Vulnerabilidad Social Nicaragua

109
Ministerio de la Familia Caracterización de Grupos Vulnerables en Nicaragua

description

Vulnerabilidad Social Nicaragua

Transcript of Vulnerabilidad Social Nicaragua

Page 1: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

Ministerio de la Familia

Caracterización de Grupos Vulnerables en Nicaragua�

������������� �����

Page 2: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

��������������������������������

1.1- Introducción

l presente trabajo se inscribe en la fase de investigación participativa del proceso de formulación de la Política Nacional de Protección Social de Nicaragua; la condición de participación presupone que la política se fundamente en una síntesis de la experiencia

nacional e internacional, que surja de consensos acerca de la Nicaragua de futuro y de las responsabilidades que en la gestión de dicho instrumento normativo-administrativo se le asignen al estado, al mercado, a la sociedad civil y a las familias. A pesar de que este estudio de Conceptualización y Caracterización de Grupos Vulnerables en Nicaragua se está formulando como en el marco de la formulación de la Política de Protección Social, -requisito para alcanzar el punto de culminación entre las condicionalidades del proceso HIPC-, y que hay una vasta diversidad de literatura e investigaciones hechas por organismos financieros y agencias de cooperación internacionales que han sido revisadas, hay una voluntad manifiesta de parte de la Secretaría de Coordinación y Estrategia de la Presidencia, SECEP, y del Ministerio de la Familia, MIFAM, de partir de los saberes y experiencias nacionales públicas y privadas, en la construcción metodológica del mismo. El plano mundial ha sido testigo de la emergencia de múltiples ofertas conceptuales y políticas sustitutas a las de los paradigmas que sustentaron los modelos de estados de bienestar y sociedades nacionales que han hecho crisis o colapsado en el nuevo escenario de globalización acelerada de la economía, de los centros económicos de poder, la comunicación, la ciencia y la cultura. Tales ofertas se diferencian fundamentalmente en qué y dónde se asignan las responsabilidades del desarrollo y la seguridad humana, -enfoques que van desde la asignación de todas las responsabilidades al estado, hasta el que asigna al libre mercado y sus mecanismos, la capacidad de generar oportunidades para los individuos y resolver la satisfacción de sus necesidades-. En la sociedad nicaragüense, -con la naciente transición democrática, la debilidad institucional, el frágil estado de derecho, la desarticulación de nuestro mercado interno y su dependencia endeble frente al mercado externo-, la vulnerabilidad no solamente se amplifica si no que se constituye en elemento cotidiano. Frente a ello se pueden delimitar variadas opciones de combinación de responsabilidades cuya validación en experiencias concretas de abordaje de la vulnerabilidad constituyen un acervo valioso para nuestra construcción. La revisión y análisis documental que ha realizado el equipo consultor conduce a coincidir con aquellas / os que sostienen que “no hay receta” ni modelo que pueda sustituir la necesidad de construcción social de los conceptos y su instrumentalización cognoscitiva y de acción, para asegurar la inclusión de experiencias, lecciones aprendidas, aspiraciones, valores y temores que en cada sociedad particular hacen presencia, más aún cuando éstos son diferenciados y muchas veces contrapuestos entre los actores y grupos sociales que son o deben ser los sujetos del desarrollo. Este documento contiene primeramente el punteo de una serie de aspectos que anteceden el estudio; en el segundo capítulo se incluye el marco metodológico que sustentará la conceptualización y caracterización; el tercero contiene los hallazgos principales de la investigación con el análisis e identificación de las características de los grupos con vulnerabilidad y su ubicación geográfica de acuerdo a la disponibilidad de los datos de las distintas fuentes utilizadas: el cuarto contiene un análisis de la vulnerabilidad global de los

E

Page 3: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

hogares tomando cuenta las diferentes dimensiones de sus procesos de vida y en el último se presentan las principales conclusiones y recomendaciones que hace el equipo consultor sobre algunos aspectos de la formulación, implementación, monitoreo y evaluación de la Política. 1.2- Agradecimiento El equipo desea patentizar su reconocimiento a las/os funcionarias/os de las distintas instituciones que participaron en el proceso por su disponibilidad para compartir estudios, bases de datos, investigaciones, conceptos, experiencia y conocimientos. Nuestra gratitud particular a la Secretaría de Coordinación y Estrategia de la Presidencia, SECEP y al Ministerio de la Familia, MIFAM, en especial a las Especialistas en Protección Social, Vice Ministra, actual Ministra y a la Asesora en Fortalecimiento Institucional por su acompañamiento y apoyo brindado para la realización de esta consultoría. Por último, pero no por ser lo menos importante, pero sí, el elemento toral que ha guiado este esfuerzo, nuestra esperanza y buenos augurios a las miles de personas mujeres y hombres de este país de todas las edades y etnias en situación de vulnerabilidad, por su valentía y capacidad de resilencia ante las exclusiones, desastres naturales, pérdidas económicas y humanas por guerras, conflictos armados, sequías, inundaciones. Que este trabajo contribuya a que haya una mejor comprensión de su situación para el diseño de mejores y más eficaces intervenciones.

Page 4: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

���������

MARCO CONCEPTUAL Y METODOLOGICO 2.1- Antecedentes�

a situación sistemática de falta de acceso universal de la población nicaragüense a los servicios básicos, la inestabilidad institucional y política, la distribución desigual del ingreso y las carencias en el orden económico, social y político de Nicaragua reflejadas

históricamente en sus principales indicadores, ha engendrado una práctica institucional pública y privada de formulación e implementación de diversos planes, programas y proyectos que atienden a diferentes grupos de personas de todas las edades, que se encuentran, de forma estructural o temporal, en situaciones de vulnerabilidad. En el país históricamente se han realizado múltiples esfuerzos en la identificación y atención de grupos que viven situaciones de vulnerabilidad; esto ha implicado la creación, funcionamiento y transformación de instituciones públicas (caso Junta Local de Asistencia Social, Ministerio de Bienestar Social, Instituto Nicaragüense de Seguridad Social y Bienestar, INSSBI; Fondo Nicaragüense de la Infancia, FONIF; Ministerio de Acción Social, MAS, Secretaría de Acción Social, SAS, Ministerio de la Familia, MIFAM, entre otros); focalización de grupos por tipo específico de vulnerabilidad que viven; formulación e implementación de distintos programas; e intentos de coordinación institucional.

Estos esfuerzos institucionales han tenido sustentación normativa en las distintas políticas nacionales y sectoriales formuladas y en proceso de gestión en el país, las que incorporan dentro de sus aspectos principales la atención a grupos en situaciones estructurales o temporales de vulnerabilidad. Entre éstas se pueden mencionar: el Plan Nacional de Educación; la Política de Atención Integral a la Niñez; la Estrategia Reforzada de Crecimiento Económico y Reducción de la Pobreza, ERCERP, cuyo tercer pilar se refiere a la Vulnerabilidad Social; las Políticas Nacionales de Salud y Educación; Iniciativa para el Desarrollo Rural de Nicaragua; la Política Nacional de Seguridad Alimentaría; Bases para un Plan de Desarrollo Rural de Nicaragua, Políticas para el Sector Agropecuario y Forestal Nicaragüense, Agenda de Políticas del Sector Agropecuario y Forestal; la formulación participativa de la Estrategia Nacional de Desarrollo; las políticas de compensación instrumentadas por FISE, entre otras; cuyo impacto aún no ha sido evaluado.

La vasta y dispersa experiencia acumulada en Nicaragua necesita ser capitalizada y potenciada a partir de la identificación de las principales lecciones aprendidas, con miras a superar las debilidades y limitaciones que se han identificado, máxime en un período en el que se vislumbran pocas oportunidades de incremento de recursos externos, y del presupuesto gubernamental asignado a la protección social. Las principales lecciones reconocidas por el gobierno a partir de la revisión y selección de 79 programas y proyectos1 con un presupuesto total de inversión de US$ 181 millones en el 2000 y $795 millones programados para el período 2001-2005, permite elaborar las siguientes conclusiones:

���������������������������������������������������Una Revisión de los Programas Seleccionados de la Cartera de Reducción de Pobreza de Nicaragua. Reporte elaborado para la

SETEC por Nancy Gillespie, Gustavo Arcia, Ema Budinich, Mary Lisbeth González, Leonidas Saballos, Margarita Cortes, y Dulce María Mayorga. 18 de Mayo del 2001���

L

Page 5: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

� Los programas / proyectos deben mejorar su diseño, incluyendo además la especificación y

situación de vulnerabilidad y riesgos que deben enfrentar con su respectiva línea de base sobre las familias y personas a beneficiar. En algunos casos, el diseño de proyecto prácticamente asegura la captura de beneficios por los/as no pobres. Y, en otros casos, el concepto de proyecto podría no ser una respuesta apropiada al riesgo en cuestión2.

� Entre mejor definición y explicitación de las políticas y estrategias sectoriales, mayor consistencia con los programas y proyectos sobre reducción de vulnerabilidades. Casos ejemplos: salud y educación. Con relación a vivienda, desarrollo rural y desastres se necesita revisar las estrategias sectoriales para priorizar y guiar mejor las acciones para su respuesta.

� Hay áreas claves con relación a la vulnerabilidad donde la asignación de recursos tiene que ser priorizada, dado su impacto en la acumulación de vulnerabilidades o capitales: atención en salud, nutrición y desarrollo educacional de niños/as de 0-3 años; acceso a la legalización y titulación de viviendas y propiedades urbanas y rurales; y atención a riesgos personales, especialmente a la violencia doméstica. Ningún programa de la muestra responde al problema de la violencia intra familiar y sexual en Nicaragua.

� La eficiencia operacional de los programas tiene estrecha relación con tres aspectos claves: la selección e identificación de la población beneficiaria; la dimensión del alto valor de los beneficios invita a la captura de los/as no pobres y/o exigen capacidades administrativas y financieras más allá de las que tienen los hogares pobres; la duplicación de programas y la fragmentación de actividades entre los proyectos y todos los sectores, lo que lleva a una variación cualitativa en los beneficios proporcionados, variaciones en los costos de beneficios, y una carga excesiva de los costos administrativas. Una prioridad urgente para el gobierno de Nicaragua es la revisión del costo-eficiencia de los programas sectoriales para seleccionar estándares y líneas de políticas apropiadas.

� Hay que mejorar los sistemas de Seguimiento y la Evaluación de los programas. La información básica de los programas es muy limitada, y hay poca información disponible para medir los cambios en las situaciones de vulnerabilidad de los hogares, es decir, una evaluación de los resultados, efectos e impactos.

� La capacidad de formulación y negociación del gobierno con la cooperación debe ser prioridad, ya que la cooperación financia proyectos que reflejan sus propias prioridades y percepciones de necesidades; financian proyectos individuales y de inversión haciendo más frágil y costosa la ya limitada capacidad administrativa del país.

A partir de los antecedentes citados anteriormente se puede inferir que hay elementos estratégicos importantes para valorar como favorable en términos políticos, el ambiente de formulación de la Política de Protección Social. A manera conclusiva, se pueden mencionar estos tres aspectos:

�� Se tiene un consenso más o menos explicitado acerca de las aspiraciones y visión de futuro de la Nicaragua que desean la mayoría de las/os nicaragüenses, incluidas en diversos documentos como el de Visión de Nación (CONPES/CONADES), Diálogos Nacionales, Experiencias de Concertación Local de CONADES, los Informes de Desarrollo Humano del PNUD 2000 y 2002, (destacando la Encuesta Nacional de Aspiraciones incluida en el último), y la actual discusión alrededor de la Estrategia Nacional de Desarrollo (END), entre otros.

�� El punto de entrada de la formulación de esta política tiene su precedente en la ejecución y evaluación de otras políticas, programas y proyectos. Es decir, se va a

�������������������������������������������������� Ibid�

Page 6: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

formular una política nacional que ha tenido concreción previa en políticas operativas diversas, de las que ya hay lecciones aprendidas que marcará la pauta de su definición y alcance futuros.

�� Hay un consenso inicial alcanzado en el Taller del 28 – 29 de Noviembre del 2002 acerca de la conceptualización de la Protección Social para actores institucionales relevantes del gobierno, la sociedad civil y agencias de cooperación internacional, que es la base en la que se sustentará el marco metodológico propuesto para este estudio.

2.2- Operacionalización del Concepto El concepto inicial que ha sido consensuado, considera que Protección Social… “Es el conjunto de procesos, programas y acciones públicas, privadas y comunitarias, que habilitan, previenen y rehabilitan a aquellas personas, familias, grupos y comunidades, que por su situación de vulnerabilidad y exclusión, no han tenido, están en riesgo de perder o han perdido la capacidad de ejercer su derecho a niveles básicos de bienestar.” Como en todo proceso de construcción social, es factible que esta definición sea objeto de modificaciones futuras para precisar significaciones, delimitar alcances de las definiciones políticas, excluir o incluir elementos que la aproximen aún más a las condiciones, necesidades, potencialidades y valores del país. De cualquier forma, su producto principal es el consenso logrado, del que se derivan algunas premisas trascendentales para la delimitación de conceptos necesarios para operativizarlos en el análisis de la situación particular en Nicaragua. Estas son:

o La referencia a procesos, programas y acciones sitúa a las personas en el centro del

desarrollo, considerando la determinación y dinámica que deriva de la diacronía y especialidad de los sistemas sociales en las que están inmersas (familia, comunidad, gremio, grupo afín, etc.) y en sus aspiraciones, temores, creencias, valores y conflictos. Es decir, que las acciones se deben enmarcar en programas y procesos, o pueden ser aisladas de acuerdo a la irrupción abrupta de una catástrofe o emergencia.

Por otro lado, la protección social es un proceso continuo de decisiones políticas que se deben ir tomando y evaluando entre diversos actores, ya que su ámbito de actuación es complejo, en medio de concepciones, aportes y actuaciones diversas, y en ocasiones opuestas3.

o El concepto presupone la participación y por tanto asignan responsabilidades al estado, a la

sociedad civil, a las comunidades y a las familias. Es decir, que las redes de actores cumplirán una función específica en el marco de la vulnerabilidad, amparados en el marco de la justicia social y la solidaridad.4 Dada la diversidad de factores determinantes de la vulnerabilidad y su dinámica cotidianamente cambiante, es el conjunto y adecuada

���������������������������������������������������Güell, Pedro. Una política de protección social para Nicaragua: un mapa de disyuntivas y un proceso de decisiones. 28 de

Noviembre del 2002. La protección social, más allá de los aspectos técnicos y legales, tiene que ver con una construcción social, política y cultural de decisiones sobre determinadas disyuntivas que no tienen respuestas obvias. Por otra parte, la dispersión y relativa debilidad de la institucionalidad pública no permiten tampoco procesos exhaustivos y rápidos de racionalizaciones estratégicas

���Ibid. Una política de protección social es siempre una política de distribución de sacrificios; se trata de impuestos, de subsidios, de

quitar recursos a formas de inversión productiva para redistribuirla de otra manera. No hay protección social eficaz sin participación y solidaridad social.�

Page 7: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

combinación de decisiones y acciones asumidas desde los hogares, las comunidades y las instituciones que podrá darse la racionalidad y potenciación necesaria en el manejo social de los riesgos y vulnerabilidades. Es también el reconocimiento de que un porcentaje de la población ha tenido menos oportunidades para tener un nivel básico de bienestar y la sociedad en su conjunto debe desarrollar acciones colectivas para apoyarles.

Así mismo, hace referencia a personas, familias, grupos y comunidades indicando la necesidad de intervenciones integrales focalizadas en hogares y familias, sin prescindir de la necesidad y posibilidad de acciones específicas a grupos con vulnerabilidades similares (léase personas con discapacidad, niñas en explotación sexual infantil, como ejemplos).

o Fundamenta su objetivo en la Habilitación, Rehabilitación y Prevención conceptos

relacionados con la capacitación, enseñanza, adiestramiento, preparación, investidura, restablecimiento, recuperación de las personas para integrarse (o reintegrarse) al proceso de desarrollo con capacidades para ejercer las oportunidades y manejar el riesgo que de éste deriven, en condiciones de seguridad, libertad y sustentabilidad.

o La definición recoge la dinámica de los sistemas sociales en el sentido de reconocer

diferenciales en su situación de vulnerabilidad o exclusión en tanto no han tenido, están en riesgo de perder o han perdido, con lo cual también se reafirma el carácter situacional y circunstancial de las acciones de acuerdo a que si las personas presentan vulnerabilidades estructurales o temporales con base al tiempo en que han estado expuestos a los riesgos sociales y a su capacidad / incapacidad de respuesta a los mismos.

Coloca en perspectiva las diferentes condiciones en que se pueden encontrar hogares y comunidades de acuerdo a la situación cambiante de vulnerabilidad, relativa “seguridad” y o daño en el que fluctúan de acuerdo a la diversidad de factores que inciden en sus vidas; de ahí que contemple las situaciones de los grupos humanos con su correlato correspondiente de prevención, habilitación y rehabilitación de capacidades.

o Focaliza como sujetos y beneficiarios a las familias, grupos y comunidades en condiciones

de vulnerabilidad o exclusión, entendida ésta como el daño, la eliminación, separación de las personas para ejercer su derecho a niveles básicos de bienestar.

o La acotación a las capacidades tiene su sustentación en los conceptos desarrollados por el

Premio Nóbel de Economía Profesor Amartya Sen que cuestiona las formas tradicionales de concebir el desarrollo y sostiene que “el proceso de desarrollo económico se debe concebir como la expansión de las 'capacidades' de la gente. Este enfoque se centra en lo que la gente puede hacer y el desarrollo se ve como un proceso de emancipación de la obligada necesidad de “vivir menos o ser menos”5.

o Por último, la definición introduce al concepto del ejercicio de los derechos humanos,

situando la política como una respuesta del estado al ejercicio de la condición de ciudadanía, en la cual por valores sociales universalmente aceptados y con determinado grado de respaldo por el marco legal vigente, toda persona tiene per sé derechos inalienables y de perentoria garantía estatal.

���������������������������������������������������Víquez Roxana. Apuntes para una Política de Protección Social en Nicaragua. San José. Enero del 2003. Página 9

Page 8: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� �

Estos aspectos centrales de la definición que reflejan enfoques progresivos e integradores, se enriquecen al proyectar que basta solamente cubrir aquellos grupos poblacionales en grado extremo de precariedad por condición de pobreza o exclusión crónica, si no también aquellos que recién han recibido el embate de alguna amenaza, y aquellos en que sin contar con una protección adecuada están en condiciones de fragilidad. �

2.3- Seguridad Humana y Vulnerabilidad 2.3.1- Los Conceptos Se parte de considerar entonces que la Protección Social hace parte consustancial del proceso de Desarrollo Humano que en su acepción más general entenderemos como el proceso de ampliación de la gama de oportunidades de que dispone la gente para lograr sus aspiraciones. Las oportunidades se generan y se distribuyen en los diferentes grupos sociales como efecto de las políticas públicas, la dinámica propia del mercado evidentemente incididas por oportunidades y amenazas derivadas del entorno internacional; el desarrollo también implica un control de los riesgos que constantemente surgen en el proceso y que también son generados y distribuidos por efecto de las políticas, el mercado y eventos ambientales. Como es reconocido, oportunidades y riesgos no se distribuyen equitativamente, la lógica del mercado por lo general excluye de sus beneficios a quienes no cuentan con poder económico o político; las políticas públicas frecuentemente benefician a grupos de presión que están bien representados en el ámbito de los decidores de política; como también es frecuente, una política formalmente equitativa no siempre encuentra los instrumentos idóneos para que su implementación también lo sea. En este escenario, los grupos con menor capacidad y excluidos de los espacios de decisión no pueden aprovechar las oportunidades y se someten así a múltiples riesgos. Por ello es ahora reconocido que no basta con la generación de oportunidades. El Desarrollo implica también propiciar los mecanismos y fortalecer las capacidades para que los grupos accedan a ellas. El desarrollo humano requiere por lo tanto como su correlato necesario el concepto de seguridad humana que significa que la gente pueda ejercer esas opciones en forma segura y libre y que pueda tener relativa confianza en que las oportunidades que tienen hoy no desaparecerán totalmente mañana6. Este importante el concepto que se había circunscrito a la seguridad de los territorios y países contra la agresión externa, es decir, más con el estado-nación que con la gente en el marco de la guerra fría y los conflictos este-oeste, dejaba a un lado las preocupaciones de la gente común que procuraba tener seguridad en su vida cotidiana. La seguridad simboliza la protección contra el hambre, la amenaza de la enfermedad, el desempleo, el delito y los riesgos del medio ambiente7. Para el caso del análisis y caracterización de la vulnerabilidad en Nicaragua, y tal como está planteado en el Informe de Desarrollo Humano de Chile 1998, es preciso realizar una definición

���������������������������������������������������PNUD. Informe Mundial de Desarrollo Humano 1994. Nuevas dimensiones de la Seguridad Humana���Ibd.�

Page 9: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� �

nominal que concentre sus aspectos centrales y que permita posteriormente su traducción en operaciones medibles en el ámbito de las personas. En este marco, a nivel objetivo, se entenderá Seguridad Humana a partir de Que cada persona, familia, comunidad disponga de mecanismos, redes o vínculos que le permitan aprovechar y mantener las oportunidades sociales, manteniendo cursos de acción estables, protegida de las amenazas sociales por la vía de la disposición de mecanismos reparadores de los cursos de acción súbitamente interrumpidos. Aprovechar y mantener oportunidades se traduce en acceder a las diversas ofertas de bienes y servicios, información, relaciones y espacios de incidencia, así como a poder utilizarlas con la calidad adecuada y tiempo suficiente para obtener los beneficios de acuerdo a sus propias necesidades y aspiraciones. Si bien las oportunidades se identifican con la oferta de bienes y servicios en el ámbito público y privado, también deben considerarse como tales los eventos generados en la dinámica del mercado o de la gestión pública que constituyen coyunturas favorables a determinados fines de actores sociales concretos y que no hacen parte de lo que formalmente se conoce como “oferta”, ya que si inciden en el comportamiento de los actores porque modifican factores de restricción. La capacidad de identificar ofertas o eventos favorables y de movilizar recursos para su aprovechamiento oportuno y sustentable es parte consustancial de la noción de seguridad y por tanto de competitividad, prosperidad y desarrollo. La antítesis de la seguridad humana es la vulnerabilidad social, como característica de los grupos sociales en la que de manera crónica o abrupta, manifiestan limitadas capacidades para integrarse por sí mismos a las dinámicas del desarrollo o cuentan con una fragilidad manifiesta para resistir, asimilar y recuperarse ante las amenazas del entorno; de ahí que existan grupos de población que por sus limitadas capacidades acumuladas no tienen posibilidades de acceder a las oportunidades y de mantenerlas en el tiempo. En tal sentido se traduce el concepto de “sin capacidad para ejercer su derecho...” incluida en el consenso. La seguridad humana y la vulnerabilidad, vistas desde la perspectiva de las personas, también tienen un componente de subjetividad. La protección es una necesidad subjetiva integral. Desde una perspectiva subjetiva, la seguridad, tanto como la vulnerabilidad, es un hecho indivisible. Uno puede tener acceso a un muy buen sistema de protección en salud, pero si lo asaltan en la calle se genera una situación subjetiva general de inseguridad que cubre los distintos aspectos de la vida diaria, incluida la salud física8. Por otro lado, y viéndolo desde la subjetividad, la seguridad humana se refiere a la evaluación que las personas hacen respecto de la existencia y eficacia de los mecanismos de seguridad de que disponen y que sedimenta en un particular estado psicológico9. Se incluye otra definición importante de seguridad presentada por Pedro Güell en su ponencia, refiriéndose a que la seguridad humana es un proceso para aumentar las capacidades de la gente para que puedan aprovechar sostenidamente las oportunidades, gracias a que hay una sociedad que está sistemáticamente evitando las interrupciones de este proceso.

�������������������������������������������������8 Ibid 3�9 PNUD. Informe de Desarrollo Humano de Chile. 1998. Pág 79

Page 10: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

Partiendo de que lo que se persigue con una Política de Protección Social es lograr mayores niveles de seguridad humana de las personas, se puede definir la Vulnerabilidad como la dificultad que tienen las personas, grupos, familias y comunidades para incorporarse a partir de las propias capacidades en un proceso dinámico y sustentable de desarrollo. La noción de “condiciones básicas de bienestar” que contiene la definición consensuada de Protección Social manifiesta el umbral mínimo socialmente aceptable de seguridad, en el entendido en que por debajo de ese umbral se amenazan los objetivos consensuados para el desarrollo de las personas y el conjunto de la sociedad misma, siendo evidente que la población objetivo de la política se ubicaría bajo este umbral. La definición de los “umbrales mínimos” no es ni puede ser algo arbitrario. Para efectos de política pública se parte de combinar aspiraciones y valores éticos que se expresan como situaciones deseadas y metas intermedias en el camino de acuerdo a las posibilidades reales de una sociedad de proporcionar o promover tal condición para todos / as sus ciudadanos / as. Hay un consenso sobre los objetivos globales de desarrollo incluidos en Cumbres y Conferencias Internacionales con metas específicas para ciertos indicadores a los que los distintos países se han comprometido; éstos se han concretado en marcos legales (constitución y leyes específicas), y en metas económicas y sociales incorporadas en políticas, planes, estrategias y programas nacionales, como la ERCERP, END, entre otras. Estos consensos se traducen en parámetros técnicos que establecen la definición de una situación, la forma de construcción y medición de variables que constituyen ya convenciones internacionales, entre las que se pueden citar las definiciones de desempleo, pobreza, requerimientos calóricos y proteicos, canasta básica, índice de hacinamiento, medición del estado nutricional, etc.). En la mayor parte de las situaciones examinadas existen amplios consensos acerca de los parámetros de valoración. La noción de bienestar así mismo, nos ubica en la multidimensionalidad de la situación bipolar de seguridad-vulnerabilidad, que conjuga en una sola realidad indivisible e interdependiente de las personas y los hogares las condiciones de seguridad en las diferentes esferas de la vida, de tal forma que en un sólo proceso vital se dinamizan e interrelacionan la seguridad económica, la seguridad alimentaria, la protección contra las enfermedades y la muerte, la seguridad personal contra la violencia, la seguridad ambiental contra los peligros de desastres, etc. En la realidad concreta, las dinámicas sociales, económicas, políticas y culturales encuentran en las personas una dimensión única de la seguridad-vulnerabilidad que no admite la “sectorización” o la segmentación ni de los procesos, ni de las dinámicas de las personas mismas. Las vulnerabilidades sociales se agregan en un solo proceso de vida en la cual se relacionan todas las dimensiones, de tal forma que, si bien se puede tener seguridad en algunas dimensiones de la vida social y ser vulnerable en otras, la dinámica social las relaciona modificándose mutuamente. En cada familia y grupos social, todas las dimensiones (salud, educación, vivienda, empleo, alimentación, etc.) están presentes con algún grado de incidencia y afectación en la situación, sin menoscabo de la expresión de una de las dimensiones como la predominante por la naturaleza específica de la condición del momento. Por ejemplo: la discapacidad, además de las condiciones de limitada capacidad física, sensorial o mental tiene connotaciones laborales,

Page 11: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

educativas, de protección o discriminación, etc. De la misma manera la salud tiene afectación en el empleo y la productividad, en las relaciones al interior del hogar (cuidados) o en la comunidad (contagios, riesgos compartidos, etc.) y en los gastos que a su vez afectan la disponibilidad de recursos para otras dimensiones. La presencia de vulnerabilidad en una, varias o en todas las dimensiones de la vida social, la forma particular en que se conjugan y la intensidad de las mismas establecen como resultado un vector que sintetiza el grado de vulnerabilidad global como característica de un hogar, por ello los grupos humanos oscilan entre: • Los mayores grados de seguridad humana (con mínimas vulnerabilidades aparentes) en los

cuales se reduce el margen de incertidumbre propio de los procesos sociales, traducido en el lenguaje común con que se “tiene el futuro asegurado” para sí y sus descendientes.

• Los mayores grados de vulnerabilidad en la que no se cuenta con protección en ningún aspecto de la vida, casi siempre asociado a condiciones de pobreza crónica y marginalidad, en la cual la incertidumbre domina el día a día en una condición de precaria sobrevivencia.

• En los estratos intermedios el grado de seguridad o vulnerabilidad dependerá de las predominancias y los grados de certidumbre e incertidumbre son variables.

Las condiciones de seguridad-vulnerabilidad resultan de la combinación de la trilogía oportunidades-capacidades-riesgos y la vulnerabilidad consistiría ya en un binomio capacidades-riesgos, en tanto se está excluido de las oportunidades que al no ser accesibles se convierten en riesgo. Por ejemplo, no tener acceso a crédito representa el riesgo de no poder realizar inversión productiva y por tanto, de no generar ingreso (en un ciclo agrícola o comercial); no tener acceso a la escuela de inmediato se traduce en descapitalización de capital humano y el riesgo de la reducida competitividad en el mercado laboral; no tener acceso a los servicios de salud multiplica los riesgos de enfermedad, discapacidad o muerte. La dinámica de intercambio oportunidad-riesgo es una constante para los grupos sociales, la exclusión con respecto a una oportunidad se revierte en riesgo, a su vez, el ejercicio de una oportunidad casi siempre significa asumir algún grado de riesgo de cuyo grado de control dependerán las probabilidades de éxito en términos de cumplir con las aspiraciones que motivaron la dinámica. Por último, la dinámica de intercambio social entre oportunidades y riesgos, se da también entre actores o grupos sociales, en el sentido en que una misma situación que para uno es oportunidad para otro puede significar un riesgo, lo que en una sociedad de libre mercado es sumamente frecuente dado la diferencia de intereses entre diferentes grupos; por ejemplo: la posibilidad de inversión de un grupo podría representar la generación de riesgos ambientales o sanitarios para otros. De esta manera, en el contexto de un proceso global de desarrollo que cuenta con políticas, estrategias, planes y programas, se generan ofertas y eventos de oportunidad que serán accesibles para algunos, pero no para todos / as; por ello, la Política de Protección Social debe hacer parte del conjunto de políticas, precisando su focalización en los grupos en situación de vulnerabilidad, es decir, los/as excluidos/as de las oportunidades generadas por las políticas públicas macros y sectoriales y por el mercado, por tanto con elevada fragilidad frente a los riesgos.

Page 12: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

2.3.2- Las Capacidades frente a las Oportunidades y Riesgos10 Las personas vistas individualmente, son abstracciones en tanto no se vean insertados en el sistema social en que desarrollan sus vidas, más aún en Nicaragua en donde las aspiraciones, vínculos y temores personales constantemente tienen referencia al núcleo familiar. “No somos aún sociedades de individuos en las que las personas se representan en primer lugar a sí mismos” (Güell, 2002). Las capacidades, riesgos y vulnerabilidades no son problemas individuales, son percibidos y en realidad así son, como problemas de la familia. Los hogares, comunidades y agregados territoriales locales o nacionales, cuentan para enfrentar un escenario cotidiano de oportunidades y riesgos, con diferentes expresiones de sus capacidades cuyo fortalecimiento (acumulación progresiva) es el centro del proceso mismo de desarrollo humano, las que para ser objeto de análisis se han agrupado en:

• Capital humano: El principal y más valioso recurso, concretado en conocimientos, habilidades, destrezas de las personas que con su cosmovisión interpretan sus situaciones y toman decisiones de acuerdo a sus aspiraciones. De este capital dependen todas las decisiones que afectan el resto de activos, las de ejercer derechos y oportunidades, así como de asumir o evitar los riesgos. Evidentemente las capacidades de decisión y acción dependerán de los grados de información, libertad y acceso real que se tenga con respecto a las fuentes de oportunidades (mercados, instituciones, programas, etc.).

• Capital económico: traducido en todos los recursos que determinan una particular

inserción productiva; se expresa en los activos de medios de producción (tierra, equipos, locales, herramientas, etc.), fuentes y montos de los ingresos, ahorros, rentas y capacidades de inversión o de insertarse en las diferentes dimensiones del mercado.

• Capital patrimonial: Incluye todos los activos físicos no vinculados a actividades

productivas, si no a las reproductivas en el hogar y que expresan uno de los factores esenciales en la protección, seguridad y bienestar de los hogares, tales como la vivienda (su calidad y servicios), equipos y enseres domésticos, etc.

• Capital social: sintetiza la diversidad de relaciones entre los individuos y hogares que

construyen una identidad con sentido de pertenencia y expresada en relaciones de apoyo, protección y ayuda mutua. El capital social es entendido como la “acumulación de experiencias compartidas que han ido estableciendo redes sociales, instituciones informales, lazos sociales, valoraciones comunes de lo que es positivo o negativo para el desarrollo y la convivencia y ciertas identidades territoriales.”11

Si bien el capital social se centra en el tejido social endógenamente construido (denominado por algunos como informal), se incluye también el construido socialmente por incidencia de factores exógenos (también llamado formal) entendido como aquellas formas de relación más corporativa generada en las comunidades por efecto de la incidencia de “agentes externos” (instituciones, organismos, proyectos) tales como cooperativas, comités de desarrollo, juntas de agua, servicios comunitarios de salud o educación.

�������������������������������������������������10 Ver Gráfico N° 1�11 Informe de Desarrollo Humano. Chile. 1998�

Page 13: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

• Capital cultural: expresa la acumulación social e intergeneracional de tradiciones, cosmovisión, valores y principios que rigen la vida y las relaciones con el entorno natural y social. Constituye un determinante de las relaciones de género e intergeneracionales en el hogar y las posibilidades de comportamientos sociales conforme a una ética históricamente construida y transmitida.

• Capital Político: Constituido por la relación de hogares y comunidades con las

instituciones y organismos (incluidos servicios institucionales públicos o privados), que oscilan entre la marginalidad y exclusión hasta el pleno acceso; de tal forma se concretan tanto las posibilidades reales (económicas, geográficas, temporales) de satisfacer demandas de servicios y de tener incidencia en los procesos y estructuras de decisiones que les afectan, ya sea en forma directa o de manera representativa.

Del grado de acumulación que los hogares y comunidades hayan alcanzado en cada una de estas capacidades así como de la forma en que se conjuguen frente a oportunidades y riesgos, dependerá entonces un determinado grado de seguridad o vulnerabilidad. Los efectos de las políticas públicas, así como las fluctuaciones del mercado (internacional, nacional, territorial, sectorial) y en sus principales expresiones concretas (mercado laboral, de tierras, de créditos, precios de compra o de venta, etc.), constituirán los determinantes de su expresión como opción o amenaza para los hogares y comunidades. De hecho, la conjugación de las políticas públicas y las fluctuaciones del mercado, establecen una determinada distribución de las oportunidades y riesgos. El grado de equidad o inequidad de dicha distribución establecerá las posibilidades de acceso de los diferentes grupos sociales; por lo general la predominancia del mercado favorece a los grupos más pudientes en las oportunidades y transfiere los riesgos a los grupos con menores capacidades. A las políticas públicas y el comportamiento de los mercados se agregan los eventos positivos o negativos que derivan del ambiente (buen invierno, sequía, desastres, etc.). En la dinámica cotidiana, la movilización de las capacidades de los hogares frente a oportunidades y riesgos está mediada por las decisiones que se adoptan al momento; estas decisiones generalmente se basan en un cálculo de la relación costo-beneficio (desde lo más intuitivo a lo más sistematizado). En ésta se sintetiza el cálculo de los recursos a invertir en el aprovechamiento de la oportunidad y del beneficio de ejercerla, el cálculo del riesgo que implica la oportunidad misma y el cálculo del riesgo que implicaría el no aprovechar la oportunidad. El cálculo y la decisión subsiguiente dependerán de las propias capacidades acumuladas (cosmovisión, aspiraciones, conocimiento, experiencia, información, posibilidad de movilizar recursos, etc.) y por tanto de quién(es) y cómo se toman las decisiones en el hogar, así como de la dimensión temporal que tengan las necesidades y aspiraciones. Las decisiones en los hogares generalmente son tomadas por los hombres, obviándose que en la división genérica del trabajo, las mujeres están más concientes y cercanas a las necesidades y aspiraciones del resto de miembros del hogar. Existen muchos estudios que ilustran esta dinámica (ver Endesa 98 y 2001, FIDEG, ) y múltiples los ejemplos: la decisión de no matricular niñas/os en la escuela obedece a que el costo (matrícula, textos, vestuario) en el corto plazo excede por mucho el beneficio que se ve difuso en el mediano y largo plazo, mientras el beneficio en ingresos del trabajo infantil reduce los riesgos apremiantes de la sobrevivencia en el corto plazo; en este caso, se intercambia un riesgo de mediano plazo en la acumulación de capital humano (educación y salud de la infancia), por una “oportunidad” de sobrevivencia en el corto plazo.

Page 14: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

La decisión de lavarse o no las manos antes de manipular alimentos o después de ir al baño (letrina), obedecerán en la mayoría de las veces al cálculo del costo de la disponibilidad de agua, de ahí que por más que se exponga a una población a la oportunidad de informarse sobre hábitos higiénicos para el control de riesgo epidemiológico, si se trata de la zona seca en donde acarrear agua significa el esfuerzo e inversión en tiempo diario de varios miembros del hogar, el cálculo del costo prevalecerá sobre el cálculo del riesgo. Como éstos, podrían enumerarse un sinnúmero de ejemplos de decisiones cotidianas que se basan en el cálculo del intercambio oportunidad-riesgo, entre ellos: el buscar atención institucional para la enfermedad (costo de transporte, costo de oportunidad de trabajar, costo de atención frente a beneficios y riesgo de acuerdo a gravedad de la enfermedad); el migrar dentro o fuera del país (beneficio en ingresos frente a riesgo de seguridad o descomposición familiar), etc.

������������ ���������������������������������������

2.3.3- Manejo Social del Riesgo Desde esta perspectiva toda situación humana implica riesgos, por ello la seguridad no excluye la exposición a riesgos; la diferencia estriba en que unos cuentan con capacidades acumuladas en lo privado o en lo público para realizar un manejo adecuado del riesgo, de tal manera que pueden evitar que algunos se concreten, prepararse para minimizar daños, y asegurar una rápida recuperación de las capacidades perdidas cuando un riesgo se hace efectivo.

Page 15: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

De ahí que los grupos con mayores capacidades viven en las áreas menos propensas a desastres, cuentan con infraestructura sólida y servicios básicos, con seguros privados de vida y de salud, aseguran sus activos, cuentan con ahorros suficientes para cubrir una interrupción temporal en la generación de ingresos, con infraestructura y servicios de vigilancia que los protegen de pérdidas de bienes o violencia; además, tienen fácil acceso a núcleos de poder y servicios públicos de protección. Aún así, estos grupos tienen algún grado de vulnerabilidad en tanto existen riesgos que afectan a todos / as y no pueden ser modificados desde estos hogares o grupos específicos. En contraste, los grupos con menores capacidades acumuladas, no cuentan con activos para cubrir sus necesidades de sobrevivencia cotidiana, cuentan con fuentes de ingreso de baja productividad y por lo general inestables y frágiles a los altibajos del mercado; su alta exposición a riesgos económicos, sanitarios, ambientales, etc., determina que cualquier evento es catastrófico, siendo cada vez más devastadores y más frecuentes de manera que desacumulan constantemente capital productivo y capital humano, “La pobreza tiene relación con la vulnerabilidad, ya que los pobres habitualmente están más expuestos a riesgos, pero al mismo tiempo tienen poco acceso a instrumentos adecuados de manejo del riesgo” (Holzmann, 2000). Se debe relevar, sin embargo, los mecanismos de control de riesgo de los grupos con mayores niveles de vulnerabilidad, que aunque limitados, poco eficientes y muchas veces negativas (sacrificar acumulación de capital humano), constituyen un acervo de experiencias y potencialidades a ser tenidas en cuenta por la política de protección social; de hecho las condiciones de pobreza y marginalidad condicionan a que ellos casi siempre sean endógenos e informales. Hay múltiples ejemplos desde las familias que ilustran sus alternativas de evitar el riesgo: en las actividades económicas seleccionan actividades simples de baja productividad, uniforman el consumo (reducción sustantiva o selectiva); intensifican la fuerza de trabajo familiar (trabajo de mujeres y niños / as), racionalizan los costos modificando la estructura familiar (familias extensas), la migración que además de generar nuevas fuentes de ingreso reduce consumo, hasta las opciones ilegales de robo, prostitución o tráfico de drogas. Adicionalmente, desde los grupos de familias, con lazos de consanguinidad o de vecindad, existen múltiples formas de solidaridad o de mecanismos de compartir los riesgos, que desde experiencias seculares conforman un tejido social con diferentes grados de cohesión o conflicto. El resultado es la acumulación de capital social. El capital social como cualquier otro activo se acumula y se reproduce en tanto el tejido social se consolida. La forma más evidente de capital social es la establecida entre hogares con el propósito de resolver problemas de corto plazo. Se expresa como muestras de solidaridad por enfermedad o pérdida de familiares o de donaciones puntuales de comida. Los servicios comunitarios ancestrales (curanderos, parteras) son una forma de capital social para el control de riesgos a la salud. El capital social informal con fines productivos es menos desarrollado o menos aparente y requiere siempre de mayores niveles de confianza y cohesión social, pero pueden mencionarse “la mano vuelta” utilizada en el campo del Pacífico y Centro de Nicaragua. Así mismo se ha venido desarrollando un capital social formal bajo la inducción de “agentes externos” que han promovido cooperativas, autoconstrucción de viviendas, servicios comunitarios de salud, educación y recreación.

