Visita del Papa a México 23 marzo 2012

61

Transcript of Visita del Papa a México 23 marzo 2012

La multitud saluda al Papa en Leon, Gto.

Esperanza para los niños.

Alegría para los jóvenes.

Consuelo para los ancianos.

No todos pueden ser felices. Algunas personas no pueden verque un pueblo tenga un invitado al que admira y venera como

enviado de Cristo.

Hay más fotógrafos, policías y curiosos que protestantes, que por cierto, son medio “groseritos”,¿no?

Censurado

Las mismas locas.Censurado

Pocos y medio raros.

Esto lo explica todo: las fuerzas espirituales del mal están detrásde la envidia y de la amargura.

Alegria y entusiasmo

Dulce y venerable.

Mexico lo recibe con cariño.

Cámara, mochila y agua. Alegría, fidelidad y juventud.

Fiesta mexicano-vaticana.

La familia expresa su fe y entusiasmo.

Jefe de estado y ser humano.

Mitos y malentendidos.

• mañana llega el potato. ¿Reconocerá la responsabilidad de la iglesia católica en la pandemia de sida? ¿dejará de encubrir a delincuentes pederastas? ¿anunciará el final de la prohibición de una vida sexual sana para los sacerdotes? ¿tomará medidas para evitar que su política contra el aborto siga siendo responsable de millones de muertes de mujeres? ¿hará algo contra la misoginia de la iglesia? ¿quitará del santoral a torturadores y asesinos que han sido santificados durante los últimos dos mil años? ¿reconocerá finalmente que ni la iglesia ni nadie tiene derecho a meterse en la vida de cada quién? ¿evitará que su visita se convierta en un espaldarazo electorero? Oremos.

• mañana llega el potato.

• La palabra “Papa”, es una forma cariñosa de llamar a un padre. (no tiene nada que ver con el vegetal comestible).

• ¿Reconocerá la responsabilidad de la iglesia católica en la pandemia de sida?

• La Iglesia propone una conducta sexual responsable. Eso no la hace culpable de la pandemia del sida. Y además es una de las organizaciones – si no es que la que más--, han ayudado a tratar a los enfermos y a aliviar sus padecimientos.

http://www.pastoralsida.com.ar/recursospastorales/1erencuentrolat/iglesiacatolicafrentealsida.html

El 26.7% de los centros para el cuidado de enfermos de SIDA en el mundo son católicos

A lo largo de la historia, la Iglesia ha estado atenta a las nuevas necesidades en el campo de la salud y de las enfermedades, realizando así su misión evangelizadora y su anuncio y realización del Reino de Dios. En algunos momentos particulares de la historia, en los que han azotado a la humanidad calamidades nuevas, la Iglesia ha dado señal de especial solicitud ante tales necesidades, acudiendo con recursos humanos y materiales, creando instituciones específicas, asociaciones, Ordenes Religiosas.

http://www.pastoralsida.com.ar/recursospastorales/1erencuentrolat/iglesiacatolicafrentealsida.html

Son diversos los retos que se le plantean a la Iglesia ante el Sida: “Una de las necesidades más urgentes es un programa educativo de mayor alcance y más ambicioso que haga accesible al público las investigaciones médicas. La Iglesia tiene al respecto una tarea especialmente importante que hacer. En primer lugar, los miembros de las comunidades eclesiales, adecuadamente informados, deberían desarrollar una función de mediación en sus comunidades. Esto puede significar oponerse a una información equivocada, formular una respuesta global a la crisis en oposición al clima prevalente de incomprensión y de histeria y ofrecer un servicio pastoral a personas que están asustadas y airadas a causa de la transmisión del virus, y ayudar a quienes están ya luchando con la realidad del Sida.

http://www.pastoralsida.com.ar/recursospastorales/1erencuentrolat/iglesiacatolicafrentealsida.html

La Iglesia no ha permanecido impasible al reto del Sida. Su respuesta está siendo rica y en diversas formas: desde los pronunciamientos por parte del Magisterio eclesial sobre el tema, al servicio pastoral, a la creación de centros asistenciales acomodados a las necesidades de los enfermos de sida.

