Valentín.
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¿Serás mi “Valentín”?
San Valentín - Patrón del amor humano entre hombre y mujer.
El emperador Claudio II "el Gótico" era tan bruto que quería solo hombres libres de ataduras nupciales para defender el imperio Romano .
Valentín, obispo de Terni en Umbria defendía el matrimonio de las parejas y las casaba en secreto. Fue encarcelado y decapitado.
El amor humano es de los mejores dones de Dios a los hombres
Lo dice la biblia - Genesis 2,18
Dijo luego Yahveh Dios: «No es bueno que el hombre
esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada».
19 Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y
todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los
llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el
hombre le diera.
20 El hombre puso nombres a todos los ganados, a las aves del
cielo y a todos los animales del campo, mas para el hombre no encontró una ayuda adecuada.
21 Entonces Yahveh Dios hizo caer un profundo sueño sobre el hombre, el cual se durmió. Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. 22 De la costilla que Yahveh
Dios había tomado del hombre formó una mujer y la llevó ante el hombre.
23 Entonces éste exclamó: «Esta vez sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne. Esta será llamada mujer,
porque del varón ha sido tomada».
24 Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne.
Jesucristo bendice el amor de la pareja, como cuando fue a la boda de Caná.
Cambio el agua en vino abundante para la fiesta.
Cristo nuestro Señor bendijo
abundantemente este amor
multiforme, nacido de la
fuente divina de la caridad y
que está formado a semejanza de su unión con
la Iglesia.
Jesucristo permanece con ellos para que los esposos, con su mutua entrega, se amen con perpetua fidelidad, como El mismo amó a la Iglesia y se entregó por ella.
los esposos cristianos, para cumplir dignamente sus deberes de estado, están fortificados y como consagrados por un sacramento especial, con cuya virtud,
al cumplir su misión conyugal y familiar, imbuidos del espíritu de Cristo, que satura toda su vida de fe, esperanza y caridad, llegan cada vez más a su propia perfección y a su mutua
santificación, y por tanto, conjuntamente, a la glorificación de Dios. Gaudium et Spes 48
«Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el candelero,
para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Mt 5,14 -16
Testimonio de los matrimonios fieles
Así deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer se ama a sí mismo. Porque nadie aborreció jamás su propia carne; antes bien, la alimenta y la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a la Iglesia, pues somos miembros
de su Cuerpo, de su carne y de sus huesos”. “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne”. Efesios 5,22-
el hombre y la mujer, creados como «unidad de los dos» en su común humanidad, están llamados a vivir una comunión de amor y, de este modo, reflejar en el mundo la comunión de amor que se da en Dios, por la que las tres Personas se aman en el íntimo misterio de la única vida divina".
la ideología del gender, que no tiene otra opción que reducir miserablemente el misterio de la sexualidad
humana a un dato meramente cultural, que fundamentaría el carácter indiferenciado de las opciones de comportamiento en el campo sexual.
esta visión ideológica está acompañada por una falta de esperanza en la capacidad del hombre y de la mujer para vivir para siempre una comunión de personas en su forma conyugal, lo que supone
respetar los caracteres esenciales de unidad e indisolubilidad.
La donación física total sería un engaño si no fuese signo y fruto de una donación en la que está presente toda la
persona, incluso en su dimensión temporal; Familiaris Consortio 11
El matrimonio no es, efecto de la casualidad
o producto de la evolución de fuerzas naturales
inconscientes;
es una sabia institución del Creador para realizar
en la humanidad Su designio de amor.
Los esposos, mediante su recíproca donación personal,
propia y exclusiva de ellos, tienden a la comunión de sus
seres en orden a un mutuo perfeccionamiento personal,
para colaborar con Dios en la generación y en la
educación de nuevas vidas. HUMANAE VITAE
En los bautizados el matrimonio
reviste, además, la dignidad de
signo sacramental de la gracia,en cuanto
representa la unión de Cristo y
de la Iglesia.
Es, ante todo, un amor plenamente humano, es
decir, sensible y espiritual al mismo tiempo.
No es por tanto una simple efusión del
instinto y del sentimiento sino que es también y
principalmente un acto de la voluntad libre,
destinado a mantenerse y a crecer mediante las alegrías y los dolores de la vida cotidiana,
de forma que los esposos se conviertan en un solo corazón
y en una sola alma y juntos alcancen su perfección humana.
Es un amor total, esto es, una forma singular de amistad personal, con la cual los esposos comparten generosamente todo, sin reservas indebidas o cálculos egoístas.
Quien ama de verdad a su propio consorte, no lo ama sólo por lo que de él recibe sino por sí mismo, gozoso de poderlo enriquecer con el don de sí.
Es un amor fiel y exclusivo hasta la muerte.
Así lo conciben el esposo y la esposa el día en que asumen libremente y con
plena conciencia el empeño del vínculo
matrimonial.
Fidelidad que a veces puede resultar difícil pero
que siempre es posible, noble y meritoria;
El ejemplo de numerosos esposos a través de los siglos demuestra que la
fidelidad no sólo es connatural al matrimonio
sino también manantial de felicidad profunda y duradera.
Es, por fin, un amor fecundo, que no se agota en la comunión entre los esposos sino que está estinado a prolongarse suscitando nuevas vidas.
"El matrimonio y el amor conyugal están ordenados por su propia naturaleza a la procreación y educación de la prole. Los hijos son, sin duda, el don más excelente del
matrimonio y contribuyen sobremanera al bien de los propios padres" (8).
Viva “le difference,” vivan los novios, viva el amor.Gracias al Señor por el don de Su Amor
en esta vocación al amor