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Vanguardismo literario andino y modernidades
alternativas en el Sur peruano (1900-1930).
Juan Zevallos Aguilar O hi o S t a t e U niv e r si t y
© Bo l e t í n H ispá ni c o H e lv é t i c o , volumen 4 (otoño 2004).
Cuando hablo de vanguardismo literario andino me estoyref iriendo a una propuesta polí tico-estética que utilizó comof orma cultural la literatura. Lo andino viene de que esta propuestase planteó desde los Andes, lugar de enunciación especí f ico, quedeterminó un discurso literario con caracterí sticas propias que lodif erencian de vanguardismos literarios propuestos en otroslugares.Sin embargo, los Andes todaví a es un término globalizantey dif uso que tiene muchas acepciones. Puede incluir a variospaí ses, un paí s completo o una región dentro de las f ronteras deuna república (Zevallos 1999: 21-23). En esta oportunidad utilizo
la acepción que se ref iere al espacio cultural y geográf ico de altaaltura que se encuentra en el Sur andino peruano. Para ser másprecisos, los departamentos de Cuzco y Puno. A este espacio lollamo perif érico porque ha sido constituido, como tal,por polí ticasespañolas coloniales del siglo XVI al XVIII y por la imposición delos capitalismos inglés y norteamericano en los dos últimos siglos.La justif icación de estos regí menes económicos y sociales quepusieron a los Andes en situaciones perif éricas se hizo en nombrede la modernidad que ha querido ser implantada en sucesivas olasmodernizadoras.
El término de modernidad alternativa es quizás el conceptomás problemático. A trazos gruesos, la modernidad es, en sus dis-t
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es, un pr
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o del hemisf er
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e que empezó enel siglo XV. Debido a que me he especializado en LatinoaméricaContemporánea, me interesa enf ocar la modernidad norteameri-cana que constituyó como su perif eria a América Latina, en gene-ral, y a los Andes, en particular, durante las tres primeras décadas
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del siglo XX. Si bien el propósito central f ue modernizarloeconómicamente como f uente de materias primas, los Andes, ensu calidad perif érica también f ueron modernizados culturalmente,polí ticamente y socialmente. Es decir,para los intereses económicosnorteamericanos de la primera postguerra del siglo XX eraimportante consolidar un estado nación peruano que pudieragarantizar sus inversiones. De allí que para controlar las respuestasque ocasionaba la imposición del capitalismo mercantil sedemocratiza al Perú con la aprobación de una nueva constituciónque reconocí a derechos a los ciudadanos de jando de ladoespecif icidades religiosas, culturales y sociales. Al mismo tiempo
se incentiva la organización de departamentos de policí a y lareorganización de las f uerzas armadas. De otra parte, en estos añosse lleva a cabo otro proyecto de modernización y control de lasmentes con el apoyo de misiones protestantes que se dirigen a laconversión de las poblaciones aymara y quechua, cuyas tradiciones,valores y costumbres de origen precolombino se consideraban unobstáculo a la modernización.Del mismo modo, los Andes tambiéneran concebidos como un mercado de consumo de los nuevosproductos f abricados en los Estados Unidos como el novedosoautomóvil, f onógraf o, equipos de proyección de cine e imprenta yla gran producción de la noví sima industria cultural de la épocaque es el cine.
La modernización del Perú se constituyó en un bazar queof recí a dif erentes of ertas a los dif erentes agentes sociales deprincipios de siglo XX.Todos estos agentes quisieron modernizarsetomando en cuenta sus propios intereses y tradiciones culturales.De allí que los sectores pudientes se sentí an modernos insertándosecomo agentes intermediarios en esta economí a mercantil yconsumiendo los signos de modernidad como los ob jetos de lu joimportados que podí an adquirir. Los nuevos sectores medios, sibien se resignaban a no poder comprar ob jetos de lu jo, invadieronel campo cultural como medio para alcanzar la hegemoní a culturaly polí tica. Al mismo tiempo, consumieron la literatura devanguardia y el cine que estaban de moda y al alcance de susbolsillos. Mientras que los aymaras y quechuas priorizaban ladef ensa de sus derechos que la nueva constitución y leyes, por lomenos en el papel, les otorgaba.
