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Definicion de redes por Manuel Gausa en “Dicciona- rio metápolis de arquitectura avanzada” “La idea de intercambio y desplazamiento en la metrópolis deriva hoy de la eficaz combinación entre diversos canales de comunicación y locución concebidos principalmente, como cortocirucitos orientadores de flujos. El aspecto formal o epi- sódico cede en los elementos infraestructurales que lo constituyen ante la eficaz definición de las redes progresivamente complejas, elaboradas, no obstante, desde parámetros básicos de conectivi- dad destinados a regular, en capas funcionales, los diversos programas de y flujos, que a través de ellos se fusionan e intercambian, y en los que la noción de malla o mallado resulta a menuda más decisiva que la idea de trazado regulador. Infraestructuras de transporte, canales de tran- sición informática, líneas de telecomunicación, señalan, en dicho sistema, la importancia de las redes –y por tanto de los flujos (materiales de información) a ellas asociados- no sólo como meras consecuencias técnicas sino como principio estructurador de ese nuevo espacio tendente a la multiplicación de los intercambios, aunque nece- sariamente más homogéneo e isótropo. Redes infraestructurales pero también, redes de conexión (telemáticas, informáticas, financieras) con nuevos pasillos inmateriales a partir de los cuales otro posible territorio empieza, ya, a establecerse. Un territorio difuso, definido por las conexiones entre los usuarios, lejos de los tradicionales parámetros materiales o espaciales. Un espacio virtual que, sin embargo sería tam- bién real en términos de eficaz producción/orga- nización yen el que una adecuada conectividad permitiría “estando lejos, estar más próxi- mo”. Un espacio global, pues, progresivamente desterritorializado por la instantaneidad y la inmediatez de la comunicación pero en el que la falta de accesibilidad conduciría también a la marginación, a una periferia no necesaria situada ya en los suburbios o en los límites urbanos sino en cualquier parte, provocando, así, profundos cambios en los tradicionales trinomios residencia-trabajo-ocio y ciudad-te- rritorio-paisaje. Son redes 1 que evolucionan sin cesar y cuyos cambios se traducen en modificaciones continuas de los propios mecanismos de enlace y trans- ferencia, y por tanto, en la propia capacidad –y topología- matricial del sistema. La de un territorio más comunicado, interrelacionado y virtualmente isótropo pero no necesariamente más h9omogéneo; porque el progresivo (y bene- ficioso) acceso de todos los puntos a la comu- nicación y a la información conduce, de hecho, a una virtual desorientación y, por tanto, a una conducción hacia la nada si no se defi- nen referentes, puntos nodales o focalizadores susceptibles de sectorizar líneas de fuerza: atractores, poladizadores, nodos fuertes o dis- tribuidores, que permitan canalizar los flujos y propiciar vínculos (link). [1]La red en el puerto es un tejido comprimido, que oculta un preciso orden. La red sumergida en el cobra milagrosamente la forma del banco de peces que atrapa. La red izada restablece su orden recipiente, uniforme y pesado antes de soltar la pesca. ve redes editorial

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La idea de intercambio y desplazamiento en la metrópolis deriva hoy de la eficaz combinación entre canales diversos de comunicación y locomoción concebidos, principalmente, como circuitos orientadores de flujos en un “multi-territorio” más comunicado, interrelacionado y virtualmente isótropo pero no necesariamente más homogéneo.

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Defi nicion de redes por Manuel Gausa en “Dicciona-rio metápolis de arquitectura avanzada”

“La idea de intercambio y desplazamiento en la metrópolis deriva hoy de la efi caz combinación entre diversos canales de comunicación y locución concebidos principalmente, como cortocirucitos orientadores de fl ujos. El aspecto formal o epi-sódico cede en los elementos infraestructurales que lo constituyen ante la efi caz defi nición de las redes progresivamente complejas, elaboradas, no obstante, desde parámetros básicos de conectivi-dad destinados a regular, en capas funcionales, los diversos programas de y fl ujos, que a través de ellos se fusionan e intercambian, y en los que la noción de malla o mallado resulta a menuda más decisiva que la idea de trazado regulador.

