Variaciones espaciales de las comunidades de lagartos ...
Transcript of Variaciones espaciales de las comunidades de lagartos ...
Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas
Facultad de Ciencias Agropecuarias
Centro de Estudios Jardín Botánico de Villa Clara
Tesis en opción al Título Académico de Máster en Conservación de la Biodiversidad
Mención Fauna
Variaciones espaciales de las comunidades de lagartos diurnos en Loma de
Cunagüa, Ciego de Ávila
Autor: Lic. Daylon Fundora Caballero
Tutor: Dr. C. Ángel Arias Barreto
Santa Clara, 2017
Dedicatoria:
A la memoria de Bonifacio Aníbal Caballero Torres: Abuelo, padre, amigo y ejemplo.
Agradecimientos:
Primeramente, a mi madre, por ser la guía fundamental de todo cuanto soy y de cuanto
pueda representar para el resto. Por ser el eje central y motor impulsor de todo cuanto
hago y cuanto pueda llegar a realizar aún. Por dejarme existir.
A mi familia por sostener y modelar el carácter y la personalidad que actualmente
muestro.
A mi tutor: Dr. C. Ángel Arias Barreto por tanto conocimiento brindado, tiempo
dedicado, apoyo, amistad y sobre todo por toda su paciencia. Mérito adicional por su
dedicación aun cuando siempre está tan complicado…
A mis compañeros de la Unidad de Medio Ambiente del CITMA por toda su ayuda,
tiempo y confianza. Gracias por saber comprenderme y aconsejarme en momentos en
que lo necesité bastante. Gracias por ser el equipo de trabajo siempre soñado.
Agradecimiento fundamental a mis amigos (AMIGOS; los nombres no son necesarios
esta vez), por construir conmigo, ya sea cerca o no, este tiempo de maestría, y
especialmente por estar “siempre ahí”, justo en el momento adecuado.
A mis “compañeros de cuarto” (los muchachos del 203 y el 301) por soportarme tanto,
incluso cuando no soy ya de pre-grado. A ellos, gracias por la confianza depositada en
mí y el honor de permitirme compartir sus vidas… En fin, por tantos momentos.
A todos los profesores y al consejo científico de la Maestría por las continuas
revisiones y por contribuir a mi desarrollo profesional y a este siempre esperado
aumento de categoría científica.
Y por último, a todos los que de una manera u otra me han brindado su apoyo, y han
contribuido física o mentalmente al desarrollo de esta maestría y de esta tesis…
¡A todos, muchísimas gracias!!!
Resumen
Una problemática común en nuestro país es conocer cómo influyen las variaciones del área y
sus condiciones, en la distribución y abundancia de las comunidades de reptiles. El Refugio de
Fauna Loma de Cunagua presenta dos variantes de Bosque Semideciduo (conservada y
secundaria). Existen en el área 18 especies, de ellas 14 endémicos y dos subespecies
endémicas, con predominio de lagartos diurnos; pero con ausencia de información del
comportamiento de sus poblaciones de reptiles. Para este estudio se establecieron transectos en
las dos variantes de bosque, donde se efectuó un muestreo mensual durante un año y se
anotaron las especies y sus datos de hábitat y microhábitat. Se realizó una correlación de
Pearson con los valores de riqueza de especies en cada variante de bosque para conocer la
influencia del hábitat en la comunidad. Para identificar las tendencias de las variaciones
comunitarias se utilizó un Análisis de Correspondencias. Las especies más representadas
fueron Anolis sagrei y Anolis lucius. No obstante, todas son dependientes de las características
del hábitat. Existe una correlación positiva entre la riqueza de especies y la variante natural,
probablemente relacionado con la complejidad del hábitat. A mayor número de estratos a usar,
mayor número de especies de reptiles. Además, la cobertura de dosel y la insolación son
parámetros esenciales en la segregación de las especies. Lo anterior demuestra que la variante
natural, por soportar mayores poblaciones, con abundantes endémicos, resulta el área de
principal interés para la conservación de las comunidades de reptiles de Loma de Cunagua.
Abstract
A common problem in our country is to know how the variations of the area and its conditions
influence on the distribution and abundance of reptile communities. Loma de Cunagua Fauna
Refuge presents two variants of Semideciduous Forest (preserved and secondary). There are
18 species in the area, of which 14 are endemic and two endemic subspecies, with
predominance of diurnal lizards; but with absence of information on the behavior of their
reptile populations. For this study, transects were established in the two forest variants, where
a monthly sampling was carried out for one year and the species and their habitat and
microhabitat data were annotated. A Pearson correlation was made with the species richness
values in each forest variant to know the influence of the habitat in the community. A
Correspondence Analysis was used to identify the trends of the community variations. The
most represented species were Anolis sagrei and Anolis lucius. However, all are dependent on
the characteristics of the habitat. There is a positive correlation between species richness and
the natural variant, probably related to the complexity of the habitat. To the greater number of
strata to be used, greater the number of reptile species. In addition, canopy cover and
insolation are essential parameters in the segregation of species. This, demonstrates that the
natural variant, because it supports larger populations, with abundant endemics, is the area of
main interest for the conservation of the Loma de Cunagua reptile communities.
Índice
I. Introducción ........................................................................................................................... 1
II. Revisión Bibliográfica .......................................................................................................... 4
2.1. Generalidades en la ecología de reptiles ....................................................................... 4
2.2. Estudios de comunidades de lagartos diurnos ............................................................. 6
2.3. Uso de los recursos por las especies de lagartos ......................................................... 10
2.4. Ecomorfos ..................................................................................................................... 14
III. Materiales y Métodos ........................................................................................................ 17
IV. Resultados .......................................................................................................................... 23
4.1. Descripción de la comunidad y su relación con la estructura de la vegetación ...... 23
4.2. Variación temporal de las comunidades ..................................................................... 26
4.3. Segregación vertical de las especies de lagartos diurnos .......................................... 28
4.4. Segregación de las especies de lagartos en diferentes tipos de sustrato ................... 33
4.5. Relación con la exposición solar .................................................................................. 35
4.6. Segregación y nichos espaciales de las especies de lagartos ...................................... 38
V. Discusión .............................................................................................................................. 44
VI. Conclusiones ...................................................................................................................... 57
VII. Recomendaciones ............................................................................................................. 58
Referencias bibliográficas ....................................................................................................... 59
1
I. Introducción
La primera lista de reptiles para Cuba fue confeccionada por Cocteau y Bibrón en el período
entre 1838-1843 y contaba con 34 especies. Luego de varios incrementos, la lista actual cuenta
con 160 especies descritas (Henderson & Powell, 2009), de las que 134 constituyen endémicos
nacionales (83,75%) y cuatro han sido introducidas por el hombre. Estos datos sitúan a los
reptiles como el segundo grupo de vertebrados terrestres más diverso, solo superado por las
aves; y el segundo en cuanto a endemismos, superado por los anfibios.
Los lagartos Anolis son el segundo grupo dominante de vertebrados en el Caribe, superado
solo por las ranas del género Eleutherodactylus. Además, el grupo constituye un caso ideal
para estudios de biodiversidad debido a la alta densidad con que se manifiestan (Schoener,
1980; Reagan, 1992). Pianka (1989) plantea que la composición de la fauna de lagartos está
profundamente influenciada por la estructura de la vegetación. Los requerimientos de hábitat
parten de las observaciones de los herpetólogos sobresaliendo el trabajo de Schwartz y
Henderson (1991), que caracterizan dichos requerimientos para casi todas las especies de
reptiles de las Antillas. También sobresale el compendio de Rodríguez-Schettino et al. (1999),
donde se profundiza acerca de la morfología, distribución y ecología de los lagartos iguánidos
de Cuba.
Los estudios de relaciones ecológicas entre la variabilidad de las comunidades y la estructura
de la vegetación también han llamado la atención de los biólogos desde hace algunas décadas
(Krebs, 1985 y Margalef, 1998). Según Arias (1997) las relaciones interespecíficas entre las
poblaciones pueden explicar los mecanismos de regulación de las comunidades, pero
generalmente no ofrecen explicación de los patrones de distribución espacial y temporal.
En los estudios comunitarios acerca de la estructura de la vegetación es reconocida la
importancia que la temperatura ambiental presenta a la hora de explicar la variación espacial y
estacional (Martínez et al., 1990). Además, según Losos (1994) en las islas caribeñas la
competencia interespecífica parece ser la fuerza dominante en la regulación de la estructura
comunitaria. Los estudios de nicho ecológico y competencia entre especies de comunidades
animales han crecido en importancia con el paso de los años. Así el concepto de nicho ha
evolucionado desde lo planteado por Hutchinson (1957) y Pianka (1982) hasta la actualidad
2
donde este concepto se está tratando cada vez más como uso de los recursos por parte de las
especies, ya que se considera a la especie como parte del nicho en sí y no como algo separado.
En 1964 Rand comenzó los trabajos de subnicho estructural con comunidades de lagartos,
definiéndolo como la posición exacta que ocupan las especies en el medio en cuanto a estrato,
sustrato, altura y diámetro de las perchas. Posteriormente se definieron cuatro subnichos
teniendo en cuenta los recursos, denominados: estructural o de microhábitat, trófico, climático
y temporal (Pianka, 1973).
En nuestro país los estudios comunitarios de nicho comenzaron con el trabajo de Berovides y
Sampedro (1980), en el cual analizan las cuatro formas de uso de los recursos por las especies
de iguánidos de Cuba. Posteriormente varios autores realizaron trabajos sobre el tema, aunque
todos ellos han sido de carácter intra-poblacional. En Cuba, dentro de los trabajos ecológicos
relacionados con reptiles, predominan los de uso de los recursos como los de Martínez et al.
(1990), Rodríguez y Martínez (1992), y Martínez y Fernández (1994).
En cayo Santa María, Arias (1997) investigó aspectos relacionados con el hábitat y la partición
de recursos estructurales y climáticos intra e interespecíficos, de los lagartos terrestres diurnos
más abundantes. Por otra parte, Socarrás et al. (1997) y Socarrás (1999), caracterizaron la
fauna de algunos cayos de la bahía de Los Perros, al igual que hicieron Fernández-Gómez y
Socarrás (1999) en Cayo Paredón Grande. Igualmente sobresale el trabajo de Arias (2009),
acerca de la relación de las especies de reptiles con cada tipo de formación vegetal en Cayo
Santa María, así como el uso de los diferentes recursos y condiciones que utilizan las mismas.
Losos (1990) planteó que los anolis del Caribe se han diversificado para ocupar una amplia
gama de microhábitats, que van desde el suelo del bosque hasta las copas de los árboles. Estas
especializaciones de hábitat estaban descritas por Williams desde 1972 como “Ecomorfos”.
Dicho autor define seis de estos ecomorfos y los denomina de la siguiente forma: Tronco-
suelo, tronco-dosel, tronco, gigantes de dosel (gigantes se refiere al tamaño de los lagartos),
hierba-arbusto y ramitas. Losos et al., (2006) afirma que existe un patrón en el medio
ecológico por el cual los miembros estrechamente relacionados del mismo tipo de ecomorfo
son capaces de coexistir.
3
Según la distribución ecogeográfica y el endemismo de los reptiles cubanos (Rodríguez y
Rivalta, 2003) el Refugio de Fauna “Loma de Cunagua” se encuentra ubicado en la zona
noreste de Ciego de Ávila. En dicha área protegida existen reportadas 18 especies de reptiles,
dentro de las que destaca la subespecie endémica Anolis jubar cocoensis y la subespecie
endémica local Leiocephalus macropus hoplites. A pesar de ello el área no cuenta en la
actualidad con trabajos acerca de la ecología y distribución de sus reptiles.
La comunidad de lagartos de Loma de Cunagua presenta una gran variabilidad, tanto entre
diferentes hábitats como dentro de uno mismo. Algunos autores (e.g. Losos et al., 2003)
plantean que esto depende de las características de las especies que componen a la comunidad
y que las características del hábitat no tienen gran influencia; mientras que otros plantean que
son las variaciones internas de estos hábitats las que condicionan la presencia y abundancia de
las especies (Arias, 2009).
En nuestro caso de estudio la variación de las comunidades de lagartos de Loma de Cunagua
puede depender de las características de las especies que componen dicha comunidad o de las
variaciones internas de los hábitats que condicionen la presencia y abundancia de las especies.
Una respuesta tentativa a la contradicción anterior es que la composición y abundancia de
lagartos diurnos de Loma de Cunagua varía según las características del hábitat, microhábitat
y disponibilidad de recursos. Por tanto, los objetivos de este trabajo son:
Objetivo General
Caracterizar las variaciones espaciales de comunidades de lagartos diurnos del área protegida
Loma de Cunagua, teniendo en cuenta la variabilidad de hábitat, microhábitat y recursos
disponibles para las especies.
Objetivos Específicos
1. Describir los patrones de distribución y abundancia de las especies de lagartos diurnos
presentes en el Refugio de Fauna Loma de Cunagua.
2. Determinar cómo influye la condición temperatura y la disponibilidad de recursos en la
segregación espacial de los lagartos diurnos en distintas zonas del área.
3. Identificar los factores que resultan de importancia para la conservación de las especies
y comunidades de lagartos diurnos en el área.
4
II. Revisión Bibliográfica
2.1. Generalidades en la ecología de reptiles
La taxonomía oficial de la herpetología cubana comienza en 1758 con la descripción de
Typhlops lumbricalis por Linnaeus, luego, en 1807 Cuvier describe Crocodilus rhombifer. La
primera lista de reptiles para Cuba fue confeccionada por Cocteau y Bibrón en el período entre
1838-1843 y contaba con 34 especies. Luego de varios incrementos, la lista actual cuenta con
alrededor de 160 especies descritas (Henderson & Powell, 2009), de las que 134 constituyen
endémicos nacionales (83,75%) y cuatro han sido introducidas por el hombre. Estos datos
sitúan a los reptiles como el segundo grupo de vertebrados terrestres más diverso, solo
superado por las aves; y el segundo en cuanto a endemismos, superado por los anfibios.
Dentro de los endémicos destacan las especies pertenecientes al género Anolis (Rodríguez-
Batista et al., 2014), con una enorme irradiación adaptativa (63 especies) de las que solo tres
(3) se comparten con otros países (Anolis allisoni, A. angusticeps y A. sagrei)
Los estudios ecológicos de reptiles fueron muy escasos hasta 1960, y eran en su mayoría,
trabajos autoecológicos que hacían referencia a las relaciones de las especies con sus hábitats.
Tanto a nivel continental como en Cuba, durante la década del 70, comenzaron a aparecer los
trabajos de ecología en el archipiélago Sabana-Camagüey (Rodríguez-Batista et al., 2014). En
esta época, sobresalen algunos estudios citados por (Schoener, 1983), que trataban aspectos de
la competición interespecífica entre las distintas especies de lagartos.
Durante la década de 1980 se planteó que las grandes islas de Las Antillas Mayores presentan
la mayoría de sus especies como resultado de la especiación in situ dentro de la propia isla
(Williams, 1983). Lo anterior, continua el autor, se demuestra porque de los 18 grupos
monofiléticos de los lagartos que se producen en las Antillas Mayores, sólo cuatro tienen
especies que se producen en más de un grupo de islas. Continuando la discusión del trabajo
anterior, Losos (1996) afirma que la totalidad de la diversificación en los otros 14 grupos debe
ser resultado de la especiación dentro de la isla, en lugar de la colonización de otras islas. Lo
anterior apoya la conclusión de que la amplia variación en rasgos como la longitud de los
miembros posteriores, las dimensiones de los dedos de las patas y la fisiología térmica; están
5
correlacionados con el nivel de adaptación de estas especies a la vida en diferentes partes del
ambiente que los rodea (Losos, 2004).
Luego de 1990 se estudiaron varias teorías ecológicas como la de Biogeografía de Islas, que
explica la relación entre el área y el número de especies como resultado del efecto de la
inmigración y las tasas de extinción (Losos y Schluter, 2000). Sin embargo, los mismos
autores plantean que estas teorías no se aplican a los taxones presentes en grandes masas de
tierra como los continentes e islas de gran tamaño, ya que estos generan la mayoría de sus
especies in situ. En estos casos, las relaciones especies/área deben ser impulsadas por mayores
tasas de especiación. Según Losos et al., (2006) esta riqueza de especies tanto en islas como
en continentes, no se obtiene por adaptación a una gran variedad de diferentes ambientes, sino
por la existencia de grupos de especies que son ecológicamente similares, con cada grupo
adaptado a una parte diferente del ambiente que los rodea.
Ya en Cuba y dentro del archipiélago Sabana- Camagüey, Cayo Coco ha sido el área más
trabajada en publicaciones. El mismo cuenta con una descripción de la distribución vertical y
por formaciones vegetales de sus comunidades de reptiles (Estrada, 1993 y Martínez, 1998a).
Además, cuenta con estudios autoecológicos de Anolis jubar cocoensis (Socarrás, 1994), el
cual constituye una subespecie endémica; que también se encuentra en Loma de Cunagua y
fue descrita solo para ambos territorios por Estrada y Garrido desde 1990.