Page 16: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

Sin embargo y como resalta Pedro Güell (11,2002), “el capital social es ambiguo por naturaleza, una red de amigos que sirve para solucionar problemas mediante la movilización de solidaridades, puede ser también la base que permite organizar una banda de asaltantes”, de tal forma que la valoración del capital social debe ser cuidadosamente estudiada, no son pocos los casos conocidos en que una buena organización comunitaria desarrollada con base a la movilización de recursos propios, entró en conflicto o sirvió para el aprovechamiento personal cuando le fueron incorporados recursos externos para su manejo. Las condiciones de seguridad-vulnerabilidad así entendidas son dinámicas y cambiantes, en tanto las capacidades humanas socialmente se acumulan y se desacumulan, los riesgos se modifican en magnitud y frecuencia y por la interdependencia entre todas las dimensiones de la vida en sociedad por la cual una condición de vulnerabilidad en un aspecto puede tener como consecuencia la pérdida de la situación de “seguridad” conque se contaba en otras. La interdependencia de las vulnerabilidades tiene multitud de ejemplos cotidianos, la condición de relativa seguridad económica de una familia se puede perder por la muerte o discapacidad de uno de los perceptores de ingreso, a su vez tal muerte puede haberse derivado de: • Las condiciones de inseguridad sanitaria que facilitaron la expansión de una epidemia o

impidieron la adecuada atención de una dolencia. • El incremento de los delitos contra la propiedad o contra las personas. • Accidentes de tránsito dada la creciente inseguridad vial. Los riesgos también se modifican en el tiempo, ya sea por la fluctuación de los mercados de bienes, servicios o de trabajo, o por la incidencia de políticas públicas de orden macroeconómico, fiscal o sectoriales, o bien por deterioro ambiental progresivamente acumulado, o por los efectos de la globalización o los mercados internacionales. 2.3.4.- La Vulnerabilidad Social Como sistema social, los hogares representan el nicho en donde se determinan las posibilidades básicas de desarrollo y realización de las personas; de sus capacidades y de las posibilidades de movilización de las mismas deriva el aprovechamiento o no de oportunidades y la eficacia o no en el manejo de riesgos. Las posibilidades de los hogares se potencian o restringen por la existencia de la red familiar y comunitaria, así como de la relación o exclusión con el ámbito institucional y político que afecta su vida. Si bien las determinantes finales de las posibilidades de las personas se encuentran en el ámbito familiar, comunitario y social, esto no niega que dependiendo de las características individuales (edad, género, educación, experiencia, relaciones, iniciativa y creatividad) y del grado de relativa autonomía en decisiones y acción, las personas emprendan cursos de acción por si mismas, modificando así la situación familiar acumulando o desacumulando sus activos. Las capacidades familiares se expresan en sus activos, entendidos como el conjunto de recursos de toda índole (humanos, económicos, cognoscitivos, socio afectivos, culturales, políticos) de que se dispone, en el entendido en que son agregados de recursos en los cuales se invierte y se acumulan o desacumulan según la inserción familiar en los procesos de desarrollo y según el grado de seguridad-vulnerabilidad con que se cuente. Asumiendo la vulnerabilidad social como la condición en que confluyen capacidades familiares o comunitarias y los riesgos a que se exponen en la dinámica social, entonces podrá

Page 17: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

aproximarnos a su medición y análisis con base a las diversas variables que expresan o capacidades, o riesgos e incluso daños. Se entiende como daño o pérdida la expresión a un grado de exposición a una amenaza y a un determinado grado de capacidad de resistir o recuperarse. Un ejemplo clásico es la desnutrición infantil (daño) que manifiesta un determinado grado de seguridad o vulnerabilidad alimentaria. Las capacidades se manifiestan en los activos que se acumulan o desacumulan en la transición vital de familias y comunidades como producto de su particular integración o marginalidad con respecto al desarrollo; los riesgos se manifiestan como la posible ocurrencia de eventos negativos cuyo impacto se traduce en perdida de capacidades y bienestar para las familias y comunidades. El daño se expresa como una condición en la que los hogares o comunidades se encuentran por efecto crónico o abrupto de una determinada vulnerabilidad. De ahí que los grados de seguridad o vulnerabilidad pudieren ser evidenciados por las magnitudes que adquieren variables que miden capacidades, riesgos o daños. 2.4- Marco Metodológico 2.4.1- Referentes Ha constituido un gran reto para las/ os analistas de la vulnerabilidad social el desarrollo de herramientas metodológicas que logren reconstruir de una manera aproximada la situación y dinámica real que las variables tienen dentro de los hogares o grupos poblacionales en cada situación singular, dadas las diferenciales de peso (determinación, condicionamiento, etc.) de cada variable puede tener en el resultado final y las diversas relaciones de interdependencia que éstas tienen entre sí. Los múltiples estudios realizados en otras partes del mundo, y particularmente en Latinoamérica y Nicaragua, han utilizado diversas opciones operacionales, que aportan un enfoque y una propuesta instrumental, de las que se han tomado muchos de los elementos que configuran el marco conceptual y la operativización metodológica del presente trabajo. La mayor parte de los estudios asocia la vulnerabilidad con la pobreza o con las variables que expresan las condiciones particulares que determinado programa pretende modificar, de tal forma que la vulnerabilidad ha sido calificada de acuerdo a un daño o a un conjunto de ellos. La operacionalización de la vulnerabilidad ha utilizado tres métodos principales, la distribución de cierto tipo de daños asociado a los niveles de pobreza; la construcción de un índice ponderado con base a la agregación de daños presentes; o la utilización de modelos econométricos que generan índices predictivos de la probabilidad de vulnerabilidad en un grupo específico o territorio de acuerdo al conjunto de variables asociadas a tal probabilidad. Los estudios han contribuido a disponer de un grado de aproximación al conocimiento o explicación de la situación de vulnerabilidad de los grupos estudiados, casi siempre útil para la operativización de un programa / proyecto, sin embargo para los objetivos y alcance de este trabajo, los métodos utilizados impiden su replicabilidad por la forma en que han sido propuestos: • Los estudios se han diseñado como instrumentos de focalización, selección de beneficiarias

/ os o para el establecimiento de línea de base para el monitoreo y evaluación de programas y proyectos con una oferta predefinida, de tal manera que ha sido muy

Page 18: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

determinante el sesgo intencional de la intervención que releva solamente la carencia o daño que se intenta modificar.

• Otros estudios están orientados hacia un determinado grupo de población (niñez, jóvenes, etc.), determinado sector (demográfico, educación, desastres, etc.); hacia una problemática precisa (violencia, consumo de drogas, inseguridad alimentaría, etc.). Estos, aportan valiosos enfoques en los análisis de los procesos particulares a que hacen referencia, mas no logran asociar variables ubicadas en otras dimensiones o que son determinantes generales en la vida de las personas, hogares y poblaciones. De esta forma se restringe la multicausalidad e interdependencia de los factores que afectan la situación en estudio.

• Algunos han utilizado modelos econométricos que constituye una opción instrumental de gran valor por el mayor nivel de aproximación a la dinámica real en tanto aporta a la simulación de las condiciones de complejidad, multicausalidad e interdependencia de la vulnerabilidad.

Sería óptimo que el presente trabajo, asumido como primera aproximación instrumental para la caracterización de grupos en condición de vulnerabilidad, fuera posteriormente complementado por un trabajo de esta naturaleza, contando anticipadamente con la cobertura adecuada a la exigencia en recursos tecnológicos y sobretodo tiempo para un exhaustivo proceso de construcción, depuración y validación de variables y modelos.

Para efectos del presente trabajo, y dado que las encuestas nacionales tienen representatividad regional y departamental, todos los demás estudios constituyen además de sus aportes en términos de disponibilidad de información, de un enfoque específico de interpretación de la vulnerabilidad y de una validación de propuestas de instrumentalización de variables, elementos estratégicos que nos apoyarán en la ilustración de ciertas variables en sus desagregaciones y descripciones municipales. 2.4.2- Operacionalización de Variables A efectos de una operativización expedita de la seguridad-vulnerabilidad con que cuentan los hogares o grupos en Nicaragua, y concordantes con la multidimensionalidad de la relación bipolar seguridad-vulnerabilidad, se definieron una serie de dimensiones que facilitan un ordenamiento que permite colocar en la misma categoría capacidades, riesgos y daños, de tal forma que serán una combinación de las categorías ordenadoras de ellos mismos. Dimensiones de la seguridad-vulnerabilidad��:

Económica Alimentaria Habitacional Demográfica Educativa Sanitaria Ambiental* Organizativa* Institucional* Cultural*

Para cada dimensión, excepto para las marcadas con asterisco, se seleccionaron variables que miden capacidades, variables que miden oportunidades / riesgos y variables que miden daños. Se intentó la mayor aproximación posible al listado de variables más cruciales en cada

�������������������������������������������������������������������������������������������������������������� ��������!��"����������#�����$����%������������

���&�����������&��%���'��(��������&��������������������)���������������&��%���'���������������"����)������

�����#������������������*���%����������)���������

Page 19: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

categoría y a los niveles en que cada una puede ser analizada; así mismo explicitando el rango de variabilidad posible de sus magnitudes clasificando las situaciones de seguridad o vulnerabilidad de acuerdo a la característica de cada magnitud, ya que algunas serán variables continuas, otras discretas y otras dicotómicas. Las variables de capacidades expresan la situación transversalmente estudiada de las consecuencias de un proceso previo, establecen las magnitudes actuales de un activo del hogar que debe interpretarse como el resultado de un proceso de acumulación o desacumulación progresiva, en el caso de procesos estructurales crónicos; o de forma intempestiva en el caso de procesos de aparición súbita. Ejemplos del primer caso podrían ser la acumulación de la escolaridad, las condiciones de la vivienda, o la tenencia y funcionalidad de los activos productivos; del segundo tipo podrían mencionarse los ingresos, los ahorros. Las variables de oportunidades / riesgo, expresan el acceso o exclusión con respecto a ofertas de bienes o servicios, que en algunas ocasiones es una variable que mide objetivamente la exposición a la oportunidad específica o su no exposición que se asume de hecho como un riesgo. Las variables de daños expresan una pérdida presente al momento del estudio que se asocian a eventos únicos o cotidianos de exposición de las capacidades a un determinado riesgo; los daños siempre se asocian a una desacumulación inmediata o mediata de capacidades no siempre perceptible en una encuesta como de las que disponemos. En muchas ocasiones en realidad la variable mide un riesgo que se ha hecho efectivo, con lo cual se presume de inmediato la presencia de un daño que no es posible evidenciar. La opción derivada del marco conceptual y de las posibilidades reales del estudio es la construcción multietápica de índices de vulnerabilidad en cada una de las dimensiones ordenadoras, conforme a la combinación posible de las dos categorías de variables que se han incluido: de capacidades y de presencia o no de daño. Esta construcción plantea una determinada condición actual en proceso dinámico de acumulación o desacumulación, coincidente con el paradigma de diacronía planteado como característica de la situación de vulnerabilidad que viven los hogares y que es fundamental para la definición de intervenciones. De esta forma, en la mayoría de las dimensiones ha sido posible lograr una aproximación para evidenciar la situación de los hogares en términos las capacidades con las que cuentan en un determinado momento calificándolas si son “aceptables” o “no aceptables“de acuerdo a los parámetros de referencia socialmente aceptados, mencionados anteriormente como “umbrales mínimos” seleccionados a partir de metas internacionales y sus concreciones nacionales en políticas, estrategias y planes, de acuerdo a las condiciones particulares de Nicaragua, ya que evidentemente los umbrales o parámetros no son válidos para otros países con diferentes condiciones de desarrollo humano. A fin de lograr un acercamiento a la dinámica de la situación de los hogares se incorpora la visualización de si se está en proceso de prosperidad (acumulación) en tanto se ha accedido a alguna oportunidad, o de deterioro (desacumulación) de dichas capacidades, si se halla expuesto a un riesgo (exclusión de oportunidad), o si se cuenta con un daño (pérdida) presente al momento del estudio. De ahí que los criterios de selección de las variables dentro de cada una de las dimensiones traduzcan la operacionalización del marco conceptual, definiendo la variable que de manera

Page 20: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

más aproximada refleje el grado de capacidad acumulado por los hogares en el momento del estudio correspondiente, y que permita establecer los rangos de acumulación o desacumulación tangibles y verificables que representen de la mejor forma los estados de seguridad y vulnerabilidad en que se encuentren los mismos. Equivalentemente, en el caso de las variables de oportunidad/ riesgo/ daño se seleccionaron las que mejor expresan el proceso de acumulación/ desacumulación en que cada hogar se halle al momento del estudio y en cada una de las dimensiones definidas, como la mejor forma de aproximación a lo que en la realidad sucede con cada hogar en su vida cotidiana; es decir, siempre sometido al flujo y reflujo de oportunidades y riesgos se transita entonces por situaciones de prosperidad o de pérdidas o ambas combinadas en un mismo momento. En realidad es siempre una combinación ya que “dentro” de una misma dimensión, pueden darse las dos situaciones, tomemos por ejemplo:

• En un hogar con varias fuentes de ingreso, suele suceder (y es muy frecuente) que mientras en una se próspera en otra se desacumula por quiebra o desempleo.

• Mientras el conjunto del hogar puede estar cada vez más excluido de los servicios

públicos de salud por costo o retracción de los servicios (derivado de reducción presupuestaria y/o mayor concentración de RRHH) algún miembro del hogar ha podido conseguir un empleo del que goza de seguridad social.

La combinación es mucho más frecuente cuando se cuenta con una mirada global o “integral” de todas las dimensiones de la seguridad-vulnerabilidad y en los espacios de la interdependencia entre éstas, dado el caso de los vínculos entre las diferentes dimensiones y la multitud de variables del entorno que inciden en diferentes espacios y momentos en procesos que tienen relativa autonomía. La situación es más ambigua en el caso de las estrategias de sobrevivencia en condición de gran vulnerabilidad; es por todos /as conocido, por ejemplo, la ampliación de la utilización de la fuerza de trabajo familiar con la inserción de niños / as en el trabajo para aumentar ingresos, con lo que generalmente se desacumula capital humano por deserción escolar o exposición a riesgos a la salud. También lo es el caso de que bajo la presión del desempleo se acepte una ocupación de alto riesgo que culmina con accidentes o enfermedades discapacitantes. Son los mecanismos de intercambio de riesgos en condiciones de restricción mayor para la elección de opciones, en los que se acumula en una dimensión, aceptando (o sometiéndose a) la desacumulación en otra. Uno de los problemas operacionales de este enfoque que intenta ser lo más integrador y dinámico posible, consiste en que los estudios disponibles son cortes transversales en el tiempo; en ocasiones las variables informan de períodos previos con mayor o menor amplitud de acuerdo a la naturaleza de dicha variable (trabajó en la última semana, mes o año, antecedentes reproductivos de las mujeres, enfermedad en los últimos 30 días, muertes en los últimos cinco años, etc.), pero difícilmente pueden informar la sincronía de aquellos procesos que a pesar de estar vinculados tienen ritmos de acumulación y desacumulación diferentes, y que requerirían estudios de seguimiento de los mismo hogares y/o grupos; tampoco se evidencian variables de procesos que requieren de técnicas o métodos especializados para ser medidas y que no hacen parte del tipo de encuestas de hogares que se disponen.

Page 21: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

Evidentemente al seleccionar y relacionar variables, se simplifican procesos que son más complejos en la realidad, más aún cuando se trata de reconstruir empíricamente en una sola situación procesos tan diversos, múltiples y contradictorios; por tanto, como todo estudio, se trata de la mayor aproximación posible de lograr con la información, técnicas y tiempo disponible. En un primer momento se instrumentarán las variables “dentro” de cada dimensión de la seguridad-vulnerabilidad asignando un valor dicotómico o no mayor de tres valores (alto, medio, bajo) a la capacidad existente en el hogar, y de la misma manera al riesgo-daño correspondiente, de tal forma que, en lo fundamental se estaría frente a cuatro grupos de hogares cuyo esquema operacional sería:

En el caso del grupo con baja vulnerabilidad y en proceso de acumulación (BA) queda claro que se trata de los hogares en mejor situación, ya que no solo cuentan con capacidades “aceptables” si no también se hallan ejerciendo oportunidades y evitando daños. Es muy probable que resuelvan sus necesidades conforme a sus aspiraciones contando con recursos económicos, de información y de poder para insertarse en el mercado e incidir en las políticas para su beneficio. El grupo con baja vulnerabilidad pero en proceso de deterioro (BD), podría interpretarse como los estratos medios que han visto restringirse sus opciones en el mercado y que evidencian daños que conllevan futura desacumulación de sus capacidades; demandan cada día más a los servicios públicos (educación y salud pública), han reducido sus fuentes y montos de ingreso, están en desempleo, etc. Podrían demandar atención entonces de las políticas públicas en el campo económico (apoyos, créditos, etc.) y sociales para controlar mejor los riesgos del mercado. El tercer grupo, con alta vulnerabilidad pero sin daño “aparente” (AA), describiría la situación de hogares relativamente pobres pero que cuentan con mecanismos para aprovechar opciones del mercado o de las políticas públicas. Ya sea en el ciclo de maduración de ese hogar o en los futuros hogares de sus descendientes, están acumulando capacidades que seguramente reducirán su propia vulnerabilidad. En tanto es alta la volatilidad del mercado y de la implementación de políticas públicas en un escenario de recesión y fragilidad institucional; es necesario monitorear muy de cerca este grupo, ya que en cualquier momento pueden necesitar el apoyo de la protección social. El último grupo de alta vulnerabilidad y en deterioro (AD), es claramente la población meta de la Política de Protección Social, ya que no solamente cuentan con reducidas capacidades si no que por su propia condición y por estar excluidos, están en proceso de desacumulación, es decir de aumentar su vulnerabilidad presente. De esta manera se llegaría a un índice de vulnerabilidad en cada una de las dimensiones, restando la agregación de los mismos para visualizar la vulnerabilidad global de cada hogar.

CAPACIDADES RIESGO-DAÑO VULNERABILIDAD OPCIÓN

Ausente Baja acumulando (BA) Mercado ACEPTABLE Presente Baja en deterioro (BD) Mercado(¿)/Política pública(¿) Ausente Alta acumulando (AA) Políticas públicas / política de Prot

social(¿) NO ACEPTABLE Presente Alta en deterioro (AD) Política de Protección Social

Page 22: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

El proceso completo de la instrumentación metodológica puede verse en el Gráfico N° 2.

������������������������������� �!���"��

VULNERABILIDAD

DAÑOS-RIESGOSCAPACIDADES AmbientalesCapital Humano Económicos (com, fluc)Capital económico Gastos (extra,catastrof)Capital patrimonial Exclusión socialCapital social Sanitarios(Epid, Acc, )Capital cultural PolíticosCapital Político Conflictos, violencia

EDUCATIVA ALIMENTARIA SANITARIA HABITACIONAL

DEMOGRAFICA

Asalariados Pobreza

DepartamentoTERRITORIO/URBANO/RURAL

Alta en Deterioro

Region Municipio

INDICE GENERAL DE VULNERABILIDAD

INSERCION PRODUCTIVA INGRESO-CONSUMOCuenta propia Quintiles

Sexo de la jefatura

BAJA Acumulando

Media en Deterioro

ECONOMICA

NO DAÑO

SI DAÑO

INDICES ESPECIFICOS DE VULNERABILIDAD

ADECUADA

INADECUADA Alta Acumulando

CONDICIONES DE CONTEXTO (Meso)

Nuclear/Extensa

HOGAR

Page 23: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

CAPÍTULO 3 CARACTERIZACIÓN DE LAS CONDICIONES DE SEGURIDAD VULNERABILIDAD.

on base al marco conceptual y matriz de variables modificadas con los aportes de diferentes actores institucionales interesados en la formulación de la Política de Protección Social, se procedió a procesar la información de la Encuesta Nacional de

Medición del Nivel de Vida realizada por INEC en 2001, asumida como la encuesta que de manera más amplia cubre las diferentes dimensiones en que se ha estructurado la condición de seguridad-vulnerabilidad de la población en Nicaragua. Asimismo, la ENMNV es la que mejor asegura la posibilidad de estructurar la información de acuerdo a la unidad de análisis que se ha definido, como son los hogares, ya que otras encuestas se refieren a grupos específicos, sin que se puedan atribuir las variables fundamentales, al conjunto del hogar del que hacen parte. La ENMNV brinda variables fundamentales acerca de las diferentes áreas de interés acerca de la situación de los hogares, incluyendo su composición, educación, salud, vivienda, trabajo, etc., por lo que ha posibilitado el análisis de la mayor parte de las dimensiones de vulnerabilidad anotadas, aún cuando en buena parte de las ocasiones no coincidan plenamente con las variables que podrían calificarse de óptimas en cada caso, de cualquier forma si ha permitido una gran aproximación a la situación existente. De hecho, el análisis realizado se ha a adaptado a la información que brinda la encuesta en la búsqueda de su aprovechamiento máximo, aún así, algunas de las dimensiones y variables que derivan del marco conceptual del presente trabajo, no hacen parte de los enfoques o prioridades contempladas en la ENMNV, en tales casos se sugiere incorporar variables de éstas dimensiones en los instrumentos de implementación, focalización y selección de beneficiarios / as de la Política de Protección Social cuando ésta ya esté formulada. En cada una de las dimensiones se procesaron las variables que se consideraron fundamentales y prioritarias para la caracterización de los hogares en términos de sus grados diferenciales de seguridad-vulnerabilidad, teniendo como principio metodológico el llegar- siempre que fue posible- a configurar dos variables dicotómicas (Aceptable, No aceptable), a fin de caracterizar los grupos de vulnerabilidad, tal y como se planteó en el marco metodológico. Como podrá observarse en algunos casos, el propósito de reflejar con la mayor aproximación posible el grado de complejidad de los procesos que en la realidad viven los hogares, se combinaron variables primarias cuya síntesis no facilitaba la reducción hasta la dicotomía, de tal forma que fue necesario introducir tres valores para no sacrificar calidad en la pertinencia y relevancia de la variable. En todos los casos, una de las variables caracteriza las condiciones de las CAPACIDADES de los hogares en cada una de las dimensiones, mientras la otra caracteriza las condiciones en que se presentan para ese mismo hogar la conjugación de OPORTUNIDAD / RIESGO en esa misma dimensión en términos del acceso a oportunidades o situación de exclusión con respecto de las mismas, o lo que es lo mismo, el nivel de control o exposición a un determinado riesgo; de ésta forma en la mayor parte de los casos se configura 4 opciones de combinación de los valores de las dos variables: �� Hogares con Capacidad Aceptable y en condición de acceso/ aprovechamiento aceptable

de oportunidades.

C

Page 24: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

�� Hogares con Capacidad Aceptable y en condición de exclusión de oportunidades y/o de exposición a riesgo.

�� Hogares con Capacidad No Aceptable y en condición de acceso/ aprovechamiento aceptable de oportunidades.

�� Hogares con Capacidad No Aceptable y en condición de exclusión de oportunidades y/o de exposición a riesgo.

Cada uno de éstos grupos estructuran los niveles de caracterización del nivel de seguridad-vulnerabilidad de cada hogar en la especificidad de cada una de las dimensiones establecidas, que se podrá interpretar en términos de las consecuencias de procesos pasados que se han acumulado / desacumulado en las capacidades existentes al momento de la encuesta, las cuales a su vez se enfrentan a procesos presentes de abordaje de oportunidades / riesgos que tendrá consecuencias en sus posibilidades futuras. De ahí, que cada uno de los cuatro grupos pueden se valorados en términos de su dinámica de DESARROLLO / SEGURIDAD, superando las visiones estáticas que solo visualizan un corte en el tiempo. De ésta forma las dinámicas de cada grupo se caracterizarían así: �� Se mantiene en proceso de PROSPERIDAD, con aceptables capacidades y acumulando

nuevas. �� Se encuentra en proceso de DETERIORO RECIENTE, en tanto el hogar ha logrado una

acumulación aceptable de capacidades pero su exclusión de oportunidades y/o exposición a un riesgo está en proceso de desacumularlas.

�� Se encuentra en proceso de MEJORAMIENTO, ya que cuenta con una baja acumulación de capacidades pero su ejercicio actual de oportunidades inserta el hogar en proceso de estar acumulando nuevas.

�� Se mantiene en proceso de REPRODUCCIÓN O PROFUNDIZACIÓN DE SU VULNERABILIDAD, lo que significa cronicidad de tal condición en tanto cuenta con capacidades bajas y continúa desacumulando.

Cada una de las variables utilizadas fue procesada de los datos primarios de la encuesta, en algunas la variable dicotómica final es sólo una recodificación de la variable original, en otras es el resultado de la combinación de varias variables primarias, en la presentación de los resultados se expone el proceso de construcción de cada una para facilitar su comprensión. Cada una de las variables se tabuló de acuerdo a su distribución por sexo de la jefatura del hogar, área de residencia, regiones y condición económica (quintiles de consumo), a fin de completar la caracterización y ubicación de los grupos.�En todas las dimensiones analizadas se partió de la muestra establecida en la ENMNV 2001, constituida por 4.191 hogares cuya expansión al universo da representatividad de 976.648 hogares. El factor de expansión de hogares, diferenciado territorialmente configura una distribución del universo por región y área de residencia como se muestra en la siguiente tabla. Sin excepción todas las variables fueron procesadas para el universo ponderado de hogares al que refieren todos los resultados, los cuales a su vez incluyen el total de hogares a excepción de las variables referidas a la dimensión educativa y la demográfica en las cuales la muestra se reduce a los hogares en los que hay niños / as de 3 a 17 años en la primera y a los hogares en los que hay mujeres de 15 a 49 años en la segunda. Todas las variables del estudio han sido procesadas como atributo de los hogares asumida como la unidad de análisis, por ello, en todos los casos las variables que son características de

Page 25: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

individuos (matricula escolar, enfermedad, fecundidad, empleo, etc.) se han agregado según su presencia en cada hogar, de tal forma que el valor presentado constituye un atributo del hogar como reflejo de la situación del conjunto de sus miembros. Cuadro No 1. Factor de Expansión de Hogares por Región y Residencia.

Solamente dos variables que son atributos de personas han sido directamente asumidas como atributos del hogar como son el sexo y la escolaridad del jefe, por considerarse que son atributos que constituyen determinantes globales a las características del hogar como un todo. 3.1 Dimensión Educativa� La educación constituye la principal aspiración para la mayor parte de los/ as nicaragüenses, en la Encuesta Nacional de Aspiraciones (ENA. PNUD-IDH 2002) el 36% de las personas entrevistadas aspiran a mejorar sus capacidades o las de sus hijos / as, con mejoras al nivel educativo presente. Los/ as nicaragüenses tienen una alta valoración de la educación como forma de acumular mayores capacidades para abordar los desafíos de la vida y tener mejores oportunidades de empleo e ingresos. Evidentemente, como ha sido ampliamente estudiado existe una asociación muy marcada entre la mejoría de su situación general en correspondencia con la mejor educación, para muchos constituye el canal de ascenso social y la única pero muy valiosa herencia que transfiere a su descendencia. La dimensión educativa, constituye uno de los determinantes fundamentales del proceso de acumulación de capital humano en cada hogar, comunidad y en la sociedad en general, entendido éste capital como lo que las personas saben y son capaces de hacer, de crear y producir, de relacionarse y decidir; sintetiza el cúmulo de conocimientos, habilidades y destrezas que evidentemente derivan de procesos educativos y de la experiencia práctica; así mismo la educación entendida no sólo como transferencia de conocimientos si no formación personal acumula conocimientos y valores que recrean y modifican cosmovisión y

Urbano Rural Total Urbano Rural Total

Muestra de ENMNV2001Managua 509 44 553 21.6 2.4 13.2Región Pacifico 907 557 1,464 38.6 30.3 34.9Región Central 613 856 1,469 26.1 46.5 35.1Región del Atlantico 323 382 705 13.7 20.8 16.8Total muestra 2,352 1,839 4,191 100.0 100.0 100.0

Universo Ponderado. Factor de expansión HogaresManagua 242,901 22,336 265,237 40.5 5.9 27.2Región Pacifico 178,985 134,288 313,273 29.9 35.6 32.1Región Central 126,816 167,730 294,546 21.2 44.4 30.2Región del Atlantico 50,444 53,148 103,592 8.4 14.1 10.6Total universo 599,146 377,502 976,648 100.0 100.0 100.0

Region N° de hogares Composición Porcentual

Page 26: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

comportamientos reproducidos culturalmente, de tal forma que el proceso educativo incide no sólo en productividad económica sino en comportamientos y roles intrafamiliares, auto cuidado y en las relaciones sociales y con el ambiente. Difícilmente en un trabajo global como el presente y con la información disponible, se pueda abarcar la gran complejidad y diversidad del proceso social educativo, para efectos de caracterizar en grado de seguridad-vulnerabilidad educativa en el hogar en el contexto del presente trabajo, se adoptaran dos variables que manifiestan la continuidad del proceso intergeneracional de acumulación o desacumulación educativa, como lo es la escolaridad del / la jefe/ a del hogar y la inclusión o exclusión escolar de los/ as niños / as entre 3 y 17 años. En el caso de la escolaridad del / la jefe/ a del hogar, a pesar de constituir un atributo de la persona también constituye un elemento determinante de las condiciones generales en que se ha desarrollado ese hogar desde su conformación, tanto en los ingresos como en decisiones sobre las posibilidades de sus miembros. En el caso de la matricula escolar, se asume que las posibilidades de acumular capital educativo se inician a partir de los 3 años con la educación preescolar siendo las oportunidades básicas de que al menos complete la secundaria o una educación técnica como base para optar por mejores oportunidades de trabajo. �

3.1.1 La escolaridad del Jefe/a del Hogar Expresa una de las dimensiones más importante de la capacidad en capital humano actual del hogar, en tanto de ella deriva en buena parte la inserción social y productiva del hogar, así como la capacidad cotidiana de tomar decisiones, de ahí su asociación con variables como el nivel de consumo (pobreza), con la mortalidad infantil, la fecundidad, todas ellas variables cruciales en la caracterización de situaciones de vulnerabilidad. Cuadro No. 2 Años de Escolaridad de Jefes/ as de Hogar según Residencia y Sexo.

El 29 % de los/ as jefes de hogar son analfabetas y el 46% tienen primaria completa o incompleta, de tal forma que el 75 % de los hogares están encabezados por personas que tienen sólo primaria o menos como nivel educativo, El analfabetismo rural persiste con un índice muy alto (45%), mientras la diferencia de género en la

jefatura de hogares es ligeramente mayor en las mujeres. Los/ las jefes/ as que tienen más de 6 años de educación son ampliamente mayoritarios en lo urbano con el 36 % con relación a lo rural donde son apenas el 8 %. Como era de esperar los promedios de años de escolaridad de los/ as jefes de hogares urbanos es casi el doble de los/ as jefes de hogares rurales, la escolaridad de los jefes varones es mayor que la de las jefas mujeres lo que se reproduce en lo urbano y lo rural, sin embargo, cuando se examina el promedio de escolaridad en todos los miembros de los hogares mayores de 12 años, se observa, primero una gran mejoría producto de la expansión del sistema educativo en las dos últimas décadas, así mismo se reduce hasta virtualmente desaparecer la

Urbano Rural Mujer Hombre

Ninguno 18.2 45.5 31.5 27.8 28.81 a 3 años 17.2 23.9 19.0 20.2 19.84 a 6 años 28.2 22.5 26.4 25.9 26.06 a 12 años 27.1 6.9 18.8 19.4 19.2Mas de 12 años 9.3 1.2 4.4 6.8 6.1

Promedio 5.9 2.5 4.3 4.6 4.5

Años de escolaridad

Residencia Jefe de hogar Total

Page 27: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

desigualdad de género, derivado de la mayor permanencia y menor rezago educativo de las mujeres. Cuadro No. 3 Años de Escolaridad del Jefe/ a del Hogar por Región

La proporción de jefes de hogar analfabetos / as es muy alta en las regiones rurales del Atlántico, la Central y Pacífico, donde la proporción de jefes/ as con más 6 años de escolaridad es muy minoritarios. El grupo de escolaridad primaria (6 años o menos) es relativamente similar en todas las regiones oscilando entre el 40 y el 49 %. El promedio de escolaridad de los/ as jefes/ as de hogar es mayor en Managua, el

Pacífico urbano y la región Central urbana superando los 5 años de promedio, las áreas rurales de las tres macro regiones mantienen un promedio alrededor de los 4 años de escolaridad.

Cuadro No. 4 Promedio de Escolaridad del Jefe/ a del Hogar. según Quintiles de Consumo

La brecha por condición económica del hogar es muy amplia, mientras en el quintil de menor consumo (Q1) los/ as jefas de hogar no llegan a dos años de educación, en el quintil superior el promedio es 4 veces mayor, oscilando alrededor de 8 años de promedio. El 55% de los jefes/ as de hogares del primer quintil son analfabetos /as y sólo el 1.7% tienen más de 6 años de educación. Aún cuando la situación es totalmente inversa en el 5° quintil éste segmento

refleja bajos niveles educativos que incluye un 10.7% de población analfabeta. �

3.1.2 Matrícula de Niños /as entre 3 y 17 años. El canal de ascenso educativo opera en tanto los/ as niños / as tengan acceso al sistema educativo, de ser así, asumimos que el hogar independientemente de la capacidad educativa medida en él/ la jefe del hogar, está acumulando capacidades en capital humano que traerán mejores oportunidades futuras, de no ser así, es decir, si los/ as niños/ as están en situación de exclusión de la escuela, asumimos entonces que el hogar está desacumulando capital humano, que como se sabe en el caso educativo, constituye una vía cuasi automática de reproducción intergeneracional de la pobreza. Niños/ as de 3 a 6 años. El 42% (404.800) del total de los hogares del país tiene niños/ as en edad de 3 a 6 años, de los cuales el 47% tiene sus niños/ as en alguna modalidad de educación preescolar, mientras el 53% tienen uno o más niños/ as sin cobertura del sistema.

Region Ninguno 6 años o menos

Mas de 6 años

Promedio

Managua 14.1 46.4 39.5 6.6Pacifico Urbano 18.0 47.4 34.6 5.8Pacifico Rural 37.9 49.6 12.5 4.2Central Urbano 23.0 43.5 33.5 5.7Central Rural 47.1 44.8 8.1 3.6Atlantico Urbano 24.8 40.2 35.0 5.1Atlantico Rural 51.4 40.9 7.7 3.8Total 28.8 45.8 25.3 5.9

Años de escolaridad del jefe del hogar

Ninguno 6 años o menos

Mas de 6 años

Promedio

Q1 55.2 43.1 1.7 1.6Q2 40.5 51.0 8.4 2.6Q3 29.8 52.1 18.1 3.7Q4 23.9 46.4 29.7 4.9Q5 10.7 39.2 50.0 7.6

Total 28.8 45.8 25.3 4.5

Años de escolaridad de jefe de hogarQUINTILES DE CONSUMO

Page 28: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

�������+���������������+�,�-�������������,��������.���%��������������/��0���������(�.�1���

La exclusión escolar es mayor en el área rural donde sólo el 38% de los hogares tienen todos sus niños/ as matriculados, el 62% registra uno o más niños/ as no matriculados incluyendo hogares hasta con tres y cuatro niños/ as sin cobertura preescolar. En las ciudades el

54% de los hogares con niños/ as de 3 a 6 años los tienen matriculados. Los hogares encabezados por mujer cuentan con mayor cobertura de educación preescolar que los jefeados por hombres.

La mayor cobertura preescolar se encuentra en el Pacífico urbano, Central urbano y Managua con cifras en el rango de 55% al 60% de hogares con todos sus niños/ as matriculados, la menor cobertura esta en el Atlántico rural (22%); atlántico urbano (39%) y Central rural (41%). La brecha por condición económica es de 2.3 veces mayor la cobertura preescolar del quintil de hogares con mayor consumo (70%)

con relación al quintil de menor consumo (29%). Sin embargo habría que hacer notar que la cobertura de niños/as más pobres se ha incrementado sustancialmente con base a los programas de preescolares comunitarios. Niños/ as de 7 a 12 años. El 53% del total de hogares tienen niños/ as entre 7 y 12 años, de los cuales el 87% tiene todos sus niños/ as matriculados, el 14% tienen uno o más niños/ as fuera de la escuela primaria. �������+���������������+�,�-�������������,��������.���%��������������/��0���������(�.�1��

De la misma forma que el nivel preescolar, la matricula es mayor en los hogares urbanos donde el 92% tiene sus hijos/ as matriculados, mientras esa condición sólo se reporta en el 78% de los hogares rurales. La condición de exclusión escolar

combinada con mayor número de niños/ as es mayor en lo rural. La matrícula es mayor en Managua (95%) y menor en la Central y Atlántico rural (73 y 72%). El 98.4% de los hogares con niños/ as pertenecientes al quintil de mayor consumo tienen todos/ as sus niños/ as matriculados/ as, mientras en el quintil de menor consumo la cobertura llega al

Urbano Rural Mujer Hombre

Todos matriculados 54.1 38.6 50.7 45.8 46.91 niño no matriculado 37.9 46.1 40.8 41.8 41.62 niños no matriculados 7.7 13.4 7.2 11.4 10.43 niños no matriculados 0.4 1.8 1.0 1.1 1.14 niños no matriculados 0.0 0.1 0.2 0.1

Hogares con Niños de 3 a 6 años

Residencia Jefe de hogar Total

Urbano Rural Mujer Hombre

Todos matriculados 92.2 78.0 89.5 84.7 86.01 niño no matriculado 5.5 14.7 7.8 10.1 9.52 niños no matriculados 1.6 4.0 1.6 3.0 2.63 niños no matriculados 0.7 2.5 0.8 1.7 1.54 niños no matriculados 0.1 0.7 0.3 0.3 0.3

Residencia Jefe de hogar TotalHogares con Niños de 7 a 12 años

Hogares con todos sus niós/as de 3 a 6 aós matriculados

Región% de

HogaresQuintil

% de Hogares

Managua 56.0Pacifico Urbano 54.9 Q1 28.7Pacifico Rural 45.8 Q2 41.8Central Urbano 57.0 Q3 45.2Central Rural 41.5 Q4 59.9Atlantico Urbano 39.6 Q5 70.4Atlantico Rural 22.7 Total 46.9Total 46.9

Cobertura por Region Por quintil de consumo

Page 29: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

73% por tanto el 27% de hogares de éste quintil tienen uno o más niños/ as fuera del sistema escolar. Niños/ as entre 13 y 17 años. El 45% de los hogares tienen niños/ as entre 13 y 17 años, de los cuales el 39% tienen uno o más niños/ as fuera del sistema educativo. �������+���������������+�,�-���������������,��������.���%��������������/��0���������(�.�1���

La exclusión escolar en el nivel secundario es del 27.5% para los hogares urbanos y de 55% para los rurales. Los/ as adolescentes de los hogares encabezados por mujeres tienen mayor acceso al sistema educativo con el 68% de éstos hogares, mientras sólo en 58%

de los hogares jefeados por hombres. La más baja cobertura siempre se concentra en las regiones Central y Atlántico rural (49% y 45%). En Managua, Pacifico urbano y Central urbano la cobertura oscila entre 78% y 73%. Síntesis de Matrícula Escolar de Niños/ as entre 3 y 17 años. Definiendo como riesgo / daño educativo para cada hogar la condición de exclusión del sistema escolar, se han calificado como hogares con pleno acceso educativo cuando tienen a todos sus niños/ as matriculados en el sistema educativo y como hogares sin acceso cuando cuentan con uno o más niños/ as fuera del sistema escolar. �������+���2�3����������������������+�,�-��������������,������)�����������(����������)���0���������(�4�&�-������"������

Del total de 976.648 hogares nicaragüenses en 768.200 (79%) cuentan con niños/ as en edad escolar (de 3 a 17 años), el 21% de los hogares no tienen niños/ as en ésta edad. De los hogares con niños/ as el 63.2% tienen pleno acceso educativo ya que tienen todos sus niños/ as matriculados y el 36.8% tienen uno o más niños/ as fuera del sistema educativo por lo que se califican “sin acceso pleno educativo”. Las barreras de acceso al sistema escolar están presentes en casi la mitad de los hogares rurales

(46%) y en la tercera parte (30%) de los hogares urbanos. La exclusión escolar esta presente en una mayor proporción de los hogares jefeados por hombres (39%) con relación a los encabezados por mujeres (32%), presumiblemente asociado al hecho de que la mujer no sólo asigna mayor valor a las oportunidades educativas si no que, cuando depende de su decisión la ejerce aún en condiciones adversas.

