VENEZUELA Transición al desarrollo sustentable en Venezuela · “El país está en la encrucijada...

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Transición al desarrollo sustentable en Venezuela Antonio De Lisio NOVIEMBRE 2016 “El declive prolongado por casi 40 años de los indicadores económicos del país es un asunto crucial a considerar, cuando parecería haber un consenso sobre la fortaleza que tenemos debido a los abundantes recursos petroleros. Hay que salir del encantamiento del “Estado Mágico” (Fernando Coronil 1999), del una vez todopoderoso Estado petrolero…” “Consumir hoy los barriles de petróleo que vamos a entregar mañana, es como si decidiéramos ingerir hoy además del alimento que tenemos dis- puesto para el momento, el alimento que deberíamos tener para mañana. Continuando con la analogía alimentaría, estaríamos adoptando un régimen alimenticio imposible de mantener…” “…se desprenden dos objetivos clave para la transición sostenible: 1) Gene- rar trabajo verde y digno para responder al reto del bono demográfico con equidad socio-territorial 2) descentralizar eco-socio-territorialmente la toma de decisiones para potenciar la gobernanza ambiental” “El país está en la encrucijada histórica de redefinir la esencia misma de su modelo de desarrollo de los últimos noventa años basado en los recursos del subsuelo” ANÁLISIS VENEZUELA

Transcript of VENEZUELA Transición al desarrollo sustentable en Venezuela · “El país está en la encrucijada...

Transición al desarrollo sustentable en Venezuela

Antonio De Lisio

Noviembre 2016

“El declive prolongado por casi 40 años de los indicadores económicos del

país es un asunto crucial a considerar, cuando parecería haber un consenso

sobre la fortaleza que tenemos debido a los abundantes recursos petroleros.

Hay que salir del encantamiento del “Estado Mágico” (Fernando Coronil

1999), del una vez todopoderoso Estado petrolero…”

“Consumir hoy los barriles de petróleo que vamos a entregar mañana, es

como si decidiéramos ingerir hoy además del alimento que tenemos dis-

puesto para el momento, el alimento que deberíamos tener para mañana.

Continuando con la analogía alimentaría, estaríamos adoptando un régimen

alimenticio imposible de mantener…”

“…se desprenden dos objetivos clave para la transición sostenible: 1) Gene-

rar trabajo verde y digno para responder al reto del bono demográfico con

equidad socio-territorial 2) descentralizar eco-socio-territorialmente la toma

de decisiones para potenciar la gobernanza ambiental”

“El país está en la encrucijada histórica de redefinir la esencia misma de su

modelo de desarrollo de los últimos noventa años basado en los recursos del

subsuelo”

ANÁLISIS

VENEZUELA

Índice

n Introducción .............................................................................................................................3

n Diagnóstico ..............................................................................................................................3

La pérdida de capacidad dinamizadora del petróleo en la economía nacional ......................3 La declinación del modelo y los desarreglos eco-socio-energéticos del país .........................5 Las ventas de petróleo a futuro y su impacto en el metabolismo social del país .........................5

La petro-agricultura de puertos: los descuentos energéticamente absurdos ..............................8 Los escenarios del cambio climático como pronóstico del agravamiento de la crisis ....................................................................................................9

n Una propuesta de transición al desarrollo sustentable en Venezuela ........................ 10

El soporte legal y prescriptivo de la transición al desarrollo sostenible en Venezuela ........ 10

La Agenda 2030 ONU, una referencia importante .................................................................... 11

Justificacióndelapropuesta .................................................................................................. 11 Imagen Objetivo. El país al cual se aspira ..............................................................................13 Generar trabajo verde y digno para responder al reto del bono demográficoconequidadsocio-territorial .............................................................................14 Turismo sustentable ..............................................................................................................15

Agrobiodiversidad ................................................................................................................16

Pesca y piscicultura .............................................................................................................16

Fauna y zoocría ....................................................................................................................18

Fuentes Alternativas de Energía ............................................................................................19

Los sectores de la revolución científico técnica del siglo XXI ..................................................19

n Estrategia de implementación ...........................................................................................21

La descentralización eco-socio-territorial como estrategia de gobernanza ambiental .......... 22

Estrategia de implementación ................................................................................................22

Los principios y criterios compartidos y esenciales del desarrollo sustentable .................. 23

Criterios de Sustentabilidad Ecológica ..................................................................................24

Criterios de Sustentabilidad Social .........................................................................................24

Criterios de Sustentabilidad Económica .................................................................................24

A manera de colofón: Los actores para darle piso socio-político a la propuesta .................. 25

Bibliografía ...............................................................................................................................26

Anexo Legislativo ....................................................................................................................27

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TRANSICIÓN AL DESARROLLO SUSTENTABLE EN VENEZUELA | Antonio De Lisio

Introducción

La transición al desarrollo sustentable intenta ser una propuesta para superar la crisis, a nuestro jui-cio irreversible, del modelo petrolero implantado en el país durante casi 100 años. A lo largo de este papel de trabajo se analizan y evalúan las distintas aristas que muestran que estamos viendo el ocaso de la Venezuela Petrolera. Se consideran de ma-nera particular:

• La crisis económica del insostenible modelo rentista petrolero venezolano vigente.

• Los desbalances eco-socio-energéticos propi-ciados por el modelo en la etapa de declinación.

• Los escenarios del cambio climático como pro-nóstico del agravamiento de la crisis.

• Los sectores promisorios para el trabajo verde y digno.

• La descentralización eco-socio-territorial como estrategia de gobernanza ambiental.

• La viabilidad legal del desarrollo sustentable venezolano.

• La propuesta y los actores clave para impulsarla.

Los mismos se presentan articulados en dos gran-des secciones, la primera, dirigida al diagnóstico y la segunda, circunscrita a la propuesta en la que se vislumbra el país alternativo posible, precisando los objetivos centrales, las estrategias y los actores que le deben dar piso socio-político a la transición por la que necesariamente el país debe enrumbar-se para salir de manera definitiva del paradójico empobrecimiento creciente de las últimas cuatro décadas, a pesar de disponer de las condiciones humanas y naturales para superarlo.

Diagnóstico

En esta sección se evalúan los problemas econó-micos, sociales, ecológicos generados por el mo-delo rentístico petrolero. Se consideran tanto los desequilibrios económicos como los desarreglos en el metabolismo social del país, llegando a ab-surdos como la petro-agricultura de puerto que pone en entredicho la seguridad alimentaria, en un país geográfica, ecológica y socialmente diverso. A continuación, se desarrollan los distintos puntos que permiten explicar el ocaso del modelo rentís-tico petrolero.

La pérdida de capacidad dinamizadora del petróleo en la economía nacional

De acuerdo a Gutiérrez (2013), la historia econó-mica petrolera de Venezuela puede dividirse en dos grandes etapas. La primera discurre entre el comienzo de la segunda y el final la séptima déca-das del siglo XX. A partir del año 1978 se inicia la etapa que aún hoy no finaliza. Como se verá a continuación se trata de dos períodos contrasta-dos que nos permiten evaluar la capacidad de la producción petrolera para mantenerse como mo-tor dinamizador de la economía nacional.

Durante la primera etapa, que abarca poco más de 50 años el país rural, basado en la exportación de café, da paso al país urbano exportador petro-lero. La economía se caracterizaba por el aumento constante del ingreso per cápita; la acumulación de capital a tasas superiores a la de la fuerza labo-ral, la expansión del mercado interno; incremento de la capacidad industrial, la producción agrícola y la construcción de infraestructuras; bajas tasas de inflación (de menos de dos dígitos). Venezue-la mostraba a la región y al mundo un envidiable crecimiento económico sostenido de 5 décadas. Particularmente hay que resaltar que entre 1950 y 1977, con precios que variaron poco, pero con aumento de la producción, el Producto Interno Petrolero per cápita (PIBPPC) creció a una tasa anual de 3,2 % y el PIB No Petrolero per cápita (PIBNPPC) lo hizo al 5,1 % anual. Por su parte, el PIB per cápita de los bienes transables no pe-troleros per cápita (PIBTNPPC, incluye manufac-tura, agricultura y minería) creció a la tasa media anual de 4,7 %, el PIB per cápita de la industria manufacturera (PIBMANPC) al 5,8 % y el PIB agrícola per cápita (PIBAPC) al 2,4 % (Socorro, 2013). Fueron 27 años durante los cuales la ren-ta petrolera fue capaz de sustentar la expansión del consumo y de la inversión en bienes de capital fuera del sector petrolero. Ello en buena medida producto de las políticas comerciales proteccio-nistas, basadas en la estrategia de la CEPAL de industrialización sustitutiva de importaciones, que en el país estimularon la producción agrícola e in-dustrial para el mercado doméstico. Esta satisfac-ción propia de la demanda interna compensó las dificultades de la apreciación del tipo de cambio

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lugar de crecimiento económico duradero, po-tenció los inconvenientes ya considerados du-rante el boom de los 70s: no hubo un crecimien-to del capital fijo, se generó una extraordinaria expansión de las importaciones para satisfacer, inclusive, la oferta de alimentos que anterior-mente se producían en el país en el marco de las políticas cepalinas ya señaladas. El auge de las importaciones, la caída de la producción nacio-nal, el aumento del endeudamiento como el que se suscribió con China, que dificultan la contabi-lidad fiscal (más adelante evaluaremos la deuda china en términos de metabolismo social), fue-ron creando desequilibrios fiscales macroeconó-micos que se reflejaron también en desestímulos al empleo. A mediados de la primera década del siglo XXI se registra un déficit en la generación de empleo formal que “condujo a alrededor de la mitad de la población económicamente activa a ocuparse en actividades informales en comercio y servicios de menor productividad e ingresos bajos e inestables” (Palacios, Nicolescu 2010: 26). Se debe tener en cuenta que la precarización del trabajo, va asociada a una merma de otras condiciones productivas, como por ejemplo la idoneidad y actualización tecnológica. Trabajo y tecnología son temas clave a discutir para la transición al desarrollo sostenible como se verá más adelante.

En cuanto a la estructura productiva de la eco-nomía no petrolera, en los años 2000s se observa una agudización de los efectos de la “enfermedad holandesa”: crecieron los sectores no transables (finanzas, comercio y servicios), mientras que los sectores transables perdieron competitividad, acentuado la dependencia de las exportaciones petroleras.

Gutiérrez (2013) coincide con estas consideracio-nes y agrega que a partir de finales de los 70s has-ta los momentos actuales estamos registrando, primero la declinación y posteriormente la crisis del modelo de acumulación de capital basado en la renta petrolera. Como recuento de este proce-so hay que recordar: el inicio de las devaluaciones del bolívar frente al dólar con el Viernes Negro del año 1983, las graves dificultades de la deuda externa de los 80´, propiciada por la caída de las exportaciones petroleas per cápita entre 1980 y

real (TCR) propiciada por la renta petrolera deses-timulando las exportaciones no petroleras.

En las postrimerías de esta primera fase, en 1974, se registra el primer gran auge de precios del pe-tróleo debido al embargo petrolero de los paí-ses árabes a los EE.UU. por la guerra del Yom Kippur en octubre de 1973. El boom en sus co-mienzos estimuló el crecimiento de los indicado-res económicos, pero con la caída de los precios petroleros a partir del año 1976, el producto per cápita promedio decreció a lo largo de la década de los 70s. El año 1978, marca el fin del boom y el quiebre en la dinámica de crecimiento que el país registraba desde la segunda década del siglo XX.

La segunda etapa comienza con este declive del dinamismo económico del petróleo. Palacios y Nicolescu (2010) señalan como tendencia general que hasta el 2009 se registra un decrecimiento de 0,2% interanual, a pesar del crecimiento registra-do de los precios del petróleo entre 2004 y 2008. Destacan que en el punto más alto del crecimien-to, el primer semestre del año 2008, el producto per cápita fue inferior al que se registró en el año crucial de 1978. Para recordarnos la rapidez de los vaivenes de los precios del crudo, nos indican que en el segundo semestre de 2008 se produ-jo un descenso drástico del producto per cápita del 3,3%, y posteriormente, en 2009, el producto per cápita “[…] estimado en dólares de EUA del año 2000, sólo es 3,9% superior al del año 1960, lo cual indica una situación de estancamiento en cinco décadas […]” (Palacios, Nicolescu 2010:3). A pesar de que los precios del petróleo a partir de los 70s se mantuvieron en promedio, consideran-do los picos de auge y declive, muy superiores en términos reales y nominales a los de la década de los 60s, prácticamente no crecimos, si considera-mos que la población en promedio ha aumentado en cinco décadas alrededor del 3 % interanual.

Para comprender mejor el decaimiento del pe-tróleo como motor de la economía nacional, vale la pena profundizar en la consideración de algu-nos indicadores durante la referida bonanza de precios 2004-2008. Durante estos años el PIB no petrolero per cápita aumentó a una tasa prome-dio anual alta de 10,5%, producto de la extraor-dinaria alza de los precios del barril, pero en

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1986, la adopción de programas de estabilización y ajuste estructural desde 1989 -año del fatídico “Caracazo”- y la mayor parte de los 90s. Du-rante esta década, considerada por algunos como neoliberal, el país con el financiamiento y asesoría de los multilaterales: Fondo Monetario Interna-cional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo), liberó el comercio y se hizo miem-bro del Acuerdo general de Aranceles y comercio (GATT) en 1990 y de la Organización Mundial de Comercio (OMC) desde 1995. Gutiérrez ad-vierte que desde finales de los 70s “[… ha persis-tido la volatilidad de la economía, con tendencia a la reducción del PIBPC, de la productividad labo-ral y de la producción de bienes transables […” (Gutiérrez 2013:24)

Para resaltar la crisis del modelo petrolero, el re-ferido autor aporta el análisis del último aumento de precios del barril entre 2010 y 2012, y señala que, a pesar de los mayores ingresos, estos fueron insuficientes para mantener las importaciones y en general, los niveles de gasto del gobierno. Éste continuó en una política desquiciante de emisión de dinero inorgánico e incurriendo en nuevos endeudamientos internos y externos que, en lu-gar de destinarse a los bienes de capital, sirvie-ron para aumentar el consumo sin aumento de producción interna, disparándose por lo tanto la inflación. La TCR se apreció incrementando el valor de las importaciones y mientras éstas al-canzaron en 2012 la muy alta cifra histórica de 58.775 millones de dólares EE.UU., las exporta-ciones no petroleras apenas llegaron a 4.121 mi-llones de dólares EE.UU. En definitiva, se magni-ficaron los desarreglos macroeconómicos de los dos booms anteriores analizados.

