Vientos Alisios (3).doc

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Viento s Alisio s El tiempo sigue avanzando y nos alcanza… ¿terminaste? La vida es un presagio, un momento difícil, un momento de paz, una nueva despedida, un nuevo encontrar. Cada día que nos levantamos, pensamos en nuestras diferencias y en las cosas que no tenemos o queremos, pero nunca pensamos en las cosas que ya tenemos y que dejamos de lado pues no valoramos las cosas que no son visibles y que puedan ser envidiadas por otros. ¿Qué necesitamos para sentirnos bien y hacer sentir bien al resto?, una sonrisa, una muestra de afecto, una mirada complaciente, un sí, un no. Rómulo Gutierrez Célis Ensayos N° 1

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Vientos AlisiosEl tiempo sigue avanzando y nos alcanza… ¿terminaste?

La vida es un presagio, un momento difícil, un momento de paz, una nueva despedida, un nuevo encontrar.

Cada día que nos levantamos, pensamos en nuestras diferencias y en las cosas que no tenemos o queremos, pero nunca pensamos en las cosas que ya tenemos y que dejamos de lado pues no valoramos las cosas que no son visibles y que puedan ser envidiadas por otros.

¿Qué necesitamos para sentirnos bien y hacer sentir bien al resto?, una sonrisa, una muestra de afecto, una mirada complaciente, un sí, un no.

Rómulo Gutierrez CélisEnsayos N° 1

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Vientos

AlisiosRómulo Gutierrez Célis

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Título original:Vientos Alisios

1ª ed., Octubre 2014Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N° 2014-12983Tiraje: 100 unidadesNúmero de páginas: 61Edición sin valor comercial

Editado por:Rómulo Manuel Gutierrez CélisCalle Manuel Méndez N° 146 – Urb. Remigio Silva – Chiclayo - Lambayeque

Impreso en:Talleres Gráficos de EMDECOSEGE S.A.Calle Vicente de la Vega N° 664 – Int. 1, Chiclayo - Lambayeque

ISBN: 978-612-00-1697-8Impreso en PerúPrinted in Perú

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Prólogo

Vientos alisios, trata de interpretar acontecimientos generados por el desarrollo del pensamiento del hombre, convirtiendo al mundo en un laboratorio experimental de tendencias, que no siempre estuvieron acordes con la libertad del hombre a la intelectualidad y la búsqueda de la espiritualidad.

El autor mezcla en estos ensayos, la esperanza con sus perturbaciones y trata de conciliar un encuentro con la espiritualidad y sus demonios, que lo alejan de sí mismo, dejando en la bandeja, preguntas sin respuestas.

Estos ensayos de poesía y prosa, no es otra cosa que el discurrir del hombre por este mundo, su lucha por imponer su razón creadora y destructiva sobre la naturaleza y sobre el mismo hombre, analizando desde este punto de vista la evolución del pensamiento humano a través del tiempo y define con claridad el resultado de esta lucha.

El editor

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Dedicado a todas las personas que no huyen de sus sueños y se dedican a construirlos, enfrentando sus pesadillas y a si mismos…

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Vientos Alisios

Sopla el vientoRalo, pobre, sedientoAvanza a paso añoso,Torpe, triste,Insomne;Entre la maleza parda,Por el seco desierto,

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Sobre los ruidillos de la mar.

Obitus

Cae mi alma,Ligero tintineoQue anuncia la llegada a la mar;Largo suspiroArrebatado a hurtadillas a la soledad.

Cae mi alma,Insigne y vivas, tal lagrima precozQue cae al bracero pernicioso del silencio,Y encuentra extenuada, la respuesta a su acertijo paradójico.

Cae mi alma,Sobre los umbrales de la carne disidenteY nace a la muerteA la luz crepitante;

El principio de lo inconmensurable.

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Pesimismo

Cada día que el espejo despierta por las mañanas, ve los rostros de muchos que aun no despiertan de sus pesadillas; ve mi rostro opaco y sin respuestas… escucha mis preguntas, pero su silencio, es su respuesta…

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¿Este despertar, es una nueva pesadilla?

¡SI!, es un vacío más en el calendario.

Ese reflejo en el espejo, es la cárcel de mis sueños, la cadena perpetua de mil esperanzas que nunca se darán.

Así me veo, opaco, sin rosto, golpeado por la eternidad; cierro mis ojos y lanzo una plegaria al hoyo negro de mi oráculo, ya sin preguntas… ¿cada día es igual? o el brasero donde mi cuerpo se marchita, en su holocausto, ¿es la misma brasa donde Dios, purifica sus pecados?

Pero Dios, ¿qué tiene que ver en mis delirios? el no me oculto su verdad, el lado oscuro de los besos soñolientos, la otra moneda del despertar… el solo, se oculto de mi.

Hoy es una mañana insufrible e indescifrable, todas las mañanas son así… pesimismo de no saber, si en mi próximo despertar, estarás perdonando el silencio de los culpables que se arrastran hacia tu pecho.

Cada día, una mariposa enamora una flor para que le entregue su néctar; cada día, mi lengua pronuncia el nombre de la muerte y soy feliz…

Delante del espejo, veo lo que algún día fui y lo que seré… en silencio.

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Existen muchas maneras de ver las dificultades de la vida, no siempre son las más visibles, pero sin embargo hemos aprendido a no querer ver nada en nuestro camino… las dificultades las encontramos y nos hacen recordar la dureza de estar vivo.

Algunas veces volteamos nuestros pasos, pero no regresamos y el dolor de los que se quejan se mezcla con la vista de sus males que los arrastran hasta que ya no oímos o vemos sus desnudeces, pero lo real de todo esto, es que ellos siguen en el mismo lugar de siempre, clavados al dolor de sus angustias… somos nosotros que avanzamos asustados y con prisa y cuando sabemos que ya no están, damos vuelta y nos lamentamos de no haber hecho algo, luego presurosos seguimos presos de nuestra ignominia.

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Hace mucho tiempo existió un hombre que durante el día se encargaba de destruir y de hacer que los hombres fueran los más miserables sobre la tierra, pero sin embargo, durante la noche, esta misma persona, recorría los despojos que dejaban sus insanias, y se dedicaba a arreglar y corregir los mismos… nadie sabía que era la misma persona que destruía y arreglaba las mismas cosas; la gente ya cansada de lo mismo, decidieron esperar la noche y atrapar a la persona que arreglaba lo destruido… y así sucedió que al tener atrapado a este hombre, le preguntaron porque siempre hacia lo mismo… la respuesta fue insólita… si no lo hacía y al no haber nada que destruir al día siguiente, de seguro, el que destruía, pasaría a matar personas y eso el no lo podía reparar.

Cuántas veces hemos encontrado en nuestro andar, la manera de destruir las cosas más hermosas que la vida nos pone en nuestro delante; cuantas veces nuestro propio egocentrismo ha marchitado y dejado agónico nuestra propia alma.