Urbano Rural Mujer Hombre

Todos matriculados 72.5 44.6 67.7 58.1 61.21 niño no matriculado 23.2 39.7 26.6 31.3 29.82 niños no matriculados 4.1 12.2 4.0 9.1 7.43 niños no matriculados 0.2 3.0 1.5 1.3 1.44 niños no matriculados 0.5 0.2 0.2 0.2

Residencia Jefe de hogar TotalHogares con Niños de 13 a 17años

Tipo de hogar Pleno acceso Sin acceso

Urbano 69.5 30.5Rural 54.0 46.0Jefa Mujer 68.3 31.7Jefe Hombre 61.1 38.9Total 63.2 36.8

Matricula escolar en Hogares con niños de 3 a 17 años

Page 30: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

�������+���5�3�������������������"����������+�,�-��������������,������)�����������(����������)���0���'��(����0��������

La exclusión escolar es particularmente alta en las regiones Atlántico rural y urbano y en el Pacífico rural, es menor en Managua, el Pacífico urbano pero, aún significativo en tanto es mayor al 30%. Destaca la región Central urbana con el menor índice de hogares con exclusión educativa (26.7%) y la región Central rural que aún cuando es muy alta (39.6%) es la menor de las regiones rurales superando incluso al Pacífico rural. Las regiones Atlántica rural y urbana, aunque aportan

bajos porcentajes al total de niños /as sin acceso, a lo interno son regiones con muy altos porcentajes de exclusión, con 41% y 50.5% de niños/as sin acceso respectivamente. La situación reflejada en la región Central podría asociarse a los efectos de la inversión educativa realizada en el marco de los programas de rehabilitación post-Mitch y en el contexto de los programas de reducción de pobreza que focalizaron sus recursos mayoritariamente en la Zona Norte y Las Segovias, de cualquier forma la región Central rural es la que más aporta hogares sin acceso educativo con un 23.5% del total nacional, de la misma forma que Managua con el 22% y el Pacífico rural con el 20%. �������+���6�3�������������������"����������+�,�-��������������,��)���7��������

Como era de esperarse, los hogares ubicados en el quintil de menor consumo son los que registran mayor nivel de exclusión en el acceso al sistema escolar con más de la mitad (53%) de hogares en tal condición, Tambien son significativamente altos los porcentajes de hogares del 2do y 3er quintil con más de 40% de hogares sin acceso educativo. De hecho el aporte de los tres quintiles de menor consumo (Q1, Q2, Q3) al total nacional de hogares sin acceso

educativo es similar, mientras el aporte del quintil de mayor consumo (Q5) es menor de la mitad de aquellos. 3.1.3 Seguridad-Vulnerabilidad Educativa De acuerdo al enfoque conceptual hemos construido el índice de seguridad-vulnerabilidad educativa combinando dos variables dicotómicas, �� El nivel educativo expresada como aceptable cuando el jefe del hogar tiene más de 6 años

de educación y de “no aceptable” en caso de tener 6 o menos años de educación.

Pleno Acceso Sin Acceso Pleno Acceso Sin Acceso

Managua 68.1 31.9 26.8 21.7Pacifico Urbano 69.4 30.6 17.6 13.4Pacifico Rural 54.2 45.8 13.6 19.8Central Urbano 73.3 26.7 11.3 7.1Central Rural 60.4 39.6 20.7 23.5Atlantico Urbano 59.0 41.0 5.1 6.1Atlantico Rural 49.5 50.5 4.8 8.4Total 63.3 36.7 100.0 100.0

En regionesMatricula escolar en Hogares con niños de 3 a 17 años

RegionesPor region

Pleno Acceso

Sin Acceso

Pleno Acceso

Sin Acceso

Q1 46.6 53.4 12.6 24.8Q2 55.4 44.6 16.5 22.9Q3 58.7 41.3 19.8 24.0Q4 71.3 28.7 25.1 17.4Q5 80.3 19.7 26.0 11.0

Total 63.3 36.7 100.0 100.0

Matricula escolar en Hogares con niños de 3 a 17

Quintiles de Consumo

Por Quintil En Quintiles

Page 31: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

�� El acceso a la educación, expresado como Pleno acceso, cuando todos los/ as niños/ as entre 3 y 17 años del hogar están matriculados en el sistema educativo y Sin Acceso, cuando uno o más de los/ as niños/ as entre 3 y 17 años del hogar están fuera del sistema educativo.

Al combinar las dos variables se configuran cuatro grupos con diferentes grados de seguridad-vulnerabilidad educativa, observándose en la siguiente tabla: �������+�����.���������8���������������������������������������9�����������(�.����������

Se aprecia en el cruce de variables la diferencia en la situación intergeneracional en tanto la condición de vulnerabilidad medida en la generación de los/ las jefes de hogar (No aceptable) es muy extendida llegando al 75% de los hogares, mientras en la generación de los/ as niños/ as la condición de vulnerabilidad (Sin acceso) se ha

reducido estando presente en el 37% de los hogares. En tanto la escolaridad del jefe refiere al acceso educativo tenido en el pasado y el acceso de los/ as niños/ as refiere de una situación presente. Se evidencia que históricamente la vulnerabilidad educativa se ha reducido sustancialmente como producto de la expansión de la cobertura del sistema educativo en las últimas dos décadas. Si bien la situación de mejoría intergeneracional mencionada es válida en general para el conjunto de hogares, no es así, en los segmentos de hogares agrupados por diferenciales de seguridad-vulnerabilidad educativa. Un primer grupo que combina una aceptable escolaridad de los/ as jefes/ as de hogar con el pleno acceso de los/ as niños/ as al sistema escolar, que sería la condición deseable para todos y por tanto de menor vulnerabilidad, representa apenas el 18.5% del total de los hogares del país, se trata de hogares que en pasado han tenido acceso a oportunidades educativas y las siguen teniendo y acumulando por tanto mayor capital humano. Un segundo grupo, combina escolaridad aceptable en los/ as jefes/ as pero en la actualidad los/ as niños/ as están sin acceso educativo, es decir refleja acceso a la educación en el pasado y por tanto los/ as jefes/ as acumularon un nivel educativo mayor que la primaria, pero sus niños/ as están ahora sin acceso educativo, por tanto están en un proceso de desacumulación y deterioro, representa una minoría de 6.4% del total de hogares. La mayoría de los hogares se ubica en el tercer grupo que es el que refleja la tendencia general del país, en el sentido de tener una baja escolaridad del/ la jefe/ a por no acceso a oportunidades educativas en el pasado, pero en la actualidad todos sus niños/ as están incorporados en el sistema escolar con pleno acceso, es el grupo de mejoría intergeneracional y en proceso de acumulación de mayor capital humano en la segunda generación. Constituyen el 44.5% del total de hogares. Por último, el cuarto grupo que combina una escolaridad no aceptable del/ la jefe/ a que por no acceso en el pasado tienen un nivel de primaria o menos y sus niños/ as mantienen una situación similar a sus antecesores, es decir están sin acceso educativo, por tanto reproducen

P le n o A cc e so S in A cce so T o ta l

A c ep ta b le 140 ,788 48 ,375 1 89 ,163N o A c ep tab le 338 ,290 231 ,986 5 70 ,276To ta l 479 ,078 280 ,361 7 59 ,439

A c ep ta b le 18 .5 6 .4 2 4 .9N o A c ep tab le 44 .5 30 .5 7 5 .1To ta l 63 .1 36 .9 1 00 .0

A cce so a la e d u ca c ió n (D e 3 a 17 a ñ o s)Esco la r id a d d e l /a je fe d e l h o g a r

S EG U R ID A D -V U L N ER A B IL ID A D ED U C A T IV A D EL H O G A R

Page 32: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

de forma crónica el proceso de desacumulación de su capital humano. Representan el 30.5% del total de hogares del país. �������+������+��������.���������8��������������������������/��0���������(�4�&������������

Tanto en los hogares urbanos como en los rurales el grupo n° 3, es decir, el de mejoría intergeneracional, es el mayoritario como reflejo de la tendencia nacional. El grupo de mayor vulnerabilidad, o sea, el n° 4, de condiciones crónicas de

vulnerabilidad educativa es muy amplio en lo rural donde equivale al 43% de los hogares, el mismo grupo tiene una equivalencia de la mitad en lo urbano constituyendo el 22% de los hogares. Destaca que el grupo de deterioro intergeneracional (n° 2), es principalmente urbano, reflejando la perdida de capacidades de acceder a oportunidades educativas en algunos segmentos de la población de las ciudades. En términos del género en la jefatura de los hogares las diferencias en el primer grupo no son significativas, pero sí se hacen evidentes en el 2° grupo de deterioro reciente (4.6% frente a 7.1%) y en el 3er grupo de mejoramiento intergeneracional (48.8 frente a 43%), reflejando que en general los hogares encabezados por mujeres mejoran la educación de sus hijos/ as en mayor proporción que los jefeados por hombres. �������+�����:���������8���������������.�������������������)���0���'��(�;��)���

Lo anterior se precisa más, al ubicar los grupos de vulnerabilidad en las regiones, Managua y el Atlántico urbano son las que cuentan con una mayor proporción de hogares en proceso de deterioro franco, es decir, con escolaridad aceptable (baja vulnerabilidad) en los jefes y Sin Acceso (desacumulando) en los/ as niños/ as (10.6% y 11.9%), pero precisando donde está éste grupo tendríamos que el 41% de los hogares se ubica en Managua, el 18% en el Pacífico urbano y una proporción similar entre el Centro y Atlántico urbano (11 y 10%). Mientras el grupo de cronicidad en la vulnerabilidad educativa, es decir, el 4° grupo, se ubica mayoritariamente en lo rural de la región Central (27%) y el Pacífico rural (22.4%), llamando la atención de todas formas, el 18% de éste grupo que se ubica en Managua.

Urbano Rural Mujer Hombre

1 Escolaridad aceptable, Pleno acceso 27.5 5.2 19.4 18.2 18.52 Escolaridad aceptable, Sin acceso 8.8 2.8 4.6 7.1 6.43 Escolaridad No aceptable, Pleno acceso 41.7 48.7 48.8 42.9 44.54 Escolaridad No aceptable, Sin acceso 21.9 43.3 27.2 31.8 30.5

N° TotalNivel de seguridad vulnerabilidad educativa

Residencia Jefe de hogar

N°Indice de vulnerabilidad-Seguridad

Educativa ManaguaPacifico Urbano

Pacifico Rural

Central Urbano

Central Rural

Atlantico Urbano

Atlantico Rural Total

Por Región1 Escolaridad aceptable, Pleno acceso 29.0 28.1 8.8 26.2 6.2 23.7 4.1 18.52 Escolaridad aceptable, Sin acceso 10.6 7.2 3.3 7.3 2.1 11.9 4.3 6.43 Escolaridad No aceptable, Pleno acceso 38.6 41.3 45.1 46.7 54.3 35.5 45.7 44.54 Escolaridad No aceptable, Sin acceso 21.9 23.4 42.8 19.8 37.4 28.9 45.9 30.5

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0Por Grupo

1 Escolaridad aceptable, Pleno acceso 38.7 24.3 7.6 13.7 7.4 7.0 1.4 100.02 Escolaridad aceptable, Sin acceso 41.2 18.2 8.1 11.0 7.1 10.2 4.1 100.03 Escolaridad No aceptable, Pleno acceso 21.4 14.9 16.2 10.1 26.7 4.4 6.3 100.04 Escolaridad No aceptable, Sin acceso 17.7 12.3 22.4 6.3 26.9 5.2 9.3 100.0

Total 24.8 16.1 16.0 9.7 21.9 5.5 6.2 100.0

Page 33: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

Como era de esperar, el quintil más pobre concentra los hogares en los grupos de alta vulnerabilidad educativa de los/ as jefes/ as, pero también refleja que la mayor proporción de los hogares, está cronificando la condición de alta vulnerabilidad (Grupo 4°), en tanto el 53% también tienen la exclusión educativa como condición para sus niños/ as. Esta situación es compartida aunque más benignamente por el Q2 y el Q3, ya que se invierte la relación entre los que mejoran y los que reproducen la vulnerabilidad.

�������+������:���������8��������������.������������������������������)���;��)��(�7��������������%���

Llama mucho la atención el incremento progresivo del grupo de deterioro (2°) hacia los quintiles con mayor consumo, así como la relativamente alta proporción del grupo de cronicidad en éstos mismos quintiles. Lo anterior podría estar asociado a deterioro de la situación en las capas medias en la ciudad y el campo. 3.1.4 Síntesis El nivel de vulnerabilidad educativa general en Nicaragua se ha reducido progresivamente, las nuevas generaciones manifiestan mayor nivel educativo y mejor acceso al sistema escolar, con relación a las generaciones que hoy ocupan los roles de jefatura de los hogares. Los cambios han favorecido ampliamente a todos los grupos y territorios, pero se diferencian las mujeres y las poblaciones rurales como las que más aceleradamente han mejorado sus condiciones, aunque aún son muy desfavorables. Los grupos que manifiestan continuidad en el proceso de mejoramiento y acumulación son más amplios que los que reflejan deterioro o cronicidad de la vulnerabilidad educativa, sin embargo éstos últimos son aún muy significativos y manifiestan progresiva ampliación. Si bien la vulnerabilidad se concentra aún en áreas rurales y en los quintiles de menor consumo, principalmente en las regiones Central y Atlántico; llama la atención el deterioro que se refleja en zonas urbanas y en los quintiles 4 y 5.

Q1 Q2 Q3 Q4 Q5Por Quintil

1 Escolaridad aceptable, Pleno acceso 0.9 4.6 12.5 23.6 47.1 18.52 Escolaridad aceptable, Sin acceso 0.8 4.7 7.0 9.9 8.0 6.43 Escolaridad No aceptable, Pleno acceso 45.7 50.9 46.1 47.5 32.9 44.54 Escolaridad No aceptable, Sin acceso 52.6 39.8 34.4 19.0 12.0 30.5

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0Por Grupo

1 Escolaridad aceptable, Pleno acceso 0.9 4.8 14.3 28.2 51.9 100.02 Escolaridad aceptable, Sin acceso 2.2 14.1 23.4 34.6 25.8 100.03 Escolaridad No aceptable, Pleno acceso 17.7 21.7 21.9 23.7 15.1 100.04 Escolaridad No aceptable, Sin acceso 29.7 24.7 23.8 13.8 8.0 100.0

Total 17.3 19.0 21.2 22.2 20.4 100.0

N° Indice de vulnerabilidad-Seguridad Educativa

TotalQuintiles de Consumo

Page 34: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

3.2 Dimensión Demográfica Conformar una familia hace parte consustancial del proceso de desarrollo y realización de la gran mayoría de las personas, lograr que el hogar tenga las mejores condiciones de seguridad en todas las dimensiones de la vida es la aspiración que motiva sus esfuerzos y decisiones. El ciclo de vida de los hogares desde que se conforman centra como uno de sus paradigmas fundamentales el propiciar en su descendencia la formación de nuevos sujetos sociales capaces de conformar nuevos hogares en iguales o mejores condiciones que el hogar original. La transición desde la conformación de un hogar hasta que la descendencia conforma sus respectivos hogares fluctúa en mayores o menores grados de seguridad-vulnerabilidad de acuerdo a capacidades que se han logrado acumular en cada momento, las que de acuerdo a las posibilidades que generan facilitarán o restringirán el manejo de oportunidades y riesgos que en la vida de cada día se presentan, lo cual tiene en las variables demográficas unas de las principales fuentes de incidencia en las posibilidades futuras de las nuevas generaciones. La búsqueda de beneficios e incremento progresivo del nivel de bienestar es la constante en el proceso de organización y maduración de los hogares uno de cuyos resultados se expresa en la capacidad de las nuevas generaciones para insertarse con posibilidades de prosperar en el mundo productivo, social, cultural y político hasta que se retiran para conformar “nuevos” hogares en los cuales reproduce elementos esenciales de las características del hogar “original” condicionando en forma importante tanto la manera en que se conforman como en las capacidades con que inician y se desenvuelven. Las características demográficas de una sociedad en buena parte se sintetizan en la continuidad y reproducción de los hogares desde la conformación de un nuevo hogar en términos de las condiciones en que inicia su proceso vital hasta las capacidades que “hereda” a sus miembros que generan “nuevos” hogares. A su vez, en las características demográficas de los hogares se sintetizan los riesgos a que se someten en su desenvolvimiento y las estrategias que se emprenden para minimizarlos. Diferentes variables dan cuenta de estas características, en las que se incluyen el tipo de hogar, el número y edad de sus miembros, el sexo y la edad de la jefatura, entre otras. En teoría, el ciclo de vida de los hogares se centra en el concepto de que a determinada edad los/ as hijos/ as deben conformar de manera independiente su propio hogar relevando a sus padres de las responsabilidades familiares y de manutención y así posibilitar su retiro por jubilación, pero tal condición opera en realidad conforme a las estructuras de valores y normas culturales que rigen la conformación de pareja y la fecundidad y en segunda instancia de acuerdo a las posibilidades de lograr la independencia económica y habitacional, es decir, la capacidad de autosostenimiento y de llevar una vida cotidiana independiente, lo cual no siempre es sinónimo de inicio de trabajo productivo. En diferentes estudios13 en Nicaragua, se anota como la característica demográfica más determinante en las posibilidades de prosperidad o pobreza y por tanto en el nivel de seguridad-vulnerabilidad de los hogares; al tamaño de los mismos medido por el número de

�����������������������������������������������������0��09<�=�&��%�������������%�����666-�66��9+>�<��+��.?�52-�66�<�9��&���������)�����52-�66��3��@8=<�8����������������%��� &�������+����������A+>?9��

Page 35: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

miembros, el que a su vez deriva de la combinación de la tipología del hogar y del nivel de la fecundidad. Por lo anterior, se consideró necesario asumir en el análisis la tipología de los hogares de acuerdo a los lazos de parentesco de sus miembros -en tanto expresa características relevantes para el presente estudio- de una parte los hogares extensos caracterizados por la existencia de parentescos diferentes a la de padres e hijos/ as , entre otros elementos manifiesta per sé algún nivel de vulnerabilidad, sea porque la descendencia habiendo iniciado la procreación no tiene la capacidad (económica, psico-afectiva, etc.) de mantener una vida independiente o por que otros núcleos familiares vinculados al jefe o a su cónyuge deben unirse por la misma razón. Esta situación por lo general significa un hogar numeroso que tiende acrecer aún más y que seguramente habrá más de una mujer en edad fértil que en buena parte de las ocasiones registran alta fecundidad. Por su parte los hogares nucleares al conservar su estructura de padres e hijos, no manifiestan per sé una determinada condición de seguridad-vulnerabilidad demográfica, su existencia puede derivar del hecho de que es un hogar de reciente formación y por tanto los/ as hijos/ as son aún menores de edad o porque ya siendo mayores ellos/ ellas han tenido la capacidad (aunque muchas veces precarias) de conformar su propio hogar. Pero el nivel de fecundidad de éstos hogares puede determinar alguna condición vulnerabilidad en la medida en que se convierta en prole numerosa y supere las capacidades económicas, habitacionales, etc. para brindar un adecuado nivel de bienestar. En éste contexto, para el presente estudio se procesó como variable de expresión de las capacidades demográficas del hogar el nivel de la fecundidad de las mujeres en edad fértil (MEF) combinada con la tipología del hogar por la estructura del parentesco. Las dos variables básicas mencionadas se procesaron en diferentes formas de agregación, para identificar los nexos con expresiones específicas consideradas como relevantes, de tal forma que se revisó la fecundidad en: � Todas las mujeres en edad fértil (de 15 a 49 años, MEF) de cada hogar, � Las MEF desagregadas por si eran Jefas o cónyuges del jefe del hogar o si eran hijas,

nueras o nietas del jefe del hogar, con lo cual, de hecho, se diferencian las familias extensas y nucleares y el comportamiento intergeneracional frente a la fecundidad.

� Las MEF de acuerdo a si eran menores o mayores de 20 años, con lo cual se visualizó el peso de la fecundidad en adolescentes en los diferentes tipos de hogares.

Como variable de exposición o reproducción del riesgo, se asumió el uso de métodos de Planificación Familiar (modernos y naturales) en tanto refleja una decisión de control del riesgo de fecundidad no deseada combinada con el acceso a las oportunidades de realizarlo, se estratificó su análisis de la misma manera que se desagregó el estudio de la fecundidad. Los resultados que se presentan obedecen al principio metodológico enunciado, de la máxima simplificación conservando al máximo la representatividad de las condiciones de seguridad-vulnerabilidad. Por ello, se asumió aquella opción que asegura la mínima desagregación final de los estratos de seguridad-vulnerabilidad visualizando de la mejor forma la tipología del hogar y los comportamientos acerca de la fecundidad en esos mismos hogares. Recalcamos el hecho, de que la unidad de análisis es el hogar a diferencia de otros estudios en el que la unidad de análisis son las MEF.

Page 36: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

3.2.1 Características Generales Todos los análisis recientes (ENDESA/2001) apuntan a señalar una aceleración significativa de los ritmos de descenso de la fecundidad en Nicaragua, la cual por ser tan reciente no logra modificar aún los elementos estructurales de los hogares actuales en términos de la vulnerabilidad derivada del número de miembros. �������+������

3�#������������AB�������/��0��������<�;B�����(���)���������� De acuerdo a los datos de la ENMNV2001, del total de hogares (976.648) el 14.5% no cuenta con MEF por contar solamente con mujeres menores de 15 años o mayores de 49; el 53% tiene como miembro una mujer en edad fértil, (jefas o cónyuges del jefe en su gran mayoría), el 21.2% tiene dos MEF y el 11.2% tienen 3 o más MEF. Del total de hogares con MEF, sólo en 14% de ellos no tienen ningún hijo nacido vivo de éstas mujeres. Los hogares con mayor número de MEF (2 ó más) se concentran en lo urbano, en los hogares jefeados por mujeres y como era

previsible son ampliamente mayoritarios en los hogares extensos, en los cuales más de la mitad (51.7%) tienen dos o más MEF y uno de cada 5 tiene tres o más. El promedio general de personas por hogar es de 5.4, con mayor número en el área rural. El promedio de hijos en las MEF de cada hogar es de 2.6, siendo de 3.1 en lo rural y de 2.3 en lo urbano. Son más numerosos los hogares jefeados por hombres con 5.6 personas con relación a los encabezados por mujeres con 5.1. El 61% de los hogares son nucleares, caracterizados por que se componen de padres (o alguno de ellos) e hijos/ as y el 39% son hogares extensos por que además tienen miembros con otros tipos de parentesco con el jefe del hogar sea como nietos/ as, yerno/ nuera, hermano/ a, sobrinos/ as, padre/ madre. El promedio de personas es de 4.4 en los hogares nucleares y de 6.8 en los hogares extensos, con un promedio de hijos/ as por MEF de 2.8 y 2.3 respectivamente. El 25.5% de los hogares tienen jefe/a con menos de 35 años de edad (en el 1% el/ la jefe/ a tiene menos de 20 años); el 35 % de los hogares nucleares están en éste grupo, mientras sólo el 10% de los extensos están en él. Poco más del 60% de los hogares se ubica en el grupo de jefes entre 35 y 64 años, el 57% de los nucleares se hallan en éste segmento y 65.6% de los extensos. El 14% tienen jefes/ as mayores de 65 años, en ello se ubica el 8% de los nucleares y el 24.5% de los extensos. Como era de esperarse, la extensividad es una característica que tiende a concentrase en los hogares con mayor tiempo de conformación y sus jefes son mayores de edad con hijos/ as en edad de procrear.

Ninguna MEF Una MEF Dos MEF

3 o mas MEF

Area de residenciaUrbano 13.8 51.2 22.4 12.6Rural 15.5 56.2 19.2 9.0

Jefe del hogarMujer 16.8 42.9 24.8 15.4

Hombre 13.6 57.1 19.6 9.7Tipo de hogar

Nuclear 16.5 63.6 14.7 5.1Extensa 11.3 37.0 31.1 20.6

Total 14.5 53.1 21.2 11.2

Mujeres en Edad Fertil en el HogarCarcaterización del Hogar

Page 37: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

3.2.2- La Fecundidad� El promedio de hijos/ as por mujer, constituye un eje crucial de la dinámica de seguridad-vulnerabilidad de los hogares, por su incidencia en todas las dimensiones de la vida del hogar, ya sean económicas, educativas, alimentarías, afectivas, sanitarias y habitacionales. Las razones que determinan el comportamiento reproductivo han sido ampliamente estudiadas y expuestas en los estudios que se han señalado anteriormente. Para el presente trabajo nos interesa éste indicador como representativo de la capacidad de los decidores en el hogar para conformar un hogar cuyo tamaño esté acorde a sus capacidades y por tanto de controlar los riesgos cuando éste balance se tensiona o se pierde. Es claro, que el deseo y capacidad de controlar el crecimiento del hogar está mediatizado por una gran diversidad de factores culturales, educativos y de acceso a información y servicios, pero son muy elocuentes los resultados expuestos en la ENDESA 2001 en los que en la medida en que las mujeres tienen ya tres hijos/ as vivos/ as, se hace ampliamente mayoritario (mayor al 80%) el deseo de no tener más o ya están esterilizadas.14 Para efectos de dimensionar la vulnerabilidad en éste aspecto, se ha analizado la fecundidad en el mismo segmento de mujeres asumido en ENDESA, es decir, las mujeres en edad fértil, por tanto se excluyen las menores de 15 años y las mujeres mayores de 49 años. En cada hogar se analizó la fecundidad en la totalidad de las MEF y también en dependencia de si hacen parte de la generación primaria del hogar, es decir, las que son jefas de hogar o cónyuge del jefe y aquellas que hacen parte de la generación secundaria en tanto se registraron como hijas, nueras o nietas del/ la jefe/ a del hogar. Para el caso de la generación “primaria” que encabeza el hogar (como jefe o cónyuge) se ha calificado de “baja fecundidad” aquellas que han tenido hasta 3 hijos/ as y de “alta fecundidad” a aquellas que ya tienen 4 o más hijos/ as nacidos/ as vivos/ as. En el establecimiento de éste parámetro se ha tomado en cuenta los resultados de ENDESA ya mencionados, en tanto al tener ya tres hijos es generalizado el deseo de no tener más y que tal fecundidad fue el parámetro utilizado por la misma ENDESA para establecer la agrupación de departamentos por nivel de Tasa Global de Fecundidad (TGF), asumiendo como un nivel alto cuando el promedio llega a 4 hijos/ as por mujer. Este parámetro se focaliza en los hogares nucleares. Se asumió como condición de vulnerabilidad en la fecundidad el caso de los hogares extensos en tanto como hemos visto es de por sí ya numerosa en su composición y la coexistencia de dos generaciones de MEF establece un alto riesgo de nuevos nacimientos y por tanto la potencialidad de mayor crecimiento por fecundidad. De hecho en la mayor parte de éstos hogares (en el 61%) se registran alta fecundidad de las MEF de la generación primaria (jefas o cónyuges del jefe) mientras la generación secundaria (hijas, nueras, nietas) en su gran mayoría (72%) ya tienen al menos un hijo nacido vivo. La tensión entre recursos y necesidades per cápita es de por sí una característica de los hogares extensos en la medida en que la procreación de la generación secundaria representa un “núcleo familiar virtual” en el sentido en que se mantiene dependiente del hogar paterno/materno para efectos de alimentación y albergue principalmente pero por lo general mantienen cierta funcionalidad como núcleo (decisiones y trato de hijos, vestido, etc) pero que

����������������������������������������������������9��&��������������&������������+��.?�66�<�9������

Page 38: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

por cualquier razón (habitacional, de ingresos u otra) no ha podido contar con la capacidad de constituirse en un “núcleo familiar real” es decir autónomo e independiente. De hecho, éste parámetro asigna a todos los hogares extensos el valor de alta vulnerabilidad en la fecundidad. �������+������+��������&�������������3�A������������'��)��%�����

El 49% de los hogares con MEF, cuentan con mujeres cabeza de hogar con “alta Fecundidad”. La fecundidad alta de la generación primaria tiene mayor presencia en los hogares rurales, en donde el 59% de las jefas o cónyuges la presentan, en los hogares urbanos el 42% tienen alta fecundidad de las MEF jefas o cónyuges. La fecundidad alta de la generación primaria es ligeramente mayor en los hogares encabezados por mujeres (52%) en relación a los jefeados por hombres (48%). Está presente en el 44% de los hogares nucleares y en el 61% de los hogares extensos. La fecundidad de la generación secundaria de las MEF,

es decir de hijas, nueras o nietas del jefe del hogar, es exclusiva de los hogares extensos, en los que en el 72% ésta generación tiene uno o más hijos/ as y en el 45% tienen 2 o más hijos/ as. �������+������9��%���������#�-���)�����)��������������;�������'��.�������������3�A�

Las hijas que son MEF en los hogares nucleares no han tenido hijos/ as en el 97.4% de los mismos, apenas un 2.6% han tenido solamente un hijo/a, pero por alguna razón (muerte o viven con el padre u otras) no figuran como miembros del hogar (tendrían que haber sido registrados como nietos del jefe).

De cualquier forma, los hogares analizados que tienen generación secundaria de MEF (390.224 de los 976.668 de la muestra ponderada de la ENMNV2001) y que equivalen al 40% de todos los hogares, están expuestos al riesgo de embarazos en éstas MEF lo que puede dar lugar a embarazos adolescentes, extensión del hogar si permanece en él o a la conformación de nuevos hogares. �������+���2��

En el 27% de los hogares (263,793 de la muestra ponderada de ENMNV), se cuenta como integrante una o más MEF menores de 20 años. Es mayor el número de hogares con adolescentes MEF en los hogares extensos (37%) en los que inclusive llegan a tener hasta cuatro adolescentes, que en las familias nucleares (21%). En los hogares urbanos la distribución de la presencia de MEF adolescentes

FECUNDIDAD EN JEFAS O CONYUGES

Baja Alta

Urbano 57.8 42.2Rural 41.1 58.9

Jefa Mujer 48.3 51.7Jefe Hombre 52.1 47.9

NUCLEAR 56.2 43.8EXTENSA 38.7 61.3

Total 51.3 48.7

TIPO DE HOGAR Fecundidad

FECUNDIDAD EN GENERACION SECUNDARIA DE MEFNo de hijos NUCLEAR EXTENSA TOTAL

Sin hijos 97.4 28.1 52.61 hijo 2.6 27.2 18.02 o mas hijos 44.7 29.4

FECUNDIDAD EN ADOLESCENTESTipo de hogares Nuclear Extensa TOTAL

Sin MEF de 15-19 años 79.2 63.4 73.01 o más MEF de 15-19 años 20.8 36.6 27.0

Hogares urbanos MEF 15-19 21.9 34.6 27.1Hogares rurales MEF 15-19 19.0 40.2 26.9

Sin hijos 87.1 71.5 78.81 hijo 10.7 22.4 16.92 o mas hijos 2.2 6.2 4.3

Page 39: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

es similar al total de hogares, pero en el área rural están presentes en el 40% de los hogares extensos. En el 79% de los hogares con MEF adolescentes éstas no han tenido aún ningún hijo/ a. En el 13% de los hogares nucleares ya han tenido uno o más hijos/ as, en todos los casos se trata de adolescentes cónyuges del jefe del hogar. Dentro de los hogares extensos, el 28.6% cuentan con adolescentes que ya son madres, en el 6% de hogares hay adolescentes con más de dos hijos/ as. En éste caso se trata en su gran mayoría de hijas, nueras o nietas del/ la jefe/ a del hogar. De lo anterior, se deduce que la vulnerabilidad demográfica derivada del embarazo adolescente, queda incluido en el asociado con la extensividad de los hogares, mientras que en el caso de los hogares nucleares aún cuando reflejan un grado significativo de vulnerabilidad, ésta se traduce fundamentalmente en riesgo reproductivo y en vulnerabilidad en las otras dimensiones como la económica, la habitacional, la alimentaria, ya que siendo cónyuges del jefe del hogar registrarán una baja fecundidad (3 o menos embarazos). 3.2.3- Vulnerabilidad en tamaño del hogar. De acuerdo a lo anteriormente expuesto, se han conformado tres grupos de hogares de acuerdo a sus grados de vulnerabilidad asociada al riesgo de prole numerosa ya sea derivada de la fecundidad o de la extensividad del hogar.

�� Hogares nucleares con baja fecundidad en las MEF de generación primaria (jefas o cónyuges)

�� Hogares nucleares con alta fecundidad en las MEF de generación primaria. �� Hogares extensos, asumidos como de alto riesgo en tanto ya de por sí son de prole

numerosa, con alto riesgo de seguir creciendo por fecundidad en dos generaciones de MEF.

�������+���5��8���������������������������&������������/��C�)���������<�0���������(�.�1���

El 40% del total de hogares son nucleares con baja fecundidad, el 32% son nucleares con alta fecundidad y el 28% son hogares extensos. Los hogares nucleares de baja fecundidad predominan en los hogares urbanos (44%), mientras los nucleares de alta fecundidad predominan en los rurales (41%). Los hogares extensos son más comunes en las ciudades (30%) que en el campo (24%). En los hogares encabezados por mujeres predominan los hogares extensos (44%) mientras en los jefeados por hombres predominan los nucleares de baja fecundidad

(44%).

Nuclear, baja

fecundidad

Nuclear, alta

fecundidadExtenso

Area de residenciaUrbano 44.2 25.9 30.0Rural 34.9 40.7 24.4Jefatura de HogarJefa Mujer 28.9 27.1 44.1Jefe Hombre 44.0 32.9 23.1Edad del/a jefeMenores de 20 90.4 9.6De 20 a 34 62.4 23.2 14.4De 35 a 49 29.0 36.3 34.7De 50 a 64 20.0 40.3 39.6Mayores de 65 16.4 36.6 47.1

Total 40.6 31.6 27.8

Vulnerabilidad

Distribución por

Page 40: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

Como era de esperar, la baja fecundidad predomina en las edades más tempranas de la jefatura de hogar, mientras la alta fecundidad predomina en las edades mayores. Los hogares extensos tienen pesos muy significativos desde los 35 años de edad del/ la jefe/ a y predominan ampliamente en los jefeados por mayores de 65 años. �������+���6����������'��������)�����8����������������/��D�������0���������(�4�&����������������

Visto de otra manera, la distribución de los grupos de vulnerabilidad, son predominantemente urbanos en la baja fecundidad (66%). Los nucleares de alta fecundidad se distribuyen por igual en lo urbano y lo rural (50%) y son predominantemente urbanos cuando son extensos. La proporción de los hogares nucleares independientemente de su fecundidad se distribuye de manera similar a la jefatura del hogar, mientras los extensos adquieren un peso muy significativo en los encabezados por hombres. Los hogares nucleares de baja fecundidad se

agrupan mayoritariamente en los hogares con jefes de 20 a 34 años, mientras los de alta fecundidad y los extensos se agrupan mayoritariamente en los que tiene jefes / as entre 35 a 49 años. �������+������+���������8��������������)�����%�,������"�����)���0��������

Excepto en la Región Atlántico rural, los hogares nucleares de baja fecundidad son mayoritarios en todas las regiones, siendo alrededor del 55% o más en Managua y las áreas urbanas del Pacífico y central. Los hogares nucleares de alta fecundidad resaltan en las áreas rurales, principalmente en el Atlántico Rural (42%) y en el Pacífico y Central.

Nuclear, baja

fecundidad

Nuclear, alta fecundidad

Extenso

Area de residenciaUrbano 66.4 49.9 65.7Rural 33.6 50.1 34.3Jefatura de HogarJefa Mujer 15.3 18.5 34.5Jefe Hombre 84.7 81.5 65.5Edad del/a jefeMenores de 20 2.1 0.3De 20 a 34 55.8 26.6 18.8De 35 a 49 36.4 58.5 63.6De 50 a 64 5.2 13.4 15.0Mayores de 65 0.5 1.5 2.2

Total 100.0 100.0 100.0

Distribución por

Vulnerabilidad

Nuclear, baja

fecundidad

Nuclear, alta fecundidad

Extenso TotalNuclear,

baja fecundidad

Nuclear, alta

fecundidadExtenso Total

Managua 56.3 13.1 30.5 100.0 29.1 16.6 29.1 26.5Pacifico Urbano 54.7 17.3 28.0 100.0 16.2 12.6 15.3 15.2Pacifico Rural 50.2 26.2 23.6 100.0 14.5 18.6 12.6 14.8Central Urbano 59.1 13.5 27.4 100.0 11.1 6.2 9.5 9.7Central Rural 45.8 26.3 27.9 100.0 19.7 27.7 22.2 22.1Atlantico Urbano 47.7 22.1 30.2 100.0 5.1 5.8 6.0 5.5Atlantico Rural 34.6 41.7 23.7 100.0 4.2 12.5 5.3 6.3Total 51.3 20.9 27.8 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Regiones

Vulnerabilidad Tamaño del hogar Vulnerabilidad Tamaño del hogar

Page 41: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

En todas las regiones Urbanas los hogares extensos superan en proporción a los nucleares de alta fecundidad, siendo muy relevante la brecha que se evidencia en Managua y Pacifico urbano. La distribución de los grupos con base poblacional de las regiones evidencia que los hogares nucleares de baja fecundidad están mayoritariamente ubicados en Managua (29%) y en segunda instancia en la Región Central Rural (20%). La alta fecundidad esta presente mayoritariamente en hogares de la región Central rural(28%), el Pacífico rural (19%)y Managua(17%). Poco más de la mitad de los hogares extensos se ubican en Managua (29%) y la Central rural (22%). �������+������9��%���������������������������&������������/��7���������������%���

Los hogares extensos se distribuyen de igual forma que la población general entre todas las regiones en las cuales significan alrededor del 30% de su población total. La baja fecundidad es un atributo de los hogares de los quintiles de mayor consumo, al contrario la alta fecundidad lo es de los de menor consumo. Mientras los hogares de baja fecundidad son mayoritariamente presentes en los quintiles de mayor consumo, los hogares de alta fecundidad lo son de los quintiles de menor consumo.

Los hogares extensos pesan significativamente en todos los quintiles de consumo, pero son mucho más numerosos en los quintiles de menor consumo. La extensividad distribuida en niveles económicos, es diferenciada por elementos más cualitativos que cuantitativos, mientras en los quintiles de menor consumo hay más presencia de nietos y yernos / nueras, en los de mayor consumo hay más presencia de padres y hermanos/ as de los/ as jefes de hogar. 3.2.4- La Planificación Familiar Tener un hogar tal y como se desea parte también y en muy sensible proporción de la capacidad de ejercer un control de los riesgos derivados de la fecundidad tanto de la generación primaria como de las secundarias. El balance recursos/ necesidades deriva de ello. Cierto es que la reducción reciente registrada en la fecundidad en Nicaragua deriva de la ampliación de las oportunidades de controlarla con la utilización de métodos de contracepción pasando de 57% en 1998 a 67% de las MEF que usaban métodos modernos en 200115.

�����������������������������������������������������+��.?��66���9�2���

Nuclear, baja

fecundidad

Nuclear, alta

fecundidadExtenso

Q1 19.5 48.3 32.2Q2 31.0 40.0 28.9Q3 41.0 29.2 29.8Q4 52.4 23.0 24.5Q5 63.6 14.0 22.4

Total 40.6 31.6 27.8

Quintiles de

consumo

Vulnerabilidad

Page 42: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

En todos los tipos de hogares asumimos, que los valores y creencias culturales que son el substrato de los comportamientos reproductivos se transfieren de generación a generación pero también son mediatizados por la escolaridad, el nivel de información y acceso a servicios de salud reproductiva. Para efectos del estudio, se asumen como mujeres expuestas al riesgo de la fecundidad a las mujeres en edad fértil que al momento de la encuesta ENMNV2001 tenían pareja en tanto se declararon como unidas o casadas y las que no estaban embarazadas en el momento de la encuesta ni en los últimos 12 meses, ya que la pregunta alrededor del uso de contraceptivos abarca el espacio temporal de 12 meses. Debe aclararse que ésta es la mayor aproximación posible desde la ENMNV, ya que la misma no interrogó acerca de las dos situaciones que precisarían aún más la exposición al riesgo, como son el estado de vida sexual activa y el deseo de tener o no tener hijos en cada momento. Sin embargo consideramos que la exclusión de las MEF que se declararon sin pareja (solteras, separadas, viudas) o la ocurrencia de embarazo en los 12 meses anteriores, brinda un nivel adecuado de aproximación para los efectos del análisis de vulnerabilidad. Hemos segmentado el uso de métodos de planificación familiar según, si en el hogar alguna o todas las MEF (con pareja y sin embarazo reciente) los utilizan o si ninguna de ellas lo hacen, en tanto, en el primer caso independientemente del grado de vulnerabilidad por fecundidad, hay una decisión y acceso del hogar como unidad para ejercer el control del riesgo que es pleno cuando todas las MEF las que planifican y además presume que puede reproducirse de ellas a las MEF que no tienen pareja. En el segundo caso es evidente que como hogar aún no hay una condición manifiesta de control de riesgo ya sea por los elementos culturales o educativos que inciden en la decisión o por barreras de acceso a los servicios cuando alguna de las MEF no planifica. En el 53% del total de los hogares de la ENMNV (516.295 hogares del total de 976.647) hay una o más MEF con pareja y sin embarazo reciente y por tanto presumiblemente con exposición al riesgo de fecundidad en vida sexual activa. �������+�����>������3B��������9����&�����'��A�%����������������3�A��

La proporción de hogares en que todas las MEF expuestas planifican es del 73% del total, en el 27% de los hogares una o más MEF expuestas no planifica. La distribución urbano-rural de los dos grupos es ligeramente favorable a los hogares urbanos pero evidencia que en las dos áreas de residencia el alto el nivel de uso de métodos naturales o modernos de planificación familiar. Aún así, es muy alta la proporción de hogares urbanos y rurales que no planifican. Es evidente como lo señala ENDESA 2001, que la mayor reducción de la fecundidad se ha dado en lo rural con lo cual se ha venido cerrando la brecha. Las jefas mujeres tienen mayor proporción de hogares en las que las MEF expuestas planifican, atribuible a una mayor autonomía en las decisiones sin intervención del

cónyuge varón, ésta condición es relevante si tomamos en cuenta que como ya vimos tienen

Todas planifican

Una o mas no

planificanArea de residenciaUrbano 76.6 23.4Rural 68.1 31.9Jefatura de HogarJefa Mujer 77.8 22.2Jefe Hombre 72.5 27.5Tipo de hogarNuclear 75.5 24.5Extenso 69.1 30.9

Total 73.2 26.8

Distribución por

Planificacion Familiar

Page 43: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

en promedio un número mayor de MEF en cada uno de sus hogares. La proporción de hogares encabezados por hombres en que todas las MEF planifican es muy significativa, probablemente asociado a familias nucleares en donde sólo la cónyuge es MEF. �������+����������������3�A�����)��)���'����9����&�����'��A�%������)���0���'��

Los hogares nucleares tienen una mayor propensión al control del riesgo de fecundidad comparada con los hogares extensos (de 75 a 69%) La distribución de los hogares sin control del riesgo por fecundidad es similar en la mayoría de las regiones, excepto por las regiones Central rural y Atlántico rural en las cuales se reduce significativamente la proporción de hogares donde MEF expuestas planifican y por tanto se incrementa el grupo de hogares en los que no se planifica, llegando en la primera región mencionada

al 33% y en la segunda a 41%. Es relevante que las regiones Central urbano y Atlántico urbano, sean las que registren menor proporción de hogares en las que las MEF expuestas no planifiquen, lo cuál podría estar asociado a la concentración de programas de salud reproductiva en la etapa post-Mitch y en el contexto de la ERCERP, que comprometieron grande esfuerzos de los servicios públicos y de organismos civiles. �������+���������������3�A�����)��)���'����9����&�����'��A�%��������/��7���������������%���

Las brechas entre gradientes de uso y acceso de métodos de planificación familiar no son muy amplias entre los diferentes niveles económicos de los hogares. Si bien son mayoritarios los hogares en los que las MEF expuestas utilizan algún método natural o moderno de planificación en los quintiles de mayor consumo, las diferencia con los quintiles de menor consumo son relativamente menores, atribuible al hecho de que los programas de planificación familiar se han dirigido con mayor ahínco al área rural y hacia las comunidades más pobres cerrando la

brecha de información y acceso. De cualquier manera es muy significativo que en todos los quintiles sea muy grande la proporción de hogares en que hay MEF expuestas que no utilizan la planificación familiar. 3.2.5- La Vulnerabilidad Demográfica. Conforme se han construido las dos variables principales que denotan capacidad y exposición a riesgo por fecundidad alta, se han configurado con su combinación 5 grupos de vulnerabilidad:

Managua 76.1 23.9Pacifico Urbano 74.8 25.2Pacifico Rural 76.0 24.0Central Urbano 77.6 22.4Central Rural 67.2 32.8Atlantico Urbano 77.9 22.1Atlantico Rural 58.8 41.2Total 73.2 26.8

Regiones Todas Planifican

Una o mas No Planifican

Todas Planifican

Una o mas no Planifican

Q1 65.4 34.6Q2 74.1 25.9Q3 75.6 24.4Q4 79.6 20.4Q5 72.4 27.6

Total 73.2 26.8

Quintiles de consumo

PF en MEF Expuestas

Page 44: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

�� Hogares nucleares donde independientemente de su nivel de fecundidad todas las MEF

expuestas planifican, teniendo en cuenta que en las familias nucleares se supone que solo la jefa o cónyuge del jefe tiene vida sexual activa.