Visto en perspectiva, la declinación del PIB per cápita del país, el desestimulo a la producción na-cional y a los procesos de Innovación tecnológi-ca, la precarización del trabajo, el aumento de los niveles de endeudamiento inclusive en época de aumentos de precios petroleros, muestran que el modelo petrolero venezolano ha entrado en una fase de declinación creciente en las últimas cuatro décadas, tendencia que parece agudizarse de ma-nera irreversible considerado el estímulo al cambio de la matriz energética propiciado por los acuer-dos internacionales sobre Cambio Climático.

La declinación del modelo y los desarreglos eco-socio-energéticos del país

El declive prolongado por casi 40 años de los indicadores económicos del país es un asunto crucial a considerar, cuando parecería haber un consenso sobre la fortaleza que tenemos debido a los abundantes recursos petroleros. Hay que salir del encantantamiento del “Estado Mágico” (Fernando Coronil 1999), del una vez todopode-roso Estado petrolero, en estos últimos años tan venido a menos a la luz de los indicadores como los índices de pobreza: de acuerdo a los datos CEPAL (2014) la pobreza en el país en el 2013 se ubicó en el 32%, por encima del 30% promedio de América Latina y el Caribe. El gobierno no ha suministrado cifras sobre la crecientemente crí-tica situación de 2014 y 2015 que se ha vivido. En los últimos años se ha pretendido mantener la ilusión petrolera con nuevos artificios que pre-tenden mantener el peso económico y político del petróleo venezolano, como las ventas de pe-tróleo a futuro y los convenios de descuento de la factura petrolera especialmente a paises de Cen-troamérica y El Caribe. Estas decisiones además de empeorar los desajustes en la economía ana-lizados en la sección anterior, están produciendo desarreglos que marcan de una manera más glo-bal la insostenibilidad del modelo, como los que desde la perspectiva de los desbalances energéti-cos ecología-sociedad a continuación evaluamos.

Las ventas de petróleo a futuro y su impacto en el metabolismo social del país

Esta es una modalidad que se ha impuesto con el acuerdo que China y Venezuela mantienen con mucha opacidad desde el 2007 y que el país mane-ja mediante el Fondo Conjunto Chino Venezolano administrado por BANDES. China hizo un primer aporte de 5.000 millones de dólares para la compra adelantada de petróleo. El suministro inicial fue pautado en 200.000 barriles de petróleo diarios que a un precio de cotización para la época de 102,56 $ EE.UU., implicaría enviar por 244 días un total 48.751.950 barriles. El aporte de China al Fondo fue incrementándose y se estima que para finales del 2013 el préstamo chino se ubicaba en 47.000 millones de $ EE.UU., de los cuales el gobierno

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venezolano dice haber pagado 20.000 millones $ EE.UU. (Culshaw, 2014) equivalente al 42% del to-tal de la deuda, además dice haber aumentado sig-nificativamente los despachos de crudos a China, algunos especialistas hablan de 400.000 bpd. Estos incrementos en los envíos abren la siguiente para-doja: seguramente se han venido realizando, pero el país no ha estado recibiendo un dólar, ya que si se considera que los 27.000 millones $ EE.UU. que faltaban por honrar hace dos años y medio, al precio promedio de 66,54$ EE.UU. por barril (de acuerdo a datos oficiales el precio del barril fue de 88,42$ en 2014 y 44,65$ en 2015), a finales del 2013 a China le estábamos adeudando el envío de petróleo por unos 1014 días, es decir, de unos dos años y 9 meses. De no haber nuevas solicitudes de créditos estaríamos saldando la deuda de fina-les del 2013 en el último trimestre del 2016, pero hay que recordar que el gobierno venezolano en el 2016 está solicitando un nuevo crédito a China por un mínimo de 5.000 millones de dólares, que manteniendo los envíos en 400.000 bpd. y a una cotización promedio optimista para el segundo semestre de 2016 de 40$EE.UU., implicaría sumi-nistros por 312 días. Esto quiere decir que si hay un nuevo endeudamiento estaríamos saldando la deuda contraída con China a finales del 2017, claro está, si no hay un nuevo compromiso. Se debe ad-vertir, sin embargo, que los días de envío compro-metidos pueden ser superiores si se contabiliza el descuento que el gobierno venezolano ha venido aplicando a los barriles que se envían a China y se considera que una baja del barril como la que es-tamos experimentando desde el 2014, implica que hay aumentar el número de días de envío ante las dificultades evidenciadas para aumentar la produc-ción petrolera nacional. Se debe agregar además, que de continuar el país asumiendo como parte de los costos de exportación el pago del flete de los barriles hasta Singapur, se reduce aún más el pre-cio de venta real del petróleo venezolano a los chi-nos. Éste puede variar entre menos 0,60 $ y menos 6,50 $, dependiendo de si respectivamente, se tra-ta de petróleo que Venezuela compra en el Golfo Pérsico para cumplir sus compromisos o se trata de petróleo extraído en el país y enviado a China por el Canal de Panamá. Resulta conveniente saber que para esta última opción los chinos han encon-trado una manera para aprovecharse aún más de este beneficio contractual, vendiendo el petróleo

venezolano en el Golfo de México y comprando petróleo a un proveedor en Singapur, partiendo de ese “descuento” de 6,50 $EE.UU. por barril.

Otro asunto que hay que tener presente con este endeudamiento es que el 40% del préstamo chi-no está constituido exclusivamente por el equiva-lente en dólares en yuanes, una moneda no con-vertible y que por lo tanto obliga a Venezuela a gastarlos en China o comprar productos chinos. Es por ello que en buena medida se explica que las importaciones chinas al país hayan crecido 290 veces en los últimos catorce años, solo en el 2012 alcanzaron el equivalente a 7.700 millones de dólares EE.UU. Es de destacar que si bien con estas importaciones, de acuerdo a la información del gobierno venezolano, se han venido trayendo al país bienes de capital para áreas como: infraes-tructura, industria, agricultura, minería, energía, tecnología, comunicación e información, no es menos cierto que también se han utilizado para traer bienes de consumo como los que alimentan el programa “Mi Casa Bien Equipada”.

En el Cuadro a continuación se muestran las varia-ciones intercensales 2001-2011 de los rubros que el INE cubre como equipamiento de los hogares.

Cuadro 1

*Solo el 2,0% de los hogares utilizan cocina eléctrica. La gran ma-yoría el 95,6 % utiliza gas. El 2, 4% otras fuentes por lo general leña. Fuente: INE 2012.

Variaciones intercensales equipamiento hogares en Venezuela

Equipamiento hogar 2001 (%) 2011 (%)

Acceso Internet 4.6 23,7

Computadora 13,9 31,9

Televisión cable/ satelital 25,6 48,0

Telefonía fija / satelital 35,8 50,3

Calentador agua 15,8 8,5

Secadora de ropa 9,8 10,7

Aire acondicionado 15,9 40,5

Lavadora 55,8 68,4

Radio 85,9 69,7

Nevera 84,2 87,7

Televisión convencional 90,4 93,6

Cocina - 94,2*

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Como se puede apreciar, entre el 2001 y el 2011 se registra un aumento en equipamiento de los hoga-res en Venezuela, especialmente en lo que respecta a Tic´s y a los aparatos energo intensivos como la secadora y especialmente el aire acondicionado, que triplicó durante el período intercensal su por-centaje de presencia en los hogares venezolanos.

En resumen, tenemos que el país ha venido reci-biendo una cantidad de créditos chinos que se pa-gan con envíos diarios, por ahora, de hasta casi tres años y parte de este pago se recibe en bienes de consumo. En términos de metabolismo social se estaría contraviniendo la lógica sucesión de apro-piación, transformación, distribución y consumo, ya que primero se estaría consumiendo y luego se estaría produciendo y distribuyendo. Vale la pena detenernos en la explicación de las etapas del me-tabolismo social para entender mejor las implica-ciones de la total inversión de éstas.

De acuerdo a Toledo (2013), los procesos me-tabólico-sociales pueden ser comprendidos en el marco del encadenamiento de las distintas fases del uso de la naturaleza que realizan las socieda-des humanas: apropiación (A), transformación (T), distribución (D), consumo (C) y residuos/reciclaje (R/R). A continuación se explican bre-vemente las primeras cuatro que nos ayudan a en-tender el problema metabólico social de la venta a futuro del petróleo venezolano. (Se excluye la última fase (R/R), ya que ésta no ayuda mucho a la comprensión del fondo del problema).

Apropiación: Mediante (A), la sociedad se nutre de todos aquellos materiales, energías y servicios que los seres humanos y sus artefactos requieren (en-dosomática y exosomáticamente) para mantener-se y reproducirse. Este proceso lo realiza siempre una unidad de apropiación (P), la cual puede ser una empresa (estatal o privada), una cooperativa, una familia, una comunidad, o un solo individuo (por ejemplo, un captador de energía solar).

Transformación: (T) implica todos aquellos cam-bios producidos sobre los productos extraídos de la naturaleza, los cuales ya no son consumidos en su forma original. En sus formas más simples, T incluye las modalidades más elementales e in-tensivas en trabajo humano como las distintas

modalidades artesanales, pasando a los procesos intensivos en energía y materiales.

Distribución: (D) marca en términos diacrónicos el momento evolutivo en el que las sociedades humanas tienen un excedente para comercializar, inaugurando con ello el intercambio de produc-tos que podemos ubicar con el propio surgimien-to múltiple de las ciudades hace más de 5.000 años. En la actualidad la distribución está particu-larmente mediada por el transporte y sus costos energéticos y económicos asociados.

Consumo: (C) se convierte en la manera como las sociedades se satisfacen de el encadenamiento aguas arriba de P+T+D y desde el punto de vista energético debe contabilizar los gastos en los que se incurrió en las mismas.

De tal manera que el gobierno venezolano, a tra-vés de PDVSA en tanto que unidad de apropia-ción P, decidió consumir hoy lo que va a Transfor-mar (T) y Distribuir (D) mañana como millones de barriles de petróleo. Para entender mejor el problema planteado vale la pena hacer la analogía con el metabolismo biológico individual de una persona. Consumir hoy los barriles de petróleo que vamos a entregar mañana, es como si deci-diéramos ingerir hoy además del alimento que tenemos dispuesto para el momento, el alimento que deberíamos tener para mañana. Continuando con la analogía alimentaría, estaríamos adoptan-do un régimen alimenticio imposible de mante-ner, ya que el exceso del día anterior se paga con la absoluta escasez del día posterior, a menos que decidamos utilizar para satisfacer nuestras ne-cesidades de ese día lo que se tiene para el día siguiente pero ya sin posibilidades de tener exce-sos. Así, por ese camino, lo que vamos a tener el día siguiente será menor a lo que teníamos el día anterior por cuanto hay que compensar el exceso del primer día, llegando por las compensaciones parciales que se van acumulando, al día que no tengamos más alimento para mañana, es decir lle-gamos a la inanición. La sociedad venezolana de hoy, habiendo vivido los excesos de la bonanza 2008-2012, parece que entre el 2015 y 2016 está llegando a la situación límite que obliga a pensar en la ayuda humanitaria para lograr recuperar el nivel de consumo básico de alimentos.

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La petro-agricultura de puertos: los descuentos energéticamente absurdos

Históricamente en el país, con el auge de la pro-ducción petrolera y especialmente en la tercera década del siglo pasado, se fue abandonando pau-latinamente la agricultura, sector hasta entonces predominante en la economía del país. Se fue estimulando a partir de entonces la “agricultura de puertos”. Desde el punto de vista ambiental esto ha traído como consecuencia la alta huella ecológica del consumo alimenticio venezolano dependiente de alimentos importados, que se ha sostenido en el tiempo gracias a las facilidades de trasporte que garantiza la condición de país pe-trolero. Sin embargo, la situación está llegando a su extremo en el marco de los convenios petro-leros de PETROCARIBE y la Alba, que permi-ten un precio preferencial con un endeudamiento amortizado en un muy largo plazo de 25 años, e inclusive con descuento de pagos con alimentos para los países con capacidad agrícola. Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), indi-can que durante los últimos 5 años el valor de las importaciones de alimentos desde países que se benefician de estos acuerdos aumentó 394%, so-bre todo de República Dominicana, Guyana, Su-rinam y Nicaragua. El valor de las importaciones pasó de 95,45 millones de dólares en 2008 a 583,2 millones de dólares en 2013. Para ese año Vene-zuela destinó alrededor de 193.500 barriles diarios para honrar el convenio, poco menos de la mitad de los barriles diarios que se han venido enviando a China en los últimos años, como ya vimos.

La importación de alimentos, que no ha logrado paliar la situación de escasez creciente de comi-da que venimos enfrentando en los últimos tres años, además de aumentar la huella de carbono general de la nación, está originando un balance negativo en el balance de flujo de materia del país: de acuerdo a datos del 2013 mientras se uti-lizaron casi 94 millones de Tm de petróleo para cumplir con los países de Centroamérica y El Caribe, de los países de la subregión beneficia-dos con el descuento por alimentos se recibieron alrededor de 630.000 Tm que permitieron una compensación material para ellos, pero una des-composición energética, ecológica y social para nosotros como a continuación se explica.

Desde el punto de vista del flujo de materia por cada 150 Tm de petróleo, la compensación se traduce en 1 Tm de alimento importado, lo que significa un enorme desbalance material que no puede ser compensado comercialmente, espe-cialmente si media en estas relaciones el endeuda-miento a largo plazo. Pero además, en términos energéticos ecológicos hay que advertir que se trata de un intercambio de energías de muy dis-tinta complejidad: mientras la del petróleo con-tiene la energía acumulada a lo largo del tiempo geológico, la de los alimentos centroamericanos y caribeños, si bien tienen un componente de sub-sidio de hidrocarburos a través de fertilizantes y pesticidas, están mediadas en última instancia por la regularidad de la estacionalidad climática y la radiación diaria. Es decir, en términos de la ca-lidad ecológica de la energía implícita en la com-pensación de la factura petrolera por alimentos, además del gran desequilibrio ya señalado en los volúmenes, hay que agregar que mientras Vene-zuela envía energía proveniente de los escasos y muy selectivamente distribuidos depósitos de hi-drocarburos del planeta, recibe la energía básica-mente resultante del flujo circulante de energía de éste. Mientras un barril de petróleo encierra mi-llones de años, el alimento que recibimos descan-sa energéticamente hablando en los ciclos anuales de siembra y cosecha para la producción vege-tal o en la tasa de crecimiento interanual de los productos animales. Estamos enviando la energía almacenada en recursos no renovables en la tem-poralidad humana, a cambio de los instantes del flujo diario de energía renovable. Finalmente, hay que decir que esta petro-agricultura de puertos desde la perspectiva del desarrollo duradero del país, está desestimulado la producción nacional, por la entrada de alimentos subsidiados por el descuento de la factura petrolera, que disfrutan los países que hacen parte del acuerdo. Podría-mos decir que se trata de una “siembra del petró-leo” fuera del país que contraviene la soberanía alimentaria refrendada en la Constitución y que el Gobierno consolidaría con la creación de PDVSA Agrícola. Es así como absurdamente mientras en el interior del país extremamos la “enfermedad holandesa”, estimulamos la agricultura en terce-ros países con descuentos comerciales y endeu-damientos “blandos”, mecanismos extraños en el comercio internacional de petróleo.