Según la distribución ecogeográfica y el endemismo de los reptiles cubanos (Rodríguez, 1993)
y (Rodríguez y Rivalta, 2003), el refugio de fauna “Loma de Cunagua” se encuentra ubicado
en la zona noreste de la provincia Ciego de Ávila. En dicha área protegida existen reportadas
18 especies de reptiles, dentro de las que destaca la subespecie endémica Anolis jubar
cocoensis y la subespecie endémica local Leiocephalus macropus hoplites (Nerey-Contrera et
al., 2014).
6
A pesar de lo mencionado anteriormente, Loma de Cunagua no cuenta en la actualidad con
trabajos acerca de la ecología y distribución de los reptiles. Solo presentan la información de
la lista de especies en el área, la cual no incluye los futuros nuevos reportes tomados mientras
se realizaba este estudio.
2.2. Estudios de comunidades de lagartos diurnos
Los lagartos Anolis son el segundo grupo dominante de vertebrados en el Caribe, superado
solo por las ranas del género Eleutherodactylus, y generalmente se encuentran formando
comunidades de muy altas densidades (Schoener, 1980; Reagan, 1992). Además, el grupo
constituye un caso ideal para estudios de biodiversidad, no solo porque son fáciles de estudiar
sino porque su número aumenta cada año (Losos, 2007). Según el mismo autor, entre el grupo
de animales denominados amniotas (que incluye reptiles, aves y mamíferos), Anolis
constituye el género más rico en especies.
Los Anolis son lagartos pequeños, generalmente insectívoros y principalmente arbóreos que se
encuentran en todo el Caribe, América Central, el norte de Suramérica y el sureste de Estados
Unidos (Losos y Thorpe, 2004). El grupo es caracterizado morfológicamente por la posesión
de almohadillas subdigitales compuestas por escamas ampliadas denominadas laminillas, que
a su vez están cubiertas por estructuras microscópicas llamadas setas (Irschick et al., 1996).
Estas setas le permiten a los Anolis adherirse a superficies lisas.
Una segunda estructura morfológica que caracteriza al grupo es la presencia de un saco o
pliegue gular. Esta estructura, que poseen los machos de casi todas las especies y las hembras
de muchas, se despliega en una variedad de contextos diferentes, incluyendo encuentros con
rivales territoriales, parejas potenciales, y contra los depredadores. Los colores y el modelo del
pliegue gular, así como el patrón específico de los movimientos de la cabeza, es específico de
cada especie y se utiliza en el reconocimiento entre las mismas (Rand y Williams, 1970;
Jensen 1978; Losos 1985).
7
Los estudios de relaciones ecológicas entre la variabilidad de las comunidades y la estructura
de la vegetación han llamado regularmente la atención de los biólogos (Krebs, 1985 y
Margalef, 1998). Según Arias (1997) las relaciones interespecíficas entre las poblaciones
pueden explicar los mecanismos de regulación de las comunidades, pero generalmente no
ofrecen explicación de los patrones de distribución espacial y temporal.
A partir de 1990 los investigadores han estudiado casi todos los aspectos de la ecología
evolutiva de los Anolis. Estos incluyen la sistemática, la fisiología, la morfología, etología,
demografía y ecología comunitaria (Losos y Thorpe, 2004). Además, se han realizado estudios
tanto de campo como en el laboratorio, que tienen incluidas la historia natural básica, las
comparaciones geográficas y temporales de las poblaciones, y una amplia variedad de estudios
experimentales acerca de la plasticidad fenotípica, la etología y la evolución (i.e., Losos, 1994
y Rougharden, 1995). Como resultado se tiene un entendimiento amplio y detallado de los
factores que promueven y sostienen la diversificación evolutiva y la coexistencia de las
especies de Anolis (Losos y Thorpe, 2004).
Al menos 11 especies de Anolis pueden coexistir simpátricamente en el Caribe, o sea,
ensamblajes casi tan grandes como los conocidos en los continentes (Losos y Thorpe, 2004).
Según Losos (1994) las comparaciones entre especies de este grupo indican que las mismas
están casi invariablemente diferenciadas de sus congéneres simpátricos en algún aspecto del
uso del hábitat, o de su morfología y fisiología, o de ambos. El mismo autor plantea que en las
islas del Caribe, la competencia interespecífica parece ser la fuerza dominante en la regulación
de la estructura de la comunidad. Por otro lado, en el continente, la competencia y la
depredación podrían ser relaciones interespecíficas de importancia en la coexistencia
comunitaria.
Las cerca de 150 especies de Anolis del Caribe son descendientes de tan solo dos especies
colonizadoras iniciales de la parte continental (Jackman et al., 1997). Por tanto, la alta
diversidad de especies antillanas es resultante casi por completo de la especiación, y no de la
colonización repetida. Según Losos y Thorpe en 2004, dentro del género Anolis, las especies
están claramente especializadas para ocupar diferentes nichos. Además, los estudios
8
funcionales han revelado evidencia de adaptación de estas especies al microclima y a hábitats
estructurales particulares (Malhotra y Thorpe, 2000).
Pianka (1989) plantea que la composición de la fauna de lagartos está profundamente
influenciada por la estructura de la vegetación. Los requerimientos de hábitat parten de las
observaciones de los herpetólogos y aunque existen pocos trabajos que lleguen a estos
resultados, dentro de ellos sobresale el propuesto por Schwartz y Henderson (1991), que
caracterizan los requerimientos de hábitat para casi todas las especies de reptiles de las
Antillas.
En cuanto a la estructura de la vegetación en los estudios comunitarios es reconocida la
importancia que la temperatura ambiental presenta a la hora de explicar la variación espacial y
estacional, y la actividad diaria de las especies de reptiles (Rodríguez y Novo, 1985;
Rodríguez y Valderrama, 1986; Estrada y Novo, 1987; Martínez et al., 1990; Arias, 1997;
Arias, 2009). Los resultados de (Rosenzwein, 1995) acerca de las marcadas relaciones de la
riqueza de reptiles con el gradiente latitudinal, es un ejemplo de la dependencia que muestra
este grupo a los niveles de insolación, debido a su naturaleza poiquilotérmica.
La diferencia en el número de especies entre islas aisladas y las que presentaron puentes
terrestres, es resultado de la forma en que las especies llegaron a colonizar estas islas (Losos,
1996). Las islas que en el pasado se han conectado a masas de tierra más grandes pueden
“heredar” gran número de especies, mientras que las islas aisladas deben aumentar la
diversidad de especies a través de la colonización sobre el agua (Rand, 1969). Esto sugiere,
sigue el autor, que aunque los Anolis tengan gran capacidad de dispersión los que llegan a
islas ya habitadas deben tener muy baja probabilidad de establecerse y que esta probabilidad
disminuye en función del número de especies que ya residan en esta isla.
A pesar de la gran capacidad colonizadora de los Anolis en todo el Caribe, no constituyen un
grupo homogéneo; ya que más del 85 % de las especies son endémicas de una sola isla (Losos,
1996). El mismo autor continúa planteando que esta paradoja indica que los factores
ecológicos y evolutivos deben ser considerados para comprender los patrones de distribución
9
de las especies de lagartos. Además, puesto a que muchas islas caribeñas se han fragmentado
con la subida del nivel del mar, también deberían considerarse los factores históricos en estos
estudios.
En estos hábitats fragmentados, algunos estudios previos (Schoener y Schoener, 1983 y
Mayer, 1989) indican que la extinción de los Anolis en las islas no es aleatoria, sino que sigue
un patrón predecible basado en el área de la isla o sea un patrón anidado de la ocurrencia de
especies. La causa de este anidamiento probablemente es resultado de la especialización del
hábitat por parte de los Anolis. Schoener y Schoener en 1983 plantearon que las islas pierden
sus hábitats con un patrón predecible a medida que se hacen más pequeñas, lo que
determinaría la desaparición de algunas especies que se encuentran especializadas a estos
hábitats.
Lo anterior indican que las especies de Anolis cambian su uso de hábitat en la presencia de
congéneres y esto resulta en un cambio morfológico (Losos, 1994). Sin embargo, la extensión
de cambios morfológicos y de hábitat, o sea, su plasticidad ecológica es menor en
comparación con las diferencias entre especies especialistas. Según Losos (2000) la
plasticidad ecológica puede desempeñar un papel importante en la evolución adaptativa.
Además, puede permitir que los Anolis ocupen nuevos hábitats y una vez allí, podría cambiar
el comportamiento del lagarto. A medida que surgen nuevas mutaciones, estas podrían ser
seleccionadas y por tanto acentuar las iniciales, relativamente menores (i.e. cambios en la
longitud del miembro) (Losos, 2004).
Dentro de una misma isla, las especies de Anolis se han diferenciado en cuanto a morfología,
comportamiento y ecología (Losos y Sinervo, 1989). Según Williams (1972) entre islas, las
especies morfológicamente convergentes exhiben un comportamiento y una ecología similar.
En particular, la longitud de las extremidades posteriores y el diámetro de la percha están
directamente relacionados; o lo que es lo mismo, especies similares en la longitud de las
extremidades tienden a utilizar perchas de diámetro similar (Williams, 1983).
10
El análisis filogenético de la evolución de la comunidad de lagartos en varias islas del Caribe
ha sugerido que la especialización de hábitats distintivos ocurrida en cada isla se produjo
secuencialmente, probablemente como resultado de la competencia interespecífica (Losos,
1992). Además, Losos y de Queyroz en 1997, plantearon que estos especialistas se derivan de
una especie ancestral morfológica y ecológicamente intermedia a las actuales. Según los
mismos autores, aunque ninguna de las especies antillanas conocidas reúne estos criterios,
varios Anolis pueden considerarse intermedios en cuanto a morfología y uso del hábitat del
resto de las especies continentales del género.
En nuestro país sobresale un trabajo cuantitativo de reptiles (Arias, 2009). En el mismo se
abordan características de las comunidades de lagartos de las diferentes formaciones vegetales
de Cayo Santa María. Tomamos como referente este estudio, debido a que se caracterizaron
las comunidades de lagartos diurnos identificando sus variaciones espaciales y temporales, así
como los factores que las determinaron.
2.3. Uso de los recursos por las especies de lagartos
El estudio de nicho ecológico y la competencia en las comunidades animales ha crecido en
importancia con el paso de los años. Hutchinson (1957) define el nicho como un espacio
multidimensional, con tantas dimensiones como factores bióticos y abióticos actúan en la vida
de las distintas especies. Según Pianka (1982), el nicho constituye la suma total de
adaptaciones de un organismo, o todas las maneras distintas en las que un organismo se adapta
a un ambiente determinado. En la actualidad este concepto se trata cada vez más como uso de
los recursos por parte de las especies, ya que se considera a la especie como parte del nicho en
sí y no como algo separado.
En 1964 Rand comenzó los trabajos de subnicho estructural con comunidades de lagartos,
definiendo este subnicho como la posición exacta que ocupan las especies en el medio en
cuanto a estrato, sustrato, altura y diámetro de las perchas. Posteriormente aumentaron estos
tipos de estudios y Pianka en 1973 definió cuatro subnichos teniendo en cuenta los recursos.
Estos fueron el subnicho estructural o de microhábitat, el trófico, el climático y el temporal. El
primero ya fue tratado anteriormente, en el segundo caso sitúa a las especies en cuanto a
11
preferencias alimenticias y la forma en que se alimentan. El subnicho climático establece la
relación entre las especies y las condiciones ambientales, y el temporal se refiere a los
períodos de actividad de los individuos.
Según Rand (1967) los anolis varían en una amplia gama de comportamientos, pero se
encuentra pobremente estudiado si estos rasgos de comportamiento también exhiben patrones
en relación con el uso del hábitat. Uno de estos rasgos es la territorialidad o el comportamiento
en la defensa del espacio. El mismo, muestra grandes variaciones entre las especies de Anolis
y en su abundancia dentro de las comunidades (Losos, 2009).
La abundancia local, en las comunidades, puede ampliar los trabajos en sistemas naturales, ya
que reflejan la manera en que los individuos utilizan los recursos (Akre, 1994). Además,
plantea el mismo autor, que la distribución de la información y la densidad pueden aportar
pistas acerca de cómo diferentes especies están interactuando con otras en el uso de estos
recursos. Esta utilización de los recursos también puede reflejar la especialización de los
individuos dentro de sus hábitats. Dichas especializaciones pueden resultar de distintas clases
de disponibilidad de recursos, de adaptaciones particulares de las especies a explotar los
recursos, o de las interacciones que afectan el éxito de la estrategia del uso del recurso por la
especie (Ricklefs, 1990). Lo anterior puede ser evidencia de las presiones selectivas que
causan, en estas comunidades, divergencia ecológica.
Según Coddy (1992), la divergencia ecológica ocurre entre especies ecológicamente similares,
coexistiendo y con un mínimo de competencia interespecífica. También afirma que la
resultante segregación ecológica puede proveer indicios de como la selección puede promover
la divergencia. La talla es otra forma por la cual especies ecológicamente similares, se
segregan (Akre, 1994). Este autor prosigue, que las especies que muestran diferencias
significativas en tallas entre congéneres o individuos de diferentes sexos, presentarían una
segregación dada por el tamaño de las presas, lo que sería una asunción razonable para los
Anolis, que consumen presas mucho menores que ellos mismos. El dimorfismo sexual de
estos lagartos, así como la segregación por talla de sus presas, podrían ser, por tanto,
importantes mecanismos de coexistencia (Schoener, 1967).
12
La selección de diferencias intersexuales en la forma del cuerpo podría ser el resultado de
diferencias ecológicas entre los sexos (Darwin, 1871). El mismo autor continua que tanto el
comportamiento territorial como el de selección de pareja, o la reproducción (basada en las
diferencias fisiológicas o los roles reproductivos) también influirían en los procesos de
selección, y por tanto en la consiguiente diferenciación del uso de los recursos por parte de las
especies.
El proceso de “Radiación adaptativa” constituye otro aspecto muy estudiado para entender
como las comunidades de lagartos emplean los recursos del medio. Este término se refiere a la
situación en la que una especie ancestral se diversifica produciendo un conjunto de especies
descendientes que están adaptadas para utilizar una amplia variedad de nichos ecológicos
diferentes (Futuyma, 2005). Algunos ejemplos clásicos de radiación adaptativa serían los
pinzones de Darwin en las Islas Galápagos, los cíclidos de los grandes lagos del valle africano
del Rift y los lagartos Anolis de las Islas Occidentales del Caribe (Losos, 2007).
La explicación estándar para este proceso fue renovada por Schluter (2000) quien plantea que
“Debido a la colonización de una isla o a la extinción en masa, una especie ancestral que se
encuentra en un entorno con abundancia de recursos es sometida a la especiación. Esto lleva a
un número de especies concurrentes que utilizan inicialmente los mismos recursos. Al ocurrir
un aumento en la abundancia de las poblaciones de estas especies, caen los niveles de los
recursos y en consecuencia las especies alteran su uso de estos recursos para pasar a utilizar
otros no empleados por especies diferentes”. Losos (2007), demostró lo anterior en las islas
del Caribe occidental, en un trabajo con comunidades de Anolis adaptados a usar una amplia
gama de recursos diferentes. Luego de una alteración de los recursos, las especies se
especializan para adaptarse al uso de sus diferentes nichos ecológicos y el resultado es
entonces una radiación adaptativa (Schluter, 2000).
13
Históricamente los naturalistas han mostrado interés por clados que contienen especies
adaptadas a una amplia variedad de nichos ecológicos (Losos, 2010). Los lagartos Anolis del
Caribe son ideales para el estudio de esta variedad de nichos. Estudios comparativos y
experimentales indican que las poblaciones de estas especies alteran su uso del hábitat en
respuesta a la competencia o la presencia de depredadores (Losos, 2004). Según Losos (1994),
varias observaciones revelan que los individuos de estos lagartos cambian su comportamiento
en cortos periodos de tiempo en función de la presencia local de otras especies.
En efecto, una gran cantidad de estudios (Losos, 1994; Leal et al., 1998; Losos y Spiller,
1999; Campbell, 2000) dan fe de la fuerza de las interacciones interespecíficas por el uso de
los recursos entre las especies de Anolis. La revisión de estos estudios conduce a varias
conclusiones, según lo planteado por Losos (1994). Primero, las especies más similares tienen,
desde el punto de vista ecológico, interacciones más fuertes entre ellas. En segundo lugar, las
especies de Anolis alteran su uso del hábitat ante la presencia de especies ecológicamente
similares; y tercero, los Anolis evolucionan fenotípicamente en respuesta a los cambios en el
uso del hábitat.
Según Losos (2007), los cambios en el uso del hábitat pueden llevar a una especiación. Un
ejemplo sería que los Anolis que utilizan superficies estrechas presentarían extremidades más
cortas mientras que las especies arbóreas poseerían almohadillas de los dedos más
desarrolladas. Varios estudios del uso de los recursos por parte de las especies del género
Anolis han confirmado estas predicciones (Lister, 1976 y Losos et al., 1994).