Mensaje de los obispos de Australia: La crisis del Sida, 20 de mayo de 1987. Orientaciones pastorales de los obispos españoles: Pensamiento cristiano sobre el SIDA, 12 de junio de 1987. Orientaciones de la Conferencia Episcopal Católica de Nueva Zelanda: 24 de mayo de 1987. Comisión social de la Conferencia Episcopal Francesa: “Del miedo a la solidaridad”, 23 de junio de 1987. Orientaciones de la comisión especial de los obispos americanos: Las muchas caras del SIDA: una respuesta evangélica, 11 de diciembre de 1987. Orientaciones de la Comisión Nacional Suiza “Iustitia et Pax”: El SIDA, desafío de todos, 9 de noviembre de 1987. Alocución de S.S. Juan Pablo II a la IV Conferencia Internacional sobre SIDA “Vivir, ¿para qué?” propiciada por el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, Vaticano 13-15 de noviembre de 1989. CELAM, La Iglesia Católica latinoamericana y del Caribe frente a la ñpandemia del VIH y SIDA, Bogotá, Diciembre 01/2005. V CONFERENCIA GENERAL DEL EPISCPADO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE, Aparecida (13-31 mayo/2007).

Cuando en la década del 80 comenzaban a aparecer los primeros casos de VIH/SIDA, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) decidió buscar respuestas para esta nueva enfermedad que afectaba a miles de personas en América Latina y el Caribe. Según un documento que fue elaborado en el año 2004 durante un Encuentro Pastoral de Salud sobre VIH/SIDA –realizado por el CELAM en Colombia- el enfoque priorizado por la Iglesia para enfrentar la situación fue la prevención, la salud y la educación. Se propuso entonces tratar al VIH no como un hecho aislado, sino integrado a otros contextos como las adicciones, la violencia familiar, el maltrato y el abuso a los niños, niñas y adolescentes.

http://weblogs.clarin.com/espacio-positivo/2007/09/10/la_iglesia_catolica_habla_de_vihsida/

http://weblogs.clarin.com/espacio-positivo/2007/09/10/la_iglesia_catolica_habla_de_vihsida/

…la Iglesia siente el deber de denunciar y combatir las causas primarias de la pandemia, enfatizando valores como la monogamia, la fidelidad y el compromiso conyugal. El Padre Alberto Bochatey cree que las estrategias de prevención que estimulan el uso de preservativos “deberían promover además métodos naturales para desarrollar el sentido de responsabilidad, apoyo y fidelidad”.

Si bien la religión católica recibió diversas críticas en relación a su postura frente al virus -y aún muchos se quejan de que promueven medidas de protección que no van en sintonía con el mundo actual-, Bochatey señala que ”no existen personas con VIH que se hayan infectado siguiendo los consejos de la Iglesia”, y remarca que el catolicismo no obliga a nadie a seguir sus recomendaciones. Mientras tanto, están de acuerdo con la implementación de una enseñanza sobre educación sexual en las escuelas, donde se brinde una información veraz y actualizada del comportamiento del VIH y sus vías de transmisión para poder, así, fortalecer las medidas de prevención.

**************

Junto a la atención a los enfermos, la Iglesia invita a promover medidas de prevención, como se hace respecto de cualquier enfermedad contagiosa. La prevención debe aplicarse a los distintos niveles en los que es posible contraer el SIDA, es decir: en las relaciones madre-hijo (antes, durante o después del parto); en las transfusiones de sangre o a través del contacto con heridas; a través de relaciones sexuales; en ciertos modos de drogarse.

http://www.es.catholic.net/sexualidadybioetica/344/712/articulo.php?id=20947

Respecto a la transmisión sexual, es claro que el método preventivo más seguro es la abstinencia antes del matrimonio y la fidelidad conyugal. Estos dos consejos coinciden con la doctrina de la Iglesia sobre la moral matrimonial, y tienen un valor antropológico muy rico, válido también para los no creyentes.

Si uno ha sido contagiado por el virus del SIDA, tiene una responsabilidad muy grave de evitar relaciones de cualquier tipo, incluso con preservativo (condón). Algunos critican fuertemente la posición de la Iglesia sobre este punto, pero tal posición tiene a su favor razones de peso. Cuando se trata de una enfermedad contagiosa y que implica peligro de muerte, no basta con reducir el riesgo de contagio como se puede hacer con el preservativo (dicen que resulta eficaz en un 90% de los casos). Lo que hay que hacer, entonces, es optar por el medio más seguro (con una seguridad del 100%): abstenerse de relaciones sexuales o de comportamientos peligrosos (compartir jeringas para drogarse, etc.).

