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1 VIII Bienal del Coloquio de Transformaciones Territoriales Asociación de Universidades del Grupo Montevideo Buenos Aires, 25 al 27 de agosto de 2010 Título: Arte, ciudadanía y transformación del territorio Autores FERNANDINO, Fabricio José Escola de Belas Artes. Universidade Federal de Minas Gerais [email protected] MOLINAS, Isabel Sabina Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo. Universidad Nacional del Litoral [email protected] Palabras claves arte / ambiente / territorio / ciudadanía Resumen La ponencia focaliza en una propuesta de arte urbano realizada en el marco de ― Arte- Ciudad 09, Encuentro Bianual de Expresiones Artísticas‖, organizado por la Municipalidad de la Ciudad de Santa Fe, Argentina. Esta experiencia tiene lugar en el barrio costero de Alto Verde y hoy constituye una referencia sobre la función cognoscitiva y transformadora del arte, y su capacidad para generar mecanismos de apropiación del espacio público que permitan la de-construcción y reconstrucción de identidades sociales. Incluye un registro fotográfico de las etapas del proceso y profundiza en los argumentos que en la instancia de prefiguración pautaron las principales decisiones estéticas. La actividad involucró a 50 artistas que trabajaron con los vecinos del lugar y establecieron vínculos duraderos que originaron desdoblamientos futuros y nuevas intervenciones artísticas y arquitectónicas.

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VIII Bienal del Coloquio de Transformaciones Territoriales

Asociación de Universidades del Grupo Montevideo Buenos Aires, 25 al 27 de agosto de 2010

Título: Arte, ciudadanía y transformación del territorio

Autores FERNANDINO, Fabricio José Escola de Belas Artes. Universidade Federal de Minas Gerais [email protected] MOLINAS, Isabel Sabina Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo. Universidad Nacional del Litoral [email protected] Palabras claves arte / ambiente / territorio / ciudadanía

Resumen La ponencia focaliza en una propuesta de arte urbano realizada en el marco de ―Arte-

Ciudad 09, Encuentro Bianual de Expresiones Artísticas‖, organizado por la

Municipalidad de la Ciudad de Santa Fe, Argentina. Esta experiencia tiene lugar en el

barrio costero de Alto Verde y hoy constituye una referencia sobre la función

cognoscitiva y transformadora del arte, y su capacidad para generar mecanismos de

apropiación del espacio público que permitan la de-construcción y reconstrucción de

identidades sociales.

Incluye un registro fotográfico de las etapas del proceso y profundiza en los argumentos

que en la instancia de prefiguración pautaron las principales decisiones estéticas. La

actividad involucró a 50 artistas que trabajaron con los vecinos del lugar y establecieron

vínculos duraderos que originaron desdoblamientos futuros y nuevas intervenciones

artísticas y arquitectónicas.

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... Sou o que não foi, o que vai ficar calado. Sei que agora é tarde, e temo abreviar com a vida, nos rasos do mundo. Mas, então, ao menos, que, no artigo da morte, peguem em mim, e me depositem também numa canoinha de nada, nessa água que não pára, de longas beiras: e, eu, rio abaixo, rio a fora, rio a dentro — o rio.

―Terceira margem do rio‖, de J. Guimarães Rosa, 1962.

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1. Contexto

En 2008 el Gobierno de la Ciudad de Santa Fe, Argentina, propone a los vecinos del

barrio de Alto Verde la primera experiencia de presupuesto participativo. Se dispone de

500.000 pesos y se plantean dos opciones: la construcción de un Polideportivo y

Natatorio, o el Paseo de la Ribera. Votan 552 vecinos y el resultado es: 334 votos para

el Polideportivo y 218 para el Paseo. La primera obra se inicia y el paseo -que

albergaría a artistas y artesanos y funcionaría como un espacio de recreación en el

borde este del Dique 2 del Puerto de Santa Fe- queda en suspenso.

Un año después y desde un Seminario-Taller de Arte Ambiental, coordinado por el Prof.

Fabricio Fernandino (UFMG, Brasil) en el marco de “Arte-Ciudad 09, Encuentro Bianual

de Expresiones Artísticas”, también organizado por la Municipalidad de Santa Fe, se

retoma el proyecto del Paseo y se realiza una primera intervención artística urbana. De

ella participan 50 artistas locales, junto a familias e instituciones educativas y religiosas

con sede en el lugar.