Por otro lado, Butler y Losos (2002) demostraron que existe una relación entre el dimorfismo
y el uso del hábitat. Por ello, continúan los autores, la variación en la altura y el diámetro de la
percha se correlacionan con las características sexuales y muestran que las especies que están
especializadas en utilizar diferentes hábitats, difieren en los patrones y el grado de
dimorfismo.
14
En nuestro país los estudios de nicho comenzaron con el trabajo de Berovides y Sampedro
(1980), en el cual analizan las cuatro formas de uso de los recursos por las especies de
iguánidos de Cuba. Posteriormente varios autores realizaron trabajos sobre el tema (e.g.
González y Rodríguez, 1982; Estrada y Novo, 1986a; Rodríguez y Valderrama, 1986). No
obstante, todos ellos han sido de carácter intra-poblacional; en lo referente a trabajos con
comunidades, han sido más escasos (Estrada y Novo, 1986b). En Cuba, dentro de los trabajos
ecológicos relacionados con reptiles, predominan los de nicho ecológico o uso de los recursos.
Dentro de ellos destacan los de Sampedro et al. (1982a y b), Martínez et al. (1990), Rodríguez
y Martínez (1992), y Martínez y Fernández (1994).
En cayo Santa María, Arias (1997) inventarió los lagartos terrestres e investigó aspectos
relacionados con el hábitat y la partición de recursos estructurales y climáticos intra e
interespecíficos, de los lagartos terrestres diurnos más abundantes. Por otra parte, Socarrás et
al. (1997) y Socarrás (1999), caracterizaron la fauna de algunos cayos de la bahía de Los
Perros, al igual que hicieron Estrada (1998) y Fernández-Gómez y Socarrás (1999) en Cayo
Paredón Grande.
Arias (2009) desarrolló una investigación exhaustiva en Cayo Santa María, acerca de la
relación de las especies de reptiles con cada tipo de formación vegetal. Además, efectuó un
análisis del comportamiento de las densidades de lagartos terrestres diurnos en el bosque
siempreverde micrófilo y el matorral xeromorfo costero y subcostero sobre arena. En ese
mismo trabajo el autor estudió las relaciones entre las comunidades de lagartos diurnos y la
estructura de la vegetación en los hábitats anteriormente mencionados, así como el uso de los
diferentes recursos y condiciones que utilizan las especies dentro de estos.
2.4. Ecomorfos
En 1990 Losos planteó que los anolis del Caribe se han diversificado para ocupar una amplia
gama de microhábitats, que van desde el suelo del bosque hasta las copas de los árboles.
Además, prosigue, presentan especializaciones morfológicas del aparato locomotor que se
corresponden con las características físicas de sus microhábitats. Estas especializaciones de
hábitat estaban descritas por Williams desde 1972 como “Ecomorfos”. Dicho autor plantaba
15
que eran seis los ecomorfos en que se clasificaban los lagartos con mayor frecuencia y los
denominó de la siguiente forma: Tronco-suelo, tronco-dosel (dosel se refiere a la copa de los
arboles), tronco, gigantes de dosel (gigantes se refiere al tamaño de los lagartos), hierba-
arbusto y ramitas “denominación obviamente precedida por el término lagartos de…”. Estos
ecomorfos han evolucionado de forma independiente en cada isla antillana, con algunas
excepciones como Jamaica y Puerto Rico que carecen actualmente de algunas de estas
especializaciones de hábitat (Losos et al., 1998).
En cada isla de las Antillas Mayores las especies simpátricas difieren en el hábitat estructural a
utilizar, o sea que existen radiaciones evolutivas independientes sobre cada una de estas islas
(Williams, 1983; Burnell y Hedges, 1990). Losos y Chu en 1998 plantearon que en estas islas
existe el mismo conjunto de especialistas de hábitat, denominados “ecomorfos” y estos llevan
el nombre del hábitat estructural que utilizan con mayor frecuencia, como se vio
anteriormente.
Los lagartos del Caribe del género Anolis constituyen un ejemplo de una radiación cuya
morfología y ecología ha sido ampliamente estudiada, aunque existen pocos análisis de su
evolución conductual (Losos, 1990). En este grupo, en cada isla de Las Antillas Mayores, el
mismo conjunto de ecomorfos ha evolucionado por el uso de diferentes partes de los hábitats,
medidos por la altura y el diámetro de la percha (Johnson, Revell y Losos, 2010). Los mismos
autores plantean que los seis tipos de ecomorfos tienen tiempos de evolución múltiples a
través de estas islas; por lo que las especies lejanamente relacionadas dentro de cada categoría
o ecomorfo, han evolucionado de forma convergente en cuanto a morfología y
comportamiento. Losos et al., (2006) afirma que existe un patrón en el medio ecológico por el
cual los miembros estrechamente relacionados del mismo tipo de ecomorfo son capaces de
coexistir.
Losos y de Queyroz en 1997 pusieron a prueba la predicción de que las especies de Anolis en
comunidades simples son generalistas en relación con los recursos específicos que usan las
especies de las Antillas Mayores. Los mismos autores plantean que en el contexto de la
16
radiación adaptativa de los Anolis, los generalistas ecológicos pueden ser reconocidos por dos
criterios:
1) Como intermedios en cuanto a morfología y uso del hábitat en relación con los extremos
representados por miembros de las clases especializadas de ecomorfos.
2) Los de mayor amplitud en cuanto al uso del hábitat.
Según Schoener en 1986 es controversial la existencia de un tercer criterio que plantea que las
poblaciones de los generalistas deberían ser morfológicamente más variables.
Luego de examinar sus datos Losos y de Queyroz en 1997 cuestionan la hipótesis de que las
comunidades de Anolis de las Antillas Mayores descienden de antepasados generalistas. Como
alternativa plantean que dichas comunidades pueden haber evolucionado a partir de especies
ancestrales especializadas, en particular, de los lagartos de tronco-dosel. Lo anterior se debe, a
que este grupo de Anolis no solo es el más generalizado en Las Antillas Mayores, sino que
además mantienen su morfología y ecología ancestral cuando colonizan islas vacías. Por
ejemplo, los Anolis de tronco-suelo con frecuencia se vuelven más arbóreos y evolucionan
morfológicamente hasta ser más similares a los Anolis tronco-dosel segregándose ante la
competencia de sus congéneres (Losos y de Queyroz, 1997).
Una hipótesis para explicar la evolución de los ecomorfos es que hay una diversidad de
variantes morfológicas que pueden ser producidas por los Anolis restringidos a usar solo
determinados recursos (Losos et al., 1998). Sin embargo, Huey et al. (1983) plantean que la
existencia de varias especies en Las Antillas Mayores generalmente restringidas a las zonas de
montaña que no pertenezcan a ninguna de las clases de ecomorfos, muestra, que la
diversificación morfológica entre los Anolis no se ve limitada solo por los miembros de esas
clases de ecomorfos. Por el contrario, la evolución recurrente de especies morfológica y
ecológicamente similares en estas replicadas radiaciones adaptativas sugiere que la adaptación,
en lugar de la restricción, es responsable de las respuestas evolutivas de los Anolis a su
variado uso de los recursos del medio (Losos et al., 1998).
17
III. Materiales y Métodos
El Refugio de Fauna (RF) “Loma de Cunagua” se encuentra ubicado en la región central del
país (Fig. 1), en el noreste de la provincia de Ciego de Ávila, más específicamente en el
municipio de Bolivia. El área posee una extensión de 8 228 ha terrestres. Limita por el Norte,
Oeste y Este con las zonas bajas de manglares incluidas en el Sitio Ramsar Gran Humedal del
Norte de Ciego de Ávila, y por el Sur con la carretera Morón-Bolivia y áreas cañeras de la CPA
Mártires de Bolivia (Nerey-Contrera et al., 2014).
Figura 1. Ubicación geográfica del Refugio de Fauna Loma de Cunagua, como área de estudio
de las variaciones espaciales de lagartos diurnos.
18
Loma de Cunagua constituye un domo salino de formaciones cársicas, que presenta una
elevación máxima de 321 metros sobre el nivel medio del mar (Nerey-Contrera et al., 2014). En
el área existen tres formaciones vegetales: El bosque semideciduo sobre calizas, el bosque
semideciduo sobre suelos de mal drenaje y los bosques de mangles. La primera constituye la
formación vegetal más extendida, por ello se tomó como área de estudio. Además, la misma se
presenta en dos variantes atendiendo a su grado de conservación: Bosque Semideciduo
conservado y Bosque Semideciduo secundario. La densidad de este bosque es de baja a media y
su altura oscila entre los 15-25m. En dicha formación vegetal se destaca un estrato emergente
compuesto por palmas y jocumas, así como un estrato arbóreo conformado entre otras, por las
especies: ocuje (Callophyllum antillanum), yagruma (Cecropia peltata), guásima (Guazuma
ulmifolia), cedro (Cedrela odorata), majagua (Hibiscus elatus), almácigo (Bursera simaruga),
cuajaní (Gymnanthes lucida) y yaya (Oxandra lanceolata).
Las variantes de bosque semideciduo se diferencian principalmente en cuanto a la cobertura de
dosel y la abundancia del estrato arbóreo, ambas características con marcado predominio en la
variante conservada (Nerey-Contrera et al., 2014). Por otro lado la variante secundaria presenta
un mayor estrato herbáceo y un sotobosque más abierto, con menor densidad del sustrato rama
y de presencia de lianas y epífitas. No obstante ambas variantes están representadas por las
mismas especies vegetales e indistintamente aparecen afloramientos cársicos, bastante
abundantes en toda el área de la loma (Nerey-Contrera et al., 2014).
La altura del Refugio de Fauna “Loma de Cunagua” constituye un bloque bien definido, en
forma ovalada, que emerge sobre la llanura con una alineación NE-SW. Constituye una altura
fuertemente plegada y con elementos de fallas. Además, predomina la erosión como proceso
natural y la presencia en ocasiones de un carso semicubierto, que contribuye a la formación de
suelos, fundamentalmente en los estribos de la loma (Nerey-Contrera et al., 2014). Las cimas de
la loma son inclinadas y alargadas en forma de picos con alineación SW y NE, unidas por
parteaguas erosivos denudativos, con presencia del bosque semideciduo sobre calizas. Sus
pendientes alcanzan valores máximos que oscilan entre los 30o y 40o y son verticales en la parte
sur-occidental de la loma, donde existen estructuras mogotiformes, de paredes verticales y con
vegetación de farallones. Además, se presentan movimientos gravitacionales de pendientes y
19
formación de lapiés, que unidos a las especies vegetales xerofíticas, confieren a las cimas del
área valores paisajísticos.
Para la clasificación sistemática de las especies de reptiles se siguieron los criterios de Powell
et al. (1996) y Rodríguez-Schettino (2000). Para la clasificación de las formaciones vegetales
del área se consultó lo plateado en el plan de manejo antes mencionado, y se comprobó según
los criterios de Capote y Berazain (1984).
En cuanto a la diversidad de reptiles, el área cuenta con 18 especies, de los cuales 14 son
endémicos de Cuba, para un 72,2 . El género Anolis sobresale con 9 especies presentes en el
área. Destacando, dentro de los endémicos, las subespecies Anolis jubar cocoensis y
Leiocephalus macropus hoplites, esta última con categoría de endémico local. Las especies
Caraiba andreae (Reinhardt and Lutken, 1862), Leiocephalus carinatus (Gray, 1827),
Tropidophis melanurus (Schlegel, 1837) y Leiocephalus cubensis (Gray, 1840) no han sido
asignadas a ninguna de las subespecies ya conocidas en el territorio cubano, por lo que pudieran
constituir nuevas formas de endemismos locales, o del archipiélago (Nerey-Contrera et al.,
2014).
Para el estudio se marcaron 18 transectos de 200 metros de largo por 4 metros de ancho en
Bosque semideciduo sobre calizas, según lo establecido por Arias (2009). De ellos, 12
transectos en la variante conservada, 6 en la ladera Este y 6 en la Oeste. En la variante
secundaria, solo se marcaron los 6 de la vertiente este, debido a la ausencia de dicha formación
vegetal en la vertiente oeste. Los transectos se recorrieron desde las 9:00 de la mañana hasta
las 3:00 de la tarde, estandarizando el tiempo a 30 minutos. Los muestreos se realizaron con
una frecuencia de dos visitas mensuales a cada transecto, extendiéndose durante un año, en el
período comprendido entre mayo del 2015 hasta abril del 2016. En los recorridos se contó la
cantidad de individuos de las distintas especies detectadas. Además, se tomó datos de hábitat,
microhábitat y uso de los recursos, según lo establecido por Arias (2009).
20
La toma de datos para la estructura del microhábitat, se realizó según lo establecido para
reptiles por Arias (2009). Para determinar los parámetros cobertura de dosel, cobertura de
suelo y cobertura de rocas, se utilizó un cilindro de 4,5 cm de diámetro, dividido en su
extremo distal en cuatro cuadrantes. Las observaciones de estos parámetros se realizaron en
los extremos de cada transecto, y además se agregó una medición extra en el centro de los
mismos. Luego se promediaron los tres datos para obtener el valor a utilizar por cada transecto
(Arias, 2009).
En la confección de las tablas de abundancia por especie se tomó el dato que respondía al
mayor número de individuos en un transecto determinado. Para ello, se comparó los datos
tomados en las dos visitas mensuales a cada transecto de ambas variantes de la formación
vegetal. Se anotaron también los diferentes estados de las variables estrato y sustrato para el
análisis del uso de los recursos estructurales (Arias, 2009). Para la variable estrato, se tomó los
estados árbol, arbusto y suelo; mientras que la variable sustrato se clasificó en los estados
tronco, rama, hojarasca y piedra.
Para determinar la actividad diaria en función del uso de los recursos, se tomó las alturas de
las perchas en las que fueron observados cada uno de los individuos por especie detectados
durante los conteos en cada uno de los 18 transectos, según lo establecido por Arias (2009).
Las mediciones de altura fueron tomadas con una cinta métrica de 8m, graduada en cm, desde
el lugar exacto donde fue avistado el individuo hasta la superficie del suelo y de forma
perpendicular. Con estas mediciones se confeccionaron tablas de alturas por especie,
utilizando el promedio de altura para cada especie en ambas variantes de bosque semideciduo
y luego se procedió a graficar las mismas.
La identificación de las tendencias principales de variación espacial de las comunidades de
lagartos diurnos se realizó mediante la utilización de un análisis de ordenación (análisis de
correspondencias AC), sobre la matriz de los transectos y la abundancia de las especies (Arias,
2009). Para la selección de las especies que caracterizan cada uno de los extremos de los ejes
se consideraron los valores de sus contribuciones absolutas o inercias. Los resultados de los
dos primeros ejes productos de la ordenación, han sido explicados en función de la estructura
21
del microhábitat, mediante el análisis de correlación de Pearson (Sokal y Rohlf, 1979). La
selección de este índice se debió a que todos los datos mostraron distribución normal al
efectuar la prueba de Kolmogorov-Smirnov.
Para el análisis de la influencia climática sobre las especies de lagartos, solo se tuvo en cuenta
la variable exposición solar. La misma se dividió en tres estados: Sol directo, Sol filtrado y
Sombra. Dicha variable se tomó como factor determinante para la temperatura de los
transectos y con ello, la temperatura en que manifestaban los lagartos.
En el análisis de uso de recursos, se confeccionaron tablas de contingencia (Estados del
recurso/Especie), y posteriormente, se aplicó la prueba “X2” para conocer si existieron
diferencias significativas entre las especies de cada hábitat. El nivel de significación empleado
fue del 5%.
Para describir las variaciones de las especies entre los diferentes estados de los recursos y ver
si existe competencia entre las mismas por su uso, se efectuó el cálculo de Amplitud de Nicho
según la fórmula de Levins (1968). Se añadió también el cálculo de Solapamiento de Nicho de
las especies, según la fórmula propuesta por Renkonen en 1938, conocida como índice de
solapamiento de Schoener (Krebs, 1999).
Amplitud de Nicho:
B=1 / ∑ pj2
Dónde: B es la medida de Levins de Amplitud de Nicho.
pj es el número de individuos de la especie encontrados utilizando el recurso j.
22
Solapamiento de Nicho:
Pjk = [∑n¡=1(mínimo pij, pik)]*100
Dónde: Pjk es la medida del solapamiento de nicho de Schoener entre la especie j y la especie
k.
Pij es la proporción del recurso i con respecto al total de recursos utilizados por la
especie j.
Pik es la proporción del recurso i con respecto al total de recursos utilizados por la
especie k.
n es el número total de estados del recurso.
23
IV. Resultados
4.1. Descripción de la comunidad y su relación con la estructura de la vegetación
En el presente trabajo se registraron para el Refugio de Fauna Loma de Cunagua 11 especies
de lagartos diurnos, agrupadas en un orden, cuatro familias y cinco géneros. Es de destacar
que no todas estas especies aparecen en la lista del Plan de Manejo del área protegida, por lo
que representan nuevos reportes. El orden representado con la totalidad de las especies
registradas fue Squamata. La familia de mayor representación fue Polychrotidae con nueve
especies, seguida de las familias Tropiduridae y Teiidae con una especie cada una. El género
más destacado fue Anolis con ocho especies. Cabe resaltar entonces, que el mismo constituyó
el taxón más importante en el presente estudio.
