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F R A N C I S C O D E Q U E V E D O Madrid 1580 - Villanueva de los Infantes (Ciudad Real) 1645. Culto y agudo, es autor de las composiciones burlescas y satíricas más brillantes y populares de la literatura española.

P . C A L D E R Ó N D E L A B A R C A Madrid 1600 - 1681. Dramaturgo reflexivo y complejo, de sólida formación, sus obras van de la tragedia al teatro cómico, pasando por el drama, la comedia o el auto sacramental.

L U I S D E G Ó N G O R A Córdoba 1561 - 1627. El poeta más influyente del Siglo del Oro español, su obra inaugura un nuevo lenguaje, la poesía culterana o gongorista: minoritaria, culta, brillante y difícil.

M I G U E L D E C E R V A N T E SAlcalá de Henares (Madrid) 1547-Madrid 1616. Autor universal, su grandeza ha traspasado nuestras fronteras. Su inmortal obra, El Quijote, ha sido calificada como la primera gran novela.

PUNTOS DE PARADA EN LA RUTA TEATRALIZADA PUNTOS HISTÓRICOS DEL BARRIO DE LAS LETRAS

F É L I X L O P E D E V E G AMadrid 1562-1635. Uno de los escritores más importantes de la historia de la Literatura española. Prolífico autor de vida intensa y agitada, vivió 73 años y escribió cientos de obras que incluyeron todos los géneros literarios. Aplaudido y admirado ya en su época, (conocido como el Fénix de los ingenios),

sus textos giran en torno al honor y al amor.

Letras y Espadas es el título de la ruta teatralizada por el Barrio de las Letras que la Comunidad de Madrid propone coincidiendo con el III Centenario de la Real Academia Española. El itinerario –con guión del escritor y académico Arturo Pérez Reverte– tiene como punto de partida y final la Casa Museo Lope de Vega, donde el Fénix de los ingenios vivió hasta su muerte y pone de relieve la figura de otros escritores que convivieron en ese barrio durante una de las etapas más brillantes de la literatura española: El Siglo de Oro.

C A S A M U S E O LOPE DE VEGA

CALLE CERVANTES 11 (ANTES CALLE DE FRANCOS)

1 “MI casilla, mi quietud, mi güertecillo y estudio”. Así define su casa Félix Lope de Vega (1562-1635) en una

carta dirigida a un amigo. Aquí vivió un cuarto de siglo, hasta su muerte. Aquí escribió algunos de sus textos más notables (la obra literaria de Lope de Vega es la más ex-tensa de todas las del Siglo de Oro, con más de mil títulos). Y aquí sufrió algunas de sus mayores pérdidas, como el fallecimiento de su hijo Carlos Félix y el de Marta de Neva-res, uno de sus grandes amores. El museo se creó en 1935 al cumplirse los trescientos años de la muerte del escritor,

bajo el patronato de la Real Academia Española, y desde diciembre de 2007 su gestión fue asumida por la Comunidad de Madrid que realiza una amplia labor de estudio, difusión y mantenimiento del edificio y sus colecciones. Obras de arte,

mobiliario, enseres y ediciones bibliográficas vinculadas al literato y su tiempo, recrean la vida cotidiana del Siglo de Oro y persiguen que “se respire” la presencia de Lope.

CO N V EN T O D E L A S T R I N I TA R I A S D E S C A L Z A S

D E S A N I LD EF O N S OCALLE LOPE DE VEGA 18 (ANTES CALLE CANTARRANAS)

2 FUNDADO en 1612 por Francisca Gaitán, en este convento profesaron Sor Isabel, hija de Cervantes, y

Sor Marcela, hija de Lope. Fue aquí donde Cervantes eli-gió ser enterrado, aunque el rastro de su sepultura se per-dió en una reforma posterior. Sólo sabemos que Cervantes murió pobre, viejo y olvida-do y fue enterrado de forma humilde. Sus huesos siguen allí, perdidos en algún lugar. Una placa nos recuerda que en las Trinita-rias está enterrado el autor de la mayor obra escrita en lengua española: El Quijote.

C A S A D E GÓNGORA Y QUEVEDO

C A L L E Q U E V E D O ( A N T E S C A L L E D E L N I Ñ O ) , E S Q . C A L L E L O P E D E V E G A

3 LA casa de Quevedo estaba frente al Convento de las Trinitarias, pero hoy

solo queda una placa conmemorativa. Lo que no dice la placa es que allí también vivió Luis de Góngora. Fue conocida la ri-validad personal y literaria de ambos escri-tores, plenamente reflejada en romances y sonetos, tan encarnizada que Quevedo llegó hasta el ex-tremo de comprar la casa donde vivía arruinado Góngora para dejar literalmente en la calle a su enemigo. No solo le echa. Incluso compone una silva (Alguacil del Parna-so, Gongorilla) en que afirma haber tenido que quemar “como pastillas Garcilasos” para disolver el olor hediondo de Góngora.