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Los escenarios del cambio climático como pronóstico del agravamiento de la crisis

El ocaso del petróleo en la economía nacional y los desarreglos eco-socio-energéticos considera-dos en las secciones anteriores, están manifestán-dose en la encrucijada de cambio climático, que además de comprometer aún más las posibilida-des de mantener el modelo petrolero venezolano por los cambios en la matriz energética mundial, genera una situación de vulnerabilidad que pone en riesgo la infraestructura petrolera localizada en áreas de alto riesgo climático. De acuerdo a la Primera Comunicación Sobre Cambio Climá-tico (MINAMB, hoy MPPAMB, 2005) -hasta los momentos la única, tenemos un grave retraso, inclusive en el ámbito regional- las emisiones totales de CO2 del país, alcanzaron 114.147 Gg, para 1999, de las cuales 14.360 Gg equivalentes al 12,6 % fueron absorbidas por Cambios de Usos de la Tierra (especialmente por la ocupa-ción humana de áreas naturales o Bajo Régimen de Administración Especial-ABRAE-) y Silvicul-tura, quedando una emisión neta de 99.787 Gg. La fuente principal de CO2 es la combustión de

combustibles fósiles del sector energético, la cual genera el 89,9% del total emisiones, seguida por las provenientes de la industria minera y química principalmente. Así mismo, en 1999 se emitieron 52 Gg de Óxido de nitrógeno (N2O) y 396 Gg óxidos de nitrógeno varios (Nox), 2.950 Gg de metano (CH4), estas últimas en un 61,4% pro-venientes de las de fugas y venteos de gas na-tural que se producen en las fases de extracción, almacenamiento y transporte de petróleo y gas. Finalmente, el 97,7% de las emisiones de óxidos de nitrógeno proviene también de la combustión de combustibles fósiles. En términos generales el sector es responsable del 90% de las emisiones de CO2 del país; 61,4% de las emisiones de CH4 y 98 % NOx. Venezuela se ubica en el cuarto puesto en América Latina y El Caribe en cuanto a la produc-ción de estos Gases Efecto Invernadero (GEI), y se ha destacado la compensación que significa el empleo de hidroelectricidad y el gas frente a las plantas termoeléctricas y al fuel oil respectivamen-te para el uso doméstico e industrial.

En el cuadro 2 se muestra un resumen general del cambio climático en Venezuela.

1. Incremento de Temperatura

Asumiendo que el incremento de gases de efecto invernadero continuará a lo largo del siglo XXI, los modelos utilizados señalan un

incremento de la temperatura media del aire para mediados de siglo (2060) en el rango de 0,3 a 3,5 °C, dependiendo del lugar del país.

2. Impactos Regionales diferenciales

A pesar de que los resultados generales indican un calentamiento y una tendencia hacia menor precipitación en el futuro, hay di-

ferencias regionales importantes. El sur del país, según ambos modelos, parece ser el más afectado, mientras que en los Andes y

centro–norte, (es decir, las principales zonas montañosas del país), es mayor la incertidumbre.

3. Disminución de la Disponibilidad de Agua

En general, la vulnerabilidad del país es muy alta en el régimen hídrico, debido a la concentración de población al norte, donde es

menor la cantidad de agua; incluso pequeñas disminuciones de la precipitación o ligeros incrementos de las salidas de agua (ETP),

pueden tener consecuencias graves, especialmente en las zonas de climas semiáridos y sub–húmedos secos.

4. Agricultura

Los cambios en el número de meses húmedos inducidos por los cambios de precipitación y evapotranspiración pueden significar

cambios mayores en la distribución espacio–temporal de los sistemas agrícolas. Por su parte, el incremento de las temperaturas

nocturnas conlleva una disminución de la acumulación neta de materia seca, es decir, una disminución de los rendimientos.

Cuadro 2

Resumen cambio climático Venezuela

Antonio De Lisio | TRANSICIÓN AL DESARROLLO SUSTENTABLE EN VENEZUELA

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Una propuesta de transición al desarrollo sustentable en Venezuela

Ante la situación que hemos venido plantean-do sobre los crecientes desarreglos ecológicos, sociales y económicos que está produciendo el decadente modelo petrolero, se plantea una pro-puesta de transición al desarrollo sustentable que permita, tanto corregir los desequilibrios insos-tenibles como propiciar la inserción del país en los avances que en el mundo se pretenden para un desarrollo que no comprometa el destino de la especie humana. Para exponer la propuesta de esta necesaria transición al desarrollo sustentable, se empieza por considerar los soportes legales para ella, la cual es explicada en función de las ca-tegorías de la planificación estratégica situacional, a saber: justificación, imagen objetivo, objetivos específicos y estrategias, mediante las cuales po-demos definir la reorientación del rumbo del país

El soporte legal y prescriptivo de la transición al desarrollo sostenible en Venezuela A finales de 1999, con la aprobación de una nueva Constitución Nacional (Constitución de la Repúbli-

ca Bolivariana de Venezuela-CRBV-), se asume un nuevo proyecto de país en el que se considera al “[…] equilibrio ecológico y los bienes ambientales jurídicos como patrimonio común e irrenuncia-ble de la humanidad” (CRBV, 1999: Preámbulo); también se asume el desarrollo sustentable como modelo a seguir para que el Estado implante una “política de ordenación del territorio atendiendo a las realidades ecológicas, geográficas, poblacio-nes, sociales, culturales, económicas y políticas” (CRBV, 1999: Art.128). Además, se establece la obligación estatal en la promoción de la agricul-tura sustentable, “como base estratégica del desa-rrollo rural integral” (CRBV, 1999: Art. 305) y se define al turismo como una actividad “prioritaria para el país en su estrategia de diversificación y desarrollo sustentable” (CRBV, 1999: Art. 310). Como se puede apreciar, el texto constitucional vincula de manera indefectible la sustentabilidad con el ordenamiento del territorio como instru-mento privilegiado de la planificación del desa-rrollo, y apuntala las actividades económicas que pudiesen propiciar el uso duradero de los bienes biológicos vegetales, animales y del paisaje. Con ello, actuando en este nivel superior del legislati-vo, legitimado además por el carácter refrendario de la CRBV, asumiendo un modelo de desarrollo

5. Aumento riesgo Desertificación

El Informe Nacional GEO Venezuela (2010) señala que el 45,0% del territorio nacional, corresponde a zonas semiáridas y sub-

húmedas. Esta situación tiende a agravarse en situación de aumento de temperatura, lo que aumenta el riesgo de desertificación

sobre casi la mitad del país.

6. Confort Humano y Animal

Las altas temperaturas tropicales, incluso ligeros incrementos de este elemento, implican un incremento significativo en el discon-

fort térmico, pudiendo generar problemas de salud. Asimismo, es muy probable una disminución de la productividad animal

(carne, leche, huevos) debido, tanto al incremento de la temperatura como a la disminución de la oscilación térmica diaria.

7. Incertidumbres y “Potencial para Sorpresas”

Existe un elevado grado de incertidumbre, tanto en los aspectos científicos como socioeconómicos; especialmente preocupante

es la incertidumbre respecto a la vulnerabilidad climática (la “fuerza” de la respuesta del sistema), que pudiera dar origen a cambios

bruscos a gran escala, con consecuencias catastróficas. Entre otras acciones, se deben redefinir los períodos de retorno para los

eventos extremos que tienden al aumento de su frecuencia con graves consecuencias sobre el medio natural y construido. Se debe

resaltar que se pronostica el aumento del riesgo para la infraestructura de equipamiento territorial urbana y rural, lo que pone en

peligro las condiciones de vida de los venezolanos.

Fuente: Elaboración propia a partir de MINAMB 2005.

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TRANSICIÓN AL DESARROLLO SUSTENTABLE EN VENEZUELA | Antonio De Lisio

alternativo, se establece el marco normativo que debería evitar la continuidad de las disputas insti-tucionales señaladas anteriormente.

La Constitución se impregna de orientaciones de desarrollo alternativo; sin embrago, se debe acla-rar que se trata de posiciones de sustentabilidad de tipo “suave”, por cuanto el Estado Nacional no solo mantiene su derecho de propiedad y explotación del petróleo, un recurso natural no renovable, (CRBV, 1999: Art. 302), en una tradi-ción que se remonta a la segunda década del siglo XX, sino que además, Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) pasa a ser un bien constitucional (CRBV, 1999: Art. 303). En la vía de la sosteni-bilidad minimalista o “suave”, se considera como opción la compensación de la merma del capital natural no renovable (CNNR), con aumento de capital social (CS) y el desarrollo de programas para incrementar la disponibilidad del patrimonio natural renovable (PNR).

En este sentido, resulta importante destacar que en el país se cuenta con la Ley de Asignaciones Económicas Especiales (LAEE) (Gaceta Oficial Nº de la República Bolivariana de Venezuela Nº 37.066, de fecha 30 de octubre de 2000), que si bien no hace parte de la legislación ambiental ve-nezolana, en el marco de la sostenibilidad suave se convierte en un instrumento de especial valor para propiciar las compensaciones ecológicas y sociales. De manera particular en la referida Ley se establecen en su artículo 10 las distintas for-mas y modalidades de resarcimiento que deberían propiciarse como maneras de compensación por el uso de los recursos no renovables mineros y energéticos. (Ver anexo legislativo N°3)

Finalmente hay que agregar en términos del so-porte legal a la transición al desarrollo sostenible en el país, que la legislación ambiental venezola-na cubre distintos componentes y temas : cali-dad ambiental (aire, agua, materiales y desechos peligrosos, desechos no peligrosos, ruido), re-cursos naturales, diversidad biológica, recursos forestales, fauna silvestre, parques de recreación, Áreas bajo Régimen de Administración Especial-ABRAE-, control de ejecución de obras y activi-dades, control de ejecución de obras, prevención y control de incendios forestales, zonas costeras,

espacios acuáticos e insulares, tierras y desarrollo agrario, guardería ambiental, indígenas, seguridad, salud, planificación, participación, cooperativas, procedimientos y funciones administrativas. En el Anexo legislativo 1, se recogen los principa-les instrumentos de la legislación ambiental na-cional vigentes con incidencia en la formulación de políticas públicas. De la misma manera, en el número 2 de ese anexo, se recogen los diversos compromisos internacionales de interés ambien-tal suscritos por el país.

La Agenda 2030 ONU, una referencia importante

Entre los instrumentos que le pueden dar via-bilidad a la propuesta de transición al desarrollo sustentable, se debe mencionar la Agenda 2030 de la ONU que el Gobierno ha ratificado y que se convierte en un marco prescriptivo de 17 objetivos que deben asumirse de manera interrelacionada, cubriendo las distintas dimensiones ecológicas, so-ciales, económicas e institucionales del desarrollo alternativo. En el cuadro a continuación se reco-gen el conjunto de aspiraciones de la Agenda.

Justificación de la propuesta

El petróleo ha influido de manera determinante en la economía y vida del país en los últimos 100 años. Sin embargo, como vimos, el modelo ha venido mostrando que ha entrado en las últimas cuatro décadas en una fase de ocaso, a pesar de que en promedio los precios del barril durante este tiempo han estado muy por encima en tér-minos absolutos y nominales a los registrados en-tre la segunda y séptima década del siglo pasado, etapa durante la cual el país cambió su perfil de rural a urbano mediante la producción petrolera. La decadencia del petróleo como factor de dina-mización de la economía es de tal magnitud, que en ciclos de alzas y bajas los efectos de la bonanza por incremento de los precios del barril tienden a ser cada más efímeros y “cosméticos” frente a la más persistente y profunda recesión que se vive por la caída de los precios. El último ciclo del alza del 2010 al 2012 y la baja que se ha mantenido desde el 2013 hasta la actualidad, muestran con ex-traordinario dramatismo la pérdida de capacidad motriz que tiene el petróleo para el país.

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En este pronunciado y acelerado detrimento de los últimos años han incidido de manera particu-lar políticas como la venta de petróleo a futuro a China y el subsidio del barril para los países del Convenio Petrocaribe y algunos de la ALBA. Es-

tos son ingredientes nuevos que están llevando a considerar el caso venezolano como una expre-sión extrema y agravada de la “maldición de los recursos naturales”, ya que se trata del cono-cido déficit de sostenibilidad ecológica, social

Cuadro 3

Los objetivos de desarrollo ONU 2030

Fuente: www.google.com Agenda ONU 2030 Consulta 01-06-2016.

1. Fin de la pobreza: Se pretende que en 15 años se erradique la

pobreza extrema en todo el mundo y procurar que la mayoría de

la población mundial cuente con igualdad de garantías y recursos

económicos.

2. Hambre cero: Se espera que para el 2013 se terminen todas las

formas de malnutrición en el mundo, esto con la duplicación de la

actividad agrícola y los ingresos de los productores de alimentos.

3. Salud y bienestar: Reducir a 70 por cada cien habitantes la

mortalidad materna. También se considera que para el 2030 el Sida

debe estar erradicado del mundo. También se debe garantizar el

acceso universal a los servicios de salud sexual y reproductiva.

4. Educación de calidad: Trabajar para garantizar una educación

inclusiva y equitativa de calidad, así como la promoción de oportu-

nidades y aprendizaje de las personas durante toda su vida.

5. Igualdad de género: Reducir la discriminación contra las mu-

jeres y trabajar para que en 15 años las mujeres y las niñas estén

empoderadas y puedan existir los mismos derechos para todos sin

importar su género.

6. Agua limpia y saneamiento: Proveer de agua con total liber-

tad a toda la población mundial, de igual forma generar la gestión

sostenible de ésta, así como su saneamiento.

7. Energía asequible y no contaminante: Garantizar el acceso a

la energía a todas las personas y transformar la economía y vida de

la población mundial a través de energía sostenible libre de con-

taminantes.

