Vincent sobre Vincent.- 1. EL JOVEN VINCENT. Del púlpito al caballete

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Vincent sobre Vincent

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I. EL JOVEN VINCENT. DEL PÚLPITO AL CABALLETE

II. PARÍS SANS GLAMOUR

III. EL ESPLENDOR PROVENZAL

IV. ORATE EGREGIO. ST. RÉMY-AUVERS

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«Frente a la lucidez de VAN GOGH, la psiquiatría no es más que un refugio de gorilas obesos y perseguidos que no tienen para aliviar los más espantosos estados de la angustia y de la socavación humana, sino una terminología ridícula, digno producto de sus cerebros tarados»

Antonin Artaud

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I. EL JOVEN VINCENT — DEL PÚLPITO AL CABALLETE

30 de Marzo 1853 — Marzo 1886

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Incluso entre aquellos para quienes Van Gogh no cuenta en la nómina de sus pintores favoritos, será difícil hallar quien le

niegue la admiración que merece la enormidad de su obra y su trascendencia, su decisiva influencia en tantos y tan eximios

pintores en quienes podemos hallar desde entonces, poco tiempo después de su muerte hasta hoy, su indeleble rastro; ni

tampoco dejarán de apreciar la genialidad de su desempeño, a veces visionario, siempre vanguardia e inspiración para toda

creación posterior, e inmediatamente para un universo tan pleno, fructífero y duradero como iba a ser el expresionismo,

abstracto y figurativo, fauvismo mediante; ni, por qué no, consideración a su popularidad, la amplísima variedad de

sensibilidades que por tan distintas vías concurren en su obra, desde entonces hasta hoy, con una admiración inextinguible,

mal deudora de modas. Con todo ello, a pesar de todo ello, conocida su obra y una vez leída también la copiosa

correspondencia que mantuvo con su hermano Theo fundamentalmente —de carácter profesional, con Anthon van

Rappard— lo verdaderamente fascinante de esa obra, como acaso pocas otras más, es su imbricación en un todo indisociable

con el autor, con la biografía de quien iguala en muchos aspectos y aun sobrepasa la grandeza de la misma, de tal modo

además, que resulta determinante para su plena comprensión.

Hay que añadir, por otra parte, que la obra pictórica de Vincent van Gogh es de las pocas a las que la reproducción gráfica no

la hizo desmerecer respecto a la obra en vivo, original, ni mucho menos en la medida terminante en que lo haría con la de

otros pintores de cualquier tiempo, lo que sin duda favoreció su irradiación y, sobre todo, su creciente buena acogida entre

el público, cuando éste todavía no se movía entre ciudades y museos como lo hacemos hoy.

Enormidad en términos cualitativos, sin duda, pero también por su extensión y variedad temática. Y, sin embargo, la de Van

Gogh fue una obra fraguada, cierto que a un ritmo estajanovista, en algo menos de una década. La que transcurre entre

1880, en que con 27 años comienza a dibujar y a pintar de manera sistemática, dedicando a ello todo su tiempo y el aciago

verano de 1890, en el que, en algún trigal perdido por los alrededores de Auvers-sur-Oise, determinó dispararse un tiro en el

pecho que le causaría la muerte un par de días después.

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La profundización en su obra y en la tormentosa biografía de Vincent va adhiriendo un sinfín de detalles a esa impresión

inicial, que vienen a reforzar la de hallarnos ante un personaje de una talla humana excepcional, digno de la mayor

admiración y respeto, no sólo por un legado artístico cuya dimensión él jamás hubiera podido concebir desde una

personalidad tan empapada de humildad —tantas veces zaherida, acosada otras—, sino de forma muy remarcable por el

modo prometeico en que su autor se sobrepuso a toda precariedad para entregarse ciegamente a su pasión, tan tardía

y tan ascéticamente concebida.

Con la singularidad de que una vez conocidos ambos, el personaje —su biografía— y su obra ya resultan un continuo

amalgamado. En el sentido de que sus croquis, sus bocetos, dibujos, acuarelas y óleos, sin quererlo, al examinarlos te

transportan a un periodo concreto de calma o de zozobra, a una fase de ánimo cimero o abisal. Bien a esos estadios de

pugna denodada por alcanzar a dibujar todo cuanto le rodea casi desesperadamente, bien a esos otros de la destreza

lograda, la seguridad de un trazo ya ligero, indiferente y libre, sin otro dueño que la mente ávida y siempre insatisfecha

de su autor. Pero asimismo, en el sentido de que no es posible hablar de Vincent van Gogh, sin aludir a qué momento

nos estamos refiriendo de esa década o de los años previos de su formación juvenil y acaso de dislocación creciente con

su mundo y con su tiempo, con la vida misma; el Vincent juicioso y reflexivo, peripatético paseante que localiza temas

en Etten, en La Haya o en Arlés o el que incurre en dislates que paralizan a sus circunstanciales compañeros de viaje,

despertando en ellos su recelo y su temor; a qué tramo de su arduo camino nos referimos, al minero, el parisino, el

arlesiano, al paciente en Saint Rémy..., lo que es hablar, en suma, de su personal orografía anímica, la delicada gráfica de

sus desequilibrios entretejiéndose con la de sus logros artísticos más brillantes.

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Vincent van Gogh nació en Groot-Zundert, en el Brabante neerlandés, un treinta de marzo de 1853. La fotografía inferior izquierda corresponde a la casaparroquial de dicha localidad, a su vez casa natal del propio Vincent, hijo y nieto de pastores evangelistas y con un largo linaje de clérigos alternándose en suascendencia con comerciantes, que en la generación previa a la suya coincidirían en serlo precisamente de arte, como marchantes, hasta en tres casos entresus parientes directos.

Fue el mayor de los seis hijos de Ana Cornelia y del pastor Théodore, quienes le procurarían una cuidada educación en un internado privado hasta los dieciséisaños en que, como aprendiz, comenzaría a trabajar en la galería de arte de su tío Vincent en La Haya, una filial de la parisina Goupil, con sede en varios países yde la que su pariente era socio.

Fue así que Vincent cruzó el Canal en el año 1873 con destino a la sucursalde Goupil en Londres, y dos años después a la sede parisina, donde residióun año más, hasta que en 1876, por desavenencias con sus jefes entreotras razones, se despidió para regresar a Holanda. Su hermano Théo,quien sería su protector y fiel confidente a lo largo de toda su vida, seguiríaesa tradición de comerciante de arte, en París, donde se establecería pocodespués, hasta su muerte, acaecida al poco de la del propio Vincent.

De la infancia y adolescencia de Vincent Van Gogh nos queda la semblanzade un joven muy introvertido, tendente al aislamiento, de ánimo voluble yfuerte carácter.Como estudiante, la de un alumno muy poco integrado y con intereses aúnmenos en consonancia con la mayor parte de las materias objeto de suinstrucción.La de alguien, en fin, que fue siempre causa de preocupación para su familia,por sus excentricidades y la aparente desorientación de sus pasos.

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1879 Verano. Mina de carbón en el Borinage. Lápiz, acuarela transparenta, sobre papel de pergamino

La primera vocación que se despertó en el joven Van Gogh fue la de misionero, la de pastor evangelista, como su padre y su abuelo. Ese despertar sucedió en Londres, adonde fue porprimera vez en junio de 1873, con veinte años, para permanecer allí hasta el mes de octubre. Más adelante hubieron otros dos viajes a la metrópoli del Támesis. El siguiente —de carácterexclusivamente sentimental—, desde final de diciembre de ese mismo año, sólo dos meses después de su vuelta a París, un Vincent desesperado pide de nuevo el regreso a Londres, quele es concedido no sin reparos, obstinado como está en pretender una relación imposible con Ursula*, la hija de su casera al otro lado del canal, quien no sólo le había rechazado ya sinoque le profesaba la más absoluta indiferencia —en realidad se ha venido burlando de su candidez y de las grandes expectativas de matrimonio que ciegamente albergaba él—. La penosacomprobación de lo cual, de la nula consideración que le profesaba la destinataria de su fervor, le haría permanecer allí hasta mayo del año siguiente, 1875, en que otra vez regresa alcontinente despechado, solo y sumido en el mayor abatimiento. Por último, hubo una tercera y última estadía, por su cuenta, al margen ya de las galerías Goupil. Lo remarcable es que, entodos esos periodos —de una densidad vivencial sólo propia de Vincent—, fueran cuales fueran sus circunstancias, el esteta, el artista que hay en él no deja de hacerle siemprereferencias a Théo sobre pintores que ha conocido o que desea conocer, referencias a la necesidad de seguir la evolución de la pintura, de leer La Gacette des Beaux-Arts:*algunos biógrafos coinciden en que se ha confundido el nombre de la chica con el de la madre, según este criterio Eugene sería el de ella y Ursula pues, el de la madre.

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En la última de esas etapas, Vincent acude de nuevo a Londres porque ha conseguido trabajo, en principio como profesor de francés en una institucióncon sede en Ramsgate —condado de Kent—, a la sazón reubicada en Isleworth, junto al Támesis. El alumnado, proveniente sobre todo del áreasuburbial del Est End londinense, no atiende los pagos al pensionado con la debida regularidad y el director decide que sea un sensible y taciturnoVincent quien se ocupe del cobro. Vincent conocerá entonces toda suerte de penalidades en barrios obreros tan deprimidos, de tan infrahumanascondiciones como no hubieran en la ciudad; esa otra cara de la metrópoli que aún resulta más terrible a sus ojos que la conocida a través de suadmirado Dickens. Para él tomar partido por los desfavorecidos nunca será, y tampoco entonces, siquiera objeto de consideración y análisis, de cotejo,sino un inmediato reflejo moral que se abre paso ante cualquier conveniencia personal o social. Su incompetencia para ese encargo no es tal pues, sinomás bien renuncia a perseguir a quienes no tienen posibilidad de darle nada en realidad. Pero, precisamente allí donde el pecado más grave vienesiendo el concerniente al dinero, ese no puede ser ni lejanamente un criterio para la institución y, al poco, es despedido. Afectado en lo más íntimo,consternado, no por el despido sino por las condiciones extremas que ha visto ante si, engagé como sólo él es capaz con aquella comunidad, de igualmodo en que más tarde lo estará con los mineros belgas y a lo largo ya de toda su vida, ética y estéticamente, con la pobreza y las penalidades de losmás humildes, Vincent siente despertar en él la vocación de su padre y comienza a trabajar como ayudante de predicador de un pastor metodista,“predicando la palabra de Jesucristo”, según informa a su hermano.

Se inicia un ciclo de fervor religioso y de algo más que un abnegado compromiso con los desheredados, los excluidos londinenses. Con esa propensióna la demasía que será privativa de Vincent para siempre, más que hacer adeptos entre la comunidad obrera a cargo del predicador, Vincent los dejamuchas veces sumidos en la perplejidad, cuando no los espanta con la desmesura de sus juicios, su testimonio personal y sus prédicas desgarradas yconfusas. La carga que acarrea sobre si durante semanas, sus desvelos excesivos y las atenciones a que se obliga acaban por pasarle factura y enferma,si bien él considera la enfermedad sólo como un inconveniente nimio que debe obviar resignadamente ante Dios.

Las cartas a Théo que se conservan de ese periodo rozan lo místico, a fuer de piadosas. Forzado por su familia o motu proprio, no hay noticia de ello, locierto es que Vincent llega de regreso a Etten pasada la Navidad de 1876, con veintitrés años, por primera vez agotado y enfermo. De nuevo uno de sustíos le encuentra ocupación en una librería de Dordrecht, como dependiente. Un oasis de paz para Vincent, porque los libros son su otro medionatural, el hábitat aislante donde prospera el sosiego que necesita para superar los excesos emocionales, donde acaso se posan clementes esos negrospájaros que sobrevolarán muchas veces sus trigales y cipreses desazonados.

“Si ves también algo de Lagey, de Braekeleer, Wauters, Maris, Tissot, Jorge Saal, Jundt, Ziem,Mauve, escríbeme sobre eso: son pintores que me gustan mucho (…) Sí, el cuadro de Millet, elAngelus del anochecer, «es algo», es magnífico, es poesía. Con cuánto gusto hablaría todavíade arte contigo, pero no tenemos mas que escribirnos con frecuencia: encuentra bello todo loque puedas; la mayoría no encuentra nada suficientemente bello.” (Londres, julio de 1873).

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1880 El ángelus. Dibujo. Lápiz, tiza roja, intensificado y lavado con papel Ingres blanco

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Jean François MILLET (1857-59) El Ángelus . Museo de Orsay (55,5 x 66 cm)

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vive como ellos, les regala su ropa y se entrega a su labor pastoralde esa manera un punto fanatizada con que acomete todaactividad. Hasta el extremo de abandonarse y llegar a presentar unaspecto astroso que despierta la alarma de sus conocidos, quienesfinalmente advierten de ello a su familia. Aun en tales condiciones,Vincent no deja de dibujar, a veces acurrucado en los montículos demineral desechado de la mina, a las personas que conforman elúnico mundo que le va a interesar para siempre, el de los pobrestrabajadores, los mineros, campesinos, tejedores, el de las mujereshacendosas…

Como consecuencia de su despido, el otoño/invierno de 1879 serápara Vincent uno de los periodos más penosos de su vida, en el quellegará a convertirse en un itinerante vagabundo que cambia susdibujos por algo que comer. Desde aquella localidad —cuya iglesiapuede verse en la imagen—, en junio, a pocos pasos de iniciarse esafunesta etapa, todavía ajeno pues a lo que le esperaba, escribe:

En 1878, pese a serle denegado el nombramiento de pastor tras haberlo intentado, primero en Ámsterdam y, después, durante el otoño, en una escuelaevangelista de Bruselas, Vincent decidido a entregarse a su misión parte por sus medios hacia el Borinage, una región hullera belga muy deprimida y decondiciones cotidianas casi extremas, donde él pretende compartir la vida de sus habitantes y predicar por su cuenta. A finales de ese año, sin embargo, el Comitéde Evangelización rectifica y le concede un nombramiento para seis meses, en Wasmes, en esa misma región minera. Un nombramiento que le dotaba de unmedio de supervivencia, pero que acabarían por no renovarle, acaso por el mismo llamativo celo e inusitada abnegación que le valieran antes la rectificación y elpuesto. Vincent, ante aquellas condiciones infrahumanas de sus vecinos recibe un nuevo impacto y, como ya le ocurriera en Londres, la situación le desborda:

“No conozco mejor definición de la palabra arte que ésta: «el arte esel hombre agregado a la naturaleza»; la naturaleza, la realidad, laverdad, pero con un significado, con una concepción, con uncarácter, que el artista hace resaltar, y a los cuales da expresión,«que redime», que desenreda, libera, ilumina. Un cuadro de Mauveo de Maris o de Israels dice más y habla más claramente que lamisma naturaleza.”

Durante sus estudios religiosos en Bruselas, muy dificultosos como en Ámsterdam, sobre todo por el aprendizaje del latín y del griego pero también comoconsecuencia de sus maneras poco sociables, Vincent había escrito a su hermano:

“Siento la tentación de dibujar esbozos sumarios de numerosas cosas, de todo lo que encuentro en mi camino, pero es preferible resistir taltentación porque acaso me desviaría de mi trabajo propiamente dicho” (Wasmes, junio de 1879)

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1880 Verano (final). Cuesmes. Mineros. Dibujo a lápiz sobre papel

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1880 Otoño. Cuesmes. La hija de Jacob Meyer

(después de Holbein)Dibujo a pluma y lápiz

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1980-81 Mujer campesina francesa amamantando a su bebé

(después de Dalou). Dibujo

Jules Dalou, escultor realista francés, coetáneo de Van Gogh

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Prácticamente todo lo que dibujó en el Borinage hadesaparecido, aunque Van Gogh volvería más adelante aalgunos de los temas allí concebidos.

En diciembre del 78, cuando todavía reside en Wasmes,

escribe a Théo: “Estos últimos días, los días sombríos que

anteceden la Navidad, ha caído la nieve. Todo recordaba los cuadrosmedievales de Brueghel el campesino y de tantos otros que hanlogrado expresar de una manera tan impresionante el efectocaracterístico del rojo y el verde, del negro y del blanco. Lo que se veaquí me hace pensar siempre en la obra, por ejemplo, de Thijs Mariso de Alberto Durero. Hay aquí caminos profundos, cubiertos de zarzasy de viejos árboles torcidos con raíces fantásticas que se parecentotalmente a ese camino de un aguafuerte de Durero: El caballero yla muerte.”

Durero trata de expresar en este grabado a buril sobre cobre alaguafuerte, la doctrina recogida en el Enchiridion militis christianis("Manual del Caballero Cristiano") que Erasmo de Rotterdam publicóen 1504. El camino de la virtud es largo y lúgubre, el caballero tieneque estar despierto, bien dispuesto y fuerte ante los peligros y lastentaciones que le asaltan. En compañía de la muerte y el demonio,el caballero, soldado de Cristo, va erguido, la vista fija adelante —ajeno a las tétricas criaturas que le circundan—, en pos del castilloque se alza en la colina, que es su meta y la única visión plácida detoda la composición. La Muerte, un cadáver habitado por serpientesque se retuercen, se le acerca montada en un caballo con los huesosvisibles, para tenderle un reloj al que le queda la mitad de su arenapor caer, alegoría de que la muerte se acerca pero no de manerainminente. Tras él, un demonio monstruoso con una sonrisa macabra,portando una pica.

El caballero la muerte y el diablo. Hacia 1513 (246 x 190 cm) Biblioteca Nacional de Francia (París)

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La vicaría y la iglesia de Etten. Lápiz, acuarela transparenta, sobre papel

Vincent, porfiado lector desde aquella adolescencia huraña y solitaria que fue la suya, se ha convertido en una persona cultivada, conocedora de los clásicos. Frecuentaa Shakespeare, Dickens, pero asimismo la literatura de su tiempo, los escritores franceses, con quienes comparte su conciencia social —Émile Zola a la cabeza—, ytambién los grandes creadores rusos, que le dejarán su impronta. El paso por las filiales en Londres y París de la galería Goupil, le ha permitido conocer las obras de lospaisajistas ingleses y, en el continente, toda la corriente romántica y realista que le ha precedido y es objeto entonces del mayor interés y de la más unánimeaceptación: Delacroix, Dupré, Millais, Jules Breton, Matthijs Maris, Doré… Y a quien llevará siempre consigo: Jean-François Millet, el pintor de los campesinos, de la vidarural, de los humildes, con quien mantendrá un persistente diálogo para siempre; haciendo copias de sus obras se iniciaría seriamente en la pintura, y a lo largo de esadécada de producción seguirá realizando versiones de ellas, hasta sus últimos días.

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1881 Burro y carro. Dibujo a lápiz, carboncillo, tiza negra, acuarela blanca opaca, sobre papel verjurado

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1881 Otoño. Etten

Camino con olmos podados. Boceto

Vincent ha aprovechado sus estadías enParís y Londres para visitar museos ynunca ha dejado de interesarse por lapintura, de manera especial, perotampoco ha dejado de profundizar en lacultura: “… tengo una pasión más o menosirresistible por los libros y tengo necesidad decomer mi pan. Tú, tú podrás comprender esto.Cuando estaba en otro ambiente de cuadros yde cosas de arte, tú sabes bien que sentíentonces por ese ambiente una violentapasión que iba hasta el entusiasmo y no mearrepiento, y todavía, ahora, lejos del país,siento a menudo la morriña por el país de loscuadros.(…) En vez de dejarme llevar por ladesesperación he tomado el partido de lamelancolía activa mientras tuviera necesidadde actuar, o en otros términos, he preferido lamelancolía que espera y que aspira y quebusca, a la que, abatida y estancada,desespera.”

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Boceto con olmos podados en carta a Théo

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1881 Olmo podado. Tiza negra, acuarela, intensificado con blanco

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Octubre de 1881. Boceto con árboles podados

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1881 Camino con olmos podados y hombre con escoba. Dibujo a lápiz, lavado

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1881 Campesino con un palo. Tiza negra

“Un pájaro en la jaula, en la primavera, sabe muy bien que hay algo para locual serviría, siente fuertemente que hay algo que hacer, pero no lo puedehacer. ¿Qué es? No lo recuerda bien, después tiene ideas vagas y se dice:«Los otros hacen sus nidos y tienen sus hijos y crían la nidada»; después segolpea el cráneo contra los barrotes de la jaula. La jaula sigue allí y el pájarovive loco de dolor. «Mira qué haragán», dice el pájaro que pasa (…).

