VIDA RELIGIOSA; ^liberacion o...

28
VIDA RELIGIOSA; ^liberacion o encierro? Maria Gabriela Hita El an^lisis de datos de un grupo de monjas mexicanas de la actuali- dad, a la luz de una reflexion sobre la vida conventual femenina, pue- de permitirnos una primera aproximacion a una importante facela de la idcntidad femenina. Aquella que sobrevaloriza el papel de ma- dre y el de virgen a partir de la concepcion cristiana, que es inte- riorizada lanto por sus fieles y tambien por grupos que no se consi- deran cristianos. Antes de analizar los datos al respecto y reflexionar sobre ellos necesilamos incursionar en algunas perspectivas que reladonan cuestiones de identidad femenina, y sobre todo latinoamericana, con el mundo de lo religioso. En un primer apartado denominado "Identidad femenina y culto mariano", trabajaremos algunas ideas ya conocidas por la ma- yoria de las personas que se dedican a estudiar estos fen6menos, pe- ro necesarios para ubicar y contextualizar la problematica. En un se- gundo apartado denominado "tPor qu6 se elige la vida religiosa co- mo modus vivendisT' se reflexionar^ sobre la opcion de vida religiosa 135

Transcript of VIDA RELIGIOSA; ^liberacion o...

VIDA RELIGIOSA;

^liberacion o encierro?

Maria Gabriela Hita

El an^lisis de datos de un grupo de monjas mexicanas de la actuali-dad, a la luz de una reflexion sobre la vida conventual femenina, pue-de permitirnos una primera aproximacion a una importante facelade la idcntidad femenina. Aquella que sobrevaloriza el papel de ma-dre y el de virgen a partir de la concepcion cristiana, que es inte-riorizada lanto por sus fieles y tambien por grupos que no se consi-deran cristianos.

Antes de analizar los datos al respecto y reflexionar sobre ellosnecesilamos incursionar en algunas perspectivas que reladonancuestiones de identidad femenina, y sobre todo latinoamericana, conel mundo de lo religioso.

En un primer apartado denominado "Identidad femenina yculto mariano", trabajaremos algunas ideas ya conocidas por la ma-yoria de las personas que se dedican a estudiar estos fen6menos, pe-ro necesarios para ubicar y contextualizar la problematica. En un se-gundo apartado denominado "tPor qu6 se elige la vida religiosa co-mo modus vivendisT' se reflexionar^ sobre la opcion de vida religiosa

135

Man'a Gabriela HJta

y se presentaran algunos datos sobre un grupo de monjas de la ae-tualidad que apoyan algunas de esas refiexiones.

Identidad femenina y culto mariano

cOue es identidad? iComo se construye? Se entiendc por identifica-cion al modo primilivo de constitucion del sujeto sobrc el modelo delotro, cuyos elementos se obticnen dc una matriz cultural concreta(definici6n del diccionario de psicoanalisis). Es decir, identidad esaquello que me constituye como tal, que me diferencia de otros, quemarca las fronteras entre el yo (colectivo) y el otro, generados en unethos. De este modo, la identidad femenina (asociada con la visi6nemocional del mundo) se ha ido formando a traves del tiempo sobreel modelo del otro: el hombre (asociado a lo racional), que apoyadoen ideologias y sociedades patriarcales se adjudico un papel protago-nico en la historia. Este papel masculino protagonico es tambien elelemento ideologico-normativo original y basico de la Iglesia Catoli-ca que se edifica sobre la base dc un Dios-padre creador y un hijoencarnado hombre que viene a salvar la humanidad. Hasta la fecha,el catolicismo ha sido uno de los cauces mas idoneos para el mante-nimiento y legitimacion de la cultura patriarcal.

Maribel Aler Gay [1981] afirma que !a Iglesia ha sido encarga-da a traves de los siglos de la educacion femenina, ha definido la fe-minidad y creado una realidad femenina acoplada a sus intereses.Con el mito de la creacion en el Genesis, da un sentido historico delo masculino y lo femenino; enmascara la masculinidad profana enuna masculinidad sagrada protagonica de la cual adjudica ser a suimagen y semejanza; reduce la feminidad a !a categori'a dc "segundo-sexo", cuerpo de segunda produccion, fruto de un matrimonio mas-culino con un sopio divino y como csencialmente transgresora: elprotagonismo-mitlco pecador de Eva que podri'a ser idenlificado conun acto de "no sumision"; de protagonismo desmesurado con res-pecto al motivo de su creaci6n.

La autora es aguda en su an^lisis del mito de la creaci6n el su-gerir que el relato del Genesis era un mecanismo regulador (un con-trol normativo masculino de conductas transgrcscras femeninas),mediante la sanci6n que olorga a cada uno de los sexos en tal mito:la consagracion patriarcal de la division sexual del trabajo {se castigaa la mujer a la maternidad dolorosa y al hombre a la manutcncion de

136

Vida rcligiosa...

la especie). Es de creerse que si no hubieran casos eoncretos detransgresi6n en el comportamienlo de g6nero de los primeros cristia-nos, cuando el hombre es el que escribe La Biblia bajo su propia 6p-tica, entonces no hubiera sido necesario sacar a la luz una norma pu-nitiva plasmada en el mito de la creaci6n. Lo mas curioso es que el"protagonismo-mitico pecador" de Eva es utilizado como argumentolegitimador de la desposesi6n femenina del papel de sujeto de la his-toria. Mediante la sancion se refuerza la causa de su creaci6n (dcsti-nada a la maternidad y en una posicion de dependencia en relacional hombre) y se le cuipa de los males de la condieion humana, de unahistoria de la que no ha sido en realidad la principal actriz (lo que esuna ironi'a sin mcdida).

En una posicion dc desigualdad en relacion al hombre, desti-nada a la maternidad y al hogar, la Iglesia dcfme al matrimonio comola mediaci6n m^s id6nea para aleanzar su meta. El sacramento ma-trimonial cristiano, defmido por el derecho canonico desde el Conci-fio de Trento (1545-63), afirma la igualdad espiritual pero no mate-rial dc la mujer frente al varon: es por definicion monogamico, je-rarquico e indisoluble.

El modelo matrimonial cristiano representa esencialmente launion mistica indisoluble entre Cristo (varon) y la Iglesia (mujer),hecho por el que posiblemente la Iglesia mantiene irreductible suposicion contraria al divorcio. El aceptarlo podri'a llegar a derrum-bar las bases en las que se sostiene su construccion teologica de larelaci6n de Cristo con la instituci6n. La discusi6n del aspecto jerar-quico al interior de la Iglesia ha sido ya iniciada por algunos te6logosde la libcacion a partir de las reflexiones sobre la fuerza de las CEBs— comunidades eclesiales de base— y el principal vanguardista enesta problematica es el reeonocido Leonardo Boff. El problema deldivorcio es aun un tabu en el que muchos cristianos de vanguardia(sobre todo los eclesiasticos) prefieren no gastar cartuchos.

Pero volviendo a la cuestion de la identidad femenina, en laconcepcion cristiana predomina una moral dualista que divide la na-turalc/a femenina en dos facetas: la mujer pagana (Eva) versus lacristiana (Maria). Estas dos figuras son construidas y acentuadas enfuncion dc lo masculino (profano o sagrado). En los roles comporta-mentales Eva es idcntificada con las siguientes etiquetas: desobe-dientc, rebelde, activa, sexualizada, y Maria se identifiea con las si-guientes: obediente, sumisa, pasiva, desexualizada. Eva, en sus roles

137

Man'a Gabriela Ilita

sanbenilos es pccadora, culpable (condcna la humanidad), profana,manchada, castigada (con la mucrle). Maria, en sus prcvendas vir-tuosas es corredentora, inocente, sangrada, inmaculada, premiada(con la vida eterna).