8. Trabajo decente y crecimiento económico: Crear oportuni-

dades de trabajo que permitan el desarrollo de las personas con el

fin de generar una población productiva. Para 2030 el crecimiento

económico deberá ser sostenible e inclusivo.

9. Industria, innovación e infraestructura: Crear una infraes-

tructura de transporte funcional para empoderar a las distintas

comunidades de un país. Promover una industrialización e inno-

vación inclusiva con el fin de mejorar las condiciones de vida de

las personas.

10. Reducción de las desigualdades: lograr aplicar políticas

universales que presten atención, principalmente a las poblaciones

desfavorecidas y marginales.

11. Ciudades y comunidades sostenibles: Hacer que las ciuda-

des y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilien-

tes y sostenibles.

12. Producción y consumo responsables: Fomentar el uso efi-

ciente de los recursos y la energía, con el fin de garantizar el acceso

a los servicios básicos.

13. Acción por el clima: Adoptar medidas urgentes para combatir

el cambio climático y sus efectos.

14. Vida submarina: Conservar y utilizar en forma sostenible los

océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible.

15. Vida de ecosistemas terrestres: Promover el uso sostenible

de los ecosistemas terrestres, luchar contra la desertificación, dete-

ner e invertir la degradación de las tierras y frenar la pérdida de la

diversidad biológica.

16. Paz, justicia e instituciones sólidas: Promover sociedades

pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso

a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e

inclusivas en todos los niveles.

17. Alianzas para lograr los objetivos: Fortalecer los medios de

ejecución y revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sos-

tenible.

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TRANSICIÓN AL DESARROLLO SUSTENTABLE EN VENEZUELA | Antonio De Lisio

y económica que ha caracterizado a los países que han tratado de vivir exclusivamente de la ren-ta de los commodities, pero empeorado por la distorsiones del gastar hoy lo que voy a producir mañana y por el descuento para obtener réditos políticos internacionales aun a costa del empo-brecimiento interno.

El país no puede seguir manteniendo el modelo rentístico petrolero a costa de los desequilibrios ecológicos y sociales y las distorsiones econó-micas que se han producido, a pesar del gran potencial de reservas petroleras que tiene. Si se contabilizan los crudos pesados, extra-pesados y bitúmenes existentes en la Faja petrolífera del Orinoco, el país suma el 33,4% del total mundial de las reservas probables de petróleo. No pensa-mos que la explotación de la Faja pueda revertir la tendencia de declinación del modelo rentísti-co petrolero que se viene registrando desde los años 80s del siglo pasado, como lo atestigua el exiguo crecimiento del 0,2% interanual. Mucho menos podemos pensar en propuestas como el Arco Minero, dado que su incidencia en la de-forestación y la exclusión de las comunidades originarias que habitan los territorios, hacen que sus posibilidades de convertirse en motor de la economía nacional sean aún más dudosas que la propia explotación petrolera, en un ambiente internacional en que los acuerdos sobre Cambio Climático y Agendas como la ONU 2030 pare-cieran ir aumentando en consenso. Igual pasa con las Industrias Básicas de Guayana, que además están registrando una grave obsolescencia tecno-lógica, los productos del hierro y aluminio están siendo objeto del “proteccionismo verde” contra los productos que registran alta huella carbono en sus procesos de elaboración. De tal forma que el país está en la encrucijada histórica de redefinir la esencia misma de su modelo de desarrollo de los últimos noventa años basado en los recursos del subsuelo.

Imagen Objetivo. El país al cual se aspira

En un horizonte al 2030, Venezuela en el mar-co de las metas ONU y bajo la orientación de la sustentabilidad “suave” ha superado el modelo rentístico petrolero mediante el desarrollo de los sectores que permiten la agregación duradera de

valor humano a los bienes y servicios de la natura-leza: Turismo sustentable, Agro biodiversidad na-tiva o naturalizada, Pesca y Piscicultura, Fauna y Zoocría, y los que se desprenden de la Revolución Científico Técnica del Siglo XXI. La conversión en país eco-productivo ha permitido aprovechar la coyuntura histórica del “bono” demográfico” con la creación de empleos verdes y dignos que han ayudado a posicionar al país en el mercado internacional con productos de baja huella ecoló-gica que ayudan a la meta de reducción de Gases Efecto Invernadero. Ha coadyuvado en este po-sicionamiento la decidida incorporación del país a los Mecanismos de Producción Limpia (MDL), de manera particular en la creación de sumideros de carbono que han permitido reducir las tasas de deforestación y conservar las áreas naturales pro-tegidas, especialmente las del sur del país, en las que se privilegia tanto la investigación básica de reconocimiento e inventario de especies, como la aplicada en campos como la biotecnología, bioingeniería, biofarmacopea. Igualmente es de destacar para este avance a la transición susten-table del país, el cambio de la matriz de produc-ción energética privilegiando al gas por encima del petróleo, el desarrollo de centrales hidroeléc-tricas descentralizadas para atender las distintas demandas bio-regionales superando el modelo megacentralizado de la represa de Guri y el de-sarrollo que ha tenido el aprovechamiento de la energía solar. Estos logros se han visto reflejados en la mejora de las condiciones de vida de los venezolanos que han accedido mayoritariamente a viviendas pensadas para las condiciones del tró-pico venezolano, que están cambiando la fisono-mía del hábitat de las ciudades, pueblos, caseríos, en correspondencia con la mejora que ha significa-do el equipamiento de servicios básicos y sociales resilientes al riesgo natural y los logros en materia de seguridad alimentaria local. En definitiva, se ha logrado incorporar la diversidad de oportunidades biogeográficas en un proyecto de país coherente, complejo, que muestra eficiencia en la subsidiarie-dad nacional y la equidad socio-territorial.

De esta orientación general se desprenden dos ob-jetivos clave para la transición sostenible: 1) Ge-nerar trabajo verde y digno para responder al reto del bono demográfico con equidad socio-territo-rial 2) descentralizar eco-socio-territorialmente la

Antonio De Lisio | TRANSICIÓN AL DESARROLLO SUSTENTABLE EN VENEZUELA

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toma de decisiones para potenciar la gobernanza ambiental. Consideramos que centrados en las orientaciones que de estos se depreden, se tiene la posibilidad de incidir de manera articulada y en el marco de la Agenda 2030 ONU, en los tres proble-mas fundamentales a resolver del modelo petrole-ro, la economía rentista, el estado centralista y las implicaciones que de manera combinada han teni-do para el tercer asunto a resolver, la subvaloración de las oportunidades eco-socio-territoriales en un país megadiverso como Venezuela. Para ilustrar la relevancia articuladora de los dos objetivos cen-trales, a continuación se desarrollan sus alcances y estrategia de implementación.

Generar trabajo verde y digno para responderalretodelbonodemográficoconequidadsocio-territorial

Uno de los problemas graves que en Venezuela estamos enfrentando con la declinación del mo-delo petrolero, es el de la generación de empleos de calidad. Estos que en el pasado fueron con-siderados una necesidad, ahora se convierten en una obligación imperiosa de Estado si el país quiere aprovechar la fase de ¨bono¨ demográ-fico por la que continuará transitando en las próximas tres décadas. Como se vio en la sec-ción correspondiente el vaivén de los precios del barril de petróleo, y la marcada dependencia del país en sus exportaciones, se han producido desarreglos macroeconómicos que se han refle-jado en la generación de empleos en el sector formal de la economía. La situación en los últi-mos años se ha agravado con la desarticulación de la estructura productiva no petrolera del país. Para una propuesta de transición al desarrollo sustentable, esto es un asunto crucial a resolver, no solo por la importancia que tiene el empleo para la economía, sino por las implicaciones que tiene para las restantes dimensiones social y eco-lógica de la propuesta sustentable. Al respecto nos parece importante enfatizar que el trabajo humano se convierte en la fuente de agregación por excelencia de conocimiento e innovación de la sociedad a los bienes y servicios de la natura-leza, convirtiéndose por lo tanto en el factor de interface clave entre los seres humanos y la na-turaleza. En este sentido nos parece interesante que desde el mismo seno de las organizaciones

de base de los trabajadores surjan propuestas que traten de darle valor a esta interacción. Así, por ejemplo, la Confederación Sindical de Tra-bajadores y Trabajadoras de las Américas (CSA) en su propuesta de La Plataforma de Desarro-llo de las Américas PLADA, que viene promo-viendo con el apoyo entre otras instituciones como FES Sindical, entre sus metas señalan las siguientes:

• Transición climática justa: bajas emisiones con multiplicación de oportunidades de empleo.

• Transferencia real de tecnología con impacto en el proceso de cambio climático.

• Participación del movimiento sindical en mo-nitoreo y verificación estatal de reducción de emisiones de GEF

• Reconversión y transición de los sectores GEI asegurando protección trabajadores.

• Incentivos fiscales para las empresas que in-viertan en reconversión hacia tecnologías más limpias.

• Fortalecimiento de las relaciones sociales y económicas que promuevan el equilibrio so-cio-ambiental.

• Descentralizar la producción para reducir las distancias entre los centros de producción y los de consumo.

• Transporte público de excelencia con tecnolo-gías limpias.

• Interculturalidad, reconocimiento de saberes y prácticas ambientales.

• Promoción de ordenamiento territorial y uso sustentable de los recursos naturales.

• Legislación precautelar frente al riesgo • Énfasis en el reciclaje y el reuso. • Restricciones en cuanto a obsolescencia progra-

mada.• Soberanía alimentaria.

Este conjunto de consideraciones de orden am-biental junto con la demanda de trabajo digno, discutidas por lo demás en el país con la Con-federación de Trabajadores de Venezuela (CTV), miembro de la CSA (De Lisio, 2014), sustentan nuestra propuesta de trabajo verde y digno.

Darle sustentabilidad a la generación de empleos, nos conduce a identificar los sectores promiso-rios para alcanzar logros duraderos. La selección

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TRANSICIÓN AL DESARROLLO SUSTENTABLE EN VENEZUELA | Antonio De Lisio

de los mismos se basa en las potencialidades bio-regionales presentadas en la sección anterior en combinación con otras condiciones necesarias para alcanzar protocolos de producción social-mente incluyente, ecológicamente respetuosos de los límites y tolerancia ecosistémicos y eco-nómicamente duraderos, las cuales se enuncian a continuación.

Aprovechamiento duradero: Referida a la capacidad para mantener el uso en tiempo de base natural que soporta a los empleos verdes y dignos.

Existencia de una tradición de aprovechamiento de la naturaleza: Asociada al “saber hacer” en el uso y aprovechamiento de la naturaleza por la pobla-ción venezolana.

Articulación de las cadenas de valor: Dirigida a es-tablecer las posibilidades de generar encadena-mientos de agregación de trabajo humano “aguas abajo” en los procesos de transformación de los bienes ambientales y así superar el esquema pri-mario exportador.

A continuación, en función de estos criterios se presentan los sectores promisorios para el trabajo verde y digno en Venezuela.

Turismo sustentable

La Organización Mundial del Turismo (OMT) define el Turismo Sustentable como aquel que atiende a las necesidades de los turistas actuales y de las regiones receptoras y al mismo tiempo protege y fomenta las oportunidades para el fu-turo. Se concibe como una vía hacia la gestión de todos los recursos, de forma que puedan sa-tisfacerse las necesidades económicas, sociales y estéticas, respetando al mismo tiempo la integri-dad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas que sostie-nen la vida. Se quiere lograr un equilibrio entre el mantenimiento de los atractivos naturales, la autenticidad sociocultural de las comunidades lo-cales, y el estímulo a las actividades que generen beneficios socioeconómicos.

De acuerdo a la OMT (2004) la sustentabilidad de la actividad depende de:

• Mantener los procesos ecológicos esenciales, ayudando a conservar los recursos naturales y la diversidad biológica y los atractivos de inte-rés paisajístico -turístico.

• Respetar los valores, hábitos y costumbres de las comunidades receptoras propiciando así su tradición y patrimonio cultural físico y espiri-tual como atractivo para las relaciones intercul-turales que propicia el turismo.

• Implantar actividades económicas viables a lar-go plazo, que reporten a todos los agentes bene-ficios socioeconómicos bien distribuidos, entre los cuales destacan las oportunidades de empleo estable y la dotación de servicios sociales y de infraestructura para las comunidades receptoras, y que contribuyan a la reducción de la pobreza.

• La OMT establece además que el desarrollo sustentable del turismo exige la participación informada de todos los agentes relevantes, así como el liderazgo político firme para lograr co-laboración amplia y consensos. Los planes de desarrollo turístico deben incluir los procesos de seguimiento continuo de los impactos, con el fin de introducir a tiempo, las medidas pre-ventivas o correctivas que resulten necesarias.

En Venezuela, el turismo sustentable está vincu-lado al aprovechamiento duradero de los distin-tos destinos que el territorio nacional ofrece en la gama de bio-regiones que consideramos en la sec-ción anterior, dentro de las cuales destacan espe-cialmente: Andes, Guayana e Insular, debiéndose precisar de acuerdo a A, De Lisio et al (2007) que:

Desde la perspectiva ecológica: Destaca Guayana, se-guida de Los Andes por: a) nivel de conservación; estado actual y potencial de oferta de diversidad biológica; b) la posibilidad de que la actividad tu-rística sustentable promueva la conservación y recuperación de especies y espacios y c) oferta o potencial de diversidad biológica para el turismo sustentable (en este renglón también destacan: Delta del Orinoco y Cordillera de la Costa)

Desde la perspectiva sociocultural: Resalta Los Andes por: a) participación comunitaria; b) capacidad lo-cal para agregar valor comunitario autóctono; c) facilidades de infraestructura y servicios conexos y d) capacidad de respuesta a niveles y criterios de calidad mundiales.

Antonio De Lisio | TRANSICIÓN AL DESARROLLO SUSTENTABLE EN VENEZUELA

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Desde la perspectiva económica: Sobresale Los Andes, seguida de las bio-regiones Insular y Guayana debido a: a) nivel de demanda turística actual y potencial; b) grado de desarrollo del mercado y en especial de la oferta de destinos turísticos y c) calidad y certificación de los servicios turísticos.

El análisis conjunto de los aspectos considerados permite concluir que la bio-región Los Andes des-taca por su grado de conservación y nivel de parti-cipación comunitaria, dos factores fundamentales que garantizan el desarrollo de las distintas activi-dades de forma corresponsable y respetuosa con el aprovechamiento sostenible de los componen-tes de la diversidad biológica existente. Adicional-mente, concentra un número importante de mo-numentos naturales y parques nacionales, figuras que permiten proteger las áreas naturales protegi-das vulnerables a la intervención humana.

