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  • Fundacion Regional de Asesora en Derechos HumanosINREDH

    SERIE MEMORIAS # 4Diciembre de 2005

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  • VOLVER A EMPEZAR. Testimononios de vida y Refugio

    Serie Memorias # 4

    Editor: Luis ngel Saavedra

    Jurado Calificador: Fabin Guerrero Obando (CCE)Marcel Merizalde (FACSO)Luis ngel Saavedra (INREDH)

    Equipo de apoyo INREDH: Gina BenavidesBeatriz VillarrealAzucena SoledispaThania Lpez

    Equipo de apoyo FACSO: Javier Snchez Sarala Hallo David ZigaMarilyn Jcome Jakeline Garca Mario PintoFernando Rodrguez Jorge Cano Diana PeafielViviana Acosta Elizabeth Molina Geovana GallegosJunior Cevallos

    Fundacin Regional de Asesora en Derechos Humanos, INREDHRepblica 192 y AlmagroEdificio Casa Blanca, Dto. 2.CCasilla postal: 17 03 1461Telefax: 593 2 2526 365e-mail: [email protected]: www.inredh.org www.refugio.inredh.org

    ISBN: ISBN-9978-980-14-8Derechos de autor: 023770Primera edicin: Diciembre de 2005

    Diseo de portada: Puento DigitalEdicin y diagramacin: Comunicaciones INREDHImpresin: Imprenta Cotopaxi

    Los trabajos recogidos en esta obra fueron presentados en el concurso Volver a Empezar: testimonios de vida yrefugio, organizado por INREDH, con el apoyo de la Consejera en Proyectos (PCS), el Consejo Noruego para

    Refugiados (NRC), el Comit Andino de Servicios (CAS-AFSC), y en coordinacin con el Comit Pro Refugiados,la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamn Carrin (CCE) y la Facultad de Comunicacin de la

    Universidad Central del Ecuador.

    Quedan hechos los registros de ley; sin embargo, consecuentes con nuestra filosofa de acceso democrtico alconocimiento y la cultura, se autoriza la reproduccin total o parcial de esta obra, sin fines comerciales;

    identificando debidamente la fuente y debiendo enviarse una copia de la publicacin a INREDH

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    ndice

    Introduccin 7

    Acta de Premiacin 13

    Primer Premio Categora Mujeres

    Construyendo caminos 21

    Primer Premio Categora Hombres

    El rbol que sembr 29

    Menciones de Honor

    Hacia un nuevo horizonte 41Cuando empez la tormenta 45La ltima alternativa: tocando puertas 51Despus del dolor an se puede vivir 57Mi familia frente a cambios inesperados 63Renacer 67

    Otros Testimonios

    Una mirada a mi pueblo 75

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    Nos quedaremos sin aliento de progreso, cuando estemosfuera de este mundo 87Tras un nuevo rumbo 95Cuando nos arrancaron de nuestras races y crecimos en otras tierras 103Testimonio de una mujer del Putumayo 111El amanecer opaco de un atardecer oscuro 115Casa o camino 121Sueos rotos 127El ayer y hoy en el ocaso de la vida 133Volver a empezar: relato de un refugiado 137Vivir para siempre 141Vivir con amor 147Volver a empezar 153As venc a la adversidad 159Es cuestin de Fe 165Despus de la tormenta 171Volver a empezar: testimonio basado en la vida real 175Volver a empezar 187Huyendo por la vida 191La vida: un don de Dios 195La vida te da sorpresas 199La desesperacin de una madre, mujer y hermana 201Juan Pablo 203La situacin que viv 205Volver a empezar: testimonios de vida y refugio 207

  • PresentacinPresentacinPresentacinPresentacinPresentacin

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    Qu es un refugiado?, se pregunta quien hace la entrevista a FhanorQuaspa y elabora uno de los testimonios de esta obra. Al final, luego deescuchar un largo relato de violencia, muerte y la siempreviva luz de lavida, el entrevistador concluye que no puede, que nunca podr saberqu es un refugiado.

    Y es verdad; las definiciones jurdicas o antropolgicas de lo que constituyeel refugio o sobre quin es una persona refugiada no pueden explicar, nipueden abarcar, el dolor que se trasluce en los testimonios que aqupresentamos.

    Colombia vive un conflicto armado interno; en Colombia hay un desangrecontinuo, se desparrama la muerte en la ciudad, la selva, los caseros y lascarreteras, en todos lados por igual. Son necias las aseveraciones de queColombia no vive ningn conflicto.

    Los bandos armados, los oficiales y no oficiales, se disputan a dentelladasun territorio, una influencia sobre determinados sectores sociales, unacuota de poder o una cuota de dinero que siga financiando una guerraque perdi ya sentido. De sus acciones slo queda un inventario de cientosde miles de vctimas, unas destrozadas por las balas y las bombas, por lasmotosierras y los machetes; y otras que huyen, y vuelven a huir; y buscanun lugar donde guarecerse de la incertidumbre.

    El Estado colombiano expulsa a sus ciudadanos sin condolencias, sinmiramientos, sin razones; los expulsa con saa, los hace presas de su

    Si usted es de los que no donan sangre, por favor tampoco ayude a derramarlaCruz Roja Colombiana

  • plan blico, un plan diseado por mentes alejadas de la cotidianidad social colombiana; un plan que, a msde enriquecer los bolsillos de los traficantes de armas y sus contactos locales, no tiene ningn objetivoviable; no tiene una remota posibilidad para reencontrarse con la paz, esa paz de la que tambin hablan lostestimonios que se recogen en esta obra.

    Quines son los que se enfrentan? Aqu, sin duda, los nicos que se enfrentan en la contienda sonaquellas personas que no pueden defenderse, aquellas que reciben la metralla y las esquirlas, aquellas queno propiciaron esta guerra; pues los grupos armados arremeten contra la poblacin civil y buscan sureconocimiento con la masacre, con el terror, con la sumisin.

    Resulta largo hacer un recuento de lo que dicen estos testimonios, de lo que narran estas voces; resultalargo, como largo fue su peregrinar; sin embargo, es posible intentar resaltar algunos temas comunes quese presentan en cada narracin.

    Lo primero que se nos cala en la memoria es el dolor, ese dolor infinito que produce el desarraigo, unxodo forzado sin que exista la promesa de una nueva tierra que los acoja y los reintegre al bienestarperdido. Este dolor de desarraigo que se nutre de otros dolores igualmente intensos, el dolor de la prdidade un padre o una madre, de un hijo o una hija, un hermano o una hermana; la prdida abrupta de la vida,una prdida sin que medie razn alguna.

    Lo segundo que nos queda de estas lneas es la responsabilidad. Guerrilla, paramilitares y ejrcito constituyenpor igual los verdugos de su propio pueblo, y a lo lejos, siempre ajeno, se vislumbra un Estado que slotiene una forma de presencia en las comunidades: helicpteros y metralla.

    La esperanza tambin se abre paso en los relatos, esta surge de lo ms profundo de los seres humanos quese debaten en escenarios de horror; la vida se abre paso entre los mensajeros de la muerte y decidesobreponerse, decide encumbrarse y se aferra a un nuevo horizonte, sea ste que se llame justicia, comunidad,paz o refugio.

    Estos relatos nos sealan un largo camino hacia la paz y la tranquilidad, nos relatan la bsqueda deseguridad y destruyen nuestros mitos sobre las fronteras y las diferencias. Estos relatos nos hacen tambinpalpar la solidaridad.

    En medio de la guerra, y luego en un pas con profundos problemas, no faltan las manos que se extiendenpara apuntalar la vida y rechazar la muerte que empieza a instalarse en la cotidianidad de las personasdesplazadas. Cuando la fuerza est por abandonar a quienes buscan proteger su vida, aparecen manos quese prestan para soportar la historia y brindar una nueva luz, un nuevo sendero.

    La esperanza y la vida tienen nombres concretos en la memoria de las personas desplazadas y refugiadas,son nombres de instituciones de proteccin y apoyo, nombres que aparecen por alguna fuerza del destino

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  • y se cruzan en el camino de estas personas, sealando un nuevo rumbo, una nueva oportunidad. Es largala lista, y no la consignamos aqu por temor a olvidar alguna; pero lo que si deseamos resaltar es la gratitudque se percibe en las lneas escritas por las personas en situacin de refugio.

    Tambin son concretas sus aspiraciones y sus pedidos: comprensin y no discriminacin, legalizacin y,sobre todo, trabajo, derecho al trabajo, derecho a la oportunidad de vivir con dignidad y no de la ayuda.Las personas en situacin de refugio no quieren limosnas, desean integrarse en la sociedad ecuatoriana yconstruir un nuevo pas, una nueva sociedad de justicia y equidad.

    Cuando INREDH, con el apoyo de la Consejera en Proyectos (PCS), pens en este concurso, lo hizo conla finalidad de dar a conocer la historia del refugio, la historia con la que se identifican cada una de laspersonas que llegan a Ecuador para proteger su vida. Quiz no pensamos que estos relatos pudiesen sertan conmovedores, que pudiesen estremecernos de tal manera que nos haga pensar tambin en las personasde nuestras instituciones que da a da estn escuchando cientos de historias como las que se presentan enesta obra. Queremos dejar constancia de nuestra admiracin por su trabajo, por su capacidad de entrega,y sobre todo, por su capacidad de escucha. Cada nueva vida de las personas que aqu nos cuentan suhistoria, se inicia con una entrevista con el personal de las instituciones que atienden a personas en situacinde refugio; ah la esperanza brilla de nuevo.

    La realizacin de este concurso nos ha dejado muchos aprendizajes, desde las consideraciones sobre laseguridad de quienes participaron, hasta la necesidad de contar con una mayor logstica de apoyo,especialmente fuera de Quito.

    Nos ha enseado que hay nuevos actores sociales dispuestos a involucrarse en la temtica, como la Casade la Cultura Ecuatoriana Benjamn Carrin y la Facultad de Comunicacin de la Universidad Central delEcuador, de quienes recibimos un importante respaldo.

    Nos ha enseado que en las provincias hay personas que desean contar su historia, y personas que deseanapoyar la construccin de estas narraciones, por eso debemos agradecer a las respectivas pastorales deIbarra, Tulcn, Quito, Santo Domingo y Lago Agrio. De igual forma al ACNUR, en especial a su oficinade Lago Agrio.

    Si bien la propuesta inicial naci de INREDH y PCS, pronto se sumaron nuevos e importantes apoyos, sinlos cuales habra sido imposible obtener el resultado que se ha logrado; por ello tambin deseamos dejarconstancia de nuestro agradecimiento al Consejo Noruego para Refugiados (NRC), al Comit Andino deServicios (CAS-AFSC) y al Comit Pro Refugiados (CPR).

    Pero sobre todo, deseamos agradecer a los hombres y las mujeres que se atrevieron a contarnos su historia,que han hecho de su relato una nueva forma de sensibilizacin sobre la realidad del refugio, un problemaque se genera en decenas de regiones alrededor del mundo, pues no podemos dejar tambin de nombrar

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  • el testimonio de Saharaui, en el norte de frica. Gracias a todos y todas ustedes porque sus relatos hanhecho que cobre mayor sentido nuestro trabajo, porque al fin, las lgrimas que ustedes derramaron en sulargo peregrinaje, pueden ahora confundirse con algunas de las que brotaron en nuestro ojos al leer sustestimonios.