Para la Iglesia-institucion todas las mujeres nacen Evas trans-gresoras con una tcndencia natural a la debilidad, que puede condu-cir a la prostitucion, hecho por el que debemos scr domestieadascristianamente para alcanzar el modelo de Maria, que redime de lafcminidad pecadora, Se utiUza entonces la imagen de Maria-virgen-madre para servir de modelo de idenlidad. Para algunos aulorcs esen el eulto mariano donde se sinletizan dos importantes proeesos dela cultura latinoamericana: el sincretismo religioso y el mestizaje delcolonizador con el nalivo (que son ubicados como primordiales en laconformacion de la identidad, inciuso la de g6nero) [Montecino, et.al., 1988].^

Eslas autoras hacen una interesante reflexi6n, en tono filosdFi-co, que se propone restituir la red de signos y sus diversos significan-tes a lo largo del tiempo, y que se conslituyen en un modo espeeiTieode identidad. presente en nuestro ser-mestizo.

Partiendo de la especificidad cultural latinoamericana del mes-tizaje eomo un rasgo propio de nuestra identidad, se construye laidea dc que el hijo del cncuentro de lo hispano (tambien lusitano pa-ra la parte de habia portuguesa del continente) y lo indigena (e inciu-so, lo africano) ira a rcconocerse, formar su identidad a traves de lafigura eoncreta de la madre presente y no de un padre gon^rico au-sente ("el bianco", que por lo general no reconoce su descendenciamestiza, ni cs identificado concretamente por el hijo como padre).Asi, la mujer se identificar^ con el papel de madre y el hombre sola-mente se podr^ identificar con el rol de hijo de la mujer, pues su lini-co punto de referencia ha sido la relacion personal con su madre; notiene una imagen de padre en que mirarse, esta queda escindida. Es-ta "ausencia" del padre del circulo familiar ha sido definida simb6li-camente en nuestra cultura como podcr.

Si el mestizaje es un rasgo especiTico de nuestro ser latinoame-ricano, no lo es menos el sincretismo religioso. La deificacion de lofemenino es un proceso que mana del universo mestizo: las antiguasdiosas tutelares indigenas, los cultos a la fertilidad, a la madre tierra,se uniran a la imagen cristiana de Ia vi'rgen, para erigir un simbolo fe-menino dotado de poder. En el nuevo sentido (ethos) que se gesta, io

138

Vida religiosa...

femenino es categorizado como imagen preponderante dc la simbo-logi'a religiosa. El papel que desempena la Virgcn Guadalupana enel sentimiento y definicidn de nacionalidad del mexicano es por de-m^s significativo. Con palabras de las autoras:

L^ Virgen de Guadalupe exprcsa un caracter de simbolo nacional englobandoprincipios abstractosy concretos. La complcjidad y hctcrogeneidad mexicana se"reconcilian" en Guadalupe. El origcn del cullo guadalupano no es disiinto alde otras devociones marianas <je America Latina, sc gesta en el sincrctismo dcla veneracionindigenaTonatzmy la Virgen Maria del cristianismo.alegorizandouna "diosa-madre" para los mexicanos conquistados. Su simbologia garantizoun lugar deniro dc una nueva sociedad para los indi'genas y, a su vez, oiorgbubicuidad a ese gran grupo de deshcredados [...] que surgio en Nueva Espanade hijos ilegi'timos de padres espanolesy madres indigenas |...|, a esos niarginalcsque no tuvicron un espacio en el universo indio ni en el espanol: los mestizos.Hltos obtcndran un sitio en el mundo por medio de la imagen de Ciuadalupe [...]que vino a representar no solamentc la garaniia de un lugar asegurado en elcielo, sino la garantia de un lugar en la sociedad aqui y ahora. De alli'entoncesque la guerra de la independencia la realizan los insurgentes bajo el emblcmade Guadalupe y que la promesa de vjda de la madre sobrcnatural se convierteen la promesa de un Mexico independiente, libcrado de la autoridad de susopresores (el Dios-padre espai^ol). Asi' la "tierra escogida" por la diosa madrefue finalmcnte poseida por sus legi'timos herederos: el ci'rculo simb6iico se haeerrado; madre: esperanza, salud; vida: salvacion sobrcnalural, salvacion dc laopresibn; pueblo escogido e independencia nacional. todos encuentrancxpresion en un simboIo tnaler (pp. S08-9|.

Por un lado, !a sobrevalorizacion de lo materno en el eulto ma-riano es un rasgo que hace posible visualizar la presencia y cristaliza-ci6n dc !a sintesis colonizador-nativo en la cultura latinoamcricana.Por otro, ia imagen de una virgen-madre todo poderosa, dadora devida y cobijo, es sintesis del modelo idoneo en el que las mujeres, so-bre todo las cristianas, deberian espejar su ser mujer hasta los diasde hoy. Y los sujetos hist6rieos que mas se acercan al modelo dc laVirgen Maria son las monjas, identidad sobre la que nos interesa es-pecialmente profundizar.

6Por que se elige la vida religiosa como modus vivendH

La monja asume existencialmente el modelo de la Virgen Maria. Suvida conventual es un simbolo y espacio de rcalizacion de los valoresque la cultura ritual cat61ica asigna a la mujer. En el eiaustro se re-produce el hogar (poblado enteramente por mujeres) como un tcrri-torio donde la oraeion y contemplacion dan espacio al pcnsamiento ya la creacion. El ausentarse del mundo cotidiano de las mujeres (del

139

Man'a Gabriela Hita

matrimonio, la maternidad, vida familiar, etcetera) lcs permitc dis-poner de un mayor espacio y tiempo para forjar el mundo, recrearlodesde lo que esta vedado a la mayori'a de aquellas mujeres que estanen la din^mica de la produccion y reproduccion dom6stica (aunqueno siemprc esc espacio sea aprovcchado en esc sentido). La monjaIranspone la "prision terrenal" del ser mujer, escapando a la expe-riencia matcrna {lo que puede ser considerado tambien como unadesventaja) pero recuperando una ausencia, el nexo sublime y eternocon "cl amado" (Dios). Despojada de las "ataduras de una vivenciaen el mundo" sc vincula con esa figura masculina presente y domina-dora que genera cl orden: el Dios-padre (al que puede mas facilmen-te amoldar a sus expectativas por no tratarse de un hombre concre-to) [Montecino, 1988].

La idea de que la vida religiosa libera a las monjas de enfren-tarse a situaciones de la cotidianidad femenina general, identificadascomo focos dc subordinacion femenina, es bastantc sugcrente aun-que algo compleja. Su complejidad radica en parte en el caracter es-iruclural e ideologico especifico dc la institucion en la que esta mu-jer se insiere. Se trata de una Iglesia patriarcal y jcrarquica que re-produce la rigida division sexual del trabajo, legitimandota medianteun amplio consenso ideologieo de sus integrantes y reforzandola porsu solida estructuracion y distribucion de roles a su interior. En estccspaeio, poteneialmcntc liberali/ador, la mujer tienc un papel muyrestringido (en relacion al del hombre) respeeto al ejercicio de lospoderes dc orden y jurisdiccion; Ic esta vedado cl aeceso al sacerdo-cio y, por ende, a los cargos superiorcs a cstc. Ademas, la monja de-be someterse, mediante el voto de obcdiencia, a los designios de sussuperiorcs que son hombres. Por lo general es la encargada del tra-bajo domcstico (repctitivo y poco creador) al interior de la Iglesia yen su mision dc "servicio" se identifica una connotaeion prejorativaque le atribuye roles subordinados rcducidos a las funcioncs de ayu-da sin mas pretension (y no el mismo sentido que tiene la misma pa-labra "servicio" para el caso dc los sacerdotes: acccso al poder dedecision) De todos modos, aun siendo necesario considerar todascstas restricciones y contradiccioncs dc la situacion dc la monja en clambiente cclesiastieo, ereo que el espacio religioso es potencialmcn-te iiberalizador. Esto porque permitc al sujeto trascender de lo in-mancntc eotidiano mediante la recrcacion del mismo en ios ticmposdcdicados a la reflexion u oracion que por gusto u obligacion debc