C A S A D E CERVANTES

C A L L E C E R VA N T E S ( A N T E S C A L L E D E F R A N -C O S ) , E S Q . C A L L E L E Ó N

4 DE nuevo el tiempo y la desidia se unen para evitar que podamos honrar los re-

cuerdos de nuestros grandes escritores. A pesar de ser identificada por Ramón de Me-sonero Romanos en 1833, y a pesar de que

Fernando VII ordenó a la Comisaría General de la Cruzada que se hiciera cargo del edificio, la casa fue derribaba. Al levantarse la nueva edificación, se colocó la placa conme-morativa que recuerda a Cervantes. Tras la estancia de la Corte en Valladolid, el escritor regresó a Madrid en 1608. Vivió en tres casas situadas en este mismo barrio, hasta que alquiló esta última donde finalmente murió (1616). Nunca llegó a ser propietario de una casa y su vida llena de estrecheces y penalidades contrasta con su vecino de ca-lle, Lope de Vega. A pocos kilómetros de Madrid, en Alcalá de Henares, se puede visitar la Casa Natal de Cervantes.

I M P R EN TA D E J UA NDE LA CUESTA

C A L L E S A N E U G E N I O , E S Q . C A L L E AT O C H A 8 7

Una placa conmemorativa nos recuer-da que en la calle Atocha se imprimió en 1605 la primera edición de la obra cumbre de la literatura española, El Quijote. Juan de la Cuesta publicó además otras obras de Cervantes y de otros autores del Siglo de Oro, como Lope de Vega.

El edificio fue conocido con anterioridad como antiguo Hospitalillo del Carmen y posteriormente como Editora del Quijote o Imprenta del Quijote. Juan de la Cuesta desarro-lló su actividad hasta 1625, fecha probable de su falleci-miento. Su viuda continuó con el taller familiar. Hoy es sede de la Sociedad Cervantina.

CO R R A LE S DE COMEDIAS

D EL P R Í N C I P E Y D E L A C R U ZP L A Z A S A N TA A N A Y C A L L E D E L A C R U Z

En este barrio estuvieron los corrales de Sol, de Burguillos, de la Pacheca, y de la Cruz. Cofradías y hermandades religio-sas tenían el privilegio de la explotación de los corrales de comedias a cambio de dedicar un porcentaje de sus ingre-sos a fines caritativos, principalmente los

gastos de construcción y mantenimiento de hospitales en Madrid. El 21 de septiembre de 1583 abrió sus puertas el Corral del Príncipe, que en 1849 se convirtió en el actual Teatro Español, el único teatro de Madrid que se corres-ponde realmente con un antiguo corral de comedias.

El Corral de la Cruz era el más popular. Se contaba que era el preferido de Felipe IV, que acudía embozado para observar a una de sus amantes, la actriz María Calde-rón, madre de D. Juan José de Austria. Fue derruido en 1859, hoy solo queda una placa: “Aquí estuvo el corral de Comedias de la Cruz”.

ESTATUA DE CALDERÓNDE LA BARCA

P L A Z A S A N TA A N A

José Bonaparte fue llamado por los madri-leños “rey plazuelas”, por su afán de cons-truir nuevas plazas, como la plaza de San-ta Ana, derribando manzanas enteras. El monumento a Calderón de la Barca fue un regalo que realizó el Estado español a la noble villa de Madrid. Obra de Joan Figue-

ras Vila, se inauguró en 1880. El autor aparece ataviado con el hábito de la orden de San-tiago y tras él una figura femenina simboliza el teatro. A sus pies aparece el símbolo por excelencia del teatro, la máscara. El pedestal está profusamente decorado por re-lieves, que representan escenas de La vida es sueño, El alcalde de Zalamea, La danza de la muerte y El escondido y la tapada.

I G LE S I A D ESTA. CRUZ

P L A Z A S A N TA C R U Z , E S Q . C A L L E D E L A B O L S A

La parroquia de Santa Cruz (no confundir con la actual iglesia de la calle Atocha) era una de las más antiguas de Madrid. Cons-truida en el siglo XIII en uno de los arra-bales de la ciudad (la plaza Santa Cruz, esquina calle de la Bolsa), en ella se cele-braron los esponsales de Lope de Vega y Juana de Guardo el 25 de abril de 1598. Sufrió un grave incendio en 1620 y finalmente se demolió en 1868.

I G LE S I A D E SAN SEBASTIAN

C A L L E AT O C H A 3 9

Alberga desde 1635 los restos de Lope de Vega. El Duque de Sessa, su protector, se encargó de los gastos del entierro y del fu-neral. Esta parroquia estuvo muy ligada a los comediantes, que veneraban desde el siglo XVII la milagrosa imagen de Nuestra Señora de la Novena, y en torno a la cual

crearon su propia cofradía gremial. En ella se bautizaron escritores posteriores al Siglo del Oro, como Ramón de la Cruz (1731) y Jacinto Benavente (1866), y allí se casaron Larra (1829), Zorrilla (1839) y Bécquer (1861). Entre sus actas de defunción figuran también las de Ruiz de Alarcón (1639) y Espronceda (1842).