Agrobiodiversidad

La Estrategia Nacional sobre Diversidad Bioló-gica de Venezuela, establece la importancia que tiene para el país el potencial de la agrodiversi-dad biológica. Destaca con énfasis que el desa-rrollo socioeconómico de Venezuela está ligado al aprovechamiento sustentable de la agrodi-versidad biológica, tanto en la cría y cultivo de especies autóctonas, como la resultante de la in-vestigación y prospección de nuevos productos (MARN, 2001).

La agrodiversidad biológica está constituida por las comunidades, especies, organismos integran-tes de la variabilidad genética utilizada en la agri-cultura (plantas, animales y microorganismos) además de las especies silvestres relacionadas con las especies cultivadas, domesticadas y de futura utilización. La agrodiversidad biológica, así defi-nida, vincula la conservación y uso sustentable de la diversidad biológica global, a la realidad socioe-conómica. En este sentido se debe resaltar que González Jiménez (2006), sostiene que Venezue-la es el centro de origen y diversificación de al-gunos géneros de especies cultivadas tales como: Theobroma, ananas, Gossypum, Manihot, Ipomea, Dioscarea, Carica, Capsicum, Phaseolus, Zea, Solamun, Chinchona, Chenopodium, Nicotiniana, Lycohersicum, Cucurbita, Hebea, Arachis,Anacordium,Bromelia-

En términos generales la agrodiversidad biológica venezolana se caracteriza por su amplia y variada oferta que expresa igualmente una amplia diver-sidad de usos: comestibles, medicinales, como productos intermediarios para la producción de drogas y alimentos, aplicaciones en: construc-ción; extracción de aceites; rituales mágico reli-giosos; manualidades y cestería; pigmentos: co-lorantes; resinas; látex: fijadores de perfumes y jabones, entre los más destacados. En el cuadro 5 se hace una síntesis de estos usos que tienen un gran potencial para la generación de cadenas de valor.

Se debe destacar, además, desde la perspectiva de mejorar la equidad socio-territorial, que estos aprovechamientos revalorizan las oportunidades de espacios tanto en regiones de tradición agríco-la como Los Llanos y Los Andes, como en aque-llas con gran posibilidad de aprovechamiento de bosque en pie como Guayana. En ésta existe una tradición de uso de productos del bosque que se remonta a las misiones capuchinas catalanas fun-dadas en el siglo XVIII y asociadas entre otros al uso de la corteza de angostura. Igualmente se debe destacar que la farmacopea de base bioló-gica puede propiciar I&D en las facultades de farmacia de Universidades como la Universidad Central de Venezuela (UCV), donde existen la-boratorios para la producción de medicamentos. En este sentido, sería interesante replicar la ex-periencia de la Universidad Federal de Para, en Brasil, cuyos programas de extensión universita-ria, fueron la base de la creación de empresas de productos farmacéuticos que integran principios activos de origen biológicos, propios del ecosiste-ma amazónico, que hoy se difunde en el mundo.

Pesca y piscicultura

La pesca y la piscicultura constituyen sectores que brindan una gran oportunidad para mejorar la si-tuación de la dependencia alimentaria-nutricional del país. Para tener una idea de estas posibilida-des se puede considerar el caso de la pesca conti-nental, modalidad que ha sido muy subestimada. Los estudios realizados en la primera mitad de la década pasada en el eje Orinoco-Apure por CENAMB y CENDES (2003), ambos centros de investigación de la UCV, establecen amplias

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TRANSICIÓN AL DESARROLLO SUSTENTABLE EN VENEZUELA | Antonio De Lisio

posibilidades de aprovechamiento en Guayana, Delta y Llanos. El potencial de captura en estos territorios ha sido estimado en 55.682 Tm/año (cuadro 6), del cual se aprovecha solo el 1% si consideramos que los registros oficiales indican que la pesca anual es de unos 50 Tm/año. Por más problemas de subregistro que pudiesen pre-sentar los datos reportados a INAPESCA, exis-te una marcada diferencia entre el poco uso del

pescado en la dieta del venezolano y las grandes posibilidades de la pesca para convertirnos en un país menos dependiente de la importación de alimentos.

A este potencial pesquero hay que agregarle el significativo potencial piscícola: solo en la bio-región llanera se han contabilizado unos 34.392 Km2 de áreas aptas para el desarrollo de la pisci-

Categorías DescripciónALIMENTICIA Especies que se han utilizado para el consumo humano, tales como frutas, hojas, semillas, bebidas

y carnes u otros subproductos de origen animal

MEDICINAL Especies con aplicaciones para la farmacopea. Los órganos varían entre corteza, raíz, hojas,

flores, frutos, semillas y madera en menor grado

FIBRAS Son especies que sirven para la artesanía y elaboración de papel. Se clasifican en fibras duras y suaves

de acuerdo con el órgano cosechado; es común el empleo de hojas jóvenes y maduras, cortezas,

raíz epígea (familias Araceae y Cyclanthaceae) y tallos, caso de palmas como el bayal (Desmoncus sp.)

CONSTRUCCIÓN Especies como materiales de construcción de diversos productos (casas, herramientas de campo.)

Principalmente la familia Arecaceae, su órgano son hojas y en menor grado, tallos

COLORANTES Especies con potencial para Taninos. Los órganos varían desde hojas, tubérculos, semillas y flores

ORNAMENTAL Especies para el uso ornamental de plazas, parques, avenidas. Diversos órganos se obtienen

como semilla, hijuelos, hojas

EXUDADO Comprenden gomas, resina, látex, laca y taninos; el órgano de mayor aprovechamiento es la corteza.

FORRAJES Alimento para diversas especies de fauna (ganado, aves, cerdos) El órgano principal es la hoja.

COSMETOLOGIA Especies con potencial en el principio químico de polvos, ceras.

MELIFERA Son especies que se utilizan para la apicultura por sus frutos para la obtención del néctar.

DIVERSIDAD BIOLÓGICA Tienen distintas aplicaciones, como especies que fijan el nitrógeno, son especies de sombra,

hábitats para distintas especies de fauna, conservación del suelo.

ZOOCRIADEROS Son aquellas especies que por su piel, carne y características de hábitats especiales son aptas para la zoocría.

CAZA CONTROLADA Son especies que tienen el potencial para la caza deportiva siempre y cuando se realice aplicando las normas

de control y caza. Evitando la caza furtiva o fuera del periodo establecidos por los organismos encargados.

Cuadro 5

Los usos de la biodiversidad venezolana de interés para la transición al desarrollo sostenible

CATEGORÍAS DE USOS

Fuente: Datos actualizados de A. De Lisio 2007 et al

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cultura. Se deben destacar en términos de I&D, los esfuerzos que ha venido haciendo el Insti-tuto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) con el cultivo de los alevines de cachama. Sin embargo, hasta el presente ha habido poco in-terés del gobierno nacional y de los gobiernos locales para desarrollar este sector, con la única excepción de la experiencia del “cachamoto” (híbrido de cachama y morocoto), que propició la Gobernación de Bolívar a comienzos de los años 90s pasados utilizando las lagunas de las sabanas al norte de la entidad como sitios de desarrollo piscícola. El producto, aún hoy des-pués de 25 años se consigue en los mercados populares de la entidad como proteína de alta calidad y precio asequible.

En el conjunto de posibilidades del sector, claro está, hay que incluir también las que brinda la pesca en el mar, de mayor presencia en la eco-nomía nacional. Su incorporación como opor-tunidad en la transición sustentable que estamos proponiendo para el país está supeditada a la po-sibilidad de lograr sistemas y artes de captura me-nos depredadores y más respetuosos de la ecolo-gía de las distintas especies marinas. Se descarta incorporar en esta propuesta actividades como el cultivo de camarones, de alto impacto ambiental y propiciadoras de la exclusión de las comunida-des locales en los sitios donde se instalan.

Fauna y zoocría

La fauna silvestre hace parte de la diversidad genética y del patrimonio natural de los países, pudiendo tener una participación importante en las economías locales como alimento y recurso escénico. Igualmente hay que destacar el valor simbólico y ceremonial por su arraigo en las ma-nifestaciones mágico-religiosas y culturales de las sociedades indígenas y campesinas locales que mantienen estrecho contacto con la naturaleza. Para las sociedades urbanas tiene el valor recrea-cional y educativo (Ojasti, 2000).

A pesar de tan destacada importancia, la fauna silvestre es muy poco valorada, pues carece de vocación comercial y no genera beneficios com-parables con otros recursos naturales renovables como los forestales-madereros, entre otros. En el potencial del país destacan por su variedad: loros, guacamayas, peces ornamentales, cangrejo azul, pato real, mariposas, baba y chigüire (González Jiménez, 2006).

En Venezuela se tiene registro de experiencias exi-tosas en el diseño y ejecución de planes de aprove-chamiento con fines comerciales de poblaciones naturales de fauna silvestre de baba, chigüire y psitácidos. De manera particular hay que destacar el caso de la baba: en el país se lograron crear los

NOMBRE DEL CUERPO DE AGUA SUPERFICIE ha Kg./ha POR AÑO ESTIMACIÓN POTENCIAL PESQUERO TM/AÑO

Espejo Río Orinoco 303.402,00 43,06 13.064

Lagunas del Río Orinoco 99.152,00 100 9.915

Delta del Orinoco 306.897,00 80 24.552

Espejos de agua de los ríos Apure, Arauca, Capanaparo, Cinaruco, y Meta

101.874,41 70 7.131

Lagunas de la cuencas de los ríos Apure, Arauca, Capanaparo, Cinaruco, y Meta

866,70 100 87

Ríos afluentes del Apure 18.650,00 50 933

Superficie Total 830.842,11 55.682

Cuadro 6

Potencial pequero en la región Apure-Orinoco

Fuente: CENAMB-UCV 2004.

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encadenamientos necesarios entre productores locales, tenerías y gobierno nacional a través del Banco de Comercio Exterior (BANCOEX) del Gobierno nacional, para convertirnos hasta me-diados de la década pasada en el principal expor-tador mundial de piel de baba.

Fuentes Alternativas de Energía

El potencial de energía renovable diario nacio-nal de 8.980.000 bepd equivale a más del doble del consumo total de energía registrado en Ve-nezuela entre 1999 y 2008 de 4.091.004 bepd. A continuación, se muestran las principales opor-tunidades energéticas del país en buena medida desaprovechadas.

Hidroelectricidad: El potencial hidroeléctrico de Ve-nezuela es uno de los más importantes de Amé-rica Latina y el mundo. Venezuela alcanza actual-mente la cifra de 56.205 GWH en generación, 13.306 GWH en construcción y tiene un total de 96.227 GWH como potencial comprobado de producción (De Lisio et al 2007), fundamen-talmente por los aprovechamientos en el río Ca-roní. La producción eléctrica guayanesa es de tal magnitud que ha permitido mantener la interco-nexión eléctrica con Boa Vista Brasil, aun du-rante los años Niño Fuerte - los más recientes: 2003, 2010, 2016 -, cuando la cota de las aguas de la represa ha estado muy cerca de llegar al lí-mite crítico de los 240 metros, por debajo de los cuales se dificulta la generación eléctrica. Se cuenta con 96 embalses, que almacenan cerca de 157 Km3 de agua. Su aprovechamiento parcial ha permitido el ahorro de unos 700.000 barriles equivalentes de petróleo diarios.

Solar: Ésta es de gran relevancia en todo el país dada las condiciones térmicas y de insolación promedio y geotérmica, especialmente importan-te para desarrollos locales y puntuales en algunas regiones del país.

Como parte del potencial energético alternativo, también se deben mencionar entra las fuentes “circulantes” de energía, la eólica, especialmente importante en sectores como Macanao y Para-guaná, península esta última donde se ha intenta-do, sin mucho éxito, su aprovechamiento.

Gas natural: Si bien no hace parte de las energías re-novables, es un recurso energético también subva-lorado y desperdiciado, ya que cuando está asociado al petróleo se quema y se ventea, y en el caso de los yacimientos no asociados hay un retraso enorme en su ejecución. Entre los hidrocarburos el gas produ-ce la combustión más limpia y en el convenio marco sobre cambio climático de la ONU, se hace especial hincapié en sustituir petróleo por gas. El país posee un gran potencial de gas natural, ubicándose como el séptimo país a nivel mundial y el primero en el ámbito latinoamericano, con el 2,5 % de las reservas probadas. Desde el punto de vista social, la posibi-lidad de utilizarlo para mejorar el hoy muy precario servicio energético doméstico, especialmente en los sectores populares de las grandes ciudades, consti-tuye una de la ventajas más resaltante que ofrece el gas. Adicionalmente se debe destacar que la amplia-ción de la red se convierte en una oportunidad para la generación de los tan necesitados empleos para una mano de obra no especializada. Con la aproba-ción de La Ley de Hidrocarburos Gaseosos en 2002, se aspiraba a un desarrollo estructurante de la fuente, tanto para cubrir el sector externo energo-exportador como el interno, cubriendo necesidades como el transporte y el gas doméstico. Estas con-diciones de hidrocarburo más “amigable” con el ambiente, con mayor sentido social y con presencia en los campos petroleros, convierte al gas en el hi-drocarburo a favorecer para propiciar la transición “suave” al desarrollo sostenible en el marco de las orientaciones que la Constitución establece al res-pecto, como ya se vio. En tal sentido, hay además que recordar que una premisa de las transiciones en materia de desarrollo, es que para que éstas sean du-raderas en sus primeras etapas deben incorporar lo mejor del modelo a sustituir. En este sentido, vemos en el fortalecimiento de la industria del gas, el hi-drocarburo que ha sido históricamente subvalorado tanto por las empresas petroleras transnacionales como por la propia PDVSA y los gobiernos de la más variada idiosincrasia que se han sucedido en el poder durante los noventa años del país petrolero.