140

Vida reljgiosa...

llenar. Por otro lado, la monja no tiene la misma carga de trabajo do-mestico, por lo general, que una laica madre dc familia. Adem^s deno tener rcsponsabilidadcs directas para con Icrceros hay una mayorposibilidad de division de tareas con otras hermanas de su comuni-dad. No obstantc, pienso que el mayor tiempo de reflexidn y una me-nor carga dc trabajo dom6stico no son condiciones suficientes parala Iiberaci6n de este grupo de mujeres. Es necesario, tambien, poseeruna actitud critica y compromctida en relacion a la realidad; esto es,inserta en un proyccto dc vida que busca superar estados de opre-sion y negacion de los individuos. En casos mas esclarecidos podr^visualizarsc una fuertc resistcncia y conciencia feminista que denun-cie y acluc contra la tradicion patriarcal de su Iglesia. En este casosise puede hablar de la mujer emancipada, consciente de su papel desujeto dc la historia y no dc ser un mero reproductor del sistema. Es-te tipo de mujer es lo que seria para Simone de Beauvoir el prototipodc la mujer independientc (que se podn'a ejemplificar con el caso deSor Juana de la Cruz o tambidn por algunas teologas eminentes de laactualidad).

Pensando en otro tipo de conjeturas rcspecto a la opci6n reli-giosa, para la misma dc Beauvoir, muchas de las mujeres que se in-clinan a la vida religiosa estan simplcmente rcspondiendo a un fuerteimpulso narcisLsta de saciar sus descos dc ser amadas. Mediante cstaopcion se apoderari'an simbolicamente del ciclo entero para usarlocomo cspejo de su insupcrado narcisismo. En un planteamientocomplcmcntario hay autores que deficnden la idea de que se elige elcelibato como modo de vida por reconocerse a si mismos como dife-rente de los olros {y no como un mero acto de alienacion o rebe-lion); por desear "no ser parte del mundo", de escapar a lo inmanen-te para estar mas ccrca dc lo trasccndente [Foulcault y Sennet, 1982];Montecino, ct. al., 1988; E. Jclin, 1989]. De ahi que aparczca todo unespcctro de sentimientos en lorno a la vocacion religiosa como elscntirse llamados y elegidos para cumpHr una mision que, a sus ojos,!a mayoria de las per.sonas son incapaces dc rcali/ar. Bajo las image-ncs dc humildad, caridad y abncgacion muy dcsarrolladas on los con-ventos femcninos, pareecri'a quo predominara un implfcito scnti-miento de superioridad, dc logro de un dLstanciamicnto dc lo niun-dano y protano que dcsprcstigia la condicion Humana, una sensaciondc perfeccion humana quo las colocari'a por arriba dc los dcma.s.

141

Maria Ciabncla Hiia

Olros autores han descrilo condiciones y circunstancias con-crctas como restricciones sociales, que pucdcn conducir a la clccci6nde la vida religiosa o al celibato. En esta direcci6n E. Jelin [1989]plantea tres dimensiones b<isicas que debcn tomarse en cuenta parasaber por que hay gentc que opta por el celibato, la soledad y no porla vida matrimonial. En primer lugar esta la factibilidad del matrimo-nio frelacion cxistente cntre matrimonio y condiciones econ^mi-cas). En segundo: la dcscabilidad del matrimonio (normas ciiltura-Ics que gobicrnan los patroncs de matrimonio y las funciones opcio-nales existentcs para hombres y mujeres). Y en tercero: la disponi-bilidad de conyugucs (los porccntajes du los scxos combinados conlos patrones culturalcs rcferentes a la difcrcncia de edad prcferidacntre los conyugues). De todt) csto se exirae que cuando se rcstrin-gen las posibilidades al matrimonio (ya sea por cuestiones individua-tes, economicas o culturalcs). la vocacidn religiosa es una alternalivaatraycntc para dctcrminando lipo de mujeres [vcr Jelin, 1989; Hita,1988; Lavrin, 1972|.

Pero por arriba dc todos estos posibles motores motivacionaleshacia cl celibato, cs el profundo sentimiento religioso el que parecescr el niutivo principal y primero que conduce a la opci6n por la vidaen congrcgacion rcligiosd. Para A. Lavrin la decision de ser monja csrcsultado de fc y de una educaci6n religiosa particularmcnte fuerte.En la colonia prcdominaba en la vida moncistica la esperan/a de llc-var mas per feet amcntc la vida y dc ganar la salvaci6n eterna. Por cso,la fe en los principios en los que fueron sociali/adas por su religi6n,el tener una cicrta cercanfa a ese mundo, incluso a trav^s de paricn-tcs religiosos influycntcs y determinantcs en su expericncia concreta,ha sido un importante prerrequisito para optar por la vida religiosa.Aunque podrfan cstar en juego otros factores preponderantes comoel dificil acccso al matrimonio o el considerarsc al convento como unespacio estratcgico de astcnso social, la inclinaci6n religiosa debiascr asegurada dc antcmano (raras deben habcr sido, y ser. aun ennucstros dias, las cxccixrioncs a cste caso). Por to demas, predomina-ban en aquelta cpoca criterios clasistas para cl acccso a los conven-tos, hecho que rcstringia considcrablementc la cntrada de mujeres alconvento poi motivos "cxclusivamente" ccondmicos (como la bOs-queda de ascender socialmcnte). Algunos de estos intcntos dc pro-fundi/ar ci por qu6 algunas mujeres optan por ta vida rctigiosa mehan sido utiles para reflexionar y aproximarmc en atguna mcdida a lo

142

Vida reli^oca...

que son, piensan y porqu6 posiblemcnte optan por la vida religiosaun grupo dc rcligiosas dc la actualidad.

Sin pretender infcrir sobrc la tolalidad de mujeres que sc con-ducen hacia csia scnda, me he propuesto indagar aspectos que pue-dan acercarme a algunos motivos y algunas caracten'sticas gcncralesdc identidad dc un peq^ueno grupvi de monjas dc una congregacionmexicana guadalupana. En dos ocasioncs he podido entrevistariaslormalmcnlc, ademas de haber convivido dos anos con cllas, al im-partir clascs en su instituei6n de enscnanza.

La congregaci6n esludiada cs, segun informacion de una inte-grantc, un institulo secular que agrupa pcrsonas que estan dispucslasa dar su vida a Dios y al servicio de los dem^s; se caracteriza porcompartir c! mismo fundador, un rcglamcnto propio basado en cl delos benedictinus, ' un cspiritu mariano, una mi'stica (manera de vivir)cspcciTiea y un carisma oricnlado a la educaci6n como misi6n asis-tenciat. Consideran necesario en la vida material diaria disponcr deuna bucna alimcntacion, trabajo, momentos de dcscanso y prepara-ci6n inteiectual (disponen de dos horas diarias de lecturas libres).

