Visita al sistema planetario a escala, del Jardín de la seda y Plaza de la ciencia para ver el globo local y relojes de sol en el ámbito científico; y muralla de Murcia en el ámbito lingüístico y social

Visita al sistema planetario a escala, del Jardín de la seda y Plaza de la ciencia para ver el globo local y relojes de sol en el ámbito científico; y muralla medieval de Murcia en el ámbito lingüístico y social.

Los alumnos de 3º y 4º de diversificación del Instituto Alfonso X, salieron el miércoles 16 de noviembre para realizar una visita a la ciudad y trabajar in situ los tamaños de nuestro sistema solar en el Jardín de la Seda. Previamente, en el Jardín de la Pólvora vimos unos originales relojes de sol de Lorenzo López Asensio dónde pudimos comprobar la orientación de los mismos: el estilete hacia el norte en todos ellos.

Reloj de sol de Lorenzo López Asensio

Los alumnos también pudieron comprobar cómo se denominan algunas especies de árboles: la denominación de género y especie en latín y el nombre en castellano, así como la procedencia de los mismos.

Los caquis proceden de China (al menos esta especie)

En el sistema planetario a escala, diseñado por Simón García y Félix Arahuetes, los alumnos fueron rellenando sus cuestionarios, escribiendo las indicaciones de los carteles que aparecían en cada planeta.

La Tierra (bajo la flecha) 1400 millones de veces más pequeña en este sistema planetario diseñado por Simón García y Félix Arahuetes.

Así por ejemplo pudieron comprobar que la tierra no era más grande que el diámetro de un trozo de tiza a 100 m del sol que a su vez tenía un diámetro de un metro en esa escala. Los últimos planetas de nuestro sistema solar, estaban todos juntos al fondo del jardín. Se indicaba en qué lugar de la ciudad deberían estar para mantener la escala (por ejemplo Saturno en la catedral) pero, debido probablemente al gamberrismo faltaban el cinturón de asteroides y Neptuno.

Siguiendo nuestro recorrido vimos varios trozos de la muralla que rodeaba la ciudad de

En la base de la muralla se encuentran las plantas que simbolizan las tres culturas que convivían pacíficamente en esa época: la palmera de los árabes, el olivo de los judíos y el ciprés de los cristianos.

Murcia en la Edad Media, entre los cuales destaca el de la foto, próximo a la plaza de abastos de Verónicas.

Tras cruzar el río llegamos a la Plaza del Museo de la Ciencia. Allí destacamos, entre otros, un reloj de sol analemático: la persona que mira la hora la ve con su propia sombra y además no necesita corrección de “la ecuación del tiempo”. Solo varía horario de verano y de invierno.

Este reloj se llama analemático porque los meses del año están distribuidos según una figura llamada analema y tenemos que poner los pies en el mes que corresponde.

Hay otros dos relojes de sol ecuatoriales de gran tamaño, comparados con el (reloj de sol ecuatorial) que usamos en clase en los equinoccios y solsticios.

También tenemos que destacar el globo local de casi 2 metros de diámetro.

Este día “hacía sol” en el polo sur (verano austral)

El globo local nos permite ver cuál es la situación de luces y sombras en la Tierra. Podemos ver en qué lugares o países está amaneciendo o anocheciendo. Podemos ver, que en invierno, el día dura 24 horas en el polo Sur mientras que en el polo Norte es la noche la que dura 24 horas como lo vemos en nuestro globo de 32 cm en clase (en el patio). Para tener este globo terráqueo sólo tenemos que poner su eje a 38º (la latitud del lugar en el que estemos) y dirigir dicho eje hacia el norte. Así conseguimos que nuestra pequeña Tierra de 32 cm o de 2 metros esté en la misma posición que nuestra “gran Tierra” de poco más de 12000 km de diámetro; con los ejes paralelos.

Siguiendo nuestro camino de vuelta al instituto, en la Glorieta, vimos el último reloj de sol del día. Es más exacto que todos los anteriores ya que contiene también un analema que nos permite ver en qué momento es exactamente mediodía. Es también un proyecto de Simón García y Félix Arahuetes que se hizo realidad hace ya unos cuantos años.

Lástima que las flores no permitan acercarse, pero peor sería si hubieran plantado árboles junto al reloj de sol....

Y por último acabamos el recorrido en la plaza de Santa Eulalia en la que comentamos el recorrido que habíamos hecho siguiendo la mayor parte del tiempo la Muralla de la ciudad de Murcia.

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