*********

Podemos añadir, además, un dato estadístico a favor de la abstinencia. Las campañas basadas solamente en la promoción del uso de los preservativos han logrado pocos resultados en evitar nuevos contagios de SIDA. En cambio, las campañas que han defendido con claridad el valor y la eficacia de la abstinencia, como las promovidas en Uganda, ya están viendo sus frutos. Los datos hablan por sí solos: con programas implementados desde 1992 a favor de la abstinencia y de la fidelidad conyugal, se ha reducido la tasa de contagios en Uganda en un 50%. El número de infectados ha pasado de un 12-15% (1991) a un 4-5% (2003) de la población.

http://www.es.catholic.net/sexualidadybioetica/344/712/articulo.php?id=20947

Véase también: http://www.es.catholic.net/sexualidadybioetica/344/712/articulo.php?id=25914

el 12% de quienes se ocupan de los enfermos de sida en el mundo son organismos eclesiales católicos y el 13% son organizaciones no gubernamentales católicas. De este modo, dedujo monseñor Lozano, la Iglesia católica atiende a un 25% de los enfermos de sida, acreditándose «como el mayor sostén de los Estados en la lucha contra el SIDA».

http://www.es.catholic.net/sexualidadybioetica/344/712/articulo.php?id=6440

Otro enlace: http://infocatolica.com/blog/veritasincaritate.php/la-iglesia-y-el-sida

• ¿dejará de encubrir a delincuentes pederastas?

• No los ha encubierto, al contrario, los ha denunciado y ha establecido normas para que no vuelva a suceder.

• Desgraciadamente estos crímenes no son privativos de una organización o cultura particular.

• La mayoría de estos crímenes suceden en el ámbito familiar.

• ¿anunciará el final de la prohibición de una vida sexual sana para los sacerdotes?

• En general, los sacerdotes tienen una vida sexual sana, dentro de la castidad.

• ¿tomará medidas para evitar que su política contra el aborto siga siendo responsable de millones de muertes de mujeres?

• También mueren millones de mujeres en países donde el aborto es legal. Igual que millones de niños a los que no se les ha respetado el derecho fundamental de la vida.

• ¿hará algo contra la misoginia de la iglesia?• Si yo preguntara cuál es la base para decir que la mujer tiene alguna dignidad, o

que la dignidad del hombre es la misma que la de la mujer ¿qué me dirías? ¿Cuál sería tu fundamento racional, teórico, filosófico, etc., para fundamentar esa afirmación?

• La Iglesia no es misógina. Léase la carta de Juan Pablo II De mulieris dignitate.

• En las próximas 7 diapositivas se habla de algunas consideraciones teóricas y teológicas sobre la dignidad de la mujer. Son extractos casi al azar.

• No es fácil sumergirse en las profundidades teológicas, pero la invitación es para todos.