Algunos de los crilcrios citados para cl ingrcso en Ia congrcga-ci6n son la salud (no pcrmiten cl ingrcso dc pcrsonas con cnfcrmc-dadcs morialcs o dcterminado tipo de deformacioncs fisicas que im-pidan cstar al servicio dc los dcmas), el ser piadosa y la rcsponsabili-dad. Antes dc profesar, hacer votos y convcrlirsc en monjas, las pi>s-tulantes debcn pasar por un afio dc aspiranlado cxtcrno en cl queinstitucion y sujeto sc van conocicndo, estudiando la viabilidad mu-tua del "contrato a firmar". En cstc periodo se analiz^ la estabilidadafccliva y familiar de la aspirante para no permilir ingrcsar a pcrso-nas problcmaticas. Despues del aspirantado cl sujeto pasa por uno odos anos de postulantado en una casa dc formaci^n dc la instilucinn.Este pcri(xio, en cl que sc dcnominan junioras. cs dc convivcncia co-munitaria y dc prcparacion para profesar; ticncn una supcriora quesc cncarga de la prcparacion Icdl^gica y sc les permite continuar suscstudios cscolarcs. Fuc justamcntc en cstc momenti) que realizamosnuestro primer contacto, a principios de 1988, cuando la mayoria decllas cursaban cl scgundo ano dc preparatoria en una cscucia dc lamisma congregacion a la que pcrtcncccn. El scgundo conlacio for-mal se rcali/6 a lines dc 1989 cuando sc prccisaron algunos datos so-cioect>n6micos dc cstc grupo dc junioras, que para entonces ya ha-bian profcsado y estaban tcrminando cl Icrccro dc prcparaloria. Sc

143

Man'a Gabricia Hiia

indagaron algunas de sus represenlaciones sobre el papci de lamonja en la Iglesia, sobrc el sacerdocio femenino y la imagen de Ma-ria; de paso sc les pidio que explicilaran como y por que habi'a opta-do por la vida religiosa.

Lo que se presenta en seguida es un primer intenio por siste-malizar e inlerpretar informaci6n pertinente para profundizar algu-nos poslbles motivos por los que estos sujetos eligen la vida religiosa,lo que de manera m^s indirecta nos aproxima a su forma de pensar yalgunas faeetas de su identidad.

En el primer contaelo formal se entrevistaron 27 mujeres quevivi'an en la eomunidad religiosa. De eslas, 24 pertencei'an a la comu-nidad y las otras 3 eran laieas internas que a eambio de servieios {deUmpieza) lenian vivienda, eomida y eseuela. En el segundo contactose recupero informacion solo en 17 de las 24 y de una monja de otraeongregaci6n que no habi'a cstado antcriormente. Asi, de los 25 suje-tos (entrc ambas cncucslas), 19 dc cllas eran postulantcs guadalupa-nas, 2 rcligiosas (o sea que ya habian profesado) y 4 de otras eongre-gaciones.

Obluve dos tipos de informacion respecto a la edad, una con laque eontaban en el momento de la entrevista para 23 de los casos es-tudiados, otra, con la que ingresaron a la eongregaci6n para 17 de loscasos y se distribuyen como lo indican los cuadros 1 y 2.

Cuadro I

Edad (unos)

Menosde 20Entrc 21-24Entre 25-30Mas de 3()

Ciintidad

41063

Cuadro 2

Ingreso (anos)

Menos de 15Entre 16-18Entre 19-25Mas de 25

Cantidad

• \

1022

Total 23 Total 117

Este dato es muy significativo porque indiea el ingreso tempra-no a la congrcgacion, cuando aun son muy inmaduras para tomaruna decision tan definitiva, en la que posiblemcnte no han experi-

144

Vida religiosa...

mentado suficientemente para poder considerar la posibilidad deotras alternativas. Mas de la mitad, 13 de 17, contaban con menos de19 anos en el momento de la eleeci6n.

Por otro lado, se obtuvo informacion del tiempo que llevan enla congregacion en 18 de Ios casos y estos tiempos se presentan en elcuadro 3.

Cuadro 3

Anos en la congregacion Niimero de monjas

Hasta 3 5 monjasDe4-5 7 monjasDc 6-8 3 monjasMas de 9 3 monjas

Total 18 monjas

Tambien se averiguo cu^ntas de ellas tuvieron novio antes deingresar. Asi, de 25 monjas, 14 declararon habcr tcnido alguna veznovio y poco menos de la mitad, 11, nunca tuvieron novio, to que esuna proporcion significativa. Si sc relaciona esta variable con la deedad y sobre todo aquella de ingreso a la congregacion, sc podriaconstruir un interesante indice que podri'a ser considerado como unode los patroncs (requisites) culturales que viabilizan o dificultan laposibilidad de contraer nupcias, eomo se explicito m^s arriba con lapropuesta de E. Jelin.

En un intento de caminar hacia la eonslrucci6n de ese indice secruzaron las dos variables citadas. De las 14 monjas que tuvieron no-vio alguna vez se pudo comprobar la edad de ingreso al instituto en11 de ellas, de las otras 3 se hace una estimacion aproximada con ba-se en la edad aetual. Los resultados se presentan en el cuadro 4.

145

Marfa Gabricia Hita

Cuadro 4

Edad de ingreso de religiosas que tuvieron novio

Entre 15-16 anosEntre 18-19 afios20 anos (o menos)30 anos (o mcnos)Con 33 anos

642*1*1

Total 14•Daios estimados con base en la edad actual y por cdad de ingreso a lacongregacion.

Por estos datos se observa que las monjas quc alguna vez tuvie-ron novio, por lo general eran muy jovenes para habcr tenido untiempo de exposicion considerable al noviazgo como para decidir ne-gar el matrimonio de por vida. Tal vez algunos casos serian similaresal de los que nunca tuvieron novio o podrian cstar reflcjando alguntipo de trauma que las ccrro a nuevas expericncias dc parcja. Estees, sin lugar a dudas, un juicio apresurado quc debc scr complcjiza-do y cnriquecido con oiro tipo de informacion. Es sabido que en elMt3xico rural el promedio de cdad de la mujer al conlracr nupcias esalredcdor dc los 15 afios. Cuando esto no ocurre la alternativa masadoptada es la migracion para irabajar como domestica. Desde estaperspectiva, la entrada al convento puede ser otra alternativa misatrayente para delerminado tipo de mujercs quc han sido cxcluidasdel acccso al matrimonio (o se han autoexcluido dc el). La cdad tcm-prana dc ingreso a la congregaeion no estaria exelusivamente en fun-cion dc factores como la inmadurez y falta dc expcriencia respcclo ala rclacion con cl otro scxo como sc expreso antcriormentc; puedeestar tambicn en funcion dc una falta dc factibiiidad del matrimo-nio, de deseabilldad dc! mismo o dc disponibilidad de conyugues,como factores de restriccion social mas concrctos y mcnos rclaclo-nados a una scnsacion o decision cmocional individual (quc picnso,estan intimamenle relacionados dc mancra complcmcntaria y no ex-cluyente).

146

Vida religiosa...

De todos modos, en ambos grupos (con o si novio antes de in-gresar), daria ta impresion de que la posibilidad concreta de un buenmatrimonio no era visualizada o espcrada por ellas mismas. Sostengoesta posibilidad basada en algunas reflcxiones complementarias quepresento en seguida. En parte por la dificultad de cumpHr el prerre-quisito cultural del noviazgo como un paso previo al matrimonio,ya que fue para una gran parte de ellas inviable o insuficiente en elcaso de las que si tuvieron novio. Por otra parte, aunque corro el pe-ligro de hacer una aseyeracion falsa, basada en un prejuicio social talvez no tan generalizado como imagino. la apariencia fi'sica de la ma-yoria de estas monjas dcstacaba poco o casi ninguna senal de femini-dad. Se vcian poco graciosas, duras y ri'gidas en su expresi6n corpo-ral general que dejaba translucir eJerto recato. En fin, cuentan apa-rentemente con pocos etementos de los valorizados socialmente paralograr alraer al hombre. Es posible tambien que esa apariencia dedesfeminizacion haya sido adquirida en el proceso de adaptacion eintegracion a la nueva comunidad religiosa. No seri'a de extranar laexistencia de un prejuicio o confusion respecto al "pecado" de la va-nldad. En estc caso se me aclararian la falta dc arreglos en el pelo,vestir y figura en general, pero no tanto esa postura corporal que nocs modificablc en tan poco ticmpo y mucho menos interiorizadoctmscicnicmcnte (a no ser que cstc haya sido cl objeto o meta a al-eanzar en la que sc haya trabajado con especialistas y t6cnicas efecti-vas) como para conseguir tan grandes transformacioncs en cortospcriodt>s.

