Vientos de libertad; The UNESCO Courier: a window...

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JUNIO 1990

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GLAV'HAVEL

DESMOND TUTU" sEPH BRODSKY

OTAVIO PA

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Amigos lectores, para esta sección "Confluencias", envíennos una

fotografía o una reproducción de una pintura, una escultura o unconjunto arquitectónico que representen a sus ojos un cruzamientoo mestizaje creador entre varias culturas, o bien dos obras de

distinto origen cultural en las que perciban un parecido o unarelación sorprendente. Remítannoslas junto con un comentario de

dos o tres líneas firmado. Cada mes publicaremos en una páginaentera una de esas contribuciones enviadas por los lectores.

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CPá

Las Tablas

de la Ley85 x 65 cm,

óleo sobre tela

de Gervais Bataillé

Con su aspecto de

nebulosas, los cuadros de

Gervais Bataillé, afirma un

critico, nos conducen "al

país de las matemáticas delsueño". La ordenación

musical de las formas y loscolores responde en la

obra de este pintor francésal deseo de crear "una

suerte de fondo común

donde se fusionen los

diversos lenguajes de unamisma civilización".

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JUNIO 1990ESTE NÚMERO

Amigos lectores.La aventura ya no tiene unhorizonte geográfico.

Ya no hay continentesvírgenes, ni océanosdesconocidos, ni islas

misteriosas. Y, sin embargo,en muchos sentidos los

pueblos son aun extraños losunos a los otros, y lascostumbres, las esperanzassecretas y las conviccionesíntimas de cada uno de ellos

siguen siendo ignoradas engran medida por los demás...

Ulises ya no tiene pues unespacio físico que recorrer.Pero hay una nueva odiseapor iniciar con urgencia: laexploración de los mil y unpaisajes culturales, de lainfinita variedad de

pensamientos y de sabiduríasvivientes, en suma el

descubrimiento de la

multiplicidad del hombre.Esta es la odisea que les

propone El Correo de laUnesco al ofrecerles cada

mes un tema de interés

universal, tratado porautores de nacionalidades,

competencias y sensibilidadesdiferentes. Una travesía de la

diversidad cultural del

mundo cuya brújula sea ladignidad del Hombre detodas las latitudes.

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DOCUMENTO

Entrevista clandestina a

VACLAV HAVEL

en vísperas de la"Revolución de terciopelo"

en Checoslovaquia

VIENTOS DE LIBERTAD

por Federico Mayor

ESCRITO EN EL MURO

por Robert Darnton 12

EL DURO CAMINO DE LA DEMOCRACIA

por Alain Touraine 19

IRONÍA Y COMPASIÓN

por Octavio Paz 27

VISTO DESDE UN TIOVIVO

por Joseph Brodsky 31

"NADIE PODRA DETENERNOS"

por Desmond Tutu 37

CULTURA Y LIBERTAD EN EL TERCER MUNDO

EL HOMBRE,

UNA CREACIÓN PERMANENTEpor Adonis 39

DERECHOS HUMANOS:

EL COMBATE EN LA SOMBRA

por Georges-Henri Dumont 43

REHEN DE LA SECURITATE

por Sorin Dümitrescu 45

Consultor especialpara este número:

Ehsan Naraghi.

Nuestra portada:El funámbulo,

(1990), 81x65 cm, óleo sobretela de la pintora francesa

Isabelle Wolff.

Portada posterior:Cielo (1982), 2x1,50 m, óleosobre tela del pintor francés

Gérard Fromanger.

DOCUMENTO

VACLAV HAVEL

Presidente de la República Checoslovaca, esante todo un autor dramático y un combatientepor la libertad. Es, por lo demás, el "escritor resistente"

el que fue elegido presidente el 29 de diciembre de 1989,convirtiéndose así en el símbolo del vuelco que haexperimentado la legitimidad en el país. | En 1968, después dela brutal interrupción de la Primavera de Praga, de la que había sido

una de las figuras principales, se convirtió en un "autor prohibido" en

circunstancias que su trilogía Audiencia, Inauguración, Petición

(1975-1976) se representaba en el mundo entero. Condenado en diversas

oportunidades por delito de opinión, se negó a abandonar el país.

Por su oposición intransigente al régimen fue detenido varias veces,

permaneciendo en total cinco años en prisión. | La entrevista cuyotexto íntegro se publica aquí por primera vez fue realizada de manera

semiclandestina, el 30 de junio de 1989, en la casa del escritor en los alrededores

de Praga. Se trata de un documento excepcional sobre un periodo importante:las últimas semanas de Vaclav Havel como ciudadano tuera de la lev.

Esta entrevista se desarrolla en una atmósfera un tantoextraña. Usted está vigilado y, sin embargo, nos habla sincautela alguna... ¿ Tiene usted libertad de movimientos o no?

He estado muy aislado hasta c>to> últimos años, pero yano lo estoy. II aislamiento tue real durante los años setenta,en una época de inercia total de la sociedad; era como si lagente hubiera perdido tóela esperan/a v creyera que ya noera posible un cambio social. Los ciudadanos habían dejadode interesarse por la vida pública, la que. por otra parte, erareprimida de manera sistemática. Se habían encerrado en símismos y no existía ninguna comunicación entre ellos.

Fue un periodo de atomización de la sociedad en el quecada cual se hallaba aislado de los demás. En mi caso ese aisla¬

miento era tanto mayor cuanto que pertenecía a esa categoría

de personas que, tras la invasión soviética de 1968, fueronconsideradas enemigas de la patria. Frecuentarnos erapeligroso. Yo era un escritor prohibido. No podía trabajaren ninguna parte...

Poco a poco la situación comenzó a evolucionar y hoyes radicalmente distinta, no porque la dirección del partidoo del gobierno hayan modificado su política, pues sonsiempre los mismos, sino porque la sociedad ha cambiado.Tal vez la gente se haya cansado de su propio cansancio.Salen de su encierro, de su aislamiento. Está apareciendoel esbozo de una vida pública.

Surgen nuevas generaciones que no han sufrido el traumade la invasión soviética. La evolución ha sido lenta y gradual,

pero importante. En lo que a mí respecta, tuve la posibilidadde seguir de cerca esa evolución debido a que fui detenidoy encarcelado varias veces. Al entrar en la cárcel de algunamanera uno lleva consigo la conciencia de la situaciónimperante en el momento de su detención. Luego, duranteun cierto tiempo, se permanece ajeno al curso de los acon¬tecimientos, con ese recuerdo grabado en la memoria. Mástarde, al quedar bruscamente en libertad, se es particular¬mente sensible a los cambios que se han producido entretanto. Así, cada vez que salí de la cárcel noté con sorpresanuevos signos de evolución. La sociedad parecía másanimada, la apatía seguía perdiendo terreno y era mayor elnúmero de personas que habían recobrado su entereza....

¿Tuvo usted en algún momento que dejar de escribir?Mis obras de teatro están prohibidas desde hace veinte

años en Checoslovaquia, pero no por ello he dejado de escribir.Es imposible impedir realmente a un escritor que escriba.Su misión es seguir escribiendo, hablando, incluso encondiciones muy difíciles. Así, pues, continué publicando.¿Dónde? En el extranjero, pero sobre todo en el Semizdat,la edición clandestina.

A principios de los años setenta aparecieron en Checoslo¬vaquia dos culturas antagónicas. Una oficial y autorizada, laotra clandestina e independiente. Tras unos comienzos mo¬destos, el Semizdat ha cobrado una importancia considerable.Actualmente produce decenas de revistas y periódicos, cen¬tenares de libros e incluso material informativo en vídeo. En

los últimos años las barreras que separaban a ambas culturashan comenzado a fisurarse. Ha surgido un espacio interme¬dio, denominado a veces "zona gris". Se ha producido unaimpregnación cultura oficial y la cultura independiente sehan acercado mutuamente porque han comprendido que nin¬guna tenía el monopolio absoluto de la cultura. Fueron puesesa presión interior y esa toma de conciencia las que moti¬varon el acercamiento, pero de ningún modo una liberali-zación de la política cultural de las autoridades.

¿Qué papel político y social atribuye usted a los intelec¬tuales?

Los intelectuales tienen razón al querer pensar en elfuturo. No deben avergonzarse de trabajar para el porvenir,de imaginarlo. Pero, a mi parecer, su tarea esencial, sumisión prioritaria, consiste en reflexionar sobre el presente,comprender las crisis y darles un nombre. Así surge laverdadera conciencia de las perspectivas.

Construir, edificar el mejor mundo posible, es tarea delos políticos. A los intelectuales les incumbe vigilar, advertir,prevenir. Deben, en cierto sentido, controlar a los políticos,recordarles cuánto se alejan de la realidad al seguir las falsasapariencias de la ideología. Mis palabras son las de undecepcionado de la ideología, decepción que toda esta partede Europa ha experimentado. Vivimos en condiciones queobligan al hombre a meditar sobre el fracaso de lasideologías...

Lo que queremos, aquí y ahora, son cosas simples,elementales, sin ninguna referencia ideológica, fuera de todaideología. Aspiramos a compartir los valores fundamentalesde la vida, aquellos que el simple sentido común y laelemental dignidad humana exigen que sean satisfechos. ¿Quéexperiencia hemos vivido? Un intento de someter el mundoa la ideología. ¡Qué fracaso! Tal vez sirva para que los inte¬lectuales comprendan que no basta elaborar una teoría paraadaptar luego a ella la realidad. Viviente y misteriosa, larealidad supera todas las teorías, todos los proyectos, todoslos conceptos imaginables. Antes de ordenarla y organizaríahay que dar muestras de respeto y humildad ante la riqueza,la diversidad y la complejidad de la vida. Es imposible

mutilarla para que se ajuste al molde de una utopíaengendrada en la mente fría de un ideólogo. Eso es lo quese ha hecho en esta región del mundo. El fracaso es total.De ahí que los intelectuales de Europa del Este desconfíende los proyectos, de las teorías. De ahí también nuestravoluntad de limitarnos a analizar el presente como la maneramás adecuada de proyectar el porvenir.

Carta a la libertad. Las llamaradas de tus pupilas meacompañan durante todo el viaje (1989), collage del artista

checoslovaco Jiri Kolar.

i Ve usted alguna diferencia entre elpapel que desempeñan entonces un extraño fenómeno. La política que se tratabarespectivamente los intelectuales occidentales y los intelec- de expulsar por la puerta vuelve a entrar por la ventana.tuales del Este? Invade de pronto todo el ámbito de la vida social, y todo

La primera diferencia es la siguiente: hasta hace poco en cobra, a escondidas, un significado político: un concierto,la mayor parte de los países del bloque comunista, la política una misa, una feria popular...y el debate político parecían haber desaparecido. El totali- En esas condiciones, la palabra del escritor adquiere untarismo suprime la política. Privada de toda cultura política, prestigio extraordinario. Sobre todo si trata de decir la verdadla sociedad no puede construir sus defensas naturales y la sin temer las complicaciones que se acarrea cuando deja deopinión pública no puede surgir. La política carece incluso ser un dócil intérprete de la autoridad. ¿A qué se debe estade un terreno profesional en el que actuar. Se produce importancia del escritor? A que el instrumento con el que

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trabaja es la lengua, una lengua que nombra e interpela. Esla herramienta cultural por excelencia. Entre nosotros, elauditorio cultural del escritor es equivalente a la expectativapolítica, es decir inmenso. Para muchos occidentales dichofenómeno es sorprendente. La gente ansia ardientemente

'escuchar qué se va a decir, a expresar, como si su esperanzay su libertad cobraran así forma, como si la sociedad, a travésde ese fermento cultural, se diferenciara y se estructurara.Los escritores, sobre quienes recae una responsabilidadpolítica cada vez mayor, tienen que mostrarse mucho másrigurosos.

Este deseo de cambio en Europa del Este y en otras regionesdel mundo ¿marca el inicio de una nueva era?

No soy ni futurólogo ni adivino. Ignoro a dónde va lacomunidad mundial. En todas partes advierto signos eco¬nómicos, políticos y ecológicos de una crisis profunda. Ami juicio se trata de una crisis existencial, de identidad: elhombre ha perdido el sentimiento de responsabilidad quetenía con respecto a algo trascendente, que lo sobrepasaba.Son numerosos los hombres y las mujeres en el mundo quehan percibido y comprendido esta situación y que intentanencontrar una salida.

Tal vez el fin del milenio verá surgir nuevas perspectivas.Se observan ya signos alentadores: una reducción de la carreraarmamentista, algunos intentos de coexistencia pacífica, losacuerdos de Helsinki. Son signos todavía insuficientes. Seha tratado de resolver los aspectos más brutales y más evi¬dentes. Pero los más peligrosos son precisamente los menosvisibles.

¿Va a desaparecer el foso que separa al Este del Oeste?Francamente, lo ignoro. Las divergencias entre ambos

mundos son tan grandes... Ambos sistemas han vivido

durante decenas de años historias distintas. Hoy el sistematotalitario de tipo comunista, al que calificaría siguiendoa los propios comunistas de "socialismo estalinista", seencuentra en un callejón sin salida. Los países del Estecomienzan a entenderlo. De ahí los esfuerzos conjuntosencaminados a instaurar una cierta democratización, una

"perestróika". Se trata de un hecho fundamental. El Esteestá dando un paso hacia el Oeste. ¿Es capaz a su vez elmundo occidental de avanzar hacia su vecino? No lo sé.

Occidente defiende valores benéficos para toda la humanidad.No quiere abandonarlos y tiene toda la razón. Sufro cuandoen algunas ocasiones renuncia a esos valores porque nosotrostambién nos adherimos a ellos. En cuanto a las conmociones

que experimenta el mundo occidental, veo en ellas las másde las veces una variante de esa crisis profunda a la que mehe referido antes. Occidente no resolverá sus dificultades más

que por sí mismo.Pero ambos sistemas tienen en común un problema

grave: la excesiva centralización. Entre nosotros, el poderpolítico, los mandos económicos, los recursos energéticos,todo está en las mismas manos. El Estado es, de hecho, el

único empleador y el único organizador de la vida social.Es monstruoso. En Occidente con formas diferentes

empresas cada vez más grandes, grupos gigantescos seadvierte una tendencia similar a la centralización absoluta.

En ambos casos el resultado es la "anonimización" de la vida

en general, con una apariencia sin duda más chocante ennuestros países. Los vínculos humanos, las relaciones entrelas personas desaparecen en el trabajo pero también en la vidasocial, en las ciudades y en los hogares. El individuo seconvierte en el engranaje de una inmensa maquinaria.Pierde el sentido de su trabajo y de su existencia. Seránecesario que ambos sistemas consigan vencer, cada unoa su manera, este fenómeno de deshumanización. Cuando

lo logren, tal vez encuentren la manera de acercarsemutuamente...

En esta coyuntura decisiva para el porvenir ¿pueden losintelectuales hacer algo para modificar el curso de losacontecimientos?

Por su naturaleza misma el intelectual es impotente enciertos ámbitos. Un intelectual no es alguien capaz decambiar el mundo a la manera de un político. Está presenteen el mundo a través de lo que dice, actúa con su palabra.Escribí un ensayo El poder de los impotentes en el que intentoexplicar cómo una palabra verdadera, incluso pronunciadapor un solo hombre, es más poderosa, en ciertas circuns¬tancias, que todo un ejército. La palabra ilumina, despierta,libera. La palabra tiene también un poder. Es ése el poderde los intelectuales, quienes deben conservarlo u obtenerlopara sacar provecho de él. No tienen que aspirar a otro tipode poder ni siquiera añorarlo. Que dejen a los políticos elpoder de transformar de manera inmediata y de organizarla sociedad.

Arriba, ilustración del artista francés Michel Granger parala portada del Informe anual (1987) de la organizaciónhumanitaria Amnesty International.Página de la izquierda, portada de un número de RevolverRevue, publicación del Samizdat checoslovaco (ediciónclandestina), realizada por Gavina Farova (1989).

¿Cuáles son, a su juicio, los valores que el poder de losintelectuales debería servir?

En el umbral de un nuevo milenio, el bien más valioso quehay que defender, el que en todas partes debería recibir unaaceptación unánime, es un conjunto de cualidades humanas,de valores fundamentales. Y, en primer lugar, la humildad.Muchos de los acontecimientos crueles que hemos vividoal fin de este milenio, como el hitlerismo, el estalinismo o,

por ejemplo, los excesos de Pol Pot, son resultado delorgullo y la arrogancia de grupos o de personas, de fanáticos

o no, de ideólogos, de doctrinarios, de utopistas. El orgullode quienes creen saberlo todo y estiman que pueden decidirde todo. Cuando la realidad no se ajusta a sus teorías,terminan por imponerlas conduciéndonos directamente alos campos de concentración, a las masacres y las guerrasmás atroces. Esta falta de humildad se advierte también fuera

del campo estrictamente político. La base de la crisis ecológicadel planeta es también el orgullo: el hombre impone suvoluntad a la naturaleza, sin respetar sus leyes, sus secretos.Podría seguir dando ejemplos... Conservemos el sentido dela libertad, de la dignidad y de la justicia. Y seamos máshumildes.

Esta entrevista, efectuada por Michel Bongiovani, diolugar a la realización de una película de vídeo producidapor el Centro Internacional de Creación de Video deMontbéliart-Belfort que dirige Pierre Bongiovani.

FEDERICO MAYOR

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N.UESTRO siglo está viviendo un momentoexcepcional en el que vastas zonas de silencio seabren de pronto a la palabra y a la libertad.Durante los últimos meses de 1989 el bicentenario

de la Declaración de los Derechos del Hombre

y del Ciudadano se ha celebrado de manera esplén¬dida: en poco tiempo Europa ha visto caer sus máspoderosas Bastillas, desaparecer sus miradores,abrirse sus fronteras y reanimarse entusiasmos queestaban adormecidos. Y los ecos de esos aconte¬

cimientos resuenan en otras regiones, en todas laslatitudes, suscitando interrogantes y esperanzasen cadena que anuncian, a su vez, la cosecha denuevos frutos para la democracia.

Un momento semejante no puede dejar de re¬cordarnos la situación existente al término de la

Segunda Guerra Mundial. También entonces losbaluartes del desprecio y el odió se derrumbaban

uno tras otro, la esperanza se volvía contagiosay el porvenir anunciaba un mundo de fraternidad.

La Unesco fue creada precisamente paratratar, junto con las demás organizaciones del

inauditos, de luchas y compromisos, de titubeosy errores, de heroísmo y sensatez, para que seesbozara por fin un horizonte semejante al de1945.

Si la caída del Muro de Berlín simboliza hoydía para tantos hombres en el mundo entero un

renacer de las esperanzas, ello se debe a que cons¬tituye la culminación de la búsqueda de libertad,de dignidad y de solidaridad emprendida en todoslos continentes durante los últimos decenios y aque expresa una nueva madurez, alcanzada a costade grandes esfuerzos por los pueblos tanto delNorte como del Sur. Una madurez que los ha lle¬vado a reivindicar la concertación en lugar de laguerra, la cooperación entre naciones indepen¬dientes más que las relaciones de fuerza entredominadores y dominados, la democracia comoclave indispensable para el desarrollo de las per¬sonas y de las sociedades y la cultura como unadimensión esencial de la vida.

f* u&w>, de hí idadsistema de las Naciones Unidas, de hacer reah

esa inmensa promesa. Para alcanzar tal objetivo,la Unesco recibió la misión de movilizar a los

espíritus más distinguidos del mundo a fin defavorecer, a escala planetaria, el contacto recíprocoentre los saberes y los conocimientos técnicos yhacerse cargo de manera colectiva de un patrimo¬nio cultural y. natural indivisible...

Pero durante largo tiempo aun ese mensajesólo tuvo escasas posibilidades de éxito. La espe¬ranza que el fin del conflicto había despertado ibaa esfumarse rápidamente. Muy pronto otrosmuros se levantaron entre los pueblos y otroslastres gravitaron sobre las libertades. El crepús¬culo colonial se prolongaba peligrosamente y laguerra fría se afianzaba, sustituida más tarde por

carrera armamentista y la multiplicación de

Los vientos de libertad vuelven a soplarcon qué fuerza! La formidable tarea a la quenos impulsan es la instauración en todas partesde la democracia. Tarea primordial y urgente.Hoy como ayer las claves del éxito son el diálogode las culturas, la movilidad de las personas, lasideas y las obras, así como los más amplios inter¬cambios intelectuales. ¿Estaremos esta vez máscerca de realizar ese hermoso sueño de la ciuda¬

danía universal?

