Violencia 2007-2011. La tormenta perfecta | Nexos

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2015 - Nexos - www.nexos.com.mx Violencia 2007-2011. La tormenta perfecta Alejandro Hope ( ) En 2007 se calificaba a la primera generación del siglo XXI mexicano como la más pacífica en la historia del país. En los siguientes 48 meses se triplicó el número de asesinatos y en algunas regiones la violencia alcanzó rangos cercanos a los de una guerra civil. En el siguiente ensayo Alejandro Hope explora las circunstancias nacionales e internacionales que detonaron un infierno nunca antes visto. Algo nos pasó. De ello no hay duda. Entre 1990 y 2007 la tasa de homicidios se redujo a la mitad. La primera generación del milenio apuntaba a ser la más pacífica de la historia de México. Apuntaba, claro, hasta que vino la explosión: en brutal cambio de tendencia, los asesinatos se triplicaron en apenas 48 meses. Homicidios en 2007: ocho mil 867. Homicidios en 2011: 27 mil 199. La tasa pasó de un moderado nueve por 100 mil habitantes a un escandaloso 24. De acercarnos a niveles estadunidenses a tener un perfil de violencia casi idéntico al de Brasil. Con regiones en tonalidades hondureñas. Con subgrupos de población enfrentando probabilidades de muerte violenta dignas de guerra civil. Todo en cuatro años. ¿Y que fue ese algo? A la fecha se han ensayado no menos de una decena de teorías para explicar el ascenso geométrico de violencia homicida entre 2007 y 2011. Cada una posee buenas dosis de sabiduría, cada una resulta insatisfactoria por sí misma. Tal vez no haya algo que sea el algo. Tal vez no haya respuesta única, elegante, simétrica. Puede ser que no fue algo sino todo, una confluencia inusual de demonios, el Ingrid y Manuel y Gilberto y Stan de las balas. La tormenta perfecta. Las casas en las laderas INICIO

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    Violencia 2007-2011. La tormenta perfectaAlejandro Hope ( )

    En 2007 se calificaba a la primera generacin del siglo XXI mexicano como la ms pacfica en lahistoria del pas. En los siguientes 48 meses se triplic el nmero de asesinatos y en algunasregiones la violencia alcanz rangos cercanos a los de una guerra civil. En el siguiente ensayoAlejandro Hope explora las circunstancias nacionales e internacionales que detonaron uninfierno nunca antes visto.

    Algo nos pas. De ello no hay duda. Entre 1990 y 2007 la tasa de homicidios se redujo a lamitad. La primera generacin del milenio apuntaba a ser la ms pacfica de la historia deMxico. Apuntaba, claro, hasta que vino la explosin: en brutal cambio de tendencia, losasesinatos se triplicaron en apenas 48 meses. Homicidios en 2007: ocho mil 867. Homicidiosen 2011: 27 mil 199. La tasa pas de un moderado nueve por 100 mil habitantes a unescandaloso 24. De acercarnos a niveles estadunidenses a tener un perfil de violencia casiidntico al de Brasil. Con regiones en tonalidades hondureas. Con subgrupos de poblacinenfrentando probabilidades de muerte violenta dignas de guerra civil. Todo en cuatro aos.

    Y que fue ese algo? A la fecha se han ensayado no menos de una decena de teoras paraexplicar el ascenso geomtrico de violencia homicida entre 2007 y 2011. Cada una poseebuenas dosis de sabidura, cada una resulta insatisfactoria por s misma. Tal vez no haya algoque sea el algo. Tal vez no haya respuesta nica, elegante, simtrica. Puede ser que no fue algosino todo, una confluencia inusual de demonios, el Ingrid y Manuel y Gilberto y Stan de lasbalas. La tormenta perfecta.

    Las casas en las laderas

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  • En el principio, todo es estructura. Social, de arranque. Con alta probabilidad la pobreza, lamarginacin, la falta de oportunidades de empleo y la desigualdad social son crimingenas.Tener un ejrcito de desempleados y ninis, de hombres jvenes sin mucho que hacer nimucho que esperar, ciertamente no ayuda en una crisis de seguridad.

