasta los dientes y de gatilleros que disparaban a la menor pro-vocación. Era un mundo cuya norma de vida era la existencia precaria y la violencia como forma de vida. La ley del revól-ver en una entidad sin autorida-des suficientes para controlar toda clase de desmanes.

A la vez, la fiebre del oro en California atrajo a toda cla-se de personas, especialmente aventureros y criminales que buscaban rehacer sus vidas en estos lares. Americanos, ingleses, chinos, franceses, sudamericanos, polacos, ale-manes, irlandeses, italianos, españoles y mexicanos traba-jaban de sol a sol y se embo-rrachaban de luna a luna. Las peleas, las violaciones, los duelos, las emboscadas, los asesinatos a mansalva estaban a la orden del día. No era un lugar tranquilo para vivir. Pero era un mundo lleno de posibili-

dades para enriquecerse rápido y morir pronto. Un testigo de esta época fue el abate francés, Henry J. Alric, quien escribió sus aventuras por la Baja Ca-lifornia de 1850 a 1860 en su libro Apuntes de un viaje por los dos océanos, el interior de América y de una guerra civil en el norte de Baja Califor-nia. Alric fue un observador de la vida fronteriza y de sus trampas mortales en una época sin ley ni orden. Pero muchos otros exploradores vinieron a conocer las riquezas naturales de nuestra entidad y buscaron preservarlas para la humanidad en su conjunto, desde Charles Orcutt hasta Jacques Costeau. Al mismo tiempo, a partir de fines del siglo xix, llegan los periodistas y escritores, desde Arthur North, primer cronis-ta de Mexicali en 1905, hasta los poetas y narradores beat de mediados del siglo xx, como Allen Ginsberg, Jack Kerouac y Lawrence Ferlinghetti, pa-sando por periodistas de la talla

de José Revueltas, Fernando Jordán o Tom Miller, o viajeros internacionales como Pino Ca-cucci y Will Vollmann, que no sólo han descrito la naturaleza de nuestra península sino sus urbes en constante desarrollo, nuestras vidas fronterizas.

Todos ellos, de una u otra manera, han cantado y con-tado sus aventuras en nuestra entidad, han hecho el recuen-to de nuestros mitos y leyen-das. Pero no olvidemos que, a mediados del siglo xx, Baja California era una zona de frenéticas contradicciones, de choques permanentes entre lo rural y lo urbano, lo ancestral y lo moderno, lo propio y lo ajeno. Para los escritores beat estadunidenses, que a partir de 1954 comenzaron a visitar Mexicali y a conocer nuestra entidad, Baja California era una dimensión desconocida que los atraía por su jolgorio y brutalidad. Ciudades creadas al vapor del turismo multitudi-nario y el comercio con Cali-

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fornia, urbes levantadas de la nada y que en pocos años pasa-ron de campamentos agrícolas a metrópolis modernas, eran vistas como milagros en me-dio de la desolación reinante, hitos de un México nuevo. O como lo dijera Fernando Jor-dán: aquí, en esta lejana región del país nacía el otro México: no el del indio dormido bajo un nopal sino el del mexicano em-prendedor, siempre al día, que no cree en aristocracias euro-peas sino en el trabajo duro y constante, en el hacer las cosas por sí mismo.

Por eso, desde sus posturas zen y contraculturales; es decir, críticas de la civilización occi-dental, los poetas y narradores beat describieron a Baja Cali-fornia y a los bajacalifornia-nos en sus poemas y crónicas de viaje. Para Allen Ginsberg, Mexicali era una aldea de ca-sas pobres a la orilla del pre-cipicio, un basurero de láminas resplandecientes, un hotel de paso entre el pasado y el futu-ro. Para Jack Kerouac era una ruidosa pista de baile que no cerraba nunca, un puesto de comida donde todos los sabo-res del mundo se daban cita, el vientre de una diosa de exube-rante fertilidad. Para Lawrence Ferlinghetti éramos los dientes frontales de América Latina, un temperamento silencioso a punto de estallar, el polvo apo-calíptico del desierto.

Los tres, Ginsberg, Kerouac y Ferlinghetti, vieron a Mexi-cali en particular y a Baja Ca-

lifornia en general como un mundo violento y vulnerable, donde nadie estaba a salvo de los fenómenos de la naturale-za, de los percances de la civi-lización. Un caldo de cultivo donde se cocinaba, con ele-mentos dispares y antagónicos, el futuro de la humanidad. Los tres, a su manera, tenían razón. Y lo mismo vio alguien como José Revueltas: una sociedad orgullosa de ganarse el sus-tento con el sudor de su frente, una comunidad que disfrutaba una ruda bonanza en agricul-tura y comercio. Un mundo hecho a sí mismo en la fron-tera norte de México. O como Tom Miller lo percibió hacia fines del siglo xx: una socie-dad que aprovecha sus venta-jas de frontera para prosperar, para enriquecerse, para lidiar con maquiladoras extranjeras y tecnología de punta, con la violencia criminal y las opor-tunidades de todo tipo.

Y es que, visto en términos

históricos, los viajeros y explo-radores que han visitado nues-tra entidad le han dado una imagen peculiar de nosotros mismos al mundo entero: la de una región del mundo má-gica, encantada, intacta en su milenaria belleza, plena de es-pejismos; una zona misteriosa donde todo puede suceder; un viejo oeste que sigue vivo con su fauna y su flora; un paisaje todavía intocado por la civili-zación. O han dicho que aquí vivimos en un laboratorio de la posmodernidad, una espe-cie de mezcladora de tiempos y espacios, de artes y culturas, cuyo resultado es una novedo-sa manera de vivir el mundo, de experimentar las múltiples realidades de la vida urbana del siglo xxi. Una frontera que aún tiene muchas cosas por explorar, muchos enigmas por descifrar. Un orbe complejo y contradictorio que sigue fas-cinando a nativos y forasteros por igual (GTM).

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Angelou, Maya. Nació en Saint Louis, Estados Unidos, en 1928. Laureada poeta con reco-nocimiento internacional. En su adolescencia tuvo que vivir exi-liada en Baja California junto a su padre. En su libro de memorias Sé por qué el pájaro enjaulado can-ta (1970) cuenta la experiencia de ser una joven afroamericana en nuestra entidad en los años cua-renta del siglo xx y su contacto con la cultura, tradiciones y cos-tumbres mexicanas de esa época.

Bradbury, Ray. Nació en Waukegan, Estados Unidos, en 1920. Escritor de ciencia ficción mundialmente conocido. En los años cuarenta del siglo xx, Brad-bury fue un visitante constante de la ciudad de Mexicali. De sus viajes nacen varios cuentos fron-terizos, el principal de ellos es “El milagro de Mexicali”, publicado en su libro Manejando a ciegas (1997) y en donde declara que: “Pequeño y solitario era Mexica-li, semejante a un perro tendido en el polvo”.

Cacucci, Pino. Nació en Ales-sandria, Italia, en 1955. Desde hace 1986 es un viajero asiduo a nuestro país y a la península de Baja California, de los que ha escrito extensamente. Entre sus obras de viaje se encuentran La polvareda de México (1992) y

Las ballenas lo saben. Viajes por la California mexicana (2009), en donde Cacucci une historia y ex-periencias personales.

Carroll, Graham. Nació a fi-nes del siglo xix en Los Ángeles, California. Periodista y viajero. En 1934 publica su novela Bor-dertown, que recopila sus expe-riencias en Mexicali en la época de la prohibición. Su novela fue llevada al cine un año después por Archie Mayo con el mismo título: Bordertown, y con las actuacio-nes de Bettie Davis y Paul Muni.

Costeau, Jacques. Buzo fran-cés y oceanólogo de fama mun-dial. Nació en Saint-André en 1910, muere en París en 1997. Entre 1968 y 1969, Costeau y su equipo de filmaciones realiza via-jes por Baja California y explora sus islas y mares, en especial gra-ban a los elefantes marinos de la isla de Guadalupe y a las ballenas grises de la laguna Ojo de Liebre, donde filma el apareamiento de esta especie por vez primera en la historia. Es el primer ambientalis-ta en manifestar la enorme biodi-versidad del mar de Cortés, al que él llamó “el acuario del mundo”. Todos estos hallazgos marinos los comenta en su libro Los secretos del mar (1985).

Crosby, Harry. Nació en Seattle, Estados Unidos, en 1926.

Fotógrafo profesional residente del puerto de San Diego. A prin-cipios de los años sesenta del siglo xx comenzó a viajar por Baja California. Entre sus libros de viajes nacidos de tales expe-riencias están El camino real de Baja California (1974), Las cue-vas pintadas de Baja California (1975) y Tijuana 1964 (2000).

Desmarais, Ovid. Nació en Biddeford, Estados Unidos, en 1919. Muere en 1998. Periodis-ta. Corresponsal de la agencia United Press. En los años sesen-ta del siglo xx recorre la frontera entre México y Estados Unidos para hacer un reportaje de la vida criminal de esta zona del mundo. El resultado fue Poso del mundo (1970), un libro que mantuvo la leyenda negra fronteriza.

Escandón, María Amparo. Nació en 1957 en la ciudad de México. Actualmente reside en California. Logra fama con sus novelas Santitos (1998), que re-lata experiencias migrantes en Ti-juana y con Transportes González e Hija, S.A. (2005), que trata so-bre la vida de las mujeres presas en la cárcel de Mexicali.

Ferlinghetti, Lawrence. Na-ció en Yonkers, Estados Uni-dos, en 1919. Poeta y ensayista, miembro de la generación beat, cuyo centro es su librería en San

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Francisco, California. En los años sesenta viaja por Baja California, especialmente en Ensenada, Ti-juana, San Quintín y Mexicali. Su experiencia viajera por nuestra entidad se localiza en su libro La noche mexicana (1970).

Flores, Nabor. Nació en La Colorada, Sonora, en 1891, y muere en Benjamín Hill, Sono-ra, en 1961. Fue llamado el “guía del desierto” por todos los que recorrieron el desierto Sonora-Baja California de 1930 a 1960. Vivió en Mexicali y en el puerto de San Felipe gran parte de su vida. Como experto conocedor del desierto, rescató a centenares de personas de morir de deshidra-tación. Para la construcción del ferrocarril Sonora-Baja Califor-nia, Nabor Flores fue el guía que ayudó a los primeros ingenieros a trazar los mapas primeros de esta vía de comunicación.

Garcés, Francisco. Nació en la Villa de Morata del Conde, Es-paña, en 1738. Enviado a la Pime-ría Alta (la actual parte norte de Sonora y parte sur de Arizona) en 1768. Acompaña al capitán Juan Bautista de Anza en su viaje de ida y vuelta desde Sonora a la Alta California, pasando por la Baja California, en lo que hoy es el po-blado de Los Algodones y la ciu-dad de Mexicali. En 1780 intenta

establecer misiones permanentes entre los yumas, pero la rebelión de los yumas en 1981 acaba con tal intento y lleva a la muerte de Garcés a manos de los subleva-dos. Su diario aparece hasta fina-les del siglo xx publicado bajo el título de Diario de exploraciones en Arizona y California en los años de 1775 y 1776.

Garibay, Ricardo. Nació en Tulancingo, Hidalgo, en 1923 y muere en 1999. En los años seten-ta, como periodista de Excelsior y más tarde del semanario Proceso, Garibay hace amplios reportajes sobre las ciudades representativas del México moderno, industrial: Monterrey, Coatzacoalcos y Ti-juana, textos que después agru-pa en su libro De lujo y hambre (1981), porque muestra, de una manera descarnada, las diferen-cias sociales del México de esa época.

Ginsberg, Allen. Nacido en Paterson, Estados Unidos, en 1926 y muere en 1997. Poeta y miembro de la generación beat, que se rebela a mediados del siglo xx contra el conformismo de la sociedad occidental con versos vi-sionarios y gritos de protesta. En 1954 visita Mexicali y de su expe-riencia fronteriza nace un poema que publica en su poemario Sánd-wiches de realidad (1963).