CARTA APOSTÓLICA MULIERIS DIGNITATEM DEL SUMO PONTÍFICEJUAN PABLO II SOBRE LA DIGNIDAD Y LA VOCACIÓN DE LA MUJER

CON OCASIÓN DEL AÑO MARIANO

1. LA DIGNIDAD DE LA MUJER y su vocación, objeto constante de la reflexión humana y cristiana, ha asumido en estos últimos años una importancia muy particular. Esto lo demuestran, entre otras cosas, las intervenciones del Magisterio de la Iglesia, reflejadas en varios documentos del Concilio Vaticano II, que en el Mensaje final afirma: «Llega la hora, ha llegado la hora en que la vocación de la mujer se cumple en plenitud, la hora en que la mujer adquiere en el mundo una influencia, un peso, un poder jamás alcanzados hasta ahora. Por eso, en este momento en que la humanidad conoce una mutación tan profunda, las mujeres llenas del espíritu del Evangelio pueden ayudar tanto a que la humanidad no decaiga».(1) Las palabras de este Mensaje resumen lo que ya se había expresado en el Magisterio conciliar, especialmente en la Constitución Pastoral Gaudium et spes(2) y en el Decreto Apostolicam actuositatem, sobre el apostolado de los seglares.(3)Tomas de posición similares se habían manifestado ya en el período preconciliar, por ejemplo, en varios discursos del Papa Pío XII (4) y en la Encíclica Pacem in terris del Papa Juan XXIII.(5) Después del Concilio Vaticano II, mi predecesor Pablo VI expresó también el alcance de este «signo de los tiempos», atribuyendo el título de Doctoras de la Iglesia a Santa Teresa de Jesús y a Santa Catalina de Siena,(6) y además instituyendo, a petición de la Asamblea del Sínodo de los Obispos en 1971, una Comisión especial cuya finalidad era el estudio de los problemas contemporáneos en relación con la «efectiva promoción de la dignidad y de la responsabilidad de las mujeres».7 Pablo VI, en uno de sus discursos, decía entre otras cosas: «En efecto, en el cristianismo, más que en cualquier otra religión, la mujer tiene desde los orígenes un estatuto especial de dignidad, del cual el Nuevo Testamento da testimonio en no pocos de sus importantes aspectos (...); es evidente que la mujer está llamada a formar parte de la estructura viva y operante del Cristianismo de un modo tan prominente que acaso no se hayan todavía puesto en evidencia todas sus virtualidades».(8)

Los Padres de la reciente Asamblea del Sínodo de los Obispos (octubre de 1987), que fue dedicada a «la vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo a los veinte años del Concilio Vaticano II», se ocuparon nuevamente de la dignidad y de la vocación de la mujer. Entre otras cosas, abogaron por la profundización de los fundamentos antropológicos y teológicos necesarios para resolver los problemas referentes al significado y dignidad del ser mujer y del ser hombre.

Esta eterna verdad sobre el ser humano,hombre y mujer —verdad que está también impresa de modo inmutable en la experiencia de todos— constituye en nuestros días el misterio que sólo en el «Verbo encarnado encuentra verdadera luz (...). Cristo desvela plenamente el hombre al hombre y le hace consciente de su altísima vocación», como enseña el Concilio.(12) En este «desvelar el hombre al hombre» ¿no se debe quizás descubrir un puesto particular para aquella «mujer» que fue la Madre de Cristo? El mensaje de Cristo, contenido en el Evangelio, que tiene como fondo toda la Escritura, tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, ¿no puede quizá decir mucho a la Iglesia y a la humanidad sobre la dignidad y la vocación de la mujer?

*************

*************

De esta manera inicia el acontecimiento central, acontecimiento clave en la historia de la salvación: la Pascua del Señor. Sin embargo, quizás vale la pena considerarlo a partir de la historia espiritual del hombre entendida de un modo más amplio, como se manifiesta a través de las diversas religiones del mundo. Citamos aquí las palabras del Concilio Vaticano II:«Los hombres esperan de las diversas religiones la respuesta a los enigmas recónditos de la condición humana que, ayer como hoy, conmueven íntimamente su corazón: ¿Qué es el hombre? ¿Cuál es el sentido y el fin de nuestra vida? ¿Qué es el bien y qué es el pecado? ¿Cuál es el origen y el fin del dolor? ¿Cuál es el camino para conseguir la verdadera felicidad? ¿Qué es la muerte, el juicio y cuál la retribución después de la muerte? ¿Cuál es, finalmente, aquel último e inefable misterio que envuelve nuestra existencia, del cual procedemos y hacia el cual nos dirigimos?».(13) «Ya desde la antigüedad y hasta nuestros días se encuentra en los distintos pueblos una cierta percepción de aquella fuerza misteriosa que se halla presente en la marcha de las cosas y en los acontecimientos de la vida humana, y a veces también el conocimiento de la suma Divinidad e incluso del Padre».(14)

*************

*************

La mujer se encuentra en el corazón mismo de este acontecimiento salvífico. La autorrevelación de Dios, que es la inescrutable unidad de la Trinidad, está contenida, en sus líneas fundamentales, en la anunciación de Nazaret. «Vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo». «¿Cómo será esto puesto que no conozco varón?» «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios (...) ninguna cosa es imposible para Dios» (Lc 1, 31. 37).(16)