    Sin embargo, la relacin entre indicadores socioeconmicos e incidencia delictiva no esmecnica: algunos de los estados ms pobres del pas son tambin los ms seguros (Yucatn,por ejemplo). De hecho, existe alguna evidencia de que el desarrollo econmico puedegenerar incrementos en la incidencia delictiva.

    Cualquiera que sea el efecto de variables sociales sobreel delito violento, no son una explicacin satisfactoria dela curva ascendente de los ltimos aos: no hay cambiossuficientes en los niveles de pobreza, desempleo omarginacin entre 2007 y 2008 para producir un vuelcoradical en una larga tendencia histrica.

    Algo similar vale para la estructura institucional. Nadieduda de las debilidades del aparato de seguridad yjusticia. S, la impunidad es casi universal. S, las policasson una mezcla perfecta de corrupcin e

    incompetencia. S, el Ministerio Pblico es presa de incapacidad consustancial. S, las prisionesson zona de desastre.

    Pero nada de eso es nuevo. En 2002 el ICESI ubicaba ya la tasa de impunidad en 94%. En2004 haba 35% ms reos que espacios en los reclusorios. No es imposible que haya habidoun deterioro adicional del sistema en la ltima dcada, pero, si ocurri, fue gradual. No pareceexplicacin suficiente para un cambio abrupto de tendencia.

    En resumen, es muy probable que diversos factores estructurales hayan tenido un impactosobre la evolucin de los indicadores de violencia en el periodo 2007-2011. Sin embargo,probablemente fueron ms aceleradores que detonadores primarios del proceso.

    La presin baromtrica

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  • Si no fueron la pobreza ni las carencias institucionales ni el narcotrfico los causantes denuestro huracn (metafrico), qu pudo haberlo sido? Una primera respuesta (tentativa):cambios en el entorno internacional.

    Va un dato poco conocido: entre elprimer trimestre de 2007 y el cuartotrimestre de 2008 el precio almenudeo de la cocana se duplic enEstados Unidos, de acuerdo ainformacin de la DEA. Ese inusualdisparo de precios no tiene causanica, pero muy probablemente seaconsecuencia, en lo fundamental, deun cambio en la poltica colombianade combate al narcotrfico. A partirde 2006 el gobierno del presidentelvaro Uribe empieza a concentrarrecursos en la interdiccin de flujosde cocana, por encima de laerradicacin de cultivos ilcitos. Losdecomisos de cocana en Colombia aumentaron 60% en apenas un ao.

    A menor droga, mayor precio a lo largo de la cadena. Y, en condiciones de baja elasticidad-precio, eso implica mayor renta criminal y, por ende, razones ms poderosas para disputarla abalazos. Esto no es simple especulacin: en un trabajo reciente Daniel Meja, Pascual Restrepoy Juan Camilo Castillo, investigadores de la Universidad de los Andes, encontraron unacorrelacin estadstica robusta entre incautaciones de cocana en Colombia y homicidios enMxico (sujeta a algunas condiciones).

    Adems, mientras la reina de las drogas se encareca, las armas se abarataban. Como es bienconocido, Estados Unidos elimin en 2004 la prohibicin de la venta de rifles de asalto. Elresultado: un aumento de la disponibilidad y uso de armas de grueso calibre en Mxico,particularmente en comunidades fronterizas. Esto, de nuevo, no es mera elucubracin. Dos

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  • trabajos acadmicos recientes llegaron, de manera independiente y con estrategiasmetodolgicas distintas, a la misma conclusin: el reinicio de la venta legal de rifles de asaltoen Estados Unidos explica parcialmente el incremento de la tasa de homicidios en Mxico.