Kerouac, Jack. Nació en Lowell, Estados Unidos, en 1922 y muere en 1969. Narrador que es el emblema de la generación beat con sus novelas-crónicas de viajes por Estados Unidos y México. Su travesía por Baja California, espe-cialmente por Mexicali y su barrio La Chinesca, se hallan en sus li-bros En el camino (1957) y en Los vagabundos del Dharma (1958), ambos considerados clásicos de la literatura contemporánea.

Jones, Robert L. Nació en Galveston, Estados Unidos, en 1945. Muere en San Diego, Cali-fornia, en 1996. Poeta que visita Baja California con frecuencia y se incorpora a la vida literaria y cultural de Tijuana. En su libro La cebolla salvaje (1985) incluye su poema “Una rosa indocumenta-da”, que es un homenaje a la vida fronteriza. Su apoyo para el pro-yecto editorial binacional la re-vista El último vuelo (1979-1984) ayudó a crear puentes culturales entre California y Baja California.

Miller, Max. Nació en Tra-verse, Estados Unidos, en 1899 y muere en 1967. Periodista y au-tor de novelas policiacas. Vivió en San Diego y durante los años cuarenta del siglo xx viajó por Baja California como periodista. De sus viajes publica El viaje de la vaca (1951), una obra que re-

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trata a nuestra entidad durante la Segunda Guerra Mundial.

Miller, Tom. Nació en Wash-ington, DC, en 1947. Escritor de libros de viajes. En los años se-tenta del siglo xx recorre toda la frontera México-Estados Unidos y publica más tarde su libro re-portaje: En la frontera (1981). En 2003 vuelve a recorrer Baja Cali-fornia en su antología Escribien-do en la orilla. Actualmente vive en Tucson, Arizona.

North, Arthur Walbridge. Nació en Marysville, California, en 1874 y muere en Nueva York en 1943. Abogado y explorador. Es el primer turista estadouniden-se que se aventura a recorrer toda la península de Baja California por el simple hecho de conocerla. Comienza en 1905 en Mexicali, entonces un poblado oficialmen-te fundado tres años antes. Su primera publicación al respecto es “Francisca de Mexicali” en la revista Sunset Magazine en 1905. Posteriormente publica La ma-dre de California (1907) y Cam-po y camino en Baja California (1910), dos clásicos de la litera-tura de viajes por Baja California. La madre de California fue tra-ducido y publicado en Mexicali en 1934 y fue la base de muchos libros de historia y de reportajes que lo siguieron, entre ellos los de Fernando Jordán y Pablo L. Mar-tínez.

Orcutt, Charles R. Nació en 1864 en Estados Unidos y mue-re en 1929. Orcutt es el principal recolector de especies de flora y fauna en la península de Baja Ca-lifornia durante el siglo xix. Gra-cias a sus exploraciones muchas plantas y animales que hoy están extintos se conocen y estudian en todo el mundo.

Polkinhorn, Harry. Nació en Calexico, California, en 1945. Poeta y narrador experimental. Como escritor fronterizo del otro lado, Polkinhorn conoce Baja California como la palma de su mano. En 1988, junto con los escritores bajacalifornianos José Manuel di Bella, Sergio Gómez Montero y Gabriel Trujillo Mu-ñoz, crea la editorial Binacional o Binational Press (1988-1996), que sirve de punto de encuentro de artistas de ambos lados de la línea internacional. Sus experien-cias en Mexicali lo llevan a escri-bir su novela bilingüe: Lorenia la Rosa (1989).

Poniatowska, Elena. Nació en 1932 en París, Francia. Escritora mexicana y activista política, que desde los años setenta visita Baja California y escribe sobre nuestra entidad siempre con mirada críti-ca. Debido a los abusos sufridos a manos de las autoridades por la niña Paulina, a la que le negó el derecho de abortar después de ser violada, Poniatowska viaja

a Mexicali y aquí escribe buena parte de su libro reportaje: Las mil y una (la herida de Paulina) (2000).

Revueltas, José. Nació en Durango en 1914 y muere en la ciudad de México en 1976. Es-critor y periodista revolucionario. En 1943 es enviado por la revista Así a realizar un extenso repor-taje sobre la vida en la frontera norte, que póstumamente se pu-blican bajo el título de “Viaje al noroeste” en 1983 en sus obras completas. Antes que Fernando Jordán, José Revueltas interpre-ta la vida bajacaliforniana, sus contradicciones y fortalezas, con gran sentido crítico. Al contrario de Jordán no mitifica a los bajaca-lifornianos sino que ve sus luces y sus sombras en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, dándo-nos un cuadro realista de la vida en la frontera.

Steinbeck, John. Nació en Sa-linas, California, Estados Unidos, en 1902 y muere en 1968. Nove-lista ganador del premio Nobel de Literatura en 1962. En 1940 lleva a cabo, junto con el biólogo ma-rino Edward Ricketts, una trave-sía costera por toda la península de Baja California, este viaje y su contacto con los bajacalifornianos lo lleva a escribir la novela corta La perla (1947) y el libro de viaje Por el Mar de Cortés (1951).

Taibo II, Paco Ignacio. Nació en Gijón, España, en 1949. Escri-tor mexicano de novela histórica y policiaca. En los años ochenta comienza a viajar y visitar Baja California. De su experiencia en Mexicali y Ensenada nace su no-vela Sueños de frontera (1990) y sus reportajes para el periódico La jornada (1999-2000) sobre la intolerancia social a ser diferen-

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tes en la sociedad y el gobierno de Baja California.

Tibón, Gutierre. Nació en Mi-lán, Italia, en 1905 y muere en la ciudad de México en 1999. Tibón llega a México en 1940 y se ena-mora de la cultura mexicana, a la que le dedica decenas de libros y artículos. Entre 1969 y 1970 visita Baja California, quedando prendado de la región volcánica de cerro Prieto, a la que llama un paisaje venusino, extraterrestre. Sus textos al respecto los publica en su libro Aventuras en México (1983).

Vollmann, William Tanner. Nació en Los Ángeles, en 1959. Durante más de 10 años visita la zona fronteriza entre el valle de Mexicali en Baja California y el valle Imperial en California. El resultado son los libros Imperial (2009), un reportaje de más de 1 200 páginas sobre sus viajes y descubrimientos a ambos lados de la frontera e Imperial (2009), un libro de fotografías tomadas por él mismo sobre los personajes y situaciones que más le interesa-ron: trabajadores de maquilado-ras, rancheros, bailarinas de table

dance. Con ambas obras ofrece uno de los mejores retratos de Baja California en el siglo xxi: “un mundo abierto, cordial, ami-gable, donde todavía la gente, a pesar del calor, puede ser feliz”.

Waters, Frank. Nació en Co-lorado Springs, Estados Unidos, en 1902 y muere en 1995. Tra-baja, en la época de la ley seca, como ingeniero en el valle Impe-rial y viaja a la ciudad y el valle de Mexicali, de donde toma per-sonajes y situaciones para sus novelas La mujer lagarto (1930) y El yogui de la plaza de las cu-carachas (1947), donde se mez-cla el simbolismo budista con la vida azarosa, siempre en peligro, de los chinos y mexicanos en La Chinesca.

VIDALES FLORES, AL-FONSO. Nacido en México, df, hizo sus estudios musica-les en la escuela de música de la Universidad Autónoma de México. Tomó clases de per-feccionamiento en el piano con el profesor Luis Moctezuma, notable pedagogo, y con la excepcional pianista mexica-na Angélica Morales. En di-ferentes ocasiones ha estado actuando con la Orquesta de la Cámara de la Escuela de Músi-ca de la Universidad Nacional y con la Orquesta Sinfónica de la propia universidad. En 1941 triunfó en un concurso organi-zado por la Orquesta Sinfónica de la Universidad ejecutando el concierto para piano en la menor de Roberto Schumnnan. Ha dado numerosas audicio-nes en las ciudades de México, Puebla, Querétaro, Pachuca

y San Luis Potosí. Especiali-zado en la música de autores del llamado periodo románti-co, ejecuta con igual maestría las obras clásicas y las moder-nas, cultivando con verdadero interés y cariño la música de cámara. Como pedagogo, Al-fonso Vidales fue profesor del curso elemental de piano en la Escuela de Música de la Uni-versidad Nacional, ha fundado la academia de piano Manuel M. Ponce. Además de pianista Alfonso Vidales es licenciado en derecho, título que obtuvo cuando cursaba su carrera de músico. Vive en Mexicali des-de 1950 y en 1955 funda el dúo de pianos Vidales Moreno con su esposa Ana Luisa Moreno y en 1960 crea, junto con Gui-llermo Argote y Henry Marcot, el Trío Clásico Universitario, primer grupo de cámara oficial que haya existido en Baja Cali-fornia, bajo los auspicios de la uabc, y que se mantiene hasta 1971. Su hijo, Alfonso Vidales Moreno, es el creador del gru-po Cast y del festival de Rock progresivo Baja Prog (1997-2007).

VIDEO EN BAJA CALI-FORNIA. Antecedentes. Hacia 1981, el cine bajacaliforniano era una reliquia de mejores épocas: el cine nacionalista de Rafael Corella de 1924 a 1927, el cine empresarial de los años treinta, la producción masiva de Cine Pueblo y Baja Films en los años setenta; una ruina que había terminado albergan-

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do películas de vaqueros de quinta categoría y melodramas fronterizos con sus ficheras de cajón. Era obvio, para los jó-venes entusiastas del cine que venían saliendo de las escuelas de comunicación o de periodis-mo de aquellos tiempos que el cine era un arte caro al que no podían acceder sin los recursos gubernamentales. La solución era cambiar de medio sin va-riar la obsesión por las imá-genes en movimiento. Y ahí estaba, como solución mágica, el video y sus producciones de bajo costo. Sólo se necesitaba un espacio de libertad para po-der trabajar sin las presiones de la iniciativa privada por hacer de las imágenes postales pasto-riles o anuncios publicitarios.

La figura principal de esta década (1983-1993) fue Sergio Ortiz y el espacio de libertad creativa fue la Universidad Au-tónoma de Baja California en su campus Mexicali, donde Ortiz creó el Departamento de Tec-nología Audiovisual y comen-zó a producir videos, primero documentales, luego de ficción y finalmente experimentales, dando así un vuelco al quehacer del video en la entidad. Poco después otras instituciones en Tijuana, como la Universidad Iberoamericana con su Escuela de Ciencias de la Comunica-ción y El Colegio de la Frontera Norte con su unidad de pro-ducción visual documental, se unieron a esta búsqueda creati-va por revolucionar el arte del video en Baja California.

En 1987, en Mexicali, la ahora llamada Facultad de Ciencias Humanas, dio inicio la carrera de ciencias de la co-municación, donde un núcleo de estudiantes universitarios habría de formar talleres de video, con el apoyo del propio Sergio Ortiz, que dieron por resultado la aparición de vi-deoastas y cineastas de la talla de Juan Carlos López, Adolfo Soto, Armando Gutiérrez, Jai-me García, Armando Gutié-rrez, Carlos Fernando Gómez Urbina, Christa Juárez, Rita Beadle, Carlos Fuentes, etcéte-ra. Lo mismo va para la Escue-la de Humanidades de la uabc en Tijuana, que da comienzo a la carrera de ciencias de la co-municación a mediados de la última década del siglo xx, de donde surgen autores visuales relevantes como Héctor Villa-nueva, Adriana Trujillo, Juan José Aboytia, Octavio Caste-llanos, Karla Martínez, Mau-ricio Ramos, Rosa Rodríguez, etcétera.