Una mañana de primavera, la muerte toco la puerta del tiempo y le increpo la demora del fin… el tiempo muy contrariado le respondió temeroso: ¡llévame!

Una mañana de primavera, el tiempo dejo de ser tiempo y se convirtió en eternidad y desde ese inicio, todos los males duran para siempre y como una enfermedad se posa de persona en persona, alimentándose, haciéndose más fuertes… deshojando nuestras vidas hacia el vacío.

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Nuestro momento, un tiempo furtivo

Cada momento puede ser el último, el exhalo final de nuestro paseo por la bruma de nuestra búsqueda.

¿Pero cuál es nuestro momento, el tiempo en que sentimos que llegamos y acariciamos nuestros más altos anhelos?

Amaneció un día y no sentí dolor, todo era un incierto bienestar que invadía mis pulmones y el opio del engaño, entumecía mis más pequeños actos, haciendo insufrible el reflejo de mi rostro… cuantas veces, no he sentido tus besos, cuantas veces, solo y sin mí, no he sentido el irme; el recuerdo de ese invierno en que conocí el amor, me hace olvidar que soy un ángel que nunca debió amar.

Cada momento es poco, pero no es el momento, no es el día del triunfo, no es cuando debemos envainar las espadas y levantar las banderas blancas, rindiendo la caída del alma.

¡Espérame!

Que tu tiempo me de un respiro en tu huida, que tu larga cabellera me indique donde te ocultas, de tantos como yo.

Un tiempo furtivo, un día más perdido entre tantos caminos que me alejan de mí.

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Mis sueños, en mis sueños…

Mis sueños, en mis sueños, recorren tus sueños y sus contornos apresurados al despertar el alba;

Sueño con tu mundo inimaginable que dibuja en mi mente, la sonrisa devuelta a la vida…

Vuelvo a nacer, a despertar en tu perpetua alegría de luz y vida.

Mis sueños, en mis sueños…

Mi mundo es confuso, violento e incomprensible, pero al verte recorrer mis días venzo el reflejo de mi ira y caigo en tus brazos al cuidado de tu regazo, bajo la protección de tus caricias.

Mis sueños, siempre fueron difusos, nunca tuvieron el celeste color de la esperanza y su horizonte siempre fue una línea a lo lejos,

Pero ahora,Al atardecer y con el tenue canto de tus ojos,Esa línea se convierte en esperanza,En lo que es, en lo que soy.

Cada mañana, al final del canto del gallo, mis manos se juntan con las tuyas y avanzamos en busca de la felicidad.

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Eternidad

Cierro mis ojos,Al encuentro del abismo límpido;Adormecido, Me esparzoY descubro mi corazón polizonte,Latente;

Y sigo cayendo en su interior purpureoAtraído por un extraño magnetismo,Pero, es más el agrado que el vértigoQue me transformo en parte de esa nada;

Cierro mis ojos;Y la perfección,Se transforma en silencio palpitante,Silencio que incineraLentamente, Mis fatuos sentidos;

Y navego deslumbrado,Evaporado en su apocalíptico interiorQue se diluye,Gota a gota, Sobre El rocío.

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El despertar

Estoy confundido, he caído del cielo a este infierno y aun no encuentro la razón de mi estadía, pero acepto este sentimiento de culpa que hace crepitar aun más mis fatuos sentidos.

No conozco el sueño de una noche con o sin estrellas, pero mi piel si se estremece bajo el abusivo embiste del viento ¡que huye!, de alguien, de ellos, de mi.

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Antes bajaba mis ojos y mis pies se deslizaban por el cálido movimiento de los astros y mis traviesas alas descansaban sobre nimbos y cúmulos de diversas formas; todo era tan imperfecto y claro… un vacío blanco, lo contrario de abrir o cerrar los ojos, lo diferente de pensar dormido o soñar despierto, tan igual que soñar dormido con los ojos dentro del alma; tan perfecto como amor y el dolor.

Cada día que pasa es una continua búsqueda, un lento aprender, ¿pero quién nace o vuelve a nacer sabiendo?, cada día que pasa me siento más humano, cada hora que mis manos tocan la textura de este infierno y aprenden de él, presiento que antes ya anduve por aquí, pero no recuerdo mi legado a esta insolente confusión.

Sigo confundido, ahora no se si caí del cielo al infierno o fue un demonio que me soltó al cielo, cada vez que intento entender no entiendo más y es por eso que me dejo llevar en este eterno y lento retorno a algún lado.

En este pedazo de tiempo deben haber más como Yo o como Tú o como Ellos, que aun sintiendo el áspero sabor de la esperanza encarnan un deseo a los cuatro vientos y esperan temerosos, presurosos, insomnes, la respuesta, el sin fin de la búsqueda.

Caí de algún lado, para dejar sobre este blanco lienzo, algo que valga la pena recordar; llegue de muy lejos y aun no es tiempo de irme…

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La ira de   Dios

Hoy es un domingo extraño y difícil de sobrellevar, no hay risas ni cariños ni helado o una linda familia feliz, escapando de los días de la semana.

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Hoy es un día, donde la ira de Dios, contempla el momento propicio para hacernos saber que sin él, el dolor no es más que una simple flor al deshoje en el invierno de la vida.

Avanzan las horas marcando nuestras mejillas con el pálido color de su angustia, pero el dolor intenso de su perdón demora y en la desesperanza, cualquier respiro da mayor intranquilidad, cualquier rezo no encuentra oído, cualquier mirada al cielo cae al vacío como una señal de que siempre estaremos solos.

¿Pero como aplacar esta ira?, como alzar las manos en la oscuridad y encontrar el dedo de Dios entretenido con algún otro perdón e ignorante de mis suplicas; cada mañana sale el sol y me recuerda cuantas veces ignoré su canto y acalle sus destellos embriagado por el insomnio de mi propia codicia, pero hoy me doblo ante el dolor y ¡suplico!

… Mi mudo pedir se pierde entre en las estrellas al alba…

Siempre han sido días de poca ternura, sobre todo cuando no se encuentra respuestas que nos permitan entender, el llanto de un niño extendiendo su delgada mano al frío de nuestras miradas o al eterno olvido de Dios.

La ira de Dios, no es más que nuestra propia ira vivida por nosotros mismos.

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Los Vencidos

La vida abrasa sin mesuraY así, exhausta, encandila al tiempo en su rutina,Mientras mis lánguidos ojos, Se desorientan con lo astral de su legado;

Parezco ya vencidoAl buscar incansable el perdón de las hormigas,Y al no encontrar la absolución, Subo al viento y cabalgo, Marcado en mis mejillasCon su bronce indelebleAl destierro,Sin entender lo que es el olvido,Sin esperar vanas indulgencias;

La vida abrasa sin mesuraMerodeada por los traidores de la nocheQue al atacar, lo claro de un soplo, se persignanY beben la sangre de sus logros,Observantes de tanto infierno por conquistar,De tantos hombres vencidos sin misericordiaQue sin dilaciones sirven sus cabezas al verdugo;

Al caer la noche, Alimentan con mi cuerpo a los coyotes.