Momentos como éste, en los que aparecensimultáneamente tantas posibilidades, son raros.Cuando surgen no hay que escatimar esfuerzosa fin de comprender lo que está en juego y apro¬vechar las virtualidades que encierran.

Es, en consecuencia, el momento propiciopara que la Unesco reasuma plenamente su misión

de ser intérprete de las esperanzas colectivasde la humanidad. Con este propósito, El Correode la Unesco ha pedido a algunas de las más des-í \-i a aiiuaiuvuLi^La y la niuiLipiiLci^ruil uiw l+c lí* i^/tc^^Lí HA utuiuu A aitiUlia^ uc IíO 11143 UC5"

focos de tensión locales y regionales. Tuvieron tacadas personalidades de hoy que descifren losque transcurrir cuatro décadas de sacrificios signos que anuncian el porvenir. 11

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Escrito sobre la marcha, en los

días siguientes a la caída delmuro de Berlín, por un testigo

de los acontecimientos, este

artículo se lee como un

reportaje. Es también lareflexión de un historiador

sobre uno de los más

importantes acontecimientossimbólicos de nuestro tiempo.

ESCRITOEN ELMURO

POR ROBERT DARNTON

Artículo © Robert Darnton, 1990

J_/A mañana siguiente al 9 de noviembre, cuandolos habitantes de uno y otro Berlín se despertaronsin saber si los acontecimientos de la vísperahabían sido un sueño, el diario sensacionalista de

Berlín Occidental Volksblatt, presentaba, en pri¬mera página, uno junto a otro, dos titularescontradictorios: "El muro ya no está" y "Bonnexige la destrucción del muro".

Ambos respondían a la realidad. El muro estáy no está. El 9 de noviembre atravesaba el centrode Berlín como una llaga en medio de una granciudad, la Gran Divisoria de la Guerra Fría. El

10 de noviembre se había convertido en una pistade baile, una galería de pintura, un tablón deanuncios, una pantalla cinematográfica, un vide-ocasete, un museo y, en palabras de la señora dela limpieza de mi oficina, "un simple montón depiedras". La toma del muro, al igual que la de laBastilla, ha transformado el mundo. Así, no es

sorprendente que uno de los participantes en lamanifestación que tuvo lugar al día siguiente enla Alexander Platz de Berlín Oriental enarbolara

una pancarta que decía simplemente "1789-1989".Era uno de los que habían contribuido a destruir

el símbolo por excelencia del mundo de la pos¬guerra para millones y millones de personas.

No es frecuente tener la oportunidad de asistira la transformación de un símbolo de tal trascen¬

dencia y ello lleva a plantearse un sinfín de pre¬guntas. La más correcta es, para empezar: ¿Quésucedió entre los días 9 y 12 de noviembre y quésignifican esos acontecimientos?

La caída

La destrucción del muro se inició al atardecer del

jueves 9 de noviembre, poco después de quehiciera irrupción en Occidente la primera oleada

de berlineses orientales, a los que los berlinesesoccidentales llaman comúnmente ostlers ("orien¬tales"). Un joven ostler con una mochila a laespalda trepó como pudo sobre el muro frentea la puerta de Brandeburgo y se puso a deambularpor arriba, balanceando los brazos con indiferen¬cia, sirviendo de blanco perfecto para las balas quehabían derribado a otros muchos que habíanintentado saltar el muro. Así, por ejemplo, el 17de agosto de 1962 Peter Fechter, un albañil dedieciocho años fue alcanzado por un disparo ymurió desangrado sin recibir auxilio a unos pocospasos de Checkpoint Charlie. Veintisiete añosdespués, ese 9 de noviembre una nueva generación

de guardias fronterizos apuntaban a un blancotambién nuevo y disparaban, pero sólo con man¬gueras y sin gran convicción. El conquistador delmuro continuó su paseo empapado hasta loshuesos, y finalmente los guardias se dieron porvencidos. Abrió entonces su mochila y derramóel agua en dirección al este, como si quisiera decir"todo esto se acabó".

Al cabo de pocos minutos, centenares de per¬sonas, tanto de un lado como del otro, se habíansubido al muro y se abrazaban, bailaban, se ofre¬cían flores unas a otras, bebían vino, ayudabana otros nuevos "conquistadores" y descantillabanafanosamente el propio muro. A medianoche,

Pintado en el muro.

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ROBERT DARNTON,

historiador y periodistaestadounidense, es profesor

de historia de Europaen la Universidad de

Princeton (Nueva Jersey).Ha escrito numerosas obras

sobre historia de la cultura

en Francia, entre las

que cabe destacarThe business of

Enlightenmentpublishing history of theEncyclopédie, 1775-Í800.

Recientemente, en

colaboración con

Daniel Roche, ha publicadoRevolution in print: the pressin France 1775-1800 (1989)y The Kiss of Lamourette:

reflections in culturalhistory (1989). El texto que

publicamos aquí formaparte de un libro, Berlinjournal, 1989-1990, que

aparecerá en 1991.

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bajo el resplandor de la luna llena en el cielo yde los proyectores de las garitas de vigilancia enla tierra de nadie, un millar se siluetas seguían afa¬nándose sobre el muro con martillos y escoplos,erosionando su superficie como una colonia dehormigas devastadoras. En el suelo, los "conquis¬tadores" atacaban la base a pedradas o con pi¬quetas. Pronto aparecieron largas grietas, y la luzse filtró desde el este. En medio del tumulto, con

la puerta de Brandeburgo como trasfondo, unostler, con una hoz en una mano y un martilloen la otra, dirigía las operaciones de derribo.

El sábado, en los dos Berlines pasaban demano en mano trozos del muro que la genteintercambiaba como recuerdos de lo que para laconciencia colectiva se había convertido ya en unacontecimiento histórico: el fin de la guerra fría.En una acera del Ku'damm se vendían fragmentosdel muro, a 20 marcos la porción de pasado. Untranseúnte de Berlín Oriental recriminó, con unasonrisa, al vendedor: "No tiene usted derecho avender esto. Es nuestro muro."

El muro, lo mismo que cualquier otro sím¬bolo importante, ha adquirido múltiples signifi¬caciones, muy distintas en Occidente y en el Este.Incluso el aspecto del muro es diferente si se mirade un lado o del otro. Visto desde Occidente es

el muro de una cárcel que encierra a los berlinesesorientales en el totalitarismo. Los turistas suben

a las torres de observación y se estremecen condeleite ante el espectáculo: la monstruosa estruc¬tura de hormigón, la tierra de nadie más alláque, hasta 1985, estuvo minada y guarnecida defusiles que disparaban automáticamente contraquien se aventurara por ella las alambradas, laspatrullas con perros, las garitas con guardiasarmados reconociendo el terreno con prismáticos,y el segundo muro constituido por las casas conlas ventanas cegadas al fondo del espacio vacío ydesolado.

El muro que ven los berlineses orientales esdistinto, pintado con motivos de color azul claroy oscuro, limpio, luminoso y sin graffiti, disimulatodo el aparato represivo que hay detrás. Si unodeambula por las afueras de Berlín Oriental,puede andar durante kilómetros a lo largo del

muro sin tener la sensación de que sea algo másque un elemento ordinario del paisaje urbano.

"¡Somos el puebloy nos quedamos aquí!"

Nada más producirse la caída metafórica delmuro, fui a visitar a un amigo de Berlín Oriental.Pese a tratarse de un intelectual no afiliado al

partido, defensor de las manifestaciones y opuestoal régimen durante toda la crisis, profirió estaspalabras de advertencia: "No derribéis el muro.Lo necesitamos como barrera protectora. Debeser permeable, pero es mejor que se quede dondeestá. Uno de los grandes errores de la historiade Berlín fue eliminar la muralla de las aduanas

en la que en 1867 estaba integrada la puertade Brandeburgo. A raíz de ello empezaron lastragedias de los tiempos modernos."

Dos meses antes, una joven profesora deLeipzig había hecho una observación muy pare

cida, refiriéndose al muro como a un dique pro¬tector de las influencias peligrosas del mundo ca¬pitalista. Pensé entonces que se limitaba arepetir una consigna del partido, pero ahora quelos alemanes del Este discuten libremente su

futuro y que el muro ha experimentado una trans¬formación radical, con frecuencia se oye decir lomismo en la televisión, en los bares y en las calles.

Los occidentales suelen dar por sentado quelos alemanes del Este están ansiosos por tener laoportunidad de ganar buenos sueldos y gastarlosen los artículos de consumo que existen en Occi¬dente. Ello equivale a olvidar demasiado prontoa los cientos de miles de personas que se quedaronen su país y se manifestaron en las calles deLeipzig, Dresde y otras ciudades durante semanasantes del asalto al muro coreando el estribillo

mucho más revelador: "¡Somos el pueblo y nosquedamos aquí!" Entre quinientas mil y unmillón de personas lo repetían al unísono en ladecisiva manifestación que se celebró el 4 denoviembre en Berlín Oriental, sin que se produ¬jera una sola hemorragia nasal ni se rompiera unsolo vidrio.

Las manifestaciones surtieron el efecto de

unos Estados Generales en plena calle, socavandola legitimidad del partido y transfiriéndola alpueblo, que llevó este proceso a su punto culmi¬nante con la conquista del muro. Pero entoncessurgió el problema: ¿qué hacer, si nada se inter¬pone ya con Occidente?

"Charlie se ha jubilado"Del lado occidental, el muro, cubierto a lo largode los años por una capa tras otra de graffiti,ofrece sus propios comentarios. En las capas másantiguas de este palimpsesto hay algunas inscrip¬ciones ingeniosas, pero carentes de la mordacidadde los juegos de palabras del otro lado: "Rómpa¬se siguiendo la línea de puntos", "Haz el amory no el muro". Pero también se encuentran ins¬cripciones menos militantes: "Lisa ti amo", juntoa nobles consideraciones que se sitúan más alládel conflicto: "La Universidad de Essex condena

todas las formas de opresión política."A veces el palimpsesto puede leerse como un

diálogo, en que el presente responde al pasado conun comentario reconfortante. El muro ha caído,

aunque todavía se mantenga visiblemente en piecomo una superficie en la que se puede inscribirla afirmación de su inexistencia: "Es una lástima

que el hormigón no arda" / "Pero se derriba";"Este muro caerá" / "Lo hemos visto caer,

nov.89". Muchas de las inscripciones tienen,incluso cuando son chistosas, carácter triunfalista,como ésta próxima a Checkpoint Charlie:"Charlie se ha jubilado. 10 nov. 89."

Ahora bien, el mensaje es básicamente elmismo, la oposición entre totalitarismo y libertad.El tema reaparece durante la visita obligada alMuseo de Checkpoint Charlie con su exposiciónde artilugios utilizados para evadirse por debajo,por encima o a través del muro, y las cruces

colocadas frente a. los puntos en los que cayeronbajo las balas las personas que trataron sin éxitode escapar.

Estas imágenes de heroísmo y sufrimientoquedan bastante devaluadas por los comercios derecuerdos que venden tarjetas postales del muroy baratijas en una especie de feria que se ha idomontando entre el edificio que albergó en su díael Reichstag, transformado hoy en museo, y labrecha abierta en el muro frente a la Postdamer

Platz, antaño la plaza más animada y bulliciosade Europa, convertida ahora en un inmensoterreno cubierto de barro y malas hierbas. Losostlers que invadieron toda esta zona después del9 de noviembre, fascinados por las vistas del murodesconocidas para ellos, arramblaron con todaslas postales, pero no sabían consumir al estilooccidental. Los vendedores las habían expuestofuera de las tiendas, y los berlineses orientales, queno habían visto nunca una cosa así, creyeron quelas regalaban y se las llevaron sin pagar.

Uno de los numerosos grupúsculos radicalesque proliferan en Berlín Occidental trató demanifestarse contra esa penetración enarbolandouna pancarta que decía: "Vuestra libertad es lade los bancos de Alemania Occidental", pero losmanifestantes se perdieron en medio de las oleadasde ostlers que cruzaban el muro coreando el estri¬billo de la primera oleada, que había llegado eljueves: Zum Ku'damm, zum Ku'damm und dannwieder zurück ("A la Kurfürstendamm la avenida

El muro de Berlín

hacia 1962.

comercial más importante de Berlín y despuésa casa otra vez"). Zurück era la palabra clave deese estribillo, porque los berlineses orientales noacudían simplemente para comprar o vender,sino, sobre todo, para ver con sus propios ojosla ciudad prohibida y reintegrarse después a sushogares.

La República Federal había ofrecido a todovisitante procedente de Alemania Oriental 100marcos como regalo de bienvenida. Muchosbancos permanecieron abiertos el sábado y eldomingo para proporcionar a los ostlers dineroen efectivo. La ayuda que no podían proporcionarlos bancos la prestaban gustosos los particulares.Junto a una brecha del muro, un berlinés occi¬dental daba un billete de cincuenta marcos a cada

persona que pasaba del otro lado. Otro, que seencontró con una adolescente llorando a la puertadel McDonald's del Ku'damm porque toda suvida había soñado con comerse una hamburguesaen ese establecimiento y no tenía dinero, le pusoen la mano un billete de cincuenta marcos y lamuchacha entró sin más en el paraíso.

Los ostlers que llegaban se topaban con mon¬tones de personas que acudían a darles la bienve¬nida y les regalaban bebidas, los atiborraban depizzas y salchichas, los llevaban a recorrer encoche los barrios residenciales y les ofrecían alo¬jamiento para pasar la noche. Los ostlers podíanviajar gratis en el autobús y en el metro, teníandescuentos en los restaurantes y cines y entradalibre en las discotecas. Se apretujaban frente a losescaparates que exponían ropa de lujo y automó¬viles Mercedes. Y los marcos que recibían se losgastaban alegremente, casi todos en frutas tropi¬cales (inexistentes en Berlín Oriental), en juguetes,que son bastante feos al otro lado del muro, enlibros, muchos de ellos prohibidos, en Coca Colay en una gran variedad de cosméticos, chucheríasy flores.

Lo que las dos poblaciones del Berlín dese¬aban por encima de todo era entrar en contacto.Cuando intercambiaban abrazos, bebidas yramilletes de flores estaban cumpliendo un ritualcolectivo de fraternidad. Como decía el diario

Volksblatt: "La noche que se abrieron las puertasparecía como si ya no hubiera berlineses orien

tales y berlineses occidentales. Todo el mundotenía la impresión de pertenecer a una gran familiay cada cual celebró la fiesta como correspondía."

El fin de un mundo

A quien no conozca bien Berlín puede resultarledifícil imaginar hasta qué punto el muro habíadividido realmente la ciudad. Al poco tiempo desu construcción, en 1961, el millón aproximadode habitantes del lado occidental y los dos millo¬nes, más o menos, del lado oriental empezarona perder todo contacto. En 1989 una generaciónentera había crecido a la sombra del muro, y lamayoría de sus integrantes no lo habían atrave¬sado nunca, ni siquiera hacia el Este cuando eraposible. Aceptaban el muro como una realidadmás de la vida, como algo inexorable, incorporadoal paisaje, que estaba allí cuando ellos nacieron yseguiría estando después de su muerte. Lo consi¬deraban una atracción turística, no pensaban enél o simplemente habían dejado de mirarlo.

Antes de la toma del muro, un periodistaentrevistó a una señora de edad que vivía enfrentey pasaba horas asomada al balcón con la vista fijaen la tierra de nadie. A la pregunta de por quémiraba el muro con tanto interés, formulada

esperando alguna alusión a la división de Berlín,la anciana respondió: "No miro el muro paranada. Observo a los conejos que corretean en latierra de nadie." Eran muchos los berlineses

occidentales que no veían el muro hasta que dejóde existir.

Hay que decir que el muro se había conver¬tido para los berlineses en una fuente de finan¬ciación. Gracias a su existencia el gobierno deBonn donaba miles de millones a Berlín para sub¬vencionar todo género de actividades, desde laOrquesta Filarmónica a grupos de adolescentesintérpretes de jazz. Toda una población de inte¬lectuales subempleados se ha ido constituyendoen torno a la Universidad Libre, que cuenta enla actualidad con unos sesenta mil estudiantes.

Como residentes en Berlín, están exentos del ser¬

vicio militar, y también pueden pasar la noche enlos bares tomando cerveza y charlando de política,al ser Berlín la única ciudad de la República

16 Paso del Este al Oeste.

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Federal en la que los bares pueden permanecerabiertos después de medianoche y en la que esposible pedir un desayuno por la tarde. Muchosde esos intelectuales desarraigados se han conver¬tido en un hatajo de parásitos, que están viviendoa expensas del muro. Si éste desaparece realmente,les puede venir encima una catástrofe económicamás grave que a los berlineses orientales.

Así pues, el muro significa algo muy distintopara los berlineses y para los que no viven en esaciudad. Pero para muchos está muy claro que elmuro es sólo una barrera entre otras divisiones

de mayor alcance, especialmente la línea Oder-Neisse y la separación entre el Pacto de Varsoviay la OTAN. Una noche se retiraron a descansaren un mundo con límites bien definidos y al díasiguiente se despertaron en otro sin fronterasnacionales claras, sin bloques de poder equili¬brados e incluso sin demarcaciones temporalesprecisas, ya que de pronto parecía posible concluirun tratado que pusiera fin a la Segunda GuerraMundial cuarenta y cuatro años después de queterminara. Están viviendo, pues, un fenómenomuy conocido en antropología: la desapariciónde las fronteras puede ejercer un efecto suma¬mente perturbador, al ser un principio de reno¬vación y a la vez una amenaza para toda unaconcepción del mundo.

No obstante, la euforia se mantiene. Sobre

todo en Berlín Oriental ha cundido la idea de quela conquista del muro ha supuesto la toma del

poder por el pueblo. Las manifestaciones calle¬jeras han socavado la legitimidad del régimen y,junto con el éxodo masivo de la población allendelas fronteras, han derribado al gobierno sindisparar un tiro.

Es posible que nunca se conozcan los porme¬nores de lo que sucedió en el interior de la tam¬baleante estructura de la RDA, pero cualesquieraque sean las causas que propiciaron la ocasión,la fuerza que se abrió paso a través del muro lanoche del 9 de noviembre estaba allí y. todo elmundo pudo verla: era el pueblo de BerlínOriental con sus convicciones, su disciplina y elpoder del número como única arma.

Se apoderaron materialmente del muro, atra¬vesándolo, subiéndose a él y descantillándolo. EnBerlín Occidental fue algo parecido: ocuparon elespacio, abarrotando el Ku'damm, atestando losautobuses y los bares, aparcando sus minúsculosTrabbis en las aceras más aristocráticas y regre¬sando triunfalmente al Este con una flor para sunovia o un juguete para un niño.

Esta toma de posesión de una ciudad por sushabitantes fue un momento mágico. El jueves 9de noviembre de 1989, a la luz de la luna llena,

entre la sombra del Reichstag y la mole amena¬zadora de la puerta de Brandeburgo, el pueblo deBerlín bailó sobre el muro transformando el

paisaje urbano más desolado en una escena dealegría y esperanza para poner fin así a unconflicto interminable.

Fiesta en el muro.

17

¿Qué es realmente lademocracia? ¿Dónde comienza,

dónde termina? ¿Cuál es suverdadero rostro? Sin tener en

cuenta las ideas generalmenteaceptadas al respecto, el gran

sociólogo francés vuelve adefinir, tras el fracaso de las

ideologías, la naturaleza de eserégimen político y las

condiciones de su existencia.