No todo, sin embargo, nace de las instituciones educativas de educación superior, mu-chas obras aparecen realizadas por videoastas y cineastas que crean sus obras en sus propias productoras independientes, con recursos varios y que sos-tienen, contra viento y marea, una apuesta por el video como parte integral de un discurso personal o de un movimiento cultural, como es el caso de los videoastas que han hecho de Nortec su instrumento de expresión. Esto es visible en los trabajos de Andrés Treviño y Carlos Fuentes en Mexicali, y de Héctor Villanueva y Sal-vador Ricalde en Tijuana. Y lo mismo va para productoras como Bola Ocho, GUCE, Bul-bo y Yonke Art. Puntos de par-tida hacia un arte ya del siglo xxi. Un arte sin más fronteras que su propia imaginación. Desde los años ochenta, en los videos y documentales produ-cidos, tanto en instituciones como en forma independiente,

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predomina la diversidad temá-tica y la voluntad de explicarse la cultura regional, presente en las producciones pioneras de Sergio Ortiz (Palmas de Cantú y Ruinas de la antigua Califor-nia), en documentales de aná-lisis cultural (Feos y Curiosos, producido por El colef), las visiones de indagación genera-cional de Fran Ilich o la forma en que se encara a un perso-naje (Gabriel Trujillo Muñoz, médico cirujano y.., de Ingrid Hernández y Michelle Ro-mero), y en Todos los viernes son santos, como ficción, en-tre muchos otros ¿Qué nos di-cen, en conjunto, estos videos? ¿Qué demuestran estos 20 años de producción visual en Baja California? 1. La preeminen-cia del video documental y su registro pormenorizado de la vida natural, económica, social y cultural de la entidad y espe-cialmente de la frontera como sitio de paso, como apuesta vital. No se olviden los videos de divulgación de la ciencia como El viaje de las sirenas a los mares del norte (1995) y Vegetación de Baja California (1998) de Fernando Franco. 2. La aparición del video de fic-ción, primero como narrativa histórica, luego como conflic-to humano y finalmente como relato de la vida cotidiana y como trama imaginaria que lo mismo abarca la ciencia ficción que el relato policiaco. Allí es-tán Sub-secuencia 2033 (1993) de Fran Ilich o Bordercrimes (1997) de Rafael González. 3.

El surgimiento del video expe-rimental como un laboratorio de imágenes iconoclastas, pero también como un espacio de libertad creativa. Para ejemplo Rimbaud (1987) de Gabriel Trujillo Muñoz, una biografía apócrifa del poeta simbolista francés realizada en Mexica-li o La repatriada (1994) de Armando García, Elizabeth Rodríguez y Carla Zárate, que establece el video como un arte poético. 4. La unión del video con otras formas artísti-cas que han ido sinergizándo-se en los últimos años: el arte instalación de inSite, la música electrónica de Nortec, la dan-za contemporánea de Paralelo 32 y Mujeres en Ritual o la

cultura bloguera. El trabajo de las nuevas generaciones de vi-deoastas digitales habla ya de una sensibilidad que es primor-dialmente visual/musical antes que literaria, de ahí que los guiones se reduzcan a su mí-nima expresión y las imágenes carguen una fuerza impulsiva

y pasional que sólo requiere de la mirada para mantenerse con vida. 5. El video como vehícu-lo informativo/formativo que se adapta a los formatos televi-sivos y que ha dado paso, desde que en 1995 la uabc estableció el primer canal universitario de televisión en Mexicali, a pro-gramas como Expresión, Bul-bo y Cultura a cuadro. Con la televisión cultural se ha logra-do que los jóvenes videoastas puedan aprender trabajando en pos de obtener los conocimien-tos y habilidades para, más tar-de, incursionar por su cuenta y riesgo en la producción in-dependiente. 6. A 20 años de distancia la frontera sigue ahí, como una interrogante, una forma de vida, un paseo de compras el fin de semana, un concierto, un table dance, una tienda de curious, una segunda revisión, un muro por saltar, un paraíso de dólares que se juntan de prisa, un narcotúnel, una muerte anónima. Para los videoastas bajacalifornianos, todo está por decirse, todo está por captarse. El futuro es una imagen que buscará no ser una respuesta al enigma fronteri-zo sino un cuestionamiento más preciso, más imaginativo. Donde antes los mapas decían: “aquí hay dragones” ahora dice: “estamos filmando”. El lema del video bajacalifornia-no de estos últimos años es el mismo lema de la generación punk: Do it yourself/hazlo por ti mismo. Aviéntate al ruedo. Aprende por ti solo, Equivó-

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cate por tu cuenta, pero nunca dejes de intentarlo.

Visiones para el siglo xxi. Gran parte de los estudiantes y egresados de las carreras de ciencias de la comunicación en Baja California descubrie-ron, durante el transcurso de su estancia en la escuela, que no querían los reflectores en-cima: en vez de estar frente a las cámaras buscaban estar detrás de ellas, filmando, diri-giendo, produciendo películas y videos. Pero, como desde los tiempos de Sergio Ortiz y an-tes de que llegaran las cámaras digitales de alta definición la mayoría de ellos y ellas se de-cantaron hacia el video como la alternativa menos costosa. Y lo mismo pensaron aquellos otros jóvenes videoastas, no comu-nicólogos, que empezaron a proliferar a partir de los años noventa del siglo xx y que una década más tarde ya son legión. El antecedente de un video es-tudiantil e independiente se da con la aparición de Arruinado en un día (1994) del escritor-dj-videoasta tijuanense Fran Ilich (1975), que es un video contracultural que pretendía explorar la cultura punk-ta-gger-gótica de los adolescentes alineados de una ciudad fron-teriza, sus rutinas, sus tiempos perdidos, su lenguaje. De ahí nació la idea fundamental del video bajacaliforniano inde-pendiente: visiones personales, imágenes caóticas y el uso de las propias experiencias vitales de sus autores para presentar

un discurso trepidante, hip-nótico o cotidiano. En cuanto a los propios comunicólogos, los ejemplos abundan. Baste mencionar La oreja de Adela (1998) de Armando García y Zynthea Warrior O2 (2005) de Ángel Zaragoza y Tere Rodrí-guez. Del primero, que es una sucesión de imágenes oníricas resueltas con una composición expresionista y, en ocasiones, incluso de un prerrafaelismo adaptado al desierto mexica-lense de la Laguna Salada, fue trabajado con el apoyo de Ra-fael Vargas, Adolfo Soto, Juan Carlos Lúper, Xóchitl Patiño y Arturo Alatriste. Ángel Zara-goza y Teresa Rodríguez, por su parte, también son alumnos de la carrera de ciencias de la comunicación, como lo fue en su tiempo Armando Gar-cía, en la Facultad de Ciencias Humanas de la uabc. En abril de 2005, dentro del concurso de video Espacio 2005 de Te-lehit lo ganaron con su video

Zynthea Warrior O2. El do-it-yourself sigue, pues vigente, hasta nuestros días. El video estudiantil e independiente es un producto profesional hecho, paradoja de paradojas, por vi-deoastas no profesionales.

Es notorio aquí el impulso dado por distintos festivales y muestras de video que se han dado y se dan en Baja Califor-nia, especialmente en Tijua-na y en Mexicali, pero en los cuales participan cineastas de toda la entidad. Tal vez el fes-tival-concurso más conocido y reconocido sea el Festival de Video y Cine Contemporáneo Videofest, que crea y coordina José Luis Campos en Mexicali y que cuenta con el apoyo del Instituto de Cultura de Baja Ca-lifornia. En 2003, el Videofest convocó al Primer Concurso Nacional de Video Experimen-tal. Los festivales también han servido para que se reúnan los videostas que se mantienen trabajando en sus proyectos y

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logren conocerse entre sí, inter-cambiando puntos de vista so-bre una labor que los involucra y los define como creadores, productores y promotores del video en la entidad. Allí están desde el Videofest (José Luis Campos-icbc) con su concurso oficial de videos experimenta-les, hasta Golosina Visual, una muestra independiente bajo la batuta de Adolfo Soto, con su búsqueda creativa filosa y jo-cosa. Una función más de estos encuentros la podemos ver en la muestra de video documen-tal, experimental y de ficción, titulada Retrospectiva de video bajacaliforniano, que organi-zó del 17 al 19 de noviembre de 2004 el Centro de Estudios Culturales-Museo Universita-rio de la uabc en Mexicali. El objetivo de esta muestra era di-fundir el trabajo en este rubro creativo que se ha realizado en Baja California de 1989 a 2004.

La muestra fue curada mu-seográficamente por José Luis Campos, Carlos Fuentes, Adolfo Soto y Fernando Viz-carra. Lo importante aquí fue la selección de los videos, 24 en total, que dan cuenta de un criterio a la vez histórico en importancia y artístico en sus resultados. Los videos inclui-dos fueron: Las nuevas narra-ciones de la cachora cromada (1989) de Sergio Ortiz, Los que se van (1992) de Adolfo Dávi-la y Helena Tamayo, Kiliwas (1993) de Adolfo Soto y Juan Carlos López, La repatriada

(1994) de Armando García, Aliviáname Cupido (1995) de Adolfo Soto y Juan Carlos López, Pájaros rotos (1996) de Julieta Bartolini, El inocen-te (1997) de Carlos Fuentes, Oxígeno (2000) de Giancarlo Ruiz, Staring girl (2000) de Alberto Rubio, Asfalto (2000) de Adriana Trujillo, Omega Shell (2000) de Aarón Soto, Sector T (2000) de Salvador

Ricalde, Soursweet (2001) de Ismael Castro, Scape (2001) de Mashaka, Patinar o no pati-nar (2002) de Carlos Fuentes, Hasta que la muerte nos unió (2003) de Carlos Fuentes, Rap de la frontera (2003) de Sebas-tián Díaz, La calavera nos pela los dientes (2003) de Adolfo Soto, Una película por la paz (2003) de Austin Lynn y Omar Flogio, Inductivo (2003) de Salvador Ricalde, Según San Juan (2003) de Juan Aguilar,

Carne fría (2004) de Manuel Quintero y Juan Aguilar, Ma-teria invisible (2004) de Jair López y El canto de los gri-llos (2004) de Sebastián Díaz. Aarón Soto ha entendido bien que se necesita algo más que las ganas de hacer video para realmente hacer obras de cali-dad. Se requiere talento, cono-cimientos sólidos en técnica y teoría y disciplina para lograr videos que impongan sus imá-genes al público.

La vitalidad del video ba-jacaliforniano de cara al siglo xxi no está en duda. Los vi-deoastas de Bulbo, el colectivo multimedia tijuanense que lo mismo produce televisión que graba discos y mantiene una revista, nos habla de la red de intereses creativos que el video representa para los que no se quedan con las ganas de incur-sionar en este medio. Los inte-grantes del colectivo Bulbo, lo mismo que los videoastas de Kamikaze Producciones, han hecho del video documental su caballito de batalla. Si Adolfo Soto y Hugo Méndez han in-cursionado en la cultura po-pular fronteriza, los de Bulbo se han interesado más en los fenómenos sociales y políticos de la vida fronteriza con tra-bajos como Rap de la frontera (2003) de Sebastián Díaz, que explora lo que el rap es en las comunidades latinas del área Tijuana-San Diego, mientras que A film 4 peace (2003) de Omar Flogio y Austin Lynn es, en palabras de Lídice Fi-

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gueroa, un documental basado en las entrevistas a artistas de San Diego frente a la guerra en Irak: “el trabajo es una brillan-te reflexión sobre lo que signi-fica vivir en un país donde la democracia y la libertad están amordazadas”.

Para los propios bajacalifor-nianos, sin embargo, toda esta actividad fílmica que intenta retratarnos, a veces mal y a ve-ces bien, ha sido un estímulo constante y es un desafío por

contrarrestar los estereotipos, prevalecientes o las falsas ex-pectativas. Y estos contrapesos aparecen, en especial, en las nuevas generaciones de egre-sados de las carreras de cien-cias de la comunicación en la entidad y en los promotores culturales como Carlos Fabián Sarabia y José Luis Campos, para quienes se ha vuelto una asignatura pendiente que ha de-venido en múltiples proyectos colectivos. El primero sostie-ne la Muestra Internacional de Cine desde los años noventa en la entidad y el segundo crea a partir de 2001 el festival llama-do Videofest, que apoya desde Mexicali el Instituto de Cultura de Baja California. A su vez, en

septiembre de 2001, un grupo de artistas interdisciplinarios tijuanenses organiza el espa-cio Yonke Frontier Life, que para 2003 se impone como un festival de video experimental bajo el nombre de Yonke Art. Como lo expone Lorerrny Gu-tiérrez (El mexicano, 18 de sep-tiembre de 2002), Adriana lsela Trujillo, Itzel Martínez, Octa-vio Castellanos y un numero-so grupo de comunicólogos y videoastas locales se hicieron presentes con “videos y videos documentales como Loop, La chamba, Otro día más, Asfalto, Yo quiero rap, Carmelo, Sector T, entre otros”.