Aun intcntando reforzar esta hip6tesis de que ellas no veri'an a!matrimonio como una alternativa potencial. constatabamos que ensus representaciones de lo sexual y la relacion de poder entre hom-bre y mujer en cl matrimonio, predominaba por un lado una posturacontruria, cargada de fuertcs prejuicios (o creencias dcsde su puntode vista) respecto a lo sexual; a su parecer cl coito deberia objetivarbasicamentc la reproduccion. Por otro lado, en lo referente a las re-lacioncs dc poder entre gencros en cl matrimonio y en la sociedad engeneral:

a) Pcrcibian cl estado dc subordinacion femenina (que el po-der lo licnc ci hombre, y no lodas cstaban dc acuerdo que asi debe-ria scguir).

b) Por otro lado, aunque identifican confusamentc el estado desubordinacion femenina (no tiencn profundizados y concientiz.ados

147

Man'a Gabriela Hiia

los alcanees y limitaciones de la misma), creen en la patriareal divi-sion sexual del trabajo como algo defmido por la naturaleza, cl desig-nio divino y no como resultado de construcciones sociales.

c) A partir de esas constatacioncs, imph'citamentc, para mu-chas de ellas, la unica forma de escapar a tal sometimiento, con dig-nidad y apoyo de una ideologi'a tegitimamente, es mediante la vidareligiosa.

d) Fucra dc la opeion religiosa, la funcion dc la mujer en elmundo cs la maternidad que debe ser respaldada por el matrimoniocristiano^ donde la jerarquia masculina debe ser respetada.

Aunque hay elementos de liberacion, dc huida y escape de unarealidad que identifican como opresiva para la mujer: el matrimonio,en el que la mujer tiene muy poco o ningun espaeio de autonomi'a(desde sus rcpresentaciones); lambien hay elementos que refuerzanla reproduccion de las relaciones jer^rquicas entrc generos al opinarsobre la mujer casada, adoptando acn'ticamentc la ideologi'a patriar-eal dc la Iglesia-institucion al respecto. Es una contradiccion que nohan sido capaces de percibir y supcrar.

Pcro con todo y la limitacion de una ideologi'a rcproductoradel orden social, creemos que para determinado tipo de mujeres, so-bre todo aquellas con mayorcs restricciones sociales y eulturales, unprimer paso hacia la superacion de un problema para el que no secuentan eon posibilidades de solueion inmediata, cs cvitar caer en 61.De este modo podria ser entendido el "no al matrimonio" como unprimer paso, aunque insuficiente, hacia la liberacion de esa realidadidentificada eomo opresiva. Con esto no se prctendc gcncralizar elrechazo al matrimonio como una manera de liberalizacion.

El factor cconomieo es indudablemcnte determinante en la vi-da de estas mujeres. Frovienen de estratos socio-econ6micos bajos,de familias numerosas y cxtensas, con muy pocos niveles de cscoJari-dad y un aeceso restringido a bicncs materiaies y sociales. La mayo-ria provicnc dc zonas rurales y de estados pobrcs dc Mexico, y soloUna de las 18 a las que se tes constataron datos socio-cconomicos vc-nia del Distrito Federal.

La profesion de sus padres, por Io general descalificada, se dis-tribuye en los siguientes rubros presentados en el cuadro 5:

148

Vida religiosa...

Cuuiiro 5Prufe^ion de sus padres

CampesinosComcrciantcs por su cuentaBarrenderosChoferesTrabaja en restauranteZapateroPoliciaConstruye earreteras (tio)Total

6322211118

La escolaridad de sus padres era baji'sima y se senala en el eua-dro siguiente.

Cuadro 6 / • • . . •

Escolaridad de los padres

Ninguna escolaridad 9Primaria incompleta 3Primaria completa 7Secundaria (tio) 1Total 20

La eantidad de miembros en la familia era elevada y por lo re-gular, convivi'an con ellas parientes que no eran del grupo nuclear,para ver la cantidad de miembros por hogar dirigirse al cuadro 7.

Cuadro 7Cantidad de miembros por hogar

Familias de 3-5 2Familiasde7-9 7Familias con mas de 9 10Total 19

149

Man'a Gabriela Hila

En muchas de estas familias mas de un miembro trabajaba yaportaba eon su salario al ingreso familiar; esta informacion se pre-senta en el cuadro 8.

Cuadro 8Miembros de la faniilia que aportaban en el ingreso familiar

1 3 familias2 7 familias3 o mas 8 familias

Total 18 familias

Ante la reslrieci6n del aeceso a bienes materiales y sociales, laalternativa religiosa es indudablementc preferible, con clla tienen ca-sa y comida asegurada de por vida, un status social y poder frente ala sociedad mas elevado, aeceso a la educaci6n, etcetera.

Pero tambien est^ presente en algunos de nuestros datos unaclara famiiiaridad y proximidad anterior al ingreso a la congregacioncon el mundo religioso, desde sus representaciones (que no tan facil-mente se pueden determinar si anteriores o posteriores al ingreso enla congregacion) hasta algunos datos concretos como la cantidad deafios de estudios en escuelas religiosas (un indice de socializacion re-ligiosa), o el tener un pariente religioso (indicador senalado por ex-pertos en el tema como determinante). Mas de la mitad, 17 de 24contestaron tener uno o mas parientes religiosos; dos no contestarony cinco declararon no tener ningun pariente religioso. Respecto a losanos de estudio en eseuelas catolicas ver la informacidn sistcmatiza-da en el cuadro 9.

Cuadro 9Anos de estudio de las religiosas en escuelas catolicas

Hasta 3 afios 5Entre 4-5 afios 9Mas de 9 afios 9

Tbtal 23

150

Vida religiosa...

Estos datos indican claramcnte una previa familiaridad con elmundo rcligioso. Es decir, sc trata dc mujeres que dc alguna formacstaban prcdispuestas a una opcion dc tal tipo. Difi'cilmente sc trata-ri'a dc casos de oportunistas incredulos e impios que buscan solo unprovccho material.

Las monjas declararon haber optado por la vida religiosa por-que:

Cuadro 10Motivos dedarados por los que eligieron la vida religiosa

Les gusto el estilo de vida dclas ..,madres de csa eongregaeion . 6Darle un scntido a sus vidas • ,5.Vocacion o llamado dc Dios 5Fuertc eontacto eon lo religioso(ccrcani'a con monjas) • 4 -

Total . 2 0

De las 20 declarantes, 6, un significativo contingcnte, manifes-taron admirar ei estilo de vida que Uevaban las madres de la congre-gacion que elias eonocian. Puede haber un doble sentido en esta de-claraeion que no es muy faeil elucidar. En parte pueden haber esta-do refiricndosc al modo eristiano dc convivir, lo que no las alcjariadcmasiado dc aquellas 10 quc queri'an dar sentido a sus vidas o quese sentian Ilamadas por Dios, aunque indudablemente, con una vi-si6n mas reaiista y menos sublimada de la elecei6n.