    Junto con las armas, Estados Unidos export a algunos de los hombres dispuestos ycapacitados para utilizarlas. Entre 2002 y 2008 el nmero de ex convictos repatriados deEstados Unidos se increment 35%. Ese fenmeno puede haber generado un incremento dela incidencia delictiva en las comunidades receptoras, particularmente en la zona fronteriza,aunque en este caso resulta difcil evaluar la magnitud del impacto.

    Todo esto, al tiempo en que los controles fronterizos estadunidenses se apretaban, comoproducto rezagado del 11 de septiembre. Entre 2001 y 2008 el nmero de agentes de laPatrulla Fronteriza prcticamente se duplic. Su presupuesto sigui una trayectoria similar enel mismo periodo.

    En resumen: ms hombres, ms armas, ms renta criminal, ms riesgo en las operaciones decontrabando.

    Cumulus nimbus

    En paralelo, las nubes se ennegrecan en el submundo criminal. Con alta probabilidad, lastensiones entre y al interior de las organizaciones criminales iban al alza desde el final de laadministracin Fox. Desde 2005 los crteles del Pacfico y Jurez estaban en conflicto abierto,producto de sendos asesinatos de hermanos de Joaqun Guzmn Loera, alias El Chapo, yVicente Carrillo Fuentes, alias El Viceroy.

    Ese mismo ao el Crtel del Pacfico intent infructuosamente desplazar al Crtel del Golfoen Nuevo Laredo y otras poblaciones de Tamaulipas, lo cual motiv un operativo federalamplio, denominado Mxico Seguro. La ruptura de la Familia Michoacana con el Crtel delGolfo y los Zetas se produjo igualmente en 2005 y 2006. Asimismo, la violenta reaccin deArturo Beltrn Leyva ante la detencin de su hermano Alfredo en enero de 2008 habla de laexistencia de un conflicto previo con sus socios del Crtel del Pacfico.

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  • Los conflictos entre grupos criminales no son cosa nueva, pero stos no eran los narcos deantao. Como documenta Guillermo Valds en su reciente libro, las organizaciones delnarcotrfico se haban militarizado desde finales de los noventa, al tiempo en que ampliabansu presencia territorial y diversificaban sus fuentes de ingreso. En esas circunstancias, sevolva probable que (como eventualmente sucedi) las disputas escalasen en intensidad y seextendiesen a buena parte de la geografa nacional.

    Vientos huracanados

    Las nubes tormentosas se tornaron en huracn con los cambios en la poltica de seguridadinstrumentados por el gobierno del presidente Felipe Caldern. En trminos prcticos, cincomedidas especficas pudieron haber incrementado involuntariamente los niveles de violencia:

    a. Despliegue masivo de fuerzas federales: a solicitud de diversos gobernadores,empezando con el de Michoacn, el gobierno federal inici, a partir de diciembre de2006, operativos conjuntos de las fuerzas armadas y de la Polica Federal en diversospuntos del territorio. Segn algunos anlisis, existe una correlacin robusta entre el iniciode los operativos conjuntos y el disparo de violencia en los estados involucrados. Sinembargo, el mecanismo causal no est claro. Fernando Escalante sugiere que lapresencia de elementos federales pudo haber roto arreglos preestablecidos entreautoridades locales y grupos delictivos. La teora no es descabellada, pero se requierems investigacin sobre el tema.

    b. Incremento del nmero de agencias involucradas en el combate al narcotrfico: durantedcadas, la Procuradura General de la Repblica (PGR) fue la dependencia lder en elcombate al narcotrfico. Las fuerzas armadas tenan roles auxiliares, acotados en lofundamental a tareas de erradicacin y decomiso. El crecimiento acelerado de la PolicaFederal a partir de 2006 y la participacin ms activa del Ejrcito y la Marina en lapersecucin de delincuentes transform ese panorama: la PGR se volvi una agenciams entre muchas involucradas en el combate al narcotrfico. Ello pudo haber tenidoun efecto desequilibrante en las relaciones entre el Estado y el narcotrfico: al no existirya un punto focal para la persecucin de las bandas, posiblemente dej de tenersentido, desde la perspectiva de los narcotraficantes, la corrupcin sistmica. Si bien ese