[…] … la prisión se llama a veces prejuicio, malentendido, ignorancia fatal deesto o aquello, desconfianza, falsa vergüenza.”

Todo lo anterior escribe a Théo en una larga carta fechada en juliode 1880, tras nueve meses de silencio y distanciamiento con él y contoda su familia, durante los que se ha dedicado a vagar por Francia yBélgica sin asidero alguno, como un paria tras su exclusión de laprédica religiosa, incapaz de soportar más reproches y hurtándoseasí a la mirada alarmada de todos ellos. Tal cual lo deja reseñado enesa misma carta:

“Involuntariamente me he convertido en la familia en una especie depersonaje imposible y sospechoso, sea lo que sea, alguien que no merececonfianza. ¿A quién podría ser útil yo de alguna manera?”

Ha vagado tratando de sobreponerse a sus sucesivos fracasos ydesengaños; tal como lo viera el pastor Théodore con ocasión de laprimera negativa del Comité de Evangelización: con veintisiete años,“nos apena mucho ver que no conoce literalmente el goce de vivir y sepasea siempre con la cabeza gacha, buscando sistemáticamente lo que trae

dificultades.”

¿A qué dedicarse, cómo sentirse útil?

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1881 Campo con tormentasDibujo, Lápiz, tiza negra, lavado, intensificado con blanco

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1881 Hombre arrodillado, plantando. Dibujo a carboncillo, lavado, tiza negra, intensificado con blanco

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1881 Muchacho cortando hierba con una hoz. Tiza negra y acuarela

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Vincent escribe a Théo ininterrumpidamente durante esa década prolífica, salvo los dos años aproximadamente que estuvo viviendo en París junto a él, periododel que nos quedan los numerosos testimonios de diferentes artistas, marchantes, críticos y otras personas que le conocieron. Escribe mucho mejor de lo que seexpresa de palabra; de hecho fue su incapacidad para el discurso oral lo que adujo el Comité de Evangelización para hacerle a la posteridad el inmenso favor deencaminar al artista hacia su verdadera religión: su devoción excepcional por el dibujo y la pintura, ése que finalmente sí sería su sacerdocio. Y como escribióbastantes décadas después Truman Capote, a propósito de su propio oficio artístico, en el excelente prólogo a su libro de relatos Música para camaleones: “… undía comencé a escribir, sin saber que me había encadenado de por vida a un noble pero implacable amo. Cuando Dios le entrega a uno un don, también le da unlátigo; y el látigo es únicamente para autoflagelarse.”Carente de expectativas, animado por su hermano, en 1880 Vincent decidió encadenarse a ese otro amo suyo y se dedicó a la pintura con la pasión que habíapuesto en predicar el Evangelio, en dibujar cuanto veía a su alrededor, en sus amores unilaterales o, sensu contrario, en su alienado desinterés por cuanto nohallara a un tiempo humano, verdadero y trascendente. Y a tal fin, se trasladó de inmediato a Bruselas con intención de tomar clases; algo sólo transitoriamenteposible para una personalidad tan compleja e inestable como la suya, con un criterio entonces todavía intuitivo pero firme que confrontar con quien le enseña.Aunque a la postre no resultara una estancia vana, pues allí conoció al pintor Anthon Van Rappard, con quien sí mantendría una larga relación de amistad. DesdeBruselas, en enero de 1981, escribe a Théo:

Londres: una peregrinación. Con ilustraciones de Gustave Doré (Londres, 1872), un proyecto del periodista Blanchard Jerrold sobre lugares del Londres costumbrista victoriano, de dramáticos

contrastes, al que contribuyó Doré con 180 grabados.

“Me agrada mucho el paisaje, pero aun diez veces más estos estudios de costumbres, a veces deimpresionante verdad, tales como los que Gavarni, Henri Monnier, Daumier, de Lemud, Henri Pille, Th.Schuler, Ed. Morin, G. Doré (por ej.: en su Londres), A. Lançon, De Groux, Félicien Rops, etcétera… handibujado magistralmente.”

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“Tú sabes que me he entregado de lleno a hacer acuarelas, y si logro formarme lamano, se venderán.

(…) Algún tiempo después te envié algunos dibujos a la tiza y al carbón y al pincel,y he vuelto a casa de Mauve con toda una serie de dibujos, respecto a los cualestuvo naturalmente observaciones que hacer, y con motivo, y tú también, pero yahabía dado un paso adelante.

Heme aquí de nuevo en un período de lucha y de descorazonamiento, de pacienciay de impaciencia, de esperanza y desaliento. Pero es necesario que lo atraviesevictoriosamente y bien pronto tendré una concepción mejor de la acuarela.”

Y en Post Scriptum de esa carta de 7 de enero de 1881, añade:

“Te cuento algunas frases que me han hecho impresión y emocionadoprofundamente en el Millet de Sensier (*); son estas palabras de Millet: «El arte esun combate; en el arte es necesario jugarse hasta la piel.» «Se trata de trabajarcomo varios negros: Preferiría no decir nada antes que expresarme débilmente.»

(*) Se refiere a la obra canónica sobre Millet escrita por su íntimoamigo, Alfred Sensier. Una biografía, ilustrada con cartas, notas yotros documentos originales recopilados por el autor.

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Dibujo a lápiz, pluma y pincel en tinta marrón, acuarela opaca de colores gris y verde, lavado marrón, sobre papel de pergamino gris

1881 Sembrador (después de Millet)

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Jean François MILLET-1850

El Sembrador

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Honoré DAUMIER (1808 - 1889) Paseantes en la noche

Pero la responsabilidad y la presión son ya muy grandes para entonces.Casi nadie cree que a su edad pueda empezar una nueva carrera, ahoracomo pintor, un oficio y un mundo en el que es tan poco probable queencajen él y su personalidad, como esos dibujos oscuros con motivos “pocoagradables” al espectador:

Su presunta locura es el estigma que le perseguirá para siempre. En lafamilia, tras su fiasco en la comarca minera belga y aireadas susexcentricidades y el descomedimiento con que se condujo allí, ha rondadola idea y se han hecho gestiones para internarle en el manicomio de laciudad de Gheel, próxima a Amberes. Théo ha tenido que ponerle enantecedentes para amortiguar el impacto de la eventual noticia de esasintenciones, lo que, cabe imaginar, debió significar un revés psicológico deconsecuencias imponderables.

Rebus sic stantibus, en abril de 1881 se traslada a la ciudad holandesa deEtten (Etten Leur, cerca de Breda), adonde ha sido destinado su padre,porque no puede mantenerse, y se pone a dibujar sin descanso en cuantollega, lo que inicialmente les tranquiliza. Necesita demostrarles que no esaquel pájaro haragán que ven desde fuera de su jaula.

En verano es visitado por Van Rappart, quien a su vez tiene con él unarelación ambivalente: respetuoso ante la pasión que muestra por lapintura, sus afanes por dominar el oficio, pero también temeroso de sutirón emocional, a veces incontenible: “sombríamente fanático”, ledescribe.

También visita a su primo en la capital, el también pintor Anton Mauve,quien sí le anima a seguir y le transmite la grata impresión de que notardará en ser capaz de realizar algo “vendible”.

“Un campesino que mira cómo dibujo un tronco de árbol y me ve trabajardurante una hora sin moverme, se imagina que estoy loco y se burla demí. Una damisela, que hace aspavientos ante un obrero ataviado con sutraje de trabajo remendado, cubierto de polvo y empapado de sudor, nopuede evidentemente comprender por qué uno viene a enterrarse en elBorinage, ni corre a Heyst, ni desciende a los pozos de una mina. Ytambién concluye que estoy loco.” (abril de 1881)

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1881 Madre junto a la cuna y niño sentado en el suelo.

Carboncillo, tiza negra, acuarela

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1917

The Distant Island1881 Mujer sentada en el hogar

Tiza negra, lápiz, acuarela, intensificado con blanco

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1881 Molinos de viento cerca de Dordrecht. Acuarela, lápiz, tiza negra y verde, intensificado con blanco

La montaña rusa que fue la vida de Vincent van Gogh en lo que a inestabilidad anímica se refiere, tuvo un nuevo episodio, familiarmente devastador, eseverano de 1881 en que se halla trabajando con gran determinación en el domicilio familiar de Etten. Finalizando el mes de agosto, los Van Gogh recibenla visita de una prima de Vincent, Kee Vos, hija de su tío Stricker, a la sazón también pastor evangelista en La Haya. Es una mujer recientementeenviudada y con un hijo de cuatro años. Vincent se enamora de ella durante esos días como quien se agarra a una rama en el talud. En parecidoitinerario al seguido con Ursula en Londres, tras declararle intempestivamente su amor y ser rechazado, se niega a aceptarlo. Muy al contrario, vivealegremente un enamoramiento al que se aferra sin otra consideración que dar rienda suelta a sus sentimientos y que, tras algunos penosos episodios,acabará obsesionándole como ocurriera en Londres, hasta inducirle a una nueva crisis. El 7 de septiembre escribe a su hermano de este tenor:

“Old boy, esta carta es para ti solo; cuidarás bien de guardarla para ti, ¿no es cierto?Debo preguntarte entonces si te asombra lo más mínimo que pueda existir un amor, lo suficientemente serio y ardiente para no dejarse enfriar niaun por muchos «jamás, no, jamás». Es seguro de que, lejos de asombrarte, esto debe parecerte natural y «razonable».(…) Le he tomado verdaderamente gusto a la vida y me siento muy feliz de amar. Mi vida y mi amor son una misma cosa.”

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1881 Mujer moliendo café. Pluma, lápiz, acuarela, intensificado con blanco

Vincent, nuevamente ciego ante los hechos —la negativa de suprima a cualquier relación—, le reseña a su hermano con todalucidez las distintas alternativas que se le presentan, aunquedespués elija involucrarse en pos de una idea que nadiecomparte, menos que nadie la concernida, y que pronto setornará en perturbadora obsesión.

En sucesivos viajes a La Haya pretende visitar a Kee y ella lerehúye, se ausenta antes de que llegue, dejándolo solo frente alos miembros de su familia, primero circunspectos y al pococonsternados por su insistencia en verla a toda costa. Enfrenta asu tío, quien drásticamente le conmina a dejar de escribirle eintentar verla, pues tanto él como toda la pequeña comunidaden que se hallan consideran la pretendida relación unmanifiesto caso de incesto. Exasperado, sin considerar siquieraque quepa otra posibilidad que la anhelada por él, Vincent cogeuna vela, pone su mano sobre ella y amenaza con no quitarla deallí hasta que no regrese su prima y hable con él.

El patetismo de la situación es otro hito en esa senda circularque será la vida entera de Van Gogh y su final. La prefigura:elevados sentimientos, entusiasmo, desdén, rechazo,autoagresión, autodestrucción.

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1881 Retrato de Vincent van Gogh, el abuelo del artista. Dibujo a lápiz, pincel en tinta marrón y acuarela blanca opaca, lavado marrón, sobre papel de pergamino

En septiembre de 1881, desde Etten, pese a susvaivenes sentimentales, escribe a Theo todavíaanimado y muy metido en faena, dándole cuentade sus progresos:

“He aprendido a medir, a ver y a buscar las líneasprincipales. Tan bien, que lo que antes me pareciódesesperadamente imposible, se va a volver posible,gracias a Dios.

He dibujado hasta cinco veces un labriego con una azada,«un cavador», en actitudes muy variadas, dos veces unsembrador, y dos veces una niña con una escoba (…).Frente a la naturaleza, ya no me siento impotente comoantes.

[…] Empiezo igualmente a trabajar al pincel y al esfumino,con un poco de sepia o de tinta china, y de vez en cuandocon un poco de color”

El trabajo constante vuelve a ser el refugiodonde curar las heridas o paliarlas al menos; suaislamiento por la soledad que de nuevo leenvuelve, la incomprensión, las continuasdemandas de comedimiento y sensatez, lasmiradas escrutadoras, el recelo de los suyos,todo ello pierde vigor sólo frente a los retos quele plantean el cartón o el lienzo en blanco.

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Boceto en carta a Théo de El excavador

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1881 Etten. ExcavadorTiza negra, acuarela

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Boceto de Excavador

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1881 Etten. Excavador Carboncillo, tiza negra y verde, acuarela

trasparente y opaca, sobre papel verjurado

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Croquis de septiembre de1881

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1881 Boceto de un Sembrador con la mano en el saco

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1881 Sembrador con cesta. Dibujo a carboncillo, tiza negra, lavado con marrón-rojo

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1881 Mujer campesina sembrando con una cesta. Tiza negra, acuarela

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Diversos croquis de septiembre de1881

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1881 Hombre con escoba Tiza negra, acuarela, intensificado con blanco

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1881 Mujer cosiendo Carboncillo, tiza negra, acuarela,

intensificado con blanco

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1881 Octubre. Etten. Hombre llenando un saco de patatas

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Diciembre de 1881 Esbozo de Mujer de Scheveningen cosiendo

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1881

Mujer de Scheveningen cosiendo Acuarela

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Diciembre de 1881 Esbozo de Mujer de Scheveningen tejiendo

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1881

Mujer de Scheveningen tejiendo Acuarela

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Boceto de Campesino sentado junto a la chimenea

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1881 Campesino sentado junto a la chimenea (agotado) Pluma, acuarela

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1881 Jardín con pérgola. Lápiz, tiza negra, pluma, acuarela

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Ese mismo septiembre, considerando lo muchoavanzado, en otra carta a Theo se refiere al reto quesignifica para él la captación de la naturaleza. Alrespecto, le comenta:

1881

Granjero sentando al hogar Dibujo a carboncillo, lavado, intensificado con blanco y rojo

“La lucha con la naturaleza tiene muchas vecesalgo de lo que Shakespeare llama: Taming theshrew (es decir: vencer a aquello que seresiste por medio de la tenacidad, «de buen ode mal grado»)”

A principios de diciembre de 1881, sin embargo la situaciónen la casa de Etten se ha vuelto ya irrespirable para Vincent,quien recela que toda su familia a coadyuvado en malograrsu relación con Kee. Por su parte él está muy irascible y seve arrastrado a estadios de un humor insoportable.Además, no acude a los oficios religiosos porque ya nosoporta el corsé social que significan entonces para él;tampoco se recata en mofarse de ellos o contradecirabiertamente los puritanos planteamientos paternos. Todolo cual se traduce en un torrente de conflictos cotidianosque acaban determinándole a abandonar la casa familiar ypartir a La Haya, a casa de su primo Mauve, quien le acogeconsideradamente y se brinda incluso a iniciarle en lapintura al óleo.

‘Naturaleza muerta con repollo y zuecos’ y ‘Naturalezamuerta con un sombrero de paja amarillo’ son dos de susprimeros ensayos.

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NOTA: Cuando nada se especifica acerca de la técnica empleada en una obra, se entiende que es una pintura al óleo sobre un lienzo.

1881 Naturaleza muerta de un sombrero de paja amarillo

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Boceto de una figura y de Naturaleza muerta con repollo y zuecos

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1881 Naturaleza muerta con repollo y zuecos. Óleo sobre papel sobre tabla

El episodio final de las desavenencias con su padre y, en general, con su familia —salvo con Théo— sucede el día de Navidad, cuando tras un violento enfrentamiento Vincentparte para La Haya de nuevo, con la firme intención de no regresar. Aunque no puede continuar en casa de su primo ni pagarse un alojamiento, por mediación de Mauveconsigue un estudio y, sin otro remedio, acude a Théo para poder sufragar el alquiler. Respecto a las reconvenciones de su hermano por el episodio familiar, en carta nofechada, le contesta: “Nuestra desavenencia ha degenerado en una especie de enfermedad crónica por el hecho de que viene durando demasiado tiempo. La situación actual es la siguiente:cada uno debemos sufrir por nuestro lado”

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1881 Pantano. Dibujo a pluma y lápiz

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1881 Pantano con lirios acuáticos. Dibujo a lápiz, pluma y tinta china sobre papel

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1881 Granero con tejado cubierto de musgo. Dibujo con tiza negra, lápiz, pluma, intensificado con blanco y gris

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Boceto de Mujer de Scheveningen de pie

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1881 Mujer de Scheveningen de pieLápiz, acuarela transparente, sobre papel acuarela

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1881 Paisaje con árboles. Dibujo a carboncillo, pluma, tinta marrón, intensificado con blanco

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1882

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1882 Enero. Vista de La Haya con la nueva iglesia. Acuarela, pluma, tinta

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Vista de La Haya con la nueva iglesia (detalle)

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1882 Enero. Apuntes sobre La Haya en carta a Théo.

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1882 Enero. Desde La Haya, croquis

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1882 Enero. La Haya: Boceto de una mujer cosiendo

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1882 Enero. La Haya: Boceto de una mujer cosiendo junto a la ventana

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1882 La Haya. Fábricas de gas. Lápiz, pincel en tinta marrón

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Su primo Mauve le introduce en los círculos artísticos de La Haya, una ciudad que reúne por entonces lo que más tarde se conocería como el Movimiento de 1880,de remoción literaria y artística; le presenta a pintores coetáneos algunos de su misma generación. Con Théophile de Bock, Jan Hendrik Weissenbruch o GeorgeHendrik Breitner, comparte tertulias y estudios durante un tiempo e incluso a veces sale a pintar con alguno de ellos por los alrededores de La Haya. Pero a Vincentpronto se le hacen difíciles de soportar los convencionalismos que adoptan tanto en sus modos sociales como en sus propias obras —aunque algunos como Breitnerevolucionarán muy tarde para Vincent hacia el impresionismo—, ni tampoco sus intentos por complacer al público, por plegarse a sus gustos. Todo lo cual hizo queaquel entusiasmo primero por hallarse en su medio natural deviniera al cabo en desinterés, induciéndolo de nuevo a sus solitarios y largos paseos en busca de algoque dibujar, a frecuentar las visitas al Museo Real de Mauritshuis para ver pinturas de Rembrandt o Franz Hals o, sencillamente, a intensificar el trabajo de estudioen solitario.

Un Vincent de convicciones drásticas que nunca se aviene a negociar y, pues, de creciente desencaje con cualquier faceta de la vida social.

Paisaje de Theophile DE BOCK (La Haya, 1851 - 1904)Hendrik Johannes WEISSENBRUCH (La Haya, 1824–1903) El Canal de envío en Rijswijk (1868)

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Con su primo el pintor Mauve las desavenencias también llegaron. Tras numerosas confrontaciones respecto a sus disímiles puntos de vista estéticos en general ypictóricos en particular, las discusiones se fueron agriando porque Vincent en esos temas omitía pronto las distancias para vivir las disensiones como algo de carácterpersonal. Así solía ser hasta que un día Vincent, en mitad de una de esas disputas verbales de tono crecientemente agrio, perdió los estribos y acabó rompiendo uno de lostrabajos de su antagonista. Sin embargo, él así lo veía cuando se lo contaba a su hermano en carta fechada en abril de 1882:

“Mauve me detesta por haber dicho: «yo soyun artista», pero no me retracto, porque esevidente que esta palabra lleva implícito elsignificado de: «buscar siempre sin encontrarjamás la perfección». Es precisamente locontrario de: «ya lo sé, ya lo he encontrado».Esta frase significa por lo tanto que yo sepa:«yo busco, yo persigo, y lo hago con todo micorazón». Sin embargo tengo oídos para oír,Théo; cuando me dicen: «tiene usted uncarácter pérfido», ¿qué debo hacer?He dado media vuelta y me he ido solo, perocon mucha pena en mi corazón, porqueMauve ha osado decirme eso. Yo no le pediréque me lo explique, ni tampoco me excusarécon él. ¡Y sin embargo… y sin embargo… y sinembargo!Yo quisiera que Mauve se arrepintiese.”