    Luis `ngel SaavedraPresidente INREDH

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  • Acta de PremiacinActa de PremiacinActa de PremiacinActa de PremiacinActa de Premiacin

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    VOLVER A EMPEZARTestimonios de vida y Refugio

    ACTA DE PREMIACION

    1. Antecedentes

    La Fundacin Regional de Asesora en Derechos Humanos (INREDH), El Comit Pro Refugiados(CPR), el Comit Andino de Servicios (CAS-AFSC), la Casa de la Cultura Ecuatoriana BenjamnCarrin (CCE) y la Facultad de Comunicacin de la Universidad Central del Ecuador (FACSO), conel auspicio de la Consejera en Proyectos (PCS) y el Consejo Noruego para Refugiados (NRC),convocaron al Concurso de Testimonios Escritos sobre Refugio, para lo cual se establecieron lasrespectivas bases de participacin, las mismas que fueron a travs de informativos y trpticos a nivelnacional.

    Como respuesta a la convocatoria se receptaron un total de 33 trabajos, los que fueron revisados por elJurado Calificador, conformado para este efecto.

    2. Conformacin del Jurado Calificador

    De acuerdo a las bases publicadas, el jurado calificador fue conformado de la siguiente manera:

    Dr. Fabin Guerrero, delegado por la Casa de la Cultura Ecuatoriana benjamn Carrin (CCE). Master Mrcel Merizalde, delegado por la Facultad de Comunicacin de la Universidad

    Central del Ecuador (FACSO). Lcdo. Luis ngel Saavedra, delegado por las organizaciones convocantes.

    3. Dictamen del Jurado

    El Jurado Calificador, reunido en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, el da mircoles 7 de diciembre,y luego de analizar individualmente la totalidad de los trabajos, acuerda otorgar los siguientes premios:

    a. Para participantes mujeres.

    Primer premio.

    Por unanimidad se acord otorgar el primer premio, consistente en la cantidad de 1.000 dlares, al

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    trabajo # 18, titulado Construyendo Caminos

    Se acuerda otorgar el premio a este trabajo por su lenguaje frontal y directo al relatar su testimonio, enel que se demuestra una fortaleza para, en varias oportunidades y en varios sitios, intentar reconstruiruna vida al margen de la violencia, a pesar del grave dao psquico que conlleva el estar inmersa en unescenario de guerra. Este testimonio adems enfatiza su condicin de mujer y las mayores condicionesde riesgo en las que debe sobrevivir.

    Para el Jurado Calificador es importante resaltar la entereza de una mujer que, a la par detener lavalenta para denunciar los hechos ante la justicia, tuvo la suficiente ternura para conducir a sus hijoshacia das mejores.

    Menciones de Honor

    El Jurado Calificador acuerda otorgar tres menciones de honor, en igualdad de condiciones, a lostrabajos nmeros 7, 8 y 26, cuyos ttulos son los siguientes:

    # 7: Cuando empez la tormenta# 8: Renacer# 26: Despus del dolor an se puede vivir.

    Estos trabajos se caracterizan por su fuerte visin de la realidad que, conjugados por su intenso aprecioa la vida y la paz, permiten reconstruir las ilusiones y lanzarse hacia nuevos proyectos de vida,integrndose en una nueva sociedad, para convivir y construir conjuntamente.

    Para participantes hombres

    Primer Premio

    Por unanimidad se acord otorgar el primer premio, consistente en la cantidad de 1.000 dlares, altrabajo # 23, titulado El rbol que sembr.

    El Jurado Calificar consider que esta historia es fuerte, decidida y llena de esperanza, en donde eltemor nunca logr paralizarlo, como puede ocurrir tanto en lo psquico como en lo orgnico; al contrario,se brinda una respuesta reconfortante al mirar como el signo de la muerte puede transformarse en unsmbolo de vida.

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    Menciones de Honor:

    El Jurado calificador acuerda otorgar las tres menciones de honor, en igualdad de condiciones, a lostrabajos nmeros 12, 16 y 17, correspondientes a los siguientes ttulos:

    # 12: Mi familia frente a cambios inesperados# 16: Hacia un nuevo horizonte# 17: La ltima alternativa: tocando puertas.

    Los trabajos mencionados dan clara muestra del dolor que vive Colombia con una guerra que losdesangra indiscriminadamente, pero tambin dan muestra del cmo la voluntad firme de construir unfuturo los ha llevado a realizar verdaderos proyectos de desarrollo a pesar de la adversidad.

    4. Apertura de los sobres de datos

    Una vez emitido el dictamen del Jurado Calificador, se procedi a la apertura de los sobres paradeterminar la identidad*.

    5. Trabajos seleccionados para publicarse

    Las bases del Concurso establece la publicacin de los 20 mejores trabajos, sin embargo el JuradoCalificador recomienda la publicacin de los 33 trabajos participantes por considerar que cada unode ellos constituye una memoria histrica de vidas que deben superar los procesos de terror y vencerlos patrones de violencia que tienden a secuestrar la alegra, la ternura y la voluntad de vivir condignidad.

    En tal sentido, solicitan a las organizaciones convocantes realizar todos los esfuerzos posibles paraque los testimonios que han participado en el concurso puedan ser difundidos en un libro, a la brevedadposible.

    Dado en Quito, a los 7 das del mes de diciembre de 2005

    Dr. Fabin Guerrero Obando Master Marcel Merizalde Lcdo. Luis ngel SaavedraCCE FACSO INREDH

    * Por razones de seguridad, y a pedido expreso de los participantes, en la transcripcin del Acta de Premiacinpara esta publicacin se omiten los nombres de las personas ganadoras.

  • Primer PremioPrimer PremioPrimer PremioPrimer PremioPrimer PremioCategora MujeresCategora MujeresCategora MujeresCategora MujeresCategora Mujeres

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    Comienzo escribiendo esta historia... Viva en una vereda llamada San Pedro;all, en una finca llamada Los Pinos, nacieron mis cinco hijos, de los cuales secriaron cuatro. Mi esposo no era muy responsable, pues viajaba para hacernegocios y yo permaneca sola con mis hijos y 40 50 trabajadores.

    Una tarde me encontraba trabajando cuando lleg un seor de unos 38 aos,con poncho, salud y empez a hacer preguntas. Yo le dije que por qupreguntaba tanto, me contest que era un comandante de las FARC. Me asust,pero me dijo que me tranquilizara, que slo iban porque queran limpiar lazona. A los pocos das empez a desaparecer la gente y cual fue la sorpresaque, a un kilmetro de la finca, mataron a dos vecinos jvenes, hijos de unrico hacendado, Don Venancio; los muchachos se llamaban Too y Venancio.Nos asustamos mucho pero la vida segua.

    Tambin hubo una toma guerrillera en la Inspeccin de San Antonio delPescado, que quedaba a 15 minutos de donde vivamos. All la guerrilla cogial esposo de una sobrina que se llama Bolvar, que era polica, le cortaron lostestculos vivo y se los echaron a un perro, luego lo desollaron; tambinsecuestraron al prroco del pueblo y se llevaron a otro sobrino de mi esposo.

    Hubo momentos en que nosotros, sin saber que haba familia involucrada,observamos que el pueblo lo dejaron semi-destruido, pues tiraban cilindros,eran tenebroso. Cuando mi esposo se enter de lo que haba pasado fue consu hermano hacia las montaas, donde despus de darle una suma de dineroal comandante soltaron al sobrino; a razn de eso las autoridades empezarona murmurar que lo que pasaba era que esta familia era guerrillera, por estemotivo el sobrino tuvo que irse a los Estados Unidos.

    La guerrilla segua por el frente de la finca. Cuando el ejercito pasaba y

    Construyendo Caminos

    Seudnimo: Sonia

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    preguntaban si habamos visto guerrilla por esos lados, decamos que no y viceversa; pero cierta noche lleg elcomandante de la guerrilla y, al mirar la loma, mira que haban unos doscientos hombres regados por todos lados,le pregunt qu pasaba, l me dijo que esa noche llegaba un cargamento de armas y lo recogeran all; yo le dije:pensar un poco en mi familia, yo tengo nios y se podra formar una balacera; l me dijo: en este sitio novolver a pasar.

    Como al mes lleg la noticia que se haban llevado a otra sobrina de m esposo, se llamaba Doris, es muy bonita, lafamilia se reuni de nuevo e igualmente prometieron que pagaran en cuotas cierta cantidad de dinero y as larescataron; debido a esto el pnico se apodero de mi, pues mis hijitas son bonitas y tambin podan estar corriendola misma suerte. Adems supimos que se llevaron una hermana de los 2 vecinos muertos que se llamaba Ligia,luego supimos que la primera noche abus de ella el comandante y despus cada noche deba dormir con uncomandante diferente, a los quince das hubo un encuentro con el ejercito y la devolvieron, se la llev el ejercito,pero la violaron tambin los comandantes, ella suplic que la devolvieran a casa y le prometieron que s, la subierona un helicptero, la vendaron, le amarraron los brazos y la tiraron en la mitad de la selva amaznica, as que el terrorcada vez era peor.

    Decidimos abandonar la finca y nos dirigimos a Bogot. All vivamos tranquilos, pues nadie nos persegua, pero lasituacin era difcil, nos dedicamos a vender frjol, comprbamos donde haba cosecha y lo distribuamos enrestaurantes; pero yo me cans pronto, pues deba recorrer quince cuadras, yo con 3 arrobas y mi esposo con 6, esopara mi era mortal, mis fuerzas casi no soportaban tanto peso, mi esposo se haba vuelto ms agresivo y patn delo que sola ser, mis pobres hijos pasaban necesidades, adems de soportar la patanera del pap, eso me desesper.Llame a una sobrina que tenia en Puerto Alvira, municipio del Guaviare, le coment mi situacin, ella me dijo quepor all era bueno, pero haba que trabajar duro y le dije que con tal que no fuera cosas inmorales lo que fuera, contal de que mis hijos pasaran mejor vida, as que viaj a Villavicencio donde abord una avioneta que me llevara porcobrar, llegu al famoso Cao Jabn, mi sobrina tena como vivir bien, mientras yo me acomodaba le ayudaba conla residencia de hospedaje que tena, y lograba para lavar la ropa a los peruanos y mexicanos que llegaban, mepagaban bien.

    Luego mi sobrina me prest dinero, as que ella me alquil un local, que fue de comidas rpidas, me empez a irbien y as le poda mandar a mis hijos para que no aguantaran hambre, pues el dinero se consegua, fuera de eso ibaa ayudar al esposo de mi sobrina a pelar el ganado, pues el tena carnicera. As que por el ro arriba, a las doce dela noche, matbamos y pelbamos las reces, luego echbamos la carne en la canoa y a las 5 de la maana estbamosen el pueblito, l se dedicaba a vender la carne y yo a lavar las vsceras con las que l me pagaba, luego iba y lasvenda en los restaurantes; y as transcurra mi vida, comidas rpidas, lavados de ropa y el menudo de las reces.

    La gente me admiraba pues decan que era una acero para el trabajo, en ese pueblo me apodaban. La Ta, pues alltodo el mundo tena apodo, mi sobrina era La Marrana y el esposo El Marrano, y as sucesivamente; habanunos apodos que causaban mucha risa. As transcurra el tiempo.

