Verano sin polera

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Verano sin polera… ¿imagen saludable o perfección enfermiza? Carrera: Pedagogía en Educación Física. Integrantes: Catherine Baeza Berrocal, correo: ([email protected]) Ángelo Flores Jara, correo: ( [email protected]) Noemí Leyton Castillo, correo: ( [email protected]) Camila Padilla Gómez, correo: ([email protected]) Natalia Poloni Lagos, correo: ( [email protected]) Resumen

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Verano sin polera… ¿imagen saludable o perfección

enfermiza?

Carrera: Pedagogía en Educación Física.

Integrantes: Catherine Baeza Berrocal, correo: ([email protected])Ángelo Flores Jara, correo: ([email protected])Noemí Leyton Castillo, correo: ([email protected])Camila Padilla Gómez, correo: ([email protected])

Natalia Poloni Lagos, correo: ([email protected])

Resumen

¿Cuántas veces hemos buscado alternativas o hacemos lo imposible por bajar

de peso, antes que nos alcance el verano?, ¿Publicidad, modelos perfectos en

revistas, vergüenza, obsesión?, Son factores que nos impulsan a buscar dietas,

hacer ejercicio físico, seguir programas online para bajar de peso, tips en variadas

revistas (aún más en las enfocadas a mujeres), realizar cirugías, los famosos y

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aconsejados secretos de amigos y tantas más para llegar a sentirnos bien antes

que el sol nos sorprenda.

Este ensayo tratará de las formas en que las personas buscan lograr este

cometido estético sin importar cosa alguna. Muchas veces caemos en esta masa

del “lograr bajar de peso” con cualquier alternativa que nos sea propuesta, sin

advertirnos previamente de que si al aceptarla corremos algún riesgo para nuestra

salud, cosa importante y primordial que muchas veces dejamos en último lugar.

Verano, palabra de peso que significa relajación y disfrute para algunos, se

transforma en preocupación para otros, aunque sin duda impulsará a cada

individuo a tomarlo y vivirlo de una manera distinta.

Palabras Claves:

Verano - Peso – Alternativas

¿Verano Feliz?...

Seguramente esta pregunta ha rondado por nuestra mente en alguno de los

veranos que han pasado por nuestras vidas y aunque tienda a poseer un

significado diferente en cada persona, se puede ligar directamente a nuestro

estado nutricional (los alimentos que consumimos) y a la actividad física que

seamos capaces de realizar o no, durante esos fríos días de estación invernal por

la cual pasamos antes de la llegada del verano; llenos de trabajo, estudio y

ocupaciones que muchas veces nos “obligan” a ser sedentarios. ¿Pero qué tan

importante será tomarse en serio esta pregunta? ¿Qué pasa cuando un verano de

descanso se convierte en un verano frustrado? ¿Qué mitos hay detrás de

aquellos métodos mágicos para bajar de peso y así obtener el cuerpo perfecto

tan anhelado? ¿Existe una forma de llegar a esta estación del año sin

preocupación?

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“El estado emocional suele considerarse otro de los elementos importantes en el afrontamiento de situaciones difíciles y puede tener consecuencias directas en la salud”. (Lema Soto, Luisa Fernanda Salazar Torres, Isabel Cristina; Varela Arévalo, María Teresa; Tamayo Cardona, Julián Andrés; Rubio Sarria, Alejandra; Botero Polanco, Adriana. (2009). Comportamiento y salud de los jóvenes universitarios: satisfacción con el estilo de vida. Pensamiento Psicológico, Enero-Junio, 71-87.)

Muchas personas pasando el mes de Septiembre, se sienten satisfechos de

haber disfrutado a concho lo comido y lo bailado, pero luego de esto comienza su

cargo de conciencia. Notan en su cuerpo las secuelas del desajuste alimenticio

que han hecho por estas fechas y sintiendo como la culpa los invade por haber

celebrado con ansias y desmedidamente como diría un nutricionista, comiendo

asados, anticuchos, empanadas, terremotos y otras cosas típicas de este mes,

sienten la obligación de ponerse al día con su cuerpo y así estar en forma para en

el verano que se viene.

Con esto, comienzan a buscar todos los métodos que le podrían ser útiles para

disminuir la panza. Los gimnasios se llenan, salen como manadas a trotar día y

noche por la calles de la ciudad, la botellita con agua se convierte en el amigo fiel

que nos acompaña a todos lados y cínicamente comienzan a comer más sano

esquivando la comida rápida…aquella que consumían a diario.