Las diversas maneras de modernizarse que he esbozadoprovocaron acercamientos y conf lictos entre diversos agentessociales de acuerdo a las especif icidades de cada región. En el Surperuano, caracterizado por su economí a agroganadera que habí a
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f ormado parte de los f lu jos económicos del capitalismointernacional, los conf lictos mayores giraron alrededor de laposesión de la tierra entre hacendados y comunidades indí genas.Las usurpaciones, invasiones, recuperaciones, juicios, rebelionesy masacres de indí genas se multiplicaron entre 1900 y 1920.Mientras tanto, la lucha entre los emergentes sectores medios yterratenientes f ue cultural e ideológica. Los sectores medios, porun lado, criticaron el consumo pasivo de la producción de laindustria cultural norteamericana y la obsolescencia literaria ligadaal modernismo hispanoamericano de los terratenientes. Por otro,def endieron los derechos de los indí genas convirtiéndose enindigenistas y exploraron los universos culturales aymara yquechua para renovar sus tópicos y técnicas artí sticas.Por último,trataron de explicar los reales motivos de la modernizadaautogestión indí gena y trataron de conocer su racionalidaddif erente. En suma, estos intelectuales de clase media se llamaronvanguardistas por practicar el arte nuevo de la vanguardia y porsu adhesión a proyectos progresistas de cambio social y polí tico.
Las acciones de intelectuales artistas indigenistas y de aymarasy quechuas de la región andina en la década de 1920, las consideroproyectos de modernidad alternativa. Sus autores, en su papel deví ctimas de las modernizaciones colonial y capitalista, sonmodernos en cuanto ya no se podí an sustraer de la modernidad
occidental que se habí a impuesto en el siglo XVI.Son f or jadores deuna modernidad alternativa cuando critican al orden establecidocon la adopción o el acercamiento a la antropologí a, el marxismoy el psicoanálisis que, en el mismo hemisf erio norte y en el campode la literatura vanguardista, se constituyeron en un pensamientocrí tico a la modernidad capitalista. De otra parte proponen unamodernidad alternativa en cuanto, aparte de criticar la modernidadcapitalista en sus propios términos con la antropologí a,el marxismoy el psicoanálisis, sugieren otra modernidad a partir de culturaslocales.Si se hace una geopolí tica del conocimiento, esta moderni-dad proviene de conocimientos de su jetos que el proyecto modernoso juzgó y sometió con los mecanismos de la colonialidad delpoder y la colonialidad del saber con el propósito de colonizar suser (Mignolo 2002: 203). De este modo la modernidad alternativase propone desde otras epistemologí as, otras f ormas de cono-cimiento y plantea f ormas de organización económica y socialcomo la comunidad, mecanismos de reciprocidad como el ay ni ,prácticas medicinales, tecnologí a, creencias y valores de las culturasaymaras y quechuas.
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Para aclarar mi propuesta del vanguardismo literario andinocomo una propuesta de modernidad alternativa voy a estudiar ycomparar tres textos culturales que representan a ob jetos visiblesde la modernización capitalista en el contexto local. En las siguientespáginas voy a abordar el poemario And e (1926) de Ale jandroPeralta (Puno, 1899-1973), que ha sido considerado por la crí ticaliteraria como el me jor exponente del indigenismo de vanguardia.Voy a explorar f otograf í as de la década del 1920 del f otógraf oquechua Martí n Chambi (Coaza, 1891-1973). Voy a analizar eltestimonio Aut o b i o g r a f ía (1977) del cargador quechua GregorioCondori Mamani (Acopia, 1908-1979), quien f ue entrevistado porlos antropólogos Carmen Escalante y Ricardo Valderrama en losaños 70, y f ue testigo y participante de la modernización del surandino en su niñez. A los tres textos los considero prácticasculturales subordinadas por su producción en la provincia. Meinteresa explorar los diálogos y conf lictos entre estas posicionessubalternas.
