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VIVIR EN UN ASENTAMIENTO: ¿PROBLEMA PARA LA PSICOLOGíA? ASPECTOS PSICOSOCIALES VINCULADOS A LA CALIDAD DE VIDA. Resumen En esta comunicación se realizan una serie de reflexiones acerca de los aspectos psi- cosociales involucrados en la calidad de vida . de los habitantes de un asentamiento montevi- deano. Estas reflexiones se articulan sobre una experiencia de intervención realizada desde la Facultad de Psicología. Nos centramos especialmente en el aná- lisis de las necesidades de participación y de identidad, y su relación con la organización comunitaria. El propósito es tratar de subrayar la perti- nencia de analizar estas temáticas desde la psicología, señalando especialmente su ubica- ción en el marco de la psicología comunitaria y/o de la psicología ambiental. Introducción Las reflexiones que guían este trabajo pueden formularse de la manera siguiente: ¿Qué significa habitar en un asentamiento des- de el punto de vista de la calidad de vida? ¿Qué categorías de análisis propias de un abordaje psicosocial se ponen en juego frente a esta Susana Rudolf Macció problemática? Pensamos en este problema porque surge directamente de nuestro ámbito laboral en el curso de una intervención en un barrio de Montevideo. Esta intervención se rea- liza desde un programa universitario de salud comunitaria. Tratando de evitar una perspecti- va medicalizada de este último tema, es que tratamos de manejarnos con el concepto de calidad de vida de Max Neef (1993). De acuer- do a éste la calidad de vida resulta de la satis- facción de las necesidades humanas fundamen- tales. Las mismas son nueve (subsistencia, protección, afecto, entendimiento, participación, creatividad, libertad, ocio e identidad), consti- tuyendo un sistema que no varía histórica ni culturalmente. Las variaciones están dadas por las formas que adoptan los satisfactores. Las distintas modalidades que adquiere el "habitar" ponen en evidencia esto último, ya que tanto las características físicas concretas de las vi- viendas, como el acceso a ellas, o las variadas expresiones que adopta la convivencia entre los vecinos, nos muestran la relatividad del satis- factor. Vivir en un asentamiento brinda la oportu- nidad de satisfacer necesidades que van más allá de la común y mecánica asociación con la subsistencia y la protección. Nos proponemos ahondar en las necesidades de participación e . Psicóloga y Docente de Facultad de Psicología - [email protected] 17

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VIVIR EN UN ASENTAMIENTO:

¿PROBLEMA PARA LA PSICOLOGíA?

ASPECTOS PSICOSOCIALES VINCULADOSA LA CALIDAD DE VIDA.

Resumen

En esta comunicación se realizan unaserie de reflexiones acerca de los aspectos psi-cosociales involucrados en la calidad de vida

. de los habitantes de un asentamiento montevi-deano. Estas reflexiones se articulan sobre unaexperiencia de intervención realizada desde laFacultad de Psicología.

Nos centramos especialmente en el aná-lisis de las necesidades de participación y deidentidad, y su relación con la organizacióncomunitaria.

El propósito es tratar de subrayar la perti-nencia de analizar estas temáticas desde lapsicología, señalando especialmente su ubica-ción en el marco de la psicología comunitariay/o de la psicología ambiental.

Introducción

Las reflexiones que guían este trabajopueden formularse de la manera siguiente:¿Qué significa habitar en un asentamiento des-de el punto de vista de la calidad de vida? ¿Quécategorías de análisis propias de un abordajepsicosocial se ponen en juego frente a esta

Susana Rudolf Macció·

problemática? Pensamos en este problemaporque surge directamente de nuestro ámbitolaboral en el curso de una intervención en unbarrio de Montevideo. Esta intervención se rea-liza desde un programa universitario de saludcomunitaria. Tratando de evitar una perspecti-va medicalizada de este último tema, es quetratamos de manejarnos con el concepto decalidad de vida de Max Neef (1993). De acuer-do a éste la calidad de vida resulta de la satis-facción de las necesidades humanas fundamen-tales. Las mismas son nueve (subsistencia,protección, afecto, entendimiento, participación,creatividad, libertad, ocio e identidad), consti-tuyendo un sistema que no varía histórica niculturalmente. Las variaciones están dadas porlas formas que adoptan los satisfactores. Lasdistintas modalidades que adquiere el "habitar"ponen en evidencia esto último, ya que tantolas características físicas concretas de las vi-viendas, como el acceso a ellas, o las variadasexpresiones que adopta la convivencia entre losvecinos, nos muestran la relatividad del satis-factor.