¡Sí, es cierto! No porque nos “saltemos” una comida o simplemente nos

propongamos consumir lo justo y necesario significa que moriríamos de hambre, al

contrario diferentes profesionales avalan y aconsejan cuidar nuestra alimentación,

nutriéndonos de un estilo de vida saludable que nos ayude a pasar mucho mejor

nuestra existencia.

“Se entiende por estado nutricional normal al equilibrio entre la ingesta y las necesidades alimentarías. Para mantener un estado nutricional normal y prevenir enfermedades degenerativas relacionadas con la alimentación”. (CARCAMO VARGAS, GLORIA I.MENA BASTÍAS, CARMEN PATRICIA. (2006). ALIMENTACION SALUDABLE. Horizontes Educacionales, Sin mes).

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Incluso según la OMS, mantener nuestro cuerpo en equilibrio comiendo

sano y realizando ejercicio regular nos libra de sufrir diferentes tipos de

enfermedades como por ejemplo, cardiovasculares. Es por ello, que intentar salir

de “rutina” a la que locamente nos hemos acostumbrado por el ajetreo de la vida

actual, nos logra proporcionar energía y vitalidad.

El estado nutricional actualmente es de gran preocupación, el problema del

sobrepeso y la obesidad es un tema mundial y sus consecuencias han llevado a

los gobiernos a generar grandes campañas de prevención y promoción de la

salud. Pero aun así, con toda la propaganda televisiva e información entregada a

la población, solo nos preocupamos de bajar de peso cuando sentimos que el sol

empieza a esconderse más tarde, la temperatura aumenta y la ropa de invierno

comienza a ser guardada. Estos sucesos comienzan a generar en muchas

mujeres y hombres una preocupación obsesiva por la imagen corporal, lo que trae

por consecuencia la búsqueda de dietas mágicas y prometedoras junto con rutinas

de ejercicio que muchas veces son extenuantes.

“El ámbito de estudio de la imagen corporal a recibido una atención creciente por parte de la comunidad científica, debido a que las alteraciones en la estructuración de dicha imagen son relativamente frecuentes en nuestra sociedad, especialmente entre las mujeres hasta el punto de que se han convertido en un descontento normativo”. (Robin, Silverstein y Striegel-Moore, 1985).

Así como las campañas de prevención y promoción a la salud realizan su

parte en este cuento, también lo hace la publicidad subliminal con sus infinitas

formas de ofrecernos resultados maravillosos… ¿publicidad engañosa o efectiva?,

solo queda al criterio de cada uno de nosotros, aunque esta mantiene cierta

conexión con las grandes redes televisivas que ofrecen productos para eliminar

peso o las fabulosas maquinas ejercitadoras que sin duda nos llaman la atención,

también existen los programas rutinarios de baile o ramas asociadas a estas, así

mismo los programas a través de internet que nos muestran paso a paso como

conducirnos a un resultado exitoso. Las cirugías estéticas, tips en revistas,

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ejercicio diario, realización de algún deporte, medicamentos, infinitas dietas,

remedios caseros, consejos de quienes nos rodean, etc.

“En los últimos 20 años en nuestro país, se han producido importantes cambios demográficos, sociales y económicos, que han contribuido a modificar estilos de vida de la población y por ende modificar la conductas alimentarías”. (Carcomo Vargas Gloria L, Mena Bastias Carmen Patricia, 2006)

Como vemos, existen variadas alternativas que nos incitan a buscar la

solución deseada para disminuir aquellos molestos “rollitos” que tanto amargan

nuestra existencia, pero la efectividad que ellos tengan en cada organismo pueden

no siempre ser lo que queremos, pues algunos acarrean en nuestro cuerpo

consecuencias que se dejan ver al tiempo de ser usados, como el desagradable

“efecto rebote” que termina por sepultar todo lo que felizmente teníamos ganado.

En la mayoría de estos casos pasa que tendemos a aceptar lo más

cómodo y rápido que nos parezca una alternativa, para lograr nuestro objetivo, sin

detenernos a pensar que tal vez nuestro organismo no sea capaz de soportarlo,

poniéndonos en un riesgo tal, que podría llegar a ser fatal. Nuestra salud siempre

estará en juego a la hora de tomar alguna de ellas, por eso debemos ser

responsables por una cuestión de integridad personal, sin arriesgarnos de buenas

a primera, ya que tal vez nuestra salud empeore o esos kilitos demás se vuelvan

una obsesión enfermiza por bajarlos, que nos haga llegar a trastornos sicológicos

como lo es la bulimia.