1895. La plaza Dam (Ámsterdam), de George Hendrik BREITNER (Róterdam 1857-1923)

No habría reconciliación, pero no sóloporque Mauve ya no soportaba sucarácter, sus salidas de tono o susviolentas e intempestivas reacciones, sinoademás, porque habían personas quetodavía dificultaban más su integración yque se habían introducido en la vida delindomable pelirrojo (y él nada había dichoa su hermano todavía sobre ello).

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1882 Huerto en flor con dos figuras. Acuarela transparente y opaca, pluma en tinta marrón, sobre papel de pergamino

“Théo, decididamente, yo no soy un paisajista; si hago paisajes habrá siempre dentro de ellos vestigios de figuras.

(…) Si llegaras a ser pintor, una de las cosas que te asombrarían sería que el oficio de pintor, con todo lo que comporta, es realmente un trabajo relativamente duro desde el punto de vistafísico; haciendo abstracción del esfuerzo del espíritu, de la tortura intelectual, este oficio exige todos los días un esfuerzo de energía bastante considerable”

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1882 Herrería. Dibujo a lápiz, pluma, lavado, intensificado con blanco

“Y es el convencimiento de que nada (salvo la enfermedad) puedequitarme esta fuerza que ahora comienza a desarrollarse, es estaconciencia que hace que encare el porvenir con valor y que en el presentepueda soportar tantos sinsabores.Es una cosa admirable mirar un objeto y encontrarlo bello, reflexionarsobre él, retenerlo y decir enseguida: me voy a poner a dibujarlo y atrabajar entonces hasta que esté reproducido.Es evidente desde luego, que ésta no es una razón para sentirmesatisfecho de mi obra hasta el punto de creer que no tendré necesidad demejorarme. Pero el camino para hacerlo mejor más tarde, es hacerlo hoylo mejor que pueda, entonces el progreso vendrá mañana naturalmente.”(Abril de 1882).

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“El pequeño dibujo que te adjunto es un trozo sacado de un gran estudio que tiene una expresión más sombría. Hay un poema de Tom Hood creo,en el cual habla de una gran dama que no puede cerrar los ojos en toda la noche porque habiendo salido durante el día para comprar un vestido,había visto trabajar en un cuarto lleno de humo a unas pobres costureras pálidas, tuberculosas y agotadas. Y he aquí que su opulencia le produceremordimientos de conciencia y que se despierta de noche llena de angustia. En una palabra, es una figura de mujer esbelta y blanca, inquieta en lanoche sombría”. (Abril de 1882).

Boceto a Theo de Muchacha de blanco en el bosque

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1882 Muchacha de blanco en el bosque (La gran dama) 39 x 59 cm

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1882 Febrero. La Haya

Sien bajo el paraguas, con niñaDibujo a lápiz, intensificado con blanco

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En la misma carta en que tan optimista se muestra Vincent acerca de sus progresos, al hilo de lasdesavenencias habidas con su primo Mauve y algunas otras personas de su círculo en La Haya —comosu antiguo patrón en Goupil, el Sr. Tersteeg—, desencuentros que a él le parecen poco menos que unaconfabulación de satisfechos biempensantes que murmuran sobre su nueva situación sentimental,finalmente estalla:

1882 Febrero. La Haya.

Sien con paraguas y libro de oraciones Dibujo a lápiz, tiza negra

Así se entera Théo de que Vincent está conviviendo con una prostituta, Christien Hoornik, a la que suhermano llama Sien, una mujer de 32 años —con una niña pequeña y en espera de otro hijo—, de las quedespectivamente llaman «mujeres de 40 céntimos». Una mujer muy estropeada por su forma de vida ypor el alcohol, pero que ha conmovido a Vincent y respecto a la que ya alberga planes:

“Y bien, señores, os lo voy a decir, a vosotros que os atenéis a las formas y a la civilización, ymerecidamente, pero a condición de que seáis sinceros: ¿qué es más civilizado, más delicado, másviril: abandonar a una mujer o apiadarse de una abandonada?Este invierno he encontrado una mujer encinta, abandonada por el nombre de quien lleva el niño ensu cuerpo.Una mujer encinta que, en invierno, erraba por las calles, que debía ganar su pan, tú sabes de quémanera.”

“Me parece tan simple y tan evidente lo que he hecho, que había creído poder guardarlo para mí. Posarle era difícil, sin embargo lo ha aprendido, y yo he hecho progresos en mi dibujo porque tenía un buenmodelo. Esta mujer está ahora apegada a mí como una paloma desamparada; en cuanto a mí no puedocasarme más que una sola vez. ¿Y qué mejor ocasión que hacerlo con ella, puesto que es la única manerade continuar ayudándola, ya que, si no, la miseria la arrojará de nuevo en el camino que lleva alprecipicio? Ella no tiene dinero, pero me ayuda a ganarlo por medio de mi trabajo.”

Vincent la ha llevado al doctor, en Leyden porque el niño le causaba problemas —escribe a un Théo quehemos de suponer horrorizado ante lo que todo aquello puede significar para una familia puritana enextremo como la suya—; se lo han recolocado con fórceps, tras una operación. Como en la literatura rusaque frecuenta, la mujer caída lo está como consecuencia de la hipocresía la crueldad y la depravaciónsocial, que la arrastran al fango a consecuencia de su pobreza, su desvalimiento. Así razona Vincentahora, aunque lo que en el fondo anhela es la comprensión y el apoyo de su hermano y sus amigos, dequienes teme y anticipadamente encaja una factual reprobación :

“Mauve, Théo, Tersteeg, tenéis mi pan en vuestras manos, ¿me dejaréis sin pan o me volveréis la espalda?Ya he hablado y espero a ver qué me contestáis.”

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“El carbón es lo mejor que hay, pero cuando uno se cansademasiado la frescura se va, y para conservar la delicadeza esnecesario fijarlo en seguida. Para el paisaje lo mismo, yo veo quedibujantes tales como por ejemplo Tuysdael, Goyen y Calame,Roelofs, también entre los modernos, han sacado de él un granpartido. Pero si alguno inventara una buena pluma para trabajarafuera, con tintero, el mundo vería quizás más dibujos a pluma.Con el carbón mojado en agua se pueden hacer cosas notables, lohe podido ver en casa de Weissenbruch, el aceite sirve de fijador yel negro se vuelve más cálido y más profundo.”(…) Sabrás que actualmente estoy afuera, desde las cuatro de lamañana, porque es difícil estar en la calle durante el día, a causade los transeúntes y muchachos, y también porque es el mejormomento para ver las grandes líneas, cuando las cosas estántodavía en el mismo tono.”

1892 Willem Roelofs, por Jozef Israëls1882 Febrero. La Haya Sien con

su hijo en su regazo Dibujo a lápiz

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1882 Primavera (inicios). La Haya

Sorrow (pena)Dibujo a lápiz, lavado

“Quiero hacer dibujos que golpeen a ciertaspersonas. Sorrow es un pequeño comienzo,es posible que un pequeño paisaje como laLaan van Meerdervoort, los prados deRijswijk, el secadero de pescado, seantambién un pequeño comienzo. Por lomenos contienen directamente alguna cosade mi propio corazón.Sea en la figura, sea en el paisaje yo quisieraexpresar no algo así como unsentimentalismo melancólico, sino unprofundo dolor.”

Vincent no le pierde la cara al trabajo, muy alcontrario ahora se siente renovado, lleno deilusión por su trabajo y con unaresponsabilidad que atender en las personasa su cargo. Relata a Théo, deshaciéndose enelogios acerca de lo venturosa que es ahorasu vida y ponderando las cualidades de Sien;le envía algunos dibujos, entre ellos laprimera versión de Sorrow.

Un dibujo extraordinario de Sien sentada,encinta de cuatro o cinco meses, muy ajada,con el cabello desordenado y la cabezaentre sus brazos, fiel representación delabatimiento, del abandono.De nuevo es fácil imaginarse los efectos quela crudeza de ese desnudo trasladaría a suhermano, quien trata de hacerle ver a todacosta, pero lo más delicadamente que sabe,la inconveniencia de seguir adelante.

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1882 Primavera. La Haya. Secadero de pescados visto desde una altura. Dibujo a lápiz, pluma, pincel, intensificado con blanco

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1882 Primavera. La Haya. Prados cerca de Rijswijk y el Schenkweg. Lápiz, pluma y tinta, acuarela sobre papel de pergamino

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1882 Primavera. La Haya. Sien con un cigarro sentada en el suelo cerca de estufa. Dibujo a lápiz, tiza negra, pluma, pincel, sepia, intensificado con blanco.

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1882 Primavera. La Haya.

Mujer en un vestido oscuro (posiblemente la madre de Sien) Dibujo a lápiz, pluma, pincel, sepia

“¿Qué soy a los ojos de la mayoría de la gente—una nulidad o un hombre excéntrico odesagradable— alguien que no tiene un sitioen la sociedad ni lo tendrá; en fin, poco menosque nada. Bien, supón que eso seaexactamente así; entonces quiero mostrar pormedio de mi obra lo que hay en el corazón deun excéntrico, de una nulidad.”

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1882 Primavera. La Haya. La casa de la madre de Sien. Dibujo a lápiz intensificado con blanco

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1882 Primavera. La Haya. La casa de la madre de Sien, mirada más cercana. Dibujo a lápiz, pluma, intensificado con blanco

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1882 Primavera. La Haya

Figura de una mujer encogida(Posiblemente Sien) Dibujo a lápiz, pluma, pincel, sepia, lavado

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1882 Primavera. La Haya

Mujer desnuda, media distancia

(“La Gran Señora”)Boceto de Sien

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1882 Primavera. La Haya. Cuneta a lo largo del Schenkweg. Dibujo a lápiz, pluma y tinta negra

Cuando Vincent habla de obstinación, se refiere no sólo a la tenacidad en el trabajo, sino también a mantenerse ajeno a los comentarios que desu obra puedan hacerle. Algún tiempo después dirá: “Sea como sea, quiero ir hacia adelante a toda costa, quiero ser yo mismo. Siento en mí la obstinación y estoy

por encima de lo que la gente pueda decir de mí y de mi obra.”

“Aun cuando viva a menudo en la miseria, tengo para mí, sin embargo, una armonía y una música calma y pura. En la casita más pobre, en el rinconcito mássórdido, veo cuadros o dibujos. Y mi espíritu va en esta dirección por un impulso irresistible.Cada vez prescindo más de las otras cosas y, cuanto más prescindo, tanto más rápida se vuelve mi mirada para ver el lado pictórico. El arte exige un trabajoobstinado, un trabajo a pesar de todo y una observación siempre alerta y continua.”

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1882 Primavera. Entrada al banco de empeños, La Haya

Dibujo a lápiz, pluma y pincel en tinta marrón (originariamente negra), acuarela blanca opaca, lavado gris, sobre papel verjurado

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1882 Primavera. La Haya. Fábrica. Dibujo a lápiz y pluma

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1882 Primavera. La Haya. El Camino Scheveningen. Dibujo a lápiz, pluma

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1882 Primavera. La Haya

Mujer sentada en una cesta, con la cabeza entre sus manos Dibujo a tiza negra, lavado, intensificado con blanco

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1882 Primavera. La Haya. Van Stolkpark. Dibujo a tiza negra, carboncillo, pluma, intensificado con blanco

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1882 Primavera. La Haya

Mujer con sombrero, cabeza Dibujo a tiza negra, pincel, tinta, lavado

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1882 Primavera. La Haya. Estación de Staatsspoor. Dibujo a lápiz, pluma

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1882 Primavera. La Haya. Carretera en remoción con peones camineros cavando. Dibujo a lápiz, pluma, intensificado con blanco y colores

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1882 Primavera. La Haya. Puente cerca de Schenkweg. Dibujo a lápiz

Vincent está dibujando y pintando a las personas de su entorno, pero lo hace resaltando en ellas el resultado de una vida de esfuerzos, su austeridad, la parquedad de sus existencias. Lospinta con afecto, una empatía que nos llega, en muchos ensayos transmitida ya con verdadera maestría. Nos los presenta en toda suerte de posturas y actividades, en oscuros interiores y enla calle, yendo o viniendo de sus duros quehaceres o efectuándolos. Pinta asimismo las fábricas, los secaderos, los patios traseros de los talleres tradicionales. De las ciudades, algunas callesmenores y los aledaños, las áreas linderas con el campo abierto, las menos agradecidas pictóricamente. Dibuja, pinta acuarelas y se maravilla: “…la pintura no me parece tan extraña como tú podrías

pensar(…), permite al mismo tiempo decir cosas delicadas, dejar hablar a un gris o un verde tierno en medio de la rudeza.”

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1882 Primavera. La Haya. Panadería. Dibujo a lápiz y pluma

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1882 Primavera. La Haya

Vieja calle (El Paddemoes) Dibujo a pluma y tinta y lápiz sobre papel

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1882 Primavera. La Haya. Vivero en Schenkweg. Dibujo a lápiz, pluma, tiza negra, intensificado con blanco

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1882 Primavera. La Haya. Vivero en Schenkweg.

Dibujo con tiza negra, pluma, lavado,

intensificado con blanco

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1882 Primavera. La Haya. Secadero de pescados. Dibujo a pluma, lápiz, tinta china, intensificado con blanco

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1882 Primavera. La Haya. Las casas de Schenkweg donde Van Gogh vivía. Dibujo a lápiz, intensificado con tiza y sepia

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Boceto de Vieja con un chal y un bastón.

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1882 Primavera. La Haya

Vieja con un chal y un bastón Dibujo a lápiz, pluma en tinta marrón, acuarela verde claro opaco, sobre papel de pergamino

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1882 Primavera. La Haya Estudio de un árbol Tiza negra y blanca, tinta negra, lápiz, acuarela

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1882 Primavera. La Haya. Molino de sierra Dibujo a tiza negra intensificado con blanco

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1882 Primavera. La Haya. Tejados. Boceto

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1882 Primavera. La Haya. Patio y lavandería de carpintero. Dibujo a lápiz, pluma, pincel, intensificado con blanco

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1882 Primavera. La Haya

Hombre, sentado, leyendo un libro Dibujo a lápiz

En el mes de junio, Vincent hubo detratarse una blenorragia que le habíatransmitido Sien, y para ello ingresó en elhospital. Su estancia se solapó con elparto de ella en Leiden, adonde acudiójubiloso nada más obtener el alta. Estátan contento con su nueva situación que,a pesar de sus escasos e inciertos mediosse traslada a otro estudio y le transmite aThéo su deseo de que le visite, comotambién su padre, al que cree que sunueva situación agradará.

A Théo, con cada carta le llega un nuevosobresalto. Vincent es ajeno a laimpresión que produce en su hermano yen sus antiguos amigos porque estáconvencido de tener un hogar, una casaviva, con niños, donde él pinta cuando nosale en busca de paisajes urbanos oagrícolas e igualmente cree que, a pesarde su modestia, causará la mismaimpresión, tanto a Vincent como a supadre, el predicador de Etten. Una ideaobviamente descabellada.

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1882 Primavera. La Haya. Puente y casas en la esquina de Herengracht-Prinsessegracht Lápiz, pluma y pincel en tinta marrón, acuarela blanca opaca, lavado marrón-gris, sobre papel verjurado

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1882 Primavera (final). La Haya. Secadero de pescados. Acuarela

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1882 Verano. Molino de hierro en La Haya. Acuarela

En marzo, su tío Cor le había encargado realizar unos dibujos a pluma, con vistas de La Haya, para una tienda suya en la que comerciaba con objetos artísticos. La alegría que le habíaproducido la experiencia de vender algún trabajo, muy pronto quedó atrás, porque donde verdaderamente el pintor ponía su pasión y su trabajo hasta extenuarse era en la exploración decuantas dificultades hallaba ante si. Su pasión era la indagación, no lo trillado. Los motivos que le planteaban nuevos retos le estimulaban, sumido para entonces entre las alegrías por susinusuales progresos con la paleta de colores —para entonces una prolongación de si mismo—, y otras sufriendo los rigores de su propia ambición que le dejaban descorazonado a veces yhundido, al perder la confianza en su capacidad. Pero Vincent, afortunadamente para la posteridad, no para él, que sin duda hubiera podido tener una vida más amable de haber perseguidouna mayor sintonía con los gustos de sus coetáneos, no se plegaba ante criterios ajenos.

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1882 Verano. La Haya. Borde de un bosque. Óleo sobre tela sobre hoja (34,5 x 49 cm)

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1882 Verano. La Haya. Hombre encorvando con bastón o pala (31 x 29,5 cm)

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1882 Verano. Grupo de casas antiguas en La Haya con la

iglesia nueva

Óleo sobre tela sobre cartón

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1882 Verano. La Haya. Mujeres de Scheveningen y otras personas bajo los paraguas. Acuarela

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1882 Verano. La Haya

Mujer con chal blanco en un bosque Acuarela

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1882 Verano. La Haya. Prado, en el fondo una iglesia nueva. Acuarela, intensificado con blanco

Su nuevo estado, su situación con Sien le mantiene en una euforia apenas contenida. Sin ninguna duda, la fuerza que ello le da le ayuda a soportar la creciente hostilidad ambiental, el agravioal que le someten sus vecinos con su desprecio hacia él y a su trabajo —”pintamonas” le llaman— y las constantes reprobaciones a su conducta, tácitas o expresas, de sus viejos conocidos,como Tersteeg; igualmente su hermano, quien con tacto pero sin privarle de ello, trata de distanciarlo de Sien en cada carta, restando importancia a una relación impensable, imposible. PeroVincent tiene un aliado en esa pugna por mantenerse firme que es su propio trabajo, el rapto que para él suponen ahora sus indagaciones con la pintura al óleo, los colores, en los que nuncahubiera pensado ser capaz de adentrarse en tan breve periodo.

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Boceto de 1882. Verano. La Haya. Campo de patatas

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Croquis por carta a Theo en agosto de 1882: Puesta de sol sobre un prado

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1882 Verano. La Haya. Chica en el bosque. Óleo sobre madera. (35 x 47 cm)

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1882 Verano. La Haya. Cuatro hombres cortando madera. Tiza negra y acuarela

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1882 Verano. La Haya

Mujer de pescador en la playa Óleo sobre tela sobre hoja

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1882 Verano. La Haya

Pescador en la playa Óleo sobre tela sobre hoja

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1882 Mujeres arreglando redes en las dunas. Óleo sobre papel sobre tabla (42 x 62,5 cm)

“Lo que existe entre Sien y yo es real, no es un sueño, es la realidad. Yo considero como una gran bendición que mis pensamientos y mi actividad hayan encontrado un punto fijo, una direccióndeterminada.”Obsérvese el matiz misionero que él atribuye también a su relación: “Es posible que yo haya tenido por K. [su prima Kee] más que pasión, y que en ciertos aspectos ella haya sido más linda queSien; pero que el amor por Sien haya sido menos sincero, de veras que no, porque las circunstancias son muy graves, y lo que importa es obrar, y fue así desde el principio de nuestroencuentro.”Y añade: “Observa el resultado: cuando vengas a verme no me encontrarás ya desanimado o melancólico; sino que estarás en un ambiente donde creo que podrás acomodarte y que de ningúnmodo te disgustará. Un taller joven, una familia aún joven, en plena acción.Nada de taller místico o misterioso, sino un taller que aloja sus raíces en pleno en la vida misma. Un taller con una cuna y una silla de niño. Donde no hay estancamiento y donde todo incita,impulsa y estimula a la actividad.”

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1882 Julio. La Haya. Boceto en Scheveningen

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Croquis de Playa en Scheveningen con tiempo calmo

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1882 Verano. La Haya. Playa en Scheveningen con tiempo calmo. Óleo sobre papel, sobre tabla (35.5 x 49,.5 cm)

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1882 Verano. La Haya. Personas caminando por la playa. Acuarela

En ocasiones con más acierto, en otras no tanto, Van Gogh se aventura en composiciones más complejas y con más personajes, no sólo en pos de la propia composición, sino también de lanaturalidad en el movimiento, que en el caso de personas individuales ya comienza a asegurar. En esta acuarela puede apreciarse un cierto estatismo y un amontonamiento sin solución de lasfiguras, cosa que queda mejor resuelta en Mujeres mineras, como en Mineros en la nieve o en Banco con cuatro personas (y bebé) . Los pocos lienzos que lleva a término este año sugieren másque otra cosa los esfuerzos que narra a su hermano en esos comienzos inciertos. Son los casos de Vista del mar en Scheveningen o Dunas.