Vivir en un asentamiento brinda la oportu-nidad de satisfacer necesidades que van másallá de la común y mecánica asociación con lasubsistencia y la protección. Nos proponemosahondar en las necesidades de participación e

. Psicóloga y Docente de Facultad de Psicología - [email protected]

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identidad como forma de profundizar nuestracomprensión de los procesos psicosociales quemarcan la vida de numeroso segmentos de lapoblación de nuestro país y de América Latina.

Para aproximamos a los objetivos de estetrabajo intentaremos ejemplificar algunos tra-mos de la reflexión teórica con elementos de laexperiencia que hasta el momento hemos de-sarrollado en el barrio elegido.

Objetivos de esta Comunicación

>.

Explicitar el marco conceptual desde elcual pensamos la relación entre el barrio y lacalidad de vida.

Analizar la pertinencia de la ubicación delproblema en el marco de la psicología ambien-tal y/o la psicología comunitaria.

Descripción del Contexto de laIntervención

Los asentamientos han venido creciendoen la ciudad de Montevideo, al igual que en elresto de América Latina, como una solución alproblema de la vivienda asociado básicamenteal desempleo. En general la población que loscompone proviene del interior de país o llega alos mismos desde la propia ciudad al perder laposibilidad de sostener su vivienda anterior (al-quiler, cuota) debido a problemas laborales.Quiere decir que la propia constitución del asen-tamiento está fuertemente marcada desde elinicio por el problema de la exclusión social,representada o simbolizada en la vivienda.

Vivir en un asentamiento significa asumirdeterminadas condiciones en lo que tiene quever con el lugar legal y social, con las relacio-nes de vecindad, con las características delambiente físico del barrio. y las característicasde las propias casas.

Desde el punto de vista legal suponen unatransgresión, ya que en general surgen por ocu-pación de terrenos relativamente abandonados,pero que tienen "propietario". Esta característi-ca transgresora en general no se traslada a lo

interno del asentamiento, siendo la experien-cia más común la rápida (cuando no preexis-tente) organización de los ocupantes para darcumplimiento a ciertas condiciones básicascomo distribución, tamaño y ordenamiento delos terrenos, solicitud de servicios, etc.

La necesidad de una organización míni-ma condiciona las formas de convivencia, yaque obliga a intercambiar y tomar decisionesconjuntas, lo que no necesariamente ocurre enun barrio al que se accede por voluntad indivi-dual. De todo lo anterior resulta la importanciaque tiene el tema de la organización comunita-ria, y la necesidad de participación, que he-mos escogido como una de las líneas centra-les de nuestro trabajo.

Otra característica habitual del asenta-miento es la carencia o precariedad de los ser-vicios con los que cuenta el barrio, así como laprecariedad de las viviendas inicialmente cons-truidas. En algunos lugares esta última carac-terística cambia rápidamente, ya que el proce-so de autoconstrucción no se detiene y sueleinvolucrar mejoras tanto en los materiales, comoen el tamaño y distribución del espacio, en elaspecto estético, etc.