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El privilegio de recibir y saber dar

Son las 13 horas de todos los días y veo tras mi ventana, personas revisado la basura, con la cabeza gacha, con la cerviz inclinada, con las manos sucias y temblorosas removiendo los desechos de nuestras vidas, buscando un pedazo de algo que les pueda robar una sonrisa.

Es impropio pensar que las vidas de estas personas se pasan husmeando en los despojos de una vida que tal vez ellos nunca han tenido y que tratan de darle valor a lo que para uno ya no tiene ninguna expectativa o sentimientos que tratamos de desechar y olvidar.

Verlos es como apreciar una sala de operaciones con médicos y enfermeras tratando de encontrar un mal para corregirlo o para dar una mala noticia al respecto; pero no siempre es así, muchas veces veo riñas o enfrentamientos alrededor por tratar de hacerse de algo que ya no es mío o de otros, pero que para ellos tiene un valor, no sentimental si no un valor que les puede dar un día más de sustento, una recompensa a su vergüenza y a su excomunión social.

Muchas veces veo a sus hijos a sus esposas o a sus maridos o a todas sus familias inmersos a descubrir mis más

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pecaminosos desechos que quedan al descubiertos por sus manos, por sus olfatos por sus vistas y que sus almas envidian, sin conocerme, sin conocer a mi familia, la insolente vida que llevo, que llevamos…

¿Cuántas veces he dado a estas personas, algo de valor?, ¿cuántas veces he tomado con mis manos sus miradas y les he dado un consuelo?, ¿cuántas veces he saciado la sed y el dolor sus cinturas con una plegaría o una simple ambrosía de mi mesa, cubierta de alegría?

He recibido de los dioses, el don de vivir como hoy vivo, pero mis ojos nunca vieron lo que mi alma hoy trasluce bajo la sombra del medio día, el resultado de mi decidía, la congoja de no haber querido ver y hacer algo al respecto, el reflejo de no haber sabido dar en proporción a lo que recibo a lo que le hurto a la vida, a mi vida a la vida de los demás.

Cada día a las 13 horas, miro tras mi ventana y veo representado en este icono antagónico, una representación del día del juicio final, donde Dios, tal ave de rapiña revisa mi vida entre mis despojos, para evaluar en mi, si hay algo de valor sobre mi balanza que permita redimirme sobre mis cenizas.

Siempre a las 13 horas, se elevaran sobre mi sombra, los gallinazos, que me hacen recordar que el privilegio de saber recibir sin saber dar, no es más que mi alma egoísta caminando al infierno.

La indiferencia: El final de la humanidad

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Es común escuchar, que el fin de la humanidad está cerca, pero no se trata de una hecatombe a la que estemos próximos a padecer, si no a la desidia que nosotros como personas humanas, venimos desarrollando como parte de nuestra rutina de vida; la indiferencia como parte de nuestras omisiones a la convivencia social, es signo de que seguimos buscando nuestro bienestar egoísta sin que nuestro entorno sea participe del mismo y viceversa.

Si nos ponemos a meditar, vamos a encontrar que el fin de la humanidad no es otra cosas que el alejamiento del hombre hacia el hombre, los seres humanos vamos a terminar por alejarnos de la convivencia social y nos vamos a convertir en hombres de las cavernas, donde viviremos solos y moriremos solo, es decir que la extinción del hombre será por la destrucción de su capacidad de interrelacionarse o convivencia, dejaremos de conversar ya que cualquier conversación será vana, dejaremos de reír pues ya no habrían motivos para hacerlo, dejaremos de tener esposas e hijos ya que el matrimonio como símbolo de convivencia social y de reproducción humana, será visto como una forma de agotar de manera irresponsable los pocos recursos naturales que se necesitan para que la humanidad actual, sobreviva un tiempo más.

Pero que podemos pensar de la capacidad del hombre para ignorar la necesidad o el dolor ajeno o envidiar su felicidad y sosiego; cada día que pasa el hombre trata de alejarse más del resto de su especie con la finalidad de evitar compartir y es su propio temor el que lo aísla y confina en supuestos lugares

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seguros que no es más que cortinas de hierro que construyen con la finalidad de guarecer personas o estas ocultarse de otras.

En este retroceso de vida, veremos que las personas conforme nos vallamos extinguiendo, iremos formando grupos cada vez más pequeños de comunidades, las cuales ya no serán sedentarias, sino nuevamente nómadas y que emigrarán de lugar en lugar tratando de buscar zonas seguras y ricas en recursos para poder asentarse.

El hombre a esas alturas de retroceso ya habrá perdido gran parte de su tecnología y avances científicos, además por el calentamiento global de la tierra, esta estará inmersa a una serie de cambios climáticos y geológicos, el cambio de los polos magnéticos de la tierra así como el debilitamiento de la ionosfera y campo gravitacional, harán que el hombre busque refugios nuevamente en cuevas o zonas montañosas, alejados de la mar y de las ciudades.

Poco a poco el hombre perderá su habilidad de pensar en el resto y se activará su instinto de supervivencia y por lo tanto se volverá peligrosamente egoísta y la vez suicida.

Cada día que pase, el hombre experimentará un mayor retroceso hasta llegar a su forma básica o protohumana, es decir experimentará una involución hacía su propia evolución hasta que el propio proceso de regresión nos deje sin razón sin facultades sin sentimientos sin alma.

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Lo que trato de explicar, es que al igual que la moda el hombre ya empezó una cuenta regresiva a su propia evolución, ya hemos llegado a la cúspide de nuestro desarrollo y lo que ahora experimentamos, es el inicio del retroceso hacia nuestro fin.

Medir los grados de indiferencia a los que hemos llegado, nos permitirá tratar de encontrar no una fecha de un posible fin, si no el grado de desviación humana hacia los objetivos sociales de la propia convivencia o mejor dicho el grado de avance que desarrollamos con respecto a nuestro propia desintegración como sociedad.

Fukuyama, predijo que llegará un memento en que las guerras nuevamente se pelearían con piedras, lo cual no es muy lejano ni descabellado pensarlo, de igual manera predijo una globalización hacia la democracia con fin de la sociedad pero en este contexto existen errores fundamentales, ya que si los grados de indiferencia se vienen incrementado en los últimos tiempos, la democracia con fin global se verá afectada por una gran indiferencia social, lo cual motivará una gran diáspora humana.

El fin de la humanidad está cerca, solo basta observarnos en nuestro día a día, para determinar hacia dónde vamos tan rápido.

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Cada vez que me equivoco: En la búsqueda de la verdad

Cada día que empieza, es un reto a equivocarse, pero la pregunta es ¿debo equivocarme menos o un poco más?

La pregunta me la hago a mí mismo, como una invocación a ver los méritos de equivocarse por tratar de hacer algo, pues es ilógico equivocarse no haciendo algo o al manos intentándolo.