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  • fenmeno pudo haber servido hasta cierto punto para proteger la integridad de lasinstituciones, pudo tambin haber orillado a los delincuentes a un uso ms intensivo dela violencia.

    c. Decapitacin de organizaciones delictivas: a partir de 2007 el gobierno federalinstrument una poltica activa de decapitacin y desmembramiento de las bandas delnarcotrfico. En espacio de cinco aos se logr la captura o abatimiento de 23 de los 37principales dirigentes de los crteles, adems de un nmero no cuantificado deoperadores medios. En trminos generales, una poltica de decapitacin como laimplementada puede conducir a la violencia por tres canales: 1) provocando unadisputa sucesoria al interior de la organizacin; 2) incentivando la ruptura de mandosmedios y la creacin de nuevas organizaciones; 3) generando vacos que pueden seraprovechados por grupos rivales. Es posible que los tres fenmenos se hayanpresentado en diversos casos.

    d. Interdiccin martima y area ms intensa: tradicionalmente, la cocana entraba aterritorio nacional por puertos martimos o en vuelos clandestinos, provenientes deColombia. Esos mtodos se vieron trastocados a finales de 2007 y principios de 2008:primero, por la intercepcin de dos grandes embarques (37 toneladas en total) enManzanillo, Colima y Altamira, Tamaulipas, en octubre de 2007; segundo, por ladecisin del gobierno federal, en enero de 2008, de obligar a las aeronaves privadasprovenientes de Centro y Sudamrica a aterrizar, para fines de inspeccin, en Cozumel oTapachula. Esa combinacin pudo haber tenido el efecto de desviar los flujos decocana hacia la frontera con Guatemala y, por tanto, alargar las rutas terrestres enMxico. Con rutas ms largas, probablemente creci el nmero de bodegas intermediasy de transportistas, intensificando la necesidad de control armado en ms zonas delpas.

    e. Incremento en el nmero de extradiciones a Estados Unidos: segn datos de laSecretara de Relaciones Exteriores, el nmero de personas extraditadas de Mxico aEstados Unidos pas de 12 en 2006 a 107 en 2009. Entre los extraditados del periodo2007-2010 se cuentan algunos de los principales dirigentes del narcotrfico en Mxico,como Osiel Crdenas Guilln, Benjamn Arellano Flix y Vicente Zambada Niebla. Ese

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  • cambio en la poltica del gobierno pudo haber intensificado la violencia por tres vas: 1)eliminando el control que algunos de esos dirigentes ejercan sobre sus organizacionesdesde crceles mexicanas; 2) aumentando los riesgos de captura y con ello ladisposicin a la violencia preventiva (contra rivales, informantes potenciales, etctera); 3)convirtiendo a algunos capos en informantes de la justicia estadunidense y generandocon ello disputas internas en las organizaciones.

    Por supuesto, no todo es responsabilidad del gobierno federal. Los gobiernos estatalescontribuyeron a la crisis con una cauda radical de negligencia. En ms de un casosimplemente abandonaron la plaza, impulsados en parte por la presencia de fuerzasfederales. Frente al huracn y con algunas notables excepciones, agacharon la cabeza, a laespera de que el polica de ltima instancia (el gobierno federal) los sacara del embrollo.

    La teora de la tormenta perfecta

    En resumen, para finales de 2007existan condiciones para una tormentaperfecta: disputas crecientes en elsubmundo criminal, incremento de losprecios de la cocana y una mayordisponibilidad de armas y hombres enel norte del pas. En ese entorno, lamayor agresividad del gobierno federalen la persecucin de los crteles pudohaber sido el catalizador de unaumento extraordinario del nmero dehomicidios en el segundo trimestre de2008. A partir de ese punto es probableque la violencia se haya alimentado a smisma.