Octavio Castellanos, junto con otros videoastas emergen-tes como Salvador Ricalde y Adolfo Soto, ha buscado crear visiones digitalizadas de las ur-bes bajacalifornianas y sus pro-puestas estéticas fronterizas. Estas posibilidades creativas no siempre han redundado en trabajos de calidad en nombre de un hipotético cine made in Baja California. Los recursos financieros y la tecnología ci-nematográfica sí se hallan al alcance de los más audaces, lo que no implica que estos pro-ductores-directores fronterizos sean los más talentosos. Pero el video da la batalla en las últi-mas décadas de la mano de una tecnología cada vez más acce-sible para todos. Ya el propio Sergio Ortiz ha dicho en una entrevista de 1997 que: “El vi-deo actual privilegia mucho la tecnología, dígase las cámaras

o las computadoras, y deja de lado lo importante, que es el fondo y su manejo, el plantea-miento teórico, la documen-tación, como que cada vez se piensa menos, como que cada vez es más MTV, influyen más las caricaturas o lo que la gente vio. Como que ya no tienes que pensar, ya no tienen una técni-ca sino que una tecnología”.

Baja California, de esta ma-nera, sigue siendo, gracias a sus desiertos y costas, a sus ciuda-des legendarias y sus praderas de western, un inmenso set ci-nematográfico a la disposición de la industria de Hollywood, pero también al servicio de sus propios creadores, como es el caso de Adriana Trujillo del co-lectivo Yonke Art, que ha hecho del propio video bajacalifornia-no su centro de atención visual. Y es que reconocer el camino que transitamos, la senda a la que nos incorporamos en un momento de nuestras vidas de nuestra vocación, es importante no sólo como un conocimiento más si no como una toma de conciencia de nuestras aporta-ciones a una realidad vivencial, profesional y vital de nuestro tiempo, una realidad a la que pertenecemos y de la que for-mamos parte: Baja California como creación colectiva.

Y eso es lo que Adriana Tru-jillo, comunicóloga tijuanense, ha hecho al realizar un docu-mental sobre la historia reciente de un arte y una profesión por la que ella misma ha apostado: El cine y el video independiente en

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Tijuana de 1996-2000 (2001), una investigación que busca re-cabar los múltiples voces de un trabajo creativo que, a últimas fechas, ha tenido un desarrollo profesional inusitado. Su inda-gatoria busca mostrarnos una historia que es crónica de viaje a través de imágenes, escena-rios y protagonistas esenciales de una forma de ver el mundo, de hacerlo visible para propios como extraños. En su docu-mental, Trujillo expone una tesis central: que todo arte escé-nico es un trabajo compartido, un organismo vivo donde todos ponemos un poco de nuestro aliento vital, de nuestras ener-gías. Ya sea un video de ficción o uno experimental, la imagi-nación y la técnica dominan el horizonte de las realizaciones y el resultado final el que tene-mos frente a nuestros ojos, una panorámica real de esfuerzos y logros individuales o colec-tivos, independientes o institu-cionales. El trabajo de Adriana nos permite no sólo contemplar las imágenes realizadas y a sus protagonistas, sino también las reacciones que sus filmes y vi-deos provocan en personajes claves de la cultura bajacalifor-niana. Pienso que lo dicho por los entrevistados se resuelve en opiniones complementarias que iluminan el carácter diver-so de la producción audiovisual en términos creativos antes que comerciales.

En términos académicos, en los primeros años del siglo xxi han abierto sus puertas algunas

instancias educativas: en 2002 se funda el Centro de Estudios Cinematográficos de Baja Ca-lifornia (cecbc). Nacido como un diplomado en producción cinematográfica en la Univer-sidad Iberoamericana Noroeste en Tijuana. Este centro, crea-do por Raúl Rodríguez, ofrece diplomados sobre historia del cine, sonorización, actuación, guionismo, pintura escénica y construcción de sets. Entre sus profesores se cuenta con

Dora Arreola, Pola Allen, Ma-luly Thomas, Francisco Bri-biesca e Ignacio Flores de la Lama. En Mexicali, desde su fundación en 2005, el Centro Estatal de las Artes de Baja California (ceartbc) ha ofreci-do diplomados de producción cinematográfica, bajo el título de Imágenes en movimiento, y de producción documental, con maestros provenientes del

prestigiado Centro Nacional de las Artes como Cecilia Pe-rezGrovas en guionismo, Hugo Rodríguez en dirección, Erika Licea en fotografía, Carlos Rossini en edición y pospro-ducción y Ezzio Avendaño en producción. Para 2008 la uabc entra de lleno con una licencia-tura en medios audiovisuales dentro de la Escuela de Artes en el campus Mexicali de nues-tra máxima casa de estudios. Ahora, un académico como Ar-mando Gutiérrez, quien ha sido titular del taller de televisión de la Facultad de Ciencias Huma-nas de la uabc en la licenciatura de ciencias de la comunicación, ha reconocido que el futuro del video bajacaliforniano, a pesar de la inseguridad pública, la violencia generalizada y los te-rremotos, luce desafiante y pro-metedor: “Las producciones de video ahora tienen unas pro-puestas muy frescas, creo que son una gente muy preparada, gente que se ha tomado el tiem-po para formarse. Cada vez se empieza a reconocer más la producción de video en la fron-tera. La frontera ofrece una ri-queza que quizá no ofrece otras regiones del país. Si nos pone-mos un ratito a analizar el mun-do cada vez más globalizado en realidad cualquier parte del mundo es frontera tú puedes estar en el hecho de estar reti-rado de la frontera no significa que en términos simbólicos no estés ubicado en ese instante en una frontera, el mundo ya no se puede entender sin las fronte-

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ras de hecho”. Para Gutiérrez, el video bajacaliforniano abar-ca: “El desierto, el tránsito, las calles, lo reciclable, lo de se-gunda mano, la alteración de imágenes hechas a propósito son los rasgos distintivos, el asunto es que si vives en cier-to lugar, ese lugar te marca con ciertas obsesiones y tú eres re-presentante fiel del lugar don-de estás aunque no lo quieras. Esto que la gente comenta de los videos bajacalifornianos y específicamente de los videos de Mexicali es el uso de la luz. Es muy curioso cómo trabajas las imágenes, que parecen te-ner luz propia, tienen una luz muy fuerte, con mucha perso-nalidad. El futuro del video en nuestra entidad es promisorio. Cada vez los trabajos que se presentan son más sólidos y articulados. Faltan muchas co-sas, pero talento es lo que so-bra”. Y tal es la recompensa de la experiencia visual creativa y profesional en Baja California: una manifestación artística que cada día es más popular en sus repercusiones y más democrá-tica en su realización. Ahora, en el siglo xxi, ser videoasta es cada día menos un sueño impo-sible y más un trabajo cotidia-no, enraizado en la comunidad a la que se pertenece lo mismo que cimentado en la imagina-ción que cada quien, como in-dividuo, sustenta y anima, crea y difunde (GTM).

Acevedo Machado Beatriz. Nació en Tijuana, B.C. en 1968. Es

fundadora y presidenta de HIP En-tertainment Group una compañía que en sus 20 años de experiencia en la industria del entretenimiento ha creado, producido y desarro-llado más de mil programas para televisión en inglés, español y portugués, habiendo ganado tres premios Emmy. Esta programa-ción se ha difundido en cadenas internacionales como USA Net-works, Nickelodeon, BBC, En-tertainment Televisión, Discovery Networks, Fox Sports World TV, Televisa, TV Azteca y Globo. En 2012 Acevedo lanzó MITU Net-work, la primera red multi-canal digital con cobertura mundial con el objetivo de crear una platafor-ma para apoyar el crecimiento de canales de creativos hispanos. A menos de un año la red cuenta con más de 400 canales en México, Estados Unidos, España, China, Francia, Colombia, Chile, Argen-tina y Brasil. El alcance total de la red genera ahora más de 800 millones de visitas, convirtiéndola en la red multi-canal más impor-tante en su género para hispanos en el mundo. Entre los 20 canales más destacados figuran cinco con base en Baja California. Aceve-do tiene como meta contribuir a convertir a su región natal en una importante sede de producción di-gital con alcance global.

Altamirano, Carlos. Nació en Tijuana el 9 de septiembre de 1974. Ha sido director, guionista y productor de cine. Cuenta con una amplia experiencia en dife-rentes áreas de la producción. Ha impartido diversos cursos, talleres y conferencias a nivel internacio-nal. Ganador en 2008 del Premio del Público en Red, Festival de Cine Latinoamericano de Trieste, Italia, y TV Arcoiris. Su traba-

jo como videoartista pertenece a diversas colecciones privadas de Europa como el museo de Esto-colmo, Colección 2009. Actual-mente, prepara varios proyectos de documental y largometrajes.

Artenstein, Isaac. Cineasta ti-juanense. Se trasladó muy joven a Los Ángeles para continuar sus estudios de pintura y fotografía en la ucla. Obtuvo la licenciatura en producción de cine y video en el California Institute of Arts. Uno de sus logros sobresalientes es la película Rompe el alba/Break ff Dawn, escrita y dirigida por él en 1988. En ella se relata la his-

toria verídica del primer locutor de habla hispana en Los Ángeles, California, Pedro J. González, desde sus días como operador de telégrafo de Pancho Villa duran-te la revolución mexicana, hasta su pionera carrera como locutor de radio en Estados Unidos. La lista de logros continúa, produjo Un día sin mexicanos (Videocine/Televisa) y El grito (Univisión). Entre los documentales que ha di-rigido o producido se encuentran los galardonados Diana Kennedy:

Los judios de Tijuana, Isaac Artenstein.

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cocinas de México; Revelaciones, sobre el fotógrafo Manuel Álvarez Bravo, y Wildcat Hill, sobre Kim Weston, nieto de Edward. Uno de sus trabajos reciente es Los judíos de Tijuana, premiado como mejor documental 2006 en el Festival de Cine Latino de San Francisco y estrenada en televisión en KPBS. Imparte cursos de producción de cine en las universidades califor-nianas usc y ucsd. Concluyó en 2010 el documental Imaginando Tijuana/Imagining Tijuana y de-sarrolla el proyecto cinematográ-fico Tina y Edward basado en la vida de de los fotógrafos Tina Mo-dotti y Edward Weston.

Ayvar, Juan Carlos. Nacido el 1 de junio de 1981 en Tijuana, Baja California. Licenciado en comunicación por la uabc. Cola-boró en el programa universitario de televisión Cultura a Cuadro. Ha laborado en la productora Ga-latea Audiovisual y participado en el proyecto Bulbo. Productor del cortometraje Pedro y Megatrón. Productor y director de los do-cumentales De Edmundo Osorio a Juan Medina y La realidad de la ficción mexicana. Cofundador de 5 y 10 Producciones. En 2008 participó en el largometraje Una pared para Cecilia (Hugo Rodrí-guez, 2010) como script y Video Assist, así como coordinador de locaciones en la película Nortea-do (Rigoberto Perezcano, 2009).