�� Hogares extensos donde todas las MEF expuestas planifican. �� Hogares nucleares, con baja fecundidad y alguna MEF expuesta no planifica. �� Hogares nucleares, con alta fecundidad y alguna MEF expuesta no planifica. �� Hogares extensos en los que las MEF expuestas no planifican.

Cuadro No. 26

Como puede entrever, los grupos 4 y 5 son los de mayor vulnerabilidad. El grupo mayoritario en todas las distribuciones es el de los hogares nucleares que planifican, los extensos siguen en tamaño en el total de hogares. Los hogares de mayor vulnerabilidad es decir el 4 y 5, pesan más en lo rural, sin embargo, el grupo 4, o sea nuclear de alta fecundidad y no-planificación de las MEF, se distribuye más en lo rural pero con un peso muy significativo de los urbanos. Los del grupo 5 son más urbanos Cuadro No. 27 Grupos de vulnerabilidad demográfica por sexo de la jefatura del hogar

Los grupos de menor vulnerabilidad son mayoritarios en los dos tipos de jefaturas de hogar, los hogares jefeados por hombres son mayoritarios en los nucleares, pero en los extensos son

proporcionalmente mayores los encabezados por mujeres. Evidentemente la vulnerabilidad asociada a no planificación familiar en hogares extensos, pesa muy significativamente en los hogares encabezados por mujeres. Pero al agrupar los dos grupos de mayor vulnerabilidad es similar el peso de los jefeados por mujeres y hombres (20.3% y 19%). La distribución de todos los grupos, refleja que los encabezados por hombres es mayoritaria por el peso que estos tienen en el total de hogares. Los dos grupos de mayor vulnerabilidad tienen un peso similar a la distribución del total en la mayor parte de las regiones sumando entre los dos alrededor de 13 y 17%, excepto en las regiones del Atlántico rural, Central rural y Pacífico rural donde suman 36%, 24% y 21% respectivamente.

Urbano Rural Total Urbano Rural Total

1 Nucleares, planifican 44.1 40.8 42.8 62.9 37.1 100.02 Extensos, planifican 19.5 13.1 17.0 70.0 30.0 100.03 Nucleares, baja fecundidad no planifican 16.0 13.7 15.1 64.5 35.5 100.04 Nucleares, Alta fecundidad, No planifican 10.0 21.1 14.3 42.5 57.5 100.05 Extensos, No planifican 10.4 11.3 10.8 59.0 41.0 100.0

Total 100.0 100.0 100.0 61.0 39.0 100.0

Por area de residencia Por grupo de vulnerabilidadGRUPOS DE VULNERABILIDAD

M uje r Hom bre Tota l

1 Nuc leares , p lanific an 32.4 56.8 54.72 E x tens os , p lanific an 41.4 15.7 17.93 Nuc leares , baja fec undidad no planific an 5.9 8.5 8.34 Nuc leares , A lta fec undidad, No planific an 2.8 9.9 9.35 E x tens os , No planific an 17.5 9.1 9.8

Total 100.0 100.0 100.0

G RUP O S DE V ULNERABIL IDAD Je fa tura de l Hoga r

Page 45: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

Cuadro No. 28 Vulnerabilidad demográfica por regiones

Los hogares extensos (los dos grupos) tienden a tener mayor presencia en las regiones urbanas, resaltando Managua, el Pacífico, Central en donde llegan a tener cerca del 30% del total de hogares en cada región. Sin embargo, al observar el peso dentro de cada grupo en el contexto poblacional total, los nucleares de alta fecundidad y no planificación son mayoritarias en el Pacífico rural Managua y la Central rural, igual situación sucede con los extensos que no planifican. El aporte de hogares que el Pacífico urbano hace a los dos grupos es significativo. Cuando se distribuyen los grupos en cada uno de los niveles económicos de agrupación de hogares, la baja fecundidad y planificación familiar tienden a los quintiles de mayor consumo, contrario a la alta fecundidad y no planificación familiar que se concentran hacia los quintiles de menor consumo. Cuadro No. 29. Vulnerbilidad Demográfica por nivel de consumo

ManaguaPacifico Urbano

Pacifico Rural

Central Urbano

Central Rural

Atlantico Urbano

Atlantico Rural

1 Nucleares, planifican 51.8 55.7 61.3 58.1 50.9 59.5 46.2 54.42 Extensos, planifican 24.1 18.6 13.7 18.8 16.3 17.9 11.7 18.23 Nucleares, baja fecundidad no planifican 10.7 8.0 4.2 9.3 9.0 6.8 6.0 8.24 Nucleares, Alta fecundidad, No planifican 5.5 8.7 10.6 5.7 12.1 8.7 21.9 9.45 Extensos, No planifican 7.9 9.2 10.2 8.1 11.8 7.1 14.2 9.7

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

1 Nucleares, planifican 24.3 15.2 18.8 10.4 20.7 5.7 5.0 100.02 Extensos, planifican 33.7 15.2 12.5 10.0 19.7 5.1 3.8 100.03 Nucleares, baja fecundidad no planifican 33.4 14.4 8.5 11.1 24.1 4.3 4.3 100.04 Nucleares, Alta fecundidad, No planifican 14.8 13.7 18.8 5.9 28.3 4.8 13.7 100.05 Extensos, No planifican 20.8 14.1 17.5 8.1 27.0 3.8 8.7 100.0

Total 25.5 14.9 16.7 9.7 22.1 5.2 5.9 100.0

GRUPOS DE VULNERABILIDAD

Regiones

Total

Q 1 Q 2 Q 3 Q 4 Q 5

1 Nuc leares , planific an 45.4 54.4 56.9 62.2 54.3 54.42 E x tens os , planific an 18.9 18.0 18.2 18.7 17.3 18.23 Nuc leares , baja fec undidad no planific an 4.8 5.1 7.8 7.2 17.4 8.24 Nuc leares , A lta fec undidad, No planific an 15.6 10.8 7.5 7.7 4.5 9.45 E x tens os , No planific an 15.2 11.8 9.6 4.2 6.6 9.7

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

1 Nuc leares , planific an 18.0 20.4 21.6 22.0 18.1 100.02 E x tens os , planific an 22.4 20.1 20.5 19.8 17.2 100.03 Nuc leares , baja fec undidad no planific an 12.5 12.6 19.6 16.9 38.4 100.04 Nuc leares , A lta fec undidad, No planific an 35.8 23.4 16.4 15.7 8.7 100.05 E x tens os , No planific an 34.0 24.9 20.5 8.3 12.4 100.0

Total 21.6 20.4 20.6 19.2 18.1 100.0

G RUP O S DE V ULNERABIL IDAD Q uin tile s de consum o Tota l

Page 46: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

La distribución de cada grupo en toda la base poblacional agrupada por quintiles, pone más en evidencia ésta situación, ya que son los quintiles de menor consumo los que más aporte de hogares hace a los dos grupos de mayor vulnerabilidad, pero el aporte de los dos quintiles superiores a los grupos de mayor vulnerabilidad no dejan de ser significativo. Destaca los hogares extensos, que planifican y que no planifican se agrupan mayoritariamente en los quintiles de mayor pobreza, en los que la extensividad opera como habilidad de sobrevivencia al incorporar “núcleos de familia virtuales” lo que en últimas representa una agregación de ingresos y racionalización de los gastos. Otro elemento que sobresale es el aporte significativo que los quintiles de mayor consumo hacen en el grupo de hogares nucleares de baja fecundidad y que no planifican, en lo que pesa más la característica de baja fecundidad como atributo de los grupos más favorecidos económicamente. 3.2.6- Síntesis Se ha examinado la vulnerabilidad demográfica de los hogares en Nicaragua, con variables que representan las de mayor incidencia en el tamaño de los hogares, el cual a su vez, es determinante en todas las demás dimensiones de la seguridad-vulnerabilidad del hogar, con efectos muy claros en lo económico, lo alimentario, lo educativo, lo habitacional. No se examinó la migración, que opera como variable demográfica significativa, pero se incorpora como fuentes de ingreso en la dimensión económica en los ingresos por transferencias. La alta fecundidad persiste aún cuando se encuentra en una fase de transición con acelerado ritmo de reducción, las brechas entre la ciudad y el campo, entre regiones y entre niveles económicos de los hogares, se han reducido muy significativamente. La fecundidad alta es característica de las familias nucleares del área rural y de los quintiles de menor ingreso. La conformación de hogares extensos manifiesta un alto grado de vulnerabilidad al expresar la baja capacidad de la generación secundaria de conformar sus propios hogares, generando tensiones en el tamaño de los hogares paternos y por tanto en sus condiciones generales de vida, ello es más común en los quintiles de menor ingreso y en hogares encabezados por mujeres del área urbana. La exposición a la reproducción del riesgo es aún muy significativa, manifestada en la proporción de hogares en las que las MEF expuestas (con pareja y sin embarazo reciente) utiliza métodos de planificación familiar, lo que es más evidente en hogares encabezados por mujeres y los nucleares de la zona rural. Es característica de los hogares más vulnerables ser nucleares con alta fecundidad y extensos en los que las MEF no planifican la familia; estos grupos se concentran en los encabezados por mujeres y en el área rural, concentrados mayoritariamente en las regiones Central y Atlántico rural. Sin embargo, el aporte en volumen de hogares de Managua y el Pacífico llama la atención a estas regiones.

Page 47: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

3.3- Dimensión Habitacional Contar con una vivienda adecuada constituye una de las dimensiones más sentidas de la seguridad que aspiran tener las personas. Toda familia aspira a tener vivienda propia y que ésta cumpla con condiciones básicas para la protección, la salud, el descanso, la privacidad y vida en familia. Es el espacio donde se desarrollan las funciones fundamentales de la reproducción social y la convivencia, constituye con la alimentación los dos factores sobre los que culturalmente se define la identidad de SER UN HOGAR, de tal forma que de la seguridad que les brinde en términos de su propiedad y la calidad de vida, derivan en fortalecimiento de la autoestima, sentido de pertenencia y arraigo. Por lo general, la consecución de vivienda o su mejoramiento es el destino principal de los “excedentes” después de cubrir las necesidades más primarias, constituyendo el destino principal de los esfuerzos de ahorro o endeudamiento del hogar. Se puede asumir que de existir alguna “holgura” económica se podría medir en la inversión o gasto en el mejoramiento de la vivienda o en su equipamiento. La vivienda en Nicaragua además de ser un problema secularmente acumulado como en buena parte de los países del continente, tiene ciertas características diferenciales que le dan su singularidad: � En primer lugar, los procesos de transformación de la propiedad en la ciudad y el campo

ocurridas en los 80´s y 90´s, que combinan invasión, confiscación, indemnización, restitución, titulación, etc., en un tránsito del conflicto hasta la concertación de opciones jurídicas para resolver la legalidad de las propiedades y la financiación del proceso. De ésta manera, en Nicaragua se ha configurado un escenario muy Sui Generis en el sentido en que, si bien el no tener totalmente legalizada la propiedad es fuente de incertidumbre e inseguridad, ésta es bastante relativa en tanto existe un marco jurídico que otorga mediana seguridad de la tenencia y de su legalización futura. De hecho, la legalización de las propiedades más que un asunto familiar se constituye en un compromiso de gobiernos y partidos.

� La construcción de vivienda propiamente dicha, ha sido en Nicaragua un asunto familiar, los programas tanto públicos como privados de construcción masiva han sido de muy limitado alcance y sus máximos desarrollos han derivado de procesos de reconstrucción post-desastres, tal y como ha ocurrido después del Terremoto de Managua en 1972 y después del huracán Mitch de 1998. Es muy recientemente que la institucionalidad gubernamental en éste sector ha tenido una clara definición y sólo hasta hace poco tiempo los créditos del sistema financiero se han abierto para financiar vivienda.

� De esta manera, en Nicaragua, la modalidad fundamental ha sido la de la AUTOCONSTRUCCION, con sus características de progresividad según disponibilidad de cada familia a fin de asegurar en primera instancia un terreno y para mejorar construcción y materiales en segunda instancia. De ahí que las condiciones de ubicación no deriven de directrices de planificación territorial y por lo general terminan siendo zonas inadecuadas y sometidas a amenazas de desastres en zonas de alto riesgo (sísmico, inundación, deslaves, etc.), mientras que los diseños y materiales no se ciñen a las normativas de seguridad de la construcción y no se asegura la cobertura de los servicios básicos domiciliares.

Page 48: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

Estas condiciones han configurado el escenario de la seguridad-vulnerabilidad habitacional en Nicaragua que en la conjugación de las diversas opciones podrían caracterizar un sin número de situaciones posibles de seguridad-vulnerabilidad; a fin de operacionalizar ésta dimensión, se optó por construir tres variables fundamentales, como son:

• La tenencia • La calidad de la vivienda y • La capacidad de mejoramiento.

3.3.1- Tenencia de la vivienda. La ENMNV interroga acerca de la propiedad de la vivienda que cada hogar habita, las opciones de respuesta se recodificaron de la siguiente manera: � Propietarios: Cuando se respondió como “Propia con escritura”, “Propia sin Escritura” y

“Pagándose/amortizandose”. Se incluyeron los hogares que no tienen escritura por la condición expuesta anteriormente, en el entendido en que se incluyen en éstos casos el sentido de pertenencia, la posesión y algún documento de cesión de parte del estado o anteriores propietarios. La vulnerabilidad surgida de la no legalización como vimos es relativa.

� No Propietarios: Cuando se respondió “alquilada”, “cedida o prestada”, “recibida por servicios” y “posando”.

Cuadro No. 30 Tipo de Tenencia de Vivienda de los hogares según Área de Residencia.

La gran mayoría de hogares en Nicaragua son propietarios, en tanto el 77.6% de los hogares tienen posesión ya sea con o sin escritura e incluye una cantidad muy mínima de hogares en proceso de pago de la vivienda dada la estrechez del mercado y la ausencia de programas y proyectos tanto en el sector público como privado. Los hogares no propietarios alcanzan el 22.4% del total. La estructura de la tenencia de la vivienda es similar entre lo urbano y lo rural, con un muy leve incremento de los no propietarios en lo urbano. La diferencia sí es notoria de acuerdo al sexo del/la jefe/a del hogar, cuando son mujeres la proporción de propietarias es de casi 84% mientras en los jefes varones son de 75%.

Tipo de tenencia Hogares Total Urbano Rural 1 Propia con ecritura 455,061 46.6 49.0 42.7 2 Propia sin escritura 296,011 30.3 27.0 35.5 3 Amortizandose/propia pagandose 6,490 0.7 0.9 0.3 4 Alquilada 30,115 3.1 5.0 0.1 5 Cedida o prestada 82,803 8.5 7.3 10.4 6 Recibida por servicios 33,442 3.4 2.3 5.2 7 Posando 71,138 7.3 8.5 5.4 8 Otro cual 1,588 0.2 0.1 0.3 Total 976,647 100.0 100.0 100.0

Page 49: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

Cuadro No. 31. Tenencia de Vivienda por Sexo, Región y Quintiles de Consumo.

En la distribución regional, resaltan la alta proporción de No Propietarios en el Pacífico tanto urbano como rural, y no hay diferencias significativas entre los quintiles de consumo lo cual ratifica lo ya expresado en términos de que no han sido los mecanismos de mercado ni las incipientes políticas y programas establecidos los que han regulado la distribución de la tenencia, si no que ha sido mediada por los movimientos sociales y los escenarios políticos que han dado carácter de posesión a procesos de asentamientos espontáneos o apropiación de inmuebles iniciados por migración campo-ciudad, invasión de terrenos y asentamiento, por lo general desarrollados como procesos desordenados y conflictivos pero que han beneficiado a hogares de los quintiles de menor consumo, de tal forma que no se evidencia en Nicaragua las brechas de inequidad en la tenencia de vivienda que se registran en países de la región. Incluso explica el hecho de que el quintil de menores ingresos tenga proporcionalmente una leve mayoría de hogares propietarios, en tanto son más propensos a las movilizaciones de invasión de tierras y son mayoritariamente beneficiarios de los acuerdos y leyes de regulación de la propiedad. El Quintil de mayores ingresos está plenamente expuestos a las condiciones de mercado y sus parámetros de calidad, tamaño y ubicación son muy elevados. 3.3.2- Calidad de la Vivienda La valoración de la calidad de la vivienda podría ser muy amplia, en el sentido de la gran diversidad de variaciones y combinaciones que pueden darse de tantos aspectos que pueden calificarse, para la operacionalización de ésta variable, asumimos tres característica principales, como son la estructura, los servicios, capacidad de albergue. Cuadro No. 32 Materiales utilizados en la construcción de la Vivienda por Residencia y Jefatura del Hogar.

La estructura a su vez, se ha calificado de acuerdo a los materiales con que están construidos paredes, piso y techo, utilizando en su valoración los parámetros establecidos en la metodología

de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) que califica como adecuados o inadecuados los materiales según se trate del área urbana o rural.

Propietarios No propietarios Propietarios No propietariosJefatura de HogarJefa Mujer 83.6 16.4 Managua 80.3 19.7Jefe Hombre 75.0 25.0 Pacifico Urbano 69.6 30.4Quintiles de consumo Pacifico Rural 70.7 29.3

Q1 79.0 21.0 Central Urbano 83.4 16.6Q2 75.6 24.4 Central Rural 79.8 20.2Q3 76.5 23.5 Atlantico Urbano 83.4 16.6Q4 80.0 20.0 Atlantico Rural 83.3 16.7Q5 76.8 23.2

Total 77.6 22.4 Total 77.6 22.4

Tenencia de la vivienda Tenencia de la viviendaRegionesJefatura/Niveles

de consumo

Urbano Rural Total Urbano Rural Total Urbano Rural Total

Jefa Mujer 28.4 13.6 24.6 5.5 8.1 6.1 34.8 61.1 41.6Jefe Hombre 24.9 11.1 18.9 5.7 5.8 5.7 33.7 64.7 47.3Ambos 26.1 11.6 20.5 5.6 6.2 5.8 34.1 64.0 45.6

Jefatura del Hogar

Pared inadecuada Techo inadecuado Piso de Tierra

Page 50: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

Como se observa, de acuerdo a los parámetros NBI, para 2001 las paredes de las viviendas urbanas están en peores condiciones que en las rurales, en techos y pisos las condiciones son siempre menos favorables en lo rural. Exceptuando la calidad del techo en lo urbano las condiciones de la estructura son siempre mejores en los hogares con jefatura femenina. Evidentemente es la mala condición del piso la carencia más extendida tanto en hogares urbanos y principalmente en los rurales. Cuadro No. 33 Clasificación de la Vivienda por área de Residencia y Jefatura del Hogar.

En correspondencia con lo anterior y asumiendo como criterio para calificar la estructura de la vivienda como Aceptable aquella en que se presenta toda la estructura (paredes, techos o pisos) como adecuada y como no aceptable aquella en que se presenta una o más condiciones de la estructura como inadecuadas, encontramos que un poco más de la mitad de los hogares de Nicaragua

viven en viviendas “Inadecuadas” principalmente incidida ésta situación por la permanencia de una alta proporción de viviendas con piso de tierra. En ésta variable intermedia, se aprecia aún más la diferencia urbano/rural, pero no así las diferencias entre la jefatura femenina o masculina, entre los cuales la brecha casi desaparece en lo rural y es muy pequeña en lo urbano. Cuadro No. 34 Hogares con infraestructura de Vivienda Inadecuada por Región y Quintiles de Consumo.

Al considerar la distribución de las viviendas con estructura inadecuada por región, destaca que éstas son más extendidas en el Pacífico y Central rural y en el Atlántico urbano, mientras que las mejores condiciones de las viviendas están presentes en Managua y la región Central

urbano. La distribución por quintiles de consumo, corresponde a la esperada, con peores condiciones en el grupo de menor consumo y una proporción menor pero aún muy significativa en el de mayor consumo. Es notable que la brecha entre los dos quintiles extremos que es de 3.4 veces pero en los quintiles intermedios la situación es relativamente convergente hacia el promedio nacional. En cuanto a los servicios, se han incorporado en el análisis el de abastecimiento de agua y la disposición de excretas o servicio higiénico, en tanto otros servicios como Luz, teléfono y la recolección de basura, etc., aún se concentran excesivamente en lo urbano y en los quintiles de mayor consumo, de tal forma que si bien son importantes en términos de los grados de vulnerabilidad que pueda generar su ausencia, ésta condición aún es muy amplia en Nicaragua como para establecer diferenciales de vulnerabilidad más allá de las políticas sectoriales en éstas áreas.

Urbano Rural Total

Jefa Mujer 42.8 66.2 53.0Jefe Hombre 45.9 65.7 51.0Ambos 43.7 66.0 52.4

Jefatura del Hogar

Vivienda inadecuada

Ambos Mujer Hombre Ambos Mujer Hombre

Managua 36.9 42.5 33.9Pacifico Urbano 48.2 44.0 50.7 Q1 75.9 78.1 75.3Pacifico Rural 67.1 75.0 65.1 Q2 64.4 68.3 63.0Central Urbano 39.4 43.5 37.4 Q3 58.1 51.3 61.1Central Rural 69.0 71.0 68.4 Q4 40.8 47.1 37.7Atlantico Urbano 63.1 61.2 64.2 Q5 22.6 22.8 23.0Atlantico Rural 49.8 38.9 52.1 Total 52.4 51.0 53.0Total 52.4 51.0 53.0

Jefatura del HogarQuintiles Consumo

Regiones Jefatura del Hogar

Page 51: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

Cuadro No. 35 Ausencia de Servicio Higiénico en hogares por Residencia y Jefatura del Hogar.

De la misma manera que la estructura de la vivienda, se ha utilizado el parámetro de las NBI para la calificación de los dos servicios en sus diferenciales de aceptabilidad urbano y rural. La ausencia de servicio Higiénico, es una característica del 14% del total de hogares

del país, pero es principalmente rural con un 28% de los hogares en lo que evidentemente se ha mejorado bastante con relación a 1998, el 5% de los hogares urbanos permanecen sin este servicio. Las jefas mujeres han logrado mejorar más éste servicio con referencia a los jefes varones con una amplia brecha de 9% al 15%, la diferencia es similar tanto en lo urbano como en lo rural.

Cuadro No. 36 Ausencia de Servicio Higiénico en hogares por Región y Quintiles de Consumo

La carencia está concentrada principalmente en las regiones Central y Atlántico rurales con 32% y 46% respectivamente, el Pacífico rural y el Atlántico urbano se encuentran en condiciones intermedias (14.6 de carencia), mientras en lo urbano de Managua, Pacífico y Central los índices son muy reducidos (de 2 a 5%). Entre los quintiles de consumo se va de 31% en el de menor consumo hasta 2.1% en el de mayor consumo, representando 10 veces la brecha de mayor carencia. Los hogares encabezados por mujeres se encuentran con amplitud en una mejor condición en todos los

quintiles. La fuente de agua, también calificada con los parámetros de las NBI con base a un parámetro de lo aceptable para lo urbano y lo rural, calificando el tipo de fuente pero no la calidad del agua, por tanto creemos necesario aclarar que no se está calificando el acceso a “agua segura” en tanto en un sistema de acueducto intra domiciliar bien se puede estar brindando agua con algún nivel de contaminación. Cuadro No. 37 Hogares con Fuentes de Agua Inadecuada por Residencia y Jefatura del Hogar.

Las fuentes inadecuadas están presentes en el 19% de los hogares de Nicaragua, la carencia es mayor en lo rural con el 24% de los hogares con fuentes inadecuadas por que acarrean agua de fuentes superficiales como ríos, manantiales u ojos de agua. Pero la carencia aún es elevada también en lo urbano con un 16% de los hogares que no

cuentan con agua entubada (sea dentro o fuera de la casa.) Los hogares con jefatura femenina tienen mejores condiciones tanto en las ciudades como en el campo.

Ambos Mujer Hombre

Urbano 5.0 3.5 5.8Rural 27.7 25.7 28.2Total 13.8 9.3 15.6

Area de Residencia

Jefatura del Hogar

Jefatura de Hogar RegionesMujer 9.3 Managua 2.3Hombre 15.6 Pacifico Urbano 3.7Quintiles de consumo Pacifico Rural 14.6

Q1 31.4 Central Urbano 4.9Q2 19.8 Central Rural 31.9Q3 11.1 Atlantico Urbano 14.6Q4 4.5 Atlantico Rural 45.9Q5 2.1

Total 13.8 Total 13.8

Hogares Sin Servicio Higienico

Ambos Mujer Hombre

Urbano 16.4 14.6 17.5Rural 23.8 21.0 24.5Total 19.3 16.2 20.5

Area de Residencia

Jefatura del Hogar

Page 52: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

Cuadro No. 38 Hogares con fuentes de Agua Inadecuada por Regiones y Quintiles de Consumo.

Las diferencias regionales en cuanto a fuentes de agua, son muy amplias ya que van desde un 4% de carencia en Managua hasta un 57% de hogares en el Atlántico urbano, evidentemente la región Central rural y todo el Atlántico (urbano y rural) concentran la mayor proporción de hogares

con fuentes de agua inadecuadas a pesar de la focalización que han tenido los programas de reconstrucción post-Mitch. La brecha de desigualdad en la existencia de carencia de fuentes adecuadas de agua es de 13 veces entre Managua y el Atlántico rural y de 14 veces con el Atlántico urbano. La brecha mínima que es de Managua con relación al resto del Pacífico urbano es de tres veces. Lo que refleja un serio problema para la orientación de las inversiones muy concentradas en Managua. Sin embargo, al distribuir por nivel económico la brecha entre los quintiles de menor y mayor consumo es de 7 veces (de 5% a 36%) poniendo de manifiesto el que si bien el nivel de capacidad económica de los hogares incide significativamente, el elemento geográfico incide aún más, ya sea por políticas muy centralizadas o por las dificultades para acceder a los acuíferos en otras regiones o por el alto costo del tratamiento y distribución para poblaciones de montaña o dispersas en valles centrales y litorales. La capacidad de albergue la dimensionamos con o sin presencia de hacinamiento, que de acuerdo a los mismos parámetros de las NBI, considera hacinamiento cuando en el área urbana en el hogar hay más de 4 personas por dormitorio de la vivienda y en el área rural más de 5 personas. Es un indicador que combina la capacidad estructural de la vivienda con el tamaño del hogar medido en el número de miembros. Cuadro No. 39 Hogares con Hacinamiento según de Residencia y Jefatura de Hogar.

La condición de hacinamiento está presente en el 38% de los hogares de Nicaragua y aunque evidentes no son muy significativas las diferencias entre el campo y la ciudad, lo que nos está indicando, que ya sea por ser familias numerosas (por fecundidad o por extensión) o por la pequeñez de la vivienda o por las dos razones, las viviendas para una amplia

proporción de hogares no corresponden a su tamaño familiar. El hacinamiento se registra principalmente en aquellos encabezados por hombres, en tanto, en hogares con jefatura femenina aunque es amplia la presencia de hacinamiento, es siempre más favorable (33%) que en los hogares jefeados por hombres (40%).

Ambos Mujer Hombre Ambos Mujer Hombre

Managua 4.3 5.8 3.6Pacifico Urbano 12.2 9.3 13.9 Q1 35.9 31.4 37.2Pacifico Rural 14.7 15.9 14.5 Q2 25.5 22.8 26.5Central Urbano 15.4 15.9 15.4 Q3 17.9 15.9 18.7Central Rural 31.6 25.7 32.9 Q4 12.2 13.6 11.7Atlantico Urbano 56.8 60.5 54.4 Q5 4.8 3.8 5.2Atlantico Rural 53.0 53.1 52.9Total 19.3 16.2 20.5 Total 19.3 16.2 20.5

Quintiles Consumo

Jefatura del HogarRegiones Jefatura del Hogar

Ambos Mujer Hombre

Urbano 37.1 33.0 39.3Rural 39.6 33.0 41.2Total 38.1 33.0 40.1

Jefatura del HogarCon Hacinamiento

Page 53: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

Cuadro No. 40 Hogares con Hacinamiento por Región, Género y Quintiles de Consumo.

La situación es similar en la distribución regional, oscilando desde 32% en Managua hasta el 45% en el Atlántico urbano. El alto indice del pacífico urbano (43%) hace evidente el crecimiento más acelerado de las carencias en las ciudades del Pacífico que

comparte condiciones con la región del Atlántico. Excepto por el Atlántico urbano, la jefatura femenina favorece las condiciones de albergue de las viviendas en todas las regiones. La brecha entre los niveles económicos es amplia hasta poco más de 6 veces, existiendo hacinamiento en tan sólo el 10% de hogares del quintil de mayor consumo y en el 64% de los hogares del de menor consumo. La jefatura femenina favorece en los cuatro primeros quintiles, en el quintil de mayor consumo es mayor la proporción de hogares con jefas mujeres que tienen hacinamiento. Para el indicador de calidad de la vivienda. Se construyó un índice de calidad de la vivienda con la combinación de las carencias existentes en la estructura, los servicios y la presencia o nó de hacinamiento. Se clasificó como vivienda aceptable aquella en la que ninguna de las carencias analizadas hacía presencia y como mala vivienda aquellos hogares en las que tiene presencia una o más de las carencias analizadas.

Cuadro No. 41 Malas Vivienda por Residencia y Sexo.

El 65% de los hogares del país cuentan con alguna carencia en su vivienda que las califica como en malas condiciones de cara a las necesidades básicas de las personas que las habitan. La vivienda en malas condiciones llega hasta el 77% de los hogares rurales y hasta el 58% de los

urbanos, cifras que de por sí dimensionan la magnitud de la amplitud de las carencias habitacionales en Nicaragua. La distribución por jefatura del hogar es similar para ambos sexos y coincidente con la distribución nacional tanto en lo urbano como en lo rural. Las diferencias entre regiones son relativamente menores, sin embargo, los mayores porcentajes de hogares con mala vivienda se encuentran en las tres regiones rurales y en el Atlántico urbano. Los hogares ubicados en Managua y en las ciudades de la región Central, registran menor incidencia de la mala vivienda. En contraste, el nivel económico de los hogares tiene un nivel de determinación mucho mayor en las condiciones generales de la vivienda, el gradiente de desigualdad entre los quintiles de menor y mayor ingreso (Q1/Q5) es cercano a 3 veces, evidenciando que en los quintiles más pobres casi la totalidad de hogares tiene malas viviendas.

Ambos Mujer Hombre Ambos Mujer Hombre

Managua 32.3 29.0 34.5Pacifico Urbano 42.7 35.8 46.6 Q1 64.4 62.0 65.1Pacifico Rural 39.7 34.9 40.3 Q2 52.8 51.1 53.3Central Urbano 34.7 30.8 36.6 Q3 38.4 34.1 40.4Central Rural 39.8 33.2 41.3 Q4 24.6 16.7 27.6Atlantico Urbano 44.7 46.2 44.5 Q5 10.0 13.3 8.5Atlantico Rural 41.9 35.9 43.2Total 38.1 33.0 40.1 Total 38.1 33.0 40.1

Quintiles Consumo

Jefatura del HogarRegiones Jefatura del Hogar

Ambos Mujer Hombre

Urbano 58.6 59.7 58.4Rural 76.2 74.5 76.6Total 65.4 63.5 66.4

Jefatura del HogarMala vivienda

Page 54: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

Cuadro No. 42. Hogares con Mala Vivienda por Región y Quintiles de Consumo.

Aún así, un 35% de hogares con mala vivienda en el quintil de mayor ingreso es un nivel muy alto de incidencia para un grupo en el que se asume que cuenta con excedentes más allá de la cobertura de necesidades básicas. Como se percibe en las variables primarias, éste alto índice está mayoritariamente asociado a las carencias estructurales y dentro de ellas principalmente las referidas a contar con piso de tierra.

3.3.3- Capacidad de Mejoramiento. En la medida en que la vivienda ha dependido sobretodo de la autoconstrucción, es una aspiración constante en los hogares el mejoramiento progresivo de la vivienda, obviamente su materialización depende principalmente de la holgura económica con que cuenten los hogares, la cual a pesar de ser muchas veces mínima, las familias ahorran o compran materiales poco a poco hasta tener lo suficiente para emprender una pequeña obra de remodelación o ampliación. El caso más demostrativo es el de las paredes “minifalda” que va reemplazando progresivamente la madera por bloques de concreto. En condiciones inadecuadas de vivienda, también se aprovechan oportunidades de “disponibilidad” o de buenas ofertas en el mercado para hacer reparaciones menores, o de mejorar condiciones con equipo (pe: sustituir cocina de leña por gas) o mobiliario para mejorar las condiciones de albergue, protección, descanso, etc. De ahí que la situación de vulnerabilidad por riesgos derivados de la tenencia o de la calidad de la vivienda se complementa con la capacidad de los hogares de hacer mejoras progresivas para también reducir progresivamente riesgos. Se debe considerar también que buena parte de los hogares que cuentan con vivienda adecuada no requieren hacer mejoras. Para el presente trabajo se han incluido las repuestas a variadas preguntas relacionadas e incluidas en la ENMNV, que se refieren a si en los últimos 12 meses el hogar ha realizado mejoras a la vivienda (remodelación, ampliación), gastos en reparaciones menores, compra de equipamiento (se exceptúa equipo no vinculado a las necesidades básicas) o de muebles. Cuadro No. 43 Mejoras y reparaciones a las viviendas según área de Residencia y Jefatura del Hogar

Hicieron mejoras a la vivienda, se incluyen en éste acápite, ampliaciones y remodelaciones mayores en el caso de las denominadas “mejoras” y obras de mantenimiento de la infraestructura en el acápite de reparaciones menores. En el año anterior a la ENMNV2001 solamente el 8% de los hogares en Nicaragua, el 10% de los hogares urbanos y el 6% de los rurales habían realizado mejoras a la infraestructura de su vivienda. Una proporción mayor de hogares urbanos encabezados por mujeres ha realizado mejoras que los encabezados por hombres, en lo rural la

��

Je fa tu ra de Hoga r Re gione sM ujer 58.6 M anagua 54.0Hom bre 76.2 P ac ific o Urbano 64.1Q uintile s de consum o P ac ific o Rural 74.5

Q 1 91.9 Central Urbano 52.6Q 2 81.7 Central Rural 77.4Q 3 78.1 A t lant ic o Urbano 74.7Q 4 62.3 A t lant ic o Rural 68.4Q 5 35.3

Tota l 65.4 Tota l 65.4

M a la s condicione s de la vivie nda

Ambos Mujer HombreMejoras a la vivienda

Urbano 10.2 10.2 9.7Rural 6.2 5.8 6.3Total 8.6 9.1 8.2

Reparaciones a la viviendaUrbano 16.1 16.3 15.6Rural 13.5 13.5 13.6Total 15.1 15.6 14.7

Area de residencia

Jefatura del Hogar

Page 55: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

situación es inversa. Las reparaciones menores, como era de esperarse por su menor costo, se registran en una mayor proporción de hogares con relación a las “mejoras” pero sólo alcanzan un 15% de los hogares y aún cuando son mayores en lo urbano, la diferencia no es muy significativa. Nuevamente, son los hogares de mujeres jefas los que muestran una relativa mayor propensión invertir en el mejoramiento de la infraestructura. En los hogares urbanos hace una pequeña diferencia al presentar más hogares con mejoras o reparaciones. En lo rural son menos significativas estas diferencias. La compra de equipamiento (equipos y muebles) es la inversión más común que hacen los hogares para mejorar sus condiciones de vida, se trata de equipos de cocina o muebles que mejoran las condiciones de la vivienda.

Cuadro No. 44 Inversión en equipamiento según Área de Residencia y Jefe de Hogar.

Los hogares que lo hicieron llegan hasta el 30% del total. Es mayor la proporción de hogares que mejoran el equipamiento en lo urbano (35%) por las influencias y oportunidades del mercado y por el acceso a otros servicios complementarios como la luz eléctrica, sin embargo, es importante el segmento de hogares rurales que mejoran

equipamiento, llegando a un 23%. Al contrario que la inversión en infraestructura, los hogares con jefas mujeres tanto en lo urbano como en lo rural invierten menos en equipamiento que los hogares con jefes varones. Cuadro No. 45 Capacidad de mejoras a la Vivienda por Regiones y Jefatura del Hogar

Combinando la inversión en infraestructura de la vivienda y en su equipamiento, se ha configurado el índice de capacidad de mejoramiento de cada hogar como expresión del nivel de control de los riesgos derivados de la calidad de la vivienda, que para el caso de los hogares que no han realizado ningún gasto en éstos rubros en los 12 meses anteriores se presume, que no cuentan con la “holgura”

necesaria para hacerlo por la inexistencia de excedentes, más allá de la cobertura (plena o parcial) de sus necesidades básicas, más aún cuando hemos visto la existencia de un volumen acumulativo de carencias en los hogares que los colocan en una alta exposición a riesgos de diferente índole. En dos de cada tres hogares en Nicaragua (60%) no se cuenta con capacidad de ir mejorando progresivamente las condiciones de la infraestructura de vida en sus viviendas, siendo mayor la proporción (67%)de hogares con baja capacidad de mejora en el área rural, mas, en lo urbano la proporción también es muy alta (56%). En lo nacional y en lo urbano y lo rural, los hogares encabezados por mujeres reflejan menor capacidad de mejora que los jefeados por hombres, siendo el grupo de mayores limitaciones los hogares rurales encabezados por mujeres.

Ambos Mujer Hombre

Urbano 35.0 28.0 38.6Rural 23.3 19.8 24.1Total 30.4 25.9 32.2

Gasto en Equipamiento

Jefatura del Hogar

Ambos Mujer Hombre

Urbano 56.2 61.8 53.9Rural 67.3 69.8 66.7Total 60.5 63.9 59.5

Jefatura del HogarBaja capacidad de mejora

Page 56: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

Cuadro No. 46 Baja capacidad de mejoras a la Vivienda por Región y Jefatura del Hogar.