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EL DURO >CAMINCK

OCRACIAPOR ALAIN TOURAINE

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The Door Project (1985),detalle de un proyecto decreación de una puertarealizado por el SITE(Sculpture in theEnvironment), grupo dearquitectos-escultoresnorteamericanos.

iL siglo XX no ha sido amante de la demo¬cracia. Ese siglo, que sólo ha durado setenta ycinco años, de 1914 a 1989, de la Primera Guerra

Mundial a la apertura del muro de Berlín, aspiróa ser el de las revoluciones, las liberaciones y eldesarrollo. Ahora bien, esos objetivos que desper¬taron tantas esperanzas y provocaron moviliza¬ciones populares tan importantes son, en suprincipio mismo, contrarios a la democracia puesexigen una unidad contra un enemigo o un obs¬táculo, en circunstancias que la democracia es plu¬ralista por naturaleza. Nos cuesta mucho aceptaresta oposición, sobre todo si vivimos en lo quese ha denominado el Tercer Mundo. También nos

cuesta, en particular si somos occidentales, renun¬ciar al sueño que Occidente concibió para el sigloXX: ver el espíritu de la democracia, formado pri¬mero en Gran Bretaña, en Estados Unidos y enFrancia, extenderse al mundo entero empezandopor los países más próximos, Alemania, Italia,España, para llegar luego a los de Europa Central,a los del Este europeo, a América Latina y, final¬mente, al resto del mundo.

Durante del siglo XX algunos ideólogosvenidos de los países más ricos afirmaron que elcrecimiento económico, la democracia política yla felicidad personal avanzaban simultáneamente.La realidad histórica desmintió brutalmente este

optimismo ingenuo. El país que encarnaba quizámás que todos los demás los ideales de la moder¬nidad, la Alemania de Weimar, sucumbió al

nazismo. Paralelamente las protestas de lospueblos colonizados recordaron con bastanterudeza a las grandes naciones occidentales quesu dominio sobre una parte importante delmundo se ejercía empleando métodos muy pocodemocráticos.

A la inversa, los movimientos revoluciona¬

rios anticapitalistas y antiimperialistas, formadosen nombre de los pueblos o de las clases domina¬das, no merecieron su nombre de democracias

populares y pronto se advirtió que fueron impues¬tos por un ejército extranjero en la mitad de lospaíses de Europa. A su vez, muchos regímenesnacidos de la descolonización se convirtieron tam¬

bién en dictaduras que dependen a menudo de unprotector extranjero. Los países pobres no avan¬zaron por el camino de la libertad sino por aquelen que surgen los regímenes autoritarios y totali¬tarios. Por su parte, los países más modernizadoscayeron a veces en los fascismos, e impusieronregímenes coloniales y favorecieron la desigualdadsocial en gran parte del planeta.

Esas imágenes, que corresponden a la primeramitad del siglo, son sin duda hoy en día dema¬siado sombrías, pues la democracia ha sobre¬vivido, se ha profundizado, se ha extendido enOcccidente y ha reconquistado incluso numerosastierras perdidas en Europa Oriental y en AméricaLatina en particular. Pero una reflexión seriasobre la democracia no puede limitarse a simpli¬ficaciones eufóricas de esta índole. La dramática

historia del siglo XX merece una reflexión cuyopunto de partida sólo puede ser el siguiente:democracia y desarrollo no siempre van juntos;pueden incluso avanzar por caminos opuestos.

¿Qué esla democracia?

La democracia no está de ningún modo asociadaa la riqueza o a la pobreza ; si se buscan las causasque favorecen su desarrollo, pronto se descubre 19

La danza (a la derecha) yLos esclavos (abajo),1970, del pintor senegalésSouley Keita.

20

ALAIN TOURAINE,

sociólogo francés, esdirector de estudios ydirector del Centre

d'Analyse et d'Intervention. Sociologiques (CADIS) de laEscuela de Altos Estudios de

Ciencias Sociales (Paris). Hapublicado numerosos libros

y artículos sobre teoría ¡sociológica y sociología deldesarrollo, en particular en

América Latina, a la queconsagra uno de sus últimos

libros La parole et le sang(París, 1988).

que está fuertemente vinculada a la capacidad dedesarrollo endógeno de un país, es decir a la for¬mación de actores sociales impulsados por losvalores de la modernidad racionalidad y elindividualismo y que debaten directamenteentre ellos sobre la apropiación de los instru¬mentos y de los resultados del trabajo colectivo.

La democracia no puede definirse solamenteen función de instituciones o, de manera aun más

limitada, de garantías. Sin duda no hay demo¬cracia sin la libre elección de los dirigentes y sinla posibilidad que tiene la mayoría de poner tér¬mino al poder de aquellos a quienes no ha otor¬gado o ha retirado su confianza. Es éste unproblema de definición y no vale la pena analizarla democracia si esa palabra significa otra cosa quela libre elección de los dirigentes por el pueblo.Pero se trata, a partir de esa base, de explicar lapresencia de ese tipo de régimen político y deidentificar sus causas. Es aquí donde surge unadistinción indispensable entre desarrollo endó¬geno (democrático) y desarrollo exógeno (volun-tarista, antidemocrático).

Cuando una sociedad tropieza con obstáculosinsuperables en el interior de su modernizacióndebe movilizarse, en sentido estricto cómo figu¬rado, bajo la conducción de jefes que apelen alinterés superior del Estado o de la nación, quebusquen su legitimidad en la ciencia, la historia,un dios o el pueblo. El desarrollo no puede serdemocrático si, en la sociedad que se pretendetransformar, lo antiguo resiste a lo nuevo, puesen esa situación es necesario que una vanguardia

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o una elite escape a la presión de la sociedadantigua y la conduzca a marchas forzadas haciael porvenir.

Ello supone las más de las veces una fuertemovilización colectiva para combatir enemigospresentados siempre como exteriores, trátese deuna potencia colonial, de los grandes propietarios,de las creencias tradicionales o de las formas de

organización familiar. Así definido, el desarrollovoluntarista, exógeno, apela a la voluntad de lanación, en circunstancias que la democraciarequiere una pluralidad de opiniones combinadascon una doble limitación de los conflictos sociales,

apelando a la racionalidad y a la libertad.¿En qué condiciones el desarrollo y la demo¬

cracia coinciden y cuándo puede hablarse de desa¬rrollo endógeno? Una modernización endógenasupone como lo han dicho tantos autores desdeel siglo XVIII y sobre todo después de MaxWeber una secularización que separe la vidasocial de una concepción naturalista o religiosadel universo, que se apoye en la razón instru¬mental y que se base en el respeto del individuocomo principio de opciones éticas. Supone ensegundo lugar la autonomía de la sociedad civilfrente al Estado, como lo han afirmado tantos

analistas y en primer lugar Jean-Jacques Rousseau,una cierta igualdad de condiciones, por consi¬guiente un principio igualitario que puede serreligioso o republicano. Supone por último que

esa sociedad civil esté estructurada, es decir quelos actores sociales sean representables y que porende estén organizados o constituidos de modoque las fuerzas políticas puedan ser "representa¬tivas", lo que es la condición más visible y, enverdad, la expresión concreta de la democracia.

Un análisis tan denso puede parecer dema¬siado abstracto, pero limitándose a lo esencial,permite situar claramente el problema de la demo¬cracia y dar un sentido preciso a la afirmaciónaparentemente sorprendente que formulé alcomienzo: democracia y desarrollo pueden sertérminos opuestos.

La historia de los últimos siglos es la de laseparación progresiva de un mundo capaz de desa¬rrollo endógeno, y por consiguiente de demo¬cracia, y de otro mundo (dominado por lo demáspor el primero) que persigue un desarrollo exó¬geno, en una línea de defensa tradicionalista,populista e incluso nacional-revolucionaria,puesta en movimiento de manera autoritaria poruna elite dirigente nacional o extranjera.

En el primer mundo se encuentran no sólolos países del Centro modernos y democráticos,sino también países de la periferia en los que eldesarrollo, así como la democracia, son frágiles.Muchos de los países considerados intermedios,de la India a América Latina, pertenecen enrealidad a esta categoría.

El segundo mundo consta en efecto de dospartes diferentes, aquella en que un Estado auto¬ritario modernizador apela a los temas- de laracionalización y la secularización, tomados delprimer mundo los países comunistasy aquella en que la elite dirigente apela a la unidadde destino de un pueblo, de una comunidad, deuna nación el Tercer Mundo. Ello nospermite en definitiva distinguir cuatro categoríasde países, agrupados de dos en dos.

Por una parte, los países centrales con desa¬rrollo endógeno y los países con modernizaciónvoluntarista y autoritaria. Por otra, los paísesperiféricos con desarrollo endógeno limitado ylos países neocomunitarios.

Desviaciones y extravíos

La historia de nuestro siglo es la del desplaza¬miento acelerado de la iniciativa del primer grupode países al segundo a partir de la revoluciónsoviética, luego al tercero con la modernizaciónacelerada de los países intermedios, y por últimoal cuarto, el de los países del Tercer Mundo pro¬piamente dichos, donde se dan movimientosnacionalistas o comunitarios e incluso a veces

teocráticos. En una segunda fase, se asiste alderrumbe casi simultáneo de todos esos modelos

de desarrollo exógeno, voluntarista y al éxito delas democracias acompañado por la atracción cre¬ciente que ejerce el modelo democrático sobre lospaíses de los grupos segundo y tercero e inclusoa veces del cuarto.

Pues una vez que se ha opuesto el desarrolloendógeno democrático al desarrollo exógeno 21

autoritario no cuesta trabajo ver que la operaciónmás difícil es transformar un impulso exógeno enmecanismo endógeno de desarrollo. Esos tér¬minos pueden parecer alejados de las realidadeshistóricas tal como las percibimos; ello no es así.La Alemania de Bismarck, la Italia construida porCavour, el Japón de la era Meiji e incluso, durantealgún tiempo, la Turquía kemalista, lograroncrear, gracias a la iniciativa del Estado, actoressociales independientes sindicalis¬tas, administradores y científicos y por tantocombinar el dinamismo de la modernización con

la autonomía de la sociedad civil, creando así lo

que los economistas llaman el self-sustaininggrowth.

Pero este paso sólo ha tenido éxito en lassociedades donde existían ya importantes factoresde desarrollo endógeno, una premodernizaciónmarcada por el desarrollo de la educación, lalibertad de ideas y de comercio, la concentraciónde los capitales. Cuanto más grande es la distanciapor recorrer, en mayor medida la movilizaciónautoritaria corre el riesgo de convertirse en unfin en sí misma y de transformarse en despotismocreando nuevas rigideces y nuevos privilegios. Allídonde se hablaba de racionalización, de planifi¬cación y de educación, se observa la instalacióndel poder de la nomenklatura, la rigidez burocrá¬tica y el rechazo de las ideas nuevas. La involu¬ción es aun más aguda allí donde el objetivo casiexclusivo es la afirmación nacional, que puedeadoptar formas extremas cuando los recursosnaturales abundantes permiten sobrevivir pese auna gran desorganización económica.

El último tercio del siglo, y sobre todo elperiodo que se inició con los años ochenta, secaracteriza por esos formidables procesos deregresión. Desembocan finalmente, por un lado,

en la destrucción de los regímenes comunistas y,por otro, en la degradación de los movimientosde liberación nacional, dejando a menudo salir desu flanco regímenes autoritarios, corrompidos ybasados en la clientela.

En el mismo momento, los países centrales,desequilibrados un tiempo por las crisis petrolerasy por el aumento acelerado de los ingresos realesy de las prestaciones sociales en perjuicio de lainversión, recurren de nuevo a su capacidad dedesarrollo endógeno. Una generación de técnicasnuevas aparece, los programas de educación y deinvestigación se fortalecen al mismo tiempo, escierto, que los programas de armamento.

Resurgimientos

Este vuelco de la situación se traduce en el rena¬

cimiento del tema de la democracia y en la deca¬dencia de la idea revolucionaria. Francia acaba de

celebrar el bicentenario de una revolución a la queha querido convertir en generadora de la demo¬cracia pero no en precursora de la revoluciónsoviética.

En América Latina, a medida que se avanzahacia el sur, se observa la transformación de la

esperanza revolucionaria en exigencia de demo¬cracia, hasta llegar a Chile donde la voluntadgeneral de no ruptura dio la victoria a los elemen¬tos más moderados de la oposición.

Pero es sobre todo en los países de EuropaOriental donde el vuelco es más espectacular. Enla República Democrática Alemana, en Checoslo¬vaquia, en Hungría y en Polonia, el "repertorio"-según la apropiada expresión de Charles Tillyde la democracia reemplaza al de la revolución.El llamado a elecciones libres y la ausencia demuerte y de venganza suceden a la violencia

22

Libertad (1948), tapiz deJean Lurçat (1892-1966),

texto de Paul Eluard.

Los barrotes caen (1989),tiras de papel pintadas,trenzadas y pegadas, de laartista suiza Nicole Dufour.

callejera, la toma de palacios oficiales y el recursoa las armas. Una sociedad se reconstruye al tiempoque desaparecen las exhortaciones apasionadas alpueblo, al proletariado y a su fuerza casi telúrica.Durante el otoño de 1989 la humanidad ha vivido

algunas de sus horas más hermosas; la destruccióndel muro de Berlín ha puesto fin a la era de lasrevoluciones iniciada hace dos siglos con la tomade la Bastilla.

Imágenes admirables y emocionantes paratodos aquellos que creen que los hombres hacensu historia en vez de estar sometidos a fatalidades,

ya sean éstas las de la tradición o las de lo quellamamos progreso. Pero no incurramos en laingenuidad de creer en un "happy end" en quese vería a todas las naciones descarriadas retomar

el buen camino de la modernización democrática.

Si bien es cierto que salen de una dictadura quesupuestamente era la del proletariado y que sehabía convertido en la dictadura de un partidoy de un aparato político ideológico y policial, nopor ello entran automáticamente en un régimen

democrático. Otras salidas son posibles, tanto másabiertas cuanto que la crisis política y económicaes más profunda.

Una primera vía, fuera de aquella de la demo¬cracia, conduce al caos si la descomposición delantiguo sistema obstaculiza la formación de unonuevo. Es una salida terriblemente lógica paraaquellos regímenes que han impedido la forma¬ción de una sociedad y de actores sociales y que nodejan tras de sí más que un vacío social, a menudoocupado por luchas y conspiraciones políticas.

Tras la caída del dictador, Rumania, donde

nunca se había organizado una sociedad autónomay diversificada, y donde se sucedieron las domi¬naciones patrimoniales y las dictaduras, parecióestar muy próxima al caos.

La segunda vía conduce al liberalismo econó¬mico extremo. Si no hay actores sociales, si elantiguo régimen ha sofocado las fuerzas de libe¬ración y si la gestión administrativa de la economíaes incapaz de adaptarse a las exigencias del mer¬cado, numerosos son los que recurren a este últimocomo único guía de la sociedad y piden ante todola llegada masiva de capitales, de métodos y deproductos extranjeros. En 1990 Polonia haemprendido una política exagerada de liberaliza-ción. Pese a la inflación galopante y a la caída ver¬tiginosa del nivel de vida de la población, elgobierno nunca ha sido más popular, como si elpaís fuera consciente de que el hombre viejo tieneque desaparecer para que de las limitaciones y lasposibilidades del mercado surja un hombrenuevo.

En América Latina esta política es la más ten¬tadora: volver al desarrollo hacia el exterior,

"hacia afuera", ahondar la distancia entre un

sector moderno capaz de integrarse en el mercadomundial y un sector informal, marginado, pobre.La forma más aguda de esa "dualización" acen¬tuada es el comercio de la droga, que constituyela empresa transnacional más importante del con¬tinente y concentra los recursos en un númeroreducido de personas incluso si se consideradentro de ese número a los campesinos quereciben una mejor remuneración por el cultivode la coca , mientras el resto de la poblaciónsigue encerrada en el círculo de la crisis, la violen¬cia, la corrupción y las consecuencias de la fugade capitales.

Paralelamente, la economía de los paísescentrales sufre un desequilibrio cada vez mayorentre los movimientos de capitales y el comerciode bienes y servicios, llegando el primero a serveinte a cincuenta veces superior al segundo.

Por último, una tercera vía consiste en la exis¬

tencia de actores sociales definidos no ya por supapel de producción sino por la defensa de unaidentidad colectiva. Sobre las ruinas de las polí¬ticas de modernización voluntaristas y autorita¬rias reaparecen los movimientos nacionalistas: enla Unión Soviética, armenios y azerbaijanos seenfrentan en una guerra civil que podría repro¬ducirse en otras repúblicas y fuera de la UniónSoviética. Quienes veían en el nacionalismo una

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Máquina de calcularinformática, electrónica,automática (1978), acrílicosobre tela del pintor etíopeBoghossian Skunder(colección "El arte contra elapartheid", véase la p. 38).

fuerza del pasado que sería reemplazada por lasluchas de clases ligadas a la economía modernase han equivocado totalmente.

Los austro-marxistas de fines del siglo XIXy los propios leninistas fracasaron en su intentode asociar las luchas sociales a las luchas naciona¬

les. El leninismo-maoísmo fue sin duda el movi¬

miento político más fuerte de mediados del sigloXX, pero la unidad que había intentado crearentre luchas anticapitalistas y luchas antiimpe¬rialistas bajo la dirección de un partido comunistademostró ser artificial, y los grupos revoluciona¬rios se entregaron a acciones terroristas que mar¬caron la descomposición del leninismo tanto enel Uruguay y la Argentina como en Turquía yen Irán.

Habría que agregar a estas tres vías de salidano democrática de los regímenes comunistas onacionalistas, las reacciones militarizadas de esos

regímenes que mantienen su poder exclusiva¬mente por medio de la represión causando almismo tiempo su propia asfixia.

Ninguna de estas soluciones se puede consi¬derar democrática, pues en todos los casos lasopciones políticas desaparecen y al poder absolutode una dictadura sucede otro poder absoluto,el de los centros de decisión que gobiernan el mer¬cado, el de los grupos más nacionalistas o el dela violencia.

Los enemigos de la democracia

Si bien es cierto que la democracia no es unaforma de sociedad sino un régimen político y sies inaceptable calificar a un gobierno de democrá¬tico porque mejora el nivel de vida, la tasa deescolaridad o la esperanza de vida de la población,tampoco hay democracia sin la existencia deopciones entre fuerzas representativas dentro deuna colectividad local o nacional. Pues, ¿cuálesson las reglas del juego si no hay ni jugadores nicampo de juego?

Hoy día la mayor parte del mundo está fir¬memente apegada a la idea de democracia, comolo han probado, por ejemplo, la caída de los regí¬menes militares de Brasil, Argentina, Uruguay,Paraguay y Chile, el fin del monopolio políticodel partido comunista en Polonia, en Hungría, enChecoslovaquia, en Bulgaria, e incluso, hasta ciertopunto, en la Unión Soviética y en Rumania, asícomo la desaparición del izquierdismo contrarioal principio de elecciones parlamentarias en lospaíses occidentales.

Todas estas experiencias se ajustan a los prin¬cipios sobre la base de los cuales he tratado dedefinir la democracia: existencia reconocida de

una sociedad no sometida al poder absoluto deun Estado y tan poco segmentada y jerarquizadacomo sea posible; reconocimiento de la raciona¬lización como un elemento esencial de conflictos

sociales que deben combinar la oposición deintereses o de ideas con la referencia a un interés

general; y, por último, aceptación de un principioético que establece el derecho absoluto del

individuo a la mayor libertad posible de creen¬cias e iniciativas.

Durante largo tiempo las filosofías políticashan procurado dar un fundamento suficiente ala democracia en virtud de medidas institucio¬

nales libres, separación de poderes,desaparición de privilegios y de posiciones per¬sonales. Pero la descripción de las institucionesdemocráticas no constituye un análisis de losfundamentos de la democracia. Lo que mepropongo señalar aquí es que la existencia de lademocracia descansa en una "doble limitación"

del poder político y social, por una parte, graciasal reconocimiento de la "racionalidad" y desus exigencias propias, y, por otra, mediante elrecurso a una forma u otra de "derecho natural",

y que exige también la mayor integración socialposible al mismo tiempo que la existencia degrupos de ideas y de intereses que sean actoresrepresentables.

En otras palabras, los enemigos de la demo¬cracia son tanto la segmentación social y culturalcomo la aplicación predominante de un principiode unidad o como la subordinación de la sociedad

a un Estado voluntarista que reemplaza a losactores sociales.