Nos comenzamos a obsesionar con la lucha de la baja de peso, realizamos

esfuerzos y todo lo posible para que antes del verano, consigamos lo que estamos

esperando…ver resultados rápidos y efectivos! pero es aquí donde la paciencia

comienza a declinar y nos juega en contra, cuando nos damos cuenta que el

tiempo nos persigue y la dieta no va bien, esto genera un estrés y hace que

tomemos decisiones incorrectas como pensar que podemos ser nuestros propios

nutricionistas y personal trainners, sin considerar que los resultados podrían

demorar si no consultamos ayuda profesional previamente.

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Como todo proceso, bajar de peso requiere de una evaluación previa en un

sentido nutricional, físico y metabólico, no podemos pretender bajar de peso con

ideas vagas sin una evaluación previa. Cada persona y organismo es diferente,

por eso no podemos pensar que las dietas tendrán el mismo efecto para todos. La

falta de hábitos alimentarios y la ausencia de actividad física regular a lo largo del

año son la causa de que muchos se plateen esta pregunta de forma culpable. ¿Y

qué pasaría si cambiáramos nuestra conducta a lo largo del año y no solo cuando

el calor aumenta y la ropa más liviana majestuosamente comienza a hacer acto de

presencia? Obviamente nuestra culpa y esta pregunta no existirían si cambiamos

el hábito “incorrecto” de llevar nuestra alimentación y actividad física diaria.

“La práctica de Actividad Física ha sido un ámbito reconocido

precisamente por su promoción de la salud, tanto Física como psicológica”.

(Buchworth y Dishman, 2002).

Los supuestos son claros ante esto, los cambios quizás serían drásticos si

tomamos en cuenta cambiar nuestros hábitos mencionados anteriormente. Una

alimentación balanceada, responsable, más una porción de actividad física, sería

la dosis perfecta para eliminar la angustia previa al verano. Los sacrificios por

bajar de peso o estar en forma, ya no serían tan tormentosos y la obsesión al

querer obtener resultados, claramente sería menor o no existiría.

El tema de la alimentación y vida saludable tiene una real importancia en

nuestros tiempos, más aún en estas fechas en las que estamos a un paso de

mostrar ya sea con orgullo o recelo nuestra figura trabajada durante el año y lucirla

con ese short o bikini que tanto estrés nos causó, pero más allá de haber logrado

el objetivo o no, y frustrarnos, deberíamos relajarnos un poco y tomarnos el verano

con otro sentido, así como lo hace el resto…pensar en descanso, compartir

agradablemente de las tardes de sol con la familia y amigos, naturaleza, playa y

diversión por montón!...Nutrir nuestra mente, cuerpo y alma.

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Bibliografía

Nutrición para la salud, la condición física y el deporte (Melvin H. Williams).

Guías de alimentación para la población chilena editores: Cecilia Castillo L.

Ricardo Uauy D. Eduardo Atalah S.

Referencias

Lema Soto, Luisa Fernanda Salazar Torres, Isabel Cristina; Varela Arévalo, María Teresa; Tamayo Cardona, Julián Andrés; Rubio Sarria, Alejandra; Botero Polanco, Adriana. (2009). Comportamiento y salud de los jóvenes universitarios: satisfacción con el estilo de vida. Pensamiento Psicológico, Enero-Junio, 71-87.

Robin, J. Silverstein, L. y Striegel-Moore, R. (1985). Women and weight: a normative discontent. In T:B: (Ed.), Psychology and Gender: Nebraska Symposium on Motivation, 1984 (pp. 267-307). Lincoln: University of Nebraska Press.

Buchworth, J. & Dishman, R.K. (2002). Exercise psychology. Champaign: human Kinetics.

Camacho Miñano, Maria José Fernández García, Emilia; Rodríguez Galiano, Ma. Isabel. (2006). Imagen Corporal y práctica de actividad física en las chicas adolescentes: Incidencia de la modalidad deportiva. RICYDE. Revista Internacional de Ciencias del Deporte, abril, 1-19.

CARCAMO VARGAS, GLORIA I.MENA BASTÍAS, CARMEN PATRICIA. (2006). ALIMENTACION SALUDABLE. Horizontes Educacionales, Sin mes.

Linkografía

http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/es/