Los hogares con baja capacidad de mejora son más numerosos en las regiones del Centro y el Atlántico rural con cerca o más del 70% de los hogares en esa condición. Todas las regiones urbanas y lo rural del Pacífico se sitúan en una condición cercana al promedio nacional (60%) y Managua se sitúa en una situación de mayor capacidad pero aún limitada a la mitad de sus hogares. Por nivel de consumo, se refleja el gradiente

diferencial esperado, desde el 78% de hogares sin capacidad de mejora en el quintil de menor consumo hasta el 46% en el de mayor consumo. Situándonos en una condición en la que a mayor necesidad por acumulación de carencias los quintiles menos favorecidos también registran la más baja capacidad de asumir la resolución de tales carencias por sí mismos. 3.3.4- Vulnerabilidad Habitacional El índice de seguridad-vulnerabilidad habitacional, se construyó progresivamente, configurando en primera instancia la relevancia de la tenencia con relación a la calidad de la vivienda, para en un segundo momento incorporar la capacidad de mejora. El proceso se realizó tomando en consideración alguna premisas básicas que condicionan las agrupaciones posibles en la combinación de las variables: � Si se cuenta con vivienda aceptable de acuerdo a los parámetros expuestos, no es tan

relevante la inversión realizada en mejoramiento en tanto se trata de ir más allá del umbral definido como aceptable, es decir, que la inversión se dirige a crear condiciones de comodidad o bienestar que no constituyen necesidad básica.

� De la misma manera opera la tenencia, ya que si no se es propietario pero se reside en una vivienda aceptable, (por alquiler) por lo general se contará con la capacidad de insertarse en el mercado de la vivienda.

� Si no se es propietario y se vive en condiciones de mala vivienda, no es tampoco relevante la inversión en mejoras, ya que nadie invierte en lo que no es suyo, pero configura una condición de alta vulnerabilidad.

� La capacidad de mejorar la vivienda es relevante cuando se está en un contexto de propietarios con diferentes niveles de calidad de la vivienda y por tanto expresando diferentes niveles de vulnerabilidad.

De ésta manera se fue configurando en primera instancia un índice que combina la tenencia de la vivienda con la calidad de la misma, de la cual se estructuran tres grupos diferenciales: El primer grupo lo constituyen los hogares que habitan una vivienda aceptable, es decir, que no presenta ninguna de las carencias de infraestructura o servicios y tampoco tienen hacinamiento, por tal condición es irrelevante la propiedad; éste grupo representa el 34.4% del total de hogares de Nicaragua e incluye éste grupo un 6% de hogares que no son propietarios. Se ubica mayoritariamente en lo urbano donde representa el 41% de los hogares, mientras en

Jefatura de Hogar RegionesMujer 63.9 Managua 52.4Hombre 59.5 Pacifico Urbano 60.2Quintiles de consumo Pacifico Rural 60.2

Q1 78.3 Central Urbano 58.9Q2 69.1 Central Rural 68.6Q3 61.7 Atlantico Urbano 58.9Q4 59.0 Atlantico Rural 76.5Q5 46.2

Total 60.5 Total 60.5

Baja Capacidad de mejora de vivienda

Page 57: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

lo rural representa el 24%. Son levemente mayoritarios los hogares encabezados por mujeres, pero no son significativas las diferencias por género de la jefatura en lo rural o en lo urbano. Cuadro No. 47 Tenencia y calidad de la Vivienda por Área de Residencia y Jefatura del Hogar.

El segundo grupo lo conforman los hogares que son propietarios y habitan malas viviendas, es decir, con una o más carencias. Es el grupo mayoritario entre los hogares nicaragüenses, representando la mitad de los hogares del país (51%), su peso mayor se ubica en lo rural donde contiene el 60% de los hogares, pero representa también el mayor peso en la ciudad con el 45% de los hogares. Tiene una mayor proporción dentro de los hogares encabezados por mujeres (52%) aún cuando no tan lejos de la jefatura masculina (50%). Sin embargo, la brecha de género del jefe, se amplio en los hogares urbanos (de 49% a 43%). El tercer grupo es el de mayor vulnerabilidad, en tanto agrupa a los hogares que no son propietarios y habitan malas viviendas, representan el 15% del total de hogares del país y su peso es relativamente mayor en los hogares rurales (16%), mientras en las ciudades son el 14%. En el total, en la ciudad y en el campo, éste grupo tienen un peso mayor dentro de los hogares jefeados por hombres. Llegados a éstos tres grupos, se procedió a combinarlos con la capacidad de realizar mejoras en el hogar, ya establecido, se consideró sólo relevante en el grupo de propietarios con mala vivienda, de ésta forma, se llegó a la estratificación de cuatro grupos de vulnerabilidad habitacional. Cuadro No. 48 Vulnerabilidad Habitacional por Área de Residencia y Jefatura del Hogar.

El primer y cuarto grupo fueron descritos anteriormente, los grupos conformados en éste paso, son los propietarios con mala vivienda y que han invertido en alguna mejora del hogar (infraestructura, reparación, equipamiento) y los que no lo han hecho en el último año. El primer grupo es el de mínima vulnerabilidad y va creciendo en grados de vulnerabilidad hasta el cuarto grupo que es el de muy alta vulnerabilidad.

Mujer Hombre Mujer Hombre

Vivienda aceptable, propieterios o nó 40.3 41.6 41.1 25.5 23.4 23.8Mala vivienda, propietarios 49.1 42.9 45.0 62.0 60.2 60.5Mala vivienda y NO propietarios 10.6 15.5 13.8 12.5 16.4 15.7

TENENCIA/CALIDAD DE LA VIVIENDA Jefatura de HogarArea Urbana

Total

Area RuralJefatura de Hogar Total

Urbano Rural Mujer Hombre

1 Vivienda aceptable 41.4 23.8 36.5 33.6 34.42 Mala vivienda, Propietarios, Mejoran 18.5 18.8 17.6 18.9 18.63 Mala Vivienda, Propietarios, NO Mejoran 26.5 41.5 34.8 31.6 32.54 Mala Vivienda, NO Propietarios 13.7 15.8 11.1 15.9 14.6

N° TotalVulnerabilidad habitacional Jefatura de HogarArea de residencia

Page 58: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

Como se ha señalado, las mejoras no son relevantes ni en el primer grupo en tanto tienen una vivienda aceptable y son innecesarias; ni en el cuarto grupo en tanto que al no ser propietarios no invertirán en la mejora de un patrimonio que no es de ellos. El segundo segmento representa aquellos que continúan realizando esfuerzos propios para mejorar y reducir riesgos derivados de la calidad de la vivienda, en éste sentido manifiestan motivación y alguna disponibilidad de recursos (aunque limitada) para mejorar. Representan casi el 19% del total de hogares, con un peso similar entre los hogares urbanos y rurales y entre los encabezados por mujeres y hombres. El tercer segmento, es de alta vulnerabilidad en tanto habitan viviendas en malas condiciones y no cuentan con capacidad para modificar la situación ya sea por falta de motivación o por -lo que seguramente es mayoritario- la no disponibilidad de recursos. Representan el 32% del total de hogares, siendo el grupo ampliamente mayoritario dentro de los hogares rurales (41%), mientras mantienen un peso sustancial en los hogares urbanos (26.5%). Constituyen un peso mayor en el segmento de hogares encabezados por mujeres en relación con los jefeados por hombres. Si observamos el peso que cada grupo de vulnerabilidad tiene al interior de cada región, se evidencia como los dos grupos de más alta vulnerabilidad representan unidos una gran proporción de las regiones Pacífico rural (52.4%) y urbana (47.4%), Central rural (58.6%) y Atlántico rural (58.6%). Si consideramos el peso que cada grupo de vulnerabilidad tiene al interior de cada región, se evidencia como los dos grupos de más alta vulnerabilidad representan unidos una gran proporción de las regiones Pacífico rural (52.4%) y urbana (47.4%), Central rural (58.6%) y Atlántico rural (58.6%). Aún en las regiones en que menos peso tienen, tienen una proporción muy significativa como lo es en Managua (35.4%) y Central urbano (37.3%). Cuadro No. 49 Vulnerabilidad Habitacional por Región.

Mientras el grupo de mínima vulnerabilidad (Vivienda Aceptable) se concentra en Managua y relativamente en el Pacífico urbano, el grupo de muy alta vulnerabilidad (Mala vivienda, No propietarios) se concentra en toda la región del Pacífico tanto en lo urbano como en lo rural (23 y 21%), llamando la atención Managua que comparte un peso igual a la Central rural (20%); lo que también se corresponde con el hecho de que el grupo de alta vulnerabilidad (propietarios, mala vivienda, no mejoran) que también se concentra en Managua y la Central rural (20 y 28%).

N° Vulnerabilidad habitacional Managua Pacifico Urbano

Pacifico Rural

Central Urbano

Central Rural

Atlantico Urbano

Atlantico Rural

Total

1 Vivienda aceptable 46.0 35.9 25.5 47.4 22.6 25.3 31.6 34.62 Mala vivienda, Propietarios, Mejoran 18.7 16.7 22.1 15.3 18.8 28.0 9.8 18.63 Mala Vivienda, Propietarios, NO Mejoran 24.8 26.5 33.3 28.1 43.9 33.7 46.4 32.34 Mala Vivienda, NO Propietarios 10.6 20.9 19.1 9.2 14.7 13.1 12.2 14.5

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

1 Vivienda aceptable 36.1 16.7 11.8 13.4 13.3 3.7 5.0 1002 Mala vivienda, Propietarios, Mejoran 27.3 14.5 19.0 8.1 20.6 7.7 2.9 1003 Mala Vivienda, Propietarios, NO Mejoran 20.9 13.2 16.5 8.5 27.7 5.3 7.9 1004 Mala Vivienda, NO Propietarios 19.8 23.1 21.1 6.2 20.6 4.6 4.6 100

Total 27.2 16.1 16.0 9.8 20.4 5.1 5.5 100

Page 59: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

Cuadro No. 50 Vulnerabilidad Habitacional según Quintiles de Consumo.

Las condiciones de vulnerabilidad evidentemente se asocian más claramente al nivel económico de los hogares, mientras los grupos de mayor vulnerabilidad se concentran en los quintiles de menor consumo, lo opuesto ocurre con el grupo de mínima vulnerabilidad que concentra casi todos los hogares en los dos quintiles de mayor consumo. Es muy elocuente como el Q5 tiene el 83% de sus hogares en los grupos de menor vulnerabilidad (G1+G2), mientras los dos quintiles de menor consumo tienen la mayor parte de sus hogares (71% y 62%) en los dos grupos de alta vulnerabilidad (G3+G4). De hecho el quintil superior de consumo (Q5) apenas aporta un el 6% y 10% del total de hogares en los dos grupos de alta vulnerabilidad es decir los grupos 3 y 4, mientras el quintil de menor ingreso aporta 33% y 23% a cada uno de esos grupos. 3.3.5- Síntesis. La vulnerabilidad habitacional en Nicaragua es de muy amplia distribución en los hogares, problemas como el piso de tierra, malas fuentes de agua y el hacinamiento, son características de un problema que se ha venido acumulando por décadas. Si bien la propiedad sobre viviendas ha constituido un factor de conflicto e inseguridad mayor, se han concertado opciones que han logrado reducir la inseguridad jurídica reduciendo en términos de la tenencia las brechas entre los diferentes grupos sociales, mas persiste un grupo relativamente amplio de hogares que no son propietarios y viven en malas condiciones. La capacidad de mejorar por su propio esfuerzo es reducida en los hogares nicaragüenses, que si bien han ido resolviendo la situación con autoconstrucción progresiva, el proceso puede ser muy lento dada la magnitud de las carencias y la escasez de recursos en los hogares, de hecho el grupo que contienen la mayor cantidad de hogares es de alta vulnerabilidad en tanto acumula carencias y no dispone de capacidades para mejorarlas por sí mismos. Si bien los grupos de alta vulnerabilidad se concentran en el área rural en general, llama la atención la proporción de hogares de éstos grupos que viven en Managua y el Pacífico urbano. La región Central norte es la que cuenta con menor cantidad de hogares con buenas viviendas, ha sido la mayor beneficiada por la reconstrucción post-Mitch, mas continúa siendo la que tiene

Q1 Q2 Q3 Q4 Q5

1 Vivienda aceptable 11.5 17.6 29.5 44.3 70.2 34.62 Mala vivienda, Propietarios, Mejoran 17.5 20.8 21.2 20.8 12.7 18.63 Mala Vivienda, Propietarios, NO Mejoran 54.0 41.3 32.8 23.6 9.8 32.34 Mala Vivienda, NO Propietarios 17.1 20.4 16.6 11.3 7.3 14.5

Total 100 100 100 100 100 100

1 Vivienda aceptable 6.6 10.2 17.0 25.6 40.6 1002 Mala vivienda, Propietarios, Mejoran 18.8 22.4 22.7 22.4 13.6 1003 Mala Vivienda, Propietarios, NO Mejoran 33.4 25.6 20.3 14.7 6.0 1004 Mala Vivienda, NO Propietarios 23.5 28.1 22.8 15.5 10.1 100

Total 20.0 20.0 20.0 20.0 20.0 100

Quintiles de ConsumoVulnerabilidad habitacionalN° Total

Page 60: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

mayor proporción de hogares con alta y muy alta vulnerabilidad, dada la acumulación secular de carencias. La concentración de la alta vulnerabilidad en los quintiles de menor consumo, sugiere la necesidad de apoyos externos urgentes en la medida en que son también los hogares de mayor crecimiento demográfico (alta fecundidad, familias extensas) y de menor capacidad de control de riesgos, de tal forma que éstos se multiplicarán progresivamente. 3.4 Vulnerabilidad Sanitaria. Gozar de buena salud es una aspiración primaria de todos y todas, aún en condiciones de incidencias negativas en lo económico, en lo ambiental o en circunstancias adversas, las personas para emprender la recuperación y motivarse se respaldan con la expresión “todo es que esté uno sano”. Asegurar la inversión de todas las potencialidades físicas y mentales en las labores productivas, en el estudio o en eventos de participación social, es elemento que deriva directamente de las posibilidades de gozar de una vida saludable, pero a su vez ésta depende de una compleja red multicausal en donde intervienen en forma determinante las restantes dimensiones en que hemos estructurado la seguridad-vulnerabilidad. Así en toda enfermedad hay un sustrato de comportamientos y cosmovisiones del ámbito cultural, conocimientos y prácticas de acuerdo a un nivel educativo, factores derivados del ambiente y de la vivienda, de la alimentación y de las condiciones de trabajo, etc. El hogar es el ámbito primario y principal de la producción de vida saludable, es el espacio de determinación fundamental que genera riesgos u oportunidades en términos de las posibilidades de estar sano, cada cual y los restante miembros de la familia, dado que, en éste ámbito la función de protección y reproducción del hogar trasciende al individuo para configurar un substrato común de riesgos y oportunidades que derivan de las capacidades acumuladas, es decir la expresión de los capitales humanos, económicos, habitacionales, culturales, demográficos, ambientales. En realidad la salud es una dimensión de la seguridad-vulnerabilidad que expresa a su vez la vulnerabilidad de otras dimensiones e incide también en la modificación de otras vulnerabilidades contribuyendo a reducirlas o a aumentarlas. La dimensión sanitaria como tal, implica el grado de buena o mala salud de los hogares, es decir, de que capacidad tiene cada hogar para producir vida saludable en sus miembros así como la capacidad de controlar riesgo o aprovechar oportunidades para mantenerla o recuperarla cuando una enfermedad hace presencia. La ENMNV2001, contiene un amplio módulo de salud centrado principalmente en los programas de salud materno-infantil y en la ocurrencia de enfermedades o accidentes con sus consecuentes opciones de acción y atención para la recuperación. Como todas las dimensiones del presente trabajo, se deben realizar un esfuerzo de simplificación a fin de arribar a un índice único de seguridad-vulnerabilidad sanitaria, de forma que sea comprehensivo y representativo de la dimensión así se asuman sólo elementos parciales de la misma.

Page 61: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

Con tal propósito se ha optado por configurar dos variables principales, la que representa la capacidad de producción de salud de los hogares, medida en el número de personas que se declararon enfermos en los 30 días anteriores a la encuesta y la capacidad de control de riesgos y enfermedades, medida en la existencia o no de barreras de acceso a servicios de atención para éstos mismos casos. 3.4.1- Nivel de Salud-Enfermedad. Aún cuando la medida del nivel de salud de las personas, hogares y comunidades debería partir del ejercicio pleno y positivo de las capacidades físicas y mentales en las funciones sociales, productivas y afectivas de las personas, poder hacerlo ha sido un paradigma no resuelto y menos aún en encuestas del tipo de la ENMNV. Por lo general la medida de la salud se ha realizado precisamente midiendo la mala salud, es decir, la incidencia de enfermedades y el riesgo de morir en una determinada población, en nuestro caso asumiremos como una aproximación bastante representativa de la capacidad de producir salud en los hogares, el número de personas que se declaran sanos/as o enfermos/as en los 30 días anteriores a la realización de la ENMNV2001. Con ello tendremos una expresión positiva en el sentido de que, en un mismo hogar, se declararon todas las personas sanas (no perciben enfermedad) y la negativa partiendo del número de declarados/as enfermos/as. Pero la complejidad de la salud no deriva solamente de la multicausalidad si no de las casi ilimitadas posibilidades de expresión de la mala salud, dada la amplísima lista de posibles enfermedades que se puedan presentar con la diversidad de expresiones de discapacidad, compromiso de funciones productivas y sociales y de letalidad, así como de la diversa complejidad para su prevención, diagnóstico y tratamiento. Ello implica también una amplísima gama de grados de vulnerabilidad que hacen posible el surgimiento de cada tipo de patología así como para abordar sus consecuencias y su atención, pero su análisis debe ser objeto de políticas y programas sectoriales. Para el efecto que nos preocupa en éste trabajo y con las posibilidades que nos brinda la fuente de información, el listado se simplifica y se reduce a dos posibles tipos de enfermedad: las “agudas” que incluyen todas las enfermedades y accidentes de aparición momentánea con duración limitada y las “crónicas” de surgimiento progresivo y de duración prolongada, generalmente cubriendo todo el período de vida de quienes las padecen. Cuadro No. 51 Enfermedades Agudas en hogares según Residencia y por Género.

Las enfermedades “agudas” en la ENMNV2001, están identificadas en dos submódulos, enfermedades diarreicas (EDA) en menores de 6 años y enfermedades declaradas en el mes anterior a la encuesta de las cuales se excluyen la opción de respuesta como “enfermedad crónica” En el 14.3% del total de hogares se registró al menos un niño/a con diarrea, siendo más frecuente en hogares rurales en los que el 19% presentó

Enfermedad Urbano Rural Total

EDA en NiñosTotal 11.4 18.9 14.3Jefa Mujer 10.9 18.0 12.7Jefe Hombre 11.9 19.2 15.1Enfermedades AgudasTotal 63.7 73.0 67.3Jefa Mujer 62.6 72.8 65.3Jefe Hombre 64.4 73.0 68.1

Page 62: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

niños/as menores de 6 años con EDA, en lo urbano fueron el 11,4%. En los hogares encabezados por mujeres es menor la presencia de EDA infantil los cuales en las ciudades sólo el 11% las reportan, mientras los hogares rurales con jefes hombres llegan a 19.2%. La presencia de enfermedades agudas de todas las personas del hogar es muy amplia, registrándose en el 67% del total de hogares, llegando al 73% de los hogares rurales y 64% de los urbanos. Es muy leve la diferencia entre los hogares por género de la jefatura. Cuadro No. 52 Hogares con Personas afectadas por Enfermedades Agudas según Área de Residencia.

Sumando los/as niños/as con EDA y personas con otras enfermedades agudas de cada hogar, nos resulta el número de personas con “enfermedades agudas”, en las que el 72% de los hogares reportan al menos un enfermo, y por tanto, sólo el 28% no reporta ningún enfermo agudo.

Tanto en lo rural como en lo urbano es mayoritario el grupo de hogares en los que se declaran dos o más enfermos agudos, se presenta la misma distribución mayoritaria en los hogares totales. Sin embargo es notorio como los grupos sin enfermos o con sólo un enfermo, es mayor en lo urbano dejando el grupo de dos o más en 37%. Pero el proceso de salud-enfermedad se asume como una unidad en la que no necesariamente una es la antítesis de la otra, si tenemos en cuenta que en hogares y conglomerados poblacionales que cuentan con óptimas condiciones de vida diferentes factores pueden confluir para determinar la enfermedad de algún miembro, de tal forma, el surgimiento eventual de un caso no necesariamente cuestiona las capacidades del hogar para producir salud. De ahí que hayamos asumido como calificación de la capacidad de producción de salud de un hogar como “bajo nivel de enfermedad” cuando todas las personas se declaran sanas o cuando sólo una persona se declaró enferma. Se calificó por tanto como “alto nivel de enfermedad” cuando en el hogar se declaró dos o más personas con enfermedad aguda. Cuadro No. 53 Nivel de Enfermedad en el Hogar según Área de Residencia y por Género.

El alto nivel de enfermedad, está presente en el 42% de los hogares de Nicaragua, siendo ampliamente menor en lo urbano (37.2%) y mayor en lo rural donde la mitad de los hogares cuentan con dos o más personas con enfermedad “aguda”. En general son menos numerosos los hogares encabezados por mujeres que registran alto nivel de enfermedad, lo cual es válido también en el ámbito urbano, más en lo rural son mayoritarios los que reportan “altos niveles de enfermedad”.

N° enfermos Urbano Rural Total

Ninguno 31.8 22.2 28.1Uno 31.0 27.4 29.6Dos o más 37.2 50.4 42.3

Enfermedad aguda (EDA+Enf gral)

Nivel de Enfermedad Urbano Rural Total

Baja enfermedad (0 o 1 enf)Total 62.8 49.6 57.7Jefa Mujer 64.3 47.3 59.9Jefe Hombre 61.9 49.9 56.6

Alta enfermedad (2 o mas enf)Total 37.2 50.4 42.3Jefa Mujer 35.7 52.7 40.1Jefe Hombre 38.1 50.1 43.4

Page 63: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

En el caso de las enfermedades crónicas, debe tenerse presente que Nicaragua está caracterizada como país en transición epidemiológica16, en tanto persisten alta tasas de incidencia de enfermedades infectocontagiosas pero se incrementa progresivamente la prevalencia de las enfermedades crónico-degenerativas. Ello en sí está incidiendo en las modificaciones del perfil de las vulnerabilidades en salud, no sólo por que emergen con mayor fuerza los factores del comportamiento (hábitos alimenticios, sedentarismo, estrés, etc.), del ambiente natural, laboral y urbano y la mayor longevidad, entre otros; que determinan tal aumento de la prevalencia de las crónicas. Así mismo, la vulnerabilidad en este caso se incrementa porque el control de riesgos significa que el diagnóstico y terapia es más complejos y los tratamientos son de por vida, por lo general, significan discapacidades laborales y constituyen una exigencia en recursos que sobrepasan las capacidades de los hogares.

Cuadro No. 54 Hogares con Enfermedad Crónica reportada según Área de Residencia y por Género.

El 37.4% de los hogares del país reportan al menos una persona con enfermedad crónica, mayoritariamente en los hogares urbanos. Los hogares encabezados por mujeres registran una amplia mayoría en la presencia de enfermos/as crónicos en el hogar, tanto

en lo urbano como en lo rural, posiblemente asociado a la mayor longevidad de las mujeres y al hecho de que con mayor frecuencia son hogares extensos en donde las hijas jefas son las que más comúnmente asumen el cuidado de sus padres ancianos. El nivel final de salud-enfermedad en los hogares, se configura con la combinación posible de realizar de la presencia de personas con enfermedades agudas y crónicas en el mismo hogar. De hecho, más allá de los análisis de la salud como atributo de los individuos, el escenario de la vulnerabilidad en salud no puede caracterizarse fuera de la unidad social en el que convergen los factores fundamentales de riesgo para la salud y donde los efectos (humanos, afectivos, económicos, etc.) de la salud-enfermedad son concretos. La configuración de los niveles de salud en el ámbito de los hogares se ha caracterizado en cuatro grupos: �� El calificado como de “salud aceptable” contiene todos los hogares en que todos sus

miembros se declaran sanos o sólo uno manifestó enfermedad aguda. �� El segundo agrupa los hogares que declararon dos o más personas con enfermedades

agudas y no presentan ninguno con enfermedades crónicas. �� El tercero contiene los hogares que sólo reporta uno o más enfermos crónicos. �� El cuarto incluye los hogares que declararon uno o más enfermos crónicos y además dos o

más enfermos agudos. El grupo mayoritario es el de salud aceptable con el 37% del total de hogares, descendiendo conforme se complica el escenario de salud en los hogares, hasta llegar al 15% de hogares con varios enfermos agudos y crónicos. Los hogares con salud aceptable son predominantes en lo urbano y mientras los hogares de los grupos con enfermedades en general predominan en lo rural. Evidentemente las enfermedades agudas tienden a afectar más a los hogares de lo rural y las crónicas a los

����������������������������������������������������9��&������.������3=+.?�666<�?� ��������.������.������3=+.?�66�<�E���������)���%���'������3=+.?��

Enfermedad Crónica Urbano Rural Total

Total 39.3 34.4 37.4Jefa Mujer 47.3 41.1 45.7Jefe Hombre 35.2 33.0 34.2

Page 64: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

hogares urbanos, en lo que debe llamarse la atención al más bajo índice de crónicas en el campo atribuible al posible sesgo que representa el hecho de las dificultades del diagnóstico en lo rural por menor accesibilidad. Las enfermedades crónicas requieren de tecnología diagnóstica más complejas, que por lo general, son capacidades que se concentran en los servicios de las ciudades y principalmente en las cabeceras departamentales. Cuadro No. 55 Nivel de Salud en Hogares de acuerdo al grupo y Área de Residencia.

El grupo de enfermedades agudas - aunque predominan en lo urbano-, se reparte más homogéneamente entre los hogares de la ciudad y campo en la medida en que el sesgo diagnóstico no incide tanto como en las crónicas y están vinculadas a la determinación de factores de riesgo bastante compartidos como son la calidad de la vivienda, agua, basuras, infestación de mosquitos, etc. Los hogares jefeados por hombres reportan mejores niveles de salud, las enfermedades agudas predominan en los hogares con jefes hombres y las crónicas en los encabezados por mujeres. Como ya se mencionó, ello se vincula a mayor longevidad de las mujeres y a que los hogares extensos son más comunes en los dirigidos por mujeres y por lo general incluyen a los padres ancianos. Cuadro No. 56 Nivel de Salud de hogares por Área de Residencia y Género.

La brecha entre los hogares por género de la jefatura se amplia en el caso de las enfermedades crónicas a favor de los hogares con jefes hombres en el ámbito urbano, donde pesa más los hogares encabezados por mujeres mientras se reducen en lo rural, donde las condiciones de difícil acceso a facilidades diagnósticas es similar para los dos grupos. Por su parte, las brechas de género en la jefatura -en el caso de las enfermedades agudas- son casi nulas en el ámbito rural donde las condiciones de servicios básicos (agua, letrinas) y de la vivienda son bastantes homogéneas para todos. En general, la distribución del nivel de salud en los territorios obedece en lo fundamental a la estructura de proporciones de la distribución nacional. El grupo de salud aceptable equivale a

Urbano Rural Urbano Rural

Salud Aceptable 38.4 33.8 36.6 64.2 35.8 100Enfermedades agudas 23.8 33.2 27.5 53.2 46.8 100Enfermos crónicos 24.4 15.8 21.1 71.0 29.0 100Muy Baja salud (agudas y crónicas) 13.3 17.2 14.8 55.1 44.9 100Total 100 100 100 61.3 38.7 100

TotalNivel de salud del hogar Area de residencia Total Area de residencia

Jefa Mujer Jefe Hombre Jefa Mujer Jefe Hombre Jefa Mujer Jefe Hombre

Salud Aceptable 33.0 37.8 34.4 40.4 28.9 34.7Enfermedades agudas 23.5 29.1 20.2 25.7 33.0 33.4Enfermos crónicos 26.9 18.8 29.9 21.5 18.4 15.3Muy Baja salud (agudas y crónicas) 16.6 14.3 15.5 12.4 19.7 16.7Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Nivel de salud del hogar Total Hogares Urbano Rural

Page 65: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

un tercio de los hogares en casi todas la regiones excepto por Managua en donde éste grupo llega a ser el 43%. La estructura porcentual de hogares en cada región esta marcadamente incidida por la predominancia urbana de las crónicas y la predominancia rural de las agudas, pero resalta un 45% de hogares con enfermedades agudas en la región Atlántico rural. Pero destacan en el grupo de muy baja salud la región Central rural con el 19% y el pacífico rural con el 18%, las restantes regiones se ubican en el rango de 12 a 15%. Cuadro No. 57 Vulnerabilidad Sanitaria de los hogares por Regiones

El aporte en el total de cada uno de los grupos se concentra mayoritariamente en la totalidad de la zona Pacífica (urbano, rural y Managua) pero resalta la región Central rural aportando el 25% del total de hogares con enfermedades agudas y con el 26% del total de hogares con muy baja salud (agudas y crónicas). Mientras los hogares con mejor salud tienden a concentrarse en los quintiles de mayor consumo, los hogares con más alto nivel de enfermedad, tienden a tener mayor proporción del total de hogares de los quintiles de menor consumo.

Cuadro No. 58 Vulnerabilidad Sanitaria de los Hogares según Quintiles de Consumo.

Total

Q1 Q2 Q3 Q4 Q5 Total

Salud Aceptable 27.6 31.5 38.5 38.1 48.0 36.6Enfermedades agudas 37.9 33.0 24.7 24.2 16.6 27.5Enfermos crónicos 15.4 15.8 20.9 24.7 29.1 21.1Muy Baja salud (agudas y crónicas) 19.0 19.7 15.8 12.9 6.2 14.8Total 100 100 100 100 100 100

Salud Aceptable 15.4 17.6 21.2 20.9 25.1 100Enfermedades agudas 28.2 24.5 18.1 17.7 11.6 100Enfermos crónicos 14.9 15.3 20.0 23.5 26.4 100Muy Baja salud (agudas y crónicas) 26.2 27.0 21.4 17.4 8.0 100Total 20.4 20.4 20.1 20.0 19.1 100

Vulnerabilidad sanitaria Quintiles de consumo

Las enfermedades agudas pesan muy significativamente en los hogares de los quintiles de menor consumo en tanto están asociadas más a precariedad de las condiciones de vida, de la vivienda y bajo nivel de escolaridad y nutrición. Por su parte, las enfermedades crónicas se

Vulnerabilidad sanitaria Managua Pacifico Urbano

Pacifico Rural

Central Urbano

Central Rural

Atlantico Urbano

Atlantico Rural

Total

Salud Aceptable 43.2 34.0 38.6 33.9 31.1 34.7 33.6 36.6Enfermedades agudas 20.3 23.6 26.7 27.5 34.1 33.8 44.7 27.5Enfermos crónicos 25.0 27.0 16.8 27.2 15.9 17.9 8.8 21.1Muy Baja salud (agudas y crónicas) 11.6 15.3 17.8 11.4 18.9 13.6 12.9 14.8Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Salud Aceptable 31.6 15.0 16.7 9.1 17.4 4.9 5.2 100.0Enfermedades agudas 19.8 13.9 15.5 9.9 25.4 6.4 9.1 100.0Enfermos crónicos 31.7 20.7 12.6 12.7 15.5 4.4 2.3 100.0Muy Baja salud (agudas y crónicas) 20.9 16.7 19.1 7.6 26.1 4.8 4.9 100.0Total 26.8 16.2 15.9 9.9 20.5 5.2 5.6 100.0

Page 66: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

concentran en los hogares de los quintiles de mayor consumo, principalmente asociado a que los hogares más adinerados son más longevos y la obesidad y el sedentarismo son más generalizados. También incide de manera muy significativa el que los hogares más adinerados tienen mayor acceso a las facilidades de diagnóstico, que para el caso de las enfermedades crónicas, juega un rol sustancial en la detección de casos y por tanto en el reporte de los mismos por los propios afectados. Evidentemente, la muy baja salud se concentra en los quintiles de menor consumo donde la afectación simultánea de enfermedades agudas y crónicas constituye una condición de severa incidencia en la economía de los hogares por la inhabilitación de su fuerza de trabajo y por tanto, serias reducciones a sus ingresos que se combina de manera catastrófica con un incremento en los gastos de atención a la salud, restando disponibilidades de recursos y de activos. 3.4.2- Acceso a la Atención Toda enfermedad de por sí representa la pérdida de bienestar y la reducción parcial o total, temporal o permanente de las capacidades físicas, mentales y socio-afectivas necesaria para el desarrollo de una vida satisfactoria en lo económico, lo social y lo personal. Una enfermedad no atendida adecuadamente multiplica los riesgos de la misma, de tal forma que, lo que podría haber sido leve se convierte en grave, lo que podría haber sido una afectación parcial se amplia progresivamente hasta la inhabilitación total, lo que podría haber durado pocos días se constituye en una dolencia prolongada hasta que la culminación del proceso dando lugar a diferentes niveles de gravedad, amplitud y temporalidad de secuelas y discapacidades e incluso podría incluir el riesgo de morir. La “atención adecuada” depende de muchos factores humanos, tecnológicos, económicos, etc. mas ninguno de ellos será posible si no busca y recibe atención en un servicio con personal y recursos calificados, es decir, la calidad de atención deriva de muchos aspectos de calificación de personal, atención oportuna y amable, disponibilidad de recursos diagnósticos y terapéuticos, entre éstos últimos se hallan los medicamentos que constituyen una carencia generalizada para los enfermos que acuden a los servicios. La asistencia per sé a una unidad de salud o incluso la atención por parte de personal médico calificado, no asegura que se reciba la “atención adecuada” pero lo que sí es seguro, es que él enfermo que no acuda a los servicios, no tendrá posibilidad de que la reciba. De tal forma que se asume la enfermedad no atendida como la ampliación del riesgo de discapacidad (temporal o permanente) y muerte con incidencia en la desacumulación de capital humano que como se conoce tiene repercusiones en las dimensiones económicas, alimentarias y de convivencia en los hogares y comunidades. La no atención calificada y adecuada de las personas enfermas deriva de diferentes factores culturales, geográficos y económicos, incluso de desconfianza o percepción de maltrato por parte de los/as usuarios/as de los servicios; todas ellas señaladas como razones de exclusión en tanto constituyen barreras que imposibilitan el acceso a los servicios. Desde la perspectiva de los hogares, ante una enfermedad se toman decisiones acerca de la conducta a seguir en cada caso, en lo que se conjuga la percepción acerca de la gravedad de la enfermedad, el tiempo a invertir en buscar atención, los posibles gastos que tendrían que incurrir por traslado, alimentación, medicamentos, consulta etc. Conforme se interpreta la

Page 67: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

relación costo-beneficio se decide si buscar o no atención en algún servicio de salud. El problema deriva en el que, -en la mayoría de los casos- para la población pobre todo gasto o tiempo de dejar de trabajar significa un evento catastrófico para la precaria economía del hogar, por tal razón, los gastos o costos de oportunidad no están dentro de las opciones de decisión. De ahí que distancias y gastos son barreras automáticas de exclusión de los/as pobres. A no ser que la gravedad de la enfermedad imponga como imperativo la búsqueda de atención y los gastos derivados se traduzcan en reducción de consumo alimentario o descapitalización por endeudamiento o venta de activos (herramientas, animales, etc).17 Pero no toda enfermedad no atendida en los servicios institucionales significa exclusión por barreras de acceso. En ocasiones no es decisión impuesta por barreras de exclusión, si no por la consideración de que el problema de salud puede resolverse en el propio hogar, es decir, se percibe la capacidad propia de control adecuado del riesgo y deciden “resolver por sí mismos”. Asumimos para el presente estudio ésta categoría como parte de “enfermedad atendida” y corresponde en la ENMNV a las opciones de respuesta “enfermedad leve” y “conocen la enfermedad” en la pregunta de por que no consultaron por la enfermedad el mes pasado. De ahí, que la calificación del no Acceso en el presente estudio, asume exclusivamente a las personas que no buscaron atención por percepción de barreras de exclusión, que corresponden a las opciones “centro de atención lejos”, “atención de mala calidad” y “no tenía dinero”. Cuadro No. 59 Barrera de Acceso a salud de los hogares según Área de Residencia y Género.

Del total de hogares con personas declaradas enfermas, el 43% registraron no atención de las mismas por percepción de barreras de acceso. La inaccesibilidad se percibe más en los hogares rurales (49%) que en los urbanos, que registran, sin embargo, una elevada percepción de

inaccesibilidad (39%) y significan más de la mitad (56%) del total de hogares que perciben inaccesibilidad. En el caso urbano debemos pensar que no se trata de distancias - como ha sido destacado en otros estudios-, la principal barrera es el tener que pagar los medicamentos que no proporcionan los servicios públicos, “para que ir si sólo me dan las recetas y con ellas no hago nada” sea una expresión muy generalizada. En los hogares encabezados por mujeres existe una mayor percepción de inaccesibilidad que en los jefeados por hombres, la brecha es mucho más amplia en los hogares rurales.

El rango de inaccesibilidad en los hogares por regiones oscila desde el 37% en Managua hasta el 53% en la Central rural que destaca junto con el Atlántico rural como las únicas que superan el 50% de los hogares con barreras de acceso. Los hogares con barreras de acceso, se concentran mayoritariamente en Managua y la región Central rural (23 y 25%), también aportan ampliamente la rural y urbana del Pacífico (15.3 y 15.9%) evidentemente asociado al tamaño de la población de éstas regiones.

����������������������������������������������������.�����(�9��������@9.����� ��������666<�?������!��.������A��������0��=�C��66�F�A�������%������������.���������0����� ������<��66�F�

+��������G�.�����(�� �������>.?=��A������'��9���������66��

En Area Por area Mujer Hombre

Urbano 39.0 55.7 41.4 38.0Rural 49.3 44.3 54.1 48.1Total 43.0 100.0 44.7 42.4

Con barreras de acceso

Total Jefartura del Hogar

Page 68: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

Cuadro No. 60 Barrera de Acceso de atención a salud por Género y Región.

Por jefatura del hogar, la mayor parte de regiones reproduce la brecha nacional con mayor inaccesibilidad en los encabezados por mujeres, excepto en la Central urbana y la Atlántico urbana donde la inaccesibilidad es más percibida en los jefeados por hombres. Llama la atención la amplísima brecha por género de la jefatura que se manifiesta en el Atlántico rural donde evidentemente las distancias y altos costos de transporte (mayormente acuático) operan

como barreras poderosas.

Cuadro No. 61 Barrera de acceso a la atención en salud según Quintiles y Género.

La inaccesibilidad es más percibida en los hogares de los quintiles de menor consumo en donde más de la mitad la reportan siendo el doble que en el quintil de mayor consumo. Llama mucho la atención la amplia percepción de inaccesibilidad en los quintiles superiores incluido el último quintil (28.6%).

3.4.3- Vulnerabilidad Sanitaria. Con base a las variables anteriormente expuesta se ha construido el índice de vulnerabilidad sanitaria - como se había mencionado- combina la capacidad de los hogares para producir salud o enfermedad para sus miembros con las posibilidades de control del riesgo derivado, sea con el ejercicio de oportunidades de atención o su exclusión por inaccesibilidad. La configuración de los grupos en la combinación de variables de las cuales una tiene 4 valores y la otra dos, quedaría con gradientes muy amplios distribuidos en 8 grupos posibles, de ahí que se realizara dos pasos intermedios a fin de compactar las opciones. El primer consistió en reducir las opciones del nivel de enfermedad a tres, conservando los grupos extremos de salud aceptable y muy mala salud como definiciones del rango de posibilidades en que se mueven los hogares en el nivel de salud y combinando los dos grupos intermedios tomando en cuenta que como “nivel” opera de manera similar ya que se trata de la presencia de sólo casos de enfermedades “agudas” o de sólo enfermedades crónicas, que a nivel del hogar -como unidad afecta en un momento por separado-, de tal forma que el peso de la enfermedad es relativamente similar en tanto el hogar como unidad. Diferente sí al caso del grupo de “muy baja salud” en el que personas enfermas de patologías agudas y crónicas coexisten en un mismo momento generando un nivel diferente de salud-enfermedad.

Mujer Hombre

Managua 37.4 23.6 43.6 34.1Pacifico Urbano 41.0 15.3 43.3 39.9Pacifico Rural 42.7 15.9 44.5 42.2Central Urbano 38.3 8.7 36.8 39.3Central Rural 52.7 25.0 54.4 52.3Atlantico Urbano 42.6 5.0 39.3 43.4Atlantico Rural 50.1 6.4 61.3 47.6Total 43.0 100.0 44.7 42.4

Con barreras de acceso

Total en regiones

Total por regiones

Jefartura del Hogar

En Qs Por Qs Mujer Hombre

Q1 56.2 26.1 61.3 54.9Q2 51.7 24.1 53.5 51.1Q3 39.1 18.2 36.1 40.0Q4 39.3 18.3 44.6 37.0Q5 28.6 13.3 34.6 26.2

Total 43.0 100.0 44.7 42.4

Con barreras de acceso

Total Jefatura del Hogar

Page 69: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

Cuadro No. 62 Nivel de atención en salud según Área de Residencia y jefatura de Hogar.

La distribución como tal no se altera con relación al análisis anteriormente presentado, solamente en el caso de las enfermedades crónicas que tendían a lo urbano y a la jefatura femenina, se compensan con las agudas que tendían a lo rural y a

la jefatura masculina. El siguiente paso obedeció al análisis primario de la incidencia de la accesibilidad a los servicios de atención en los diferentes grupos establecidos por nivel de salud. Cuadro No. 63 Accesibilidad de los hogares a los servicios de salud según Categorías.