Una participación más activaTodas las condiciones de existencia de la demo¬

cracia que acabamos de mencionar son de igualnaturaleza: la democracia es posible en la medidaen que la población de un país se organiza en unconjunto de actores políticos debilita o desa¬parece cuando las opciones políticas están supues¬tamente inspiradas en una lógica no social: lafidelidad a una esencia nacional, la integración deuna comunidad, la voluntad de un príncipe oincluso la propia modernización. Quienes iden¬tifican democracia con economía de mercado se

equivocan tanto como aquellos que considerandemocrático un régimen surgido de una revolu¬ción o de un movimiento de liberación nacional

apoyado por la mayoría de la población. Cuandola abstención es grande, cuando la oposición deetnias o de regiones, de lenguas, de religiones yde formas de vida muy diferentes destruyen la uni¬dad nacional o cuando las desigualdades socialesson muy pronunciadas, la formación de un sistemade actores políticos, de un foro y de institucionespolíticas libres resulta sumamente difícil.

Está claro que no hay que equiparar aquellospaíses que poseen democracias imperfectas conaquellos que van hacia el caos y la descomposi¬ción o aun con los que reconocen abiertamenteformas de discriminación o de segregación. Ellosignifica que la caída de una dictadura no conduceautomáticamente a la instauración de una demo¬

cracia y que ésta descansa ante todo en el espíritudemocrático, en la capacidad y la voluntad de par¬ticipar, por medio de instituciones libres y repre¬sentativas, en la producción y la aplicación de laley por los ciudadanos y bajo su control.

¡Qué lejos estamos de las teorías antisociales

que explicaban la existencia de la democracia enfunción de la riqueza de la nación, de sus creeen-cias o incluso de su tamaño! ¡Cuan urgente resultabuscar en todas partes la manera de acrecentar laactividad política, la capacidad de discutir y deelegir o de combinar la diversidad de intereses conla integración de una sociedad!

Estos últimos años, y con más claridad aunestos últimos meses, hemos aprendido que lademocracia se opone más que se asocia a la revo¬lución, que requiere una gran capacidad de moder¬nización endógena y que debe, para ser fuerte,reducir las diferencias sociales y culturales. Noestamos totalmente convencidos, en cambio,

de que exija una gran participación en la vidapública.

Algunos sienten incluso la tentación deafirmar que las pasiones ponen en peligro lademocracia y que una cierta apatía facilita el buenfuncionamiento de las instituciones. Esta idea es

tan inaceptable como la concepción opuesta queasimila la democracia a las manifestaciones de

masas, pues reduce, de hecho, la democracia a lalibertad de los actores económicos. En realidad,

no hay democracia allí donde la vida políticaestá subordinada a otra lógica que no sea la suya.El fundamento de la democracia estriba en la par¬ticipación más activa posible del mayor númeroposible en la formación y la aplicación de lasdecisiones políticas.

Libertad y las Americas(1986), pintura al pastel delpintor norteamericanoRupert García. Inspirada enDelacroix, la alegoría de lalibertad tiene rasgosmestizos.

25

POR OCTAVIO PAZ IRONÍA Y

COMPASIÓN

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Ante la importancia que hancobrado las burocracias, el gran

escritor mexicano llama a

redoblar la vigilancia crítica.A los estragos de la soberbia a

lo largo de la historia, opone lasonrisa lúcida de la compasión.

VrviMOS un momento especialmente difícil, hayun gran vacío intelectual en el dominio de lafilosofía política. Vivimos el ocaso de los grandessistemas concebidos en el siglo XIX, y esto hacoincidido con el surgimiento de burocraciaspolítico-económicas en todo el orbe. En realidad,se trata de un nuevo grupo social, una clase a laque, a falta de término mejor y más preciso,llamamos "burocracia". En algunos lugares esasburocracias están identificadas con una ideologíay con un Estado.

En otros países, la burocracia política ytecnocrática tiene una influencia determinante,

como en México, pero su poder está lejos deser absoluto. Esta nueva clase es universal y hapenetrado y se ha permeabilizado desde las grandesempresas capitalistas de Occidente y de Japónhasta los regímenes de la Europa del Este, pasandopor la CIA y por muchas otras poderosas" insti¬tuciones, así como por los gobiernos de los paísessubdesarrollados. El vacío en el campo de las ideaspolíticas y sociales es una consecuencia de la his¬toria del siglo XX. Es un aspecto de la gran crisisde la civilización moderna en su etapa posin¬dustrial. En el primer tercio del siglo XX, muchagente pensó que la única salida a las contradic¬ciones de nuestras sociedades sería la revolución

socialista. Yo compartí esa idea. Pero hoy hemosvisto que el experimento que se inició con larevolución bolchevique de 1917 ha fracasado. Hafracasado socialmente porque no ha sido capazde generar ni la igualdad ni la libertad; ha fraca¬sado económicamente porque no produjo lasupuesta riqueza de bienes materiales que sepensó. Ha triunfado políticamente, mejor dicho,militarmente.

El fin de la ideologíaPero la idea revolucionaria ha sido gravementedañada y ha perdido casi todo su magnetismo,especialmente en los países desarrollados. Inclusoen México, en donde la clase intelectual es singu¬larmente reacia a la crítica de los

clérigos y cortesanos de los siglos XVII y XVIIIla izquierda comienza a curarse de su intoxica¬ción ideológica. Pero el desvanecimiento de lautopía, aun en la URSS, como se ve por las posi¬tivas reformas de Gorbachov, no significa que

Revolución, óleo sobre tela de Gilberto Frometa

Fernández, pintor cubano contemporáneo. 27

28

OCTAVIO PAZ,

poeta y ensayista mexicano, es

uno de los más importantes escri¬tores contemporáneos. Su obracomprende numerosos libros depoemas, ensayos y una obra deteatro. Embajador en la India de1962 a 1968, vive actualmente en

México donde dirige la revistaVuelta. Entre sus ensayos, quereflejan una conciencia crítica de lamodernidad, cabe mencionar El la¬

berinto de la soledad (1951),

Corriente alterna (1967), El ogrofilantrópico (1979), Tiempo nublado(1983) y Hombres en su siglo (1984).Una versión más extensa de este

mismo artículo aparece en larevista japonesa Ichiko (Tokio).

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Arriba a la derecha, Aire de

París (1919), vidrio, de

Marcel Duchamp.A la derecha, cabeza de

Buda en bronce, arte tai,

primera escuela de Ayuthia(siglo XIV).Página de la derecha, hongode un ensayo atómico(arriba); destrucción por elfuego de la selva tropical(abajo).

haya aparecido una nueva filosofía política.Vivimos un gran vacío en el dominio de las ideassociales y de la moral colectiva. Los pueblos y losEstados van a la deriva.

Queda, sin embargo, gran parte de la críticamoral al capitalismo, lo mismo la de Marx quela de los anarquistas sigue siendo válida. Tambiénla crítica del liberalismo a los regímenes despóticosy al socialismo de Estado "socialismo de cuartel"lo llamaba Engels no ha perdido nada de suvigencia. Algo semejante podría decir de la críticade los cristianos y de otras religiones a las ini¬quidades del mundo actual. Pero los supuestosmismos de las ideologías políticas que movierona los hombres en el siglo XX libe¬ralismo, etc. han sido puestos entre paréntesisdespués de la Segunda Guerra Mundial.

Nos enfrentamos hoy a dos grandes amenazasque ponen en peligro no sólo la paz mundial sinola supervivencia del género humano: la explosiónnuclear y el deterioro del medio ambiente. Ahorabien, ninguno de estos dos desastres es imputablea la injusticia del capitalismo o a la maldad delsocialismo; ambos son la consecuencia de lanaturaleza misma de la sociedad moderna en su

conjunto. La bomba y la contaminación delplaneta son el resultado del progreso técnico, node esta o aquella ideología. La realidad ha con¬vertido en añicos a las ideologías.

Ahora bien, sin tratar de rasgar las brumasdel futuro, sí podemos afirmar que, en este granvacío histórico, lo único vivo es el régimendemocrático. Pero la democracia no es una

panacea: es una forma de convivencia, un sistemapara que la gente no se mate, para que losgobiernos se renueven pacíficamente y los presi¬dentes entren en el palacio presidencial por lapuerta del voto. La democracia nos enseña a con¬vivir y nada más. Espero que un díasetenta y cinco años y quizá no lo verán misojos surgirá un nuevo pensamiento político, queuna la tradición liberal y la tradición socialista.

El ejercicio crítico

En el pequeño mundo intelectual de México,lo más que podemos hacer en estos momentos eslimpiar de telarañas y de polvo, abrir ventanaspara que entre un poco de luz, no abandonar laactitud crítica, cultivar la reticencia y la descon¬fianza frente a todas las soluciones fáciles. La

ironía es un elemento de crítica, pero es hija deldesengaño. Mi generación es una generación dedesengañados. Hace falta algo más: imaginacióny compasión.

Usé la palabra ironía al hablar de MarcelDuchamp. Se trata de una ironía que va más alláde la ironía, que se burla de ella y la anula. Laironía es subjetiva, es la respuesta del yo ante laseriedad estúpida o criminal del mundo objetivo.La ironía es el hombre que se ríe de los demásy se ríe de sí mismo; la metaironía consiste en irmás allá de este diálogo con el yo: la metaironíase ríe del yo que se ríe del mundo. La ironía escruel, la metaironía disuelve la crueldad.

Trasladando estas ideas estéticas al campo de

la moral y la política, creo que el escritor políticodebería tener un poco de ironía, frente a sí mismoy frente a los demás; es decir, mostrar cierta des¬confianza, saber que no es dueño de recetasabsolutas, asumir que no hay verdades totales.Enseguida, por el camino de la metaironía, tenercompasión, piedad.

El fundamento de los horribles despotismosque hemos padecido en el siglo XX han sidoideologías despiadadas. Acepto que muchas veces,como en el caso de Stalin, fueron versiones per¬versas de doctrinas altruistas; sin embargo, hayque aceptar también que en esas doctrinas habíaya los gérmenes del despotismo y la intolerancia.

Con profundo saber, los antiguos teólogosveían en la soberbia el pecado de Satán. Esepecado nace, entre los hombres, de la pretensiónde ser dueños de una verdad absoluta. Es un mal

que ha infectado el siglo XX, bajo el disfraz dela ciencia y la filosofía.

El único contraveneno que conozco frente aesta plaga moral es la crítica. En cuanto uno seda cuenta de que no es dueño de la verdad abso¬luta y de que todas las verdades verdadespolíticas en particular son verdades relativas, enese momento aparecen la ironía y la piedad.Piedad por los otros y piedad por uno mismo.Eso es lo que hace falta en este siglo XX: unaresurrección de la piedad. Una de las cosas másbellas del budismo es que los santos budistassiempre sonríen. Y la sonrisa es ironía y espiedad... Hay que introducir en la política lasonrisa de los santos budistas.

29

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VISTOPOR JOSEPH BRODSKY

DESDE UN TIOVIVOf-- R

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Lablar de temas insignificantes, como loseñalaba un día el humorista polaco Stanislaw J.Lee, no pasa a ser realmente importante sinocuando aparecen los signos que anuncian el findel mundo. Se podría decir otro tanto del futuro:sólo vale la pena hablar de él cuando se aproximanacontecimientos cronológicos trascendentales,pues la cronología es hija de la escatología.

Ambas nacen de la incapacidad del homosapiens de dominar intelectualmente el fenómenodel tiempo. El hombre hace lo que puede paradomesticar ese fenómeno, para someterlo a susfacultades racionales que, por lo demás, procedentambién de esa incapacidad. De ahí todos nuestroskilómetros por hora, calendarios, meses, años,decenios, siglos y milenios; de ahí la concepciónlineal del tiempo y su división en pasado, presentey futuro.

La paradoja de una división de esta índole,sobre todo tratándose de la alternancia del día yde la noche, que son su garantía, resulta de larotación del planeta en torno a su eje y alrededordel sol y, por consiguiente, de un proceso que serepite continuamente. Se podría comparar alhabitante de esta tierra a un niño que, encaramadoen un tiovivo, cree firmemente que su caballo yél trotan, no donde lo ha montado, sino en un

entorno completamente distinto. Pero hay unadiferencia: nuestro tiovivo no se detiene nunca,

está perpetuamente en movimiento.Ahora bien, es al movimiento, incluso cíclico,

al que el habitante de este planeta tiene la cos¬tumbre de atribuir todo tipo de cambios: de lugar,de flora, de fauna, de circunstancias, de estado de

ánimo. Ello se explica por la escala extremada¬mente reducida a la que el hombre funciona,pasando no de una estrella a otra, sino de unportal a otro. Son los aspectos diferentes de laspuertas de entrada, la diversidad de los habitantesdel inmueble o de los transeúntes, los que dan unaimpresión de progreso e incitan a ver en el movi¬miento mismo la fuente de una calidad nueva.

Perspectiva cronológica

En realidad, el futuro es eso: la idea de algo cuali¬tativamente nuevo. Y la cronología es como lanumeración de los portales de una larga calle quese dirige hacia ese aspecto cualitativamente nuevo.El punto donde desemboca esa calle ¿perspectiva,avenida? se pierde en las brumas de la gramática,

pues en la mayoría de las lenguas, especialmentelas indoeuropeas, las relaciones entre el futuro ysu equivalente verbal son siempre un poco tensas.Ello refleja adecuadamente la contradicción entrela conciencia que tiene el hombre de ser biológi¬camente limitado y el carácter relativamente ili¬mitado de su capacidad especulativa.

En resumen, la forma de pensamiento delhombre está marcada por una tendencia a loindefinido más conocida con el nombre de utopía.Esta facultad se desarrolla tanto en el funciona¬

miento de la memoria como en el de la imagina¬ción. Concebir el futuro es para ella una ocasiónde expresarse o de satisfacerse. El futuro, en elpeor de los casos, es siempre la utopía de una per¬sona determinada. Cuando los intentos de darle

una realidad tropiezan con las dificultades grama¬ticales señaladas, la cronología le sirve de apoyo.

Como toda trasposición del discurso,ordi¬nario a la lengua de las cifras, la cronología simpli¬fica un tanto el problema. El futuro reviste enella el aspecto del infinito matemático; las cifrasse conforman con crecer, reconciliando un cuerpobiológicamente limitado con un centro de pers¬pectiva físicamente inaccesible pero que el espí¬ritu puede concebir. Cada vez que la cifra (lafecha) es redonda, trátese del final de un decenio,de un siglo o de un milenio, la sociedad, sinentender ella misma por qué, entra en efervescen¬cia, y, miope, se entrega a un desenfreno demiradas a distancia y de especulaciones sobre elcambio del orden del mundo. Este fenómeno se

denomina milenarismo.

Como la cronología en sí no es semántica,un acontecimiento de carácter cronológico es enrealidad un no o un anti-acontecimiento. El fu¬

turo, es decir lo cualitativamente nuevo, irrumpeen la realidad de un individuo o de una nación

sin avisar y todo hace pensar que tiene debilidadpor las cifras impares (por ejemplo, 1939). En lamayoría de los casos, se disfraza de aconteci¬miento científico, de innovación tecnológica, deguerra o de empobrecimiento del idioma. Es muyraro que el futuro trate de adoptar el aspecto decambios sociales, aunque más no sea porque enese terreno su elección es extraordinariamente

A la izquierda, ilustración del artista francésPhilippe Druillet para una edición de Demonios ymaravillas de Howard Phillips Lovccraft (1890-1937),uno de los maestros de la literatura fantástica. 31

JOSEPH BRODSKY,

poeta y ensayista de origenruso, recibió el Premio Nobel

de Literatura en 1987. En

1964 fue condenado en la

Unión Soviética a cinco años

de trabajos forzados por"parasitismo" literario.

Liberado en 1966, vive en

Estados Unidos desde 1972.

Actualmente es profesor deliteratura en el Mount

Holyoke College. Entre susobras cabe mencionar Una

parte del discurso (1977)y A Urania. Poemas

escogidos 1965-1985 y losensayos reunidos en Menos de

uno (1987).

32

limitada: sólo puede tratarse de diferentes maticesde autocracia o de democracia.

El ropaje que con más frecuencia viste elfuturo para hacer su aparición es la aceleración,de los medios de transporte como de los ritmosmusicales, y el surgimiento de un nuevo sistemade armamento. Este supone un número crecientede objetos que es necesario aniquilar, en tanto queaquélla anuncia generalmente una manera de per¬cibir el mundo que va unida al acto de apretarun gatillo o, más bien, un botón. Así, es posibleafirmar que el futuro comenzó en nuestro siglocon los primeros ritmos de boogie-woogie, quesuprimieron para siempre la noción de músicaindividual, destino comparable al que afecta a lanoción de tragedia individual en la perspectiva deuna catástrofe nuclear. Se puede considerar la apa¬rición del mando a distancia de los distintos

canales de televisión como la irrupción del sigloXXI en nuestra época. La presentación en las pan¬tallas de muchedumbres agitadas alternando conlas de un zumo de naranja o un nuevo modelode automóvil es como el anuncio profético denuestro paisaje psicológico. La rapidez con la quese renuevan los objetos propuestos a nuestra ten¬ción prepara la conciencia para la realidad demo¬gráfica de la perspectiva cronológica que sedenomina futuro.

En realidad, es la propia perspectiva crono¬lógica la que surge en la conciencia contemporá¬nea. Fruto de nuestra facultad de pensar, el futurose esfuerza por intervenir lo antes posible a finde adaptar mejor la capacidad de imaginación ala realidad, de conciliar lo infinito con lo finito,

la utopía con su creador. Por lo general, la irrup

ción del futuro en el presente resulta más bienincómoda, cuando no totalmente desalentadora.

Cabría afirmar que casi todo lo que sentimoscomo una agresión o un desagrado hace oír la vozdel futuro. Pues trata de crearse un lugar en elpresente. Todas las traiciones de que somos víc¬timas o que cometemos son también la voz delfuturo en el presente. No sólo porque se traicionasiempre en nombre del futuro, y jamás del pasadoo del presente, sino porque entraña, para la exis¬tencia, algo nuevo, lo que, como se sabe, es sinó¬nimo de futuro.

Así, hablar del futuro es insoportable en elplano psicológico y, en el plano filosófico, into¬lerable o inconcebible. Si el futuro significa algo,es en primer lugar nuestra propia ausencia. Loprimero que descubrimos en él, mirándolo de máscerca, es nuestra no existencia. La idea de su no

existencia, cuando no mueve a una actitud reli¬

giosa, hace retroceder al individuo hacia su propiarealidad: la de la lengua de las cifras en el ordensemántico, del centro de perspectiva cronológicoal portal de la casa en que vive. Con los habitantesde esta casa se puede hablar del futuro, en el mejorde los casos, en términos puramente políticos ysin mirar demasiado lejos. He aquí, por consi¬guiente, algunas palabras sobre el próximo dece¬nio, algunas palabras de un hombre quepermanece aun en esta casa el monólogo de unhabitante.

Frente a los gigantes

El decenio que queda por transcurrir antes delcomienzo del tercer milenio d.C. no dejará de

engendrar una percepción milenarista del mundo,que pronto tendrá un carácter epidémico a causade los medios de comunicación que indudable¬mente se harán eco de ella. Es verosímil queadopte la forma de un radicalismo ecológico fuer¬temente teñido de escatología ordinaria. El sen¬timiento del fin siglo, del milenio, del ordenhabitual de las cosas unido a una frecuencia cre¬

ciente de las catástrofes ecológicas puede perfec¬tamente adoptar formas mortíferas o suicidas. Elhorror de nuestra finitud nunca se ha ahogadomejor que en un clamor de lamentaciones sobrela destrucción universal...

A ello hay que añadir una gigantesca explo¬sión demográfica: un porcentaje apreciable de losque conocen actualmente una era de relativobienestar se encontrará entonces en la situación

de los excluidos de este mundo. La necesidad

imperiosa de un denominador común, la ausenciade una ideología mínimamente accesible o con¬vincente y, sobre todo, la actitud antiindividua¬lista de un mundo superpoblado puedenperfectamente agrupar bajo la bandera ecológicalas formas y los grados más diversos de descon¬tento de la existencia. El fin de un siglo, y conmayor razón de un milenio, va siempre acompa¬ñado de la idea de un cambio del orden del

mundo. Cuanto más ininteligible es esta idea, másatractiva resulta. Siempre es posible consolarsepensando que el nuevo Thomas Müntzer sólohablará una lengua, posiblemente europea, lo que,

Página de la izquierda,Vientos (1985), acrílicosobre papel del pintor rusoYuri Mirakov.