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1882 Verano. La Haya. Vista del mar en Scheveningen (34,5 x 51 cm)

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1882 Verano. La Haya. Dunas. Óleo sobre hoja

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Carta a Théo en agosto de 1882

En ese mes de agosto, finalmente su hermano le visitó. Obviamente, no nos queda más testimonio de lo ocurrido durante su estancia que loscomentarios de Vincent en cartas posteriores, “… bajo la impresión de tu visita y muy contento por poder consagrar de nuevo mis fuerzas a la pintura (…). Me

considero ahora un privilegiado entre miles de ellos porque has allanado los obstáculos en mi camino.” Comentarios que hacen suponer la renovación de laayuda económica de Théo primero, su apoyo sin reservas y una cierta aquiescencia si no bendición respecto a la vida marital de Vincent con Sien.Cabe suponer que Théo antepusiera las bondades del statu quo vigente, la fortaleza mental de su hermano y su ilusión por proseguir en suempeño, que cualquier consideración de orden moral, lo que en 1882 no dejaba de hablar claramente del valor y la incondicionalidad de Théo.

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Excelente boceto de la acuarela Tierra blanqueada.

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1882 Verano. La Haya. Tierra blanqueada. Acuarela, intensificado con óleos blancos

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1882 Verano. La Haya. Una muchacha en la carretera, dos carruajes en el fondo. Óleo sobre tela sobre hoja (42 x 53.cm)

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1882 Verano. La Haya. Sala de espera. Acuarela sobre papel verjurado

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1882 Final del Verano. La Haya

Mujer con hervidor de agua, vista desde atrás Dibujo a lápiz

“Esas mujeres altas y flacas, esas pobres mujeres vencidas y agotadas, negras, blancas, morenas; están allí pacientes, sumisas, prontas, resignadas, calmas. Dentro de poco tendrán que volver a tirar de la pesada chalana, la servidumbre toca a su fin. Un pequeño momento de detención. “

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1882 Final del Verano. La Haya

Mujer con bebé en su regazo, Media figura (Sien)

Lápiz, acuarela, intensificado con óleos blancos

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1882 Final del verano

Sien amamantando a su bebé. Media figura

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1882 Final del verano

Sien amamantando a su bebé. Media figuraDibujo a lápiz

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Boceto de Banco con cuatro personas (y bebé)

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1882 Final del Verano. La Haya. Banco con cuatro personas (y bebé) Acuarela

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1882 Final del Verano. La Haya

Cuatro personas en un banco Acuarela transparente y opaca, pluma en tinta marrón, sobre papel

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1882 Otoño (inicios). La Haya. Boceto de paisaje con figuras después de la lluvia, en carta a Théo.

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1882 Otoño (inicios). La Haya.

Mujer con una escoba Lápiz, lavado verde, sobre papel acuarela

“Están jadeantes, cubiertas de sudor, pero nose quejan, no protestan, no se lamentan denada. Hace mucho tiempo que estánacostumbradas, acostumbradas después demuchos años. Están resignadas a seguirviviendo un poco y a trabajar (…).”

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Croquis en carta a Théo de la acuarela Playa con personas caminando y barcos

“Pero qué difícil es poner vida y movimiento, y situar las figuras en su lugar, separándolas.

Éste es el gran problema: aborregar; grupos de figuras que, aunque forman un todo, asoman la cabeza o los hombros para mirar los unos por arriba de losotros.

(…) En materia de composición, todas las escenas posibles que lleven figuras, sea un mercado, sea la llegada de una barca, sea un grupo de gente cerca deuna cocina popular, en la sala de espera del hospital, en el Monte de Piedad, los grupos que charlan o se pasean en la calle, están todos basados en el mismoprincipio del rebaño de carneros, de ahí la palabra «aborregar» y todo revierte a las mismas cuestiones de luz, de oscuridad y de perspectiva.”

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1882 Otoño (inicios). La Haya. Playa con personas caminando y barcos. Acuarela

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1882 Septiembre. La Haya.

Playa y barcos (boceto)

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1882 Septiembre. La Haya.

Grupo de personas en la playa con barco de pesca por llegar

Boceto

“He estado a veces en Scheveningen en estos últimosdías, y una tarde he tenido la suerte de ver llegar unabarca de pesca. Cerca del monumento hay una casita detablas donde un hombre hace la guardia. En cuanto labarca se aproxima hasta hacerse visible, el hombre salecon su gran bandera azul, seguido por una bandada deniños que no le llegan a las rodillas. (…) Algunos minutosdespués que el hombre hubo agitado su bandera, pasóun mozalbete en un viejo caballo, que debía ir a buscar elancla.

Hombres y mujeres, lo mismo que madres con sus niños,se agregaron entonces al grupo para recibir a latripulación.”

“Yo puse desde luego toda mi atención en anotar encroquis los distintos incidentes.”

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1882 Otoño (inicios). La Haya. Vista de Scheveningen. Lápiz, acuarela transparente y opaca, sobre papel

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Boceto de Banco de iglesia con devotos, en carta a Théo

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1917

The Distant Island1882 Otoño (inicios). La Haya. Banco de iglesia con devotos. Acuarela, pluma, lápiz

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1882 Otoño. La Haya

Hospiciano vestido de domingo con parche en un ojo, cabeza.

Dibujo a lápiz, tiza litográfica, lavado, intensificado con negro y blanco

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Septiembre de 1882 . La Haya. Huérfanos. Boceto

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1882 Otoño. La Haya

Hombre y mujer vistos desde atrás Dibujo a lápiz sobre papel acuarela

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1882 La Haya

Hospiciano con gorra, visto desde atrás Dibujo a lápiz y tiza negra sobre papel acuarela pesado

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1882 Otoño. La Haya . Varios bocetos de personas en diferentes ocupaciones

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1882 Otoño. La Haya

Mujer con una escoba

Lápiz, lavado gris, sobre papel acuarela

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1882 Otoño. La Haya

Hospiciano con galera y paraguas mirando su reloj Dibujo a lápiz

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1882 Otoño. La Haya

Hombre joven con una escoba Dibujo a lápiz

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1882 Otoño. La Haya

Viejo leyendo Dibujo a lápiz, lavado rosa claro, sobre papel acuarela

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Varios bocetos en carta a Théo

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1882 Otoño. La Haya

Desgastado Dibujo a lápiz sobre papel acuarela

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1882 Otoño. La Haya

Viejo en traje formal de caballero Dibujo a lápiz, rayado, sobre papel de pergamino

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1882 Otoño. Boceto de El pobre y el dinero (Oficina de Lotería del Estado)

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1882 Otoño. La Haya. El pobre y el dinero. Tiza negra y acuarela opaca, pluma en tinta negra, sobre papel de pergamino

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1882 Otoño. La Haya. Mineros en la nieve. Acuarela transparente y opaca, pluma en tinta marrón, sobre papel de pergamino

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1882 Noviembre. La Haya

Viejo con su cabeza en sus manos, media figura.

Dibujo con tiza negra litográfica, lápiz, lavado, intensificado

con blanco

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Dibujo a lápiz, rayado, sobre papel acuarela

1882 Noviembre. La Haya Viejo bebiendo café

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1882 Noviembre La Haya

El librero Blok

Lápiz, tiza negra y blanca (lavada) y acuarela sobre papel de pergamino pesado

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1882 Noviembre. La Haya. PenaDibujo a tiza negra

“¿Cómo es posible que haya sobre la tierra una mujer sola y abandonada?”

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1882 Noviembre. La Haya. Mujeres mineras. Acuarela, intensificado con blanco

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1882 Diciembre. La Haya

El sembrador Dibujo a lápiz, pincel, tinta china

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1882 Diciembre. La Haya

Mujer con gorra oscura. (¿madre de Sien?)Tiza litográfica, lápiz, acuarela. Intensificado con blanco

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1882 Diciembre. La Haya

Sembrador. Dibujo a lápiz

“Me estuve acordando del año pasado, cuando legué a esta ciudad. Mehabía imaginado que los pintores formaban una especie de círculo oasociación donde reinaban el calor, la cordialidad y una cierta unanimidad.Esto me parecía muy natural y no sabía que pudiera ser de otra manera. Noquisiera perder las ilusiones que alimentaba a este respecto cuando vine,aun cuando deba modificarlas y hacer la distinción entre lo que es y lo quepodría ser.”

“Cuando por ambas partes existe el deseo de vivir en amistad, si de vez encuando no se está de acuerdo, uno no se resiente tan fácilmente, o, si seresiente, se repone pronto. Pero cuando se es convencional, es casiinevitable que se produzca la amargura, precisamente porque uno nopuede sentirse libre, y mientras no se dé curso a los verdaderossentimientos, éstos bastan para dejar recíprocamente una impresióndesagradable y duradera, y se debe desesperar de llegar a significar algo eluno para el otro. Donde hay convencionalismo hay desconfianza y de ladesconfianza nacen toda clase de intrigas.”

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1882 Diciembre. La Haya

Hombre con galera Dibujo con tiza negra y lápiz

“Es preciso que trate de reanimarme un poco, porque sipudiera reponerme, aunque fuera algo, creo que sería elmomento de aprovecharlo.

(…) En el fondo, mi salud no está comprometida y esto no esun estado crónico, porque no está provocado por los excesossino por la falta de alimentos o por una alimentación que seha tornado a la larga muy poco sustancial. Haz, pues, loposible, hermano, por venir rápidamente, porque no sé hastacuándo me podré sostener. Estoy muy agotado y siento quevoy a sucumbir bajo este peso.

Te digo con franqueza que comienzo a temer no poder salirbien de ésta, porque mi constitución sería bastante buena sino hubiera debido ayunar tanto tiempo; pero siempre me hasido preciso ayunar o bien trabajar menos y mientras me fueposible he elegido la primera solución, hasta el momento enque me veo excesivamente debilitado.

(…) Sobre todo, hermano, no lo comentes; porque si ciertaspersonas llegan a saberlo, se dirán: «Ya lo ves, hace muchotiempo que lo habíamos previsto y predicho».”

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1882 Diciembre. La Haya

Viejo en traje formal de caballero Dibujo a lápiz, rayado, sobre papel de pergamino

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1882 Dic. La Haya. Oración antes de la comida.Dibujo a lápiz, tiza negra, tinta, intensificado con blanco

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1882 Dic. La Haya.

Hombre con pipa y venda de ojo, cabeza Dibujo a lápiz, tiza negra litográfica, lavado, intensificado con blanco

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1882-83 La Haya

Cabeza de un pescador con una franja de la barba y un

Sou'wester. Dibujo a lápiz, cera negra litográfica, pincel y pluma en tinta negra, blanco opaco, acuarela rosa y marrón

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1882-83 La Haya

Media figura de un hombre con galera

Dibujo a lápiz, cera negra litográfica, pluma y pincel en tinta marrón (originariamente negra), rayado sobre papel acuarela

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1883

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1883 Enero. La Haya

Pescador con sueste, pipa y sartén con carbón

Dibujo a lápiz, cera negra litográfica, blanco opaco, acuarela gris y rosa, sobre papel acuarela

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1883 Febrero. La Haya

Pescador con sueste, cabeza Dibujo a lápiz y tiza litográfica

Durante el año 1883, dos constantes van aenturbiar la vida sentimental de Vincent y, porende a incidir negativamente en su estadoanímico, cuando no en su trabajo. Por una partela hostilidad, ahora de la familia de Sien, quesorprendentemente pugna porque ella lo deje

—Vincent explica a su hermano el porqué: “Yo no

ganaba bastante, no era bueno con ella, la soportabacomo modelo y la abandonaría tarde o temprano a su

suerte”—; y por otra, la forma de conducirse lapropia Sien, poco a poco deteriorándose sucomportamiento con el curso del año, primeropor el camino del alcohol, y después regresandoa su viejo oficio cuando le parecía oportuno. Conel discurrir de los meses, Théo volverá a insistirleen la necesidad de dejar una relación que se leescapa, le degrada y le conduce nuevamente porcaminos de penalidades.

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1883 Marzo. La Haya

Boceto muy completo en carta a Théo,

del dibujo Patio nevado

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1883 Marzo. La Haya

Patio nevadoDibujo a lápiz y pluma

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1883 Primavera. La Haya. Excavadores de turba en las dunas. Dibujo a pluma y lápiz

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1883 Primavera. La Haya. Excavadores de turba en las dunas. Dibujo a carboncillo, tiza de montaña negra, tinta de imprenta

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1883 Marzo. La Haya. Apunte sobre El comedor público de beneficencia

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1883 Primavera. La Haya Distribución de sopa en un

comedor de beneficencia público

Dibujo a tiza negra natural, pincel en pintura negra, acuarela blanca opaca, rayado sobre papel

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1883 Marzo. La Haya. Apunte sobre El comedor público de beneficencia

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1883 Marzo. La Haya. El comedor público de beneficencia. Lápiz, tiza negra, acuarela

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1883 Marzo. La Haya

Mujer con manos juntas, de medio cuerpo Lápiz, tinta, acuarela

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1883 Marzo. La Haya. Estudio de niña delante de una cuna.(Presumiblemente los hijos de Sien)

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1883 Primavera. La Haya

Sien, pelando patatas. Dibujo a tiza negra

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1883 Primavera. La Haya . Croquis en carta a Théo: Gente en el estudio

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1883 Primavera. La Haya

Boceto. Hombre en una pensión

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1883 Primavera. La Haya

Sien, sentada en una cesta, con su niña.Dibujo a pluma, pincel, tiza de color, intensificado

con blanco

Vincent lee intensivamente y trabaja ,a vecescomenzando a las cuatro de la madrugada paraevitarse visitas molestas. Lee acerca de su oficioy también mucha literatura: Hugo, Balzac, Zola,Carlyle… y lo comenta con su hermano; a quien aveces incluso le transcribe parrafadas enteras decuanto halla de especial valor entre sus lecturas.

La carencia de pinturas le hace centrarse sobretodo en el dibujo, al que se entregaprofusamente, con resultados cada vez másadmirables.

El periodo 1882-1883, pese a su precariedad, lafalta de medios, y sus problemas sentimentales,así como las presiones por unas u otras personassobre sus iniciativas y sus decisiones —externasa su vida en pareja, pero también íntimas—,para Van Gogh será sin embargo de enormecrecimiento artístico y personal. Conseguiráabstraerse en algunas fases, de un modo que lepermitirá fortalecer su vocación y sobreponersea tanta adversidad, en prosecución de sucamino.

La razón última de esa suerte de abducción esque se “siente” crecer en su oficio como nuncaantes.

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1883 Marzo. La Haya

Mujer con chal, cosiendoLápiz, acuarela, tiza negra

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1883 Primavera La Haya Hombre abriiendo la tierra

Dibujo a lápiz, tiza negra, pincel en negra, acuarela gris opaca y blanca, lavado gris, sobre papel verjurado marrón rosado

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1883 Primavera. La Haya. Los campos de bulbos. Óleo sobre tela sobre hoja

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1883 Primavera. Cavadores de arena en Dekkersduin cerca de La Haya. Dibujo a lápiz

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1883 Primavera. La Haya

Mujer rezando Dibujo a tiza negra, lápiz, pincel, lavado, intensificado con blanco

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1883 Primavera. La Haya. Mujer de Scheveningen con carretilla. Lápiz, acuarela

En mayo visitó a su amigo Van Rappart en Utrech paramostrarle sus últimos trabajos, sobre los que recibió subeneplácito, lo que le proporcionó una buena dosis deconfianza de regreso.

Para entonces Sien estaba encinta y él ni sabía ni preguntabapor la paternidad de la criatura; ella había vueltoesporádicamente a sus viejas actividades, un retrocesoacompañado nuevamente por el abuso de la bebida. AVincent, la situación, lejos de causarle rechazo hacia Sien, loque le originaba era una sensación de culpabilidad y deimpotencia por no ser capaz de reconducirla a una vida másordenada con él. Se preguntaba por sus carencias, setorturaba con las razones de esa incapacidad suya paramejorar la situación y conseguir dignificar la vida de sucompañera. Y, por el contrario, su piedad por ella seacrecentaba.

Théo, quien nunca había renunciado a terminar con aquellarelación que ni siquiera se atrevías a valorar, vio entonces laposibilidad de ahondar, no ya en sus habitualesreconvenciones de carácter moral o social, sinoespecialmente de poner ante Vincent el lastre profesionalque le acarreaba la compañía de Sien, la merma en suactividad que significaba su perturbación anímica constante,el sufrimiento y la frustración que la mala vida de Sien leocasionaba y su incidencia en su trabajo diario. El abandonode sus hijos, de quienes Vincent tenía muchas veces queocuparse, como de tantas obligaciones que ella obviaba ensu estado habitual.

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1883 Primavera. La Haya

Boceto de mujer cavando

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1883 Primavera La Haya Hombre rezando

Dibujo a lápiz, tiza negra, toques en tinta china

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1883 Primavera. La Haya. Paisaje con mujer caminando. Dibujo a pluma y lápiz, lavado

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1883 Primavera. La Haya. Mujer en su lecho de muerte. Tiza negra, lápiz, lavado, acuarela, intensificado con blanco

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1883 Primavera. La Haya. Mujer en su lecho de muerte, cabeza (después de una pintura del siglo XVII) Dibujo a lápiz y tinta negra

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1883 Primavera (final) La Haya. Jamelgo. Dibujo a lápiz, pincel en acuarela transparente y negra opaca, sobre papel acuarela

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1883 Primavera (final) La Haya. Apuntes sobre una escombrera

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1883 Primavera (final) La Haya. Apuntes sobre una escombrera

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1883 Verano. Croquis:

Campesino con su esposa sentada en una carretilla y Tres personas

volviendo del campo con patatas

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1883 Verano. La Haya. Quemador de mala hierba, con su esposa sentada en una carretilla. Acuarela

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1883 La Haya. Verano. Campo de patatas en las dunas

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1883 La Haya. Verano. Cavando patatas

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1883 Verano. La Haya. Granjas en Lossduinen cerca de La Haya al crepúsculo. Óleo sobre tela sobre hoja

La vecindad se burla de Vincent por su situación, mientras a él sólo le atormenta la idea de abandonar a Sien y a los niños. De dejar, por tanto, su misión inacabada. Por parte arrecia laofensiva de Théo: por primera vez ve abrirse, entre el dolor que le transmite su hermano, alguna fisura por donde le alcanza la luz, por donde se cuelan los hechos con total crudeza, el día adía insoportable que lo conduce al desequilibrio y al desgarro interior. Por fin se hace evidente para Vincent que no puede seguir allí con ella, que necesita salir a toda costa. Consigue deSien el compromiso de que se pondrá a servir en alguna casa o incluso que intentará un matrimonio de conveniencia con algún viudo, y se decide a abandonar La Haya, una ciudad quedejará quemada tras de si, hostil e irrespetuosa con él y con aquello a lo que dedica todas sus fuerzas. Si al principio, ciertamente, Sien fue un apoyo determinante y por muchos meses sesintió exultante con aquella armonía entre su trabajo y su vida familiar que refería a su hermano, ahora, aun angustiado por su futuro y el de los niños, ansía los espacios abiertos y áridosdel norte, que un día le encareció Van Rappard.

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1883 Verano. La Haya. Paisaje pantanoso (25 x 45,5 cm)

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1883 Verano. La Haya. Camino a la playa

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1883 Verano. La Haya. Paisaje con dunas. Óleo sobre hoja (33.5 x 48.5 cm)

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1883 Verano. La Haya. Boceto: Jardinero junto a un manzano nudoso.

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1883 Verano. La Haya. Árbol azotado por el viento

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1883 Verano. La Haya. Vaca acostada (30 x 50 cm )

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1883 Verano (final) La Haya. Granja entre árboles. Óleo sobre tela sobre hoja (28,5 x 39,5 cm.)