El lugar en el que desarrollamos nuestraintervención se trata de un barrio en el que vi-ven unas 160 familias (aproximadamente 600habitantes), conformado como asentamiento através de una ocupación de tierras hace 15 años.En este momento ofrece un núcleo constituidopor viviendas bastante sólidas y bien edifica-das, que corresponde a los vecinos más anti-guos, pero se ha formado otro sector de vivien-das muy precarias construidas por ocupacio-nes más recientes. Las viviendas más antiguastienen jardines cuidados, cercas, rejas y porto-nes. Es atravesado por dos calles, ninguna deellas asfaltada, la mayor parte de las casas seubican a lo largo de "pasajes" de tierra y pie-dra. El tránsito vehicular es escaso, los peato-nes se desplazan por la calle, ya que no hayaceras. Una manzana es atravesada por unacañada a la que asomars los fondos de todoslos terrenos. Hay muchos animales domésti-cos (perros, caballos), insectos y ratas. Haciael oeste el barrio limita con una de las callesrelativamente importantes de esta zona, quepermiten acceder al transporte público (aunque

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éste dista unas cuantas cuadras). Por el estesin embargo linda con una de las zonas deMontevideo de más intenso conflicto social ycon lale~ -

La Universidad ha realizado algunas acti-vidades en el barrio en años anteriores, espe-cialmente acciones de promoción de salud yeducación para la salud (por ejemplo con em-barazadas y con niños). Existía una Comisiónde Vecinos que había oficiado como articula-dora para esta inserción, pero la misma dejóde actuar.

A comienzos de 1999 una vecina que ac-túa como promotora de salud plantea a los do-centes su interés en actualizar el censo delbarrio, ya que las nuevas ocupaciones de tie-rras habían variado los datos de que ella dispo-nía y quería realizar una planificación de activi-dades con base en información más precisa.Al mismo tiempo comenta que ha resurgido enel barrio la preocupación por la regularizaciónde la tenencia de las tierras (tema que habíaquedado "dormido" desde tiempo atrás) y quele parece difícil retomar sin una organizaciónbarrial que sostenga el proceso.'

Las Dimensiones Ambientales yComunitarias del Tema

Ubicación conceptual.

Pensamos que estamos ante un tema depsicología social comunitaria, aunque el hechode involucrar directamente las relaciones de laspersonas con el entorno construido, y el propioproceso de construcción, nos orienta a pensaren el marco de la psicología ambiental. Landá-zuri y Terán definen a la Psicología Ambientalcomo un "área de la Psicología Social cuyo foco

de investigación y conocimiento es la interrela-ción del ambiente físico, natural y construidocon la conducta humana." Su objetivo es "co-nocer en qué forma las situaciones ambienta-les del mundo real afectan la conducta y el de-sarrollo de las personas y cómo a su vez laconducta de éstos transforma y altera el medioen una compleja interrelación de doble vía."(Landázuri y Terán, 1998, pág. 13) De hechoen algunos aspectos nuestra propuesta se pa-rece a los estudios más clásicos de Satisfac-ción Residencial. Tal vez lo que la diferencia deellos es una perspectiva, que Wiesenfeld se-ñala como característica de la psicología am-biental latinoamericana, y es su enfoque co-munitario. Esta misma autora plantea en algúnmomento "la propuesta de una psicología am-biental comunitaria (Wiesenfeld, 1994c) queincorpore los aportes de ambas disciplinas yque favorezca un abordaje más integral de losproblemas ambientales" (Wiesenfeld, s/d).

En el análisis vamos a enfatizar dos ne-cesidades humanas fundamentales: identidady participación. Esta elección se basa en quese trata de dos temas centrales de interés enla psicología comunitaria, tratándose a la vezde dos conceptos claves de la psicología am-biental, por lo que nos colocamos en un espa-cio de confluencia de ambas. Si bien en el sis-tema de necesidades humanas fundamentalesno hay relación de jerarquía, las dos escogidasnos permiten ahondar en el tema de la relacióncarencia-potencialidad que define a la necesi-dad. Como lo enfatiza Montero (1997) el traba-jo comunitario que sólo se centra en las caren-cias fomenta la indefensión y la desesperanza.Es imprescindible el trabajo simultáneo con laspotencialidades o recursos para que la comuni-dad se vea fortalecida. Esta selección de necesi-dades le agrega un sentido político a nuestrotrabajo.