Mi lectura de And e no va a demostrar hasta qué punto es unlibro vanguardista e indigenista, como lecturas previas lo hanvenido haciendo (Vich 2000). Lo que me propongo es resaltar larepresentación indigenista que se hace de la población aymara yquechua y tratar de explicar los motivos de esta representación,considerando el conf licto étnico y social de los años 1920 en la
región. En primer lugar, llama la atención que en el poemario serepresentan aymaras y quechuas. Varios de los poemas y lasxilograf í as de And e tienen persona jes varones y mu jeres indí genascon nombres propios.1 Destacan dos poemas que tienen como dossituaciones especí f icas que experimentan dos persona jes indí genas.«La pastora f lorida» trata de la exuberante pastora Antuca quehace el amor, pareciera f orzado, con Silvico en un desoladoaltiplano sin control policial. En el poema «El indio Antonio», elpersona je Antonio llega al pueblo para avisar que su esposa,Francisca,ha muerto en una choza ale jada,en condiciones absolutasde pobreza. Es evidente, en estos dos poemas, una posturaindigenista. También es obvio que en «El indio Antonio» se estáapuntando a la pobreza de los indí genas y a la carencia de unsistema de salud que les dé servicios por ser ciudadanos peruanos.
1Si bien es encomiable el esf uerzo de Mirk o Lauer en publicar el inhallable
And e en su libro N ue v e li b r o s va ng ua r dist as (2001), en este volumen no se reproducenlas xilograf í as que contiene el libro. Af ortunadamente cuento con una copia de laprimera edición del libro.Sólo así pude emprender el estudio de las xilograf í as queson parte f undamental del libro.
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Esta denuncia es mucho más dramática si tomamos en cuenta elcontexto socio-polí tico de la región. En las dos primeras décadasdel siglo XX se llevaron a cabo las rebeliones indí genas mássangrientas, que f ueron reprimidas por el e jército y que más tardeoriginarí an leyes paternalistas de protección de los indios. Sesuponí a que los indí genas como ciudadanos deberí an estar gozandode derechos de protección policial y derechos y acceso al sistemade salud pública luego de haberse rebelado.
De otra parte, como lo he demostrado en mi libro I ndig e nismo y na c i ó n (2002), el surgimiento del indigenismo se explicaba entremuchas razones por el miedo y la angustia de la población mestiza
y blanca de que la gestión violenta o pací f ica de los aymaras yquechuas se desplegara otra vez y amenazara los intereses yposiciones de los indigenistas. Por esa razón, con el discursoindigenista construí an una posición intermediaria entre indí genasy estado para seguir conservando pequeños privilegios de unavanguardia que iba siempre delante de los indí genas. En And e también se encuentran detalles que conf irman la tesis anteriormenteesbozada. A pesar de que es clara la posición indigenista en ladef ensa de los derechos de los ciudadanos quechuas y aymaras,ambos poemas tienen desenlaces ambiguos que se pueden inter-pretar como registro de la gestión indí gena y una angustia sobreella. El poema «La pastora f lorida» termina con los siguientes
versos «Y SE HAN SAJADO LAS CARNES / Y HAN HECHOCANTAR LA HONDA / Los o jos golondrinas de la Antuca / sevan / planeando por las cabañas…» (Peralta 1926: 1). Los versosen mayúsculas se pueden interpretar como aplicación del derechoconsetudinario. ¿A justiciamiento de Silvico o castigo de los dosamantes de parte de la comunidad? El poema «El indio Antonio»se resuelve primero con la mención de la creencia en los ap us(cerros), de la cual los quechuas sacan valor para enterrar a lamuerta. Luego alude a la culebra, que tiene un valor positivo en elimaginario quechua. Por último, termina con una escena de dolorcolectivo, provocada por el consumo de alcohol, que se expresacon alaridos: «De las cuevas de los cerros / los indios sacaránru jidos como culebras para amarrar a la muerta / Hacia el sur cortael aire una f uga de buhos / i un incendio de alcohol tras de laspircas / prende f ogatas de alaridos / A rastras sobre las pa jas / lanoche ronda el caserí o» (Peralta 1926: 24).