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1883 Otoño. Paisaje en Drenthe. Dibujo a lápiz, pluma y pincel en tinta marrón, acuarela blanca opaca, sobre papel verjurado

Drenthe

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Croquis de una mujer agachada sobre un paisaje, en Drenthe

“Todo es hermoso aquí [Drenthe] donde quiera que vaya. La floresta tiene mucha más extensión que en Brabante, por lo menos cerca de Zundert o de Etten, es algo monótona a mediodía,sobre todo cuando hay mucho sol: pero precisamente este efecto que he querido en vano pintar varias veces, no quisiera perderlo. (…) Entonces, en estas hora ardiente del mediodía, la florestadista a veces de ser encantadora; es excitante, fastidiosa y fatigante como el desierto, poco hospitalaria y en cierta manera hostil. Pintarla en esta plena luz y reproducir estos planos que secontinúan hasta el infinito, es algo que produce vértigo. (…) Este mismo sitio excitante y fastidioso —la tarde en que un pobre personajillo se diluye en el crepúsculo— cuando esta enormeextensión de tierra tostada por el sol se vuelve oscura por oposición a los finos tonos lilas de un cielo a la caída de la tarde y que la última y sutil línea azul oscuro del horizonte separa el cielo yla tierra, puede tornarse sublime como un J. Dupré.

Lo mismo sucede con los hombres, labriegos y mujeres; no siempre son interesantes, pero cuando se tiene paciencia con ellos, se ve todo lo que hay de Millet en esas personas”

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1883 Drenthe: dos bocetos, uno de Campesino quemando malas hierbas, y otro de una casita de campo.

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1883 Barco de turba con dos figuras. Óleo sobre tela sobre hoja1883 Otoño. Drenthe. Campesino quemando malas hierbas (30.5 x 39.5 cm)

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1883 Otoño. Nieuw- Amsterdam (Drenthe). Granja con montones de turba

En otoño, de septiembre a noviembre, se mantuvo en Nieuw-Amsterdam, la desolada región de landas y turberas de Drenthe, en el norte holandés, de cuyos áridos paisajes, despoblados y monótonos le había hablado en su día Van Rappart. Plantaba el caballete, y una y otra vez le venían a la cabeza los niños y Sien; le angustiaba la idea del nuevo niño y no dejaba de atribuirse un alto grado de culpa en lo que, en realidad, él no había tenido control alguno. Sus anteriores cartas a Théo estaban llenas de reproches repartidos entre todos, culpas y justificaciones, en un totum revolutum del que sus pensamientos no acababan de emerger; o, en realidad, sólo lo hacían cuando conseguía desviarlos a su quehacer.

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Septiembre de 1883. Cementerio de Drenthe. Esbozo por carta.

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1883 Otoño. Croquis de Mujeres que trabajan en la Turba, en Drenthe

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1883 Otoño. Drenthe. Paisaje con un puentecito. Dibujo con tiza negra, lavado, intensificado con blanco

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1883 Otoño, en Drenthe. Labrador con dos mujeres

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1883 Otoño. Drenthe

Granja con granero y árboles. Dibujo a tiza negra, intensificado con blanco

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1883 Otoño. Drenthe. Grupo de granjas. Acuarela

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1883 Otoño. Drente. Boceto de un hombre que tira de una grada

“No veo la forma de describirte el país como sería necesario, porque me faltan las palabras; pero imagínate los bordes del canal como kilómetros ykilómetros de Michel o de Th. Rousseau, de van Goyen o de Ph. De Koninck.

Plataformas o planos distintos de color que se van volviendo más y más estrechos a medida que se aproximan al horizonte. De trecho en trecho,acentuados por una choza entre manchones de césped o una granjita o algunos esbeltos abedules, álamos o robles, por todas partes montones de turba, ycontinuamente pasan barcas cargadas de turba o de carrizo provenientes de los pantanos.”

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Croquis de una mujer agachada sobre un paisaje, en Drenthe

Julien Dupré (1851-1910) La recolectora de heno Théodore Rousseau (París1812- Barbizon 1867) Encinas (1852)

Vista de hielo con faro SunJan Josephsz VAN GOYEN (HOL. 1596-1656)

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1883 Otoño. Drenthe Paisaje con un montón de turba y granjas Acuarela opaca sobre papel de pergamino

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1883 Otoño. Drenthe.

Boceto de Barco de turba con dos figuras y grupo de personas trabajando en la turba

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1883 Otoño. Drenthe. Barco de turba con dos figuras. Óleo sobre tela sobre hoja (37 x 55,5 cm)

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1883 Otoño. DrentePastor con rebaño cerca de una iglesia pequeña en Zweeloo Dibujo a pluma, lápiz, intensificado con blanco

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Estuvo dos meses en aquellos páramos turberos y de allí salieron lienzos como Campesino quemando malas hierbas o el menos feliz Granja con montones de turba; tambiénalgunas acuarelas como Puente levadizo en Nieuw-Ámsterdam y una docena de dibujos, esbozos y apuntes en carta a Théo. La mayor parte de ellos contagiados delpesimismo y la oscuridad tonal de sus días, de su propia existencia. Pero Vincent ha dejado atrás un tiempo. En sus propias palabras:

“Aquí todo posee una belleza perfecta, como a mí me gusta. Quiero decir que aquí está la paz.”

Lo decisivo es el cambio que entonces se opera en Vincent y que él mismo es capaz de reconocer:

“Es, por otra parte, bastante curioso según creo que precisamente en estos días se haya operado en mí un cambio. Porque estoy ahora justamente en una atmósfera que me exalta con talpujanza, que ordena, regula, afirma, renueva y engrandece mis pensamientos a tal punto, que estoy completamente poseído. Y ya puedo escribirte lleno de los sentimientos que este tristebrezal solitario hace nacer en mí. Precisamente en este momento siento en mí el comienzo de algo mejor. Algo que todavía no es pero sin embargo veo en mi obra, cosas que hasta no hacemucho yo no había usado todavía. La pintura se me vuelve más fácil, siento el ansia de dedicarme a una porción de cosas que he omitido hasta aquí.

(…) No puedo evitar representarme el porvenir compuesto no solamente de mí, sino de ti, pintores y colaboradores, camaradas, en este pequeño país de turba”

1883 Otoño. Drenthe. Puente levadizo en Nieuw-Ámsterdam. Acuarela

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1883 Diciembre. Nuenen

Jardín de la casa parroquial nevado con tres figuras

Dibujo a pluma y pincel en tinta marrón,

rayado, sobre papel de pergamino

Nuenen

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1883 Diciembre. Nuenen. Paisaje nevado con la Vieja Torre. Dibujo a lápiz y pluma

Su padre había sido nombrado recientemente pastor en Nuenen, en el Brabante, los conocidos territorios de su infancia. Vincent considera la posibilidad de regresar con ellos, está angustiado, pero también se siente extenuado física y, sobre todo, anímicamente hasta el límite de sus fuerzas, a causa de los desmanes sentimentales a que se ha visto sometido en ese año que termina.Las condiciones climáticas en esa zona septentrional neerlandesa son tan poco propicias como difíciles de combatir con la precariedad de sus medios.

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1883 Diciembre. Nuenen. Camposanto en invierno. Dibujo a lápiz, pluma y pincel en tinta marrón, tiza negra, intensificado con pintura blanca opaca, lavado marrón claro, sobre papel de pergamino

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1883 Diciembre. Nuenen. Camposanto bajo la lluvia. Dibujo a lápiz, pluma

Efectivamente, Vincent llega a casa de sus padres extenuado y mostrando un aspecto miserable. Es acogido con tanto tacto como frialdad por quienes no aciertan a entenderla forma de vivir de ese hijo y, asimismo, presumen el peligro que constituye para la concordia en la casa familiar y también en la pequeña comunidad protestante que esNuenen. Una comunidad que pronto recela de Vincent; a lo que poco ayuda el que él se instale, precisamente, en un estudio ubicado en la casa del sacristán de la iglesiacatólica del lugar; como tampoco la nula atención que presta a los oficios religiosos cuyo oficiante es su propio padre.

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1883 Diciembre. Nuenen Camposanto bajo la lluvia

Dibujo a pluma, pincel, tiza de color, intensificado con blanco

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1883 Diciembre. Nuenen Venta de madera

Carboncillo o tiza negra, acuarela trasparente y opaca, sobre papel verjurado

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1883 Diciembre. Nuenen. Funeral en la nieve cerca de la Torre Vieja. Dibujo a tiza negra, pluma, tinta marrón, lavado

“El cementerio, con lascruces de madera, mecorretea mucho en lacabeza; haré quizás algunosestudios preliminares —loquisiera bajo la nieve—, unentierro campesino oalguna cosa así.”

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1883 Diciembre. Nuenen. Paisaje con una iglesia. Dibujo a lápiz, pluma en tinta marrón, sobre papel de pergamino

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1883 Nuenen. DiciembrePaisaje nevado con mujer encorvada

Dibujo a pluma, lápiz

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1883-84 TejedorLápiz, acuarela

transparente y opaca, pluma en tinta marrón,

sobre papel verjurado

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1883-84 Tejedor. Lápiz, acuarela transparente y opaca, pluma en tinta marrón y acuarela marrón transparente, sobre papel verjurado

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1883 Dic. Melancolía. Dibujo a lápiz, pluma en tinta marrón, sobre papel de pergamino

“Probablemente te sorprenderá que no te haya dicho nada de miintención de venir a casa y que te escriba desde aquí. Ante todo quieroagradecerte tu carta del 1 de diciembre, que acabo de recibir aquí, enNuenen.Desde hace tres semanas no estoy bien de salud —me he visto afectadopor todo tipo de molestias, consecuencia del reúma y de minerviosismo.(…) Varias razones me han llevado a volver a casa, aunque el proyectome asustaba enormemente.Mi viaje empezó con una caminata de más de seis horas a través delbrezal en dirección a Hoogeveen. En una tarde de tormenta, bajo lalluvia y la nieve.Este paseo me levantó la moral o, más exactamente, mi estado de ánimoy la naturaleza estaban tan íntimamente ligados que esa afinidad metranquilizó enormemente. Pensé que, quizá, mi regreso a casa meayudaría a decidir qué debo hacer.Drenthe es magnífico, pero poder aguantar allí el tirón depende, paramí, de varios factores, en especial de mi rechazo a la soledad. Creo que,si le hablara a Pa de este problema, resolvería inmediatamente el asuntoy sacaría alguna conclusión, pero yo no tengo prisa por sacarconclusiones; por ejemplo, veré mis reacciones después de haberpasado aquí una semana. En este momento, realmente ignoro lo quedebo hacer.”

Hay un trasfondo de capitulación en esta carta a su hermano. A Vincent nole resulta fácil explicar su regreso a casa, tras tanta acritud por su parte haciasus padres, tanto negarle al propio Théo la posibilidad de una reconciliación.Y un cansancio, más que evidente:

Por esos días viaja a La Haya para encontrarse con Sien. Lo que pretende serun viaje para comprobar la mejoría que se ha obrado en la vida de ésta,resulta ser el peor de los escenarios, con una Sien entregada a su oficio, solay viviendo de la manera más miserable concebible. Cabe imaginar el golpeque supuso para Vincent el encuentro y la comprobación de semejantescircunstancias, su desgarrado dolor. Pero él es otro hombre, muy alejadode ella en poco tiempo, porque ahora es ya el pintor Van Gogh, entregadoen cuerpo y alma a su oficio e incapaz de titubear ante su arte.

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1883-84 Tejedor

Lápiz, acuarela transparente y opaca, pluma

en tinta marrón, sobre papel verjurado

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1883-84 TejedorLápiz, acuarela transparente y opaca, pluma en

tinta marrón, sobre papel verjurado.

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1884

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Croquis a Théo de Iglesia en Nuenen con una figura, de enero de 1884 en Nuenen

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1884 Enero. Nuenen

Iglesia en Nuenen, con una figura

Dibujo a pluma

A mediados de Enero, su madre sufrióun accidente y se fracturó una pierna, loque la obligó a permanecer en reposo.Vincent le dibujó esta Iglesia en Nuenenpara acompañarla y obsequiarla. Éltrabaja en diversos Tejedores, cuyarealización aplaza para atender a sumadre. Pero su humor se haensombrecido, y sombríos serán suspaisajes y sus trabajadores de uno uotro oficio, sus campesinas, susbodegones tristes, y de una severamodestia.Sólo su constancia en el trabajopermanecerá inalterable a lo largo detodo el año.

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En Nuenen pintará febrilmente durante los dos siguientes años en que permanecerá allí. Los primeros lienzos importantes, numerosos bocetos, dibujos y acuarelas formanla última fase de consolidación de su formación. Cuadros como Los comedores de patatas (1885), numerosos tejedores, cabezas de lugareños, ancianos del hospicio,campesinos, hombres o mujeres en las más diferentes actividades o posando, naturalezas muertas con muy diversos motivos; todo ello, fruto de un esfuerzo y unadedicación formidables, verdaderamente difíciles de igualar por cualquier otro pintor de cualquier tiempo. Siempre ignorando el coste para su salud de semejante sacrificio yabstrayéndose además de la incomprensión primero y, al cabo, de la hostilidad circundante.Cuando, ya fallecido su padre, su madre abandonó Nuenen, ya en la primavera de 1886, varias cajas con muchas de las telas fruto de todos esas fatigas quedaron guardadastemporalmente en casa de un comerciante de Breda para, finalmente, acabar por ser subastadas. Un sastre local, M. Mouwen, adquiriría la parte de todo ello queactualmente se conserva.

Boceto de mediados de enero de 1884

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Boceto de enero de 1884

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1884 Enero. NuenenTejedor mirando hacia la derecha (Media figura) 48,0 x 46,0 cm

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Boceto de enero de 1884. Tejedor

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1884 Enero. Nuenen

Silueta de una mujer campesina cavando zanahorias

Dibujo a pluma, lavado

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1884 Febrero. Nuenen. Tejedor mirando hacia la derecha

Óleo sobre tela sobre hoja (37 x 45 cm)

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1884 Febrero. Nuenen. Tejedor mirando hacia la derecha. Acuarela

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1884 Febrero. La vieja torre de Nuenen con un labrador (34,5 x 42 cm)

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1884 Febrero. NuenenCongregación saliendo de la iglesia

reformada en Nuenen

(41.3 x 32.1 cm)

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1884 Febrero. Nuenen Mujer con carretilla de noche

Dibujo a pluma

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1884 Marzo. Nuenen

Avenida de los álamosDibujo a lápiz, pluma en tinta

marrón, sobre papel de pergamino

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1884 Marzo. NuenenJardín de inviernoDibujo a pluma y pincel, sobre papel de pergamino

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1917

The Distant Island

1884 Marzo. Nuenen Abedules podados Dibujo a lápiz, pluma en tinta marrón, intensificado con acuarela blanca opaca, sobre papel de pergamino

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1884 Detrás de los setos. Dibujo a lápiz y pluma

1884 Marzo. Nuenen El martín pescador

Dibujo a lápiz, pluma en tinta marrón, intensificado con

acuarela blanca opaca, sobre papel de pergamino

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1884. Marzo. Nuenen Detrás de los setos

Dibujo a lápiz y pluma

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1884 Marzo. Nuenen

Jardín de la casa parroquial Dibujo a pluma, intensificado con blanco

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1884 Marzo. NuenenTejedor mirando hacia la izquierda con rueca

(61 x 85 cm)

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1884 Primavera. Nuenen. La vieja torre de Nuenen con gente caminando. Óleo sobre tela sobre hoja (33,5 x 44 cm)

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1884

Primavera. Nuenen

Cuneta

Dibujo a lápiz, pluma en tinta, intensificado con blanco opaco y pintura verde sobre papel de pergamino

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1884 Primavera. Nuenen. Paisaje con olmos podados. Óleo sobre tela sobre hoja (43 x 58 cm)

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1884 Primavera. Nuenen. Casas con techos de paja. Dibujo a lápiz, pluma en tinta, intensificado con blanco

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1884 Primavera. Nuenen. Pinos sobre el terreno. Dibujo a pluma y pincel, sobre papel de pergamino

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Boceto de primavera con el jardín de la rectoría y sus árboles en flor

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1884 Primavera. El jardín de la casa parroquial en Nuenen. Óleo sobre papel, sobre tabla (25 x 57 cm)

Durante el mes de mayo, Van Rappart le devolvió a Vincent la visita del año anterior por aquellas mismas fechas. Un encuentro que reforzó vivamente su confianza, al vervalorada sin ambages la obra hasta entonces desconocida para aquel, quien se mostró gratamente sorprendido por la crudeza, la sorda pasión con que el hirsuto pelirrojomostraba la vida campesina por la que se interesaba en sus pinturas. Quien dos años atrás le había descrito como sombríamente fanático, pudo observar ahora el carácterascético de su existencia, su extrema delgadez, la unidimensionalidad de una vida entregada absolutamente al avance en su oficio y la mejora de sus técnicas. Para entoncesimbuido por las combinaciones del color, acerca de cuyos misterios y descubrimientos mantendría mucha correspondencia tanto con Théo como también con el propio VanRappart, a lo largo de los siguientes meses.

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1884 Primavera. Nuenen. Vieja torre de la iglesia de Nuenen. Óleo sobre tela sobre hoja (47,5 x 55 cm)

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1884 Nuenen. Primavera. El jardín de la vicaría. Dibujo a lápiz, pluma en tinta marrón, sobre papel de pergamino

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1884 Primavera. Nuenen. Tejedor arreglando fibras. Óleo sobre tela sobre hoja (41 x 57 cm)

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1884 Primavera. Nuenen. Boceto

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1884 Primavera. Nuenen. El tejedor en el telar (70 x 85 cm)

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1884 Primavera. Nuenen. Tejedor de pie delante de un telar (55 x 79 cm)

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1884 Primavera. Nuenen. Vicaría en Nuenen. Dibujo a pluma, tiza negra, intensificado con blanco

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1884 Primavera. Nuenen Hombre ovillando hilo

Acuarela opaca sobre papel verjurado, pegado sobre papel de pergamino

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1884 Primavera. Nuenen. Molino de agua en Kollen cerca de Nuenen Óleo sobre tela sobre cartón1884 Primavera. Nuenen. Molino de agua en Kollen cerca de Nuenen. Óleo sobre tela sobre cartón (57,5 x 78,0 cm)

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1884 Verano. Nuenen Carreta con buey negro (60 x 80 cm)

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1884 Nuenen. Verano .Carreta con bueyes, uno rojo y otro blanco. Óleo sobre tela sobre hoja (57 x 82,5 cm)

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1884 Primavera (final). Nuenen

Mujer enrollando hilo. Acuarela a guache

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1884 Verano. Nuenen. La vieja torre en los campos. Óleo sobre tela sobre cartón (35 x 47 cm)

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1884 Verano. Nuenen. Tejedor cerca de una ventana abierta (67.7 x 93.2 cm)

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1884 Verano. Nuenen. Recolector de madera, estudio de figura. Acuarela

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1884 Tres leñadores caminando

Acuarela

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1884 Verano. Nuenen. Tejedor, interior con tres ventanas pequeñas (61 x 93 cm)

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Boceto en el verano de 1884, en carta a THéo. Nuenen. Cosecha de trigo

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1884 Verano. Nuenen. Granjeros plantando patatas (66 x 149 cm)

Final de verano. En carta a Van Rappard:

“He disfrutado mucho trabajando en los seis lienzos de que le hablé. Los bocetos están terminados. Ya están en casa delcomprador; seguirán siendo míos cuando los haya copiado. Entonces les daré el retoque final. Estos son los temas:

Plantación de patatas

Carro de bueyes

La siega

Sembrador

El pastor; efecto de tormenta

Recolectores de madera; efecto de nieve

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Fromentin-Árabes, 1871

Vincent además sigue entregado a la lectura, entonces sobre técnica pictórica. Obras comolas de Charles Blanc, crítico francés de arte y teórico del dibujo y la pintura, Les Artistes demon temps (1876) y Grammaire des arts du dessin (1867). También libros sobre pintura delescritor y también pintor, Eugène Fromentin. Asimismo, obras de los Goncourt.