Con respecto a este punto, definida la

1 Debe tomarse en cuenta como hecho relevante que 1999 fue un año electoral en el Uruguay, conalgunas características peculiares. A partir de la ultima reforma constitucional se estrenó un nuevosistema electoral, que implicó elecciones internas de los partidos en el mes de abril, primera vueltanacional en octubre y segunda vuelta en noviembre, lo que redundó en un año de campaña políticapermanente. A esto hay que agregar las elecciones municipales que se realizarían en mayo de 2000.Por último también es importante señalar que en este momento el gobierno nacional y el gobiernodepartamental de Montevideo pertenecen a fuerzas políticas antagónicas.

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de las corrientes psicológicas que se han ocu-pado del desarrollo del niño han planteado lafuerte influencia que tiene en la identidad indivi-dual la discriminación (o no) de los espaciosde la casa, asociados a los lugares, funcionesy vínculos familiares. La vivienda constituye unescenario de conductas individuales y familia-res y a la vez se presenta como un símbolo deidentidad social. La "personalización" de la vi-vienda, que se distingue a través de las "clavesambientales" (Aragonés y Sukhawani, 1994),opera como símbolo de una manera de vivir, ala vez que como autoafirmación, como formade comunicación con uno mismo y con losdemás (amigos y extraños). Esto mismo estrasladable al barrio, ya que se distinguen en éldiversas claves que permiten a sus habitantesreconocerse entre sí a la vez que distinguirsede otros. La necesidad de ocio es una adquisi-ción muy característica (Ariés y Duby, 1991)de la diferenciación y especialización de la vi-vienda del siglo XX, pero tampoco está previstapara todas las clases sociales.

En la realidad vemos que muchas ve-ces el ambiente residencial se transforma enun satisfactor negativo (violador o destructor) oen un seudosatisfactor (Max Neef, 1993,pág.56-57). Una familia hacinada en un tuguriodel centro montevideano seudosatisface susnecesidades de subsistencia y protección, perove permanentemente bloqueadas su libertad,identidad, ocio, etc., por lo tanto no disfruta decalidad de vida.

Preguntamos a algunos vecinos por quéeligieron construir en un asentamiento en lugarde aceptar una vivienda que ya les había sidoadjudicada por un plan gubernamental, nos

"contestan: "porque la gente no quiere trabajarpara pagar las cuotas". Hacemos otra pregun-ta: ¿Vivir acá no da trabajo? Después de unmomento de sorpresa, pueden reconocer lasdificultades de la autoconstrucción, los traba-jos que tuvieron que realizar ellos mismos porla falta de servicios cuando ocuparon los terre-nos; luego aparecen las ve!llajas: "acá hay jar-dines", no estamos todos e"ncimados en edifi-cios con apartamentos pequeños, diseñamos

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2 Nos cuenta una vecina fundadora del barrio: "¿Lo primero que hicimos? Mi marido puso cuatro palitospara marcar el terreno y yo planté un rosal".

psicología política como "una reflexión y praxispsicológica sobre los comportamientos y losprocesos de la vida política, latinoamericana ennuestro caso, o de la vida de los pueblos lati-noamericanos en cuanto es sujeto de la políti-ca" (Montero y Martín Baró, 1987, pág. XI), de-bemos admitir que este proyecto se puede ins-cribir también dentro de esta rama de la psico-logía. No es nuestro propósito ahora debatiracerca de la precisión de los limites entre es-tas distintas orientaciones de la psicología, ode formular una opción entre las diversas pos-turas que con respecto a ellas se han formula-do. Es evidente que hay problemas que se ubi-can en un espacio común y que las involucrana todas.

El Ambiente Residencial

El ambiente residencial está constitui-do tanto por las características ambientales fí-sicas (espacio construido y ambiente natural),como por las personas que lo habitan y el tipode relaciones que entre ellas se establecen. Elmismo constituye, como planteamos más arri-ba, un satisfactor sinérgico, ya que, variandode acuerdo a las condiciones históricas, geo-gráficas, culturales, etc., sus característicaspermitirían contribuir a la satisfacción de lasnueve Necesidades Humanas Fundamentales.De aquí se desprende claramente la diversidadde expresiones que puede adoptar este satis-factor. Tiene que ver con la necesidad de pro-tección que en algunos lugares supone aislar-se del sol, en otros de la nieve, en otros de losanimales salvajes, en otros de los asaltantes.En general tiende a ser asociado muy directa-mente a la citada necesidad, así como a la desubsistencia, relacionándolo más con los ele-mentos físicos o materiales que conforman lacasa. Encontramos más dificultad para que selo admita como vinculado a las necesidadesde libertad, identidad, creación, participación,esto unido a que se tiende a pensar en unaestructura jerárquica en la que estas necesida-des ocuparían un lugar secundario. La mayoría