¿No se encuentra quizás en la Anunciación de Nazaret el comienzo de aquella respuesta definitiva, mediante la cual Dios mismo sale al encuentro de las inquietudes del corazón del hombre?(17) Aquí no se trata solamente de palabras reveladas por Dios a través de los Profetas, sino que con la respuesta de María realmente «el Verbo se hace carne» (cf. Jn 1, 14).De esta manera, María alcanza tal unión con Dios que supera todas las expectativas del espíritu humano. Supera incluso las expectativas de todo Israel y, en particular, de las hijas del pueblo elegido, las cuales, basándose en la promesa, podían esperar que una de ellas llegaría a ser un día madre del Mesías. Sin embargo, ¿quién podía suponer que el Mesías prometido sería el «Hijo del Altísimo»?

*************

5. Este acontecimiento posee un claro carácter interpersonal: es un diálogo. No lo comprendemos plenamente si no situamos toda la conversación entre el ángel y María en el saludo: «llena de gracia».(19) Todo el diálogo de la anunciación revela la dimensión esencial del acontecimiento: la dimensión sobrenatural (***). Pero la gracia no prescinde nunca de la naturaleza ni la anula, antes bien la perfecciona y la ennoblece. Por lo tanto, aquella «plenitud de gracia» concedida a la Virgen de Nazaret, en previsión de que llegaría a ser «Theotókos», significa al mismo tiempo la plenitud de la perfección de lo «que es característico de la mujer», de «lo que es femenino». Nos encontramos aquí, en cierto sentido, en el punto culminante, el arquetipo de la dignidad personal de la mujer.

Libro del Génesis6. Hemos de situarnos en el contexto de aquel «principio» bíblico según el cual la verdad revelada sobre el hombre como «imagen y semejanza de Dios» constituye la base inmutable de toda la antropología cristiana.(22) «Creó pues Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó» (Gén 1, 27 ). Este conciso fragmento contiene las verdades antropológicas fundamentales: el hombre es el ápice de todo lo creado en el mundo visible, y el género humano, que tiene su origen en la llamada a la existencia del hombre y de la mujer, corona todo la obra de la creación; ambos son seres humanos en el mismo grado, tanto el hombre como la mujer; ambos fueron creados a imagen de Dios. Esta imagen y semejanza con Dios, esencial al ser humano, es transmitida a sus descendientes por el hombre y la mujer, como esposos y padres: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla» (Gén 1, 28). El Creador confía el «dominio» de la tierra al género humano, a todas las personas, tanto hombres como mujeres, que reciben su dignidad y vocación de aquel «principio» común.

*************

*************

El texto bíblico proporciona bases suficientes para reconocer la igualdad esencial entre el hombre y la mujer desde el punto de vista de su humanidad.(24) Ambos desde el comienzo son personas, a diferencia de los demás seres vivientes del mundo que los circunda. La mujer es otro «yo» en la humanidad común. Desde el principio aparecen como «unidad de los dos», y esto significa la superación de la soledad original, en la que el hombre no encontraba «una ayuda que fuese semejante a él» (Gén2, 20). ¿Se trata aquí solamente de la «ayuda» en orden a la acción, a «someter la tierra» (cf. Gén 1, 28)? Ciertamente se trata de la compañera de la vida con la que el hombre se puede unir, como esposa, llegando a ser con ella «una sola carne» y abandonando por esto a «su padre y a su madre» (cf. Gén 2, 24). La descripción «bíblica» habla, por consiguiente, de la institución del matrimonio por parte de Dios en el contexto de la creación del hombre y de la mujer, como condición indispensable para la transmisión de la vida a las nuevas generaciones de los hombres, a la que el matrimonio y el amor conyugal están ordenados: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla» (Gén 1, 28).

El hecho de que el ser humano, creado como hombre y mujer, sea imagen de Dios no significa solamente que cada uno de ellos individualmente es semejante a Dios como ser racional y libre; significa además que el hombre y la mujer, creados como «unidad de los dos» en su común humanidad, están llamados a vivir una comunión de amor y, de este modo, reflejar en el mundo la comunión de amor que se da en Dios, por la que las tres Personas se aman en el íntimo misterio de la única vida divina. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo —un solo Dios en la unidad de la divinidad— existen como personas por las inexcrutables relaciones divinas. Solamente así se hace comprensible la verdad de que Dios en sí mismo es amor (cf. 1 Jn 4, 16).