    Un da me hice amiga del dueo de una droguera que se llamaba Jess, le decan Chucho, me gustaba ir a escucharmsica de mi poca, cierto da le coment que pensaba comprar una casa y l me dijo que era un error, que leguardara el secreto, pero que el saba que ese pueblo iba a ser destruido. Cuando llegu a mi residencia, mi sobriname pregunt donde estaba, yo le dije que escuchando msica donde Chucho, ella me dijo: no vuelvas all por quecorres peligro. Ella haba escuchado que l era informante de los paramilitares y que lo iban a matar, pero que yo

    Volver a Empezar

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    deba hacer como si no supiera, porque donde supieran que alguien saba, tambin lo mataban.

    Me puse muy triste y buscaba una forma secreta para informarle, pero cual fue m sorpresa, dos das despus, almeda da, cuando se dispona a almorzar, entraron, lo acribillaron a bala y muri mi gran amigo; luego convers deltema con otro amigo y pensamos que fue el Inspector de Polica, y l me dijo que probablemente los paramilitaresiban a entrar all y le dije qu por qu no avisaban a las fuerzas militares, y l me dijo que ya lo haban hecho peroque no hacan caso, que decan que slo eran comentarios.

    En ese fin de semana lleg un amigo que le decan Mijitico, yo me encontraba cosiendo, pues tambin cosa ydaba clases de modistera. Me dijo que haba tenido problemas con tres trabajadores, pues los haba encontradorobando en la finca y los haba despedido, as que ellos haban prometido matarlo, que estaba preocupado; yo ledije que de todos modos se cuidara porque no haba que dar papaya1, pero no tubo precaucin y por la nochesali, iba para la residencia, le pegaron un tiro en la oreja que le sali al otro lado y otro en la cabeza. Cuando yoescuch los tiros pens en Mijitico, sal y efectivamente yaca en el suelo temblando, as muri Mijitico.

    Al da siguiente llegaron los parientes, que tambin les decan los Mijiticos, uno de ellos se llamaba Ernesto, mebusc y me dijo: Yo se que Mijitico confiaba en usted, nosotros prometemos guardar el secreto, qu le dijocuando lleg?.

    Yo le contest que me daba miedo, pero me juraron que no me meteran en problemas; entonces les cont ytambin les cont que vi. A dos de ellos que entraron en la residencia a una pieza, los mire por la rendija y vi queestaban metiendo las balas en un revlver y que estaban tomando aguardiente. Se llevaron el cadver de Mijitico.

    A los ocho das iba hacia la pista a darle clases a mis seis alumnos, iba con el pap de mis hijos y otro amigo que meiba a acompaar, pero cuando de repente el ruido de metralletas se dejo escuchar y mi esposo me tiro hacia un ladoy al amigo una bala le entr en una pierna, luego nos recostamos contra la pared, mir dos hombres disparando enuna tienda, cuando se fueron nos acercamos y yaca en el suelo uno de los que posiblemente haban matado aMijitico; era un joven de unos 23 aos, moreno y buen mozo, no olvido su rostro y temblaba cmo cuando unomata un pollo, pues le descargaron todas las balas de la ametralladora en el estomago; en fin, qued hecho nada.

    Yo muy nerviosa, pero trataba de tranquilizarme cuando habl con mi sobrina, que pareca lo saba todo, le preguntque se haban echo los otros dos y ella sonriendo me dijo los mataron y los echaron al ro, yo le pregunt quecmo saba eso y me dijo un guerrillero me cont. As ya la muerte de los otros dos no la vimos, simplementedesaparecieron, tambin eran jvenes y bien parecidos.

    La guerrilla era la que estableca el orden en ese pueblo, pero como a mi econmicamente me iba bien, all seguaviviendo ya que as poda mandarle a mis hijos para que no pasaran necesidades. Bueno, as transcurrieron los das,llenos de cosas curiosas, horrores y as sucesivamente.

    El 14 de julio de 1997, mi sobrina se haba ido a divertirse con unos amigos que estaban de cumpleaos a un sitiollamado La Cooperativa, yo, muy juiciosa como de costumbre, qued en la residencia ayudando y pendiente detodo. Por la noche abra mi negocio de comida rpida, cuando un amigo entr y me pregunt por mi sobrina, yo ledije que se haba ido en un carrado2 de gente a La Cooperativa; le pregunt qu pasaba, pues lo vi asustado. El medijo: Subieron los paramilitares a Mapiripan. Yo le dije: y que? Pero me dijo: estn cometiendo horrores. Si se

    Primer Premio - Categora Mujeres

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    asoma al ri mira que bajan cada vez. As que corr hacia el ro y efectivamente.

    Mapiripan queda a veinte minutos de Puerto Alvira, donde viva, as que a poco rato lleg mi sobrina plidatemblando, le pregunt por qu se asustaba tanto. Y ella me dijo que esa gente es el mismo ejrcito y no tienencompasin de la madre, as que nos van a matar. La gente corra, unos tambin tomaban embarcaciones, pareca elda del juicio.

    La mayora durmieron en la selva para esperar el da siguiente, pues la nica forma de salir era por aire. Como yoera pobre me qued cuidando los hijos de mi sobrina y los intereses de ella, esa noche los hombres lloraban deterror, otros se embriagaban para no sentir nada.

    Al da siguiente llegaron los que haban pasado la noche en la selva, contrataron avin y el pueblo empez a quedarsolo, pues el rumor era que con una motosierra andaban despedazando la gente y a un conocido, que llamabaRonal, le cortaron la cabeza y jugaron ftbol con ella y la dejaron como a cinco cuadras del tronco, la esposaMarina San Miguel tom la cabeza de su esposo y la llev junto al tronco. A dos viejitos que vivan a orillas del roles sacaron las viseras vivos y los arrojaron al ro; en fin no hay palabras para contar el horror.

    Sal del pueblo cuando los pobres pudimos, que fue el 20 de julio, seis das despus del comienzo. Como podamoscomprobar que esta masacre fue conjunta con el Ejrcito Colombiano, colocamos una demanda al Estado, el cualan no la ha resuelto totalmente, pues sabemos que la cpula militar est involucrada.

    Sal a Villavicencio sin conocer a nadie, me coloqu a vender ropa en la calle, pues nunca tuve que pedir, ya quecomo les cuento se trabajar, as que hasta vend tamales los fines de semana, luego me acerqu a Colpatria ymiraron mis capacidades, sin decir que era desplazada me dieron trabajo vendiendo ttulos de capitalizacin y asluchaba para que mis hijos no aguantaran hambre. A raz de ese problema mi esposo no quiso volver a trabajar y sevolvi ms agresivo, as que decid separarme de l y seguir luchando con mis hijos.

    Al pasar de los das la situacin se torn peligrosa, por la demanda mataron a dos amigos, entonces vivamos de unlugar a otro y sin utilizar mi verdadero nombre.

    Transcurrieron 8 aos, ya estuvo en prisin el General Uscategui y ahora se ha vuelto a mover el caso, as quepiensan borrar evidencias y testigos, as decid venirme a Ecuador y estoy pidiendo refugio, me encuentro con mihijo, somos estilistas y as sobrevivimos, ya que estamos buscando la forma de traer el resto de mi familia, ya queen Colombia corren peligro.

    A un amigo que haba entablado la demanda lo torturaron, echaron cido de batera en la cara y le cortaron la yemade los dedos; lo reconocimos, la familia continu con la demanda, entonces le dijeron a Luis, su hermano, que quitela demanda; me pregunt qu opinaba, yo le contest que no la quitara; almorzamos el domingo en su casa, elmartes llegaron por la noche y lo acribillaron a l, al pap y a dos nios de 9 y 12 aos. Se continu con la demanda,qued la mam, 2 hermanos y una mujer; se trasladaron a Bogot, slo la Procuradura3 saba el telfono, pues lallamaron y le dijeron: quite la demanda porque sabemos donde viven y la que sigue es usted, as que tuvieron quequitar la demanda y eso quedo impune.

    Cabe anotar que desde que sal de Villavicencio nunca he tenido que pedir, pues mis hijos y yo somos personas que

    Volver a Empezar

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    sabemos y siempre nos ha gustado trabajar, actualmente una hija termin como tcnica en administracin deempresas y tiene 6 semestres en Ingles. Otra estudia administracin de empresas, y la mayor se cas y tiene suhogar, mi hijo es un buen estilista, trabaja en una peluquera, en conjunto con otros colombianos y yo.

    Mis hijos trabajan y estudian, ahora me encuentro buscando un amparo para mi familia pues se que la justicia en mipas es sucia, temo por mi familia, ya que nos persiguen, pareciera que ellos todo lo saben y cuando se proponenhacer lo malo, no importa que muera gente inocente, lo logran.

    Venir a Ecuador se present como una oportunidad para mi hijo, por medio suyo iniciamos el proceso de refugio,actualmente vivo con l en Ecuador, juntos buscamos los medios para traer a nuestro ncleo familiar; mientras lointentamos ellos y nosotros vivimos como hace muchos aos, en completa alerta. Aqu el trabaja como peluquero,yo le ayudo en su trabajo, pues no podemos hacer mucho, hasta no tener una visa. Ahora intento escapar de esarealidad y encontrar en este pas toda la tranquilidad que el mo me neg.

    NOTAS:

    1 No dar oportunidad.

    2 Vehculo lleno de gente.

    3 La Procuradura General del Estado es la encargada en proteger los intereses del Estado y de los ciudadanos

    Primer Premio - Categora Mujeres

  • Primer PremioPrimer PremioPrimer PremioPrimer PremioPrimer PremioCategora HombresCategora HombresCategora HombresCategora HombresCategora Hombres

  • La familia actual de Juan Vinasco

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    El rbol que sembr

    Seudnimo: Juan Vinasco

    Son las seis de la tarde del primero de septiembre de 1998, soy Juan Vinasco,un hombre de mediana estatura, con unas ojeras que siempre me acompaan,una persona sencilla y con buenos principios morales, con muchos defectos,pero acompaados de un gran amor por mi familia.

    Descanso en mi mecedora. All est aquel viejo rbol de naranjo al final de lacasa que apenas he alquilado, todo es nuevo para mi y me llama la atencin lasilueta de la cocina que se reconoce en el momento, por su color grisceo,producto del humo acumulado de varios aos al servicio de las numerosasfamilias que por aqu han pasado, unos baos medio blanqueados quizspor la misma duea del lugar. Un patio grande, encementado y quebrado ensu mayor parte, en donde ya han cogido ventaja los pastos y algunas hierbasque la duea de la casa a propsito mantiene.

    Corre una leve brisa que acaricia con suave comps las arrugas que tengo porel paso del tiempo, algunos pjaros llegan hasta el viejo naranjo, saltan, vuelany juegan, este paisaje que ahora descubro me llena de nostalgia, auque llevoapenas dos das en esta casa, su aspecto me evoca los mejores recuerdos de miinfancia en un lugar semejante, no ser muy cmodo el lugar pero me sientobien, despus de buscar y buscar un lugar de alquiler para vivir con mi familia.

    Mi pueblo es San Peln, un lugar rodeado por montaas en sus cuatro extremos,ubicado en el sur de Colombia, a unas ocho horas de Bogot viajando portierra. Los pueblos vecinos en estas zonas estn a media hora aproximadamenteuno del otro, por vas pavimentadas por la imaginacin de quienes las transitancon sus productos para ser comercializados.

    Mara y yo somos una pareja muy joven y con tres hijos: Teodora, Ponchito yPancracio. Una familia que ha rodado por todos los barrios del pueblo de San

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    Peln pagando alquiler, ya que nues-tros recursos no nos dan para instalamos en una casa propia.