Bulbo. Tijuana, Baja Califor-nia, México, 2002. El equipo de producción de Bulbo está integra-do por Adán Rodríguez Camacho, Araceli Blancarte Gastelum, Julia María Crespo Freijo, Sebastián Díaz Aguirre, Héctor Escobar Al-tamirano, Blanca O. España Mon-toya, José Luis Figueroa Lewis, David Figueroa Tagle, Omar Fo-

glio Almada, Gabriela Fuentes Aymes, Lorena Fuentes Aymes, Juan E. Navarrete Pajarito, Carla Pataky Durán, Dulce Roa Flores, Ana Paola Rodríguez España y Cristina Velasco Lozano. Sus cor-tometrajes han sido exhibidos en: San Diego Latino Film Festival, 2002, 2003 y 2004, California; Festival Internacional de Cine, Guanajuato, México, 2002; Festi-val de la Ciudad de México, 2003; Imperial Beach Film Festival, Ca-lifornia, 2003; Festival de Cine de Baja California, México, 2004. Su trabajo se transmitió con éxito en el canal nacional 22 de México.

Cantú, Reynaldo. N. en Mexi-cali en 1973. Productor de videos publicitarios y de propaganda, así como productor y director de la primera serie dramática de televisión para internet en Baja California, La vida sin guión (2009-2010), con la participación de artistas como Jesús Ochoa, Terezina Vital, Ricardo Gómez y Felipe Tututi.

Castro Vizcarra, Emiliano. Nació en Mexicali en 1985. Es-tudia cine en España. Ha dirigido diversas obras de ficción y docu-mentales. Ha hecho videos musi-cales (como el realizado para el grupo de rock pop Nikki clan) y el documental Entre grietas (2010) sobre el terremoto del 4 de abril de 2010 en Mexicali y sus con-secuencias para los habitantes de este municipio. Actualmente trabaja en su película de ficción 2042, seleccionada para presen-tarse en el Festival de Cannes.

Fuentes, Ivonne. Nació en el Distrito Federal el 17 de febrero de 1973. Estudió ciencias de la comunicación en la Universidad Iberoamericana Noroeste, en Ti-juana, y realización cinemato-

gráfica en el Centro de Estudios Cinematográficos (cuec) de la unam. Dirigió el documental El viaje del cometa, con el que ob-tuvo una mención especial del ju-rado en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, en 2009. Fue asistente de producción en El jardín del edén (María Nova-ro, 1993), y directora de arte en las películas Norteado (Rigoberto Perezcano, 2009), Adiós mundo cruel (Jack Zagha, 2009), Caja negra (Ariel Gordon, 2009), La sangre iluminada (Iván Avila, 2007) y Adán y Eva (todavía) (Iván Ávila, 2004), en esta última obtuvo una nominación al Ariel en esa categoría por parte de la Academia de Ciencias y Artes Ci-nematográficas en 2004.

Fuentes, Carlos. Egresado de la Universidad de Loyola Mary-mount, de Los Ángeles, Califor-nia, en la carrera de ciencias de de la comunicación en 1997. Di-rigió, coescribió y coprodujo El inocente, corto de 13 minutos en 16 milímetros. Dirigió, escribió y produjo un corto de 12 minutos en

2042, de Emiliano Castro.

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formato de 16 milímetros titulado Necrópolis, y dos cortos de cin-co minutos en ocho milímetros: Metamorfosis y Narcissus y el espejo. Trabajó como director de fotografía para el director alemán Peter Sempel en su documental Nina Hagen. Fue asistente de pro-ducción en la compañía Fallout Films en dos videos de música para las bandas King Chango y Geggy Tah. Fue asistente de pro-ducción para Rudas Corporation en el concierto de ópera Las tres sopranos, y director de fotografía para un videodocumental sobre la filmación de la película indepen-diente Causa y defecto.

García, Armando. Nacido en Ciudad Obregón, Sonora. En Mexicali estudia ciencias de la comunicación. Ha tomado cursos de cine con Matilde Landeta y d video con Alejandro Parodi. Entre sus videos están: La que atrapó al sol (1993), Bajo el firme símbolo de tu sangre (1993), Sólo los án-geles pueden hacerlo (1994), La repatriada (1995) y La oreja de Adela (1997).

Gutiérrez, Armando. Nacido en Mexicali en 1973. Licenciado en ciencias de la comunicación egresado de la Facultad de Cien-cias Humanas de la uabc, donde actualmente imparte clases. Pro-ductor de Tecnología Audiovisual de la uabc y director del proyecto Cotidianas. Ha sido coordinador del taller de televisión de esta uni-dad académica y ha intervenido en numerosos videos y programas de televisión para el canal de la uabc.

Jáuregui Osante, Arturo. Nacido en Mexicali, BC, el 2 de agosto de 1986; es actualmen-te el director de animación de la empresa Lapis Lázuli, S.C. Egre-só con honores del itesm campus

Monterrey como ingeniero civil, aunque su verdadera pasión ha sido el arte. Desde la infancia se le ha inculcado el dibujo, al cual ha dedicado su carrera. Durante más de cinco años ha participado animando más de 10 cortome-trajes, entre los cuales destaca la serie Vida de Cuervos, el cual ha recibido reconocimiento interna-cional por medio de la web. Es au-tor del corto de animación A veces la oscuridad te habla (2010).

López, Juan Carlos. Nació en Mexicali en 1960. Forma parte del primer taller de video que im-parte Sergio Ortiz en el Departa-mento de Tecnología Audiovisual en los años ochenta del siglo xx y del que sale el trabajo colectivo Las nuevas narraciones de la ca-chora cromada (1988), el primer video experimental hecho en Baja California. Junto con Adolfo Soto funda la productora La Tierra de la Iguana y ambos producen los documentales Los Kiliwas. Volve-rán a nacer (1993) y Aliviáname Cupido (1995). Crea la empresa productora La Máquina.

Márquez Lobato, Alan. Na-cido en Puebla en 1980. Desde

los nueve años reside en Tijuana. Egresado de la carrera en ciencias de la comunicación por la Facul-tad de Humanidades de la uabc en Tijuana. Diplomado en cine por la Universidad Iberoamericana No-roeste. Yan She (2010) es su pri-mera película y, probablemente, sea la primera cinta de artes mar-ciales chino-bajacalifornianas.

Martell, Leopoldo. Fotógrafo y cineasta mexicalense. Filma, en cintas de 16 mm escenas de la vida cotidiana y social de Mexicali jun-to con Luis Felipe Castro de 1945 a 1950, que exhiben en el cine Curto como Mexicali al día. En los años setenta del siglo xx colabora con Jorge Esma en la filmación de Los sueños del Duque (1971), segmen-to onírico-surrealista que se pre-senta dentro del estreno mundial de la obra El tuerto es rey (1971) de Carlos Fuentes en el teatro del imss en Mexicali y también filma, bajo la dirección de Esma, el docu-mental Calafia (1973), muestrario de la obra pública en el sexenio del gobernador Milton Castellanos Everardo. En 1981 ingresa al gru-po fotográfico Imágenes.

Martínez del Cañizo, Itzel.

Una pared para Cecilia.

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Realizadora nacida en el Distri-to Federal, México, en 1978. Li-cenciada en comunicación por la uabc. De 2001 a 2004 trabajó como docente e investigadora en estudios culturales desde la pro-ducción audiovisual en la misma universidad. Formó parte del De-partamento de Investigaciones Especiales del diario El mexicano. En el campo del arte, ha partici-pado en diferentes exposiciones colectivas exhibidas en diferentes países. Cuenta en su filmografía con las obras Salón de baile La Estrella (2000), Ciudad Recu-peración y Que suene la calle, ambas de 2005. En esta última producción documental se desem-peñó como guionista, fotógrafa, editora y directora. Es miembro del directorio de la compañía productora Yonke Art de Tijuana, Baja California.

Ortiz, Sergio. Nació en Mexi-cali en 1951. Estudia la carrera de ciencias de la comunicación en la Universidad Iberoamericana en la ciudad de México. Regresa a Mexicali en 1981 y funda el De-

partamento de Tecnología Audio-visual en la uabc, sitio donde se inicia la producción videográfica en Baja California, dando comien-zo al video documental en nues-tro estado con Palmas de Cantú (1983) y es el punto de partida del video de ficción con Ruinas de la Antigua California (1985), con li-breto de Federico Campbell y Ga-briel Trujillo Muñoz, y El dragón en el desierto (1986) con libreto de Gabriel Trujillo Muñoz. También allí se funda el canal universitario La imagen del conocimiento, que sigue funcionando hasta nuestros días. En 2008, el Departamento de Tecnología Audiovisual se con-vierte en la licenciatura en medios audiovisuales, dependiente de la Escuela de Artes de la uabc.

Reyes Alberich, Catalina. Cor-tometrajista tijuanense. Estudió la licenciatura en comunicación y publicidad en la Universidad de Ti-juana (cut). Formó parte del equi-po de producción del programa de televisión universitario Avenida li-bre. Produjo junto con Aarón Soto los cortos Omega Shell (2000),

Before the Cradle (2001) y Hueso (2005). Su cortometraje Algesia (2007) compitió en el V Festival Internacional de Cine de Morelia en 2007. Su obra más reciente es el documental Vestidas y alborota-das/Ready to Wear (2010).

Reyes, Librado. Nació en Mexicali en 1975. Productor de videos, director de teatro y fun-dador de las compañías Fairplay y Albatón Producciones para ha-cer video creativo, comercial y de animación. Entre sus obras están La banca (2007) y a b c u luv me (2008). Ha sido subdirector del Chicali Film Festival en 2007.

Rosas, Daniel. Nacido en Mexicali en 1984. Licenciado en dirección cinematográfica en Madrid, España. Videoasta ex-perimental y documentalista. Su primer largometraje se titula El Field (2010). Ha participado en el Festival de Documentales de la ciudad de México.

Ruiz, Giancarlo. Cortome-trajista y actor tijuanense. Ha participado como director, escri-tor, actor, camarógrafo y editor en varias películas. Asistente de producción en el documental Ma-quilápolis (Sergio de la Torre y Vicky Funari, 2006) y la película El jardín del edén (María Novaro, 1993). Productor del video Blue, de la agrupación musical A Per-fect Circle, dirigido por Joseph Pérez. Es cofundador del festival Recortos 48, en Tijuana, y de La Luciérnaga Colectivo Escénico. Entre sus cortos destacan Insec-to, IV, The Z’S y St. Jacques, este último exhibido dentro de la sec-ción Short Film Corner del Festi-val de Cannes, en 2010.

Soto, Aarón. Videoasta y cor-tometrajista tijuanense. Entre 2000 y 2010 produjo, escribió, di-

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rigió y fotografió más de una do-cena de cortometrajes. Es director de los cortos Omega Shell (2000), Before the Cradle (2001), 33 ½ (2004) y Hueso (2005). Promue-ve en la región fronteriza entre Tijuana y San Diego, California, eventos cinematográficos en los géneros de horror y la ciencia fic-ción. Es productor del cortometra-je Algesia (Cathy Alberich, 2007) y sus producciones en este forma-to, 33 ½ y Hueso, formaron parte de la sección oficial del Festival Internacional de Cine de Morelia. Actualmente, se encuentra en pro-ceso de producción de su primer largometraje titulado Feroz.

Soto, Adolfo. Nació en Mexi-cali en 1967. Crea la productora, junto con Juan Carlos López, La Tierra de la Iguana, con la que rea-liza los videos Los Kiliwas. Volve-rán a nacer (1993) y Aliviáname Cupido (1995). Catedrático de la Facultad de Ciencias Humanas y coordinador de Kamikaze Pro-ducciones. Ha realizado, desde 2003, una serie de videos sobre el chicalense way of life, entre ellos La calavera nos pela los dientes y Oxxolemío. En 2010, basado en una investigación de Everardo Garduño, presenta el documental Sitios sagrados. Publicaciones re-cientes: La formación de realiza-dores de televisión y video en la Facultad de Ciencias Humanas (1986-2007) y Huellas compar-

tidas, ensayos sobre el campo académico de la comunicación en Baja California.