2. Elaboración de la propuesta en el marco de un proyecto de Arte Ambiental

Tal como señala Zygmunt Bauman (2008 [2009]: 91-92), ―las artes ya no necesitan las

obras de arte para manifestar su existencia‖ y ―hacer de la propia vida ‗una obra de

arte‘, equivale en nuestro mundo moderno a permanecer en un estado de

transformación permanente, a redefinirse perpetuamente transformándose (o

intentándolo) en alguien distinto del que se ha sido hasta ahora‖.

La intención transformadora de la que nos habla el autor y su concepción ‗líquida‘ del

mundo actual nos remiten a cuestiones centrales de la experiencia que analizamos: la

voluntad de un grupo de pobladores de Alto Verde de cambiar las representaciones

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sociales que supuestamente sobre ellos tienen los vecinos de otros barrios de la ciudad

(más ligadas a la violencia y al delito) y, al mismo tiempo, la ‗precariedad‘ del propio

trabajo artístico como consecuencia del paso del tiempo y las inundaciones del río

Paraná.

La decisión de focalizar una de las instancias del Seminario de Arte Ambiental en esta

franja costera, localizada al oeste del canal de acceso al Puerto de Santa Fe, con 100

años de historia, se inscribe en el Proyecto titulado ―Elementos‖. El mismo propone un

diálogo entre los elementos de la naturaleza y sus propiedades -retomando conceptos

básicos de la teoría filosófica y de la retórica clásica (Aristóteles IV a.C.)- y la ciudad de

Santa Fe como soporte y materia del trabajo artístico en la contemporaneidad.

La elección de los escenarios parte de un

diseño imaginario que inicialmente se traza

sobre la malla urbana, a partir de la figura del

cuadrado –matriz del plano en damero de las

ciudades coloniales- que se duplica,

superpone y rota 45º sobre su eje, formando

una estrella de ocho puntas. Cada uno de sus

vértices determina una referencia geográfica

para la cual se propone un elemento –Fuego,

Agua, Tierra o Aire, y alguna cualidad

asociada: humedad, sequía, frío y calor.

Realizada esta primera identificación de los

espacios de intervención artística, se vuelve

sobre el plano de la ciudad y se efectúan

desplazamientos y ajustes con el objetivo de

potenciar el valor simbólico y la visibilidad de

las locaciones elegidas. En este sentido, uno de los principales desafíos fue establecer

relaciones ambientales, históricas, arquitectónicas y artísticas que posibilitarán una

reflexión poética sobre la ciudad y su ambiente.

Cuando interrogamos a los vecinos de Alto Verde acerca de las imágenes que querían

plasmar en los muros de sus viviendas, eligieron el agua, con la cual conviven y de la

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que conocen a fondo sus secretos. Esta necesidad de volver a decir el propio paisaje

desde la metáfora, nos hace pensar en la función epistemológica que en ocasiones

asume el arte, volviendo a decir lo conocido para mejorar nuestro entendimiento. En

palabras de Perelman (1977 [1997]: 166), citando a Bergren (1962-63): ―todo

pensamiento verdaderamente creador y no mítico, ya sea en las artes, las ciencias, la

religión o la metafísica, es necesariamente metafórico, de manera invariable e

irreductible‖.

No obstante ello, el lenguaje que escogen pareciera elemental: la línea ondulatoria, los

colores del agua, el cielo y los árboles, algo del amarillo del sol, un poco de rojo de los

clubes locales de fútbol, Colón y Unión…., y unos pedacitos de vidrio y de restos de

espejos para reflejar el río. No importa que técnicamente no consigan hacerlo (por su

tamaño, ubicación y distancia con respecto al agua no siempre reflejan, aunque brillan).

Lo que cuenta es que puedan sostener el deseo y cierta aspiración a la belleza desde

su capacidad poética. Porque, como afirma Derrida (1987 [1989]: 35) lo importante es

que la ‗metaphora‘ renueve el empuje que nos pone en movimiento, generando otro tipo

de intercambios en la ciudad: ―… de cierta forma y como un modo de habitar, somos el

contenido y la materia de ese vehículo: pasajeros, comprendidos y transportados por la

metáfora‖.