    Escucho golpear la puerta. Aquellas son risas infantiles, gritos, algaraba, mis hijos han llegado, despus de disputaruna larga carrera para ver quien llega primero. Cada uno con un trebejo1 que, segn Mara, para algo puede ser-vir todava.

    Al da siguiente Mara se levanta muy temprano, sin hacer el mayor ruido para no despertamos, me ofrece unhumeante tinto, que expide un olor, que para mi es el ms exquisito, a casi adiccin; salto rpidamente quedandosentado en la cama y despus de observar el pasillo, como buen colombiano, lo tomo en unos pocos sorbos, comoes la costumbre.

    Voy a trabajar al pueblo ms cercano llamado San Mateo, que pertenece a otro municipio con mayores recursoseconmicos y que presentan mejores oportunidades de trabajo, pues a San Peln, que es una regin cafetera, loacab La Broca (enfermedad del caf) y la guerrilla con sus continuos ataques y saqueos a la poblacin, puesestamos expuestos por el fcil acceso que ofrecen las montaas y por la falta de ms presencia militar en lalocalidad.

    El trayecto diario a San Mateo, con el picante sol, no dura ms de veinte minutos. Despus de que puede comprarmi cacharrito, con los ahorros del ltimo ao, mi situacin mejor y no tengo que viajar en las chivas2, dondese cargan hasta animales.

    Siempre llevo conmigo un maletn negro donde cargo los libros y en general los tiles necesarios para el trabajo decada da como maestro en el Colegio Nacional San Mateo, desde ya hace tres aos. He aprendido a querer a lainstitucin y no me queda ms que luchar como sea para conseguir mi nombramiento, pues an no soy de la plantamunicipal.

    La rutina del recorrido de mi pueblo a San Mateo, con el picante sol y la polvorienta va, vara mucho en estetiempo de constantes lluvias y, en los ltimos dos meses, por el inmenso temor a los continuos retenes que realizalas FARC a todo el que transita por estos territorios, aunque a mi ya me conocen un poco y me dejan pasar sinrequisarme como al principio.

    Esa misma tarde, de regreso a San Peln, encuentro a Mara ocupada con los deberes de la casa, los nios an noregresan de la escuela. Cuando de pronto escucho a alguien en la puerta. Es mi mejor amigo Crispn, un hombrede pequea estatura, compaero de colegio, con quien he compartido mis mejores aventuras de juventud.

    Al mirado a los ojos sent por todo mi cuerpo que algo estaba mal, an lo recuerdo, es como si su alma sedisculpara por lo que a posterior leera en un papel que rpidamente me pas doblado, antes que Mara pudieraverlo.

    Aquel papel arrugado, en sus dos primeros prrafos escritos por mi madre Ceci, deca que tena que viajar urgenteporque llamaron avisando que mataron a Don Alfonso y a otras personas.

    Comprend en ese momento la cara de Crispn, aquella mirada profesaba el luto de su alma. No pude contener miimpresin. Mara rpidamente sospecho lo que estaba pasando y agarro a leer el mensaje. La tristeza invadi la

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    Primer Premio - Categora Hombres

    Un retn en el camino

    Los profesores de San Mateo

  • habitacin, el dolor que sinti Mara por Don Alfonso, su padre, hizo que de repente sus lgrimas desdibujara surostro y empalideciera por completo.

    La noticia tena que ser confirmada. Viaj en la motocicleta con Mara, aunque era muy peligroso por ser tan tarde,pero no tenamos alternativa. Nos dirigamos hacia Las Cruces un pueblo an ms encumbrado en las montaascolombianas.

    Eran las ocho de la noche y an no realizaban el levantamiento de los tres cuerpos. La polica no llegaba y creo queno lo iba hacer.

    Varias rfagas haban acabado con la vida de Don Alfonso, su hermano Duvn y un hijo de ste, llamado ngel.Las extremidades de los tres hombres estaban totalmente destrozadas, el padre de Mara yaca semidesnudo y sucuerpo medio cubierto con una sbana blanca que trataba de ocultar el trgico rostro de la muerte, esa escenadantesca nunca podr olvidar, me hizo comprender que la muerte rondaba estos pueblos en los cuales se escuchabade la disolucin de las familias. Pens acaso estamos a salvo de esto?; tal vez nunca deb habrmelo preguntado.

    Ya ha pasado casi un mes, es octubre y, como resultado del incidente, la madre de Mara y sus cuatro hermanostuvieron que huir del lugar por el temor que no los poda dejar dormir. Slo se sabe que las F ARC regalaron dosvacas a la viuda del to de Mara dizque para ayudar en algo a la desprotegida familia que opt por no dejar sutierra.

    En estos pueblos somos de los unos o somos de los otros, pero de todas maneras siempre corremos peligro.

    Pienso que a pesar de todo he sido afortunado, pues si la situacin por estos lugares y en general en Colombia esdifcil, no ha tocado a mi pequea familia, pero me da mucho miedo pensar que algn da me tocara salir de estelugar, tal vez sin saber donde; pero mientras tanto la vida tiene que continuar.

    Estamos a finales de noviembre. San Peln sigue viviendo entre montaas, con sus calles empedradas perfectamente,pero ahora se siente un ambiente especial; en estas fechas, muy tempranamente, las emisoras locales ya empiezana colocar la inolvidable msica navidea y los almacenes, pese a la situacin econmica, muestran ya sus mejoresofertas para Diciembre y Ao Nuevo.

    Mara, no se cmo har, pero con sus ahorros de mujer economizadora se ha hecho socia ya desde algn tiempo deun Plan de Vivienda, como los muchos que se hacen en mi tierra para solucionar uno de los mayores problemasde las familias como la ma, la de no tener una casa propia. La gente se motiva por su necesidad, forma estosgrupos, se legaliza, realiza diversas actividades para conseguir su propsito, se presenta muchos conflictos, pero lamayora de las veces, los ms insistentes consiguen algo a costa de su sudor y paciencia.

    Mara me invit a la Asamblea ordinaria que se hace mensualmente. Entre las cincuenta familias del mencionadoPlan de Vivienda, se comenta que las noticias no son alentadoras; el presidente de la asociacin realiz tremendodesfalco, algo que haba empezado como un sueo tomaba tintes de pesadilla, nuestro anhelo de tener un lugarcitopropio para dejar a nuestros hijos se alejaba.

    El hombre huy de San Peln con el dinero ahorrado de aquellos que confiamos en la honestidad y buena voluntad

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  • de la comunidad, todo termin en caos, nadie quera saber ms del dichoso Plan de vivienda. Algunos proponanvender el lote que se posea y repartirse el dinero, otros buscar y castigar al infractor. Sin darme cuenta, porponerme a hablar de posibles soluciones, me nombraron presidente encargado.

    Ya en casa, Mara llor desconsolada con el corazn afligido por la tristeza que le produca el saber que uno de susms importantes sueos se haba derrumbado. Me lo imagino, despus de haber puesto tanto empeo en conseguiralgo para los nios, venir a dejarlo entre las lneas de unos cuantos papeles de compromiso. Simplemente escuchy me pregunt si fue lo correcto el aceptar el cargo y la responsabilidad, no slo de aliviar con prontas solucionesa las familias afligidas, sino lo ms importante, devolver la esperanza y la alegra a mi hogar.

    Transcurri un intenso ao. Es increble pero lleg diciembre, tambin termin el ao escolar y las esperadasvacaciones de mi labor como profesor y la difcil tarea de presidente a la que me haba comprometido.

    Recib una llamada de un diputado que se present en una de las reuniones y se comprometi a colaboramosincondicionalmente en la tarea de sacar los recursos para la construccin de las viviendas. Pero lo que no saba esque esto implicaba deberle favores a sus amigos del partido que lograron la aprobacin de cincuenta subsidiospara su grupo (hecho que fue publicado oficialmente el 29 de Diciembre de 1999 y apareci en los principalesperidicos del pas).

    Nervioso, tal vez por los compromisos adquiridos, pero feliz, agradec slo a Dios porque en el horizonte nuevamentese observaba que el sueo de todas las familias del pueblo se iba a cumplir.

    En los primeros das de Enero del 2000, cuando las oficinas reanudaron sus actividades, emprend el primer largoviaje de casi ocho horas, de los tantos que tendra que hacer a Bogota; esta vez fui a tratar la legalizacin de losrecursos, interrumpiendo muchas veces mi labor acadmica, caminando como un tonto desesperado, pero la rabiaera contra el tiempo que a veces pareca tan corto.

    Me puse de acuerdo con Crispn para viajar juntos, el con su mercanca y yo con mi buena voluntad de que losviajes terminen y permanecer en casa. Escuchamos en la radio que el diputado que nos ayudaba fue capturado,acusado de desviacin de recursos en diferentes proyectos y de tener nexos con grupos insurgentes.

    El 11 de diciembre del 2000, por fin inici la construccin por etapas, despus de un ao de gestionar el desembolsode los recursos. Un ao cambiando las reglas de juego, es tanto as que algunas asociaciones, a nivel nacional,dejaron perder los recursos y yo mismo llegu a pensar que era otra mentira del gobierno.

    La construccin mantena el ritmo lento de la entrega del dinero, lleg mayo y apenas el proyecto iba por la mitad.

    Un da, un hombre de apariencia hostil se acerc y con tono amenazante me dijo que me traa un mensaje delFrente3 al cual el perteneca.

    Textualmente deca as: EI diputado no podr tener su alcalda, por lo tanto necesitamos su apoyo para nuestracausa; sabemos de los recursos que usted maneja ahora, tambin gracias a nuestra ayuda, por lo tanto contamoscon el 20% de esos recursos que sern canalizados oportunamente a travs de nuestra organizacin.

    Primer Premio - Categora Hombres

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  • A todo esto trat de responder pero el hombre que me trajo el mensaje no me dej, me replic que con l no tenanada que hablar, oportunamente me indic que me presente el da jueves a las cinco de la tarde en San Isidro, puntoreconocido como lugar de trabajo de las FARC. Era lunes y tan slo tena tres das para cumplir la cita.

    Regrese a casa. Mara no poda comprender cmo nos enredamos con estas personas, yo me senta relativamentetranquilo cuando pensaba que actu correctamente, pero de esa gente se puede esperar cualquier cosa.

    Acud a la cita, me estaba esperando un comit de recibimiento, tres hombres vestidos con uniformes militarescolor verde olivo, botas plsticas y fusiles terciados ordinariamente.

    No poda responderles por el dinero que estaba manejando a travs de una institucin fiduciaria, ms todo esto noles interes y me advirtieron que tena un mes plazo para sacar el billete y entregrselos. Aumento mi temor por loque podran hacer aquellos individuos cuando me dijeron que no me portase sapo como unos familiares quemataron en Las Cruces. Luego de propinarme tremendo susto, los tres hombres simplemente se perdieron entrela espesa vegetacin y me dejaron pensando que todas las muertes que a diario se dan, son de personas que habansido amenazadas, me pareci injusto. Por primera vez despus de la muerte de Don Alfonso me encontraba coneste tipo de problemas y ms con estas personas que no se puede razonar.

    Agrav mucho ms la situacin el no encontrar el modo de conseguir el dinero, ya que estaba de por medio elcontinuar o dejar todo botado despus de trabajar tanto para conseguirlo. Pasaron dos meses, la construccin se

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    La casa en San Piln

  • termin con mucho temor para todos lo que saban de la amenaza, la cita, etc., etc. No se supo nada ms y ya habapasado un mes del plazo fijado.