C A S A D E M A RTA D E NEVARES

C A L L E I N F A N T E

Conocida en las obras de Lope como Amarilis o Marcia Leonarda, Marta de Nevares fue la última amante de Lope de Vega. Se conocieron cuando ella contaba 24 años y él rondaba los 60. Ella estaba casada con Roque Hernán-dez y él ya se había ordenado sacerdote. Juntos vivieron una escandalosa, complicada y dolorosa relación de la que nació Antonia Clara. En 1621, Marta quedó ciega y poco después enloqueció. Hasta su muerte, en 1632, Lope la cuidó en el inmueble que hoy es la casa museo del escritor.

MENTIDERO D E R EP R E S EN TA N T E S

C A L L E D E L L E Ó N 7

Un mentidero era un espacio público, un lugar de reunión donde los madri-leños discutían de lo divino y de lo humano. En Madrid existían tres muy famosos: Losas de Palacio, Gradas de San Felipe, y el célebre Mentidero de “comediantes” o “representantes”

en la calle León, donde hoy existe una placa conmemo-rativa: “Este paraje fue en época de los Austrias lugar de reunión de gentes del teatro”. Comediantes, literatos, aspirantes a serlo y artistas de todo tipo, comentaban tanto los éxitos y fracasos de los autores como el odio en-carnizado que se profesaban algunos de ellos, aireando los escándalos, como los amores “sacrílegos” de Lope y su última amante, Marta de Nevares, para regocijo de todos los presentes.

RVTAŁETRASY ESPADAS

E S TAT UA D E

CERVANTES P L A Z A D E L A S C O R T E S

La estatua de bronce de la plaza de las Cortes, frente al Congreso de los Diputados, se hizo gra-cias a José Bonaparte, que intervino de forma muy activa en la mejora del urbanismo madrileño. En 1810 ordenó erigir una estatua como homenaje a Cervantes, aunque finalmente se realizó 20 años después, reinando Fernando VII. En su ejecución intervienen varios escultores: el pedestal es obra de Isidro González Velázquez, los bajorrelieves laterales con temas del Quijote son de José Piquer y la estatua de Cervantes es de Antonio Solá. En 2009, durante unos trabajos de remodelación de la plaza se encontró en el basamento de la estatua una caja de plomo con cuatro tomos del Quijote de 1819, un libro de la vida de Miguel de Cervantes y otras publicaciones.

PA R RO Q U I A D E J E S Ú S D E

MEDINACELIP L A Z A D E J E S Ú S 1

Frecuentada por actores y actrices duran-te el siglo XVIII, esta iglesia fue fundada en 1606 por el Duque de Lerma. El edificio actual data de 1930 y fue erigido por el ar-quitecto Jesús Carrasco-Muñoz Encina. La imagen del Cristo, tan venerada por los ma-

drileños, fue tallada en la primera mitad del siglo XVII por encargo de los Padres Capuchinos de Sevilla. Fueron ellos quienes la llevaron a Marruecos para el culto cristiano y allí cayó “prisionera” hasta su rescate en 1682.

C A S A D E MICAELA LUJÁN

P O S I B L E M E N T E C A L L E S A N A G U S T Í N ( A N T E S C A L L E D E L J Ú C A R )

Micaela de Luján fue amante de Lope entre 1598 y 1607 y madre de dos de sus hijos fa-voritos: Marcela y Lope Félix. Esta comedianta estuvo casada con el actor y representante Die-go Díaz, del que enviudó poco antes de romper su relación con Lope. En los versos de Lope, Micaela es Camila Lucinda, hermosa mujer de curioso y raro ingenio.

P R A D O D E ATOCHAPA S E O D E L P R A D O

Es el jardín histórico urbano más antiguo de Madrid. Conocido hasta el siglo XVIII como “Prado Viejo”, fue reformado en 1570 para agrupar los Prados de San Jerónimo, Recole-tos y Atocha. Lugar de recreo para los madri-leños, se convirtió en un nuevo espacio para pasear, ver y ser visto. Contaba con un eje arbolado que marcaba las lindes entre el casco urbano y los recintos monacales y el Palacio del Buen Retiro, que se ubicaban al otro lado del Prado Viejo.

DEPÓSITO LEGAL: M-34368-2013 DISEÑO GRÁFICO / 2014 WALK WITH ME

R U TA T E AT R A LI Z A DA “ LE T R A S Y E S PA DA S ”

P O R E L M A D R I LE Ñ O B A R R I O D E L A S LE T R A S

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