Trujillo, Adriana. Directora y guionista tijuanense. Estudió la maestría en documental creativo en la Universidad Autónoma de Barcelona y la licenciatura en co-municación en la uabc. Ha cola-borado con diversas productoras independientes y ha exhibido su trabajo en canales de televisión como Barcelona TV, TV2, canal 11 y KPBS, así como en varios festivales y foros internacionales de cine. En 2002 obtuvo el primer lugar en el Concurso Nacional de Video Experimental. Desde el 2003 codirige Bordocs Foro Documental, festival bianual so-bre cine y video de no ficción. Es docente en la Facultad de Huma-nidades de la uabc. Es autora del documental Postales corporales (2006) y dirige en el mismo for-mato el proyecto Félix (2011) con el apoyo del fonca e imcine.

Pantoja, Juan Antonio. Guionista, productor y director de Tijuana, Baja California, con maestría en guion y desarrollo au-diovisual por uandes Chile; reali-zación cinematográfica por ccc Tijuana; talleres de guion, pro-ducción y dirección con Federico Campbell, Cecilia Pérez-Grovas,

Benito Zambrano, Gustavo Mon-tiel e Ignacio Ortiz; guionista y director de Furia, Con quién hablas, Primavera 13 y Flor de nopal; miembro del consejo di-rectivo y cofundador de 5 y 10 Producciones, A.C.; promotor del programa comunitario de Reacti-vo 5 y 10 (imac-conaculta).

Vázquez Ricalde, Salvador. Nació el 14 de mayo de 1975 en Tijuana, BC. Estudió la licencia-tura en ciencias de la comunica-ción en la Universidad Autónoma de Baja California (1995-1998), y en este último año ingresó en el Centro Universitario de Estu-dios Cinematográficos de la Uni-versidad Nacional Autónoma de México. Ha participado como ca-marógrafo, iluminador, fotógrafo y actor de diversos cortometrajes. Cuenta con los siguientes cor-tometrajes: La víctima (1997), Rudos de corazón (1997), Fisu-ras (1999) y Plasta color pastel (1999). Ha sido coordinador de la Muestra de Cine y Video Uni-versitario de uabc. Es uno de los miembros fundadores del taller de cine Producciones Bola 8.

Villanueva, Héctor Manuel. Nació en Guadalajara, Jalisco, el 8 de marzo de 1967. Radica en Tijuana desde 1974. Es licencia-do en economía. Fue codirector, junto con Eduardo Leguízamo, de la revista radiofónica semanal Mezclilla de acá en la estación IMER de Tijuana en 1998; guio-nista y realizador para El colef y Radio IMER de Tijuana de la series: Rock, norteñas y baladas o por qué me quité del vicio y Na-rraciones reteordinarias, ambas en 1990; director y guionista de la videopelícula Todos los viernes son santos (ganadora del segundo lugar nacional de la IV Bienal de

Aliviáname Cupido.

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Video en 1996); fundador de Pro-ducciones Bola 8 en 1996, que ex-perimenta con formatos de video y super 8; fundador y coordinador del Taller de Cine de la Escuela de Humanidades en 1997; direc-tor y guionista de la videopelícula de ficción Últimos trozos de vida contados al Sr. capitán (1990). Se ha desempeñado como fun-cionario cultural en varios cargos federales, entre ellos, subdirector del Cecut y director interino de la misma institución (2009).

Zendejas, Alvaro. Nació el 8 de marzo de 1983 en Tijuana, Baja California. Estudió la licenciatura en comunicación en la Escuela de Humanidades de la uabc. Desde temprana edad incursionó en el campo del cortometraje destacan-do, sobre todo, en las áreas de edi-ción y animación. Con L´instant avant obtuvo el premio al mejor cortometraje experimental en el Festival Internacional de Cine de Morelia en 2005. Y con Sheep Poem fue nominado al Ariel en la categoría de mejor corto anima-do, en 2007. Su más reciente tra-bajo en este formato es La ciega revolución (2008). Actualmente preside la productora High Indole e imparte clases en diversas uni-versidades de Baja California.

VIZCAÍNO, SEBASTIÁN. Comerciante, militar, explora-dor y embajador de España en el Japón. Nació en Extremadu-ra, España, en 1548. En 1583 se traslada a la Nueva España y en 1586 se embarca a Mani-la, Filipinas, donde se dedicó al comercio y servir en la mi-licia española. En 1594 obtu-vo una licencia para explotar los bancos de perlas del Golfo de California (Mar de Cortés), establece un asentamiento en la Bahía de La Paz, que él mismo bautiza como tal. En este tiempo es importante el descubrimien-to de nuevas rutas y deslindar posibles caminos entre el Océa-no Pacífico y el Atlántico, de tal manera, el virrey le entrega el mando de una expedición hacia California, partiendo desde el puerto de Acapulco hacia Cabo San Lucas, el 5 de mayo 1602. Gracias a estos viajes y con la ayuda de geógrafos y cosmó-grafos fue posible la definición de límites, rutas y precisión de los mapas existentes. En 1603 es designado general del galeón de Manila y se le nombra para la Alcaldía Mayor de Tehuan-tepec. En 1611 con la iniciati-va real de establecer relaciones con el Japón, es designado em-bajador en ese país por el rey Felipe III, cargo que desempe-ña hasta 1614. Ejerce el cargo de alcalde mayor de Acapulco. Hasta el final de su vida insis-tió ante la autoridad virreinal sobre la necesidad de explorar las Californias por su potencial riqueza y sus yacimientos per-

líferos. Debido a la trascenden-cia de su papel en la historia de la península, varios sitios en la costa bajacaliforniana que él exploró fueron nombrados en su honor: por ejemplo la bahía Sebastián Vizcaíno o bien el desierto de El Vizcaíno en la zona central de la península y recientemente han sido decla-radas dos áreas protegidas con su nombre: en 1988 la reserva de Biósfera de El Vizcaíno y en 1993 el santuario de ballenas de El Vizcaíno, ambas en el estado Baja California Sur. Sebastián Vizcaíno murió en la Ciudad de México en 1623.

VIZCAÍNO VALENCIA, RUBÉN. Poeta, dramaturgo, editor y promotor cultural. Na-ció en Comala, Colima, el 11 de septiembre de 1919. Radicó en Baja California desde 1952. Primero se establece en Mexi-cali y arriba en 1959 a Tijuana. Paralelamente a su producción como autor en los campos de la novela, la poesía y el ensayo, Vizcaíno realizó una enorme labor como impulsor de im-portantes empresas culturales. Es considerado el promotor cultural por excelencia de Baja California. En 1959 fundó la sección cultural del periódico El mexicano; en 1963, la co-rresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana y en 1965, la Asociación de Escritores de Tijuana, posteriormente trans-formada en la Asociación de Escritores de Baja California (1968). Fue titular y fundador

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de la Dirección de Acción Cí-vica y Cultural de Tijuana. En los años sesenta, a través de la editorial Californidad, contri-buyó a promover la obra de los escritores bajacalifornianos. Fundó y dirigió hasta su muer-te el suplemento Identidad de El mexicano. Llega al estado de Baja California promoviendo los cromos de Jesús Helguera y se queda definitivamente en la península. Mexicali es el es-cenario que lo recibe a inicios de los años cincuenta. Participa con vehemencia en la política de ese tiempo, en el contexto de la conversión de Baja California en entidad federativa. Le toca atestiguar la gestión de Braulio Maldonado, primer gobernador constitucional del estado, quien lo designó responsable de las misiones culturales de Baja Ca-lifornia. Se desplaza a Tijuana en 1959. Es funcionario en el gobierno municipal, comenzan-

do los afanes culturales en esa instancia y se va transformando en lo que lo conocemos: maestro de generaciones, profesor, ac-tivista, editor de publicaciones. Desde inicios de los años sesen-ta participó en la mayoría de los proyectos de creación de institu-ciones. Impulsó de manera con-sistente la creación de la Escuela de Humanidades en la uabc. La Universidad Autónoma de Baja California lo designó maestro emérito. En su honor llevan su nombre el Teatro Universitario de Tijuana y un inmueble del Colegio de Bachilleres en esta misma ciudad. En 2001 recibió la medalla Adalberto Walther Meade del congreso de Baja California. Es autor de las obras de teatro La madre de todos los vicios (1961) y La cigüeña de los huevos de oro (1969). Y de las novelas Tenía que matar-lo (1961) y Calle Revolución (1964). La Universidad publicó en 2004, su novela En la Baja. Una parte de su poesía se en-cuentra reunida en el cuaderno Poemas de la aridez (2005). Murió en Tijuana el 30 de junio de 2004.

VIZCARRA, MANUEL. Nació en Álamos, Sonora, en 1858 y muere en National City, California, en 1924. Manuel Vizcarra fue la primera autori-dad que tuvo Mexicali. Llega al valle de Mexicali a fines del siglo xix como comisario polí-tico del poblado de Los Algodo-nes, entonces la única población existente, cargo que igualmente

ocupa en Mexicali entre 1902 y 1905. Le toca el trazado de la ciudad y su fundación oficial el 14 de marzo de 1903. Vive en Mexicali por más de una década y en 1916 es presidente munici-pal de Tecate.

VOZ DE LA FRONTERA. LA. Diario de proyección esta-tal, con sede en Mexicali. Surge el 16 de septiembre de 1964, con el carácter de una cooperativa. En sus comienzos fue propie-dad de un grupo de industriales, encabezados por Mario Hernán-dez Maytorena. Su primer direc-tor fue el acreditado periodista Cristóbal Garcilazo. En los años sesenta alcanzó un tiraje de 60 000 ejemplares. En su estructu-ra como diario mantiene cinco secciones: información general, sociales, espectáculos, depor-tes y aviso clasificado. La voz a inicios de los años noventa es adquirida por la Organización Editorial Mexicana, propiedad de Mario Vázquez Raña. En-tre los sucesivos directores del diario podemos mencionar a Rogelio Fontes Gil, Fidel Sán-chez Moreno y Felipe de Jesús López.

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WALKER, WILLIAM. Político. Nació en Nashvi-lle, Tennessee, EUA, el 18 de mayo de 1824. Médico por la Universidad de Pennsylvania y abogado por la de Nueva Orleáns, en 1850 se estable-ció en Marysville, atraído por la Fiebre de Oro. Se dedicó al periodismo durante tempora-das. Residió en San Francis-

co California, donde colaboró para el Examiner. Su nombre se transformó en emblema del filibusterismo, muy en conso-nancia con la Doctrina Mon-roe, en boga en ese entonces. En 1853 reunió a 45 aventu-reros y a bordo del Caroline viajó a la Paz el 3 de noviem-bre, apresó a las autoridades y se declaró presidente de una república cuya bandera tenía dos franjas horizontales y otra blanca intermedia con dos es-trellas que representaban a Baja California y Sonora. Ahí, Walker proclamó “la república de Baja California se declara libre, soberana e independien-te, y renuncia para siempre a su alianza con México”. Walker y su gente se trasla-daron a la Ensenada de Todos Santos el día 28. El 17 de di-ciembre llegaron a este puerto 150 mercenarios procedentes de San Francisco. El teniente coronel Francisco del Casti-llo Negrete decidió refugiarse en San Diego ante la falta de

elementos de guerra. En este contexto, emerge la figura de Antonio María Meléndrez, como tenaz defensor de la so-beranía, que hostiga y enfrentó las tropas de Walker sin cesar con las técnicas de guerrillas, con gran efectividad debido a su audacia y el conocimiento de la zona. Walker expidió un decreto, publicado en el San Diego Herald el 21 de enero de 1854, cambiando el nombre de República de Baja California por el de República de Sonora, compuesta por dos estados, el de Sonora y Baja California. En este periodo Walker llegó a reunir una fuerza considera-ble, compuesta por seiscientos hombres. El 12 de febrero de-cide cambiar su capital de En-senada a San Vicente. Walker convocó a una junta general en San Vicente, pero los 36 dele-gados que estuvieron presen-tes acordaron no reconocer la república de Walker. Éste sale el 20 de marzo de 1854 rumbo al Río Colorado y el 6 de mayo

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arriba a la línea divisoria in-ternacional con su tropa men-guada, de sólo 33 hombres. Hostigado de manera perma-nente por Meléndrez, cruzó la frontera y se entregó al ejérci-to de Estados Unidos. Murió fusilado en Trujillo, Honduras, el 12 de septiembre de 1860, al ser derrotado en una proyecto filibustero parecido. (Fuente: Diccionario enciclopédico de Baja California, icbc, 1989)