    El 20 de julio del 2001 (da festivo por la independencia de Colombia) se program la entrega de las viviendas conla presencia del alcalde de San Peln, realizamos un gran festejo. Esa misma noche nos mudamos a nuestra nuevacasa, nos sentimos felices de saber que por la maana despertaramos en nuestra propia casa.

    La imagen de aquel momento, el ms feliz de mi vida qued grabado en mi memoria y la de mis hijos, que quizalgn da contarn como ancdota a los suyos.

    Mara me abrazo mientras que Teodora y Pancracio correteaban por el amplio patio, an con algunos materiales dela nueva casa y en donde ya haba sembrado tambin un hermoso y ya crecido rbol de naranjo; tal vez sera este elrecuerdo que nos mantendra unidos en los momentos difciles que estaban por venir.

    Lleg el mes de agosto sin ninguna novedad, mes de los vientos, cuando de repente lleg a casa un hombrellamado por todos como el Comandante Gaviria, quien era informante de la guerrilla, nos apreciaba un poco. Elmotivo de su visita no fue especficamente social, lleg a avisarme que tena que irme en ese instante del puebloporque me iban a pelar4 y lo mismo le iba a pasar a mi familia, yo saba que a esa gente no se le poda incumplir.

    Gaviria me mostr un listado, all apareca mi nombre, hasta con nmero de cdula, como objetivo militar para elmismo mes. El hombre del mensaje de muerte estaba sumamente angustiado y me repiti que me pierda.

    Hasta ese momento me percate que Mara y los nios estaban escuchando, all petrificados del susto y hastaPonchito, que era el menor, entendi la dimensin del problema y me dijo papi no condemo nel techo5. Mir aMara, y me permito decirlo, por ms que ella buscaba alivio o alguna solucin en aquellos ojos que la miraban nolo pudo hacer, trat de observar otro horizonte en el cual desembarcar, pues no quera que mis ojos le demuestrenque estaba a punto de naufragar.

    Decidimos viajar a Quito - Ecuador, pues all tena una hermana llamada Carmen, que por situaciones similaresestaba solicitando refugio.

    Slo una maleta de color verde es lo que llevbamos en nuestro viaje, un pollo cocinado para pasar unos das dehambre y quinientos mil pesos que tena ahorrado.

    Despus de un viaje de dos das, el primero de septiembre del 2001 llegamos con Mara, Ponchito, Pancracio yTeodora, por fin a Quito.

    Me qued en encontrarme con Carmen en la Avenida Del Maestro y la Prensa. Todos estbamos tristes, cansadospero tranquilos, porque nos alejamos de los miedos vividos en los ltimos das en Colombia. Nos alojamos en unapequea pieza, con la zozobra por parte de Carmen, por lo que pueda decir la duea de casa.

    A los pocos das, el esposo de Carmen vino por ella y se la llev. Hoy en da viven en un pas de Centro Amrica,huyendo tambin de las amenazas. Antes de viajar Carmen me alcanz a indicar el proceso que tena que iniciarpara solicitar el refugio en ste, para nosotros, un pas desconocido.

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  • Me present a solicitar refugio en las oficinas de la ACNUR6, en octubre del 2001. Me encontr con largas filas; sonmuchos los colombianos que se encontraban realizando el mismo papeleo. Se cuentan muchas historias y mientrasesperaba a que me llamen no entenda porque la vida me haba dado este rumbo, sent que se me terminaban lafuerza para luchar un da ms en un pas que no era el mo; sin nada, slo con mi familia ya a punto de tener quedormir en la calle porque ya no poda contar con la pieza que me ofreca mi hermana al llegar.

    El guardia del sitio me devolvi a la realidad al llamarme para llenar una hoja donde cont lo que me habasucedido, luego respond algunas preguntas y me fijaron una entrevista para el mes de Enero del 2002, plazo que seme haca demasiado largo por la situacin crtica en la que nos encontrbamos.

    ACNUR me ofreci un albergue, gesto que me pareci muy bondadoso, pero pens que aquel sitio era muy duropara mi familia. Hice un gran esfuerzo con Mara y con los ltimos ahorros que nos quedaban decidimos seguirpagando una humilde pieza mientras realizbamos otra gestin en la Cancillera donde por fin nos dieron undocumento de solicitante de refugio, con otra cita para fines de diciembre.

    Luego decidimos viajar a Ibarra antes de quedamos sin lo del pasaje, ya que no tuvimos la posibilidad de conseguirningn trabajo. All nos contactamos con una familia otavalea7 de apellido Criollo que venda ropa a mi amigoCrispn en San Peln. Nos acomodaron en las afueras de la ciudad, en una pequea finca, donde permanecimos porvarios meses trabajando bsicamente para ganamos la comida.

    Cumplidas las dos citas lleg febrero del 2002 y todava no tena ninguna respuesta. Recuerdo que la cita en laCancillera fue un viernes, a eso de las nueve de la maana, al llegar me dijeron que volviera el prximo lunesporque los encargados estaban ese da en Esmeraldas; esto significaba pasar en la calle tres das y sin comida, paracolmo Pancracio me acompaaba, pues haba insistido mucho que lo llevara porque estaba muy aburrido dondevivamos. Ser que esta gente no entiende esto, pens. Permanecimos la mayor parte de estos tres largos dasvagando por el parque La Carolina. Slo pensaba en la angustia de Mara que nos esperaba el mismo da, pero notena modo de avisarle.

    Los meses de espera se prolongaron porque a pesar de que en marzo o abril del 2002 se nos otorg el refugio, sloen julio nos dimos por enterados, en un viaje que hicimos a Quito.

    El otorgamiento del estatus de refugiado fue una felicidad para toda la familia, ya que a partir de aqu empezamosuna nueva vida para iniciar, los nios deban seguir sus estudios, no sabamos cmo, pero tenan que hacerlo.

    Conseguimos un nuevo contacto en Quito con una familia colombiana que vive hace varios aos en el Ecuador yofreci ayudamos. Nos alojamos en la casa de los colombianos ubicada en el sector de la Rumiahui, sacamos losdocumentos, un pasaporte que fue pagado por el Comit Pro Refugiados y recibimos visitas de esta entidad parala donacin de un cheque con el cual compramos cobijas, colchonetas y una estufa para empezar nuestra vida.

    Pero todo no fue fcil, caminamos con Mara por las calles de Quito tratando de buscar un empleo, sabamos de laresponsabilidad con nuestros hijos, lloramos de la desesperacin y decidimos pedir nuevamente ayuda al ACNUR,all una trabajadora realiz una llamada y nos dio una direccin donde necesitaban una empleada en una pastelera.Mara inici su trabajo como empleada de mostrador mientras yo llevaba tortas para vender de tienda a tienda.

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  • Para septiembre llegamos a ahorrar algo de dinero, con el que alquilamos un apartamento y con gran esfuerzo,Ponchito, Teodora y Pancracio iniciaron su ao escolar, gracias a la ayuda por parte del Comit.

    Mara se preocupaba mucho porque el dinero no alcanzaba y la vida en esta ciudad era cada vez ms difcil, decidbuscar otras formas de obtener recursos y visitaba los colegios con la venta de productos como bolos, helados,etc.; sin embargo mantena el sueo de volver a una aula de clase, tal ves encontrarme con uno de mis hijos y ser suprofesor.

    Con la ayuda de Ponchito y Pancracio en sus ratos libres, trabajamos, a veces perseguidos por los municipales ytambin peleando con otros heladeros que nos gritaban fuera chuchas colombianos; pasbamos los das con lafirme conviccin de luchar por la familia.

    Con todo lo que reunimos con nuestros trabajos colocamos un local para la venta de pasteles; una persona de buencorazn nos regal un horno y las ventas nos permitieron aliviar nuestra precaria situacin econmica.

    Le ped a Dios por mi familia y despus detrabajar ms de dos aos como vendedorambulante logr conseguir un trabajo comoprofesor en una prestigiosa institucin educativade Quito, de esto ya hace ms de seis meses y lavida ha mejorado mucho, adems estoyhaciendo lo que me gusta y mi sueo de volvera dar clases lo vivo con cada da que despierto,me he adaptado rpidamente y a pesar quepasaron varios aos sin ejercer mi profesinrealizando otras actividades, el ser maestro estadentro de mi y es lo que yo amo.

    Pienso que hay discriminacin para el refugiadoporque lo he vivido, somos desplazados msno desechables, como algunas personas tal vezcreen. Tambin creo que hay que tener dignidadpara pedir un auxilio y para valorarloverdaderamente, o para no recibirlo si no se lonecesita, humildad para agradecer y no siemprecriticar, valor para luchar por una mejor vida,este es mi mensaje para mis paisanos que hastaahora emprenden este viaje que, aunque noparezca, es de auto-valoracin de la vida.

    De paso a mi trabajo cada maana frente alComit busco alguna cara conocida y casi nuncala encuentro, casi siempre son diferentes, la filade los nuevos nunca se reduce.

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    Juan Vinasco vendiendo helados

  • En cuanto a mi familia, los que apenas eran unos nios hoy en da ya son adolescentes, tambin naci un nuevopersonaje que apenas tiene un ao y es la adoracin de todos y, de alguna manera, siento tranquilidad porque novivir los temores que experimentaron sus hermanos.

    La esperanza de regresar es grande pero cada vez ms lejana, la situacin no ha cambiado mucho segn las noticiasque nos llegan de nuestros familiares y amigos de los cuales algunos ya han tomado la iniciativa de seguir nuestrocamino.

    No quera hacerla pero tengo que confesar que ltimamente he sentido temor por mi familia, esa rara sensacin enel estmago, aunque fugaz, me ha inquietado el saber que mi nombre y el de mi familia an aparece en alguna listapor el territorio colombiano. Sigo pensando que aqu estamos seguros y es por esa seguridad que me aventur abuscar un lugar para mi familia.

    Soy el profesor Juan Vinasco y el largo camino que he recorrido no ha sido en vano, pues cada vez que cierro losojos observo aquel rbol de naranjo que lo sembr con la esperanza de que se convirtiera, por siempre y parasiempre, en el hogar donde pueda descansar mi familia.

    NOTAS:

    1 Trastes viejos que se desechan en una mudanza.

    2 Transporte de pasajeros en las zonas rurales clidas.

    3 Un batalln de la guerrilla colombiana.

    4 Asesinar.

    5 Papi, nos escondemos en el techo.

    6 La primera entrevista se la hace en el Comit Pro Refugiados de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, que acta como contraparte de ACNUR.

    7 De la comunidad indgena de Otavalo

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  • Menciones de HonorMenciones de HonorMenciones de HonorMenciones de HonorMenciones de Honor

  • Me acuerdo que en un principio estaba aferrado a seguir adelante con misplanes, llevaba una vida como cualquier joven de mi edad en el pas de Colombiadonde nac y crec, mis padres tambin colombianos, yo nac en la ciudad deCali, ubicada sobre un valle geogrfico formado por el ro Cauca, tierra dulcedonde se cultiva la caa de azcar principalmente, donde sus gentes son clidascomo su temperatura, donde se escucha mucho la msica salsa, los sonidoscaribeos y su gastronoma tradicional conservada por generaciones de abuelases muy deliciosa. Por cierto, estudiaba pre-grado en Geografa en la Universidaddel Valle, en Cali. Constituimos una empresa llamada Productora yComercializadora Adelante, con un compaero al que aprecio mucho. Todopareca andar muy bien, estaba caminando, esforzn-dome por lograr mismetas, por mis objetivos, por mis sueos, por mis planes, por mis ilusiones ypor mi familia.