En el grupo de nivel de salud aceptable predomina ampliamente la característica de contar con acceso a los servicios con un 86% de hogares en esa condición, mientras es muy reducido el grupo que se encuentra “sin acceso” que pesa un 14% en el grupo y tan sólo un 5% en el total de hogares. Una situación similar pero inversa se observa en el grupo de “muy baja salud” en el que el 76% de los hogares tiene una condición de “sin acceso” a los servicios, por lo que el segmento del grupo que cuenta con

accesibilidad representa el 24% del grupo y apenas un 3% del total de hogares. El grupo de “baja salud” se distribuye con una leve mayoría de la condición de “sin acceso” sin que pueda establecerse una franca predominancia de ésta condición. A fin de dar cumplimiento a los principios metodológicos planteados para éste estudio, de reducir al máximo posible la apertura de estratos de seguridad-vulnerabilidad sin sacrificar características relevantes o con alta significancia en los resultados de la caracterización, se consideró que: • Al primer grupo de “salud aceptable” se le asignará al total de hogares la condición de “con

acceso” en tanto se discrimina sólo un 5% del total de hogares en una condición que no le es altamente relevante dado que con un nivel de buena salud la accesibilidad se torna menos necesaria y significativa.

• Al tercer grupo de “muy baja salud” se le asignara al total de hogares la condición de “sin

acceso” en tanto se trata de la “discriminación positiva” de un mínimo grupo de hogares que

N° % Urbano Rural Mujer Hombre

Salud Aceptable 349,219 36.6 38.4 33.8 33.0 37.8Baja salud 463,282 48.6 48.3 49.0 50.4 47.9Muy baja salud 141,464 14.8 13.3 17.2 16.6 14.3Total 953,965 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Total Hogares Area de residencia Jefatura del hogarNivel de salud

Con Acceso Sin Acce soN° de Hogares

1 Salud aceptable 300,852 48,367 349,2192 Baja Salud 213,467 249,816 463,2833 Muy baja salud 34,082 107,382 141,464

Total 548,401 405,565 953,966% por grupo

1 Salud aceptable 86.1 13.9 100.02 Baja Salud 46.1 53.9 100.03 Muy baja salud 24.1 75.9 100.0

Total 57.5 42.5 100.0% de l tota l de hoga res

1 Salud aceptable 31.5 5.1 36.62 Baja Salud 22.4 26.2 48.63 Muy baja salud 3.6 11.3 14.8

Total 57.5 42.5 100.0

Nive l de Sa lud Accesibilida d a servicios Tota lN°

Page 70: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

representa apenas el 3% del total y cuya accesibilidad o no a los servicios se torna altamente relevante dadas las necesidades generadas en su precario nivel de salud.

• Al segundo grupo de “baja salud” dada su distribución en las condiciones de acceso, no se hace ninguna modificación, estableciendo en él dos grupos de vulnerabilidad sanitaria.

Con lo anterior, se configuraron cuatro grupos con diferentes niveles de seguridad- vulnerabilidad, conforme a su nivel de salud y su acceso a servicios de atención: �� El primer grupo, constituido por los hogares con salud aceptable y que cuentan con acceso

a los servicios de atención. �� Hogares con baja salud (enfermos agudos o crónicos), pero con acceso aceptable a los

servicios. �� Hogares con baja salud (enfermos agudos o crónicos) pero con barreras de acceso a los

servicios. �� Hogares con muy baja salud (enfermos agudos y crónicos) y con barreras de acceso a los

servicios. Cuadro No. 64 Nivel de Vulnerabilidad Sanitaria según Área de Residencia y Jefatura de Hogar.

El grupo predominante en el total de hogares en el país, es el de “salud aceptable” y “con acceso” a los servicios con el 36% del total, seguido de los hogares con “baja salud” y “sin acceso” con el 26% del total. Los dos grupos más vulnerables representan el 41% de todos los hogares, entre ellos el grupo más vulnerable representa el 15% del total. La baja salud y las barreras de acceso predominan en lo rural, sin embargo, son muy significativos los grupos urbanos con la misma condición. Los hogares encabezados por mujeres manifiestan una relativa mayor vulnerabilidad sanitaria, en tanto registran más enfermedad y menos acceso, principalmente en el grupo de más alta vulnerabilidad. En todas las regiones son muy significativos los pesos de los dos grupos de mayor vulnerabilidad sanitaria, oscilando entre un mínimo del 34% de los hogares en Managua hasta un 48% de los hogares de la región Central rural que con el Atlántico rural (47%) es las que tienen la mayor parte de los hogares en esas condiciones.

Urbano Rural Mujer Hombre

Salud Aceptable, Con Acceso 38.4 33.8 33.0 37.8 36.5Baja Salud, Con Acceso 24.3 19.3 23.8 21.8 22.3Baja Salud, Sin Acceso 24.0 29.7 26.7 26.1 26.3Muy Baja Salud, Sin Acceso 13.3 17.2 16.6 14.3 14.9Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Vulnerabilidad sanitaria Area de residencia Jefatura de Hogar Total

Page 71: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

Cuadro No. 65 Nivel de Vulnerabilidad Sanitaria de los hogares por Región.

Sin embargo, al mediar el peso poblacional total, como es obvio la región Atlántica es el menor componente de todos los grupos, pero se mantiene la Central rural con el mayor peso en los dos grupos de baja salud y poco acceso. En este sentido, Managua aporta sustancialmente en número de hogares a los dos grupos más vulnerables (24 y 21%), lo mismo sucede, aunque en menor cuantía, con el Pacífico rural y urbano. Cuadro No. 66 Nivel de Vulnerabilidad Sanitaria de los hogares según Quintiles de Consumo.

La caracterización y ubicación de los grupos con vulnerabilidad sanitaria, se precisa mucho al distribuirlos de acuerdo a los niveles de bienestar económico, mientras los dos grupos de mayor vulnerabilidad se concentran en los quintiles de menor consumo, los de menor vulnerabilidad lo hacen hacia los de mayor consumo. Esta claro que los dos primeros quintiles concentran a su interior una mayoría clara de hogares en condición de mayor vulnerabilidad que supera la mitad de los quintiles, siendo de 54% en el primer quintil y de 50% en el segundo. Como lo habíamos señalado antes, de todas formas llama la atención la proporción que aportan los quintiles superiores a los grupos de mayor vulnerabilidad sanitaria, siendo de 26% de los hogares del quintil de mayor ingreso (Q5) que se encuentran en los grupos de baja y muy baja salud y sin acceso a los servicios.

Vulnerabilidad sanitaria Managua Pacifico Urbano

Pacifico Rural

Central Urbano

Central Rural

Atlantico Urbano

Atlantico Rural

Total

Salud Aceptable, Con Acceso 43.2 34.0 38.6 33.9 31.1 34.7 33.6 36.6Baja Salud, Con Acceso 21.9 24.6 20.0 28.7 20.4 24.2 19.1 22.4Baja Salud, Sin Acceso 23.3 26.0 23.6 25.9 29.6 27.5 34.5 26.2Muy Baja Salud, Sin Acceso 11.6 15.3 17.8 11.4 18.9 13.6 12.9 14.8Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Salud Aceptable, Con Acceso 31.6 15.0 16.7 9.1 17.4 4.9 5.2 100.0Baja Salud, Con Acceso 26.3 17.8 14.2 12.7 18.7 5.6 4.8 100.0Baja Salud, Sin Acceso 23.9 16.1 14.3 9.8 23.2 5.4 7.4 100.0Muy Baja Salud, Sin Acceso 20.9 16.7 19.1 7.6 26.1 4.8 4.9 100.0Total 26.8 16.2 15.9 9.9 20.5 5.2 5.6 100.0

Tota lQ1 Q2 Q3 Q4 Q5 Tota l

Salud Aceptable, Con Acceso 27.6 31.5 38.5 38.1 48.0 36.6Baja Salud, Con Acceso 18.6 18.7 24.0 24.7 26.2 22.4Baja Salud, S in Acceso 34.8 30.1 21.7 24.3 19.5 26.2Muy Baja Salud, Sin Acceso 19.0 19.7 15.8 12.9 6.2 14.8Total 100 100 100 100 100 100

Salud Aceptable, Con Acceso 15.4 17.6 21.2 20.9 25.1 100Baja Salud, Con Acceso 17.0 17.0 21.5 22.1 22.4 100Baja Salud, S in Acceso 27.1 23.5 16.7 18.6 14.2 100Muy Baja Salud, Sin Acceso 26.2 27.0 21.4 17.4 8.0 100Total 20.4 20.4 20.1 20.0 19.1 100

Vulne rabilidad sanita ria Quintiles de consum o

Page 72: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

3.4.4- Síntesis Se pone de manifiesto una situación de muy amplia afectación de la población nicaragüense en condición de vulnerabilidad sanitaria, en tanto la aproximación realizada evidencia que los problemas de salud están presentes en la gran mayoría de hogares y la inaccesibilidad a los servicios es también muy amplia. La proporción de hogares que no reportan ningún enfermo es apenas del 30%, y en muchos hogares se reportan dos o más enfermos en un mismo mes, llegando en muchos casos a tener hasta 4 niños/as enfermos/as y hasta 12 personas con enfermedades agudas. Las enfermedades crónicas abarcan una también amplia proporción de los hogares y a pesar de que se concentran en los quintiles de mayor consumo, también hacen presencia en muchos hogares de condiciones económicas precarias, constituyendo una fuente de inseguridad y demanda de recursos que seguramente excede la capacidad de los hogares. Si bien la mala salud y los problemas de acceso son mayores en las áreas rurales, son también muy significativos en las ciudades, la condición de vulnerabilidad vista con el peso poblacional evidencia a Managua y el Pacífico como las regiones de mayor aporte de hogares en tal condición. La incidencia resalta a la región Central rural y las dos áreas del Atlántico como las que proporcionalmente a su propia población concentran mayor vulnerabilidad. 3.5- Dimensión Alimentaria. La dimensión alimentaría constituye la más básica en la vida de las personas y hogares, no sólo en términos de la sobrevivencia cotidiana del hogar, sino también en términos de la convivencia y relación cotidiana entre los miembros del hogar. El proceso familiar de seguridad-vulnerabilidad alimentaria va más allá de lograr la disponibilidad de alimentos, confluyen además de la capacidad económica y productiva, elementos claves del capital cultural, los roles intra familiares y las relaciones de afecto y protección mutua. La condición de seguridad alimentaria, además de significar la satisfacción de una necesidad primaria, se traduce también en sensación de tranquilidad y de autoestima para quienes asume los roles de proveedores / as, preparadores/ as, etc.; así como de poder mediatizar las perspectivas y aspiraciones más allá del corto plazo en condiciones de mayor armonía intrafamiliar. Por el contrario la inseguridad o vulnerabilidad alimentaria, representa además del riesgo nutricional y sanitario con su consecuente desacumulación de capital humano, lo que significa a su vez, fuente de ansiedad y baja autoestima que facilitan los conflictos intrafamiliares, sometiendo a todos sus miembros a una perspectiva que no puede trascender de la cotidianeidad de conseguir el alimento. A diferencia de otras necesidades que pueden ser diferidas en el tiempo, como tener una vivienda adecuada, adquirir un equipamiento, la educación, la atención preventiva e incluso curativa cuando no es grave o de alto riesgo una enfermedad, entre otras; la alimentación es imperativa de cada día y varias veces por día.

Page 73: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

En el caso que nos ocupa, muy difícilmente podemos reconstruir toda la complejidad de la mediación social, cultural y afectiva que vincula la disponibilidad alimentaría con sus resultados en términos de la condición física (nutricional) y psico-afectiva de los miembros del hogar. Estaremos simplificando el proceso real para dimensionar la condición de seguridad-vulnerabilidad en la relación entre el estado nutricional de los niños/as menores de 5 años interpretado como capacidad humana que ha resultado de la acumulación o desacumulación durante un amplio período de tiempo, es decir, los años de crecimiento en la infancia con la capacidad de disponer alimentos, interpretada como la exposición a oportunidades / riesgos en un momento dado que para el caso de la ENMNV2001 se trata del lapso de 15 días anteriores a la encuesta. De antemano, se aclara entonces que no se busca una relación causa efecto en el sentido de que una baja disponibilidad alimentaria se correlaciona con la presencia de desnutrición crónica, en tanto son expresiones de dinámicas diacrónicas, mientras la desnutrición es la acumulación de procesos pasados y prolongados, la disponibilidad alimentaria es una situación presente (al momento de la encuesta) que sabemos es fluctuante de acuerdo a las condiciones en que se inserta el hogar en los procesos económico productivos e incluso a ciclos productivos determinados estacionalmente. La correcta caracterización de la relación así como la precisión del alcance de la misma, es fundamental para la interpretación del índice de seguridad-vulnerabilidad, a tal fin en primer término debemos aclarar la construcción de cada una de las dos variables. 3.5.1- La disponibilidad Alimentaria En realidad nos referimos a la mayor aproximación posible acerca de con cuanto alimento dispone cada familia en un momento dado para proceder a interrogar sobre si es suficiente para ese mismo hogar. Se trata de la estimación cuantitativa de la dieta del hogar medida por la valorización monetaria del total de alimentos que obtuvieron para el hogar ya sea provenientes de compra, producción de autoconsumo, donación familiar o institucional. Los procedimientos para su estimación, se ciñen completamente a los parámetros establecidos en la metodología de la Línea de Pobreza universalmente estandarizada, en su versión del “agregado de consumo”, en la cual se configura un algoritmo para el cálculo del “consumo alimentario” con base a los datos de la Sección 9 “Gastos y otros Ingresos del Hogar”, Parte A “Gastos en alimentos, bebidas y tabaco en los últimos 15 días” de la ENMNV2001 y que incluyen todos los alimentos consumidos por miembros del hogar, independientemente de sí se consumen dentro o fuera del hogar, si se compran, producen o reciben en donación. Para efectos del presente trabajo, se utilizó la variable “consumo alimentario” conforme fue elaborada por parte del equipo técnico de INEC/MECOVI.18 en el análisis del “Perfil de los Pobres en Nicaragua”. La calificación de suficiencia o no del consumo alimentario se basa en la relación entre el consumo alimentario y el costo de la “canasta básica alimentaria” que se define como el “consumo per cápita necesario para satisfacer las necesidades mínimas calóricas diarias, estimadas en 2.187 calorías”19 cuyo costo monetario se estimó por INEC/MECOVI en C$ 2,691-precio corriente en 2001- para la ENMNV2001.

��������������������������������������������������2�?��1��=8G�?���������������%�<�H9��&���(���������!�����������9��������+�����������66�I��=+��-3��@8=��5�$!�������9��������1���%���=��%�9���

Page 74: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

Asumiendo éste parámetro como el más socialmente aceptado para establecer los requerimientos alimentarios mínimos, se establecen dos niveles de suficiencia del “consumo alimentario”, el primero que identificamos como “aceptable” cuando el valor del consumo es igual o mayor que el costo de la canasta, y como “insuficiente” cuando el valor del consumo es menor que el costo de la canasta. El 34% de los hogares de Nicaragua tiene un consumo alimentario insuficiente en tanto su valor está por debajo de los requerimientos mínimos establecidos en la canasta alimentaria. Si tenemos en cuenta que, la canasta alimentaria coincide con la línea de Extrema Pobreza, llama la atención si lo comparamos con la proporción de hogares bajo la línea de extrema pobreza que es precisamente la mitad (17%). Cuadro No. 67 Consumo Alimentario Insuficiente en los hogares por Área de Residencia y Género.

El consumo Insuficiente es más extendido en los hogares rurales (51%) que en los urbanos (23%), ubicándose el 57% de éste grupo en el campo. En lo global es menor la incidencia de bajo consumo alimentario entre los hogares encabezados por mujeres (31%) que en los jefeados por hombres (35.4%), sin embargo no hay diferencias significativas

cuando se distribuyen en lo rural y son inversas en lo urbano. Cuadro No. 68 Consumo Alimentario Insuficiente de los hogares por Región y Género

Las regiones Central rural y Atlántico rural, presentan la más alta proporción de hogares con consumo alimentario insuficiente, con más de la mitad en esa condición, el Pacífico rural registra cerca del 40%. Pero al distribuir el grupo de consumo alimentario insuficiente entre todas las regiones, es la Central rural la que concentra el 32% de todo el grupo, la región Pacífico y Managua juntas concentran otro 45%. Se registran pequeñas diferencias por género del jefe del hogar, siendo en la mayor parte de las regiones desfavorables a

los encabezados por mujeres. Cuadro No. 69 Consumo Alimentario Insuficiente en los hogares por Quintiles de Consumo

Casi todos los hogares ubicados en el quintil de menor consumo registran consumo alimentario insuficiente (98%), de la misma forma poco mas de la mitad de los hogares del segundo quintil. En estos dos quintiles, se ubica el 88.3% (Q1+Q2) del total de hogares con consumo alimentario insuficiente, de hecho la incidencia en los restantes quintiles

Area de Residencia En Area Por area

Jefe Mujer

Jefe Hombre

Urbano 23.6 42.6 24.7 23.3Rural 50.6 57.4 50.4 50.9Total 34.1 100.0 31.4 35.4

Consumo Alimentario Insuficiente

RegiónEn

RegiónPor

RegiónJefe

MujerJefe

Hombre

Managua 17.9 14.3 19.0 17.7Pacifico Urbano 26.2 12.4 28.1 25.2Pacifico Rural 39.8 18.7 42.9 39.4Central Urbano 30.9 8.9 29.2 32.0Central Rural 53.8 32.2 55.6 53.5Atlantico Urbano 30.3 4.5 31.7 29.9Atlantico Rural 55.9 9.1 55.8 56.0Total 34.1 100.0 31,4 35.4

Consumo Alimentario Insuficiente

Quintiles de consumo

En Cada Quintil

Por Quintil

Jefe Mujer

Jefe Hombre

Q1 98.3 57.8 98.2 98.4Q2 51.9 30.5 55.3 50.8Q3 13.5 7.9 19.2 11.2Q4 4.2 2.5 6.0 3.6Q5 2.3 1.3 2.5 2.2

Total 35.3 100.0 31.4 35.4

Consumo Alimentario Insuficiente

Page 75: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

es�mínima. Se evidencia que el nivel económico incide en la distribución por género de la jefatura de hogar siendo los hogares encabezados por mujeres los que registran mayor incidencia, excepto en el primer quintil, donde la severa escasez de recursos imposibilita variantes más allá de lo alimentario. 3.5.2- La Desnutrición Crónica Infantil Evidentemente, la desnutrición ha sido el indicador más utilizado para dimensionar el grado de seguridad-vulnerabilidad alimentaria, como proceso que pone de manifiesto la exposición prolongada a una insuficiente ingesta que se transforma en una restricción del desarrollo del capital humano tanto en sus aspectos físicos como psíquicos e intelectuales. Es por ello, que en el marco del presente trabajo, más que como daño asumimos la desnutrición crónica en los/ as niños/ as, como una medida indirecta de la capacidad acumulada en ellos/ as, que determinará sus posibilidades de inserción competente en los ámbitos familiares, escolares, sociales y productivos. Junto con la vulnerabilidad educativa, la desnutrición constituye uno de los canales de reproducción intergeneracional de la pobreza en tanto como sé sabe, se asocia a bajo rendimiento, deserción escolar y baja productividad posterior en la vida laboral. El parámetro social y técnicamente aceptado es la calificación de desnutrición crónica cuando la talla en relación con la edad del niño/a está por debajo de las menos (-) dos desviaciones estándar, de acuerdo a las tablas de crecimiento de la población internacional de referencia acordada y reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el U.S National Center for Health Statistics (NCHS) y el US. Center for Disease Control (CDC). Para el caso del presente estudio, se partió de la base de antropometría de la ENMNV2001 que contiene los datos de la edad en meses, el sexo, el peso y la talla de cada niña/o, que fueron procesados en el módulo NUTRI del programa Epi-Info (CDC) que calcula las desviaciones estándar que la talla de cada niño/a tiene con respecto a la mediana según edad de la población de referencia (OMS-NCHS-CDC). La ENMNV2001 para efectos de antropometría de los/as niños/as tomó una submuestra dentro de los hogares que tenían niños/as menores de 5 años, que equivalen al 38% del total de hogares de la muestra total, de tal forma, que luego de la calificación de cada niña/o como desnutrido crónico o no, se agregaron el número de niños/as de cada hogar, para otorgar la calificación de hogares sin niños/as desnutridos/as y hogares con uno o más niños desnutridos crónicos, asumiendo que la existencia de tan sólo un niño/a con desnutrición crónica constituye una claro reflejo de capital humano desacumulado por prolongada exposición a condiciones de vulnerabilidad alimentaría. Con ello, debe precisarse que cuando en éste trabajo se habla de desnutrición, la unidad de análisis no es propiamente el niño/a, se trata de HOGARES CON UNO O MÁS NIÑOS/AS CON DESNUTRICIÓN CRONICA.

Page 76: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

Cuadro No. 70 Hogares con Niños / as Desnutridos / as Crónicos por Área de Residencia y Jefatura de Hogar.

La desnutrición crónica está presente en el 19.6% de los Hogares de Nicaragua. Es mayor la incidencia en los hogares rurales 27.4% que representa el doble de la incidencia de los hogares urbanos que registra 13%. De hecho el 63% de todos los hogares con algún niño/a desnutrido/a se encuentran en el campo.

Es menor la incidencia de presencia de niños/as desnutridos en los hogares encabezados por mujeres (17.5%) con relación a los jefeados por hombres (20.2%), siendo esta brecha más amplia aún en los hogares urbanos (de 9.7 a 15%). Sin embargo, la relación se invierte totalmente cuando se trata de hogares rurales en donde es muy clara la mayor incidencia de desnutrición en los hogares encabezados por mujeres en los cuales un 35% de hogares tienen al menos un niño/a desnutrido/a frente a 26% de los hogares jefeados por hombres. Cuadro No. 71 Hogares con Niños / as Desnutridos / as por Regiones.

Managua es la región con menor incidencia de hogares con desnutrición, con apenas 7% de los mismos, en la medida que aumenta la distancia de Managua, crece la incidencia, siendo mayor en las regiones Central y Atlántico rurales, en éstas dos regiones se concentran el 52% del total de hogares con niños/as desnutridos. Llama la atención que la región Pacífico (urbano y rural) concentra el 25% de todos los hogares con desnutrición infantil.

La brecha de género favorable a la jefatura femenina es muy evidente en Managua y Central urbano, sin embargo, también es sumamente evidente la desfavorable a éste género en Central y Atlántico rural. Los hogares urbanos con jefas mujeres manifiestan mayores capacidades alimentarias que las rurales que se presentan con muy precaria condición nutricional en sus hogares. Cuadro No. 72 ����������+�,��-�������������-���)���7���������������%��(�)���;B������

Los hogares con desnutrición infantil, se presentan con mayor proporción en los dos quintiles de menor consumo, de hecho en ellos se concentra el 84% del total de hogares con niños / as desnutridos/as, el peso y aporte de los restantes tres quintiles es minoritario. Los hogares encabezados por mujeres de los dos quintiles de menor consumo presentan

Area de Residencia En Area Por area

Jefe Mujer

Jefe Hombre

Urbano 13.1 36.9 9.7 14.6Rural 27.4 63.1 35.1 25.9Total 19.6 100.0 17.5 20.2

Hogares con Niños/as Desnutridos/as

RegiónEn cada Región

Por Región

Jefe Mujer

Jefe Hombre

Managua 7.0 7.0 1.7 9.5Pacifico Urbano 16.0 12.2 16.6 15.7Pacifico Rural 14.4 12.7 14.1 14.6Central Urbano 19.0 9.8 11.7 21.8Central Rural 31.4 39.8 43.0 29.5Atlantico Urbano 20.9 5.9 18.9 22.4Atlantico Rural 31.3 12.6 45.1 28.6Total 19.6 100.0 17.5 20.2

Hogares con Niños/as Desnutridos/as

Quintiles de consumo

En Cada Quintil

Por Quintil

Jefe Mujer

Jefe Hombre

Q1 35.9 57.8 39.3 35.1Q2 21.5 26.4 22.9 20.9Q3 8.7 8.7 2.6 10.7Q4 7.9 6.0 1.7 9.8Q5 2.2 1.2 1.1 2.7

Total 19.6 100.0 17.5 20.2

Hogares con Niños/as Desnutridos

Page 77: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

en mayor proporción condiciones desfavorables en la nutrición de sus niños / as con relación a los jefeados por hombres en los mismos quintiles. Sin embargo, en los restantes quintiles entre mayor sea el nivel económico, es evidente que la jefatura femenina de los hogares manifiesta condiciones significativamente más favorables para sus niños / as que en los hogares jefeados por hombres, señalando que en condiciones de disponibilidad de recursos las decisiones de las mujeres son más beneficiosas en términos nutricionales que en las que intervienen los jefes hombres. 3.5.3- Índice de Seguridad-Vulnerabilidad Alimentaria La condición de seguridad-vulnerabilidad alimentaria en los hogares se plantea en términos de la continuidad en el tiempo del control o exposición al riesgo derivado de la disponibilidad alimentaria frente a la situación de su capital humano acumulado, dimensionado en el crecimiento normal o en la presencia de malnutrición crónica en sus niños / as; de tal forma, que la combinación capacidad/riesgo en la diacronía pasado-presente configura una dinámica en la que se mantendrá bien el crecimiento de los/as niños/as o bien éste se deteriorará, se mejorará o mantendrá en precarias condiciones. Se trata de establecer y caracterizar la dinámica de cada hogar, según sea que al momento de la ENMNV2001 las capacidades expresadas en el estado nutricional de los/as niños / as, estarán en proceso de acumulación o de desacumulación como producto de que se exponga a los niños / as a una aceptable o a una insuficiente ingesta alimentaria. De ahí que el índice de vulnerabilidad alimentaria se construye en la relación de las dos variables dicotómicas de capacidad medida en presencia o no de la desnutrición infantil y la exposición o no a riesgo alimentario por consumo insuficiente. Se configuraron cuatro grupos en gradientes de seguridad-vulnerabilidad, de acuerdo a las posibles combinaciones de las dos variables analizadas, estableciéndose de la siguiente forma: �� Hogares con niños / as sin desnutrición y con consumo alimentario aceptable. Son hogares

que en el pasado y en el presente reflejan adecuados niveles de seguridad alimentaria que asegura el mantenimiento en la acumulación de capital humano en la infancia.

�� Hogares con adecuado crecimiento de los/as niños / as pero que al momento de la ENMNV2001 reportan consumo alimentario insuficiente. Son hogares que en el pasado gozaron de adecuada seguridad alimentaria, pero que en el presente la han perdido, colocando a sus niños / as en situación de riesgo de entrar en proceso de desacumulación en su proceso de crecimiento. Reflejan un proceso de deterioro reciente en su nivel de seguridad alimentaria.

�� Hogares con retardo en el crecimiento de sus niños / as (con desnutrición crónica) pero que al momento de la ENMNV2001 reportan un nivel de consumo alimentario aceptable. Son hogares que en el pasado tenían un nivel de vulnerabilidad alimentaria que se tradujo en desnutrición de sus niños / as, pero que en el presente, tal condición ha desaparecido en tanto reportan consumo alimentario aceptable; de tal forma que sus niños/as más pequeños/as que han dejado de estar expuestos a la baja ingesta podrán mejorar en su proceso de crecimiento.

�� Hogares con retardo en el crecimiento de sus niños / as y que al momento de la ENMNV2001 reportan consumo alimentario insuficiente. Son hogares que tanto en el pasado como ahora mantienen una condición de alta vulnerabilidad alimentaria cuya continuidad presume cronicidad de las condiciones del hogar.

Page 78: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

El 48% de los hogares en Nicaragua, mantienen condiciones aceptables de seguridad alimentaria, en la medida en que no tienen ningún niño/a desnutrido/a y cuentan con un consumo alimentario aceptable, es de prever que los niños / as de éstos hogares continúen su crecimiento dentro de los parámetros esperados, acumulando capacidades y posibilitando aprovechar oportunidades educativas y sociales. Este grupo es mayoritario en lo urbano donde cada dos de tres hogares es de éste grupo (61%), mientras sólo uno de cada tres hogares rurales son de éste grupo, de hecho el 70% de los hogares en ésta condición son urbanos. Cuadro No. 73 Hogares con Vulnerabilidad Alimentaría por grupo y Área de Residencia.

El segundo grupo, manifestó un proceso de deterioro, en tanto que, por no tener niños / as desnutridos en el hogar, se presume que en el pasado han tenido consumo alimentario aceptable, pero que al momento de la ENMNV han perdido ésta condición. Es decir, que refleja una crisis actual y reciente, que aún no se manifiesta en presencia de desnutrición pero que se encuentra en condición de alto riesgo para que tal daño surja y se acumule en sus niños / as. Equivalen al 32% del total de los hogares y es predominante en lo rural en donde significan el 41% de los hogares, en lo urbano representan el 26% de los hogares: como grupo ubica el 44% de sus hogares en áreas urbanas y el 56% en lo rural. El tercer grupo se caracteriza por mejoría de sus condiciones, presumiendo que se trata de hogares que manteniendo en años recientes una condición de inseguridad alimentaria reflejada en la desnutrición de sus niños / as, al menos en la coyuntura que refleja la encuesta ya la han resuelto. Desdichadamente es un grupo muy pequeño, ya que representa el 6.4% del total de hogares. Se distribuye con similar igual peso en la ciudad y en el campo, con una relativa mayoría urbana (53%). Tal y como se refleja en la tabla, el cuarto grupo es el de mayor grado de vulnerabilidad ya que combina una coyuntura de crisis alimentaria y un daño crónicamente acumulado en la desnutrición infantil, y que por tanto, se coloca en condición permanente de reproducción de la desacumulación en el crecimiento de sus niños / as y con altísimo riesgo de deteriorarse aún más. Equivale al 13% del total de hogares, son el 21% de los hogares rurales y apenas el 7% de los urbanos. El 71% de los hogares del grupo residen en el campo. Es el grupo que refleja vulnerabilidad estructural y cronicidad de su condición. Cuadro No. 74 Vulnerabilidad Alimentaría de grupos según Área de Residencia y Jefatura de Hogar.

Urbano Rural Urbano Rural

1 Sin desnutrición, consumo aceptable 60.9 32.0 47.9 69.9 30.1 1002 Sin desnutrición, consumo insuficiente 26.0 40.7 32.6 43.9 56.1 1003 Con desnutrición, consumo aceptable 6.1 6.6 6.4 53.1 46.9 1004 Con desnutrición, consumo insuficiente 7.0 20.7 13.2 29.3 70.7 100

Total 100 100 100 55.0 45.0 100

Vulnerabilidad alimentariaNª Por Area Total Por Grupo Total

Jefa MujerJefe

HombreJefa

MujerJefe

HombreJefa Mujer

Jefe Hombre

1 Sin desnutrición, consumo aceptable 51.7 46.5 61.8 60.1 29.2 32.62 Sin desnutrición, consumo insuficiente 30.7 33.3 28.5 25.2 35.7 41.63 Con desnutrición, consumo aceptable 4.5 6.9 3.8 7.0 5.9 6.84 Con desnutrición, consumo insuficiente 13.1 13.3 5.8 7.6 29.2 19.1

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

NªTotal Hogares Urbano Rural

Vulnerabilidad alimentaria

Page 79: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

Los hogares encabezados por mujeres y que han mantenido buenas condiciones de seguridad alimentaria es el de mayor peso con 52%, mientras los hogares jefeados por hombres manifiestan mayor deterioro reciente. El grupo de mayor vulnerabilidad por la cronicidad de la desacumulación, tiene igual peso según género de la jefatura (13%), sin embargo, es ampliamente mayor en los hogares de jefas mujeres rurales pero también registran menos deterioro que los encabezados por hombres rurales.

Cuadro No. 75 Índice de Vulnerabilidad Alimentaria por Grupo y Región.

En Managua destaca lo mayoritario del grupo de menor vulnerabilidad (70%), pero también resalta el grupo que deteriora su condición alimentaria (23%), este último es muy amplio en el Pacífico, Central y Atlántico rurales, regiones que contienen la mayor proporción del grupo de mayor vulnerabilidad.

Cuadro No. 76 Índice de Vulnerabilidad Alimentaria por Quintiles de Consumo.

El primer quintil de menor consumo esta mayoritariamente compuesto por hogares que han deteriorado su condición alimentaria (63%) o que mantienen crónicamente su condición de alta vulnerabilidad. Los dos quintiles de menor consumo concentran casi la totalidad de éstos dos grupos. Es notoria la escasa incidencia de vulnerabilidad alimentaría en los quintiles de mayor consumo.

Nª Vulnerabilidad Alimentaria ManaguaPacifico Urbano

Pacifico Rural

Central Urbano

Central Rural

Atlantico Urbano

Atlantico Rural

Total

1 Sin desnutrición, consumo aceptable 70.2 56.3 44.9 53.8 30.1 52.8 28.2 47.92 Sin desnutrición, consumo insuficiente 22.8 27.7 40.6 27.2 38.8 26.4 40.6 32.63 Con desnutrición, consumo aceptable 5.8 7.4 4.6 6.1 6.4 9.7 7.3 6.44 Con desnutrición, consumo insuficiente 1.2 8.6 9.9 12.9 24.8 11.1 23.9 13.2

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

1 Sin desnutrición, consumo aceptable 28.8 17.5 16.1 11.3 15.5 6.1 4.7 100.02 Sin desnutrición, consumo insuficiente 13.8 12.7 21.4 8.4 29.4 4.5 9.9 100.03 Con desnutrición, consumo aceptable 17.9 17.4 12.5 9.6 25.0 8.4 9.1 100.04 Con desnutrición, consumo insuficiente 1.8 9.7 12.9 9.9 46.6 4.7 14.4 100.0

Total 19.6 14.9 17.2 10.1 24.7 5.5 7.9 100.0

TotalQ1 Q2 Q3 Q4 Q5 Total

1 Sin desnutrición, consumo aceptable 0.9 38.5 79.6 88.8 96.0 47.92 Sin desnutrición, consumo insuficiente 63.2 40.3 11.7 3.3 1.8 32.63 Con desnutrición, consumo aceptable 0.6 13.2 8.4 7.9 1.9 6.44 Con desnutrición, consumo insuficiente 35.3 8.0 0.3 0.0 0.3 13.2

Total 100 100 100 100 100 100

1 Sin desnutrición, consumo aceptable 0.6 19.3 32.4 27.4 20.4 1002 Sin desnutrición, consumo insuficiente 61.2 29.7 7.0 1.5 0.6 1003 Con desnutrición, consumo aceptable 2.8 50.0 25.9 18.4 3.0 1004 Con desnutrición, consumo insuficiente 84.8 14.5 0.4 0.0 0.3 100

Total 31.6 24.0 19.5 14.8 10.2 100

Nª Vulnerabilidad alimentaria Quintiles de consumo

Page 80: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

3.5.4- Síntesis La condición de relativa seguridad alimentaria predomina en el conjunto de hogares nicaragüenses en tanto el grupo mayoritario de hogares es aquel que no presenta desnutrición en sus niños / as y refleja un nivel aceptable de consumo alimentario. Pero se registra un amplio grupo (33%) que ha visto deterioradas sus condiciones en el momento en que se realizó la ENMNV2001 cuando reportan un consumo alimentario insuficiente sin tener niños / as desnutridos/as. El grupo que ha mejorado sus condiciones al presentar situación inversa (con niños / as desnutridos / as y consumo aceptable) es relativamente pequeño (6%) y no compensa el deterioro del otro grupo. El grupo de mayor vulnerabilidad alimentaria representa el 13% del total de hogares, mantienen una condición de permanente desacumulación con niños / as desnutridos que continúan expuestos/as a insuficiente consumo alimentario. La mayor vulnerabilidad por bajo consumo alimentario es predominantemente rural y se ubican en las regiones Central rural, Atlántico rural y Pacífico rural. La vulnerabilidad alimentaria es una condición exclusiva de los dos quintiles de menor consumo. 2.6- Dimensión Económica. La primera percepción de las personas con relación a calificar su situación, se centra en las condiciones económicas del hogar y es donde se da concreción a los logros de los esfuerzos cotidianos en el sentido de dar magnitud a la capacidad de satisfacer las necesidades de los miembros del hogar y a las aspiraciones de prosperidad que toda persona mantiene a lo largo de su vida. En la Encuesta Nacional de Aspiraciones20 mejorar las condiciones económicas del hogar expresada como conseguir o mejorar el empleo, conseguir crédito, tener tierra, mejorar su negocio, fue la segunda principal aspiración de los entrevistados, siendo la primera aspiración el mejorar la educación para sí mismo/a o para su familia, lo que a su vez expresa el deseo de mejorar las condiciones económicas actuales o las de la generación secundaria. La dimensión económica de hecho expresa la herencia en capital humano (escolaridad, condición nutricional, de salud, experiencia, vocación), capital económico (activos productivos como tierra, negocio,) y cultural (tradición productiva u ocupacional, espíritu emprendedor) del hogar primario hacia los secundarios, así como su acumulación o desacumulación en el tiempo derivados del éxito (manejo de oportunidades) o fracaso (manejo de riesgos) que se han logrado con el esfuerzo y trabajo de los miembros del presente hogar. De hecho, la dimensión económica constituye con la cultural, el substrato o plataforma en las que se asientan las posibilidades de todas las restantes dimensiones de la seguridad-vulnerabilidad de los hogares, operando a manera de infraestructura y determinando los elementos más estructurales que caracterizan los hogares. Ello, combinado con los diversos enfoques del desarrollo (crecimiento económico o acumulación de capacidades y posibilidades

��������������������������������������������������6�$��������������������)��������=+���9+>���66���

Page 81: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

humanas) ha facilitado que en la dimensión económica se concentren las principales herramientas que intentan dar magnitud medible al mismo, tal es el caso de los agregados de ingresos o de consumo de los hogares que son indicadores propios de ésta dimensión. Por otra parte, la dimensión económica ha sido ampliamente analizada desde diferentes enfoques y con diversas metodologías, que intentan abordar la amplia complejidad de ésta dimensión, de ahí los estudios de empleo y mercado laboral, los análisis de negocios urbanos o de unidades productivas rurales, etc., los que evidentemente aportan enormemente a la comprensión del comportamiento de los hogares como unidades económicas, a pesar de que predomina en los análisis el enfoque de asumir como unidad de análisis a los individuos o a las unidades productivas en sí mismas. 3.6.1- Variables Básicas de la Seguridad-Vulnerabilidad Económica En el contexto del presente trabajo no podemos aspirar a asumir la complejidad de la dimensión como tal en tanto implica muchos factores y variables imposibles de asumir en el enfoque y metodología que estamos desarrollando, en el cual, privilegiamos las características de las fuentes de ingreso como manifestación de la capacidad de los hogares y las características de inserción en el mercado laboral y del consumo como la manifestación de riesgo / oportunidad, de ésta forma se elaboró tres variables de capacidad y tres de riesgo / oportunidad cuya combinación da lugar finalmente para configurar tres variables de seguridad-vulnerabilidad económica de los hogares. Las variables primarias son: �� La estabilidad de las actividades económicas del hogar, medida sobre la base de la

permanencia y continuidad con que ellas son desarrolladas y por tanto derivan en un grado de seguridad o de incertidumbre acerca de contar con los ingresos que generan.

�� La productividad del trabajo, entendida como expresión de la capacidad de cada hogar para producir un determinado monto de ingresos de acuerdo a la inversión de trabajo que realiza.

�� El grado de diversificación en las fuentes de ingreso, medido por el grado de aporte del ingreso por trabajo en el ingreso total del hogar y por tanto de cuanto otras fuentes (propiedad, transferencias y auto suministros) aportan en el balance general.

�� El nivel de utilización de la fuerza de trabajo del hogar, medido en la cantidad de personas que dependen del ingreso generado por el trabajo de otras (dependencia económica en cada hogar) y asumido como expresión del ajuste de cada hogar para dar uso de su fuerza de trabajo con relación a la magnitud de las necesidades derivadas del tamaño del hogar. Esta variable se ha complementado con la intensidad de la utilización de la fuerza de trabajo familiar, medida en la incorporación o no de niños / as y ancianos/as al trabajo y por tanto asumida como expresión de los mecanismos compensatorios a limitada capacidad de generar ingresos suficientes con la población en edad de trabajar.

�� El nivel de consumo del hogar, como expresión del grado de cobertura de las necesidades básicas que logra el hogar con el monto del agregado de consumo.

�� El nivel de holgura en el ingreso, en el sentido de las probabilidades de que una vez realizado el consumo total, éste resulta menor que el total del ingreso y por tanto exista la posibilidad de tener excedentes.

a. Estabilidad de las actividades económicas. La aspiración más generalizada en las personas desde el punto de vista económico, es el contar con un trabajo acorde a su motivación, experiencia y calificación, en el que pueda ejercer sus capacidades productivas y creativas, para cuya realización requiere de estabilidad y

Page 82: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

continuidad en el tiempo de tal manera que, pueda asegurar la segunda función, como es la de recibir de manera continuada una retribución justa. Desde el punto de vista de los hogares ello se traduce en la aspiración de contar con una o varias fuentes de ingreso que de manera periódica y estable aseguren los recursos necesarios para que además de satisfacer las necesidades de sus miembros permitan la inversión en el desarrollo constante del capital humano y en el mejoramiento progresivo de la calidad de vida. El desarrollo requiere la seguridad de que los procesos y los recursos tengan continuidad, por que las interrupciones de los procesos someten al hogar a riesgos de desacumulación, más aún cuando se expresan como interrupciones continuadas, es decir, cuando es la regularidad de la exposición al riesgo la que sustituye la regularidad de los procesos de desarrollo. Evidentemente la estabilidad en el trabajo y por ende en los ingresos, proporciona la seguridad necesaria para trascender el nivel de sobrevivencia e invertir en el desarrollo de las capacidades de los miembros del hogar con una perspectiva de mediano y largo plazo. La inestabilidad o eventualidad del trabajo por su parte, somete a los hogares a la incertidumbre que obliga a limitar las perspectivas a la sobrevivencia cotidiana. Para efectos del presente trabajo, se califica como trabajo estable para cada persona ocupada en el hogar cuando laboró los 12 meses anteriores (o todos los meses cuando es una actividad económica recientemente iniciada) y ocupo la jornada laboral de la semana anterior a la encuesta ya sea por trabajar todos los días y/o completar las 40 horas semanales. Se calificó como inestable cuando no laboró todos los meses o no completó la jornada laboral de la última semana. (Sección 5 parte B preguntas 15 a 18 de la ENMNV2001). Cuadro No. 77 Trabajadores Estables e Instables por hogar según área de Residencia y Género.