En los transectos marcados en ambas variantes de Bosque Semideciduo sobre calizas se
encontraron 10 especies de lagartos diurnos. De este total, solo dos no pertenecieron al género
Anolis (Tabla I). Además, siete de estas especies constituyen endémicos, lo que representaría
un 70% del total de lagartos que fueron encontrados. El mayor número de especies fue
observado en la variante conservada. Por su parte, la variante secundaria presentó seis
especies, de las cuales coinciden cuatro con la variante anterior.
Tabla I: Distribución y endemismo de las especies de lagartos diurnos estudiadas en ambas
variantes de Bosque Semideciduo de Loma de Cunagua.
Especies Variante
conservada
Variante
secundaria
Endémicos
Anolis sagrei (Duméril and Bibrón, 1837) X X
Anolis jubar (Schwartz, 1968) X X X
Anolis homolechis (Cope, 1864) X X
Anolis lucius (Duméril and Bibrón, 1837) X X X
Anolis allisoni (Barbour, 1928) X
Anolis porcatus (Gray, 1840) X X
Anolis equestris (Merrem, 1820) X X X
Anolis centralis (Peters, 1970) X X
Leiocephalus macropus (Cope, 1862) X X
Ameiva auberi (Cocteau, 1838) X
24
El análisis de correspondencia utilizado para la ordenación de los transectos de muestreo en
función de la composición de especies de lagartos diurnos muestra una fuerte absorción de
varianza para los dos primeros ejes, con un 73.49% (Fig. 2). El primer eje de ordenación
recoge un 50.57% y el segundo un 22.92%, por lo que solo se consideraron estos ejes
principales.
Transectos Especies
NAT1NAT2
NAT3NAT4
NAT5
NAT6NAT7
NAT8
NAT9
NAT10
NAT11
NAT12
SEC1 SEC2SEC3SEC4SEC5SEC6A. sag
A. jub
A. hom
A. luc A. por
A. cen
A. alli
A. equ
A. aub
L. mac
-2,0 -1,5 -1,0 -0,5 0,0 0,5 1,0 1,5
Eje 1; Valor propio: ,80357 (50,57% de Inercia)
-2,0
-1,5
-1,0
-0,5
0,0
0,5
1,0
1,5
2,0
Eje
2; V
alo
r P
rop
io: ,3
64
21
(2
2,9
2%
de
In
erc
ia)
NAT1NAT2
NAT3NAT4
NAT5
NAT6NAT7
NAT8
NAT9
NAT10
NAT11
NAT12
SEC1 SEC2SEC3SEC4SEC5SEC6A. sag
A. jub
A. hom
A. luc A. por
A. cen
A. alli
A. equ
A. aub
L. mac
Figura 2: Representación de las coordenadas de las especies y las unidades de muestreo en los
dos primeros ejes del Análisis de Correspondencias.
25
Al considerar el comportamiento de las especies que caracterizan los extremos del primer eje
de ordenación, se observa una fuerte relación con el factor insolación. Especies como A.
sagrei, A. allisoni y Ameiva auberi aparecen en el extremo negativo del eje, prácticamente
unidas a todos los transectos de la variante secundaria (Fig. 2). Cabe destacar que estas
especies también aparecen asociadas a los dos primeros transectos de la variante conservada.
Por otra parte, el extremo positivo del eje 1 está caracterizado por el resto de las especies, que
aparecen muy cercanas a las unidades de muestreo de la variante conservada. El eje 2 por su
parte muestra una relación entre las especies y la cobertura de dosel (Fig. 2). Así, aparecen
separándose A. centralis y A. jubar de comunidades caracterizadas por A. lucius, A. equestris,
A. sagrei, A. allisoni y Ameiva auberi. A su vez, las mismas se separan de especies como A.
homolechis y L. macropus que caracterizan el extremo positivo del eje 2 (Tabla II).
Tabla II: Coordenadas de las especies, Inercia alcanzada y valores de correlación de Pearson
en cada uno de los dos ejes principales del Análisis de Correspondencias. En negrita los
valores absolutos más altos, que caracterizan los extremos de cada gradiente.
Coord.
Eje 1
Inercia
Eje 1
Correl.
Coord.
Eje 2
Inercia
Eje 2
Correl.
Anolis sagrei -1,15134 0,561653
-0,9773
p=0,000 0,02541 0,000603
0,0127
p=0,960
Anolis jubar 0,82666 0,163045
0,6804
p=0,002 -0,82862 0,361430
-0,6929
p=0,001
Anolis homolechis 0,90643 0,131812
0,5641
p=0,015 1,31119 0,608534
0,8127
p=0,000
Anolis lucius 0,36985 0,038826
0,6785
p=0,002 -0,11203 0,007860
-0,2213
p=0,378
Anolis porcatus 0,89312 0,049219
0,5231
p=0,026 -0,13620 0,002526
-0,0865
p=0,733
Anolis centralis 0,86080 0,000975
0,2091
p=0,405 -1,26630 0,004657
-0,3113
p=0,209
Anolis allisoni -1,25913 0,039131
-0,4329
p=0,073 0,03637 0,000072
0,0090
p=0,972
Anolis equestris 0,36373 0,000544
0,1593
p=0,528 0,23027 0,000481
0,0942
p=0,710
Ameiva auberi -1,45342 0,006952
-0,5005
p=0,034 0,07578 0,000042
0,0230
p=0,928
Leiocephalus
macropus 0,42816 0,007843
0,2273
p=0,364 0,38229 0,013795
0,1944
p=0,440
26
Por otro lado existe una alta correlación entre las especies y las coberturas de dosel, suelo y
piedra caracterizando el eje 1 del análisis de correspondencias (Tabla III). Para el eje 2, los
valores de correlación solo son destacables entre las especies y la cobertura de piedra.
Tabla III: Valores de correlación de Pearson para las coberturas de dosel, suelo y piedras, en
cada uno de los dos ejes principales del Análisis de Correspondencias.
C. Dosel C. Suelo C. Piedra Eje 1 0,8787 -0,5035 0,4741
p=0,000 p=0,033 p=0,047 Eje 2 0,1257 0,2588 -0,4901
p=0,619 p=0,300 p=0,039
4.2. Variación temporal de las comunidades
Como se muestra en la Fig. 3, las especies mayor representadas en la variante conservada
fueron A. sagrei y A. lucius. Además, A. sagrei aumentó considerablemente su abundancia en
los meses comprendidos entre Julio y Octubre. Las especies A. equestris, A. centralis y L.
macropus aparecieron ocasionalmente en las unidades de muestreo sin manifestar una relación
aparente con los meses del año de estudio.
Figura 3: Abundancia de individuos de las especies en la variante conservada de bosque
semideciduo en Loma de Cunagüa durante los doce meses de muestreo.
0
5
10
15
20
25
30
35
May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr
Anolis sagrei
Anolis jubar
Anolis homolechis
Anolis lucius
Anolis porcatus
Anolis equestris
Anolis centralis
Leiocephalus macropus
27
Por otra parte, A. homolechis y A. porcatus solo están representados en la variante conservada
y aparecieron sin picos de abundancia en todos los meses de muestreos. Es de resaltar, que A.
homolechis mostró una fuerte depresión del número de sus individuos en el mes de Noviembre
(Fig.3). En el caso de A. auberi y Anolis allisoni, solo aparecieron en los transectos de la
variante secundaria (Fig. 4). Las especies de menor abundancia durante todos los meses de
muestreo en esta variante fueron A. centralis, A. equestris y la antes mencionada A. auberi.
Igual que en la variante anterior A. sagrei se manifestó con los valores de abundancia más
elevados en todos los meses, excluyendo Febrero (Fig. 4). A. jubar y A. lucius se mostraron
con valores similares durante todo el año de toma de datos. En el caso particular de A. allogus,
aunque catalogado como una especie común en el área, solo apareció escasamente y fuera de
los transectos marcados, por lo que no constituye una especie importante para los resultados
de este estudio.
Figura 4: Abundancia de individuos de las especies presentes en la variante secundaria de
bosque semideciduo en Loma de Cunagüa durante los doce meses de muestreo.
0
5
10
15
20
25
30
35
40
May Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ene Feb Mar Abr
Anolis sagrei
Anolis jubar
Anolis lucius
Anolis allisoni
Anolis ecuestris
Ameiva auberi
28
4.3. Segregación vertical de las especies de lagartos diurnos
Para cumplir los objetivos del presente estudio se tomaron datos de 1896 individuos de 10
especies (Tabla IV). De estos, 1141 corresponden a la variante conservada y 755 a la variante
secundaria, para un 60.18% y 39.82% respectivamente. Como se trató anteriormente la
variante conservada mostró la mayor cantidad de especies, por lo que unido al alto número de
individuos encontrados sería el área a destacar para acciones de conservación.
Tabla IV: Número de observaciones por especie y por cada variante de Bosque semideciduo
utilizados en los análisis espaciales.
V. conservada V. secundaria Total
Anolis sagrei 292 355 647
Anolis jubar 203 136 339
Anolis homolechis 228 0 228
Anolis lucius 258 211 469
Anolis allisoni 0 43 43
Anolis porcatus 88 0 88
Anolis equestris 7 3 10
Anolis centralis 2 0 2
Leiocephalus macropus 63 0 63
Ameiva auberi 0 7 7
Total 1141 755 1896
En la Tabla V se observa que tanto A. sagrei como A. jubar aparecen en todos los estratos de
la variante conservada. No obstante, el mayor porciento de individuos de la primera especie
utiliza el recurso suelo, seguido de los árboles y arbustos, con similar cantidad en estos
últimos estratos. Asimismo, A. jubar se presentó mucho más en los árboles, mientras que en
los recursos arbusto y suelo tuvieron un porcentaje mucho menor que la especie anterior
(X2=27.53, p=0.0001).
Tabla V: Total de individuos por especie involucrados en el análisis (T) y porcentajes de
representación en cada uno de los tres estratos considerados en la variante conservada de
bosque semideciduo de Loma de Cunagua.
29
T Árbol % Arbusto % Suelo %
Anolis sagrei 292 32.53 29.45 38.02
Anolis jubar 203 66.50 21.18 12.32
Anolis homolechis 228 46.50 53.50 0
Anolis lucius 258 32.95 0 67.05
Anolis porcatus 88 45.45 54.55 0
Anolis equestris 7 100 0 0
Anolis centralis 2 0 100 0
Leiocephalus macropus 63 0 0 100
Con las especies A. homolechis y A. porcatus ocurre una situación distinta, ya que ambas
utilizaron en semejantes proporciones los recursos árbol y arbusto (X2=3.87, p=0.1453).
Además, ambas solo utilizaron estos dos estratos en la variante conservada, mostrándose
ausentes en el suelo (Tabla V).
A. lucius constituyó la segunda especie con mayores porcentajes de abundancia,
encontrándose mayoritariamente en el suelo. También se hallaron individuos en los árboles,
aunque casi en su mayoría machos, y la especie se mostró ausente en el recurso arbusto. En lo
referente a L. macropus solo se encontró usando el estrato suelo de la variante conservada. No
obstante, al comparar ambas especies (X2=2.27, p=0.3329), no se encontraron diferencias de
significación. Asimismo, A. equestris y A. centralis se presentaron únicamente en un estrato
(Tabla V). En el primer caso la totalidad de los individuos se encontraron en árboles, mientras
que la segunda especie solo fue encontrada en arbustos. Además, estas dos últimas especies
fueron las de menores valores obtenidos, pese al esfuerzo de muestreo realizado fuera de los
conteos.
Para el caso de la variante secundaria se observa que las especies A. sagrei y A. jubar
mostraron porcentajes de presencia de individuos en los 3 estratos, (Tabla VI). A diferencia de
la variante anterior, A. sagrei se presentó con una frecuencia moderadamente mayor en los
árboles, seguido por el suelo y con una mucha menor representatividad en los arbustos. Al
efectuar el análisis de las tablas de contingencia, para el uso del estrato en esta variante, la
prueba no arrojó diferencias significativas (X2=3.37, p=0.1979). Para el caso de A. jubar, el
mayor porcentaje de representatividad fue en los árboles, mostrándose con valores mucho
30
menores en los otros dos estados de la variable estrato. La comparación de los resultados
obtenidos para esta especie denota que no existieron diferencias significativas entre ambas
variantes (X2=0.93, p=0.3127).
Tabla VI: Total de individuos por especie involucrados en el análisis (T) y porcentajes de
representación en cada uno de los tres estratos considerados en la variante secundaria de
bosque semideciduo de Loma de Cunagua.
T Árbol % Arbusto % Suelo %
Anolis sagrei 355 53.52 10.98 35.50
Anolis jubar 136 77.20 8.82 13.98
Anolis lucius 211 32.23 0 67.77
Anolis allisoni 43 67.44 32.56 0
Anolis equestris 3 100 0 0
Ameiva auberi 7 0 0 100
Las otras especies que se presentaron también en esta variante fueron A. lucius y A. equestris.
En el primer caso, la especie presentó el segundo porcentaje más alto en cuanto a
representatividad de individuos. La mayor cantidad de sus individuos se encontraron en el
suelo, seguido de los árboles y mostrándose ausentes en los arbustos. Esto coincide con lo
encontrado para la especie en la variante conservada (Tabla VI); por lo que no existieron
diferencias de significación entre ambas variantes (X2=1.30, p=0.5783). Por otro lado A.
equestris también coincidió con la variante anterior, ya que solo utilizó los árboles, pero
mostró porcentajes de individuos aún más bajos.
En los casos de A. allisoni y A. auberi solo aparecieron en esta variante de bosque. La primera
especie utilizó mayormente los árboles, seguido de los arbustos y mostrándose ausente en el
recurso suelo. No obstante, la especie no muestra diferencias significativas en el uso del
estrato (X2=1.87, p=0.3766). Por otro lado, A. auberi solo se presentó en aquellos transectos
con mayor cobertura de suelo desnudo y constituyó una de las especies con los valores de
densidad más bajos en esta variante (Tabla VI).
31
En la Fig. 5 se pueden diferenciar cuatro agrupaciones verticales de los lagartos diurnos
presentes en la variante conservada del área de estudio, por las medias de las alturas a las que
perchaban. En primer lugar se encuentra la especie L. macropus, que caracteriza la comunidad
de lagartos a la altura cero. Los individuos de esta especie tienden a distribuirse entre el nivel
de superficie del suelo y unos 0.40 metros por encima, casi siempre en presencia de rocas. A la
anterior la acompañan individuos (en su mayoría juveniles) de la especie A. sagrei y muy
escasos individuos de A. lucius.
Figura 5: Representación de las alturas de las perchas registradas para cada especie en la
variante conservada del bosque semideciduo de Loma de Cunagua.
En segundo lugar se encuentra la primera comunidad por encima de la altura cero hasta
alcanzar una altura promedio que oscila entre 0.50 y 0.75 metros. La misma está caracterizada
por las especies A. sagrei, A. homolechis y A. lucius; acompañadas por A. centralis en menor
cuantía, así como individuos de A. jubar que puede llegar hasta el metro de altura en sus
perchas.
A continuación viene una zona representada mayoritariamente por la especie A. porcatus que
se encuentra entre los 1.30 a los 1.50 metros. Por último encontramos la comunidad por
encima de los 2.0 metros de altura, caracterizada por la totalidad de los individuos de A.
equestris, así como algunos ejemplares de A. porcatus.
Altura (metros)
A cen
A equ
A hom
A jub
A luc
A por
A sag
L mac
Gráfico Caja y Bigotes
0 0.5 1 1.5 2 2.5 3
Especie
s
32
Al analizar la Fig. 6, encontramos tres agrupaciones de alturas medias de los lagartos diurnos
en la variante secundaria de Loma de Cunagua. Una primera que coincide con la variante
anterior, a la altura cero y que estaría caracterizada por la especie A. auberi y muy escasos
individuos, siempre juveniles, de Anolis sagrei y A. lucius.
Figura 6: Representación de las alturas de las perchas registradas para cada especie en la
variante secundaria del bosque semideciduo de Loma de Cunagua.
En la segunda agrupación se aprecian diferencias con respecto a la variante conservada, puesto
que, aunque se encuentra igualmente por encima de la altura cero, las comunidades de esta
variante se encontrarían entre un 0.50 y 1.30 metros de altura. No obstante, esta comunidad se
caracterizaría (igual que la variante anterior), por las especies A. sagrei, A. lucius y A. jubar.
En la tercera agrupación encontramos a una comunidad representada mayoritariamente por A.
equestris y la generalidad de los individuos de A. allisoni. No obstante, esta agrupación
presenta características ecotonales, debido a que pueden encontrarse individuos aislados de A.
jubar. Asimismo, se observó que algunos ejemplares de la especie A. allisoni se movían
también por perchas a las alturas cercanas a 1.40, lo que equivale a la segunda agrupación
mencionada en esta variante.