    La situacin en nuestro pas no es muy buena por asuntos polticos y deseguridad, se siente de cierta manera mucha incertidumbre. Hubiese queridoque todo fuera de otro modo, del modo que se pueda solucionar, que sepueda hablar, que se pueda acordar, que se pueda plantear, que se puedallegar a un acuerdo, que haya una salida para haber continuado nuestras vidasen la tierra donde era mi vida; pero las cosas no son as, son del modo que sit no ayudas a la causa de los grupos insurgentes existentes en nuestro pas,desafortunadamente, puedes tranquilamente esperar lo peor.

    Me sent en una encrucijada cuando estbamos viviendo esta situacin. Papfue secuestrado dos veces, fue en el segundo secuestro, despus de robarle yamenazarle, que nos dimos cuenta que toda nuestra vida la conocan. A lospocos das lo citaron a que se presentara donde el grupo subversivo FARCpara pagar una extorsin. Fue amenazado de muerte, tanto l como todos enmi familia, sino apoyaba su causa de horror, muerte y sangre.

    Hacia un nuevo horizonte

    Seudnimo: Frank

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  • Si va no se saba si volvera, y si no va ya sabamos que pasara con nuestras vidas, porque hasta el ltimo detalleconocen, saben quines somos, qu hacemos, cuntos somos, qu tenemos, dnde estamos, cundo estamos: nosabamos que hacer!

    Se tom la decisin de SALIR, es la ltima palabra, primero est la seguridad y la vida; hay que entenderlo.Partiremos a Ecuador, pas de donde nada sabemos ni que ir a pasar. Mis padres, junto con mis dos hermanos,hicieron el viaje antes que yo...

    Ha pasado una noche larga y tortuosa sin mi familia. El sol ha salido, sale y se deja ver, rayan sus destellos sobre lacordillera central colombiana, con la luz se puede observar este hermoso valle formado por el ro Cauca. Cadalugar, cada espacio que miro me recuerda mucho de cmo me cre, de cmo era mi familia unida, de las salidas quehacamos y disfrutbamos juntos, de cuando trabajbamos en las fincas cosechando el fruto de la tierra o de lossueos planteados para mi vida, de mis estudios truncados, de mis proyectos inconclusos, de todo el andamiaje demi vida.

    Es el ltimo da en esta tierra; dedico tiempo para orar a Dios pidindole que dirija todos mis pasos, y me d la gua,sabidura y la cordura que tanto necesito en este momento donde todo quedar atrs. Acomodo las maletas, unamaleta grande, otra mediana, empaco mi ropa, algunos libros de mi curso de ingles que hice, algunos cuadernos ymi mejor compaera LA BIBLIA!

    Me encomiendo a nuestro creador, clamo que me dirija, l todo lo sabe, l todo lo ve, para l todo es posible y dejoen sus manos mi causa por medio de su Hijo, Nuestro Seor Jesucristo. Viene a mi mente un texto bblico que dice:Hizo adems este voto, diciendo: si el seor estuviere conmigo, y me acompaare en el viaje que llevo, y me diere pan que comer y vestidocon que cubrirme, y volviere yo feliz a la casa de mi padre, el seor ser mi Dios...

    Abro mis ojos, me levanto, me despido de mis amigos; yo no saba que era valorar una amistad hasta que le dije elltimo adis, no alcance a recoger las cartas de recomendacin, slo alcance a hablar con el pap de mi sobrinapara ver si se le ablandaba el corazn y daba permiso para salir con ella, pues mi hermana, con su amor de madreno sale a ningn lugar si no es con su pequea prendida de sus manos; no fue posible salir con ellas!

    Lleg el momento de partir, no hay tiempo de esperar a que se salga de nuestras manos esta situacin, no queramospasar por la dura experiencia de perder a un ser querido. Mi hermana y yo, con lgrimas en los ojos nos despedimos,me recomend que me porte bien, que cuide de mam y de pap, que ellos estn con los aos encima, y que todolo que hacen es por nuestro bien.

    Atrs quedan planes, preguntas, objetivos, cronogramas, metas, ideas, caminos, rutas, diligencias, esfuerzos, sueos,esperanzas, asociaciones, amistades, amores, capacidades, logros, conquistas, cimientos, ilusiones, recuerdos gratosy no gratos, como que mis pasos me condujeran a la nada; mi equipaje era mi deseo de seguir viviendo, cuandopensaba en eso, me fortaleca para seguir al frente. Cuando cruc la frontera todo era nuevo: miradas, lugares,personas, dialectos, expresiones, tradiciones, paisajes, ilusiones, caminos, visitas, mujeres, muchas cosas. Cuatrominuciosos registros al detalle de lo que llevaba fue mi bienvenida a Ecuador.

    Despus de pasar varios das con gente desconocida en el bus y sin noticias de mi familia, el encuentro con ellosfue algo hermoso. Pap ya haba averiguado los detalles en el ACNUR acerca de las diligencias que debamos hacer

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    y los pasos a seguir. Me llevaron a descansar del viaje, lo cual acept con agrado.

    Nos presentamos en el Comit Pro-Refugiados; gracias a su ayuda y colaboracin, despus de una charla, presentacingeneral de nuestro caso, una entrevista ante sus representantes y otra ante la Cancillera Ecuatoriana, conseguimosel permiso por 90 das, para estar tranquilos en el Ecuador, mientras esperbamos la tramitacin de la visa derefugiados.

    Comenzamos a buscar trabajo, mis hermanos y yo, nos presentamos a varias empresas entregando la respectivahoja de vida, pero en todas ellas nos pedan la visa correspondiente para poder contratamos; sin esos documentoses imposible conseguir un trabajo digno, fue la respuesta de algunos.

    Escuchamos del CINOR, nos apoyaron desinteresadamente y con amor; los alimentos provedos por el ComitPro-Refugiados han sido de gran bendicin, su apoyo, su aliento psicolgico, nos han servido de mucho para llevarmejor las cosas.

    Despus de dos meses acudimos a las entrevistas ante el Comit Pro-Refugiados y la Cancillera de RelacionesExteriores del Ecuador, donde nos atendieron amablemente, al cabo de otro mes obtuvimos la respuesta: lasolicitud haba sido aceptada! Lo que nos llen de alegra porque la esperanza volva a nosotros, para poder seguiradelante en la nueva vida que comenzbamos.

    Ya con un tiempo en el Ecuador, pas que nos ha brindado un valioso apoyo en momentos difciles que vivamos,y gracias a la unin de toda mi familia las cosas iban marchando bien. Las ansias, las inquietudes, las bsquedas, lasfuerzas, las energas, vuelven a mi ser, anhelo retomar mis estudios los que se quedaron inconclusos, escudriar lavida en esta ciudad, coger lo mejor que se me ofrezca y aprender cada da ms.

    Empiezo a buscar todo aquello que anhelo para mi vida, caminando por las veredas, calles, esquinas, senderos,caminos, plazas, espacios, por un lado por el otro. Me asesoro en el CINOR, donde me informan sobre varioslugares para visitar con las carpetas. Recorro cada uno de los lugares recomendados sin respuestas positivas.

    Es de noche y regreso a casa, me comunican que han llamado del CINOR para presentar una hoja de vida enFANTAPE, Fabrica Nacional de Adhesivos.

    Despierto muy temprano con la esperanza puesta en esa llamada, por lo cual me comunico al CINOR, quienes meconfirman donde debo llamar para concertar el lugar de la entrega de los documentos. Hago la llamada a FANTAPEy me responden que presente la carpeta al da siguiente. Esperar un poco ms no cuesta nada despus de una largaespera.

    Llevo la carpeta, despus de tres entrevistas afortunadamente fue aceptada y me contrataron como auxiliar debodega, gracias a los estudios realizados me cambian al departamento de ventas, y me comunican que mi aspiracinsalarial ha sido estudiada y aceptada. Doy gracias a Dios por esta oportunidad tan esperanzadora en este momentotan crtico donde necesitamos subsistir de alguna manera.

    A los quince das de trabajo, el Jefe de Ventas me comunica que por mi empeo y dedicacin he sido designadopara cursar una capacitacin en Ventas y Negociacin con Programacin Neuro Lingstica, esta es una nueva luz

    Menciones de Honor

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    de esperanza que Dios me ha brindado para poder seguir progresando. Aprovecho el curso al mximo, deseoservir mucho a la empresa que me ha dado la mano en estos momentos, procuro no ser un gasto ms, sino unainversin que produzca resultados satisfactorios.

    Este curso y la responsabilidad en el trabajo asignado me han abierto las puertas para ir ascendiendo poco a pocoen la empresa, ahora estoy autorizado para realizar ventas que en un futuro se convertirn en nuevas oportunidadespara mi vida y para mis aspiraciones.

    Por estas razones mis esperanzas han germinado y empiezan a crecer nuevas ilusiones y sueos para poder olvidarmelo mal que pas y recordar que an existe gente buena, y me refiero al pas Ecuador, ya que lo siento mo por lasoportunidades que me han brindado.

    Mi deseo ms grande es que mi hermana est con nosotros porque cuando me acuerdo de ella y de mi sobrina misojos se llenan de lgrimas, por no poder compartir con ellas las experiencias gratas que hemos vivido en este pasy por miedo de que atenten contra sus vidas.

    En este tiempo que ha transcurrido, tengo una nueva visin de la vida, he tenido muchas oportunidades que mehan ayudado a superarme y gracias a las instituciones que me han dado la mano logr establecer mi vida junto conmi familia.

    Doy gracias primero a Dios, luego al pas que me acogi, Ecuador, y a su gente en general, porque a m como aotras personas que se han encontrado en la misma situacin, nos han dado el regalo ms grande que es el damosuna nueva oportunidad de vida. Porque siento que volv a nacer despus de todo el tormento que pasamos.

    Esta fue mi historia.

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    Cuando empez la tormenta

    Seudnimo: Mariela

    Nac en el Departamento del Caquet, el 19 de diciembre de 1957, en unavereda de nombre San Roque, ubicada a orillas del ro del mismo nombre.Mis padres son Mordoqueo Realpe y Grimanesa Bolaos. Mis hermanos sonOrlanda, Brisia, Jairo, Omalia, Terencio, Jos, Sixto. Soy la tercera entre las 5mujeres y 4 varones. A los 7 aos fui a la escuela de la vereda y en los aos 70al colegio. Por causa del cambio de colegio repet el tercer ao. Era un internadomixto pero slo nos juntaba ms con los varones en el saln de clases. En esecolegio estudi 6 aos, hasta el tercer de bachillerato, luego me nombraronsecretaria del colegio y esto hizo interrumpir mis estudios, pero esto slo fuedurante un ao y medio porque renunci para seguir mis estudio en la capital;estaba haciendo el quinto ao de bachillerato en el ao 1980 cuando conocmi media naranja en unas vacaciones de mitad de ao, el prncipe azul teniaprisa, el noviazgo dur solo 7 meses y decidimos casamos, a lo que mi padrese opuso rotundamente, pero yo estaba perdidamente enamorada y noscasamos. De esta unin tenemos 8 hijos, Uverney, Darwin, Antonio, Danilo,Mara Elena, Flor Tatiana, Samuel Alberto, Mariela y Naraida. He trabajadosiempre como secretaria, son 25 aos de vida en pareja y, como todo hogar, aveces con dificultades, pero all estamos con mucho valor para enfrentar losobstculos.