Abajo, Danton (1989),escultura-robot realizada

con viejos aparatos detelevisión por el artistacoreano Nam June Paik.

unido a los imperativos de la geografía, limitaráun tanto la psicosis nacional e incluso interna¬cional, impidiendo que se torne universal.

Además de esta aspiración a reorganizar elmundo, el catastrofismo del pensamiento mile¬narista podría expresarse en guerras religiosas oétnicas. En los alrededores del año 2000, lo quese ha dado en llamar la raza blanca sólo consti¬

tuirá el 11 por ciento de la población del planeta.No se puede descartar la idea de un enfrenta-miento entre el ala radical del mundo musulmán

y lo que subsiste de la civilización cristiana. Losconflictos de este tipo parecen inevitables aunquesólo sea por la razón siguiente: cuanto máscomplejo es el panorama de la realidad, más fuertees la tentación de simplificarlo.

Serán inevitablemente sangrientos, pero deduración limitada. En cambio, lo que se perfilaes el equivalente de una tercera guerra mundialen la perspectiva de una guerra económica cuyomarco será probablemente el oeste de Eurasia y,tal vez, los Estados Unidos. La falta de una regla¬mentación internacional anti-trust, en particularen el terreno bancario, permite prever una com¬petencia que nada, absolutamente nada, lograrálimitar, en la que todos los medios serán lícitosy en la que quien obtenga la victoria pasará aocupar una posición dominante. Los combates deuna guerra de esta índole tendrán carácter supra-nacional, pero el triunfo será siempre nacionalserá el del país de origen del vencedor.

Probablemente se tratará de Alemania y tam¬bién del Japón. La reunificación de Alemania, sise realiza acuerdo con ese mismo principiode simplificación de lo que es complejo , insta¬lará en el centro de Europa un monstruo finan¬ciero e industrial sin parangón. El poderfinanciero suele traducirse en múltiples formas deexpansión: económica, política, cultural. A dife¬rencia de sus predecesores, el nuevo Reich ini¬ciará, con fines puramente hedonistas, un Drangnach Süden, un avance hacia el sur: ya en la actua¬lidad, un 90 por ciento de los habitantes de la islade Ischia hablan con fluidez el alemán. Comprares más sencillo que matar. El endeudamiento esuna forma de ocupación más segura que la pre¬sencia de una guarnición los descendientes deWotan lo han entendido finalmente.

El único medio para Europa de defenderse deeste tipo de expansión podría ser la formación dealianzas o de bloques financieros y políticos.Aisladamente, ningún país estará en condicionesde competir con el gigante alemán. Lo más razo¬nable sería formar dichos bloques sobre bases cul¬turales o históricas. Existiría, por ejemplo, laalianza financiera y política de Italia, España yFrancia o la de los países que actualmente perte¬necen al Comecon. Se podría también preveragrupaciones como la de los países escandinavos yel Reino Unido con los países del Benelux. Encuanto al proyecto de una Europa unida, cabeafirmar que no constituye de ningún modo unavariante de tales alianzas. Es, por el contrario, el"autobahn", la vía real que permitirá a Alemania, 33

reunida o no, avanzar hacia el objetivo al que laempuja el auge de su poder financiero, sea o noconsciente de ello.

Las probabilidades de que la idea de talesalianzas se realice son escasas. De concretarse,

tendría que ser antes de 1995 pues, si nos fiamosde las previsiones, para ese entonces Alemania,unificada o no, habrá alcanzado una superioridadeconómica tan grande con respecto a sus asociadoseuropeos que la expansión a la que me he referidoserá inevitable y, sobre todo, irreversible.

Cabe esperar un desarrollo comparable de losacontecimientos en Oriente, para los países delSol Naciente. Empero, la formación de bloquespara oponerse a su poderío es aun más hipotéticaque en Europa en la medida en que el eje deexpansión económica japonés no se orienta haciael sur sino hacia el este y el oeste. Se podríaincluso imaginar la aparición de un eje financieroy político Berlín-Tokio. En la actualidad, el paísdel Sol Naciente actúa de una manera querecuerda cada vez más la de otro imperio insulardonde hasta hace apenas cincuenta años nunca seponía el sol.

Lo antiguo y lo nuevoEn resumen, hacia 1995, el mundo, en la medida

en que es posible hacerse una idea al respecto,con o sin bloques estará en una situación similara la de 1905. La geografía, al menos la de Europa,no propone a la historia más que un número muyrestringido de variantes posibles. Además, esenúmero es, de alguna manera, inversamente pro¬porcional a la tasa de crecimiento de la población.Es muy probable que los países de Europa del Este(equivalente territorial del Imperio austro-húngaro), una vez liberados de la hipoteca comu¬nista, se encuentren en situación de deudores.

Francia, Italia, España y Portugal conservaránseguramente su integridad territorial y administra¬tiva. Su vida política, en cambio, estará tal vezsometida a una cierta "finlandización" con res¬

pecto a Alemania. Lo mismo sucederá en Europadel Norte, con la diferencia de que por razonesétnicas ello será menos perceptible. El ReinoUnido y los países balcánicos se verán sin dudapoco afectados por esos cambios por encontrarsesumidos en conflictos étnicos y contradicciones.Los Estados Unidos vivirán una situación sin

duda sensiblemente comparable, la que, sumadaa problemas de orden económico, podría hacerlosretornar a una política de relativo aislacionismo.

También en Rusia el año 1995 recordará el

año 1905, como ya lo está haciendo 1990. Serápara el país un periodo consagrado a la elabora¬ción de nuevas normas constitucionales y a lalucha por el mantenimiento del territorio.

Poco importa quién dirija el Estado. Será pro¬bablemente el mismo hombre que lo hace hoy,a menos que se desoriente o sucumba de cualquierotra manera en la tarea. Tiene más probabilidadesde terminar así que de caer víctima de la lucha

34 por el poder, pues resulta difícil imaginar que

alguien aspire al poder en la situación caóticay contradictoria por la que va a atravesar el paísen los próximos diez años. En definitiva, el caosy la confusión son la garantía de la estabilidad deun poder que se esfuerza por poner orden yresolver esas contradicciones. El cúmulo de

problemas que el jefe del Estado soviético tieneque afrontar es enorme, pues es directamente pro¬porcional al periodo de setenta años que losengendró. Hoy en día esos problemas se hanvuelto orgánicos. Por lo tanto, cualquier intentode resolverlos de manera radical desemboca ine¬

vitablemente en una tautología, devolviendo elpaís al periodo de setenta años que les dio origen.Su solución exige un enfoque cualitativamentediferente, y la elaboración de dicho enfoque bas¬tará para ocupar los años por venir.

Es muy probable que los problemas susci¬tados a lo largo de decenas de años requieran asu vez decenas de años para ser resueltos. Sedesearía que no fuera así, pero sin embargo lo es.Pese a todas las reformas democráticas imagi¬nables, la Rusia de 1995 corre el riesgo de entraren una crisis crónica el carácter orgánicode ésta el único argumento en su defensa. Lo queestá sucediendo en la Unión Soviética, por para¬dójico que parezca, resulta fascinante por la extra¬ordinaria impresión de verdad existencial queproduce: nadie sabe cómo vivir. Un sistema polí¬tico, cualquiera que sea, incluso un sistema demo¬crático, constituye siempre un medio de eludiresa verdad. El actual gobierno de la URSS tieneel mérito de no proponerse o de no estar en con¬diciones de simplificar, ni para sí ni para sus con¬ciudadanos, el cuadro existencial que se presentaante sus ojos en toda su complejidad.

Arriba, el infierno (detalle),tabla de la derecha del

Tríptico del Jardín de lasDelicias de HieronymusBosch (El Bosco,h. 1450-1516).Abajo, Totem,esmalte sobre madera del

artista norteamericano

Keith Haring.Página de la derecha,central electronuclear.

Sea como sea, el papel de Rusia en las rela¬ciones internacionales, en particular en el senode los países europeos, tendrá prácticamente lamisma importancia que en 1905. Quienquiera quellegue al poder en la URSS en un futuro próximoheredará más problemas que métodos para resol¬verlos. El hecho de que al pueblo no le guste eljefe de Estado actual habla en favor de este último.Esta desafección es la del enfermo hacia su médico

y demuestra el estado de convalescencia de unpaís, al menos en el plano moral. Gozar del afectode un pueblo de casi trescientos millones de indi¬viduos sólo podría ser obra de un demagogo.

Una fiebre tropical

Ese estado de crisis crónica, por lo que se puedeconjeturar, está llamado a convertirse en la normade la vida política y económica prácticamente entodas partes. La época de las soluciones claras yradicales, incluso por las armas, de los problemasnacionales e internacionales, la época del consensoy de la unanimidad para cualquier asunto relativoa la política o a la economía, esa época está supe¬rada. Con el crecimiento actual de la poblaciónincluso los procedimientos democráticos se modi¬fican: la importancia de las masas afectadas porla política está transformando el concepto deminoría una minoría puede representar decenasde millones de individuos y, en una China demo¬cratizada, centenares de millones.

Por ese motivo ninguna revolución, inclusodentro de un país relativamente pequeño, podráser decisiva, y lo que es más importante aun,ninguna ideología será dominante. En caso de quese produzcan, las revoluciones no surgirán en

relación con una determinada doctrina filosófica,

ya que ninguna gozará de autoridad absoluta, sinomás bien de manera espontánea e histérica; losque obtengan el poder no podrán conservarlomucho tiempo pese a los nuevos medios de quedispongan para controlar a la población. Lo quellamaremos revoluciones o cambios revoluciona¬

rios no serán, en realidad, más que etapas de lacrisis crónica a la que nos hemos referido antes.

Los países de América Latina y de Africaserán los principales afectados por la situación.En el próximo decenio esas zonas geográficascorren grave peligro de perder, ante el llamadoOccidente civilizado, la fuerza política queposeían. En cierto sentido, esos países serán víc¬timas de los cambios que se han producido en losde Europa del Este, pues estos últimos prometena Occidente una mano de obra a la vez barata ycalificada. Así, la atención política y financierade los países occidentales industrialmente desarro¬llados se concentrará en ellos, en detrimento de

los países del Tercer Mundo. Africa, en particular,al dejar de ser una zona de rivalidad para lassuperpotencias, estará aun más expuesta que enla actualidad al hambre y a las epidemias así como,tal vez, a intentos más deliberados de adaptar sustradiciones a formas políticas copiadas del exte¬rior. En la posible monstruosidad de tales trans¬formaciones hay que ver un signo del fin de ladescolonización. Al mismo tiempo, Occidentepodrá justificar así el hecho de trasladar su interésde los países del Tercer Mundo a otras regionesde Eurasia.

Naturalmente, ese cambio de orientación no

será absoluto. La pobreza y sobre todo la super¬población del Tercer Mundo seguirán ofreciendoperspectivas halagüeñas de mano de obra baratay de mercados comerciales. Pero durante la pró¬xima década, los países industrialmente desarrolla¬dos, expuestos a la llegada masiva de inmigrantesasí como al aumento considerable de su propiapoblación, se encontrarán probablemente en con¬diciones similares a las de sus antiguos protegidos.En cierto sentido, este fenómeno de crisis crónica

con su alternancia de ataques y mejorías comouna especie de fiebre tropical es el tributo que elhemisferio norte tiene que pagar por su actuaciónen el hemisferio sur.

Organizar el presente

Si estas afirmaciones, o simplemente la mitad deellas, fueran exactas, el próximo decenio se carac¬terizará por un nuevo igualitarismo. Los puntosde vista tradicionales acerca de la singularidad delos rasgos nacionales, étnicos o culturales desa¬parecerán ante el sentimiento de un denominadorcomún: la situación de crisis de la mayor partede las economías nacionales. Este nuevo igualita¬rismo se traducirá, en primer lugar, en la erosiónde los particularismos puramente culturales. Hoydía el sistema de educación de más de un paísdesarrollado experimenta ya modificaciones sen¬sibles encaminadas a un mayor ecumenismo. Hoy 35

día se oyen ya discursos que preconizan el rela¬tivismo metafísico y la idea de que todas lasdoctrinas religiosas tienen igual importancia, loque supone reconocer los mismos derechos a laintolerancia y a la tolerancia. Hoy día la nociónde "estilo internacional" existe ya en el arte,especialmente en las artes plásticas.

Parece poco probable que en la próximadécada veamos surgir una sociedad más justa. Esde esperar que no sea más injusta que la actual.La única garantía de una justicia relativa de lasociedad es la conciencia moral de sus miembros,

pero no resulta fácil imaginar cómo podría lanecesidad económica convertirse en un fermento

de formación de la conciencia moral. En el mejorde los casos, la sociedad futura será una sociedad

egoísta e indiferente, desprovista de cualquier tipode referencia moral. La única esperanza para unasociedad semejante reside precisamente en laamplitud demográfica de ese egoísmo y de esaindiferencia, que la obligarán a organizarse sobreuna base no ya ideológica, sino tecnológica, lle¬vando al hombre a confiar más en su computa¬dora que en sus semejantes. Al menos ellopermitirá evitar durante un cierto tiempo losderramamientos de sangre, pues a nadie se leocurrirá abalanzarse con un cuchillo en la mano

sobre una máquina confundiendo la democraciacon la demografía.

Más vale por lo tanto dejar al futuro en paz,esforzarse por organizar el presente de la maneramás inteligente posible y prestar mayor atención

a aquellos que están cerca o lejos en el espacio másque en el tiempo. Los que vengan después denosotros vivirán en nuestras ciudades y ennuestros apartamentos, dormirán en nuestrashabitaciones, etc. y no nos darán las gracias ni nosmaldecirán por el estado en el que les habremosdejado el mundo, así como nosotros no manifes¬tamos gratitud ni maldecimos a nuestros prede¬cesores, preocupados como estamos por problemasy sentimientos más actuales.

Lo que nos parece futuro será para loshombres que vengan al mundo después denosotros su presente. Más vale entonces construircasas y hospitales para los que hoy carecen de ellosy hacerlos sólidos y no muy feos. Más vale esfor¬zarse en ser justo de inmediato que contar conel triunfo de la justicia y del sentido común paramás tarde. Nuestras acciones de hoy se conver¬tirán para nuestros sucesores en fauna y en flora,en medio natural, del mismo modo que paraaquellos que tienen hoy veinte o treinta años esemedio es el fruto de los esfuerzos conjugados deLe Corbusier y de la Luftwaffe. Aunque sólo setenga en cuenta esa razón, no cabe atribuir alfuturo una superioridad envidiable o cualidadesparticulares. Sería igualmente aventurado envidiara nuestros sucesores y tejer todo tipo de fantasíasacerca de la sociedad del futuro. Es posible queseamos nosotros los que estemos en una situaciónenvidiable, pues cuando hacemos el bien comocuando hacemos el mal, todavía sabemos a quién.

Un nuevo planeta,obra del pintor rusoConstantin Yvon

(1875-1958).

36

Desmond Tutu, arzobispoanglicano de Ciudad del Cabo

galardonado con el PremioNobel de la Paz (1984), es uno

de los campeones de laresistencia contra el apartheid.

I 1 1 I B1^ H P. K^B 9 J I

de El Correo de la Unesco.

il

NADIE PODRA

DETENERNOS'POR DESMOND TUTU

La libertad y los derechos humanos son cues¬tiones de suma importancia en Europa Oriental.¿Ocurre lo mismo en Sudáfrica?

Sí, y el movimiento en pro de la libertad y delrespeto de los derechos humanos en EuropaOriental es tan prometedor como en Sudáfrica.

Sin embargo, hay claras diferencias entreambas situaciones. La opresión de la mayoría delpueblo en Sudáfrica se ha basado en la raza. Lainiquidad del racismo es tal que hace que unpueblo se sienta superior a los demás hasta elpunto de tratarlos como si fueran menos que sereshumanos. Por consiguiente, los regímenes racistasque enfrentan protestas de masas vacilan menos,por ejemplo, en ordenar a la policía o a las tropasque disparen contra los manifestantes que losgobernantes de otro tipo de régimen, pues éstossentirían que están matando a sus compatriotas.

En la mayoría de los países de Europa Orientalexcepción de Rumania los gobernantes

parecen haber sido más moderados que enSudáfrica. Además, en esos países muchas personashan tenido más oportunidades de encauzar supropio destino y de participar en el desarrollo eco¬nómico que los sudafricanos. Ha habido una tra¬dición de experiencia democrática en épocaspasadas en numerosos países de Europa Oriental.En Sudáfrica nuestro pueblo ha sufrido la opre¬sión racial durante trescientos años. Ha luchado

constantemente para poder participar en un sis¬tema democrático pero nunca lo ha logrado.Económicamente, durante toda la era industrial

se le ha negado la oportunidad de obtener unacapacitación adecuada y puestos de trabajo a causadel color de su piel. Como consecuencia, ahoraque empezamos a vislumbrar la instauración de 37

Arriba y página anterior, Homenaje a Steve Biko. Brimstone. Despuésdel apartheid, cuadro de Fluoman, pseudónimo del pintor francés

Antoine Tricon. Véanse también las páginas 24, 46, 50.

una democracia en Sudáfrica, vamos a necesitaruna ayuda internacional considerable que dé anuestro pueblo las oportunidades de desarrolloque nunca ha tenido hasta ahora.

A su juicio, ¿existe un vínculo entre democraciay desarrollo?

El desarrollo depende de la democracia. Elpueblo está formado por seres que adoptan deci¬siones. Dios les ha dado el libre albedrío y tienenderecho a intervenir en el desarrollo a través de

un sistema democrático para sentir que participanplenamente en él. Un desarrollo impuesto alpueblo de manera paternalista, como por un her¬mano mayor que sabe lo que es bueno para éste,será un fracaso.

En Sudáfrica en particular, ¿hay un verdaderomovimiento encaminado a establecer una demo¬

cracia? ¿En qué medida el sistema del apartheidestá llegando a su fin?

En muchos aspectos estamos ahora en la mismasituación en que nos encontrábamos en 1960.Nuevamente nuestras organizaciones políticashan dejado de estar prohibidas y pueden actuarcon mayor libertad que en los últimos treintaaños. Pero la población negra todavía carece dederecho a voto y la esencia del apartheid consisteen negarle el poder político. Igualmente, las leyesque constituyen lo que se denomina los "pilaresdel apartheid" siguen aun plenamente vigentes.La diferencia entre la situación actual y la de 1960es que el gobierno controlado por los blancosdeclara que está dispuesto a llevar a cabo nego¬ciaciones para compartir el poder y para reconsi¬derar esas leyes. Pero todavía está por versero queva a ofrecer. Por consiguiente, desde el punto devista de lo que el gobierno está ofreciendo,nos encontramos en vísperas de que surjan pers¬pectivas interesantes. Pero, desde el punto de vistade las aspiraciones del pueblo, sí podemos, enefecto, afirmar que existe un verdadero movi¬miento dirigido a instaurar' la democracia.Estamos decididos a alcanzar ese objetivo y lolograremos en definitiva. Ningún obstáculo, y elgobierno sudafricano menos que nadie, podrádetenernos.

38

EL ARTE CONTRA EL APARTHEID

"Apartheid: término duro y mezquino cuya tonalidad general hacepensar en el ruido de la apertura de la trampa en el momento delahorcamiento." (Michel Leiris)

La Asociación de Artistas del Mundo contra el Apartheid, creadabajo la égida de las Naciones Unidas en 1982, ha reunido unacolección de obras de arte destinada a mostrar públicamente la fe delos artistas y de los intelectuales en la libertad y la dignidad humanay para protestar contra la discriminación racial en Sudáfrica.

Esta colección de cerca de 200 obras de artistas de fama interna¬

cional ha circulado por el mundo entero y ha dado lugar a nume¬rosas manifestaciones.

Un catálogo excepcional reúne textos de grandes escritores con¬temporáneos como Jorge Amado, André Brink, Julio Cortázar,Michel Leiris.

La colección constituirá la base de un futuro museo contra el

apartheid. En su día, será donada al primer gobierno sudafricanolibre y democrático que se elija mediante el sufragio universal.