3. Relaciones con la comunidad

A lo largo de quince días, el trabajo en Alto Verde se organizó en varios momentos. En

primer término, en el Centro Cultural Municipal, tuvo lugar una disertación en la que se

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enunciaron las categorías teóricas y metodológicas que guiarían el proyecto, se

presentaron ejemplos de intervenciones artísticas urbanas en ciudades

latinoamericanas y se acordó el plan de actividades.

A continuación, se realizaron cuatro jornadas con modalidad de taller para el esbozo de

una primera propuesta. En esta instancia, fue útil contar con un registro fotográfico

previo, planos y cartografía para prefigurar la intervención artística. Cumplida la primera

etapa de diseño –y en lo que atañe puntualmente a la experiencia elegida para esta

comunicación-, era necesario realizar una reunión con los vecinos para poner en común

los bocetos, relevar opiniones y realizar ajustes para que la propuesta comenzara a

sentirse como propia.

Para ello se buscó un ámbito destinado a reuniones comunitarias que, en sí mismo, ya

estuviese constituido como espacio de diálogo y de negociación. Se evaluó la

posibilidad de hacerlo en una de las dos escuelas o en el salón parroquial. No obstante

ello, pronto surgió la invitación de una familia con marcado liderazgo, en cuya casa se

habían realizado reuniones informativas sobre presupuesto participativo y se

conservaba la gráfica que había sido utilizada para su difusión. Fue la misma familia,

junto con el coordinador de Distrito, quienes convocaron. La puesta en común de los

bocetos coincidió con un recorrido del Intendente por el Paseo de la Ribera, lo cual

mejoró la visibilidad de la participación del Gobierno de la Ciudad de Santa Fe en la

génesis de la propuesta y allanó el diálogo con vecinos e instituciones del barrio. En la

medida en que el intendente participa, el proyecto adquiere valor agregado y suma

adhesiones.

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Luego de este encuentro se incorporan los cambios y se articulan los bocetos en una

única vista que integra las fachadas de todas las viviendas, locales y edificios

emblemáticos del Paseo. Con este material se realizan nuevas visitas, casa por casa,

para acordar el diseño y convocar para el trabajo de pintura. Dada la magnitud de la

obra –en términos de proceso creativo-, la duración del seminario y, ante todo, el

cuidado puesto en la comunicación con los vecinos, se decide trabajar en los muros

externos y bajos de las viviendas, sin ingresar al interior de las mismas pero

incorporando a sus moradores en el trabajo artístico. Era importante respetar la

‗delicadeza‘ del espacio, las relaciones familiares, culturales y religiosas. Era necesario

respetar todo el ambiente y la relación de las personas con el río y con su comunidad.

En esta etapa varias familias se acercan por iniciativa propia, sabiendo de la presencia

de los artistas en el barrio.

Entre las entrevistas realizadas, se registran encuentros especialmente significativos: el

diálogo mantenido con Román Torres, el poblador más antiguo; la visita a la parroquia y

la convivencia con la familia que ofreció su vivienda para que funcionara como lugar de

referencia y reunión de todo el equipo.

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3.1. El amigo de Horacio Guaraní

Román Torres tiene 93 años

y vive solo. Una vecina

posibilita la visita y, ya en su

casa, lo primero que nos

dice es: ―Tengo mucho para

contar y usted me va a

escuchar‖.

Buena parte de la historia

refiere a su vínculo con

Heráclito Rodríguez, hoy

conocido como Horacio

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Guaraní, y con la familia de Mercedes Sosa, en ocasión de su paso por Alto Verde, por

entonces puerto importante del Litoral argentino.

Torres relata que hace muchos años la música y la palabra poética acostumbraban ir

juntas, comparte su colección de discos de vinilo y las notas periodísticas que atesora, y

nos pide que registremos las relaciones folklóricas que todavía recuerda: ―De lejos te vi

venir / de cerca con más razón / el rato que no te veo / se me parte el corazón‖; o ―Ya

viene dentrando el sol / la luna que te hace señas / así me tiene tu amor / como gato

entre la leña‖. Cuando avanza el diálogo, accede a describir ese monte/laguna en

tiempos en los que se tomaba agua del río y la vida muchas veces dependía de que

pasara la lancha ambulancia que cruzaba a Santa Fe, con destino al hospital Inter.-

zonal. La música, la literatura oral, algunos nombres propios, el paisaje de Alto Verde

cuando era niño y la sirena de la lancha sanitaria en la que trabajó durante años son

recuerdos recurrentes.