Para ref orzar mi propuesta del temor a la gestión indí gena voya hacer mención a las ilustraciones del libro. El poemario estáilustrado por Domingo Pantigoso, quien elaboró xilograf í as de
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mu jeres indí genas. Antes del poema «La pastora f lorida» está laxilograf í a de una doncella, supongo que la bella Antuca; las otrasson escenas de pastoreo o labores f emeninas como el hilado. Laúnica xilograf í a del libro de un hombre indí gena es el perf ilagresivo que sale en la ho ja del tí tulo. Desde una perspectivaactual no existe ningún mérito en la aparición de rostros indí genas.Pero es un gran mérito que aparezcan mu jeres y rostros agresivosen 1926. Aunque parezca extraño, recién en la pintura indigenistade los años veinte los indí genas aparecen como protagonistas,como los historiadores del arte lo han señalado. Por cierto querepresentarlos indicaba reconocimiento y respeto de la poblaciónindí gena, pero no hay que olvidar la dimensión del temor a lagestión aymara y quechua.
Martí n Chambi, de igual f orma, retrata a la población aymaray quechua del Sur peruano y se saca autorretratos. En estasf otograf í as también se está produciendo una autorrepresentación,puesto que él mismo es quechua. De otro lado, también él es unclaro e jemplo de la gestión indí gena que saca venta ja de la nuevaépoca de cambios que genera la modernización capitalista en laregión.Chambi se convierte en un f otógraf o reconocido y apreciadoen su época porque aprende y experimenta la técnica f otográf ica.2
Su dominio de la técnica f otográf ica más su talento artí stico haceque se convierta en un cotizado f otógraf o que documenta
visualmente la población, la geograf í a, la f lora y la f auna de laregión del sur andino en la primera mitad del siglo XX. Estoocurre, claro está, porque el poder hegemónico local no le dabamucha importancia al of icio de f otógraf o puesto que en laconcepción del traba jo regional, los of icios son asignados a indiosy mestizos pobres. Las prof esiones liberales y el traba jo intelectualestán destinados a la población de blancos y mestizos ricos.
Las f otograf í as de Martí n Chambi son instantáneas y de estudio.En ellas se encuentran indí genas que participan en prácticamentetodas las actividades económicas de la región. Los aymaras y losquechuas son labriegos, músicos, policí as, soldados, curas yf otógraf os como él. En pocas palabras, los indí genas desempeñanlos of icios menudos y son la mano de obra f undamental en la
2Para escribir este traba jo analicé las f otograf í as del libro prologado por Mario
Vargas Llosa. En su prólogo el escritor peruano se equivoca cuando señala queMartí n Chambi f ue descubierto por estudiosos españoles y no gozó delreconocimiento local. José Carlos Huayhuaca corrige que Chambi f ue estudiadopor especialistas norteamericanos por lo menos diez años antes y gozó dereconocimiento y prestigio en vida (Chambi 1993: 54-55).
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región. Pero lo que más me interesa explorar es la representaciónque emprende Martí n Chambi de las máquinas y aparatosmodernos que tra jo la modernización capitalista. Sobre todo, lasmáquinas de transporte como los trenes, los automóviles y lasmotocicletas son las que se constituyeron en signos claves de lamodernización e impactaron en el imaginario local generandomúltiples interpretaciones y expectativas. Precisamente, losestudios sobre la vanguardia latinoamericana y peruana hannotado que la novedad que tra jo el arte nuevo son la mención demáquinas como el tren e invenciones de la época como el aeroplano,el telégraf o, el automóvil y quizás una reproducción artí stica delos procedimientos industriales en el texto literario.3
En el sur andino, el tren, que es el tema central de los tres textosde mi análisis, llega a Puno en 1874 y a la ciudad del Cuzco en 1908.Ésta es la ruta del Sur peruano que f ue construida por los inglesescon el claro propósito de brindar un medio de transporte masivo,rápido y seguro a un enclave que exportaba materias primas alextran jero en barcos desde el puerto de Mollendo, en elDepartamento de Arequipa, y traí a productos manuf acturados deInglaterra para su comercialización en el Sur peruano.