El termino fatalista, “por algo pasan las cosas”, es una respuesta tercermundista a los intentos por descubrir si algo que ya existe, puede o no tener otra utilidad a favor o en contra

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de su entorno, pero también es la respuesta a las sucesos que aun no podemos interpretar por una serie de carencias espirituales o de capacidad, que permiten a otras personas equivocarse por nosotros y en contra nosotros, por ejemplo en la política, delegamos o tercerizamos ese derecho a equivocarnos.

Cada día que empieza, puede ser una equivocación; nuestro respirar, nuestro andar, nuestras muestras de afecto, pueden tratarse de un error de diseño o peor aún, pueden ser mutaciones que adoptamos en nuestro intento por darle sentido a las pocas cosas que aun conocemos pero que interactuamos con ellas.

Me parece extraño, que cada día que pasa experimente mayor curiosidad por saber porque hago las cosas o porque digo buenos días o buenas tardes, sin que sea así, incluso una vez pregunte y la respuesta fue, que eso se hacía por educación, pero la verdad es que por educación yo no puedo mentir e indicar algo que tal vez puede empezar a ser así o cambiar su estado en lo sucesivo del tiempo y terminar mucho peor o mejor de lo que empezó… este solo hecho me indica que vivimos en un tiempo dónde se le da poco valor a la verdad y a la realidad de las cosas y nos conformamos con normas y etiquetas de cortesía que no nos llevan a algo seguro y permanente.

Ver y decir las cosas como son, puede ser visto por las personas que aceptan y adoptan el vivir de acuerdo a las normas de convivencia actual, como actos de rebeldía, como

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“errores sociales” que deben ser reprimidos y encausados a situaciones de sumisión o de reeducación, esto con la finalidad de poder generar en el corto tiempo “sociedades controladas” por un buro (algo así como se vivió en los países comunistas o un ejemplo actual que es Corea del Norte), que controla la educación, la alimentación, la información, a un estándar único y donde equivocarse es reprimido hasta con la vida… ¡esto ya pasa en las empresas! y es posible que con el entorno global en que nos venimos desarrollando, muy pronto estos estándares empiecen a volcarse fuera de estos conglomerados y empiece la era de las sociedades gobernadas por corporaciones y ya no por gobiernos; la democracia desaparecerá y aparecerá la monopoliocracia.

Hoy, defiendo mi derecho a equivocarme, a preguntarme por qué hoy debo seguir pensando igual y sin fundamento propio.

Hoy, defiendo mi deber a equivocarme en búsqueda de otras verdades, de otros errores que nuestros padres validaron para nosotros y que sus padres validaron para ellos y así sucesivamente.

Ya es de noche y salgo a buscar algunas respuestas…

Cada vez que me equivoco, salgo a buscar la verdad.

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Edad de Piedra

Cada piedra tiene su historia;Las más grandes y portentosas molesHasta la arena y el polvo escriben su levítico preámbulo;

Mira esa piedra, rugosa, abstracta, perenne,Esperando la oscuridad total;

Todas sufren de tiempo, pero callan su ansiedad imperturbable28

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Desgajándose, creando otras historias,Como aquellas que adornan cuerpos y codiciasU otras, que solas, deambulan, estrellándose exhaustasPero conformes;

Cada piedra tiene su historia;Las que adornan los caminos y nos conocen,Y en armonía, cantan insulsas la agonía de nuestros días;

Cada piedra tiene su historia;AlgunasInexplicables y perpetuas,OtrasDesapercibidas y complejas,AquellasBellas e inalcanzables;Pero todasCansadas y sedientas;

Hoy es viernes y bebo el trago amargo de mis viñedosLas piedras y sus historias, continúan rodando sobre la pendienteAl son del perfecto canto del fuego y sus cenizas; es hora de terminar esta historia.

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Soy el tiempo que sale a pasear…

Amanece y la muerte asoma sus rayos de perpetuos estigmas buscando en la espesura trozos de trigo para amasar… Ayer fue diferente, hubo sombra y el averno enmudeció de hambre crepitante.

En mi búsqueda sin nombre, encontré a Dios disfrazado de niño entretenido en las cenizas de sus juegos, expectante de mi encorvado caminar.

Pero continúo divagante en mil caminos intentando convencerme de mi pesar; ella se fue, pero aun el olor de su mirada incandescente, me consume el poco dolor que guardo para suspirar.

Días como hoy encuentro a menudo, es su rastro indeleble el que sigo sin poder encontrar siquiera la penumbra de sus labios, sin poder disimular con mí calma la tempestad de su huida.

La tarde cae de su lienzo e incendia la noche espumosa con sus retazos y en el ocaso creo entender que quien huye, soy yo, que quien busca es ella, y es así que escucho el consejo sediento de los caminos, la plegaria calamitosa de sus desechos, azuzándome a no seguir, a terminar con esta nefasta plegaria de ir y venir, de tratar de encontrar un oasis donde la suave brisa de sus arenas lave las gastadas heridas de mis cabellos.

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Y lloro; lloro por no poder beber ese trago de sosiego que se me ofrece, lloro por no encontrar en mi pecho ese eclipse que me permita ver siquiera, su espectro perdiéndose entre las pálidas dunas; lloro como un niño que sale a buscar la muerte desde el vientre de su madre y que al vislumbrar su vejes, nunca la encontró.

No soy Dios, pero el quisiera ser yo, y sentir el insípido con la que se abrigan los dioses derrotados por su espada.

No soy Dios y el tampoco quisiera ser yo, pues algo aprendió de mi eterno hacer y deshacer, algo que solo la espada de Dios conoce y guarda en su filo pendulante y esquivo; algo como cruzar a nado el Estigia y ahorrar unas monedas para comprar algún recuerdo del infierno; algo como el tierno escalofrío de volver a besarla.

No soy Dios y el tampoco quisiera serlo, pues aun palpita en mi lengua, el suave y azul hedor de una mujerzuela, que me desveló una noche de octubre; no soy nadie… Y continúo remando mi barca de un lado a otro del río.

Soy el tiempo que sale a pasear…

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El silencio de los   inconscientes

Existen muchas maneras de ignorar lo que no nos ocurre, lo que no nos aflige lo que pensamos nunca nos va a suceder; existen muchas maneras de hacernos invisibles o de hacer invisible algún hecho incomodo y/o conmovedor y de esta manera evadimos nuestra responsabilidad social.

Me hago invisible al problema o el problema es invisible para mi, esta es la paradoja universal y la teoría que sustenta el no hacer nada; la pared que divide la empatía de la búsqueda de soluciones a hechos que estadísticamente pueden darnos en el blanco en algún momento; el me hago invisible, no es más que la respuesta necia de nuestra parte a los problemas de todos y que permiten que nuestra democracia, ¿imperfecta o desactualizada?, pero para este caso el resultado da lo mismo, sea en vez de generadora de bienestar, generadora de crecientes problemas sociales.