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la casa según el gusto y las necesidades decada uno, podemos modificarla de acuerdo alos cambios de la familia, conocemos a losvecinos", etc.

La Participación Comunitaria

Es una experiencia comprobada que lasorganizaciones vecinales surgen asociadas areivindicaciones concretas, aún cuando ocasio-nalmente se planteen metas u objetivos mástrascendentes. (Mieres, 1992) Habitualmentetienen una vida activa muy asociada con la ob-tención de satisfacción a sus reclamos. Estohace que el funcionamiento de las mismas pue-da caracterizarse como cíclico. Al mismo tiem-po es necesario reconocer las diferentes for-mas, niveles y grados que adopta la participa-ción. La participación, que ya ha sido mencio-nada como una de las necesidades HumanasFundamentales, constituye un objetivo con va-lor en sí mismo ya que expresa una forma su-perior de organización de las relaciones socia-les, entendidas en forma democrática, solida-ria, activa. Estas características son fundamen-tales para definir a qué tipo de participación nosestamos refiriendo, ya que no compartimos al-gunas acepciones que la promueven dentro deuna estrategia de delegación de funciones yresponsabilidades de los organismos del Esta-do para liberar ciertas acciones de contenidosocial a las reglas del mercado. La participa-ción de la que hablamos es un fin y a la vezconstituye un medio, ya que ella misma escondición de la obtención de satisfacción deotras necesidades.

Este es el punto de articulación de lostemas de interés de nuestro trabajo. Fada Cori(1990) señala que la participación siempre su-pone un esfuerzo organizado de la comunidadpor incrementar el control sobre algunos recur-sos e instituciones, de los que previamente estacomunidad carecía o estaba excluida. Esteplanteo instala el tema de la participación enrelación al poder, y la vez distingue esta con-cepción acerca de la participación de aquellaen que supuestamente es promovida desde loscentros de poder y las estructuras institucio-nales, tratándose esta última de una táctica

con fines muy diferentes del fortalecimientocomunitario o ciudadano.

La Identidad

Otro aspecto que se nos presenta comosumamente relevante en relación al estudio delsignificado del barrio para sus habitantes es elde la necesidad de identidad. Más allá de laimportancia que tiene en el desarrollo individual,el ambiente residencial también brinda un es-pacio para la construcción de una identidad co-lectiva, que está constituida por una serie denotas características producto de la historia ylas vivencias compartidas, que permite a ungrupo de personas sentirse unidas, con un sen-timiento de pertenencia que les permite reco-nocerse a la vez que diferenciarse de otros gru-pos. Esta identidad no constituye un bloquemonolítico e inmodificable, sino que admite eincluye las variaciones y la evolución, pero operacomo un soporte o contexto de socializacióndesde el cual relacionarse con los otros, tantocercanos como extraños. Brinda un marco alas interacciones, permite identificarse con unproyecto y sostiene la inserción del colectivoen el grupo social mayor que lo contiene. Esdesde esta identidad social que los vecinos deun barrio se ubican en el conjunto social. (Wies-enfeld, 1996; Gravano, 1995), y es desde estaubicación que se intentan formas de "solución"del problema de la exclusión que menciona-mos al inicio de este trabajo.

El siguiente fragmento de una entrevistaa una vecina ilustra varios de estos aspectossimultáneamente: "Si yo vivo en un ranchito delata donde no tengo agua, donde no tengo luz,donde no tengo un excusado siquiera, a que sivivo en esta casa que está sin terminar perocon baño, con agua corriente, con una cister-na, que puedo abrir la canilla de la cocina ylavar mi vajilla allí, evidentemente que vaya estarpsicológicamente más sana. Y si viviera en unapartamento dondejuvíera otro tipo de confort,no sé si estaría mát sana, pero estaría másconfortable yeso también colabora a que unose sienta mejor, aumenta la autoestima, quetambién es salud".