WALTHER MEADE, ADALBERTO. Nació en 1913, en Torreón, Coahuila. Ingeniero e historiador. Llega a Mexicali en 1943. Su labor como historiador es uno de los trabajos más sólidos y riguro-sos con que contamos hasta la fecha. Los datos y hechos que su labor histórica ha des-entrañado y explicado nos han permitido conocer con exac-titud y veracidad una serie de acontecimientos, que son im-prescindibles para la compren-sión de las etapas recientes de

nuestra historia, sobre todo de aquellas que abarcan la última centuria. Entre sus principales obras están Baja California: tierra extremosa y riqueza de los mares (libro de texto gra-tuito, 1982), El Partido Nor-te de Baja California (1982), Origen de Mexicali (1983), Tecate, Cuarto municipio (1985), El Distrito Norte de Baja California (1986), Anto-nio María Meléndrez (1988), Coronel Esteban Cantú Jimé-nez, gobernador del Distri-to Norte de Baja California (1993), El valle de Mexicali (1996) y Pueblo Nuevo, pobla-do precursor (2000). A ellos hay que sumar sus colabora-ciones en Panorama histórico de Baja California (1983) y en el Diccionario enciclopédico de Baja California (1989), así como en la dirección editorial de la revista Calafia, desde su segunda época, a principios de los años setenta, todo lo cual constituye sólo la punta visible de un trabajo de investigación permanente, cuyos frutos nos asombran y sorprenden por su equilibrada honestidad, por sus minuciosos detalles, y que tienen en 1968, cuando el in-geniero Walther descubre los documentos que oficializan la fecha de fundación de Mexi-cali, su punto culminante. Hay que recordar que Adalberto Walther estudia en la Facul-tad de Ingeniería de la unam la carrera de ingeniero de minas y metalurgista, pero en él se conjuga ya una doble voca-

ción: el interés por los estudios humanísticos lo lleva a tomar cursos libres en la Escuela de Altos Estudios y Filosofía, que se halla a sólo media cuadra de Palacio Nacional. Antonio Caso le imparte filosofía; José Gorostiza, literatura; Salva-dor Azuela, historia; Osorio Mondragón, geografía, y Paul Waitz, geología. Unos meses antes de morir, saca un nuevo libro. El título de su obra fi-nal es Pueblo Nuevo. Poblado precursor, que otra vez toca su tema favorito: Mexicali. La uabc lo nombra investiga-dor emérito, y el ayuntamiento de Mexicali, que ya lo había hecho cronista de la ciudad en 1988 le otorga el título de cronista emérito de la historia regional. Murió en Mexicali el 2 de febrero de 2001.

WILHELMY, ADOLFO. Nacido en Mazatlán, Sinaloa, en 1884. Llega a Baja Califor-nia en 1920 con la expedición encabezada por Abelardo L. Rodríguez, el general revolu-cionario que gobernara Baja California de 1923 a 1929 y que fue un decidido impulsor de obras públicas y de indus-trias productivas para esta re-gión de México. Wilhelmy fue secretario particular de Rodrí-guez y como era de familia teatrera de varias generaciones atrás, llegó a ser un promotor incansable de las artes escéni-cas, especialmente zarzuelas y teatro satírico. La contribución esencial de Wilhelmy a la cul-

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tura bajacaliforniana fue ser el hombre orquesta de su ge-neración. Para 1926 se le po-día ver como organizador de veladas literarias, concursos de oratoria, conciertos musi-cales y, sobre todo, funciones teatrales. Por sus contactos con el mundo de la farándula y con el apoyo de Rodríguez y otros empresarios, pudo traer hasta Mexicali a compañías famosas que hicieron las de-licias del público bajacalifor-niano. Wilhelmy fue, como gran parte de los promotores culturales bajacalifonianos de la primera mitad del siglo xx, un periodista. Editaba el sema-nario El eco del comercio y era corresponsal de La opinión, el periódico de Los Ángeles, California. Pero su amor úni-co y permanente era el teatro. Ya Jesús Quiñónez García (El centinela, 19 de mayo de 1977) ha dicho que “fue el pri-mero en Mexicali que pugnó por elevar nuestro índice cul-

tural, organizando compañías de aficionados que presenta-ron en los teatros Iris, Curto, Mexicali y Municipal, obras teatrales, zarzuelas y hasta una de tipo operático, Mari-na (libreto suyo), que reunió en 1939 a más de 100 noveles actores y actrices, extraídos de los planteles escolares y de los clubes sociales de Mexicali. Es autor del libro de memorias Periodismo, teatro y revolu-ción (1956).

YUMANOS. Grupos de la familia lingüística hokalteca, rama yumana, asentados prin-cipalmente en el norte de la península de Baja California. A la llegada de los misioneros jesuitas a la península (1697) había en ella cuatro troncos indígenas: pericú, guaycura, cochimí y yumano, y se cal-cula que su número ascendía a alrededor de 50 mil perso-nas. Los tres primeros troncos se extinguieron desde el siglo pasado como consecuencia de la imposición del sistema mi-sional que se oponía a la tra-dición seminómada de estos grupos. El yumano es el úni-co de los cuatro troncos indí-

genas que existía a la llegada de los misioneros jesuitas a la península (1697) y que sobre-vive. Los otros tres: pericú, guaycura y cochimí se extin-guieron desde el siglo pasado como consecuencia de la im-posición del sistema misional. Los yumanos habitaban en el extremo norte de la península, principalmente donde ahora es el municipio de Ensenada. Lograron sobrevivir o más bien prolongar su agonía has-ta nuestros días, gracias a que opusieron una tenaz resisten-cia a la penetración misional y nunca fueron sometidos del todo. De los grupos yumanos sobreviven hasta hoy los pai pai, kiliwas, cucapás, kumiais y tipais, todos muy margina-dos, y en conjunto no alcanzan las 500 personas. Su extinción está cercana y la más próxima es la de los kiliwas, que apenas si alcanzaron a ver los albores del siglo xxi. Estos grupos yumanos penetraron a Baja California hace 3 000 años, y fueron quienes introdujeron en esta región la cerámica y la agricultura hace 1 000 años. Al llegar la cultura occidental, el equilibrio que estos grupos habían mantenido durante tan-to tiempo con la naturaleza de la árida península, al parecer se rompió para siempre. Desde la época prehispánica los yu-manos formaron pequeños nú-cleos y a su tronco común se deben los cucapás, kiliwas, pai pais, cochimés y kumiais. En la actualidad, a pesar del dete-

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rioro de su ambiente, el acoso a su cultura, sobreviven inte-grantes de estas ramas yuma-nas. La supervivencia sobre todo en estos dos últimos si-glos ha sido el gran desafío. Al respecto, es conveniente citar al investigador Everardo Gar-duño: “Pese a esto, y a quienes vaticinaban –y deseaban– su desaparición, los yumanos arribaron al siglo xxi desple-gando acciones de resistencia pasiva. Primero, estos grupos han contravenido al modelo de comunidad emanado de la revolución, mediante la adop-ción de un particular patrón de asentamiento y el boicot a los subsecuentes proyectos coo-perativos del estado; segundo, estos indígenas han respondi-do a la escasez a través de la intensificación de su movili-dad, la ampliación del rango geográfico de su dispersión y el incremento de la fragmenta-ción de su migración; por últi-mo, estos cinco grupos étnicos se encuentran actualmente im-pulsando un proceso de revita-lización cultural, a través de la reelaboración, fortalecimiento o creación, de vínculos trans-nacionales con los segmentos norteamericanos de su familia etnolingüística. Parte de este fenómeno constituye la cons-trucción de una etnicidad pan-étnica y transnacional, que contraviene las delimitaciones impuestas y el carácter totali-zador y controlador, del estado nación.

ZÁRATE ZAZUETA, DA-VID. Jefe político del Distri-to Norte (17 de agosto-17 de septiembre de 1914). Segunda gestión: 30 de noviembre de 1914-20 de enero de 1915). Nació en Real del Castillo, Baja California, el 29 de julio de 1875. Personaje relevan-te de la historia de Ensenada, cuyos inquietudes lo llevaron a ser minero, comerciante, agente aduanal, político sobre-saliente al ser presidente muni-cipal y delegado de gobierno en varias ocasiones, fundador y presidente de varios organiza-ciones mutualistas, masónicas y deportivas. Cursó estudios en diversos colegios de Estados Unidos. Integró el cabildo de Ensenada. Fue hijo de don Fe-lipe Zárate y Victoria Zazueta. Su padre era de origen chileno, pero nacionalizado mexicano, quien llegó al puerto de San Francisco, California, en el año

de 1846 con el fin de realizar su educación en el país estadu-nidense. Para los años setenta don Felipe residió en Real del Castillo y fue ahí donde el pe-queño David inició sus prime-ros estudios y después pasó a Ensenada y los continuó en la Academia Francesa y el Cole-gio de San Vicente de Paul en la ciudad de Los Ángeles, Cali-fornia, entre 1886 y 1892, don-de terminó con especialidad en teneduría de libros y contabi-lidad y aprendió los idiomas francés e inglés. En ese mismo año de 1892, volvió al puerto de Ensenada y se dedicó a tra-bajos comerciales, industriales, agrícolas y mineros. Durante los siguientes años trabajó para la firma Romero y Compañía, que poseía los Almacenes 16 de Septiembre, propiedad de los señores Eulogio Romero y Heraclio Ochoa, ocupando los cargos de encargado de mos-trador, dependiente mayor, tenedor de libros y apoderado general. También en diferen-tes épocas ocupó puestos ta-les como secretario, tesorero y presidente (1918, 1921 y 1922) de la Cámara Nacional de Co-mercio, Industrial, Agrícola y Minera, en la cual participó activamente para su organiza-ción; en 1921 fue presidente de la Junta de Mejoras Materia-les; presidente de la Unión de Propietarios. La visión empre-sarial del joven David propició que dejara la casa comercial de los señores Romero y Ochoa y se estableció por su propia

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cuenta como agente aduanal y de buques. Después se dedicó a la actividad minera como en Real del Castillo, Santa Clara, El Álamo y en Las Cruces. En los años noventa del siglo xix se desempeñó en dos ocasiones como primer suplente interino encargado ocasionalmente del juzgado de distrito del Distri-to Norte de la Baja California y también en esa época ocupó algunos cargos administrati-vos en la jefatura política bajo las órdenes del coronel Agus-tín Sanginés (1893-1902). De igual forma, por su conoci-miento en el idioma inglés, fue designado intérprete oficial, se-cretario de gobierno y comisio-nado en la población de La Paz, Distrito Sur de la Baja Califor-nia. En 1912, don David ocupó la presidencia municipal de En-senada, después de disputadas procesos electorales entre la comunidad ensenadense. Pre-cisamente en 1912 se caracteri-zó por el primer ayuntamiento electo en el marco del triunfo a nivel nacional del maderismo y estuvo compuesto por David Zárate Zazueta como presiden-te municipal, por Cruz L. Cas-tro, tesorero, y para regidores a Francisco Andonaegui, Ga-briel Victoria, Arturo Padilla, R. W. Lemon, Hilario Navarro y Simón Villarino. Su lucha, al igual que un grupo de ensena-denses de su época, enarbolaba el nativismo, es decir propiciar que los jefes políticos de Baja California fueran nativos de la región y no traídos desde el

centro del país. En ese contex-to, Zárate Zazueta fue uno de los organizadores del llamado Club Democrático Ensenaden-se que luchó en esa década en busca de esos objetivos. Tam-bién, en los años de 1913 y 1914, don David volvió a ser electo presidente municipal, pero en 1915 renunció al cargo por diferencias con el gober-nador Esteban Cantú. En los años de 1929 y 1932, una vez desaparecido el ayuntamiento de Ensenada, fue nombrado delegado de gobierno, bajo la administración de Abelardo L. Rodríguez y Agustín Olachea. Fue nombrado recaudador de Rentas de Ensenada por el en-tonces gobernador del Terri-torio Norte de Baja California Alberto V. Aldrete, cargo que ocupó durante tres años entre 1946 y 1949. De igual manera David Zárate tuvo una amplia trayectoria en la vida social, deportiva y política. En 1931 contrajo matrimonio con Julia Vidal Pelarrei, con quien pro-creó a sus hijos Ángela Ovedia, Filipina, Francisco y Julia. Don David falleció en Ensenada en 1961 a la edad de 86 años. Escribió algunos textos titula-dos Bosquejo histórico de la península de Baja California, particularmente de la ciudad y puerto de Ensenada, Los inspi-radores de la invasión filibus-tera de 1911 en el Territorio Norte de la Baja California y Ensenada de mis recuerdos (GRD-LSQ).