¿Existen formas y condiciones concretas para quese produzca una evolución democrática en el con¬texto sudafricano? ¿Será viable el principio de"una persona, un voto" entre comunidades quehan sido hostiles la una a la otra durante tanto

tiempo?La democracia depende del sufragio universal.

Sin el voto no hay democracia ni posibilidadesde cooperación entre las comunidades. La pro¬tección de cada individuo, al margen de la comu¬nidad a que pertenece, está consagrada en unadeclaración de derechos que aplican tribunales dejusticia independientes. Sólo una vez que, graciasa la igualdad de derechos, se garantice el respeto dela dignidad de todos los sudafricanos, podremosesperar que empiece a desarrollarse una verdaderacooperación entre ellos, cualquiera que sea lacomunidad de que procedan.

Algunas sociedades del TercerMundo son víctimas de una

doble deformación de su

identidad: a la dependenciarespecto de Occidente se añade

la acción paralizadora de unpoder hostil a todo pensamiento

innovador. Tal es el balance

poetas árabes del momentoactual. Su remedio: devolver sus

plenos poderes a la cultura.

CULTURA Y LIBERTAD EN EL TERCER MUNDO

EL HOMBRE,UNA CREACIÓN

PERMANENTEPOR ADONIS

Justamos asistiendo al despertar de las identi¬dades en el mundo de hoy como si presenciá¬ramos en el teatro una escena dramática en la queel yo sólo se encontrara a sí mismo en la negacióndel otro, en la que el largo combate por el queel hombre ha tratado de acercarse al hombre a

través de la historia se transformara de pronto enun combate del hombre contra el hombre. Una

escena en la que los temores que hasta ahoraalbergábamos por la libertad dejaran paso almiedo a esa misma libertad.

Es ésta una paradoja según la cual el remedioparece convertirse súbitamente en la propiaenfermedad. ¿Puede ello deberse a que ese des¬pertar es más bien indicio de un retorno que deuna partida, de un repliegue en lugar de unimpulso? ¿A que invoca unas veces una religión,otras una nación o una raza? ¿A que es, en 39

Página anterior, Libertad alsol (1918), acuarela y tintasobre cartón, del pintorruso David Sterenberg(1881-1948).A la derecha, "Paz ylibertad", caligrafía árabe(1983) de Hassan Massoudy.Abajo, Saneamiento, pinturavegetal, del grupo Bogolan-Kasobane, compuesto porseis artistas malienses

(Bamako).Página de la derecha (abajo),El precario equilibrio de lasempresas (1987), óleo sobretela del pintor cubanoRamón Alejandro.

ADONIS,

seudónimo del escritor

libanes Ali Ahmad Said

Esber, es uno de los más

destacados representantes dela poesía árabe

contemporánea. Actualmentees delegado adjunto de la

Liga de Estados Arabes en laUnesco. Su obra consta de

unos veinte títulos traducidos

a numerosas lenguas, entrelos que cabe mencionar

El libro de la migración eIntroducción a la poética

árabe.

definitiva, el despertar de lo que hubiera debidopermanecer aletargado?

¿O acaso es este despertar la manifestación deuna especie de segundo error que sería la repara¬ción del error primero, fruto del cruce de la cul¬tura técnica y la cultura ideológica, con suscomponentes fascistas de derechas y de izquier¬das? Si así fuera, en esto que hoy despierta bajoel signo de la Libertad habría algo que agudizade modo contradictorio la problemática de lalibertad.

Uno de los efectos de la cultura técnica e

ideológica producida por Occidente es que la evo¬lución de las estructuras económicas y políticasdel mundo moderno ha tendido a someter al

hombre y su vida a un imperativo prioritario: labúsqueda de la satisfacción de sus necesidadesmateriales. Los seres humanos, contempladosen el espejo de esta cultura," parecen haber sido

40

desposeídos de su aspiración a la libertad, al amor,a la poesía, y sus necesidades, reducidas a las dela mera subsistencia.

Se diría que la única finalidad de los mediosde comunicación, e incluso de ciertas actividades

culturales, es el logro de la máxima prosperidadmaterial. La educación tiende cada vez más a

menudo a crear necesidades materiales, a elevarlas

a la categoría de valor moral, a presentarlas comosímbolo de civilización, yendo casi hasta sugerirlos medios de satisfacer tales necesidades y exaltarla imagen de un hombre que saborea su "escla¬vitud", que acepta considerarse como una mer¬cancía y ser tratado en consecuencia, y que admitesu transformación en una simple herramienta.

El Tercer Mundo constituye hoy en día uninmenso laboratorio en el que esas tendencias sonsometidas a prueba, generalizadas e implantadas,

hasta el punto de que el hombre, ser creador ylibre, parece encontrarse prácticamente ausente.

Esas tendencias van acompañadas de la sen¬sación avasalladora bien disimulada a veces-

de la supremacía de Occidente. En efecto, esteúltimo lleva a cabo una lucha permanente a finde monopolizar el lugar central en vez de supri¬mirlo para lograr una mayor armonía con el otro.Ello no hace sino intensificar la hostilidad de ese

otro, transformado en dependencia del centro yen mercancía. Regida por la lógica de la relaciónde fuerzas, esta tendencia, sumada a la carrera dearmamentos destructores, resulta cada vez más

desestabilizadora. No" merece la pena insistir entodo el desprecio que esta tendencia implica porla cultura del otro, de aquel que no posee nadamás que su cultura y que perdería todo, inclusoa sí mismo, si se viera privado de ella.

En el principioestá la cultura

Es posible medir el "valor" de la libertad en lasociedad utilizando como criterios el "valor" de

la cultura y su apertura al futuro. Etimológica¬mente hablando, cultura es acción y eficiencia eimplica, por tanto, la pericia, el talento y, final¬mente, la tecnicidad. (¿No habría tal vez unaestrecha relación etimológica entre la palabraárabe atquana y el vocablo griego tekhneï) La cul¬tura, al ser eficiente, es producto de una creaciónlibre y, como tal, no constituye un factor entre

otros de la evolución humana, sino su funda¬

mento y su principio motor.Ahora bien, este significado primero de la cul¬

tura es hoy en día ajeno a numerosas sociedadesno occidentales, hecho que podría explicar lasrazones de la falta de libertad en ellas.

Al menos algunas de esas razones, porque lafalta de libertad obedece a causas diversas, de lascuales las más profundas están probablementerelacionadas con la lectura de los textos religiososdesde el punto de vista de la jurisprudencia.Esta lectura dominante articula lo religioso-jurisprudencial con el aspecto político-social; ellopuede explicar por qué no se ha entendido lalibertad como un concepto "político" o "civil",sino simplemente como un concepto religioso.

Así, poco a poco la libertad se ha convertidoparadójicamente en un ejercicio de obediencia,manifiesto en la sumisión al investido de autoridad,

en quien se delega el poder sobre todas las cosas.De esta manera nació la unidad de la verdad y elpoder, pero también incestuosamente, la unidadentre libertad y poder, entre pensamiento y poder.

El individuo sólo puede entonces existir enla obediencia; parte orgánica del grupo (formareligiosa de la tribu ayer, forma partidista de latribu hoy), piensa y habla como él. ¿Marginarsedel grupo (la tribu) no constituye acaso un actode descreimiento castigado generalmente con laexclusión y a veces con la muerte? La margina-ción intelectual es en consecuencia una margina-ción política y jurisdiccional a la vez, por tratarsede un desacato al poder establecido en nombre delgrupo. ¿Qué puede hacer el hombre en ese caso?Despojado del derecho de propiedad y al trabajo,puede todavía seguir luchando. Pero cuando sele priva de la propia lengua, esto es, del derechoa la palabra, de algún modo se le arrebata elderecho a la vida.

La experiencia histórica ha demostrado quecuantos han ejercido su derecho natural a lapalabra frente al grupo-poder lo han pagado muycaro, casi siempre con su vida. Muchos otros hancreído que la posesión de objetos podía liberarlosdel poder de las ideas y han abdicado así de suderecho a la palabra en beneficio del poder, con¬tentándose con las cosas materiales y su comercio.Quizás se explique también así la transformaciónde la cultura. Esencialmente la cultura es toma

de conciencia del mundo y creación. En nuestrassociedades se ha convertido en ornamentación.

Se ha instrumentalizado, del mismo modo que elintelectual se ha transformado en un funcionario

al servicio del grupo-poder.

Los poderes paralizadores

Sobre estas bases, en ciertos tipos de sociedadesel progreso en el mundo se valora en la estrictamedida en que se pliega a las órdenes del cielo,y la felicidad del individuo se mide en función desu dependencia del poder. Esta última se mate¬rializa en las nociones de armonía, conciliación

y unidad. Armonía para negar el conflicto social,conciliación para negar el conflicto intelectual yunidad para negar la división y la fragmentación.

En estas condiciones, el progreso no es sino 41

El prisionero (1979),escultura del artista iraní

Iradj Emami.

42

una forma superior de vuelta al original. No cabeotra unidad que la del grupo-nación, basada enla unicidad de los textos originales, que por suparte se basa en la unicidad de la verdad, la cuala su vez tiene como fundamento la unicidad del

poder. Semejante unicidad equivale a la supresiónsimultánea del hombre y del conocimiento. Deese modo, el individuo vive desde un principioajeno a sí mismo. Existe, a través de la religión,para el cielo y, en este mundo, por mediación delgrupo-poder.

El pensamiento dominante hoy en día ennumerosas sociedades del Tercer Mundo se asienta

en bases teológico-ideológicas. Este mundo sufreel asalto de dos tipos de conocimiento: el primero,portador de pasado, guarda relación con el másallá y los medios de alcanzar la eternidad; elsegundo, portador de modernidad occidental, estávinculado con el tratamiento de la materia, conlos medios técnicos de producción y consumo.Dicho de otro modo, esta región del mundo se veasediada por dos liturgias transferenciales: laliturgia del paraíso celestial y la del paraíso terre¬nal. Es una concepción paralizadora de la inteli¬gencia, que no permite producir ideas ni técnica.El movimiento cultural dominante confirma

esta parálisis con su subordinación absoluta a laautoridad de un texto que es, en la práctica, eldel poder.

Para entender qué significa la libertad en nues¬tro Tercer Mundo hay que agregar que Occidente(representación, en tanto que otro, de la moder¬nidad) lo regenta con una racionalidad-tecnicidadorientadas al consumo que lo asimilan y lo hacendependiente. Se presta menos atención al hom¬bre, su libertad y sus grandes problemas cósmi¬cos que al mercado, la energía y la estrategia. Esuna visión que deja al hombre en la sombra paraponer la máquina en primer plano. Es, también,una visión instrumental.

Hoy en día, exactamente como en la concep¬ción teológica tradicional, los occidentales pro¬ducen no tanto para renovar al hombre comopara renovar los medios. Medios para sojuzgar alser humano y no para liberarlo. Todo lo que sefabrique en cualquier lugar adquiere en la prácticamás importancia que el hombre mismo, cuya exis¬tencia tiene lugar en el interior de una máquina.Y quienquiera que exista dentro de una máquinase ve desposeído de su yo (al Farabi), puesto quesu yo pertenece a algún otro que no es él. Elhecho de que la máquina sea textual-lingüísticao técnico-material no modifica la situación.

Hacia una conciencia abierta

Así las cosas, ¿qué posibilidades puede tener lalibertad en el Tercer Mundo? Hay que señalar,ante todo, que existe en él un movimiento deideas, de escritura y de acción democrática. Esemovimiento es marginal socialmente hablando,pero "culturalmente" es el movimiento mássignificativo y el más prometedor de un futurodigno del hombre. Aspira a ser el de un mundoal que no pertenece. Así, el yo y el no-yo se dancita en un mismo ser.

Lo que puede parecer una paradoja es enrealidad el principio del movimiento creador, elcual produce y reproduce el pasado pero con unaforma diferente y renovada, en un contexto dis¬tinto de conocimientos. Las relaciones que esta¬blece este movimiento con el pssado (la herencia)dejan entonces de ser horizontales y pasan a serverticales. Son unas relaciones de crecimiento con¬

tinuo del pasado, a través del presente, en direc¬ción al futuro.

Este movimiento se articula en la lengua y noen el vocabulario, en el hombre y no en la insti¬tución o el régimen, en la vida y no en la ideologíay la instrucción. Se integra en los símbolos, lasleyendas, la dinámica de la imaginación y la crea¬ción. El tiempo cronológico deja de existir. Elúnico presente es el tiempo vertical. No haycabida ya para la significación única, definitiva,total. Todo el espacio queda disponible, indefi¬nidamente, para la significación abierta. Estasignificación es inestable. Y en esa inestabilidadestriban los fundamentos de la libertad, de lademocracia, de la multiplicidad y del derecho ala diferencia.

¿Cuáles son, en esas circunstancias, las posi¬bilidades de libertad en nuestro planeta?

Esas posibilidades dependen esencialmente, ami juicio, de la idea que se forme Occidente delTercer Mundo y de la naturaleza de las relacio¬nes que establezca con él. El malentendido de lalibertad en el mundo empezará a disiparse cuandoOccidente proceda a una revisión completa yradical de sí mismo, de su cultura y de su rela¬ción con el otro, con el no occidental. Será nece¬

sario que surja en Occidente una percepciónnueva del otro, que pasará a ser una segunda faz,una prolongación de sí.

En esa nueva percepción, la identidad delhombre dejaría de estar preestablecida para resol¬verse en un avance creativo que se renovaría conla renovación del proyecto. El pasado (religiosoo nacional) no sería sino el más primitivo, menosrico y menos profundo de los elementos de esaidentidad, que sólo puede ser creación perma¬nente. El hombre es, en efecto, el único de todoslos seres vivos que crea su propia identidad alcrear su trabajo y sus ideas. En su dimensiónhumana, la identidad no es un "dato"; no tienesus orígenes en el pasado, sea el que fuere, sino quees, antes bien, búsqueda permanente del futuroen un destino creativo continuo.

Para que la dicotomía identidad-alteridadpueda ser entendida de este modo es preciso quela política se convierta en parte integrante de untodo: la cultura. La primera debe estar subordi¬nada a la segunda; la acción política ha de ser antetodo un medio de intensificar el intercambio

entre el yo y el otro, tiene que responder a unavoluntad cultural de diálogo, de reciprocidad ycomplementariedad.

Además la política, sobre todo en Occidente,debe producir sus maravillas para poder rebatiral fin esta frase de Saint-Just: "Todas las artes hanproducido sus maravillas; el arte de gobernar es elúnico que no ha producido más que monstruos."

DERECHOS HUMANOS:EL COMBATE EN LA SOMBRA

POR GEORGES-HENRI DUMONT

En numerosos casos de violación de los derechos humanos

la Unesco interviene. Concretamente. Con discreción.

¿Cómo procede? Por primera vez, se revela en parte suacción...

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\-i\. público no ignora que la acción de laUnesco en favor de los derechos humanos res¬

ponde a una de sus finalidades esenciales: "ase¬gurar el respeto universal a la justicia, a la ley,a los derechos humanos y a las libertades funda¬mentales que sin distinción de raza, sexo, idiomao religión, la Carta de las Naciones Unidasreconoce a todos los pueblos del mundo."

Se sabe también que desde su creación estaOrganización tomó a su cargo la enseñanzade los derechos humanos, tarea que no hacesado de cumplir a través de diversos trabajosde expertos y de numerosas publicaciones.

Conocida es también su importante acciónnormativa en materia de derechos humanos:

nueve convenciones, veintiuna recomenda¬

ciones y dos declaraciones relativas a losderechos a la educación, a la cultura y a lainformación.

Pero, muy a menudo, se ignora que laOrganización realiza paralelamente una"acción concreta" por conducto de su Comitéde Convenciones y Recomendaciones. Lalabor, cuando no la existencia misma de este

órgano del Consejo Ejecutivo de la Unesco,es desconocida por el gran público, pues ac¬túa de manera estrictamente confidencial.

Este Comité se creó para examinar lascomunicaciones procedentes de particulares o deasociaciones invocando la violación de algunosderechos humanos y en particular de losderechos educativos y culturales por Estadosmiembros o no miembros de la Unesco.

En su etapa inicial, de 1965 a 1977, sólotuvo que ocuparse de las discriminaciones enel plano de la enseñanza. Pero a partir de 1978sus responsabilidades se ampliaron conjunta¬mente con las del Consejo Ejecutivo. En losucesivo, el Comité abarcaba toda la esfera de

competencia de la Unesco, y no sólo los casosindividuales, sino también las cuestiones gene¬rales de violación de los derechos humanos.

Pero, ¿cómo resolver dos exigenciascontradictorias: por un lado, actuar con lamayor eficacia posible y, por otro, no inter¬venir jamás en aquello que afecta a la jurisdic¬ción interna de los Estados?

El Consejo Ejecutivo resolvió el dilemaenunciando los dos principios siguientes: laUnesco debía actuar con un espíritu de coope¬ración internacional, de conciliación y de

comprensión mutua, y no podía desempeñarel papel de organismo judicial internacionallo que equivalía a renunciar a toda capacidadde sanción.

Preguntas y diálogo

¿Cómo funciona el Comité de Convencionesy Recomendaciones? Se reúne dos veces al añopara trabajar de manera confidencial. Esta reglatiene el inconveniente de privar a las decisionesque adopta del apoyo posible de la opiniónpública; también entraña el riesgo de que sepiense que la Unesco se conforma con emitirdeclaraciones solemnes y generosas, en circuns¬tancias que lleva a cabo, en realidad, una acciónconcreta, continua y eficaz.

Pero este carácter confidencial tiene más

aspectos positivos que negativos. El debate seconcentra en el aspecto humanitario y nopolítico. Como no está públicamente en telade juicio, un gobierno no tiene la impresiónde perder prestigio cuando se somete a unadecisión del Comité.

Tomemos, para comprender su funciona¬miento, el ejemplo de una persona escritor,profesor, artista o periodista que es víctimade una detención. Un expediente, constituidopor la Oficina de Normas Internacionales yAsuntos Jurídicos, se ha entregado a cadamiembro del Comité. Contiene las informa¬

ciones sobre el denunciante complementadas,en su caso, con las primeras reacciones delgobierno de que se trate. El representante delDirector General recuerda sus aspectos esen¬ciales. Se invita a continuación a participar enla reunión al representante del país afectadopor la denuncia. Puede exponer inmediata¬mente su punto de vista y, si es necesario, jus¬tificar el comportamiento de su gobierno.Las preguntas que se le formulan, después desu exposición, varían evidentemente segúnlos casos, pero he aquí algunas de las másfrecuentes:

Si la presunta víctima se encuentra detenidasin juicio previo, ¿cuál es el motivo? ¿Cuándotendrá lugar el proceso?

Si ha sido juzgada, ¿cuáles son los motivosprecisos de su condena?

¿Tiene su familia autorización para visitarla?¿Con qué frecuencia?

¿Cuál es el estado de salud del preso? ¿Recibelos cuidados necesarios?

Si se trata de una persona de edad, ¿no sejustifica una liberación inmediata?

Es raro obtener de inmediato una respuestaa todas estas preguntas. Pero el representantedel gobierno de que se trate se comprometea actuar con la mayor rapidez, lo que desen¬cadena una evolución beneficiosa, cuando no

decisiva. Numerosos son los presos que, a raízde una reunión del Comité, reciben por pri¬mera vez la visita de un médico o de un

miembro de su familia.

Esta fase inicial de diálogos con los repre¬sentantes de los gobiernos afectados permiteresolver numerosos casos. Cuando después delfracaso del diálogo con el gobierno en cues¬tión o después de haberse comprobado elsilencio obstinado de éste, el Comité declaraadmisible una denuncia, su tarea se torna

mucho más difícil. El gobierno de que se tratetiene tendencia a adoptar una actitud franca¬mente negativa. Habrá que esperar entoncesun cambio político para que el diálogo sereanude.

Página anterior, caligrafías china (Ung No Lee) ycirílica (Jovica Veljovic). Arriba, caligrafía árabe(Hassan Massoudy); abajo, caligrafía latina (JeanLarcher). Tomadas de un calendario (1989) sobrela Declaración Universal de Derechos Humanos

editado por la revista francesaNon-Violence Actualité.

nia mjpneér, flmttá.