Es común ver en vez de noticias, obituarios y violencia acreditada por una decadente “libertad de expresión”, que en vez de buscar elementos de solución solo exacerba e incrementa la violencia visual… y esto hace más invisible el

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problema, ya que las personas evadimos este tipo de información y buscamos otro tipo de basura visual, que solo hace consolidar nuestros ausentismo hacia los problemas reales.

El silencio de los inconscientes funda la mal llamada “libertad de opinión”, donde los políticos los periodistas los cultos y no cultos, hablan y hablan de muchas cosas, pero si llegar a ningún tipo de conclusión y/o solución de los problemas que hoy nos están llevando a fundar una nueva sociedad a la que llamaremos “la sociedad de la selva”.

¿Y que encontramos en la “sociedad de la selva”?, pues encontramos: antidemocracia, liberalismo, charlatanería, mucha política, corrupción, delincuencia y crecimiento económico.

El silencio de los que no tenemos opción, solo la de ser catalogados como estadística y el de ser excluidos de cualquier tipo de opinión, nos deja como conclusión, de que toda la violencia que vivimos actualmente, no es más que la respuesta inconsciente y absurda a nuestra invisibilidad social a nuestro libertinaje a nuestra antidemocracia.

Lo que mucho buscamos y pocos encontramos

Basta una gota de felicidad para calmar la sed de la mar.

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Estar en este mundo es andar en una búsqueda constante, de libertad, de paz, de razón, de amor, de trascendencia… y esto es tan controversial, que muchas veces encontramos los antónimos de estos.

En los días venideros o anteriores, se escriben o se escribieron antologías de hechos conocidos o no, que dibujaron en las paredes de muchas mentes el interés de saber más o de dejar de seguir preguntando.

Cada vez que pienso en los hechos que marcaron la vida que conozco, es poco convincente saber que he podido encontrar algo que haya podido alimentar mi alma, eso no quiere decir que sea un ser vacío y perturbado, pero si es una demostración de perder el tiempo y no saber cómo empezar, no saber en donde debo enfocar mis esfuerzos, ¿aplicarlos en mi familia en mi en el prójimo?; la probabilidad de empezar donde es correcto, es una búsqueda más complicada cuando ya pasamos los 36 años, la probabilidad más alta de no hallar nada es más alta a partir de los 40 años, la probabilidad de no hallar nada y suicidarse es más alta a partir de los 45 años.

En este tránsito, lo que menos encontramos es la felicidad, lo más común es encontrar “equilibrio” que no es más que “conformidad” o como yo llamo el “síndrome de la complacencia”, que es un estado de hibernación, en donde nos sentamos y esperamos lo que ha de llegar.

Lo ideal es empezar a buscar desde muy jóvenes, nuestros padres deben generar en nosotros está necesidad de ver que

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más hay en lo que ellos nos muestran, la observación como punto de inicio para empezar a realizar nosotros mismos nuestras propias objeciones a lo que vemos; no siempre esta motivación es dada por nuestros padres, también la falta de ellos permite que nuestra propia capacidad de asimilación genere otras motivaciones que suplen a la motivación natural.

Sin embargo, en la juventud es común encontrar nuestras primeras búsquedas truncas, nuestros primeros fracasos que marcan en nuestra frente nuestras primeras experiencias de vida y que van a delinear el camino de nuestra infructuosa búsqueda.

Lo que muchos buscamos y pocos encontramos, la felicidad; ¿pero existe?… esa es mi gran pregunta, mi gran búsqueda, lo que a mi edad aun no encuentro o tal vez sea que ya tengo la respuesta y mi búsqueda ya concluyó, pero no, aun en las mañanas amanezco y mi boca siente el sabor amargo de la esperanza y eso significa que la aun no encuentro la finalidad del porqué estoy en esta tierra, espero morir sabiéndola.

Lo que pocos encontramos, la felicidad, ¿puede significar algo esta pequeña palabra?…

La respuesta, desde mi óptica, no tiene significado pues no es un concepto más bien un precepto que debe fluye como parte de nuestra propia sangre siendo componente importante de nuestro legado espiritual-emocional; la felicidad como componente del “amor” es el neuro receptor y transmisor de la información que una vez recibida, nos genera los estados de

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ánimo que nos permiten “ponerles caras” a nuestros emociones.

Lo que buscamos pocos, la felicidad, casi siempre nuestro camino nos lleva a “esperar” siendo pocos los que en realidad tratamos de con nuestros propios medios, buscar lo previsto o lo imprevisto, buscar lo temerario o lo muy sencillo, buscar a Dios o mayores respuestas, buscar el amor o encontrar el libertinaje, buscar la libertad y encontrar la esperanza, buscar el amor y morir feliz… ¡Pleno!

Lo que encontramos, depende de nosotros mismos, el encontrar la plenitud de la vida o la “basura” que siempre está sobre nosotros.

Sed

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Me es difícil encontrar sosiego últimamente, me es confuso entender las palabras de aliento que los ángeles caídos me dictan a mi paso; pero ¿porqué este lento viacrucis?, ¿porqué siempre las mismas imágenes que solo buscan entorpecer mi vista?, ¿cuántos cuerpos deben caer sobre el fuego para terminar este largo lamento? … no lo sé; siempre lo sabré.

La historia comienza con otra historia, la tristeza es origen de una alegría trunca, el dolor es el resultado de una lenta cuesta, nuestras vidas son casi siempre los intentos de Dios por encontrar sus propias respuestas, pues ya no entiende su creación.

Nuevamente pensamos que llegamos al final, pero solo empezamos otro inicio; pobre de nuestros hijos si no les entregamos a tiempo la clave de sus sueños; pobre de nosotros que no llegamos a descifrar nuestra historia y nos entregamos anónimos a las brasas de lo vivido.

Tengo sed y bebo de la mar su eterna dulzura mientras ella seca y cura mis heridas ante el sol.

A lo largo del camino, las aves del vacío se alimentan de mis entrañas.

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La Gran Ventana que da a la mar

La fortaleza y su gran ventana que da a la mar,Ventana que en otro tiempo no tenía prisionerosPor donde se filtraba cristalina lluvia,Luz de estrellas, murmullos de mar;

Por ella llegaba el canto de gaviotasAcompañadas por el eco bronceado de las olasY la brisa salada que endulzaba cantos y vida;

Sus contornos eran un poema de invierno e inexpugnable,38

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En lo alto de su eterna torre, aun se observa un mundo de reto indiferente;

Aquella ventana, guarda en sus sótanos, un tesoro preciado y oculto,Una infancia precoz, una vergonzosa adolescencia, un primer beso un primer adiós;

Aquella ventana en que crecí, hoy, me mira y mueve sus telarañas, tratando De esconder sus vidrios rotos;

Aquella ventana, ahora vive su otoño perpetuo y atrapa mi mirar, tras sus barrotes enmohecidos que curan con el céfiro de la mañana, la anemia del tiempo;

Una fortaleza,Una gran venta que da a la mar;Un prisionero que espera, el caer del alba; Una marea que no baja, el bote que no zarpa;

Una huida interminable.