Altura (metros)
A all
A aub
A eq
A jub
A luc
A sag
Gráfico Caja y Bigotes
0 0.4 0.8 1.2 1.6 2 2.4
Especie
s
33
4.4. Segregación de las especies de lagartos en diferentes tipos de sustrato
En cuanto a la utilización de los cuatro tipos de sustrato por parte de las especies se observa
que A. sagrei se presenta en todos los estados de esta variable en la variante conservada (Tabla
VII). Se encontró los mayores porcientos de individuos de la especie utilizando los recursos
tronco y hojarasca, con valores semejantes en ambos. Sobre rama o piedra la especie apareció
en mucha menor cuantía. A pesar de ello, luego de haber realizado la prueba X2, no se
encontraron diferencias significativas de esta especie, para el uso del sustrato (X2=0.22,
p=0.6379).
Tabla VII: Total de individuos por especie involucrados en el análisis (T) y porcentajes de
representación en cada uno de los cuatro sustratos considerados en la variante conservada de
bosque semideciduo de Loma de Cunagua.
T Tronco % Rama % Hojarasca % Piedra %
Anolis sagrei 292 38.70 16.95 36.56 7.79
Anolis jubar 203 69.95 17.73 10.83 1.49
Anolis homolechis 228 82.02 17.98 0 0
Anolis lucius 258 32.20 0.77 5.42 61.61
Anolis porcatus 88 81.81 18.19 0 0
Anolis equestris 7 85.72 14.28 0 0
Anolis centralis 2 100 0 0 0
Leiocephalus macropus 63 0 0 90.47 9.53
Tanto la especie A. jubar como A. lucius también se presentaron en la totalidad de los sustratos
de la variante conservada. En el primer caso el mayor porcentaje de individuos se encontró en
los troncos, coincidiendo con A. sagrei en la preferencia de sustrato. En los restantes sustratos
se avistaron pocos ejemplares de A. jubar (Tabla VII). Aun así, no existieron diferencias
significativas entre ambas especies para el uso de los sustratos (X2=2.97, p=0.2307). Al
contrario de la A. jubar, la especie A. lucius prefirió el recurso piedra, seguido de los troncos y
con muy poca manifestación de sus individuos utilizando los sustratos rama y hojarasca. Al
comparar ambas especies mediante la prueba de X2, se obtuvieron valores de significación
estadística (X2=17.63, p=0.0013).
34
En el caso de A. homolechis, solo se presentó en dos de los sustratos, siendo en este caso el
tronco mucho más utilizado que las ramas (X2=3.85, p=0.1423). Asimismo, los individuos de
A. porcatus coinciden con la especie anterior en la cantidad y cualidad de los sustratos
utilizados, prefiriendo igualmente los troncos (Tabla VII). Lo anterior, arrojó diferencias no
significativas entre ambas especies, para el uso del sustrato (X2=3.75, p=0.1833).
Por otro lado la especie A. equestris prefirió exclusivamente el recurso tronco, a excepción de
un solo individuo avistado en una rama principal, que además consistió en un macho adulto y
en actitud agresiva. Este único individuo representa un 14.28% del total, debido a la baja
representatividad muestreada de la especie (Tabla VII). Los individuos de L. macropus solo
emplearon el recurso hojarasca y en mucho menor grado el sustrato piedra. Con respecto a la
especie A. centralis, los dos únicos ejemplares encontrados en los muestreos utilizaron los
troncos finos de arbustos de pequeño tamaño.
En la variante secundaria la especie A. sagrei presentó los mayores porcentajes de individuos
en los sustratos tronco y hojarasca (Tabla VIII). Lo anterior coincide con lo encontrado en la
variante conservada. Igualmente utilizó los restantes recursos con mucha menor frecuencia. Al
comparar lo encontrado para esta especie en ambas variantes, no se encontraron diferencias de
significación (X2=3.91, p=0.1422). En el caso de A. jubar solo utilizó en esta variante tres
sustratos, mostrando clara preferencia por los troncos, en comparación con los recursos
hojarasca y ramas donde estuvo casi ausente. No obstante, las diferencias entre esta especie y
A. sagrei, no alcanzaron valores significativos (X2=0.37, p=0.7866). Por otro lado, al
comparar el uso del sustrato de A. jubar entre ambas variantes de bosque semideciduo,
tampoco se encontraron diferencias significativas (X2=1.76, p=0,3768).
Tabla VIII: Total de individuos por especie involucrados en el análisis (T) y porcentajes de
representación en cada uno de los cuatro sustratos considerados en la variante secundaria de
bosque semideciduo de Loma de Cunagua.
35
T Tronco % Rama % Hojrsca % Piedra %
Anolis sagrei 355 57.18 7.32 30.70 4.78
Anolis jubar 136 84.55 1.47 13.98 0
Anolis lucius 211 28.90 3.31 14.70 53.09
Anolis allisoni 43 37.20 62.80 0 0
Anolis equestris 3 100 0 0 0
Ameiva auberi 7 0 0 100* 0
*Individuos que utilizaron más el suelo desnudo con alguna presencia de hojarasca.
La especie A. lucius mostró, igual que en la variante conservada, que utiliza los cuatro
sustratos (Tabla VIII). No obstante, mostró clara preferencia por las piedras (X2=15.13,
p=0.0044), seguido de los troncos, y en menor grado la hojarasca y las ramas, donde está casi
ausente. El análisis de las tablas de contingencia, no mostró diferencias significativas para esta
especie, con respecto al uso de los sustratos en la variante anterior (X2=2.93, p=0.3207). Por
otra parte, los individuos de A. allisoni solo se presentaron en los sustratos tronco y rama, con
mayor preferencia por el segundo recurso.
En lo referente a las especies A. equestris y Ameiva auberi solo se presentaron en un sustrato
en la variante secundaria. A. equestris utilizó en su totalidad los troncos, mientras que los
individuos de la segunda especie solo aparecieron en aquellos transectos que presentaban una
amplia cobertura de suelo desnudo, aunque con alguna presencia de hojarasca (Tabla VIII).
Además, ambas especies tuvieron los menores valores totales de individuos en esta variante,
pese a los esfuerzos ya expuestos de aumentar este número, incluso muestreando fuera de los
conteos oficiales del estudio.
4.5. Relación con la exposición solar
Al analizar la exposición solar como condición climática para los lagartos de la variante
conservada de bosque semideciduo de Loma de Cunagua se obtuvo que la especie A. sagrei
utilizó mayormente la condición Sol directo (X2=20.80, p=0.0001), seguido de Sol filtrado
(Tabla IX). Lo anterior coincide con lo planteado por Schwartz y Henderson (1991) y Arias
(1997; 2009), quienes tratan a la especie como heliófila. La especie A. jubar por otra parte,
utiliza principalmente la condición Sombra, con muy poca manifestación en los restantes
estados de la variable insolación (Tabla IX). Lo anterior coincide con lo planteado por
36
Socarrás (1994) y Arias (1997; 2009), que clasificaron a esta especie como umbrófila. La
comparación entre estas especies con respecto a la exposición solar, arrojó resultados
significativos (X2=47.63, p=0.0000).
Tabla IX: Total de individuos involucrados en el análisis (T) y porcentajes de representación
de las especies expuestas a diferentes grados de insolación de los transectos de la variante
conservada de bosque semideciduo de Loma de Cunagua.
T Sol directo % Sol filtrado % Sombra %
Anolis sagrei 292 51.04 31.16 17.80
Anolis jubar 203 5.91 27.59 66.50
Anolis homolechis 228 0 25.88 74.12
Anolis lucius 258 51.93 30.25 17.82
Anolis porcatus 88 0 21.60 78.40
Anolis equestris 7 0 85.71 14.29
Anolis centralis 2 0 0 100
Leiocephalus macropus 63 0 19.05 80.95
La especie A. homolechis también se aprecia mayoritariamente en la condición de Sombra
(X2=20.45, p=0.0013), mostrándose totalmente ausente en los transectos con Sol directo. Esto,
la separaría ligeramente de la especie anterior que constituye un fuerte competidor por otros
recursos como se ha visto con anterioridad. Por su parte A. porcatus coincide con A.
homolechis, ocupando mayormente la condición Sombra y mostrándose ausente en Sol
directo, lo que difiere de los resultados de Arias (2009) que encontró a la especie en las tres
condiciones de insolación. Entre ambas especies no existieron diferencias significativas en el
uso de la variable exposición solar (X2=3.71, p=0.1831).
Por otro lado A. lucius se presentó haciendo uso de las tres condiciones, pero con mayor
frecuencia en Sol directo; mientras que los escasos individuos de A. centralis solo se
presentaron en la condición Sombra. En lo referente a las especies A. equestris y L. macropus
se presentaron solamente utilizando Sol filtrado y Sombra. En el caso de la primera, sus
escasos representantes se manifestaron siempre en Sol filtrado; mientras que la segunda
especie se mostró haciendo uso mayoritario de la condición Sombra (Tabla IX).
37
El análisis del uso de la condición exposición solar para la especie A. sagrei en la variante
secundaria de Bosque semideciduo presentó a la mayoría de los individuos utilizando Sol
directo (Tabla X). No obstante, la especie se presentó en las tres condiciones, coincidiendo
con lo visto anteriormente para la variante conservada. Por ello, y tras realizar la prueba de X2,
no se obtuvieron valores de especial significación entre ambas variantes (X2=0.39, p=0.6678).
La especie A. jubar se mostró también haciendo uso de las tres condiciones de insolación,
comportándose de igual manera que en la variante conservada. Sin embargo, en los presentes
transectos utilizó mayormente Sol filtrado y luego Sombra (Tabla X), mientras que en la
variante anterior prefirió la condición Sombra. Al comparar estos resultados con lo obtenido
en la variante conservada, se encontraron diferencias significativas para esta especie
(X2=27.53, p=0.0024).
Tabla X: Total de individuos involucrados en el análisis (T) y porcentajes de representación
de las especies expuestas a diferentes grados de insolación de los transectos de la variante
secundaria de bosque semideciduo de Loma de Cunagua.
T Sol directo % Sol filtrado % Sombra %
Anolis sagrei 355 60.84 32.39 6.76
Anolis jubar cocoensis 136 6.61 63.97 29.1
Anolis lucius 211 23.22 45.49 31.27
Anolis allisoni 43 67.44 32.56 0
Anolis equestris 3 33.34 66.66 0
Ameiva auberi 7 100 0 0
Con referencia a la especie A. lucius se observa que esta se presentó utilizando las tres
condiciones. Esto coincide con lo expuesto en la variante conservada; aunque en dicha
variante prefirió el Sol directo, mientras que aquí hizo un mayor uso de la condición Sol
filtrado. Cabe resaltar que esta especie utilizó los recursos Sombra y en menor cuantía Sol
directo, pero con porcentajes similares en los tres estados de la variable (Tabla X). La prueba
X2, no arrojó diferencias significativas entre ambas variantes (X2=2.26, p=0.3725). Por otro
lado, A. allisoni solo se mostró en Sol directo y Sol filtrado, prefiriéndolas en ese orden.
38
La especie A. equestris se presentó usando mayoritariamente la condición Sol filtrado, justo
como en la variante conservada. Además, mostró un solo individuo en Sol directo, aunque ello
represente un 33.34% del total, debido a su baja representatividad (Tabla X). Es destacable
que la especie no se haya presentado en Sombra, mostrando un comportamiento inverso a lo
encontrado en la variante natural donde prefirió en segundo lugar esta condición y no se
presentó en Sol directo. No obstante, la comparación entre las dos variantes, no evidenció
resultados significativos para la especie (X2=1.93, p=0.7365).
Por último, la especie A. auberi solo se presentó en la variante secundaria, prefiriendo
únicamente la condición de sol directo. Esto es contrario a lo encontrado por Arias (2009),
donde la especie prefirió Sol filtrado. No obstante, este autor también la señala como
marcadamente heliófila.
4.6. Segregación y nichos espaciales de las especies de lagartos
Luego de analizar los resultados del cálculo de la amplitud de nicho, se obtuvo que las
especies de menor amplitud en el uso del estrato son A. auberi y L. macropus. Lo anterior
coincide con lo encontrado con Arias en 2009 para las especies de suelo. De manera similar se
comportaron también las especies de bajo número de muestra, como A. centralis y A. equestris
(Tabla XI).
Estos bajos valores de amplitud en el uso del estrato se observan para A. equestris en ambas
variantes de la formación vegetal. Las restantes especies que presentaron la misma conducta
solo se manifestaron en una sola de las variantes (Tabla XI). En el mismo caso se encuentran
A. porcatus y A. allisoni, que utilizan estratos similares, pero apareciendo solo en las variantes
conservada y secundaria respectivamente. Así, A. porcatus tiende a comportarse como
generalista y la segunda presenta un valor de uso de estrato que la podría situar como
intermedia. Por su parte A. homolechis también se comporta como generalista en el uso de los
estratos, pero solo apareciendo en la variante conservada del área de estudio (Tabla XI).
39
Tabla XI: Valores de amplitud del uso de los recursos de las especies de lagartos, calculados
en función de diferentes tipos de variables. Valores cercanos a 1 y a 0 indican un nicho
espacial generalista y especialista respectivamente.
V. Conservada V. Secundaria
Estrato Sustrato Exp.
solar Estrato Sustrato
Exp.
solar
Anolis sagrei 0,989 0,5719 0,856 0,785 0,3886 0,695
Anolis jubar 0,664 0,3129 0,639 0,535 0,2268 0,667
Anolis homolechis 0,663 0,2364 0,541 No calc No calc No calc
Anolis lucius 0,597 0,3427 0,848 0,592 0,4295 0,929
Anolis porcatus 0,661 0,2373 0,504 No calc No calc No calc
Anolis allisoni No calc No calc No calc 0,594 0,3129 0,594
Anolis equestris 0,333 0,2207 0,441 0,333 0,1667 0,600
Anolis centralis 0,333 0,1667 0,333 No calc No calc No calc
Leiocephalus macropus 0,333 0,2014 0,482 No calc No calc No calc
Ameiva auberi No calc No calc No calc 0,333 0,1667 0,333
No obstante, en el caso de las especies que se presentaron en ambas variantes de bosque, tanto
A. sagrei como A. jubar presentan valores ligeramente más altos en la variante conservada,
aunque en ambas se manifiestan como generalistas para el uso del estrato. En el caso de A.
lucius presenta valores de amplitud de uso del estrato casi iguales en ambas variantes. Esto,
hace que se comporte como una especie intermedia entre un generalista y un especialista
(Tabla XI).
Por otra parte, A. sagrei mostró valores que lo sitúan como especie intermedia en la amplitud
del sustrato en la variante conservada. No obstante, en la secundaria se muestra como
especialista, manifestando un valor bastante bajo de amplitud del sustrato. Asimismo A. jubar
y A. lucius se manifiestan en ambas variantes como especies especialistas (Tabla XI). De igual
manera se comportó A. equestris, aunque con número de muestras mucho menores como ya se
ha expuesto anteriormente.
40
Con respecto a la amplitud de sustrato de las especies A. homolechis, A. porcatus y A.
centralis, las mismas presentaron valores bajos que los ubican como especialistas en la
variante conservada. Un caso similar manifestó A. allisoni pero en la variante secundaria. Por
su parte, las especies de suelo como A. auberi y L. macropus mostraron valores bajos de
amplitud en el uso del sustrato; solo superados por A. equestris y A. centralis. Esto, hace que
se comporten como fuertes especialistas para la variable sustrato (Tabla XI). Cabe recordar
que A. equestris y A. centralis aparecieron muy poco durante el tiempo de muestreo
planificado, lo que podría influir en los análisis de amplitud de los recursos.
En cuanto a la amplitud en la condición exposición solar se observa que las especies con
mayores valores en ambas variantes fueron A. lucius y A. sagrei mostrándose como
generalistas fuertes. Asimismo, se manifestó A. jubar con valores altos y casi iguales para
ambas variantes de bosque (Tabla XI). En el caso de A. equestris mostró un valor mayor en la
variante secundaria lo que hace que en la misma se comporte como generalista.
Para el caso de las especies que aparecieron en una sola de las variantes muestreadas como A.
homolechis, A. porcatus y L. macropus, las dos primeras muestran valores muy similares, que
las sitúan como intermedias en la variante conservada. En el caso de L. macropus, la misma
presentó un valor relativamente bajo de amplitud a la exposición solar, por lo que podría
comportarse como especialista. En el caso de la especie A. centralis se muestra como
especialista fuerte en la variante conservada; mientras que A. allisoni se comportaría como
generalista en la variante secundaria (Tabla XI).
Un análisis del solapamiento de estratos para las diferentes especies de lagartos de la variante
conservada muestra que para A. sagrei se obtienen los mayores valores al comparar con A.
lucius. De manera similar sucede, si lo comparamos con otras especies ecológicamente
similares, como A. jubar y A. homolechis; así como con A. porcatus (Tabla XII). Estas últimas
especies también muestran altos valores de solapamiento entre ellas, destacando el valor entre
A. homolechis y A. porcatus.
41
Tabla XII: Valores del porcentaje de solapamiento espacial de los estratos entre especies de
lagartos de la variante conservada de bosque semideciduo de Loma de Cunagua.