    Era febrero del ao 1997, estaba en la habitacin de mi casa, en mi fincaubicada en la vereda Fidelicia, que quiere decir Fidel y Alicia, as se llaman losdueos que cedieron el lugar para ubicar la escuelita del mismo nombre. Allestudiaban el tercero, cuarto y quinto de mis 8 hijos. Por lo general a la horade la tarde cosa y hacia algunos arreglos a la ropa de mi familia, de pronto, enel camino que del ro conduca a la casa, venan 8 hombres armados, llegaronme saludaron y luego preguntaron que dnde estaban mis 3 hijos varones, lesdije que estaban trabajando, preguntaron que si tardaran, luego se marcharonal ver que les daba poca importancia. Pero tan sospechosa visita se hizo tambin

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    al da siguiente, volvieron 4 hombres armados un poco ms tarde, pero esto si un poco ms astutos, los convidarona jugar al ftbol porque haba una playa de arena apropiada para ese deporte, yo dije que fueran, pero qued concierta intranquilidad y desconfianza.

    Algo raro pude advertir al volver los chicos a la casa, no estaban sudados como normalmente sucede cuando sehace deporte. Al da siguiente y a la misma hora volvieron otros 4 hombre e hicieron las misma invitacin que el daanterior, a la cual tampoco me negu y los chicos aceptaron; pero a la hora de regresar advert lo mismo que el daanterior y ya no puede esconder mi descontento y preocupacin; le pregunt al mayor de mis hijos por qu estafalta de evidencia a lo que supuestamente iba. Mi hijo me contest que desde el primer da la invitacin no setrataba de ir al deporte, sino a una demostracin de cmo se manejaban las armas. Eso me llen de mucho temory preocupacin, entonces con mi esposo tomamos la decisin de salir, pero todos, porque si desaparecamos sloa mis hijos enviando a donde otro familiar que estuviese en otro lugar, esto iba a causamos problemas y muypeligrosos.

    A partir de estos momentos nuestra nica preocupacin fue pensar en salir y ms cuando das ms tarde nos dimoscuenta que nuestro vecino ms cercano era un comandante guerrillero, de all la presencia contina de hombresarmados. Pasaron algunos das y mi esposo con mi hijo mayor tomaron la decisin de venir a la frontera, msconcretamente a San Miguel, Putumayo, a buscar una finca para comprar. A los 15 das de viaje volvieron con labuena noticia que haban conseguido una finca, pero costaba 45 millones de sucres. Fue as como decidimosvender el ganado, los enseres ms difcil de llevar vendimos y regalamos lo que no pudimos vender; el 21 de juniodel ao 1998, a las 4 de la madrugada, hicimos nuestras maletas y viajamos ro Caquet arriba hasta llegar a PuertoRosario, no sin antes haber dejado escapar lgrimas de dolor; dolor por la despedida de nuestros seres queridos:pap, mam, hermanos, porque ellos se quedaban; como tambin dejar el esfuerzo de muchos aos; dejar losvecinos y amigos, en si, toda la nostalgia que causan las despedidas.

    Ese da avanzamos hasta la poblacin de Villa Garzn, all alquilamos un cuarto y pasamos la noche, al da siguiente,5 de la madrugada, tomamos un bus de la empresa Cootransmayo que nos trajo con rumbo a Puerto Coln, SanMiguel, y de all en una canoa a la finca que ya mi esposo haba visto, la cual el dueo haba dejado con unrecomendado.

    Que felicidad, se respiraba aire puro de las clidas pero temidas aguas de San Miguel. Pas un ao y medio deaparente calma, digo aparente porque se escuchaba bastante de guerrilla pero tampoco se los vea. La finca estabasembrada de cacao, pltano, caf, yuca, buena casa de habitacin, lo que nos proporcionaba buenos ingresos paranuestra subsistencia; pero de nuevo, un da cualquiera, no recuerdo la fecha, el cacareo de las gallinas me hizoadvertir que algo se acercaba, me asom por la ventana de la cocina y pude ver entre los matorrales unas piernasvestidas de verde, sent tanto miedo al ver que no slo haba unas, sino algunas. Baj y haba 8 personas armadas,hombres y mujeres, fuera de los que estaban alrededor, entre los cuales algunos me conocieron y la preguntanormal. Qu hace, cmo as tu por aqu? Yo les contest que cosas del destino, mientras mis piernas temblaban ymi corazn lata aceleradamente. Conversamos un rato, ofrec algo de beber y se fueron. Cuando lleg mi esposodel trabajo con mis hijos les cont lo ocurrido, lo cual nos caus mucha intranquilidad porque sabamos cules eranlas intenciones de las visitas. A partir de ese momento las visitas se volvieron frecuentes, lo cual aumentaba nuestrapreocupacin. Conocamos la ciudad de Lago Agrio pero slo por vender nuestros productos, porque en aquellapoca era muy bueno comprar en sucres y nosotros tenamos pesos o simplemente adquiramos sucres productosde nuestra venta. Y ahora nuestra pregunta era a dnde ir?

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    El temor aumentaba junto con la desesperacin porque cada da haba ms presencia de guerrilla, la forma de vidaeconmica nos hacia vacilar en la posibilidad de necesariamente abandonarlo todo y venir a vivir a Lago Agrio;pero, en septiembre del ao 2000, un da como todos los das, los paramilitares desfilaron por las calles del pueblitoy esa noche algunos hicimos maletas sin pensarlo 2 veces porque esa misma noche asesinaron a 16 personas.Llegamos a General Farfn y de all a Lago Agrio, buscamos cuarto de arriendo y all empezamos a hacer una nuevavida; nuestros vecinos eran todos ecuatorianos, nos hacan muchas preguntas a las cuales unas contestbamos yotras no por motivo de seguridad y desconfianza, por cuanto recin los distinguimos y no sabamos con certezaqu personas eran; los cuartos donde arrendbamos tena una dimensin de 4 por 4, todos dormamos en el piso,unos tendamos en el piso unas colchitas y otros en cartones, cocinaba en un improvisado fogn de lea que miesposo fabric, tenamos dos ollas viejas medianas y all hacamos lo que podamos, a los vecinos le pareca raropero muy pronto se supo que ramos de los que habamos huido de los paras de San Miguel; pasaron unos das yya dialogbamos con mis vecinos y una de ellos fue al centro y de regres, me cont que en la iglesia central estabanayudando con alimentos. No tard y al da siguiente me fui all me encontr con algunos vecinos colombianos ycon llanto y voz entrecortada nos abrazamos y nos proporcionbamos algo de informacin que cada uno habapodido escuchar. Al ingresar a las oficinas de Movilidad Humana nos hacan pasar por turnos y nos hacan unaspequeas entrevistas, como de dnde vena, por qu vena, cuntas personas estaba integrando su ncleo familiary algunas cosas las que el tiempo ya esta borrando. All nos daban un tique para que con este viniramos a reclamaruna racin alimenticia al supermercado Sucumbos; como no conocamos donde estaba ubicado, preguntbamosa donde encontrarlo y alguien nos daba la informacin, luego una trabajadora social nos visitaba para ver el estadode nuestra vivienda, para verificar que lo dicho era cierto y as pudieran ayudar con algunas cosas necearas parallevar una vida digna.

    Cada da que pasaba para mi era ms difcil porque mis vecinos comentaban de mandar a los nios a la escuela, niidea donde se encontraba una escuela, Mara Elena, Flor Katina, Samuel Alberto y Mariela estaban en edad escolar.Un da de tantos, mi vecina Rosa Caicedo me dijo Vecina, vamos a la Escuela Ejrcito Ecuatoriano para quematricule a sus hijos. Afanosa fui, pero el director me dijo que eran nios nuevos y que tena que esperarme parasi sobraba cupos, lo cual me preocup porque eran colombianos. Mi vecino me dijo que en poca escolar cupos nosobran. Pasaron 4 das y nos fuimos por las calles con mi esposo, ahora se que esa calle se llama Osergo; caminamosen busca de un amigo, pero la sorpresa fue una escuelita donde los nios salan, pregunt y a pocos pasos estaba laque se llama Escuela Fiscal Mixta El Cervantes Ecuatoriano. Pregunt por el Director, vaya sorpresa, le faltabaun brazo, pero era un hombre con mucha sensibilidad y carisma humano, me salud amable y me pregunt que enpoda ayudarme, le dije que si todava haban cupos, a lo que me respondi que s; le hice la advertencia que erancolombianos, a lo que me contest que all se educaban sin tener en cuenta de nacionalidad. Fue as como matricula mis hijos, pero eso no era todo, haba lo de los tiles y uniforme y mi situacin econmica no era la mejor, ymenos alcanzaba para 4. Mi esposo decidi con mis hijos buscar trabajo, consiguieron a razn de 25 mil sucres alda o sea 1 dlar, y yo me dediqu a vender empanadas colombianas, las cuales tuvieron buena acogida entre losvecinos, con esto empezamos a comprar cuadernos: Mis vecinos preocupados por mi situacin, Roco una de ellas,sali y me coment que haba una institucin colaborando para el estudio de los nios de escasos recursoseconmicos. Rosa, una vecina ms compresiva, me acompa al lugar que nos haba indicado Roco, en efecto, allestaba una seora de nombre Mercedes Gonzlez, nos recibi muy amablemente, nos hizo algunas preguntas yluego de llenar una ficha me dijo, Samuel y Flor quedan anotados para una beca. Dios mo qu felicidad. AquellaInstitucin que acababa de darme esta gran sorpresa era el INNFA, que quiere decir Instituto Nacional de la Niezy la Familia. Hoy soy parte activa del INNFA por cuanto soy promotora voluntaria en trabajo con familias.Pero... la vida segua y estaba pendiente nuestra documentacin, lo cual tenamos que averiguar en la iglesia de San

    Menciones de Honor

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    La capacitacin es la base fundamentalpara el desarrollo de una comunidad

    El compartir es importante, en especial con los nios y nias de mi comunidad

    Compartiendo la Navidaden la comunidad

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    Miguel de Sucumbos. Acudimos al lugar y nos concedieron un permiso por 30 das mientras se resolvan nuestrasituacin porque el xodo de compatriotas era en nmero considerable y para las personas a cargo no era tan fcilla situacin, todos por la misma causa, claro que con escenarios diferentess por la ubicacin de las familias.

    Pasaron 5 meses que nos informaron que vendran Cancillera para hacernos entrevistas individuales para ver quepersonas podran tener estatus de refugiados, y fue as como un da se nos inform en nuestras viviendas que al dasiguiente tenamos que presentamos para la entrevista. Yo tena el problema que mi esposo y mis tres hijos mayoresno se encontraban, estaban en la va al Guanta trabajando y me era imposible comunicarme con ellos. Le informde esta situacin a Rosita, de Derechos Humanos, y Miriam, la segunda, nuestra enfermera, ellas me contestaronque pasara con los que haba, Mara Elena, Flor Tatiana, Samuel, Mariela, Naraida y yo.