De los 976.648 hogares de la muestra ponderada de la ENMNV2001, en el 16% no tienen ningún trabajador estable y en el 74.4% no hay ningún trabajador inestable. Por tanto, son ampliamente mayoritarios los hogares con trabajadores estables. La estabilidad es mayoritaria en los hogares urbanos con relación a los rurales (88% y 76%) siendo siempre más numerosos los/as trabajadores/as estables al interior de los hogares

rurales. Así mismo, la estabilidad es mayoritaria en los hogares con jefatura masculina con relación a encabezados por mujeres (85% y 79%); expresado también en que los hogares jefeados por hombres cuentan en su interior con mayor número de trabajadores estables. De manera inversa, la inestabilidad en el trabajo es mayoritaria en el campo donde el 38% de los hogares tienen uno o más trabajadores inestables en comparación con sólo 18% de los hogares urbanos, principalmente asociado con el trabajo agrícola dependiente de los ciclos estaciónales. En 21% de los hogares encabezados por mujeres hay uno o más trabajadores/as inestables, lo cual se presenta también en el 27% de los hogares con jefatura de hombres.

Urbano Rural Mujer HombreTrabajadores establesNinguno 12.0 23.7 19.3 14.9 16.2Uno 38.5 36.8 35.8 38.8 37.9Dos 29.2 20.6 23.2 27.1 26.03 o más 20.3 18.9 21.7 19.2 19.9

Trabajadores inestablesNinguno 82.2 62.2 78.8 72.7 74.4Uno 14.0 22.4 14.7 18.3 17.3Dos 2.7 8.4 3.8 5.4 4.93 o más 1.1 7.0 2.8 3.7 3.4

TotalTrabajadores

por HogarArea de residencia Jefatura del Hogar

Page 83: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

Cuadro No. 78 Trabajadores por hogar según Área de Residencia y Género.

Al combinar la presencia de trabajadores estables e inestables en cada hogar, se configura una estratificación de ocho grupos de hogares en gradientes de seguridad-vulnerabilidad en la medida en que predomine la estabilidad y sea complementada o sustituida por inestabilidad. Los grupos mayoritarios son aquellos en que los hogares tienen solamente trabajadores/as estables, haciéndose muy significativo la predominancia de los hogares con 2 o más trabajadores/as estables con el 42% del total, seguidos por los que dependen de un único trabajador/a estable con el 31% del total. Agrupando los ocho estratos en consideración de la presencia y número de trabajadores/as estables, se evidencia que la mayor vulnerabilidad se concentra en el 11.6% del total de hogares que dependen exclusivamente de trabajadores/as inestables (uno o dos) únicamente, de tal forma que no cuentan con certidumbre del ingreso por trabajo.

Cuadro No. 79 Nivel de Seguridad laboral de los hogares según Área de Residencia y Género.

La predominancia de la inestabilidad rural es muy evidente, no así en términos de la jefatura del hogar según la cual es muy ligera la predominancia de la inseguridad en la jefatura masculina. El grupo intermedio ha sido calificado de inseguridad media, en tanto en su gran mayoría se trata de sólo un trabajador/a que, aunque es estable con la volatilidad del mercado de trabajo, el hogar se encuentra en condición de alto riesgo de pasar al nivel de inseguridad franca al perder el empleo; tal grupo es mayoritario en los hogares urbanos pero también es significativo en lo rural, y pesa por igual en los hogares agrupados por género de la jefatura. El número de trabajadores evidentemente se vincula a las ofertas del mercado de trabajo pero también depende de la disponibilidad de fuerza de trabajo que cada hogar tiene y por tanto el

Urbano Rural Mujer Hombre

2 o más estables y 2 o más inestables 1.1 2.2 1.6 1.5 1.62 o más estables y 1 inestable 4.0 5.8 4.5 4.8 4.72 o más estables 47.7 33.3 43.8 41.5 42.1Un estable y 2 o más inestables 1.0 4.0 1.4 2.5 2.2Un estable y un inestable 6.7 7.2 5.6 7.4 7.0Solo uno estable 33.4 27.2 32.7 30.2 30.9Dos o más inestables 1.9 9.9 4.2 5.3 5.0Solo un inestable 4.2 10.4 6.2 6.7 6.6

Trabajadores por Hogar TotalArea de residencia Jefatura del Hogar

Urbano Rural Mujer Hombre

Seguridad relativa (2 estables o mas) 52.8 41.3 49.8 47.9 48.4Inseguridad media (1 estable) 41.1 38.4 39.7 40.1 40.0Inseguro (solo inestables) 6.1 20.3 10.4 12.0 11.6

Nivel de seguridad Area de residencia Jefatura del Hogar Total

Page 84: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

nivel de seguridad en la estabilidad laboral medido por si se cuenta con uno o más trabajadores estables está incidido por el tamaño del hogar. Cuadro No. 80 Nivel de Seguridad laboral de los hogares según Tamaño del hogar.

Contar con dos o mas trabajadores estables es más frecuente en los hogares de mayor tamaño (9 miembros o más) en los cuales representan el 74%. En los hogares medianos (entre 5 y ocho miembros) llegan a ser el 55% y solamente son un tercio de los hogares más pequeños (4 miembros o menos).

Esto corresponde en forma proporcional a la condición inversa de los hogares que cuentan con solo un trabajador estable, es decir los hogares pequeños ante la limitada oferta de fuerza de trabajo que tienen se ubican mayoritariamente en el grupo de inseguridad media, es decir que cuentan con un solo trabajador estable. Sin embargo, el tamaño del hogar no incide en los hogares que no cuentan con trabajadores estables y que por tato se encuentran en condición de inseguridad manifiesta, ya que independientemente del número de miembros se mantiene como el 12% de los hogares. Cuadro No. 81 Nivel de Seguridad laboral de los hogares según Región

Los hogares en condición de inseguridad se concentran en las regiones rurales, principalmente en la Central y el Atlántico donde representan entre el 19 y el 25% de los hogares. El 46% del total de los hogares con inseguridad laboral se encuentran en la Región Central rural presumiblemente vinculados a los trabajos estacionales en los diferentes rubros agrícolas. b. Productividad del trabajo. Si bien la estabilidad deriva en certidumbre acerca de la disponibilidad de un ingreso, no basta para otorgar un nivel adecuado de seguridad en tanto los montos del ingreso por el trabajo pueden ser insuficientes frente a las necesidades del hogar. Diferentes estudios han puesto en evidencia las brechas de desigualdad existentes en los ingresos por trabajo entre los trabajadores urbanos y rurales, por género, por tipo de cargo, por

4 o menos de 5 a 8 Mas de 8

Seguridad relativa (2 estables o mas) 33.3 54.8 73.7 48.3Inseguridad media (1 estable) 54.6 33.7 16.0 40.1Inseguro (solo inestables) 12.1 11.5 10.4 11.6Total 100.0 100.0 100.0 100.0

Seguridad relativa (2 estables o mas) 28.1 53.3 18.6 100.0Inseguridad media (En riesgo) (1 estable) 55.5 39.6 4.9 100.0Inseguro (solo inestables) 42.5 46.6 10.9 100.0Total 40.7 47.1 12.2 100.0

TotalNivel de seguridad Nº miembros del hogar

NªVulnerabilidad por estabilidad en el

trabajoManagua

Pacifico Urbano

Pacifico Rural

Central Urbano

Central Rural

Atlantico Urbano

Atlantico Rural

Total

1 Seguridad relativa (2 estables o mas) 53.8 56.1 49.1 50.4 35.8 48.0 41.2 48.32 Inseguridad media (1 estable) 41.7 39.1 39.2 40.6 38.7 41.6 40.0 40.13 Inseguro (solo inestables) 4.5 4.7 11.7 9.0 25.5 10.4 18.8 11.6

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

1 Seguridad relativa (2 estables o mas) 29.6 18.5 16.4 10.2 15.4 5.0 4.9 100.02 Inseguridad media (1 estable) 27.7 15.6 15.8 10.0 20.0 5.2 5.7 100.03 Inseguro (solo inestables) 10.4 6.5 16.3 7.6 45.6 4.5 9.2 100.0

Total 26.6 16.0 16.1 9.8 20.8 5.0 5.7 100.0

Page 85: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

sector (primario, secundario y terciario) y por rama de la economía. Para nuestro caso, nos interesa poner en evidencia el nivel de productividad del volumen de trabajo en cada hogar, es decir, el promedio de ingreso del hogar por cada persona que trabaja. El cálculo del ingreso por trabajo, obedece a la metodología generalmente utilizada, la cual parte de las remuneraciones recibidas por determinado período que se homogeniza (diario, semanal, quincenal, mensual) y a las cuales se agregan los pagos de beneficios vinculados al trabajo realizado (décimo tercer mes, alimentación, transporte, vivienda, bonificaciones). Se han agregado todos los ingresos por trabajo recibidos en cada hogar y se ha promediado de acuerdo al número de personas reportadas como ocupadas en el mismo. La brecha es muy amplia entre los hogares urbanos y los rurales, en tanto el ingreso promedio por trabajador/a en los hogares del campo es apenas el 38% del de los hogares de la ciudad, esto está asociado no sólo a la conocida diferencia de remuneraciones que siempre han sido mucho más baja en lo rural, si no también al hecho de que en los hogares rurales son mucho más numerosos los trabajadores/as de la categoría “familiares sin remuneración” con lo que se reduce aún más el promedio. El promedio del ingreso por trabajador/a en los hogares encabezados por mujeres equivale al 75% del promedio en los hogares jefeados por hombres. Cuadro No. 82 Nivel de Productividad laboral según Ingreso, área de Residencia y Género.

Para efectos de caracterización de los hogares en niveles de productividad por persona ocupada, se distribuyeron los hogares en Tritiles ( 3 grupos c/u con el 33.3% de la muestra) ordenados de menor a mayor nivel de productividad, calificando los grupos desde la baja productividad(T1), productividad media(T2) y alta productividad(T3), de ésta manera la caracterización obedece a las proporciones internas de distribución de la muestra de los hogares independientemente de otros

criterios comúnmente utilizados en los estudios de empleo y salarios en los que la unidad de análisis es la persona ocupada y por tanto se estratifican por nivel de escolaridad, tipo de trabajo, sector y rama de la economía, etc. Las brechas son muy amplias entre los promedios de productividad de los tres grupos, mientras en el ingreso total por trabajo el tritil de mayor productividad es 6 veces mayor que el de menor (T3/T1), en productividad por trabajador es de 12 veces la relación, mediada ésta ampliación por la compensación que los hogares de menor productividad hacen incorporando mayor número de personas al trabajo (3.3 trabajadores por hogar en T1 y 1.8 en T3). Mientras la relación urbano/rural y por género de jefatura en el tritil de menor productividad es de una brecha mínima, ésta se amplia en los tritiles de mayor productividad, de tal forma que la relación T3/T1 es de 11 veces en lo urbano y de 9 veces en lo rural. La brecha aunque amplia, es menor entre los hogares encabezados por mujeres (8 veces) que en los jefeados por hombres (13 veces).

Baja (T1) Media (T2) Alta (T3)

Ingreso por trabajo 1,252.9 2,411.3 7,959.0 3,874.1Personas ocupadas 3.3 2.2 1.8 2.0

Ingreso por trabajador/a 378.0 1,095.0 4,439.2 1,970.6

Urbano 440.0 1,118.3 4,754.7 2,597.2Rural 341.3 1,053.3 3,076.1 996.6

Jefa Mujer 384.5 1,083.4 3,236.0 1,581.7Jefe Hombre 375.4 1,100.7 4,878.8 2,119.6

Nivel de Productividad TotalIndice promedio

Page 86: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

La distribución porcentual de los hogares, evidencia que en lo urbano predominan los de alta productividad (44.5%), mientras en lo rural predominan los de baja productividad (53%) y los de alta productividad apenas es del 16%. Cuadro No. 83 Nivel de Productividad Porcentual laboral según Área de Residencia y Género.

La distribución por jefatura es similar en los dos géneros, predominando ligeramente los hogares encabezados por mujeres en los de media productividad y los hogares jefeados por hombres en los de baja productividad. En el grupo de hogares con alta productividad la jefatura por sexo representa igual peso ya sea para mujeres u hombres.

Cuadro No. 84 Nivel de Productividad Porcentual laboral según Área de Residencia y Género.

La mas alta productividad por trabajador/a se encuentra en los hogares de Managua (C$5.490) y la mas baja se encuentra en el Atlántico rural (C$291), así mismo son las regiones que junto con la Central Urbano evidencian las brechas más amplias entre los hogares de alta y baja productividad (de 10 a 12 veces). Dos de cada tres hogares del Atlántico Rural (68%) tienen baja productividad, esa proporción es poco mayor a la mitad en la Central Rural (55%) y del 41% en el Pacífico Rural. Estas dos últimas regiones son las que aportan la mayor proporción de hogares de baja productividad del país (34 y 20% respectivamente), el 14% es aportado por Managua y el 12% por el Atlántico rural.

Nivel de productividad ManaguaPacifico Urbano

Pacifico Rural

Central Urbano

Central Rural

Atlantico Urbano

Atlantico Rural

Total

Ingreso promedio por trabajador/aBaja Productividad (T1) 475.2 439.0 386.1 381.2 341.1 434.0 290.8 378.0Productividad Media (T2) 1,166.1 1,088.3 1,097.7 1,116.1 1,004.9 1,143.9 995.2 1,095.0Alta Productividad (T3) 5,490.9 3,949.0 3,082.8 4,274.9 3,032.1 3,673.4 3,016.5 4,439.2Total 3,356.0 2,125.9 1,232.7 2,095.1 916.9 1,976.4 763.7 1,970.6

Brecha Alta-Baja (T3/T1) 11.6 9.0 8.0 11.2 8.9 8.5 10.4 11.7

Alta Productividad (T3) 53.4 40.7 21.5 37.2 13.7 39.0 12.2 33.3Productividad Media (T2) 29.3 40.0 37.4 35.9 31.4 39.3 20.1 33.4Baja Productividad (T1) 17.3 19.3 41.1 26.9 55.0 21.7 67.7 33.3Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Alta Productividad (T3) 42.7 19.5 10.4 11.0 8.5 5.9 2.1 100.0Productividad Media (T2) 23.4 19.1 18.1 10.6 19.5 5.9 3.4 100.0Baja Productividad (T1) 13.8 9.3 19.9 7.9 34.3 3.3 11.6 100.0Total 26.6 16.0 16.1 9.8 20.8 5.0 5.7 100.0

Baja (T1) Media (T2) Alta (T3)

Urbano 20.4 35.2 44.5Rural 53.4 30.6 16.0

Jefa Mujer 30.8 36.0 33.2Jefe Hombre 34.1 32.4 33.5

Total 33.2 33.4 33.4

Distribucion % Nivel de Productividad

Page 87: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

c. Diversificación de las fuentes de Ingreso. Aporte del Ingreso por trabajo. La disponibilidad global de recursos está representada por los ingresos totales del hogar, los cuales a su vez derivan de diversas fuentes de acuerdo a las capacidades acumuladas por cada hogar para producirlos o movilizarlos en un momento dado frente a oportunidades y riesgos de cada momento, Esta condición deriva en una combinación determinada de diferentes tipos de fuentes de ingreso dentro de las cuales cada una tiene un peso específico, denotando el grado de dependencia que tienen cada hogar de fuentes endógenas y exógenas, que a su vez son incididas por un sin número de variables para condicionar sus montos y por tanto el grado de aporte que hacen al ingreso total. El ingreso total del hogar deriva de un cálculo que incluye: • Ingreso por trabajo, se suman las remuneraciones que cada trabajador/a ocupado/a en el

hogar recibe por la actividad económica que realiza con otros beneficios recibidos (décimo tercer mes, alimentos, transporte, vivienda, uniforme, etc) tanto en las actividades primarias, secundarias y otras realizadas en los últimos 12 meses, homogenizando su monto al año, sumando todos los ingresos individuales en el monto total del hogar.

• Ingreso por propiedad: Se incluyen las rentas por alquiler de tierra, viviendas o equipos, así como el valor de uso de la vivienda que ocupa el hogar cuando son propietarios/as de la misma.

• Ingreso por transferencias: Incluye las remesas recibidas por familiares en el interior o exterior del país, donaciones de alimentos o becas u otras transferencias de instituciones y se integran con signo negativo las transferencias que debe hacer el hogar a familiares que están fuera del mismo (estudiantes, otros) y por último incluye las pensiones recibidas (jubilación, alimentación, orfandad, viudez, etc).

• Ingreso por auto suministro: Incluyen todos los bienes que derivan de producción propia (parcela, patio, alimentos, etc.) o que se extraen del negocio propio (pulperías, etc).

Las características del trabajo han sido contempladas en variables como la estabilidad, la productividad, etc., nos interesa en éste acápite hacer relevante su relación con las restantes fuentes de ingreso, dado que, en su mayoría están sujetas a mayor variabilidad por factores exógenos al hogar, es decir, que su regularidad o su monto no está controlado por la voluntad de los decidores del hogar y sin embargo pueden pesar significativamente en el ingreso. Cuadro No. 85 Quintiles de Ingreso según diversificación de las fuentes por Hogar.

El ingreso por trabajo evidencia dos elementos cruciales, en primera instancia la amplia brecha derivada de la alta concentración del ingreso en el quintil superior que representa 10 veces el ingreso promedio por trabajo del quintil inferior, la brecha es también alta con los restantes quintiles. En segunda instancia, que el ingreso por trabajo representa para todos los quintiles la fuente de ingreso más determinante oscilando entre el 67% en el quintil inferior y el 82% en el superior. De hecho, se deduce que una dependencia mayor de otras fuentes diferentes al trabajo es característica de los hogares de menores ingresos globales.

TrabajoAutosumi

nistroPropiedad

Transferencias

Total

Q1 11,235 2,301 1,700 1,571 16,808Q2 18,489 2,271 2,250 2,306 25,316Q3 25,634 2,455 3,034 3,362 34,484Q4 39,728 2,829 4,603 4,460 51,621Q5 113,027 3,527 14,657 6,935 138,146

Total 41,621 2,677 5,249 3,727 53,273

Q5/Q1 10.1 1.5 8.6 4.4 8.2

Q1 66.8 13.7 10.1 9.3 100.0Q2 73.0 9.0 8.9 9.1 100.0Q3 74.3 7.1 8.8 9.7 100.0Q4 77.0 5.5 8.9 8.6 100.0Q5 81.8 2.6 10.6 5.0 100.0

Total 78.1 5.0 9.9 7.0 100.0

Quintiles de

ingreso

INGRESO DEL HOGAR (C$ de 2001 y %)

Page 88: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� �

Por su parte, las rentas percibidas por propiedades son un componente que manifiesta una capacidad acumulada previamente, evidentemente en términos del monto beneficia mucho más a los estratos adinerados (Quintil 5°), en la medida en que quien alquila tierras, vivienda, equipos, posee activos suficientes para reducir su vulnerabilidad incluida también la renta calculada de valor de uso de la vivienda propia en tanto de antemano se conoce que el valor deriva del tamaño, ubicación y calidad de la infraestructura que favorece siempre como vimos en la vulnerabilidad habitacional, a los hogares con menor vulnerabilidad económica. Los ingresos por propiedad del quintil superior equivalen en monto a 8.6 veces el aporte del quintil de menores ingresos, pero en términos del aporte relativo al ingreso total se pierden tales diferencias, teniendo incluso igual peso en los quintiles intermedios y en los de los dos extremos; con lo cual se evidencia que en lo fundamental es el valor de uso de la vivienda el que determina el aporte. Situación inversa refleja los ingresos por autosuministro, ya que mientras en monto no reflejan mayor diferencia entre todos los estratos, frente al ingreso total de los hogares, es claramente evidente la dependencia que los quintiles más pobres tienen de la producción de autoconsumo. La diferencia de 13.7 a 2.6% del Q1 al Q5 en aporte, nos ubican en hogares cuya actividad económica en parte o totalmente está excluida del mercado (por distancia, precios, etc.) y además depende de fluctuaciones climáticas (en lo rural) o de las fluctuaciones de los micromercados urbanos y rurales. En el caso de las transferencias tenemos una situación muy similar a las rentas de la propiedad. En la relación de los montos (en C$ de 2001) es muy evidente la brecha del promedio que reciben el quintil más adinerado (C$6.900) frente al promedio recibido por el quintil más pobre (C$ 1.600), que equivalen a una relación de 4.4 veces. Sin embargo, en términos de su aporte al ingreso total, tales diferencias se reducen y se invierten, cuando pequeños montos representan más peso en el quintil inferior que mayores montos en el quintil superior, siendo que el beneficio oscila entre 9 y 5% entre los quintiles. Es decir, las transferencias están operando como mecanismos compensatorios que ayudan a la sobrevivencia pero no logran reducir vulnerabilidad en tanto no consiguen modificar la estructura del ingreso, más aún si tenemos en cuenta que están compuestas principalmente de remesas familiares en las que se depende de la voluntad y situación de personas desde fuera del hogar (las pensiones son muy poco representativas) y por tanto fuera de control de los propios hogares, que cuando son pobres, el/la migrante también cuando puede, envía sólo pobres remesas. Si analizamos detenidamente el cuadro anterior, excepto por el peso diferencial del autoconsumo en los estratos de menores ingresos, el factor claramente determinante es el ingreso por trabajo, de forma que el control de riesgos de parte de los hogares está dependiendo de las variables vinculadas al trabajo y por tanto del aporte que éste haga en el ingreso total. La estratificación en quintiles se modifica en forma directa en proporción al mayor aporte del trabajo en el ingreso total. El trabajo manifiesta la capacidad de índole más endógena en el sentido, que si bien depende en parte de variables exógenas como la fluctuación del mercado laboral, es la mayor manifestación de la calificación, experiencia y voluntad de esfuerzo propio del principal capital de los hogares, el humano. De hecho, la seguridad-vulnerabilidad de todos los estratos depende mayoritariamente del ingreso por trabajo y es el que sintetiza el aporte de las otras fuentes como proporción al ingreso total.

Page 89: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� �

Para caracterizar la condición de los hogares en términos de su seguridad-vulnerabilidad derivada de la combinación de sus fuentes de ingreso, partimos de considerar aquellos que dependían más del 25% de otras fuentes que como vimos son muy incididas por condiciones exógenas al hogar, sin constituir alternativa clara frente a la vulnerabilidad por bajos ingresos, esto coloca cerca de los promedios generales del cuadro anterior, situando el umbral en el aporte del ingreso por trabajo en mayor o menor a 75%. Cuadro No. 86 Hogares por nivel de Aporte del trabajo en ingreso total según Área de Residencia y Género.

El 61% del total de hogares se encuentran con aporte del ingreso por trabajo mayor al 75% de su ingreso total. Evidentemente, en lo urbano el 68% son mayoritarios los hogares con un rango mayor del 75% del aporte del ingreso por trabajo, en lo rural se dividen por igual (50%) los dos grupos. Los hogares encabezados por mujeres reflejan una proporción menor del aporte del ingreso por trabajo,

registrándose que el 44% de éstos hogares están por debajo del 75%. Lo hogares jefeados por hombres registran una mayor proporción de hogares por encima del 75% de aporte del trabajo. Cuadro No. 87 Hogares por nivel de Aporte del trabajo en ingreso total según Regiones

En todas la regiones urbanas, los hogares con aporte del trabajo mayor al 75% representan alrededor del 65 a 68%, mientras en las rurales oscilan entre el 53 al 58%, resaltando el Atlántico Rural donde apenas representan el 31% de los hogares, evidentemente asociado a una economía de autoconsumo tanto agrícola como de pesca, pero también pesan las remesas de familiares. El 25% de los hogares con aporte del trabajo menor al 75% del ingreso familiar provienen de la region Central Rural y el 23% de Managua. d. Utilización de la fuerza de trabajo Como hemos visto, el grado de utilización de la fuerza de trabajo en los hogares constituye uno de los mecanismos privilegiados para intentar controlar los riesgos derivados de ingresos insuficientes, de hecho la primera estrategia de sobrevivencia en los hogares de menores ingresos es el de incorporar al trabajo la mayor cantidad de personas o de agregar perceptores de ingreso en el caso de las familias extensas.

Mas del 75% Menos del 75%

Urbano 68.3 31.7Rural 49.6 50.4

Jefa Mujer 56.4 43.6Jefe Hombre 63.4 36.6

Total 61.1 38.9

Hogares TRABAJO EN INGRESO TOTAL

Nivel de aporte de trabajo en Ingreso total

ManaguaPacifico Urbano

Pacifico Rural

Central Urbano

Central Rural

Atlantico Urbano

Atlantico Rural

Total

Mas del 75% 67.4 68.6 58.3 67.1 52.8 65.6 31.1 61.1 Menos del 75% 32.6 31.4 41.7 32.9 47.2 34.4 68.9 38.9 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Mas del 75% 30.0 18.1 15.3 10.7 17.6 5.5 2.8 100.0 Menos del 75% 22.7 13.0 17.1 8.2 24.7 4.5 9.8 100.0 Total 27.2 16.1 16.0 9.8 20.4 5.1 5.5 100.0

Page 90: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

La intensificación en la utilización de la fuerza de trabajo, opera como compensación a la baja productividad de las actividades económicas y a la inestabilidad de las mismas, constituye un ejercicio de oportunidades del mercado laboral cuando éste es estacional como en el caso de las actividades agrícolas o en la fluctuación del mercado bienes en lo urbano en el cual se aprovechan eventos sociales (festividades, día de la madre, inicio de lluvias, etc.) para comercializar alimentos o productos de consumo propios de la temporada. Esta intensificación del uso de los miembros del hogar como fuerza de trabajo, modifica de inmediato el índice de dependencia económica, que constituye un espacio de intersección de la dimensión demográfica (tamaño del hogar por el número de miembros) y la económica (número de personas trabajando), dimensionando la carga de personas dependientes (no trabajan) por cada persona que trabaja en el hogar. Como tal, el nivel de dependencia manifiesta una condición estructural de la capacidad productiva en el hogar con relación al tamaño del mismo. A fin de caracterizar el índice de dependencia en los hogares, se asumió el parámetro establecido en la metodología de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), que califica de alta dependencia económica cuando en lo urbano hay más de dos personas dependientes por cada persona que trabaja y en lo rural cuando ésta relación es mayor de tres. Cuadro No. 88 Nivel de dependencia de Hogares por Área de Residencia y Género.

El 26% de los hogares de Nicaragua presentan altos niveles de dependencia económica, principalmente influenciado por la presencia de mayor número de niños/as menores. La alta dependencia está presente en mayor parte de los hogares urbanos (31%) con relación a los rurales (19%). Evidentemente, no sólo opera el umbral diferencial (>2 en urbano y >3 en rural), si no también el hecho de que en el campo las familias incorporan más personas (mujeres, niños/as, ancianos/as) a las labores agrícolas reduciendo su dependencia.

Cuadro No. 89 Hogares según Incorporación de niños/as y ancianos al trabajo.

Por ésta última razón, el índice de dependencia no refleja totalmente la calidad en el uso de la fuerza de trabajo en el hogar, en la medida en que la intensificación de la utilización ya sea para compensar baja productividad o la eventualidad (inestabilidad) de las actividades económicas puede estar significando la exposición a altos riesgos en otras dimensiones, tal es el caso de la salud o nutrición de niños/as y ancianos/as por actividades de alto desgaste físico o en trabajos

con exposición a accidentes o contaminantes, y de la dimensión educativa porque el trabajo de niños/as casi siempre se asocia con su retiro de la escuela.

Bajo Alto

Urbano 68.6 31.4Rural 81.0 19.0

Jefa Mujer 71.9 28.1Jefe Hombre 74.2 25.8

Total 73.6 26.4

Hogares Nivel de Dependencia

Ninguno Uno o más

Bajo 68.2 31.8Alto 91.7 8.3

Total 74.4 25.6

Nivel de Dependencia

Niños o Ancianos trabajando

Page 91: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

Hemos complementado el índice de dependencia generando la categoría de hogares que dentro de su población ocupada figuran niños/as menores de 15 años o ancianos/as mayores de 65 años, de tal forma que se pone en evidencia, que efectivamente una gran proporción de los hogares con baja dependencia (32%) han incorporado éstos grupos de edad, mientras tal situación es mínima (8%) en los hogares con alto nivel de dependencia, sea por que no cuentan con miembros de esas edades aptos para el tipo de trabajo que realizan o porque aún teniéndolos valoran no exponerlos a mayores riesgos dejándolos por fuera de su estructura productiva. Cuadro No. 90 Hogares por nivel de dependencia e incorporación de niños/ancianos al trabajo por Residencia y Género.

En general, una cuarta parte de los hogares del país incorporan niños/as o ancianos/as al trabajo. Estableciendo una combinación entre los dos criterios de utilización de la fuerza de trabajo familiar, se configuran los tres grupos: de alta dependencia, baja dependencia y el de hogares que utilizan niños/as y ancianos en el trabajo. Se evidencia una proporción de hogares

de baja dependencia con una distribución similar al total (alrededor de la mitad) en los segmentos urbanos y rurales y entre la jefatura por género. Se mantiene la predominancia de la alta dependencia en los hogares urbanos y en los encabezados por mujeres, mientras son mayoritariamente los hogares rurales y los jefeados por hombres los que incorporan niños/as y ancianos/as al trabajo. e. Nivel de consumo del Hogar. El resultado final de las condiciones de seguridad-vulnerabilidad de los hogares en la dimensión económica, se concreta en la capacidad de satisfacer las necesidades de vida y de desarrollo pleno de sus miembros de acuerdo a sus demandas y aspiraciones. Con ello, se plantea obviamente necesidades que van más allá de la simple sobrevivencia por decorosa que ésta sea, se trata de necesidades de acumulación de capacidades y facilidades de gozar plenamente de sus relaciones afectivas y sociales, por ello se incluyen necesidades culturales, de recreación, de autosuperación intelectual y cultural. Por otra parte, el respaldo económico de tales necesidades, requiere algo más allá del consumo medible en un período determinado, requiere de capacidad de ahorro e inversión en vivienda, equipamiento, educación, cultura, recreación, etc. Desafortunadamente, hasta el momento no se ha desarrollado algún instrumento metodológico para dimensionar tales necesidades y tales capacidades, se cuenta con metodologías que logran medir necesidades básicas y así como el consumo realizado en un período determinado. En el presente estudio se ha asumido las variables elaboradas y utilizadas por INEC-MECOVI para medir la pobreza por la vía de la cobertura que el agregado de consumo representa con respecto a la canasta básica de 53 productos normada y por tanto asumiendo la línea de

Bajo Alto

Urbano 51.3 29.0 19.7Rural 48.2 17.1 34.8

Jefa Mujer 50.0 25.8 24.2Jefe Hombre 50.2 23.7 26.1

Total 50.1 24.3 25.6

Hogares Nivel de Dependencia Trabajo niños/Ancianos

Page 92: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

pobreza como el parámetro socialmente establecido para calificar el nivel de consumo de cada hogar como aceptable o no aceptable. Cuadro No. 91 Hogares por nivel de Consumo según área de Residencia y Género.

El cálculo del agregado de consumo y el establecimiento de la Línea de pobreza, las ha realizado INEC/MECOVI de acuerdo a metodología universalmente estandarizada21 y constituye el indicador base para todos los análisis realizados sobre la pobreza en el contexto de la ERCERP. La única diferencia con relación al informe INEC/MECOVI es el asumir como unidad de análisis el hogar y no los individuos, situación que explica la diferencia en los porcentajes.

El 37% de los hogares en Nicaragua registra un consumo per cápita anual por debajo del estimado del costo de las necesidades básicas, por tanto hemos calificado como “consumo no aceptable”, los cuales son mayoritarios en el área rural donde el 59% de los hogares no cubren sus necesidades básicas, frente a 22% de los hogares urbanos. La jefatura por género manifiesta una condición más aceptable en los hogares encabezados por mujeres que en los jefeados por hombres (68% y 61% respectivamente), f. Holgura del ingreso. Además de la posibilidad de cubrir necesidades, una medida crucial del nivel de riesgo u oportunidad derivado del ingreso de los hogares, es la posibilidad de contar con excedentes luego de haber realizado el consumo necesario y posible en el hogar, de tal forma que permita acumular ahorros que a su vez posibilitan nuevas inversiones en calidad de vida o en mejoría de los propios ingresos. A ésta condición es la que denominamos holgura del ingreso en la perspectiva de permitir la disponibilidad de activos monetarios para mejorar capacidades y bienestar de acuerdo a las aspiraciones de los miembros del hogar, más allá de la condición de sobrevivencia. De hecho, la cultura del ahorro en los hogares tiene una dimensión micro, en términos de oportunidades para los hogares mismos y una dimensión macro en términos del balance financiero global, en donde el ahorro de los hogares opera como variable crucial en el sistema financiero. Centrándonos en el espacio micro, se puede señalar que del ahorro deriva la posibilidad de aprovechamiento de oportunidades en el mercado y frente a la oferta de servicios, a fin de acumular progresivamente más capacidades en las diferentes dimensiones en que hemos operacionalizado la seguridad y el desarrollo humano. Varias situaciones, algunas de ellas ya examinadas en capítulos anteriores, expresan las oportunidades o riesgos derivados de sí se dispone de activos monetarios, como han sido la capacidades de mejorar la vivienda, el pago de los gastos escolares de inicio de año escolar

����������������������������������������������������9��&���(���������!�����������9��������+����������=+��-3��@8=���+3+8�66���?��1��=8��9�����

Aceptable No Aceptable

Urbano 77.6 22.4Rural 41.0 59.0

Jefa Mujer 68.5 31.5Jefe Hombre 61.1 38.9

Total 63.2 36.8

Distribucion % Nivel de Consumo

Page 93: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

que muchas veces supera el ingreso mensual del hogar, el enfrentar una enfermedad catastrófica o un accidente; la posibilidad de migrar de un miembro y de hecho los eventos sociales que consolidan la unión familiar y comunitaria. De antemano, sabemos que en las variables de los agregados de consumo, en tanto han incorporado gastos no mensuales, incluyen lo que de hecho podría interpretarse como inversión como son gastos en vivienda y en equipo del hogar, con lo cual ya se estaría incluyendo como consumo, un determinado grado de holgura de los ingresos en aquellos hogares en que se realizó dicha inversión, pero dado que abarcamos períodos más extensos y en buena parte de los hogares se han evidenciado carencias que requieren de holgura, consideramos establecer la relación entre el ingreso y el consumo, para establecer la existencia de “excedente”, así sea pequeño en tanto la acumulación de ahorros pequeños permiten inversiones progresivas o de un momento pero después de una acumulación progresiva. Se asumió como dividendo el agregado del ingreso y como divisor el agregado de consumo (INEC/MECOVI) y se caracterizó como con holgura cuando dicha relación fue mayor a uno, es decir que el ingreso es mayor que el consumo (I>C) y como sin holgura cuando fue menor que uno es decir que el consumo es mayor que el ingreso (C>I). Analizando en detalle la relación ingreso/consumo, nos encontramos con dos posibles situaciones dependiendo del criterio con que se distribuya la muestra de la ENMNV2001. Cuadro No. 92 Holgura de Ingresos del Hogar según Quintiles de Consumo percápita.

Si ordenamos los promedios del consumo y del ingreso con el criterio agrupador de los quintiles por el agregado de consumo y por tanto comparamos ingreso/consumo en un mismo grupo de hogares, la situación perecería algo homogénea al mostrar todos los quintiles índices mayores a uno, evidenciando una relativa holgura en los promedios de todos los estratos, a pesar de las enormes diferencias en los montos entre los mismos quintiles.

Los quintiles intermedios muestran una menor holgura promedio al ser relativamente similares el ingreso y el consumo. Cuadro No. 93 Hogares según Holgura en el ingreso por Área de Residencia y Género.

Pero como todos los promedios, se incluyen hogares con ingresos mayores y menores que el consumo; al establecer la relación hogar por cada hogar, el 55% de los hogares nicaragüenses tienen consumos mayores a sus ingresos, mientras el 45% evidencia algún grado de holgura al contar con ingresos mayores al consumo. Tanto en lo urbano como en lo rural, son mayoritarios los hogares deficitarios, con mayor proporción en lo urbano, posiblemente asociado a una cultura más consumista y exposición constante a las influencias de un mercado competitivo en captación de clientela y en expansión

SIN (C>I) CON (I>C)

Urbano 57.3 42.7Rural 53.3 46.7

Jefa Mujer 59.3 40.7Jefe Hombre 53.9 46.1

Total 55.4 44.6

Hogares Holgura en el Ingreso

Ingreso Consumo

Q1 3,193 2,520 1.27Q2 4,947 4,525 1.09Q3 6,980 6,567 1.06Q4 10,258 9,917 1.03Q5 29,919 24,048 1.24

Total 11,058 9,514 1.16

I/C Quintiles de

Consumo P.cC$ percápita

Page 94: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

acelerada de compra al crédito. Los hogares rurales por su parte, derivan su déficit más a la precariedad del ingreso en tanto mantienen siempre una cultura de austeridad y con menor endeudamiento para el consumo. Los hogares encabezados por mujeres registran entre sí una brecha más amplia entre los que cuentan con holgura y los que no, ya que destacan al ser mayoritariamente deficitarios (59%), mientras los hogares jefeados por hombres que son también mayoritariamente deficitarios (54% sin holgura) tienden a incrementar la proporción de hogares con holgura (46%). Cuadro No. 93 Hogares según Holgura en el ingreso por Área de Residencia y Género.

Lo anterior también explica la distribución de los hogares sin holgura en las regiones, en tanto en todas se registran como mayoritarios pero son las regiones urbanas en las que pesan mas con cerca del 60% en Managua y la central urbana. Resalta la región Atlántico Rural en la que es mayoritaria la proporción de hogares con holgura, posiblemente asociado a el peso de la economía de autoconsumo (agrícola y pesca) y el reducido acceso a mercado de bienes y servicios.

3.6.2- Índices de Seguridad / Vulnerabilidad Económica Hasta el momento hemos configurado seis variables en la dimensión económica que han sido descritos en su lógica interna y que intentan dar la mayor cobertura posible a la enorme complejidad de ésta dimensión vital de los hogares, lo cual nos lleva a la configuración de al menos tres índices de vulnerabilidad en esta dimensión, -que por ser la más determinante-pesará por tanto más en la vulnerabilidad global de cada hogar. Tres de las variables manifiestan algún dimensionamiento de las capacidades de los hogares en tanto reflejan elementos estructuralmente acumulados en la historia de los mismos, incluyen la estabilidad de las actividades económicas, la productividad de los hogares y la relación del aporte entre las diferentes fuentes de ingreso medidas por el aporte del ingreso por trabajo. Las variables restantes, utilización de la fuerza de trabajo, holgura y nivel de consumo, manifiestan la exposición a oportunidades/riesgos en el mercado laboral y de bienes, tanto en la búsqueda de compensar las limitadas capacidades como en la cobertura de necesidades en el consumo. La combinación de un indicador de capacidades con un indicador de exposición, configurará como en las otras dimensiones un indicador de seguridad-vulnerabilidad, de tal forma que la elaboración de los tres indicadores seguridad/vulnerabilidad, se puedan cubrir las principales dinámicas que en el orden económico transitan los hogares en su proceso de vida y maduración.

SIN (C>I) CON (I>C)

Managua 59.1 40.9Pacifico Urbano 52.5 47.5Pacifico Rural 54.8 45.2Central Urbano 59.6 40.4Central Rural 55.6 44.4Atlantico Urbano 52.6 47.4Atlantico Rural 47.3 52.7Total 55.4 44.6

Hogares Holgura en el Ingreso

Page 95: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

�� Vulnerabilidad de la fuerza de trabajo Como ya se ha planteado el grado de dependencia económica en los hogares es una manifestación estructural que relaciona la población ocupada con el tamaño del hogar, en nuestro caso además de la baja y alta dependencia, hemos incluido en ésta categoría la incorporación de niños/as y ancianos/as en las actividades económicas, lo que en sí mismo expresa una sensible restricción estructural de las capacidades del hogar para auto sostenerse ya sea por la baja productividad de sus actividades económicas o por inestabilidad de las mismas. Los mecanismos de utilización de los miembros como fuerza de trabajo derivan de estructuras de valores culturales y de la auto percepción acerca de la capacidad o no de satisfacer las necesidades del conjunto del hogar, de tal forma que puede reducir el nivel de dependencia y compensa en parte la baja productividad e inestabilidad de las actividades pero constituye un proceso de acumulación acelerada de riesgos que determinan exclusión escolar y reproducción de las mismas actividades poco productivas en la generación secundaria, así como exposición a riesgos a la salud de niños/as y personas de la tercera edad. De hecho, la vulnerabilidad manifiesta en la alta dependencia e incorporación de niños/as y ancianos/as al trabajo se reproduce y profundiza, cuando aún intensificando la utilización de los miembros del hogar como fuerza de trabajo, no se logran los resultados esperados en satisfacer las necesidades, cerrando el círculo de desacumulación cuando el esfuerzo realizado no se compensa con consumo adecuado que reponga el nivel de desgaste por el trabajo.