Lossectoresdelarevolucióncientíficotécnica del siglo XXI

De acuerdo a J. de Rosnay, desde la última década del siglo XX estamos asistiendo a una nueva revo-lución científica que está dando lugar a la simbiosis

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entre el ser el humano con las herramientas, má-quinas, objetos manufacturados que usamos como unas especies de prótesis a la vez biológicas, mecá-nicas y electrónicas. Éstas extienden nuestras capa-cidades no solo físicas, sino inclusive sensoriales y racionales, y se están convirtiendo en parte esencial de nuestra co-evolución en el Planeta. Estamos conformando un macrorganismo, el Cibionte, del cual han empezado a emerger tres sectores que marcan la civilización del siglo XXI: la eficiencia energética y el desarrollo de fuentes renovables de energía para la producción, el transporte y el há-bitat; la revolución ecológica en la agricultura, la tecnología y urbanización; la informática y la revo-lución del bit. Carlota Pérez (2008) considera que los países latinoamericanos tendrían grandes opor-tunidades de avanzar en campos como biotecnolo-gía, farmacopea de base biológica, nanotecnología, sistemas constructivos con know how y materiales ¨amigables¨ con el ambiente. En estos se pueden precisar una serie de nichos específicos, como los que a continuación se listan y consideramos que el país muestra ventajas comparativas regionales:

• Industrias de materiales de construcción reu-sados como el polialuminio o resultantes del manejo sustentable de las plantaciones como las de Pino Caribe.

• Empresas especializadas en la construcción “en seco” de residuos “cero”.

• Manejo de especies animales como chigüire y baba (carne y piel) para los que ya existen ex-periencias exitosas.

• Piscicultura y pesca continental considerando el potencial nacional prácticamente desaprove-chado.

• Manejo del bosque en pie.• Frutas tropicales de piso bajo y alto y tubércu-

los de ciclo largo de piso bajo. • Biotecnología orientada a la salud para la iden-

tificación de necesidades locales humanas o animales.

• Protección ambiental mediante energías alter-nativas, reciclaje, captura de contaminantes, sumideros de carbono.

• Turismo Sustentable.• Industrias complementarias de ‘software’ e

instrumentos electrónicos para el manejo de las cadenas de valor de los recursos naturales renovables.

• Empresas de Servicios Intensivas en Conoci-miento (ESICs) para servir a cada una de las áreas de especialización.

De las distintas oportunidades vinculadas a I&D, nos interesa destacar la de los servicios ambien-tales que presta la vegetación como sumidero de carbono, y para la cual la bio-región Guayana, se vislumbra que tiene un gran potencial, pero que podría verse comprometida de implementarse los proyectos mineros. Aunque todavía faltan los estudios que permitan mayores precisiones so-bre la capacidad de secuestro del principal gas efecto de invernadero, se pueden tomar como referencia los estudios realizados en sectores con composición similar de vegetación neotro-pical latifoliada de otros países de la región. En tal sentido, nos parece que podemos utilizar las estimaciones realizadas en una zona boscosa de 22.580 Km2 localizada entre los departamentos Madre de Dios, Puno y Cuzco, en el territorio amazónico peruano. En este caso, mediante un modelo de simulación, se estimó que a un precio de 10 $ EEUU por tonelada, la renta por captu-ra de carbono prácticamente se duplicaba en 10 años, al pasar de 1.255 millones a 2.474 millones de $ EEUU, a una tasa de regeneración anual de 10% y de deforestación del 2,2%. Es importante resaltar que en el caso de Guayana, con una tasa de deforestación menor al 0,5%, las posibilidades de mantener en el tiempo la renta ¨limpia¨ de la captación de CO2 se incrementarían, además se debe recordar que el 60% de la vegetación de la bio- región es boscosa, significando una cubier-ta arbórea en aproximadamente 260.000 Km2. Podríamos entonces, en un escenario de con-servación total de la cubierta boscosa regional, multiplicar por 10 los valores experimentales del caso peruano, arrojando valores anuales de renta ecológica que le darían viabilidad a la propuesta frente a los escenarios que sostienen la propues-ta destructiva del Arco Minero. Además, se debe advertir que las objeciones que algunos gobiernos nacionales, entre ellos el venezolano, han plantea-do en las Conferencias de las Partes (COP) sobre Cambio Climático, especialmente en la decimo-cuarta, realizada en Cancún, en cuanto a que los bonos de carbono favorecen los intereses priva-dos, podrían desestimarse si se considera que más del 80% del territorio regional está bajo la figura

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pública de Área bajo Régimen de Admiración Especial tanto con fines conservacionistas, como productivos y de seguridad y defensa.

Estrategia de implementación

Con este conjunto de sectores y nichos identifi-cados creemos que se puede pasar del país ren-tístico petrolero al país sustentable y productivo. Las distintas oportunidades identificadas, además de darle respuesta a asuntos como la seguridad alimentaria y el fomento de los servicios ambien-tales, tienen la capacidad de multiplicar la oferta de empleo duradero en el tiempo. Ampliar la can-tidad y mejorar la calidad de las fuentes de traba-jo se convierten en metas a cumplir para lograr responder exitosamente al reto de la fase bono demográfico por la cual el país estará transitando aún en las próximas décadas.

La generación de empleos que agreguen valor a los bienes y servicios considerados en los secto-res promisorios: Turismo sustentable, Agrobio-diversidad, Pesca y piscicultura, Fauna y Zoocría y en los distintos Sectores de la Revolución Cien-tífico Técnica del Siglo XXI, consideramos, debe ser implementada mediante la estrategia dual que Carlota Pérez (2008) plantea como la articulación de acciones desde “arriba” y desde “abajo”, en la conformación de cadenas de valor alrededor de recursos naturales y la innovación en sistemas y materiales que en nuestro caso, privilegian las opciones para alcanzar una economía y una so-ciedad más sustentables, ambas bajas en carbono.

Desde “arriba”, se plantea competir en los merca-dos mundiales, pero para ello resulta, indispen-sable las acciones “desde abajo“, directamente en cada porción del territorio, con el compromi-so de los gobiernos locales para identificar, pro-mover, facilitar y apoyar las actividades de agre-gación de valor a los productos transformados, que de no ser necesarios para la satisfacción de demandas locales y nacionales con el apoyo pre-viamente concertado del gobierno nacional, po-drían convertirse en parte de las exportaciones del país.

Sin embargo, la prioridad inicial no necesariamen-te debe estar puesta en los sectores transables de

la economía, ya que en un país que manifiesta importantes carencias de viviendas, para la gene-ración de trabajo verde y digno se debe destacar que, ante la demanda insatisfecha estimada en unos 3 millones de unidades, el sector construc-ción presenta un gran atractivo. La construcción edilicia con sistemas y materiales que permiten bajar la huella ecológica y reducir la producción de desechos, se convierte en una excelente opción, tratando de enmendar el desacierto ambiental que han significado los estereotipos arquitectónicos que generalmente se implantan en la Gran Misión Vivienda y “petrocasas”, ambos resultantes de la participación de PDVSA en el sector construc-ción. Se debe recordar que este sector se ha cons-tituido en uno de los más dinámicos de la eco-nomía local en Venezuela, con gran capacidad de generación de empleos y con la propuesta de tran-sición sustentable, se pretende que reasuma este rol menguado en los últimos años de desaciertos en la política petrolera nacional, pero ahora con el enverdecimiento de los procesos.

Por otro lado, tenemos a los sectores vinculados a la I&D de base biológica, especialmente el turis-mo y la agroindustria, que podrían no solo bene-ficiarse de la capacidad de generación de empleos que han mostrado en el pasado, sino potenciarlos con las cadenas de valor intersectoriales que el desarrollo sustentable requiere. Estas actividades tendrían especial repercusión en regiones que históricamente se han visto rezagadas en la oferta de empleo como Andes y Llanos Occidentales y Orientales.

Otro de los sectores de innovación y desarrollo que debe impulsarse por los apremios en el corto plazo, es el de la protección ambiental vincula-da al secuestro de carbono, figura que es de es-pecial importancia para el cumplimiento de los compromisos de Cambio Climático de los países en desarrollo megabiodiversos. Si queremos que Venezuela empiece a transitar hacia el desarrollo sustentable, es imperativo lograr otro modelo de desarrollo para la mitad sur del país, una propues-ta que preserve la vida frente a la destrucción de las bases ecológicas de sustento de las comunida-des locales en una perspectiva intergeneracional. Hay que ofrecer alternativas frente al proyecto de Arco Minero como se mencionó anteriormente.

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La descentralización eco-socio-territorial como estrategia de gobernanza ambiental

Venezuela, como parte de la América Latina, tie-ne como factor clave para su desarrollo susten-table su patrimonio renovable. Se trata en gran medida de bienes y servicios como los bosques, las aguas, el aire, que en muchos casos quedan resguardados por las distintas figuras de áreas na-turales protegidas. Sin embargo, inclusive si están bajo el régimen de propiedad privada, las funcio-nes que cumplen tienen valor no solo para el pro-pietario sino para la ecología y por lo tanto para la sociedad en su conjunto. Tomas Paine, precursor de la independencia de los EE.UU., hace más de doscientos años hablaba de los bienes naturales libres no sujetos bajo circunstancia alguna a apro-piación privada, como el aire que se respira, a pe-sar que para la pureza del mismo se requiera de los árboles que están en una propiedad particular. Desde el punto de vista de la apropiación y trans-formación consideradas como componentes del metabolismo social, los bienes y servicios de la biodiversidad que ofrecen beneficios para el bien común, sin importar si están bajo dominio públi-co o privado, requieren de la interacción entre los actores estatales y no estatales, es decir, es nece-saria la mediación de mecanismos de gobernanza ambiental. En lugar de una gestión basada ex-cluyentemente, o bien en el Estado o bien en las comunidades o bien en el mercado, planteamos alianzas y corresponsabilidad entre actores claves en el uso de los bienes y servicios de la naturaleza que redunden en el beneficio común de la socie-dad en función de objetivos consensuados.

Ahora bien, se debe tener particularmente en cuenta que la gobernanza ambiental se da en territorios concretos, con disponibilidad y dis-tribuciones particulares de los distintos compo-nentes del patrimonio natural de interés común, que además pueden estar asociados a demandas y necesidades sociales y capacidades y formas de transformación de la naturaleza, también en mu-chos casos específicos, de cada unidad territorial, como se pudo apreciar en los perfiles bio-regio-nales. Estos arreglos territoriales, únicos e irrepe-tibles, son fuentes por lo general de mecanismos formales e informales propios de cada lugar, que alimentan un imaginario local sobre las ideas de

uso y conservación de la naturaleza. Por ello se requiere de un proceso de descentralización de la toma de decisiones que en el marco de proyectos nacionales articuladores de la diversidad socio-territorial, los gobiernos y comunidades locales puedan decidir tanto qué y cuánto proveer a los distintos mercados, como la manera de cómo producir, definiendo los mecanismos institucio-nales, económicos y de I&D, entre otros.

Se trata, de acuerdo a Boissier, de “…una des-centralización amplia en términos institucionales, es decir, tanto en el ámbito público como en el privado, y de carácter simultáneamente político y territorial (gobiernos con autonomía para go-bernar y dotados de la legitimidad otorgada por su elección desde la base). Sin una descentrali-zación así entendida, difícilmente puede surgir la indispensable asociatividad pública/privada, crecientemente reconocida como una condición necesaria para generar la energía social requerida para desatar y sostener los procesos de cambio” (Boissier 2007: 30). Para salirle al paso a la con-troversia centralismo-descentralización, el citado autor nos recuerda la regla enunciada por José Joaquín Brunner que indica, que mientras: “más descentralizado es el sistema, más fuerte debe ser el Estado. Fuerte en determinar políticas, en eva-luar, en supervisar”. (IBIDEM).

Estrategia de implementación

La estrategia de implementación de la descentra-lización para potenciar la gobernanza ambiental, debe partir del hecho que en el país tenemos una larga historia de gobiernos centralistas, y que por lo tanto los avances deberían estar sobre todo sustentados en el incremento de la capacidad de las comunidades organizadas de la sociedad civil, en la participación, en la toma de decisiones sobre el uso y la defensa de las oportunidades implícitas en sus bases ecológicas locales. Entendiendo que los gobiernos locales son los más cercanos a la gente, podemos afirmar que en la medida en que se fortalecen los gobiernos subnacionales, más posibilidades se abren a la participación y por consiguiente a la gobernanza. Además, se debe tener presente que la dinámica del mundo es fun-damentalmente glocal y por lo tanto revalorizar lo local sub-nacional implica también reconocer

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vínculos supranacionales que las localidades pue-den tener y aportar a los proyectos nacionales. Se trata entonces fundamentalmente de estable-cer relaciones de subsidiariedad entre el Poder Central y Poder Local que permitan propiciar la potenciación de las localidades en la nación, la región y el mundo. Para ello se requiere, interpre-tando a Boissier (2004), de: Un Gobierno Central que en sus ámbitos directos de acción soberana, nacional y local:

• Conoce las potencialidades y limitaciones eco-socio-territoriales de las localidades.

• Coadyuva a la valorización de sus oportunida-des de aprovechamiento sustentable locales.

• Propicia la interrelación entre los acuerdos inter-nacionales y regionales de interés para el desarro-llo sostenible y los objetivos nacionales y locales.

• Se abre al juego de la globalización interactiva en pro del desarrollo sostenible, propiciando los mecanismos de articulación de los esfuer-zos multinivelicos.

• Incorpora el desarrollo sustentable y seguridad ambiental local en el Proyecto Nacional.

• Utiliza la nueva subsidiariedad territorial Na-cional-Local para reconstruir la solidaridad so-cial como condición básica para alcanzar el de-sarrollo sustentable y la seguridad ambiental en los diferentes ámbitos de acción eco-políticos.

• En contrapartida, para el logro de la subsidiari-dad se requiere de un gobierno local que:

• Conoce sus limitaciones y oportunidades eco-socio-territoriales.

• Estimula el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales locales mediante la aplica-ción del conocimiento propio.

• Promueve la oferta natural sostenible, identi-ficando sinergias con otras localidades que en la nación, región y/o mundo, utilizan la misma base de recursos bajo condiciones de riesgo ambiental parecido.

• Incorpora sus ventajas comparativas regionales y mundiales de aprovechamiento seguro y sosteni-ble de diversidad local a la oferta nacional.

Utiliza la nueva subsidiariedad territorial Nacio-nal-Local para reconstruir la solidaridad social en los distintos ámbitos de acción de la gestión pú-blica en el marco de la globalización.

Desde el punto de vista sistémico, comprendien-do que todo sistema es parte de uno mayor que le sirve de contexto, el sistema-nación, tiende a ser más sostenible y seguro, en la medida en que logra mejorar su capacidad de articular res-puestas locales y regionales frente a los distin-tos procesos de globalización a los que estamos asistiendo. Se trata de pasar del Estado anclado en la visión de nación y sus límites topográficos del siglo XIX, al Estado del siglo XXI, que in-teractúa entre una realidad física y una virtual y asume que la nación articula las particularidades de cada localidad para proyectarse en la escena mundial. Se busca propiciar la noción de Estado Multiplejo (múltiple y complejo).