Infraestructuras de transporte, canales de tran-sición informática, líneas de telecomunicación, señalan, en dicho sistema, la importancia de las redes –y por tanto de los fl ujos (materiales de información) a ellas asociados- no sólo como meras consecuencias técnicas sino como principio estructurador de ese nuevo espacio tendente a la multiplicación de los intercambios, aunque nece-sariamente más homogéneo e isótropo.

Redes infraestructurales pero también, redes de conexión (telemáticas, informáticas, fi nancieras) con nuevos pasillos inmateriales a partir de los cuales otro posible territorio empieza, ya, a establecerse. Un territorio difuso, defi nido por las conexiones entre los usuarios, lejos de los tradicionales parámetros materiales o espaciales.

Un espacio virtual que, sin embargo sería tam-bién real en términos de efi caz producción/orga-nización yen el que una adecuada conectividad permitiría “estando lejos, estar más próxi-mo”. Un espacio global, pues, progresivamente desterritorializado por la instantaneidad y la inmediatez de la comunicación pero en el que la falta de accesibilidad conduciría también a la marginación, a una periferia no necesaria situada ya en los suburbios o en los límites urbanos sino en cualquier parte, provocando, así, profundos cambios en los tradicionales trinomios residencia-trabajo-ocio y ciudad-te-rritorio-paisaje.

Son redes1 que evolucionan sin cesar y cuyos cambios se traducen en modifi caciones continuas de los propios mecanismos de enlace y trans-ferencia, y por tanto, en la propia capacidad –y topología- matricial del sistema. La de un territorio más comunicado, interrelacionado y virtualmente isótropo pero no necesariamente más h9omogéneo; porque el progresivo (y bene-fi cioso) acceso de todos los puntos a la comu-nicación y a la información conduce, de hecho, a una virtual desorientación y, por tanto, a una conducción hacia la nada si no se defi -nen referentes, puntos nodales o focalizadores susceptibles de sectorizar líneas de fuerza: atractores, poladizadores, nodos fuertes o dis-tribuidores, que permitan canalizar los fl ujos y propiciar vínculos (link).

[1]La red en el puerto es un tejido comprimido, que oculta un preciso orden. La red sumergida en el cobra milagrosamente la forma del banco de peces que atrapa. La red izada restablece su orden recipiente, uniforme y pesado antes de soltar la pesca.

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Dichos focos nodales locales, bien planteados, permiten orientar el sistema reorientándolo constantemente (del mismo modo que los nuevos medios transporte rápido de comunicación pola-rizan y jerarquizan el espacio “acortando las distancias”).

Las nuevas organizaciones tienden a crear di-sotropías estratégicas dentro de la hiperco-nexión, producidas en ámbitos supranacionales, mas allá de los antiguos dominios territoriales de proximidad, entre nodos integrantes de or-ganizaciones globales, temporales, elásticas y variables que acabarían privilegiando aquellos movimientos y desplazamientos de intercambio y relación más efi caces ( y por tanto, necesaria-mente escorados) en contratos fl uctuantes en los que “las fronteras aparecen y desaparecen, los ámbitos se defi nen, las regulaciones se operan y los poderes se disuelven o afi anzan” (Manuel Gausa 2005, 507-508)

Estracto[MG] La idea de intercambio y desplazamiento en la metrópolis deriva hpy de la efi caz combi-nación entre canales diversos de comunicación y locomoción concebidos, principalmente, como circuitos orientadores de fl ujos en un “multi-territorio” más comunicado, interrelacionado y virtualmente isótropo pero no necesariamente más homogéneo.

Porque el progresivo (y benefi cioso) acceso de los puntos a la comunicación y a la información

conduce, de hecho, a una virtual desorientación y, por tanto, a a “conducción hacia la anda” si no se defi nen referentes, puntos nodales o foca-lizadores susceptibles de sectorizar líneas de fuerza: atractores, polaridades, nodos fuertes o distribuidores, que permiten canalizar fl ujos y propiciar vínculos.

GAUSA, M. GUALLART, MÜLLER, W. SORIANO, F. PORRAS, F, MORALES, J. 2005. Dicciona-rio metápolis de arquitectura avanzada. Actar. Barcelona

fi g1. VICENTE GUALLART, HABITAR UNA RED, Barcelona, 1998