Román Torres también vuelve sobre la idea de cambiar los imaginarios sobre el barrio:

―nunca le dieron valor‖ y comparte la decisión política de trabajar en él: ―estoy contento

porque se están haciendo cosas‖. Al finalizar la entrevista, lo invitamos a salir a la

vereda para ver su casa. Grande es su emoción y nos responde: ―me la dejaron como

de comunión..., voy a tener que avisarle a mi hermano porque el domingo cuando me

venga a visitar… no va a encontrar la casa‖.

En síntesis, una serie de referencias sobre la propia identidad experimentada como

rasgo diferencial y, asimismo, una clara conciencia del carácter transformador de la

cultura. Román Torres nos habla de sus recuerdos de infancia, sus discos y sus

poemas, sus relaciones con figuras emblemáticas del folklore argentino –en una clara

manifestación de su capital simbólico-, su pasado laboral y sus preferencias políticas en

el presente. En palabras de Bauman (1999 [2002]: 343): ―A través de la cultura, el

hombre se encuentra en un estado de revuelta constante, una revuelta que es una

acción y una experiencia humana, no una invención intelectual, y en la cual, tal como

diría Albert Camus, el hombre satisface y crea sus propios valores.‖

3.2. Íconos religiosos

Dado que el Paseo incluye la Parroquia ―Jesús Resucitado‖ de la congregación de los

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Hermanos Jesuitas y la fábrica de hostias que provee a las iglesias católicas de la

ciudad, fue necesario tomar contacto con el párroco del lugar, rector del Colegio de la

Inmaculada Concepción, institución con 400 años de historia en Santa Fe. Para ello se

hizo una primera reunión con integrantes del consejo parroquial y un encuentro más

extendido con el párroco, con quien se dialogó sobre la distancia entre la estética del

proyecto inicial y las imágenes religiosas de la tradición católica y de los Jesuitas en

particular. En esta instancia se relevó una breve historia de algunas imágenes que,

―como en un intricado juego de espejos, han ido componiendo en cada período un

modelo visual sustancialmente unitario‖ (Vitta 1999 [2003]: 13). En lo que atañe a las

imágenes religiosas:

o(Esta problemática nos ubican) en el terreno de la genealogía de las imágenes –en

tanto nos permiten construir cadenas iconográficas-, en el de su significación simbólico-

religiosa –sin obliterar el papel de las convenciones y tradiciones culturales y pictóricas-,

en el de la comitencia y sus implicancias económicas y sociales, así como en el espacio

de identificación de estilos personales, escuelas, etc., lo que permite una mayor

comprensión de del contexto de creación de dichas obras. Todos estos factores otorgan

a las ‗representaciones‘ una dimensión texturaza, polifacética, y hasta cierto punto

transparente, lo que nos facilita lecturas e interpretaciones que ponen en juego a cada

una de ellas en un horizonte cultural amplio, como también entre sí mismas.

(Siracusano 2005: 16).

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En la línea de lo antes expuesto se acordó trabajar con imágenes sencillas que se

correspondieran con pasajes bíblicos conocidos, tales como la parábola de la

multiplicación de panes y peces, y el escudo de la Orden Jesuítica. Los diseños que se

trasladaron del papel al muro fueron realizados por el propio párroco, a partir de formas

simples, heredadas y transmitidas de generación en generación. La elección del

esténcil y la utilización de técnica mixta en la recreación del escudo posibilitan las

reinscripción de estos motivos en una nueva serie donde prima la materialidad de los

significantes: la línea, el color, la mancha y la textura visual, entre otros. A partir de los

mismos se abarca toda la extensión del paseo y se construye la idea de movimiento a

partir de ritmos unificados por las formas y la composición pictórica.

3.3. La familia anfitriona

Su participación fue decisiva durante todo el

proceso creativo y entendemos que existe una

relación directa con las profesiones y oficios

elegidos por cada uno de sus cuatro miembros: el

padre es agente de la Prefectura Naval, la madre

es ama de casa y empleada en una Peluquería, el

hijo mayor es estudiante de Medicina en la

Universidad Nacional del Litoral (primera cohorte

de la Universidad Nacional de Rosario que cursa

en Santa Fe en el marco de un convenio entre

ambas Casas de Estudio) y el hijo menor es

alumno de nivel medio de una escuela bilingüe

italiano-español de la ciudad de Santa Fe.