En el poemario And e de Ale jandro Peralta no hay un poemadedicado a los trenes en particular. Pero sí se encuentran versoscon una mención al tren: «Los carbones cardiacos de la locomotora
/ Han quemado los horizontes de los dí as / En canto de brumas».Estos tres versos nos dan una imagen del ruido monótono ypreciso de una locomotora cuyo humo ennegrece el claro cieloandino. Si bien es una representación realista, es clara la visiónnegativa que se tiene del tren.Conociendo los antecedentes progre-sistas del autor, se podrí a decir que en estos versos se demuestrael rechazo a uno de los sí mbolos de la expansión capitalista que nosólo causaba la explotación de los recursos naturales y humanos,sino que también contaminaba el medio ambiente con su negrohumo. Esta visión de la locomotora se inscribe en una visión crí ticade la modernidad como f actor deshumanizante y antiecológico. Elpoeta Emilio Armaza, paisano y compañero de aventuras en elGrupo Ork opata de Ale jandro Peralta, señala: « He allí que la mo-dernización capitalista que en los pueblos europeos es una amargaexperiencia en nosotros cobra caracteres pavorosos» (Armaza
3 El libro M usa me c á ni c a. M á q ui nas y p o e sía e n la va ng ua r dia p e r ua na (2004) deMirk o Lauer es la última novedad sobre este tema.
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1926: 2).Pero contrasta con otro poeta vanguardista contemporáneode la región central del Perú, llamado Juan Parra del Riego (Huan-cayo 1894-Montevideo 1925), quien, en su poema « Al motormaravilloso» del libro H imno s d e l c i e l o y l o s f e rr o c a rr il e s escribe:«Yo que canté un dí a / la belleza violenta y la alegrí a / de las loco-motoras y de los aeroplanos, / qué serpentina loca le lanzaré hoyal mundo / para cantar tu arcano, / tus vivos cilindros sonámbulos,tu f uego prof undo / ¡Oh tú, el motor oculto de mi alma y de mismanos! » (Parra del Riego 1994 : 73).
En las f otograf í as de Martí n Chambi, de la misma manera queParra del Riego, el tren y las máquinas son representados como
signos de avance y progreso. Sus f otograf í as, después de analizarlos ángulos de las tomas y planos f otográf icos, me llevan a decirque hay una admiración por ellas. Del mismo modo, tiene otrasf otograf í as sobre la construcción del f errocarril donde empresariosy traba jadores dan muestras de satisf acción de haber contribuidoa la construcción de una ruta f errocarrilera que, en la visión de laépoca, iba a contribuir al desarrollo de la región. Está claro que lasmáquinas y ob jetos nuevos provocan la curiosidad y eldeslumbramiento en cualquier ser humano,pero una cosa dif erentees el de tener una visión optimista y positiva sobre ellos. En And e ya se veí a una posición en contra de ella. La explicación a laaceptación, respeto y quizás cariño de Martí n Chambi a las
máquinas y a la producción en serie, se debí a a dos razones. Laprimera, el uso de las máquinas f otográf icas y el dominio de losprocedimientos f otográf icos lo habí an llevado a romper las estrictasbarreras sociales de la época. La segunda, Martí n Chambi adoptóla producción en serie de f otograf í as haciendo traba jar a toda suf amilia nuclear.Gracias a las máquinas y los procesos de producciónen serie, toda la f amilia tuvo la posibilidad de gozar del bienestareconómico y social con la adquisición y consumo de bienes de losque poseen dinero. En otras palabras, el éxito económico y socialde Martí n Chambi, en contraste con los intelectuales indigenistas,se debe a que f ue «un hombre prudente y nada provocador,laborioso […], que ha roto parcialmente con las oscuras demandasde la tierra y consanguinidad para abrazar los valores de la educa-ción, la vida urbana, el cálculo comercial y sus transacciones, y quebusca[ba] a justarse a esta sociedad [cuzqueña][…] y lograr sureconocimiento» (Huayhuaca 1993: 17). Más tarde, en los años1970, crí ticos e historiadores de f otograf í a extran jeros reconocieronlos valores de la f otograf í a de Chambi, que alcanzó importanciamundial por la calidad artí stica y técnica de su f otograf í a y por
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haber proporcionado acuciosos documentos visuales sobre laregión del Sur andino.