Pcro tambien se puede estar dando otro sentido, inconscicnteo conscicnte, relacionado a una aspiracion propia de ascension so-cial a la quc cllas identifican como alcanzablc en esc espacio de laeongregaeion que ellas han dctcctado en las madres observadas. Siasi fucra, este dato crece en relcvancia, incluso su significancia csta-distica scri'a hasta elevada si se !o considera como la cxpHcitacion (oescape inconseicnte) de un motivo latcnte (o que al mcnos se lo dc-beri'a rcprimir al nivel del discurso). Muy por arriba de lo que sepucdc inferir dcbido a la provenicncia dc estratos socio-economicosmuy bajos, podri'a pensarse como la cxpHcitacion que la eleccion dela vida religiosa cs hasta una estratcgia bastante elaborada racional-

151

Man'a Gabriela Hita

mentc por las propias sujetos, como una alternativa idonea para su-perar la miseria.

Este tipo de constatacion permitiri'a desarrollar una serie dedistintas implicaciones respecto a las posibilidades de crecimicntopersonal de estas mujeres, y de su papel positivo o negativo para lasociedad y la misma Iglesia en las que valdria la pena incursionar.Pero no es todo objeto de este artfculo y exigiri'a un esfuerzo deadentramiento al problema que no es posible aleanzar en este espa-cio. Se les pidio que opinaran respecto a la participaci6n de la mujeren el sindicato de maestras (porque ia Normal cs la carrcra que lamayori'a dc ellas seguira) y el papel del sindicato en general en ta so-ciedad. Et objeto de esta indagaci6n fue el contar con algun parame-tro de su postura "politico-social" (si asi se pudiera Ilamar a este tipode representacion) y que pudiera complementarlos su vision de lo"politico", o mejor, del papel de la mujer frente a la esfera del poderen la Iglesia; csto es, en sus opiniones respecto al sacerdocio femeni-no. La sistematizacion de esta informaci6n se presenta en los cua-dros 11 y 12.

Cuadro 11Postura frente al sindicato de muestros

A favor 7Ambiguas 7En contra 5

Total 19

Cuadro 12Postura frente al sacerdocio Temenino

A favor 2Ambiguas 4En contra 12

Total 18

Por lo general es mas facil posicionarse a favor del sindicatoque del sacerdocio femenino y esto es entendible en cierta mcdida,

152

Vida religjosa...

ya que en cl ultimo caso se estari'a contestando la jerarquia a la queprometicron votos de obediencia al profesar. El poder euestionar esedesignio que viene de arriba (y que no siempre importa mueho don-de se haya originado), expresa ya un acto consciente y una claridadde lo que es falacia y lo que es respaldado teologicamente (e inciusoun diferenciar del tipo de teologi'a desde la que esta hablando) en losargumentos utilizados por la Iglesia (o partes disidentes a la posturaIradicional) respecto a esta polemica.

Considero a aquellas que presentaron una opinion ambigua, omejor dicho, intermedia, dudosa, como mas cercanas a las que tie-nen una postura favorable en cualquiera de las dos situaciones, y estoporque creo que la duda expresa (a! menos en estos casos), cl habersido iniciado ya un proceso de euestionamiento del orden estableci-do. No lo identifieo con el caso contrario que por aceptacion o con-viccion, reproduce c\sCatits-quo.

Sc puede entonces pcnsar que la mayoria de las monjas, 14 de19, tienen posturas mas abicrtas haeia lo que podriamos cntender eo-mo un ambito de poder aceesible a la mujer: cl sindicato de maes-tros. Las mas radicales, defendicndolo como un espaeio femenino deejercer el poder para la defensa de sus derechos; otras eritiean la in-serci6n del Estado y se manifiestan por un sindicato independiente, ybuena parte dc ellas no ven ningun problema en que la mujer ejerzacargos de mando, no piensan que este menos capacitada para ello.Las cinco que de alguna manera se opusieron, en realidad parcci'anestar expresando un coraje frente al manejo actual del sindicato demaestros, aludi'an a que no se respetaban los intereses del alumnadoy que Io que predominaban eran intereses partieulares o de ordenpolitico o inciuso exclusivamente economicos.

En lo del sacerdocio femenino sueede casi la situaeion eontra-ria, 12 de 18 se oponen fuertemente a este emblema. Las mas agresi-vas lo identifican eomo resultado del diseurso de la igualdad femeni-na (y eon el que no se identifican por ser ridi'culo y fuera de la reali-dad, ya que la mujer es el corazon y el hombre la eabe/a en toda si-tuaei6n) (2). Otras, en esta linea pero menos explieitado, creen queia mujer no esta capacitada para asumir ese cargo ya que es inestableeniocionalmente, etcetera (2). P-ara otras no se trata dc falta de capa-eidad, sino que Dios o Cristo no lo quisieron (4). En otros casos escuestion de respeto a las jerarquias (2) y para otros es simplementeridiculo pensar en tal cuestion.

153

Maria Gabricia Flita

No obstante vuelvo a insistir en lo significativo de los 6 casosrestantes, que si todos defienden expli'citamente e! sacerdocio feme-nino se muestran abiertos al cuestionamiento. Es esto un paso muyimportante hacia lo que entiendo eomo cmancipacion de la mujer alinterior de la Iglesia. Las observaciones de algunas de ellas sostienenmi suposicion: entre aquellas que se moslraron ambiguas, una idcnti-ficaba claramente el patriarcalismo vigcnte en la era dc Cristo, y en-tendi'a quo no podia ser posible en ese momento asignar a una mujercomo uno de sus 12 discipulos. La otra manifesto mas expii'citamenteque si hubiera alguna senal de Dios en nuestros di'as, esto podri'a ha-ccrsc realidad (su problema radican'a en no ver los que algunas teo-logas feministas identifiean como tales o tal vez ignorar mayor infor-macion sobre la polemiea). Una tercera se sentia preocupada con eldolor que esto le causaba el Santo padre, la cuarta no estaba muy se-gura y no opino al respecto. Las dos monjas que se manifcstaron afavor podrian ser identifieadas con cl ala feminista dc la Iglesia, dc-fendicndo sus banderas mas osadas.

Y para ccrrar esta sesion de resultados y analisis de los mis-mos, quiero terminar con la vision que ellas tienen de la Virgen Ma-ria. Se les pregunto que de Maria debia ser ejempio a ser adoptadopor las cristianas y ellas en especial; que manifestaran lo mas que pu-dieran de como vcian a la Virgen, de como creian que ella fue en susrelaciones cotidianas con sus eercanos y de eomo seria en la realidadactual. Esto es, que es lo valioso de esta imagen que deberian repro-dueir. Fue curioso, pero hubo una resistencia o tal vez una gran difi-cultad en captar lo que se deseaba en esta indagaeion, o lo que meparecio mas probable, una ignorancia de conocimicntos teologicosaun en lo que rcspecta a la "imagen principal" de cualquier congre-gacion fcmenina y sobre todo trat^ndose de una mariana eomo es laguadalupana.

Agrupe sus principios sobre Maria en dos grandes rublos,aquel que se orientaba a una vision mas critica, defendida en la tco-logia de la liberacion, que ve a Maria como un sujclo de la historiaque se posiciona a favor de los oprimidos y quo aetua contestando elorden opresivo: que se manifiesta y "salva" al mundo consciente dcla realidad, generosa, logica e inteligentc (como cxpresaban algunasde estas monjas). Para mi sorpresa, s61o 3 religiosas se encuadraronen este rublo.

154

Vida religiosa...