Se sabe que este tipo de conformación familiar no

es la habitual en el barrio pero, no obstante ello, es innegable el rol que pueden asumir

en relación con las otras familias. En términos de referencia para acceder a los servicios

de educación y de salud, para comunicarse con el coordinador de Distrito del Gobierno

de la Ciudad, para tener voz y voto a la hora de elegir representantes y proyectos para

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el barrio y, fundamentalmente, para animarse a participar de un trabajo artístico

colectivo. En este sentido, fue importante su compañía durante el recorrido del Paseo,

junto a otros representantes locales, y percibir la gran afinidad de la población con el

río, presencia constante en sus vidas. A partir de estas primeras recorridas, fue posible

establecer un territorio y un campo de trabajo que guardase y preservase esa intimidad

con el río. Un lugar destinado a toda la acción creativa.

4. Campo de trabajo y establecimiento de territorios

En el inicio de este trabajo, transcribimos un fragmento del cuento ―Terceira margem do

rio‖, de J. Guimarães Rosa. En cierto modo, el Paseo de la Ribera puede pensarse

como una tercera margen, en la medida en que esta calle no sólo está próxima y

convive con el río sino que es parte del río. Así fueron establecidos los territorios para

pensar el trabajo poético: río, paseo, personas y naturaleza.

Lejos de lo que sería un trabajo autoral, se propone una acción colectiva en la que lo

más importante es el proceso y el sentimiento en el ejercicio de ese proceso. Porque el

arte no es imponer una forma de expresión a una materia vivida sino experimentar el

devenir del objeto/sujeto. Esta idea ha sido ampliamente desarrollada por Deleuze en

relación con la literatura (1993 [1994]) y es posible retomarla para pensar la praxis de

otras manifestaciones artísticas, entre ellas, la pintura: ―La salud como literatura, como

escritura, (como arte), consiste en inventar un pueblo que falta. Pertenece a la función

fabuladora de inventar un pueblo. Uno no escribe con sus recuerdos, a menos que haga

de ellos el origen o el destino colectivos de un pueblo por venir…‖ En el inicio de la

edición en español del texto de Deleuze que citamos, Silvio Matonni también retoma un

pasaje de los Diálogos del francés: ―Al escribir (al asumir un proceso creativo en forma

colectiva) se proporciona escritura a los que no la tienen, y éstos a su vez proporcionan

a la escritura un devenir sin el cual no existiría, sin el cual sería pura redundancia al

servicio de los poderes establecidos‖.

Entendido de este modo el arte es un programa de acción que modifica no sólo la

apariencia del paisaje sino, fundamentalmente, las emociones y conocimientos de

quienes habitan en él. Si fuese de otro modo, sería incomprensible la metáfora de

Guimarães Rosa, que es también el núcleo de Heráclito y, más cercano a nosotros, del

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trabajo poético de Juan L. Ortiz1. Sin embargo, es la imagen fantasmagórica que evoca

el escritor nacido en Minas Gerais la más próxima a la idea de territorializar esta

experiencia íntima del paisaje y darle entidad.

5. Proceso creativo, desdoblamientos y efectos multiplicadores

Cumplida la instancia de prefiguración y acuerdo con los habitantes de Alto Verde,

comienza la pintura del Paseo de la Ribera, la cual se extiende durante dos jornadas

completas. En este momento cuentan, especialmente, las competencias de los artistas

para el diseño asistido por computadora, integrando bocetos, seleccionando colores y

evaluando herramientas y dispositivos necesarios para la ejecución de la obra.

Inmediatamente después, se estableció el vínculo con la empresa patrocinadora de la

1 Juan L. Ortiz escribe: Fui al río, y lo sentía / cerca de mí, enfrente de mí. / Las ramas tenían voces / que no

llegaban hasta mí. / La corriente decía / cosas que no entendía. / Me angustiaba casi. / Quería comprenderlo, / sentir

qué decía el cielo vago y pálido en él / con sus primeras sílabas alargadas, / pero no podía. / Regresaba / -¿Era yo el

que regresaba?- / en la angustia vaga / de sentirme solo entre las cosas últimas y secretas. / De pronto sentí el río en

mí / corría en mí / con sus orillas trémulas de señas, / Corría el río en mí con sus ramajes, / con sus hondos reflejos

apenas estrellados. / Era yo un río en el anochecer, / y suspiraban en mí los árboles, / y el sendero y las hierbas se

apagaban en mí. / Me atravesaba un río, me atravesaba un río! (del poemario “El ángel inclinado (1937), incluido en

Obra completa. Ediciones UNL, 1996, pág. 229).