Se trata de territorializar la descentralización de acuerdo a Angel Massiri (2014), creando articu-laciones entre el poder central y los gobiernos locales, éstas, soportadas en decisiones tomadas corresponsablemente con las comunidades. En estos ámbitos subnacionales es donde se facilita el ejercicio de la democracia directa, salvando por supuesto las diferencias geográficas, histórico-culturales y de capacidad institucional existentes entre las distintas localidades.

Los principios y criterios compartidos y esenciales del desarrollo sustentable

Las estrategias planteadas para la territorializa-ción del trabajo verde y la descentralización para la gobernanza ambiental, aumentan su capacidad de cambio al implementarse de manera manco-munada en el marco de los principios y criterios comunes que a continuación esbozamos, refirién-donos además, a los instrumentos legislativos que podrían darles viabilidad en el país.

Principio de Sustentabilidad Ecológica

En el marco de la legislación nacional y de las políticas de Estado, en particular de los Derechos ambientales consagrados en la Constitución de la República, la Estrategia Nacional de Diversidad Biológica y su plan de acción, la Agenda ONU 2030, este principio está dirigido a: garantizar el conocimiento, la conservación y el aprovecha-miento sostenible de los componentes de la di-versidad biológica, como patrimonio intergene-

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racional, respetando el mantenimiento duradero de los procesos ecológicos esenciales y de los sis-temas necesarios para la vida.

Criterios de Sustentabilidad Ecológica

• Promueve el equilibrio territorial y el desarro-llo local.

• Aprovecha sostenidamente la variabilidad ge-nética de la flora, fauna y microorganismos como una vía para su mantenimiento, protec-ción y conservación de hábitats y ecosistemas.

• Aprovecha sostenidamente bienes y servicios provenientes de procesos ecológicos, como una vía para su mantenimiento, protección y conservación.

• Conserva y recupera las poblaciones biológicas nativas, orgánicamente naturalizadas y amena-zadas.

• El aprovechamiento de los recursos biológi-cos, en tanto prestadores de bienes y servicios, se adecua al marco legal.

• La iniciativa genera, sistematiza y difunde co-nocimiento para la conservación y uso sosteni-ble de la diversidad biológica.

• Responde a las normas nacionales e interna-cionales en materia de bioética y biotecnología

Principio de Sustentabilidad Social

Bajo las orientaciones de la democracia directa y participativa que la Constitución refrenda: Fomen-ta la gobernanza ambiental, promueve mecanismos de cogestión, alianzas y compromisos entre los di-ferentes actores políticos y sociales locales, com-bate la inequidad social, la exclusión y la pobreza, propicia la justa revalorización y conocimiento tra-dicional y del hábitat donde se ha desarrollado. Las iniciativas deben promover la distribución equitati-va de los beneficios a grupos más vulnerables de la base productiva o actores de los eslabones prima-rios de la cadena. En el marco de la diversidad cul-tural y étnica que se reconoce en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, para lograr esta visión alternativa del desarrollo sustentable y local que pone como sujeto relevante de los planes y acciones a las propias comunidades de base, se debe romper con viejas taras conceptuales y esque-mas de transferencia tecnológica que fomentan la dependencia científico-técnica del país.

Criterios de Sustentabilidad Social

• Promueve y fortalece el equilibrio social, polí-tico y el desarrollo local.

• La iniciativa se articula con los planes y progra-mas sociales.

• Propicia nuevas formas de participación social para la gobernanza ambiental.

• Rescata, mantiene y estimula las prácticas de conocimientos tradicionales, respetando los derechos de propiedad intelectual individual y colectiva.

• Garantiza los derechos de uso de los recursos biológicos y procesos ecológicos que sirven de soporte a las comunidades locales, criollas, afro descendientes e indígenas.

• Seguridad jurídica para el acceso al uso de la tierra en el marco de la justicia social y la lucha contra el latifundio.

Principio de Sustentabilidad Económica.

En el marco de la Estrategia Nacional de Diver-sidad Biológica y su plan de acción, dirigida al: reconocimiento y manejo sustentable del valor estratégico y económico de los bienes y servicios de la diversidad biológica, enfatiza en el trabajo, ahorro y consumo y el crecimiento de la produc-ción local sustentable con inclusión social a lo largo de las cadenas de valor. Se establece que los proyectos para el aprovechamiento produc-tivo de la biodiversidad “tenderán siempre a la generación e incremento del patrimonio produc-tivo y cultural de los actores involucrados, de la capacidad de gestión de sus propios proyectos, y de la sostenibilidad económica en el largo plazo de dichos proyectos” (Congreso de la República de Venezuela, 1999: 16)

Criterios de Sustentabilidad Económica

• Promueve el equilibrio económico y el desa-rrollo local.

• Amplía las oportunidades para la economía so-lidaria y popular mediante la incorporación de los bienes y servicios de la diversidad biológica en los proyectos de desarrollo local.

• Promueve y estructura cadenas de valor, prio-rizando la inclusión social.

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• Favorece la organización social de la produc-ción

• Desarrolla la oferta del potencial de produc-ción de bienes y servicios de la diversidad bio-lógica

• Aprovecha la capacidad de gestión instalada• Iniciativas innovadoras• Factibilidad financiera • Conocimiento de la valoración económica de

la iniciativa y su impacto ambiental

A manera de colofón: Los actores para darle piso socio-político a la propuesta

La propuesta de transición venezolana al desarro-llo sustentable, está centrada en las posibilidades que brinda el aprovechamiento de los bienes y servicios renovables de la naturaleza, que gene-ren los protocolos de producción y consumo, y las buenas prácticas, que pasarían a formar parte de la base material y cognoscitiva de la sociedad del país eco productivo alternativo que se ha tra-tado de bosquejar. Centrados en la generación del empleo verde y digno y en el fomento de la descentralización para la gobernanza ambiental, se pretende alcanzar un país con mayor equidad socio-territorial, más incluyente socialmente, más diversificado y solidario económicamente y más independiente políticamente, anclado en la pers-pectiva del desarrollo local.

En el caso venezolano, este perfil nos lleva a considerar como sujeto de la propuesta a las dis-tintas organizaciones de trabajadores y empresa-rios, movimientos campesinos e indígenas, uni-versidades y otros centros y organizaciones de capacitación y formación, incluyendo ONGAs y otras organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos, que tienen presencia y han desarrollado actividades en sus campos de competencia espe-cialmente en sectores que se han señalado en las distintas regiones: Turismo sostenible en los Andes, Insular y Guayana, Pesca, Piscicultura, Fauna y Zoocría en Los Llanos , Delta, Sumide-ros de Carbono en Guyana, I&D Norte Costero. A este grupo podríamos agregar a PDVSA y a todos los actores involucrados “aguas abajo” en

las distintas actividades de extracción, transfor-mación y distribución, en este caso, sobre todo a los vinculados a la ampliación de la red de gas directo, que le imprime gran sentido social a la industrialización del gas.

Los gobiernos locales, gobernaciones de estado y alcaldías, pasarán a ser parte de los actores que asumen esta propuesta, en la medida que abran los espacios y promuevan mecanismos de gober-nanza ambiental. Se trata de un conjunto hetero-géneo y se debe tener presente que en la transi-ción al desarrollo sostenible venezolano, estamos considerado tanto actores sociales como las co-munidades originarias y campesinas que en mu-chos casos luchan por la defensa de sus territorios y formas de vida, como a las redes y movimien-tos más urbanos, partidos políticos, organizacio-nes de trabajadores y empresarios, cuya lógica de acción va más dirigida a la ampliación de sus bases organizacionales. De esta diferencia básica que nos permite ubicarnos en dos extremos que van desde el derecho primario de la superviven-cia hasta la democracia directa, se desprende que la implementación de las estrategias para darle soporte social y político a la propuesta, requiere de los mecanismos para atender esta diversidad. Se debe ser capaz de manejar diferencias en: la relación de los distintos actores sociales con las distintas instancias de gobiernos; las capacidades para incidir en la descentralización y gobernanza ambiental; el énfasis en el factor ideológico; arti-culación de sinergias sociales; énfasis en las rei-vindicaciones sociales, económicas y culturales, entre otras.

Estos contrastes deben ser tomados especialmen-te en cuenta para la formulación de políticas pú-blicas de cara a generar empleos para la equidad socio-territorial y propiciar la descentralización para la gobernanza. Se debe tener presente que las demandas de la sociedad en estos aspectos, que son de naturaleza distinta y que pueden llegar a exigirse simultáneamente, requieren respuestas que articulen esta diversidad para encarar la cada vez más urgente transición al desarrollo sustenta-ble ante la crisis, a nuestro juicio irreversible, del modelo rentístico petrolero.

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TRASPARENCIA VENEZUELA 2013 Análisis de ries-gos de corrupción e integridad Gran Misión Vivienda Ve-nezuela. Resumen Ejecutivo. Caracas

Generales • Ley Orgánica del Ambiente. Gaceta Oficial Extraordi-

naria No. 5.833 del 22 de diciembre de 2006. • Ley Penal del Ambiente. Gaceta Oficial de la Repúbli-

ca de Venezuela No. 4.358 Extraordinario del 03 de enero de 1992.

• Decreto No. 1.257 referido a Normas sobre Evalua-ción Ambiental de Actividades Susceptibles de Degra-dar el Ambiente. Gaceta Oficial No. 35.946 del 25 de abril de 1996.

• Resolución No. 56 de fecha 04-07-96, emanada del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables, por la cual se dictan las Normas sobre Re-caudos para la Evaluación Ambiental de Programas y Proyectos Mineros y de Exploración y Producción de Hidrocarburos. Gaceta Oficial No. 5.079 Extraordina-rio del 19 de Julio de 1996.

• Ley Orgánica para la Ordenación del Territorio publi-cada en la Gaceta Oficial N° 3.238 del 11 de agosto de 1983

• Calidad de Aire • Decreto No 4.335 sobre Normas para Regular y Con-

trolar el Consumo, la Producción,• Importación, Exportación y Uso de Sustancias Agota-

doras de la Capa de Ozono. • Gaceta Oficial Nº 38.392 del 07 de marzo de 2006.• Decreto No 638 referido a Normas sobre Calidad del

Aire y Control de la Contaminación Atmosférica. Ga-ceta Oficial No. 4.899 Extraordinario del 19 de mayo de 1995.

• Decreto No. 2.673 referido Normas sobre Emisiones de Fuentes Móviles. Gaceta Oficial No. 36.532 del 04 de septiembre de 1998.

• Resolución No. 334 de fecha 30-11-98 sobre Normas Relativas a la Certificación de Emisiones Provenientes de Fuentes Móviles. Gaceta Oficial No. 36.594 del 02 de diciembre de 1998.

• Calidad de agua • Ley de Aguas. Gaceta Oficial Nº 38.595 de fecha 02

de enero de 2007.

Anexo Legislativo

• Ley Orgánica para la Prestación de los Servicios de Agua Potable y de Saneamiento. Gaceta Oficial No. 5.568 del 31 de diciembre de 2001.

• Decreto No. 883 sobre Normas para la Clasificación y el Control de la Calidad de los Cuerpos de Agua y Ver-tidos o Efluentes Líquidos. Gaceta Oficial No. 5.021 Extraordinario del 18 de diciembre de 1.995.

• Decreto No. 1.400 relativo a Normas sobre Regula-ción y el Control del Aprovechamiento de los Recur-sos Hídricos y de las Cuencas Hidrográficas. Gaceta Oficial No. 36.013 del 02 de agosto de 1996.

• Materiales-Desechos peligrosos • Ley No. 55. Ley sobre Sustancias, Materiales y Dese-

chos Peligrosos. Gaceta Oficial No. 5.554 Extraordi-nario del 13 de noviembre de 2001.

• Decreto No. 2.210 sobre Normas Técnicas y Procedi-mientos para el Manejo de Material Radiactivo. Gaceta Oficial No. 4.418 Extraordinario del 27 de abril de 1.992.

• Decreto No. 2.218 sobre Normas para la Clasificación y Manejo de Desechos en Establecimientos de Salud. Gaceta Oficial No. 4.418 Extraordinario del 27 de abril de 1992.

• Decreto No. 1.847 de fecha 19-09-91, Reglamento Ge-neral de Plaguicidas. Gaceta Oficial No. 34.877 del 08 de enero de 1991.

• Desechos no peligrosos• Ley de Residuos y Desechos Sólidos Gaceta Oficial

No. 38.068 del 18 de noviembre de 2004.• Decreto No. 2.216 de fecha 23-04-92, sobre Normas

para el Manejo de los Desechos Sólidos de Origen Doméstico, Comercial, Industrial o de cualquier otra naturaleza que no sean peligrosos. Gaceta Oficial No. 4.418 Extraordinario del 27 de abril de 1992.

• Ruido• Decreto No. 2.217 relativo a Normas sobre el Control

de la Contaminación Generada por Ruido. Gaceta Ofi-cial No. 4.418 Extraordinario del 27 de abril de 1.992.

• Componentes Biológicos • Ley de Gestión de la Diversidad Biológica. Gaceta

Oficial No. 39.070 del 1 de diciembre de 2008.

Compendio de la legislación ambiental nacional vigente

Antonio De Lisio | TRANSICIÓN AL DESARROLLO SUSTENTABLE EN VENEZUELA

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• Decreto No. 6.070 con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Bosques y Gestión Forestal. Gaceta Oficial No. 38.946 del 05 de junio de 2008.

• Ley Forestal de Suelos y de Aguas. Gaceta Oficial de la República de Venezuela No. 997 Extraordinario del 08 de enero de 1966.

• Decreto No. 2.214 Normas para la Administración de Actividades Forestales, en Reservas Forestales, Lotes Boscosos, Áreas Boscosas Bajo Protección y Áreas Boscosas en terrenos de propiedad privada destinadas a la producción forestal permanente. Gaceta Oficial No. 4.418 Extraordinario del 27 de abril de 1992.

• Decreto No. 2.026, por el cual se dictan las Normas so-bre Plantaciones Forestales Comerciales y de uso múlti-ple. Gaceta Oficial No. 33.922 del 09 de marzo de 1988.

• Decreto No. 1.804. Reglamento Parcial de la Ley Fo-restal de Suelos y de Aguas sobre la Regulación de las Actividades que impliquen destrucción de Vegetación con fines agropecuarios. Gaceta Oficial No. 32.652 del 25 de enero de 1983.

• Decreto No. 1.843 referente a Normas para la Protec-ción de los Manglares y sus Espacios Vitales Asocia-dos. Gaceta Oficial de la República de Venezuela No. 34.819 del 14 de octubre de 1991.