En la «unidad de los dos» el hombre y la mujer son llamados desde su origen no sólo a existir «uno al lado del otro», o simplemente «juntos», sino que son llamados también a existir recíprocamente, «el uno para el otro».

*************

*************

De esta manera se explica también el significado de aquella «ayuda» de la que se habla en el Génesis 2, 18-25: «Voy a hacerle una ayuda adecuada». El contexto bíblico permite entenderlo también en el sentido de que la mujer debe «ayudar» al hombre, así como éste debe ayudar a aquella; en primer lugar por el hecho mismo de «ser persona humana», lo cual les permite, en cierto sentido, descubrir y confirmar siempre el sentido integral de su propia humanidad. Se entiende fácilmente que —desde esta perspectiva fundamental— se trata de una «ayuda» de ambas partes, que ha de ser «ayuda» recíproca. Humanidad significa llamada a la comunión interpersonal.

Los recursos personales de la femineidad no son ciertamente menores que los recursos de la masculinidad; son sólo diferentes. Por consiguiente, la mujer —como por su parte también el hombre— debe entender su «realización» como persona, su dignidad y vocación, sobre la base de estos recursos, de acuerdo con la riqueza de la femineidad, que recibió el día de la creación y que hereda como expresión peculiar de la «imagen y semejanza de Dios».

*************

Basándose en el principio del ser recíproco «para» el otro en la «comunión» interpersonal, se desarrolla en esta historia la integración en la humanidad misma, querida por Dios, de lo «masculino» y de lo «femenino».

*************

*************

Queremos referirnos aquí a varios textos característicos del profeta Isaías: «Pero dice Sión: "Yahveh me ha abandonado, el Señor me ha olvidado" ¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido» (49, 14-15). Y en otro lugar: «Como uno a quien su madre le consuela, así yo os consolaré (y por Jerusalén seréis consolados)» (Is 66, 13). También en los Salmos Dios es parangonado a una madre solícita: «No, mantengo mi alma en paz y silencio como niño destetado en el regazo de su madre. ¡Como niño destetado está mi alma en mí! ¡Espera, Israel, en Yahveh desde ahora y por siempre!» (Sal 131 [130], 2-3). En diversos pasajes el amor de Dios, siempre solícito para con su Pueblo, es presentado como el amor de una madre: como una madre Dios ha llevado a la humanidad, y en particular a su pueblo elegido, en el propio seno, lo ha dado a luz en el dolor, lo ha nutrido y consolado (cf. Is 42, 14; 46, 3-4). El amor de Dios es presentado en muchos pasajes como amor «masculino» del esposo y padre (cf. Os 11, 1-4; Jer 3, 4-19), pero a veces también como amor «femenino» de la madre.

• Hasta aquí algunos párrafos de la carta del Papa Juan Pablo II.

• Sólo son para dar una muestra. No es un análisis exhaustivo.

• ¿quitará del santoral a torturadores y asesinos que han sido santificados durante los últimos dos mil años?

• Los santos que la Iglesia reconoce no son torturadores ni asesinos. Y no creo que nunca canonice a Stalin ni a Mao Tse Tung.

http://www.mercaba.org/FICHAS/IGLESIA/Inte03/leyenda_sobre_la_inquisicion.htm

Un texto moderado y equilibrado sobre la Inquisición:

• ¿reconocerá finalmente que ni la iglesia ni nadie tiene derecho a meterse en la vida de cada quién?

• La Iglesia no se mete en la vida de cada quién. Lo que hace es invitar a las personas a la superación espiritual.

• ¿evitará que su visita se convierta en un espaldarazo electorero?

• Almudinajeh y Castro visitaron Venezuela para apoyar la dictadura de Hugo Chávez. En México hay más democracia que en Venezuela. La visita del Papa no es política, sino espiritual y pastoral. Y el Papa, además de ser un líder espiritual, también es un jefe de estado.

• Oremos.

Todos fueron a ver al Papa.

¿Ya te fijaste quién es?