Fromentin

Charles Blanc

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1884 Final de verano. Nuenen. Siembra de patatas (70.5 x 170 cm)

En aquellos días de estudio y trabajo intensivos, también de una cierta calma familiar pese a los desencuentros inextinguibles sobre temas religiosos y también losrelativos al comportamiento poco social de Vincent, un hecho, de todo punto insólito en la vida de Vincent, va a producirse y a alterar todo ese estado de cosas. Durantela convalecencia de su madre, de febrero a la primavera, muchos amigos y vecinos acudían a visitarla, estando siempre Vincent presente, que como se dijo atendíadiariamente a Anna Cornelia. Entre los visitantes, la familia Begemann, vecinos cercanos, fueron asiduos, y entre ellos una de las tres hijas solteras de la familia, la másjoven, aunque ya con cuarenta y tres años, Margot Begemann, en quien entonces Vincent ni reparó.

Pasadas aquellas semanas y repuesta la madre de Vincent, éste retoma su actividad diaria, saliendo a pintar al aire libre por los alrededores de Nuenen.

Un día, mientras se halla trabajando, descubre a una mujer, al parecer espiándolo, oculta detrás de los árboles. Situación que se repite algunas veces más, hasta que,naturalmente intrigado, el pintor le pide que se acerque. Se trata precisamente de Margot Begemann, una mujer con una presencia elegante, modales distinguidos,amable y bondadosa que, inusitadamente, se muestra muy interesada por él y por su pintura, un hecho decididamente inédito y halagador para Vincent que, aparte deThéo y Van Rappard no concita interés por su trabajo, sino para sufrir la desaprobación, cuando no el escarnio de sus vecinos.

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1884 Nuenen. Verano. Carro de bueyes en la nieve. Dibujo a pluma

Así aparece en la vida del pintor Margot Begeman, una mujer no muy agraciada al parecer y de constitución débil, pero con grandes cualidades, entre las que sin embargono destacaba el carácter, anulado casi, en el seno de una familia puritana hasta la endogamia. Vincent la describe a Théo en estos términos: "Es una pena que no la conociesehace diez años, ahora da la impresión de ser un violín de Cremona que ha sido estropeado por manos chapuceras. Cuando yo la conocí, ya estaba muy estropeada, pero originalmente era una

persona de una gran valía". Ella frecuenta a Vincent cuanto puede y comienza por declararle su admiración, para terminar por declararle su amor; un amor a la manera deVincent, unilateral, en su caso sin pretensiones. Ante esta apasionada iniciativa de su admiradora, que no ve en Vincent sino cualidades excepcionales, éste respondió, no consu habitual desmesura —la verdadera pasión en su existencia, a esas alturas, la vuelca en su oficio, que todo lo ocupa—, pero sí concediéndole de un modo casi inercial laposibilidad de casarse con ella en un futuro.

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1884 Final de verano. Nuenen. Pastor con un rebaño de ovejas. Óleo sobre tela sobre cartón (67 x 126 cm)

A Vincent, en poco tiempo, le hace feliz observar el cambio que se va operando en Margot, quien parece rejuvenecer día a día, resplandece de ilusión y junto a Vincent luce alegre y feliz siempre. Una situación desconocida para él, que no trata de infundirle falsas expectativas respecto a sus propios sentimientos, no más allá de una amistad creciente. Pero le va ganando la actitud generosa y comprensiva de su parte, de quien no recibe críticas, sino reconocimiento a su trabajo, aquella denostada ocupación de pintor; ningún reproche por no ganar un céntimo a pesar de su intensiva dedicación diaria ante el caballete. Seguramente, por primera vez en la vida del duro y malparado holandés, alguien le quiere incondicionalmente y, sobre todo, lo acepta tal cual es.

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1884 Otoño. Nuenen. Recolectores de leña en la nieve. Óleo sobre tela sobre hoja (67 x 126 cm)

Pero, cómo no, nuevamente la situación cobraría tintes dramáticos en poco tiempo: la familia Begeman se opuso a semejante matrimonio,presionando severamente a la novia contra aquella unión con alguien como Vincent, a quien ellos sí consideraban un don nadie, un excéntrico decomportamiento impredecible, sin oficio ni medios.

La dramática consecuencia de todo lo cual fue el intento de suicidio por envenenamiento de Margot Begeman, su hospitalización y el posteriordesistimiento de la pareja en sus proyectos, de la manera más triste y bajo las más desagradables presiones.

Cuando Van Rappart le visitó durante el mes de octubre siguiente, se encontró en Nuenen a Vincent en una situación de absoluto aislamiento, con lavecindad considerándole responsable del intento de suicidio de su prometida, todos haciéndole el vacío, sin siquiera saludarle.

Margot Begemann (1841-1907)

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1884 Otoño. Nuenen

Avenida de los álamos al atardecer(45.5 x 32.5 cm)

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1884 Otoño. Nuenen

Avenida de los álamos en otoño(99 x 66 cm)

“… una avenida de álamos con lashojas otoñales amarillas en las queel sol forma aquí y allá, entre lashojas caídas en el suelo, manchasdeslumbrantes.”

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1884 Otoño. Nuenen. Naturaleza muerta con dos sacos y una botella. Óleo sobre tela sobre hoja (31.7 x 42 cm)

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1884 Otoño. Nuenen. Molino de agua en Gennep (60 x 78.5 cm)

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1884 Otoño. Nuenen

Molino de agua en GennepÓleo sobre tela sobre cartón (75.x 100 cm)

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Otoño. “He recibido una carta bastante satisfactoria de Utrech [de Sien], anunciándome que se encuentra bastante bien y que pasará algún tiempo en LaHaya. Todavía no estoy tranquilo con respecto a ella. El tono de su carta denota que se siente más segura, que tiene una mentalidad más sana y menosprejuicios que al principio de nuestras relaciones. Es un poco la queja del pájaro cuyo nido se ha quedado vacío; quizá esté menos enojada con la sociedadque yo, pero ve que hay «gamberros que vacían los nidos», que disfrutan con ello y que les divierte hacerlo.

“Me parece que G & Cie [la galería parisina en que por entonces trabajaba Théo], siempre han sido muy ortodoxos y siempre miraban por encima delhombro a las demás firmas, como si valieran más que los demás marchantes —pues bien, estaban todos ellos cortados por el mismo patrón.

Creo que casi todos los marchantes han ignorado a Millet y a Daumir. Lo excelente siempre se les escapa, decía un comprador, haciendo alusión a la formaen que los marchantes habían tratado los apuntes de Corot. Es una frase deliciosa.”

Nuenen. Otoño. Parte de un retrato de Anthon van Rappard. Dibujo a lápiz, sobre papel pergamino

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1884 Otoño. Nuenen. Molino de agua en Gennep. Óleo sobre tela sobre hoja (85 x 151 cm)

Durante ese otoño/invierno Van Gogh, pese al tóxico ambiente que respira, pintará denodadamente toda suerte de temas, sean figuras, trabajadores, aldeanas, tejedores,naturalezas muertas con todo tipo de objetos, entregado por completo a mejorar su técnica con la paleta de colores. Con Théo, de un modo creciente, muy injustamentepor lo que él considera titubeos de su hermano y dudas acerca del trabajo de Vincent, las relaciones van tensándose conforme se acaba el año:

(…) Y, a propósito de esa barricada que tú denominas una pequeña zanja, es un hecho que hay una vieja sociedad que se hunde por su propia culpa, en mi opinión, y que hay una nueva queestá desarrollándose y en evolución. En resumen, hay una sociedad que surge de los principios revolucionarios y una sociedad basada en principios antirrevolucionarios. Te pregunto: ¿Nohas observado que la política que consiste en zigzaguear entre lo viejo y lo nuevo es insostenible?”

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1884 Otoño. Nuenen. Naturaleza muerta con molinillo de café, caja de pipa y jarra. Óleo sobre tela sobre hoja

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1884 Otoño. Nuenen. Naturaleza muerta con zuecos y ollas. Óleo sobre tela sobre hoja (42 x 54 cm)

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1884 Otoño. Nuenen. Naturaleza muerta con cerámica y dos botellas (40 x 56 cm)

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1884 Otoño. Nuenen Naturaleza muerta con cuatro botellas de

piedra, frasco y taza blanca (33 x 41 cm)

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1884 Otoño. Nuenen. Naturaleza muerta con cinco botellas (46.5 x 56 cm)

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1884 Otoño. Nuenen. Dos ratas. Óleo sobre hoja (29.5 x 41.5 cm)

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1884 Diciembre. Nuenen

Cabeza de una mujer campesina vieja con cofia blanca (33 x 26 cm)

Óleo sobre tela, sobre cartón

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1884 Diciembre. Nuenen

Cabeza de una mujer campesina con

cofia blanca (43.5 x 37 cm)

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1884 Diciembre. Nuenen

Mujer campesina, sentada con

cofia blanca (36 x 26 cm)

Óleo sobre tela sobre hoja

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1884 Diciembre. Nuenen. Cabeza de una mujer campesina. Óleo sobre tela sobre hoja (40 x 32.5 cm)

El 9 de diciembre escribe a Théo del siguiente tenor:

“Creo que debemos separarnos, por nuestro mutuointerés.

¿No es cierto que tu situación no soporta quemantengamos relaciones estrechas y cordiales? Por nocitar más que un ejemplo, no resistiría que fuera a vivircontigo a París, ya para trabajar, ya por razones de tipoeconómico, por ventajosas y necesarias que fueran, yaun cuando las circunstancias lo hicieran completamenteadecuado. Pero, como muchos otros, tienes demasiado

que decir sobre mi persona, mis modales, mi forma devestir y mi lenguaje, que son lo bastante importantes (ysin remedio aparente) para poder destruir, cada día más,a medida que el tiempo pasa, nuestras relacionesfraternales (que han ido debilitándose desde hace años).Y a ello hay que añadir mi pasado, y el hecho de que túeres un señor de la firma G et Cie., mientras que yo soy labestia negra, el malas pulgas. ¿No es cierto que esa es lasituación y que, si la analizas como yo, si contemplasambas posiciones honestamente y cara a cara, no puedescontradecirme?”

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“Pienso involuntariamente en la razón por la cual rompisteis Marie y tú.Ignoro los detalles, pero no te parecía buena, ¿verdad? Es posible quetuvieras razón, pero también es posible que no la hayas comprendido. Enlo que a mí se refiere, es muy posible que yo no sea bueno, pero tambiénes posible que no me hayas entendido bien y que tus sentimientos haciamí te hayan inducido a error.

No puedo ni quiero juzgarlo.

En Proudhon podemos leer: La mujer es la desolación del justo, aunquetambién podría replicársele: ¡El justo es la desolación de la mujer! ¿Porqué no?

También podría decirse: El artista es la desolación del financiero, y, comoréplica, El financiero es la desolación del artista.

Como ves, no me atrevo a zanjar la cuestión, pero considero que todoproblema tiene dos aspectos distintos.”

Un Vincent acorralado, que cree haber perdido la confianza de suhermano, más adelante, prosigue:

Y para acabar la carta:

“En cuanto al dinero, me cuidaré de hacer comentarios sobre el tema monvieux. Pero, en el plano humano, no significas nada para mí ni yo significonada para ti. Y, sin embargo, habría sido posible que hubiéramos sido algopara el otro. Incluso habría debido ser así.

(…) No me parece imposible que Marie —¿recuerdas? La mujer enferma aquien ayudaste—, aun apreciando tu carácter y tu ayuda, hayaexperimentado más o menos lo mismo que yo. Mi instinto me hacecreerlo así.”

1884 Diciembre. Nuenen. Cabeza de un campesino con gorra (39.4 x 30.2 cm)

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1884-85 Nuenen

Mujer campesina, cabeza Dibujo a lápiz y pluma, lavado

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1884-85 Nuenen

Cabeza de una mujer

Dibujo a lápiz, pluma y pincel en tinta marón, sobre papel verjurado

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1884-85 Nuenen. Cabeza de un hombre (37.7 x 29.5 cm)

De la exigencia de Vincent, y de hasta qué punto consideraba laalianza entre él y su hermano una unidad sometida a su propósitocreativo, da cuenta esta carta fechada en diciembre de 1884, quecomienza con “Gracias por tu carta y por el dinero” para deinmediato continuar:

“Escucha, teniendo en cuenta tu situación, no tengo derecho aexigirte que encuentres inmediatamente una salida para mí, nisiquiera con un marchante de tercer orden, de acuerdo, pero túno tienes derecho a exigirme que me conforme con un espejismo.Tengo los pies demasiado en el suelo.

Te agradecería que apreciaras que te llamo un buen ministro,porque sé con certeza que los que caminan por caminos de tierrano suelen concederle gran valor al brillo aparente del cieloministerial. Mearse en la maldita casa de los intransigentes noconstituye una muestra de intransigencia.

Vayamos a los hechos. ¿Has pensado que actualmente tengo unosgastos de más de dos florines y medio diarios, contando con unflorín para lienzos, pinturas, etc.? No es posible hacerlo másbarato, todavía tengo que pagar algunas facturas y tengo que salirpara Amberes.

(…) Aunque no hay disputas serias en casa, la perspectiva deverme por aquí durante tanto tiempo no les gusta demasiado y,después de todo, los comprendo demasiado bien.Y, sin embargo, todavía no puedo marcharme, ni para siempre nipor algún tiempo. Con «algún tiempo» quiero decir queconservaré aquí mi taller, como pienso hacer, a menos quepueda hacer muchos apuntes y encuentre una solución que mepermita instalarme definitivamente en Amberes.Piénsalo bien, por favor. Si estás dispuesto a hacer todo loposible por tu parte desde el punto de vista económico, creorealmente que podremos mantener la paz, aunque estemos lejosde la concordia.”

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1884-85 Nuenen

Cabeza de un muchacho Dibujo a lápiz sobre papel verjurado

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1884-85 Nuenen

Cabeza de un muchacho

Dibujo a tiza negra sobre papel verjurado

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1884-85 Nuenen

Cabeza de una mujerÓleo sobre tela 'Marouflaguedsobre Triplex'

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1884-85 Nuenen

Cabeza de una mujer Dibujo a lápiz y tiza negra, lavado gris, sobre papel verjurado

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1884-85 Nuenen

Cabeza de una mujer Dibujo a tiza negra sobre papel verjurado

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1884-85 Nuenen. Dos manos con una pala del hogar. Dibujo a tiza negra sobre papel verjurado

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1884-85 Nuenen. Regazo con manos. Dibujo a tiza negra sobre papel verjurado

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1884-85 Nuenen. Regazo con manos y un cuenco. Dibujo a tiza negra sobre papel verjurado

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1884-85 Nuenen. Naturaleza muerta con botellas y cerámica (31.5 x 41.7 cm)

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1884-85 Nuenen

Cabeza de una mujerDibujo a tiza negra, sobre papel verjurado

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1884-85. Nuenen

Cabeza de una mujer

(42 x 33.3 cm)

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1884-85Cabeza de una mujer

Dibujo a lápiz, pluma, pincel áspero (?) en tinta marrón, sobre papel verjurado

Page 347: Vincent sobre Vincent.- 1. EL JOVEN VINCENT. Del púlpito al caballete

1885

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1885 Enero

Cabeza de una campesina (40,3 x 30,5 cm)

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1885 Enero. La torre del cementerio viejo

de Nuenen en la nieveÓleo sobre tela sobre cartón (30 x 41,5 cm)

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1885 Enero. Nuenen. Jardín de la casa parroquial en Nuenen con la nieve (53 x 78 cm)

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1885 El jardín de la casa parroquial en la nieve. Dibujo a tiza negra

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1885 Enero. Jardín de la casa parroquial en Nuenen con la nieve. Óleo sobre tela sobre hoja (51 x 77 cm)

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1885 Enero. Nuenen. Vieja estación en Eindhoven (13,5 x 24 cm)

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1885 Enero. Nuenen

Cabeza de un campesino con una pipa (44 x 32 cm)

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1885 Enero. Nuenen

Cabeza de una campesina con cofia oscura

(40.6 x 31.7 cm)

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1885 Enero. Nuenen

Cabeza de un campesino con gorra(35.5 x 26 cm)

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Boceto

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1885 Enero. Nuenen

Cabeza de una mujer campesina con cofia parduzca

(40 x 30 cm)

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1885 Enero. Nuenen

Cabeza de una mujer campesina con cofia oscura

Óleo sobre tela sobre hoja (36 x 25.5 cm)

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1885 Nuenen. Enero-febrero

Hoja de estudio con siete manos

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1885 Febrero. Nuenen

Mujer campesina, sentada (Media figura) Óleo sobre tela sobre hoja (46 x 27 cm)

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1885 Febrero. Nuenen

Campesino haciendo una cesta(41 x 33 cm)

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1885 Nuenen. Enero-febrero. Estudios con un gorrión muerto. Dibujo a tiza negra

El excelente dibujante que es Vincent para entonces lo demuestran estos sencillos estudios sobre un gorrión muerto, en diferentes posiciones: su conseguida liviandad, el aire inerte en sus posturas de caída, abatidos pero apenas grávidos; esa ausencia de vida en el gesto sin embargo desigual de cada una de las cabezas, las patas retraídas…

Page 364: Vincent sobre Vincent.- 1. EL JOVEN VINCENT. Del púlpito al caballete

1885 Febrero. Nuenen

Mujer campesina peleando patatasÓleo sobre tela sobre hoja (43 x 31 cm )

Page 365: Vincent sobre Vincent.- 1. EL JOVEN VINCENT. Del púlpito al caballete

1885 Febrero. Nuenen Paisaje invernal con choza y

recolector de maderaDibujo a tiza negra y de color

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1885 Febr.-Marzo. Nuenen

Cabeza de un campesino (47 x 30 cm)

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1885 Febr.-Marzo. Nuenen

Mujer campesina barriendo el suelo Óleo sobre tela sobre hoja (41 x 27 cm)

Page 368: Vincent sobre Vincent.- 1. EL JOVEN VINCENT. Del púlpito al caballete

1885 Febr.-Marzo. Nuenen

Cabeza de una mujer campesina con cofia de encaje verdosa

Óleo sobre tela sobre hoja (38 x 28.5 cm)

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1885 Primavera. Nuenen

Cabeza de una mujer (43.8 x 30 cm)

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1885 Primavera. Nuenen

Mujer campesina junto a

la chimenea (44 x 38 cm)

Page 371: Vincent sobre Vincent.- 1. EL JOVEN VINCENT. Del púlpito al caballete

1885 Mujer sentada junto al fuego, pelando patatas; bosquejo de una segunda figura. Dibujo a tiza negra, carboncillo

Page 372: Vincent sobre Vincent.- 1. EL JOVEN VINCENT. Del púlpito al caballete

1885 Mujer campesina junto a la chimenea. Óleo sobre tela sobre hoja (44 x 38 cm)

Page 373: Vincent sobre Vincent.- 1. EL JOVEN VINCENT. Del púlpito al caballete

1885 Primavera. Nuenen. La casita de campo (65,7 x 79,3 cm)

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Bosquejo de tres personas en una ventana

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1885 Primavera. Nuenen. Tres personas compartiendo una comida. Dibujo a tiza negra sobre papel verjurado

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1885 Primavera.

Bosquejo de Gordina de Groot

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1885 Prim. Nuenen

Cabeza de Gordina de Groot(41 x 34.5 cm)

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1885 Prim. Nuenen

Mujer campesina sentada delante de una puerta abierta, pelando patatas

Óleo sobre tela sobre hoja (36,5 x 25 cm)

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1885 Prim. Nuenen

Cabeza de un hombre (42.5 x 32 cm)

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1885 Primavera. Nuenen

Retrato de Gijsbertus de Groot(42 x 31.9 cm)

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1885 Primavera. Nuenen

Cabeza de un campesino joven con una gorra de plato

(39 x 30.5 cm)

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1885 Primavera. Nuenen

Mujer campesina con hijo en su regazo Óleo sobre tela sobre cartón (43 x 34 cm)

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1885 Primavera . Nuenen. Naturaleza muerta con cafetera de cobre y dos cuencos blancos (23 x 34 cm)

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1885 Primavera. Nuenen

Casita de campo con árbolesÓleo sobre tela sobre hoja (32 x 46 cm)

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1885 Primavera. Nuenen . Venta de chatarra de construcción. Tiza negra o carboncillo, acuarela transparente y opaca, sobre papel acuarela

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1885 Un domingo en Eindhoven. Acuarela transparente y opaca, pluma en tinta marrón, sobre papel acuarela

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1885 Primavera. Nuenen. Paisaje al anochecer. Óleo sobre tela sobre cartón (35 x 43 cm)

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Boceto en carta a Théo

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1885 Primavera. Nuenen. Paisaje al atardecer (27.5 x 41.5 cm)

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1885 Los comedores de patatas. Óleo sobre tela sobre hoja

1885 Marzo. Nuenen

Estudio para 'Los comedores de patatas‘Óleo sobre cartón

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Boceto en carta a Théo de Los comedores de patatas.