Cuadro No. 94 Nivel de Dependencia en el Hogar según nivel de consumo

Esta situación se pone de manifiesto al combinar dependencia y nivel de consumo, el consumo aceptable (superior a la canasta básica per cápita) es condición mayoritaria (74.6%) de los hogares con baja dependencia, pero se reduce significativamente en los de alta dependencia (55%) y aún más en los hogares que incorporan niños/as y ancianos/as al trabajo, en los que el consumo aceptable se registra en el 46% mientras se hace mayoritaria (54%) la condición de consumo insuficiente. Tal situación se perfila también al analizar la composición de los grupos de consumo, en la cual los hogares con consumo aceptable son mayoritariamente compuestos en un 60% por hogares con baja dependencia y muy escasamente por los de alta dependencia (21%) y los que incorporan niños/as y ancianos/as al trabajo (19%). Mientras el grupo de consumo insuficiente es mayoritario en el grupo de hogares con niños/as y ancianos/as trabajando. En la combinación de las dos variables, se configuran seis grupos dentro de los rangos de mayor seguridad (37.4% de los hogares) al registrar baja dependencia, consumo adecuado y no incorporación de niños/as o ancianos/as al trabajo; hasta los dos grupos de mayor

Aceptable Insuficiente Total Aceptable Insuficiente Total

Baja dependencia 74.6 25.4 100.0 59.8 33.9 50.1Alta dependencia 54.9 45.1 100.0 21.4 29.2 24.3Trabajo de niños y ancianos 45.9 54.1 100.0 18.8 36.8 25.6Total 62.5 37.5 100.0 100.0 100.0 100.0

CONSUMO CONSUMONive l de dependencia en e l Hogar

Page 96: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

vulnerabilidad como son los de alta dependencia y consumo insuficiente (11%) y el de hogares con niños/as y personas de tercera edad trabajando con consumo insuficiente que equivale al 14% del total de hogares. La distribución urbana y rural de los grupos es inversa, mientras en la ciudad predomina ampliamente el grupo de mayor seguridad y el peso de los restantes grupos se reduce conforme aumenta la vulnerabilidad, en lo rural sucede lo contrario, aumentando progresivamente el peso de los grupos de mayor vulnerabilidad. Mientras en lo urbano los dos grupos de mayor vulnerabilidad representan el 17% de los hogares, en el campo estos dos mismos grupos representan el 37%. Cuadro No. 95 Seguridad-Vulnerabilidad de la fuerza de trabajo del hogar por área de Residencia y Género.

La jefatura de hogar por género, introduce una ligera diferencia en la composición de los grupos por grados de vulnerabilidad en su fuerza de trabajo, con una leve tendencia de los hogares encabezados por mujeres a concentrar sus hogares hacia la menor vulnerabilidad. Cuadro No. 96 Seguridad-Vulnerabilidad de la fuerza de trabajo en el hogar por Regiones.

La distribución regional de los grupos por vulnerabilidad de su fuerza de trabajo, sigue los patrones de otras dimensiones, los grupos de mayor vulnerabilidad se concentran en las regiones rurales del Atlántico (47.3%) y del Centro (43%), seguidas por el Atlántico urbano y el Pacífico rural. El 40% de hogares del grupo con niños/as y personas de tercera edad trabajando y consumo insuficiente y el 31% del de alta dependencia y consumo insuficiente, se ubican en la región Central rural, el Pacífico rural, es la segunda región en aporte de hogares

Urbano Rural Mujer Hombre

1 Baja dependencia, consumo adecuado 45.0 25.6 38.8 36.9 37.42 Alta dependencia, consumo adecuado 19.4 4.0 15.8 12.3 13.43 Trabajo de niños y ancianos, consumo adecuado 12.4 10.7 12.4 11.5 11.74 Baja dependencia, consumo insuficiente 6.4 22.6 11.2 13.4 12.75 Alta dependencia, consumo insuficiente 9.6 13.0 9.9 11.4 11.06 Trabajo de niños y ancianos, consumo insuficiente 7.2 24.1 11.8 14.6 13.8

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

G Nº Area de residencia TotalJefatura de HogarSEGURIDAD/VULNERABILIDAD DE LA FUERZA DE TRABAJO

1 Baja dependencia, consumo adecuado 51.5 41.7 35.3 39.0 22.7 35.7 17.0 37.42 Alta dependencia, consumo adecuado 21.4 17.4 6.5 18.1 4.1 19.7 4.0 13.43 Trabajo de niños y ancianos, consumo adecuado 11.8 13.1 12.5 13.7 9.7 11.7 9.6 11.74 Baja dependencia, consumo insuficiente 5.3 9.6 19.5 8.7 20.6 5.4 22.2 12.75 Alta dependencia, consumo insuficiente 6.9 8.7 9.9 11.1 16.2 14.1 17.6 11.06 Trabajo de niños y ancianos, consumo insuficiente 3.1 9.5 16.4 9.4 26.7 13.5 29.7 13.8

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

1 Baja dependencia, consumo adecuado 36.7 17.8 15.2 10.2 12.6 4.8 2.6 100.02 Alta dependencia, consumo adecuado 42.6 20.8 7.8 13.3 6.4 7.4 1.7 100.03 Trabajo de niños y ancianos, consumo adecuado 26.9 17.8 17.1 11.4 17.2 5.0 4.7 100.04 Baja dependencia, consumo insuficiente 11.1 12.0 24.7 6.7 33.5 2.1 9.9 100.05 Alta dependencia, consumo insuficiente 16.8 12.6 14.5 10.0 30.6 6.5 9.1 100.06 Trabajo de niños y ancianos, consumo insuficiente 6.0 11.0 19.1 6.7 40.1 4.9 12.3 100.0

Total 26.6 16.0 16.1 9.8 20.8 5.0 5.7 100.0

G Nº TotalCentral Urbano

Central Rural

Atlantico Urbano

Atlantico Rural

SEGURIDAD/VULNERABILIDAD DE LA FUERZA DE TRABAJO

ManaguaPacifico Urbano

Pacifico Rural

Page 97: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ��

para los dos grupos (19 y 14%), llamando la atención Managua que aporta el 6% y el 17% de los grupos de mayor vulnerabilidad respectivamente. b. Vulnerabilidad de las fuentes de ingreso Partimos de la consideración anteriormente anotada y evidenciada, de que es el ingreso por trabajo en el que se basa el manejo de riesgos para la reducción de vulnerabilidad derivada de los bajos ingresos, en tanto los ingresos de propiedad, las transferencias o el autosuministro a pesar de los montos no modifican significativamente la estratificación del ingreso total del hogar. Así mismo, mientras las transferencias y autosuministros son significativamente incididos por factores exógenos al hogar, las rentas por propiedad requieren para su modificación en los estratos de menores ingresos de períodos prolongados de acumulación; de tal forma que el ingreso por trabajo se constituye en el que concentra la mayor capacidad endógena de modificación y sus cambios modifican sustancialmente el perfil de oportunidades/riesgos derivados del monto del ingreso total. Pero si bien la productividad es el mayor determinante del monto y por tanto del nivel de aporte del trabajo, la estabilidad del mismo es el principal riesgo en la medida en que sólo en condición de mayor estabilidad es posible modificar la productividad misma, mientras la inestabilidad perpetúa la baja productividad. Cuadro No. 97 Distribución de hogares en cruce de estabilidad laboral y aporte del trabajo en ingreso total.

Es claramente evidente la relación directamente proporcional entre la seguridad y el mayor aporte del trabajo en el ingreso y mientras que crece la inestabilidad se reduce el aporte del trabajo en el ingreso. En otras palabras, los hogares cuyo ingreso depende más de actividades económicas inestables están en condición de alto riesgo o en franco proceso de desacumulación en tanto el aporte del ingreso por trabajo disminuye e incrementa la dependencia de otras fuentes diferentes al trabajo. En el grupo de hogares con aporte de trabajo mayor al 75% del ingreso, predomina el grupo de mayor estabilidad (54%) mientras en el grupo de menor aporte del trabajo predominan los grupos en riesgo (43%) o en condición de inseguridad (18%).

> 75% < 75% Total > 75% < 75% Total

Seguro (2 estables o mas) 53.9 38.8 48.3 70.6 29.4 100.0En Riesgo (solo un estable) 38.1 43.4 40.1 60.3 39.7 100.0Inseguro (solo inestables) 8.0 17.8 11.6 43.8 56.2 100.0Total 100.0 100.0 100.0 63.3 36.7 100.0

Aporte trabajo/ingreso Aporte trabajo/ingresoESTABILIDAD

Page 98: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� �

Tal situación se perfila aún más al observar que el grupo de mayor seguridad en el trabajo, está mayoritariamente concentrado en los hogares con aporte mayor de 75% del ingreso por trabajo. Condición inversa del grupo en condición de franca inseguridad. El grupo en condición de riesgo, por su parte, si bien se concentra aún en el de mayor aporte del trabajo, tiende a reducirse en él a expensas de incrementar su proporción en el grupo de menor aporte del trabajo en el ingreso. Cuadro No. 98 Vulnerabilidad de las fuentes de ingreso en el hogar por Quintiles de Ingreso

Analizando los seis grupos configurados con dos niveles de aporte y tres grados de estabilidad del trabajo, se puede evidenciar como el nivel de aporte del trabajo en el ingreso determina el comportamiento y distribución de los grupos en los diferentes quintiles del Ingreso pér cápita de los hogares, generando tendencias de clara correlación, de forma que los grupos (1,2) con aporte aceptable (>75% del ingreso) tienden a ser progresivamente mayoritarios en la medida en que se va hacia los quintiles de mayor ingreso. En contraste, los grupos (4,5) con aporte insuficiente (< 75% del ingreso) tienden a disminuir su proporción en la medida en que se va hacia los quintiles de mayor ingreso. Sin embargo, la excepción de ésta correlación, la constituye la condición de inseguridad del trabajo (sólo trabajadores inestables) en la medida en que independientemente del nivel de aporte del trabajo en el ingreso, determina que los dos grupos (3,6) en que está presente la inestabilidad tiendan a concentrase en los quintiles de menor ingreso, evidenciando a su vez la condición de desacumulación en que se encuentran. Derivado de ello se compactaron los dos grupos en condición de inseguridad (3,6), para configurar 5 grupos de seguridad-vulnerabilidad de las fuentes de ingreso. Evidentemente, los niveles de seguridad en el aporte al trabajo derivados del nivel de aporte y la estabilidad en el mismo, se concentran mayoritariamente en el área urbana donde representan el 40% de los hogares. Mientras los grupos de mayor vulnerabilidad (4,5) se

Q1 Q2 Q3 Q4 Q5

1 Aporte aceptable y con estabilidad 20.6 30.1 34.7 39.4 45.5 34.12 Aporte aceptable y en riesgo 18.7 28.2 23.8 25.6 24.3 24.13 Aporte aceptable e inseguridad 10.0 6.8 4.4 3.4 0.9 5.14 Aporte insuficiente y con estabilidad 16.0 14.0 13.1 13.9 14.0 14.25 Aporte insuficiente y en riesgo 19.4 13.9 17.9 14.3 14.1 15.96 Aporte insuficiente e inseguridad 15.2 6.9 6.1 3.4 1.2 6.5

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

1 Aporte aceptable y con estabilidad 11.9 17.8 20.3 23.2 26.8 1002 Aporte aceptable y en riesgo 15.3 23.5 19.7 21.2 20.2 1003 Aporte aceptable e inseguridad 38.9 26.8 17.5 13.4 3.4 1004 Aporte insuficiente y con estabilidad 22.2 19.9 18.4 19.7 19.8 1005 Aporte insuficiente y en riesgo 24.1 17.6 22.5 18.1 17.8 1006 Aporte insuficiente e inseguridad 46.0 21.3 18.6 10.3 3.8 100

Total 19.7 20.1 20.0 20.1 20.1 100

VULNERABILIDAD DE FUENTES DE INGRESO

G Nº TOTALQUINTILES DE INGRESO

Page 99: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� �

concentran mayoritariamente en el área rural, donde con una contribución casi similar llegan a representar el 40% de los hogares. Cuadro No. 99 Seguridad / vulnerabilidad de las fuentes de ingreso según Área de residencia y Género.

Las diferencias en los grados de seguridad o vulnerabilidad de acuerdo al sexo de la jefatura del hogar son relativamente pequeñas, sin embargo, debemos resaltar que el grupo con trabajo en riesgo (un sólo trabajador estable) en hogares encabezados por mujeres son mayoritariamente casos de mujeres solas y que son ellas las únicas que trabajan en el hogar, por tanto resalta la diferencia de género en éste grupo cuando el aporte del trabajo es insuficiente, ya que es el 19% de los hogares encabezados por mujeres frente a 14% en los jefeados por hombres. Cuadro No. 100 Vulnerabilidad de las fuentes de ingreso en el hogar por Regiones.

Los grupos de hogares con mayor vulnerabilidad en sus fuentes de ingreso, se registran con mayores proporciones en el Atlántico y el Centro rurales con 18 y 25% en el grupo de trabajo inseguro y 27 y 28% de los hogares con aporte insuficiente y en riesgo respectivamente. En el Pacifico rural y el Atlántico Urbano los dos grupos constituyen el 29% y 26% respectivamente. Al relacionarlos con la base poblacional nacional, la región central rural destaca por su aporte mayoritario en los dos grupos de mayor vulnerabilidad (45 y 24%), seguida por el Pacífico rural (16 y 18%) y Managua (10 y 23%).

Urbano Rural Mujer Hombre

1 Aporte aceptable y con estabilidad 40.2 24.7 35.4 33.8 34.22 Aporte aceptable y en riesgo 27.6 18.7 20.7 25.4 24.23 Aporte insuficiente y con estabilidad 12.7 16.6 14.4 14.1 14.24 Aporte insuficiente y en riesgo 13.5 19.7 19.0 14.7 15.85 Trabajo inseguro 6.1 20.2 10.5 12.0 11.6

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

SEGURIDAD/VULNERABILIDAD DE LA FUENTE DE INGRESO

Area de residencia Jefatura de HogarG Nº Total

1 Aporte aceptable y con estabilidad 40.8 44.1 33.8 34.6 22.1 36.5 16.1 34.12 Aporte aceptable y en riesgo 28.2 25.6 21.4 28.8 20.4 26.0 12.8 24.13 Aporte insuficiente y con estabilidad 12.9 12.0 15.2 15.8 13.7 11.5 25.1 14.24 Aporte insuficiente y en riesgo 13.5 13.6 17.9 11.8 18.2 15.6 27.2 15.95 Trabajo inseguro 4.5 4.7 11.7 9.0 25.5 10.4 18.8 11.6

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

1 Aporte aceptable y con estabilidad 31.9 20.7 16.0 10.0 13.5 5.4 2.7 100.02 Aporte aceptable y en riesgo 31.1 16.9 14.2 11.7 17.6 5.4 3.0 100.03 Aporte insuficiente y con estabilidad 24.2 13.5 17.3 10.9 20.0 4.1 10.1 100.04 Aporte insuficiente y en riesgo 22.6 13.6 18.1 7.3 23.8 4.9 9.7 100.05 Trabajo inseguro 10.4 6.5 16.3 7.6 45.6 4.5 9.2 100.0

Total 26.6 16.0 16.1 9.8 20.8 5.0 5.7 100.0

Atlantico Urbano

Atlantico Rural

TotalPacifico Urbano

Pacifico Rural

Central Urbano

Central Rural

G NºVULNERABILIDAD DE FUENTES DE

INGRESOManagua

Page 100: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ����

c. Seguridad-vulnerabilidad productiva La productividad ha sido analizada como el factor más determinante en los resultados globales de las actividades económicas del hogar, en la medida en que está determinando el monto global de los ingresos y se correlaciona con todas las posibilidades del consumo; de hecho, culmina con su determinación de la holgura del ingreso, posibilitando o restringiendo la posibilidad de contar con excedentes más allá del nivel de consumo básico de cada hogar. La productividad en su manifestación concreta, que para el presente trabajo asumimos como el promedio del ingreso que se obtiene por cada persona que trabaja en el hogar, resume la calificación, experiencia de la fuerza de trabajo, así como el tipo de actividad económica y grado de complejidad tecnológica que se ha incorporado en ella. Como tal, dichos factores no han sido objeto de estudio en el presente trabajo. A su vez la productividad del hogar, sintetiza los efectos de aprovechar oportunidades así como las eventualidades ocurridas en el transcurso del proceso de generación de ingresos. La productividad es una capacidad del hogar aunque incidido por los procesos de acumulación/desacumulación por efecto de la exposición a oportunidades y riesgos. La holgura en el ingreso, por su parte expresa un determinado grado de exposición a oportunidades y riesgos de acuerdo así se cuenta con excedentes para aprovechar las primeras o para controlar los segundos. De hecho, contar con excedentes permite aprovechar oportunidades para mejorar no sólo las capacidades del hogar en términos de bienestar, sino también para mejorar la propia productividad ya sea por la vía de elevar la escolaridad o capacitación para el trabajo, mejorar las condiciones del mismo e invertir en equipo y tecnología; no contar con excedentes por el contrario podría significar que para enfrentar eventualidades se recurra a activos que descapitalizan el hogar y reducen su productividad, por tanto que desacumulen capacidades y reduzcan la propia productividad. De ésta forma, la combinación de una alta productividad con holgura, constituye una condición de buena capacidad ya acumulada que continua acumulándose y por lo tanto una condición de adecuada seguridad; en el otro extremo del rango se encuentran los hogares con baja productividad y sin holgura, lo cual refleja una limitada capacidad acumulada y un alto riesgo a que se desacumule aún más, por tanto constituye una condición de alta vulnerabilidad. Cuadro No. 101 Productividad en el hogar según Holgura del Ingreso.

La alta productividad del trabajo en los hogares se vincula muy directamente con la posibilidad de contar con excedentes del ingreso después del consumo. En el 65% de hogares con alta productividad se registra holgura en el ingreso, es decir, que el monto del ingreso es mayor que el monto del consumo. Por el contrario, en el 72% de los hogares de baja productividad no hay excedente, siendo el consumo mayor que el ingreso. De la misma forma, dentro del grupo de hogares con holgura, son mayoritarios los que

tiene alta productividad (48%) mientras en los hogares sin holgura son mayoritarios los hogares con baja productividad (44%).

SI NO

Alta 65.4 34.6 100.0Media 43.5 56.5 100.0Baja 27.6 72.4 100.0Total 45.5 54.5 100.0

Alta 47.9 21.1 33.3Media 31.9 34.6 33.4Baja 20.2 44.2 33.3Total 100.0 100.0 100.0

HOLGURA DEL INGRESO TotalPRODUCTIVIDAD

Page 101: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ����

Al configurar los grupos por grados de seguridad-vulnerabilidad productiva, se observa una concentración progresiva de los menores grados de vulnerabilidad hacia el área urbana, que es inversa en el área rural en la que se concentran también progresivamente hacia los grupos de mayor vulnerabilidad. Cuadro No. 102 Distribución de hogares Seguridad /Vulnerabilidad Productiva según Residencia y Género.

Llama la atención que los hogares con holgura, con excepción de grupo de alta productividad, tienen mayor peso en los grupos rurales, mientras los hogares sin holgura pesan más en el área urbana, exceptuando el grupo de más baja productividad, lo que podría estar confirmando la presunción del efecto de la cultura consumista en lo urbano, frente a la austeridad de los hogares rurales (véase las amplias diferencias en peso de los grupos 2 y 5); que no opera en los grupos extremos dada la altísima productividad e ingreso del grupo A en lo urbano, y dada la bajísima productividad e ingreso vinculado a actividades agrícolas de autoconsumo en el grupo Nº 6 en lo rural. La distribución de los hogares de seguridad/vulnerabilidad productiva según la jefatura del hogar no manifiesta mayores diferencias. Cuadro No. 103 Distribución de hogares Seguridad /Vulnerabilidad Productiva por Región.

El grupo de más alta vulnerabilidad productiva (6) tiene una significativa representación en todas las regiones, pero es el mayoritario dentro de los hogares de tres regiones: Central rural (36%), Atlántico rural (37%) y en el Pacífico rural (29%) y es significativamente alto en la Central urbana. Es llamativa la limitada proporción de hogares de los grupos de alta productividad existentes en el Atlántico y Central rural. La región Central rural, aporta muy significativamente hogares en el grupo de mayor vulnerabilidad productiva con un 31% del total del grupo, el Pacífico rural y Managua aportan menos pero también muy significativamente.

Urbano Rural Mujer Hombre

1 Productividad alta con holgura 28.2 11.8 20.9 22.2 21.92 Productividad alta sin holgura 16.2 4.2 12.2 11.3 11.53 Productividad media con holgura 12.8 17.2 14.8 14.5 14.64 Productividad media sin holgura 22.4 13.4 21.2 17.9 18.85 Productividad baja con holgura 3.1 18.8 7.4 9.9 9.26 Productividad baja sin holgura 17.3 34.6 23.4 24.2 24.0

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

TotalG NºSEGURIDAD/VULNERABILIDAD

PRODUCTIVAArea de residencia Jefatura de Hogar

1 Productividad alta con holgura 31.7 28.6 15.9 23.4 9.8 28.2 8.6 21.82 Productividad alta sin holgura 21.7 12.0 5.6 13.8 3.9 10.8 3.6 11.53 Productividad media con holgura 9.4 16.6 18.1 13.3 16.8 17.2 14.1 14.54 Productividad media sin holgura 19.9 23.4 19.4 22.6 14.6 22.2 6.0 18.95 Productividad baja con holgura 1.0 3.7 12.2 4.9 19.0 4.4 30.5 9.26 Productividad baja sin holgura 16.3 15.6 28.9 22.0 35.9 17.3 37.3 24.1

Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

1 Productividad alta con holgura 38.7 21.0 11.7 10.6 9.3 6.5 2.2 100.02 Productividad alta sin holgura 50.2 16.7 7.9 11.8 7.0 4.7 1.8 100.03 Productividad media con holgura 17.3 18.2 20.1 9.0 24.0 5.9 5.5 100.04 Productividad media sin holgura 28.1 19.8 16.5 11.8 16.1 5.9 1.8 100.05 Productividad baja con holgura 2.9 6.4 21.3 5.2 42.9 2.4 18.9 100.06 Productividad baja sin holgura 18.0 10.4 19.3 9.0 30.9 3.6 8.8 100.0

Total 26.6 16.0 16.1 9.8 20.8 5.0 5.7 100.0

Atlantico Urbano

Atlantico Rural

TotalG NºSEGURIDAD/VULNERABILIDAD

PRODUCTIVAManagua

Pacifico Urbano

Pacifico Rural

Central Urbano

Central Rural

Page 102: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ����

CAPÍTUL0 4 �

VULNERABILIDAD GLOBAL DE LOS HOGARES

nalizada la condición de seguridad-vulnerabilidad en seis dimensiones de la vida de los hogares, se procedió a analizar la condición general de los hogares como consecuencia de la coexistencia de las condiciones de vulnerabilidad en diferentes dimensiones en sus

procesos de vida. Para construir un índice único se redujeron los valores de los índices específicos de cada dimensión a dos valores, quedando diferenciado el grupo con el nivel más alto de vulnerabilidad que se caracterizó en el análisis, mientras los restantes valores se redujeron a un sólo grupo o valor, partiendo de la consideración de que son los grupos de máxima vulnerabilidad los que deben ser relevantes para la Política de Protección Social, mientras los restantes grupos con diferentes niveles de seguridad-vulnerabilidad son relevantes para las políticas económicas y sociales de índole nacional-sectorial. Se consideraron como los de más alta vulnerabilidad y por tanto se incluyeron como objeto de la Política de Protección Social a los siguientes grupos de hogares en cada dimensión: Cuadro No. 104 Niveles de mas alta vulnerabilidad para índice global

A

Dimensión Variable de Capacidad Variable de Riesgo % Univ Universo de hogares

EducativaEscolaridad del jefe No aceptable

Niños/as sin acceso al sistema escolar

30.5Hogares con niños/as de 3 a 17 años

Nucleares, alta fecundidad 9.4

Extensos 9.7

Propietarios con Mala vivienda 32.3

No propietrarios 14.5Baja salud (enfermos agudos o crónicos)

26.2

Muy Baja Salud (enfermos crónicos y agudos)

14.8

AlimentariaDesnutrición crónica en niños/as

Consumo alimentario insuficiente

13.2Hogares con niños menores de 5 años

Alta dependencia 11.0Trabajo de niños/as y ancianos/as

13.8

Fuentes de Ingreso

Aporte de ingreso por trabajo Insuficiente

Trabajo inseguro (solo inestables)

11.6 Todos los hogares

Productiva Baja productividad Sin Holgura en el ingreso 24.1 Todos los hogares

Sin Acceso a servicios Todos los hogares

Demográfica

Habitacional

Sanitaria

Hogares con MEF que tienen pareja y sin embarazo reciente

Todos los hogares

No Planificación familiar

No hicieron mejoras

Fuerza de trabajo

Consumo total insuficiente Todos los hogares

Page 103: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ����

. Cuadro No. 101

Porcentaje del Grado de Vulnerabilidad por Hogar.

Se agregaron las vulnerabilidades existentes en cada hogar, homogenizando los universos, de tal forma que se evidenció que sólo el 19% del total de hogares en Nicaragua no tienen algún grado alto de vulnerabilidad en las dimensiones anotadas, sin embargo, deben ser considerados en general como en condiciones de vulnerabilidad entre baja y media alta, en tanto incluyen hogares con limitaciones en las capacidades o presentan algún grado de exposición a riesgo. La mayor parte de los hogares presenta una o dos vulnerabilidades en grado alto (26 y 23%) y los restante presentan 3 o más vulnerabilidades en grado alto (31%). Debe anotarse que ni un sólo hogar registró la coexistencia de las 8 vulnerabilidades incluidas. A fin de operacionalizar una estratificación de la condición global de vulnerabilidad en los hogares se agrupó éstos en tres niveles: • Vulnerabilidad media, hogares que no registran ninguna vulnerabilidad en grado alto. • Vulnerabilidad alta, hogares que registran una o dos vulnerabilidades en grado alto. • Vulnerabilidad muy alta, hogares con tres o más vulnerabilidades en grado alto. •

Cuadro No. 102 Niveles de la Vulnerabilidad según área de residencia y Grupos de Hogares.

El grupo de hogares con muy alto nivel de vulnerabilidad global ya que registra tres o más vulnerabilidades específicas en grado alto, representan el 31% del total de hogares y es ampliamente mayoritario en lo rural en donde constituyen la mitad de los hogares (49.6%), a menor vulnerabilidad los hogares se concentran en lo urbano donde más de la mitad de los hogares (54%) se ubican en el grupo intermedio de alta vulnerabilidad. El 19% de los hogares urbanos son de muy alta vulnerabilidad. Está proporción, determina que el 62% del grupo más vulnerable se encuentre en el campo y el 38% en la ciudad.

Cuadro No. 103 Niveles de la Vulnerabilidad por Jefatura de hogar y Grupos

Son muy leves las diferencias de los hogares divididos por sexo de la jefatura. Excepto por una ligera mayoría de la jefatura masculina en el grupo de mayor vulnerabilidad, los grupos en general se distribuyen en forma similar al ámbito nacional.

Cuadro No. 104 Niveles de la Vulnerabilidad por grupos por edad del jefe/a del Hogar.

La edad del jefe que aproxima hacia el ciclo de vida de los hogares en términos de la presunción de cuanto tiempo tienen de haber sido conformados. Se refleja en la distribución por grupo de edad que los hogares con muy alta vulnerabilidad crecen en proporción al aumentar la edad del jefe, mientras los hogares recién formados (jefes/as menores de 35 años) se agrupan en el grupo intermedio de alta vulnerabilidad (una o dos vulnerabilidades). Los hogares

Page 104: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ����

de vulnerabilidad media (ninguna vulnerabilidad alta) pesan por igual en todo los grupos de edad. Casi sin excepción el aporte de cada grupo de edad a cada grupo de vulnerabilidad es similar al peso general del grupo en el total, manifestando muy poca incidencia de la edad del/la jefe/a del hogar.

Cuadro No. 105 Niveles de la Vulnerabilidad por tipo de Hogar y por Grupo.

El grupo de vulnerabilidad muy alta es ampliamente mayoritario en los hogares extensos (36%) mientras los de vulnerabilidad media predominan en los nucleares con un 23% de los hogares. Evidentemente la extensividad de los hogares obedece a estrategias de compensación o reducción de vulnerabilidad, aún así evidencian grados más altos de vulnerabilidad que los nucleares.

Page 105: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ����

Cuadro No. 106

Niveles de la Vulnerabilidad por Región y Grupo. En el área rural de las regiones Central y Atlántico, es muy ampliamente mayoritario el grupo de hogares con mayor nivel de vulnerabilidad (53 y 56%), de hecho en éstas dos regiones el grupo de vulnerabilidad media es cuasi-inexistente (8.6 y 7.1%). En las restantes regiones es significativo el peso del grupo de más alta vulnerabilidad principalmente en el Pacífico rural y el Atlántico urbano (37.5% y 28%). Los hogares más vulnerables de la región Central rural aportan el 35% del total de ése grupo, de las restantes regiones aportan a éste grupo significativamente el Pacífico rural (19%) seguido del Pacífico urbano (11%) y Managua (12.4%).

Cuadro No. 107 Distribución la Vulnerabilidad por Quintiles de Consumo.

La distribución de la alta vulnerabilidad de acuerdo a los niveles de consumo de los hogares, es muy clara en témanos de la concentración de la mayor vulnerabilidad en los quintiles de menor consumo. De hecho en el quintil inferior (Q1) el 73% de los hogares son de muy alta vulnerabilidad, en contraste, la muy alta vulnerabilidad es cuasi-inexistente en el quintil superior de consumo (menos del 2%).

Page 106: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ����

CAPÍTULO 5 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES.

e han analizado seis dimensiones de la seguridad-vulnerabilidad en los hogares nicaragüenses, de las que hemos obtenido un índice particular para cinco de ellas y tres para el caso de la vulnerabilidad económica dada su complejidad y peso en la

determinación de las restantes. Se puede afirmar que la amplia mayoría de los hogares del país viven con algún grado de vulnerabilidad social, en tanto las capacidades en general manifiestan grandes limitaciones en su nivel de acumulación para 2001 y los riesgos son ampliamente difundidos en la generalidad de la población. Sin embargo, en un escenario de amplia difusión de las condiciones de vulnerabilidad, se pueden observar diferentes grados de la misma, en tanto capacidades y riesgos se combinan de manera diferencial de acuerdo a las características que adoptan los hogares según su ubicación, sexo de la jefatura, la tipología por relaciones de parentesco, la región de residencia y el estrato económico en que se ubican de acuerdo a su nivel de consumo. Las vulnerabilidades educativa, habitacional, sanitaria y la baja productividad del trabajo son las que condicionan una mayor amplitud de la incidencia de las vulnerabilidades en mayor cantidad de hogares. Evidentemente la ruralidad, la extensividad del hogar, ubicarse en las regiones Centro y Atlántico y registrar un bajo consumo son las características principales de los hogares que concentran los grados más altos de vulnerabilidad. Si bien es cierto el área rural está en condiciones de mucho mayor vulnerabilidad, se ha puesto de manifiesto la incidencia significativa de altos niveles de vulnerabilidad en lo urbano, lo cual debe llamarse la atención de que cualitativamente es diferente vulnerabilidades en población dispersa que vulnerabilidades en población concentrada en donde las estrategias de sobrevivencia son muy competitivas y con pocas posibilidades de expansión, por tanto, su rápido agotamiento hace más frecuente la incidencia de procesos de descomposición familiar y comunitaria como la prostitución, la delincuencia y la violencia. El peso poblacional del Pacífico (urbano y rural) y de Managua hace relevantes la concentración de hogares vulnerables en una zona de alta densidad poblacional, por lo que tanto por su nivel de aporte en la proporción de hogares de más alta vulnerabilidad como por la característica de concentración de población deben ser considerados relevantes. La jefatura del hogar según sexo, es relevante en muchas de las vulnerabilidades específicas como la educativa, la sanitaria, la alimentaria, no así en la vulnerabilidad global en la que al parecer se compensan vulnerabilidades de los hogares encabezados por mujeres y hombres que pesan en muchas otras dimensiones. La interacción de las dimensiones en la vulnerabilidad global no sólo reduce la incidencia de la jefatura por sexo si no también por edad. La vulnerabilidad económica coloca en la reflexión elementos estructurales del modelo y la situación económica del país, como son la estacionalidad, la inestabilidad y la informalidad del empleo, que determinan la productividad y la estabilidad del trabajo.

S

Page 107: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ����

Se han puesto también en evidencia otros factores relevantes como la alta dependencia, el trabajo de niños/as y ancianos/as y el amplio encases de holgura del ingreso que existe en el trabajo. Así mismo se destaca el escaso efecto que otras fuentes de ingreso diferentes al trabajo tienen en la estructura y monto del ingreso de los hogares. Es muy amplia la proporción de hogares en los que les resulta ineficaces los mecanismos de compensación de la baja productividad e inestabilidad de las fuentes de ingreso y su alta dependencia, puesta en evidencia en el nivel más alto de vulnerabilidad en el que se incluyen hogares que han incorporado niños/as y personas de la tercera edad en el trabajo, reciben transferencias de miembros que han migrado, han extendido el hogar para sumar ingresos y hacer economías de escala con el consumo y sin embargo se mantienen con consumo total insuficiente, sin holgura en el ingreso y con limitado aprovechamiento del mercado de trabajo al depender sólo de trabajadores/as inestables. Es muy amplia la incidencia del consumo alimentario insuficiente, que es mayor (el doble) que la incidencia de la extrema pobreza, colocando a una gran proporción de hogares en altos riesgos de desacumulación de capital humano, con incidencia futura en las posibilidades de aumento de la productividad, por tanto el ciclo reproduce y cronifica, las condiciones de alta vulnerabilidad de éstos hogares. Esta misma condición se presenta en el caso de la educación y la salud en donde es también muy amplia la incidencia de baja escolaridad y baja salud que se reproduce al ser también muy amplia la inaccesibilidad a los servicios correspondientes e imposibilitando un adecuado control de riesgo de éstos hogares. La mala nutrición, la exclusión escolar, la enfermedad sin acceso a la atención constituyen francos procesos de reproducción (cronicidad) de las condiciones de vulnerabilidad en estos hogares. La vulnerabilidad educativa es altamente reconocida y existe conciencia y preocupación por resolverla manifestado ello en su valoración en políticas y estrategias basada en el reconocimiento de altas tasas de retorno económico y social de la inversión educativa. El caso de la seguridad alimentaria y de salud no está tan claramente establecida en lo político ni en lo programático al no ser tan reconocida su incidencia en lo económico y lo social. Existen en el país estudios que ponen en evidencia las consecuencias positivas y negativas en la economía y la vida social de las condiciones de seguridad o vulnerabilidad en la nutrición y la salud, estudios como éstos deben complementar la formulación de la Política de Protección social. Basta señalar la relación del estado de salud con la productividad y con el ingreso nacional y de los hogares, así como el impacto devastador de la mala salud en las precarias economías de los hogares más vulnerables. La vulnerabilidad demográfica es relativamente moderada en Nicaragua producto de un intenso y amplio esfuerzo por la reducción de la fecundidad y la mejoría en el acceso a métodos de planificación familiar, de tal forma que la tendencia es a que tal situación se consolide, pero persiste en ésta dimensión la incidencia del crecimiento de los hogares por la vía de la extensividad de los mismos, en tanto se constituye como mecanismo compensatorio de las vulnerabilidades habitacionales y económicas.

Page 108: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

La mala calidad de la vivienda es muy extendida fundamentalmente a expensas de construcciones inadecuadas (Piso de tierra) y la gran amplitud del hacinamiento que no puede ser resuelto por la vía del control del crecimiento de los hogares, en tanto se trata de viviendas precarias con uno o máximo dos dormitorios. Ello contrasta con la casi inexistente capacidad de los mismos hogares para realizar inversiones o mejoras en la vivienda, generando una amplia condición de vulnerabilidad habitacional que debe ser examinada. En general los parámetros utilizados para la definición de los umbrales de lo socialmente aceptable o no para calificar las capacidades o la exposición a oportunidades/riesgos han permitido evidenciar las diferenciales de seguridad-vulnerabilidad entre diferentes conglomerados de hogares, sin embargo, en algunos casos no se cuenta con una clara definición de los parámetros o la fuente de información con la que se trabajó no permite utilizar alguno más preciso. • En el primer caso podríamos mencionar el nivel de productividad en el que a falta de un

parámetro se utilizó un mecanismo de distribución interna de los valores de la variable (tritiles de alta, media, baja) o en el nivel de salud del hogar en el cual no se cuenta con un parámetro de “buena salud” y se ha debido asumir la ausencia de enfermedad declarada como “sano” de acuerdo a definiciones consensuadas una restricción sesgada del concepto de “salud”.

• En el segundo caso, de limitaciones de la fuente de información, se pueden mencionar los casos de la exposición/control de riesgo de fecundidad con la planificación familiar en el que se ha debido utilizar una definición “proxi” de las mujeres expuestas asumidas como MEF con pareja y sin embarazo reciente, cuando el parámetro más preciso debería ser mujeres con vida sexual activa y según deseo de tener o no más hijos, así mismo el caso de calificación del acceso a agua, en el que se ha debido adoptar el parámetro de NBI que califica las fuentes de agua con bastante laxitud en lo urbano y rural dado que la ENMNV no permite evaluar los parámetros de acceso a “agua segura” que implica el tratamiento de las fuentes o en el lugar de consumo.

Otras dimensiones muy relevantes para las condiciones de seguridad-vulnerabilidad de los hogares como son la discapacidad, el capital social y la convivencia familiar y comunitaria, no han podido ser examinadas por ausencia de información pertinente en la ENMNV2001, pero sabemos que los elementos de dependencia y atención derivados de la discapacidad, la condición de participación-organización o exclusión expresadas como capital social y las condiciones de armonía/violencia intrafamiliar y la seguridad/inseguridad ciudadana constituyen factores muy significativos en el nivel particular y global de la vulnerabilidad de los hogares. El análisis realizado en las diferentes dimensiones permite una caracterización general de las condiciones de seguridad-vulnerabilidad de los hogares que dimensiona la situación en cada una de ellas de tal forma que permite identificar al menos tres estratos poblacionales: • Hogares que cuentan con capacidad de abordar por sí mismos el espectro de

oportunidades y riesgos en el contexto del mercado de bienes y servicios. • Hogares que cuentan con capacidad de acceder a oportunidades o recuperarlas en tanto

provengan de ofertas derivadas de las políticas públicas. • Hogares sin capacidad de abordar por sí mismos y que tampoco cuentan con acceso a las

oportunidades generadas y distribuidas por las políticas públicas

Page 109: Vulnerabilidad Social Nicaragua

� ���

En éste contexto, queda claro que es éste último grupo el que debe concentrar el esfuerzo de la Política de Protección Social y en general han sido caracterizadas como los grupos de más alta vulnerabilidad, mientras los restantes grupos deben ser objeto de las políticas nacionales-sectoriales. Evidentemente, éstas últimas políticas deben complementar los análisis con los parámetros específicos de cada dimensión y sector. Pero además de la anterior estratificación, se ha evidenciado que las vulnerabilidades coexisten en los hogares combinándose, complementándose y potencializándose • Para todos/as es claro como las vulnerabilidades identificadas en lo económico inciden en

lo alimentario, lo habitacional, lo educativo, lo sanitario y en la armonía en la convivencia familiar y comunitaria.

• Lo educativo incide en la productividad y en las oportunidades de trabajo, incide en la salud y la fecundidad.

• Lo alimentario incide en la productividad, en el aprovechamiento educativo y en la salud. • La salud incide en la productividad, en el aprovechamiento educativo, en lo nutricional

(aprovechamiento de alimentos) y por la vía de los gastos en atención incide en la disponibilidad de recursos para alimentación, lo educativo, la mejora de vivienda e incluso en las posibilidades de invertir en mejorar productividad.

• Lo habitacional incide en la buena o mala salud, en el comportamiento demográfico y en la convivencia familiar y comunitaria.

• La fecundidad incide en lo económico por modificar el índice de dependencia e incidir en los pér capita de ingreso y consumo, incide en la salud de mujeres y niños/as y en las oportunidades educativas y alimentarías.

De ésta manera, los hogares con tres o más altas vulnerabilidades presentes constituyen de por sí, una condición de multiplicación que maximiza las vulnerabilidades específicas determinando la existencia de conglomerados de hogares que reproducen y profundizan constantemente su propia vulnerabilidad, lo cual en un escenario de concentración de beneficios determina la ampliación de las brechas de inequidad. Si bien el índice global de vulnerabilidad no analiza éstos nexos e interdependencias si permite establecer una caracterización “proxi” a la potenciación que la convergencia de altas vulnerabilidades tiene en un mismo hogar, lo que deriva en la otra condicionalidad de la Política de Protección Social, que debe asumir el hogar como un todo indivisible y no como simple suma de exclusiones sectoriales.