P Estrato
Conservada A. sag A. jub A. hom A. luc A. por A. equ A. cen L. mac
A. sagrei
66,03 61,99 70,55 61,99 32,53 29,45 38,01
A. jubar 66,03
67,67 45,26 66,64 66,50 21,18 12,32
A. homolechis 61,99 67,67
32,95 98,96 46,49 53,51 0,00
A. lucius 70,55 45,26 32,95
32,95 32,95 0,00 67,05
A. porcatus 61,99 66,64 98,96 32,95
45,45 54,55 0,00
A. equestris 32,53 66,50 46,49 32,95 45,45
0,00 0,00
A. centralis 29,45 21,18 53,51 0,00 54,55 0,00
0,00
L. macropus 38,01 12,32 0,00 67,05 0,00 0,00 0,00
Otras especies con valores relativamente altos de solapamiento en el uso del estrato serían A.
equestris al compararse con A. jubar (Tabla XII). Por otro lado, ya con valores más discretos,
encontramos a las especies A. centralis, A. homolechis y A. porcatus. En el caso particular de
L. macropus solo se distingue un valor alto de solapamiento del estrato comparado con A.
lucius.
En el caso de la variante secundaria, el solapamiento del uso del estrato de A. sagrei es más
alto con A. jubar, coincidiendo con la variante anterior. No obstante, A. sagrei también
presenta valores moderadamente altos al compararlo con las especies A. lucius y A. allisoni
(Tabla XIII). Por su parte A. jubar también muestra valores significativos si lo comparamos
con las especies A. allisoni y A. equestris. Al igual que la especie de suelo de la variante
anterior, A. auberi exhibe un solo valor a destacar en el solapamiento del uso del estrato, y es
con la especie A. lucius.
Tabla XIII: Valores del porcentaje de solapamiento espacial de los estratos entre especies de
lagartos de la variante secundaria de bosque semideciduo de Loma de Cunagua.
P Estrato Secundaria A. sag A. jub A. luc A. alli A. equ A. aub
Anolis sagrei
76,32 67,72 64,51 53,52 35,49
Anolis jubar 76,32
46,20 76,27 77,21 13,97
Anolis lucius 67,72 46,20
32,23 32,23 67,77
Anolis allisoni 64,51 76,27 32,23
67,44 0,00
Anolis equestris 53,52 77,21 32,23 67,44
0,00
Ameiva auberi 35,49 13,97 67,77 0,00 0,00
42
El cálculo del porcentaje de solapamiento para los sustratos de la variante conservada muestra
que A. sagrei presenta su valor más alto con respecto a A. jubar (Tabla XIV). La especie A.
jubar también adquiere valores bastante altos al compararla con el resto de las especies que
usa el estrato arbóreo o arbustivo, a excepción de A. lucius. De igual manera ocurre con estas
especies entre si y siempre excluyendo a A. lucius. Por último L. macropus no muestra valores
de importancia en el uso del sustrato con el resto de las especies presentes en esta variante.
Tabla XIV: Valores del porcentaje de solapamiento espacial de los sustratos entre especies de
lagartos de la variante conservada de bosque de Loma de Cunagua.
P Sustrato
Conservada A. sag A. jub A. hom A. luc A. por A. equ A. cen L. mac
A. sagrei
67,45 55,14 42,82 55,14 52,98 38,70 38,01
A. jubar 67,45
87,68 39,85 87,68 84,24 69,95 12,32
A. homolechis 55,14 87,68
32,95 99,80 96,30 82,02 0,00
A. lucius 42,82 39,85 32,95
32,95 32,95 32,17 14,95
A. porcatus 55,14 87,68 99,80 32,95
96,10 81,82 0,00
A. equestris 52,98 84,24 96,30 32,95 96,10
85,71 0,00
A. centralis 38,70 69,95 82,02 32,17 81,82 85,71
0,00
L. macropus 38,01 12,32 0,00 14,95 0,00 0,00 0,00
En lo referente al solapamiento del sustrato en la variante secundaria se observa que A. sagrei
vuelve a mostrar altos valores con las especies arborícolas, principalmente con A. jubar. En
este caso, la relación es mayor incluso que lo observado para la variante anterior (Tabla XV).
Por su parte A. jubar muestra el valor más alto de solapamiento en el uso del sustrato con A.
equestris. Finalmente, tanto A. lucius como A. auberi no presentan altos valores al
compararlas con el resto de las especies; lo que coincide con la variante conservada.
Tabla XV: Valores del porcentaje de solapamiento espacial de los sustratos entre especies de
lagartos de la variante secundaria de bosque de Loma de Cunagua.
P Sustrato Secundaria A. sag A. jub A. luc A. alli A. equ A. aub
Anolis sagrei
72,62 51,71 44,53 57,18 30,70
Anolis jubar 72,62
44,35 38,68 84,56 13,97
Anolis lucius 51,71 44,35
32,23 28,91 14,69
Anolis allisoni 44,53 38,68 32,23
37,21 0,00
Anolis equestris 57,18 84,56 28,91 37,21
0,00
Ameiva auberi 30,70 13,97 14,69 0,00 0,00
43
Al analizar el solapamiento en el uso de la exposición solar se obtuvo que A. sagrei presentó el
más alto porcentaje al compararlo con A. lucius (Tabla XVI). Igualmente, A. jubar mostró
altos valores con respecto a las especies A. homolechis, A. porcatus, A. centralis y L.
macropus. Además, en todas estas especies se observaron altos porcentajes de solapamiento en
el tipo de insolación entre sí. Por otro lado, A. equestris no mostró valores significativos en la
condición de insolación al comparase con el resto de las especies de la variante conservada.
Tabla XVI: Valores de porcentaje de solapamiento espacial en el tipo de insolación entre
especies de la variante conservada de bosque de Loma de Cunagua.
P iluminación
conservada A. sag A. jub A. hom A. luc A. por A. equ A. cen L. mac
A. sagrei
51,31 43,69 99,07 39,40 45,45 17,81 36,86
A. jubar 51,31
92,38 51,33 88,09 41,87 66,50 85,55
A. homolechis 43,69 92,38
43,71 95,71 40,16 74,12 93,17
A. lucius 99,07 51,33 43,71
39,42 44,52 17,83 36,88
A. porcatus 39,40 88,09 95,71 39,42
35,88 78,41 97,46
A. equestris 45,45 41,87 40,16 44,52 35,88
14,29 33,33
A. centralis 17,81 66,50 74,12 17,83 78,41 14,29
80,95
L. macropus 36,86 85,55 93,17 36,88 97,46 33,33 80,95
Con respecto a los resultados obtenidos en la variante secundaria para la condición insolación
A. sagrei muestra, a diferencia de la variante anterior, elevados porcentajes con respecto a
todas las especies exceptuando A. jubar. Por su parte, esta última solo muestra relación con A.
lucius y A. equestris (Tabla XVII). En el caso de A. allisoni manifestó altos valores de
solapamiento en el tipo de insolación con A. equestris y A. auberi.
Tabla XVII: Valores de porcentaje de solapamiento espacial en el tipo de insolación entre
especies de la variante secundaria de bosque de Loma de Cunagua.
P iluminación secundaria A. sag A. jub A. luc A. alli A. equ A. aub
Anolis sagrei
45,77 62,38 93,24 65,73 60,85
Anolis jubar 45,77
81,53 39,18 70,59 6,62
Anolis lucius 62,38 81,53
55,78 68,72 23,22
Anolis allisoni 93,24 39,18 55,78
65,89 67,44
Anolis equestris 65,73 70,59 68,72 65,89
33,33
Ameiva auberi 60,85 6,62 23,22 67,44 33,33
44
V. Discusión
El hecho de haberse encontrado un mayor número de especies en la variante conservada puede
estar dado porque la misma presenta mayor desarrollo arbóreo y arbustivo. Por ello, brindaría
a las especies de lagartos una mayor variabilidad de hábitat y microhábitat. Por otra parte, que
existan cuatro especies de Anolis que coincidieron en ambas variantes de Bosque
Semideciduo, puede deberse a que constituyen lagartos con semejante clasificación en cuanto
a ecomorfos. Además, estas especies se comportan mayormente como generalistas en cuanto a
la tolerancia al factor insolación. Una excepción quizás, sería A. jubar que solo se encontró en
la variante secundaria hacia el interior de los transectos donde había una mayor cobertura de
dosel, lo que filtraría más la exposición de la especie al sol. Esto, coincide con lo encontrado
por Socarrás (1994) donde caracteriza a la subespecie A. j. cocoensis como umbrófila.
La ubicación de las especies en el Análisis de correspondencias (Fig. 2), muestra una clara
relación con el factor insolación, lo que concuerda con lo encontrado por Arias (2009) para las
comunidades de reptiles de Cayo Santa María. Así, las especies que caracterizan el extremo
negativo son marcadamente heliófilas, ubicándose en la gráfica prácticamente solapadas con
los transectos de la variante secundaria que presentaron menor cobertura de dosel. De igual
forma, caracterizan el extremo positivo especies como A. jubar, A. porcatus, A. centralis y A.
homolechis, relacionadas con los transectos de la variante conservada por comportarse
claramente como umbrófilas.
Por otro lado, en la misma figura se observan las especies A. equestris, A. lucius y L.
macropus ubicadas relativamente cerca de las unidades de muestreo de mayor conservación,
pero formando un claro grupo intermedio. Esto podría manifestar un comportamiento
generalista con respecto a la incidencia del sol; debido a coberturas de dosel intermedias que
provocarían condiciones de sol filtrado. Arias (2009), encontró resultados similares de
exposición solar para las especies A. equestris y L. macropus. En lo referente a la especie A.
lucius, la misma no se encontró en dicho estudio.
45
La relación existente entre los transectos de la variante natural con respecto a la cobertura de
dosel está dada por el alto grado de conservación de esta variante. La cobertura de piedra se
manifiesta en ambas variantes de bosque, debido a que el sustrato más generalizado de dicha
formación vegetal está constituido por rocas calizas.
El alto porciento de individuos de A. sagrei encontrados en el suelo en la variante conservada
podría estar debido a que estos eran en su mayoría juveniles, etario que muestra marcada
preferencia por este recurso. Ya como adultos, prefirieron utilizar los árboles y arbustos de
manera bastante equitativa, lo que se contradice con lo encontrado por Arias en 2009, donde
se sitúa a la especie con preferencia por el recurso arbustivo. De igual manera, que A. jubar se
presentara en los tres estratos, podría indicar que es un fuerte competidor por el hábitat con la
especie anterior. No obstante, la preferencia de A. jubar por los árboles hace que no se
diferencien solamente en el grado de insolación tolerado por ambas especies.
El uso de los recursos arbustivo y arbóreo, en ese orden, por parte de las especies A.
homolechis y A. porcatus podría ser debido a la propia competencia por estratos con respecto a
las especies A. jubar y A. sagrei. Cabe resaltar que las dos primeras solo aparecieron en la
variante natural, debido a las condiciones umbrófilas que las mismas necesitan, lo que
reduciría la competencia por el estrato a esta variante. En la variante conservada también se
mostró A. centralis, pero debido a los pocos individuos encontrados durante los muestreos, se
hace imposible establecer sus preferencias en el área estudiada. Estos resultados coinciden con
lo planteado por Butler et al. (2000), quienes sugieren que los Anolis de tronco y los de
tronco-dosel son los más territoriales, mientras que los Anolis de ramita, como A. centralis en
este caso de estudio, no lo son. No obstante, según los mismos autores se necesitan más
estudios para el resto de los ecomorfos.
El hecho de que A. lucius haya usado preferentemente el recurso suelo se debe a que
constituye la especie lapidícola de la región central del país. No obstante, los machos de la
misma se mostraron también utilizando los árboles; probablemente debido a conductas
reproductivas, con el objetivo de que las hembras los visualicen mejor y de competir con otros
machos. Esta línea de pensamiento coincidiría con la de Jonson, Revell y Losos en el 2010,
46
quienes manifestaron que algunos aspectos del uso del hábitat como la visibilidad, pueden
influir en la evolución territorial de los Anolis, debido a que afecta los comportamientos de
este grupo para defender el tamaño y la forma de sus territorios.
En el caso de A. equestris, es conocido que preferentemente utiliza los árboles al estar
clasificado por Williams en 1972 como un Gigante de dosel. Contrariamente, L. macropus
podría contarse como un representante del ecomorfo denominado Lagartos de pasto,
manifestando así una clara divergencia en cuanto a la utilización del recurso estrato. Cabe
destacar que esta última especie solo se presentó en la variante natural del área de estudio.
Ya en la variante secundaria la especie A. sagrei se mostró mayoritariamente utilizando el
recurso arbóreo, debido probablemente a que el número de individuos de A. jubar en este
estrato fue menor. De esta forma, A. sagrei pasaría entonces a ocupar los sitios de uso de este
recurso, desplazando a A. jubar. Esto, es coincidente con los resultados de Arias (2009), que
plantea incluso que A. jubar se segrega por sexos, ocupándose los arbustos por los machos, y
el suelo y los árboles por hembras y juveniles. Es remarcable que A. sagrei, al tener los
mayores valores en casi todos los estratos, se comportó durante el tiempo de muestreo, como
el taxón dominante en la variante secundaria del área estudiada. Esta especie, también es
tratada por Arias en 2009, con marcada preferencia por el estrato arbóreo.
Por su parte, A. lucius se comportó como en la variante anterior, manifestando sus máximos
valores en el recurso suelo, debido a la amplia cobertura de piedras de varios de los transectos
en este bosque. No obstante, también se encontraron individuos de esta especie, igualmente
machos, utilizando el estrato arbóreo. La especie A. allisoni, que también apareció solo en dos
estratos, con números bastante similares en ambos, pudiese haber ocupado los hábitats que en
la variante natural pertenecían a su congénere A. porcatus.
47
En el caso particular de las especies A. equestris y A. auberi solo se manifestaron haciendo uso
de un estrato, debido a que son conocidas especialistas. En el primer caso, los escasos
individuos aparecieron en su totalidad en los árboles, que constituye el estrato propio a utilizar
por la especie. En el caso de A. auberi, al ser una especie corredora, dominó aquellos
transectos de la variante secundaria donde existió mayor cobertura de suelo desnudo. Esta
especie fue tratada de igual forma por Schwartz y Henderson (1991).
El hecho de que A. sagrei se haya manifestado en los cuatro sustratos de la variante
conservada implica que la especie se comportó como generalista. Aun así, es probable que su
cierta preferencia por los troncos a baja altura y el suelo, se deban probablemente a la
abundancia de machos y juveniles que aparecieron en los muestreos. Las especies A. jubar y
A. lucius también se mostraron utilizando los cuatro sustratos, pero en el primer caso los
individuos prefirieron los troncos, desplazando a A. sagrei en cuanto a la altura. Losos en el
2007, asegura que las especies coexistentes de Anolis (e. g. A. sagrei y A. jubar) compiten por
los recursos. Incluso (Gerber y Echternacht, 2000) plantean que un adulto de una especie,
puede aprovecharse de las crías de otra especie.
A. lucius apareció mayoritariamente en el sustrato roca, debido a sus características de Anolis
lapidícola. Además, la utilización de los sustratos tronco y rama, con mayor preferencia por el
primero, por parte de las especies A. homolechis y A. porcatus pueden estar dadas porque
sustituyeron a las especies A. sagrei y A. allisoni en los transectos naturales de mayor
cobertura de dosel. Así, estas últimas especies serían desplazadas y no aparecerían en dichas
unidades de muestreo por sus características heliófilas. Esto apoyaría los resultados de Losos
(2007) acerca de la competencia interespecífica entre Anolis que coexistan en una comunidad.
En el caso de las especies A. equestris y A. centralis pueden haberse manifestado utilizando
solo el sustrato tronco, debido al bajo número de muestra encontrado durante el tiempo de
estudio en el área; lo que puede haber influido en la interpretación de los resultados obtenidos.
Cabe destacar que la especie A. equestris si utiliza generalmente el sustrato tronco, aunque
pueden encontrarse con igual frecuencia en las ramas. Resultado acorde con la clasificación
señalada por Williams (1972) en su trabajo acerca de los ecomorfos de los lagartos. Por otra
48
parte, el hecho de que L. macropus solo haya aparecido en los sustratos hojarasca y piedras,
con preferencia del primero, y en algunos transectos de la variante natural; debe estar dado
porque es una especie corredora y umbrófila.
En el caso de la variante secundaria, solo las especies A. sagrei y A. lucius se manifestaron en
los cuatro sustratos, probablemente por ser las dos especies con mayor número de individuos
encontrados en el período de estudio. Cabe destacar que ambas especies se mostraron como
generalistas en cuanto a microhábitat, aunque con marcadas preferencias por los troncos y las
rocas respectivamente, como ya se enunció anteriormente. Estos resultados difieren de lo
planteado por Estrada y Novo (1986b), que planteaban que A. sagrei solo utilizaba troncos y
ramas, pero ello también puede deberse a la ausencia de más sustratos en su área de estudio.