ZETA. Semanario periodís-tico, con sede en Tijuana y co-bertura estatal. Se establece en Tijuana el 11 de abril de 1980. En su primera etapa, sus codi-rectores son Jesús Blancorne-las y Héctor Félix Miranda. El semanario surge en una difícil transición, después del cierre del diario ABC y de un enfren-tamiento con el gobierno del

estado, encabezado por Rober-to de la Madrid. Después de la crisis del ABC y la salida for-zada de los periodistas, empie-za el periplo de Zeta, en una experiencia con varios puntos de contacto con el caso Excel-sior de 1976. Desde el princi-pio, el semanario mostró una evidente independencia críti-ca. A Zeta lo ha caracterizado la denuncia social como pieza central en su estilo: la cober-tura de los procesos sociales, la crítica documentada a las gestiones sucesivas de gober-nadores y alcaldes; asimismo, en forma notoria lo relativo a la cobertura de los ciclos elec-

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torales. Desde hace tiempo, el narcotráfico —por su insosla-yable y letal presencia— tomó un espacio en sus páginas como un tema relevante. A Jesús Blancornelas, su cofun-dador, se le han reconocido a nivel internacional estos mé-ritos, con varios premios de primer nivel: el María Moors-Cabot, el Premio Mundial de Periodismo de la unesco y el reconocimiento de la Sociedad Interamericana de Prensa. La denuncia de Jesús Blancorne-las también le gana la reacción vengativa de los delincuentes, expresada en el atentado a su vida que sufrió el 27 de no-viembre de 1997. Otro hecho de gravedad sucedió el 22 de junio de 2004, el asesinato de Francisco Ortiz Franco, editor de información de Zeta, por criminales al servicio del nar-cotráfico. Los actuales direc-

tores generales del semanario Zeta son Adela Navarro Bello y César René Blanco Villalón.

ZONA LIBRE. Régimen de política económica de apli-cación regional. La zona libre consiste en un tratamiento fis-cal de excepción que se otorga a la población asentada en esta zona fronteriza del norte del país, con el propósito de que pueda introducir al territorio mexicano mercancías extran-jeras, libres de impuestos para ser utilizadas o consumidas en esta zona específica. Este régi-men se estableció con el crite-rio de que así se compensaría el costo relativamente alto de la vida de la población, debi-do al alejamiento geográfico y al aislamiento que por falta de medios de comunicación exis-tía en este tiempo y que ha-cían difícil el abastecimiento

de productos nacionales. Este régimen data de 1933, cuan-do se crearon los Perímetros Libre de Tijuana y Ensenada. La zona libre en Baja Califor-nia. En 1936, el presidente de la república, Lázaro Cárdenas conformó una Comisión Mix-ta Intersecretarial, integrada por los representantes de las secretarías de Economía Na-cional, Hacienda y Crédito Público, Comunicaciones y Obras Públicas, Agricultura y Fomento y el Departamen-to de Salubridad. La función de la Comisión fue estudiar la problemática del Territorio Norte a raíz de la clausura de las casas de juego, decretado por Cárdenas en julio de 1935. La intención de Cárdenas era conocer a fondo los problemas de Baja California y conforme a ello, solucionarlos. La comi-sión realizó su estudio entre

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noviembre de 1935 y abril de 1936. Entre los aspectos es-tudiados y propuestos para el mejoramiento de Baja Cali-fornia destaca la recomenda-ción a extender los perímetros libres a todo el Territorio y la exención del impuesto fede-ral adicional, entre otros. Sin duda, una de las acciones más importantes llevadas a cabo por esta comisión fue el es-tablecimiento de la conocida zona libre para Baja Califor-nia. En esta decisión influye-ron diversos factores como la depresión económica en Esta-dos Unidos; la vinculación de Baja California con el estado de California también afecta-da por dicha crisis y el aisla-miento geográfico del propio lugar, la lejanía del territorio de la capital del país y la esca-sa población de ese entonces. Estos fueron los puntos justi-ficantes para la instalación de los perímetros libres en Baja California, en una primera fase

y Lázaro Cárdenas profundizó las perspectivas de esta políti-ca económica y el 25 de junio de 1937 decretó el régimen de zona libre para el entonces Territorio de Baja California, ampliándolo posteriormente a una parte de Sonora y el sur de la península bajacaliforniana. Esta medida económica vino a sustituir a los perímetros libres instituidos e intentaba atacar el problema del desempleo generado por el cierre del ca-sino de Agua Caliente. Según el economista mexicalense Sergio Noriega en su libro pio-nero, La economía del estado de Baja California (1968), “la zona libre es una franquicia de importación y exportación concedida por el gobierno de México a los habitantes de la península de Baja California y del noroeste de Sonora. Di-cha exención de gravámenes y controles es el acicate fun-damental del desarrollo baja-californiano”. Y agrega: “La

localización geográfica del estado es lo que permitió con-cebir la existencia de una zona libre. Debido a la lejanía de los grandes centros de producción y consumo del interior del país y a la proximidad de Estados Unidos, Baja California tiene que importar cantidades muy apreciables de mercancías […] También exporta, y los montos también son muy considera-bles, tanto en lo que se refiere a mercancías, como en lo que toca a servicios. Baja Califor-nia, pues, es una economía abierta, mucho más abierta que el resto del país. Sin embargo, la creación de la zona libre de-rivó de razones políticas y de causas económicas. La polí-tica permanente del gobierno de México en la península de Baja California ha sido la de fortalecer los vínculos políti-cos y económicos con el resto del país. Pero esto era difícil mientras no prosperara econó-micamente, y no prosperaría mientras no se encontrara un catalizador. La zona libre atra-jo inmigrantes por decenas de miles, generó estímulos eco-nómicos y constituyó dicho catalizador. Aunque la zona libre fue un tema de discusión a nivel nacional durante los años treinta del siglo xx y en esta controversia intervinie-ron economistas, empresarios y políticos por igual, la idea misma de crear una zona libre para la región fronteriza ya te-nía, para 1935, varios años de estar siendo planteada como

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un remedio ante la carestía y desabasto de productos en nuestra entidad. Antes de que este concepto fuera admitido y decretado oficialmente, varios políticos y empresarios bajaca-lifornianos lo habían discutido como una herramienta de cre-cimiento económico. La zona libre permaneció por décadas en la región de Baja Califor-nia que le permitió mejorar la economía de sus habitantes.

Establecida por la federación ha contribuido grandemente al rápido desarrollo de esta entidad tanto en lo económi-co como en el aumento de su población. Aunque fue reno-vada por diversos presidentes de la república, la zona libre se canceló en 1994 con la entrada del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (JNM-LSQ).

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DICCIONARIO ENCICLOPÉDICO DE BAJA CALIFORNIACOORDINADORES

Leobardo Sarabia Quiroz

Ensayista, editor y promotor cultural (Culiacán, Sinaloa, 1960). Reside en Tijuana desde 1967. Fue director de las revistas culturales Esquina baja (1987-1994) y Escena-rios (1994). Cursó estudios de licenciatura en turismo en la uabc (1979-1984). Director de la Biblioteca y del Departamento de Publicaciones de El colef (1989-1993). Miembro fundador y director de la Asociación Cultu-ral Río Rita. Coordinador del suplemento cultural Con-traseña del Diario 29. Becario del fonca, en Jóvenes Creadores 1990-1991 (ensayo literario). Fue profesor en la Universidad Iberoamericana y en la Universidad de Tijuana. Secretario de redacción de la revista académica Frontera norte (El colef, 1989-1992); editor de la Guía Internacional de investigaciones sobre México (El colef-ucsd). Jefe del Departamento de Cultura de Tijuana (1995-1998). Autor de En la línea de fuego/ Line of Fire (Tierra Adentro-Universidad de California en San Diego, 1992). Sus textos de crónica y ensayo han sido publicados en las antologías Lecturas de Baja California (inea, 1990), Pie-dra de serpiente (cnca, 1993), Vidas fronterizas/Border Lives (sdsu, 1995) y El margen reversible (imac, 2003). Director fundador del Instituto Municipal de Arte y Cul-tura (imac) de Tijuana (1998-2001). Fue representante del Instituto Mexicano de la Radio (imer) en Tijuana y gerente de Estéreo Frontera (2002). Director de la revista Tijuana metro, en dos épocas. Fue agregado cultural de México en San Francisco, California (2002-2004). Sus libros más recientes son Zona de turbulencia (2006) y Manual de so-brevivencia en la ciudad T (2013). Forma parte del Foro Cultural Ciudadano (focuc) y del Grupo de Reflexión so-bre Economía Cultural de la Universidad Autónoma Me-tropolitana Xochimilco (grecu). Actualmente es director del festival cultural Tijuana Interzona.

Gabriel Trujillo Muñoz

Poeta, narrador y ensayista (Mexicali, Baja California, 1958). Profesor de tiempo completo y editor de la uabc. Ha publicado más de un centenar de libros como autor y compilador. Entre sus obras están los poemarios Rastrojo. Poemas 1980-2000 (2002), Bordertown (2004) y Civilización (2009); las novelas Orescu. La trilogía (2000), Mexicali City Blues. La saga fronteriza de Miguel Ángel Morgado (2006), Codicilo (2004), Highclowd (2006) y Trenes perdidos en la niebla (2010), así como los libros de ensayo Literatura bajacaliforniana siglo xx (1997), Kitakaze. La comunidad japonesa en Baja California (1997), Baja California. Ritos y mitos cinematográficos (1999), La canción del progreso. Vida y milagros del periodismo en Baja California (1999), Los confines. Crónica de la ciencia ficción mexicana (1999), Testigos de cargo. La literatura policíaca mexicana y sus autores (2000), Vidas ejemplares (2000), Biografías del futuro (2001), Entrecruzamientos. La cultura bajacaliforniana, sus autores y sus obras (2002), Mexicali centenario. Una historia comunitaria (2002), Los hombres salvajes de la bandera roja (2010), Gente de frontera (2010), Tan cerca de Hollywood (2010) y Los Diablitos. Diez mil años de artes plásticas en Baja California (2011). Ha obtenido el Premio Nacional de Ensayo Abigael Bohórquez 1998, el Premio Nacional de Narrativa Colima para obra publicada 1999, el Premio Nacional de Poesía Sonora 2004, el Premio Binacional de Poesía Pellicer-Frost 1996, el Premio Binacional Excelencia Frontera 1998, el Premio Internacional de Narrativa Ignacio Manuel Altamirano 2005, el Premio de Narrativa Histórica de la Fundación Pedro F. Pérez y Ramírez 2006 y el premio en Artes 2009 por el Instituto Tecnológico de Mexicali.

Diccionario Enciclopédico de Baja California, Leobardo Sarabia Quiroz y Gabriel Trujillo Muñoz (coordinadores), se terminó de imprimir en septiembre de 2013, en los talleres de Laredo Impresores (Calzada Macristy de Hermosillo, 958, Col República Mexicana, C.P. 21250, Mexicali, Baja California). La edición estuvo a cargo del Departamento de Fomento a la Lectura de la Dirección de Desarrollo Cultural del Instituto de Cultura de Baja California. El tiraje consta de 1 000 ejemplares.