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pintura que, sensibilizada por el trabajo realizado, pone a disposición gran cantidad de

materiales.

Se opta por trabajar de manera simultánea a lo largo de los 150 metros de calle y,

rápidamente, las habitantes del lugar comienzan a participar del proceso. En un primer

momento de forma más tímida y luego de manera más protagónica en el proceso

creativo y constructivo de la obra. A medida que el tiempo pasa el trabajo se torna

consistente y es reforzado por la presencia de las familias, en especial de los niños,

dando lugar a una acción colaborativa en favor de toda una comunidad. Más que un

cambio del paisaje el resultado es una acción colectiva que anticipa desdoblamientos

en favor de una genuina transformación del territorio.

Al finalizar la tarea se realiza una reunión para compartir los registros fotográficos y

audiovisuales de todos los participantes. Al respecto, cabe señalar que algunos

pobladores no poseen cámara fotográfica y muchos niños asisten por primera vez a una

proyección en pantalla grande en la que se reflejan sus propios rostros, el de sus

padres y sus vecinos.

Con posterioridad a esta experiencia, los propios habitantes del lugar proponen

continuar con intervenciones artísticas en otras manzanas del barrio y solicitan ayuda

para poner en funcionamiento las instalaciones del Club Atlético de Alto Verde. A partir

del contacto establecido con diferentes áreas del Municipio y con docentes y

estudiantes de la carrera de Arquitectura de la UNL, comienzan a solucionar diferentes

necesidades edilicias.

Asimismo, se planifica una segunda acción colectiva para el 2010, con motivo de la

conmemoración de los 100 años de Alto Verde. En esta oportunidad, son los propios

vecinos los que realizan el registro fotográfico previo de las fachadas, solicitan las

autorizaciones para pintarlas y acuerdan estéticas y procedimientos.

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También en virtud de la publicación de los resultados en diferentes medios locales, otros

barrios de la ciudad solicitan la realización de actividades similares. Tal es el caso de la

vecinal Santa Marta –donde se concreta en octubre de 2009- y del barrio San Agustín,

donde se realizará una próxima intervención artística colectiva.

En resumen, la decisión de entender la cultura como una praxis social integradora y

participativa en pos de un conciencia individual y colectiva. Porque democratizar el

acceso a los bienes de la cultura -en términos de construcción de ciudadanía-, no sólo

es abrir los teatros, los cines y las salas de exposiciones garantizando igualdad de

oportunidades. Construir ciudadanía es ―generar mecanismos de apropiación del

espacio público a través de manifestaciones artísticas y creativas que involucren a la

comunidad en la construcción, de-construcción y reconstrucción de las identidades

sociales‖2.

2 Plan de Desarrollo Santa Fe Ciudad. Gobierno de la Ciudad de Santa Fe, marzo 2008

[http://www.santafeciudad.gov.ar/media/files/Plan_de_Desarrollo_-_Bases.pdf]

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Referencias bibliográficas Bauman, Z. (1999) La cultura como praxis. Barcelona: Paidós, 2002. Bauman, Z. (2008) El arte de la vida. Buenos Aires: Paidós, 2009. Deleuze, G. (1993) La literatura y la vida. Córdoba: Alción, 1994. Derrida, J. (1987) La reconstrucción en las fronteras de la filosofía. La retirada de la metáfora. Barcelona: Paidós, 1989. Perelman, C. (1977) El imperio retórico. Retórica y argumentación. Buenos Aires: Norma, 1997. Siracusano, G. (2005) El poder de los colores. De lo material a lo simbólico en las prácticas culturales andinas. Siglos XVI-XVIII. Buenos Aires: FCE. Vitto, M. (1999) El sistema de las imágenes. Estética de las representaciones cotidianas. Barcelona: Paidós, 2003.