Dos niñas bajo mis ojos

Dormidas en mi regazo, dos niñas sueñan bajo mis ojos; Despiertas bajo mi vista, dos niñas alimentan mi fe y desafían la impaciencia de mis tiempos, Y duermo y despierto entre sus sueños;

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Soy un niño más en la blanca nube de sus fantasías. Cada día que pasa, esas niñas crecen,Su madre incansable alimenta sus retos, nuestros retos,Y nuestras vidas se llenan de color y angustia;Pero las mariposas son hermosasLos arcoíris tienen más olor y la primavera, ¡Siempre es primavera! Dos niñas en mi regazo,Dos niñas bajo mis ojos,Un niño más, ¡soy yo!,Y nuestra madre, incansableNos canta una bella canción. Despierto, y todas duermen;Una lágrima discurre en mi rostro;Sonrío a la vida, agradezco a la muerteQue lentamente se alejanEntre la maleza parda,Por el seco desierto,Sobre los ruidillos de la mar.

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Emilia

Camino sin rumbo, No es necesario llegar, porque no se a donde ir y buscar bajo la penumbra o el sol enfermizo de la mañana, Una respuesta y otra pregunta que diga dónde te perdí.

Muchas veces mire a mí alrededor y note tu presencia fantasmagórica oculta entre otras personas sin rumbo, Pero ellos no te perdieron ni tampoco necesitan recordarte; Mi gran temor es que te estoy empezando a olvidar bajo la insolencia de los días, los días en que nuestro andar se acompaño y en donde nuestras tristezas se combinaron con la sal de los tiempos,Y aprendimos a ser felices y a sonreír a la luz del cielo pardo, al sorbo de un café insulso,

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Envueltos con el velo transgénico de la primavera.

Pensar que yo entregue tu cuerpo al crepitante calor del fuego y atrape tus cenizas bajo el frío abrigo del mármol, Pero tú ya habías huido, Tu alma se despidió de mí con tanta prisa que mis lágrimas no pudieron detener tu adiós;Ahora sigo andando, faltan otras partidas tan dolorosas e imprevistas como la tuya, otros escalofríos repentinos al dejar de escuchar las voces que hasta hoy me arrullan y besan mis heridas al final del día;Resignado escapo de mis remordimientos, no sé si hice mucho y falto mucho para retener tu imagen acariciando la soledad de tus sueños o acompañando la soledad de los otros que igual se fueron o se irán con el amen del alba.

Camino sin rumbo, ¡espérame!, y así te podré entregar el beso que no te di y que  Caronte requiere para llevarte en su lenta barca,Hacia la eterna felicidad.

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El diablo que no quería estar en el infierno (1ra   parte)

Había una vez, un diablo que en su estancia en el infierno gustaba de no hacer nada, solo se pasaba los días dormitando y aburrido de las mismas cosas y maldades que hacía, tanto así que ya ni hacía maldades por dormir ante tanto aburrimiento; era común encontrarlo acurrucado en la parte menos calurosa del infierno descansando y aislado del resto de sus compañeros, siempre se preguntaba a sí mismo, ¿cómo será vivir fuera de este lugar?, ¿cómo será ser humano y vivir como ellos?

Esta actitud que se repetía y repetía, llegó a oídos del rey de los diablos, quien extrañado por este comportamiento y preguntas que se hacía este diablo, decidió darle un escarmiento y por lo tanto, lo desterró del infierno y lo dejó caer

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a la tierra, para que viéndose solo y entre los humanos, decida cambiar su forma de ser y de esta manera empiece a ser un autentico diablo, malo, feo y espantoso.

Es así que el diablo llega a la tierra y empieza a andar por ella, veía cosas bellas que el llamaban la atención, árboles con frutos, flores con finas fragancias, insectos diversos y coloridos, animalitos graciosos y juguetones, ríos cristalinos, luz de sol, trinos de pájaros, hierba fresca que apaciguaban sus pies acostumbrados a las brasas del infierno… le gustaba lo que veía y sentía y no relacionaba lo que veía como un castigo, si no como una gracia, a la cual se había hecho ganador.

En su caminar por el campo, llegó al mar y esto lo deslumbro mucho más y llegó al éxtasis de su admiración… Se decía a sí mismo, que bonito es todo esto!

Pasado unos días, empezó a alejarse del campo y del mar, tomó un camino amplio que al seguirlo empezó a vislumbrar a lo lejos, pequeñas edificaciones que poco a poco se hacían más grandes, más oscuras, más frías… Hasta ese momento no sabía que se acercaba a una ciudad, lo que si se daba cuenta era que hasta ese momento no se había topado con ninguna persona y eso le causaba extrañeza pues, tenía muchas preguntas que les quería hacer, para poder entender su verdadera misión.

Avanzaba y de cuando en cuando descansaba; la ciudad ya se veía inmensa y atestada de cosas que hasta ese momento no

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las conocía y por lo tanto no entendía para que servían, pero el se preguntaba, las personas? donde están las personas?

La ciudad se mostraba oscura, descuidada, fría, mal oliente, ruidosa, sin vida, no era una ciudad abandonada, era una ciudad automatizada donde todo era completamente manejado por máquinas y computadoras con una perfección milimétrica y aterradora; el diablo avanzó más por las calles y avenidas de la ciudad pero fue todo en vano, no pudo encontrar a ningún ser humano con el que hubiese podido conversar y preguntarle mil cosas que deseaba saber.

Y así siguió avanzando y cuando menos se dio cuenta ya había salido de la ciudad y empezaba a subir un cuesta muy elevada que le dificultaba poder voltear a ver lo que dejaba, es así que continuó subiendo y subiendo hasta que llegó al final de la cuesta y dándose vuelta sobre sí mismo, pudo ver con sorpresa lo que sus pies habían recorrido todo este tiempo, el cielo y el infierno… ¿no entiendo? se decía a sí mismo, porque he recorrido todo esto y no he podido encontrar persona alguna, he visto cosas maravillosas y otras muy tristes, pero en ningún momento he podido ver a las personas que en algún momento tratábamos de tentar para poder llevarlos al infierno, esas personas que influenciábamos y hacíamos que maten, engañen, destruyan e ignoren a Dios… ¿dónde están esas personas?

Sin respuestas, alzó su vista al cielo y le pregunto a una nube que pasaba en ese momento, ¿tú sabes las respuestas? a ¿dónde ha ido tanta gente?, ¿porqué he sido enviado a ver

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todas estas cosas? y ahora me encuentro con mayor incertidumbre… la nube se detuvo miro con extrañeza al diablo y le respondió: muchas veces salimos a buscar respuestas pero no las encontramos donde creemos que están; si buscas a personas para que te respondan las preguntas que tienes, sus respuestas siempre  te van a generar mayores preguntas y mayores respuestas y nuca acabarás por entender tu misión… luego de esta respuesta, la nube siguió su camino y el diablo con mucho pesar se puso a llorar inconsolablemente.