En el testimonio Aut o b i o g r a f ía de Gregorio Condori Mamani seencuentra un pasa je que se ref iere al tren, que es materia deexploración de este traba jo. Lo interesante de este texto es que lasmáquinas como signos de modernidad son percibidas y procesadasdesde un esquema mental y cultural quechua. Antes de analizarcitemos el siguiente párraf o:
También antes del tren hablaban como del avión. Pero yoantes de conocerlo, sólo escuchaba lo que hablaban:
- El tren, el tren ¿cómo será?- Se arrastra como gusano.Otros en cambio decí an:- Es animal de color negro, puro f ierro, parecido a la
culebra, que para caminar abre su boca, donde tienef uego.También habí a canciones del tren, cuando ésteapareció, como ésta:
Maypiñan yana machu, Dónde está mi ya na ma c huÑa Santa Rosapiña ya está en Santa RosaCarretay, mi carreta,Ña k isa-k isapiña ya está en Kisa-Kisa
Sichus Rosalina Si es que RosalinaMana waylluwank i, no me amasSichus Rosalina Si es que RosalinaMana munawank i no me quieres,yana machu rak rawachun que me trague el ya na
ma c hu
Como todo el mundo hablaba del tren, en mí tambiéncreció la curiosidad. Ya después, cuando f ui jovencito, viel tren en Sicuani. No me asusté, pero casi grito al verlo;era cierto su color negro y que se parecí a al gusano en sucaminar. Más bien a mí me impresionó lo que jalabamucha carga. Esa vez sólo en una de sus plataf ormashabí an cargado cientos de ca jones de alcohol ‘Martinez’(Valderrama y Escalante 1977: 31).
En el pasa je citado, con huayno incluido, está claro que Grego-rio Condori Mamani es analf abeto y que está inscrito en unacultura oral. Primero, tiene noticias del tren de la boca de alguien
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que le contó y por las canciones y diálogos que escuchaba. A pesarde que ya tiene noticias de él se sorprende y contiene un gritocuando lo ve por primera vez en el pueblo de Sicuani.4 Pasada lasorpresa, le impresiona la enorme capacidad de carga que tieneeste medio masivo de transporte. La canción alude a la rapidez deltren en comparación de la tradicional carreta.
Este párraf o es interesante también por las f ases de conocimientoque se suceden en las culturas ágraf as y el privilegio del sentidodel oí do para que se lleve a cabo la percepción de la realidad. Delmismo modo, si bien hay un entendimiento de la f uncionalidaddel tren que f ue inventado para transportar grandes volúmenes de
carga y cantidades de personas, se sigue utilizando la comparacióndel tren con el gusano para explicar su f orma. Esta persistencia deuna memoria y modalidad de conocimiento orales en este pasa jey en tantos otros llevó a un debate sobre el f racaso de lamodernización capitalista en el Perú entre intelectualesprogresistas, años más tarde de que el testimonio saliera a la venta.Jesús Dí az resume el debate en su artí culo sobre el etno-testimonioandino (Dí az 1996 : 354-355). De este debate, lleno demalentendidos, se puede sacar las siguientes ideas que tienensentido para mi argumentación. El tipo de conocimiento deGregorio Condori Mamani, y de muchos peruanos como él, no eraadecuado para la modernización capitalista.Asimismo se concluyó
en el debate que este conocimiento tení a su propia especif icidad yera un conocimiento subalterno, que poní a en condiciones desubalternidad a sus poseedores en una f ormación capitalistaperif érica como la peruana.Por último, Jesús Dí az, haciéndose ecode los estudios poscoloniales, esboza la idea de que los paí sesmetropolitanos se encargan de desarrollar la alta tecnologí a,mientras que los paí ses perif éricos participan sólo comoconsumidores rezagados de la misma (Dí az 1996: 355).