• Decreto No. 846 sobre Normas para la Protección de Morichales. Gaceta Oficial No. 34.462 del 8 de mayo de 1990.

• Decreto No. 1.659 Reglamento Parcial de la Ley Fo-restal de Suelos y Aguas Sobre Repoblación. Gaceta Oficial No 34.808 de fecha 27 de septiembre de 1991.

• Ley de Protección a la Fauna Silvestre. Gaceta Oficial No. 29.289 del 11 de agosto de 1970.

• Decreto No. 3.269 Reglamento de la Ley de Protec-ción a la Fauna Silvestre. Gaceta Oficial No. 5.302 Ex-traordinario del 29 de enero de 1999.

• Decreto No. 628. Reglamento de la Ley de Protección a la Fauna Silvestre. Gaceta Oficial No. 4.925 Extraor-dinario del 29 de junio de 1995.

• Decreto No. 2.223 sobre Normas para Regular la In-troducción y Propagación de Especies Exóticas de la Flora y Fauna Silvestres y Acuáticas. Gaceta Oficial No. 4.418 Extraordinario del 27 de abril de 1992.

• Ejecución de obras• Decreto No. 2.212. Normas sobre Movimientos de

Tierra y Conservación Ambiental. Gaceta Oficial No. 35.206 del 07 de mayo de 1993.

• Decreto No. 2.226 sobre Normas Ambientales para la Apertura de Picas y Construcción de Vías de Acceso. Gaceta Oficial de la República de Venezuela No. 4.418 Extraordinario del 27 de abril de 1.992.,

• Decreto No. 2.220. Normas para Regular las Activida-des Capaces de Provocar Cambios de Flujo, Obstruc-ción de Cauces y Problemas de Sedimentación. Ga-ceta Oficial No. 4.418 Extraordinario del 27 de abril de 1992.

• Riesgos/ Control y prevención de incendios

• Ley de Gestión Integral de Riesgos Socio naturales y Tecnológicos. Gaceta Oficial Nº 39.095 del 9 de enero de 2009.

• Decreto No. 2.486 de fecha 13-12-77, por el cual se adoptan las medidas necesarias para prevenir, contro-lar y extinguir los incendios forestales, Gaceta Oficial No. 31.382 del 14 de diciembre de 1977.

• Decreto No. 46. Reglamento sobre Prevención de In-cendios. Gaceta Oficial No. 30.375 del 16 de abril de 1974.

• Guardería ambiental • Decreto No. 1.221 de fecha 02-11-90. Reglamento So-

bre Guardería Ambiental. Gaceta Oficial No. 34.678 del 19 de marzo de 1991.

• Decreto N. 2.127 sobre las Juntas para la Conserva-ción, Defensa y Mejoramiento del Ambiente. Gaceta Oficial No. 31.219 del 22 de abril de 1977.

• Vinculadas y vinculantes de alcance nacional • Ley Orgánica de Seguridad de la Nación. Gaceta Ofi-

cial No. 37.594 del 18 de diciembre de 2002.• Ley Orgánica de Salud. Gaceta Oficial No. 36.579 del

11 de noviembre de 1998.• Decreto No. 5.078. Reglamento Parcial de la Ley Or-

gánica de Prevención, Condiciones y Medio Ambiente de Trabajo. Gaceta Oficial No. 38.596 del 03 de enero de 2007.

• Decreto No. 1.528 con Fuerza de Ley Orgánica de Planificación. Gaceta Oficial No. Extraordinario del 13 de noviembre de 2001.

• Ley de los Consejos Estadales de Planificación y Coordinación de Políticas Pública Gaceta Oficial No. 37.509 del 20 de agosto de 2002.

• Ley de los Consejos Locales de Planificación. Gaceta Oficial No. 38.591 del 26 de diciembre de 2006.

• Ley de los Consejos Comunales del 6 de abril de 2006. Gaceta Oficial No. 5.806 Extraordinaria del 10 de abril de 2006.

• Decreto No. 1.440 con Fuerza de Ley Especial de Asociaciones Cooperativas de fecha 30/08/2001. Ga-ceta Oficial No. 37.285 del 18 de septiembre de 2001.

• De alcance sectorial • Resolución No.00044 que Prohíbe la Ocupación Ilegal

de los Espacios Declarados como Parques Nacionales, Monumentos Naturales, así como de los Parques de Recreación. Gaceta Oficial No. 39.231 del 30 de Julio de 2009.

• Decreto No. 2.817 sobre Administración de los Par-ques de Recreación a Campo Abierto o de Uso Inten-sivo adscritos al Instituto Nacional de Parques. Gaceta Oficial No. 35.560 del 15 de octubre de 1998.

• Decreto No. 6.126, con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de los Espacios Acuáticos. Gaceta Oficial No. 5.890 Extraordinario del 31 de julio de 2008.

• Decreto con Rango y Fuerza de Ley No. 1.468 de fe-cha 27-09-01 de Zonas Costera Gaceta Oficial No. 37.319 del 07 de noviembre de 2001.

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TRANSICIÓN AL DESARROLLO SUSTENTABLE EN VENEZUELA | Antonio De Lisio

• Decreto No. 5.930 con Rango, Valor y Fuerza de Ley de Pesca y Acuicultura Gaceta Oficial No. 5.877 del 14 de marzo de 2008.

• Decreto No. 2.267 de fecha 26-11-92, por el cual se dictan las Normas Técnicas Conservacionistas para Controlar el Ejercicio de la Actividad Pesquera. Ga-ceta Oficial No. 35.103 del 01 de diciembre de 1992.

• Decreto con Rango y Fuerza de Ley No. 1.546 de Tie-rras y Desarrollo Agrario. Gaceta Oficial No. 37.323 del 13 de noviembre de 2001.

• Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas. Gaceta Oficial No. 38.344 del 27 de diciembre 2005.

• Ley de Demarcación y Garantía del Hábitat y Tierras de los Pueblos Indígenas. Gaceta Oficial No. 37.118 del 01 de diciembre de 2001.

Fuente: Planigestión. Tomado de RED ARA 2012. Elaboración propia.

• Áreas de Protección Especial, Flora y Fauna: Protocolo re-lativo a Especies Silvestres Especialmente Protegidas (SPAW); Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de la UNESCO.; Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional como Hábi-tat de Aves Acuáticas (Convención de Ramsar); Tra-tado de Cooperación Amazónica; Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres; Convención Internacional de Protección Fitosanitaria, Constitución de la Unión Internacional para la Protección de la Naturaleza.; Protección de la Flora, de la Fauna y de las Bellezas Escénicas Naturales de los Países de América

• Armas: Convención Interamericana contra la Fabrica-ción y el Tráfico de Armas de Fuego, Municiones, Ex-plosivos y otros Minerales relacionados; Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción, el Almacenamiento y el Empleo de Armas Químicas y sobre su Destrucción.

• Amenazas Naturales: Convención Marco de las Nacio-nes Unidas sobre el Cambio Climático; Protocolo de Montreal relativo a las Sustancias que Agotan la Capa de Ozono; Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono; Cooperación Regional en Materia de Desastres Naturales; Convención Internacional de Lucha contra la Desertificación.

• Hidrocarburos: Convenio Internacional sobre Responsa-bilidad Civil nacida de daños debidos a contaminación por hidrocarburos; Convenio Internacional sobre Coo-peración, Preparación y Lucha contra la Contaminación por Hidrocarburos; Cooperación para Combatir los Derrames de Hidrocarburos en la Región del Caribe; Protocolo Relativo a la Cooperación para Combatir los Derrames de Hidrocarburos en la Región del Gran Ca-

Anexo Legislativo

Compendio sobre los compromisos ambientales del país en materia ambiental

ribe: Convención Internacional para impedir la Conta-minación de las Aguas del Mar por los Hidrocarburos.

• Contaminación Química: Convenio de Rótterdam sobre el Procedimiento de Consentimiento Fundamentales Previo a Ciertos Plaguicidas y Productos Químicos Peligrosos; Convenio de Estocolmo sobre Contami-nantes Orgánicos Persistentes; Convenio de Basilea sobre el Control de Movimientos Transfronterizos de los Desechos Peligrosos y su Eliminación.

• Biodiversidad: Protocolo de Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología del Convenio sobre Diversidad Biológica.; Enmiendas al Estatuto del Centro Interna-cional de Ingeniería Genética y Biotecnología; Conve-nio sobre la Diversidad Biológica.

• Nuclear: Tratado de Prohibición Completa de los En-sayos Nucleares. Acuerdo de Cooperación para la Promoción de la Ciencia y la Tecnología Nucleares en América Latina y el Caribe; Enmienda del Artículo VI del Estatuto del Organismo Internacional de Energía Atómica. Madera: Convenio Internacional de las Ma-deras Tropicales 1994.

• Mar: Acuerdo sobre el programa Internacional para la Conservación de los Delfines; Convención Inte-ramericana para la Protección y Conservación de las Tortugas Marinas; Convenio Internacional para pre-venir la Contaminación por los Buques¸ Protección y el Desarrollo del Medio Marino de la Región del Gran Caribe; Convención sobre Pesca y Conservación de los Recursos Vivos de la Alta Mar; Convención sobre el Mar Territorial y la Zona Contigua

Fuente: Planigestión. Tomado de RED ARA 2012. Elabo-ración propia

Antonio De Lisio | TRANSICIÓN AL DESARROLLO SUSTENTABLE EN VENEZUELA

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• “Artículo 10: Las asignaciones económicas especiales para los estados y el Distrito Metropolitano de Cara-cas, provenientes de la aplicación de esta Ley, se desti-narán exclusivamente a gastos de inversión en proyec-tos para las siguientes áreas:

• Proyectos y Programas que se orienten a la conserva-ción, defensa, mantenimiento, mejoramiento, recupe-ración, saneamiento y vigilancia del ambiente y de los recursos naturales afectados por actividades mineras o petroleras;

• Recuperación, protección, conservación y mejora-miento ambiental de las áreas objeto de exploración y explotación de minas e hidrocarburos;

• Programas de preservación del medio ambiente en general y en especial en áreas donde se realicen acti-vidades tales como procesamiento de hidrocarburos, refinación, criogénico, petroquímicos, empresas del aluminio, del acero y procesamiento de otros mine-rales;

• Financiamiento a la investigación e innovación tecno-lógica;

• Infraestructura y dotación en el sector médico asisten-cial y programas de medicina preventiva;

• Infraestructura y dotación de equipos en el sector edu-cativo, en los niveles de preescolar, básica, especial y capacitación para el trabajo;

• Consolidación y mejoramiento de la infraestructura sanitaria en el territorio de la entidad y sistemas de transporte público en las zonas rurales y fronterizas;

• Programas de protección y recuperación del patrimo-nio cultural edificado y mantenimiento y construcción de la infraestructura cultural y deportiva;

Anexo Legislativo

Ley de Asignaciones Económicas Especiales. Artículo 10

• Programas de construcción de viviendas para los sec-tores con ingresos equivalentes hasta cincuenta y cinco unidades tributarias, previstos en el decreto con rango y fuerza de Ley que Regula el Subsistema de Vivienda y Política Habitacional, en el territorio de la entidad;

• Programas de construcción de viviendas para los sec-tores con ingresos comprendidos entre cincuenta y cinco y ciento diez unidades tributarias, previstos en el decreto con rango y fuerza de Ley que Regula el Subsistema de Vivienda y Política Habitacional, en los municipios fronterizos;

• Construcción y mejoramiento de la infraestructura agrícola, incluyendo la vialidad agrícola.

• Estas inversiones deberán hacerse sin perjuicio de las obligaciones que otras leyes imponen a los estados y al Distrito Metropolitano de Caracas en materia de inver-sión en estos programas, ni de los recursos que a tra-vés del presupuesto nacional se asignen a los mismos.

• Los estados y el Distrito Metropolitano de Caracas destinarán para las áreas de inversión previstas en los numerales 1 y 2 un porcentaje no menor al cinco por ciento (5%) de su asignación, exceptuándose de esta disposición aquellos estados y municipios que apli-quen recursos conforme a lo establecido en el artículo 23 de esta Ley.

• Los estados y el Distrito Metropolitano de Caracas destinarán a la inversión prevista en el numeral 5, un porcentaje no menor al cinco por ciento (5%) de su asignación.

• De conformación con lo previsto en el artículo 3 de esta Ley, se dará prioridad a las inversiones previstas en los nu-merales 6,7,8,9 y 10 en los municipios donde se exploren, exploten y refinen minerales e hidrocarburos.”

Acerca del autores

Friedrich Ebert Stiftung (FES)

La Fundación Friedrich Ebert (FES), fundada en 1925 en Alemania, es una institución privada de utili-dad pública comprometida con las ideas de la Democracia Social. Lleva el nombre del primer presiden-te de la República de Weimar elegido democráticamente, Friedrich Ebert, y es portadora de su legado en cuanto a la configuración política de la libertad, la solidaridad y la justicia social. A este mandato corresponde la Fundación en el interior y exterior de Alemania con sus programas de formación política, de cooperación internacional y de promoción de estudios e investigación.

Responsable

Hildebrand Breuer / [email protected]

El uso comercial de todos los materiales editados y publicados por la Fundación Friedrich Ebert (FES) está prohibido sin previa autorización escrita de la FES.

Las opiniones expresadas en esta publicación no representan necesariamente los puntos de vista de la Fundación Friedrich Ebert.

Antonio De Lisio Geógrafo UCV. Máster Ciencias del Ambiente Paris VII. Doctor en Arquitectura Mención Acondicionamiento Ambiental UCV. Becas Pos-doctorales: Centro de Estudios de Post-grado FACES-UCV Fundación Rockefeller Programa Ideas de Medio Ambiente y Biodiversidad Caracas 2004Ministerio de Relaciones Exteriores Canadá Adaptación Local al Cambio Climático Canadá 2010 ASDI-CLACSO Integración Regional para el siglo XXI. Buenos AiresProfesor Titular FAU-UCV/Investigador Asociado CENDESPresidente Instituto Venezolano de Investigaciones Sociales y Político (INVESP)Coordinador Grupo de Trabajo CLACSO Justicia Climática y Gobernanza Ambiental (2016-2019) Miembro del Grupo de Trabajo regional Transformación Social y Ecológica FES México.Secretario General Asociación de Universidades Amazónicas (UNAMAZ) 2000-2003Director del Centro de Estudios Integrales del Ambiente de la UCV (CENAMB-UCV 1992-2009

ISBN 978-980-6077-64-5