    Pasaron 157 personas y hasta entonces lleg mi turno, me toc con un hombre blanco, gordo fumaba bastantecigarrillo, la entrevista dur mucho rato, calculando ms o menos una hora y media, era la una de la tarde y mishijos y yo estbamos en ayunas porque nos toc salir muy temprano para coger el ticket, pero la entrevista continuaba,a lo cual ya bastante cansada le dije al seor que me haca tantas preguntas que por favor diramos por terminadaesta situacin. Se sonri en forma burlona y empez a preguntarme nombres y me pas un papel que deca tarjetaandina, el cual contena los nombres de mis hijos y mi esposo y por consiguiente el mo. Tena que pasar a la salapara la foto, si el que te haba entrevistado te daba la orden de la foto significaba que tena un 95% de salir aprobadapara el estatus de refugiada, caso contrario haba que esperar 90 das. Nos dieron un carn provisional de solicitudcon el cual ya podamos movilizamos y sobre todo la polica no podra deportamos, tambin este carn era renovable,lo cual hicimos durante 3 aos hasta que llegue la visa doce cuatro que nos da los mismos derechos que cualquierciudadano extranjero residente en el pas.

    Haba pasado 4 aos y falleci el padre del dueo del cuartito donde arrendbamos. El tuvo que ponerse al frentede su madre que esta viuda, viva en Esmeraldas y fue as como nos propuso vendernos esa casita al lado de unestero, por razones obvias no doy la direccin, mi esposo acept y ya nos sentimos un poco ms cmodos porqueel dueo desocup otro cuarto el cual tambin podamos ocuparlo. Das pasaban y el ranchito empez a carsenos,pero tampoco tena recursos para construirlo, fue as como acud a Movilidad Humana para no morir aplastadacon mi familia y ellos me colaboraron con algunos materiales para una nueva construccin en la cual ya me sientoun poco ms tranquila y ah, bajo mi pobreza, he albergado algunos compatriotas que deambulan recin llegadossin dinero y sin a donde ir, porque los albergues casi no gustan por motivos de seguridad.

    En conclusin la iglesia de San Miguel de Sucumbos y el ACNUR y todos los actores comprometidos con elproceso de refugio se han preocupado que todo salga de la mejor manera puesto que han puesto todo su apoyo ysu inters para que las personas que huimos de la violencia y barbarie de nuestros hermanos no sintamos el saboramargo de la desesperacin, el hambre y el dolor de la falta de nuestros seres queridos, el proceso de insercin enla sociedad ecuatoriana es un proceso que se ha ido dando poco a poco, por la mala imagen que tenemos comocolombianos y tambin debemos entenderlos; no es fcil que de la noche a la maana venga un desconocido a vivirentre nosotros y abrirles las puertas sin saber si es bueno o malo, tambin este proceso depende en gran parte denosotros porque debemos dar lo mejor para una convivencia pacfica.

    Para mi no fue complicado, primero tuve un comedor infantil el cual nos proporcionaba los alimentos, hicimosalgunas actividades para comprar los condimentos y las carnes, esto nos alcanzaba para 30 nios menores de 12aos, ecuatorianos y colombianos; mi vida la distribuyo trabajando, vendiendo cosmticos y con la comunidad,

    Menciones de Honor

  • sobre todo con nios. En Navidad, la funda de caramelo tradicional en esta fecha la hago llegar a los nios de mibarrio, sin excepcin.

    En la actualidad soy un actor importante en mi barrio como dirigente barrial, promotora de salud, comunitaria ajvenes, previniendo en las enfermedades de transmisin sexual, pertenezco a la Pastoral Negra, llevando mensajesalentadores a las personas de la tercera edad, Presidenta de los Promotoras Rurales y Urbanas, todo esto me haservido para entrar en la vida, costumbres y folclor ecuatoriano; no es fcil, pero se intenta, porque para mi loimportante no es dnde se nace, sino dnde se lucha.

    Mi nica preocupacin son mis padres. Hace 5 aos no se nada de ellos y esto se que me causa gran nostalgia, porlo dems la vida tiene que seguir y con ella su lucha. Sin pensar en escuchar el rugir de los fusiles, los gritos de unser humano que matan y menos la desesperante y desgarradora frase TENEMOS QUE HUIR. Huir dejandoatrs todo el esfuerzo de tu trabajo, tus arraigos como persona y lo que es ms, padre, madre, hermanos y amigos.

    Gracias Dios mo, cada da que pasa te alabo, te glorifico y te agradezco por haberme dado esta oportunidad deconocer otros seres humanos, con nuestros valores morales, capacidad de amar, comprender, pero tambin depoder abrir ese corazn de ecuatorianos para recibir a tantos colombianos que tenemos mala imagen, pero quetambin sabemos entender, perdonar y amar, dentro de todo esto tengamos y llevemos una convivencia pacifica ydigna de seres humanos, con verdaderos valores morales.

    Esta es la realidad de lacomunidad donde vivo ahora

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    La ltima alternativa: tocando puertas

    Seudnimo: Ero

    Aquella tarde cruzaron muchos hombres por los potreros de la finca, ese dadebi hacerse un presagio, era el inicio de lo que la vida nos deparaba. Recuerdohaberme sentado junto a mis padres a ver como se debata San Antonio delPescado; entre bombas y torturas despiadadas, como, de la noche a la maana,un lugar de pensamientos tranquilos se queda en medio de las cenizas.

    Talvez mi madre sinti necesidad de buscar buenas nuevas, ese temor deenterrar a su familia la llev a buscar nuevos das, educacin y un maanaseguro; sus sueos nos llevaron al abandono de la tierra, a esa inmensidadque no se hace fcil de recorrer, Bogot. All conoc que la vida estaba llenade retos, de promesas, de ambiciones; aprend que vivir no es el reto quepodemos delegar, que se debe admitir tal cual.

    Pude terminar el sexto grado de bachillerato con las penas y esfuerzos mstrmulos de mi madre; a mi corta edad era indiferente al dolor que ella llevabadentro, viv la necesidad como el pan obligatorio para sobresalir. Tal vez, enesa muralla inmensa que pocos soportan con valenta, nuestras fuerzas sehicieron roca que an hoy, no nos dejan desvanecer. A veces, yo quisieracerrar mis ojos; taparlos con mis manos y llorar, humillarme ms. No, nodeseo; si la vida me lleva a seguir caminos que no se cmo han de venir,levantar mi rostro y con mis manos laborar hasta donde Dos se apiade!

    Consegu trabajo primero que mi padre, fui mensajero, organic cajas de frutasen Corabastos, recog bolas de tenis, serv mesas, e inicie mi primer negociocon los vveres que enviaba mi abuela. A todo dar arm un guacal1 en frentede mi casa con los pltanos, yucas, tomates y lo que hallara. Pa lante!, dije, lagracia de Dios hasta hoy no nos falt, el pan aunque poco, se sirvi en nuestrodiario.

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    Mi madre nunca desvaneci sus ojos ante nosotros, ms su dolor ahora lo comprendo, porque cruzar tantoshorizontes no ha dejado ms que huellas de sinsabor para mi familia: Mi padre prob en cuanto oficio se cruz,pero su valenta no era meritoria de abrazos y recompensas de sus hijos, nunca manifest su amor, nunca nospermiti robarle su aliento, tampoco otorgarle el nuestro. An as, nos sigui hasta Puerto Alvira, ese lugar que nosprometi lo tan anhelado, aquello que mi madre siempre so, esa tranquilidad que se logra cuando se vive sindesespero, la tranquilidad que an buscamos, que ahora aoramos con menos fuerzas, pero que se sigue anhelando.

    Puerto Alvira, o Cao Jabn, se mostr lleno de oportunidades; all, con algunos ahorros, emprendimos variosnegocios que nos dieron ms posibilidades, nos hicimos a una casa, la convertimos en hospedaje y locales comerciales.As, estudiar se hizo un ejercicio menos complicado, empezamos a conocer lo que buscbamos, la tranquilidad!

    Me qued a estudiar con mi hermana Lorena en Villavicencio, mi hermana mayor se cas, y junto a Ligia, mi otrahermana, se quedaron en Bogot. Lorena tenia doce aos, yo quince, era su hermano mayor, padre y madre a lavez; pap y mam estaban a una hora en avin. Puerto Alvira quedaba en medio de la selva, slo podamos ir averlos en temporada de vacaciones.

    Toda mi vida ha pasado muy rpido, ser responsables era nuestro nico deber. Me levantaba a las 5 de la maana,preparaba los alimentos y enviaba a Lorena al colegio, ella al regresar almorzaba, hacia sus tareas, mientras tanto yoiba a estudiar.

    Puerto Alvira pareca no ser territorio nacional, nunca vi policas ni ejrcito, slo aquella vez que, por arte de magiase escucharon las hlices de los helicpteros, bajaron muchos soldados y a fin de hallar no se a quien, destrozarontodo, abrieron huecos en los patios con varillas, para rebuscar lo mas mnimo, los colchones quedaron inservibles,nada se escapaba de una revisin. Nunca antes vi al Estado colombiano all. Nuestras ltimas vacaciones fueronarreglando destrozos en junio y julio.

    Mam sufri muchas noches la zozobra de la muerte, la desidia de perderlo todo, ese temor que todos algn datememos a vivir, tal vez un da ms, incierto. Nunca fueron sus das del todo tranquilos en Cao Jabn, una veztuvo que salir a un paro armado promovido por la guerrilla, que dur dos meses; paro que no podan evadir, ellosrequeran del pueblo y tenan que responder, pero esta vez no fue la guerrilla quienes ocasionaron tanto mal.

    Cuando vi llegar a mam, pens que una enfermedad grave le haba dado, ya haba enfrentado el paludismo en elparo armado, haba perdido tanto cabello y kilos de peso que pensbamos que vena al mdico, ella pareca otramujer, sus ojos se enterraron en los mos, me dio un abrazo de esos que quisiera todos los das, un llanto que no losoportamos, y que an hoy me hiela cuando la veo llorar.

    Lo habamos perdido todo, de un momento a otro, como un da lo perdieron mis tos en San Antonio, ese pequeomundo que les mencione, que se notaba desde nuestra finca, all donde curs el segundo de primaria bsica. Nohubo quien supiera que yo llevaba una alegra por tenerla cerca a mi mam y una agona por su dolor.

    Nunca antes am tanto a mam, tenerla lejos despertaba en mi esa caridad por ella, saber que daba su vida pornosotros, era para mi lo impagable. Aquel da se haban ido sus ganas de luchar, no pudo hacer ms, y menosofrecernos mucho ahora que sus fuerzas se haban desvanecido.

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    Aquella lucha que habamos iniciado en Bogot no se termin, as son los retos aqu en la tierra. No podamosesperar sentados el milagro, o llegar a un puente donde alguien algn da se apiadara de nosotros, no!, nunca fueese nuestro lema. Nos armamos de valor, alquilamos una carroza, la llenamos de mercadera barata o de combate,madrugamos a eso de las cinco de la maana y tomamos un puesto frente al YEP, ese supermercado a lado de laplaza de Villavicencio, all vendamos a diario lo necesario para vivir, yo ayudaba en la maana y en la tarde iba aestudiar.

    Tal vez comprendan que yo tena quince aos, que vivamos relativamente bien, que me gustaban las buenaszapatillas y las comidas rpidas, pero esos gustos se haban ido al piso por una atrocidad. No import que miscompaeros del colegio me vieran, no!, alzaba mi rostro y con entusiasmo venda, era por los mos que debahacerlo.

    Mam se recuper y en Enero del 98 decidi demandar a aquellos miserables que nos quitaron tantas ilusiones,demandar a ese camalen que se llama Estado, se que de noche y en cada situacin se viste de distinto color.

    Puerto Alvira, no tena ley ni constitucin poltica alguna, por eso la guerrilla andaba all como el Ejercito delPueblo, as se hacen llamar. Y un da lleg el camalen vestido de miles de hombres armad