En la lectura completa de la Aut o b i o g r a f íade Gregorio CondoriMamani queda bien claro que a pesar de que en el e jército lo tratande castellanizar para integrarlo a la nación peruana no puedenhacerlo.Gregorio Condori Mamani no puede aprender el alf abetocastellano por más que lo intente. Pareciera que tiene problemaspsicolinguí sticos originados en su temprana orf andad. Las conse-
4Sicuani se convirtió en un gran centro comercial de acopio de lanas y
productos agrí colas mientras era la última estación del f errocarril del Sur. Esinteresante señalar que Martí n Chambi tuvo su primer estudio f otográf ico en estaciudad, de 1917 a 1920, antes de mudarse al Cuzco.
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cuencias de su analf abetismo son terribles. Termina ocupando ellugar más ba jo de la sociedad cuzqueña. Por cierto que en elhemisf erio norte, Gregorio hubiese sido un tí pico caso para laintervención de asistentas sociales y una educación especial. Peroen el Perú no se podí a esperar ninguna solución a su orf andad eincapacidad lingüí stica. El estado de un paí s capitalista perif éricono respeta ni protege los derechos de sus ciudadanos en general,ni los de sus ciudadanos quechuas en particular. Los ciudadanosquechuas como Gregorio ya tení an un papel asignado en ladivisión internacional de traba jo (colonialidad del poder) y deproducción de conocimiento (colonialidad del saber). GregorioCondori Mamani, en su calidad de quechua (colonialidad del ser),es mano de obra gratuita y barata, no interesa su conocimiento yse le asigna el papel de consumidor de mercancí as y usuario de losavances de la tecnologí a como el tren.
Como era de esperar, en el debate reseñado por Jesús Dí az, losintelectuales progresistas que todaví a creí an f actible la implemen-tación del proyecto socialista,que es la otra opción de la modernidadoccidental, llegaban a la conclusión de que f rente al f racaso de lamodernización capitalista en los Andes se presentaba la necesidadde modernizarlos con el socialismo. Por supuesto que nadie nece-sita ser modernizado exclusivamente a partir de una u otra deestas dos opciones. Hay que tomar en cuenta otras opciones no
modernas o modernidades alternativas que contribuyan al cambiode la sociedad, la instauración de la justicia social, la erradicaciónde la pobreza y el respeto de las especif icidades culturales de laspoblaciones de un paí s tan diverso como el Perú. Los quechuastienen derecho a la práctica de su cultura en un estado moderno.Sus prácticas culturales más las contribuciones concretas alsostenimiento del estado nación son una modernidad alternativa.
Para terminar, en vez de hablar de un vanguardismo literarioandino sólo a través del análisis de géneros literarios tradicionalescomo la poesí a, el cuento o la novela, incluí el género testimonialcon el análisis de la Aut o b i o g r a f ía de Gregorio Condori Mamani yla f otograf í a de Martí n Chambi, que es el me jor documento visualde la época. Mi propósito f ue contrastar vivencias de la moder-nización del Sur andino entre 1900-1930. Si se f i jan bien en susf echas de nacimiento, los tres f ueron contemporáneos y vivieronen las ciudades más importantes de la región del Sur peruano:Cuzco, Puno y Sicuani. Desde dif erentes posiciones culturales ysociales f ueron testigos y protagonistas de la modernización capi-talista de los años 1920 y propusieron modernidades alternativas
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y no modernidades compensatorias o modernidades obsoletas. Elmestizo y recaudador de impuestos Ale jandro Peralta percibió lasf isuras de la modernización del Sur andino y trató de explicar lagestión indí gena generada por el capitalismo. El f otógraf o quechuaMartí n Chambi se integró exitosamente a la modernizacióncapitalista y de alguna manera lo celebra. El carga-dor quechuaGregorio Condori Mamani nos legó su experiencia de integraciónno exitosa en la modernización del Sur andino. Todos ellos nosde jaron testimonios de su percepción y de su pro-cesamiento de lamodernización desde sus esquemas mentales especí f icos paradarnos propuestas artí sticas y culturales. De esta manera se
constituyeron en los me jores representantes de unos proyectos demodernización alternativa poco estudiados y cono-cidos porgenerarse en las perif erias.
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