El otro rublo lo identifique con la postura tradicional y patriar-calista de la Iglesia, que a travds de la imagen de una virgen sumisa,abierta y disponible a lo que viene de arriba, intcnta reforzar el papclsubordinado que dcbe desempefiar la mujer cristiana aun en nues-tros dias (sobre esto nos extendimos suficientemente al inicio por loque no es necesario abundar). Las "eualidades" citadas por las mon-jas que dcberian ser incorporadas por las cristianas fueron las si-guientes: servieial, entregada, pequcna, obediente, disponible, abier-ta, respetuosa, docil, debil, caritativa, sencilla, etc6tera. En este rubloagrupamos 13 de las 15 respuestas. Otro factor curioso fue no haberen ningun caso una mencion cxplicita a la Virgen dc Guadalupe y asu papel aetivo en al leyenda.

A manera de conclusion

Tenemos la impresion que la preparacion teol6gica y de conocimien-tos en general en este grupo de recien profcsadas es muy limitado.Tal vez cl origen social del que provienen sea un factor determinante(falta de inccntivos y motivaciones para profundizar conoeimien-tos...)

Tampoco sc sinti6 haber una clara inclinacion hacia un mayorcompromiso con el mundo fucra de un nebuloso e indctcrminadodesco dc servir a los demas (con et pcligro que este servicio pucdcimpliear desde su connotaeion peyorativa que analizamos anterior-mente). pero sin tener en vista un proyecto concreto, un objetivo es-pecificcv Aunque la mayori'a de ellas manifesto el deseo de seguir laearrcra de la normal, seguir ia linea educativa que caracteriza la con-gregacion, es conocida ya la autocrftica realizada por reiigiosos edu-cadores que se daban cuenta de que terminaban reproduciendo unorden que contradeci'a los principios cristianos. A partir de esa criti-ca numerosos religiosos y religiosas dejaron de ver en la educacionun espacio dc cambio y abandonaron sus colegios para buscar otrasformas mas compromctidas de servir a la sociedad.

El hecho cs que, aun no habicndo cncontrado ninguna sefial dealgun compromiso ert'tico con la sociedad ni con la forma dc conce-birlit en cstc grupo analizado, la posibilidad de aeceso al estudio, eltiempo iibrc para pensar y raciocinar sobre el mundo [...] cs sin lugara dudas un espacio virtual dc un aceionar que puede llegar a ser crf-tico y comprometido en cl futuro (como se pudo obscrvar en algunas

155

Man'a Gabriela Hita

dc las monjas mayores y con eargos directivos en la escuela, pero queno eran parte de nuestro univcrso investigado). El grupo analizadoestaba apenas iniciando su trayectoria de toda una vida, en la queaun podran despcrtar o eambiat de direcci6n.

156

Notas y referencias bibliograficas

1. Es por dcmds conocida la tccnica utilizada sobre todo enantropologia y psicotogia social, que toma el comportamiento degrupos marginales o espccificos para aproximarse y expHcaraspect OS comunes a los dc la gran masa mayoritaria, mediante lacomparacion, identificacion y diferenciacion dc ambos conjun-tos. Este no es et objctivo dc nucstra investigacion, pero en unfuturo se podria aprovcchar ct espacio que sc nos proporcionapara rcilexionar o permitirnos hacer atgunas gencralizaciones enun grupo mas amptio dc mujeres que pasan por proccsossimitarcs dc constitucion de pcrsonalidad.

2. Para la tcologa brasilena Ivone dc Cicvara, Eva nacc de un sueno deAdan. En sus palabras: "Et cuerpo de Eva nacido de un profundosueno dc Adan, es tal vez, en su dormir, un 'sueiio' y del 'sueno',el dcsco profundo, agudo, dc aquelto que cs et mismo, Eva. Evano ducrmc y no sueiia. Su cuerpo es 'sueiio' dc otro, su senor, sudueno, aquet para et cuat fue hecha. Sabc que su cuerpo seratomado, por dnloroso y sumiso, a los deseos del hombre. Susumision cs al mismo tiempo matdicion. (,Por que? Porque sucuerpo nacio de un sueno y tos hombres tcmcran sonar mas eimpcdiran que sus suenos vucttos reatidad en la mujer la imput-sen a soiiar como etlos. Es un ricsgo soriar. Los suenos tienenfuerza para cambiar ta historia, para rccrcarta continuamcnte,para renovarta, pero cso es pctigroso. Es mejor conformarse conto reat, lo habitual; ta scguridad y ta tranquitidad parccen habitarese mundo dondc to nucvo es rcchazado" [p. 201.

3. A pcsar dc que en ta actuatidad ta Igtesia ha moderado su discurso,cvita hidjtar dc subordinacion o inferioridad de ta mujer, en tocsenciat no hizo ningun cambio de consideracion sustanciat ensu discurso. Ahora utiliza ct termino "difercncia dc misioncs".Vcr anatisis dct documcnto det ultimo papa "Mutticris Dig-natcm" dc M. Gabriela Hita en Representaciones de mujerescatolicas, dondc sc vcrifica ta reduccion de la mision dc la mujeral papel dc virgen y/o madre (csposa).

4. "La sucicdad con que la moral catotica rodca a la prostituta por eluso indiscriminado de ta carnc bajo tas consignas de la

157

Man'a Gabriela Hita

neutralidad afectiva y nulidad procreativa, es la amenazasimbolica mds convincente para que la mujer aeepte eon humil-dad el ctirse cristiano, ilcgando a convertirsc la propia mujer enacerrima defensora de su negacion como sujeto de su biografia,de la desposesion de su cuerpo, de su scxo, de su sexualidad".[Maribel Aler Gay; p. 242]A cstc respecto, es muy interesante la perspectiva aeerca delcuerpo introducida por algunos teologos de la liberacion (Dusselen un nivel de mayor abstracci6n y Gevara muy especificamenteen lo que rcspecta a la sexualidad en la "temida madre de losvivientes" que es Eva). Sobrc la reeuperaeion teologiea del cuer-po dice Gevara: "Tomar al euerpo eomo punto de partida de lateologi'a es abrazar una antropologi'a unit aria que intenta superarlos dualismos y englobar las ambiguedadcs inherentes a la exist-encia humana. Esta antropologi'a parte de la historia, o sea, deaquello que los ojos pueden ver del comportamiento humano ya partir dc los cualcs la conducta humana podra orientarse,critcrios que no son cxtcriores a la maravilla del cuerpo, peroque partcn de esa realidad fundamental que nos constituye."|p .21 | .

5. Por un lado esta la imagen dc la virgcn-madrc salvadora y por otroel dc Eva-pceadora que nos condcna. Este territorio ambivalentedc la identidad femenina la explica Montecino y eomparierascomo fruto dc dos miradas en el caso especifico latinoamcricano:la del curopco, amante, que asignara a lo femenino un caractermalvado, y la del mestizo, hijo, que deifica lo femenino maternoatribuyendolc earaeter sacro a la mujer.

6. Papel que lucgo el sincrctismo religioso rcaizara en la figura de lavirgen que para los eristianos es tambien una figura eoncretahistoricamentc, una diosa-madrc eoncreta frente a un Dios-padrc abstracto, de los que nacc un hombrc-Dios-hijo concrcto.

1. La imagen de Maria ctimo mudrc cs introdueida en la historiacristiana dcsdc el inieio, pcro no los dogmas a su respeelo. EIlosaparecen tardiamcntc y curiosamente coineiden con losprimcros pasos del feminismo, con cl sentido dc frcnar sucrccimicnto y fortalcccr la definicion patriarcal de lo femenino.Segun los datos de Maribel Aler CJay, el dogma de "InmaeuladaConcepcion" surge en 1854 y cl de la "Asuncion" en cuerpo yalma a los cielos en 1952.

158

Vida rctigiosa...