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1885 Abril. Nuenen . 'Los comedores de patatas‘ (82 x 114 cm)

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No hay feísmo como tal en esas obras de formación de Van Gogh, sino la porfía por alcanzar a reflejar el sufrimiento en las personas

de su entorno; trabajadores muy esforzados que viven en las más miserables condiciones. Le obsesiona pintar esa verdad que hay en

sus semblantes, las vidas marchitándose que transmiten esos rostros desesperanzados, la propia resignación con que rinden sus vidas.

Sí hay verismo, tal como Vincent lo concibe y tantas veces lo expresa en sus cartas, defendiéndose de la oscuridad de sus cuadros, por

oposición a lienzos de “esta gama pueril y fría”, edulcorada y que para él nada tiene que ver con el color local, ambiental.

Aldeanos comiendo patatas es para gran parte de la critica la obra capital de este periodo, la que quizá reúne todos los aspectos

mencionados al final de una etapa de formación del pintor que pronto culminará con su estadía en Amberes primero y,

definitivamente, con su establecimiento en París en marzo del año siguiente.

Cinco personas en el desprovisto interior de una vivienda, reunidas alrededor de una mesa para comer patatas y tomar una bebida

caliente, bajo la triste iluminación de una lámpara de gas que pende sobre ellos. Vincent nos muestra aquello que ha venido

persiguiendo de manera casi obsesiva en tantos personajes que dibuja o pinta realizando una u otra ocupación física; en tantos rostros

como nos deja en esos años prolíficos y determinantes para él de 1884 y 1885. La verdad de esos rostros ajados, la rudeza casi

deforme que el trabajo agotador y un día a día de miserias y esfuerzos, de privaciones, han dejado en ellos. Pero también hay un flujo

interior, un curso profundo en esa pieza: una serena tristeza recorre a los paisanos, derrotados, sombríos, abandonados a sus

pensamientos, mientras dos de ellos preparan lo que hay para compartir tras otra larga jornada.

De esta obra, aparte del boceto en carta a Théo, hay un primer estudio sobre cartón con sólo cuatro comensales, fechado en marzo,

más dos versiones, una a primeros de abril y otra más acabada y también de mayor tamaño, iniciándose mayo. Por ultimo, una

litografía realizada entre ambas en el mes de abril que, por su testimonio, hizo de memoria en una sola jornada. Mucho tiempo

después, en St, Rémy, todavía dibujará una última versión muy alejada sobre aquel viejo tema. No cabe duda pues, que para él

Aldeanos comiendo patatas significó un hito en su trayectoria.

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1885 Mayo. Nuenen. Los comedores de patatas. Óleo sobre tela sobre hoja (72 x 93 cm)

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1885 Abril. Nuenen. Los comedores de patatas. Litografía

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“He despachado hoy la cajita que te dije, y que contiene, además de lo que ya te he escrito, otro cuadro, Camposanto de los

campesinos. He descuidado algunos detalles —he querido expresar cómo esta ruina demuestra que desde hace siglos los

aldeanos de allí son amortajados en los mismos campos que trabajaron durante su vida— he querido decir cuán simple es el

hecho de morir y de ser enterrado, tan tranquilamente como la caída de la hoja en otoño —nada más que un poco de tierra

removida y una pequeña cruz de madera. Allá donde la hierba del cementerio se detiene, los campos de las inmediaciones

trazan, del otro lado del muro, una última línea en el horizonte— como un horizonte marino.”

“He querido dedicarme conscientemente a expresar la idea de que esa gente que, bajo la lámpara, come sus patatas con las

manos que meten en el plato, ha trabajado también la tierra y que mi cuadro exalta, pues, el trabajo manual y el alimento que

ellos mismos se han ganado honestamente.

He querido que haga pensar en una manera de vivir completamente distinta a las personas civilizadas. Así, pues, no deseo en

lo más mínimo que nadie lo encuentre ni siquiera bello ni bueno.

(…) Y bien podría suceder que esto fuera una verdadera pintura de aldeanos. Yo sé que es así. Pero el que prefiera ver

aldeanos almibarados, que pase de largo. Por mi parte, estoy convencido de que a la larga se obtienen mejores resultados

pintándolos en toda su rudeza que dándoles un primor convencional”

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1885 Primavera. Nuenen .Vieja torre de la iglesia de Nuenen ('El camposanto de los campesinos') 65 x 88 cm

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1885 Primavera. Nuenen

Boceto de jarrón con flores

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Bosquejos de mujeres ante una ventana

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Bosquejo de dos mujeres ante una ventana

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1885 Primavera. Nuenen

Mujer cosiendo (43.2 x 34.2 cm)

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1885 Primavera. Nuenen

Cabeza de una mujer(42.7 x 33.5 cm)

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1885 Primavera. Nuenen Cabeza de una mujer

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1885 Primavera. Nuenen . Casita de campo con árboles y mujer campesina (47.5 x 46 cm)

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1885 Primavera. Nuenen

Cabeza de una mujer campesina(40.5 x 34 cm)

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Estudio de Campesino y mujer campesina plantando patatas

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1885 Primavera. Nuenen . Campesino y mujer campesina plantando patatas (33 x 41 cm)

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1885 Primavera. Nuenen

Campesino sentado en una mesa(44 x 32.5 cm)

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1885 Primavera. Nuenen

Mujer cortando pan

Dibujo a tiza negra, pluma en tinta marrón (originalmente negra), lavado marrón, sobre papel verjurado

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Durante 1885, su ritmo de trabajo siguió siendo frenético. Afinales del mes de marzo el padre de Vincent murió de unaapoplejía, repentinamente.

Los meses siguientes fueron para Vincent de acoso permanentedentro de su comunidad. Él sigue presentando un aspecto muydescuidado y su estudio —repleto de toda clase de objetosdispares, arrumbados en un desorden inextricable—, paraquienes lo han llegado a ver y comentar no puede ser más que elrefugio extravagante y sórdido de un orate.

Para entonces el pastor ha prohibido a sus parroquianos siquieraposar para Vincent, a quien se Ha llegado a atribuir la paternidaddel hijo de una de sus modelos, Gordina de Groot.

Durante el mes de mayo seguía trabajando en Los comedores depatatas y mandó a Van Rappard la litografía de una versiónrealizada en Eindhoven por aquellos días, encontrándose con unainaudita respuesta por parte de éste: “Cómo se atreve a invocarel nombre de Millet y de Breton a propósito de trabajos como elque me ha enviado? ¡Vamos! Paréceme que el arte es una cosademasiado sublime para ser tratada con tanto desenfado”

El inexplicable cambio de opinión y la manera despectiva deexpresárselo a Vincent debió desconcertarle y, sin duda, acabócon la relación entre ambos.

El conjunto de circunstancias locales y la respuesta positiva queha obtenido a través de Théo del marchante Poitier, de París,ponderando la personalidad de algunas de sus piezas que le hanhecho llegar, comienzan a alentar en el pintor la posibilidad detrasladarse a un lugar en donde poder presentar su obra y tratarde vivir de ella.

Quizás Amberes, si no París…

Anthon, Ridder van Rappard (1858-1892) en el año 1880, aproximadamente

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1885 Prim. Nuenen

Cabeza de Gordina de GrootÓleo sobre tela, sobre hoja (41 x 32.5 cm)

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Van Rappard 1890-91 Un joven obrero en una prensa de estiramiento

Van Rappard-1885 Vista de la fábrica de ladrillos Ruimzicht, Jutphaas

Anthon Gerard Alexander VAN RAPPARD (1858-1892, pintor y dibujante holandés, fuealumno de Lawrence Alma-Tadema. En su correspondencia con Van Gogh, éste le remitiómuchas páginas reseñando sus avances en el conocimiento del color, de sus hallazgos enla paleta, con las mezclas, las gamas, etc. Desde sus inicios en la pintura al óleo, Vincentno dejó de aprender, pensar y experimentar, y asimismo compartir tanto con Théo comocon Anthon sus puntos de vista teóricos e igualmente sus dificultades técnicas.Esa relación y la corta vida del propio Anthon, con poca obra en su caso, la han hechorevalorizarse y ser hoy muy estimada. Durante cuatro años la relación con Vincent fuefructífera y estable, hasta llegar al incidente mencionado sobre la litografía de Loscomedores de patatas.

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1885 Primavera. Nuenen

Mujer con un chal de luto (45.5 x 33 cm)

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1885 Primavera. Nuenen

Cabeza de una mujer(43.5 x 36.2 cm)

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1885 Prim. Nuenen . Dos cabezas de mujer en croquis enviado a Théo.

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1885 Primavera. Nuenen

Cabeza de una mujer campesina con cofia blanca

(44 x 36 cm)

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1885 Primavera. Nuenen

Cabeza de una mujer campesina con cofia blanca

Óleo sobre tela, sobre hoja (41 x 31.5 cm)

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1885 Junio. Nuenen. Casita de campo (35.5 x 67 cm)

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1885 Junio. Nuenen. Mujer campesina cavando delante de su cabaña (31,3 x 42 cm)

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1885 Junio - Julio Nuenen. Casita de campo y mujer con cabra (60 x 85 cm)

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1885 Verano. Nuenen

Mujer sacando patatas Óleo sobre tela sobre hoja (41,8 x 32,5 cm)

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1885 Verano. Nuenen

Mujer campesina sentada en una silla Óleo sobre hoja (34 x 26 cm)

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1885 Verano. Nuenen

Mujer campesina excavando Óleo sobre tela sobre hoja (42 x 32 cm)

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1885 Verano. Nuenen

Mujer campesina inclinada Dibujo a tiza negra, lavado

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1885 Mujer campesina atando

una gavilla de trigoDibujo a tiza negra

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1885 Mujer campesina lavando (29,5 x 36 cm)

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1885 Mujer campesina encorvando y espigando. Dibujo a tiza negra

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1885 Mujer campesina lanzando trigo. Dibujo a tiza negra

“En mis nuevos dibujos, comienzo las figuras por eltorso y me parecen que así adquieren más amplitudy grandor. En el caso de que 50 no bastaran, dibujaré100, y si esto no fuera suficiente todavía, haré másaún, hasta que obtenga plenamente lo que deseo, esdecir, que todo sea redondo y no haya de ningúnmodo ni principio ni fin en la forma, sino que haya unconjunto armonioso de vida.”

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1885 Mujer campesina, llevando trigo en su delantal

Dibujo a tiza negra lavado

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1885 Mujer campesina, llevando una gavilla de trigo

Dibujo a tiza negra lavado

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1885 Mujer campesina, plantando remolachas

Dibujo a tiza negra

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1885 Mujer campesina, recogiendo una gavilla de trigoDibujo a tiza negra

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1885 Verano. Nuenen. Casita de campo (33 x 43 cm)

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1885 Verano. Nuenen. Mujer junto a un hogar. Tiza negra o carboncillo, acuarela transparente y opaca, sobre papel verjurado

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1885 Verano. Nuenen

Mujer campesina excavando Óleo sobre tela sobre hoja (41,5 x 32 cm)

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1885 Verano. Nuenen

Casita de campo con campesino volviendo a casa (63.5 x 76 cm)

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1885 Verano. Nuenen. Mujer campesina excavando patatas.

Óleo sobre tela sobre hoja (31,5 x 38 cm)

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1885 Verano. Nuenen. Casita de campo con granero decrépito y mujer agachándose (62 x 113 cm)

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1885 Campo de trigo con cosechador y mujer campesina atando gavillas. Dibujo a tiza negra sobre papel de pergamino

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1885 Verano. Nuenen. Campo de trigo con almiar y un molino. Dibujo a tiza negra sobre papel verjurado

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1885 Verano. Nuenen. Almiares y un molino. Dibujo a tiza negra, intensificado con pintura blanca opaca, sobre papel verjurado

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1885 Verano. Nuenen

Gavillas de trigo en un campo (40 x 30 cm)

Un sólido Vincent, a quien nadieparece conseguir hurtarle la fe ensus progresos ni la estima por elresultado de los mismos, escribe asu hermano:

“Mi paleta se deshiela. Mis estudios notienen para mí otra razón de ser queuna especie de gimnasia, para subir ydescender los tonos”

“Tras haber trabajado solo duranteaños, se me antoja que, aun cuandoquiera y pueda aprender de los demás,o incluso imitar su técnica, yo siempreme serviré de mis ojos para ver yseguiré trabajando según unprocedimiento personal.”

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1885 Segador. Dibujo a tiza negra, lavado gris, sobre papel de pergamino

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1885 Campesino con hoz, visto desde atrás. Dibujo a tiza negra

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1885 Campesino con hoz, visto desde atrás

Dibujo a tiza negra

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1885 Campesino con hoz.Dibujo a tiza negra sobre papel de

pergamino

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Croquis de Dos mujeres campesinas cavando patatas.

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1885 Verano. Nuenen. Dos mujeres campesinas cavando patatas. Óleo sobre tela sobre hoja (31.5 x 42.5 cm)

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1885 Verano. Nuenen Paisaje con tiempo

tormentoso

Dibujo a tiza negra, intensificado con tiza blanca, sobre papel verjurado de color gris-azul claro

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1885 Segador. Dibujo a tiza negra, lavado gris, sobre papel de pergamino

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1885 Segador. Dibujo a tiza negra, sobre papel de pergamino

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1917

The Distant Island1885 Verano. Nuenen. Paisaje con casitas de campo y un molino. Dibujo a tiza negra sobre papel de color gris-azul claro

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1885 Verano (final). Naturaleza muerta con un cuenco de arcilla y patatas

“Recibirás una gran naturaleza muerta que representapatatas, a la que he tratado de dar cuerpo; quiero decirexpresar la materia de tal modo, que se vuelva masa quetiene peso y que es sólida, que se sentiría si se la tuvieraque arrojar, por ejemplo.”

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1885 Verano (final). Cesta de manzanas (40.5 x 60.4 cm)

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1885 Verano (final). Nuenen. Naturaleza muerta con verduras y fruta

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1885 Verano (final). Nuenen. Naturaleza muerta con un cuenco de arcilla y peras

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1885 Verano (final). Nuenen. Naturaleza muerta con cesta de manzanas (30 x 47 cm)

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1885 Verano (final). Nuenen. Naturaleza muerta con tarro de jengibre y cebollas (39.3 x 49.6 cm)

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1885 Verano (final). Nuenen. Naturaleza muerta con una cesta de verduras (35.5 x 45 cm)

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1885 Verano (final). Nuenen. Naturaleza muerta con tarro de jengibre y manzanas (30,5 x 47 cm)

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1885 Verano (final). Cesta de patatas (45 x 60.5 cm)

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1917

The Distant Island1885 Principios de otoño. Vicaría en Nuenen. Dibujo a lápiz y pluma

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1885 Nuenen. Principio de Otoño. Naturaleza muerta con nidos de pájaros (39.3 x 46.5 cm)

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1885 Principios de otoño. Nuenen. La vicaría en Nuenen (33 x 43,cm)

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1885 Otoño. Nuenen. Naturaleza muerta con cerámica y botellas (40 x 56 cm)

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1885 Otoño. Nuenen. Camino de campo con dos figuras. Óleo sobre tela sobre hoja

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1885 Otoño. Nuenen. Naturaleza muerta con tres nidos de pájaro

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1885 Otoño. Nuenen. Naturaleza muerta con tres nidos de pájaro (33 x 42 cm)

“Dile a Serret* que a mí me desesperaría que mis figuras fueran buenas, dile que no las quiero académicamente correctas, dile que si fotografiara a un hombre que cava, la verdad es queno cavaría. Dile que encuentro las figuras de Miguel Ángel admirables, aunque las piernas sean decididamente demasiado largas, los muslos y las caderas demasiado anchos. Dile que amis ojos Millet y Lhermitte son por esto los verdaderos pintores, porque ellos no pintan las cosas como son, de acuerdo a un análisis somero y seco, sino como ellos, Millet, Lhermitte,Miguel Ángel, lo sienten. Dile que mi gran anhelo es aprender a hacer tales inexactitudes, tales anomalías, tales modificaciones, tales cambios, tales cambios en la realidad, para quesalgan, ¡pues claro!... Mentiras si se quiere, pero más verdaderas que la verdad literal.”

*Un marchante parisino

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1885 Otoño. Nuenen. Naturaleza muerta con cerámica, botella, y zuecos. Óleo sobre tela sobre hoja

En otra carta de esos días, tras alguna de sus interminables diatribas con Théo acerca del color, su técnica, el modo en que lo utiliza ahora, Van Gogh teorizae introduce un punto de vista —como en el mensaje anterior a Serret—, acaso todavía intuitivo pero muy resuelto, que tiempo andando y desde unaperspectiva posterior llegara a sus lienzos como un expresionismo en agraz, donde ese concepto quedará menos vagamente plasmado en sus lienzosporque también él dispondrá de otra paleta y otra mano. Aquí queda enunciado: “Yo conservo de la naturaleza un cierto orden de sucesión y una cierta precisión enla ubicación de los tonos; estudio la naturaleza para no hacer cosas insensatas, para mantenerme «razonable», pero me interesa menos que mi color sea precisamenteidéntico, al pie de la letra, desde el momento en que aparece bello sobre mi tela, tan bello como en la vida. (…) El color por si mismo expresa alguna cosa; no se le puedeignorar y hay que aprovecharlo.”

Una idea vanguardista de gran acogida y vigencia entre jóvenes pintores parisinos, incómodos ya con un impresionismo que ni siquiera se ha abiertocamino entre el público.

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Léon-Augustin Lhermitte- 1879 El mercado de Château-Thierry (53,3 x 67 cm)

Léon-Augustin Lhermitte- Los segadores (1870-80)

Léon-Augustin LHERMITTE (1844–1925) pintor ygrabador francés, de corte realista, cuyo reconocimiento—llegó a ocupar sillón en la "Académie des Beaux-Arts“— en alguna medida tuvo su punto de partida enlos elogios que le dedicó Van Gogh, más tarderefrendados por Rodin y Puvis de Chavannes

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1885 Otoño. Nuenen. Naturaleza muerta con Biblia (65,7 x 78,5 cm)

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1885 Otoño. Nuenen. Naturaleza muerta con dos jarrones y dos calabazas. Óleo sobre tela sobre hoja (58 x 85 cm)

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1885 Leñador. Dibujo a tiza negra, lavado gris, sobre papel verjurado

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1885 Otoño. Nuenen. Jarras de cerveza (31.5 x 42.5 cm)

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1885 Otoño. Nuenen. Zorro volador (41.5 x 79 cm)

Con insistencia refiere a Théo las dificultades que deberá enfrentar con su decisión de dejar Nuenen atrás: “… lo podría hacer en el caso de que mis trabajos sobrela campiña gustaran en Amberes. Si las cosas de aquí pudieran gustar, sea ahora, sea más tarde, continuaría en este camino y alternaría con otros semejantes de Drenthe.

(…) El momento está bien elegido para evadirme, porque he tenido jaleos acerca de las modelos, y en todo caso voy a mudarme. Estos problemas hay que preverlos; sería elcuento de nunca acabar, en este taller, con el pastor y el sacristán de la parroquia justamente al lado. Así pues, que me cambio.”

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1885 Otoño. Nuenen. Naturaleza muerta con caldera de latón y jarra (65.5 x 80.5 cm)

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1885 Otoño. Nuenen

El olmo (42 x 30 cm)

“Está helando fuertemente, de manera que esimposible ir a trabajar afuera. Es mejor que meabstenga sin más de tomar modelos durante eltiempo que viva en esta casa; sino quién sabecuándo volveré. Así economizo mis telas y miscolores para tener municiones allá abajo. Cuantomás pronto me vaya de aquí, tanto mejor.”