44 itmummná:

Un papel decisivoDesde 1978 se han sometido al Comité unos

doscientos casos. Los resultados de esas iniciati¬

vas pueden considerarse alentadores, sobretodo en los últimos años: 30 casos resueltos

de 1978 a 1981; 85 de 1982 a 1985; 86 de 1986a 1989.

A la Unesco le ha cabido un papel decisivoen el caso de tres personalidades célebres: elpianista argentino Miguel Angel Estrella,liberado de prisión en 1980, el profesor AndreiSajarov, Premio Nobel de la Paz (1975), yVaclav Havel, que se ha convertido en Presi¬dente de la República Checoslovaca.

En diez años, un centenar de personasdetenidas en condiciones a menudo penosashan sido liberadas o absueltas.

Numerosas comunicaciones se refieren apersonalidades intelectuales a quienes se im¬pedía regresar a su país, a estudiantes a los quese negaba el derecho a partir al extranjero, arecibir un diploma o a disfrutar de una becade estudios, a personas privadas arbitraria¬mente de su empleo o a publicaciones prohi¬bidas por un régimen en particular. La listade violaciones de los derechos humanos es

demasiado larga para poder citarla. En todoslos casos, el Comité ha aprendido a desempeñarsu cometido con obstinación y perseverancia.

El Comité actúa en nombre del ConsejoEjecutivo y del Director General. Pero esteúltimo puede intervenir, confidencial o públi¬camente, en ciertos casos. Si tiene conoci¬

miento, por ejemplo, de que uno de losfuncionarios de la Unesco ha sido retenido o

detenido en su país. Tal es el caso, relatadodetalladamente a continuación, de SorinDumitrescu.

GEORGES-HENRI DUMONT,

historiador belga, es miembro de la AcademiaReal de Bélgica. Ha publicado, entre otras obras,Marie de Bourgogne (1982) y un ensayo sobre la

vida cotidiana en Bélgica en tiempos de LeopoldoII (1986). Es presidente de la Comisión

Internacional de la Unesco para la nueva ediciónde la Historia del desarrollo científico y cultural de

la humanidad. Fue miembro del ConsejoEjecutivo de la Unesco de 1981 a 1989 y

presidente de su Comité de Convenciones yRecomendaciones de 1987 a 1989.

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Cómo, en contravención a la

ley, un funcionariointernacional en misión pudo

permanecer "prisionero"en su propio país.

El mismo relata, en detalle,

su "secuestro".

REHEN DE LA SECURITATE

í JL fines de 1969 fui nombrado para el cargode director de la Oficina de Hidrología en laUnesco.

Al poco tiempo, como cualquier otrapersona al adquirir el estatuto de funcionariointernacional, hube de prestar juramentocomprometiéndome a ejercer mis funciones ya conducirme "teniendo exclusivamente en

cuenta los intereses de la Organización, sinsolicitar ni aceptar instrucciones de ningúngobierno...".

Yo era plenamente consciente del signifi¬cado de tales palabras, pero ni por asomo sos¬pechaba que, unos años después, iban adesempeñar tan importante papel en mi vida...

Una misión interrumpidaEl 6 de junio de 1976 salí de París con el fin derepresentar al Director General de la Unescoen dos reuniones: la primera en Rumania, del8 al 13 de ese mes, y la otra en Bulgaria, del15 al 18 del mismo. Hice el viaje en mi propiocoche acompañado por mi esposa y mi hija.

POR SORIN DUMITRESCU

En el momento en que, terminada miestancia en Rumania, me aprestaba a atravesarla frontera con Bulgaria, la policía rumana melo impidió, diciéndome que tenía que volverurgentemente a Bucarest para hablar con elViceministro de Relaciones Exteriores, señor

Vasile Gliga. Le expliqué a éste por teléfonoque me esperaban con urgencia en Varna, perotodo fue inútil. Así que tuve que volver aBucarest y presentarme al señor Gliga, quiencomenzó por informarme que no podría salirdel país mientras no se resolvieran "algunosasuntos importantes".

Le respondí que, en tales condiciones, me

SORIN DUMITRESCU,

especialista en hidrología de origen rumano, fueSubdirector General del Sector de Ciencias de la

Unesco (1985-1988) y actualmente es consejerodel Director General de la Organización. Autorde numerosas publicaciones sobre temas de su

especialidad, recibió en 1988 el PremioInternacional de Hidrología.

veía obligado a informar al Director Generalde la Unesco que me hallaba imposibilitadode proseguir mi misión según el plan de viajeestablecido. El Viceministro me aconsejó queno hiciera tal cosa para evitar todo incidente;según él, se hallaría rápidamente una solución.Como yo no quería enconar la situación, con¬vine en esperar hasta la mañana del 18 de junio.

Pero llegó ese día y nuevamente me con¬vocó el Viceministro para informarme que elgobierno rumano había decidido "retirarmemi calidad de funcionario internacional".

Debía volver al día siguiente al Ministerio paraescribir mi carta de dimisión al Director

General y se me prohibía ponerme de uno uotro modo en contacto con la Unesco, so penade ser detenido inmediatamente. Cuando le

pregunté por las razones de semejante decisión,el señor Gigla me contestó que no estaba auto¬rizado a revelármelas. Le señalé que aquél eraun procedimiento manifiestamente abusivo,pues en las atribuciones del gobierno rumanono podía entrar la de retirarme la calidad defuncionario internacional. De todos modos, 45

46

no salí de su despacho hasta aceptar que al díasiguiente redactaría una carta de dimisión.

Una vez en la calle, pensé un momentoponerme en comunicación con el Director delCentro Europeo para la Enseñanza Superior(CEPES) de la Unesco, que tiene su sede enBucarest. El Director, señor Thomas Keller,

estaba ausente por vacaciones. Telefonearle aParís o tratar de ponerme en comunicacióncon alguna embajada presentaba riesgos: eraevidente que me seguían. Fue mi hija la que,corriendo un grave peligro y recurriendo amedios dignos de una novela policiaca, se lasarregló para transmitir a la embajada deFrancia un mensaje pidiendo que lo comuni¬caran al Director General de la Unesco.

Ese mismo 18 de junio se presentó ennuestra casa un funcionario de teléfonos paracambiar, nos dijo, el nuestro, que seguramenteno funcionaba bien.

El párrafo cuarto

A la noche siguiente traté de escribir unacarta de dimisión que resultara lo más "trans¬parente" posible. Decía así:

"Señor Director General:

Tengo el honor de participarle que elgobierno rumano ha decidido que debo volvera ejercer mis funciones en el Consejo Nacionaldel Agua.

Por consiguiente, le ruego que tenga a bienaceptar mi dimisión de la Unesco con efectosinmediatos.

Como en las circunstancias actuales me es

imposible volver a París, le agradecería pidieraa la Oficina de Personal que me informe sobrela manera de liquidar mis obligaciones paracon la Unesco y sobre los requisitos para podergozar de los derechos por cesación de servicios.

En el momento de abandonar la Unesco,

quisiera agradecerle la confianza que me hademostrado y asegurarle que sigo fiel a losideales de la Organización."

Al leer la carta mi esposa y mi hija tuvieronla misma reacción: "¿Crees que son tan tontoscomo para dejar que esta carta llegue a su des¬tino?" Les contesté por escrito, en un papelque quemamos inmediatamente después:"Estoy intentando negociar."

El 19 de junio me presenté en el Ministeriode Relaciones Exteriores con el proyecto decarta. Tras leerla, el encargado de las cuestionesde la Unesco me preguntó: "¿No puede justi¬ficar usted de otra manera su dimisión de

la Unesco, por ejemplo, diciendo que estáenfermo? Repliqué que, dadas las circunstan¬cias, nadie iba a creerlo y que era mejor decirla verdad. El Viceministro, a quien el encar¬gado de las relaciones con ¡a Unesco expusoel problema, aceptó la justificación, pero seempeñó en suprimir el párrafo cuarto, en elque recordaba mi fidelidad a los ideales de laOrganización.

Para mí, los párrafos esenciales eran elprimero y el tercero. En cambio, el cuarto,aunque era expresión de mis sentimientos,contaba mucho menos para la "transparencia"que quería dar a mi carta. Podía pues renun¬ciar a él. Sin embargo, hice como si me inte

resara mantenerlo, insistiendo en que suavi¬zaba el carácter demasiado brutal de la carta

en su conjunto. Mi interlocutor fuede nuevo a negociar con el Viceministro, vol¬viendo, para sorpresa mía, con su acuerdodefinitivo. Me fui del Ministerio aliviado, pen¬sando que el Director General comprenderíafácilmente el mensaje que la carta encerraba.Tenía la sensación de que había marcado unpunto.

"You are and you remain"

Pasaron dos semanas y no recibía la menor res¬puesta. Las dudas embargaban mi ánimo:¿habían transmitido realmente las autoridadesrumanas el original de mi cana? ¿Habían fabri¬cado tal vez otra falsificando mi firma? En el

Ministerio me habían dicho que la Unesco merespondería en un plazo máximo de unasemana... Y esa incertidumbre total respectode los resultados posibles de mi carta de dimi¬sión era una de las cosas más difíciles de

sobrellevar.

Hacia el 5 de julio, movido por mi impa¬ciencia, decidí correr un riesgo grave telefo¬neando a París, a la Secretaría de la Unesco.Como el Director General estaba ausente,solicité hablar con el Director General

Adjunto. Al oír su voz, le pregunté si estabaal tanto del problema que se me planteaba. Merespondió que sí. Le di a entender que las con¬diciones en que tenía que telefonearle meimpedían hablar con él largo y tendido. Laúnica pregunta que quería hacerle era: "¿Soytodavía miembro de la Secretaría?" Con una

voz tranquila y grave que nunca olvidaré, elDirector General Adjunto me respondió, eninglés: "You are and you remain" (Lo es ustedy lo seguirá siendo). El Director General noconsideraba válida mi carta de dimisión yhabía enviado una carta en tal sentido al Em¬

bajador y Delegado Permanente de Rumaniaen la Unesco.

Colgué el teléfono y resumí en pocaspalabras la situación a mi familia. Nos embar¬gaba la euforia: estábamos salvados. Ahora lasolución sería rápida. Pronto podríamosvolver a París... Por desgracia, no conocíamosbastante bien las peculiaridades del régimenrumano.

Como pude saber posteriormente, el ori¬ginal de mi carta fue entregado el 21 de junioen el gabinete del Director General de laUnesco. En una carta que acompañaba a lamía, el Embajador rumano indicaba que latransmitía "siguiendo instrucciones de sugobierno". El Director General de la Unesco,señor Amadou Mahtar M'Bow, convocó

inmediatamente al Embajador y le hizo saberque mi dimisión no había sido presentadasegún los trámites legales y que, para no crearproblemas a las autoridades rumanas, preferíano dar curso a la carta durante diez días, pero,transcurrido ese plazo, si yo no había vueltoa París, tendría que reaccionar oficialmente.

Como en los diez días siguientes noocurrió nada, el Director General envió el

1 de julio al Embajador una carta oficial enla que declaraba inaceptable mi renuncia,

Prapor (1981), óleo sobre tela del pintor rumanoHoria Bernea (colección "El arte contra elapartheid", véase la p. 38).

añadiendo que "las condiciones en que se haformulado y presentado la petición del señorDumitrescu ponen seriamente en peligro losfundamentos de la función pública interna¬cional".

El 14 de julio tuve una conversación con elseñor Thomas Keller, Director del Centro de

la Unesco de Bucarest, que acababa de volverde sus vacaciones. El señor M'Bow le había

encargado que se pusiera en contacto conmigopara averiguar personalmente cuál era exacta¬mente mi situación. Como no estaba segurode poder llegar hasta el Centro, propuse aKeller que me esperara en la esquina, a dondellegó antes que yo. Fuimos a pasearnos por unparque vecino, seguidos por varios miembrosde la "Securitate" (la policía política). Nuncaantes me había encontrado con él (podía puestratarse de un impostor), pero, aun así, le hablécon toda franqueza, pidiéndole que dijera alDirector General que considerara mi cartacomo no escrita.

Por entonces creía aun que mi asunto se

debía enteramente al celo de algunos funciona¬rios y que, si se enteraban de él las más altasautoridades del Partido y del Estado, éstas per¬mitirían que nos marcháramos. A estas auto¬ridades les dirigí numerosas notas explicativas,afirmando que no tenía nada que reprocharmey pidiendo que, para poder defenderme, se meexplicaran las razones de retenerme en el paíscontra mi voluntad. No hubo nunca la menor

respuesta. Hasta que un día, gracias a unaindiscreción, me enteré de que Ceaucescuestaba perfectamente al corriente de mi casoy de que había dado personalmente orden deno ceder a las presiones de la Unesco.Comprendí que ya no era posible ningúncompromiso y que tenía que jugarme el todopor el todo.

El 6 de agosto el señor M'Bow escribió aljefe del Estado rumano una carta que empe¬zaba como sigue:

"Sólo después de llegar al convencimientode que he agotado todos los demás cauces desolución, me tomo la libertad de someterle per¬sonalmente un asunto al que concedo lamáxima importancia. Se trata del caso delseñor Sorin Dumitrescu, director de la Divi

sión de Ciencias del Agua de la Secretaría dela Unesco y subdito rumano, quien ha sidoretenido en territorio rumano cuando estaba

de paso para llevar a cabo una misión de la queyo le había encargado, no habiendo podidovolver a su puesto en Francia. Que yo sepa,es la primera vez en la historia de las NacionesUnidas que un alto funcionario internacionalse halla en tal situación."

El Estado Unesco

La carta no obtuvo respuesta alguna. En vistade ello, el Director General decidió poner lacuestión en conocimiento del Consejo Ejecu¬tivo, que examinó el asunto por primera vez el9 de octubre, en sesión privada. Tras exponerlos hechos, el señor M'Bow afirmó que aceptarla situación creada por las autoridades rumanasequivaldría para él a incumplir el juramentoque había prestado al asumir sus funciones deDirector General en 1974 y que, si no podíacontar en este asunto con el apoyo de losEstados Miembros se vería en la obligación depresentar su dimisión al Consejo Ejecutivo. Elapoyo que recibió fue amplio y muy firme.

En vista de ello, e impresionado por el carizque estaba tomando el asunto, el gobiernorumano, por boca de su representante en elConsejo Ejecutivo, declaró que estaba dispuestoa proseguir el diálogo. Unos diez días después,Luis G. Marqués, Director de Personal de laUnesco, viajó a Bucarest como representantedel Director General.

Mientras tanto, en la capital rumana, yoignoraba lo que acababa de ocurrir en el Con¬sejo Ejecutivo. Las personas con quienes teníaque habérmelas, los señores de la Securitate,trataban de desmoralizarme. "En ningún país

me decían en sustancia puede un simpleciudadano oponerse al jefe del Estado; elDirector General no puede negarse a aceptarsu dimisión..."

Unos días antes de que llegara a Bucarestel representante del Director General, me con¬vocaron al Comité Central del Partido. El jefeadjunto de la sección de Relaciones Exterioresme declaró que no tenían nada que reprochar¬me y que me habían retenido en Rumania úni¬camente porque ya había estado demasiadotiempo en el extranjero. Ahora me tocabavolver a ejercer sin demora un puesto en laadministración nacional. "Tiene que compren¬der usted que Rumania, que ha sabido resistira las presiones de su gran vecino del Este, nova a ceder a la presiones del Estado Unesco.""En eso se equivoca, le respondí. La Unesco 'no es un Estado, sino una comunidad de unos

150 Estados Miembros con la que Rumania noganaría nada en malquistarse."

A su llegada a Bucarest, el 20 de octubre,pude reunirme con Luis G. Marqués. Las auto¬ridades rumanas me pedían que le hiciera saberclaramente que ya no tenía intención de volvera París. Pero, cuando Marqués me informó de10 que había ocurrido en el Consejo Ejecutivo,le confirmé que estaba dispuesto a volver a mipuesto en cuanto me fuera posible y que menegaba a todo compromiso en ese punto. Aldía siguiente, fui al Comité Central para

notificar a mi interlocutor que no contara conmi cooperación. "Su comportamiento, mecontestó, le coloca en una situación muy grave.Su problema ya no es de mi incumbencia."

Una semana después el Ministerio de Ha¬cienda me llevaba ante los tribunales por deberla suma de 70.000 francos al Estado rumano,

ya que, según la ley, todo ciudadano que tra¬bajara en el extranjero debía entregar al Estadola mayor parte de sus ingresos. En mi caso,se trataba de atrasos, puesto que ya habíarevertido al Estado más de 120.000 francos. El

juicio tuvo lugar en diciembre, sin que pasarade ser una mera formalidad. Afirmé que estabadispuesto a pagar lo que debía en cuantopudiera hacerlo. La cantidad fue entregada enel Centro de la Unesco de Bucarest en enero

de 1977, con lo que quedó resuelto el únicolitigio que me oponía a las autoridades.

A comienzos de febrero de 1977, el señor

M'Bow llegó a Rumania en visita oficial. Esta,inicialmente prevista para septiembre de 1976,fue aplazada varias veces a petición delgobierno rumano. El señor M'Bow abrigabala esperanza de obtener el consentimiento deéste para que yo pudiera salir del país. Peroel resultado fue nulo. En la conversación quemantuvo con Ceaucescu, éste se negó enredondo a aceptar la petición de la Unesco,afirmando que aquélla era una cuestión queafectaba a la soberanía nacional. El Director

General afirmó que, por el contrario, se tra¬taba de un problema de derecho internacionaly que el gobierno rumano violaba con suactuación los acuerdos internacionales por élsuscritos. La conversación concluyó de maneraabrupta.

Según lo convenido, yo esperaba en la sededel Centro de la Unesco la vuelta del señor

M'Bow, cuando recibí una llamada, supuesta¬mente suya, instándome a que fuera a verleinmediatamente a su hotel. No me fue difícil

comprender que se trataba de una maniobrajustamente para que no pudiera verle. Así queseguí esperando en el Centro hasta que llegó.Naturalmente, no había encargado a nadie queme telefoneara. Me aseguró que iba a redoblarsus esfuerzos para conseguir mi liberación yque se aprestaba a hacer pronto público micaso.

Comienza la represiónEl 4 de marzo asoló el sur de Rumania un

violento terremoto. El 30 de marzo se presentóen mi domicilio un oficial para entregarmeuna convocación a fin de que, a partir del díasiguiente, comenzara a prestar servicio militardurante cinco meses en una unidad encargadade reconstruir una ciudad casi completamentedestruida, a un centenar de kilómetros de

Bucarest. Según pude saber más tarde, taldecisión figuraba en un decreto firmado porel mismo Ceaucescu en el que sólo aparecíami nombre.

La Unesco protestó contra esa nueva viola¬ción de mi estatuto de funcionario interna¬

cional y pidió a las autoridades rumanas quesuspendieran la aplicación de la medida. Pero,una vez más, sin obtener la menor respuesta. 47

Mi estado de salud había decaído sensible¬

mente. En el hospital militar de Bucarest al queme llevaron me diagnosticaron un riesgo dehepatitis. Decidida mi hospitalización, elcomandante de mi unidad me informó, con

pesar, que había recibido orden de dejarmemarchar inmediatamente. En un coche yacompañado por dos militares, me llevaron ami domicilio para recoger mis efectos perso¬nales. Los miembros de mi familia me vieron

partir sin saber cómo y cuándo volverían averme.

Estuve varios días enfermo, sin recibir

ningún cuidado médico, sin comer y durmien¬do apenas. Uno de mis parientes logró dar con¬migo e informó a mi mujer y a mi hija dellugar en que me encontraba. El teléfono decasa había sido cortado y se habían presentadodos representantes de la Securitate para orde¬nar a mi mujer y a mi hija que se abstuvierande ponerse en contacto con representantes dela Unesco; en caso contrario, yo corría elriesgo de ser juzgado por un tribunal military ellas mismas de ser detenidas.

El servicio militar tenía sobre todo porobjeto cortar todos-mis contactos; y, efectiva¬mente, mi aislamiento aumentó por su causa.Pero mi asunto seguía su curso en la Unescoy en abril el Consejo Ejecutivo reiteró sucompleto apoyo a la acción llevada a cabo porel Director General.