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  • Para entender la mecnica de expansin, resulta til recurrir a un concepto desarrollado porel criminlogo estadunidense Mark Kleiman: enforcement swamping. En principio, undelincuente potencial viola una ley s y slo s el beneficio del acto es superior al castigoesperado. El castigo esperado se obtiene multiplicando la severidad del castigo por laprobabilidad del mismo. As, si la pena por cometer un homicidio es 40 aos de prisin y laprobabilidad de recibirla es de 20%, el castigo esperado sera de ocho aos, multiplicado porel costo de oportunidad del delincuente. Si el beneficio para un delincuente de matar a unapersona es igual o inferior a esa cifra, probablemente no lo cometa.

    Pero, qu pasa si, por razones exgenas, el beneficio traspasa ese umbral? Asumiendo comoconstante la capacidad de castigo en el corto plazo, el delincuente tender a cometer elhomicidio y otros delincuentes harn lo mismo. Mientras ms homicidios ocurran, menorser la probabilidad de que cualquier acto en lo individual sea castigado y, por tanto, elcastigo esperado tender a disminuir, generando con ello un incremento adicional en elnmero de homicidios. El mecanismo es un bucle de retroalimentacin.

    Eso es previsiblemente lo que le ocurri aMxico entre 2007 y 2011. Diversos hechosrelativamente menores se concatenaron paraproducir un incremento en el nmero dehomicidios en el segundo trimestre de 2008.Como creci el nmero de homicidios, bajla probabilidad de que cualquier asesinato enlo individual fuera castigado. Hubo entoncesms homicidios, pero ahora conrefinamientos de crueldad. Como lasautoridades estaban ocupadas con loscadveres, crecieron los secuestros, los cualesgeneraron ms secuestros. Entre homicidiosy secuestros no haba con qu atender la extorsin o el robo de vehculos. Ms negociosfueron extorsionados y ms vehculos fueron robados. Entre secuestros, robos y extorsionesse multiplicaron las vctimas mortales. El desorden engendr desorden.

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  • Despus del huracn

    Hasta que dej de engendrarlo, claro est. La tormenta empez a ceder hacia mediados de2011. La curva de homicidios alcanz su punto ms alto en mayo de 2011. A partir deentonces inici un descenso gradual, pero sostenido: 28 meses despus se ha acumulado unacada cercana a 20% en el nmero de homicidios a nivel nacional. En algunas regiones lamejora ha sido dramtica: en Ciudad Jurez el nmero de homicidios en 2012 fue 75%menor al total registrado en 2010.

    No hay explicacin nica de esta inesperada disminucin. Entre otras cosas, puede ser elefecto conjunto de:

    1. Un aumento en las capacidades del Estado: entre 2006 y 2012 el gasto federal enseguridad y justicia se duplic en trminos reales. Resultara sorprendente que eseincremento no hubiese tenido ningn efecto sobre la incidencia de algunos delitos.

    2. Un cambio de tcticas: a partir de mediados de 2011 hubo un esfuerzo sostenido pordetener a operadores en el segundo nivel de responsabilidad de los grupos criminales.La remocin de esos individuos pudo haber afectado las capacidades de comando ycontrol de las bandas, sin crear los vacos de poder que puede provocar la remocin delos lderes principales.

    3. La demolicin del grupo ms violento: entre julio de 2011 y julio de 2013 fue detenido oabatido prcticamente todo el liderazgo de los Zetas. Esto no implica la destruccin dela banda, pero s un debilitamiento significativo. Sobre todo, tiene tal vez un efectodisuasivo sobre las dems organizaciones criminales: la que haga gala de brutalidad seconvertir en el foco de atencin de las autoridades.

    4. Menos ingresos criminales: entre 2006 y 2012 el nmero de usuarios de cocana enEstados Unidos disminuy 40%. Adems de menor volumen traficado, la disminucinpudo haber redundado en menores precios La consecuencia posible? Menor rentacriminal y menos razones para matarse.

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  • Y, tal vez, la paz engendr paz. Una disminucin puntual en el nmero de homicidiosprovoc que, en el margen, la probabilidad de sancin de cualquier asesinato creciera,generando por tanto una reduccin adicional en el volumen de muertos, provocando a suvez mayor riesgo de castigo. La espiral de ascenso, invertida.