“Aquí no he hecho más que pintar incansablementepara aprender a pintar, para adquirir sólidosprincipios sobre el color, etc., sin dejar mucho sitio aotras preocupaciones. Pero cuando me he evadidopor algunos días a Amsterdam, he estado muycontento de volver a ver cuadros. Porque a veces esendiabladamente duro vivir completamente fuera dela pintura y del mundo de los pintores y no ver nadade los otros.”

Es remarcable la soledad artística de Van Goghhasta su llegada a París; particularmente, lasequía de obras clásicas o contemporáneasque padeció durante los años cruciales delperiodo final de su formación, en Nuenen,más allá de las revistas ilustradas que leenviaba su hermano o los libros que hablabande arte, nunca demasiado recientes. Y másaún teniendo en cuenta el nulo seguidismoque practicó desde su aislamiento, con aquellosí conoció en París, Londres o La Haya. Laacérrima singularidad que lo haría genial.

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1885 Otoño .Nuenen. Paisaje de otoño (64.8 x 86.4 cm)

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1885 Otoño. Casa parroquial en Nuenen a la luz de la luna (41 x 54,5 cm)

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1885 Otoño. Boceto en carta a Théo de Camino con álamos

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1885 Otoño. Nuenen.Camino con álamos (78 x 98 cm)

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1885 Nuenen. Paisaje de otoño al anochecer (51 x 93 cm)

Vincent partió de Nuenen hacia Amberes el 27 de noviembre de 1885, con la principal motivación de intentar vender sus lienzos o acaso encontrar un trabajoremunerado dando clases de dibujo. En todo caso, con la idea de encontrar el sustento que le permita vivir independientemente. Pasa unos días en Amsterdam,fundamentalmente dedicado a ver el Rijksmuseum y realizar un par de cartones con vistas de la ciudad, de todo lo cual dará cuenta a Théo.

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1885 Otoño. Ámsterdam. Vista de Ámsterdam

desde la estación central Óleo sobre hoja (19.0 x 25.5 cm)

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“He ido esta semana a Ámsterdam; casi no he tenido tiempo de ver otra cosa que el museo; me he quedado tres días; llegué el martes y partí el jueves. Elresultado es que estoy muy contento de haber ido «cueste lo que cueste»; no recuerdo que hubiese permanecido tanto tiempo sin ver cuadros. Yo no sé sirecuerdas que hay a la izquierda de Ronda de Noche, por consiguiente haciendo juego con los Síndicos de los pañeros, un cuadro (que me era desconocido hastaahora) de Frans Hals y P. Codde, que representa una veintena de oficiales de pie. ¿Has prestado atención? Por ese cuadro, solamente, vale la pena —sobre todopara un colorista— hacer el viaje a Ámsterdam . Hay allá una figura, la del porta-estandarte, en el ángulo izquierdo, exactamente al lado del marco —esta figuraestá, de los pies a la cabeza, en gris, yo diría gris perla— , de un tono neutro característico, obtenido a lo que creo con el anaranjado y el azul mezclados (…)volviéndolo aquí un poco más claro, allá un poco más oscuro; el pintor ha llegado a dar la impresión de que la figura entera es toda de un solo y mismo gris.”

Frans Hals (1637) De Magere Compagnie (209 x 429 cm). Terminado por Pieter Codde

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1666 La novia judía (122 x 166 cm)

Y más adelante, entusiasmado con su visita al museo después de tanto tiempo ayuno de lienzos vivos:

“Los Síndicos son perfectos, es el Rembrandt más bello; pero La novIa judía —considerada aparte— qué cuadro íntimo, infinitamente simpático,pintado «con una mano de fuego».

(…) Qué bien habrá comprendido este cuadro Delacroix. Qué noble sentimiento de una profundidad inmensa. Es preciso haber muerto variasveces para pintar así; ésta es una frase que bien le puede ser aplicada.

Digan lo que digan de los cuadros de Frans Hals nunca deja de pisar el suelo mientras que Rembrandt, en cambio, penetra tan lejos en el misterioque dice cosas que ninguna lengua puede expresar. Es con justo título que se dice de Rembrandt: el Mago… No es un oficio fácil.”

Rembrandt Harmenszoon van Rijn (1606-1669)

1662 Los síndicos de los pañeros (191,5 x 279 cm)

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“He visto en Ámsterdam dos cuadros de Israels, especialmente: El pescador de Zamvoort y unode sus más recientes: una anciana encogida como un paquete de trapos, cerca del lecho demuerte de su marido.

He encontrado las dos obras maravillosas. Ya pueden ir cantando sobre la técnica, con palabrasde fariseo, huecas e hipócritas, los verdaderos pintores se dejan guiar por esta conciencia que sellama el sentimiento. Su alma, su espíritu, no están al servicio de su pincel, sino su pincel alservicio de su espíritu.”

"...hablando del "demasiado negro" estoy muy satisfecho de que la gente encuentre mis estudios demasiado negros, sobre todo cuantos mas cuadros veo en esta gama pueril y fría.Observa pues, el Pescador de Zandvoort, ¿con qué está pintado? ¿Está, sí o no, pintado con rojo, azul, amarillo, negro y un poco de blanco sucio, con pardo ( y todo bien mezclado y bien quebrado)? Cuando Israels dice que no hay que ennegrecer, está claro que no quiere decir jamás lo que se hace ahora. Quiere decir que se debe poner color en las sombras, pero esto, pero esto no excluye ninguna gama, por baja que ella sea, y por cierto que no la de los negros y pardos, y de los azules profundos; esto es evidente.Pero ¿qué se debe pensar a este respecto? Vale más pensar en Rembrandt, en Frans Hals, en Israels que en esta impotencia distinguida..."

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1885 Otoño. Amsterdam. De Ruijterkade (20.3 x 27.cm)

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1885 Nuenen. Noviembre. Paisaje de otoño con cuatro árboles (64 x 89 cm)

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1885 Dic. Amberes

Cabeza de una mujer vieja con tocado blanca

(La partera)(50 x 40 cm)

A su llegada, consigue unahabitación para un mes, por la quepaga prácticamente la cantidad quelleva con él, lo que le obligaría en losucesivo a privarse de comer y aocupar la mayor parte de su tiempoen el museo y en la catedral, dondedescubre a Rubens, que le dejadeslumbrado. La carnalidad de esoscuerpos bañados de luz y eltratamiento desinhibido ydeslumbrante del color.Vincent se irá despojando ya enAmberes de ese oscurantismo, esecolor local, que arrastra desde LaHaya y Nuenen; su paleta se va aaclarar un paso más con sufascinación ante Rubens.

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1885 Dic. Amberes. Dos mujeres en un anfiteatro. Dibujo a tiza negra y de color

Amberes, en todos los sentidos, es el estadio intermedio para Vincent antes del drástico cambio que se operará en él en París. En lo personal, entre la vida serena, detenida,silenciosa e interior de un aldeano y aquella otra rauda y explosiva de color y actividad de la ciudad de Amberes, paso previo al París cosmopolita; como pintor, el salto delrecogimiento, la tenuidad sin apenas contrastes de luz, el interiorismo de la tradición holandesa y ese cierto oscurantismo en la paleta, al total deslumbramiento del coloridode Rubens, sus figuras vivas de color y de luz, que ejercen en él, como antes en Delacroix, en ese mismo lugar, una enorme y reveladora fascinación: “… Rubens me entusiasma,justamente porque busca expresar los sentimientos de gozo, de dolor, y los representa con autenticidad merced a sus combinaciones de colores incluso si sus personajes son a veces frívolos.”

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1885 Dic. Amberes. Dos mujeres en un anfiteatro. Dibujo a tiza negra y de color

1614 El descendimiento de la cruz, panel central del tríptico sobre hechos de la vida de Jesús de la catedral de Amberes. Óleo sobre tabla (420 x 320 cm)

Peter Paul RUBENS (Actual Alemania, 1577—1640 Amberes, Flandes (Países Bajos Españoles)

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1610-11 La elevación de la cruz. Catedral de Amberes. Óleo sobre tabla. (462 × 341 cm)

Peter Paul RUBENS (Actual Alemania, 1577—1640 Amberes, Flandes (Países Bajos Españoles)

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Ya en Amberes podemos empezar a apreciar el giro hacia la claridad de su paletay una incipiente desinhibición en su pincelada —véanse los retratos allírealizados—, siempre en pos de una manera de presentar la realidad, cruda, talcual.

Sin embargo, sus tentativas de exponer a algunos comerciantes los lienzospintados en Nuenen que lleva consigo son infructuosas: o no están en Amberes,o no les interesan. Ello unido a su absoluta carencia de medios para mantenersey al retraso de Théo en el envío de algún dinero que mejore su situación límite —su hermano ha tenido que atender sus propias deudas— le hace estallarnuevamente contra él:

“… acaso valgo yo menos que los acreedores; de ellos o de mí, ¿a quién debes atenderprimero si la necesidad te obliga a ello, cosa que puede suceder?

Desde luego, un acreedor no es un amigo, pero yo soy quizá uno, a menos que no estésconvencido de que lo soy. ¿Valoras el peso de las preocupaciones que el trabajo meaporta todos los días: el dinero que necesito para tener simplemente con qué pintar? ¿Tedas cuenta de que a veces me es literalmente imposible resistir, mientras que debopintar, que es importante que continúe trabajando aquí, inmediatamente y sin tropiezos,con seguridad?”

Los reproches personales se acumulan: de nuevo le acusa de una pusilánimeneutralidad en el pasado, entre él y su familia, de falta de fe en su obra, depresentarle ante terceros como una persona intratable que jamás atiendeconsejos ni acepta observaciones acerca de sus cuadros; en fin, de ser un egoístaque no hace nada por comprenderle a él ni comprender la evolución de supintura, ni tampoco aportarle el calor de un verdadero hermano ante susdificultades.

Vincent se ha reforzado, es consciente, como ocurriera en Drenthe, del enormeavance conseguido; el resultado es que ha dejado de ser la persona de moralinconsistente que duda de sus posibilidades. A partir de Amberes, su vida y suobra, todavía más si cabe, serán indisociables y se moverán en un sólo sentido:alcanzar la plena identidad del pintor que ahora ya sabe que es. Sacar de si elarte que le obsesiona y le ocupa íntegramente. Tras todos esos años deaprendizaje, se ve a las puertas de otro estadio en el que, una vez descartada laimitación de la naturaleza y de las personas en cualquier estado y situación, lacuestión tampoco será ya la resolución técnica de problemas pictóricos, sino laexpresión urgente de sus obsesiones, de su rebeldía; el desahogo en el lienzo suspasiones, en el sentido más amplio y abrumador.

1885 Dic. Amberes. Cabeza de un viejo. Dibujo a tiza negra

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1885 Dic. Amberes.

Cabeza de una mujer con su pelo suelto(35 x 24 cm)

“Del mismo modo que cuandopinto aldeanas quiero que seanaldeanas, asimismo quiero, si setrata de mujerzuelas, expresionesde mujerzuelas.”

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1885 Dic. Amberes. Salón de baile. Dibujo con tiza negra y de color

A las puertas de ese nuevo estadio en el que se sabe talmente condenado a la soledad y la pobreza de siempre, casi clama a su hermano:

“¿Diremos también nosotros, como los cobardes y los imbéciles: se agotaron los medios, carecemos de dinero, nada hay ya que hacer?

Yo respondo: ¡No! He aquí lo que nosotros diremos y lo diremos a coro, si te parece bien. Seremos pobres y sufriremos la miseria todo el tiempo que sea necesario, como una ciudad sitiadadecidida a no capitular, y mostraremos que nosotros somos alguien.”

“Lo que te pido encarecidamente, con miras al éxito, es que no pierdas la paciencia y sobre todo el ímpetu. Pues habríamos echado nuestro dinero por la ventana si perdiéramos el coraje justoen el momento propicio de adquirir cierto peso, que está condicionado a saber lo que queremos, a arriesgarnos y a perseverar.”

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1885 Dic. Amberes

Los patios traseros del las casas antiguas en Amberes, nevados

(44 x 33.5 cm)

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1885 Dic. Amberes

La aguja de la Iglesia de Nuestra Señora Dibujo a tiza negra

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1917

The Distant Island1885 Antwerp. Diciembre. El Grote MarktDibujo con tiza negra, intensificado con blanco

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1885 Dic. Amberes. Vista de Het Steen. Dibujo a lápiz, pluma, intensificado con tiza de color

Como en el caso de Gauguin, todavía más acentuado en Van Gogh por su locura, más allá del personaje, su personalidad extravagante y su enajenada forma de afrontar como propio eldestino de su obra —con tan trágicas consecuencias para ambos—, más allá del insólito relato que ambos urdieron con sus vidas, hay dos trabajadores incansables, dos pintores, doscreadores inmensos que rindieron a su arte su existencia, que se consumen en él.

Vincent está muy por encima de los hechos disparatados y las excentricidades, ocasionales o no tanto, de su biografía; Vincent no sólo trabaja con un ahínco descomunal y las más delas veces matando el hambre con el humo de su pipa, a veces en un estado de soledad extrema, sino que ha llegado hasta Amberes sacando fuerza del rosario de sus penalidades y noha parado nunca de pensar, de dedicarse a valorar la obra que ha tenido en cada caso ante sí, de exigirse, de ahondar en su oficio, de sufrir. Su capacidad de penetración es enorme.Junto al loco que se nos ha presentado con trivialidad tantas veces, hay un ser reflexivo, perspicaz y profundo que ha dedicado todo su tiempo a, ése sí, su verdadero sacerdocio. Lagenialidad, como la inspiración tantas veces, fue un advenimiento que a Van Gogh no podía sino acaecerle trabajando.

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1885 Dic. Amberes. Vista de Het Steen. Dibujo a tiza negra y de color

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1885 Dic. Amberes

Retrato de mujer en azul

(46 x 38.5 cm)

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1885 Dic. Amberes

Retrato de un hombre viejo con barba(44.5 x 33.5 cm)

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1885 Dic. Amberes

Retrato de una mujer con cinta roja (60 x 50 cm)

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1885 Dic. Amberes. Calavera fumando (32 x 24 cm)

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1885-86 Vista ciudad. Dibujo a tiza negra

En enero de 1886, Vincent se inscribió en la Academia con el fin de poder pintar modelos que no tenía posibilidad de pagarse. De la clase de pintura, aquel pelirrojo tocadocon un gorro de piel y con su pipa siempre en ristre, que disponía sus pinturas en una tabla procedente de una caja de embalaje, fue enviado por el director —Karen Verlat,un nombre asociado para siempre a ese hecho— le envió directamente a la clase de dibujo. Además, frecuentó las clases de pintura, ante un modelo vivo, de Franz Vinck,pero tampoco se le ahorraron allí los comentarios mordaces al extraño pelirrojo aspirante a pintor, ¡de treinta y dos años! Con semejante ambiente y la frontal oposición desus maestros a su estilo y método, y sin otra posibilidad de mantenerse por si mismo, Vincent empieza a contemplar la posibilidad de trasladarse a París. Théo no la rechazapero tampoco le anima y, en todo caso, le pide que de hacerlo espere cuando menos al verano, a lo que Vincent nuevamente contesta con reproches.

Vincent no es consciente del quebranto que puede significar para Théo su presencia permanente, compartiendo con él una especie de estudio-apartamento que el pintorlleva en mente y traslada a Théo. Éste, por su parte, desearía que fuera con su madre a Nuenen y mantener a distancia aquella personalidad abrasiva.

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1886-87 Amberes. Naturaleza muerta con flores silvestres y rosas (99 x 79 cm)

Vincent hace tiempo que ha unido el destino de su hermano a sucausa y, ahora que su hermano se halla bajo los efectos de undesengaño amoroso, más que nunca, piensa por ambos:

“Tú podrías considerar la habitación y la alcoba como tu apartamento, alcual daríamos un sello lo más íntimo posible. Durante la jornada, esahabitación serviría de estudio, y los utensilios poco agradables a la vista seamontonarían en la buhardilla, donde se efectuarían los quehaceresdesaseados y allí pasaría yo la noche; tú dormirías en la alcoba… No sé concerteza si nos entenderemos, pero no hay que desesperar: en cualquiercaso, encontrarás más agradable entrar en un estudio que en unahabitación trivial de aspecto lúgubre. Este aspecto lúgubre es nuestropeor enemigo. Si el médico me recomienda [a causa de su debilidad haido al médico en Amberes, que lo ha confundido para su satisfacción enun trabajador del metal] recobrar mis fuerzas, nada se opone a que túencuentres bien en hacer otro tanto.”

“Porque tampoco tú eres dichoso ni te encuentras animado; llamemos lascosas por su nombre: tienes demasiadas preocupaciones e insuficientebienestar.”

En su última carta a Théo desde Amberes, ya en la primavera de1886, es decir la previa a su aparición en París por sorpresa,Vincent resulta de una pavorosa sinceridad para con su hermano:

“Si estuviéramos juntos más a menudo te decepcionaría en muchospuntos de vista, indudablemente, pero no en todos, y sobre todo no en loque concierne a mi manera de ver.”

Además, han trocado los papeles y es Vincent ahora quienaconseja y amonesta a su hermano, por su manera de conducirseante los desengaños amorosos que le aquejan y le impiden ver conoptimismo su encuentro en París.

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Para apreciar con claridad hasta qué punto consideraba la vida de Théo supeditada a la meta que Vincent se había propuesto; hasta qué extremo —¿ingenuidad? ¿calculado egoísmo? ¿desbarre?— concebía sus vidas unidas para un fin que era el suyo, el de seguir trabajando de la manera menosonerosa y más sencilla, según su exclusivo criterio, valga decir que, ya en París, durante el verano, aprovechando el viaje de Theo a Holanda por unosdías, llegó a proponerle compartir —sustituirle con— su amante, con la finalidad de liberarle de ella, de repartirse la carga, hemos de suponer. Y leexplica —imaginamos, si le quedaban fuerzas, la indignada consternación de Théo—, las ventajas de semejante enredo:

“Ella podría hacer los quehaceres domésticos, y como provee a sus necesidades con su trabajo, tú harías algunas economías.”

Sus deterioradas relaciones con la Academia en Amberes tuvieron un colofón que Van Gogh se ahorró conocer, porque ya se hallaba en París: losresultados de un último concurso de dibujo entre los alumnos de su nivel le rebajaban a él al curso más elemental.

De los cuadros pintados en Amberes, muchos se quedaron allí y sólo se conservan los pocos aquí recogidos y algún dibujo menor.………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………

Apenas iniciado el mes de marzo, Théo recibió en París la inexorable misiva que sigue:

Mi querido Théo:No quiero que te enfades porhaberme venido tan de repente. Hereflexionado tanto en ello que creoque de este modo ganamostiempo. Estaré en el Louvre a partirde mediodía o antes, si tu quieres.Contéstame, por favor, para saber aqué hora podrás venir a la SalleCarrée. En cuanto a los gastos, te lorepito, no sufren alteración. Por lodemás tengo dinero, desde luego, yantes de hacer gasto alguno deseohablarte.Arreglaremos la cosa, ya lo verás.Por lo tanto, ven lo antes posible.Un apretón de manos. Tuyo.Vincent

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BIBLIOGRAFÍA:—Van Gogh. Ronald De Leeuw, Colección "El Impresionismo y los Inicios dela Pintura Moderna",Planeta de Agostini, 1998.— Van Gogh. Pierre Cabanne. ARS VIVA "Colección Grandes Maestros", Daimon 1970.— Van Gogh: Anhelo de vivir. Irving Stone— Vincent van Gogh, Benedikt Taschen Verlag GMBH, Hohenzollerning 53. Colección"Libros de Arte de Benedikt Taschen“.— Últimas Cartas Desde la Locura. Ediciones Escolar, 1999.— Van Gogh, Ingo F. Walther, Océano, 2005— Cartas a Théo, Vincent Van Gogh. Barral editores, 1971

EN LA RED:— http://www.vangoghgallery.com/es— http://www.vangoghmuseum.nl/A. Gonzalez García ha hecho un muy estimable trabajo sobre Van Gogh, que puede visitarse en:— http://www.aloj.us.es/galba/monograficos/VAN%20GOGH/index.htmPara la obtención de determinadas obras, en muchos casos se ha recurrido a visitar los museosen donde se hallan, cuyas reproducciones, en general suelen ser de mejor calidad.