8. Para profundizar el doble sentido del tfirmino "scrvicio" endocumcntos y reflexioncs eclesiales, ver el articulo de M.Dumais: El sen'icio de la mujer /.una sumision ineviiable?

9. La elccei6n dc la solcdad (celibato) eomo fruto del rcconocimientodc la difcrencia es profundi/ada por Foulcault y Sennet quediecn: "La soledad de la difercncia, de una vida interior que nocs mero reflejo de los otros, es del mismo modo hist6riea [...] Elsentido de separacion, de diferencia |...| cs una experienciatremcndamentc confusa en la st>ciedad moderna. Una de lascausas de esa eonfusi6n eonslste en que nuestras ideas sobre lascxualidad, como indice de la conciencia dc si, nos difieultan lacomprcnsion dc por que nos apartamos de otros individuos dela sociedad" [citado por E. Jclin, 1989; p. 124].

10. Las tasas dc matrimonio varian en funcion de las diferencias en clbicnestar rclativo de las distintas clascs sociales. En epocas dercccsion y crisis cconomica.s., la nupcialidad liende a disminuirtcmporalmentc jJelin, 1989|. Por otro lado, las tasas dc celibatoen mujeres varian segun las clases sociales; en un cstudio deOjcda |19H7| para Mexico .se constata que el celibato entre la"nucva pequeha burguesia" es de 1.8% y entrc eampcsinas ytrabajadoras de! campo de 11.3% [Jelin, 1989). Este es un datoimportante para este estudio dado que cl grupo que aqui scanali/ara es prcdominantcmentc constituido por campesinos oprovenientes de estratos socioeconomicos bajos.

11. Hay dos proccsos culturalcs fundamentals por su importaneia enla incidencia del celibato que se rclacionan con las normasculturales que inlluycn en lus patroncs de nupcialidad, y estosson los procesos historicos dc individuali'/acion (donde el ego, elsujett>, las fuer/as internas y psicologicas son la base del compor-tamlcnto dc las personas que buscan rcali/arse en contextosaltcrnativos a los normativos, en cstc caso cl matrimonio) y loscambios en ta posieion s<Kial de las mujeres (con todas lasimplicucioncs que de ellos pucdan advenir, como hi dificultad deadaptacion a estos cambios en los homhrcs o dc ausencia de unmodcio paralelo de hombre para las mujeres) [Jelin. 1989).

12. EsUi congregacion se caracteriza por estar ct^nstiluida dc miembrosoriginarios de estratos sociocconomicos bajos.

13. De manera resumida, lasreglasprincipalesde los benedictinos son:cl rc/ar en comun (Iccturas, cantiis, etcetera); cl trabajar para la

159

Maria Gabriela Il i ta

autosubsistcncia (en el caso de esta congregacion el mcdio es elinstituto de ensefianza que las sostiene); y los votos de estabilidad(explicitado por integrante), pobreza, castidad y obediencia. Alrespecto ver el trabajo de Catherine Baker: Les contemplatives,des feinmes enlre dies. Voix de femmes/Stock 2, Francia, 1979.

14. En ese entonces la encuesta aplicada objetivaba un universo mayorque inclui'a tambien grupos de estudiantes laicas. En esa instan-cia se levantaron una scrie de datos personates(socioeconomicos, de religiosidad, etcetera) y sus posturasfrente a representaciones sociales de la mujer (en relaeion altrabajo y sexualidad).

15. La categoria representacion social proviene de la psicologia social[Moseovici, Jodelet, Deeonchy, etcetera] y remite al campo de laelaboracion simbolica de la realidad por los individuos. Lasrepresentaciones son una manera de interpretar la realidad (unmodo de conocimicnto), un sistema de referencia que orienta laconducta, y como productos de la socializacion del individuo, sonaproximacion de sus praxis. Son imagenes, concepciones, ideasque surgen indiscutiblemcnte de sus experiencias cotidianas,pero mas que eso, orientan sus acciones futuras, no son conduc-tas en si mismas.

16. Pero tampoco podemos cerrarnos en esta ultima situacion derestricciones sociales para clucidar el comportamiento de estasmujeres, que puede abrirnos algunos caminos de entendimientopero no necesariamente cxcluir otros distintos. Recordemosademas que la mayorfa de estas mujeres estan dentro de la edadpromcdio de contraer nupcias cuando deciden optar por la vidareligiosa y no lejos del mismo como para aferrarnos a la infac-tibilidad real del matrimonio en sus proyectos de vida.

17. Al prerrequisito cultural del noviazgo no se plantea exclusivamentectimo aquel predominante en la concepcion burguesa occidental,que no siemprc es gencrali/ado en la realidad de nuestrospueblos, sino tambien eomo ese cortejo o aproximacion de lapareja, anterior a la fecha de la boda (por mas efi'mero o alcjadodel patron conocido).

18. De modo general me idcntifico con esa postura critica al papeleducativo de la Iglesia en la sociedad, pero creo necesario resal-tar quc en los mismos procesos de reproduccion hay contradic-

160

Vida religiosa...

ciones inherentes quc viabilizan transformaeiones y surgimientosde sujetos mass61idamente prcparados para enfrentar el mundo.

19. En alguna medida, es natural que esta pxistura critiea no hayaaparccido en esta etapa de sus vidas, dado la juventud, falta deconoeimientos y perccpciones m^s precisas de la realidad y delos principios cristianos, asi como por la misma falta de experien-cia.

Bibliogrufia

Baker, Catherine (1979). Les contemplatives, des femmes entre elles.Voix de femmes/ Stock 2, Francia.

Beauvoir, Simone {\9%\).Elsegf.indo sexo. Ed. Siglo XXI, Buenos Aires.Dumais, M. (1987). "El servicio de la mujer iuna sumision inevitable?";

en Concilium, revista internacional de teologfa, afio XXlll, No.214, Ed. Cristiandad, Madrid, 453-461.

Dussel, Enrique (1989). "Del deseubrimiento al desencubrimiento(hacia un dcsagravio historico)"; en Steffan, H.D. NuestraAmerica frente al V centenario. Plancta. Mexico.

FEM: La mujer en la Iglesia. Vol. V, No. 20, Nueva cultura feminista.Mexico, agosto-enero, 1981-82.

Hita, M. Gabriela (1988). "Representaciones de mujeres cat61icas".Documento preparado para Picm-Colmex.

— (1989) "Coneepciones de mujeres cat61icas", en Cencos-Iglesias,ano VI, No. 68, Centro nacional de comunicaci6n social, Mexico.

— (1988) Mujer, sexo y religioti; en FEM, ano 13, No. 84, publicaci6nfeminisla mensual, Mexico.

Jclin, E. "El celibato, la solcdad y la autonomia personal: clecci6npersonal y restriceioncs sociales"; en Estudios demogr&ficos yurbanos, 10, Vol. 4, No. 1. El Colcgio de Mdxico, enero-abril 1989.

Gay, M. Aler. "La mujer en cl discurso ideol6gico del catolicismo"; enNuevas perspectivas sobre la mujer. UNAM. Madrid, abril-mayodc 1981.

Gevara, I. "Corpo; novo ponto de partida da teologia"; en Tempo epresenca. No. 248, ano 11, Brasil, diciembre de 1989.

Lavrin, Asuncion. "Values and meaning of monastic life for nuns incolonial Mexico"; en Catholic Historical Review, No. 58, octubrede 1972.

161

Man'a Gabriela Hita

Montecinos, S., et. al. (1988). "Identidad femenina y modelo marianoen Chile"; en Mundo de mujer, contmuidad y cambio. CEMAdriana Aguilera, Santiago.

Riquer, Ftorinda (1989). "Brujas e identidad femenina (saber, podery sexualidad)"; en Trabajo, poder y sexualidad. El Colegio deMexico.

162