    Entonces ya salimos de la crisis? La cada es imparable, la pacificacin un hechoconsumado? No, ni de cerca. Por una parte, estamos an al doble del nivel de homicidios de2007: falta an largo trecho antes de cantar victoria. Por la otra, el homicidio no es todo. Enotros delitos persiste una dinmica ascendente: este ao impondr un rcord histrico en elnmero de secuestros denunciados.

    Si alguna enseanza deja la gran tormenta de 2007-2011 es que no hay nada labrado enpiedra. Largas tendencias histricas pueden alterarse brutalmente de un momento a otro.Cierto, hubo una confluencia excepcional de condiciones adversas en 2007 y 2008. Pero, hayalgo que impida una combinacin similar en el futuro?

    En el principio todo es estructura. No podemos prevenir nuevas tormentas, pero s podemosmitigar sus efectos destructivos: reformando nuestras instituciones de seguridad y justicia,transformando nuestra realidad social, impulsando un proceso civilizatorio amplio. Esta crisisnos dej un tropel de vctimas. Ojal nos deje tambin diques para contener la siguientemarejada.

    Referencias bibliogrficas

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    Hope, Alejandro (2011): La espiral infinita, Ms all de los BRICS: ndice de CompetitividadInternacional 2011. Versin electrnica:http://www.competitividadinternacional.org/downloads/f.6.Laespiralinfinita.pdf . 03/10/2013

    Hope, Alejandro (2011): Adis a las armas?, nexos, junio de 2012. Edicin digital:http://www.nexos.com.mx/?P=leerarticulo&Article=2102718. 03/10/2013.

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    Valds, Guillermo (2013): La historia del narcotrfico en Mxico, Editorial Aguilar, Mxico, DF. n

    Alejandro Hope. Director de Poltica de Seguridad del IMCO.

    Felson, 2010. ICESI, 2002. Bergman y Azaola, 2007. NDIC, 2010. Meja, Castillo y Restrepo, 2013. Dube, Dube y Garca Ponce, 2012; y Chicoine, 2011. Ver http://www.cbp.gov/linkhandler/cgov/border_security/

    border_patrol/usbp_statistics/usbp_fy12_stats/staffing_1993_2012.ctt/staffing_1993_2012.pdf De Maulen, 2010.

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  • De Maulen, 2010. Valds, 2013. Ver Escalante, 2011, y Merino, 2011. Las disputas internas y las escisiones en cadena que siguieron a la muerte de los principales

    dirigentes del crtel de Beltrn Leyva en 2009 es tal vez el mejor ejemplo de esos procesos. Existe un debate sobre el impacto de la poltica de decapitacin en los niveles de violencia.

    Eduardo Guerrero, por ejemplo, ha argumentado que en 22 de 28 casos analizados ladetencin o abatimiento de un capo produjo un incremento de violencia en su zona deinfluencia (Guerrero, 2011). En cambio, Alejandro Poir, en ese entonces secretario tcnico delGabinete de Seguridad Nacional, analiz 10 detenciones o abatimientos de capos y encontrque en siete no hubo un incremento del nmero de homicidios posterior al hecho (Poir,2011).

    Hope, 2012. Kleiman, 2009. El beneficio de un acto criminal puede ser material o psicolgico. El modelo de

    enforcement swamping no requiere que los delincuentes sean plenamente racionales. Essuficiente que, en trminos de sus objetivos y de la informacin limitada con la que disponen,decidan si pueden eludir un castigo que les pese ms que el beneficio a obtener (cualquieraque sea).

    En el corto plazo no se puede aumentar significativamente el nmero o la calidad depolicas, agentes del Ministerio Pblico, jueces, tribunales, prisiones, etctera.

    Hope, 2012. Ver http://www.samhsa.gov/data/NSDUH/2012SummNatFindDetTables/

    NationalFindings/NSDUHresults2012.pdf

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