En el caso particular de que A. jubar solo se haya encontrado utilizando los sustratos tronco y
hojarasca, podría estar dado porque al existir menos cobertura de dosel en los transectos de
esta variante, el lugar con mayores condiciones de umbra sería el tronco de los árboles. Por su
parte, A. allisoni igual que en el caso de las variaciones de estratos, ocupó los sustratos que
usaba la especie A. porcatus en la variante natural, debido probablemente a su estrecha
relación. Sin embargo, cuando las especies utilizan los mismos recursos estructurales de
hábitat y microhábitat, y además, son miembros de la misma clase de ecomorfo, se segregan
en la forma de utilizar estos recursos (Losos et al., 2006).
Igual que en la variante anterior, los pocos individuos de A. equestris solo emplearon los
troncos, quizás contradiciendo lo manifestado por (Williams, 1972) cuando lo clasificó como
un “Gigante de Dosel”. Es destacable que dicho comportamiento pudo estar influenciado por
el horario en que se avistaron los individuos de esta especie, que casi siempre osciló entre las
11: 00 de la mañana y la 1:00 de la tarde. De la misma manera, A. auberi solo se presentó
usando el sustrato hojarasca, pero debido a su carácter de especie corredora, cabe destacar que
los transectos donde apareció tenían una amplia cobertura de suelo desnudo.
49
Aunque las especies A. sagrei y A. lucius se presentaron bajo las tres condiciones de
insolación propuestas, prefirieron el sol directo, debido probablemente a su condición
heliófila. Esto coincide con lo encontrado por Arias (2009) en Cayo Santa María. Por su parte,
A. jubar, A. homolechis y A porcatus se mostraron mayoritariamente en condiciones de
sombra y sol filtrado, ya que se comportan como especies umbrófilas. Ello resultaría en una
segregación por el factor iluminación, de especies ecológicamente similares como A. jubar, A.
homolechis y A. sagrei.
Otra especie umbrófila como L. macropus también prefirió las condiciones de sombra y de sol
filtrado respectivamente. Esto también puede estar dado porque constituye una especie
corredora, que al no estar elevada del suelo es más proclive al calentamiento que las especies
que usan otros sustratos; escogiendo por ello, los transectos con menor incidencia solar.
Igualmente, A. equestris se mostró en sol filtrado, quizás debido a sus necesidades de
termorregulación, en una variante donde existe mayor cobertura de dosel en las unidades de
muestreo, y por consiguiente, mayores condiciones de sombra. Arias (2009), también mostró
resultados similares con respecto al uso de la exposición solar de esta especie.
En la variante secundaria la especie A. sagrei prefirió los transectos con incidencia de sol
directo y sol filtrado, debido a su amplia tolerancia a las altas temperaturas. Este resultado es
coincidente con varios estudios (e.g. Schwartz y Henderson, 1991; Arias, 1997; 2009), que
tratan a la especie como marcadamente heliófila. Por otro lado, A. lucius estaría utilizando más
las condiciones de sol filtrado y sombra, debido quizás a la relación entre la cobertura de dosel
y la de rocas, presente en los transectos de esta variante como ya se trató anteriormente.
El hecho de que A. jubar se haya manifestado con mayor frecuencia en los transectos donde
existía sol filtrado y sombra, puede estar dado porque la misma prefiera las áreas con mayor
cobertura de dosel dentro de las unidades de muestreo de la variante secundaria. En los casos
de A. allisoni y A. auberi se mostraron utilizando sol directo, así como sol filtrado en el caso
de la segunda; porque ambas son especies heliófilas que dominaron la generalidad de los
transectos de la variante secundaria. Ambos resultados concuerdan con Arias (2009) que
50
clasifica a A. jubar como umbrófila y tanto a A. allisoni, como a Ameiva auberi como especies
marcadamente heliófilas.
Luego de analizar los resultados obtenidos en el cálculo de amplitud de nicho en el recurso
estrato de ambas variantes de bosque, se plantea que el hecho de que A. auberi y L. macropus
hayan mostrado los menores valores, puede estar dado por su comportamiento como
especialistas. Schwartz y Henderson (1991), ya clasificaban a estas especies como corredoras.
En el caso de los bajos valores de amplitud de las especies A. equestris y A. centralis, pueden
estar dados por la baja representatividad de las mismas en el área de estudio, durante el tiempo
de muestreo. Esto, impediría resultados más concluyentes a la hora de comparar su amplitud
en el uso de los diferentes recursos.
Los altos valores obtenidos para A. homolechis y A. porcatus, podrían deberse a que
manifestaron conductas generalistas en el uso de los diferentes estratos, pero limitándose a las
unidades de muestreo de la variante conservada, debido a su condición umbrófila. Contrario a
esto, los valores intermedios en la amplitud de A. allisoni para los diferentes estratos de la
variante secundaria, pueden deberse a que la especie manifestaría un comportamiento
ecotonal, utilizando los estratos ocupados por su congénere A. porcatus en la variante anterior.
No obstante, A. allisoni no apareció ni en suelo ni en perchas cercanas a dicho estrato, donde
sí se mostró A. porcatus, pero en los transectos de vegetación conservada. Esto se puede
explicar con lo planteado por Schoener (1976), quien demostró que el desplazamiento de los
anólidos dentro de un hábitat, depende tanto de la estructura del propio hábitat como de la
presencia o ausencia de competidores.
Los valores más altos en el cálculo de la amplitud del recurso estrato se mostraron para las
especies A. sagrei y A. jubar, debido a que las mismas pueden considerarse como generalistas
en el uso de estos recursos. Además, la alta disponibilidad del estrato arbustivo en los
transectos de ambas variantes, hace posible que pese a ser competidores por hábitat, estas
especies puedan segregarse en los tres estratos estudiados en función de otras variables como
la cobertura de dosel. Lo anterior, concuerda con los resultados de Losos (2006) que planteó la
segregación de especies similares mediante la competencia por los recursos. En el caso
51
particular de A. lucius, mostró valores intermedios de amplitud, ya que a pesar de encontrarse
en ambas variantes de bosque, usó preferiblemente el recurso suelo. Esto con excepción de los
machos, que tienden a preferir el estrato arbóreo, pero casi nunca se encontraban sobre
arbustos, a pesar de su gran disponibilidad de este recurso en la variante conservada.
En el cálculo de amplitud para el recurso sustrato la especie A. sagrei mostró valores medios,
lo que probablemente se deba a que la misma prefirió los troncos y la hojarasca en la variante
conservada. Esto último debido a la gran cantidad de juveniles encontrados, que muestran
preferencia por dicho sustrato, probablemente para separarse de los adultos de su propia
especie que representarían competencia para la alimentación. En el caso de la variante
secundaria A. sagrei se comporta como especialista, mostrando la generalidad de sus
individuos sobre los troncos, con escasas apariciones en ramas y hojarasca. Esto puede estar
influenciado por el bajo número de juveniles y la alta aparición de machos, encontrados con
respecto a la variante anterior. Dichos resultados coinciden con los de Estrada y Novo (1986b)
y Arias (2009), que trataron esta preferencia por los troncos de la especie A. sagrei.
Por otra parte, que A. jubar y A. lucius presentaran bajos valores del índice de amplitud, indica
que ambos se comportaron como especialistas. Así, el primer caso prefirió el sustrato tronco y
el segundo, la presencia de piedras en los transectos de ambas variantes. Asimismo A.
equestris se manifestó mayoritariamente en los troncos, pese a ser una especie de dosel. Esto
podría estar influenciado por la baja representatividad de la que ya se ha hablado durante el
tiempo de muestreo. No obstante, Arias en 2009, también referenció la preferencia de esta
especie, tanto por los troncos como por las ramas.
También como especialistas se comportaron las especies A. homolechis, A. porcatus y A
centralis, que mostraron bajos valores de amplitud, dado que prefirieron el uso del sustrato
tronco. Cabe destacar que las tres especies solo aparecieron en la variante conservada, donde
al parecer desplazaron en el uso de este sustrato a especies como A. sagrei y A. jubar.
Igualmente, especialista se mostró A. allisoni ocupando los troncos de la variante secundaria,
debido a que A. porcatus no se presentó en esta variante. Esto coincide con los resultados de
52
Losos en 2006, debido a que tanto A. allisoni, como A. porcatus, constituyen especies
ecológicamente similares que competirían con más fuerza por este recurso.
Igual que en el uso del estrato, las especies A. auberi y L. macropus se manifestaron como
fuertes especialistas, dado sus bajos valores de amplitud en el uso del sustrato. Ello se debe a
que ambas constituyen especies corredoras que solo utilizaron sustratos determinados y en
variantes diferentes de bosque semideciduo. En el primer caso la especie prefirió el suelo
desnudo de la variante secundaria, lo que aparte de espacio para desplazarse, le brindó el grado
de insolación adecuado. En el caso de L. macropus, prefirió la hojarasca o las piedras, siempre
en la variante conservada. Esto, probablemente debido a que la especie busque separarse más
del suelo, evitando las altas temperaturas, y se manifieste entonces relacionada a la alta
cobertura de piedras existente en los transectos de la variante conservada.
El hecho de que las especies de mayor amplitud en cuanto a la condición exposición solar en
ambas variantes de Bosque semideciduo fueran A. sagrei y A. lucius, debe estar dado porque
constituyen las especies de mayor plasticidad en cuanto al factor insolación. Además, todas las
especies presentaron valores altos en este aspecto, debido a que las estrategias de
termorregulación de estos lagartos se basan en los cambios de exposición solar, como bien
indica Arias (2009).
Los altos valores de solapamiento de estratos para la variante conservada de A. sagrei y A.
lucius pueden estar dados por compartir mayoritariamente los estratos arbóreo y suelo con
densidades bastante semejantes entre ambas especies. De igual manera ocurrió entre A. sagrei
con respecto a A. jubar y A. homolechis, debido a que utilizan los estratos estudiados de forma
muy semejante. Resultado muy similar al encontrado por (Losos, 2006 y Arias, 2009) que
sitúan a estas especies como fuertes competidores por el hábitat.
53
El hecho de que A. porcatus comparte altos valores de solapamiento con las especies antes
mencionadas, está dado porque utiliza, aunque con menores densidades, los estratos arbóreos
y arbustivo de la variante conservada. Además, es de resaltar que el 55% de sus individuos
constituyeron machos, al igual que el 45% de las especies A. jubar y A. homolechis, así como
el 50% de los representantes de A. lucius. Esto puede inferir si tenemos en cuenta lo planteado
por Jonson, Revell y Losos (2010), quienes muestran que el solapamiento territorial entre
machos es fuertemente convergente dentro de los ecomorfos de Anolis. Esto probaría, que
además del complejo conjunto de rasgos morfológicos, ecológicos y de comportamiento que
han evolucionado en estas especies; la estructura social también se desarrolla en conjunto con
el uso de su hábitat.
El alto valor observado en el solapamiento del estrato entre A. equestris y A. jubar puede
deberse a que ambas constituyen especies casi netamente arborícolas. En lo referente al
elevado índice de A. lucius con respecto a L. macropus, puede estar dado porque ambas son
reconocidas especies de suelo. Cabe resaltar que en este caso el solapamiento no fue de un
100%, probablemente debido al uso frecuente del estrato arbóreo por los machos de A. lucius.
En el caso de la variante secundaria, coincide el alto valor de solapamiento entre A. sagrei y A.
jubar, igualmente por su uso de los árboles y los arbustos, casi con iguales valores entre
ambos estratos. Los valores ligeramente altos de solapamiento entre A. sagrei y las especies A.
allisoni y A. lucius pueden deberse a que las tres comparten el uso casi exclusivo del estrato
arbóreo en dicha variante. Lo anterior concuerda con lo encontrado por Arias (2009) para el
Matorral Xeromorfo sobre Arena, donde existieron altos valores de solapamiento para la
generalidad de las especies, en el uso del estrato de esta formación vegetal.
Por su parte, el grupo A. jubar, A. allisoni y A. equestris también mostraron valores
relativamente altos de solapamiento de estratos, debido a su marcado uso de los árboles. En lo
que respecta a las especies A. lucius y A. auberi estas mostraron un alto valor de solapamiento
por su amplio uso del recurso suelo, tal y como sucedió con la primera especie y L. macropus
en la variante anterior.
54
El cálculo de los porcentajes de solapamiento para los sustratos de la especie A. sagrei,
adquiere un valor alto con respecto a A. jubar, debido probablemente al uso de ambos de los
mismos sustratos, con cifras bastante semejantes. El grupo de A. jubar, A. homolechis, A.
porcatus y A. centralis presenta también altos valores de solapamiento producto al uso de
dichas especies de los sustratos tronco y ramas. Esto los hace competidores fuertes por el
recurso sustrato, pese a que los dos primeros y el último presenten diferentes clasificaciones
en cuanto a sus ecomorfos. Buthler y Losos (2002) documentaron que los ecomorfos varían el
grado de utilización de algunos recursos y que estas variaciones ocurren solo en algunos
hábitats, dado que los mismos ecomorfos varían en su grado de territorialidad.
Con relación al uso de la condición exposición solar, el hecho de que el valor más alto de la
variante conservada haya sido entre A. sagrei y A. lucius debe estar dado porque ambas
especies utilizaron las tres condiciones de iluminación estudiadas de manera muy similar. El
resto de los valores de solapamiento de ambas fueron bastante bajos, debido a que tanto A.
sagrei como A. lucius mostraron altos valores en el uso del resto de los recursos con las demás
especies de la variante. Además, el factor insolación sería determinante para disminuir las
interacciones de estas dos especies con el resto.
Los altos porcentajes del grupo A. jubar, A. homolechis, A. centralis y L. macropus se deben
probablemente al uso de estas especies, de las condiciones de sombra, y con menos
preferencia de sol filtrado. Esto coincide con Arias (2009) que trata varias de estas especies
como marcadamente umbrófilas. Por otro lado, el que A. equestris no haya manifestado altos
porcentajes de solapamiento con el resto de las especies, puede deberse a que se comporta
como generalista en el uso de la condición exposición solar y mostraría bajas interacciones
con el resto de la comunidad. Cabe destacar que su baja densidad en los muestreos podría
influir en los bajos valores de solapamiento, sesgando dicho análisis en la presente discusión.
Contrario a lo encontrado en la variante anterior, A. sagrei mostró altos valores de
solapamiento con todas las especies de la variante secundaria, excepto con A. jubar. Esto
puede deberse a la tolerancia al factor insolación que presentan todas estas especies y que no
muestra A. jubar; lo que sería un factor a destacar a la hora de la segregación de especies en
55
dicha variante. Resultado semejante al encontrado por Losos (2006) que explica la influencia
de la competencia en la segregación de las especies semejantes de una comunidad. Los altos
porcentajes de solapamiento de la especie anterior con A. lucius pueden deberse a que esta
última se comporta como generalista en el uso del factor iluminación en la variante
secundaria. Por otro lado, el elevado valor que muestran A. jubar y A. equestris estaría dado
porque ambas especies se manifestaron durante el tiempo de muestreo, utilizando con mayor
frecuencia la condición Sol filtrado.
La relación entre A. allisoni y A. auberi en cuanto al factor iluminación puede estar dada por
las marcadas características heliófilas de ambas especies, que además solo se encontraron en
los transectos de la variante secundaria. Por otro lado, los bajos valores de solapamiento en la
condición insolación entre A. auberi y las especies A. equestris y A. jubar, podrían deberse a
que mientras la primera constituye una especie estrictamente heliófila, la segunda prefirió
utilizar unidades de muestreo con sol filtrado. En el caso de A. jubar, es marcadamente
umbrófila, y por ello mostraría el menor valor de solapamiento de esta variante al asociarla
con A. auberi.
Conservación de la biodiversidad de lagartos del Refugio de Fauna “Loma de Cunagua”.
Los mayores problemas de conservación de las diferentes especies en la actualidad, ocurren
producto a la gran cantidad de amenazas, mayormente antrópicas, a las que se encuentran
sometidos sus hábitats naturales. La lista de especies cubanas amenazadas asciende a 50, de
las cuales 29 son Anolis y 7 están representadas en la región central (Arias, 2009). Los
trabajos publicados sobre estas especies amenazadas, e incluso, sobre las subespecies, son
muy escasos. Cabe destacar que muchas de estas especies, podrían en realidad alcanzar
categorías subespecíficas que contarían como nuevos reportes para la ciencia. Debido a esto,
es necesario realizar estudios más profundos y plantear medidas de conservación con vistas a
la protección de estas subespecies.
56
Por otro lado, las poblaciones animales no se distribuyen uniformemente dentro de un hábitat,
aunque este sea bastante homogéneo. Además, en el área y durante el tiempo del estudio,
ocurrieron pocos avistamientos de especies catalogadas como comunes; así como poca
manifestación de especies que, por sus bajos números poblacionales, podrían verse afectadas.
Teniendo en cuenta los altos valores naturales del grupo en el área; así como las presiones del
desarrollo de senderos turísticos para la misma, se emiten las siguientes sugerencias:
Hacer estudios acerca de la autoecología de las especies, que incluyan dinámica
poblacional y así poder tomar medidas para su futuro manejo.