Luego de un largo rato, dejó a un lado sus sollozos y se dijo a sí mismo, si las personas no están es porque algo les ha pasado y ya no están aquí, por lo tanto si yo quiero saber las respuestas a mis preguntas, será mejor que yo mismo me las responda, por lo tanto lo mejor para esto, es que me quede en la tierra y empiece a entender.

Dios, al ver todo lo que había acontecido con este diablo y sobre todo la decisión que había tomado, le tomó cariño y decidió darle la oportunidad de descubrir por sus propios medios, la experiencia de vivir como humano.

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Así es casi siempre…

Casi siempre en nuestro interactuar con las personas, usamos códigos de conducta que nos permiten interrelacionarnos y de esta relación casual, laboral o amical, resulta el que seamos atendidos, escuchados o excluidos de la interrelación generada.

Es por esto, que casi siempre los códigos de conducta, tienen escalas de asociación, que permiten ir subiendo la intensidad de la relación generada, al punto de que llegado su momento, esta pueda integrar más a las personas o simplemente dejarlas de lado por razones que van desde la compatibilidad de los caracteres congregados hasta las menos metódicas o excluyentes como es el racismo o la renuencia a algún concepto nuevo vertido en la interacción.

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La experiencia y las estadísticas nos indican que somos personas que nos guiamos por nuestro “ojo” o lo que comúnmente se denomina “a simple vista”, y este es el factor importante que segmenta nuestra relación con el resto.

Tenemos un “ojo puritano y/o racista” que se comporta de manera lapidante ante una situación inusual, sobre todo cuando nuestros interlocutores son catalogados por nuestro criterio como “no a la altura de nuestros estándares físicos”, estas personas pueden nunca ser integrados más allá de una relación laboral “obligada”, que muchas veces son el caldo de cultivo para un clima laboral tenso.

De igual manera, en el análisis de lo que siempre evitamos, encontramos anexo al “ojo puritano y/o racista”, el “oído sordo” y la “boca muda” o la “boca habladora” (cuya actividad es motivada y promovida por el “ojo puritano y/o racista”), solventes volátiles que pueden generar grandes cambios en negativo dentro de la asociación de personas y su interactuar diario.

Un detalle menos explorado, como en algunos casos se da es el “cerebro racista”, este elemento extraño y muy confuso de describir su configuración y aplicación a los temas de socialización, tiene como estigma principal el de ser el “apestado” del grupo, el pensante que solo se entiende el mismo, pero que soluciona problemas… este personaje es el que sufre de síndrome de persecución y que llegado el momento hace un desastre las relaciones interpersonales dentro de una asociación de personas disfuncionales; pero

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porqué “cerebro racista”? cabe distinguir que estas personas son cultas, hurañas, sus rostros detallan pocas expresiones de sentimientos, solo socializan con personas que luego de mucho tiempo han podido interpretarlo más no comprenderlo y desde un punto de vista de compasión estas personas lo integraron a su grupo social; estas personas “odian” a los que piensan diferente a él, no porque tengan o no tengan razón, si no por el solo hecho de que pensaron y opinaron sobre algún detalle que el “cerebro racista” no tomo en cuenta… estas personas pueden destruir el mundo!

En una interculturalidad encontraremos distintas formas de convivir, sin embargo en una sociedad globalizada se nos dirá siempre que hacer, seremos humanos con códigos de barras, programables y de fácil reciclaje.

Así tenemos pues, que nuestros códigos de conducta generan una asociación de personas que no siempre quieren ser parte del conjunto y si no tienen otro camino de convivencia, siempre tratarán de destruirse a sí mismos.

¿Quién soy?

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Muchas veces me he preguntado esto y hasta ahora no puedo responderme, ¿será porque no soy nada? y bajo esta premisa no puedo responderme ante el espejo, ¿que ese reflejo que se asemeja a un humano? seré Yo o será otro, que ha expulsado mi alma y se oculta con la cascara de mi cuerpo.

Muchas veces, despierto entre sollozos y encuentro mi alma taciturna divagando entre la luna parda y las oraciones de los búhos, pero cegada por la neblina, no le es posible encontrar el abrigo de su carne que ahora abriga a otro desconocido.

Muchas veces, no despierto, pero continúo preguntando a los dueños de mis sueños, preguntando a los prestamistas de mis pesadillas, preguntando a los dioses que no existen, ¿quién soy y a donde no debo ir?

Muchas veces, pienso que he muerto, pero sale el sol y despierto ante mil ojos y me doy cuenta que son ellos los fallecidos…

Algunas veces solo sonrío y avanzo.

El éxito, el mayor fracaso…

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En nuestro camino hacia nuestros objetivos, muchas veces hemos caídos y nos hemos vuelto a levantar, no siempre todos; el éxito no es más que el resultado de haber muchas veces fracasado en el intento de ser exitosos.

Personalmente, sigo fracasando en mis proyectos y el temor que genera este sentimiento de vacío y estrés es casi lo mismo que el síndrome de abstinencia en un adicto.

Pero ¿porqué fracaso? debe ser porque soy una persona poco perseverante, incomprendido y con poca paciencia; ¿debe ser porque soy una persona que aun cree en Dios?

Tal vez cuando sea experto en fracasos, pueda conseguir el éxito o morir.

Al final, solo debes tener en cuenta que éxito es sinónimo de fin y si uno cree que el fin o la muerte son lo mismo, pues es mejor pensar que el éxito como concepto y objetivo de vida, NO es el fin del hombre.

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Cuando las cosas suceden sin aviso

Siempre nos encontramos en momentos complicados donde no sabemos darle respuesta al porque de las cosas que suceden en nuestro entorno y que nos afectan emocionalmente.

Hay veces que no sabemos cómo actuar y entramos en pánico y hacemos que los problemas se agraven más; lo que es peor, si son cosas buenas que suceden de imprevisto terminamos convirtiéndolas en ¡la peor experiencia!

¿Cómo podemos llamar a esto?, ¿inexperiencia?, ¿apuro?, ¿falta de interés?, ¿sabotaje?

Yo lo llamo, fallas de implementación, no saber escuchar y comprender lo que él otro quiere y lo que yo quiero; democracia…

Qué difícil es escuchar, comprender, ser empático y dar lo que se necesita al que quiere o necesita algo.

Cuando la noche se hace larga

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No hay motivo para dejar de pensar, solo te acomodas y vez la noche pasar entre la niebla de tus ojos.

Pensar no está prohibido más dejar de pensar crea mayor angustia ante el silencio palpitante del vacío tocando mis pupilas.

Así avanza el sueño trunco, escuchas los ruidos nocturnos que imperturbables, acarician la calle abandonada y vencida por el frío de los insectos.

Pero es mi insomnio y son mis ruidos que en mi mente hacen fiesta con mis problemas y dejan poco a poco mayor angustia; que pensar, que dejar de pensar, que querer que otros piensen…

Me levanto, no hay motivo de estar tendido en la cama buscando el perdón de Dios.

Mañana será otra noche igual.