Regateos

48

Pese a sus alardeos, las autoridades rumanas

estaban en el banquillo de los acusados. Teníanpues que encontrar una salida al asunto. Enmayo me llamaron a Bucarest donde tuve unaentrevista con el Viceministro del Interior yjefe de la Securitate, N. Plechitza. Por fin con¬seguía que por primera vez me dieran expli¬caciones sobre los motivos de que meretuvieran en mi país desde junio de 1976: sesospechaba que no querría volver a Rumaniaal término de mi contrato con la Unesco. Mi

interlocutor reconoció que se trataba de unerror. Pero era demasiado tarde para darmarcha atrás y ahora había que "salvar las apa¬riencias" por mor del prestigio del jefe delEstado, que se había negado a autorizar miretorno a París. Respondí que, a mi juicio, elprestigio de un jefe de Estado sólo podía crecersi, al descubrir que se había cometido unainjusticia, tomaba las medidas para repararla.

Volví a hablar en varias ocasiones con el

Viceministro y sus colaboradores, quienessiempre imponían la aceptación de mi dimi¬sión como condición previa para que miproblema se resolviera; tras esa aceptación, medecían, me ofrecerían un puesto de vicemi¬nistro y, si lo deseaba, podría ir a trabajar alextranjero. Mi respuesta era siempre la misma:ese esquema era falso porque la Unesco noaceptaría nunca mi dimisión antes de que vol¬viera a París y, por mi pane, sólo ambicionabavolver allí para continuar mis tareas.

En agosto las autoridades rumanas prepa¬raron un nuevo plan. Como mi contrato conla Unesco expiraba el 31 de octubre, bastabacon que pidiera al Director de la Unesco que

no lo renovara; con ello se sorteaba el escollode mi demisión. Mis interlocutores me

pidieron que enviara una carta al DirectorGeneral manifestándole mi intención en tal

sentido y proponiéndole que enviara a surepresentante a Bucarest para confirmárselo deviva voz. Con la esperanza de que al menosmi hija recobrara la libertad y pudiera reanu¬dar sus estudios en París, tomé el partido deaceptar. Por lo demás, me decía que así tendríaocasión de hablar con el representante delDirector General y de hacerle saber mis ver¬daderas intenciones.

Un vago gesto de la mano

Hacia fines de agosto me informaron de que,a raíz de mi petición, el señor M' Bow habíadecidido enviar a Bucarest a un Subdirector

General, el señor Jacques Rigaud, en compañíadel Director Adjunto de la Oficina de Perso¬nal, y que ambos llegarían el 6 de septiembre.Aproveché la ocasión para que pusieran fin ami servicio miltiar al parecer, se habíadecidido prolongar más allá de los cinco mesesiniciales arguyendo que me negaría a hablarcon los representantes de la Unesco en calidadde militar. La autoridades aceptaron.

En cambio, seguían sin autorizar a mi hijapara que volviera a París. El mismo día de lallegada del señor Rigaud, un agente de laSecuritate me convocó para anunciarme quehabía intentado obtener dicha autorización del

jefe del Estado en el aeropuerto cuando se dis¬ponía a tomar el avión para visitar oficialmenteBulgaria, pero Ceaucescu había respondidocon un gesto de la mano... ¡cuyo significadono estaba suficientemente claro! En vista de

ello, había que esperar su vuelta para saber loque significaba exactamente. Me aseguraronque era sólo cuestión de unos días, insistiendoen la necesidad de que yo respetara el acuerdoconcertado que el Subdirector General sevolviera con el convencimiento de que yo nodeseaba renovar mi contrato sin lo cual sería

objeto de una dura represión y se esfumaríatoda posibilidad de compromiso. De paso, merecordaron que debía tener cuidado con losaccidentes del tráfico, muy peligroso enBucarest.

El 6 de septiembre por la tarde, me reunícon el señor Rigaud, al que expliqué lasrazones que me habían impulsado a enviar micarta el Director General y, naturalmente, leconfirmé mi deseo de continuar sirviendo a

la Organización. "No me siento obligado porese 'acuerdo entre caballeros', le dije, simple¬mente porque mis interlocutores no son'caballeros'." El señor Rigaud me aseguró queme comprendía perfectamente. A conti¬nuación hice una declaración recogida en uncásete en la que, entre otras cosas, decía:"Afirmo que en modo alguno he actuado enforma culpable contra el Estado rumano y laley rumana. No he hecho más que ser fiel aljuramento que presté al entrar en la Unesco.Para mí no existe incompatibilidad algunaentre ese juramento y el deber de un ciudadanopara con su propio país... No hay lugar paraque cambie de postura.... El Director General

Nada-Nadie III, técnica mixtasobre red de alambre, obra del artistarumano Christian Paraschiv.

no debe vacilar en obrar de acuerdo con lo quecrea justo, aun en el caso de que ello puedarepercutir en menoscabo de mi seguridad. Lavida que se nos impone desde junio de 1976no es vida. Mi mujer y yo estamos dispuestosa aceptar morir, pero morir de pie."

A raíz del informe del señor Rigaud, seprorrogó por dos años mi contrato con laUnesco. El Consejo Ejecutivo examinó denuevo mi caso en su 103 a reunión, en

septiembre-octubre de 1977. El 6 de octubrecelebró el Consejo por primera vez una sesiónpública sobre el problema. El Presidente hizouna reseña del caso y, aludiendo a la Carta delas Naciones Unidas y a la Constitución de laUnesco, recordó que los funcionarios interna¬cionales deben ejercer su cometido con plenaindependencia exclusivamente bajo la respon¬sabilidad del Director General de la Organi¬zación. "El Consejo Ejecutivo, concluyó, estásumamente preocupado por lo que aparececomo una ruptura por un Estado Miembro decompromisos internacionales libremente acep¬tados por él. Apoya sin reservas la postura delDirector General y hace suyas las medidas queha adoptado."

El representante de Rumania, Marcel

Ghibernea, tomó la palabra en nombre de sugobierno rechazando la declaración del Presi¬dente del Consejo y atacando con duros tér¬minos la postura del Director General. Lanzótambién acusaciones calumniosas contra mí,

llegando incluso a afirmar que yo había "gas¬tado cuantiosas sumas de dinero en adquirirbienes cuyo valor superaba con mucho (mis)ingresos legales".

Le respondió el Director General: "Todaslas medidas que he tomado en este asunto lashe puesto en conocimiento del Consejo Eje¬cutivo, que las aprobó plenamente. Puedo puesasegurar al señor Ghibernea que cuento aquícon la confianza de la totalidad de los

miembros del Consejo Ejecutivo conexcepción de la suya porque me niego a in¬cumplir el juramento que presté el día que fuielegido Director General de la Organización."

Mientras tanto, los medios de información

de numerosos países habían comenzado ahablar de mi caso y mi nombre era ahoraconocido.

Una "organización extranjera"Al llegar a esta fase las autoridades rumanasdecidieron recurrir a medidas extremas. El 13

de octubre se incoó contra mí un procedi¬miento penal acusándome de "traición por

transmisión de secretos". Según el códigopenal rumano (art. 157), este delito lleva apa¬rejada una pena de prisión de cinco a quinceaños, acompañada por la confiscación de losbienes del culpable. Se me acusaba de haber"transmitido a los agentes de una organizaciónextranjera (en este caso la Unesco) informa¬ciones cuya utilización por ésta pone enpeligro la seguridad del Estado".

Los investigadores me concedieron doshoras para contestar por escrito la acusación.Como esperaba que tal eventualidad se pro¬dujese me habían amenazado varias vecescon ella , estaba preparado. Así que en menosde veinte minutos desarrollé la siguienteargumentación: "Considero la acusacióncarente de todo fundamento: ninguna de misacciones ha podido entrañar una violación delartículo 157 del código penal. Según el informede la comisión de investigación, la acusaciónse refiere a los contactos que he tenido entrejunio de 1976 y octubre de 1977 con represen¬tantes de la Unesco, organización de la que soyfuncionario. He de hacer a este respecto lassiguientes puntualizaciones:

1) No he transmitido nunca a nadie infor¬maciones que pongan en peligro la seguridaddel Estado.

2) Considero aberrante que una organiza¬ción como la Unesco pueda utilizar informa

ciones transmitidas por una persona para po¬ner en peligro la seguridad de uno de sus Es¬tados Miembros, en este caso Rumania.

3) Mis contactos con los representantes dela Unesco durante el periodo citado tuvieronexclusivamente por objeto las obligaciones queentrañan mi cargo en la Secretaría y el jura¬mento que presté en el momento de conver¬tirme en funcionario de ésta. Esos contactos

se han realizado pues en mi calidad de fun¬cionario de la Unesco y no pueden entrar enel marco del artículo 157 del código penal. Encambio, están acordes con lo previsto en laConvención sobre privilegios e inmunidades delos organismos especializados (artículo VI, sec¬ción M, apartado a), convención ratificada porRumania.

4) Habida cuenta de lo anterior, en ade¬lante me negaré a responder a cualquier otrapregunta en relación con la acusación men¬cionada."

Estaba convencido de que me detendrían.Pero me dijeron que quedaba en libertad, conla obligación de presentarme en la sede de ladirección de investigaciones penales de laSecuritate todos los días de ocho de la mañana

a diez de la noche. Pude así conocer lo quehasta entonces sólo había visto en el cine: los

largos pasillos llenos de puertas, cada una conuna lámpara roja encima que se encendíacuando había alguien dentro; los despachosdonde tenía lugar la investigación con barrotesen las ventanas; las instalaciones de escucha...

Los investigadores empezaron por hacermepreguntas como: "¿Reconoce usted habertransmitido por conducto de los agentes dela Unesco cartas al Director General?" o

"¿Cuándo se reunió por primera vez con eldirector del CEPES?" Fiel a mi argumenta¬ción, yo contestaba invariablemente: "Meniego a responder a esa pregunta." Defrauda¬dos, los investigadores me decían que estabafacilitando mi inminente condena. A lo queyo replicaba: "Mejor, volveré más pronto aParís."

* - Pasado algún tiempo, los oficiales encar¬gados de la investigación comenzaron a can¬sarse. Las sesiones acababan antes yterminábamos por hablar de cosas distintas dela investigación en torno a mi persona.

El palo y la zanahoria

El 25 de octubre siete agentes de la Securitateinvadieron de madrugada nuestra casa paraefectuar un registro y embargar nuestrosbienes. El objetivo real de la operación, mepareció, era convencernos de que mi condenaera inminente. Pero no hubo tal.

Por el contrario, el 12 de noviembre me

convocaron al despacho del ViceministroPlechitza. Este, deshaciéndose en amabilidades,

me informó de que había decidido poner fina las diligencias penales por falta de razonesválidas. Además, "para demostrarme la gene¬rosidad de las autoridades", me anunció quehabía tomado la decisión de permitir que mihija volviera a París para reanudar sus estudiosuniversitarios interrumpidos. A todos nos cos¬taba trabajo creer que no se trataba de una 49

50

nueva trampa, pero dos días después le dabana mi hija su pasaporte. No obstante, hasta quellegó a París la angustia siguió embargándo¬nos: pensábamos que, después de todo, bienpodían habérsela llevado a otro sitio... Pero,unas cuantas horas después de su marcha, nosllamaba por teléfono para hacernos saber quehabía llegado a buen puerto.

Al día siguiente, el Viceministro me llamópara decirme en sustancia: "Hemos sido gene¬rosos con usted; ahora le toca dar muestras de

gratitud ayudándonos a poner término alconflicto con la Unesco. Dentro de unos meses

podrá salir del país y reunirse con su hija siasí lo desea." Mi respuesta fue: "El derechoconcedido a mi hija de reanudar sus estudiosme parece perfectamente normal; ¿por quéhabría de modificar la postura que adoptédesde el comienzo en este asunto?" El diálogocontinuó durante horas, prolongándose losdías siguientes. El Viceministro me hacíapartícipe de todos sus respetos y apelaba a mis"sentimientos patrióticos". Hubo momentosen que este tipo de "conversaciones" meparecieron más penosas que las que habíatenido con mi interlocutor de la Securitate yen las que éste profería toda clase de amenazascontra mí.

Al cabo de unos quince días, cambió denuevo el tono. Si me obstinaba en negarmea colaborar con ellos, me dijo Plechitza,matarían a mi hija en París o la volverían atraer por la fuerza a Rumania. "Ya lo hemoshecho en otros casos", me declaró. Tomé en

serio la nueva amenaza y la puse en conoci¬miento del Director General, que inmediata¬mente pidió protección a las autoridadesfrancesas para mi hija.

Tras una breve tregua, se reanudó la repre¬sión en febrero de 1978. Tuve varias conver¬

saciones con un antiguo secretario del ComitéCentral del Partido y ex ministro de la Secu¬ritate, Ion Stanescu, quien a su vez me ame¬nazó con meterme en la cárcel. Y cuando yoinvoqué la ley, me replicó: "Para gentes comotú no hay ley." Luego me informaron de quemi proceso iba a entrar en su fase final.

El desenlace

El 28 de febrero la prensa publicó fragmentosde una declaración que yo había enviado aParís y que mi hija había hecho pública: "Latragedia que he vivido desde junio de 1977viene sobre todo de que estoy prisionero enmi propio país... Mi fidelidad a mi país no esrazón para que acepte la injusticia de que seme ha hecho objeto, para que sea víctima dela calumnia, del abuso de poder y del despreciode las leyes... En varias ocasiones los represen¬tantes de las autoridades han utilizado como

argumento principal: 'Es usted ciudadanorumano y el Estado puede hacer lo que quieracon usted.' Como no me gusta el carácterfeudal de este argumento y como todo diálogocon el poder es imposible, he pedido renun¬ciar a la nacionalidad rumana."

El 8 de marzo de 1978 se produjo una delas más importantes rachas de destituciones delrégimen de Ceaucescu. Todos los responsables

Dibujo por frustración(1981), carboncillo sobre papel, del pintor alemán

Konrad Klapheck (RFA).

con los que había tenido que habérmelascayeron en desgracia. Inmediatamente hicesaber que me negaba a responder a toda cita¬ción judicial mientras no hubiera hablado conlos nuevos responsables.

Mientras tanto, la presión internacionalera ca da vez más fuerte. Ciertas delegaciones,de carácter gubernamental o parlamentario, depaso por Rumania, se referían a mi caso, y lomismo ocurría cuando Ceaucescu visitaba

otros países.Las Naciones Unidas, que hasta entonces

habían guardado silencio, se pronunciaronsobre mi caso en una reunión del Comité

Administrativo de Coordinación (CAC) cele¬brada en abril de 1978 y presidida por elSecretario General de la Organización inter¬nacional, el cual aportó su apoyo al señorM'Bow y tomó una serie de medidas: mi casosería examinado en las Naciones Unidas y enla próxima Conferencia General de la Unesco.Se sometió al Consejo Ejecutivo de ésta, quese reunía en mayo, una propuesta con mirasa llevar el conflicto ante la Cone Internacional

de Justicia de La Haya. Por último, la Aso¬ciación del Personal de la Unesco y la Federa¬ción de Asociaciones de Funcionarios

Internacionales (FICSA) condenaron la viola¬ción en mi caso de la independencia de la fun¬ción pública internacional y aprobaron variosplanes de acción...

Finalmente, Ceaucescu cedió. El 6 de mayolas autoridades me llamaron para anunciarmeque estaba autorizado para volver a París.

El 12 de mayo de 1978 salí de Bucarest encompañía de mi mujer con un visado turístico.Dos días después llegábamos a París, al cabode veintitrés meses de ausencia. El 16 de mayoreanudaba mi trabajo normal en la Unesco.

Había ganado la partida, pero para el restode mis días quedaba marcado por la dura pruebaque acababa de atravesar.

Créditos

fotográficosPortada, página 3: 6 Isabelle Wolff. Paris. Portada

posterior G.F.-Giraudon, Paris. Página 2: G

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apartheid", Paris. Página 25: Galerie Claude

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AIAP/Bibliothèque des Arts, Paris/Unesco,

tomado de Unesco, 40 años, 40 artistas, 40 países.

Página 28 (arriba): Gaby Sommer © Gamma,

Paris: centro: Q Musée National d'An Moderne,

Centre Georges Pompidou. París; abajo: 1 avjuil i;

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Rapho, París Página 29 (arriba): D Rapho. Paris.

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.Vmmh\ Paris Página 32 (izquierda): Gaywood-

Spooncr © Gamma, Paris; derecha: 9 Yuri

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París-Bastille. Páginas 34-35: © Giraudon, Paris.

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Chason, Nueva York. Página 35 (abajo): Setboun

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No Lee 1988, Paris; abajo: 6 Jovica Veljovtc 1988,

Yugoslavia. Página 44 (arriba): © Jean Larcher

1988. Paris. Paginas 48-49: C Christian Paraschiv,La Cou rneute, Francia.

ei Correofl^delaUNESCOÏÏÏÏÏÏ

AÑO XUII

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Swahili : Domino Rutayebesibwa (Dar-es-Salaam)Croato-serbio, esloveno, macedonio y serbio-

croata: Bozidar Perkovic (Belgrado)Chino: Shen Guofen (Beijing)Búlgaro: Goran Gotev (Sofía)

Griego: Nicolas Papageorgiou (Atenas)Cingalés: S.J. Sumanasekera Banda (Colombo)

Finés: Marjatta Oksanen (Helsinki)Sueco: Manni Kössler (Estocolmo)

Vascuence: Gurutz Larrañaga (San Sebastián)Tai: Savitri Suwansath.it (Bangkok)

Vietnamita: Dao Tung (Hanoi)Pashtu: Zmarai Mohaqiq (Kabul)Hausa: Habib Alhassan (Sokoto)

Bangta: Abdullah A. M. Sharafuddin (Dacca)

PROMOCIÓN Y VENTAS

Responsable: Henry Knobil (45.88), Asistente: Marie-Noëlle Branet (45.89), Suscripciones: Marie-Thérèse

Hardy (45.65), Jocelyne Despouy, Alpha Diakité, JacquelineLouise-Julie, Manichan Ngonekeo, Michel Ravassard,

Michelle Robillard, Mohamed Salah El Din,Sylvie Van Rijsewijk, Ricardo Zamora-Pérez

Relaciones con los agentes y los suscrtptores: GinetteMotreff (45.64), Contabilidad: Liliane Tasch (45.66),

Correo: Martial Amegee (45.70)Depósito: Héctor García Sandoval(47.50)

TARIFAS DE SUSCRIPCIÓN

Tel: 45.68.45.65

1 año: 126 francos franceses. 2 años: 234 francos.

Tapas para 12 números: 68 francosPara los paises en desarrollo:

1 año: 99 francos franceses. 2 años: 180 francos.

Reproducción en microfilm (1 año): 85 francos.

Pago por cheque, CCP o giro a la orden de la Unesco.

Los artículos y fotografías que no llevan el signo (copyright) puedenreproducirse siempre que se haga constar "De El Correo de la Unesco",

el número del que han sido tomados y el nombre del autor. Deberán

enviarse a El Correo tres ejemplares de fa revista o periódico que lospublique. Las fotografías reproducibles serán facilitadas por la Redacción a

quien las solicite por escrito. Los artículos firmados no expresanforzosamente la opinión de la Unesco ni de la Redacción de la Revista.

En cambio, los títulos y los pies de fotos son de la incumbencia exclusiva

de ésta. Por último, ios límites que figuran en los mapas que se publican

ocasionalmente no entrañan reconocimiento oficial alguno por parte delas Naciones Unidas ni de la Unesco.

IMPRIMÉ EN FRANCE (Printed in France)DEPOT LEGAL Ct-JUiN 1990

COMMISSION PARITAIRE NO 71843 DIFFUSE PAR LES NMPP.

Fotocom posición: El Correo de la Unesco, Fotograbado-impresión:Maury-lmprimeur S.A., Z.I. route d'Etampes, 45330 Malesherbes.

m .

ISSN 0304-31 OX NO 6- 1990-OPI-90-3-

Este número contiene además de 50 páginas de textos,un encarte de 4 páginas situado entre las p. 10-11 y 42-43.

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culturas y los conocimientos del mundo.

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a la ley, a los derechos humanos y a las libertadesfundamentales (...) sin distinción

de raza, sexo, idioma o religión..."

WisimSik