Vetus Niger

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Vetus Niger Cuando uno tiene 37 años y tiene familia las cosas no son nada fáciles. Por lo menos no lo son en Argentina y ni hablar si uno es un chofer y nada más. Igual yo estaba contento, después de años de manejar un taxi por todo Rosario, manejar una ambulancia para un hospital, era un gran cambio. Esperaba que esto terminara con las peripecias mensuales que habíamos enfrentado años y años con Mariela y los chicos. Ahora iba a poder complacerlos y mimarlos como se merecían. Durante el primer mes me tocaba en el horario de la mañana y parte de la tarde, y contrario a lo que sucedía con el taxi, jamás llegaba a sentir el tedio de manejar. El ritmo era vertiginoso, llamadas cada 5 minutos, de una punta a la otra de la ciudad! El primer mes, fue más q duro. Al menos, estaba tan absorto en adaptarme que todavía no lo veía. Creó que lo empecé a ver al promediar el cuarto mes, cuando ya me habían hecho efectivo. También me habían cambiado el horario, porque según los muchachos, “ya estaba bien curtido pa´ la noche, jeje”. Igual, era lo de siempre, accidentes, viejos moribundos y baleados, baleados por descontado. “Es que Rosario se volvió salvaje” decía uno de los paramédicos, un muchacho paranaense que había visto de todo, o eso era lo que quería creer el. Pero era cierto, baleados y chicos drogados hasta las cejas. Fue una de esas noches que lo vi. Subieron a un motociclista con el cráneo reventado, la novia venía con el, pobre chica, estaba toda llena de sangre. Y atrás se subió, era un tipo alto vestido de negro, de unos bien transitados cincuentas. El tipo se sentó atrás en silencio, mientras la

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Un pequeño cuento luego de una pesadilla muy vivida.

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Vetus Niger

Cuando uno tiene 37 aos y tiene familia las cosas no son nada fciles. Por lo menos no lo son en Argentina y ni hablar si uno es un chofer y nada ms. Igual yo estaba contento, despus de aos de manejar un taxi por todo Rosario, manejar una ambulancia para un hospital, era un gran cambio. Esperaba que esto terminara con las peripecias mensuales que habamos enfrentado aos y aos con Mariela y los chicos. Ahora iba a poder complacerlos y mimarlos como se merecan. Durante el primer mes me tocaba en el horario de la maana y parte de la tarde, y contrario a lo que suceda con el taxi, jams llegaba a sentir el tedio de manejar. El ritmo era vertiginoso, llamadas cada 5 minutos, de una punta a la otra de la ciudad! El primer mes, fue ms q duro. Al menos, estaba tan absorto en adaptarme que todava no lo vea. Cre que lo empec a ver al promediar el cuarto mes, cuando ya me haban hecho efectivo. Tambin me haban cambiado el horario, porque segn los muchachos, ya estaba bien curtido pa la noche, jeje. Igual, era lo de siempre, accidentes, viejos moribundos y baleados, baleados por descontado. Es que Rosario se volvi salvaje deca uno de los paramdicos, un muchacho paranaense que haba visto de todo, o eso era lo que quera creer el. Pero era cierto, baleados y chicos drogados hasta las cejas. Fue una de esas noches que lo vi. Subieron a un motociclista con el crneo reventado, la novia vena con el, pobre chica, estaba toda llena de sangre. Y atrs se subi, era un tipo alto vestido de negro, de unos bien transitados cincuentas. El tipo se sent atrs en silencio, mientras la novia salpicada de sangre berreaba que le salven al novio, que le salven a su Nahuel y los paramdicos y la doctora volaban sobre el pobre infeliz. Yo pens que se trataba de un cana o algo. Igual no era mi problema, haba conseguido un buen trabajo, me alcanzaba y era todo lo que quera saber. Lo vi varias veces ms, aunque no siempre, haba noches en que ni apareca, a pesar de que el accidente haba sido cruento. Otras apareca toda la noche, como si no se hubiese bajado de la ambulancia. Me pareca raro, pero como nadie deca nada, hice caso omiso. Igual nunca jodia ni nada, solo se sentaba ah atrs. Y miraba hacia adelante absorto en el parabrisas, como si delante del no hubiese un mar de sangre. Una noche tranquila era el cumpleaos de la doctora. Cumpla 45, y con el fro que se haba levantado todos nos moramos por algo caliente. Paramos en una de las YPF y compramos caf y medialunas recin hechas. Charlamos bastante, porque el fro y la lluvia parecan haber desalentado a los transentes noctmbulos. Entonces se me ocurri que podra preguntarles quien era el viejo de negro, nuestro pasajero mudo. Vos tambin lo ves? Me preguntaron a su vez. Si, como no lo voy a ver, si es un tipo alto, mientras lo iba diciendo se me congelo el cuerpo. La charla se corto con un accidente en la Circunvalacin. Aquella noche no apareci.El chofer anterior renuncio por eso, el paranaense me lo dijo con tono de suspenso mal logrado. Una noche se puso a gritar: Bjate hijo de puta, si no te bajas no arranco!!!! Deca que siempre apareca cuando alguien se iba a morir. El paranaense prendi un cigarrillo, entrecerr lo ojos por el humo y me miro con expresin seria Yo cre lo mismo, pero como no jode ni nada, opte por ignorarlo. No estn las cosas como por dejar el trabajo por un aparecido. No? La verdad que no. Unos meses despus me cambiaron de horario otra vez y si bien sigui apareciendo, bajo la luz del sol, las cosas parecen menos tenebrosas. Y yo agradec ese cambio. Esa noche sent ruido en mi casa, me levante erizado de adrenalina, listo para todo. Agarre el rifle y sal de mi pieza. Mariela y los chicos no sintieron nada, bien, tanto mejor. Anduve despacio por el pasillo hasta la sala de estar, abr la puerta sin hacer ruido con el can del arma. La sala era un estropicio, cosas tiradas y faltaba el LCD, que tanto me cost comprar. Y entonces lo vi, ah estaba, sentado en mi silln. Un tipo alto, de unos cincuenta, vestido ntegramente de negro. Pero est vez si me miro, me miro fijo a los ojos. Esta vez la ambulancia iba a venir por m, pero por ms prisa que se dieran, el viejo ya estaba ah.

Kyra_002 Rosario, 22/04/2015