¡Cuando quieres que todo   termine!

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Hoy viernes… fin de semana, ¡fin de todo!

Muchas veces, tiras todo a un lado con el afán de liberarte de todo lo que te molesta, pero al final vuelves sobre tus pasos, recoges lo que tiraste y lo acomodas en un lugar donde no olvidarás atender tus pendientes; hay veces que terminamos por resolver los temas antes de guardarlos pero lo hacemos de manera monótona, sin interés… ¿porque llegamos a esto?

Trabajo en una empresa, donde hoy todo el mundo está esperando que llegue el 30/06/2013, para que me vean irme y no volver, esto ha sido generado por errores, mal carácter y otras cosas que no son más que lo mismo de otros, pero en fin, este no es mi perfil, si no el perfil con el que me han catalogado las personas que no me conocen y que además se sienten incómodos con mi presencia.

Falta poco para irme, solo me queda esperar y aguantar el olvido al que me han sumido en la empresa; ¡pero no hay mal que bien no venga!

Sueños

Muchas veces despierto en mis sueñosY te encuentro dormidaSumida al secreto de una noche indescifrableY no me atrevo a romper el encanto

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Con lo imperfecto de un beso;Quedo inmóvil, observante de tanta exactitudQue discurre lenta hacia la mar de la mañana.

Otras veces despierto, tratando de defenderme de esta agonía,Que se yergue como un collage deicida, mutilado, real;Y te pido la muerte, pero con ella te ocultas y huyen a lomo del alba.

Muchas veces despierto y ya no estás,La verdad es que nunca estuviste sobre este lienzo blanquecinoY nunca tu ilusorio cuerpo acarició mis yermas manos;La verdad es que este lienzo continuará pálido y vacíoHasta que después de un largo tiempo, aparezca, indeleble,El autorretrato de nuestras almas, rendidasAnte el resplandor de la mañana.

Muchas veces, Satanás se disfraza de Dios y me acaricia,Y soy feliz, pensando que eres tú… hasta el canto del alba.

El hombre que fue

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Nuevamente al frente de esta pantalla, tratando de engañarme a mí mismo de que soy algo que tiene importancia en la vida; mis actos en esta vida, transcurren lentos desde ya hace mucho tiempo y no entiendo porque este letargo me persigue hasta en mis escasos sueños vespertinos donde solo puedo asirme de mi mismo ante mi inminente caída.

Muchas veces al despertar y verme sumido en este vacío tan mezquino, no sé si estoy vivo o ya morí, pero lo que si se, es que inmóvil mis parpados se mojan con las pocas lagrimas que no pudieron arrebatarme los poderosos Hunos, ante su paso inconquistable por mi vida.

Ya es hora, las campanas llaman al pueblo y el juicio popular empieza; ¿culpable o inocente?, lo más probable es que sea inocente, pero al igual que un culpable, caerán los cuervos hambrientos, a alimentarse de mis despojos y dudas, de mis pocas ideas…

Tu nombre sin ti

Pasan los días y mi vida discurre sin tocarteMis labios musitan incansables, el silencio de tu nombreY la pena de no olerteHace que la penumbra del alba, troque más la distancia de tu ausencia

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No sé como abrir mis entrañas y que veas mi corazón latienteMis pulmones suspirantes de la angustia de tu querer

Cae la mañana, la tarde y la nocheY tu dolor es mi dolor,Y tus labios evocan la distancia de tu indiferente adiós

Mi vida aprendió a ser vida con tu sonrisaUna leve caridad, que Dios me dio,Ausente,Imprevisto,Pero hoy, esquivo a tu querer

Es de mañana y su oscuridad ilumina mis preocupaciones,Es de noche y su luz encamina mis tropiezos…¿Tan difícil es encontrarte?

Cae la mañana, la tarde y la nocheY la congoja de no encontrarteHace la que la penumbra de tu quererMe aleje más de ti.

Hoy mis muertos vienen a visitarme

Hoy mis muertos vienen a visitarmePero solo hay café y humo,Unos vienen más cansados Y con la paciencia de los tiempos

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Sonríen y se mofan de sus tropiezos, de mis tropiezos.

El café se enfría y con el humo de los cigarrillos, se impregnan en el alma,Tan fuerte, como aquellas viejas canciones que al entonarse, hacen que uno se detenga de imprevisto y voltee el hombro a ver lo que se lleva el sol a la penumbra.

Estoy cansado; taciturno e insomne me aferro a los hilillos blanquecinos que escapan del tabaco al contacto con mis labios, al contacto con mi espíritu, que exhala lo que ya no siente, lo que ya no recuerda, lo que poco a poco marchita mi entorno

Ha pasado poco tiempo, desde que aprendí, que para sufrir sin poder hacer algo, solo se necesita respirar, como un recién nacido condenado a ser parte de este holocausto interminable.

Hoy mis muertos vienen a visitarme,Pero solo hay papel y tinta.

Enséñame

Señor, EnséñameA dar sin mirar a quienA dar sin esperar algo a cambio

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A dar sin pensar en el luego  Pues, Si se da con amor, doy alegríaSe da con humildad, doy esperanzaSi se da sin prejuicios, doy mi corazón Y Si doy aun necesitando menos, alejo la vanidadSi doy entendiendo la necesidad ajena, aumento mi feSi doy buscándote, puede que salve mi alma Te necesito Señor de todos en mi vidaGuía mis pasos, háblame en el desesperoSálvame de mi mismo Amén.

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Contenido

Prologo.......................................................................................................................3

Vientos Alisios...........................................................................................................4Obitus.........................................................................................................................5Pesimismo..................................................................................................................6Avatar.........................................................................................................................8Nuestro momento, un tiempo furtivo....................................................................10Mis sueños, en mis sueños…................................................................................11Eternidad..................................................................................................................12

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El despertar..............................................................................................................13La ira de Dios...........................................................................................................15Los Vencidos...........................................................................................................17El privilegio de recibir y saber dar.........................................................................18La indiferencia: El final de la humanidad.............................................................20Cada vez que me equivoco: En la búsqueda de la verdad...............................23Edad de Piedra........................................................................................................26Soy el tiempo que sale a pasear….......................................................................28El silencio de los inconscientes.............................................................................30Lo que mucho buscamos y pocos encontramos................................................32Sed............................................................................................................................35La Gran Ventana que da a la mar.........................................................................36Dos niñas bajo mis ojos.........................................................................................38Emilia........................................................................................................................39El diablo que no quería estar en el infierno (1ra parte)......................................41Así es casi siempre….............................................................................................45¿Quién soy?............................................................................................................48El éxito el mayor fracaso…....................................................................................49Cuando las cosas suceden sin aviso...................................................................50Cuando la noche se hace larga............................................................................51¡Cuando quieres que todo termine!......................................................................52Sueños.....................................................................................................................53El hombre que fue...................................................................................................54Tu nombre sin ti.......................................................................................................55Hoy mis muertos vienen a visitarme.....................................................................56Enséñame................................................................................................................57

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