Conocer las diferencias de hábitat, microhábitat de las especies; así como determinar
qué factores limitantes afectan a las mismas, para poder influir sobre estos y lograr
aumentar los tamaños poblacionales.
Restaurar ecológicamente la ladera Sur y la vertiente Este, que constituyen las más
afectadas por las causas antes descritas. Incluir reforestaciones con especies vegetales
típicas de Bosque Semideciduo por parte de los técnicos del AP.
Considerar en la nueva versión del Plan de Manejo del área, la inclusión de un
programa de monitoreo de las comunidades de reptiles, con el fin de conservar y
proteger sus altos valores actuales.
57
VI. Conclusiones
1. Las especies más abundantes fueron A. sagrei y A. lucius, mientras que A. centralis y
A. equestris mostraron muy pocos individuos en los transectos marcados. Las especies
A. homolechis y A. porcatus solo se observaron en la variante conservada, mientras que
A. allisoni y Ameiva auberi se manifestaron solo en la variante secundaria de bosque
semideciduo.
2. La temperatura ambiente del microhábitat, regulado por la cobertura de dosel,
constituye el factor principal que afecta la organización de la estructura de las
comunidades de lagartos diurnos de Loma de Cunagua.
3. Existe una clara diferenciación en el uso del recurso estrato por las especies,
caracterizando el suelo A. auberi, L. macropus y A. lucius; aunque este último también
se manifiesta usando estratos vegetales como el resto de las especies.
4. La altura y la segregación en el uso de los recursos constituyeron factores claves para
la coexistencia y abundancia de las comunidades de lagartos diurnos dentro de los
estratos de ambas variantes de bosque.
5. El análisis del uso de los recursos y la exposición solar nos muestra la existencia de
variaciones espaciales que posibilitan la coexistencia de las especies señaladas en el
estudio, la disminución de sus interacciones y permite identificar los factores
importantes para la conservación de la comunidad de lagartos diurnos del área.
58
VII. Recomendaciones
1. Realizar mayor cantidad de estudios ecológicos que abarquen zonas donde se
avistaron pocos ejemplares de A. centralis, debido a sus bajos números de muestra y
su alto grado de amenaza.
2. Realizar estudios de las poblaciones de ofidios en el área para determinar si las zonas
de mayor importancia de estos coinciden con las de los lagartos diurnos.
3. Extender este tipo de estudios a otras Áreas Protegidas de la provincia.
4. Disminuir la fragmentación de hábitat, evitando la tala y la construcción de nuevos
caminos y carreteras en las zonas más conservadas del área.
5. Incluir un programa de monitoreo de las poblaciones de reptiles en el Plan de Manejo
del Refugio de Fauna Loma de Cunagua.
Referencias bibliográficas
Akre, J. 1994. Patterns of Distribution and Ecological Segregation in a Tropical
Anole Community. Field Ecology. pp. 32-52.
Arias, A. 1997. Ecología de las comunidades de lagartos del bosque siempreverde
micrófilo de Cayo Santa María, sequía de 1997. Tesis de Licenciatura. Facultad de
Ciencias Naturales y Matemática. Universidad de Oriente. 34 pp.
Arias, A. 2009. Ecología de las comunidades de lagartos de Cayo Santa María,
Villa Clara, Cuba. Tesis de doctorado. Universidad de Alicante y Universidad de
Pinar del Río. 181 pp.
Berovides Á. V. and A. M. Sampedro. 1980. Competición en especies de lagartos
iguánidos de Cuba. Ciencias Biológicas 5. pp. 115–122.
Burnell, K. L. and S. B. Hedges. 1990. Relationships of West Indian Anolis (Sauria:
Iguanidae): an approach using slow-evolving loci. Caribbean Journal of Science 26.
pp. 7–30.
Butler, M. A., T. W. Schoener. and J. B. Losos. 2000. The relationship between
sexual size dimorphism and habitat use in Greater Antillean Anolis lizards.
Evolution. 54. pp. 259–272.
Butler, M. A. & J. B. Losos. 2002. Multivariate sexual dimorphism, sexual
selection, and adaptation in Greater Antillean Anolis lizards. Ecol. Monogr. 72. pp.
541–559.
Campbell, T. 2000. Analysis of the Effects of an Exotic Lizard (Anolis sagrei) on a
Native Lizard (Anolis carolinensis) in Florida, Using Islands as Experimental
Units. Ph.D. Dissertation, University of Tennessee, Knoxville.
Cocteau, J. T. y G. Bibrón. 1838-1843. Reptiles. En R. de la Sagra (Ed.) Historia
Física, Política y Natural de la Isla de Cuba. 4. pp. 1-123.
Cuvier, G. 1807. Sur les différentes espéces de crocodiles vivans et sur caracteres
distinctifs. Ann. Mus. Nat. His. Paris, 10. pp. 8-86.
Darwin, C. 1871. The descent of man, and selection in relation to sex. London:
Murray.
Estrada, A. 1993. Anfibios y reptiles del Archipiélago Sabana-Camagüey, Cuba.
Poeyana, 432. pp. 1-21.
Estrada, A. R. 1998. Anfibios y reptiles encontrados durante 1988-1989 en Cayo
Paredón Grande, Archipiélago Sabana-Camagüey. Caribbean Journal of Science.
34(1-2). pp. 106-111.
Estrada, A. R. & O. H. Garrido. 1990. Nueva subespecie de Anolis jubar (Lacertilia:
Iguanidae) para Cayo Coco y La Loma de Cunagua, Ciego de Ávila, Cuba.
Revista Biología. 4(19). pp. 71-79.
Fernández-Gómez, R. & E. T. Socarrás. 1999. Inventario de flora y fauna de
Paredón Grande. Informe Científico-Técnico, Centro de Investigación de
Ecosistemas Costeros, Cayo Coco, Ciego de Ávila.
Futuyma, D. J. 2005. Evolutionary Biology. Sunderland (MA): Sinauer.
Gerber, G. P. & A. C. Echternacht. 1990. Evidence for asymmetrical intraguild
predation between native and introduced Anolis lizards. Oecología 124. pp. 599–
607.
Hutchinson, G. E. 1957. Concluding remarks. Cold Spring Harbor Symposium on
Quantitative Biology. 22. pp. 415-427.
Jackman, T. R., A. Larson, K. de Queyróz & J. B. Losos. 1997. Phylogenetic
relationships and tempo of early diversification in Anolis lizards. Syst. Biol. 48.
pp. 254–285.
Jenssen, T. A. 1978. Display diversity in anoline lizards and problems of
interpretation. In: Behavior and neurology of lizards: an interdisciplinary conference.
N. Greenberg and P. D. MacLean (eds.). National Institutes of Mental Health,
Rockville, MD. pp. 269–285.
Krebs, C. J. 1985. Ecology. The experimental analysis of distribution and
abundance. 3rd. ed. Harper and Row, Publisher. NY. pp. 235-349.
Leal, M., J. A. Rodríguez-Robles & J. B. Losos. 1998. An experimental study of
interspecific interactions between two Puerto Rican Anolis lizards. Oecología 117.
pp. 273–278.
Linnaeus, K. von. 1758. Systema naturae per regna tria naturae, secuncum clases,
ordines, genera, species, cum characteribus, differentiis, synosymis locis. Tomus I,
Editio Decima, reformata. 824 pp.
Losos, J. B. 1985. An experimental demonstration of the species recognition role of
anolis dewlap color. Copeia. 1985. pp. 905-910.
Losos, J. B. 1990. Ecomorphology, performance capability, and scaling of West
Indian Anolis lizards: an evolutionary analysis. Ecol. Monogr. 60:369–388.
Losos, J. B. 1994. Integrative approaches to evolutionary ecology: Anolis lizards as
model systems. Annu. Rev. Ecol. Syst. 25. pp. 467–493.
Losos, J. B. 1996. Ecological and evolutionary determinants of the species–area
relation in Caribbean anoline lizards. Phil. Trans. R. Soc. Lond. B 351. pp. 847–
854.
Losos, J.B. 2001. Evolution: A lizard’s tale. Scientific American. 284. pp. 64–69.
Losos, J. B. 2004. Adaptation and speciation in Caribbean Anolis lizards. In
Adaptive speciation (ed. U. Dieckmann, M. Doebeli, J. A. J. Metz, & D. Tautz).
Cambridge University Press.
Losos, J.B. 2007. Detective work in the West Indies: Integrating historical and
experimental approaches to study island lizard evolution. Bioscience. 57. pp. 585–
597.
Losos, J. B. 2010. Adaptive radiation, ecological opportunity, and evolutionary
determinism. American Naturalist. 175. pp. 623–639.
Losos, J. B. and B. Sinervo. 1989. The effects of morphology and perch diameter on
sprint performance in Anolis lizards. Exp Biol. 145. pp. 23–30.
Losos, J. B., D. W. Irschick and T. W. Schoener. 1994. Adaptation and constraint in
the evolution of specialization of Bahamian Anolis lizards. Evolution 48. pp. 1786–
1798.
Losos, J. B. and K. de Queyróz. 1997. Evolutionary consequences of ecological
release in Caribbean Anolis lizards. Biological Journal of the Linnean Society. 61.
pp. 459–483.
Losos, J. B. & L. R. Chu. 1998. Examination of factors potentially affecting dewlap
size in Caribbean anoles. Copeia 1998. pp. 430–438.
Losos, J. B., T. R. Jackman, A. Larson, K. de Queyróz, and L. Rodríguez-Schettino.
1998. Historical contingency and determinism in replicated adaptive radiations of
island lizards. Science 279. pp. 2115–2118.
Losos, J. B. & D. Spiller. 1999. Differential colonization success and asymmetrical
interactions between two lizard species. Ecology 80. pp. 252–258.
Losos, J. B. & Schluter, D. 2000. Analysis of an evolutionary species–area
relationship. Nature 408. pp. 847–850.
Losos, J. B., M. Butler y T. W. Schoener. 2003. Sexual Dimorphism in Body Size
and Shape in Relation to Habitat Use among Species of Caribbean Anolis Lizards.
pp. 356-381.
Losos, J. B., and R. S. Thorpe. 2004. Evolutionary diversification of Caribbean
Anolis lizards. In Adaptative Speciation, ed. U. Dieckmann, M. Doebeli, J.A.J. Metz,
and D. Tautz, 322– 44. Cambridge: Cambridge University Press.
Losos, J. B., R. E. Glor, J. J. Kolbe, and K. Nicholson. 2006. Adaptation, speciation,
and convergence: a hierarchical analysis of adaptive radiation in Caribbean
Anolis lizards. Ann. Mo. Bot. Gard. 93:24–33.
Malhotra, A. & Thorpe, R. S. 2000. The dynamics of natural selection and
vicariance in the Dominican anole: patterns of within-island molecular and
morphological divergence. Evolution 54. pp. 245–258.
Margalef, R. 1998. Ecología. 9na. Reimpresión. Ediciones Omega. Barcelona. 951 pp.
Martínez, M., A. Estrada y J. Novo. 1990. Aspectos ecológicos y reproductivos de
Leiocephalus s. stictigaster (Sauria: Iguanidae) en la Península de
Guanahacabibes, Cuba. Poeyana, 403. pp. 1-20.
Martínez, M e I. Fernández. 1994. Hábitat y Alimentación de Leiocephalus cubensis
cubensis (Iguanidae: Tropiduridae) en una localidad de Ciudad de La Habana, Cuba.
Cienc. Biol. 26. pp. 21-30.
Martínez, M. 1998a. Riqueza de reptiles terrestres del Archipiélago Sabana-
Camagüey, Cuba. Tesis de Maestría. Instituto de ecología y Sistemática, La Habana,
35 pp.
Mayer, G.C. 1989. Deterministic patterns of community structure in West Indian
reptiles and amphibians. Ph.D. Dissertation, Harvard University.
Nerey-Contrera, W., J. H. Irarragorri, F. G. Quiñones, I. R. Companioni, O. L.
Carvajal, J. L. Moreno, O. M. Suárez, O. B. Pupo, A. C. Granado. Plan de Manejo
Refugio de Fauna “Loma de Cunagua”. Empresa Nacional para la Protección
de la Flora y la Fauna. Ciego de Ávila. 2014-2018.
Pianka, E. R. 1973. The structure of lizard communities. Annu. Rev. Ecol. Syst. 4.pp.
53-74.
Pianka, E. R. 1982. Ecología Evolutiva. Omega, S. A. Barcelona. pp. 225-255.
Pianka, E. R. 1989. Desert lizard diversity: additional comments and some data. The
American Naturalist. Vol. 134, No. 3. pp. 344-364.
Powell, R., R. W. Henderson, K. Adler, H. A. Dundee 1996. An annotated checklist of
West Indians amphibians and reptiles. En R. Powell and R. W. Henderson (eds.),
Contributions to West Indian Herpetology: A Tribute to Albert Schwartz.
Contributions to West Indian Herpetology, vol 12. SSAR, Ithaca, NY. pp. 51-93.
Rand, A. S. 1964. Ecological distribution in anoline lizards of Puerto Rico. Ecology,
45. pp. 745-752.
Rand, A. S. 1967. The ecological distribution of anoline lizards around Kingston,
Jamaica. Breviora, 272. pp. 1-18.
Rand, A. S. 1969. Competitive exclusion among anoles (Sauria: Iguanidae) on
small islands in the West Indies. Breviora 319. pp. 1–16.
Rand, A. S. and E. E. Williams. 1970. The anoles of La Palma: aspects of their
ecological relationships. Breviora. 327. pp. 1-19.
Reagan, D.P. 1992. Congeneric species distribution and abundance in a three-
dimensional habitat: The rain forest anoles of Puerto Rico. Copeia. 1992. pp. 392–
403.
Ricklefs, R. E. 1990. Ecology. New York Publisher's original colour illustrated glazed
boards. 896 pp.
Rodriguez-Schettino, I. (ed.) (1999): The Iguanid Lizards of Cuba. University of
Florida Press. Gainesville. 428 pp.
Rodríguez, L. y M. Martínez. 1992. Hábitos alimenticios de Anolis bartshi (Sauria:
Iguanidae) en San Vicente, Pinar del Río, Cuba. Cienc. Biol. 25. pp. 30-40.
Rodríguez, L. y V. Rivalta. 2003. Lista de Especies. En L. Rodríguez (ed.) Anfibios y
Reptiles de Cuba. UPC Print, Vaasa, Finlandia. pp. 162-165.
Rodríguez Batista, D., Y. Ferrer, A. Parada, P. Rodríguez, P. Blanco, R. Inguanzo, I.
Ruiz & O. Ortiz. 2010. CU012 Gran Humedal del Norte de Ciego de Ávila, pp. 67-
69. En Áreas Importantes para la Conservación de las Aves en Cuba. Aguilar, S. (ed.),
Editorial Academia, La Habana, 136 pp.
Schoener, T. W. 1970. Size patterns in West Indian Anolis lizard: II. Correlations
with the sizes of particular sympatric species – displacement and convergence.
The American Naturalist. 104. pp. 155–174.
Schoener, T. W. 1977. Competition and the niche. In Biology of the Reptilia vol. 7
(ed. C. Gans & D. W. Tinkle), pp. 35–136.
Schoener, T. W. 1983. Population and Community Ecology. En Lizard Ecology.
Studies of a model organism. R. B. Huey, E. R. Pianka y T. W. Schoener (Eds.).
Harvard University Press. pp. 233-239.
Schoener, T. W., and A. Schoener. 1983. Distribution of vertebrates on some very
small islands. I. Occurrence sequences of individual spieces. J. Anim. Ecol. 52. pp.
209-235.
Schwartz, A. y R. W. Henderson. 1991. Amphibians and Reptiles of the West
Indies: Descriptions, Distributions and Natural History. University of Florida
Press. Gainesville. 720 pp.
Socarrás, E. 1994. Caracterización herpetológica del Bosque Siempreverde Micrófilo
en el Área Protegida “Loma del Puerto” de Cayo Coco. En: Segundo Taller de
Biodiversidad, Santiago de Cuba. BIOECO, Resúmenes.
Socarrás, T. E. 1999. Inventario de la fauna de Bahía de los Perros, Ciego de Ávila.
Informe Científico Técnico, Centro de Investigación de Ecosistemas Costeros, Cayo
Coco, Ciego de Ávila.
Socarrás, E. T., O. M. Llanes & R. M. Hernández. 1997. Caracterización florística y
faunística de Cayo Judas, Bahía de Los Perros, Ciego de Ávila. Informe Científico
Técnico. Biblioteca CIEC. 10 pp.
Williams, E. E. 1972. The origin of faunas. Evolution of lizard congeners in a
complex island fauna: a trial analysis. Evolutionary Biology. 6. pp. 47–89.
Williams, E. E. 1983. Ecomorphs, faunas, island size, and diverse end points in island
radiations of Anolis. En R. B. Huey, E. R. Pianka, y T. W. Schoener (Eds.). Lizard
Ecology: studies of a model organism. Harvard University. Press. pp. 326–370.