En una actividad colectiva un grupo de

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adolescentes mira unas fotos de la época inicialde la ocupación, en la que se los ve (niños en esemomento) trabajando junto a los adultos en laconstrucción de un rancho. Uno comenta: "rnirálo que éramos en esa época: [unos bichicomes!"

Organización y FortalecimientoComunitario

).

Como lo expresamos en la presentación,una de las preocupaciones que nos convocódesde el propio barrio era el interés por recupe-rar alguna forma de organización que les per-mitiera gestionar más eficazmente algunos pro-blemas, por ejemplo la regularización de la te-nencia de las tierras. Podemos decir que des-pués de un año la organización comunitaria harecuperado un funcionamiento activo, con unaforma diferente a las anteriores, a través de unproceso que sintéticamente podemos caracte-rizar como de "fortalecimiento". En relación aesto queremos citar las consideraciones quehacen Belmartino y Bloch acerca de la partici-pación comunitaria: "La acción de participar, dehacerse parte, de compartir, remite a una es-trategia opuesta al individualismo defendido porel modelo liberal tanto como a la integración enun cuerpo social indiferenciado, sometido a lavoluntad de un estado omnisciente. (...) La no-ción de excluidos que pretendemos adoptar noremite al ámbito del consumo, sino a la esferadel poder. Los futuros actores de la participa-ción no serán aquellos que carecen de deter-minados bienes sino quienes están separadosde la posibilidad de pesar sobre las decisio-nes. La participación, para ser efectiva, no de-berá conducir a una ampliación del mercado,sino a una redistribución del poder." (Belmarti-

. no y Bloch, 1985, pág. 17).

Este abordaje nos lleva a retomar el plan-teo inicial del trabajo, en el que aludíamos a laproblemática de la exclusión como una espe-cie de telón de fondo de los conflictos concre-tos en relación al lugar donde vivir. La organiza-ción barrial que existía y dejó de funcionar res-

pondía en lo formal a las características queson más comunes en nuestro país, y que es-tán muy pautadas por los organismos del Es-tado, quienes para admitir a una organizacióncomunitaria como interlocutor le imponen cier-tas exigencias. A su vez, esta forma está muycondicionada por una matriz de origen sindi-cal, que históricamente ha tenido mucho peso.La modalidad que actualmente han adoptadolos vecinos de este barrio tiene poca relacióncon estos antecedentes: no hay autoridadesfijas, el único cargo definido es el de un vecinoque funge como tesorero, las reuniones sonsiempre abiertas y las directivas para la acciónse resuelven entre todos los asistentes, en elmismo momento se distribuyen las responsa-bilidades ejecutivas. El proceso para adoptaresta forma tuvo que ver esencialmente con elreconocimiento del valor de las distintas formas,grados y niveles de participación, y la necesi-dad de todos ellos para que el accionar seaefectivo. Esto supuso además la aceptación alas diferencias entre lo que los vecinos esta-ban dispuestos o en condiciones de brindar encada momento, y el reconocimiento de las os-cilaciones que son inherentes a todos los pro-cesos participativos. Podríamos decir que selogró controlar mecanismos de exclusión queen algunos momentos habían funcionado a lainterna del barrio, sobre la base de la necesi-dad de organización para enfrentarse con la ex-clusión social.

Conclusiones

Este proceso nos reafirma en la consi-deración de la participación como una necesi-dad humana fundamental, inseparablementeunida a la autoestima, que a su vez tiene quever con la necesidad de identidad, apuntandola satisfacción de las mismas al logro de lacalidad de vida. La forma de habitar apareceuna vez más ligada a complejos aspectos psi-cológicos que trascienden lacg,amente los ar-gumentos que habitualmente ·se manejan enlos planes de vivienda "de interés social".

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